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Antiguos Cuentos de Africa Libro I PDF

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  • 2Antiguos cuentos de frica

    Libro I

    Portada: Andoni OdriozolaSeleccin, traduccin y presentacin: Xabier Susperregi

    COLECCIN: CUENTOS DEL MUNDO LIBRO I

    BIBLIOTECA DE LAS GRANDES NACIONES LIBRO 4

  • 3PRESENTACIN

    Poco se debe escribir sobre este pequeo libro que tengoel placer de acercaros, porque su verdadero valor comienzacuando la presentacin acaba, quizs sobre todo, el mencionarla importancia de las investigaciones y el trabajo de campo quehicieron en su tiempo quienes compilaron en numerosos librosestos cuentos del folklore africano que sera dificultoso poderleerlos porque la mayor parte de ellos nunca antes sepublicaron en castellano.

    Fue fascinante su lectura y traduccin, ese acercamiento alos cuentos tradicionales africanos que afortunadamente, enquien tiene la fortuna de pararse a conocerlos y estudiarlos,creo que ya irremediablemente causan un influjo en quien lohace y probablemente han marcado de alguna manera el rumbode buena parte de lo que he escrito en los ltimos tiempos.

    Tan slo espero que puedan percibir una pequea parte dela fascinacin que yo sent al conocer estas historias. Entonceshabr merecido la pena haberlas recuperado.

    He de decir que hubo uno de los cuentos que me recordmucho a otro que se hizo muy famoso y pienso que su autorpudo inspirarse o bien en esta historia o bien en alguna similar

  • 4de la literatura oral africana, es uno de los ltimos pero bueno,habr que leer para descubrirlo.

    Espero que estas pginas sean tambin un pequeoobsequio para las personas que tienen su corazn en frica,aunque muchos de ellos no estn all. Y ojala que quien lo leapueda ofrecrselo a otras personas que puedan estarinteresadas en conocer esta parte de la tradicin del mgicocontinente.

  • 5CUENTOS

    1- LOS CUENTOS DE ANANSI2- ANANSI Y EL CALDERO DE LA SABIDURA

    3- EL BOTE MGICO4- EL CAZADOR Y LA TORTUGA5- LA AYUDA DE LA TORTUGA

    6- MORNING SUNRISE7- EL MONO FIDDLE

    8- EL CHACAL Y EL LOBO9- LA LUNA NACE, MUERE Y VUELVE A NACER

    10- CHACAL, PALOMA Y GARZA11- GALLO Y CHACAL

    12- EL LEOPARDO Y LA RATA13- LA HIJA DEL MERCADER

    14- EL REY QUE SE CAS CON LA HIJA DEL GALLO15- EL LEOPARDO Y EL PEZ16- LAS MOSCAS Y LA VACA

    17- POR QU EL GATO MATA RATAS18- LA TORTUGA, EL ELEFANTE Y EL HIPOPTAMO19- LA HISTORIA DE LOS PJAROS NSASAK Y ODUDU

    20- EL ESPRITU DE LAS AGUAS21- DEMANE Y DEMAZANA22- LA NIA DE ARCILLA23- BLANCOS Y NEGROS

    24- LA HISTORIA DE UNA MUCHACHA ASTUTA25- LA LIEBRE Y LA TORTUGA

  • 626- EL BABUINO Y LA LIEBRE27- EL LEADOR Y SU BURRO

    28- LA HIENA Y EL POZO DE AGUA29- UNA MUJER DE MADERA

    30- EL LEN, LA HIENA Y LA LIEBRE

  • 7LOS CUENTOS DE ANANSI

    En los viejos tiempos, todas las historias y relatos de los hombreseran referidas al jefe de los dioses, Nyankupon. Pero Anansi, tambinllamado Araa, era muy vanidoso y anhelaba el ser l el protagonista deaquellos hermosos cuentos.

    As pues, cierto da se encamin hacia el lugar donde estaba el Diosy le traslad su deseo de que en el futuro todas las historias que contabanlos hombres se llamaran cuentos de Anansi. Nyankupon acept, pero lohizo con la condicin de que Anansi hiciera algn mrito a cambio.

    Se las ingeni para prepararle tres pruebas imposibles de realizarcon lo cual todo seguira como hasta entonces y adems Nyankupontendra diversin asegurada. De lograr aquellas pruebas tendra ademsuna bella historia propia. Debera traerle primero un jarro lleno de abejas,despus una temible boa constrictor que habitaba en el hueco de una peade difcil acceso y por ltimo debera traerle al terrible tigre.

    Anansi hizo promesa de que hara todo aquello que su Dios le habapedido y Nyankupon a su vez hizo promesa de que si lo lograba, todas lashistorias que contaban los hombres, seran cuentos de Anansi.

    Parti pues Anansi con su jarro vaco y el Dios le observaba concuriosidad. Anansi pareca confiado y cuando se hubo acercado losuficiente al enjambre, las llam y les dijo que haba discutido conNyankupon acerca de ellas. Interesadas y curiosas las abejas se leacercaron para escucharle. Anansi entonces les dijo que era opinin deldios de que las abejas son seres insignificantes que no tienen capacidad nipara introducirse en un jarro como el que portaba. Les cont que l las

  • 8haba defendido y le haba dicho a Nyankupon de que en verdad s serancapaces, pero el Dios insista que no. Las abejas, dolidas en su orgullo seintrodujeron rpidamente en el jarro y en aquel preciso momento, Anansicoloc la tapa y la dej bien sellada. Anansi envi entonces aquel jarro aNyankupon.

    Al da siguiente parti de nuevo por el bosque y lo primero queAnansi hizo, fue coger un palo muy largo que le acompaara todo eltrayecto. El Dios se rea al observarlo y se extra de que Anansi fueratan tonto como para enfrentarse a la boa con aquella endeble arma. Trasun largo y difcil viaje por fin estuvo cerca del escondite de la boa; as,cuando estuvo a una distancia lo suficientemente cercana como para quepudiera escucharle, se puso a hablar para s en voz alta:

    - Qu fastidio, no ser ms larga que este palo!, qu fastidio,como mucho ser igual de larga!

    La curiosidad por saber de qu hablaba Anansi, hizo a la boa salir desu refugio:

    - Qu rayos ocurre aqu! dijo la boa con voz de enfado.- Hemos tenido una gran discusin en el poblado acerca de ti -

    comenz a contar Anansi. El Nyankupon dice que no eres unanimal tan terrible y que tu tamao no es superior ni a este palo.Yo le dije que s, y alab tu voracidad, pero l hizo menosprecioe insisti que no eras mayor que este palo.

    La boa entonces, sabedora que su tamao era mucho mayor;inocentemente se ech a lo largo para proceder a la comprobacin yAnansi o Araa, aprovech aquel preciso momento para atravesar con elpalo buena parte del cuerpo del temible animal, acabando as con su vida.Luego envi la boa a su Dios.

  • 9Al da siguiente cogi Anansi aguja e hilo y tras arrancar los ojos dela serpiente se dirigi hacia la guarida donde saba que se encontraraHved, el terrible tigre. Cuando estaba a punto de llegar a aquel lugar, secoloc los ojos de la boa con un poco de hilo, justo encima de los suyos yempez a gritar y a cantar de contento:

    - Es asombroso!, me he cosido los ojos de la boa y ahora puedover cosas tan maravillosas que no puedo reprimir mi deseo decantar y contar acerca de aquello que puedo ver.

    Eran tales las preciosas cosas que cantaba Anansi; precisamente lasque ms poda desear un tigre; sus comidas favoritas o una preciosatigresa acercndose, que el tigre se apresur a rogarle que por favor lecosiese a l los ojos de la boa, aunque tan slo fuese por un momento.

    Anansi hizo como que dudaba, como si para l tuviese demasiadovalor, pero finalmente accedi. Cogi los ojos de la boa, aguja e hilo yrpidamente lo que en verdad hizo, fue coser los ojos del propio tigre,dejndolo ciego. Despus de aquello, no le result demasiado difcil llevaral tigre junto a Nyankupon; quien qued sorprendido de la astucia deAnansi o Araa haba demostrado y de que hubiera podido cumplir con lastres difciles pruebas que le haba encomendado. As no le qued msremedio que permitir que a partir de entonces todos los cuentos viejos quecontaran los hombres, fueran denominados Cuentos de Anansi o cuentosde Araa.

  • 10

    ANANSI Y EL CALDERO DE LA SABIDURA

    En tierra Fanti hubo un hombre llamado Anansi; que era quienposea toda la sabidura del mundo; por eso acuda a verle cada da muchagente, para pedirle consejo y ayuda. Pero ocurri que los hombres deaquel pas tuvieron la desgracia de ofender a Anansi, que se enfad tantoque decidi inflingirles el mayor castigo que pudiera existir. Como sabatanto, pronto determin que les ocultara toda la sabidura que posea.

    As se puso manos a la obra y fue recolectando toda la sabidura eintroducindola en un caldero que sell con mucho cuidado. Ahora no lequedaba ms que colocarlo en algn lugar donde jams pudiera encontrarloningn humano.

    Anansi tena un hijo llamado Kweku Tsin y como quiera que desde elenfado haba notado algo raro a su padre, empez a sospechar que lesocultaba algo, algn secreto que su curiosidad le impulsaba a descubrir. Elpequeo pues, decidi vigilar a su padre con mucho sigilo, para que no sepudiera dar cuenta.

    Cierto da el nio observ que muy temprano, Anansi se deslizabasin hacer ruido por el jardn de la casa sin hacer ningn ruido, con unprecioso caldero colgado al cuello, junto al pecho. Decidi seguirlo caminodel bosque y despus a travs de l, hacia un lugar de difcil acceso dondehaca ya muchsimo tiempo que se haban acabado los senderos. Llegarona cierta distancia el uno del otro, a un lugar casi inaccesible donde habitanlos rboles ms grandes que existen, y justo delante del ms alto de todosse detuvo un momento Anansi, para comenzar a escalarlo despus. Suintencin era la de dejar el caldero en la parte ms alta de aquel enormerbol, de forma que ningn humano pudiera jams encontrarlo.

  • 11

    Empez a escalarlo, pero apenas lograba avanzar un trecho, porqueel caldero se le balanceaba y le estorbaba para poder subir. Desde suescondite Kweku Tsin observaba la torpeza de su padre y como vea queuna y otra vez fallaba en sus tentativas, finalmente le grito:

    - Padre! Por qu no cuelgas el caldero en la espalda en vez delpecho? As podras subir fcilmente al rbol.

    Entonces Anansi enfadado se volvi hacia su hijo diciendo:- Yo pens que toda la sabidura del mundo estaba en este caldero

    y me doy cuenta de que t posees ms sabidura incluso que yo.Toda mi sabidura no me ha valido para saber cmo deba subir.

    En su ira arroj el caldero por los aires y al chocar contra el suelose hizo aicos. Toda la sabidura entonces se escap y se extendi portodo el mundo.

  • 12

    EL BOTE MGICO

    En la tierra donde viva nuestro Anansi haba habido una severahambruna y el pobre no era capaz de obtener alimento para su mujer y susnios. En cierta ocasin se encontraba tan desesperado que embobadomiraba hacia el infinito del mar, con su mirada fija y el pensamientoperdido. Pero de golpe pareci despertar, porque en medio del mar creyreconocer una pequea isla con un alto rbol en ella.

    Entonces, tom la determinacin de que deba lograr llegar a aquellugar para poder recolectar los frutos que seguro tendra aquel rbol. Perocmo llegar, aquella era la gran dificultad.

    El decidido Anansi se acerc a la playa con la fortuna de encontraruna vieja barquita destartalada, probablemente arribada a la orilla poralgn naufragio. Con los pocos medios que tena y como mejor, aunquemalamente pudo; Anansi la arregl y se puso en marcha en tan arriesgadaempresa. Al poco de partir, una enorme ola lo devolvi a la playa. Asocurri otra vez, as hasta seis; pero a la sptima logr poner agua de pormedio y poco a poco acercarse hasta alcanzar el islote, colocndose bajoel rbol del que destacaban seis hermosos frutos.

    Ascendi con asombrosa agilidad y dej caer los frutos, que ibanrodando por la playa hasta detenerse junto a la orilla del mar. Cuandodescendi del rbol, Anasi rompi a llorar al comprobar que los frutoshaban sido arrastrados por alguna ola mar adentro. Como quiera que nopoda soportar la idea de regresar a casa sin llevar nada de comer, en sudesesperacin se arroj l tambin al mar.

  • 13

    Para asombro de Anansi, en vez de ahogarse, de pronto seencontr de pie en el fondo del mar, frente a una preciosa casita por cuyapuerta apareci un anciano dicindole:

    - Ya s el motivo de que hallas venido a parar a este lugar y por esote voy a ofrecer un obsequio.

    El anciano entr en la casa y poco despus volvi a aparecer conun bello bote en sus manos.

    - Con este bote mgico no pasars nunca hambre le dijo. Cuando lodesees, tan slo tendrs que decir: Bote, bote mgico!, damecuanto necesito! Al instante podrs sacar del bote muchos ricosmanjares.

    Pronto se encontr en su barquita, de regreso a casa y no pudocontener su deseo de probar el poder de aquel bote mgico.

    - Bote, bote mgico!, dame cuanto necesito!

    Cantidad de manjares aparecieron al instante y con ellos disfrutmuchsimo. Al llegar a tierra sinti un profundo deseo de llegar a casapara poder utilizar el mgico bote y compartir su valiosa posesin con sufamilia; pero a medida que se iba acercando, un impulso egosta se ibaapoderando de l. Pens que si utilizaban mal la frmula, la magia podradesaparecer, pens que si llegaba a odos de la gente la existencia deaquel bote maravilloso, trataran de robrselo, pens que en manos de sushijos el bote podra caerse y al romperse desaparecer la magia; pens quede mucho usarlo podra agotarse la comida.

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    Inundado de aquellos pensamientos tom la decisin de ocultar elbote y utilizarlo l tan slo. As pues, cada vez que senta hambre, acudaal lugar donde ocultaba el bote y se pona las botas.

    Su mujer e hijos cada vez estaban ms dbiles y enfermos; encambio el egosta de Anansi, cada vez se encontraba mejor y msregordete.

    El hijo mayor de Anansi era nuestro Kweku Tsin, que adems deposeer el poder de transformarse en aquella forma que desease, tambinera muy observador; por eso no tard en sospechar que su padre ocultabaalgo. As pues, decidi convertirse en mosca para averiguar lo que ocurra.Cuando Anansi entr en su habitacin y cerr bien la puerta, Kweku conapariencia de mosca se col por el hueco de la cerradura. As descubri laexistencia de aquel bote, el lugar donde lo ocultaba y la frmula que debaemplearse.

    En cuanto Anansi march al bosque, Kweku cogi el bote y llam atodos sus familiares, diciendo despus:

    - Bote, bote mgico!, dame cuanto necesito!

    Ni qu decir de cunto disfrutaron sus hermanos y su madre.Como quiera que la mujer de Anansi era muy bondadosa, decidi quedeban compartir la magia de aquel bello bote con las personasnecesitadas del poblado y para que adems pudieran comer caliente,coloc el bote en el fuego, con tal mala fortuna que el bote se fundi,perdiendo su magia.

    Asustados decidieron ocultarle a Anansi lo ocurrido; aunquepronto descubri que faltaba el bote y tena sospechas acertadas sobre

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    quines eran los culpables; aunque antes de castigarles tuvo una idea quele atraa todava ms.

    En cuanto amaneci se puso en marcha camino de la playa, dondejunto a la orilla, guardaba su vieja barquita. Rem alegremente hasta elislote en cuyo rbol encontr nuevamente media docena de frutas. Estavez en vez de arrojarlos a la playa, las lanz directamente al mar y detrsde ellos fue l mismo.

    El astuto Anansi haba tramado un buen plan, as pensaba. Prontose encontr junto a la preciosa casa y all se le apareci el ancianodicindole:

    - Ya s lo que vienes a buscar y te dar lo que necesitas.

    Entr pues en la casa y muy pronto apareci ofrecindole un bellopalo, que era mgico y al que debera pedirle lo que necesitaba.

    Pronto se encontr Anansi en su vieja barquita remando, aunque laavaricia de obtener cosas valiosas le venci y cogiendo el palo mgicopronunci la frmula:

    - Palo, palo mgico!, dame lo que necesito!

    As ocurri, pues el palo le dio tal tanda de golpes, que eldesgraciado Anasi, todo lleno de cardenales y moratones no tuvo msremedio que arrojarse al agua y nadar a duras penas hasta la orilla.

    Sus sueos y su barca fueron a la deriva y Anansi aprendi unaleccin que jams olvidara; o puede que s.

  • 16

    EL CAZADOR Y LA TORTUGA

    Un cazador de una aldea, cierto da se haba alejado ms que decostumbre y se haba adentrado en la profundidad del bosque hastaparajes donde jams haba estado. De pronto se sorprendi al escucharuna voz que as cantaba:

    - El hombre es quien se obliga las cosas. No son las cosas las quele obligan a l.

    Aquel dulce canto estaba acompaado por una suave msica quedej encantado el corazn del cazador. Cuando la cancin hubo terminado,el cazador, lleno de curiosidad se asom entre las ramas para poderdescubrir quin era el intrprete. Cul su sorpresa al encontrar que no eraotro ms que una tortuga con su pequea arpa colgando. Jams haba vistouna cosa tan maravillosa.

    Tal haba sido el efecto, que el cazador no poda resistirse aregresar cada da al lado de aquella criatura mgica e insistiendo logrconvencer a la tortuga para que marchara con l a su choza, para no tenerque desplazarse tanto para poder escucharla. Pero la tortuga le hizo saberque slo interpretara estando a solas con l. El cazador le dio su palabrade que as sera.

    Fue pasando el tiempo y el cazador empez a no contentarse conescuchar as a la tortuga y empez a imaginar cunto podra presumir deldon de la tortuga por el mundo y del beneficio que aquello le podareportar. As que primero se lo cont a una persona, despus a otra y aotra ms. Finalmente lleg a odos del jefe quien mand llamar al cazadorpara que pudiera contarle personalmente aquella historia maravillosa.

  • 17

    l cazador describi con detalle cmo la tortuga cantaba y tocabael arpa, pero todos en el pueblo le gritaban y despreciaban, negndose acreerle. Como l saba que era cierto cuanto contaba, acab diciendo:

    - Si no es cierto lo que cuento, dejar que me maten. Maana traerla tortuga para demostrarles que estn equivocados.

    - De acuerdo le contestaron. Y si es cierto lo que cuentas de latortuga, podrs castigarnos t en la forma que consideresoportuna.

    El cazador regres a casa, feliz por como se haban desarrolladolos acontecimientos y contento tambin de darles una buena leccin.

    Tan pronto como hubo amanecido llev a la tortuga con su arpa ala plaza donde se celebraban las asambleas. Reuni a todos alrededor deuna mesa, para que pudieran escuchar. El cazador le pidi que comenzara,mas la tortuga permaneca inmvil. As una y otra vez e iban pasando losminutos primero, las horas despus. La tortuga permaneca muda y elcazador primero avergonzado y despus temeroso. Intent por todos losmedios lograr que la tortuga cantase, pero en vano.

    Cuando lleg la noche, lleg el final de la vida de nuestro cazador,pues muri en el momento en que el ltimo rayo del sol de poniente sedesvaneci. Justo en aquel instante y para sorpresa de todos lospresentes, la tortuga habl.

    Todos se miraron entre s horrorizados, uno dijo:- Nuestro hermano deca la verdad y lo hemos matado.- l trajo su propio castigo aclar la tortuga. Yo viva

    tranquilamente en el bosque y acced a venir pero le hice saber

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    que a cambio, tan slo cantara a solas con l. Nada hubieseocurrido si hubiese cumplido su palabra.

    La tortuga se puso a caminar con rapidez aunque muy despacio, altiempo que tocaba el arpa y cantaba:

    - El hombre es quien se obliga las cosas. No son las cosas las quele obligan a l.

  • 19

    LA AYUDA DE LA TORTUGA

    Hace siglos la gente de esta tierra se preocupaba mucho por lasinundaciones. A menudo el mar se desbordaba, arrastrando toda la arenaque lo bordea y con ella todo cuanto se le pona por delante. Una y otravez ocurra lo mismo y muchas eran las vidas que se perdan en cadainundacin.

    Todas las gentes del lugar estaban empeadas en encontrar unasolucin que terminase con aquel problema y acabase de una vez portodas con aquellos repetidos desastres.

    La tortuga, sabedora del problema, acudi en cierta ocasin paraayudarles y as les habl:

    - Seguid mi consejo! Debis plantar hileras de palmeras junto a laorilla del mar. Ellas se unen a la arena y juntas impiden que laarena sea arrastrada y cause tamaos destrozos y desgracias.

    As lo hicieron y desde entonces, gracias a la tortuga, las races dela palmera mantienen la arena firmemente en el lugar. Cuando lleg eldesborde, la arena fue desplazada hasta la lnea de las palmeras y no ms.

  • 20

    MORNING SUNRISE

    Haba en una de las aldeas un hombre que tena una hija realmentepreciosa. Tal era su belleza que la gente la llam Morning Sunrise. Ocurraque cada hombre que la vea quedaba prendado y deseaba casarse conella; pero eran tres los pretendientes que ms inters tenan en que fuerasu esposa.

    El padre se debata en la eleccin, pero era para l una difcilsituacin pues era una decisin muy importante y deba de elegir la msacertada.

    Ocurri que una terrible noticia se extendi por los contornos. Labella muchacha yaca muerta, en su cama. Adems su padre habaresultado ser tan pobre que peda ayuda a los pretendientes para poderpagar el digno funeral de su hija.

    Un mensajero lleg a la morada del primer pretendiente, llamadoSabio. Cuando le dio la noticia pidindole ayuda, el contest:

    - Esa muchacha no es mi esposa, as que no pagar ningn dineroen su funeral.

    Despus acudi el mensajero a la casa del segundo pretendientellamado Ingenio y la respuesta de ste fue:

    - Oh no, no!; no voy a pagar los gastos del funeral. Su padre ni tansiquiera me dijo que estuviera enferma.

    As que no quedaba ms que uno y el mensajero acudi al lugardonde viva. Era un joven llamado Pensador, que qued sumido enprofunda tristeza al conocer la noticia y dijo:

  • 21

    - Ahora mismo ir a ver a Morning Sunrise y a llorar su muerte. Sihubiese vivido, seguramente hubiese sido mi esposa.

    Sin dudarlo, el buen joven cogi un saquito de monedas, dineroque crey suficiente para hacerle un buen funeral y se puso en marcha. Alllegar a casa de la muchacha le recibi el padre, quien le permiti pues erasu deseo, que pasara a verla. Y no pueden imaginarse cul fue la sorpresaque se llev al encontrarla sana y salva.

    Entonces se supo que el propio padre haba sido quien habainventado la muerte de su hija para asegurase de que se casara realmentecon aquel que ella mereca. Al mismo da siguiente y sin perder mstiempo se celebr la boda y Pensador junto a Morning Sunrise vivieronsiempre felices.

  • 22

    EL MONO FIDDLE

    El hambre y la necesidad obligaron a un mono a abandonar latierra donde siempre haba vivido para marchar a algn desconocido lugardonde poder trabajar y as ganarse la vida. Los bulbos, cebollas, frijoles,escorpiones y dems alimentos se haban agotado por completo en supropia tierra.

    Afortunadamente lo acogi su to abuelo que viva en la otra partedel pas. Cuando ya hubo trabajado suficiente tiempo, lleg el momento deregresar a casa y en recompensa por su esfuerzo y buena labor, su toabuelo le regal un violn y un arco con su flecha. Despus le dijo que conaquel arco y flecha poda atinar y matar aquello que quisiese. Con el violnpodra obligar a bailar a cualquiera que lo escuchase.

    A su regreso quien primero fue a recibirle fue el hermano lobo.Este viejo le cont todo cuanto por all haba acontecido en su ausencia.Tambin le dijo que desde el amanecer haba estado tratando de cazaralgn venado, pero todo en vano. Entonces el mono Fiddle le contmaravillas de su arco y cuntos animales haba logrado matar con l, sinerrar ni tan slo una vez.

    - Si me muestras dnde est el venado le dijo-, yo lo derribar enun instante.

    As ocurri y se dieron un buen banquete los dos amigos. Pero envez de estar agradecido, los celos empezaron a apoderarse del lobo, quetermin reclamando el arco y flecha para l. Como quiera que el mono senegaba a deshacerse de tan valiosos objetos; el lobo le dijo que se haracon ellos aunque tuviera que usar la fuerza para ello.

  • 23

    Entonces, el lobo aprovech que pasaba por all el chacal, paradecirle que el mono le haba robado su arco y su flecha. El chacal sealegr de que le contaran aquello pues ciertamente haba odo hablarmucho acerca de aquel mgico arco. Por eso se ofreci a llevar el caso ala corte del len, del tigre y del resto de los animales para someterlo ajuicio y se comprometi a custodiar el arco hasta que se celebrara el juicioy pudiera determinarse a quin perteneca.

    El chacal aprovech aquella artimaa para quedarse por algntiempo el arco y durante ese tiempo hubo una verdadera masacre deanimales en el bosque, a cuenta del chacal.

    Lleg el da del juicio y el chacal pensando en el beneficio quepodra sacar si apoyaba al lobo, declar en contra del mono Fiddle. El robofue considerado como un gran mal y por eso decidieron colgarle.

    Como quiera que el mono portaba su violn y recordaba lo queacerca de l le haba contado su to abuelo; pidi a la corte como ltimodeseo, que le dejaran tocar tan slo una meloda. Comenz pues a tocarcon su violn encantado y el maravilloso sonido que produca hizo quetodos los presentes en aquel juicio, sin poder evitarlo, se pusieran a bailarcomo torbellinos.

    Fiddle aceler el ritmo de aquella vieja meloda y todos lospresentes empezaron a girar y girar cada vez ms deprisa y sin hallarforma de poder detenerse. Cada vez se encontraban ms cansados, pero elmono continuaba su acelerada meloda.

    El lobo fue el primero en suplicar a gritos y sin aliento:

  • 24

    - Por favor!; detn la msica, primo mono. Por lo que msquieras!; deja ya de tocar.

    Pero Fiddle no tena intencin de hacerlo, sabedor de lo que ira aocurrirle si lo haca. Entonces, agitado el len grit:

    - Mi reino es tuyo, mono, si dejas de tocar.- No quiero tu reino, tan slo quiero que me quiten la condena, que

    me devuelvan mi arco y flecha y que el lobo reconozca que fue lquien me intent robar.

    - Lo reconozco! exclam el lobo con rapidez.- Quedas perdonado! grit tambin el len.

    El mono les hizo girar todava unas cuantas vueltas ms hasta quefinamente detuvo su mgica meloda. Despus cogi su arco y flecha;subiendo despus a la rama de una rbol. Entonces hizo ademn de ir avolver a tocar el violn. Asustados el len y el resto de animales salieronen desbandada hacia todos los rincones del mundo.

  • 25

    EL CHACAL Y EL LOBO

    El chacal viva en las afueras de la colonia y en cierta ocasinobserv cmo regresaba de la playa un carro cargado de pescado. Corritras l tratando de colarse por la parte trasera, pero no encontr forma.Entonces corri an ms rpido y despus de adelantar a la carreta, setumb en medio del camino hacindose pasar por muerto. El carro sedetuvo y el conductor grit:

    - Qu bien!; la piel de ese animal servir mucho a mi mujer.

    Cogi pues al chacal creyndolo muerto y lo arroj al interior de lacarreta. Continuaron el camino y gracias al claro de luna poda verse cmoel chacal se daba un autntico festn y adems arrojaba pescado al caminopara continuar comiendo despus. Despus salt del carro y completaquella suntuosa cena que su astucia le haba proporcionado.

    El viejo lobo observ cmo el chacal haba completado subanquete y le pregunt la forma en que haba conseguido aquel manjar. Elchacal le explic al detalle lo acontecido y el estpido lobo se coloc a lavera del camino a la espera de que llegara otro carro con pescado. Pasadoalgn tiempo se acerc lo que tanto ansiaba.

    - Este es mi momento! exclam.

    Rpidamente se tumb a lo largo en el camino, con la certeza deser visto y como quiera que una nube ocultaba casi la luna y su claridad, apunto estuvo de morir bajo las ruedas del carro. Finalmente el conductorpudo verlo y se detuvo al tiempo que gritaba:

    - Qu cosa ms fea!

  • 26

    Y le empez a propinar unas cuantas patadas al lobo. Despuscogi un palo y sigui asestndole golpes al pobre lobo viejo que aquel darecibi una gran paliza. Cojeando como pudo huy y se dirigi a donde elchacal para contarle a su amigo el desgraciado incidente que le habasucedido.

    - Lstima! dijo el lobo-; no tener una piel tan hermosa como latuya.

    Pas el tiempo y como la comida escaseaba, al chacal y al loboviejo no les qued ms remedio que ponerse a trabajar al servicio delhombre. Cierta noche se levant el chacal y unt el cuenco del lobo con unpoco de sabrosa grasa que tena el amo y despus se comi l el resto.Por la maana, al descubrir el hombre aquello tan preciado que le faltaba,enseguida ech las culpas sobre el chacal, pues le crey culpable. Pero elastuto chacal, antes de ser castigado, le dijo al hombre:

    - Mira el cuenco del lobo!

    As lo hizo el amo y al comprobar que estaba manchado de sugrasa, asest tal paliza al pobre lobo viejo, que lo dej medio muerto.

  • 27

    LA LUNA NACE, MUERE Y VUELVE A NACER

    La luna envi a la liebre para que diera un mensaje al hombre;para que supiera ms acerca de su destino:

    - Al igual que yo muero le dijo la luna-, y regreso despus a lavida. Tambin el hombre muere y luego vuelve a vivir.

    La liebre march a hacerles llegar el mensaje a los hombres, peropor despiste segn unos o por malicia, segn otros; al reunirse con loshombres les fue a decir:

    - Me enva la luna para comunicarles que as como ella muere y norecobra la vida, as vosotros al morir no volveris a vivir.

    Al regresar, la luna le pregunt a la liebre cul era el mensaje queles haba trasmitido a los hombres.

    - Les dije que al igual que la luna muere sin volver a vivir; as ellosal morir no recobraran la vida.

    Fue tal el enfado de la luna, que cogi un palo y golpe a la liebreen la nariz. Cuentan que desde entonces la liebre tiene la nariz aplastadacomo hoy la conocemos.

  • 28

    CHACAL, PALOMA Y GARZA

    Chacal, se cuenta que fue una vez a donde la paloma, que vivacon sus cras en lo alto de una roca y le dijo:

    - Dame uno de tus pequeos!- De ninguna de las maneras! contest la paloma.- Dame uno!, s sabia; porque si no, volar hasta all y cogertodos.

    Asustada la paloma hizo lo que el chacal le peda.

    Regres otro da el chacal y con la misma artimaa logr llevarseotra de las cras; dejando a la paloma muy apenada. Ms tarde se acerc lagarza a donde la paloma para interesarse por el motivo de sus lloros.

    - Chacal me ha quitado dos de mis pequeos le dijo-, por esolloro.- Y cmo logr hacerlo? le pregunt.

    La paloma entonces le cont cuanto haba acontecido.

    - Cmo fuiste tan tonta de dar tus pequeos al chacal, que nosabe volar? le dijo.

    Cuando regres el chacal a por otra cra, la paloma le dijo:- No te dar ninguno ms de mis pequeos pues la garza meadvirti de que no sabas volar.- Atrapar a esa maldita garza!

  • 29

    As march el chacal hacia los bancos de agua donde sola acudircon frecuencia la garza y efectivamente en aquel lugar se hallaba. Alllegar le dijo:

    - Hermana garza!, cuando el viento viene de lado... cmo estusted?

    La garza se volvi hacia donde el chacal dicindole:- As estoy, doblando el cuello hacia un lado.- Y cuando una tormenta viene y llueve... cmo est usted, garza?- Pues doblando el cuello as hacia abajo.

    El chacal aprovech aquel preciso momento en que la garza seencontraba en aquella postura para golpearla fuertemente, rompindole elcuello por el centro. Es desde entonces que la garza tiene el cuellodoblado.

  • 30

    GALLO Y CHACAL

    Cuentan que el gallo fue una vez ms listo que el chacal. Comoquiera que el chacal lo haba capturado, el gallo le suplic que al menosrezase por l antes de matarlo, tal y como sola hacer el hombre blanco.

    - Y de qu manera he de rezar? pregunt.- El hombre cruza las manos en la oracin.

    As el chacal cruz las manos y empez a rezar.

    - El hombre no mira alrededor como t haces, cierra los ojos alrezar le dijo el gallo.

    As lo hizo pues y el gallo aprovech para escapar volando; altiempo que le deca al chacal:

    - Ni tan siquiera sabes rezar.

    All se qued el chacal, sentado y sin habla; porque aquella vez lehaban superado en astucia.

  • 31

    EL LEOPARDO Y LA RATA

    Njega, el leopardo estaba muy enfadado con su amiga Ntori, larata; porque tras el reparto de la caza conjunta. El leopardo de hababeneficiado enormemente en la particin, pero la rata se las habaingeniado y engaado al leopardo, llevndose una buena parte.

    Al percatarse de lo ocurrido, el leopardo Njega le dijo a su esposa:- Mi amiga la rata Ntori me ha robado carne y me ha engaado de

    todas las formas posibles; por eso he decido matarla y despuscomerla.

    As que pretendi engaarla fingiendo estar enfermo. Al dasiguiente hizo llegarle la noticia de que su to el leopardo estaba enfermode una fiebre y deseaba recibir su visita. Al recibir el mensaje, la rataNtori dijo:

    - Lo lamento mucho, maana mismo ir a verle.

    Pero la rata ya sospechaba que se trataba de una artimaa delleopardo para atraparla y seguramente no estara enfermo. As que marchprimeramente al bosque y recogi todo tipo de insectos que pican,guardndolos en cinco pequeos paquetes bien atados.

    Pronto le lleg a la rata la noticia de que Njega, el leopardo habamuerto. La rata cogi los paquetes y march rpidamente. Cuando lleg ala ciudad, la rata Ntori se uni a la multitud de visitantes que tena elleopardo. Con gran llanto se le acerc la mujer de Njega y le dijo:

    - Entra en casa a llorar conmigo. Tu to est en la cama de al lado.

  • 32

    Pero Ntori en vez de ocupar el asiento que le ofrecieron comopariente cercano, ocup un asiento un poquito ms alejado y les dijo:

    - Antes de enterrar a mi pobre to es necesario hacer cincocomprobaciones para asegurarnos de que ciertamente estmuerto.

    As se puso de pie junto a la cama; a distancia prudente para queel leopardo no pudiera alcanzarle con las zarpas. Despus coloc el primerpaquete sobre el cuerpo desnudo de Njega. Abri el paquete y todos losinsectos, furiosos por su cautiverio, la emprendieron con el animal mscercano que tenan, que no era otro ms que el leopardo, que como pudo,soport el dolor que le produjeron, sin moverse.

    La rata Ntori coloc el segundo paquete en otra parte del cuerpodel leopardo y lo abri. Njega apenas pudo soportar aquel suplicio sinhacer mueca de dolor.

    Despus abri el tercer paquete sobre la cara del leopardo; queempez a temblar con aquella tortura. Abri el cuarto y Njega empez aretorcer su cuerpo y cuando abri la rata el quinto paquete, el leopardo yano poda soportar el dolor de las picaduras y se levant de la cama alzandoun pual que llevaba escondido. Pero la precavida rata Ntori que ya seesperaba aquella reaccin, gil sali antes de que pudiera atraparla ycorriendo puso tierra de por medio.

    Mientras, entre llantos, el leopardo Njega ciertamente ahora sipareca agonizar de tanto veneno que le haban introducido aquellosinsectos.

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    LA HIJA DEL MERCADER

    En un tiempo en que todos los hombres y bestias vivan juntos,lleg a todos la noticia de que un rico mercader de un pas lejano, tenauna hija para la que quera encontrar esposo. No peda una dote, ni dinero;ofreca su mano a aquel que lograse realizar alguna difciles tareas, quehaba pensado.

    El elefante fue el primero en acudir, pretendiendo ser quien secasase con la muchacha. Se dispuso a realizar la primera prueba, debatomar un cucharn de calabaza roto y con l, llenar un cntaro de agua.Pero cada vez que alzaba el elefante el cucharn, el agua se le escurra yno lograba introducir en el cntaro ms que escasas gotas. Finalmente,comprendiendo que era labor imposible; march del lugar cabizbajo.

    Despus fue el turno del gorila que trat de conseguirlo, pero sinningn xito. El hipoptamo fue el siguiente y todos le animaban, aunqueacab tambin fracasando. Uno tras otro fueron sucumbiendo y slofaltaban el leopardo y la tortuga. A la tortuga no le qued ms remedio queceder el puesto a su adversario que muy pronto tambin desisti y marchenojado.

    La tortuga se acerc pues y saludo al mercader a quien dijo quevena con intencin de casarse con su hija.

    - Podrs hacerlo le dijo-; si logras hacer las cinco pruebas.

    Primeramente la tortuga cogi el cucharn de calabaza y elcntaro que deba llenar. Trat de coger agua con l, pero en vano porquetoda el agua iba a parar al suelo. Se sent un momento a meditar y

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    despus se dirigi al bosque. All tom un poco de goma de caoba, hizo unpequeo fuego y derriti la goma que unt sobre las grietas del cucharn.As logr componerlo en poco tiempo y de esa manera no le result nadadifcil llenar el pequeo cntaro y ofrecrselo al mercader.

    - Fabuloso! dijo el mercader-; es muy lista Ekaga, tortuga.

    A la maana siguiente deba realizar la segunda prueba y elmercader le llev a un lugar donde se encontraba un gran rbol y leencarg que deba coger con sus manos las frutas ms altas para su hija,pero para lograrlo, no poda talar el rbol. Pens que la nica manera delograrlo, sera escalando e hizo una primera prueba. Subi un poco, masrpidamente se desliz hasta el suelo. Pronto se dio cuenta que el rbolhaba sido untado con algn tipo de aceite que lo haca muy resbaladizo yno haba forma de poder subir por l.

    La tortuga se volvi a sentar a meditar y tras estar as algntiempo, se levant y fue a buscar un pico y una pala. Enseguida empez acavar un profundo agujero hacia las races del rbol, que cuando quedaronliberadas, hicieron que el rbol cayera rpidamente. Entonces, la tortugase acerc al rbol y logr coger sin esfuerzo las frutas que entreg a lahija del mercader. Todos estaban asombrados con la astucia de la tortuga.

    As, una tras otra, fue superando todas las pruebas, a cada cualms difcil y obtuvo la mano de la bella hija del mercader.

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    EL REY QUE SE CAS CON LA HIJA DEL GALLO

    Al rey Effion de Duke Twon, Calabar, le gustaban mucho lasdoncellas bonitas. Siempre que oa hablar de alguna chica que destacasepor su belleza, mandaba traerla ante su presencia y si resultaba quellegaba a gustarle mucho, la haca esposa suya. Effion tena ya doscientascincuenta esposas, pero no le pareca suficiente y deseaba para l lasmejores y ms bellas mujeres que haba en la tierra.

    Los amigos del rey solan ayudarle en la bsqueda de chicas deagrado para su monarca y le contaron que la hija del gallo erahermossima, mucho ms que cualquiera de las esposas del rey. En cuantoEffion oy hablar de aquella manera; avis al gallo para casarse con suhija Unen Adia.

    Al gallo, que era muy pobre, no le qued ms remedio que acatarla voluntad y orden del rey y tuvo que llevar a su hija con cuya bellezaqued Effion enormemente satisfecho. El rey pag una dote de seistoneladas de aceite de palma y el gallo le advirti que no deba de olvidarque su hija tena instintos de gallina. No deba culparla si al ver maz, sepona a recogerlo. El rey dijo que no le importaba, que la muchachacomiese lo que desease.

    Effion entonces se cas con Unen Adia y tanto le gustaba que seolvid de las otras esposas y viva slo con Adia, porque era quienrealmente le agradaba. Se diverta muchsimo jugando con ella, leentretena de tantas formas que no poda vivir sin ella. Al resto de mujereslas tena totalmente excluidas y ni tan siquiera les hablaba. Por esoestaban cada vez ms enfurecidas y cada vez odiaban y estaban mscelosas de Adia, por no tener ocasin de poder estar junto al rey.

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    As empezaron a alegrarse imaginando alguna desgracia quepodra devenir a Unen Ada. Despus de discutir mucho de cmo podranperjudicar a la hija del gallo; la ltima de las esposas favoritas y que habadejado de serlo, dijo:

    - Esa chica a quien todas odiamos, al fin y al cabo no es ms que lahija del gallo y no ser difcil dejarla en mal lugar delante del rey.Escuch a su padre decir que no poda resistirse al ver el maz yera capaz de arrojarse encima de l.

    Aprovecharon pues que todo el pueblo y pas haba acudido arendir homenaje al rey. Eso se haca tres veces al ao y llevaban lasgentes ames, gallinas, cabras y maz nuevo. El rey estuvo toda la fiestaentretenido y reparti aceite de palma y una bebida embriagadora llamadapombo. As estaran varios das.

    Lleg la hora de llevar a cabo el plan tramado. Sobre las diez,todos los jefes y gentes estaban reunidos en la plaza, tambin el rey, en sugran silla de madera. Una criada apareci portando una calabaza que en suinterior contena cantidad de maz. Se fue acercando hasta que simultropezarse, arrojando todo el maz a los pies de Unen Adia, quienrpidamente se abalanz sobre el maz y empez a comerlo delante detodo el pueblo. Todos se rean y el rey se sinti muy enojado yavergonzado.

    Muchos dijeron que el rey deba elegir mejor las esposas; quesupieran cuidar mejor los modales y costumbres. Otros dijeron que no sepoda esperar mucho ms de la hija de un gallo; a ella no se la deba deculpar de obedecer a sus costumbres naturales.

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    Pero el rey estaba tan disgustado que orden que hicieran lasmaletas de Ada y que la llevaran a su casa junto a su padre el gallo.

    Ocurri que una de las esposas del rey era buena y ademsapreciaba mucho a Adia; acudi a donde el rey para contarle cmo habantramado todo, sobre todo su penltima esposa. Todo para perjudicar a lahija del gallo y causarle alguna desgracia. Todo haba sido planeado paraque el rey se deshiciese de la pobre Unen Adia.

    Cuando escuch palabras tan sinceras de aquella mujer, decidideshacerse de la causante de aquel lamentable incidente. Qued tanenojado que la mand a casa de vaco, sin ropa ni regalos. Siempre que lospadres de la malvada muchacha haban necesitado algo, el rey se lo habaofrecido; consiguieron hasta entonces cuanto quisieron de palacio. Poreso, sin aquellos recursos, comenzaron a vivir tan miserablemente queacabaron en la calle y pasado el tiempo murieron de hambre.

    El rey haba quedado tan triste por haber expulsado a su esposafavorita Unen Adia, que muri de tristeza al ao siguiente.

    Cuando vieron lo que haba sucedido con el rey, aprobaron undecreto para que a partir de entonces nadie pudiera casarse con ningnanimal o ave.

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    EL LEOPARDO Y EL PEZ

    Hace muchos aos, cuando el rey Eyo gobernaba en Calabar, elpez sola vivir en tierra y era muy amigo del leopardo. A menudo solaacudir a su casa del bosque donde se entretena con el felino.

    Como quiera que la esposa del leopardo era muy bella, el pezacab enamorndose de ella. Despus de aquello, cada vez que el leopardose adentraba por el bosque, el pez aprovechaba para ir a su casa yacostarse con su esposa.

    Pero lleg el da en que una anciana que viva por all advirti alleopardo de lo que estaba ocurriendo entre su amigo el pez y su esposa.Al principio, el leopardo no se quera creer que su amigo pudiera asestarleun golpe tan bajo, pero cuando regres de forma inesperada, se loencontr junto a su esposa.

    Estaba el leopardo tan enojado que primero pens en acabar conla vida del pez; pero como haba sido durante tantos aos su amigo; lo quehizo fue el informar de lo ocurrido al rey.

    El rey celebr un consejo y ofreci un gran discurso. Cuando letocaba al pez su turno de defenderse, no fue capaz de decir nada por loque el rey se dirigi a sus sbditos diciendo:

    - ste ha sido un suceso muy grave, ya que el pesado era granamigo del leopardo, que siempre confi en l y acabtraicionndole.

    El rey entonces hizo una ley por la que los peces en el futuroabandonaran tierra y deberan vivir en el agua y si acudan a tierra,

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    deberan morir pronto. Tambin dijo que a partir de entonces todos loshombres y animales tenan permiso para matar y comer los peces quepudieran atrapar; como castigo por el comportamiento del pez con laesposa del que fuera su gran amigo, el leopardo.

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    LAS MOSCAS Y LA VACA

    En cierta poca, Adisha Umo fue reina de Calabar, siendo muy ricay hospitalaria sola dar grandes fiestas para todos los animalesdomsticos. Nunca invitaba a las bestias salvajes porque las tena muchomiedo.

    En una de las fiestas que dio haba tres grandes mesas y la reinadijo a la vaca que se sentara a la cabeza de la mesa y que se encargaraella de repartir la comida. As que la vaca fue repartiendo el primer plato yal llegar donde la mosca, tal vez por pequea, olvid de darle su parte.Entonces la mosca le llam la atencin y la vaca le contest:

    - Cllate amigo!, usted debe ser paciente.

    Con el segundo plato fue a ocurrir lo mismo y para cuando se huboterminado toda la comida, la mosca no haba probado bocado.

    Al da siguiente se quej la mosca a la reina, y sta, por su malcomportamiento, decidi darles a las moscas libertad para buscar alimentoen la vaca y molestarla siempre que desearan. Por eso es que se puedenver tantas moscas en los lugares donde hay una vaca.

  • 41

    POR QU EL GATO MATA RATAS

    Ansa fue rey de Calabar durante medio siglo. Como ama de llavestena a un fiel gato y tambin tena una rata en casa. Era un rey obstinado,fuerte de cabeza; pero le gustaba demasiado el gato, al que siempre hacair a su tienda.

    La rata, que era muy pobre, se enamor de una de las sirvientasdel rey, pero nada poda regalarle porque ningn dinero posea. Finalmentepens dnde podra obtener qu regalar. Siendo pequea aprovech paracolarse fcilmente en la tienda del rey, por la noche, haciendo un agujeroen el techo. All rob maz y peras nativas, que ofreci a su novia.

    Al ir acabando el mes, el gato cay en la cuenta de que faltaban dela tienda del rey, maz y peras nativas.

    El rey se enoj mucho y pidi al gato explicaciones. Noencontraba explicacin alguna hasta que una amiga le dijo que la rata habaestado robando para ofrecrselo a la sirvienta. Al descubrir aquello, el reyorden azotar a la sirvienta. Pero la rata a su vez, para salvar el pellejo,acus de lo ocurrido al gato.

    As que fueron los dos despedidos. El gato entonces se sinti tanenojado que se comi a la rata y desde entonces, cuando un gato ve a unarata, se la come.

  • 42

    LA TORTUGA, EL ELEFANTE Y EL HIPOPTAMO

    El elefante y el hipoptamo eran tan buenos amigos que siempreapacentaban juntos. Cierto da en que se encontraban cenando, se lesapareci la tortuga dicindoles que a pesar de ser tan grandes y fuertes,ninguno de ellos sera capaz de sacarle del agua, tirando de una cuerdaque estara atada a su pata. Le ofreci diez mil caas al elefante si lograbasacarle del ro al da siguiente. Sorprendido el elefante al ver lo pequeaque era la tortuga que le retaba, as le dijo:

    - Est bien, pero si no logro sacarte del agua, no te dar diez, sinoveinte mil varas.

    As pues, se juntaron por la maana en el ro y tal y como habanacordado, la tortuga at la cuerda a su pata y baj hacia el ro. Ya dentrodel agua, como quiera que conoca perfectamente el lugar, se lanz al aguaante la mirada del elefante y rpidamente solt la cuerda de su pata y laat fuertemente a una enorme roca que haba en el fondo del ro, en la otraorilla. Ella qued bajo el agua.

    El elefante entonces se puso a tirar, primero un poco; luego unpoco ms y finalmente con todas sus fuerzas y con gran esfuerzo durantemucho tiempo. Finalmente, con el elefante exhausto, fue a romperse lacuerda. Entonces, la tortuga desat la cuerda de la roca y se la volvi acolocar en su pata, apareciendo en la superficie sin signos de haber hechograndes esfuerzos. As pues, todos pudieron comprobar que el elefante nohaba sido capaz de derrotar a la tortuga y no le qued ms remedio quepagar a la tortuga el precio acordado en la apuesta.

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    Feliz march la tortuga a casa junto a su esposa, con las veinte milvaras que haba logrado.

    Pasados varios meses, el dinero de la tortuga se haba reducido,as que pens en utilizar la misma artimaa para engaar al hipoptamo yobtener nuevamente gran beneficio.

    El hipoptamo estuvo de acuerdo con la prueba pero puso lacondicin de que l tambin estara en el agua, seguramente paraasegurarse que la tortuga no haca ninguna de las suyas.

    Por la maana se coloc la tortuga en el ro junto al hipoptamo,atndose la cuerda a la pierna. Cuando el hipoptamo se dio la vuelta paraempezar a tirar, la tortuga sali rpidamente del agua, dio dos vueltas a unrbol de palma donde sujet bien la cuerda y luego se escondi al pie delrbol; de manera que el hipoptamo se puso a tirar y a tirar con todas susfuerzas. Tiraba y tiraba sin lograr arrastrar a la tortuga, que descansabatranquilamente a la sombra del rbol.

    Cuando ya agotado, el hipoptamo iba a darse por vencido, latortuga sali rpidamente de su escondite, desat la cuerda del rbol depalma y se la at de nuevo en la pata, de manera que el hipoptamo nologr darse cuenta de la artimaa. El pesado animal entonces, tuvo quereconocer que la tortuga era la vencedora del duelo y que suyas deban deser las veinte mil varas.

    El elefante y el hipoptamo entonces acordaron tomar a la tortugacomo amiga, porque era demasiado fuerte; pero en realidad no erademasiado fuerte, sino demasiado astuta.

  • 44

    Luego les prometi la tortuga que ira a vivir con ellos, pero comoquiera que andaba siempre entrando y saliendo del agua para poder estartanto con un amigo como con el otro. Finalmente envi a su hijo a vivir entierra con el elefante y l se qued en el agua con el hipoptamo.

    Eso explica que existan tanto tortugas en tierra como en el agua.La tortuga de agua suele ser ms grande que la de tierra porque en elagua hay ms peces y alimento para ella que en la tierra.

  • 45

    LA HISTORIA DE LOS PJAROS NSASAK Y ODUDU

    Hace mucho tiempo, en los das del rey Adn de Calabar. ste reyquiso comprobar si algn animal era capaz de aguantar sin comer, largoperodo. Dijo entonces que quien lograra aguantar ms tiempo, quedaraconvertido en jefe de su tribu.

    El pjaro Nsasak es muy pequeo, con su pecho de color verde yrojo brillante, teniendo tambin plumas de color azul y amarillo y cuelloredondo y rojo. Le gusta comer nueces maduras de palma. El pjaro Odudupor su parte, es mucho ms grande, del tamao de una urraca; concantidad de plumas, pero su cuerpo muy delgado y larga cola. Su color esnegro y marrn, con el pecho de color crema. Come principalmente lahierba tolva y es muy aficionado a los grillos que cantan por la noche.

    Tanto Nsasak como Odudu fueron grandes amigos y vivan juntosy juntos planearon presentarse ante el rey para tratar de ganar la prueba ylograr as ser alguno de ellos, jefe. Odudu estaba bastante seguro de queganara ya que era bastante ms grande que Nsasak y se ofreci aaguantar siete das.

    El rey les pidi que construyeran dos casas, para all vigilarlos ydijo que l se encargara de que quedaran bien cerradas. As, se pusieronlos dos amigos a construir cada cual su habitculo, pero como quiera queNsasak era un pjaro muy astuto, pens en que no sera posible aguantarsiete das sin comer nada; as que al hacer su casa prepar un pequeoagujero en la pared, que luego cubri con cuidado para que el rey nopudiera darse cuenta.

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    Cuando el rey se acerc para ver cmo haban quedado susviviendas, le pareci que todo estaba en perfecto orden. Orden pues a lospjaros que entraran y luego las puertas fueron bien clavadas desde elexterior.

    Cada maana, al amanecer, el pequeo Nsask utilizaba el agujeropara escapar y volar a gran distancia y disfrutar durante el da, concuidado de no ser visto por los campesinos. Despus, cuando el sol sedespeda, volaba hasta su pequea casa, se colaba por el pequeo agujeroy lo cerraba despus con cuidado. Cuando ya se encontraba a salvo,llamaba a su amigo Odudu y le preguntaba si senta hambre. Odudu ledeca que s, pero que deban de aguantar si queran vencer. Nsasak ledeca por su parte que se encontraba perfectamente y que poda aguantarmucho tiempo.

    Durante varios das fue ocurriendo lo mismo; pero la voz de Odudupareci irse debilitando ms y ms a cada noche que pasaba. Hasta que unnoche, cuando Nsasak le llam, no obtuvo ninguna respuesta de su amigoOdudu. Se puso muy triste pero no poda decir nada porque tenanprohibido hablar.

    Cuando hubo vencido el plazo, el rey orden abrir las puertas delas casas de los pjaros. Nsasak sali volando y se encaram en la ramade un rbol cercano, donde comenz a cantar alegremente. Por su parte,Odudu no fue capaz de salir, porque el pobre estaba muerto.

    El rey por lo tanto, nombr a Nsasak como jefe principal de todaslas aves pequeas y dicen que en la actualidad el Nsasak es una avedificilsima de capturar debido a su gran astucia.

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    EL ESPRITU DE LAS AGUAS

    Hphere es el gran espritu de mujer en frica; que cuentan que esquien controla los espritus de la lluvia, de los rayos, del agua...

    Dicen que algunas mujeres andaban ocupadas en un lugar donde elagua era muy escasa y llevaban consigo unos frascos llenos de aquelpreciado lquido. De pronto una anciana con un nio pequeo envuelto ensu espalda, se detuvo junto a ellas y les pregunt:

    - Por piedad... podrais darle de beber un poco de agua a mi beb,que tiene mucha necesidad?

    - De eso nada! le contestaron. Tenemos que realizar un largocamino y necesitamos el agua para nosotras.

    La anciana al ir a marcharse les dijo que algn da lamentaran sufalta de amabilidad.

    La pobre mujer prosigui su camino y poco despus se encontr aun hombre subido a un rbol de palma; as que le pregunt:

    - Amable seor podra darle a mi beb un poco de vino de palma,ya que se est muriendo de sed?

    Rpidamente el hombre descendi del rbol y le ofreci unacalabaza que portaba, llena de vino.

    - Pero... no entra la taza para poder coger! dijo la anciana.- No se preocupe contest el buen hombre-, romperemos la

    calabaza y daremos de beber al beb cuanto necesite.

    La mujer qued muy agradecida y le dijo al hombre:

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    - No deje de venir maana a este mismo lugar.

    Por la noche, el hombre se sorprendi porque desde lejos podaverse una vela encendida en el lugar que le indic la anciana. En cuantoamaneci, impaciente se apresur a marchar a donde le haban indicado. Alacercarse se encontr con la anciana que le dijo:

    - No se sorprenda con lo que encuentre, pues ha sido obra deHphere, el espritu de las aguas.

    Entonces el hombre continu y al llegar se llev una gransorpresa; en el lugar donde antes no haba nada, ahora haba un gran lago.

    - Podrs beber y no te faltar pesca le dijo la anciana-; peroninguna mujer debe tocar los peces y el agua de este lugar.

    El lago y los peces haban sido prohibidos para las mujeres por lafalta de caridad y amabilidad que haban demostrado.

    El nombre de ese lago es Bosi.

  • 49

    DEMANE Y DEMAZANA

    Haba una vez dos hermanos que vivan juntos. Ella era mayor y sellamaba Demazana; l era menor y se llamaba Demane. Su casa no era msque una cueva y Demane siempre sola recordarle a su hermana que en suausencia jams deba de encender fuego; pues el olor podra atraer a loscanbales que solan andar siempre al acecho por aquellos bosques.

    Pero cierto da olvid Demazana los consejos de su hermano ehizo una pequea fogata. As que atrado por el olor del humo; uno de loscanbales lleg hasta la cueva y se llev a la muchacha consigo. Demazanalogr al menos coger un puado de cenizas que fue arrojando poco a pocohasta que llegaron a la hermosa choza del canbal; donde introdujo a Lamuchacha en un saco que despus qued bien atado.

    Cuando regres Demane a la cueva, al ver el humo y notar laausencia de su hermana, pronto imagin lo que habra ocurrido. Se sentsobre una roca para pensar qu hacer y en ese mismo instante, observ unpoco de ceniza junto a la entrada de la cueva. Rpidamente comprendique era una seal que su astuta hermana le haba dejado para que pudieraencontrarla.

    Fue siguiendo el rastro de cenizas y por el camino encontr unenjambre de abejas que con cuidado llev consigo; escondindolo justoantes de llegar al lugar donde se terminaba el rastro de las cenizas, lachoza del canbal. All, haciendo como que no saba nada, llam a la puertay pidi un vaso de agua. Como quiera que el canbal march en busca delagua, Demane aprovech aquel momento para desatar el saco, liberar aDemazana para que escapara. Despus introdujo rpidamente el enjambre

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    de abejas en el saco y tuvo tiempo justo para atarlo, ya que entoncesapareci el canbal con el agua.

    As marcharon felices los hermanos, quitando las seales deceniza, por si acaso. El canbal por su parte estaba preparado para su granbanquete. Cuando abri el saco, las abejas que pululaban dentro, le picaroncon tanta fuerza que horrorizado sali corriendo a fuera de su choza y seprecipit a un estanque donde qued convertido en mojn de rbol.

    Los hurfanos tomaron posesin de aquella hermosa choza y detodas las pertenencias del canbal.

  • 51

    LA NIA DE ARCILLA

    Una mujer tom cierto da arcilla y molde una preciosa nia quevisti con fina costura; pero entonces le advirti:

    - Hija ma... te he hecho de arcilla; as que si notas que empieza lalluvia, debes regresar rpidamente a nuestra casa del pueblo oponerte a resguardo.

    La muchacha prometi que hara caso de cuanto le habaaconsejado.

    Cierto da llegaron a donde ella otras chicas dicindole:- Compaera, ven a jugar con nosotras.

    As que march con las jvenes, caminaron juntas y llegado elmomento; al llegar a un lago, se desnudaron y comenzaron a baarse.

    - Ven a baarte con nosotras! le gritaban.

    Pero la muchacha entristecida se neg a hacerlo y cuando lepreguntaron los motivos de no entrar al agua, ella permaneci callada.

    Al da siguiente todas las chicas marcharon al lago, la muchachade arcilla fue con ellas y nuevamente se dispusieron a tomar un bao.

    - Ven a jugar dentro del lago! le gritaban.

    En esta ocasin s les hizo caso y la chica de arcilla se metitambin en el agua; pero en aquel preciso momento comenz a derretirse.Asustada se puso a gritar:

  • 52

    - Ay madre, ven!, tmame!

    Pero la madre se neg al tiempo que le deca:- Hace mucho que te advert que no debas ir al agua y me has

    desobedecido!

    Y la pobre nia se desvaneci.

  • 53

    BLANCOS Y NEGROS

    Al comienzo de los tiempos cuatro hombres caminaban a travs deun bosque y llegaron a un lugar donde haba dos ros; uno con el agua tanclara como el cristal, llena de pureza. El otro era negro, resultabaasqueroso y horrible al gusto; pero el sucio estaba ms cerca del caminoque llevaban y el cruzarlo les felicitara continuar por aquel mismo camino.El cristalino, aunque estaba ms apartado, probablemente permitiratambin retomar el camino de antes.

    Dos decidieron cruzar por el ro negro y los otros dos en cuantotocaron el agua, se dieron la vuelta y cruzaron por el cristalino; al pasar elro descubrieron para su sorpresa que su piel haba tomado el color negropor todas partes donde haban tocado el agua; menos los plantas de lospies por llevar sandalias, las plantas de las manos y la boca.

    En cambio, los dos hombres que haban cruzado por el ro negro,haban tomado un color muy blanco. Al cruzar el ro, adems, los dos paresde hombres haban tomado caminos diferentes. Los blancos llegaron a unlugar muy grande donde blancas esposas les esperaban. Los hombresnegros tambin encontraron negras mujeres en una aldea donde secasaron.

    As es que algunas personas son negras y otras blancas.

  • 54

    LA HISTORIA DE UNA MUCHACHA ASTUTA

    Haba un hombre que tena una hermosa hija y todos los chicos laqueran a causa de su belleza. Dos jefes que fueron rivales acudieron unda a donde la chica diciendo que venan por ella.

    - Qu queris de m? pregunt.- Nos gustas mucho, por eso vinimos donde ti contestaron.

    La chica fue entonces a contarle a su padre cuanto ocurra con lavisita que haba recibido. Entonces el padre se acerc a ellos y lespregunt por qu motivo haban acudido a aquel lugar.

    - Somos rivales entre nosotros y venimos a buscar a tu hija condeseos de ser su esposa.

    - Bueno... -les dijo el padre-; quedaros a dormir esta noche ymaana nos juntaremos de nuevo para resolver esta cuestin.

    Cuando hubo amanecido acudieron los pretendientes a donde elpadre de la chica.

    - Aqu estamos, tal y como nos pediste que hiciramos.

    Mientras la chica escuchaba atenta, el padre les dijo:- Esperad aqu mientras voy al mercado y compro un pedazo de

    tela.

    El padre entonces se levant, cogi dinero y march rumbo almercado. Se acerc al lugar donde vendan ropa y compr el pedazo detela, regresando despus al lugar donde los dos jvenes le estabanesperando. Al encontrarlos, avis tambin a su hija y les dijo:

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    - Vosotros sois dos y la chica una tan slo. Si le doy a uno mi hija,al otro se la tendr que negar. He aqu una prueba que preparpara poder resolver este dilema. Aqu tenis esta pieza de tela; lapartir en dos trozos para que hagis costura de un vestido cadauno; quien primero termine su labor, podr casarse con mi hija.

    Tom cada uno su pedazo de tela y se dispusieron a cosermientras el padre observaba. Tambin pidi a su hija que se acercaratomando agujas e hilos y le dijo:

    - Toma el hilo y agujas y encrgate de irlo enhebrando y dando alos jvenes.

    As lo hizo, pero como la muchacha era muy astuta; sin saberlo tansiquiera su padre; fue enhebrando hilos cortos para el chico que realmentele gustaba y largos al otro; de manera que dando pequeas puntadas fue elprimero avanzando ms rpido en su labor, mientras que el otro dabalargas puntadas, teniendo que arrastrar siempre un trozo de hilo muchomayor.

    Iba pasando el tiempo y el padre les preguntaba si ya habanacabado; ellos decan que no. Preguntaba otra vez y otra vez la mismarespuesta; preguntaba de nuevo y de nuevo decan que no. Finalmente eljoven que haba gustado a la chica dijo haber acabado su vestido y mostrsu prenda perfectamente acabada. Al otro pretendiente sin embargo, anle faltaba buena parte por coser.

    Entonces, por curiosidad, los jvenes preguntaron al padre losmotivos de haberles hecho realizar aquella curiosa prueba.

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    - Hijos mos!; cuando acudisteis a m para casaros con mi nicahija, yo no poda saber cul de los dos convena como esposapara mi pequea. Os hice coser los vestidos porque pens que elque ms rpido cosiera para casarse con mi hija; tambintrabajara ms rpido para que pudieran vivir mejor. Mientras queel que cosiera ms despacio, tambin podra hacer otras laboresms despacio.

    Los dos estuvieron conformes con la explicacin del padre; lo queno saban ni ellos, ni el propio padre; era que quien haba determinadoquin sera el ganador de la prueba, haba sido la astuta muchacha; que notard mucho tiempo en casarse con el joven que haba terminado de coserel vestido antes.

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    LA LIEBRE Y LA TORTUGA

    Shulo, la liebre; siempre andaba jugando malas pasadas al restode los animales; consiguiendo las cosas ms preciadas que a ellospertenecan. Como sola ser el ms listo, as sola lograr casi siempreaquello que se propona. Aunque haba dos animales: Jongwe el gallo yHamba la tortuga, que estaban a su altura en astucia. En esta historiapodremos ver quin fue ms listo, si la liebre o la tortuga.

    En cierta ocasin liebre y tortuga salieron juntas a robar patatasdulces. Despus de haber excavado y cogido cuanto deseaban, hicieron unfuego y comieron suficientes patatas asadas como para calmar el hambre.El resto de patatas las introdujeron en dos sacos, para llevar a casa. Laliebre entonces dijo:

    - Venga!, vamos a correr en direcciones opuestas, avisando a lagente de que alguien les est robando las patatas. Luegoregresamos a por nuestros sacos y correteamos rpidamentehasta casa, antes de que puedan alcanzarnos.

    La liebre haba pensado que la tortuga sera tan lenta que la genteira a atraparla antes de que pudiera alcanzar el campo de patatas yescapar con su saco. As partieron por senderos opuestos, gritando yavisando a la gente. Despus, Shulo, rpidamente regres a por su saco.No haba ni rastro de la tortuga.

    - Seguramente pens-, a estas alturas ya habra sido capturada porlos enfadados campesinos y castigada por ladrona.

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    La liebre cogi su saco y lo ech por encima del hombro,partiendo a toda velocidad hacia su casa.

    - Cunto pesa el saco! deca-; menuda cena que tendremos hoyen casa!

    Ms delante le dio la impresin de que el saco pesaba algo menosy se dijo:

    - Qu fuerte estoy!, cuanto ms camino, ms cmodo y fcil meresulta llevar el saco.

    Cuando lleg a casa, llam a su esposa:- Oh, mujer!; venga y vea que rica cena traigo. La tortuga hizo casi

    todo el trabajo y yo me traigo sus patatas deca sin poder pararde rerse.

    Arroj el saco al suelo y lo abri. Pero no fueron patatas lo quecayeron, sino la tortuga.

    - Una buena cena dijo la tortuga-, la que he disfrutado mientraspaseaba.

    Y la liebre Shulo se qued all con dos palmos de narices, porquecreyndose la ms astuta, la tortuga haba demostrado serlo an ms.

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    EL BABUINO Y LA LIEBRE

    En cierta ocasin, Shulo, la liebre pens en jugarle una malapasada a Zinhede, el babuino. As que fue donde l y le dijo:

    - Babuino, babuino! Tengo un juego muy bueno y divertidovamos a matar a nuestras madres!

    Entonces la liebre se introdujo en su casa y cogiendo un palo sepuso a dar golpes y golpes con enorme ruido y luego apareci contento ydiciendo:

    - Ya est!, qu divertido!

    El mandril que lo haba escuchado todo, dijo:- Si la liebre ha hecho lo que acordamos; pues yo debo hacerlo

    tambin.

    El inocente babuino tom el palo y a golpes acab con la vida desu madre. Despus marcharon juntos de cacera y cuando regresaron, elmandril fue a su casa y no encontr nadie que le preparase la cena ehiciese compaa. Slo hall a su madre muerta. Estaba slo, hambriento;triste y lloraba desconsoladamente.

    La liebre Shulo por su parte lleg a casa cantando y riendo, entredientes. All estaba su madre que pronto se dispuso a preparar la cena.Juntos coman y se rean del estpido babuino que tena tan poco sentidoque por divertirse, haba matado a su mejor amiga.

  • 60

    EL LEADOR Y SU BURRO

    rase una vez, un leador pobre, que trabajaba todos lo dascortando lea en el bosque. Por la tarde cargaba su burro con la maderaque haba logrado cortar e iba a la ciudad a venderla. Lo que ganaba tanslo le daba para que pudieran comer su mujer y en aquel mismo da. Asvivieron muchos das y muchos meses.

    Un da en que fue a la selva y se encontraba trabajando, observmuchas aves sobre un rbol con el pico abierto y haba una nube deinsectos sobre el rbol que caan en la boca de los pjaros. Entonces elleador se dijo:

    - He aqu que las aves se sientan en la parte superior de un rbolcon la boca abierta y Dios los alimenta con insectos que caen ensu boca. No tienen que traban ni hacer nada para conseguirsustento; tan slo abrir la boca y ya son alimentados. Por qutendra yo que trabajar duro todo el da, para recibir lo justo paracomer? Por qu no me da Dios as de comer?

    Con esos pensamientos carg su burro con madera y regres a sucasa. Cuando lleg, se meti en la cama. Su esposa tuvo que salir a venderla madera. Compr algo de comida y regres a casa. Como quiera queencontr a su marido todava acostado, le pregunt:

    - Mi marido... est usted enfermo?- No! Tan slo estoy esperando a que Dios me d de comer como

    vi que daba a los pjaros en el bosque, sin hacer ninguna labor.

    La mujer, extraada march a preparar la comida y cuando estuvolista, dijo al marido:

    - La comida est lista!

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    - No!, no me levantar, esperar a que Dios me de de comer comoellos recibieron alimento, sin tener que moverse del lugar dondeestaban.

    Finalmente tuvo que llevarle la esposa la comida a la cama y lonico que hizo fue comer y dormir. A la maana siguiente, su esposa ledijo:

    - Levntate mi marido! Es hora ya de ponerse a trabajar.- No voy a trabajar! Esperar aqu en la cama a ser alimentado.- Pero marido... no tenemos ni comida, ni dinero, qu es lo que

    vamos a hacer si no vas a trabajar?- No importa! Si Dios es capaz de alimentar a los pjaros cuando

    tienen hambre, tambin ser capaz de darme a m de comer.

    Ocurri que un vecino tuvo un sueo de que exista cierta cuevacon un gran tesoro almacenado. Como haba escuchado que el leador noiba a trabajar, fue a pedirle prestado su burro para traer la riqueza queso que haba en la cueva. Fue a hablar con el leador, pero era tan maloque no quera decir nada acerca de la visin. Llam a la puerta y le abri laesposa. Despus fue a llamar a su marido, pero como quiera que nodeseaba levantarse, tuvo que ir el vecino a su habitacin, donde le dijo:

    - He de hacer un viaje y si me prestas tu burro para realizarlo, tedar unas pocas monedas de cobre.

    Como el leador estuvo de acuerdo, march con el burro al lugarque haba soado. All encontr la cueva y en su interior, montones de oro,plata y cobre. Cogi entonces todo el oro y la plata y llen las alforjas delburro. Sali de la cueva con el animal, pero como no quera dejar ni tanslo el cobre, volvi a entrar a la cueva y a coger en la ropa aquellasmonedas de cobre. Mientras estaba con aquella tarea, hubo un derrumbe y

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    la entrada de la cueva fue a quedar tapada, quedando el avaricioso hombreall, sin poder ya salir. El burro esper y espero, pero como quiera que yacomenzaba a anochecer, regres a casa, quedando junto a la puerta. Alescuchar la mujer un ruido, dijo a su marido:

    - Mi marido, hay alguien en la puerta; levntate y ve a abrirla paraver de quin se trata!

    - No, mi mujer! No voy a levantarme hasta que Dios me traiga micomida.

    No le qued ms remedio a la mujer que abrir la puerta y alhacerlo encontr al burro que entr en la casa y se dirigi al lugar dondese encontraba el dueo, la cama. Entonces el hombre observ que su burrollevaba las alforjas cargadas de oro y plata. El hombre y su esposaesperaron el regreso del vecino, pero al ver que no volva empezaron ahacer planes. El marido dio a su esposa:

    - He aqu, mi esposa; que todos los vecinos saben que somos muypobres y no tenemos dinero en casa. Aunque tan slo furamos acoger un poco de dinero para comprar comida, seguro iran hadecir que es dinero robado. De qu manera vamos a lograrentonces poder utilizar esta riqueza? Pues incluso si nos vamos,seguro que sospechan algo.

    As que planearon algo juntos. Cuando todo el mundo dorma,colocaron un poco de dinero en cada puerta de las casas cercanas. Enunas diez reales, en otras cinco...

    Por la maana, cuando la gente fue abriendo sus puertas, he aquque encontraron monedas de plata junto a ella. Por eso pronto se supo loocurrido y pensaron que alguna persona generosa, habra sido quien habahecho aquello. Por eso los vecinos no sospecharon nada cuando vieron al

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    leador y su esposa con dinero para comprar comida. Haba dicho elleador que haba descubierto veinte reales en la puerta aquella maana yque su esposa iba a gastar ese dinero, para emprender un viaje a un paslejano donde tratar de encontrar mejor fortuna.

    As, compraron lo necesario para el viaje con un poco dinero y elresto lo cargaron en las alforjas del burro. Viajaron y viajaron hasta llegara un pas donde nadie les conoca y compraron una casa, en aquel lugardecan de ellos:

    - He aqu, que estos deben ser gente popular y rica que han venidode un pas lejano.

    As vivieron con esplendor, gastando su dinero y as termina lahistoria de un leador que haba confiado en Dios.

  • 64

    LA HIENA Y EL POZO DE AGUA

    Cuentan que una hiena sedienta, march un da a beber agua;lleg a un pozo y se inclin para saciar su sed. Cuando se inclin pudo verun rayo de luna que brillaba en el agua. Al ver aquel claro de luna, pensque en realidad se trataba de un hueso. Intent cogerlo pero no pudo, asque se dijo:

    - Si bebo toda el agua, obtendr sin problemas el hueso, que debeestar en la parte inferior.

    Bebi y bebi, pero el agua no se acababa. Bebi y bebinuevamente, hasta que estuvo tan lleno que muri.

  • 65

    UNA MUJER DE MADERA

    rase una vez un hombre pobre que sola salir a pedir limosna. Unda se puso a pensar para s:

    - Soy un hombre pobre que no tiene mujer. Cuando vuelvo demendigar, no encuentro a nadie que prepare la comida y me hagacompaa.

    Sali pues al bosque y tal un rbol; tallando despus con l, unamujer de madera y la llev con l a casa. Luego confeccion joyas ycollares de madera y en el momento preciso en que se los coloc; fue latalla a convertirse en mujer real a quien llam Mwanamizi, el hijo de unaraz y as feliz vivi con ella durante muchos das.

    Ocurri que cierto da en que el hombre haba salido a mendigar,una esclava sali corriendo del palacio en busca de una brasa con la queencender el fuego. Se acerc y llam a la puerta de los pobres. Comoquiera que no obtuvo respuesta, entr y fue a la cocina y all encontr unahermosa mujer adornada con preciosas joyas y collares. Regrescorriendo a donde el sultn, a quien dijo:

    - Acabo de ver a la mujer ms bella y maravillosa en casa delmendigo que vive cerca de nosotros.

    Entonces el sultn orden a sus soldados:- Marchad a buscar a la esposa del mendigo para saber si las

    palabras de la esclava son verdaderas o falsas.

    Entonces fueron y llevaron a Mwanamizi a palacio y el sultn pudoconocer lo realmente bella que era. As que dijo:

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    - Esta mujer es demasiado bella para ser la esposa de un mendigo.Llevdsela a mi hijo!, para que sea su esposa.

    Cuando el mendigo regres a casa, no pudo encontrar a su esposay no tardaron los vecinos en contarle que haba sido llevada a palacio.Entonces, arroj la bolsa que portaba al suelo y march deprisa a palacio,presentndose enfadado junto al sultn, a quien dijo:

    - Dnde est mi mujer, la que os habis llevado?- Fuera de mi vista! grit el sultn. O tendr que pedir a mis

    soldados que le golpeen.- Si no piensa devolverme mi esposa, al menos deber devolverme

    los adornos y prendas que vista, pues hasta entonces, no piensomarcharme.

    El sultn acab echando al pobre de palacio y ste se acerc almarco de la ventana y se puso a cantar:

    - Yo tall a mi esposa con la madera de un rbol, la tall con unmimo incalculable y tambin tall las joyas y collares que porta.Devolvdmelas y dejar marchar a Mwanamizi.

    La mujer escuch la cancin con el rostro baado en lgrimas y elsultn le dijo entonces que se quitara aquellos estpidos adornos para queel mendigo desapareciese.

    - Yo te dar joyas diez veces ms finas y valiosas.

    La mujer no quera quitrselas pero el pobre hombre volvi acantar su cancioncilla. Entonces la mujer se quit los adornos diciendo:

    - Los adornos son tuyos, joyas finas, grilletes. Toma! Oh se losllevan, Makami y se van!

  • 67

    Ella llor mucho y fue sacando todas sus joyas y adornos, hastaque slo le qued uno. Entonces, el sultn le dijo:

    - Qutate todos los adornos para que marche de una vez!

    Pero Mwanamizi no quera deshacerse de ese encanto porque erasu alma. Despus, el hombre volvi a cantar y la muchacha se quit elltimo adorno del cuello y lo arroj. En ese preciso momento quedconvertida en un rbol que ahora est en casa del sultn.

  • 68

    EL LEN, LA HIENA Y LA LIEBRE

    En cierta ocasin, sucedi que una hiena, un len y una liebreemprendieron juntos un viaje. El camino era largo y pasaron muchahambre, tanta que como an faltaba bastante para acabar el trayecto y notenan ya esperanza de obtener comida, se reunieron en consejo y dijeron:

    - Si continuamos as moriremos todos, mejor ser comerse a unopara que al menos los otros dos puedan sobrevivir.

    Estuvieron todos de acuerdo en esa cuestin pero no lograbanconsenso en decidir quin sera el desafortunado que servira de almuerzo.Finalmente acordaron que el ms joven de los tres deba de ser comidopor los otros dos. Entonces, el len dijo a la liebre:

    - Ahora, dinos tu edad para que la sepamos!- Oh no, seor! Siendo yo el ms pequeo y dbil de los tres, no

    sera apropiado ni educado que yo hablara antes que los grandes.Ustedes maestros, digan su edad y despus yo hablar.

    As pues, el len se dirigi a la hiena dicindole:- Entonces... usted debe hablar en primer lugar.- Mi edad es de quinientos aos dijo la hiena- Ahora liebre, usted ha de hablar.- No, no! Yo no podra anticiparme en la palabra al mismsimo len.

    Despus de pensar un poco, el len dijo:- Yo tengo dos mil aos de antigedad.

    Al or esto, la liebre se puso a llorar y alegre la hiena le preguntpor qu lloraba:

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    - Oh, amigos mos! Lloro al acordarme de mi hijo mayor, porqueprecisamente hace dos mil aos que muri.

    As que el len mat a la hiena y pudieron reponer las fuerzas yterminar aquel viaje que haban emprendido.

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    BIBLIOGRAFA UTILIZADA

    - Barker, William Henry y Sinclair, Cecilia. West African FolkTales. G. G. Harrap Company. London 1917.

    - Curtis, Natalie y Qandey Cele, Madikane: Songs and tales fromdark continent. G. Schirmer. 1920.

    - Mayo, Isabella Fyvie: Old stories and sayings of the continent ofAfrica. C. Daniel V, London.

    - Honeij, James Albert: South-African Folk Tales Baker. NewYork, 1910.

    - Koelle, Sigismund Wilhelm: African native literature, or proverbs,tales, fables. London, 1854.

    - Lang, Andrew: Folk stories from Southern Nigeria, West Africa.- Nassau, Robert H.: Where animals talks: West African Folk-lore

    tales The Gorham Press. Boston 1912.- Stigand, C.H. y Stigang, Nancy Yulle: Black tales for white

    children. Boston, 1914.

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    TTULOS PUBLICADOS DE LA BIBLIOTECA DE LAS GRANDESNACIONES.

    COLECCIN: TRADICIONES Y LITERATURA SAHARAUI

    (1) Cuentos tradicionales saharauis. Libro I. (Octubre 2012)(1 Libro de la Biblioteca de las Grandes Naciones).

    (2) Relatos del Pas de los saharauis. Libro I. Varios autores.(Octubre 2012) (2 Libro de la Biblioteca de las GrandesNaciones).

    (3) Mil y un poemas saharauis. Libro I. Varios autores.(Noviembre de 2012) (3 Libro de la Biblioteca de lasGrandes Naciones).

    COLECCIN DE CUENTOS TRADICIONALES DELMUNDO.

    (1) Antiguos cuentos de frica. (Diciembre de 2012) (4 Librode la Biblioteca de las Grandes Naciones)

    Nota: Todos los libros estn escritos y publicados con la intencinde que puedan circular libremente por la red, entre personas yasociaciones interesadas y pueden formar parte tambin de ladocumentacin de Asociaciones, Pginas, Bibliotecas... que as lo veanconveniente. Si no localiza alguno de los ttulos y desea tenerlo, no tienems que dirigirse al siguiente correo electrnico, [email protected] en el asunto: Biblioteca de las Grandes Naciones. Tambinpara otras consultas o para el envo de informacin como pueden ser

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    cuentos o leyendas de su tierra, pues la coleccin se va cumplimentandocon la ayuda de decenas de personas.