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Escuela Secundaria Oficial No. 920
“Sor Juana Inés de la Cruz”
Antología Electrónica
Presenta:
José Jesús Corona Reyes
San Marcos de la Cruz, México Octubre, 2014
Índice
El Barroco Luis de Góngora y Argote 4 Miguel Ángel de Quevedo 6 Miguel de Unamuno 8 Juan Ruiz de Alarcón 10 Sor Juana Inés de la Cruz 12 Carlos de Sangüesa y Góngora 14
El Romanticismo Gustavo Adolfo Bécquer 16
El Modernismo Manuel Acuña 18 Rubén Darío 20 Amado Nervo 22 Manuel Gutiérrez Nájera 24 Ramón López Velarde 26
Generación de 27 Horacio Salvador Zúñiga Anaya 28 Gabriela Mistral 30 Rosario Castellanos 32 Jaime Sabines 34
Presentación
La presente antología electrónica contiene los
movimientos literarios de la lengua española,
abarcado desde el siglo de Oro española,
demostrando la riqueza retórica del periodo barroco,
el manejo del lenguaje, la métrica y la rima
permiten, conocer e identificar el florecimiento de la
poesía.
El manejo de los versos de arte menor así como los
de arte mayor, se manifiestan en cada uno de los
movimientos literarios, el romanticismo consolida el
manejo de estas reglas, el modernismo trata de
alternar estas y con las contemporáneas, las formas
de escribir evolucionan, manejando la prosa en la
escritura de versos, como una alternativa.
Luis de Góngora y Argote
Nació en la antigua calle de Las Pavas en una casa
propiedad de su tío Francisco Góngora, racionero de la
catedral, situada en el lugar que hoy ocupa el número 10 de
la calle, aunque siguen existiendo dudas sobre estos datos.
Era hijo del juez de bienes confiscados por el Santo Oficio
de Córdoba don Francisco de Argote y de la dama de la
nobleza Leonor de Góngora. Estudió en la Universidad de
Salamanca, donde llamó ya entonces la atención como
poeta, tomó órdenes menores en 1575 y fue canónigo beneficiado de la catedral
cordobesa, donde fue amonestado ante el obispo Pacheco por acudir pocas veces al coro
y por charlar en él, así como por acudir a diversiones profanas y componer versos
satíricos. Desde 1589 viajó en diversas comisiones de su cabildo
por Navarra, León(Salamanca), Andalucía y por ambas Castillas (Madrid, Granada, Jaén,
Cuenca o Toledo). Compuso entonces numerosos sonetos, romances y letrillas satíricas y
líricas, y músicos como Diego Gómez, Gabriel Díaz o Claudio le buscaron para musical
estos poemas.1
Durante una estancia en la Corte de Valladolid se enemistó con Quevedo, a quien acusó
de imitar su poesía satírica bajo pseudónimo. En 1609 regresó a Córdoba y empezó a
intensificar la tensión estética y el barroquismo de sus versos. Entre 1610 y 1611 escribió
la Oda a la toma de Lara che y en 1613 el Polifemo, un poema
en octavas que parafrasea un pasaje mitológico de las Metamorfosis de Ovidio, tema que
ya había sido tratado por su coterráneo Luis Carrillo y Sotomayor en su Fábula; el mismo
año divulgó en la Corte su poema más ambicioso, las incompletas Soledades. Este
poema desató una gran polémica a causa de su oscuridad y afectación y le creó una gran
legión de seguidores, los llamados poetas culteranos (Salvador Jacinto Polo de Medina,
fray Hortensio Félix Panavisión, Francisco de Trillo y Figueroa, Gabriel Bocángel,
el Conde de Villa mediana, sor Juana Inés de la Cruz, Pedro Soto de Rojas, Miguel Col
odrero de Villalobos, Anastasio Pantaleón de Ribera...) así como enemigos
entre conceptistas como Francisco de Quevedo o clasicistas como Lope de
Vega, Lupercio Leonardo de Argensola y Bartolomé Leonardo de Argensola.2 Algunos de
estos, sin embargo, llegaron con el tiempo a militar entre sus defensores, como Juan de
Jáuregui.
Poema
A córdoba
¡Oh excelso muro, oh torres coronadas
De honor, de majestad, de gallardía!
¡Oh gran río, gran rey de Andalucía,
De arenas nobles, ya que no doradas!
¡Oh fértil llano, oh sierras levantadas,
Que privilegia el cielo y dora el día!
¡Oh siempre gloriosa patria mía,
Tanto por plumas cuanto por espadas!
Si entre aquellas ruinas y despojos
Que enriquece Genil y Da uro baña
Tu memoria no fue alimento mío,
Nunca merezcan mis ausentes ojos
Ver tu muro, tus torres y tu río,
Tu llano y sierra, ¡oh patria, oh flor de España!
Miguel Ángel de Quevedo
Recibió el diploma de bachiller en ciencias de
la Universidad de Burdeos, en Francia, y se graduó
como ingeniero civil, con especialización en ingeniería
hidráulica, en 1887, por la Escuela Politécnica de París.
A inicios del siglo XX, Quevedo trabajó en el Departamento
Forestal de la Secretaría de Agricultura (del cual fue jefe
varias veces). En esa oficina, trabajó en un programa de
parques para el área urbana de la Ciudad de México, que
en una década incrementó en 800% el área dedicada a parques en la ciudad. En 1907,
Quevedo fue pieza clave en conseguir apoyo del gobierno de Porfirio Díaz para expandir y
cuidar los Viveros de Coyoacán, la pieza central de un sistema de viveros que producía
2,4 millones de árboles.
Durante el gobierno de Francisco I. Madero creo una reserva forestal en Quintana Roo,
pero sus proyectos se vieron interrumpidos tras el golpe de estado de Victoriano Huerta el
cual lo obligó a exiliarse del país entre 1914 y 1917.1
Durante el gobierno de Venustiano Carranza regresó y trabajó para lograr que el
Desierto fuese nombrado el primer parque nacional de México.2
Fundó la Sociedad Forestal Mexicana en 1922. Uno de los propósitos de la nueva
sociedad fue conseguir la implantación de una enérgica ley forestal en México; objetivo
alcanzado en 1926, cuando Plutarco Elías Calles promulgó la ley respectiva, y su
reglamento al año siguiente. Esta ley fue el arquetipo para todas las subsecuentes leyes
forestales en el país.
El ingeniero Quevedo construyó varias edificaciones notables, destacando la gran calidad
de los acabados y las diversas soluciones que implementó en ellas. Fue el constructor
preferido del empresario Ernesto para realizar los edificios de la Cigarrera del Buen Tono,
destacando el Conjunto Mascota, un edificio de departamentos al estilo parisino, que fue
concebido para albergar a parte de los trabajadores de la cigarrera; sus departamentos
fueron considerados los mejores de su tiempo por su amplitud y funcionalidad.
Murió en la ciudad de México, el 15 de julio de 1946. Una avenida y
una estación del Metro de la Ciudad de México, en la Delegación Coyoacán, llevan su
nombre.
Poema
SONETO A LUIS DE GÓNGORA
Yo te untaré mis obras con tocino
porque no me las muerdas, Gong orilla,
perro de los ingenios de Castilla,
docto en pullas, cual mozo de camino;
apenas hombre, sacerdote indino,
que aprendiste sin cristus la cartilla;
chocarrero de Córdoba y Sevilla,
y en la Corte bufón a lo divino.
¿Por qué censuras tú la lengua griega
siendo sólo rabí de la judía,
cosa que tu nariz aun no lo niega?
No escribas versos más, por vida mía;
aunque apuesto de escribas se te pega,
por tener de sayón la rebeldía.
Miguel de Unamuno
Miguel de Unamuno nació en el número 16 de la calle
Ronda de Bilbao, en el barrio de las Siete Calles. Era el
tercer hijo y primer varón, tras María Felisa, nacida en
1861,4 y María Jesusa, fallecida en 1863,5 del
matrimonio habido entre el comerciante Félix María de
Unamuno La raza y su sobrina carnal, María Salomé
Crispina Jugo Unamuno, diecisiete años más
joven.6 Más tarde nacieron Félix Gabriel José,7 Susana
Presentación Felisa8 y María Mercedes Higinia.9
Su padre, nacido en 1823, hijo de un confitero de Vergara,10 emigró joven a la
ciudad mexicana de Tepic. A su regreso, en 1859, gracias al capital acumulado, solicitó
licencia municipal para que su horno panadero de Achuri pudiera utilizar agua del
manantial Uzcorta. En 1866, cuando contaba 43 años, pidió permiso para establecer un
despacho de pan en los porches de la Plaza Vieja.11 Se presentó a las elecciones
municipales celebradas tras la Gloriosa, saliendo elegido por el distrito de San Juan con
120 votos.12 El 1 de enero de enero de 1869 juró su cargo de concejal en la sesión
constitutiva del nuevo ayuntamiento.13
Antes que Félix, en 1835 y debido a la guerra carlista, habían llegado a la capital vizcaína
dos de sus hermanas: Benita, nacida en 1811, y Valentina, quince años menor que
ella.14 Benita, acabada la guerra, contrajo matrimonio con José Antonio de Jugo y
Erezcano,15 pequeño rentista natural de Cebe río, dueño con su esposa de la confitería
«La Vergaresa». La más joven, Valentina, casó en 1856 con Félix Aranzadi Aramburu,
quizá un antiguo trabajador de la pastelería de su padre14que abrió una chocolatería en
Bilbao con el mismo nombre que había tenido el negocio de sus cuñados.17 Félix y
Valentina fueron los padrinos en el bautismo de Miguel.18
Su madre, Salomé, hija única, fue bautizada en Bilbao el 25 de octubre de 1840.19Poco
después de los cuatro años murió su padre20 y su madre volvió a casarse en 1847, esta
vez con José Narbaiza.21
A los pocos meses de nacer, los padres de Miguel cambian de domicilio y se instalan en
el segundo piso derecha de la calle de la Cruz número 7. En los bajos se halla la
chocolatería de sus tíos, que viven en el primer piso.18 No ha cumplido todavía los seis
años cuando queda huérfano de padre. Félix de Unamuno falleció el 14 de julio de 1870
en el balneario de Urberuaga, en Marquina, «de enfermedad de tisis pulmonar».
Poema
¡Dime qué dices, mar!
¡Dime qué dices, mar, qué dices, dime! Pero no me lo digas; tus cantares
son, con el coro de tus varios mares, una voz sola que cantando gime.
Ese mero gemido nos redime de la letra fatal, y sus pesares,
bajo el oleaje de nuestros azares, el secreto nos oprime.
La sinrazón de nuestra suerte abona,
calla la culpa y danos el castigo; la vida al que nació no le perdona;
de esta enorme injusticia sé testigo,
que así mi canto con tu canto entona, y no me digas lo que no te digo.
Juan Ruiz de Alarcón
Las noticias sobre la infancia de Juan Ruiz de Alarcón
son escasas,11 por lo que no se sabe con exactitud el
lugar y la fecha de su nacimiento. Aunque según el
propio dramaturgo, nació en la Ciudad de México en
1580 o 1581, la mayoría de los estudios consideran la
localidad de Taxco (en el actual estado de Guerrero)
como el verdadero lugar de nacimiento.3
Se sabe que su abuelo materno era judío y que su
abuelo paterno era hijo de un sacerdote de La
Mancha y una esclava mora.12 Todo indica que
provenía de una familia bien relacionada con la nobleza castellana.13 Estudió,
de 1596 a 1598, el bachillerato en Cánones, en la Real y Pontificia Universidad de
México.14 Hacia 1600debió partir a la Universidad de Salamanca, gracias a la capellanía
de Gaspar Ruiz de Montoya, donde aprendería derecho civil y profundizaría en el derecho
canónico.15
Durante su estancia en Salamanca, según varios autores, Alarcón comenzó a destacar
como autor de piezas dramáticas y ensayos.16 Para 1606 marchó a Sevilla con el
propósito de ejercer como litigante en asuntos mercantiles y canónicos. Allí conoció a
Miguel, quien influiría posteriormente en sus obras, como La cueva de Salamanca y El
semejante a sí mismo.17
En los primeros meses de 1607 decidió regresar a Nueva España.18 Dos años después
obtuvo el título de licenciado en derecho y opuso, sin éxito, a varias cátedras. No llegó a
doctorarse, tal vez por falta de recursos económicos.19 Gracias al virrey Luis de Velasco y
Castilla, amigo de Alarcón, éste puede ascender en la burocracia virreinal, pues se le
nombró teniente corregidor.20 Al partir Velasco a España, en 1611, Ruiz de Alarcón se
embarca junto con la comitiva del virrey.21
A su llegada a Madrid, comienza la etapa más fructífera de su producción literaria.22 Sus
primeras obras en representarse fueron Las paredes oyen y Los pechos privilegiados,
ambas con moderado éxito. Pronto fue conocido en el círculo literario madrileño, aunque
nunca estableció vínculos profundos con ninguno de sus integrantes.23 Por el contrario, se
ganó la enemistad de Lope de Vega,24 Luis Vélez de Guevara, Luis de
Góngora, Francisco de Quevedo y otros.25 Se conservan muchas redondillas satíricas y
alusiones veladas a Alarcón, quien siempre fue ridiculizado por su físico —era jorobado—
y por su origen americano.26 El novohispano, por su parte, respondió a la gran mayoría de
los ataques hacia su persona y nunca dejó de escribir.
Poema
AMOR Y ABORRECIMIENTO
Hermoso dueño mío, por quien sin fruto lloro,
pues cuanto más te adoro tanto más desconfío
de vencer la esquiveza que intenta competir con la belleza.
La natural costumbre en ti miro trocada:
lo que a todos agrada te causa pesadumbre; el ruego te embravece,
amor te hiela, llanto te endurece.
Belleza te compone divina —no lo ignoro,
pues por deidad te adoro—; más ¿qué razón dispone que perfecciones tales
rompan sus estatutos naturales?
Si a tu belleza he sido tan tierno enamorado, si estimo despreciado y quiero aborrecido,
¿qué ley sufre, o que fuero, que me aborrezcas tú porque te quiero?
Sor Juan Inés de la Cruz
Hasta mediados del siglo XX, la crítica sor juanita aceptaba
como válido el testimonio de Diego Calleja, primer biógrafo
de la monja, sobre su fecha de nacimiento. Según Calleja,
Sor Juana habría nacido el 12 de noviembre de 1651 en San
Miguel de Nepantla.4 En 1952, el descubrimiento de un acta
de bautismo que supuestamente pertenecería a Sor Juana,
retrasó la fecha de nacimiento de la poetisa a 1648. Según
dicho documento, Juana Inés habría sido bautizada el 2 de
diciembre de 1648.5 Varios críticos, como Octavio
Paz6 y Antonio Alatorre,7 aceptan la validez del acta de
bautismo presentada por Alberto G. Salceda, aunque la estudiosa española Georgina
Sabbat de Rivers considera insuficientes las pruebas que aporta esta acta, pues la
poetisa solo usaría su segundo nombre hasta la entrada en el convento. Así, según
Sabbat, la partida de bautismo correspondería a una pariente o una esclava.8 De acuerdo
con Alejandro Soriano Vallés, la fecha más aceptable es la de 1651, porque una de las
hermanas de Sor Juana, Josefa María, habría sido dada a luz el 19 de marzo de 1649,
resultando imposible que Juana Inés naciera en noviembre de 1648.9
Aunque se tienen pocos datos de sus padres, se sabe que nunca se unieron en
matrimonio legítimo. Sor Juana fue la menor de las tres hijas —María, Josefa y Juana
Inés— de Pedro Manuel de Asbaje y Vargas-Machuca e Isabel Ramírez de Santillana. El
padre, que se cree que fue un militar español oriundo de la provincia vasca de Guipúzcoa,
estaba asentado en San Miguel Nepantla.10 Allí nació su hija Juana Inés, en un oscuro
lugar llamado por entonces «la celda».11 Su madre, al poco tiempo, se separó de su padre
y procreó otros tres hijos con Diego Ruiz Lozano, a quien tampoco desposó.12
Muchos críticos han manifestado su sorpresa ante la situación civil de los padres de Sor
Juana. Paz apunta que ello se debió a una «laxitud de la moral sexual en la colonia».13 Se
desconoce también el efecto que tuvo en Sor Juana el saberse hija ilegítima, aunque se
conoce que trató de ocultarlo. Así lo testifica su testamento de 1669: «hija legítima de don
Pedro de Asbaje y Vargas, difunto, y de doña Isabel Ramírez». Su amigo, el padre
Calleja, lo ignoraba, pues no hace mención de ello en su estudio biográfico. Su madre, en
principio, también lo negó, pero en un testamento fechado en 1687 reconoce que todos
sus hijos, incluyendo a Sor Juana, fueron concebidos fuera del matrimonio.14
La niña pasó su infancia entre Amecameca, Yecapixtla, Panoaya —donde su abuelo tenía
una hacienda— y Nepantla. Allí aprendió náhuatl con los esclavos de las haciendas de su
abuelo, donde se sembraba trigo y maíz.
Poema
La Sentencia del Justo
Firma Pilatos la que juzga ajena Sentencia, y es la suya. ¡Oh caso fuerte!
¿Quién creerá que firmando ajena muerte el mismo juez en ella se condena?
La ambición de sí tanto le enajena
Que con el vil temor ciego no advierte Que carga sobre sí la infausta suerte,
Quien al Justo sentencia a injusta pena.
Jueces del mundo, detened la mano, Aún no firméis, mirad si son violencias
Las que os pueden mover de odio inhumano;
Examinad primero las conciencias, Mirad no haga el Juez recto y soberano
Que en la ajena firméis vuestras sentencias
Carlos de Sangüesa y Góngora
Fue el segundo de ocho hermanos, estaba emparentado con
el famoso poeta español, barroco y culterano, Luis de
Góngora. Su padre había sido tutor de la familia real en
España y al emigrar al Nuevo Mundo se integró en la
burocracia virreinal para el resto de su vida. Con un trabajo
seguro y experiencia docente no tuvo dificultades en brindar él
mismo la educación básica que necesitaban sus hijos.
En 1662, Sigüenza ingresó en el colegio de la Compañía de
Jesús de Tepotzotlán para iniciar sus estudios religiosos, los
mismos que continuó en Puebla. En 1667, por indisciplina juvenil se le pidió que
renunciase a la orden (ver Peraza-Ruge ley). Regresó a la Ciudad de México e ingresó en
la Universidad Real y Pontificia.3 En 1672 ganó la posición de catedrático de astrología y
matemáticas, puesto que había ocupado Diego Rodríguez 30 años antes; lo ocupó
durante 20 años realizando contribuciones notables, mientras desempeñaba
simultáneamente el cargo de capellán del Hospital del Amor de Dios.4 De 1671 a 1701
(póstumo), escribió cada año un almanaque. (A. Margarita Peraza-Ruge ley ha estudiado
extensamente sus almanaques sobrevivientes en su libro del 2013.5 )
En 1681 Sigüenza escribió el libro Manifiesto filosófico contra los Cometas, en que trataba
de calmar el temor supersticioso que provocaba en la gente este fenómeno cósmico. Al
separar la superstición de los hechos observables, Sigüenza estaba de hecho separando
la astrología de la astronomía, como las concebimos actualmente. El jesuita Eusebio
Kino criticó fuertemente este texto desde un punto de vista aristotélico-tomista, pero, lejos
de intimidarse, Sigüenza respondió publicando otra obra Libra astronómica y
philosóphica (1690), donde fundamentaba rigurosamente sus argumentos sobre los
cometas según los conocimientos científicos más actualizados de su tiempo; contra el
tomismo y el aristotelismo del padre Kino citaba autores
como Copérnico, Galileo, Descartes, Kepler y Tycho Brahe.
Hasta recientemente se pensaba que la obra Infortunios de Alonso Ramírez,6 publicada
por Sigüenza en 1690 y que describe la vuelta al mundo de Alonso Ramírez, un español
oriundo de San Juan de Puerto Rico era una ficción inventada por Sigüenza. Sin
embargo, José F. Busca glía Salgado7 y Fabio López Lázaro8 han ofrecido pruebas
documentales tomadas de varios archivos que prueban que Infortunios es un relato
biográfico denso y complejo basado en la vida de un personaje real aunque muy
escurridizo.
Poema
Soneto del triunfo patético
Si celeste, si cándida, si pura es etérea azucena al Sol luciente,
cuando indultando a Delos por su Oriente privilegia de intacta su hermosura,
¿cómo pudo el borrón de sombra impura profanar su excepción? ¿Cómo indecente
villana espina horrorizar ardiente la luz nevada que aun en Delos dura?
Si en la sombra no hay sombra, si en la idea
la mancha falta, no queriendo el Día que menos que de luz su cuna sea,
¿cómo el Original? ¿Cómo podía hallarse impuro con la culpa fea,
siendo de luz la sombra de María?
Gustavo Adolfo Bécquer
Nació en Sevilla el 17 de febrero de1836, hijo del
pintor José Domínguez Insausti, que firmaba sus cuadros
con el apellido de sus antepasados como José Domínguez
Bécquer. Su madre fue Joaquina Bastida Vargas. Por el
lado paterno descendía de una noble familia de
comerciantes de origen flamenco, los Becker o Bécquer,
establecida en la capital andaluza en el siglo XVI; de su
prestigio da testimonio el hecho de que poseyeran capilla y
sepultura en la catedral misma desde 1622. Tanto Gustavo
Adolfo como su hermano, el pintor Valeriano Bécquer, adoptaron Bécquer como primer
apellido en la firma de sus obras.
Fue bautizado en la parroquia de San Lorenzo Mártir. Sus antepasados directos,
empezando por su mismo padre, José Domínguez Bécquer, fueron pintores de
costumbres andaluzas, y tanto Gustavo Adolfo como su hermano Valeriano estuvieron
muy dotados para el dibujo. Valeriano, de hecho, se inclinó por la pintura. Sin embargo el
padre murió el 26 de enero de 1841, cuando contaba el poeta cuatro años y esa vocación
pictórica perdió el principal de sus apoyos. En 1846, con diez años, Gustavo Adolfo
ingresó en el Colegio de San Telmo de Sevilla (institución mixta que acogía también
huérfanos de cierto nivel),1 2 donde recibe clases de un discípulo del gran poeta Alberto
Lista, Francisco Rodríguez Zapata, y conoce a su gran amigo y compañero de desvelos
literarios Narciso Campillo. Al año siguiente, el febrero de 1847, los hermanos Bécquer
quedaron huérfanos también de madre, y fueron adoptados entonces por su tía materna,
María Bastida, y Juan de Vargas, que se hizo cargo de sus siete sobrinos, aunque
Valeriano y Gustavo se adoptaron desde entonces cada uno al otro, y de hecho más tarde
emprendieron muchos trabajos y viajes juntos.
Suprimido por Isabel II en 1847 el Colegio de San Telmo (que en 1849 pasaría a ser
palacio de los duques de Montpensier), Gustavo Adolfo quedó desorientado. Fue
entonces a vivir con su madrina, Manuela Monnehay Moreno, joven de origen francés y
acomodada comerciante, cuyos medios y sensibilidad literaria le permitían disponer de
una mediana pero selecta biblioteca poética. En esta biblioteca empezó Gustavo Adolfo a
aficionarse a la lectura. Inició entonces estudios de pintura en los talleres de Antonio
Cabral Bejarano, y más tarde en el de su tío paterno Joaquín Domínguez Bécquer, que le
pronosticó «Tú no serás nunca un buen pintor, sino un mal literato», aunque le estimuló a
los estudios y le pagó los de latín.
Poema Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala en sus cristales jugando llamarán;
pero aquellas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha al contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres... Esas... ¡no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez en la tarde, aún más hermosas sus flores se abrirán;
pero aquellas, cuajadas de rocío cuyas gotas mirábamos temblar y caer, como lágrimas del día...
Esas... ¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño tal vez despertará;
pero mudo y absorto y de rodillas, como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido... desengáñate... ¡Así no te querrán!
Manuel Acuña
Manuel Acuña Narro (Saltillo, Coahuila, 27 de
agosto de 1849 - Ciudad de México, 6 de
diciembre de 1873) fue un poeta mexicano que se
desarrolló en el estilizado ambiente romántico del
intelectualismo mexicano de la época.
Manuel Acuña Narro mayor conocido como "CUSUCO"
Biografió varias ramas de la ciencia, como filosofía y
matemáticas, además de varios idiomas, como el francés
y el latín. Comenzó la carrera de medicina, aunque todo
terminó con su vida a los 24 años. Durante sus años de
participación en tertulias literarias, conoció a Altamirano, Agustín y Juan de Dios Pesa.
Con este último mantuvo un fuerte vínculo amistoso, motivo por el cual Pesa fue uno de
los oradores principales el día del sepelio de Acuña.
Su carrera literaria fue breve, aunque fructífera. Comenzó en 1869, con una elegía a la
muerte de Eduardo Alzúa; amigo suyo. Ese mismo año, al lado de un grupo de
intelectuales, fundó la Sociedad Literaria Nezahualcóyotl en uno de los patios del ex
convento de San Jerónimo, que le sirvió para dar sus primeros pasos como poeta. Varios
de sus trabajos de esta época se encuentran en el suplemento del periódico La Iberia.
Es una leyenda que su enamoramiento de Rosario de la Peña fue la presumible causa de
su infortunado suicidio, mediante envenenamiento con cianuro de potasio. En opinión de
algunos críticos, Rosario fue solamente una razón adicional a sus problemas de pobreza
extrema. Acerca de Rosario de la Peña se sabe que también fue pretendida por José
Martí y Manuel M. Flores. Con todo, recientemente se ha dejado claro que aunque el
enamoramiento por De la Peña pudo tener lugar, la realidad era que Acuña sostenía una
relación, menos idealizada, con una poetisa que al postre se convirtió en una intelectual
famosa: Laura Méndez de Cuenca. Murió en su habitación de la Escuela de Medicina el 6
de diciembre de 1873.
Uno de sus poemas más célebres es el "Nocturno ", dedicado a Rosario de la Peña, su
trabajo más representativo. El hidrocálido Jesús F. Contreras realizó una escultura a
Manuel Acuña, la cual fue expuesta en el pabellón Mexicano de la Exposición en el año
1900, junto con su obra Malgre-Tout; por esos trabajos mereció la banda de la Legión. La
obra dedicada a la poeta, fabricada en mármol de Carrara, se encuentra en la plaza
Acuña de Saltillo.
Poema
A la patria
Ante el recuerdo bendito
de aquella noche sagrada
en que la patria aherrojada
rompió al fin su esclavitud;
ante la dulce memoria
de aquella hora y de aquel día,
yo siento que en el alma mía
canta algo como un laúd.
Yo siento que brota en flores
el huerto de mi ternura,
que tiembla entre su espesura
la estrofa de una canción;
y al sonoroso y ardiente
murmurar de cada nota,
siendo algo grande que brota
dentro de mi corazón.
¡Bendita noche de gloria
que así mi espíritu agitas,
bendita entre benditas
noche de la libertad!
Hora del triunfo en que el pueblo
vio al fin en su omnipotencia,
al sol de la independencia
rompiendo la oscuridad.
Yo te amo... y al acercarme
ante este altar de victoria
donde la patria y la historia
contemplan nuestro placer,
yo vengo a unir al tributo
que en darte el pueblo se afana
mi canto de mexicana,
mi corazón de mujer.
Rubén Darío
Fue el primer hijo del matrimonio formado por Manuel
García y Rosa Sarmiento, quienes se habían casado en
León (Nicaragua) el 26 de abril de 1866, tras conseguir las
dispensas eclesiásticas necesarias, pues se trataba de
primos segundos. Sin embargo, la conducta de Manuel,
aficionado en exceso al alcohol y a las prostitutas,1 hizo
que Rosa, ya embarazada, tomara la decisión de
abandonar el hogar conyugal y refugiarse en la ciudad
de Metapa, en la que dio a luz a su hijo, Félix Rubén.2 3 El
matrimonio terminaría por reconciliarse, e incluso Rosa
llegó a dar a luz a otra hija de Manuel, Cándida Rosa, quien murió a los pocos días. La
relación se volvió a deteriorar y Rosa abandonó a su marido para ir a vivir con su hijo en
casa de una tía suya, Bernarda Sarmiento, que vivía con su esposo, el coronel Félix
Ramírez Madre gil, en la misma ciudad de León. Rosa Sarmiento conoció poco después a
otro hombre, y estableció con él su residencia en San Marcos de Colón, en el
departamento de Choluteca, en Honduras.4 3
La niñez de Rubén Darío transcurrió en la ciudad de León, criado por sus tíos abuelos
Félix y Bernarda, a quienes consideró en su infancia sus verdaderos padres (de hecho,
durante sus primeros años firmaba sus trabajos escolares como Félix Rubén Ramírez).
Apenas tuvo contacto con su madre, que residía en Honduras, ni con su padre, a quien
llamaba "tío Manuel".
Sobre sus primeros años hay pocas noticias, aunque se sabe que a la muerte del coronel
Félix Ramírez, en 1871, la familia pasó apuros económicos, e incluso se pensó en colocar
al joven Rubén como aprendiz de sastre. Según su biógrafo Edilberto Torres, asistió a
varias escuelas de la ciudad de León antes de pasar, en los años 1879y 1880, a educarse
con los jesuitas.
Lector precoz, en su Autobiografía señala:
Fui algo niño prodigio. A los tres años sabía leer; según se me ha contado.6
Entre los primeros libros que menciona haber leído están el Quijote, las obras
de Moratín, Las mil y una noches, la Biblia, los Oficios de Cicerón, y la Corina (Corinne)
de Madame de Staël.7 Pronto empezó también a escribir sus primeros versos: se
conserva un soneto escrito por él en 1879, y publicó por primera vez en un periódico poco
después de cumplir los trece años: se trata de la elegía Una lágrima, que apareció en el
diario El Termómetro, de la ciudad de Rivas, el 26 de julio de 1880.
Poema
A Juan Ramón Jiménez
¿Tienes, joven amigo, ceñida la coraza para empezar, valiente, la divina pelea? ¿Has visto si resiste el metal de tu idea
la furia del mandoble y el peso de la maza?
¿Te sientes con la sangre de la celeste raza que vida con los números pitagóricos crea?
¿Y, como el fuerte Heracles al león de Nemea, a los sangrientos tigres del mal darías caza?
¿Te enternece el azul de una noche tranquila?
¿Escuchas pensativo el sonar de la esquila cuando el Ángelus dice el alma de la tarde?...
¿Tu corazón las voces ocultas interpreta?
Sigue, entonces, tu rumbo de amor. Eres poeta. La belleza te cubra de luz y Dios te guarde.
Amado Nervo
Amado Nervo, seudónimo de Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo
y Ordaz(Tepic, en ese entonces en Jalisco, hoy en Nayarit; 27
de agosto de 1870 -Montevideo, Uruguay; 24 de
mayo de 1919), fue un poeta y prosista mexicano,
perteneciente al movimiento modernista. Fue miembro
correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua, no
pudo ser miembro de número por residir en el extranjero.1
Poeta, autor también de novelas y ensayos, al que se
encasilla habitualmente como modernista por su estilo y su época, clasificación
frecuentemente matizada por incompatible con el misticismo y tristeza del poeta, sobre
todo en sus últimas obras, acudiéndose entonces a combinaciones más complejas de
palabras terminadas en "-ismo", que intenta reflejar sentimiento religioso y melancolía,
progresivo abandono de artificios técnicos, incluso de la rima, y elegancia en ritmos y
cadencias como atributos del estilo de Nervo.
El sonoro nombre de Amado Nervo, frecuentemente tomado por seudónimo, era en
realidad el que le habían dado al nacer, tras la decisión de su padre de simplificar su
verdadero apellido, Ruiz de Nervo. Él mismo bromeó alguna vez sobre la influencia en su
éxito de un nombre tan adecuado a un poeta. Cuando tenía nueve años murió su padre,
dejando a la familia en situación económica comprometida. Otras dos muertes habrían de
marcar su vida: el suicidio de su hermano Luis, que también era poeta, y el retorno "a la
fuente de gracia de donde procedía" de su amada Ana Cecilia Luisa Dalles.
Sus primeros estudios los cursó en Michoacán; primero en Jaconá, en el Colegio de San
Luis Gonzaga, donde se destacó por su inteligencia y cumplimiento, después
en Zamora estudió ciencias, filosofía y el primer año de leyes en el Seminario aun cuando
abandonó los estudios rápidamente en 1891.2 Las urgencias económicas le hicieron
desistir y lo obligaron a aceptar un trabajo de escritorio en Tepic y trasladarse después
a Mazatlán, donde alternaba sus deberes en el despacho de un abogado con sus
artículos para El Correo de la Tarde.
Poema
¡Oh Cristo!
«Ya no hay un dolor humano que no sea mi dolor; ya ningunos ojos lloran, ya ningún alma se angustia
sin que yo me angustie y llore; ya mi corazón es lámpara fiel de todas las vigilias,
¡oh Cristo!
»En vano busco en los hondos escondrijos de mí ser para encontrar algún odio: nadie puede herirme ya sino de piedad y amor. Todos son yo, yo soy todos,
¡oh Cristo!
» ¡Qué importan males o bienes! Para mí todos son bienes. El rosal no tiene espinas: para mí sólo da rosas.
¿Rosas de Pasión? ¡Qué importa! Rosas de celeste esencia, purpúreas como la sangre que vertiste por nosotros,
¡oh Cristo!»
Manuel Gutiérrez Nájera
Manuel Gutiérrez Nájera (Ciudad de México, 22 de
diciembre de 1859 -ibídem, 3 de febrero de 1895) fue un
poeta, escritor y cirujano mexicano, trabajó como observador
cronista. Debido a que trabajó en distintos hospitales, utilizó
múltiples antónimos, obstante, entre sus contertulios y el
público, el más arraigado fue: El Duque feo.
Se le considera el iniciador del modernismo literario en México.
Perteneció a una familia de clase media. Escritor y periodista
toda su vida, inició su carrera a los trece años. Escribió poesía,
impresiones de teatro, crítica literaria y social, notas de viajes y relatos breves para niños.
El único libro que vio publicado el duque en vida, fue una antología de cuentos a la que
llamó: Cuentos Frágiles (1883); fue uno de los fundadores de la Revista Azul, órgano de
difusión del modernismo en México. Gran parte de su obra apareció en diversos
periódicos mexicanos bajo multitud de seudónimos: El Cura de Jala tlaco, El Duque
Job, Puck, Junios, Recamier, Mr. Can-Can, Nemo, Omega, etc. Se escudaba en esa
diversidad para publicar distintas versiones de un mismo trabajo, cambiando la firma y
jugando a adaptar el estilo del texto a cada seudónimo.
Escribió poesía romántica y amorosa. Gustó de lo afrancesado y de lo clásico, como era
habitual en los intelectuales mexicanos y la alta sociedad de su tiempo. Nunca salió de
México y en pocas ocasiones de su ciudad natal, pero sus influencias son
europeas: Musset, Gautier, Baudelaire,Flaubert, Leopardi.1 Siempre anheló unir el espíritu
francés y las formas españolas.
Su madre, ferviente católica empeñada en que su hijo fuera sacerdote, le impuso la
lectura de los místicos españoles del Siglo de Oro y la formación en el seminario,
influencia que se vio compensada por la fuerte corriente positivista de la sociedad de la
época que pugnaba en sentido contrario. Gutiérrez Nájera abandonó el seminario a los
pocos años, y cambió a San Juan de la Cruz, Santa Teresa y Fray Luis de León, que no
obstante siempre influirían en su obra, por los autores franceses del siglo y por la práctica
cotidiana de la literatura en periódicos locales como El Federalista, La Libertad, El
Cronista Mexicano o El Universal. En 1894 fundó, con Carlos Díaz Dufoo, La Revista
Azul, publicación que lideró el modernismo mexicano durante dos años.
A Manuel Gutiérrez Nájera se le define como «especie de sonrisa del alma» por la gracia
sutil de su estilo, elegante, delicado y con ternura de sentimientos.2 En el fondo fue
siempre poeta romántico.
Poema
EFÍMERAS
Idos, dulces ruiseñores. Quedó la selva callada,
y a su ventana, entre flores, no sale mi enamorada.
Notas, salid de puntillas;
está la niñita enferma... Mientras duerme en mis rodillas, dejad, ¡oh notas!, que duerma.
Luna, que en marco de plata
su rostro copiabas antes, si hoy tu cristal lo retrata acaso, luna, la espantes.
Al pie de su lecho queda
y aguarda a que buena esté, coqueto escarpín de seda
que oprimes su blanco pie.
Guarda tu perfume, rosa, guarda tus rayos, lucero, para decir a mi hermosa,
cuando sane que la quiero.
Ramón López Velarde
Nació en Jerez, municipio del estado de Zacatecas, primero de
los nueve hijos del abogado José Guadalupe López Velarde,
originario de Jalisco, y Trinidad Berumen Llamas, de una familia
de terratenientes locales. El padre, tras ejercer sin fortuna como
abogado, había fundado un colegio católico en Jerez. En 1900,
Ramón fue enviado al Seminario de Zacatecas, donde
permaneció dos años; más tarde, debido a la mudanza de su
familia, se trasladó al Seminario de Aguascalientes.
En1905 eligió abandonar el Seminario y su posible futuro como
sacerdote, optando por la carrera de Leyes.
Durante los años del seminario, López Velarde pasó sus vacaciones en Jerez. Durante su
juventud Ramón fue enviado a una escuela de mujeres por sus padres, el cual este
estuvo muy molesto con ellos, aunque después de unos años estuvo muy agradecido,
pues aprendió a tratar a las mujeres. En esta época conoció a Josefa de los Ríos,
pariente lejana y ocho años mayor que él, quien le causó una honda impresión. El primer
poema que se conoce de López Velarde, fechado en 1905, parece estar inspirado en ella,
a la que luego dará en su obra el nombre de "Fuensanta".
En 1906 colaboró en la revista Bohemio, publicada en Aguascalientes por unos amigos
suyos, con el seudónimo de "Ricardo Wencer Olivares". El grupo de Bohemio tomó
partido por Manuel Caballero, católico integrista enemigo del modernismo literario, con
ocasión de la polémica que produjo la reaparición de la Revista Azul en 1907. Sus
intervenciones, sin embargo, tuvieron escaso eco en la vida literaria mexicana.
En enero de 1908 López Velarde comenzó sus estudios de Leyes en el Instituto Científico
y Literario de San Luis Potosí. Poco después murió su padre, dejando a la familia, que
regresó a Jerez, en una difícil situación económica. El autor pudo continuar sus estudios
gracias al apoyo de sus tíos maternos. López Velarde continuó colaborando con
diferentes publicaciones de Aguascalientes (El Observador, El Debate, Nosotros) y luego
de Guadalajara (El Regional, Pluma y Lápiz). La revista Bohemio había dejado de existir
en 1907.
En San Luis Potosí leyó a los poetas modernistas, especialmente a Amado Nervo, a quien
llamaría "máximo poeta nuestro",1 y al español Andrés González Blanco, cambiando
radicalmente sus opiniones en manera de estética. A partir de este momento se convierte
en defensor ferviente del modernismo, y en 1910 preparó para su edición un manuscrito,
que no llegó a publicarse, que será el germen de su futuro libro La sangre devota.
Poema
ELOGIO A FUENSANTA
Tú no eres en mi huerto la pagana rosa de los ardores juveniles;
te quise como a una dulce hermana
Gozoso dejé mis quince abriles cual un ramo de flores de pureza
entre tus manos blancas y gentiles.
Humilde te ha rezado mi tristeza como en los pobres templos parroquiales
el campesino ante la virgen reza.
Antífona es su voz, y en los corales de tu mística boca he descubierto el sabor de los besos maternales.
Tus ojos tristes, de mirar incierto, recuérdenme dos lámparas prendidas en la penumbra de un altar desierto.
Las palmas de tus manos son ungidas por mí, que provocando tus asombros
el beso en las ingratas despedidas.
Soy débil, y al marchar por entre escombros me dirige la fuerza de tu planta
y reclino las sienes en tus hombros.
Nardo es tu cuerpo y tu virtud es tanta que en tus brazos beatíficos me duermo
como sobre los senos de una Santa.
¡Quién me otorgara en mi retiro yermo tener, Fuensanta, la condescendencia de tus bondades a mi amor enfermo como plenaria y última indulgencia!
Horacio Salvador Zúñiga Anaya
Existe duda sobre la fecha exacta de su nacimiento,
pues mientras que la partida de bautismo dice que
fue el 6 de agosto de 1897, el acta señala el día 9
del mismo mes "a las doce y media de la noche", lo
cual nos remite finalmente al día 10.2
La infancia del poeta transcurrió en Toluca, al lado
de sus padres, Ricardo Zúñiga, quien era dueño de
un colegio particular, y Carmen Anaya.
Cursó sus estudios de bachillerato en el Instituto Científico y Literario de Toluca ahí
conoció a los maestros que más lo impresionaron, como Emilio G. Baz, profesor de
matemáticas, y don Felipe Villar ello, profesor de literatura, a quien Zúñiga llamó, en un
escrito posterior, "aristócrata del lenguaje".3
Horacio Zúñiga se relacionó con Enrique Carneado, Pastor Velázquez y Vicente Mendiola,
también personajes del ICLA hoy Universidad Autónoma, con quienes formó en 1916 el
grupo cultural Juventud, editando una revista del mismo nombre. También colaboró en la
revista Alma Bohemia.
En 1917 Horacio Zúñiga ganó sus primeros Juegos Florales de Toluca organizados en el
marco de la celebración de las fiestas patrias. Aquella época fue el inicio de la gran
trayectoria del joven que tiempo después se convertiría en maestro de generaciones. Su
primera Flor Natural que era el galardón de aquellos certámenes literarios sería el
descubrimiento de un talento admirable por generaciones.
En 1919 Horacio Salvador Zúñiga Anaya se muda a la Ciudad de México, para ingresar a
la Escuela Nacional de Jurisprudencia, pero sólo logra estudiar dos años, ya que prefiere
dedicarse al periodismo, la oratoria y el magisterio.
Sus primeras cátedras las dio en diversas secundarias, impartiendo la asignatura de
Literatura Castellana y Universal así como la asignatura de Historia en la Escuela
Nacional Preparatoria, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, en la Escuela Normal de
México, en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, entre otros sitios, el maestro Zúñiga
llegó a impartir cátedra en el Anfiteatro Bolívar.
En 1921 obtiene un importante triunfo, gana los Juegos Florales de la Ciudad de
México,4 uno de los poemas que pertenece a esta época es Lengua de Maravillas poema
que habla sobre el idioma castellano, quizá el poema más famoso de Zúñiga.
Poema
Tú también como las otras
Tú también, como las otras, por mi senda discurriste también, como las otras largamente me miraste, y también, como las otras, en un sueño te
esfumaste, y también, como las otras, te me fuiste. ¡Te me fuiste!
De rodillas, en la misma posición en que me viste, y besando hasta las huellas del camino que pisaste, me quedé, con el recuerdo del amor que te
llevaste, infinitamente triste... ¡Infinitamente triste!
¡Oh, ilusión, como las otras, engañosa y pasajera! Vaguedad de un idealismo, soplo azul de una quimera, polvo de oro en las
angustias de mi lúgubre crespón. ¡Por piedad! Ven a ayudarme a llevar hasta la tumba el cadáver destrozado
de mi roto corazón...
Gabriela Mistral
Hija de Juan Jerónimo Godoy Villanueva, profesor, y de
Petronila Alcayata Rojas, de ascendenciavasca.4 Gabriela
Mistral nació en Vicuña, ciudad en la que hoy existe un
museo5 dedicado a ella en la calle donde nació y que hoy
lleva su nombre. A los diez días sus padres se la llevaron a
La Unión (Pisco Elqui), pero su "amado pueblo", como ella
misma decía, era Monte grande, donde vivió de los tres a
los nueve años, y donde pidió que le dieran sepultura.
Sus abuelos paternos, oriundos de la actual Región de
Antofagasta, fueron Gregorio Godoy e Isabel Villanueva; y los maternos, Francisco
Alcayata Barraza y Lucía Rojas Miranda, descendientes de familias propietarias de tierras
del Valle de Elqui. Gabriela Mistral tuvo una media hermana, que fue su primera maestra,
E melina Molina Alcayata, y cuyo padre fue Rosendo Molina Rojas.
Aunque su padre abandonó el hogar cuando ella tenía aproximadamente tres años,
Gabriela Mistral lo quiso y siempre lo defendió. Cuenta que «revolviendo papeles»,
encontró unos versos suyos, «muy bonitos». «Esos versos de mi padre, los primeros que
leí, despertaron mi pasión poética», escribió.6
A los 15 años se enamoró platónicamente de Alfredo Videla Pineda, hombre rico y
hermoso, más de 20 años mayor que ella, con el que se carteó durante casi año y medio.
Después conoció a Romelio Uretra, un funcionario de ferrocarriles. Este sacó un dinero de
la caja del ferrocarril donde trabajaba con el fin de ayudar a un amigo; como no lo pudo
devolver, Uretra se suicidó. Más tarde -a raíz de su triunfo en los Juegos Florales
con Sonetos de la muerte, versos que relacionaron con el suicida- nació el mito, que tuvo
amplia difusión, del gran amor entre ambos.
En 1904 comienza a trabajar como profesora ayudante en la Escuela de la Compañía
Baja en La Serena y empieza a mandar colaboraciones al diario serenense El Coquimbo.
Al año siguiente continúa escribiendo en él y en La Voz de Elqui, de Vicuña.
Desde 1908 es maestra en la localidad de La Cantera y después en Los Cerrillos, camino
a Ovalle. No estudió para maestra, ya que no tenía dinero para ello, pero posteriormente,
en 1910, convalidó sus conocimientos ante la Escuela Normal N° 1 de Santiago y obtuvo
el título oficial de Profesora de Estado, con lo que pudo ejercer la docencia en el nivel
secundario. Este hecho le costó la rivalidad de sus colegas, ya que este título lo recibe
mediante convalidación de sus conocimientos y experiencia, sin haber concurrido
al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile.
Poema
Adiós
En costa lejana
y en mar de Pasión,
dijimos adioses
sin decir adiós.
Y no fue verdad
la alucinación.
Ni tú la creíste
ni la creo yo,
«y es cierto y no es cierto»
como en la canción.
Que yendo hacia el Sur
diciendo iba yo:
«Vamos hacia el mar
que devora al Sol».
Y yendo hacia el Norte
decía tu voz:
«Vamos a ver juntos
donde se hace el Sol».
Ni por juego digas
o exageración
que nos separaron
tierra y mar, que son
ella, sueño y el
alucinación.
No te digas solo
ni pida tu voz
albergue para uno
al albergador.
Echarás la sombra
que siempre se echó,
morderás la duna
con paso de dos...
Rosario Castellanos
Rosario Castellanos nació en la ciudad de México en mayo
de 1925 y murió en Tel Aviv, Israel, en agosto de 1974. Su
infancia y parte de su adolescencia la vivió en Comitán y en San
Cristóbal de las Casas, Chiapas. Posteriormente emigró a la
ciudad de México donde, en 1950, se graduó como maestra
en filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de
México(UNAM) y se relacionó con Ernesto Cardenal, Dolores
Castro, Jaime Sabines y Augusto Monterrosa. Estudió también
en la Universidad de Madrid con una beca del Instituto de Cultura Hispánica. Fue
profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, así como en la Universidad de
Wisconsin, en la Universidad Estatal de Colorado y en la Universidad de Indiana. Escribió
durante años en el diario Excélsior, fue promotora del Instituto Chiapaneco de la Cultura y
del Instituto Nacional Indigenista, así como secretaria del PEN Club. En 1954 fue becada
por la Fundación Rockefeller en el Centro Mexicano de Escritores.
Dedicó una extensísima parte de su obra y de sus energías a la defensa de los derechos
de las mujeres, labor por la que es recordada como uno de los símbolos del feminismo
latinoamericano. A nivel personal, sin embargo, su vida estuvo marcada por un
matrimonio desastroso y continuas depresiones que la llevaron en más de una ocasión a
recibir atención médica. Castellanos murió a la temprana edad de 49 años a causa de un
desafortunado accidente doméstico.
Poema
Destino
Matamos lo que amamos. Lo demás
no ha estado vivo nunca.
Ninguno está tan cerca. A ningún otro hiere
un olvido, una ausencia, a veces menos.
Matamos lo que amamos. ¡Que cese esta asfixia
de respirar con un pulmón ajeno!
El aire no es bastante
para los dos. Y no basta la tierra
para los cuerpos juntos
y la ración de la esperanza es poca
y el dolor no se puede compartir.
El hombre es ánima de soledades,
ciervo con una flecha en el ijar
que huye y se desangra.
Ah, pero el odio, su fijeza insomne
de pupilas de vidrio; su actitud
que es a la vez reposo y amenaza.
El ciervo va a beber y en el agua aparece
el reflejo del tigre.
El ciervo bebe el agua y la imagen. Se vuelve
-antes que lo devoren- (cómplice, fascinado)
igual a su enemigo.
Damos la vida sólo a lo que odiamos
Jaime Sabines
Su padre, Julio Sabines, nació en el Líbano y emigró con
sus padres y sus dos hermanos a Cuba. En 1914 se
trasladó a México, donde participó en la Revolución.
En Chiapas conoció a Luz Gutiérrez Moguel, nieta
de Joaquín Miguel Gutiérrez, militar
y gobernador del estado en cuyo honor la capital
estatal, Tuxtla Gutiérrez, lleva su nombre. Tuvieron tres
hijos: Juan, Jorge y Jaime.2
Julio Sabines fomentó en su hijo el gusto por la
literatura. El mismo Sabines habla de él como una de las razones por las cuales se dedicó
a escribir poesía. En el poema Algo sobre la muerte del mayor Sabines -mismo que el
poeta reconocía como su mejor creación- Sabines nos habla de la muerte de su padre,
pero más que eso, también de la importancia que tuvo éste en su vida.1
En 1945 viajó a la Ciudad de México para comenzar sus estudios como médico en la
Escuela Nacional de Medicina. Mientras estudiaba, se dio cuenta que la carrera de
medicina no era para él; poco después comenzó su carrera como escritor. Regresó a
Chiapas por una corta temporada y estuvo trabajando en la tienda de telas El Modelo,
propiedad de su hermano Juan, en donde escribió su célebre poema Tarumba.2
En 1953 se casó con Josefa «Cepita» Rodríguez cebadura, con quien tuvo cuatro hijos:
Julio, Julieta, Judith y Jazmín.2 En este mismo año, trabajando durante el día como
vendedor de tela, escribía poesía. Un hombre sencillo, vivía como la gente común, inserta
en la cotidianidad urbana:1
Me sentía humillado y ofendido por la vida; ¿cómo era posible que estuviese en aquella actividad, la más antipoética del mundo? Después de dos o tres años comencé a ser humilde, a decirme: 'que se vaya al carajo el poeta'.1
Su padre murió el 30 de octubre de 1961 y, tan sólo cinco años después, en 1966, murió
su madre. El duelo ante la muerte de la madre, de nuevo, aparece en su escritura en su
poema Doña Luz.1
Con el tiempo, obtuvo reconocimiento entre sus contemporáneos y sus lectores. Fue
becario del Centro Mexicano de Escritores, de 1964 a 1965 y obtuvo el Premio Chiapas,
otorgado por El Ateneo de Ciencias y Artes de Chiapas, en 1959. En 1972, recibió
el Xavier Villaurrutia; el Elías Sourasky en 1982; el Premio Nacional de Ciencias y Artes
Lingüísticas y Literatura en 1983; la presea Ciudad de México en 1991, la
medalla Belisario Domínguez en 1994, y en 1996, le otorgaron el Premio Mazatlán de
Literatura.1
Poema
¿Qué putas puedo?
¿Qué putas puedo hacer con mi rodilla,
con mi pierna tan larga y tan flaca,
con mis brazos, con mi lengua,
con mis flacos ojos?
¿Qué puedo hacer en este remolino
de imbéciles de buena voluntad?
¿Qué puedo con inteligentes podridos
y con dulces niñas que no quieren hombre sino poesía?
¿Qué puedo entre los poetas uniformados
por la academia o por el comunismo?
¿Qué, entre vendedores o políticos
o pastores de almas?
¿Qué putas puedo hacer, Tarumba,
si no soy santo, ni héroe, ni bandido,
ni adorador del arte,
ni boticario,
ni rebelde?
¿Qué puedo hacer si puedo hacerlo todo
y no tengo ganas sino de mirar y mirar?