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COLEGIO BILINGÜE JORGE VOLIO JIMÉNEZ
2014
CONCURSO DE CUENTO
“El futuro en nuestras manos”
Natalia Brenes
Milena Chaves
Diana Garbanzo
Louhana Jiménez
Jean Carlo Navarro
1
Dedicatoria
A doña Rosa Carranza,
por ayudarnos a soñar.
A los estudiantes,
por ser nuestra
inspiración cada día.
Edición
Joaquín Chacón Valverde
Karol González González
2
ÍNDICE
“UNA PASIÓN QUE CAMBIA AL MUNDO”. Natalia Brenes .................................... 3
“EL FUTURO ESTÁ EN NUESTRAS MANOS”. Milena Chaves Miranda ................ 7
“EL FUTURO EN NUESTRAS MANOS”. Diana Garbanzo ........................................ 11
“LA VIDA A TRAVÉS DE UNOS OJOS AJENOS”. Louhana Jiménez Guarnizo .... 16
“EL FUTURO EN NUESTRAS MANOS”. Jean Carlo Navarro Rodríguez .............. 23
3
“UNA PASIÓN QUE CAMBIA AL MUNDO”
Por
Natalia Brenes
4
Poco a poco la vida te va cambiando la manera de ver las cosas. A mí
lo que me cambio la vida fue la música. Durante toda la vida he amado la
música y mi sueño siempre fue cambiar el mundo a través de ella. Inicié
con la música a la edad de los 17 años, luego de graduarme del colegio
decidí pasar un año en la capital del arte y la oportunidad, la llamada Gran
Manzana, New York.
Mis comienzos en esta ciudad no fueron sencillos, tocaba en bares y
cafeterías, me dedicaba a vagar por las calles de la ciudad con mi guitarra
al hombro tocando canciones por un dólar, pero con mucho esfuerzo y
empeño obtuve una beca en la prestigiosa Escuela Julliard, luego de que el
director me escuchara tocar “Harder than you know” en la estación del
subterráneo. Mis estudios en esta escuela no fueron nada fáciles, horas de
desvelo, dolores de garganta y cansancio excesivo, que poco a poco fueron
mostrando frutos.
Julliard tiene un índice de aceptación del 8%, lo cual volvía para mí
todo un logro poder recibir esas clases y conocer a tantas personas.
Como todo en esta vida, hay días buenos y malos, tareas fáciles y
difíciles, personas amables y otras no tanto. Luego de 5 años de estudio en
esta prestigiosa universidad me gradué, preparada para comenzar mi
carrera y cambiar al mundo. Mi primer contrato fue con una disquera
poco reconocida y pequeña, lancé un álbum con 10 canciones (5
originales y 5 covers), el cual llegó a los oídos de Universal Music Records
quienes luego de un mes de lanzado mi disco me contactaron.
Luego de un año en el estudio tuve mi primer concierto, en la
víspera de año nuevo en el Empire State, miles de personas escucharían
mi música y estaba muy emocionada y nerviosa. Algo que aprendí a lo
largo de mi vida, fue a aprovechar cada oportunidad que me dieran para
transmitir mis mensajes al mundo. Con mi canción “At night” (de noche)
comencé mi concierto. Vi personas llorar, personas sentirse identificadas
con mis letras, madres abrazar a sus hijos, adolescentes pensar dos veces
antes de encender un cigarrillo, en fin, vi cómo la gente podía ser tocada
por la música.
5
Esto llevó mi amor por la música a un nivel distinto, me abrió los
ojos y pude ver que en mis manos estaba el poder de transmitir un
mensaje con el roce de mis dedos en las cuerdas de mi guitarra y las
vibraciones de mi garganta que producían mi voz. Cada nota era una
memoria, cada acorde un sentimiento y cada letra un mensaje. Desde
entonces comencé a enfocarme más en la letra de mis canciones, a
intentar conectarme con las personas que escuchaban mi música.
Aún recuerdo un día en una entrevista para el programa Cala del
canal CNN, la llamada de una niña de apenas 16 años que sufría de
bullying; decía que era su heroína y que mis canciones le daban motivos
para seguir adelante y no sentirse sola. Al escuchar toda la historia de esta
niña me conmoví mucho, llegué al punto de llorar en el programa, ya que
siempre he sido muy sentimental. También recuerdo una carta de una
mujer divorciada que decía que una de mis canciones la había impulsado
a tener confianza en sí misma y darse la oportunidad de ser feliz. Y así he
escuchado alrededor de todo el mundo historias que me conmueven a mí
y me dan motivos para seguir con mi música.
No me interesa ser famosa, ni mucho menos, me interesan las
personas, crecer a través de mi arte y lo más importante conectarme con
las personas, para hacerles saber que en este mundo nadie está solo,
como yo lo estuve en algún momento.
Famas efímeras, talentos fabricados, grandes aspiraciones en
oportunidades minúsculas, ser músico no es fácil. Se nos ha llamado
vagabundos; se nos ha condenado a morir de hambre, diciendo que del
arte no se vive y es que todos escuchan la música, pero solo un músico
apasionado la entiende, juega con ella y se deja seducir; solo un músico
sabe lo que es nadar en un mar de notas y respirar en clave de sol, solo un
músico sabe lo que es vivir con el corazón latiendo al ritmo de una
guitarra, somos poetas, ligamos tus memorias a nuestras letras, tus risas a
nuestros ritmos y tus lágrimas a nuestra compañía.
Más que músicos somos artistas, somos creadores, somos como el
camaleón, así como él cambia de color, nosotros cambiamos de ritmo,
6
somos músicos y no es fácil serlo, debemos abrir puertas y ventanas
donde nos dibujan muros y paredes, debemos sanar heridas con
canciones bañadas en notas de colores, pintamos lienzos sin pintura ni
pincel y actuamos sin escenario ni guión, cultivamos sin semillas y
amamos lo que hacemos con todo el corazón, porque en cada nota, en
cada rima, en cada estrofa, en cada acorde derrochamos más pasión que
cualquier amante... soy músico y enfrento burlas y críticas, pero no dejo
de amar mi guitarra ni de cantar a su son... porque mi vida está escrita en
un pentagrama y cada día interpreto un concierto.
Con mi carrera, mis estudios, mis experiencias, aprendí a no
rendirme y enfrentar los problemas con buena cara, dándoles el gusto de
la música, los colores de la melodía, la pasión de una letra, y los
movimientos de mi guitarra. El arte cambia vidas, la música une personas,
el amor, la pasión por lo que haces te recuerda que estás vivo. Y así es
como ha transcurrido mi vida, ya 23 años y aun sigo haciendo música y
seguiré hasta el día en que muera, porque por amor al arte todo es
posible.
7
“EL FUTURO ESTÁ EN NUESTRAS MANOS”
Por
Milena Chaves Miranda
8
Muchas veces le dejamos todo a los adultos: nuestras decisiones,
gustos, e incluso nuestras vocaciones, pues pensamos que ellos pueden
hacerlo todo y que saben hacerlo todo. Yo solía hacerlo, seré sincera,
hasta que un día no hubo adulto alguno para dejarle las decisiones, un día
en el que el mundo y sus decisiones cayeron estrepitosamente sobre mí,
sin advertencia alguna. Esto fue lo que sucedió…
Era una cálida tarde de principios de otoño en Washington, las
personas caminaban tranquila y felizmente por la ciudad. Gwen, mi mejor
amiga y yo andábamos de compras, ella lo adoraba, mientras que para mí
era un martirio. De repente, el cielo se tornó oscuro, de un azul cobalto, el
viento ahora era frío y fuerte, iba hacia mi rostro y me bloqueaba la
visión.
Los edificios y tiendas empezaron a resquebrajarse, provocando
gritos de terror en el tumulto, yo solo podía ver fascinada las naves
extrañas que surcaban el cielo de las que salían unas luces verdeazuladas
que llegaban hasta el suelo a mi alrededor.
En mi estado de shock no me había dado cuenta de que me habían
arrastrado hacia una callejuela, tampoco me había percatado de que todas
las personas estaban muertas. Estaba tan concentrada viendo las naves
que no había notado lo que sucedía a mí alrededor, nunca supe que Gwen
se había alejado de mi lado. ¡Gwen! Oh no, no podía perderla, empecé a
buscarla con desesperación entre los cadáveres, esperando no
encontrarla. Pero en ese entonces el hombre que me había arrastrado
hasta allí me señaló a una chica sollozando sentada en una silla dentro del
edificio de mi izquierda, rodeada por unas veinte personas.
Suspiré aliviada. Bueno, ella estaba bien, yo estaba bien, nos
teníamos la una a la otra. Al verla, decidí agradecerle al hombre por
salvarnos, pero en eso descubrí que no era un hombre, era un chico tal
vez uno o dos años mayor que yo. Volteé a ver adentro del edificio y vi
que todos tenían entre 16 o 17 años aproximadamente. No había ningún
adulto, solo nosotros...
9
- Somos los únicos. –dijo el chico- Ya no hay nadie más, solo
nosotros…
- ¿Cómo lo sabes? –el solo pensamiento de estar sola, solo con un
puñado de adolescentes inexpertos me aterraba.
- Lo he visto, nadie en redes sociales, noticias, internet, nada. Con
un poco de suerte el ejército y los marines. Pero de civiles no creo que
haya muchos.
- Entonces, ¿solo nosotros?
- Solo nosotros, por ahora y hasta encontrar más sobrevivientes, el
futuro de nuestro mundo está en nuestras manos.
Y con esa frase, esas simples palabras, mi vida dio un giro
inesperado y vertiginoso. Había estado evitando tomar decisiones
importantes toda mi vida y ahora debía encontrar y rescatar a otras
personas. Jamás había luchado contra algo o alguien, pero el solo hecho
de saber que podía proteger a alguien, que podía salvarle la vida, se
convirtió en mi interés principal.
- Si vamos a seguir juntos en esto, creo que deberías saber mi
nombre. Dijo el chico aún desconocido. - Soy William, pero todos me dicen
Will. Dijo extendiendo su mano. - Es un placer.
- Rose, dije balbuceando. - El placer es mío.
- Bueno Rose, dijo Will, será mejor que vayas alistando tus espinas.
Y dicho esto entró en el edificio sonriendo por su chiste. Jamás creí
que podría sonreír en esas circunstancias, pero lo hice. Una sonrisa
genuina y llena de una seguridad que antes no sabía que tenía. Entré
detrás de él y al cerrar la puerta empezamos a planear cómo salir de allí y
adónde ir.
Con el tiempo, Will se hizo mi mejor amigo y el de Gwen, los tres
viajábamos y luchábamos juntos. Defendiendo nuestro hogar de los
extraños seres que llegaron para arrebatárnoslo. Descubrimos que una
simple y común bala los mataba, así que decidimos usar eso a nuestro
favor, el hermano de Will estaba en el ejército, así que las tomamos y Will
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nos enseñó a dispararlas. Antes las armas me daban miedo, ahora me dan
seguridad, porque sé que con ellas jamás me lastimarán, nunca más.
Ahora Will, Gwen y yo seguimos defendiendo nuestro mundo,
recuperando a la humanidad, recuperando nuestro mundo, nuestro
hogar. Y no importa lo que hagan, jamás lo tendrán, no mientras nosotros
estemos aquí, mientras la humanidad esté aquí. Nadie logrará
derrotarnos, no mientras creamos en nosotros.
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“EL FUTURO EN NUESTRAS MANOS”
Por
Diana Garbanzo
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Empiezo a sentir la ansiedad de siempre, sé que ya es hora de
cambiar. Me coloco la máscara para que no me vea la cara aun y tomo el
bate con mi mano izquierda. Me dirijo arrastrando el bate por el piso para
que su sonido cause uno de mis más grandes placeres: la tortura
psicológica. Me encanta saber cómo es que yo soy quien tiene el poder,
que ellas harán todo lo que puedan para conservar su vida, a pesar de que
no está en mis planes. Amo sentir el control sobre ellas. Cuando abro la
puerta veo la típica reacción de todas al verme, está arrinconada en la
esquina donde cada mujer lo ha hecho durante el tiempo que he estado
haciendo esto. Sonrío al verla aterrada de mí, solo de mí. Me acerco a ella
con cuidado y tomo su cara con mi mano libre, la halo de sus piernas para
que quede acostada, me monto sobre ella y me acerco a su oído para decir
las palabras mágicas, que significan el fin para ellas y el mayor de mis
placeres.
Esta noche no te llevaré a ver la luna
Ella trataba de liberarse de mí al instante de oírme hablar, sonreí en
su oído al saber que tenía completo poder sobre ella. Erguí mi espalda
para verla con claridad, sus preciosos ojos azules estaban desenfocados
por las lágrimas en ellos, su pelo rubio y largo se encontraba desordenado
por los movimientos que hacía para intentar liberarse. Tomé sus manos
para que parara de golpearme o al menos de intentarlo. Saqué la soga que
había usado con todas y la amarré con fuerza a sus manos y continúe
atándola al tubo que se encontraba cerca de nosotros, ya era
completamente mía estaba a mi completa disposición. Me paré y con el
bate en mi mano observé cómo seguía luchando por liberarse, segundos
después decidí empezar. Retiré las mascara de mi cara.
Mira la cara de tu dueño la única persona a la que le perteneces
Lo único que varía de todo esto es la expresión que hace cada una
de ellas al ver mi cara, ella solo miraba esperando a que su fin llegara
mientras lloraba, mientras otras gritaban, otras me insultaban, variaban
mucho cada reacción. Me gustó mucho su reacción, es como si al fin
aceptara que todo termina, que soy su dueño y soy la única persona que
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decide qué pasa con su vida. Comencé golpeando sus piernas, que era la
parte que menos me gustaba de ella, para continuar con el resto de su
cuerpo, hasta que vi que ya no quedaba rastro de vida en él.
Yo estaba cansado, pero aun tenía que encargarme de los restos de
su cuerpo. La metí en el maletín, metí el maletín en el auto y al llegar a
una carretera en la que no hubiera nadie y asegurarme de que ningún
testigo observara, paré el auto y saqué su cuerpo, coloqué su cuerpo con
las manos cruzadas, las piernas juntas y la frase que decidí que mejor la
describía, entre sus manos.
Cuando sabes que llegó el final es mejor rendirse y dejarse llevar por
la muerte
Seré sincero no recuerdo bien de dónde he sacado la frase, tal vez la
modifique un poco, pero ahí está la esencia que mejor identifica su
muerte y su personalidad mientras estuvo bajo mi custodia.
Mañana me preocuparía quién sería la siguiente. Hoy me
encontraba muy cansado por todo el trabajo que hice. Al menos no tengo
que preocuparme por un horario de trabajo, como el resto de las
personas, además, como me gustan las chicas trabajadoras e
independientes, tendría que esperar que las mujeres salieran de sus
trabajos.
Esta mañana me sentía renovado, comparado con ayer que me
sentía totalmente agotado.
Desayuné viendo a la ventana, viendo como mujeres hermosas
salían a correr o se dirigían apresuradas a sus autos para ir a sus trabajos,
por más inútiles y sin importancia que estos sean. Durante la mañana me
dediqué a ver cómo las noticias me dedicaban a mí y a la chica una hora y
media en la pantalla. Me divertía y me llenaba de alegría ver cómo las
personas se preocupaban de algo tan inevitable como lo era yo. También
me sentía orgulloso de que lo único que tenían de prueba física era lo que
yo les había dado, los cuerpos que eran mi propiedad. Son los regalos de
mi parte, para ellos. Me gustaba ver a la policía sufrir por no poder
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atraparme. También era divertido saber que me buscaban por medio de
un perfil basado en lo que les había regalado, he de admitir que hicieron
un buen trabajo. Me describen como un hombre entre los 20 a los 30
años, cierto, tengo 21, que tengo un nivel económico suficiente para
mantenerme a mí y a mis victimas por tres días, soy bien parecido,
amable ante ellas y las atraía con este cierto encanto que poseo.
Cuando almorzaba y miraba a la ventana mi vecina salió a correr,
también era mi compañera de clase en la universidad, siempre sentí cierta
atracción hacia ella, pero nunca me había atrevido a hablarle hasta que
nos mudamos, me mude aquí por ella. Decidí acompañarla esta tarde. Me
acerqué a ella y la miré, se veía tan perfecta que hice algo que nunca había
hecho con ninguna de ellas. No tuve la necesidad de llevarla a mi casa o
siquiera cortejarla, solo me dejé llevar y miré cómo se daba su muerte ahí
mismo en medio de la calle, donde no había nadie, por suerte. La coloqué
como a las demás, tomé su teléfono y en vez de escribir algo que la
personificara como lo perfecta que era, escribí algo para que supieran lo
significaba para mí.
Ella lo era todo
Ella era tan solo la chica en la clase de Español, pero también era
perfecta para mí en la secundaria, en la universidad. No importaba
cuántas veces me habían dicho que me alejara, que era prohibida, ella
siguió siendo tan importante como lo es o era, ahora. Su larga melena
rubia, sus penetrantes ojos azules, sus delgados labios rosados… ella era
perfecta. Ella era la prueba en vida de que no importa cuán perfecto seas
o cuán meticulosos seas con lo que haces, hay cosas que controlan tu
futuro. Así como yo tengo en manos el futuro de todas aquellas que
pasaron por el lugar de aquella tan importante para mí, controlo mi
futuro. Las decisiones que tome, deciden qué pasará conmigo, cada
persona elige el camino que quiere tomar.
El futuro está en nuestras manos, pero hay cosas que no podemos
controlar, que no se encuentran en nuestro poder. Pero a pesar de todo
somos nosotros quienes decidimos cómo manejar o pasar esas
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situaciones. Yo no podría echarle la culpa a alguien si me llegaran a
arrestar, yo soy el único responsable por mis acciones, sin excepción
alguna.
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“LA VIDA A TRAVÉS DE UNOS OJOS AJENOS”
Por
Louhana Jiménez Guarnizo
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Esta no es la típica historia sobre la vida feliz de una adolescente
común. Relatada mediante profundos y cortos pedazos de la corta
memoria que poseo. Podría decirse que vivo en una ciudad un poco
pequeña donde todos se conocen y cuando digo que todos es porque la
mayoría saben toda tu vida y sin ser presentados formalmente. Además,
mi nombre es tan poco común como lo es un extranjero en nuestra
ciudad, mi nombre es Luna. Mi padre solía contarme que él había pedido
al universo que le regalara su mayor anhelo; tener una hija. Al poco
tiempo por obra de un extraño deseo del destino junto al universo, mi
madre dio a luz a esa niña de cabello oscuro y con aquellos ojos tan
profundos.
Fui creciendo con la mayoría de problemas que todo niño en
crecimiento tiene, ver a mis padres pelear no es algo que me aterraría,
porque probablemente es algo normal, según mis amigos de la escuela me
decían. Al poco tiempo ya me encontraba en una de las etapas más
“emocionantes” para una pre-adolescente. El colegio, un lugar en donde
se supone que serás aceptada y abrazada con el mayor amor y dulzura del
mundo. Es pura mentira.
El colegio, primer día de clases. Muchos rostros nuevos, los cuales
me parecen algo interesante en este aburrido lugar. Jamás he pensado en
mi futuro como algo necesario, he preferido pasar la vida entre mis libros
y sobre todo en mis poemas, los cuales nadie ha leído porque pienso que
serán muy críticos y a veces suelo tomarme las cosas muy en serio y
termino quemando todo en una fogata. Me he empezado a interesar mas
en las clases de literatura y filosofía que al parecer son bastantes
necesarias para todo aquel que tiene un escritor frustrado dentro de sí. A
veces pienso que debería empezar a tomarme más en serio esto de
escribir, pero la verdad nunca me tomo nada en serio. Es uno de los
defectos con los que nací.
En este tiempo pienso que debería empezar a conocer a alguien en
quien de verdad pueda confiar, porque realmente no es algo que se me dé,
como el escribir versos sin esfuerzo en una tarde de lluvia. Normalmente,
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en la escuela, cuando estaba en tercero prefería estar con los chicos,
porque ellos no pensaban que era extraña ni me criticaban porque
siempre pasaba callada y escribiendo, simplemente pienso que ellos son a
veces personas más sencillas, a las que no les importa el físico, sino sobre
qué está compuesta la persona; simplemente la apariencia no lo es todo.
He estado en un gran conflicto conmigo misma debido a los grandes
problemas que he pasado. Nunca podré confiar en nadie más que como lo
hice con aquellos que solo me hicieron daño y ahí está él, mi ángel y mi
demonio que vive junto a mi espíritu y me despierta cuando las pesadillas
empiezan a volverse cada vez más oscuras.
Les contaré una historia. Una tarde, mientras estudiaba para los
exámenes de admisión del colegio, mi mejor amigo Alex, un chico 2 años
mayor que yo, que cursaba el octavo año me llamó a preguntarme qué
pasaría si él muriese. Aterrada le contesté que si eso pasaba
probablemente entraría en una seria depresión y pasaría escribiéndole
cartas sobre cómo va mi vida solo para sobrellevar el dolor de su muerte.
Él no respondió nada sobre lo que yo le contesté. Había notado algo
distante a Alex debido a que ya no me visitaba cada jueves mientras yo
estaba escribiendo mis dementes poemas. Mi madre había comentado
algo acerca de que en la casa de Alex sucedían problemas (Alex siempre
había sido muy reservado con sus problemas, él siempre sonreía aunque
el día estuviera oscuro). Seguía con la intriga de qué le sucedía a Alex y
decidí ir a visitarle y llevarle un presente para que se alegrara un poco.
Jamás había visto llorar a nadie en mi vida, solamente a mí misma
en mis pesadillas y cuando me aterraba de la demencia que en mi mente
se reflejaba mediante esos sueños oscuros. Cuando llegué a su casa la
puerta se abrió sola, supuse que su abuela había salido, porque Alex vivía
con su abuela debido a la muerte de sus padres en un trágico accidente
hacía 4 años atrás. Sabía que la vida de Alex había sido bastante difícil por
lo poco que él me contaba mediante sus cartas que me dejaba en mi
ventana cuando nos conocimos cuando éramos niños. Él no es un chico
que pueda considerarse “normal”, siempre ha sido molestado por sus
gustos y por ser un gran estudiante que destaca entre todos los demás por
19
sus notas. Él siempre me mencionaba la idea de que no le temía a la
muerte. Yo jamás había pensado a mis 12 años en la muerte hasta que él
me mostró las cicatrices de guerra que en sus manos tenía. Era como ver
un dibujo de un niño de 3 años que solo dibuja líneas sobre una hoja
blanca.
Aterrada entré a su habitación y al ver lo que allí había pensaba que
era otra de las constantes pesadillas que siempre tenía. Pero no era así, él
estaba ahí con una gran herida en su pálido brazo, estaba casi
inconsciente, lo único que podía hacer era llamar a emergencias, pero ya
era demasiado tarde, él había decido irse a descansar de este mundo.
Ese vacío y oscuro recuerdo vivía en mi mente y me atormentaba
cada noche mientras imploraba porque Alex estuviese en una dimensión
mejor. Ya había pasado un año y medio desde lo que sucedió con Alex
¿Debería irle a visitar a su tumba? Mientras estaba en clases de artes,
traté de dibujar un retrato de él. Al empezarlo a dibujar noté que había
una chica al lado mío, tenía una sonrisa similar a la de Alex, escondía sus
manos en su largo suéter de rayas. Una señal.
Noches después de la muerte de Alex había suplicado que si algún
día tenía la oportunidad de ayudar a alguien con cualquier problema de
estos, que por favor el universo me lo demostrara mediante una señal. Y
he ahí donde esa señal apareció, en esa chica tan tímida que se sentaba
atrás de la clase con tal de no llamar la atención. Traté de saludarla, pero
al parecer ella se encontraba pensando en algo más importante que mi
saludo tan repentino.
Al poco tiempo empecé a establecer una conversación con ella y
muchos de mis nuevos compañeros, que al parecer no eran de mi
pequeña ciudad. Mi padre había dicho que mientras el cielo y el sol aun
reflejen luz, no hay por qué estar tristes. Comencé con conocer un poco
mejor a Alejandro, un chico alto y moreno, al parecer él no tenía padres,
fue adoptado por una dulce señora que debido a un accidente no podía
tener hijos. Alejandro me había contado muchas de las horribles cosas por
las que había pasado en el orfanato y uno de sus miedos era la oscuridad.
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También conocí más a la chica que se sentaba al final de la clase,
Elena. Ella pasaba por una gran depresión, nunca me dijo por qué, muchas
veces tuve que quedarme hasta el amanecer tratando de comprender la
situación en la que ella se encontraba, al parecer ella sufría un tipo de
desorden alimenticio debido a las constantes burlas de sus compañeros.
Roberto, un chico rubio, que solía pasar tiempo solo, debido a que no
tenía con quien hablar porque recién se había mudado de ciudad y su casa
de la infancia quedaba a miles de kilómetros de aquí, muchas de las cosas
que le atormentaban era un raro sentido de paranoia que inundaba los
lagos de su mente y hacía que se convirtiese en alguien que nadie conocía.
Con ellos empecé a luchar por salir adelante, sin embargo la vida
tiene miles de adversidades por las cuales todos debemos pasar, en mi
caso son las malas compañías de mi pasado. Ellos empezaron a buscarme
para ofrecerme una vez más ese vicio que me hizo casi terminar
intoxicada en el hospital, todo eso pasó en el lapso de los seis meses
después de la muerte de Alex, él era casi mi hermano mayor y él evitaba
que me molestaran o que me ofrecieran ese tipo de cosas, pero yo era
débil y dije sí al peor error de mi vida. Al encontrarme con aquellos tipos
mi vida se volvió un infierno, hicieron que todos los malos recuerdos que
me había limitado a borrar de mi memoria volviesen a recobrar vida
como lo hace un fénix de las cenizas.
Mis padres jamás habrían imaginado que su hija había tomado
todas esas píldoras para quitarse los malos pensamientos de la cabeza,
mis padres solo saben la parte de la intoxicación, pero nunca se les dijo la
verdadera razón. Mi vida estaba a punto de cambiar si volvía a ceder a esa
tentación que quién sabe qué demonio me estaba enviando. Tenía tantas
dudas sobre mí misma y ¿qué pasaría con Elena, Alejandro y Roberto?
Cada una de esas dudas hacía que mi mente se volviese un campo de
batalla donde solo uno ganaría.
Odio tanto que estas personas, a las cuales consideré una fuente de
confianza y amistad, llegaran a corromper mi cuerpo de esa manera y aun
peor, ¿cómo fui tan débil para acceder a esto? Mi mente se encontraba en
21
un gran lío, estos demonios estaban creando un caos en mi pobre mente
de 13 años ¿Por qué están haciendo esto? ¿Acaso quieren volver a verme
sufrir? Ya está todo más claro, ellos lo hicieron con el fin de hacer la
maldad a alguien más. Qué ingenua fui, tomaré la decisión más grande de
mi vida y rechazaré estas maldiciones con forma física.
Salí corriendo más rápida que ligera, llegué a la casa de Roberto
donde se encontraba Alejandro y Elena, al parecer estaban esperándome
o algo así. Rápidamente les conté de mi pasado y por qué lo escondí de
todos para no afectarlos. Ellos solo me abrazaron, al mismo tiempo que
decían las mismas palabras que Alex dijo antes de morir: “Todo estará
bien”.
Sin más que decir yo solo empecé a llorar de miedo y de alegría, es
algo que jamás había pensado que pasaría. Estaba aterrada sobre lo mal
que pude haber actuado si hubiese aceptado aquella oferta tan tentadora,
pero tan dañina para mi cuerpo que sería letal. Asimismo, ellos se
encargaron de darme las nuevas noticias de que una gran época de
tranquilidad y un sol después de la tormenta se acercaba, esto era una
señal de que todos los problemas por los que ellos también se
encontraban luchando estaban en un tipo de tregua en sus vidas. Todo
gracias al apoyo incondicional que yo les di.
Yo jamás he pedido nada a cambio de mis consejos que siempre he
dado a raíz de la tragedia de Alex, pero al parecer el universo me ha
recompensado con tres fabulosos amigos que podrían ser comparados
con unos grandes guerreros de la luz. A partir de todos estos sucesos tan
repentinos en mi vida he tratado de narrarlos a todo aquel que esté
dispuesto a escuchar una voz real hablando sobre problemas que afectan
a la mayoría de los adolescentes.
Han pasado más de 4 años desde la muerte de Alex y del incidente
que tuve con aquellos demonios encarnados en seres humanos. Pienso
que la vida tiene tantos obstáculos como una infinita escalera con clavos y
escalones dañados. Tengo una mentalidad diferente desde aquellos
primeros años del colegio. Ahora me encuentro estudiando mi pasión,
22
pero más allá de esto, estoy logrando concretar el sueño de Alex; crear
una fundación donde los adolescentes serán escuchados y aconsejados
para que jamás cometan el mismo error que muchos hemos cometido.
Todos nosotros luchamos por algo en esta vida, un propósito y una meta
que tenemos que cumplir, nadie puede quitarnos el derecho a ver las
cosas de la mejor manera ni mucho menos nos pueden cerrar las
oportunidades para salir del infierno que constantemente vivimos.
Mi vida jamás ha sido fácil, para ninguno de nosotros nunca será
algo sencillo. Sin embargo, todos estamos hechos de una fuerza de
voluntad mayor a la fuerza física. Todos estamos hechos de material
valioso e irrepetible en nuestro cuerpo, tenemos que empezar a valorar
este material. Muchas veces no lo notamos, pero estamos hechos de un
valioso tesoro llamado alma. El alma es lo que mueve a nuestro cuerpo,
debemos ser cuidadosos con lo que estamos haciendo porque si llegamos
al punto de convertirla en un alma rota y oscura nuestro destino podría
ser como el de Alex.
Nadie es indispensable en este mundo. Todo pasa, si alguien se va
de este mundo es porque nosotros tenemos que seguir en la lucha día a
día. Pero debemos evitar que alguien se vaya antes de tiempo por no
tener a alguien ahí que le ayude a tomar una decisión correcta. Gracias a
Alex aprendí que jamás debemos acceder a algo por más débiles que
estemos, siempre debemos ser fuertes contra las tentaciones que los
demonios encarnados en un cuerpo humano nos imponen. Debemos
luchar contra todos esos demonios que te hacen perder la cordura y eliges
mal el camino que deberías tomar.
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“EL FUTURO EN NUESTRAS MANOS”
Por
Jean Carlo Navarro Rodríguez
24
En un pequeño pueblo de Noruega una niña de ojos negros como la
noche y profundos como el alma de un Dios era concebida en ese
momento. Por desgracia, su destino le iba a hacer una mala jugada y en el
parto su madre murió por una hemorragia, pero aun así, después de tan
complicado alumbramiento la bebé salió viva y sana. Su padre, devastado
por la muerte de su amada, cayó en una gran depresión y después de
cinco meses de cuidar a su pequeña hija tomó una decisión muy drástica y
fue regalar a su hija, por suerte la abuela de la niña decidió adoptarla
durante el tiempo que su hijo lograba superar la muerte de su esposa.
La abuela crió muy bien de su nieta por siete meses hasta que
cumpliera su primer año de edad; la abuela creyó que sería buena idea
mostrarle a su hijo lo linda y sana que estaba la niña, pero al llegar a la
casa de su hijo encontró una horrible sorpresa: su hijo víctima de la
depresión no encontró más camino que quitarse la vida, así que decidió
colgarse en la sala de su casa. Cuando la abuela se encontró ante este
panorama casi suelta a la niña, pero la tomó muy fuerte, la abuela cayó
rendida en el suelo y empezó a llorar descontroladamente y varios
minutos después, decidió llamar a la ambulancia y a la policía.
Después de que la policía y los paramédicos hicieran su trabajo, se
enteró de que su hijo tenía un día de muerto y como era un pueblo muy
desolado nadie se percató de que el hombre estaba muerto, además, él
había renunciado a su trabajo por la depresión en la que estaba y nadie
notó su desaparición.
La abuela de la niña después de haber superado todo lo que pasó en
el año, decidió seguir criándola como a su propia hija. A pesar de que la
niña creció sin su madre y padre biológico vivió una infancia muy feliz en
manos de su abuela, aunque no creció con muchos lujos siempre tuvo lo
necesario.
Al cumplir los quince años, la pequeña niña se había transformado
en una señorita, pero el destino le haría otra mala jugada al presentársele
a su abuela la enfermedad conocida como Alzheimer. Ni la niña, ni su
abuela habían predicho esto, pero los síntomas se empezaron a dar, tales
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como que la abuela se le olvidaba lo que hacía, incluso llegó a un estado
en el que a la niña le empezó a preocupar la salud de su abuela, así que
con algo de dinero que tenían ahorrado la llevó a un médico donde le
diagnosticaron, oficialmente, Alzheimer.
La niña no sabía nada de esta enfermedad y cuando el doctor se lo
explicó y le dijo los efectos que tendría sobre su abuela empezó a llorar y
al llevar a su abuela a su casa hizo la cena y la fue a acostar, ya cuando su
abuela estaba adormida decidió meditar sobre la situación y lo que le
había dicho el doctor, ella pensó que lo mejor sería abandonar el estudio y
vivir de la pensión de su abuela y cuidarla las veinticuatro horas, pero
creyó que le faltaban pocos años para acabar con su educación y al
terminar ya podría tener mejores opciones. Después de horas de pensar y
derramar varias lágrimas decidió ir a dormir, pero antes de dormir se dijo
a sí misma “el Futuro está en mis manos”.
Después de varios meses de enfrentar la enfermedad de su abuela,
se dio cuenta de lo que puede hacer esta enfermedad en las personas. La
enfermedad avanzaba cada vez más y era más difícil controlar a su abuela,
se le olvidaban cosas importantes. Llegó hasta el punto donde ya era
incapaz de realizar alguna actividad por sí sola, así que su nieta tuvo que
tomar las responsabilidades, no sólo del estudio, sino también las del
cuido de la abuela y el mantenimiento de su hogar, cada vez la niña iba
perdiendo más esperanza de que algún día su abuela sanara, al pasar
varios meses hasta casi cumplir el año de la enfermedad de la abuela ya se
le olvidaban cosas muy extremas, incluso llegó a olvidar que su propia
nieta la cuidaba, alimentaba, la bañaba y se encargaba de ella.
Después de haber superado incansables horas de estudio y del
cuidado de su abuela la niña había logrado graduarse y estaba lista para
salir del colegio, después de su graduación -a la cual su abuela no pudo ir
debido a su débil condición- la niña se dirigió a su casa para estar con su
abuela, pero al llegar lo único que encontró fue a su abuela viendo el
fuego de la chimenea, la niña se acercó a ella y pensó que estaba dormida
y sujetó sus manos y trató de despertarla, pero se dio cuenta de que no
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tenía pulsaciones lo que significaba que su abuela había muerto y otra vez
la vida le arrebataba a otro familiar. Al ver el cadáver de su amada abuela
se arrojó al llanto descontrolado y abrazó el cadáver y lloró hasta el punto
que parecía que jamás terminaría su llanto.
Después de semanas de la muerte de la abuela, la niña fue a ver a un
hombre con el que su abuela había dejado el testamento que decía:
“Querida Cristal, desde que me diagnosticaron Alzhéimer decidí hacer
este testamento. Después de la muerte de tus padres decidí acogerte
como mi hija y desde ese momento el amor que siento por ti empezó a
crecer cada día más, pero ahora que he muerto deberás de preguntarte
qué hacer, pero no te preocupes, te ayudaré lo más que pueda. Para
empezar, te daré nuestro hogar donde fuiste criada, y ya sé que no
tenemos mucho dinero, pero por años ahorré algo, no es mucho, pero
espero que te ayude para tus estudios y te puedas transformar en la
mujer exitosa que pensé que algún día serias, te deseo suerte en la vida.
Te amo.”
Con lágrimas en los ojos y con una linda sonrisa agradeció al
hombre que había guardado el testamento de su abuela.
Y lo consiguió, con ese poco dinero logró pagar sus estudios, pero
tuvo que conseguir un trabajo y después de años de esfuerzo terminó su
carrera y ahora es maestra en un colegio y cumplió sus sueños.
Esto nos demuestra que aunque la vida te dé golpes una y otra vez
no debes caer, ya que cada uno de nosotros tenemos el futuro en nuestras
manos.
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Historias de desolación, soledad, crueldad y angustia se presentan
en esta recopilación de cuentos, pero lo más importante es que cada uno
muestra un mensaje de positivismo, de tomar nuestro futuro en
nuestras manos y el poder de nuestras vidas con una actitud de lucha
ante la adversidad.
Cinco historias que nos muestran el talento de los jóvenes de la
institución, quienes también luchan cada día por un mundo mejor, con
pasión, entrega y alegría.