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ANTONIO MACHADO EN DIÁLOGO CON LAS TRADICIONES ESPAÑOLAS La obra de Antonio Machado en su conjunto muestra una evolución de su creación literaria que permite ubicar su producción en diferentes etapas: una modernista- intimista, otra vinculada a la generación del 98 y una última etapa, la de los apócrifos que se caracteriza por acentuarse el compromiso político y social en torno a los acontecimientos históricos. Como consecuencia de la defensa de su ideología y el compromiso asumido, A. Machado debe exiliarse a Francia. El siguiente trabajo tiene como objetivo analizar la obra del escritor español con la intención de acercar algunas respuestas al siguiente planteo: ¿De qué manera el escritor conversa con las tradiciones españolas?: ¿Las revaloriza con el fin de reafirmarlas? ¿Conversa con ellas para cuestionarlas desde una visión crítica de la realidad de su tierra? ¿Propone un cambio? ¿Promueve una continuidad? Para tal fin es necesario considerar textos de las diferentes etapas de su creación y pensar en otras cuestiones fundamentales en este análisis que corresponden al contexto histórico en que Machado vive y realiza su producción literaria. Para profundizar el tema de esta investigación, el interrogante inicial sobre la manera en que Machado conversa con las tradiciones, se despliega en nuevos interrogantes que constituirán las líneas de búsqueda dentro de la obra del escritor: - ¿Qué relación tiene el escritor entre lo culto y lo popular? - ¿Cuál es el objetivo que persigue al escribir? - ¿A quién dirige su obra? - ¿Qué pensamientos filosóficos o tendencias artísticas de la época ejercieron influencia sobre su obra? - ¿qué aspectos de su pensamiento, sus ideas filosóficas, religiosas, políticas y sociales es posible vislumbrar en sus textos? El recorrido por su trabajo literario que se propone a continuación permite una aproximación a algunas respuestas que se desprenden de la misma obra del autor. UN DIÁLOGO QUE EVOLUCIONA JUNTO CON SU OBRA Para comenzar, es fundamental tener en cuenta que A. M. publicó sus primeros trabajos en pleno auge del modernismo, corriente estética y literaria dominante a fines de siglo XIX y 1

Antonio Machado en diálogo con las poéticas españolas.- de KARINA ZAMUNER

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Informe de investigación.

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ANTONIO MACHADO EN DIÁLOGO CON LAS TRADICIONES ESPAÑOLAS

La obra de Antonio Machado en su conjunto muestra una evolución de su creación literaria que permite ubicar su producción en diferentes etapas: una modernista- intimista, otra vinculada a la generación del 98 y una última etapa, la de los apócrifos que se caracteriza por acentuarse el compromiso político y social en torno a los acontecimientos históricos. Como consecuencia de la defensa de su ideología y el compromiso asumido, A. Machado debe exiliarse a Francia.

El siguiente trabajo tiene como objetivo analizar la obra del escritor español con la intención de acercar algunas respuestas al siguiente planteo: ¿De qué manera el escritor conversa con las tradiciones españolas?: ¿Las revaloriza con el fin de reafirmarlas? ¿Conversa con ellas para cuestionarlas desde una visión crítica de la realidad de su tierra? ¿Propone un cambio? ¿Promueve una continuidad?

Para tal fin es necesario considerar textos de las diferentes etapas de su creación y pensar en otras cuestiones fundamentales en este análisis que corresponden al contexto histórico en que Machado vive y realiza su producción literaria.

Para profundizar el tema de esta investigación, el interrogante inicial sobre la manera en que Machado conversa con las tradiciones, se despliega en nuevos interrogantes que constituirán las líneas de búsqueda dentro de la obra del escritor:

- ¿Qué relación tiene el escritor entre lo culto y lo popular?- ¿Cuál es el objetivo que persigue al escribir?- ¿A quién dirige su obra?- ¿Qué pensamientos filosóficos o tendencias artísticas de la época

ejercieron influencia sobre su obra?- ¿qué aspectos de su pensamiento, sus ideas filosóficas, religiosas,

políticas y sociales es posible vislumbrar en sus textos?El recorrido por su trabajo literario que se propone a continuación permite una

aproximación a algunas respuestas que se desprenden de la misma obra del autor.

UN DIÁLOGO QUE EVOLUCIONA JUNTO CON SU OBRA Para comenzar, es fundamental tener en cuenta que A. M. publicó sus primeros

trabajos en pleno auge del modernismo, corriente estética y literaria dominante a fines de siglo XIX y comienzos del siglo XX. Cuando publica Soledades en 1903, el escritor más venerado de la poesía castellana era Rubén Darío; se exaltaba todo lo que estuviera impregnado de simbolismo, brillantez de la palabra y sonoridad. Machado declara no estar de acuerdo con los poetas de su tiempo. Tanto es así que aunque reconoce haber admirado al autor de Prosas profanas, dice que ha pretendido “seguir camino bien distinto”. Ya en 1919, hablando de Soledades expresa:

Pensaba yo que el elemento poético no era la palabra por su valor fónico ni e color, ni la línea, ni un complejo de sensaciones, sino una honda palpitación del espíritu, lo que pone el alma, si es que algo pone, o lo que dice, si es que algo dice, con voz propia. (… ) pensaba que el hombre puede sorprender algunas palabras de un íntimo monólogo (…) que puede también, mirando hacia dentro vislumbrar ideas cordiales, los universales del sentimiento. 1

Esta tendencia de Machado encuentra consonancia con la época en que vivió. Tras el énfasis materialista de final de siglo, sobreviene un intenso idealismo, individualista y subjetivo. La disolución de las esperanzas materiales inclina el interés de los artistas hacia los problemas del alma y de la mente. Freud, centro de interés de

1 Machado, Antonio. Prólogos, (Páginas Escogidas) Editorial Losada, Bs. As., 1979.

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la época, expresa la importancia de la evocación de las experiencias, la existencia de una actividad psíquica interna que aflora en la experiencia cotidiana.

El recuerdo, testigo del paso del tiempo, es una constante en los poemas de Soledades:

¡Alegría infantil en los rincones de las ciudades muertas!... ¡Y algo nuestro de ayer, que todavía vemos vagar por estas calles viejas! “Apuntes”

Ese aroma que evoca los fantasmas de las fragancias vírgenes y muertas.

Sí, te recuerdo, tarde alegre y clara, casi de primavera, tarde sin flores, cuando me traías el buen perfume de la hierbabuena y de la buena albahaca, que tenía mi madre en sus macetas.

“En una visita a Sevilla

Teniendo en cuenta la importancia que cobra la subjetividad en esta época, es posible afirmar que Antonio Machado “discute” con la tradición próxima: el racionalismo positivista. Se ve a sí mismo identificado con una línea de pensamiento antirracionalista. Uno de sus principales exponentes es Schopenhauer quien pone el acento en el carácter fenoménico de la realidad y en la subjetividad que impregna la percepción de las cosas. La esencia del mundo es la voluntad que no se somete a las leyes racionales que explican los fenómenos y que engendra la lucha permanente, el dolor y la angustia.

El propósito intimista de Machado puede observarse claramente en varios poemas de Soledades. El libro en su conjunto es una búsqueda de sí mismo en el tiempo, en el amor o en la muerte, en el sueño o en un Dios soñado. Puede apreciarse la presencia de símbolos en relación al tiempo y la consecuente introspección: el agua que corre, el camino, los momentos del día o las estaciones del año, los espejos y las galerías. Esta característica modernista no lo lleva a evadirse de la realidad, sino por el contrario, lo inserta en ella. El sentimiento es el material con el que el poeta construye símbolos que trascienden su propia naturaleza y adquieren un carácter universal. Su experiencia es la de todos los hombres y la realidad demuestra que el tiempo transcurre y la muerte es inevitable. Por eso muchas imágenes remiten a la angustia, lo melancólico, lo amargo: los jardines sombríos, el ocaso, el otoño… Al mismo tiempo, su inquietud ante el destino del hombre, se traduce en una intensa angustia existencial.

Yo caminaba cansado, sintiendo la vieja angustia que hace el corazón pesado.(…)

Y me detuve un momento, en la tarde, a meditar... ¿Qué es esta gota en el viento que grita al mar: soy el mar?

Soledades

Con el sabio amargo dijo: Vanidad de vanidades, todo es negra vanidad; y oyó otra voz que clamaba, alma de sus soledades: sólo eres tú, luz que fulges en el corazón, verdad.  El poeta

Sin embargo, el poeta posee una especie de privilegio para entender la existencia del ser humano y su condición frente a Dios:

Él sabe que un Dios más fuerte con la sustancia inmortal está jugando a la muerte, cual niño bárbaro. Él piensa 

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que ha de caer como rama que sobre las aguas flota, antes de perderse, gota de mar, en la mar inmensa.  El poeta

Para continuar con el análisis nos concentraremos en una etapa de la producción de Machado cuyas características permiten ubicar al escritor en la llamada generación del 98. Tal generación corresponde a un grupo de escritores españoles que desarrollan su obra en medio de un contexto de cambios y continuidades en la historia de su país. Es un período en el que se discute el significado del ser nacional. Nace en un ámbito de desastre ya que es el momento en que España pierde todo dominio sobre sus colonias en América luego de la derrota en la guerra contra Cuba. Citando al historiador Eric Hobsbawn:

“Entre 1880 y 1914 el continente americano fue dividido formalmente en territorios que quedaron bajo el gobierno formal o bajo el dominio político informal de uno u otro de una serie de estados (...) Las víctimas de este proceso fueron los antiguos imperios preindustriales, España y Portugal.2

Tras estos acontecimientos, surge en España la necesidad de reivindicar ese ser nacional, hecho que se percibe en la producción de Machado como en la de los escritores de este grupo.

Además de la pérdida de sus colonias, España sufre una crisis política, social y económica interna. A la política burguesa parlamentaria y constitucionalista, a la alternancia de conservadores y liberales en el poder, se suman nuevas fuerzas: movimientos regionalistas (catalanismo, galleguismo), organizaciones obreras sindicales socialistas o anarquistas. La crisis eclosiona en 1923 cuando se implanta un régimen dictatorial que suprime la Constitución y los derechos individuales. A partir de entonces, se producen numerosos sucesos que desembocaron en la llamada guerra Civil española. Machado estaba claramente alineado con el bando republicano3, lo que provocó que el triunfo de Franco lo obligara al exilio. Tras la guerra, la represión franquista inició un proceso represivo contra el bando perdedor, iniciándose una limpieza de la que fue llamada La España Roja y contra cualquier elemento relacionado con la República, lo que condujo a muchos al exilio o la muerte.

Volviendo a la generación de fin de siglo, es posible ver cómo esta es influida ideológicamente por los planteos de los intelectuales de la época quienes aconsejan replegar las fuerzas hacia el interior del país. Por ejemplo, Gavinet, en su Idearium español (1897), proclama:

Hay que cerrar con cerrojos, llaves y candados todas las puertas por donde el espíritu español se escapó de España para derramarse por los cuatro puntos del horizonte. Es necesario un ‘acto de contrición colectiva’ con el que transformaremos la

2 Hosbsbawm, Eric. La era del Imperio 1875-1914, Bs. As. 1999 (cap.3)

3 La llamada guerra civil española tuvo múltiples facetas, pues incluyó lucha de clases, guerra de religión, enfrentamiento de nacionalismos opuestos, lucha entre dictadura militar y democracia republicana, entre revolución y contrarrevolución, entre fascismo y comunismo.

A las partes del conflicto se las suele denominar bando republicano y bando sublevado. El bando republicano estuvo constituido en torno al gobierno de España elegido democráticamente, formado por el Frente Popular, que a su vez se componía de una coalición de partidos republicanos con partidos socialistas e izquierdistas. Era apoyado por el movimiento obrero y los sindicatos. El bando sublevado, que se llamó a sí mismo bando nacional, estuvo organizado en torno a parte del alto mando militar, institucionalizado inicialmente en la Junta de Defensa Nacional sustituida por el nombramiento del general Franco como Generalísimo y Jefe del Gobierno del Estado. Políticamente, estuvo integrado grupos conservadores. Socialmente fue apoyado por aquellas clases que veían peligrar su posición; por la Iglesia Católica, acosada por la persecución religiosa y también por muchas personas de clase baja de firmes convicciones religiosas.  http://www.historiasiglo20.org

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charlatanería en pensamientos sanos y útiles, y el combate externo que destruye en combate interno que crea.4

En este contexto de desastre surge el regeneracionismo. Ante la indiferencia

colectiva, se reunió un grupo de intelectuales y políticos que plantearon la necesidad de regenerar España. Las doctrinas políticas fueron muy contradictorias lo que provocó la rápida disolución del movimiento, aunque dejó marcadas influencias en la producción literaria, como en el caso de Antonio Machado.

La influencia de la ideología Kraussista es crucial en la obra de Machado. Se ha formado en la Institución Libre de Enseñanza, divulgadora de esta filosofía que propone una doctrina política dentro del liberalismo que contenga un elemento espiritual regeneracionista que actúe sobre el destino del hombre desde un orden universal de piedad, abnegación y altruismo.

Adhiriendo a una postura regeneracionista, Machado se muestra preocupado por la recuperación nacional. Ve, al igual que sus compañeros, los resultados negativos de la industrialización, la situación de campo, el empobrecimiento de las zonas rurales, que producen un agotamiento de la fe en la técnica y el progreso que venía sustentando la burguesía conservadora. La ciencia deja de ser liberadora para convertirse en una siniestra amenaza que esclaviza al hombre. De ahí que el arte se vuelve a la naturaleza y el paisaje, como volviendo a los ideales románticos. El constante diálogo del poeta consigo mismo y con el paisaje de la primera etapa de Machado, se transforma en diálogo entre la realidad social y ese paisaje que va sufriendo cambios. El regeneracionismo poético aprovecha la descripción paisajista que antes le había servido para expresar estados de ánimo, para reflexionar sobre la realidad social. Es una evolución comparable a la de Rubén Darío, quien se adelanta con Cantos de vida y esperanza. Machado sacrifica la ambigüedad y la complejidad del pensamiento a la exposición clara de un ideal ético político de regeneración social.

Es el momento en el que publica Campos de Castilla. En esta obra, el poeta se instaura como un caminante observador de su patria y a partir de sus detallados análisis contrapone las dos Españas: una España "gloriosa", perteneciente al pasado; y la otra "decrépita y en ruinas", perteneciente al presente, destacando en sus descripciones poéticas la importancia no de la "gran historia española" sino más bien de la "historias mínimas del pueblo", la historia de sus habitantes. En su prólogo, dice el autor:

Mis romances no emanan de las heroicas gestas, sino del pueblo que las compuso y de la tierra donde se cantaron; mis romances miran a lo elemental humano, al campo de Castilla y al Libro Primero de Moisés. (…) A una preocupación patriótica responden muchas de ellas. (…) Por último, algunas rimas revelan las muchas horas de mi vida gastadas en meditar sobre los enigmas del hombre y del mundo.5

Su amor a Castilla no excluye una actitud crítica frente a la realidad histórica del país al que ve empobrecido, despoblado, sin cultura. Utiliza el paisaje con un sentido crítico, no es una mera descripción; de esta forma las tierras humildes y bellas, pero normalmente ásperas y rocosas nos dan una visión de Castilla y una España que dista mucho de ser buena. Esto puede apreciarse en casi todos los poemas del libro: “A orillas de Duero” es el primer encuentro de Machado con el paisaje de Soria. Se centra en la desolación y llama la atención el final del poema: “Castilla del dolor y de la guerra, Castilla del desdén... Castilla inmortal, Castilla de la muerte”.

En “Por tierra de España”, el poeta se centra en el paisaje pero relacionándolo con los

4 Gavinet, Ángel, Idearium español (ensayo, 1898). Citado en Historia de la Literatura Europea, Latinoamericana y Argentina (La generación del 98 en España)

5 Machado, Antonio. Prólogos, (Campos de Castilla) Editorial Losada, Bs. As., 1979.

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campesinos. Aparece el tema del cainismo.

Abunda el hombre malo del campo y de la aldea, capaz de insanos vicios y crímenes bestiales,(…)Los ojos siempre turbios de envidia o de tristeza, guarda su presa y llora la que el vecino alcanza; ni para su infortunio ni goza su riqueza; 

le hieren y acongojan fortuna y malandanza.(…)Veréis llanuras bélicas y páramos de asceta ¿no fue por estos campos el bíblico jardín?: son tierras para el águila, un trozo de planeta por donde cruza errante la sombra de Caín.

El “Poema de Alvargonzález” es un extenso romance sobre el tema de la envidia y la sed de tierra: unos hijos matan al padre para quedarse con los campos. Testimonio de la miseria y decadencia de Castilla frente a los esplendores pasados, alude al despoblamiento, a la dureza de la vida, a la necesidad de emigrar, la ruina de los pueblos. Pero, también habla de la apatía de la gente, de sus miserias morales. Es decir, no oculta las lacras ni idealiza lo popular.

Mucha sangre de Caíntiene la gente labriega,y en el hogar campesinoarmó la envidia pelea.(…)La codicia de los camposve tras la muerte la herencia;no goza de lo que tiene

por ansia de lo que espera.(…)Tres niños están jugandoa la puerta de su casa;entre los mayores brincaun cuervo de negras alas.(…)Soñando está con sus hijos,

que sus hijos lo apuñalan,y cuando despierta miraque es cierto lo que soñaba.(…)La tierra de Alvargonzález secolmará de riqueza;muerto está quien la ha labrado,mas no le cubre la tierra.

Como se ha dicho, es una época en que España está amenazada por varias cuestiones. En “A un olmo seco”, el poeta utiliza imágenes metafóricas para hablar de ellas: el rayo que hiende, la lluvia y el sol que pudren, el musgo amarillento que carcome... Todos los males que asolan a la patria desde adentro y desde afuera, pueden compararse a “bichos dañinos”:

Ejército de hormigas en hilera va trepando por él, y en sus entrañas urden sus telas grises las arañas.

Luego de describir esta situación calamitosa, se presenta una antítesis que podría sugerir una cierta nostalgia, un rasgo romántico:

no será, cual los álamos cantores que guardan el camino y la ribera habitado de pardos ruiseñores.

En la última parte, Machado adopta un tono profético. La contemplación y reflexión del paisaje le lleva a sacar conclusiones sobre el presente y el futuro de su país y advierte que hay una rama verde, una esperanza tal vez representada en jóvenes con ideales que favorecerán el surgimiento de una nueva España. Confía en el “milagro de la primavera”. La palabra milagro puede sugerir la fe cristiana, la intervención de Dios, elemento fundamental en la tradición española, pero con la que Machado discute como analizaremos más adelante.

Junto a esta crítica de Castilla hace una crítica a la religiosidad de su pueblo. En numerosas oportunidades, Machado se define a sí mismo como creyente y cristiano, aunque expresa su desacuerdo con ciertas costumbres religiosas. Critica la religiosidad tradicional que sólo se siente por necesidad o interés pero no, por verdadera fe. La hipocresía y superficialidad religiosas pueden reconocerse en poemas como “Coplas de la muerte de D. Guido”.

Murió don Guido, un señor de mozo muy jaranero,

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muy galán y algo torero;de viejo, gran rezador.(…)Gran pagano,se hizo hermanode una santa cofradía;

el Jueves Santo salía,llevando un cirio en la mano— ¡aquel trueno!—,vestido de nazareno.¡Oh fin de una aristocracia!La barba canosa y lacia

sobre el pecho;metido en tosco sayal,las yertas manos en cruz,¡tan formal!el caballero andaluz."

Otra crítica machadiana, corresponde a una forma de religiosidad oficial institucionalizada, que favorece a las clases privilegiadas y difunde la idea de que a las clases más humildes siempre les queda la esperanza. Esperanza que se expresa en términos completamente ambiguos; no se sabe si es la esperanza de un cambio, de tiempos mejores, o simplemente la esperanza de la otra vida. Esto puede verse claramente en el poema Al Dios ibero:

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¡Oh dueño de fortuna y de pobreza,ventura y malandanza,que al rico das favores y perezay al pobre su fatiga y esperanza!

¡Señor, hoy paternal, ayer cruento,con doble faz de amor y de venganza,a ti en un dado de tahúr al vientova mi oración, blasfemia y alabanza!

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Es curioso observar que a la doble faz del Dios ibero corresponde la doble faz del hombre hispano que a la vez que alaba, blasfema. En cuanto a este tema, una mención particular merece el poema “La saeta”, ya que el planteo que hace Machado se dirige hacia lo profundo de la creencia religiosa. ¿Quién es ese Dios al que se alaba o se canta? ¿Qué representa? Es preciso aclarar que la primera estrofa del poema es una saeta, es decir una canción religiosa propia de Andalucía, de tono triste y dramático, que se canta sin acompañamiento de instrumentos, especialmente en la Semana Santa. Propia de sus raíces andaluzas, una saeta popular sirve a Machado para reivindicar su idea de Jesús y de la religión, que nada tienen que ver con la oficial. El poeta no quiere cantar al Jesús crucificado, símbolo del sufrimiento y el martirio, sino al que anduvo en la mar, una imagen que evoca mucho más la libertad. La influencia de la filosofía Kraussista que conjuga teísmo con panteísmo, que propone una creencia adogmática y un dios ajeno a toda reglamentación, puede apreciarse claramente en este poema.

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¿Quién me presta una escalera,para subir al madero,para quitarle los clavosa Jesús el Nazareno? (Saeta Popular)

¡Oh, no eres tú mi cantar!¡No puedo cantar, ni quiero,a ese Jesús del madero,sino al que anduvo en el mar! (última estrofa del poema “La saeta”)

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Cuando en 1917 Machado publica Poesías completas, introduce una serie de poemas cortos de carácter reflexivo y sentencioso: Proverbios y cantares. En uno de ellos, expresa la lucha que para él todo ser humano debe enfrentar y que se da en dos planos: el espiritual y el terrenal:

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Todo hombre tiene dosbatallas que pelear:en sueños lucha con Dios;y despierto, con el mar.

Anoche soñé que oíaa Dios, gritándome: « ¡Alerta!» Luego era Dios quien dormía,y yo gritaba: « ¡Despierta!»

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En otro de estos poemas, propone una filosofía de la religión diferente a la institucionalizada. Así, habla de una "teología del amor", de la religión del amor:

Dante y yo – perdón señores–,trocamos – perdón Lucía–,el amor en teología.

Para finalizar el análisis nos centraremos en la etapa en la que lo apócrifo adquiere un carácter protagónico en la obra de Machado. Entre 1923 y 1925, aparece, en su cuaderno de notas Los Complementarios, la antología “Cancionero apócrifo. Doce poetas que pudieron existir”. Entre los poetas hay uno llamado Antonio Machado, de quien se dice que no debe ser confundido con el autor de Soledades y Campos de Castilla.6

Las ediciones de  Poesías completas de 1928 y 1933  presentan dos importantes apócrifos, Juan de Mairena y Abel Martín —maestro de Mairena—, más un tercero, que lleva el mismo nombre que el poeta. Son, todos ellos, autores de los poemas añadidos a estas nuevas ediciones. 

En 1936, ya en vísperas de la Guerra Civil, publica un libro en prosa: Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo. Se trata de una reunión de ensayos que venía publicando en la prensa madrileña a partir de 1934.

El concepto de lo apócrifo resignifica toda la obra machadiana y no se limita a los textos producidos por sus diferentes heterónimos. Lo apócrifo implica un espacio desde donde se reescribe la tradición y la propia obra. A partir de este concepto, Machado redefine, en su totalidad, el sentido y la intención de su obra; la reinventa desde otro lugar y otro tiempo.

Concebir la propia obra desde lo apócrifo supone un desplazamiento radical de lo que es la actividad del escritor: no hay que inventar nuevas poesías, hay que inventar nuevos poetas que pudieron ser y no fueron. Lo apócrifo va a suponer entonces el rescate de un pasado posible y la negación del pasado real. En concreto, Machado nos propone el olvido del real siglo XIX español y la invención, revelación, de un siglo XIX apócrifo.7

Antonio Machado decide revelar su pensamiento filosófico por medio de los “poetas apócrifos”. Esto puede deberse al sentido marginal que para él mismo tenía su actividad filosófica, estableciendo así una cierta lejanía entre su persona y sus ideas. Su timidez se manifiesta a través de la broma o un dejo de humor.

En su estudio sobre el tema, Abellan8 destaca un concepto interesante de la filosofía de Machado: el de la “fe poética” enfrentado al de la “fe racional”. Para él la racionalidad es una actividad homogeneizadora que produce la desubjetivación del ser. Esta actividad crea el tiempo y el espacio, que son las bases del lenguaje y del pensamiento racional. Tiempo y espacio tienen un valor negativo ya que son aspectos homogeneizadores de las conciencias que son individuales e irrepetibles. Lo único que permite acceder a la riqueza del ser es la fe poética que es heterogénea e intenta devolver el ser a lo desrealizado. La fe poética abre paso a la intuición y afirma todo lo que niega la lógica o fe racional. Este sentido tiene la “metafísica del poeta” de Abel

6 En 1926, su más conocido apócrifo, Juan de Mairena, aparece por primera vez publicado en la Revista de Occidente. Mairena viene acompañado de dos apócrifos más, su maestro Abel Martín y Jorge Meneses, de quien se dice que es un apócrifo creado por Juan de Mairena, es decir un apócrifo de segundo grado

7 Brioso, Jorge. “Antonio Machado y la tradición apócrifa”, en Anales del Seminario de Historia de la Filosofía, Universidad Carleton College, Nueva York, 2007

8 Abellan, José Luis, “La filosofía de Antonio Machado y su teoría de lo apócrifo”, artículo publicado en El basilisco, número 7, Madrid, junio de 1979.

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Martín, pues (como dice Machado, por boca de éste) semejante tarea “sólo puede ser consumada por la poesía”, a la que define como “aspiración de la conciencia integral”.

En uno de sus Proverbios y cantares enuncia la diferencia entre estas dos clases de lógica:Hay dos modos de conciencia: ¿Conciencia de visionario ¿Cuál es la verdad?Una es luz, y otra, paciencia. Que mira en el hondo acuario ¿El río que fluye y pasaUna estriba en alumbrar peces vivos, fugitivos, donde el barco y el barqueroUn poquito el hondo mar, que no se pueden pescar son también ondas del agua?Otra en hacer penitencia o esa maldita faena ¿O este soñar del marinoCon caña o red, y esperar de ir arrojando a la arena siempre con ribera y ancla?El pez como pescador. Muertos, los peces del mar?Dime tú: ¿Cuál es mejor? 

El mundo humano es apócrifo, lo que quiere decir que todo es una gran fantasía. Así lo expresa Machado a través de su apócrifo Mairena:

Lo apócrifo de nuestro mundo se prueba por la existencia de la lógica, por la necesidad de poner el pensamiento de acuerdo consigo mismo, de forzarlo a que sólo vea lo supuesto o puesto por él, con exclusión de todo lo demás. Y el hecho de que nuestro mundo esté todo él cimentado sobre un supuesto que pudiera ser falso, as algo terrible, o consolador. Según se mire. El hombre occidental se ha inventado un mundo lógico y racional, del que se ha derivado esta sociedad industrial y consumista en que vivimos…

Puesto que la verdad se inventa, la teoría machadiana ofrece unas posibilidades revolucionarias. Uno de los proverbios que dedica a José Ortega y Gasset en su libro Nuevas canciones, dice:

Se miente más de la cuentaPor falta de fantasía: También la verdad se inventa

En el siguiente poema podemos apreciar la búsqueda que hace el hombre de la comprensión de sí mismo y la función del apócrifo en esta tarea:

Busca tu complementario,que marcha siempre contigoy suele ser tu contrario,Más busca en tu espejo al otro,al otro que va contigo.

La reflexión crítica sobre la tradición empieza como un arte de la memoria. La rememoración restaura la posibilidad en el pasado. Lo que ya se fue se reinventa desde lo que todavía no ha sido, lo que aún no ha llegado. El poeta olvida todo menos la emoción. Recordar es crear. Así puede apreciarse en “Introducción”, poema que abre la sección de “Galerías” en el libro Soledades, galerías y otros poemas:

He visto en el profundoEspejo de mis sueñosQue una verdad divinaTemblando está de miedo

El alma del poetase orienta hacia el misterio.Sólo el poeta puedemirar lo que está lejos

dentro del alma, en turbioy mago sol envuelto. (…)En esas galerías,sin fondo, del recuerdo…

Para esta reinvención y reescritura del pasado no sólo es necesaria la memoria, sino que el poeta debe ejercer también el arte del olvido.

Mi maestro exaltaba el valor poético del olvido [...] Merced al olvido puede el poeta [...] arrancar las raíces de su espíritu, enterradas en el suelo de lo anecdótico y trivial, para amarrarlas, más hondas, en el subsuelo o roca viva del sentimiento, el cual no es ya evocador, sino -en apariencia, al menos- alumbrador de formas nuevas. Porque sólo la creación apasionada triunfa del olvido.9

9 Machado, Antonio, Juan de Mairena. Ed Antonio Fernández Ferrer, Cátedra, Madrid, 1986.

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El olvido activo funciona como una presencia crítica del hombre frente al pasado. Esta noción tiene un acercamiento a Nietzsche, quien en La genealogía de la moral, define en los siguientes términos al olvido activo:

Cerrar de vez en cuando las puertas y ventanas de la conciencia (…) un poco de silencio, un poco de tabula rasa [...] de la conciencia, a fin de que de nuevo haya sitio para lo nuevo [...] -éste es el beneficio de la activa, como hemos dicho, capacidad de olvido, [...]: con lo cual resulta visible en seguida que sin capacidad de olvido no puede haber ninguna felicidad, ninguna jovialidad, ninguna esperanza, ningún orgullo, ningún presente.10

Recordar y olvidar desde un arte y una poética diferente, es lo que para Machado hará posible reinventar al siglo. En una carta fechada el 17 de julio de 1912, Machado le escribía a Ortega y Gasset “que el lírico español no ha nacido aún”. Sin embargo, continúa Machado, “ningún momento tan propicio como el actual para esto.” Y a continuación lista ocho condiciones que se deben tener en cuenta para crear la lírica moderna en España:

1.- Que nuestra lírica no la hemos de sacar de nuestros clásicos.2.- Que sí la hemos de sacar de nuestra tierra y de nuestra raza.3.- Que la tradición, tal como ha llegado a nosotros, no es un valor poético; con ella no se puede

construir nada.4.- Que la poesía es siempre agua que corre, actual, de esa actualidad que tiene su raíz en lo

eterno.5.- Que no se es castizo por vestir trajes o adoptar formas de lenguaje de otras épocas, sino

ahondando en el hoy que contiene el ayer, mientras que el ayer no podía contener al hoy.6.- Que el poeta puede hablar a las piedras, pero que debe también interrogar a

los hombres.7.- Que no es el poeta un jaleador de su patria, sino un revelador de ella.8.- Que es preciso buscar el poema fundamental nuestro que no está ni en la historia, ni en la

tradición, sino en la vida. 11

Si bien en su última etapa de producción, la obra de Antonio Machado posee un fuerte predominio de la prosa testimonial12, antes de morir exiliado, al término de la Guerra Civil, en Francia, en el año 1939, escribió Poesías de la guerra, donde a través de uno de los poemas,  denuncia el asesinato de Federico García Lorca:

Todos cerraron los ojos;rezaron: ¡ni Dios te salva!Muerto cayó Federico.-sangre en la frente y plomo en las entrañas-....Que fue en Granada el crimensabed -¡pobre Granada!-, en su Granada..." El crimen fue en Granada

ALGUNAS CONCLUSIONES SOBRE ESTE DIÁLOGO

10 Nietzsche, Friedrich W., La genealogía de la moral, Alianza Editorial, Madrid, 1996.

11 Machado, Antonio. Poesía y Prosa (Epistolario) Ed. Orestes Macrí. Madrid: Espasa Calpe, 1989.

12 Sólo un ejemplo de las numerosas publicaciones podría ser el una carta al escritor ruso David Vigodsky (publicada en Hora de España, n.º IV, abril 1937, plena guerra) en la que dice: De todos modos, mi querido Vigodsky, me tiene usted del lado de la España joven y sana, de todo corazón al lado del pueblo, de todo corazón también enfrente de esas fuerzas negras –¡y tan negras!– a que usted alude en su carta.En España lo mejor es el pueblo. Por eso la heroica y abnegada defensa de Madrid, que ha asombrado al mundo, a mí me conmueve, pero no me sorprende. Siempre ha sido lo mismo. En los trances duros, los señoritos –nuestros barinas– invocan la patria y la venden; el pueblo no la nombra siquiera, pero la compra con su sangre y la salva. En España, no hay modo de ser persona bien nacida sin amar al pueblo. (En Abel Martín, revista sobre estudios machadianos). Ver sitio Web en Bibliografía.

Page 15: Antonio Machado en diálogo con las poéticas españolas.- de KARINA ZAMUNER

Si bien la obra de Antonio Machado puede ser analizada en distintas etapas, es interesante recorrerla a la luz de su noción sobre lo apócrifo que, como ya hemos visto, está vinculada a una peculiar relación con la tradición, con el pasado, con la historia, con el siglo XIX. El concepto de lo apócrifo conlleva una postura crítica ante la tradición: la negación-olvido del pasado real, la afirmación-reinvención de un pasado posible.

La dualidad de lo apócrifo puede apreciarse en toda la obra de Machado. Ya desde su etapa modernista en que la simbología remite al espejo, al sueño… El modernismo en Machado es puramente intimista y simbolista, rechaza la decoración deslumbrante la palabra retórica ya que según él tiende a la deshumanización apartándose del sentimiento y el alma. La meditación del poeta sobre los enigmas del hombre y del mundo, la concepción del tiempo, la muerte, la fugacidad de la vida, las creencias religiosas, las hace siempre desde la inspiración del paisaje. La preocupación patriótica también se fundamenta en el paisaje y en sus habitantes. También aquí es posible ver la convivencia de “dos Españas”, la que se presenta y la posible. La “vieja” España, retratada en “Del pasado efímero”, de las tradiciones, del catolicismo basado en la intolerancia y el despotismo, de los señoritos y caciques; la “otra España”, la del “Mañana efímero”, del “cincel y la maza”, de los humildes, los trabajadores, los jóvenes inquietos.

Es posible afirmar que Machado discute con la tradición inmediata de España, con todo lo que ha llevado a su tierra a una instancia lamentable, por eso focaliza en el siglo XIX su atención y denuncia la hipocresía de la aristocracia, las corrupciones políticas que han sumido a los campesinos a una pobreza del cuerpo y del espíritu.

Hemos visto como varias filosofías han ejercido influencia en su pensamiento y en su obra. Cabe destacar que en su intención socio-política se observa la influencia regeneracionista y krausista: la solución al problema nacional reside en la educación, la cultura y la renovación ética de los individuos, tanto como en la supresión de las injusticias económicas y sociales. 

En cuanto a la religión, Machado no niega la fe cristiana, por el contrario se muestra siempre como un hombre de fe que ansía el encuentro con Dios, pero critica la religiosidad superficial e interesada como así también las injusticias que en nombre de Dios se perpetúan desde las instituciones y que llevan a la deshumanización y la desigualdad.

En relación a la composición poética, Machado prefirió acercarse al espíritu y a las formas métricas de la tradición popular como los romances y las coplas. De esta manera se acerca al pueblo y muestra el amor por su tierra y sus raíces. Por otro lado, expresa así su intencionalidad de influir sobre las conciencias, ya que su misión como poeta es develar la verdad. La poesía funciona como mediadora de la historia pues, a través de ella, el hombre "dialoga" con su tiempo. Interpela al pueblo español, que se muestra pasivo ante la decadencia española, como lo expresa en estos versos de sus Proverbios y cantares: ___ Nuestro español bosteza / ¿Es hambre? ¿Sueño? ¿Hastío?/ Doctor, ¿tendrá el estómago vacío? / ___ El vacío es más bien en la cabeza.

Por todo lo dicho, es posible afirmar que el diálogo que Machado propone con las tradiciones inmediatas de España es crítico, pero también amoroso; es doloroso, pero también esperanzador; es crudo, pero también regeneracionista.

Su crítica no se limita a su poesía, ya que son numerosos sus compromisos políticos (Se une al movimiento Alianza de Escritores Antifascistas,   participa en la Conferencia Nacional de Juventudes Socialistas, se alinea en el bando Republicano). Esta actividad política sumada a sus publicaciones en la prensa madrileña lo obligan al exilio y muere en Francia. El camino que recorre Machado es el de bucear en su alma para buscar aquello universal, “lo de todos” y trasmitirlo para que el ser humano, y especialmente el ser español, alcance la dignidad y la superación.