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Unidad 2 BERGER Y LUCKMAN La sociedad como realidad subjetiva 1. INTERNALIZACIÓN DE LA REALIDAD a). Socialización Primaria Berger y Luckman entienden a la sociedad en términos de un continúo proceso dialéctico compuesto de tres momentos: externalización, objetivación e internalización. Los tres caracterizan simultáneamente a la sociedad y a cada sector de ella. Estar en sociedad es participar de su dialéctica. El individuo no nace miembro de una sociedad: nace con una predisposición hacia la socialidad, y luego llegar a ser miembro de una sociedad. El punto de partida de este proceso lo constituye la internalización: la aprehensión o interpretación inmediata de un acontecimiento objetivo en cuanto expresa significado, o sea, en cuanto es una manifestación de los procesos subjetivos de otro que, en consecuencia, se vuelven subjetivamente significativos para mí. La internalización, en sentido general, constituye la base, primero, para la comprensión de los propios semejantes y, segundo, para la aprehensión del mundo en cuanto realidad significativa y social. En la forma compleja de la internalización, yo no solo “comprendo” los procesos subjetivos momentáneos del otro: “comprendo” el mundo en el que vive, y ese mundo se vuelve mío. Solamente cuando el individuo ha llegado a este grado de internalización puede considerárselo miembro de la sociedad. El proceso ontogenético por el cual esto se realiza se denomina socialización y puede definirse como la inducción amplia y coherente de un individuo en el mundo objetivo de una sociedad o en un sector de él. La socialización primaria es la primera por la que el individuo atraviesa la niñez; por medio de ella se convierte en miembro de la sociedad. La socialización secundaria es cualquier proceso posterior que induce al individuo ya socializado a nuevos sectores del mundo objetivo de su sociedad. La socialización primaria suele ser la más importante para el individuo, y la estructura básica de toda socialización secundaria debe semejarse a la de la primaria. Todo individuo nace dentro de una estructura social objetiva en la cual se encuentra a otros significantes que están encargados de su socialización y que les son impuestos. Las definiciones que los otros significantes hacen

Antropologia social y cultural

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Unidad 2

 

BERGER Y LUCKMAN

 

La sociedad como realidad subjetiva

 

1. INTERNALIZACIÓN DE LA REALIDAD

a). Socialización Primaria

Berger y Luckman entienden a la sociedad en términos de un continúo proceso dialéctico

compuesto de tres momentos: externalización, objetivación e internalización. Los tres

caracterizan simultáneamente a la sociedad y a cada sector de ella. Estar en sociedad es

participar de su dialéctica.

El individuo no nace miembro de una sociedad: nace con una predisposición hacia la

socialidad, y luego llegar a ser miembro de una sociedad.

El punto de partida de este proceso lo constituye la internalización: la aprehensión o

interpretación inmediata de un acontecimiento objetivo en cuanto expresa significado, o

sea, en cuanto es una manifestación de los procesos subjetivos de otro  que, en

consecuencia, se vuelven subjetivamente significativos para mí. La internalización, en

sentido general, constituye la base, primero, para la comprensión de los propios

semejantes y, segundo, para la aprehensión del mundo en cuanto realidad significativa y

social.

En la forma compleja de la internalización, yo no solo “comprendo” los procesos subjetivos

momentáneos del otro: “comprendo” el mundo en el que vive, y ese mundo se vuelve mío.

Solamente cuando el individuo ha llegado a este grado de internalización puede

considerárselo miembro de la sociedad. El proceso ontogenético  por el cual esto se

realiza se denomina socialización y puede definirse como la inducción amplia y coherente

de un individuo en el mundo objetivo de una sociedad o en un sector de él.

La socialización primaria es la primera por la que el individuo atraviesa la niñez; por medio

de ella se convierte en miembro de la sociedad. La socialización secundaria es cualquier

proceso posterior que induce al individuo ya socializado a nuevos sectores del mundo

objetivo de su sociedad.

La socialización primaria suele ser la más importante para el individuo, y la estructura

básica de toda socialización secundaria debe semejarse a la de la primaria. Todo individuo

nace dentro de una estructura social objetiva en la cual se encuentra a otros significantes

que están encargados de su socialización y que les son impuestos. Las definiciones que

los otros significantes hacen de la situación del individuo le son presentadas a este como

realidad objetiva. De este modo, él nace no solo dentro de una estructura social objetiva

sino también dentro de un mundo social objetivo.

La socialización primaria comporta algo más que un aprendizaje puramente cognoscitivo.

Se efectúa en circunstancias de enorme carga emocional. La internalización se produce

solo cuando se produce la identificación. El niño acepta los “roles” y actitudes de los otros

significantes, o sea que los internaliza y se apropia de ellos. Y por esta identificación con

los otros significantes el niño se vuelve capaz de identificarse el mismo, de adquirir una

identidad subjetivamente coherente y plausible. En otras palabras, el yo es una entidad

Page 2: Antropologia social y cultural

reflejada, porque refleja las actitudes que primeramente adoptaron para con el los otros

significantes; el individuo llega a ser lo que los otros significantes lo consideran. En este

proceso el individuo no solo acepta los “roles” y las actitudes de otros, sino que en el

mismo proceso acepta el mundo de ellos.

La socialización primaria crea en la conciencia del niño una abstracción progresiva que

desde los roles y actitudes de otros específicos, a los “roles” y actitudes en general. Esta

abstracción de los “roles” y actitudes de otros significantes concretos se denomina otro

generalizado. Su formación dentro de la conciencia significa que ahora el individuo se

identifica no solo con otros concretos, sino con una generalidad de otros, o sea, con una

sociedad.

La sociedad, la realidad y la identidad se cristalizan subjetivamente en el mismo proceso

de internalización. Se corresponde con la internalización del lenguaje el cual es el

instrumento más importante de la socialización.

La relación entre el individuo y el mundo social objetivo es como un acto de equilibrio

continuo.

En la socialización primaria el niño no internaliza el mundo de sus otros significantes como

uno de los tantos mundos posibles: lo internaliza como el mundo, el único que existe y que

se puede concebir.

En la socialización primaria, se construye el primer mundo del individuo.

La socialización primaria comporta secuencias de aprendizajes socialmente definidas. Las

variaciones en la definición social de la niñez y sus etapas de aprendizaje repercutirán

evidentemente en el programa de aprendizaje.

La socialización primaria finaliza cuando el concepto del otro generalizado se ha

establecido en la conciencia del individuo. A esta altura ya es miembro efectivo de la

sociedad y está en posesión subjetiva de un yo y un mundo.

 

b). Socialización secundaria

 

La socialización secundaria  es la internalización de “submundos” institucionales o

basados sobre instituciones. Su alcance y su carácter se determinan, pues, por la

complejidad de la división del trabajo y la distribución social concomitante del

conocimiento.

La socialización secundaria es la adquisición de conocimiento específico de “roles”,

estando estos directa o indirectamente arraigados en la división del trabajo. Esta requiere

la adquisición de vocabularios específicos de “roles”, lo que significa, por lo pronto, la

internalización de campos semánticas que estructuran interpretaciones y comportamientos

de rutina dentro de un área institucional. Los submundos internalizados en la socialización

secundaria son generalmente realidades parciales que contrastan con el “mundo de base”

adquirido en la socialización primaria.

Los procesos formales de socialización secundaria se determinan por su problema

fundamental: siempre presupone un proceso previo de socialización primaria; o sea que

debe tratar con un yo formado con anterioridad y con un mundo ya internalizado.

Mientras que la socialización primaria no puede efectuarse sin una identificación con carga

emocional del niño con sus otros significantes, la mayor parte de la socialización

secundaria puede prescindir de esta clase de identificación y preceder efectivamente con

Page 3: Antropologia social y cultural

la sola dosis de identificación mutua que interviene en cualquier comunicación entre los

seres humanos.

Algunas de las crisis que se producen después de la socialización primaria se deben

realmente al reconocimiento de que el mundo de los padres no es el único mundo que

existe.

El acento de realidad del conocimiento internalizado en la socialización primaria se da casi

automáticamente; en la socialización secundaria debe ser reforzado por técnicas

pedagógicas específicas, debe hacérselo sentir al individuo como algo “familiar”.

La distribución institucionalizada de tareas entre la socialización primaria y secundaria

varía de acuerdo con la complejidad de la distribución social del conocimiento.

 

BERGER Y LUCKMAN

 

La sociedad como realidad objetiva

 

1. INSTITUCIONALIZACIÓN

a). Organismo y actividad

Las relaciones del hombre con su ambiente se caracterizan por su apertura al mundo. La

peculiaridad de la constitución biológica del hombre radica más bien en los componentes

de sus instintos. Estos son muy inespecíficos y carentes de dirección.

El periodo fetal del ser humano se extiende más o menos hasta el primer año de vida. O

sea que el ser humano en proceso de desarrollo se interrelaciona no solo con un ambiente

natural determinado, sino también con un orden social y cultural especifico mediatizado

para el por los otros significantes a cuyo cargo está. Desde su nacimiento el desarrollo de

este, está sujeto a una continua interferencia social determinada.

El organismo humano manifiesta una enorme plasticidad en su reacción ante las fuerzas

ambientales que operan sobre él. No hay naturaleza humana en el sentido de un substrato

establecido biológicamente que determine la variabilidad de las formaciones socio-

culturales. Solo hay ciertas constantes antropológicas (como la apertura al mundo y la

plasticidad del sistema nervioso) que delimitan y permiten sus formaciones socio-

culturales. Esta plasticidad socio-cultural se manifiesta claramente en la sexualidad.

El desarrollo común del organismo y el yo humanos en un ambiente socialmente

determinado se relaciona con la vinculación peculiarmente humana entre el organismo y el

yo. Esta vinculación es excéntrica. Esto es que la experiencia que el hombre tiene de sí

mismo oscila siempre entre ser y tener (o sea, conciencia de si) un cuerpo.

El organismo humano carece de los medios biológicos necesarios para proporcionar

estabilidad al comportamiento. Pero la existencia humana se desarrolla en un contexto de

orden, dirección y estabilidad. ¿Pero de dónde deriva la estabilidad del orden humano que

existe empíricamente?

La respuesta puede darse en dos planos. En primer término, podemos señalar el hecho

evidente de que todo desarrollo individual del organismo esta precedido por un orden

social. En segundo término, podemos decir que la apertura al mundo, intrínseca

biológicamente a la existencia humana, es siempre transformada por el orden social a una

relativa clausura al mundo. Esta clausura, aunque no pueda acercarse a la de la existencia

Page 4: Antropologia social y cultural

del animal, proporciona estabilidad y direccionalidad. Por lo que la pregunta ahora seria de

donde surge el Orden social.

La respuesta más general a esta pregunta es que el orden social es un producto humano,

una producción humana constate realizada por el hombre en su continua externalización.

El orden social existe solamente como producto de la actividad humana.

Ahora si bien los productos sociales de la externalización son terriblemente particulares en

comparación a su organismo y ambiente, importa destacar que la externalización en

cuanto a tal constituye una necesidad antropológica El ser humano no se concibe dentro

de una esfera cerradas de interioridad estática; continuamente tiene que externalizarse en

actividad. Esta necesidad antropológica se funda en el equipo biológico del hombre. La

inestabilidad inherente al organismo humano exige como imperativo que el hombre mismo

proporcione un contorno estable a su comportamiento; el mismo debe especializarse y

dirigir sus impulsos. O sea que la necesidad de orden social surge del equipo biológico del

hombre.

 

b). Orígenes de la institucionalización

Toda actividad humana está sujeta a la habituación. Todo acto que se repite con

frecuencia crea una pauta que luego puede reproducirse con economía de esfuerzos y que

ipso facto es aprehendida como pauta por el que la ejecuta. Hasta los individuos que se

encuentren aislados estarán sujetos a la habituación.

La habituación comporta la gran ventaja psicológica de restringir las opciones. La

habituación provee el rumbo y la especialización de la actividad que faltan  en el equipo

biológico del hombre, aliviando de esa manera la acumulación resultante de la tensión de

los impulsos no dirigidos. El trasfondo de la actividad habitualizada abre un primer plano a

la  deliberación y la innovación. 

 

Estos procesos de habituación son los que anteceden a toda institucionalización. Esta

última aparece cada vez que se da una tipificación recíproca de acciones habitualizadas

por tipos de actores. Las tipificacion de las acciones habitulaizadas que constituyen a las

instituciones, siempre se comparten, son accesibles a todos los integrantes de un

determinado grupo social, y la institución misma tipifica tanto a los actores individuales

como a las acciones individuales.

Las instituciones implican historicidad y control. Las tipificaciones recíprocas de acciones

se construyen en el curso de una historia compartida. Las instituciones siempre tienen una

historia, de la cual son producto. Es imposible comprender adecuadamente  qué es una

institución, si no se comprende el proceso histórico en el que se produjo. Las instituciones,

por el hecho de existir, también controlan el comportamiento humano estableciendo pautas

definidas de antemano que lo canalizan en una dirección determinada, en oposición a las

muchas otras que podrían darse teóricamente.

Decir que un sector de actividad humana se ha institucionalizado ya es decir que ha sido

sometido a control social.

Generalmente todas las acciones que se repiten una y otra vez tienden a

institucionalizarse en cierto grado, así como todas las acciones observadas por otro

entrañan necesariamente cierta tipificación por parte de éste. Sin embargo, para que se

produzca la clase de tipificación recíproca debe existir una situación social continua en la

Page 5: Antropologia social y cultural

que las acciones habitualizadas de dos o más individuos se entrelacen. Para esto deberá

habitualizarse el proceso de comunicación, adquirir historicidad.

Las  instituciones  se  experimentan como  si poseyeran  una  realidad  propia,  que  se 

presentan  al  individuo  como  un hecho externo y  coercitivo (objetivo). Solamente así,

como mundo objetivo, pueden las transformaciones sociales   transmitirse  a  la  nueva 

generación.  En  este  sentido,  el proceso de transmisión no hace más que fortalecer el

sentido de la realidad de los padres,  ya que posee el sentido de realidad histórica y

objetiva.

Un mundo institucional, pues se experimenta como realidad objetiva, tiene una historia que

antecede al nacimiento del individuo y no es accesible a la memoria biográfica.  Ya existía

antes de que él naciera, y existirá después  que  muera.  La  biografía  del  individuo  se 

aprehende  como  un episodio ubicado dentro de la historia objetiva de la sociedad y se

enfrentan al individuo como hechos innegables, las instituciones están ahí, resisten a todo

intento de cambio o evasión: ejercen sobre él un poder de coacción.

Sin embargo, la objetividad      del mundo institucional, es una objetividad de producción y

construcción humanas. El proceso por el  que  los  productos  externalizados  de  la 

actividad  humana  alcanzan  el carácter  de  objetividad  se  llama  objetivación.  El 

mundo  institucional  es actividad humana objetivada. Por lo  que  vale destacar que la

relación entre el hombre, productor, y el mundo  social, su producto, es y sigue siendo

dialéctica. En otras palabras quiere decir que el hombre y su mundo social interactúan.

Otro momento de este proceso es la internalización (por el que el mundo  social 

objetivado  vuelve  a  proyectarse  en  la  conciencia  durante  la socialización).  No 

obstante  se  está  en condiciones  de  advertir  la relación fundamental  de  los  tres 

momentos  dialécticos  de  la  realidad social.

a) La sociedad es un producto humano

b) La sociedad es una realidad objetiva

c) El hombre es un producto social

Es importante  destacar  que  un  análisis  del  mundo  social  resultará distorsionado  si

omitiera alguno de éstos tres momentos. Además solo la transmisión del mundo social a

una nueva generación permitirá hablar claramente de proceso dialéctico  social, debido a

que sólo con una nueva generación se puede hablar con propiedad de mundo social.

Al llegar a este punto del mundo institucional se requiere legitimación, es decir, de  cómo

poder explicarse y justificarse en un mundo que adquiere pasividad en el curso de la

transmisión. Se trata de una realidad que es histórica que permite a las nuevas

generaciones recibirlo como tradición más que como dato o recuerdo biográfico.

Por  otra  parte  con  la  historización  y  la  objetivación  de  las instituciones surge la

necesidad de desarrollar mecanismos de control social. Estos mecanismos se explican

al paulatino divorcio entre las realidades y su relevancia originaria en la cual surgieron y

fueron de algún  modo  programados. Ante esta “tentativa desviación originaria”, las 

nuevas  generaciones   plantean  un  problema  de  acatamiento  y socialización  al interior

del orden institucional, por lo tanto, se crean las sanciones.

 

c). Sedimentación y tradición

La conciencia retiene un pequeña parte de la totalidad de las experiencias humanas, parte

que un vez retenida se sedimenta, vale decir, que esas experiencias quedan

estereotipadas en el recuerdos como entidades reconocibles y memorables. Sin

Page 6: Antropologia social y cultural

sedimentación el individuo no puede encontrar sentido a su biografía. También se habla de

sedimentación intersubjetiva cuando varios individuos comparten una biografía común. La

sedimentación puede llamarse social cuando se ha objetivado en cualquier sistema de

signos (el lingüístico es el decisivo). Solo entonces hay probabilidad de que esas

experiencias se transmitan de una generación a otra.

La transmisión del significado de la institución se basa en el reconocimiento social de

aquella como solución “permanente” a un problema “permanente” de una colectividad

dada. Los actores potenciales de acciones institucionalizadas deben enterarse

sistemáticamente de estos significados, lo cual requiere una cierta forma de proceso

educativo. Toda transmisión requiere cierta clase de aparato social.

 

d). “Roles”

 

El actor se identifica con las tipificaciones de comportamiento objetivadas socialmente pero

vuelve a ponerse a distancia de ellas cuando reflexiona posteriormente sobre su

comportamiento. Esta distancia entre el actor y su acción puede retenerse en la conciencia

y proyectarse a repeticiones futuras de las acciones. De esta manera, tanto el yo actuante,

como los otros actuantes se aprehenden, no como individuos únicos, sino

como tipos.Estos tipos son intercambiables.

Se puede hablar de roles cuando esta clase de tipificación aparece en el contexto de un

cúmulo de conocimiento objetivizado, común a una colectividad de actores. Los roles son

tipos de actores en dicho contexto.

La instituciones se encarnan en la experiencia individual por medio de los roles. Existen

normas para el desempeño de esos roles. El origen de los mismos reside en el mismo

proceso fundador de habituación y objetivación que el origen de las instituciones. Los roles

representan el orden institucional, posibilitan que las instituciones existan en la experiencia

de los individuos concretos una y otra vez. Tienen gran importancia estratégica en una

sociedad ya que no solo representan la institución sino la integración de todas en un

mundo significativo. Cada rol brinda acceso a un sector específico del acopio total de

conocimiento que posee la sociedad (distribución social del conocimiento).

 

e). Alcance y modos de la institucionalización

 

 El alcance  de la institucionalización depende de la generalidad de las estructuras de

relevancia. Si son compartidas su alcance será más amplio. No es posible concebir una

sociedad en la que la institucionalización sea total ni su extremo opuesto.

Cualquier sociedad en la que exista una creciente división del trabajo se va alejando del

primer tipo extremo. Otra condición es disponer de un superávit económico que permita a

ciertos individuos dedicarse a actividades especializadas.

 

1. LEGITIMACIÓN

a). Orígenes de los universos simbólicos

 

Page 7: Antropologia social y cultural

La mejor manera de describir la legitimación como proceso es decir que constituye una

objetivación de significado de segundo orden. La función consiste en lograr que las

objetivaciones de primer orden ya institucionalizadas lleguen a ser objetivamente

disponibles y subjetivamente plausibles.

Para que sea plausible subjetivamente la totalidad del orden institucional debe tener

sentido para los participantes en diferentes procesos institucionales. Además la totalidad

de la vida del individuo debe cobrar significado subjetivo.

El problema de la legitimación surge cuando las objetivaciones del orden institucional

deben transmitirse a un nueva generación. El proceso de explicar y justificar constituye la

legitimación. La legitimación tiene un elemento tanto cognoscitivo como normativo.

Tres niveles de legitimación:

-      La legitimación incipiente aparece tan pronto como se transmite un sistema de

objetivaciones linguisticas de la experiencia humana. A este nivel corresponden todas las

afirmaciones tradicionales sencillas referentes al “así se hacen las cosas”. Este nivel pre-

teórico.

-      El segundo nivel contienen proposiciones teóricas en forma rudimentaria. Se pueden

hallar esquemas explicativos que se refieren a grupos de significados objetivos. Estos

esquemas son pragmáticos y se relacionan directamente con acciones concretas.

-      El tercer nivel contiene teorías explícitas por las que un sector institucional se legitima

en términos de un cuerpo de conocimiento diferenciado. Estas legitimaciones proporcionan

marcos de referencia a los respectivos sectores de comportamiento.

-      El cuarto nivel lo constituyen los universos simbólicos. Son cuerpos de tradición

teórica que integran zonas de significado diferentes y abarcan el orden institucional en una

totalidad simbólica. Los procesos simbólicos son procesos de significación que se refieren

a realidades que no son las de la experiencia cotidiana.

El universo simbólico se construye mediante objetivaciones sociales. Son productos

sociales que tienen una historia. Aporta el orden para la aprehensión subjetiva de la

experiencia biográfica. Ordena y legitima los roles cotidianos, las prioridades y los

procedimientos operativos colocándolos sub especie universo, vale decir, en el contexto

del marco de referencia más general que pueda concebirse.

 

b). Mecanismos conceptuales para el mantenimiento de los universos simbólicos.

 

Estos mecanismos son en sí mismo productos de la actividad social. El éxito de los

mismos se relaciona con el poder que poseen los que los manejan. El enfrentamiento de

dos universos simbólicos alternativos implica un problema de poder.

La mitología, la teología, la terapia y la ciencia son aplicaciones de los mecanismos

conceptuales para el mantenimiento de los universos.

 

c). Organización social para el mantenimiento de los universos simbólicos.

 

La especialización del conocimiento y la organización concomitante de los elencos para

administrar los cuerpos de conocimiento especializado surgen como resultado de la

división de trabajo (expertos).

 

BERGER Y LUCKMAN

Page 8: Antropologia social y cultural

 

La sociedad como realidad objetiva

 

1. INSTITUCIONALIZACIÓN

a). Organismo y actividad

Las relaciones del hombre con su ambiente se caracterizan por su apertura al mundo. La

peculiaridad de la constitución biológica del hombre radica más bien en los componentes

de sus instintos. Estos son muy inespecíficos y carentes de dirección.

El periodo fetal del ser humano se extiende más o menos hasta el primer año de vida. O

sea que el ser humano en proceso de desarrollo se interrelaciona no solo con un ambiente

natural determinado, sino también con un orden social y cultural especifico mediatizado

para el por los otros significantes a cuyo cargo está. Desde su nacimiento el desarrollo de

este, está sujeto a una continua interferencia social determinada.

El organismo humano manifiesta una enorme plasticidad en su reacción ante las fuerzas

ambientales que operan sobre él. No hay naturaleza humana en el sentido de un substrato

establecido biológicamente que determine la variabilidad de las formaciones socio-

culturales. Solo hay ciertas constantes antropológicas (como la apertura al mundo y la

plasticidad del sistema nervioso) que delimitan y permiten sus formaciones socio-

culturales. Esta plasticidad socio-cultural se manifiesta claramente en la sexualidad.

El desarrollo común del organismo y el yo humanos en un ambiente socialmente

determinado se relaciona con la vinculación peculiarmente humana entre el organismo y el

yo. Esta vinculación es excéntrica. Esto es que la experiencia que el hombre tiene de sí

mismo oscila siempre entre ser y tener (o sea, conciencia de si) un cuerpo.

El organismo humano carece de los medios biológicos necesarios para proporcionar

estabilidad al comportamiento. Pero la existencia humana se desarrolla en un contexto de

orden, dirección y estabilidad. ¿Pero de dónde deriva la estabilidad del orden humano que

existe empíricamente?

La respuesta puede darse en dos planos. En primer término, podemos señalar el hecho

evidente de que todo desarrollo individual del organismo esta precedido por un orden

social. En segundo término, podemos decir que la apertura al mundo, intrínseca

biológicamente a la existencia humana, es siempre transformada por el orden social a una

relativa clausura al mundo. Esta clausura, aunque no pueda acercarse a la de la existencia

del animal, proporciona estabilidad y direccionalidad. Por lo que la pregunta ahora seria de

donde surge el Orden social.

La respuesta más general a esta pregunta es que el orden social es un producto humano,

una producción humana constate realizada por el hombre en su continua externalización.

El orden social existe solamente como producto de la actividad humana.

Ahora si bien los productos sociales de la externalización son terriblemente particulares en

comparación a su organismo y ambiente, importa destacar que la externalización en

cuanto a tal constituye una necesidad antropológica El ser humano no se concibe dentro

de una esfera cerradas de interioridad estática; continuamente tiene que externalizarse en

actividad. Esta necesidad antropológica se funda en el equipo biológico del hombre. La

inestabilidad inherente al organismo humano exige como imperativo que el hombre mismo

proporcione un contorno estable a su comportamiento; el mismo debe especializarse y

Page 9: Antropologia social y cultural

dirigir sus impulsos. O sea que la necesidad de orden social surge del equipo biológico del

hombre.

 

b). Orígenes de la institucionalización

Toda actividad humana está sujeta a la habituación. Todo acto que se repite con

frecuencia crea una pauta que luego puede reproducirse con economía de esfuerzos y que

ipso facto es aprehendida como pauta por el que la ejecuta. Hasta los individuos que se

encuentren aislados estarán sujetos a la habituación.

La habituación comporta la gran ventaja psicológica de restringir las opciones. La

habituación provee el rumbo y la especialización de la actividad que faltan  en el equipo

biológico del hombre, aliviando de esa manera la acumulación resultante de la tensión de

los impulsos no dirigidos. El trasfondo de la actividad habitualizada abre un primer plano a

la  deliberación y la innovación. 

 

Estos procesos de habituación son los que anteceden a toda institucionalización. Esta

última aparece cada vez que se da una tipificación recíproca de acciones habitualizadas

por tipos de actores. Las tipificacion de las acciones habitulaizadas que constituyen a las

instituciones, siempre se comparten, son accesibles a todos los integrantes de un

determinado grupo social, y la institución misma tipifica tanto a los actores individuales

como a las acciones individuales.

Las instituciones implican historicidad y control. Las tipificaciones recíprocas de acciones

se construyen en el curso de una historia compartida. Las instituciones siempre tienen una

historia, de la cual son producto. Es imposible comprender adecuadamente  qué es una

institución, si no se comprende el proceso histórico en el que se produjo. Las instituciones,

por el hecho de existir, también controlan el comportamiento humano estableciendo pautas

definidas de antemano que lo canalizan en una dirección determinada, en oposición a las

muchas otras que podrían darse teóricamente.

Decir que un sector de actividad humana se ha institucionalizado ya es decir que ha sido

sometido a control social.

Generalmente todas las acciones que se repiten una y otra vez tienden a

institucionalizarse en cierto grado, así como todas las acciones observadas por otro

entrañan necesariamente cierta tipificación por parte de éste. Sin embargo, para que se

produzca la clase de tipificación recíproca debe existir una situación social continua en la

que las acciones habitualizadas de dos o más individuos se entrelacen. Para esto deberá

habitualizarse el proceso de comunicación, adquirir historicidad.

Las  instituciones  se  experimentan como  si poseyeran  una  realidad  propia,  que  se 

presentan  al  individuo  como  un hecho externo y  coercitivo (objetivo). Solamente así,

como mundo objetivo, pueden las transformaciones sociales   transmitirse  a  la  nueva 

generación.  En  este  sentido,  el proceso de transmisión no hace más que fortalecer el

sentido de la realidad de los padres,  ya que posee el sentido de realidad histórica y

objetiva.

Un mundo institucional, pues se experimenta como realidad objetiva, tiene una historia que

antecede al nacimiento del individuo y no es accesible a la memoria biográfica.  Ya existía

antes de que él naciera, y existirá después  que  muera.  La  biografía  del  individuo  se 

aprehende  como  un episodio ubicado dentro de la historia objetiva de la sociedad y se

Page 10: Antropologia social y cultural

enfrentan al individuo como hechos innegables, las instituciones están ahí, resisten a todo

intento de cambio o evasión: ejercen sobre él un poder de coacción.

Sin embargo, la objetividad      del mundo institucional, es una objetividad de producción y

construcción humanas. El proceso por el  que  los  productos  externalizados  de  la 

actividad  humana  alcanzan  el carácter  de  objetividad  se  llama  objetivación.  El 

mundo  institucional  es actividad humana objetivada. Por lo  que  vale destacar que la

relación entre el hombre, productor, y el mundo  social, su producto, es y sigue siendo

dialéctica. En otras palabras quiere decir que el hombre y su mundo social interactúan.

Otro momento de este proceso es la internalización (por el que el mundo  social 

objetivado  vuelve  a  proyectarse  en  la  conciencia  durante  la socialización).  No 

obstante  se  está  en condiciones  de  advertir  la relación fundamental  de  los  tres 

momentos  dialécticos  de  la  realidad social.

a) La sociedad es un producto humano

b) La sociedad es una realidad objetiva

c) El hombre es un producto social

Es importante  destacar  que  un  análisis  del  mundo  social  resultará distorsionado  si

omitiera alguno de éstos tres momentos. Además solo la transmisión del mundo social a

una nueva generación permitirá hablar claramente de proceso dialéctico  social, debido a

que sólo con una nueva generación se puede hablar con propiedad de mundo social.

Al llegar a este punto del mundo institucional se requiere legitimación, es decir, de  cómo

poder explicarse y justificarse en un mundo que adquiere pasividad en el curso de la

transmisión. Se trata de una realidad que es histórica que permite a las nuevas

generaciones recibirlo como tradición más que como dato o recuerdo biográfico.

Por  otra  parte  con  la  historización  y  la  objetivación  de  las instituciones surge la

necesidad de desarrollar mecanismos de control social. Estos mecanismos se explican

al paulatino divorcio entre las realidades y su relevancia originaria en la cual surgieron y

fueron de algún  modo  programados. Ante esta “tentativa desviación originaria”, las 

nuevas  generaciones   plantean  un  problema  de  acatamiento  y socialización  al interior

del orden institucional, por lo tanto, se crean las sanciones.

 

c). Sedimentación y tradición

La conciencia retiene un pequeña parte de la totalidad de las experiencias humanas, parte

que un vez retenida se sedimenta, vale decir, que esas experiencias quedan

estereotipadas en el recuerdos como entidades reconocibles y memorables. Sin

sedimentación el individuo no puede encontrar sentido a su biografía. También se habla de

sedimentación intersubjetiva cuando varios individuos comparten una biografía común. La

sedimentación puede llamarse social cuando se ha objetivado en cualquier sistema de

signos (el lingüístico es el decisivo). Solo entonces hay probabilidad de que esas

experiencias se transmitan de una generación a otra.

La transmisión del significado de la institución se basa en el reconocimiento social de

aquella como solución “permanente” a un problema “permanente” de una colectividad

dada. Los actores potenciales de acciones institucionalizadas deben enterarse

sistemáticamente de estos significados, lo cual requiere una cierta forma de proceso

educativo. Toda transmisión requiere cierta clase de aparato social.

 

d). “Roles”

Page 11: Antropologia social y cultural

 

El actor se identifica con las tipificaciones de comportamiento objetivadas socialmente pero

vuelve a ponerse a distancia de ellas cuando reflexiona posteriormente sobre su

comportamiento. Esta distancia entre el actor y su acción puede retenerse en la conciencia

y proyectarse a repeticiones futuras de las acciones. De esta manera, tanto el yo actuante,

como los otros actuantes se aprehenden, no como individuos únicos, sino

como tipos.Estos tipos son intercambiables.

Se puede hablar de roles cuando esta clase de tipificación aparece en el contexto de un

cúmulo de conocimiento objetivizado, común a una colectividad de actores. Los roles son

tipos de actores en dicho contexto.

La instituciones se encarnan en la experiencia individual por medio de los roles. Existen

normas para el desempeño de esos roles. El origen de los mismos reside en el mismo

proceso fundador de habituación y objetivación que el origen de las instituciones. Los roles

representan el orden institucional, posibilitan que las instituciones existan en la experiencia

de los individuos concretos una y otra vez. Tienen gran importancia estratégica en una

sociedad ya que no solo representan la institución sino la integración de todas en un

mundo significativo. Cada rol brinda acceso a un sector específico del acopio total de

conocimiento que posee la sociedad (distribución social del conocimiento).

 

e). Alcance y modos de la institucionalización

 

 El alcance  de la institucionalización depende de la generalidad de las estructuras de

relevancia. Si son compartidas su alcance será más amplio. No es posible concebir una

sociedad en la que la institucionalización sea total ni su extremo opuesto.

Cualquier sociedad en la que exista una creciente división del trabajo se va alejando del

primer tipo extremo. Otra condición es disponer de un superávit económico que permita a

ciertos individuos dedicarse a actividades especializadas.

 

1. LEGITIMACIÓN

a). Orígenes de los universos simbólicos

 

La mejor manera de describir la legitimación como proceso es decir que constituye una

objetivación de significado de segundo orden. La función consiste en lograr que las

objetivaciones de primer orden ya institucionalizadas lleguen a ser objetivamente

disponibles y subjetivamente plausibles.

Para que sea plausible subjetivamente la totalidad del orden institucional debe tener

sentido para los participantes en diferentes procesos institucionales. Además la totalidad

de la vida del individuo debe cobrar significado subjetivo.

El problema de la legitimación surge cuando las objetivaciones del orden institucional

deben transmitirse a un nueva generación. El proceso de explicar y justificar constituye la

legitimación. La legitimación tiene un elemento tanto cognoscitivo como normativo.

Tres niveles de legitimación:

-      La legitimación incipiente aparece tan pronto como se transmite un sistema de

objetivaciones linguisticas de la experiencia humana. A este nivel corresponden todas las

Page 12: Antropologia social y cultural

afirmaciones tradicionales sencillas referentes al “así se hacen las cosas”. Este nivel pre-

teórico.

-      El segundo nivel contienen proposiciones teóricas en forma rudimentaria. Se pueden

hallar esquemas explicativos que se refieren a grupos de significados objetivos. Estos

esquemas son pragmáticos y se relacionan directamente con acciones concretas.

-      El tercer nivel contiene teorías explícitas por las que un sector institucional se legitima

en términos de un cuerpo de conocimiento diferenciado. Estas legitimaciones proporcionan

marcos de referencia a los respectivos sectores de comportamiento.

-      El cuarto nivel lo constituyen los universos simbólicos. Son cuerpos de tradición

teórica que integran zonas de significado diferentes y abarcan el orden institucional en una

totalidad simbólica. Los procesos simbólicos son procesos de significación que se refieren

a realidades que no son las de la experiencia cotidiana.

El universo simbólico se construye mediante objetivaciones sociales. Son productos

sociales que tienen una historia. Aporta el orden para la aprehensión subjetiva de la

experiencia biográfica. Ordena y legitima los roles cotidianos, las prioridades y los

procedimientos operativos colocándolos sub especie universo, vale decir, en el contexto

del marco de referencia más general que pueda concebirse.

 

b). Mecanismos conceptuales para el mantenimiento de los universos simbólicos.

 

Estos mecanismos son en sí mismo productos de la actividad social. El éxito de los

mismos se relaciona con el poder que poseen los que los manejan. El enfrentamiento de

dos universos simbólicos alternativos implica un problema de poder.

La mitología, la teología, la terapia y la ciencia son aplicaciones de los mecanismos

conceptuales para el mantenimiento de los universos.

 

c). Organización social para el mantenimiento de los universos simbólicos.

 

La especialización del conocimiento y la organización concomitante de los elencos para

administrar los cuerpos de conocimiento especializado surgen como resultado de la

división de trabajo (expertos).

 

CHIRIGUINI Y MANCUSI

 

El etnocentrismo: una clase particular de sociocentrismo

 

En todo sociocentrismo aparece una valoración positiva del grupo con que me identifico y

una valoración negativa hacia el grupo de afuera, de acuerdo con los parámetros de mi

grupo de pertenencia. Esto se puede llevar a cabo en base a distintas categorías por

ejemplo: clase social, nación, etnia. Se percibe al grupo exterior de acuerdo con los

valores del propio grupo de pertenencia, valores que son elevados a  la categoría de

universales.

¿Qué entendemos por etnocentrismo? El etnocentrismo consiste en considerar  una

cultura como el parámetro general a partir del cual se valoran a las otras culturas. La

actitud etnocéntrica tiene por principio la no aceptación de la diversidad cultural desde la

igualdad.

Page 13: Antropologia social y cultural

Los procesos de expansión y mundialización de la economía han sido acompañados por

proyectos de “desarrollo” cultural impulsados desde los grandes centros de poder político y

económico, que tienden a sobrevalorar las prácticas, conocimientos y experiencias de sus

impulsores de manera positiva y única con relación al resto. Tal actitud llevó a imponer en

forma coercitiva el argumento del “progreso”.

El desprecio hacia el “otro” y la ignorancia de unos grupos respecto otros, son una

constante cuando se enfrentan dos culturas. Esta conducta tiende a la formación de

estereotipos y ocurre como consecuencia de un conocimiento exterior del otro producto de

la falta de interacción. Los estereotipos responden a una imagen construida como

resultado de un proceso de simplificación.

El eurocentrismo define a la postura científica, política, ideológica y del sentido común

que plantea que Occidente (Europa y EEUU) es la cultura superior y el resto de las

sociedades deben ser categorizadas como salvajes. Los valores y supuestos occidentales

son tomados como universales y únicos. Esta capacidad se sustenta en condiciones

histórico-sociales particulares que tienen su momento fundacional en la conquista

española.

La fuerza del eurocentrismo se puede advertir en la elaboración e interpretación de los

fenómenos históricos: en aquellos sucesos que se registran y en aquellos que son

omitidos (por ejemplo, la Revolución haitiana no se menciona)

Esta visión eurocéntrica se legitima con el aporte de las ciencias sociales y la validez

absoluta del conocimiento científico conduce a reconocer como verdadero solo aquello que

este conocimiento produce.

Uno de los aportes más importantes de la antropología ha sido la denuncia del

etnocentrismo occidental.

El etnocentrismo y los referentes culturales (RC)

Perspectiva Clásica: Lévi-Strauss considera al etnocentrismo como un fenómeno universal

e indispensable a los seres humanos, resultado de las relaciones directas e indirectas de

las sociedades entre sí (la ilustra con la metáfora sobre los trenes). La mirada sobre una

sociedad culturalmente diferente estará signada por el sistema de valoraciones de la

propia sociedad: todo aquello que se aparte de nuestro sistema de representaciones

culturales es considerado en tanto diferente, inferior.

Teresa San Román: introduce la noción de referente cultural, que le permitirá debatir el

carácter universal del etnocentrismo que se postula desde aquella perspectiva clásica.

Para ella, la universalidad del etnocentrismo debe plantearse desde el concepto de

referente cultural y desde el proceso de endoculturación y de socialización presente en

todas las sociedades.

La socialización-endoculturación es un proceso de carácter universal en el que estamos

involucrados desde el nacimiento y nos introduce en el ámbito de lo social y cultural.

Mediante este proceso adquirimos los referentes culturales, maneras de interpretar el

mundo, que le otorgan sentido a nuestras vidas y ordenan nuestro horizonte social. Los

RC conforman nuestras estructuras mentales y es a partir de estos modelos que

establecemos nuestra relación entre las personas, las instituciones de nuestra sociedad y

de las otras sociedades. Nos permiten construir el vínculos que los sujetos establecemos

con el entorno social cercano y el más alejado. Es una base que nos permite decidir,

oponernos orientando nuestro pensamiento y acción; pero de ninguna manera

determinando nuestro comportamiento.

Page 14: Antropologia social y cultural

El RC a partir del cual adquirimos una representación sobre el mundo de lo social, no es

determinante, ni totalmente coherente ni estático, no tiene que coincidir necesariamente

con un etnocentrismo. Puede conducirnos de hecho hacia un relativismo cultural; esto es,

a la aceptación y respeto por las diferencias culturales. Este modelo presenta la

endoculturación como un proceso universal de adquisición de RC que modela a la persona

con independencia genética, es un proceso abierto, permanente y puede ser crítico y

reflexivo, este proceso y la cultura que lo sustenta son fenómenos dinámicos, sujetos a

transformaciones y consecuentemente los RC también lo son. Esta propuesta permite la

posibilidad de descentrarnos.

El reconocimiento de la existencia de modelos contradictorios en el interior de las

sociedades nos abre la posibilidad de presentar la teoría del relativismo cultural que

propone la igualdad de todas las culturas en cuanto tales y el respeto por las diferencias.  

 

CHIRIGUINI

 

La “naturaleza” de la naturaleza humana

 

La autora se posiciona desde una perspectiva que considera a la naturaleza humana

desde una concepción bidimensional y dialéctica (el hombre es un ser natural y social), ya

que definir al hombre exclusivamente desde una dimensión biológica o cultural es caer en

un reduccionismo. Los hombres crean las condiciones materiales de su existencia porque

está en su misma naturaleza esta capacidad de transformar la naturaleza en forma

colectiva y social. La antropología demuestra cómo cada sociedad tiene su propia

racionalidad para entablar relaciones con la naturaleza.

 

Reduccionismos y determinismos (biológico y cultural)

 

Las concepciones sobre la naturaleza humana que se han formulado, han contribuido en

algunos casos a legitimar y en otros a impugnar el orden social y político vigente. La

investigación científica formula sus preguntas, en muchos casos, desde prejuicios sociales,

culturales y políticos y con consecuencias directas sobre la vida de los seres humanos (ej.

Nazismo, apartheid)

Desde la antigüedad y la Edad Media está presente la idea de que el ser humano está

formado por cuerpo y alma. En el siglo XVII Descartes continúan desarrollando esta idea.

En las últimas décadas del siglo XX se reemplaza esa idea y se sostiene que el hombre es

parte de la evolución de todo lo viviente y que todas sus manifestaciones  son el resultado

de la evolución biológica y del proceso adaptativo en el que estuvo involucrado como una

especie más. Esta imagen de la naturaleza humana  está presente en las concepciones

biologicistas de la ciencia, reduccionistas y deterministas. Desde el reduccionismo se

intenta explicar que las características de una sociedad son iguales a la suma de los

comportamientos individuales. Se considera que el comportamiento humano está regido

por la acción de los genes. Este es un tipo especial de reduccionismo: el determinismo

biológico. Las causas de los fenómenos sociales deben buscarse en la biología de los

actores individuales. Una de las formas que asume esta perspectiva es el llamado

darwinismo social[1].

Page 15: Antropologia social y cultural

Por el contrario, desde un determinismo cultural o culturalismo, se postula que la

biología se detiene cuando nacemos y desaparece en el instante que entramos en el

dominio de la cultura. Considera a la naturaleza humana como tábula rasa en la cual la

cultura puede diseñar por completo nuestro comportamiento.

 

La naturaleza humana desde un enfoque dialéctico (niveles de integración)

 

Con este enfoque se pretende dejar de lado el dualismo que implica escindir al ser

humano entre la herencia genética y lo adquirido. Este enfoque de los niveles de

integración sostiene que el hombre es una unidad biológica y cultural que emerge del

mundo animal al crear cultura, constituyéndose en ese proceso en una realidad

cualitativamente más compleja.

Bleger define un nivel de integración como una organización particular que comprende

funciones y leyes que responden a esa unidad particular, dando cuenta de todos los

fenómenos propios de ese nivel. A su vez, cada nivel se va integrando en un proceso de

complejidad creciente. El primer nivel es el fisicoquímico, luego el nivel biológico y

finalmente, el socio-cultural. Los niveles tienen entre sí un nexo de sucesión en el tiempo

durante el cal uno de los niveles ha dado lugar a la aparición del otro, por su

transformación cualitativa. Cada nivel se presenta como una superación dialéctica,

conformado por elementos o unidades del nivel anterior en una combinación más compleja

y con leyes que le son propias.

Este enfoque permite afirmar que los determinismos de uno u otro signo no son válidos y

que todos los comportamientos sociales del hombre son simultáneamente sociales y

biológicos, del mismo modo que son físicos y químicos[2].

 

La relación entre naturaleza y cultura según Lévi-Strauss

 

Lévi-Strauss desarrolla su teoría oponiéndose a las que establecen un continuum entre

naturaleza y cultura. Sostiene que el hombre no puede retrotraerse a un estado pre-social

ya que éste es inexistente en la condición humana. También se opone al estudio del

comportamiento animal para encontrar el pasaje de la naturaleza a la cultura y concluye en

que la ausencia de reglas sería el carácter distintivo del estado de naturaleza y sólo la

presencia de normas nos daría la pauta de la presencia de cultura. Estas normas

asegurarían la existencia y continuidad de un grupo y al ser producto de la creación

humana, son arbitrarias y cobran sentido en el interior de una sociedad.

Lévi-Strauss instituye el pasaje del estado de naturaleza al de cultura en la prohibición

del incesto. Esta regla posee el carácter universal de la naturaleza y, simultáneamente, el

arbitrario de todo hecho cultural[3]. La dimensión simbólica de la cultura se materializa en

estos intercambios que toman forma y contenido en instituciones concretas, por ejemplo,

los sistemas de parentesco y familia; y, por supuesto, en símbolos que la representan. El

autor se aleja de aquellas interpretaciones que sostienen que el origen universal del tabú

del incesto tiene como base un requerimiento biológico y la función de la regla es la de

proteger a la especie por los resultados nefastos de los vínculos consanguíneos.

 

La sociobiología: un ejemplo actual de determinismo biológico

 

Page 16: Antropologia social y cultural

La sociobiología es una rama de la biología que surge en 1970. Reactualiza el discurso

biologizante intentando legitimar sus afirmaciones en la teoría de la evolución. Se apropia

de los resultados de la Etología y de la Ecología.

Esta disciplina intentará explicar las pautas del comportamiento humano y animal

únicamente desde el nivel de lo biológico, como emergente de su historia evolutiva

biológica y sujeta a las mismas leyes que rigen todo lo viviente. La sociobiología inscribe

todos los comportamientos (agresividad, violencia, homosexualidad, la dominación sexual)

en el ámbito de lo “natural” y por lo tanto, de lo inmodificable.

 

La Etología y el papel de los instintos

 

Las investigaciones de esta disciplina son el resultado de observaciones de los animales

en su ambiente natural. Desde ella se definen a los instintos como pautas fijas de

comportamiento (innatos). Desde esta perspectiva se igualan el comportamiento animal al

del humano y tiene como grave consecuencia facilitar y justificar, considerándolos

inmodificables,  comportamientos nefastos del hombre, por ejemplo: el racismo.

 

El nivel de lo socio-cultural y la superación de los reduccionismos

 

Las consecuencias del reduccionismo biologizante: si la organización social fuera producto

de adaptaciones genéticas entonces la única realidad posible sería la actual, por lo tanto,

la mejor “adaptación” de la especia humana sería el modo de organización vigente: el

capitalismo. La propuesta de la autora apunta a despojarse de los dualismos que

dicotomizan la particularidad de la naturaleza biológica y cultural en el hombre.

DURHAM

 

Familia y reproducción humana

 

Familia y reproducción humana:

En el caso de la familia, la tendencia a la naturalización es extremadamente reforzada por

el hecho de tratarse de una institución que se refiere a actividades biológicas: sexo y

reproducción. El proceso de naturalización, además de una forma específica (por ej.

parentesco básicamente bilateral) también incluye la división sexual del trabajo que la

organiza internamente. Cada sociedad concibe y combinan de forma variable el

matrimonio, el parentesco, la residencia y la vida doméstica. La antropología está volcada

al análisis de las diferencias de las formas alternativas de organización de las sociedades

y, por tanto, es la que nos permite simultáneamente vislumbrar lo que es general y percibir

la infinita variedad de las formaciones sociales.

 

La división sexual del trabajo:

Todas las sociedades poseen una diferenciación de papeles femeninos y masculinos que

encuentra en la familia su manifestación más privilegiada. Hay aspectos que no varían en

esta diferenciación en las distintas sociedades: no hay ejemplos comprobados de

sociedades matriarcales, la guerra y la política son actividades esencialmente masculinas,

el cuidado de los niños y su socialización inicial son siempre de la competencia femenina,

separación de una esfera pública (masculina) y una privada (femenina). Todas las

Page 17: Antropologia social y cultural

sociedades conocidas están marcadas por diferentes grados y formas de dominación

masculina.

La construcción cultural de la división sexual del trabajo se elabora sobre diferencias

biológicas. Esto no quiere decir que haya una explicación natural sino que, en ese ámbito,

la cultura organiza o suprime características que poseen fundamentación biológica. Un

ejemplo es en relación a la reproducción y los primeros cuidados que responsabilizan a la

mujer, lo cual es compartido con los animales. Pero es posible modificar culturalmente ese

modelo proveyendo por ejemplo figuras sustituyentes de las madres. En las distintas

sociedades varía también la propia concepción del carácter femenino. La sumisión de la

mujer  no es un fenómeno natural o universal. Es necesario pensar una combinación de

grados diversos de imposición y aceptación de la autoridad real o formal de la relación

entre hombre y mujer y no hacerlo en términos de dominación-sumisión.

 

Matrimonio, parentesco y familia:

Lo característico de las familias humanas en todas las sociedades, es exactamente el

establecimiento de vínculos sociales entre los hijos de una mujer y hombres determinados,

vínculos que son creados a través de representaciones incorporadas en las nociones de

parentesco e instrumentadas por el matrimonio.

Es necesario comprender la naturaleza del matrimonio y de los sistemas de parentesco

regulados por el tabú del incesto. El tabú del incesto consiste en la prohibición de

relaciones sexuales y matrimoniales entre hombres y mujeres relacionados por ciertos

vínculos sociales definidos por categorías de parentesco. La prohibición consiste en la

imposición de una norma (creación social) en el espacio de indeterminación que se da en

la naturaleza, en la elección de compañeros sexuales. Destruye la posibilidad de una

manifestación natural de la sexualidad sometiéndola a normas u transformándola en un

instrumento de creación de vínculos sociales.

La universalidad del matrimonio como prerrequisito para la procreación destruye la

naturalidad de las relaciones entre madres e hijos, atribuyendo a hombres determinados la

responsabilidad de la prole de cada mujer. Los sistemas de parentesco deber ser

concebidos como estructuras formales que consisten en arreglos y combinaciones de tres

relaciones básicas: las de descendencia, de consanguinidad y de afinidad (matrimonio). Lo

que caracteriza un sistema de parentesco es la forma en que se combinan esas

relaciones, constituyen verdaderamente un lenguaje.

Existen sociedades matrilineales (sistema de descendencia que se define por la línea

materna)  y patrilineales.

La familia debe ser definida, según Malinowski, como institución, correspondiendo a un

grupo social concreto, que existe como tal en las representaciones de sus miembros, y que

se organiza en función de la reproducción (bilógica y cultural) y por la manipulación de los

principios formales de la alianza, de la descendencia y de la consanguinidad y por otro

lado, por las prácticas sustantivas de la división sexual del trabajo.

 

Sexo y Familia:

La reproducción es un subproducto frecuentemente indeseado de la actividad sexual, que

obedece a compulsiones propias. Las elaboraciones culturales construidas sobre los

impulsos sexuales tienen básicamente en cuenta su función de placer cuya conciliación

con la función de reproducción no es ni directa ni fácil.

Page 18: Antropologia social y cultural

La cultura crea formas de refinar, aumentar y prolongar el placer. Por exigir la presencia de

otro para su satisfacción, la manifestación de la sexualidad trae también a sí,

implícitamente, la continua posibilidad de intentar transformar ese otro en un mero objeto o

instrumento de placer individual. Toda la cuestión de la sexualidad afecta de modo directo

e inmediato a nuestra concepción de familia.

 

El modelo y la realidad empírica:

En la composición de las unidades domésticas, las variantes pueden ser muy numerosas.

La variedad ha creado mucho problemas en la definición de las formas de familia, se

distinguen tres tipos de problemas: el de las excepciones al modelo de familia y su

elasticidad; la emergencia de modelos alternativos y, la desaparición de la institución en

cuanto tal. La familia es un modelo, un patrón cultural. Patrones culturales son

simultáneamente modelos de y modelos para el comportamiento social, son

representaciones de ordenamientos presentes en la vida social y ordenamientos para la

vida colectiva (Geertz). Como modelos, son mutables y son construcciones sintéticas en

las cuales la realidad social jamás cabe por completo.

Es necesario analizar en qué medida las variaciones corresponden a adaptaciones o

extensión del modelo y hasta qué punto implican su impugnación. El concepto de familia, a

pesar de que se refiere a grupos sociales concretos, remite prioritariamente al modelo

cultural y a su representación. Por otro lado, en el análisis del propio modelo se puede

distinguir entre la estructura formal y la organización de las relaciones sociales, que se da

en función de los patrones de división sexual del trabajo una vez que existe cierto grado de

autonomía entre esos dos niveles.

 

La transformación del modelo familiar:

Son muchos y diversos los intentos de solucionar el problema de la reproducción

manteniéndose la más amplia libertad sexual e igualdad entre los sexos. Por ejemplo,

abolir integralmente el vínculo conyugal. Un gran numero de culturas permiten un grado de

libertad sexual (femenina) mucho mayor que las que constituían en el pasado.

Sin duda en la actualidad está ocurriendo el debilitamiento de los lazos de parentesco y el

consiguiente aislamiento del grupo conyugal. Este fenómeno agrava las tensiones

existentes dentro del núcleo conyugal pero no puede ser interpretado como el

debilitamiento de la familia.

 

GEERTZ

 

El impacto del concepto de cultura en el concepto de hombre

 

La Ilustración concebía al hombre en su unidad con la naturaleza con la cual compartía la

general uniformidad de composición que habían descubierto las ciencias naturales. Según

esto, la naturaleza humana esta tan regularmente organizada, es tan invariable y

maravillosamente simple como el universo de Newton. Quizás algunas de sus leyes sean

diferentes, pero hay leyes; quizás algo de su carácter inmutable quede oscurecido por las

modas locales, pero la naturaleza humana es inmutable.

Page 19: Antropologia social y cultural

El concepto iluminista tenía algunas implicancias, la principal era considerar que toda

aquella afirmación real que este limitada a hombres de una edad especial, una raza

especial o de un determinado temperamento carece de verdad o de valor.

La antropología intentó orientarse hacia un concepto más viable del hombre, un concepto

en el que la cultura y la variedad de la cultura se tuvieran en cuenta en lugar de ser

consideradas como caprichos y prejuicios.

Los intentos para situar al hombre atendiendo a sus costumbres asumieron varias

direcciones y adoptaron diversas tácticas, pero todos se ajustaron a una sola estrategia

intelectual: la concepción estratigráfica  de las relaciones entre los factores biológicos,

psicológicos, sociales y culturales de la vida humana. Según esta concepción, el hombre

es un compuesto en varios “niveles”, cada uno de los cuales se superpone a los que están

debajo y sustenta a los que están arriba. Cuando analiza uno al hombre quita capa tras

capa como tal es completa  e irreductible en sí misma.

Este tipo de conceptualización garantizaba la independencia  de las disciplinas

académicas.  El hombre era un animal jerárquicamente estratificado. Una especie de

depósito evolutivo en cuya definición cada nivel –orgánico, psicológico, social y cultural –

tenía asignado un lugar indiscutible.

Esta gran estrategia se dedicó primero a buscar en la cultura principios universales y

uniformidades empíricas que, frente a la diversidad de las costumbres en todo el mundo y

en distintas épocas, pudieran encontrarse en todas partes y aproximadamente de la misma

forma, y, segundo, hizo el esfuerzo de relacionar tales principios universales.

La dificultad de enunciar universales culturales que sean al propio tiempo sustanciales

impide que también se satisfaga la segunda exigencia que tiene que afrontar el enfoque de

consensus getium , el requisito de fundar esos universales en particulares procesos

biológicos, psicológicos y sociológicos. La concepción estratigráfica de las relaciones entre

factores culturales y factores no culturales impide esa fundamentación del modo más

efectivo.

Lo que necesitamos es buscar relaciones sistemáticas entre diversos fenómenos, no

identidades sustantivas entre fenómenos similares. Debemos reemplazar la concepción

“estratigráfica” de las relaciones que guardan entre si los varios aspectos de la existencia

humana por una concepción sintética, es decir, una concepción en la cual factores

biológicos, psicológicos, sociológicos y culturales puedan tratarse como variables dentro

de sistemas unitarios de análisis.

Con respecto a esto, Geertz propone dos ideas: 1- La cultura se comprende mejor no

como complejos esquemas concretos de conductas sino como una serie de mecanismos

de control que gobiernan la conducta; 2- El hombre es precisamente el animal que mas

depende de esos mecanismos de control extragenéticos, que están fuera de su piel, de

esos programas culturales para ordenar su conducta.

La concepción de la cultura desde el punto de vista de los “mecanismos de control”

comienza con el supuesto de que el pensamiento humano es social y publico, de que su

lugar natural es el patio de la casa, la plaza del mercado y la plaza de la ciudad. El pensar

no consiste en “suceso que ocurren en la cabeza” sino en un tráfico de símbolos

significativos como palabras, gestos, ademanes, etc.

La cultura más que agregarse, por así decirlo, a un animal terminado, fue un elemento

constitutivo y un elemento central en la producción de ese animal mismo. Somos animales

Page 20: Antropologia social y cultural

incompletos o inconclusos que nos completamos o terminamos por obra de la cultura, y no

por obra de la cultura en general sino por formas en alto grado particulares de ella.

Las maneras de encarar la definición de naturaleza humana adoptada por la ilustración y

por la antropología clásica, tienen en común que son básicamente tipológicas. Se

empeñan en construir una imagen del hombre como modelo. En el caso de la ilustración,

los elementos de ese tipo esencial debían descubrirse despojando a los hombres reales de

los aderezos de la cultura; lo que quedaba era el hombre natural. En la antropología

clásica el arquetipo se revelaría al discernir los caracteres comunes en la cultura y

entonces aparecía el hombre consenso.

Si deseamos descubrir lo que es el hombre, solo podremos encontrarlo en lo que son los

hombres: y los hombres son, ante todo, muy variados.

Es aquí donde el concepto de cultura tiene un impacto en el concepto de hombre. Cuando

se la concibe como una serie de dispositivos simbólicos para controlar la conducta, la

conducta suministra el vínculo entre lo que los hombres son intrínsecamente capaces de

llegar a ser y lo que realmente llegan a ser. Llegar a ser humano es llegar a ser individuo y

llegamos a ser individuos guiados por esquemas culturales, por sistemas de significación

con los cuales dirigimos nuestras vidas. Y los esquemas no son generales sino

específicos.

El hombre no puede ser definido por sus aptitudes innatas, como pretendía hacerlo la

Ilustración, ni solamente por sus modos de conducta efectivos, como tratan de hace en

buena parte las ciencias sociales, sino que ha de definirse por el vinculo entre ambas

esferas, por la manera en que la primera transforma la segunda. Así como la cultura nos

formo para constituir una especie, así también la cultura nos da forma como individuos

separados. Eso es lo que realmente tenemos en común, no un modo de ser subcultural

inmutable ni un establecido por consenso cultural.

 

GIGLIOTTI

 

El racismo y la estigmatización del otro

 

El racismo es la creencia en que un grupo humano es intelectual, psicológica o

culturalmente inferior a otros. Este grupo percibido como inferior ha sido identificado a

partir de ciertas características visibles en el fenómeno o en la cultura, que se generalizan

como marcas de ese grupo y se interpretan como naturales y hereditarias. El grupo racista

pretende sostener una supuesta “superioridad” sobre otros grupos humanos.

El racismo no solo es una cuestión de opiniones y preconceptos, sino que abarca también

maneras de actuar y tratar a los otros.

La aparición y vigencia del racismo es una cuestión de relaciones de poder entre grupos.

El racismo es un fenómeno histórico social.

 

El racismo es un problema social e histórico.

El racismo es un problema social que refiere a las relaciones entre los grupos, no

meramente a distinciones de orden físico o cultural. Las relaciones sociales no están fijas

sino que se construyen en el mismo devenir histórico.

No podemos comprender el recrudecimiento del racismo en la actualidad si no

entendemos su vinculación con los fenómenos sociales-incluidas las migraciones masivas-

Page 21: Antropologia social y cultural

en un contexto de profundización de las desigualdades, en el que se cuestiona el

reconocimiento de la existencia social del inmigrante mismo.

Los grupos víctimas de los prejuicios y prácticas racistas fueron variando históricamente.

Este es el caso por ejemplo de los diferentes discursos que se construyeron sobre la

población migrantes en las distintas etapas de nuestro país.

La construcción del “otro” a través de los discursos correspondientes a diferentes

momentos de nuestra historia, revela una imagen recurrente del inmigrante como no

deseado.

En cada contexto histórico y según las diversas problemáticas coyunturales, el “otro” es

visto de forma negativa, incentivando imágenes xenófobas, prácticas discriminatorias y

racistas.

 

El racismo es una construcción social.

El racismo es una construcción social que no siempre tiene como base interacciones

concretas, sino también representaciones acerca del otro. Con interacciones nos referimos

a las relaciones que se establecen entre los diferentes grupos o sectores sociales en la

vida cotidiana.

Las representaciones sociales  son maneras de interpretar y pensar nuestra realidad

cotidiana; orientan nuestra comprensión y nuestros comportamientos. Son instrumentos

para comprender al “otro”, al asignarle un lugar en la sociedad y encaminar nuestra

conducta ante él. Son construcciones simbólicas que se crean y recrean en el curso de

nuestra experiencia, pero también integran el conocimiento que se elabora y comparte

socialmente.

Se han construido imágenes profundamente negativas sobre “los otros”, basadas en

categorías clasificatorias que actúan como sistemas de referencia orientando la acción, en

estrecha relación con el contexto social en el que se constituyen.

 

El racismo es una justificación ideológica.

El racismo históricamente ha formado y forma parte de la justificación ideológica de

relaciones socio-económicas de poder y explotación de determinados grupos sobre otros.

La misma justificación que operó en el siglo pasado es la que sigue vigente en la

actualidad, funcionando como instrumento ideológico, al caracterizar la desigualdad

socioeconómica como producto de un proceso natural, que se presenta como justo y

adecuado dentro del actual modelo neo-liberal hegemónico, donde el éxito individual y la

posición social, son las claves para la inserción en el mundo.

 

Desarrollo del discurso racista.

Las clasificaciones y el concepto de raza

El uso del concepto de raza en el siglo XVIII adquiere otros sentidos. En este siglo, Linneo

estableció las reglas clasificatorias que permiten incluir en una misma taxonomía todas las

formas vivientes. Consideraba que este ordenamiento de las formas de vida era el

resultado fijo e inmutable de la creación. Cada especie-concebida como una entidad

inmodificable- estaba representada por un “tipo perfecto” y todas las variaciones respecto

de ese “tipo” se consideraban imperfecciones. De esta manera, la clasificación de las

formas permitía un mejor conocimiento del “plan racional del creador”.

Page 22: Antropologia social y cultural

La investigación de la variabilidad anatómica del hombre cobra sentido en este contexto de

creciente interés por la descripción y clasificación, donde además se lleva a cabo el debate

entre las posiciones monogenistas y las poligenistas acerca del origen de las diferencias

entre los hombres.

  Los monogenistas, tomando como base el libro del Génesis sostenían que el origen de la

humanidad se había dado a partir de una única fuente, Adán y Eva. Su origen divino

explicaba la perfección de estos representantes, pero al ser expulsados del paraíso, y a lo

largo del tiempo, habían degenerado  en múltiples razas. La degradación había sido de

menor en la raza blanca y mayor en la negra. Sostenían que la aparición de las razas se

debía a las condiciones materiales del entorno (clima, alimentación, modos de vida, etc.).

Los poligenistas sostenían distintos orígenes para las diferentes razas .Defendían la

supremacía del hombre blanco y trataban de evitar el entrecruzamiento entre razas.

Estas posturas, desarrolladas entre los años 1830 a 1860 impidieron durante generaciones

que los diversos grupos étnicos inferiorizados obtuvieran mejoras en cuanto a igualdad de

derechos y oportunidades de progreso económico y social.

Uno de los primero intentos por refutar las clasificaciones raciales fue a través de los

estudios de Darwin. Según este, la dificultad que presentaba el concepto de “raza” era la

arbitrariedad asociada a la elección de características o “rasgos típicos”  significativos para

definirlas.

Desde la postura evolucionista de Darwin la variación es una característica de las

poblaciones. Es así como no solo plantea la inexistencia de un “tipo ideal” sino que

además demuestra la dificultad que presenta la definición de “raza” usada hasta ese

momento: los miembros de una “raza” se relacionaban por los lazos de parentesco y

porque sus características observables eran “conservables y transmisibles” de una

generación a otra, es decir, el termino remitía a “un tipo de organismo identificable dentro

de una especie”.

Los rasgos tomados como “típicos” por los naturalistas, son para Darwin, rasgos

“adaptativos” a las condiciones variables del ambiente. En este sentido, las “razas”

experimentan cambios permanentes. Entonces, si la distribución de la variabilidad es

temporal, la separación en razas carece de significado.

Se advierte que la ciencia occidental de ese siglo disecciona también a la especie humana

postulando en su interior estas nuevas clasificaciones: las razas. Durante la segunda mitad

del siglo XIX esto permitirá “explicar” la diversidad existente y “justificar” en el mismo

proceso los abusos y las desigualdades sociales. La concepción misma de raza se vincula

con intereses políticos e ideológicos, pues las clasificaciones que se elaboran operan

estableciendo jerarquías: unas razas fueron concebidas como superiores y otras como

inferiores.

 

La ciencia legitimadora de las diferencias

Durante el siglo XIX el orden social era considerado como resultado de la acción de leyes

naturales. De esta manera, las explicaciones científicas que comienzan a elaborarse en

torno a  las diferencias cumplen una función específica: mantener la situación imperante,

en la que las desigualdades existentes no serán vistas como consecuencia de la

expansión capitalista, la colonización, la dominación, sino el resultado de un proceso

“natural”.

Page 23: Antropologia social y cultural

El temor a lo diferente llevó al europeo a “apresar” al otro mediante la utilización de uno de

los más poderosos desarrollos de la modernidad: la ciencia, es decir, la forma occidental

de

Para ello, los antropólogos, los médicos y anatomistas, entre otros, se sirvieron de

corrientes de pensamiento que confluyeron en la segunda mitad del siglo XIX .Por un lado,

la teoría evolucionista de Darwin, con la afirmación de un origen único del ser humano, y

por otro, el positivismo, la matematización esto es, la “fe” en que las mediciones rigurosas

podrían garantizar una precisión irrefutable.

Dos claros ejemplos de la época se refieren a la necesidad de cuantificar y fijar la

diferencia: la craneometría y el coeficiente intelectual.

 

La craneometría

Durante la segunda mitad del siglo XIX, la actividad científica de moda fue la craneometría,

es decir, el estudio de las medidas de los cráneos y su contenido. La craneometría como

ciencia tuvo las  pretensiones de establecer jerarquías intelectuales basadas en los

diferentes tamaños de los cerebros.

También se creó la frenología, la ciencia consagrada a valorar las diferentes capacidades

intelectuales basándose en la forma y el tamaño de las regiones cerebrales donde estarían

localizadas dichas capacidades.

 

El coeficiente intelectual:

En el siglo XX, siguiendo con los intereses del siglo anterior por la observación, medición y

clasificación, continuaran estableciéndose vínculos ente el peso o el tamaño del cerebro y

las capacidades intelectuales. En particular fueron los psicólogos norteamericanos de

principio de siglo quienes se interesaron en investigar la inteligencia que finalmente fue 

cosificada, es decir, pensada como algo pesable y medible.

Estos científicos estaban convencidos que los test del coeficiente intelectual señalaba el

puesto inevitables que cada persona y cada grupo debía ocupar en el transcurso de su

vida. No tuvieron en cuenta las distintas calidades de vida ni la diversidad cultural en las

diferencias entre los promedios que registraban ente los distintos grupos humanos.

Aquellas personas que no satisfacían las expectativas de los test, se les atribuía de por

vida el rotulo de incapacidad biológicamente determinada y por lo tanto verían fracasar 

sus expectativas de progreso mediante la educación, el esfuerzo y la dedicación.

En realidad estos test median los conocimientos adquiridos o el rendimiento escolar.

Además, estos conocimientos evaluados se relacionaban con pautas y parámetros

occidentales y de clase, de esta manera, se explica el fracaso de miles de inmigrantes en

la resolución de los problemas planteados.

 

Racismo sin “razas”

En el siglo XX, pese a las refutaciones que ha tenido desde distintas disciplinas biológicas,

el concepto de “raza” persiste a nivel del sentido común. Esto responde a evidencia que

son observables e insoslayables: la existencia de diversidad o variabilidad. Estas

evidencias son esgrimidas por las concepciones racistas para afirmar que dichas

diferencias confirman la gran separación genética entre las distintas “razas”.

Una de las afirmaciones que en la actualidad ya no se discute es que toda la humanidad

proviene de un tronco en común: la especie homo sapiens sapiens, lo que permite explicar

Page 24: Antropologia social y cultural

que el componente genético sea el mismo para todos los seres humanos. Las diferencias

existentes (color de piel, estatura, características de los ojos, etc.) son solo fenotípicas, es

decir, son características observables o externas. Desde esta visión no existen las razas y

tampoco aptitudes intelectuales, psíquicas o morales asociadas a estas diferencias

externas.

La división en “razas” responde entre otras cosas a la necesidad, surgida en el siglo XIX,

de clasificar la gran diversidad humana existente. En el proceso de enfatizar las

diferencias, el racismo fue creando “razas” donde no existían, la “raza” se convirtió en una

construcción social  a partir de la cual se levanto una ideología justificadora del capitalismo

industrial y sus consecuencias situaciones de desigualdad y explotación.

La ideología racista afirma que quienes poseen ciertas características son seres

aventajados que han alcanzado una etapa superior de desarrollo o civilización; por el

contrario, los que poseen características opuestas son considerados seres inferiores,

estigmatizados e incapaces de alcanzar la civilización. En este sentido Benedict plantea

que para comprender los conflictos raciales en primer lugar hay que estudiar los conflictos,

no las razas, sin embargo vemos que durante las décadas siguientes la confusión persiste.

En la actualidad la imbricación de los dos términos, raza y racismo, ha continuado, sobre

todo a través del desarrollo de los determinismos biológicos que han logrado sobrevivir.

 

Racismo: la diferencia como estigma

El racismo postula un vinculo entre rasgos anatómicos o genéticos- reales o imaginarios-

de un individuo o grupo y sus características conductuales, intelectuales, morales y/ o

culturales. La categoría de raza  arraiga en estas cuestiones corporales. Este vínculo,

además, es esgrimido en beneficio de un grupo contra otro, teniendo que justificar ciertas

situaciones de desigualdad en diferentes momentos históricos. Esta relación que se

establece tiende a interpretar y enfatizar las diferencias llevándolas al mismo tiempo a lo

absoluto, es decir, generalizándolas a todo un grupo o sector; sosteniendo también su

carácter de definitivas.

La representación sobre el “otro” puede estar construida sobre alguna característica

conductual o cultural que pasa a ser generalizada a todos los miembros de un grupo

social, sin reflexionar sobre las excepciones y las diversidades. De esta manera se

establecen relaciones entre algunos atributos culturalmente negativos y los diferentes

grupos clasificados. La sola pertenencia a dichos grupos marca la presencia de algunos de

estos atributos en un individuo.

Desde la representación etnocéntrica acerca del “otro” y de su comportamiento se

configuran los estereotipos que definen al “otro” de manera uniforme y simplificadora y

estos estereotipos son los que generalizan a todos los integrantes  del grupo. Las posturas

racistas construyen visiones estigmatizadoras que atribuyen capacidades y conductas a

los otros como marcas naturales que se heredan de padres a hijos y que se consideran

irreversibles.

Los “grupos racializados” son aquellos sobre los cuales la sociedad ha construido una

representación o imagen racial, elaborada a partir de la selección de determinados rasgos

que se suponen transmitidos biológicamente, o sea, heredados a través del nacimiento

dentro de un grupo considerado.

Las representaciones sociales no sólo dan sentido a lo que sucede sino que además

producen lo esperado, reproducen la realidad y a su vez la construyen.

Page 25: Antropologia social y cultural

El racismo basa su acción sobre la identidad, la pertenencia a un grupo y la diferenciación

radicalizada del “otro” o una serie de “otros”. En realidad, necesita la presencia de un “otro”

para poder llevar al extremo la afirmación de las diferencias culturales. A través de la

desvalorización del “otro” es posible reconfirmar y reivindicar la propia identidad

amenazada, subordinada y excluida.

El racismo tiene que ver con la función ideológica, cultural, económica y política que

cumple, es decir que lo fundamental en este caso es el uso simbólico que se hace de

estas diferencias.

El racismo no tiene que ver solo con análisis académicos o científicos acerca de la

existencia o no de razas y/p culturas diversas, sino principalmente con la función

ideológica, cultural, económico y política que cumple, es decir que lo fundamental en este

caso es el uso simbólico que se hace de estas diferencias.

El otro es considerado como: incomprensible, enigmático, extraño; va adquiriendo en este

proceso los rasgos que lo llevan a su cosificación y/o deshumanización. Es de este modo

que se produce y legitima la exclusión y el rechazo.

 

Racismo y exclusión social.

El contexto en el que se llevan a cabo las migraciones es de crecimiento de la

desocupación, la marginalidad, la exclusión social, económica, política, es decir, un

proceso de profundización de las desigualdades existentes. En la actualidad, los migrantes

y la discriminación, con su carga de racismo, son temas de debate y análisis en los medios

de comunicación, en organizaciones sociales y de ddhh. A pesar de todas esas acciones

la discriminación racial y la xenofobia no desaparecen, sino que tienden a constituirse

como hegemónicas.

 

Manifestaciones del racismo

El racismo puede ser analizado a partir de sus diferentes expresiones o manifestaciones:

Prejuicios:

Podemos definir el prejuicio como un “juicio que construye la realidad del otro de manera

predeterminada”, no es una idea formulada a partir de una experiencia concreta, pero

tampoco se modifica al producirse esta experiencia o al recibir críticas acerca de lo que se

formula. Son ideas construidas en torno a evidencias inadecuadas e incluso imaginarias. A

través del conocimiento cotidiano y del sentido común.

A partir del conocimiento exterior del otro se tiende a unificar y simplificar, sintetizando las

características percibidas, bajo el rotulo de “lo típico” de ese otro, es decir,

homogeneizando las diferencias. De esta manera se atribuyen a todos los miembros del

grupo las mismas características. Además estos rasgos compartidos son naturalizados, es

decir, se los acepta sin cuestionarlos, se desconoce que han sido construidos

históricamente.

Son construcciones sociales que se gestaron históricamente, tienen un origen, una causa.

Con frecuencia se construyen como imposiciones originadas en diferentes instancias de

poder como parte del discurso hegemónico. La mayoría de los prejuicios tienen entonces

un origen social no sólo individual.

Este estereotipo discriminatorio tiene como base diferencias centradas en el cuerpo, en la

condición económica o en la cultura.

La discriminación:

Page 26: Antropologia social y cultural

Podemos definir la discriminación como una práctica que pone al otro un trato

diferenciado, si bien lo incorpora en los diferentes ámbitos de la vida social, lo hace desde

formas que lo interiorizan. Puede adoptar procedimientos indirectos o directos (negar de

forma directa ciertos derechos)

La segregación:

Algunos casos de discriminación pueden dar paso a la segregación, que consiste en

mantener al “grupo racializado” a distancia. Es decir, este proceso discriminatorio se

profundiza al provocar la expulsión del grupo “racializado”. También puede tratarse de una

delimitación de los espacios donde estos grupos pueden habitar, trabajar o permanecer.

El desprecio, la sospecha y el temor favorecen el aislamiento y la separación de diferentes

grupos.

En la actualidad la segregación racial se esconde detrás del disfraz de la defensa de la

diversidad cultural que propugna el multiculturalismo y la aplicación de políticas que

defienden las fronteras o límites dentro de los cuales ese otro diferente podrá moverse.

La violencia

El racismo puede manifestarse tanto a través de la violencia física como simbólica. Existen

diversos grados de violencia al inferiorizar o descalificar al otro. En muchos casos actuales

la violencia es ejercida por sectores con poder de policía de los Estados. Puede ser

directa, indirecta o simbólica.

Los planos y niveles del racismo

Infrarracismo:

Es el más sutil, donde los prejuicios y las prácticas se ocultan o disfrazan en el accionar

cotidiano. Es el que está más diseminado y se manifiesta en las interacciones diarias entre

vecinos, comerciantes, compañeros de trabajo, medios de comunicación, etc. Las

expresiones son indirectas, en ciertos casos, si bien no se plantea una inferiorización del

otro se afirma que los derechos otorgados a estos inmigrantes implican una discriminación

hacia la población local.

Racismo fragmentado

Aunque sus manifestaciones son más evidentes y la frecuencia en la que aparecen es

mayor, aun continúa presentándose de manera disgregada. Las ideas que lo refuerzan

figuran en publicaciones diversas y en grupos influyentes a nivel social. Pero la ausencia

de políticas favorables hace que este proceso no pueda profundizarse.

Racismo político

En este plano las manifestaciones están presentes con un mayor grado de articulación. El

racismo pasa a ser “principio de acción de una fuerza política”, que esgrime la diferencia y

la supuesta jerarquía de un grupo sobre otro a través de la unificación y organización de

prácticas y discursos. En este nivel se alcanza una instancia de institucionalización, al

contar con intelectuales, dirigentes sociales y organizaciones políticas que permiten que el

racismo se transforme en una fuerza movilizadora  que articula estas representaciones y

manifestaciones, estructurándolas y legitimándolas ideológicamente. Se apoya en fuerzas

políticas que construyen sus discursos alrededor de planteamientos raciales.

Racismo total

En este último nivel, el más radicalizado, el Estado mismo se organiza de acuerdo a

posiciones racistas mediante políticas y programas de discriminación, segregación,

violencia y exclusión.  Además unifica y legitima los discursos y las practicas contra un

grupo o varios grupos racializados, a través de la colaboración de intelectuales y

Page 27: Antropologia social y cultural

científicos, quienes mantienen la voluntad de homogeneizar racialmente al conjunto de la

población. De esta manera el Estado se pone al servicio de una ideología racista, y en este

proceso, se dejan de respetar los derechos humanos, la libertad y la igualdad, llegando a

casos extremos de segregación total y exterminio sistemático de grupos étnicos.

 

HERSKOVITS

 

El problema del Relativismo Cultural

 

Todos los pueblos forman juicios acerca de los modos de vida diferentes de los suyos. Las

valoraciones son relativas al fondo cultural del cual surgen.

El principio del relativismo cultural se apoya en una vasta acumulación de datos

conseguidos mediante la aplicación de técnicas en los estudios de campo que nos han

permitido penetrar en los sistemas de valores que sirvan de sustentáculo a sociedades de

costumbres diversas.

Los juicios están basados en la experiencia, y la experiencia es interpretada por cada

individuo a base de su propia endoculturación.

Ninguna cultura es un sistema cerrado, una serie de rígidos moldes a los cuales deba

conformarse la conducta de todos sus miembros. La suma de conductas que llamamos

cultura es flexible, y no rígida, y que contiene muchas posibilidades de elección y de

ampliar su armazón.

El principio según el cual los juicios se derivan de una experiencia que es el resultado del

proceso de endoculturación, tiene bases psicológicas firmes. La base psicológica de las

normas sociales establecidas tales como estereotipias, modas, convenciones, costumbres,

etc.es la formación de marcos de referencia comunes como resultado del contacto de

individuos.

El mecanismo primario que funciona en la valoración de la conducta es el etnocentrismo.

Etnocentrismo es el punto de vista según el cual el propio modo de vida es preferible a

todos los demás. Fuera de la corriente cultural euroamericana, particularmente entre los

pueblos ágrafos el etnocentrismo es considerado como un factor que opera a favor de la

adaptación individual y de la integración social. Pues es muy importante el fortalecimiento

del ego identificándolo con el propio grupo de uno, cuyos modos son aceptados

implícitamente como los mejores. Solo cuando se racionaliza el etnocentrismo, como

ocurre  en la cultura euroamericana, y se lo presenta como la base del programa de acción

en detrimento de otros pueblos, da origen a problemas serios.

La forma usual de etnocentrismo en muchos pueblos es la insistencia sobre las buenas

cualidades del propio grupo, sin ninguna tendencia a extender esta actitud al campo de

acción.

Generalmente se juzga a las culturas bajo las designaciones de “civilizadas” y “primitivas”.

“Primitivo” es la palabra comúnmente usada para describir los pueblos de los que más se

han ocupado tradicionalmente los antropólogos, grupos cuyo estudio ha proporcionado a la

antropología cultural la mayor parte de sus datos.

La palabra “primitivo” prevaleció cuando la teoría antropológica estaba dominada por la

tendencia evolucionistas que equiparaban los pueblos que actualmente se hallan fuera de

la cultura europea con los primitivos habitantes de la tierra. Esta idea tiñe muchos de

nuestros juicios acerca del modo de vida de pueblos aborígenes con los que nos ha puesto

Page 28: Antropologia social y cultural

en contacto la expansión del dominio euroamericano. Tratamos sus culturas como si

fueran permanentes e inmutables, cuando hemos visto una de las generalizaciones

básicas sobre la cultura es que ningún cuerpo de costumbres es estático.

Con el transcurso del tiempo, la palabra “primitivo” ha acumulado otras connotaciones que

son más bien valoradoras que descriptivas. Se dice que los pueblos primitivos tienen

culturas simples.

La suposición de que todos los llamados “primitivos” o “salvajes” tienen muchas

características comunes cuando se contrastan con pueblos “civilizados”, es otra expresión

de la tendencia a valorar culturas. En realidad, la diversidad de conducta entre los muchos

pueblos llamados “primitivos” es mucho mayor que entre  los pueblos llamados

“civilizados”.

El relativismo cultural reconoce  los valores que establece cada sociedad para guiar su

propia e insiste en la dignidad inherente a cada cuerpo de costumbres y en la necesidad

de tolerancia frente a convenciones diferentes de las nuestras.

Al considerar el relativismo cultural es esencial diferenciar los absolutos de los universales.

Los absolutos están fijos, y por lo que a las convenciones se refiere, no se admite que

tengan variación, ni que difieran de cultura a cultura, ni de época a época. Por otra parte,

los universales son los mínimos denominadores comunes que se pueden sacar,

inductivamente, de la comprensión del ámbito de variación que manifiestan todos los

fenómenos del mundo natural o cultural.

El núcleo mismo del relativismo cultural es la disciplina social que respeta las diferencias;

es el respeto mutuo. Subraya el valor de diversos modos de vida, y no el de uno solo,

significa afirmar los valores de cada cultura.

 

HERSKOVITS

 

La realidad de la cultura

 

1. La cultura es lo que distingue al hombre de los animales. Existen muchas definiciones

de cultura, todas tienen en común que reconocen que la misma es aprendida, que permite

al hombre adaptarse a un ambiente natural, que es por demás variable, que se manifiesta

en instituciones, normas de pensamiento y objetos materiales.

Una breve y útil definición es: Cultura es la parte del ambiente hecha por el hombre. Esta

lleva implícita la idea de que la vida del hombre transcurre en un escenario natural y otro

social; también implica que la cultura es más que un fenómeno biológico.

2. Para entender la naturaleza esencial de la cultura hay que resolver una serie de

aparentes paradojas que no deben ignorarse.

1. a.        La cultura es universal en la experiencia del hombre; sin embargo,

cada manifestación local o regional de aquella es única. 

La cultura es universal porque es un atributo de todos los seres humanos cualquiera sea

su manera de ordenar la vida. Todos los pueblos tienen un modo de proporcionarse el

vivir, un sistema económico, una concepción de familia y sistema de parentesco, un control

político, una filosofía propia, un sistema religioso, una propia satisfacción estética, un

lenguaje y un sistema de sanciones.

Page 29: Antropologia social y cultural

También puede afirmarse que no hay dos cuerpos idénticos de costumbres, cada cultura

es resultado de las experiencias particulares de la población, pasada y presente, que vive

de acuerdo con ella.

1. b.       La cultura es estable, y no obstante, la cultura es dinámica también, y

manifiesta continuo y constante cambio.

La cultura es a la vez estable y cambiante. El cambio cultural se puede estudiar sólo como

una parte del problema de la estabilidad cultural; la estabilidad cultural puede ser

entendida solamente cuando se mide el cambio respecto al conservatismo. Ambas

expresiones tienen una relación recíprocra.

1. c.        La cultura llena y determina ampliamente el curso de nuestras vidas, y,

sin embargo, raramente se entremete en el pensamiento consciente.

Esto plantea el dilema de estudiar a la cultura como si fuera algo independiente del

hombre o, por el contrario, estudiarla considerando que sólo tiene realidad psicológica

existe como un conjunto de ideas en la mente del individuo. Ambos puntos de vista

contienen mucho que es esencial a un entendimiento de la cultura, así que es importante

examinar los argumentos que presentan antes de intentar resolver la cuestión de la

naturaleza de la cultura.

3. El argumento a favor de la realidad objetiva de la cultura viene a decir que la cultura,

siendo extrahumana, “superorgánica”, está más allá del control del hombre y opera en

términos de sus propias leyes (Determinismo Cultural)

Los que sostienen que la cultura vive en sí y por sí dan gran importancia al hecho de que

los modos tradicionales de vida continúan de generación en generación sin referencia al

espacio de vida de ninguna persona dada. Que existe una interrelacion entre pueblo y

cultura no lo puede negar ni el más resuelto determinista, lo mismo que quienes afirman

que la cultura sólo existe en las mentes reconocen la necesidad de estudiar sus formas

instituidas.

4. El argumento en pro de la realidad psicológica de la cultura descansa en lo

inconveniente que resulta dividir la experiencia humana de suerte que el hombre, el

organismo, se encuentre conceptualmente fuera de los aspectos de su conducta que

constituyen los elementos supra-orgánicos de su existencia.

La más clara definición de cultura en términos psicológicos es: cultura es la porción

aprendida de la conducta humana. La cultura se aprendería, para algunos, mediante un

proceso de condicionamiento inconsciente. Los modos aceptados de conductas y

creencias varias son transmitidas de generación en generación que proporciona a la

cultura el grado de estabilidad que permite considerarla como algo que tiene existencia

propia. Uno de los factores primarios para el cambio cultural es la variación en un

determinado modo de conducta que toda la sociedad acepta. 

La cultura está llena de sentido. Aunque la conducta pueda ser automática, cualquier

institución adentro de una cultura tiene sentido. Es el principal argumento para quienes

sostienen que la cultura representa la integración de las creencias, hábitos y no una cosa

en sí misma. La experiencia define culturalmente, la cultura tiene un significado para los

que viven de acuerdo a ella.

Page 30: Antropologia social y cultural

5. ¿Debemos elegir entre el punto de vista que sostiene que la cultura es una entidad

autónoma, que se desenvuelve por sí con independencia del hombre, y el que afirma que

la cultura no es sino una manifestación de la psique humana? ¿O es posible conciliar

ambos? Sobre este debate trata el texto.

 

SANDOVAL

 

El proceso de trabajo en el proceso de hominización

 

Engels menciona como la adaptación de la mano fue fundamental para el desarrollo del

hombre mismo. La mayor flexibilidad adquirida se transmitió por herencia y aumento de

generación en generación.

La mano no es solo el órgano del trabajo sino también el producto del trabajo.

El trabajo le hizo descubrir constantemente en los objetos nuevas propiedades hasta

entonces desconocidas, el trabajo al multiplicar los casos de ayuda mutua y de actividad

conjuntar, y al mostrar las ventajas de esta actividad conjunta para cada individuo tenía

que contribuir a agrupar aun mas a los miembros de una sociedad. En este momento

tuvieron algo que decirse.

El trabajo más el lenguaje posibilitaran que el cerebro del mono se fuera transformando.

Según Marx, el trabajo es un proceso entre la naturaleza y el hombre, proceso en el que

este realiza, regula y controla mediante su propia acción de intercambio de materias con la

naturaleza. Y a la par actúa sobre la naturaleza exterior a él y la transforma, transforma su

propia naturaleza.

El trabajo humano es consciente y tiene un propósito. El mecanismo director del trabajo

humano es el poder del pensamiento conceptual.

Es el símbolo el que provee continuidad en la experiencia-instrumento del hombre. Y

finalmente, es el factor de continuidad en la experiencia-instrumento en el hombre que ha

hecho posible la acumulación y el progreso o una cultura material.

El trabajo como acción de propósito, guiado por la inteligencia es el producto especial de la

humanidad. Pero la humanidad es ella misma el producto especial de esta forma de

trabajo.

El trabajo trasciende la mera actividad instintiva es la fuerza que creó la humanidad y la

fuerza por la cual la humanidad creó al mundo tal como lo conocemos.

A diferencia de la existencia biológica del animal, el hombre no vive solamente en la

naturaleza como lugar de su vivencia sino que trabaja sobre la naturaleza.

El hombre no vive solamente en condiciones naturales del medio natural, sino en las

condiciones artificiales creadas por el mismo.

El hombre humaniza la naturaleza, rehace las sustancias naturales y las clasifica en útiles

e inútiles para reproducción ampliada de su vida material.

Es en esta perspectiva de la humanización de la naturaleza y en la naturalización de la

sociedad donde podemos encontrar la tendencia actual del proceso de hominización.

 

 

 

 

 

Page 31: Antropologia social y cultural

[1] Perspectiva teórica que interpreta los fenómenos sociales a partir de categorías

biológicas y de los principios más difundidos del darwinismo: la lucha por la existencia, la

selección natural y la supervivencia del más apto.

 

[2] Un buen ejemplo es el aprendizaje del lenguaje en los niños. La incorporación de un

lenguaje sólo es posible por el ensamble del proceso biológico de maduración y el proceso

social del aprendizaje.

 

[3] Impone una restricción no biológica, es un vínculo que transforma un comportamiento

natural, el impulso sexual, en un comportamiento social y cultural.