Antunes, Ricardo - Los Nuevos Proletarios Del Mundo en El Cambio de Siglo

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    1EspaiMarx Noviembre 2000

    Los nuevos proletarios del mundo en

    el cambio de sig lo1Ricardo Antunes

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    1Este texto correspdonde al captulo VI del libroLos Sentidos del Trabajo: Ensyio sobre la Afirmacin y la

    Negacin del Trabajo, Editora Bomtempo, 1999, So Paulo.2

    Profesor Libre Docente en Sociologa del Trabajo en la Universidad de Campinas (UNICAMP). Fue"Visiting Research Fellow" en la School of European Studies de la Universidad de SUSEX (1997/8). Autor deAdios al Trabajo? (Buenos Aires, Editorial Antdoto, Colecin Herramienta, 1999);Os Sentidos do Trabajo:Ensaio sobre a Afirmacin e a Negacin do Trabajo, (So Paulo: Bomtempo, 1999), entre otros libros. Es

    editor participante de la RevistaLatin American Perspectives (YOA), miembro de la Editora de CrticaMarxista (Brasil) y de; Consejo Editorial de la Revista Otubro (Brasil), entre otras publicacioes.

    Es muy curioso que, mientras se amplaenormemente el conjunto de seres socialesque viven de la venta de su fuerza de trabajo, aescala mundial, tantos autores han dado eladis al proletariado, han defendido la idea dela descentralizacin de la categora trabajo, handefendido la idea del fin de una emancipacin

    humana fundada en el trabajo. Lo que voy apresentar aqu es un camino de cmo es posi-ble ir en sentido contrario a estas tendencias,tan presentes y tan equivocadas.

    Los trabajadores hoy, si no son idnticos a lostrabajadores de mediados del siglo pasado,tampoco estn en vas de desaparicin como,con diferencias entre ellos, defienden autorescomo Gorz, Offe, Habernas y, ms reciente-mente, Dominique Mda, Jeremy Rifkin, entretantos otros.

    Voy, por lo tanto, a disear un anlisis contra-

    rio a estos autores, buscando comprender loque son los proletarios del mundo hoy, o, comolos llam en Adis al Trabajo?", la clase-que-vive-del-trabajo, la clase de los que viven de laventa de su fuerza de trabajo. Quiero decir,desde luego, que esta expresin no es una ten-tativa de ofrecer un concepto nuevo, es com-pletamente diferente de esto, es una tentativade caracterizar la ampliacin y de entender alproletariado hoy, a los trabajadores hoy. Noso-tros sabemos que Marx termin El Capitalcuando iniciaba su formulacin conceptual so-bre las clases. Escribi una pgina y media, un

    texto en que seguramente nos ofrecera un tra-tamiento ms sistemtico, ms articulado sobrelas clases sociales y, en particular sobre lo quees la clase trabajadora.

    Muchas veces Marx (y tambin Engels) definie-ron a la clase trabajadora y al proletariado (engeneral como sinnimos). El libro de Engels LaFormacin de la Clase Trabajadora en Inglate-rra podra llamarse tambin La Formacin delProletariado en Inglaterra."Proletarios de Todoel Mundo, Unos", la clebre consigna de ElManifiesto, es muchas veces traducida comoAsalariados de Todo el Mundo, Unos. O in-cluso, La emancipacin del proletariado esobra del proletariado, como la emancipacinde los trabajadores es obra de los trabajado-res. Marx y Engels usaban de manera (casi)sinnima la idea de trabajadores y de proleta-riado. Tal vez podemos decir que, en Europa demediados del siglo XIX, los trabajadores asala-riados eran predominantemente y centralmenteproletarios.

    Pues bien: nuestro primer desafo es procurarentender lo que es la clase trabajadora hoy, loque es el proletariado hoy, en el sentido msamplio del trmino, no entendiendo a los traba-

    jadores o a los proletarios del mundo comoexclusivamente proletariado industrial. Yo dira,entonces, para comenzar a hacer un diseo deesta problemtica, que el proletariado o la clasetrabajadora hoy, o lo que denomin la clase-que-vive-del-trabajo comprende la totalidad delos asalariados, hombres y mujeres que vivende la venta de la su fuerza de trabajo y que sondesposedos de los medios de produccin. Estadefinicin marxista me parece enteramente per-tinente, como el resto o conjunto esencial de la

    formulacin de Marx, para pensar a la clasetrabajadora hoy.

    En este sentido, yo dira que la clase trabajado-

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    ra hoy tiene como ncleo central al conjunto delo que Marx llam trabajadores productivos, pa-ra recordar especialmente el Captulo Indito

    (VI), as como numerosos pasajes de El Capi-tal, donde es formulada la idea de trabajo pro-ductivo. En este sentido, yo dira que la clasetrabajadora hoy no se restringe solamente a lostrabajadores manuales directos, sino que laclase trabajadora hoy incorpora la totalidad deltrabajo social, la totalidad del trabajo colectivoque vende su fuerza de trabajo a cambio de sa-lario. Pero ella est hoy centralmente com-puesta por el conjunto de trabajadores produc-tivos: aquellos que, recordando de nuevo aMarx, producen directamente plusvala y queparticipan tambin directamente del proceso devalorizacin del capital. Ella tiene el papel cen-tral en el proceso de produccin de plusvala.En el proceso de produccin de mercaderas,desde las fbricas ms avanzadas, donde esmayor el nivel de interaccin entre trabajo vivoy trabajo muerto, entre trabajo humano y ma-quinaria cientfico-tecnolgica, donde hay ma-yor interaccin entre trabajo vivo y trabajomuerto.

    Esto se constituye como el ncleo central delproletariado moderno. Los productos de la To-yota, de la Nissan, de la General Motors, de laIBM, de la Microsoft etc., son resultados de la

    interaccin entre trabajo vivo y trabajo muerto,por ms que muchos autores, de nuevoHabermas al frente, digan que el trabajo abs-tracto habra perdido su fuerza estructurante enla sociedad actual. A modo de polmica: si eltrabajo abstracto (gasto de energa fsica e inte-lectual, conforme dice Marx en El Capital), per-di su fuerza estructurante en la sociedad ac-tual, cmo son producidos los automviles de laToyota, quin crea las computadoras de la IBM,los programas de la Microsoft, los carros de laGeneral Motors, de la Nissan, etc., slo paracitar algunos ejemplos de grandes empresastransnacionales.

    Pero, para avanzar en este diseo ms generalde lo que es la clase trabajadora hoy, es preci-so decir que ella engloba tambin al conjuntode los trabajadores improductivos, nuevamenteen el sentido de Marx. Aquellos cuyas formasde trabajo son utilizadas como servicios, seapara uso pblico, como los servicios pblicostradicionales, sea para usocapitalista. El traba-

    jo improductivo es aquel que no se constituyecomo un elemento vivo en el proceso directode valorizacin del capital y de creacin deplusvala. Por esto Marx lo diferencia del trabajo

    productivo, aquel que participa directamentedelproceso de creacin de plusvala. Improducti-vos, para Marx, son aquellos trabajadores cuyo

    trabajo es consumido como valor de usoy nocomo trabajo que crea valor de cambio.

    En el cambio de siglo, la clase trabajadora in-cluye tambin el amplio abanico de asalariadosdel sector de servicios, pero que no crean direc-tamente valor. Este campo, del trabajo impro-ductivo, est en amplia expansin en el capita-lismo contemporneo, aunque algunas de susparcelas se encuentran en retraccin. Porejemplo, en el mundo fabril hoy hay una ten-dencia, que me parece muy visible, de reduc-cin, e incluso en algunos casos de eliminacindel trabajo improductivo, que pasa a ser reali-

    zado por el operario productivo. l se torna, enel capitalismo de la era mundializada del capi-tal, an ms explotado, se da una intensifica-cin de la explotacin de la fuerza de trabajo.Muchas actividades improductivas estn des-apareciendo, esto es, aquellas que el capitalpuede eliminar. Eso porque el capital tambindepende fuertemente de actividades improduc-tivas, para que sus actividades productivas seefecten. Pero aquellas actividades improducti-vas que el capital puede eliminar, y as lo hanhecho, transfiriendo muchas de estas activida-des para el universo de los trabajadores pro-

    ductivos.Los trabajadores improductivos, entonces,siendo generadores de un antivalor en el pro-ceso de trabajo capitalista, vivencian situacio-nes que tienen similitudes con aquellas viven-ciadas por el trabajo productivo. Ellos pertene-cen a lo que Marx llam de los falsos costos,los cuales, entre tanto, son absolutamente vita-les para la supervivencia del sistema capitalis-ta.

    Entonces yo dira que: primero, el mundo deltrabajo hoy es compuesto, como pensabaMarx, por el trabajo productivo y tambin por elimproductivo. Lo que hay de nuevo en esta re-flexin es el intentar entender, en el conjuntode la produccin del capital, lo que es hoy ac-tividad productiva y lo que hoy permanece co-mo actividad improductiva.

    Veamos ahora un segundo bloque de proble-mas: dado que todo el trabajo productivo esasalariado, pero no todo trabajador asalariadoes productivo, yo pienso que una nocin con-tempornea de clase trabajadora, que los "pro-letarios del mundo en el cambio de siglo" debenincorporar a la totalidad de los trabajadores

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    asalariados. La clase trabajadora hoy es msamplia que el proletariado industrial del siglopasado, aunque ste -el proletariado industrial

    moderno se constituya en el ncleo funda-mental de los asalariados, de este campo quecompone el mundo del trabajo, una vez que les centralmente el trabajador productivo. Querealiza actividades materiales o inmateriales.Que acta en una actividad manual directa, enlos polos ms avanzados de las fbricas mo-dernas, ejerciendo actividades ms intelectua-lizadas (por cierto en nmero mucho ms re-ducido), a lo cual se refiri Marx, al caracteri-zarlo como supervisor y viga del proceso deproduccin(Grundrise).

    En este diseo que yo estoy haciendo, dira que

    el papel de centralidad an se encuentraclaramente en lo que nosotros llamamos detrabajo productivo, de trabajo social y colectivoque crea valores de cambio, que genera laplusvaa.

    Pero, una nocin ampliadade clase trabajadorahoy, me parece evidente y decisiva para res-ponder al significado esencial de la forma deserde esta clase y, de ese modo, contraponerlaa la de los crticos del fin del trabajo, a los crti-cos del fin de la clase trabajadora. Si quisira-mos hacer la crtica de la crtica.

    Offe, por ejemplo, en un ensayo que se tomacomo referencia (El Trabajo como CategoraSociolgica Clave), atribuy la prdida de lacentralidad del trabajo, entre otros elementos,al hecho de que el trabajo obrero no est msdotado de una tica del trabajo. Pero yo pre-guntara: desde cundo para Marx el trabajofue considerado central porque estaba dotadode una tica? Este argumento tendra sentidopara Weber, pero no para Marx. La clase traba-

    jadora, para el segundo, es ontolgicamentedecisiva por el papel fundamental que ejerce enel proceso de creacin de valores. Es en la ma-terialidad misma del sistema, y por la potencia-lidad subjetiva que eso significa, que su papelse torna central. Entonces, la crtica de Offe,sobre la descentralidad del trabajo (en verdad,una crtica weberiana a una tesis de Weber, lade la prevalencia de la ticapositivadel traba-

    jo), para Marx y para una reflexin marxista-no tiene relevancia. Marx tiene una profundavisin negativa y crtica del trabajo asalariado,del trabajo fetichizado. En los Manuscritos de1844, Marx dice, si pudiese, el trabajador hui-ra del trabajo como si huye de una peste.

    Muy bien, continuemos: pensar entonces en

    los proletarios o en los trabajadores del mundohoy, implica tambin pensar en aquellos quevendem su fuerza de trabajo a cambio de

    salario, incorporando tambin al proletariadorural que vende a su fuerza de trabajo para elcapital, los llamados bias-friasde las regionesagro-industriales. Este proletariado rural quevende su fuerza de trabajo tambin es parteconstitutiva de los trabajadores hoy, de la clase-que-vive-del-trabajo.

    Los trabajadores, en el final del Siglo XX, in-corporan tambin (y esto me parece decisivopara recusar la tesis de la prdida de la impor-tancia del mundo del trabajo). a escala mundial,del Japn al Brasil, de los EUA a Corea, de In-glaterra a Mxico y Argentina, al proletariado

    precarizado. Al que yo llam en mi libro Adisal Trabajo?como el subproletariado moderno,fabril y de servicios, que es part time, que secaracteriza por el trabajo temporario, por el tra-bajo precarizado, como son los trabajadores delos McDonald's, de los sectores de servicios, delos Fast Foods, que el socilogo ingls del tra-bajo Huw Beyon llam recientemente (en elmismo espritu de lo que yo mencionaba ante-riormente como la clase-que-vive-del-trabajo)como operarios parcializados, son operarios detrabajo-parcial, trabajo-precario, trabajo-por-tiempo, por-hora. Un bello filme ingls, que pa-

    s aqu en Brasil el ao pasado, The Full Mont,con mucha irona muestra un poco de lo qu esese trabajador ingls hoy, en la fase de las in-dustrias decadentes. The Full Mont (que aqupas con el ttulo Todo o Nada), es una bellafotografa de aquello que, con mucha irona(porque el filme es una comedia, pero plena desensibilidad), mostraba, como sea, la rudeza delas condiciones de vida de los asalariados-desempleados ingleses, de los trabajadoresprecarizados. Ellos encuentran trabajo en lossupermercados, por ejemplo, ganando 3 4 li-bras por hora. Hoy tienen trabajo, maana notiene, pasado maana tiene. Sin embargo,siempre desprovistos completamente de dere-chos. Ese es el proletariado de tiempo parcial,que yo llamo subproletariado, porque es elproletariado precarizado respecto de sus condi-ciones de trabajo y desprovisto de los derechosmnimos del trabajo.

    Es la versin moderna del proletariado del si-glo XIX. Si en algunos sectores (bastante mi-noritarios) nosotros podemos encontrar, por unlado, un proletariado ms "calificado e intelec-tualizado" (en el sentido que el capital le confie-re), por otro lado, es mucho ms intensa la

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    expansin, en todo el mundo, del operario msprecarizado, como las mujeres trabajadoras dela Nike, en Indonesia, que trabajan cerca de 60

    horas por semana y reciben 38 dlares pormes. Mujeres-trabajadoras trabajando 240horas por mes, produciendo millares de zapati-llas, para no tener dinero para comprar un nicopar de ellas Al final del mes, pues un salario de38 dlares seguramente no permite comprar unpar de Nike.

    Ustedes saben que, segn datos de la OIT, hayhoy, ms de 1 billn de hombres y mujeres tra-bajadores que estn precarizados, subemplea-dos los trabajadores que el capital usa comosi fuesen jeringas descartables o se encuen-tran desempleados. La fuerza humana de tra-

    bajo es descartada con la misma tranquilidadcon que se descarta una jeringa. As hace elcapital y hay, entonces, una masa enorme detrabajadores y trabajadoras que ya son partedel desempleo estructural, son parte del mo-numental ejrcito industrial de reserva que seexpande en todas partes. Esta tendencia se haacentuado, en funcin de la vigencia del carc-ter destructivo de la lgica del capital, muchoms visible en estos ltimos 20 30 aos. Esoporque, por un lado, se dio la expansin nefastadel idearioy de la pragmticaneoliberal y, delotro, por el piso social conformado por la nueva

    configuracin del capitalismo, que ha sido de-nominada como la fase de la reestructuracinproductiva del capital, donde el toyotismo yotros experimentos de desreglamentacin, deflexibilizacin, etc., han marcado el mundo capi-talista, ms intensamente despus de la crisisestructural iniciada en los aos 70.

    Pero es claro que la clase-que-vive-del-trabajo,la clase trabajadora hoy, los nuevos proletariosdel final del siglo XX, excluyen lo que JooBernardo llam los gestores del capital,aquellos que son parte constitutiva de la clasedominante, por el papel central que tienen en el

    control y gestin del capital. Los altosfuncionarios, que tienen el papel de control enel proceso de valorizacin y reproduccin delcapital, en el interior de las empresas, y que poresto reciben salarios altsimos. Estos son partede este sistema jerrquico y de mando, sonparte fundamental del sistema de metabolismosocial del capital, para recordar la formulacinde Meszaros, sistema de metabolismo socialque subordina jerrquicamente el trabajo almando del capital. Los gestores del capital, porcierto, no son asalariados y evidentementeestn excludos de la clase trabajadora.

    Esta caracterizacin nuestra de la clase traba- jadora excluye tambin, es evidente, a los pe-queos empresarios, porque son detentores

    aunque en pequea escala de los medios desu produccin. Y excluye naturalmente aquellosque viven de rentas y de la especulacin. En-tonces, comprender a la clase trabajadora hoy,de modo ampliado, implica entender este con-

    junto de seres sociales que viven de la ventade su fuerza de trabajo, que son asalariados yestn desprovistos de los medios de produc-cin. Esta es la sntesis que yo hago de la clasetrabajadora hoy, en Adis al Trabajo? : unaclase ms heterognea, ms compleja y msfragmentada. 3

    Hecho este recorte ms analtico, voy a procu-

    rar, entonces, en esta segunda parte de mi pre-sentacin, disear las caractersticas principa-les, empricamente hablando, de la clase traba-

    jadora hoy.

    La primera tendencia que viene ocurriendo enel mundo del trabajo hoy es una reduccin delproletariado manual, fabril, estable, tpico de lafase taylorista y fordista. Este proletariado se hareducido a escala mundial, aunque de maneraobviamente diferenciada en funcin de las par-ticularidades de cada pas, de su insercin en ladivisin internacional del trabajo. El proletariadoindustrial brasileo, por ejemplo, entre los aos

    60 y fines del 70, tuvo un crecimiento enorme.Lo mismo se dio en Corea, para dar otro ejem-plo. Pero aqu me estoy refiriendo a los ltimos20 aos, en los pases centrales, y particular-mente en la ltima dcada para los pases deindustrializacin subordinada, como Brasil. ElABC paulista tena cerca de 240 mil obrerosmetalrgicos en los 80. Hoy tiene poco msde 110 o 120 mil. En el mismo perodo, Campi-nas tena 70 mil metalrgicos y hoy tiene 37 milobreros estables. Ustedes se recuerdan que, enel pasado, una fbrica como la Volkswagen,deca que era importante porque tena ms de

    40 mil obreros. Hoy tiene menos de 20 mil, pro-duciendo, entre tanto, mucho ms. Esto quieredecir que hoy es sinnimo de proeza y vitali-dad del capital citar una fbrica que producemucho, con cada vez menos obreros.

    3Similarmente, o libro do Alain Bihr,Da

    Grande Noite a Alternativa (O MovimentoObrero Yoropyo em Crise), desenhasugestivamente os traos ms

    caractersticos do que es o proletariadoyoropyo hoy.

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    Ustedes podran decir, entonces, que tena ra-zn Andr Gorz cuando vaticin el fin del prole-tariado. Porque, en esta lnea de argumenta-

    cin, se podra decir que lo que est diminu-yendo, tiende a desaparecer. Pero, sucede quehay una segunda tendencia, decisiva (que elpropio Grz percibi, porque Grz es un cient-fico social inteligente, pero que no sabe trataranalticamente). Esa segunda tendencia, muyimportante, porque contradice la primera, esaquella marcada por el enorme aumento delasalariamento y del proletariado precarizado aescala mundial. En las ltimas dcadas, parale-lamente a la reduccin de los empleos estables,aument a escala explosiva el nmero de traba-

    jadores, hombres y mujeres, con rgimen detiempo parcial, en trabajos asalariados tempo-rarios. Esta es una fuerte manifestacin de es-te nuevo segmento que compone la clasetrabajadora hoy, la expresin de este nuevoproletariado.

    Tercera tendencia: se da un aumento expresivodel trabajo femenino en el mundo del trabajo,tanto en la industria como especialmente en elsector de servicios. La clase trabajadora siem-pre fue tanto masculina como femenina. Sloque la proporcin se est alterando mucho. EnInglaterra, por ejemplo, hoy es mayor el nme-ro de mujeres que trabajan con relacin al n-

    mero de hombres que trabajan. En varios pa-ses europeos, cerca del 40 al 50%, o ms, de lafuerza de trabajo es femenina. Inclusive por-que, cuanto ms se amplan los trabajos parttime, ms la fuerza de trabajo femenina penetraeste universo.

    Esta tendencia tiene desdoblamientos decisi-vos. No puedo exponer en detalle esta temti-ca, pero las cuestiones complejas que surgende esto son enormes. Primero, la incorporacinde la mujer al mercado de trabajo es, por cierto,un momento importante de la emancipacinparcialde las mujeres, pues anteriormente este

    acceso era mucho ms marcado por la presen-cia masculina. Pero, y esto me parece central,el capital hace esto a su manera. Cmo? Elcapital reconfigur una nueva divisin sexualdel trabajo. En las reas donde es mayor lapresencia de capital intensivo, de maquinariams avanzada, predominan los hombres. Y enlas reas de mayor trabajo intensivo, donde esmayor an la explotacin del trabajo manual,trabajan las mujeres. Eso es lo que han mos-trado las investigaciones, por ejemplo, de la in-glesa Anna Pollert. Y cuando no son las muje-res, son los negros; y cuando no son los ne-

    gros, son los inmigrantes; y cuando no son losinmigrantes, son los nios; o todos juntos!

    Y si la clase trabajadora es tanto masculina

    como femenina, el socialismo no ser unaconstruccin slo de la clase trabajadoramasculina. Los sindicatos clasistas tampocopodrn ser sindicatos slo de hombres-trabajadores; la emancipacin del gnerohumano contra las formas de opresin delcapital, que nosotros sabemos son centrales,decisivas, estn mezcladas con otras formas deopresin. Adems de las formas de opresinde clase, dadas por el sistema del capital, laopresin de gnero tiene una existencia que espre-capitalista, que permanece bajo elcapitalismo y que tendr vida pos-capitalismo,

    si esta forma de opresin no fuera radicalmenteeliminada de las relaciones entre los seressociales, entre los hombres y las mujeres. Laemancipacin frente al capital, as como laemancipacin del gnero, son momentosconstitutivos del proceso de emancipacin delgnero humano frente a todas las formas deopresin y dominacin. O, como la rebelda delos negros contra el racismo de los brancos, lalucha de los trabajadores inmigrantes contra elnacionalismo xenfobo, de los homosexualescontra la discriminacin sexual, entre las tantosfactores que oprimen al ser social hoy. Yo dira

    que, para pensar la cuestin de laemancipacin humana y de la lucha centralcontra el capital, estos elementos que estoydiscurriendo son decisivos. Son, por lo tanto,mltiples las luchas emancipadoras.

    Claro que la clase trabajadora siempre fue tam-bin femenina. Pero era predominantementefemenina en algunos sectores productivos, co-mo en el sector textil, por ejemplo. Hoy es pre-dominantemente femenina en muchas reas,en diversos sectores y especialmente en el tra-bajo part time, que se ampla en el mundo ente-ro en los ltimos aos. Incluso porque el capital

    percibi que la mujer ejerce actividades poliva-lentes, en el trabajo domstico y en el trabajofuera de casa. Y esta polivalencia del trabajo dela mujer, el capital lo ha utilizado y explotadointensamente. El capital percibi la polivalenciafemenina en l. Ya explotaba el trabajo femeni-no en el espacio domstico, en la esfera de lareproduccin, ahora ampla la explotacin alespacio fabril y de servicios. Articular las accio-nes de clase con las acciones de gnero setorna an ms decisivo.

    Cuarta tendencia: hay una enorme expansin

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    de los asalariados medios, en el sector banca-rio, turismo, supermercados, los llamados sec-tores de servicio en general. Son los nuevos

    proletarios, en el sentido de presenciar un asa-lariamiento y una degradacin intensificada deltrabajo, conforme hablamos anteriormente.

    Quinta tendencia: hay una exclusin enorme delos jvenes y de los viejos (en el sentido dadopor el capital destructivo). Los jvenes sonaquellos que terminan sus estudios, medios esuperiores, y no tienen espacios en el mercadode trabajo. Los jvenes europeos, los jvenesnorteamericanos, y tambin los jvenes brasi-leos, no tienen ms sus espacios garantiza-dos en el mercado de trabajo. En Europa, lanica garanta es la certeza del desempleo. Al-

    go que ya caracteriza tambin a nuestro mer-cado de trabajo. Y los trabajadores de 40 aoso ms, considerados viejos por el capital, unavez desempleados, no vuelven ms al mercadode trabajo. Van a realizar trabajos informales,trabajos parciales, part time, etc. Imaginen lasprofesiones que desaparecieron: inspector decalidad, por ejemplo, que desapareci de la f-brica. El individuo que era Inspector de Calidadhace 25 aos, una vez desempleado, tendrque ir a otra fbrica con una nueva profesin oser que la fbrica va a contratar un trabajador

    joven, formado sobre los "moldes" de la poliva-

    lencia y de la multifuncionalidad, pagando mu-cho menos del que ganaba aquel Inspector deCalidad? La respuesta es evidente. l, trgi-camente ser un nuevo integrante del monu-mental ejrcito industrial de reserva.

    Al contrario, por lo tanto, de hablar del fin deltrabajo, parece evidente que el capital consi-gui, a escala mundial, ampliar las esferas deasalariamento y de explotacin del trabajo, enlas varias formas de precarizacin, subempleo,part time, etc. Lo esencial del toyotismo, decaSatoshi Kamata, en su libro Japan in the PasingLane, un reportaje clsico sobre la Toyota, es lo

    que l caracteriz como la fbrica de la de-sesperacin. El principal objetivo del toyotismoera reducir el desperdicio. De modo metafri-co: si el trabajador respiraba y, en cuanto res-piraba en algunos momentos, no produca, urgeproducir respirando y respirar produciendo ynunca respirar no produciendo. Si el trabajadorpudiese producir sin respirar, el capital lo permi-tira, pero respirar sin producir, no. Y en esto aToyota consegui reducir en un 33% el "tiempoocioso", el desperdicio.

    Es por esto que la industria automovilstica ja-

    ponesa que, en 1955, produca un volumen deautomviles irrisorio frente a la produccin nor-teamericana (solamente 69 mil unidades frente

    a los 9,2 millones en los EUA) lleg 20 aosdespus a una productividad superior a la delos norteamericanos. Empuj la productividadpara la cima. Los capitalistas japoneses llama-ban a los capitalistas norteamericanos y lesdecan: ustedes tienen obreros lentos, su sis-tema de produccin es lento, ustedes tienenque reaprender de nosotros. Incluso porque,decan los capitalistas japoneses, nosotrosaprendimos con ustedes, el toyotismo no esuna creacin original japonesa: se inspir en elmodelo de los supermercados, la industria tex-til. etc.

    Entonces, lo que se ve no es el fin del trabajo,pero es el retorno de niveles explosivos de ex-plotacin del trabajo, de intensificacin deltiempo y del ritmo de trabajo. Vale recordar quela jornada puede incluso reducirse, mientras elritmo se intensifica. Y es exactamente eso loque viene ocurriendo en prcticamente todaslas partes: una mayor intensidad, una mayorexplotacin de la fuerza humana que trabaja.En la otra punta del proceso de trabajo, en lasunidades productivas de punta que son, esevidente, minoritarias, cuando se mira la totali-dad del trabajohay, por cierto, formas de tra-

    bajo ms intelectualizado (en el sentido dadopor el capital), formas de trabajo inmaterial. To-do eso es, entre tanto, muy diferente de hablardel fin del trabajo. Y es muy visible hoy la vi-gencia de lo que Marx llam de trabajo socialcombinado. l deca: No importa si es obreroms intelectualizado, si es un obrero manualdirecto, si est en el centro, en el ncleo delproceso o si est ms en una franja de l, loimportante es que participa del proceso de lacreacin de valores, de la valorizacin del capi-tal y esta creacin resulta de un trabajo colecti-vo, de un trabajo social combinado, conformedice en el Captulo VI (Indito), que aqu cito dememoria. Y si est subsumido realmente al ca-pital, si participa directamente del proceso devalorizacin de este mismo capital, entonces esun trabajo productivo.

    La clase trabajadora, los trabajadores delmundo en el cambio de siglo, son ms explo-tados, son ms fragmentados, son ms hete-rogneos, son ms diversificados, tambin enlo que se refiere a su actividad productiva: esun obrero o una obrera trabajando en el mediocon cuatro, cinco o ms mquinas. Estn des-provistos de derecho, su trabajo es desprovisto

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    de sentido, en conformidad con el carcter des-tructivo del capital, donde las relaciones meta-blicas bajo control del capital degradan no s-

    lo la naturaleza, llevando el mundo al borde dela catstrofe ambiental, sino que precarizantambin la fuerza humana que trabaja, desem-pleando o subempleandola, adems de intensi-ficar los niveles de explotacin.

    No podemos concordar, por lo tanto, con la te-sis del fin del trabajo y mucho menos con el finde la revolucin del trabajo. La emancipacinde nuestros das es centralmente una revolu-cin en eltrabajo, deltrabajo y por el trabajo.Pero es un emprendimiento social ms difcil,una vez que no es fcil rescatar el sentido depertenencia de clase, que el capital y sus for-

    mas de dominacin (incluyendo la decisiva es-fera de la cultura) procuran enmascarar y nu-blar.

    Durante la vigencia del taylorismo/fordismo, enel siglo XX, los trabajadores por cierto no eranhomogneos; siempre hubo hombres-trabajadores, mujeres-trabajadoras, jvenes-trabajadores, calificados y no-calificados, na-cionales e inmigrantes, etc. Esto es, las mlti-ples componentes que marcan la clase trabaja-dora. Es evidente tambin que, en el pasado yahaba tercerizacin (en general, los restauran-tes eran tercerizados, la limpieza era terceriza-

    da, el transporte colectivo, etc,). Se dio, entretanto una enorme intensificacin de este proce-so que alter su cualidad, haciendo aumentar eintensificar mucho los componentes anteriores.

    Al contrario del taylorismo y del fordismo (que,es bueno recordar, an est vigente en variaspartes del mundo, aunque de forma muchasveces hbrida o mezclada), en el toyotismo, enla versin japonesa, el trabajador se torna,como escrib en Adios al Trabajo?, undspota de s propio. Es instigado aautorecriminarse y a castigarse, si suproduccin no alcanza la llamada calidad total(esa falacia mistificadora del capital). l trabajaen un colectivo, en equipos o clulas deproduccin, y si un trabajador o una trabajadorano comparece al trabajo, sern castigados porlos propios miembros que forman su equipo. Esas en el ideario del toyotismo. Tal como lalgica de este ideario es concebida, lasresistencias, las rebeldas, los rechazos, soncompletamente rechazados, como atcitudescontrarias al buen desempeo de la empresa.Esto llev a que un conecido estudioso, Coriat,dijese positivamente que el toyotismo ejerce um

    compromiso incitado. Contraponindomefuertemente a eso, caracteriz esteprocedimento como el de un compromiso

    manipulado. Se trata de un momento efectivodel extraamientodel trabajo o, si prefieren, dela alienacin del trabajo que es, entre tanto,llevada al limite, interiorizada en el alma deltrabajador, donde este slo debe pensar en laproductividad, en la competitividad, comomejorar la produccin de la empresa, de suotra famlia. Doy un ejemplo elemental:cuntos pasos un trabajador conseguireducir para hacer su trabajo? Estos pasosreducidos, en una hora, significan tantos pasosen un da. Tantos pasos en un da, significantantos pasos en un mes. Y tantos pasos en unmes, significan tantos pasos en un ao. Tantospasos en un ao significan tantas piezasproducidas de ms , creandose un crculoinfernal de la desefectivacin y de ladeshumanizacin el trabajo: es el trabajadorpensando para el capital. As lo quiere eltoyotismo y sus variantes.

    Y hay an una cuestin muy importante: eltaylorismo y el fordismo tenan una concepcinmuy lineal, donde la Gerencia Cientficaelaboraba y el trabajador manual ejecutaba. Eltoyotismo percibi, entre tanto, que el saberintelectual del trabajo es mucho mayor del que

    el fordismo y el taylorismo imaginaban. Y queera preciso dejar que el saber intelectual deltrabajo floreciese y fuese tambin apropiadopor el capital. Lo que Jean Marie Vincent, entreotros, denomin como la fase de vigencia deltrabajo intelectual abstracto. Es, en nuestraformulacin, aquel momento en que el gasto deenerga, para recordar a Marx, se torna gastode energa intelectual, que el capital toyotizadoincentiva para tambin apropiarse de l, en unadimensin mucho ms profunda de lo que eltaylorismo y el fordismo hicieron. Solamente poreso es que el capital deja, durante un perodode la semana (en general una o dos horas), alos trabajadores aparentemente sin trabajar,discutiendo en los Crculos de Control de laCalidad. Porque son en estos momentos queflorecen las ideas de quien realiza a produccin

    incluso ms que los patrones dados por laGerencia Cientfica y el capital toyotizadosabe apropiarse intensamente de estadimensin intelectual del trabajo que emerge enel piso de la fbrica y que el taylorismo/fordismodespreciaba.

    Es evidente que, de este proceso que se ex-pande y se complejifica en los sectores de pun-

  • 8/3/2019 Antunes, Ricardo - Los Nuevos Proletarios Del Mundo en El Cambio de Siglo

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    Los nuevos proletarios del mund o en el camb io de siglo

    8EspaiMarx Noviembre 2000

    ta del proceso productivo (lo que no puede serhoy generalizado en hiptesis alguna) resultanmquinas ms inteligentes, que a su vez preci-

    san de trabajadores ms calificados, msaptos para operar con estas mquinas informa-tizadas. Y, en la procesualidad desencadenada,nuevas mquinas ms inteligentes pasan aproducir actividades anteriormente hechas ex-clusivamente por los hombres, desencadenn-dose un proceso de interaccin entre trabajovivo diferenciado y trabajo muerto ms informa-tizado. Lo que llev a Habermas a decir, en miopinin errneamente, que la ciencia se trans-formaba

    en la principal fuerza productiva, substituyendoy con eso eliminando la relevancia de la teo-ra del valor-trabajo. Al contrario, pienso que

    hay una nueva forma de interaccin del trabajovivo con el trabajo muerto, hay un proceso detecnologizacin de la cienciaque, entre tanto,no puede eliminar al trabajo vivo, aunque puedareducirlo, alterarlo, fragmentarlo. Pero la trage-dia del capital es que no puede suprimir defini-tivamente el trabajo vivo, no pudiendo, por lotanto, eliminar a la clase trabajadora. Entenderun poco de la conformacin de esta clase traba-

    jadora hoy, fue, entonces, lo que aqu procura-mos hacer.