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    DI:IEMBRE 1975i

    DE ESTUDIOS ALBACETENSES

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  • Trabajamos para Albacete.

    Nuestra obra cultural es una de las mltiples facetas de nuestra labor cotidiana: concursos artsticos, actos culturales, ediciones de libros, etc.

    Muna 0 y: 0%- - i Caja de Ahorros Provincia!

    Albacete

  • I ASI J Revista de Estudios Albacetenses

    AO 1 * NUMERO 1 * DICIEMBRE * 1975

    DIRECTOR: Francisco Fuster Ruiz

    SUBDIRECTOR: Aurelio Pretel Marn

    ADMINISTRADOR: Antonio Moreno Garca

    CONSEJO DE REDACCION: Domingo Henares Martnez, Miguel

    Panadero Moya, Eduardo Quijada Prez, Alfonso Santamara Conde, Samuel de los Santos Gallego. SECRETARIO DE REDACCION:

    Juan Jos Garca Bueno.

    Periodicidad: Trimestral

    Precio de suscripcin por un ao: 250 pesetas,

    ms gastos de envo.

    Precio del ejemplar suelto: 75 pesetas.

    C/c. en la Caja de Ahorros Provincial de Albace-

    te nm. 38.646 y en la Caja Postal de Ahorros, Correos, nm. 497.786.

    Administracin: Pedro Coca, 26 .3. lzda. Direcci,,n Postal: Apartado de Correos 404

    ALBACETE.

    Portada: Bombeo en "Tinajeros".

    La cabecera de esta publicacin fue descifrada

    de un documento rabe del ao 1268 por el

    profesor D. Miguel Cruz Hernndez, y caligra-

    fiada por D. Jos Garca Garca "Alif".

    SUMARIO

    pg.

    Contribucin a la Historia de

    las Aguas subterrneas de Al-

    bacete 4

    La iglesia de San Blas de Villa-

    rrobledo 15

    Albacete en los libros de la

    Guerra Civil Espaola 23

    Literatura popular en la pro-

    vincia de Albacete 45

    Sobre la arquitectura del siglo

    XVI en Albacete 56

    Un monumento medieval po-

    co conocido: la Torre de Gor-

    goj 74

    Bibliografa Albacetense 80

    Resea de libros 85

    Depsito Legal: AB- 614 -75 Antologa de poemas satricos Imprime: Artes Grficas Fuentes

    Marqus de Villores, 9. Albacete. - de Francisco Belmonte 89

    3

  • Con*ibucionff a: Historia,

    de. Aguas Subterrneas de Albacete

    Por Melchor Senent Alonso Ingeniero de Minas

    -.. e:-

  • En mi vida profesional, que se ha centrrdo hasta este momento en la investigacin de las aguas subterr-neas, he tenido ocasin de conocer una serie de circunstancias histricas sobre este tema. Quiero aprovechar la oportunidad que me brindan para darlas a conocer; pero no pretendo limitarme a una fra exposicin de hechos, ancdotas o datos, que en su momento constituyeron un hito en la historia de las aguas del subsuelo de Albacete, sino que quiero, adems, darles una justificacin cientfica y tcnica, en base a conocimientos que actualmente se poseen, lo que expli-car y justificar mejor algunas cir-cunstancias oscuras' para los no tc-nicos.

    Una constante histrica ha sido el confusionismo existente respecto a las posibilidades que en agua subterrnea tena el subsuelo de la provincia. De momentos de gran optimismo se pasa-ba a otros de fuerte pesimismo. Estos vaivenes de la opinin estaban condi-cionados por las opiniones de los con-siderados expertos de cada momento. Incluso hoy en da, con una concien-cia a nivel popular de que las aguas subterrneas representan algo impor-tante para Albacete, no se tiene una idea muy clara de sus recursos reales.

    NOTICIAS HISTORICAS DE LAS AGUAS SUBTERRANEAS DE ALBACETE

    Ya desde el siglo xvi se conoce la existencia de pozos, seguramente para abastecimiento humano, en los alrededores de la ciudad; pero las obras de captacin de aguas subterr-neas no adquirieron verdadera impor-tancia hasta el siglo xix. En 1868, en

    la obra Descripcin geolgico-minera de las provincias de Murcia y Alba-cele, del ingeniero de Minas don Fe-derico de Botella, se cita el primer sondeo artesiano de la provincia, y posiblemente de Espaa. Acerca de este sondeo se dice que fue realizado por don Luis de Escosura, estaba si-tuado en la estacin del ferrocarril, tena una profundidad de 87'65 me-tros y un nivel de agua surgente. Es curioso observar que este mismo autor habla ya de las magnficas posibilida-des hidrogeolgicas que en su opinin tienen los Llanos de Albacete.

    Histricamente es un hecho cons-tatado las frecuentes inundaciones que ha sufrido la ciudad y sus alrededo-res. Las causas, que pueden explicar-se gracias a los nuevos conceptos que se poseen en hidrogeologason, por una parte, las dbiles pendientes existentes en la zona, que favorecen la infiltra-cin del agua de lluvia, y, por oxtra, la existencia de una superficie piezo-mtrica muy alta (superficie del agua embalsada en el subsuelo), que incluso tena cotas superiores a las del suelo, como lo demuestra la en otro tiempo existente "Laguna del Salobral". Cir-cunstancias similares se producen ac-tualmente, aunque con menos grave-dad, en stanos y en reas cercanas a la capital. Estos hechos, paliados en gran parte por el Canal de Mara Cristina, se deben a que la superficie piezomtrica, o superficie del agua del embalse subterrneo, se encuentra a una cota muy prxima a la del sub-suelo, como consecuencia de la im-portante alimentacin que reciben los acuferos de las frecuentes lluvias de invierno y los aportes que, con cau-dales de crecida, proceden de los ros Jardn y Lezuza. Estas circunstancias fueron especialmente importantes en noviembre de 1972, y podran paliar-

  • se en gran medida con una limpieza frecuente del canal, evitando as la importante colmataci.n del lecho que en l se produce.

    En el futuro las fuertes explotacio-nes de aguas subterrneas previstas vaciarn, en parte y temporalmente, este, digmoslo as, embalse subterr-neo, evitando las inundaciones en otro tiempo tan importantes.

    ALBACETE NO EXISTIRIA HOY SI Ni SE HUBIERA REALIZADO EL CANAL DE MARIA CRISTINA

    Posiblemente Albacete no existira actualmente si el drenaje del manto acufero realizado por el Canal de Mara Cristina no se hubiese produci-do. Las permanentes zonas encharca-das que existan alrededor de fa ciu-dad antes de la construccin del Canal dieron lugar a enfermedades endmi-cas, como el paludismo y la fiebre tifoidea, que provocaron una impoi tante regresin por mortandad y cm-' gracin en la poblacin. Este Canal, que con diferentes alternativas y cu-riosas circunstancias histricas se cons-truy entre 1805 y 1829, recuper para Albacete una superficie de 8.680 hectreas y posibilit la vida en la ciudad al erradicar las frecuentes en-fermedades endmicas.

    Durante mucho tiempo, casi dos siglos, los problemas principales de los albacetenses fueron el drenaje del acu-fero mediante el Canal de Mara Cris-tina y abastecer a la ciudad con aguas de adecuada potabilidad.

    Albacete capital se ha abastecido siempre con aguas subterrneas. Du-rante el siglo xix los pozos, tan abun-

    dantes en sus alrededores, proporcio-naron el agua destinada al consumo humano. Sin embargo, durante este siglo esta fuente de abastecimiento tuvo grandes detractores, argumentan-do, por una parte, que el alto conte-nido en sales que contenan las haca impotables y, por otra, la elevada con-taminacin que posean. No podemos estar de acuerdo con la primera argu-mentacin, pues puede afirmarse que un exceso de sales hacen ms o me-nos agradable el sabor del agua, pero Jo que realmente importa para su uso, en la alimentacin humana, es la con-taminacin bacteriolgica. Las aguas subterrneas son bacteriolgicamente muy puras, pues el subsuelo es un magnfico filtro natural todava no su-perado por el hombre. Sin embargo, pensamos que la mala potabilidad del agua durante el siglo pasado fue de-bida a la gran contaminacin orgnica producida por el vertido de las aguas residuales en el subsuelo pozos ne-gros., dado que no exista red de alcantarillado y que la superficie del agua estaba muy prxima al suelo, lo que facilitaba su contaminacin.

    LOS ANTIGUOS METODOS PARA EL DESCUBRIMIENTO DE AGUAS SUBTERRNEAS

    En 1909 el Ayuntameinto de Pe-as de San Pedro presentaba una ins-tancia al Ministerio de Fomento soli-citando 1.000 pesetas para que don Francisco Garca Muoz, catedrtico de Geologa del Seminario Conciliar de Madrid, visitase varios puntos del trmino para descubrir aguas subte-rrneas con el aparato de su inven-cin y que se denominaba como "hi-droscopio terrestre". El seor Vidal, director de la Comisin del Mapa Geo-

  • lgico. organismo precursor del actual Instituo Geolgico y Minero de Es-paa, contest as:

    "Pensando que este seor es un farsante, esta direccin es del parecer que no puede acceder a lo que pide el Ayuntamiento de Peas de San Pe-dro y que debe recomendarle la ma-yor cautela entre las proposiciones que puedan presentarle los llamados 'hidrscopos', sobre todo cuando van acompaados por una fama no reco-nocida por centros o entidades de respet:.bilidad."

    Este caso, que podra plantearse hoy, no debera repetirse en el futuro. Nosotros, los que profesionalmente abordimos la investigacin de las aguas subterrneas desde un punto de vista cientficamente riguroso, nos si-tuamos junto con el director de la Comisn del Mapa Geolgico y re-comendamos la mayor cautela frente a todos aquellos mtodos o personas que no vayan avalados por una sol-vencia cientfica.

    Desgraciadamente, las aguas sub-terrneas se han visto, y todava se ven, rodeadas de un cierto misterio, que hace posible que an en nuestros das se pretenda localizar el agua uti-lizando una especie de varita mgica. Estos mtodos, que carecen de ade-cuada justificacin cientfica, es tema que deben estudiar los psiclogos.

    EN 1946 SE HIZO UN ESTUDIO PARA EL "ALUMBRAMIENTO DE AGUAS SUBTERRANEAS EN ALBACETE"

    A partir de principios de siglo el desarrollo de la geologa hace que empiecen a plantearse las bases de la

    actual hidrogeologa; as, en 1917, en el estudio hidrogolgico de la provin-cia de Alicante, realizado por Enrique Dupuy de Lome y Pedro Novo, se dice lo siguiente: "la hidrologa sub-terrnea de un pas se halla tan n-timamente relacionada con la estruc-tura geolgica del mismo, que para llevar a efecto un estudio serio en hidrologa es absolutamente necesario que vaya precedido del conocimiento, lo ms completo posible, de la geo-loga y estratigrafa detallada de la regin".

    En el marco de estas ideas empie-za sus trabajos Enrique Dupuy de Lo-me, que en 1946, en su estudio Alum-bramiento de aguas subterrneas en Albacete, recomienda comenzar la in-vestigacin de aguas subterrneas en la provincia de Albacete, indicando adems, tres zonas de mayor prefe-rencia:

    - Llanura de Albacete. - Cuenca de Almansa y bordes

    interiores de las alineaciones montaosas que la circundan.

    - Comarca de Helln.

    Estas zonas, recomendadas por Dupuy de Lome en 1946, se han visto confirmadas por la investigacin que realiza el estudio hidrogeolgico Ca-zorla-Helln-Yecla, contando con un equipo de medios y tcnicos poco co-rriente en nuestro pas.

    LA LABOR DEL I. N. C., HOY I. R. Y. D. A.

    Una aportacin importante al co-nocimiento de las aguas subterrneas de la provincia de Albacete ha sido la labor realizada por el Instituto Nacio-nal de Colonizacin, hoy I.R.Y.D.A., durante ms de treinta aos, y que se concret en 1961 con el aforo de

  • - '- -

    , - -

    8

  • 1.200 litros/segundo en la batera del Pasico, y la subsiguiente puesta en re-gado de 3.500 hectreas en la zona de Los Llanos. Detallar la labor rea-lizada por el I. N. C. exigira mucho espacio; sin embargo debe destacarse la conferencia que don Andrs Mur-cia Viudes pronunci el da 14 de diciembre de 1965 en la Delegacin Provincial de Sindicatos, bajo el tema "Investigacin de Aguas Subterr-neas para Riegos", donde explic con todo lujo de detalles los trabajos rea-lizados por dicho Instituto hasta ese momento. A partir de esta fecha, la ms estrecha colaboracin entre el Instituto Geolgico y Minero de Es-paa, organismo investigador por man-dato de las aguas subterrneas, y el Instituto Nacional de Colonizacin, organismo utilizador para riego de dichas aguas, dara lugar en 1969 al estudio hidrogeolgico Cazorla-Helln-Yecla. Desde este momento, y en estrecha colaboracin entre am-bos organismos, se viene realizando una vasta investigacin sobre todo el pas (Plan Nacional de Investigacin de Aguas Subterrneas, incluido den-tro del Plan de la Minera).

    Sin embargo, no adelantemos acon-tecimientos y volvamos al momento del aforo de la batera de sondeos, el Pasico, que dara lugar a la ms im-portante explotacin de aguas subte-rrneas realizada hasta el momento. Durante algunos aos, entre 1960 y 1965, Albacete vivi una poca de gran ilusin y esperanza respecto a sus aguas subterrneas. Se habl in-cluso de un ro Ebro que pasaba por el subsuelo. Evidentemente, no debe hablarse de ro subterrneo, puesto que este concepto no es ni siquiera aproximado a la circulacin de las aguas en el subsuelo, pues, como ya saben ustedes, el subsuelo se compor-

    ta ms bien como un almacn de agua o embalse subterrneo.

    LA DESILUSION DE LA PROVINCIA ANTE EL TRASVASE TAJO-SEGURA ACTIVO LA PUESTA EN MARCHA DEL ESTUDIO Hl DROGEOLOGICO ALTO JUCAR-ALTO SEGURA

    Las esperanzas de los albaceten-ses, despus de un perodo de desilu-sin respecto a las aguas subterrneas, se centraron en 1968 en el proyecta-do trasvase Tajo-Segura. Durante este ao fueron numerosos organismos pro-vinciales y regionales los que solicita-ron que Albacete fuese beneficiaria de las aguas trasvasadas, y la participa-cin en defensa de los intereses de Albacete fue numerosa, sobre todo al abrirse a informacin pblica el ante-proyecto del trasvase Tajo - Segura. Fue decisiva la actuacin del Consejo Sindical Provincial, Consejo Econmi-co Sindical Interprovincial del Sureste, Consejo Sindical Interprovincial de La Mancha, Consejo Provincial del Mo-vimiento y tantos otros; pero sobre todo debe destacarse la de la Dipu-tacin Provincial, en la persona de su presidente, y la de la C. 0. S. A. (C-mara Oficial Sindical Agraria). Esta inquietud provincial, junto a la pro-yectada investigacin de aguas subte-rrneas en la comarca Cazorla-Helln-Yecla en mayo de 1968. hizo posible que el 11 de abril de 1969 fuese apro-bado en Consejo de Ministros el es-tudio hidrogeolgico Cazorla-Helln-Yecla.

    -

    Este estudio naci como conse-cuencia de una colaboracin entre el Instituto Geolgico y Minero de Es-paa (1. G. M. E.) y el Instituto Na-

  • cional de Colonizacin (I.N.C., hoy I. R. Y. D. A.), que abarca una super-ficie de 30.000 kilmetros cuadrados, en los que se encuentra totalmente la provincia de Albacete y parte de las de Cuenca y Murcia. Las oficinas ope-racionales se establecieron en Helln de 1969 a 1972, y a partir de este ltimo ao, en que colabora como contratista la Empresa Nacional ADA-RO de Investigaciones Mineras, S. A., se trasladaron a Albacete. A partir de este momento, por ampliacin del rea de investigacin, el estudio pas a de-nominarse Estudio Hidrogeolgico Al-to Jcar-Alto Segura, pues el mbito de los trabajos se situaban sobre las cuencas altas de los ros Jcar y Se-gura. Los objetivos a groso modo han sido llegar a un conocimiento deta-llado de la hidrogeologa de la regin y poper en evidencia sus recursos en aguas subterrneas.

    LOS INMENSOS RECURSOS HIDROGEOLOGICOS DE LOS LLANOS DE ALBACETE

    En mayo de 1971 se dan a cono-cer, en las IV Jornadas Minero-Meta-lrgicas de Cartagena y en la comi-sin para el desarrollo de la Cuenca del Segura, la marcha de los trabajos; se definen los sistemas hidrogeolgi-cos regionales y la cuantificacin de sus posibilidades hdricas. Se puso de relieve la importancia de la unidad norte o sistema hidrogeolgico de Al-bacete. Para este sistema se han esti-mado unos recursos en aguas subte-rrneas de 350 hectmetros cbicos/ ao, lo que posibilitar la puesta en regado de unas 25.000 hectreas en Albacete y de unas 15.000 en Cuenca.

    La Ley del trasvase Tajo-Segura,

    aprobada en abril de 1971, dio una nueva dimensin al problema de las aguas subterrneas, puesto que en el artculo 3., prrafo 2. 0, se hace re-ferencia a las canalizaciones de los ros Lezuza y Don Juan y al estudio de los recursos hidrulicos totales de La Mancha. La canalizacin de estos ros sera muy perjudicial para la ali-mentacin de los acuferos de Los Llanos, pues los recursos en aguas subterrneas disminuiran entre 60 y 100 hectmetros cbicos/ao, al no infiltrarse en el subsuelo las aguas de estos ros. Por otra parte, el estudio de los recursos hidrulicos totales de La Mancha posibilitaba por mandato legal la actuacin del Ministerio de Obras Pblicas, con la consiguiente superposicin de cometidos y objeti-vos entre los emprendidos por los mi-nisterios de Industria y Agricultura, de una parte, y, de otra, el recin apro-bado del Ministerio de Obras Pblicas.

    LA LUCHA POR QUE EL AGUA SE QUEDE EN ALBACETE

    Durante el ao 1972 hacen apari-cin las mquinas de sondeos del Mi-nisterio de Obras Pblicas, que pro- - vocan una gran inquietud a nivel po.-pular. Las reacciones a nivel de la calle no se hacen esperar, y los me-dios de comunicacin se hacen eco de esta inquietud. Las gestiones del pre-sidente de la Hermandad de Labra-dores y de las autoridades provincia-les cerca de altos rganos de la Ad-ministracin aclaran dudas y dan la tranquilidad a los albacetenses. Sobre todo cuando en febrero de 1974 el gobernador civil hace pblica una no- - ta del director general de Obras Hi-drulicas en la que se dice: "No hay previsin alguna en el sentido de uti-

    lo

  • lizar aguas subterrneas de La Man-cha fuera del mbito local, en detri-mento de los potenciales usos en la zona."

    Una vez ms el desaliento mo-mentneo que haba atravesado Alba-cete ante la posible exportacin de sus aguas subterrneas, a travs del trasvase Tajo-Segura, habfa desapare-cido, y de nuevo se confiaba en las gestiones que se estaban realizando a travs del Comit para el aprovecha-miento de las aguas subterrneas, que se haba creado dentro del marco de la Comisin de Servicios Tcnicos.

    LA LABOR SOCIOAGRONOMICA DEL 1. R. Y. D. A.

    Mientras tanto, la investigacin hidrogeolgica, llevada a cabo por el Instituto Geolgico y Minero de Es-paa y el Instituto de Reforma y Des-arrollo Agrario, haba alcanzado los objetivos que se le encomendaron. Los resultados finales de este estudio se hicieron pblicos en Albacete en la conferencia pronunciada en la casa sindical el 11 de junio de 1973 por don Juan Coma, jefe de la Divisin

    Bombeo de ensayo Venta Galopas' (Almansa)

  • de A'uas Subterrneas del 1. G. M. E.

    El tema de las aguas subterrneas

    est candente en Albacete. FEI estado

    de conocimientos alcanzado por el Es-

    tudio Hidrogeolgico Alto Jcar-Alto

    Segura es suficiente para afrontar de

    forma inmediata la explotacin de sus

    aguas subterrneas. As, y en base a

    estos estudios, el Ministerio de Agri-

    cultura declara el 16 de enero de 1969

    la primera ampliacin de la zona de

    Los Llanos, y el 15 de marzo de

    1973 una ampli parte de la comarca

    Helln-Tobarra como zona de inters

    nacional. Posteriormente, el 28 de

    septiembre de 1973 se declara, como

    comarca de actuacin del I.R.Y.D.A.,

    la segunda ampliacin de la zona re-

    gable de Los Llanos, y recientemente, la zona regable de La Herrera. Todas

    estas acciones del I. R. Y. D. A. son

    la respuesta a la importante labor so-

    cioagronmica que tiene encomenda-

    da este organismo.

    En los ltimos aos se han inten-

    sificado las perforaciones y las pues-

    tas en regado, no slo por parte de

    la accin del Estado, sino tambin por

    la iniciativa privada. Es altamente es-

    peranzador que de 1969 a 1974 los

    agricultores de la provincia hayan afo-

    rado oficialmente y con registro en las

    Secciones de Minas del Ministerio de

    Industria 10.547 litros por segundo.

    HAY QUE PROGRAMAR

    LA EXPLOTACION

    DE LAS AGUAS

    DE ALBACETE PARA EVITAR QUE SE AGOTEN LAS RESERVAS

    Hay que prever grandes explota-

    ciones, que pueden llegar a los 300

    Hms. cbicos/ao, recursos mnimos

    del sistema hidrogeolgico de Albace-

    te, y, por tanto, las consecuencias de

    esta fuerte explotacin, programando

    los lugares y caudales a extraer.

    Desde un punto de vista tcnico,

    es conveniente diversificar las reas

    de explotacin, y como ello, aparte de

    una accin tcnica, lleva otra poltica,

    sera aconsejable un estrecho contac-

    to de los tcnicos con economistas y expertos de la Diputacin, sindicatos

    y organismos directamepte implicados

    en los temas de desarrollo regional.

    Ello permitira el establecimiento de

    un esquema director que, partiendo

    del anlisis de todos aquellos aspec-

    tos tcnicos, agronmicos, sociales y

    econmicos sobre la utilizacin del ' agua, permita evaluar las necesidades

    y elegir, despus del estudio de las

    distintas opciones, la que permita sa-

    tisfacerlas de la forma ms adecuada.

    Todo esto, que sera perfecto desde

    un punto de vista tcnico, no garan-

    tizara, dado que los recursos son limi-tados aunque grandes, que se cayera

    en la sobreexplotacin, es decir, en

    una explotacin que agotara las re-

    servas y que ha dado en llamarse

    explotacin "minera" del agua. Para

    garantizar este patrimonio que cons-

    tituyen los caudales alumbrados es

    12

  • necesario crear una normativa com-plementaria que, contemplando el pro-blema como un todo, ya que todas las explotaciones se realizan sobre un mismo acufero, evite la sobreexplo-tacin.

    Como miembro del comit para el aprovechamiento de las aguas subte-

    rrneas, y conociendo la labor que se est llevando a cabo, estoy muy ilu-sionado y esperanzado en que muy pronto los frutos de este importante recurso del subsuelo de Albacete sean una realidad, que contribuyan al de-finitivo despegue econmico de nues-tra querida provincia.

    M.S.A.

    13

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  • La Iglesia de San Blas de Villarrobiedo Por Luis Guillermo Garca-Sauco B. (Fotos: Santiago Vico Monteoliva)

    Portada gtica Reyes Catlicos de la parte de la iglesia vieja.

  • Una de las obras arquitectnicas que ms seriamente meiecen un estu-dio de nuestra provincia es, desde lue-go, la iglesia arciprestal de San Blas, de Villarrobledo. Ni siquiera Chueca Goitia en su tomo del Ars Hispaniae, dedicado a arquitectura del siglo xvi, la cita, y no por ello deja de tener inters (1).

    LA IGLESIA, INACABADA, SE CONSTRUYO EN EL LUGAR DE OTRA MAS ANTIGUA

    La obra, como otras tantas del momento, entre ellas nuestra catedral de Albacete, se levanta en el mismo lugar que otra anterior bajo la misma advocacin. Para ello se comenz por derribar la cabecera de aquella vieja iglesia, que sera del siglo xiv e in-cluso posterior. Se levant un gran bside poligonal, pilares, pilastras, mu-ros perimetrales, bvedas... Una gran obra de aspecto catedralicio, que se ira construyendo a lo largo del si-glo xvi. Sin embargo, a fines de este siglo las obras quedaron interrumpi-das a la altura de los terceros pilares. Provisionalmente, y por la parte oes-te, se levantaron unas tapis para ce-rrar la iglesia, quedando embutidos en ellas esos terceros pilares, como toda-va hoy lo podemos ver. Ahora bien, a los pies de la iglesia quedaron res-tos de la primitiva, reflejados en la portada gtico-flamgera y en la ac-tual torre, que se levanta, maciza y poderosa, en el lado occidental.

    Desgraciadamente no tenemos no-ticias documentales, de momento, para saber los maestros (2) que trabajaran en la obra del edificio, ya que el "libro de fbrica", como los parroquiales, desaparecieron, y el Archivo de Pro-tocolos de Villarrobledo, actualmente

    en el Archivo Histrico Provincial, es demasiado tardo para lo que nos in-teresa.

    ESTUDIO ESTILISTICO DEL EDIFICIO

    As que, fuera de todo condicio-namiento, entraremos al estudio de la iglesia. Las piedras mismas nos dirn, a travs de su estudio estilstico, las fases constructivas del edificio.

    Por el aspecto de la obra, consi-deramos, como hemos dicho anterior-mente, que la obra comenzara en el siglo xvi, a fines del primer cuarto, unos, pocos, aos posterior al inicio de las obras de San Juan Bautista de Albacete, ya que en Villarrobledo apa-recen en las pilastras laterales unos capiteles corintios, que anuncian el Renacimiento, mientras que en Alba-cete los capiteles correspondientes a ese mismo lugar, corridos y sin deco-racin, nos hablan de unas fechas an-teriores, 1515, segn Mateos y Sotos (Templo parroquial de San Juan Bau-tista de Albacete, Anales del Semir'a-rio de Historia y Arqueologa de Al-bacete, 1951). Entonces se hara el diseo general del edificio.

    Se levanta el bside, de planta semi-exagonal, y el primer tramo, todo segn las normas gticas; unos pilares

    (1) Chueca Goitia, F.: Arquitectura del siglo XV!, tomo XI, "Ars Hispaniae", Madrid, 1953.

    (2) La presencia de un maestro de Eci-ja que diriga las obras de la iglesia, as como las de Argamasilla de Alba y Alba-cete, apuntada por Agustn Sandoval (His-toria de mi pueblo..., Albacete, 1961), es hipottica y no confirmable en el caso de la de Albacete.

    16

  • complicados (3v, formados por haces de columnillas o baquetones, con sus pilastras correspondientes, muros, con-trafuertes, ventanales geminados y to-do cubierto por tres bellsimas bve-das de crucera de complicada nerva-dura, todo segn los caracteres del gtico de ltima hora. Sin embargo, aqu queda la primera fase construc-tiva del edificio; quiz causas econ-micas o sociales impidieron, de mo-mento, continuar la obra. Quedaba todava mucho por hacer!

    Esta interrupcin durara algunos aos, los suficientes para que el nue-vo estilo venido de Italia, el Renaci-miento, en su dimensin manierista, triunfara plenamente en lugares ale-jados de los centros artsticos del

    momento, como era el caso de Villa-rrobledo.

    EL SEGUNDO Y TERCER TRAMOS DE LA IGLESIA

    As, hacia 1550-1560 se reanu-dara la obra, con un cambio de crite-rio formal. Se contina demoliendo la iglesia antigua y levantando lo nuevo. Los sillares, obra de buenos canteros, se tallan perfectamente; se disean unos nuevos pilares, ya no gticos, sino en el nuevo estilo, cilndricos, con

    (3) Estos pilares semejantes a los que en Albacete existan antes de 1538 (vid. rey. "Feria", 1973: En torno a las colum-nas de la catedral, L. G. G. S.).

    Interior, el primer tramo, gtico, y segundos pilares, renacentistas.

    17

  • 7

    ..

    _ 1I.-'_ -

    Portada lateral Sur. Se puede observar a la izquierda la parte inacabada. 18

  • cuatro pilastras cajeadas, recorriendo el fuste.

    El capitel es interesante de todo punto, ya que ste es una mezcla de capitel y entablamento clsicos unidos, todo corrido; rosetas y elementos geo-mtricos lo rodean; por ltimo, den-tellones, ovas y flechas forman una especie de cornisa en ese extrao ca-pitel. Los pilares adosados a los mu-ros son semejantes a los exentos. Se levantan dos capillas entre los contra-fuertes (4); stas, an cubiertas por bvedas de crucera, pero alentadas de un nuevo estilo, el Renacimiento. Los ventanales, como en el primer tramo, con parteluz central, pero ahora con unas columnillas jnicas y corintias.

    As quedan construidos el segundo y tercer tramos de la iglesia.

    INFLUENCIAS VANDELVIRESCAS

    En cuanto a los pilares, son muy interesantes, ya que estn dentro del circulo de lo vandelviresco, especial-mente relacionados con los de la igle-sia de Villacarrillo (Jan), aunque en aqullos se sustituyen las cuatro pi-lastras alargadas por otras tantas co-lumnillas; sin embargo, formalmente vienen a ser muy parecidos.

    En el tercer tramo se levantaran las portadas norte y sur (la primera no se llegara a terminar nunca), en-marcadas ambas por un arco-solio casetonado entre los contrafuertes ex-teriores.

    La portada sur est admirablemen-te dibujada al modo de Vandelvira, de formas puristas, con dos cuerpos; el primero como arco de triunfo ro-mano y dos columnas toscanas a cada lado. Objeto de inters es el capitel,

    que aparece corrido y comn a las dos columnas. El friso se decora a base de metopas; los triglifos no aparecen materialmente, sino que el annimo artista del crculo de Vandelvira, o Vandelvira mismo quiz, los quiere sugerir solamente; esto son anotacio-nes todas eminentemente manieristas.

    El segundo cuerpo, de menores proporciones, est formado por otro par de columnas toscanas a cada lado; sobre el arco de la puerta, en este segundo cuerpo, una gran cartela lisa pone una nota de quietud y sobrie-dad a toda la obra. Por ltimo, la portada se corona con sendos escu-dos con "putti" tenantes, algo tam-bin frecuente en la obra de Vandel-vira, y tondos con bustos en relieve a cada lado; al centro, una venera con la escultura de una Virgen, la de San-ta Mara del Ppulo. Toda la portada se presenta con una contencin deco-rativa admirable.

    LA OBRA SE INTERRUMPIO CUANDO AUN FALTABAN DOS TRAMOS

    Tristemente, a fines del siglo xvi la obra se interrumpe, cuando todava quedaban dos tramos por terminar. Sin embargo, la alberca (muros peri-metrales) se dejaron a media altura; iniciada, incluso, la fachada oeste, la principal. Una gran torre se levanta-ra en el flanco sur, a la altura del quinto tramo, donde ira la capilla del bautismo, que se lleg a construir en su primer cuerpo, pero que hoy ya no existe; todava se conserva, en cam-bio, una interesante escalera de ca-racol.

    (4) La capilla del lado de la epstola, segn A. Sandoval (op. cit.), muestra en la clave de la bveda las armas de la familia Tllez.

  • Portada latera! Norte.

  • Como decamos, estos dos ltimos tramos no se llegaron a construir. Sin embargo, los muros levantados a mi-tad de altura presentan en su interior, en lo que hoy es un abandonado pa-tio en la zona sur, el arranque de un pilar adosado y una capilla lateral, todo medio construido, con aspecto de ruina arqueolgica.

    Por ltimo diremos que las bve-das de los tramos segundo y tercero son de ladrillo y yeso, obra probable-mente de fines del siglo xvii, y no merecen especial atencin.

    En los aos 1940 el arquitecto de la Archidicesis de Toledo, seor Mu-guruza, hizo un proyecto para la ter-minacin de esta iglesia; sin embargo tiene algunos "pastiches" que deberan ser subsanados si alguna vez se deci-diera terminar la obra (5).

    Espacialmente, el tipo de iglesia que nos ocupa responde a algo que es frecuente en nuestra regin: las "Hallenkirchen", iglesias de planta de

    saln, de tres naves cubiertas a la misma altura, de planta rectangular y normalmente sin nave de crucero. Obra semejante tambin es la catedral de Albacete.

    Esta iglesia de San Blas de Villa-rrobledo qued inconclusa, como mu-chas de ese tipo repartidas en dife-rentes zonas de Espaa. Por qu? Quiz la debilitacin econmica de fines del siglo xvi, la expulsin de los moriscos de principios del siglo xvii. Es algo todava io contestado, pero quiz intuible. Los cabildos civiles y eclesisticos del momento intentaron levantar simples parroquias con aspec-to de grandes catedrales y no se pudo despus afrontar los grandes proble-mas econmicos que se planteaban.

    L. G.-G.-s.

    (5) "Memoria del proyecto de termi-nacin de la iglesia de Villarrobledo", Ma-drid, 1941. El presupuesto ascenda a la suma de 2.376.975'80 pesetas. Hoy est en el Ayuntamiento de Villarrobledo,

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  • INCILIA = = r = i c ri

    godofredo gimnez

    MUEBLES DE DISEO

    COMPLEMENTOS DE DECORACION

    OBJETOS DE REGALO

    PROYECTOS

    INSTALACIONES

    DIONISIO GUARDIOLA. 10 TELEFONO 21 33 37 ALBACETE

  • a

    AlbaceteAlbacete10- Sm libros de la GuerraJfl. espano&.

    tor Francisco Fuster

    .

    Un aspecto urbano del Albacete que conocieron los voluntarios internacio-nales. Al fondo, el Gran Hotel, de estilo, segn Cedil Eby, 'Tm-desicle Montecarlo" y que contribua a hacer de Alb*te-para los norteamerica-nos, "el lugar ms horrible que haban visto nunca".

  • 2

    CecH Eby y su malintencionada visin de Albacete

    Cecil Eby es un profesor universi-tario norteamericano que ha venido a Espaa en dos ocasiones para ocu-par el puesto de profesor en Univer-sidades espaolas (Salamanca y Va-lencia), bajo el programa Fulbright. En ambos viajes ha aprovechado el tiempo para escribir dos libros sobre la guerra civil espaola: "The Siege of Alczar" (El asedio del Alczar) y "Between the Buliet and the Lic" ("Entre la bala y la mentira", titula-do entre nosotros "Voluntarios nor-teamericanos en la guerra civil espa-ola", Barcelona, Ediciones Acervo, 1974). Como es natural, el actual profesor de ingls en la Universidad de Michigan, para la preparacin de su libro, debi visitar Albacete y los campos de entrenamiento de los vo-luntarios norteamericanos: Villanueva de la Jara y Tarazona de la Mancha. El resultado de su visita es una im-presin despreciativa de Albacete, co-mo veremos a continuacin.

    "ALBACETE ERA EL LUGAR MAS HORRIBLE QUE HABlAN

    VISTO NUNCA"

    En el primer captulo va contando las experiencias de los voluntarios norteamericanos en su viaje desde Nueva York a Albacete. En el tren que los acercaba a la Mancha, los voluntarios parecen sobrecogerse ante el paisaje albaceteo, despus de la risuea contemplacin de las huertas valencianas:

    "A la gris claridad del alba con-templaron con ojos embotados por la

    falta de sueo una llanura que recor-daba los desiertos africanos. Haba campos en los que no pareca crecer nada y ocasionales aldeas en las que no pareca hacerse nada. Cuando el tren se detena junto a un racimo de tejados bajo los cuales deban cobi-jarse seres humanos, un tropel de chi-quillos corra hacia el andn, no para bombardearlos con naranjas y almen-dras, sino para mendigar tabaco, pan y dinero. La Espaa romntica haba quedado atrs. Los voluntarios ha-ban venido para encontrar y redimir aquellas mseras aldeas y aquellas vi-das esculidas. Aunque sus corazones estaban ms llenos que sus bolsillos, siempre haba algo que casar a tra-vs de la ventanilla del tren."

    Hasta aqu, al parecer, todo correc-to. La visin de la llanura albaceten-se, despus de la contemplacin de las huertas valencianas, puede orodu-cir estos resultados pesimistas, aun-que no creo del todo eso de las mul-titudes nedigeas en las estaciones albacetenses, vor lo menos en aquel primer invierno de la guerra, cuando an estaba reciente la cosecha del ao anterior. Ms tarde s que seran fre-cuentes estos espectculos, que des-pus de tantos aos puede uno figu-rarse, literariamente, con tintes melo-dramticos, como sucede con Cecil Eby. Sin embargo la opinin de este autor se har an ms despreciativa en la descripcin de la ciudad de Al-baete:

    "A las diez de la maana del 8 de enero, los primeros voluntarios norte-americanos llegaron a Albacete, cen-

    24

  • Un reciente libro de un profesor norteamericano, que, aparte de con-tener bastantes lagunas historiogrfi-cas, lanza unas cuantas apreciaciones injustas y malintencionadas sobre Al-bacete.

    tro mundial del azafrn y cuartel ge-neral de las Brigadas Internaciona-les... Albacete era una capital de provincia que pareca haber sido construida por arquitectos aficiona-dos, todos ellos con gustos distintos. En el ncleo interior de la ciudad, por ejemplo, la estacin del ferroca-rril era de estilo Federal Wlliams-burg, el Gran Hotel fin-de-sicle Montecarlo, y la Guardia Nacional (Cuartel de la Guardia Civil) Gtico West Point. Ms all se extendan los barrios obreros, de estilo ms unifor-me, Suburbio Castellano. Los nortea-mericanos decidieron rpidamente que era el lugar ms horrible que ha-ban visto nunca... Durante unos das, los reclutas hicieron la instruccin en el ruedo de la plaza de toros de Al-bacete, una caprichosa estructura si-tuada en las afueras de la ciudad, que pareca haber sido exprimida de la manga de adornar de un pastelero."

    Desde luego estos prrafos son co-mo para hacer conmover en sus tum-bas a aquellos arquitectos que, con su buena voluntad y su arte, colabo-raron tan activamente en el engran-decimiento de Albacete, logrando crear una ciudad que, si no era mo-delo de urbanizacin, por lo menos era una ciudad digna, y no tan horri-ble como pretende este malintencio-nado escritor norteamericano.

    LAS BRIGADAS INTERNACIO- NALES Y EL DERECHO DE PER- NADA SOBRE LAS MUCHACHAS

    DE ALBACETE

    La opinin despreciativa de Cecil Eby sobre el Albacete de la guerra, no basada en recuerdos personales de aquellos aos terribles sino en supo-siciones literarias del peor estilo des-pus de una visita posterior, se dirige

    -

    25

  • tambin a otras coas de nuestra ciu-dad, incluidas su pavimentacin, el coac local, las navajas e incluso las prostitutas del Alto de la Villa:

    "En su tiempo libre, los reclutas recorran la ciudad, que se converta en un mar de barro en cuanto caan cuatro gotas. Probaron el coac local, M que se deca que se obtena desti-lando aceite de oliva rancio y gasoli-na pobre en octanos a partes iguales. Y compraron la especialidad local, unas navajas con bonitos mangos de madreperla y hojas de la peor cali-dad. Haba pocas cosas ms que com-prar, a menos que se deseara hacer cola delante de una casa del barrio chino; pero el gnero femenino que all se venda, recuerda un volunta-rio, era "horroroso". Particularmente despus de haber estado en El Havre. En Albacete, la jerarqua El hospe-dada en el Gran Hotel tena derecho de pernada sobre toda muchacha ase-quible que poseyera belleza o tempe-ramento. Circulaba incluso el rumor de que Andr Marty tena un harn privado en un chalet en las afueras de la ciudad. En realidad, nadie pa-reca creerlo, pero disfrutaban pen-sando en ello."

    Como es natural, yo no voy a com-batir aqu estas apreciaciones, injus-tas o no, sobre la arquitectura, el ur-banismo y los productos locales de consumo del Albacete de la guerra, incluidas las orostitutas. Estas cues-tiones estticas o comerciales son muy subjetivas, y cada uno es dueo de tener sus propias opiniones sobre las mismas. Lo que s discuto es la mala intencin del autor, despreciativa en grado sumo hacia las cosas de Alba-cete. Y sobre todo, lo que s tengo que discutirle y con toda la razn del mundo, son sus apreciaciones err-

    neas sobre cuestiones histricas.

    De dnde se saca la informacin de que "la jerarqua BI hospedada en el Gran Hotel tena derecho de per-nada sobre toda muchacha asequible que poseyera belleza o temperamen-to"? En primer lugar, la jerarqua de las Brigadas Internacionales no se hospedaba en el Gran Hotel (aunque algunas habitaciones del mismo esta-ban destinadas a las BI) sino en otros diferentes locales requisados, entre ellos el Convento de las Dominicas, donde tena su cuartel general Andr Marty. Y en segundo lugar, las Bri-gadas Internacionales, que se gober-naban con una disciplina muy rgida sobre todo por cuestiones de presti-gio y de propaganda poltica, mantu-vieron unas relaciones totalmente co-rrectas con la poblacin civil albace-tense, y sobre todo con el elemento femenino decente. Pudo haber algu-na extralimitacin, pero en casos muy aislados, castigados despus severa-mente; y el ambiente de Albacete era el normal y corriente en una ciudad con una numerosa poblacin militar. Cecil Eby, al decir lo del "derecho de pernada" cae en la fcil suposi-cin literaria, carente de rigor hist-rico, y sobre todo olvida distinguir entre prostitutas y mujeres decentes. Y tambin es muy discutible que ese clsico derecho feudal espaol pudie-ra mantenerse en el caso de las mu-jeres de la vida, aunque todo es posi-ble porque en ese terreno el dinero lo puede todo, y la jerarqua de las Bri-gadas Internacionales manejaba mu-cho. Lo que desde luego es innegable es que si ejercan ese derecho sobre las prostitutas, lo cual es muy discu-tible, sera tan slo por este podero monetario, ya que en Albacete exis-tan tambin otras jerarquas milita-res epaolas que no se dejaran pisar

    26

  • en este terreno.

    EXAGERACION DEL PODERlO DE ANDRE MABTY Y DE LOS JEFES DE LAS BRIGADAS IN-

    TERNACIONALES

    Pero sigamos. Cecil Eby sigue ha-ciendo nuevas afirmaciones gratuitas: "El lugar ms deprimente de Albace-te era quizs la Plaza del Altozano. Los edificios municipales y provin-ciales haban sido requisados por los burcratas de la Brigrada, unos hom-bres ceudos, embutidos en impea-bIes uniformes y en perpetuo movi-miento." Todo en este prrafo es errneo, incluido el que el Altoano fuera el lugar ms deprimente de Al-bacete. Los edificios municipales y provinciales (los palacios del Ayunta-miento y de la Diputacin), como es natural, no haban sido requisados

    por los burcratas de la Brigada ni por nadie. Estos edificios, durante to-da la guerra, siguieron prestando sus servicios normales a las corporacio-nes locales a quienes pertenecan. Las Brigadas Internacionales, en el Alto-zano, tan slo poseyeron el Crculo Mercantil e Industrial y el Caf Al-bacete, situado donde ahora hay una ferretera, junto al Ayuntamiento. Y estos dos edificios no eran en absolu-to municipales ni provinciales. Por otro lado los burcratas de la Briga-da, por muy ceudos que fueran y por muchos uniformes impecables que gastaran, no tenan poder para requi-sar ningn edificio. Eran las autorida-des espaolas republicanas quienes les asignaban los edificios que deban de ocupar.

    Tambin es errnea la siguiente afirmacin de Cecil Eby: "En Alba-cete slo haba un hombre con voto

    La calle del Marqus de Molns por los aos 30. Otro aspecto urbano de Albacete, tel lugar ms horrible que haban visto nunca) los voluntarios norte-americanos.

    27

  • decisivo: Andr Marty, zar impuesto por los Soviets, gran mariscal de las Brigadas Internacionales". El famoso comunista francs, que por supuesto no era gran mariscal de las BI, tena mucho poder, es cierto, en la base in-ternacional, pero no en general sobre la ciudad de Albacete. Y si no que se lo pregunten al gobernador civil de entonces, Justo Martnez Amutio, que ha escrito un libro para poder de-mostrar lo contrario.

    EL TOPICO DE LA SANGRE EN EL CUARTEL DE LA GUARDIA

    CIVIL

    Pero en este mismo captulo l. del libro de Cecil Eby hay otras afir-maciones que faltan gravemente a la verdad histrica y que desmuestran el total desconocimiento del autor so-bre lo que realmente pas en Albace-

    te durante la guerra: "Su cuartel ha-ba albergado en otro tiempo a la considerada como reaccionaria fuerza de polica rural, la temida Guardia Civil. Durante la primera semana de guerra, el cuartel fue escenario de una enconada lucha. Los guardias se ha-ban atrincherado en el edificio y contuvieron a la milicia republicana por espacio de ocho das, pero final-mente sucumbieron a la fuerza del nmero."

    De aqu puede sacarse fcilmente el error de creer que el cuartel de la Guardia Civil de Albacete fue como otro Alczar de Toledo, y que alber-g durante los ocho das del alza-miento a las fuerzas de la Guardia Civil sitiadas por la poblacin. Cecil Eby, al redactar esto, deba estar con-dicionado por la impresin del asunto de su primer libro sobre la guerra y pretende trasladar a Albacete el mis-

    La Plaza de Toros de Albacete tal y como la conocieron los voluntarios internacionales. Segn Cecil Eby, era una caprichosa estructura, que pareca haber sido exprimida de la manga de adornar de un pasteleros.

    28

  • mo am&iente de Toledo. Sin embargo la verdad es que las fuerzas del alza-miento de Albacete, que como ya vi-mos no estaban formadas tan slo por los guardias civiles, dominaron du-rante toda la semana en todos los puntos estratgicos de la provincia y tan slo se atrincheraron en el Cuar-tel de la Guardia Civil en los ltimos momentos de la lucha final, el 25 de julio, donde se rindieron a las fuerzas militares y a las Milicias Populares que ocuparon Albacete en nombre de la Repblica.

    Y sigue diciendo Mster Eby: "En las paredes interiores veanse an los impactos de las balas, y el suelo esta-ba manchado de sangre. Dado que aquellas eran las primeras huellas de la guerra que los norteamericanos vean, las examinaron minuciosamen-te. Acerca de las manchas de sangre circulaban dos versiones: unos opina-ban que la Guardia Civil haba asesi-nado a sus rehenes, y otros suponan que los atacantes haban asesinado a

    los guardias. Teniendo en cuenta la violencia fratricida de la Guerra Civil Espaola, las dos versiones eran igualmente plausibles. Aceptar una de ellas no exclua la aceptacin de la otra..."

    El dato macabro de la sangre en el cuartel de la Guardia Civil de Alba-cete ha sido repetido exhaustivamente en todos los trabajos sobre las Briga-das Internacionales a partir del libro testimonial de Nick Gillain. Sin em-bargo, de las dos versiones que indi-ca Cecil Eby, todos los autores, in-cluyendo a los ms opuestos al signi-ficado de la Guardia Civil, como pue-de serlo Hugh Thomas, se han incli-nado tan slo por la segunda, como la de mayores visos de historicidad. La Guardia Civil no lleg a matar, durante la semana del alzamiento, a ninguno de sus detenidos no rehe-nes, y stos no estaban en el Cuar-tel sino en la Prisin Provincial de Albacete. Lo de la orimera versin es tan slo otra teora gratuita de Cecil

    El antiguo Cuartel de la Guardia Civil, al que el profesor norteamericano atribuye unas peregrinas conclusiones histricas.

    29

  • Eby, para demostrar un punto de ori-ginalidad en el macabro episodio, tan repetido bibliogrficamente.

    Y no quiero seguir comentando este libro. Como botn de muestra

    valga lo que su autor ha dicho sobre nuestra ciudad. Historiadores y crti-cos ms preparados podran decirnos si el resto de sus pginas contiene ele-mentos historiogrficos ms valiosos que los expuestos sobre Albacete.

    3

    Martnez Amutio, el Sheriff- terrible de Albacete Cludad sin Ley-

    TAJE A ,id LIJ Idi']

    Naci el 18 de octubre de 1896 en Rincn de Solo (Logroo). auncy se traslada muy joven a Bilbao, donde inicia sus actividades profesionales en la rama de la metalurgia, obteniendo el titulo de petiso industrial y luego el de proyectista.

    Ya en el ao 1914 se afilie a la U.G.T. y alas Juventudes Socialistas de Bil-bao, cii donde empin,,aaacluar como militante de dichas organizaciones, lo que da lugpr a que sea desterrado por el gobernador civil-militar de San Se-bastin en el ao 1924.

    Al producirse la sublevacin militar el 18 de julio de 1936, por su condicin de ilirigente de la Federacin Socia-lista Valenciana, pasa a formar parte de la Comandancia Provincial de Mi-licias, y, neguidatnente por indicacin de Prieto, a la Comisin de Industrias de Guerra, delegado por la zona de Levante.

    Al formar gobierno Largo Caballe-ro, el 19 de noviembre de 1936, sr le designa gobernador civil de la provin-cia de Albacete, y con jurisdiccin es-pecial -b 'los Gobiernos Civiles de Ciudad Real, Murcia y la nona sur de Cuenca, que integraban la nueva Di-visin orgnica, con sede en Albace-

    30

  • Despus de leer atentamente su libro y las entrevistas periodsticas que le hicieron, y despus, sobre todo, de haber conversado con l durante ms de tres horas, la impresin que me produce don Justo Martnez Amutio, el que fue primer gobernador socia-lista de Albacete durante la guerra civil espaola, es la de que l est convencido de que fue algo as como un "sheriff" justiciero y terrible, el nico capaz de pacificar aquella indo-mable y sanguinaria "Albacete, ciu-dad sin ley" de finales de 1936.

    Hay dos fuentes principales y quiz nicas para conocer el pen-samiento y los recuerdos personales de Martnez Amutio en su etapa his-trica como gobernador civil de Al-bacete. La primera y principal es su libro Chantaje a un pueblo (Madrid, G. del Toro, 1974), premiado con 600.000 pesetas en un concurso de "Memorias de la guerra civil espao-la, 1936-39". La segunda es la entre-vista publicada en siete captulos en "La Voz de Albacete" (17 a 24 de marzo de 1974), realizada por el co-laborador de este peridico Sebastin Moreno Tamayo. Las incongruencias e inexactitudes no faltan en el libro, pero, como es natural, abundan ms en la entrevista. Voy a intentar clari-ficar algunas de ellas, contenidas en ambos textos, empezando por la ma-nifiesta actitud del antiguo gobernador de Albacete de hacetse pasar por un hombre de hierro, que tena a nuestra provincia en un puo, totalmente do-minada y a sus rdenes.

    ALGUNAS CURIOSAS DECLARACIONES DE MARTNEZ AMUTIO

    Esta actitud se desprende clara-mente de algunas curiosas declaracio-

    nes del antiguo gobernador al colabo-rador del peridico albacetense. He aqu algunas de las ms sabrosas:

    "La situacin (de Albacete) era de verdadero caos. Aquello era un cantn sovitico, un cantn de las Bri-gadas Internacionales. La vigilancia por Ja noche, incluso, la hacan las Brigadas. Por otro lado, la gente es-taba indignada con el drama de sep-tiembre. Era Albacete un desastre."

    "Cuando me nombraron goberna-dor de Albacete me propuse llevar la tranquilidad y el orden al pueblo al-baceteo, acabar con aquel caos y con aquel terror que haba visto."

    "A las tres de la tarde le daba los primeros puetazos a un to en el Gobierno y lo expulsaba violentamen-te de mi despacho. Figrese qu de-but tuve."

    "Al da siguiente de llegar a Alba-cete, establecimos una especie de pac-to con los 'Internacionales'. Es decir, lo que ellos deban hacer y lo que no deban hacer. Que la autoridad ra-mos el general de la Divisin y yo, y nadie ms."

    "Tuve que meter en cintura a mu-cha gente para imponer mi autoridad."

    "Una de mis primeras medidas en un informe al Gobierno, dije: 'Hay que descongestionar esto de 'interna-cionales'. Aqu una vez que los clasi-fiquen, deben salir inmediatamente a los pueblos. Su sola presencia pertur-ba a la poblacin."

    "Los de las Brigadas Internacio-nales se dieron cuenta de que yo era duro de pelar y entonces recularon. Cuando empez todo a definirse fue cuando los fusilamientos de Pozo Ru-bio. Cuando me enter se arm la de

    31

  • Dios es Cristo. Entonces fue cuando me enfrent con Marty. Yo le dije: 'El primer caso de estos que se d, t lo seguirs.' Y me contest: 'Muy se-guro ests.' Yo le repliqu: 'Estoy seguro porque tengo mucha gente, muy buena, detrs. Ten cuidado y no vuelvas a hacer esto.'."

    "Marty, mientras yo estuve en Al-bacete, no fusil a nadie ms."

    "(Los internacionales) se portaron correctamente. Tenan la advertencia de que lo iban a pasar muy mal si no lo hacan."

    "Marty me tom miedo. Ya le digo a usted que no hay nadie que pueda probar que fusil a alguien en la zona ma. Tena yo los destacamen-tos y los alcaldes que me avisaban in-mediatamente de cualquier alteracin."

    "A... dos 'Internacionales' los ex-pulsamos de Espaa en unas expedi-ciones que yo iba formando y a... otros los mand a Castelln. Yo tena UnOS guardias de Asalto y una Poli- ca magnficos. All no se toleraba un desmn. Ni a coroneles, ni comandan-tes, ni nadie. A Albacete le tomaron pnico los aventureros."

    "All fue donde par los pies a Marty y a su cuadrilla."

    "All, en Pozo Rubio, se marc cmo haban de actuar los 'Interna-cionales' en Albacete. Dentro de los cuarteles mandaran ellos, pero fuera era yo. En fin, de cuando en cuando algn borracho, pero yo form una buena vigilancia."

    "Creo que pude poner orden y acabar con aquella banda de hampo-nes una veintena que se aduea-ron de todo."

    "Reun a los dos das de llegar, a

    todos los gobernadores (sic) de los pueblos y les dije: No quiero ver ni un cadver en la carretera, ni en nin-gn sitio, como he visto al entrar en Albacete. Aquello cambi totalmente en dos semanas."

    "(Acab con los 'paseos') total y absolutamente. No hubo ni uno. Se dio un caso triste, espantoso, de un hombre de Alborea. Me enter des-pues.

    "Yo tena atribuciones para dejar en libertad a los presos del Jurado de Urgencia, aunque estuvieran condena-dos hasta cinco aos. En fin, yo hice eso, siempre. Apenas estaban un mes, los mandaba a casa."

    Como botn de muestra del pen-samiento de Martnez Amutio sobre su actuacin en Albacete creo que es suficiente. Aparte podan leerse cap-tulos enteros y el contexto general de su libro, para ver bien clara la acti-tud que quiere inculcarnos el antiguo gobernador de Albacete. Sobre todo los captulos VI, VII, IX y X, en los que don Justo Martnez Amutio se empea en describirnos a todo trance que llevaba totalmente las riendas del poder en la provincia de Albacete, y que all no haba quien le rechistara, ni siquiera los "consejeros" soviticos, los comisarios polticos del Ejrcito Popular, los dirigentes comunistas es-paoles e internacionales, los delega-dos del Gobierno como Diego Mart-nez Barrio, los jefes supremos de las Brigadas Internacionales...

    UNA AUTORIDAD RESPONSABLE, PERO SIN EXAGERACIONES

    La personalidad de don Justo Mar-tnez Amutio como gobernador civil de Albacete est suficientemente defi-

    32

  • nida, y en sus justos lmites, por la historia. Fue un buen gobernador, una autoridad responsable que se propuso honradamente acabar con el desorde en la provincia y que lo consigui, pero hasta cierto punto, como es na-tural, dadas aquellas dramticas y te-rribles circunstancias.

    A raz de la concesin del "Pre-mio Larra" de memorias de la guerra espaola, la delegacin en Albacete de "La Verdad" me solicit un ar-tculo urgente sobre la etapa histrica de don Justo Martnez como goberna-dor civil de Albacete. Este artculo se public el 17 de marzo de 1974, das antes de la publicacin del libro y en el mismo da que empezaba la serie de entrevistas realizadas por Sebastin Moreno. Para el mismo utilic exclu-sivamente mis fichas sobre esta etapa histrica de Albacete, que tena pre-paradas para mi libro sobre los aos 30 en Albacete. He aqu algunos p-rrafos de mi artculo:

    "Justo M. Amutio vino a Alba-cete con una grave e importantsima consigna: acabar con el desorden. Una dura misin, sobre todo si pensamos que estamos a finales de noviembre de 1936, tan slo a cuatro meses es-casos del estallido de la guerra. Pero antes que nada hay que entender que la zona republicana pas por dos cla-ras etapas. Una primera en la que haba un autntico divorcio entre la Revolucin, duea absoluta de la ca-lle, y el Gobierno, que ejerca tan so un poder nominal. Esta es la etapa sangrienta de los desrdenes calleje-ros, de las incautaciones violentas, de los 'paseos', de los asaltos a las cr-celes, de la rapia incontrolada de mi-licianos y sindicalistas. Luego vino una segunda etapa. Aqu ya no hay divorcio entre Revolucin y Gobierno

    porque este ltimo se ha convertido en un autntico Gobierno Revolucio-nario y recoge las riendas de la calle, pretendiendo poner un poco de orden en aquel caos. No slo por razones de convivencia ciudadana, sino para centralizar todos los esfuerzos en la meta que ms les interesaba por el momento: ganar la guerra.

    "Justo M. Amutio fue un gober-nador de este segundo momento y un hombre que se propuso honradamen-te cumplir esta frrea misin. Alba-cete haba vivido intensamente la pri-mera etapa revolucionaria de la gue-rra, como una consecuencia de la de-rrota del alzamiento nacional en su suelo, tras una intensa semana de lu-cha sin cuartel. Desde el 25 de julio, Albacete haba tenido unos goberna-dores civiles a los que el poder nun-ca se les haba escapado de las manos porque en realidad nunca llegaron ni a tocarlo. Por eso este alborozo de algunas personas honradas, deseosas de acabar con el desorden, ante el anuncio de un gobernador que pre-tenda coger todas las riendas del po-der que estaban en manos incontro-ladas.

    "De todo esto se hace eco el 'Dia-rio de Albacete', en un artculo edito-rial en el que deca cosas como stas: 'Si es cierto que nosotros los marxis-tas tenamos pleno derecho para pedir un gobernador nuestro; no lo es me-nos que este nombramiento nos obliga a mucho, para en lo sucesivo. Nos obliga a intensificar nuestra colabora-cin con el Gobierno Civil, a devolver a este organismo la plenitud de sus funciones, a respetar y hacer cumplir las rdenes de su titular... Insistimos con este motivo en el tema, predilec-to para nosotros del sentido construc-tivo de la revolucin. Lo mejor que

    33

  • 'flo :flL.cT 1 Organo dala Unlllcacl6n 14 Portavoz de la clase trabajadora

    64s'ndnt0000.-6001 Nm. 05 Sbide. 91 d no.mbre d. 1936 Nnr,roeu.iin 15 nntlmo.

    NUESTRO DEBER DE lltb!ando con el nuevo Gobernador civil Un sabado a nuestra Capital RA A ' TAS 1 rn.io'w del Teniente Jarillo, Coman- 1V11% Djl.SLII.1c/lEO.nao,,,,t,- dante de los batallones de "25hule-1 Albacete tiene ya as Gobernador maeolsla. III Gohienno le' '1''P'"'" u

    gIde d la R y bbc. ccci d la IraS d.1 pral " , e u o

    itodo, con represeolacin de todos los actores sindicales, tal 1 dci All,rntcrie, lo. hijos connipouen It fueres de estas be. deh y ci

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    tad dN ::n.1

    o ni O.P C s F 1ntJi 1 Li PO tal! ,j a u q oc e do (a ftchagkrse. res Hablamos solicItado con orgtncla lo adopcin de estonne- ,,..-oio. ,,o.n..,, dll peno ea de It liberacin de po facciosos, naciste hoy e seis-

    por el GobIerno y so podemos menos da congratularnos s,nntlark '1 ci acoids Oullz, 1 eeOHir librar o Madrid de la ofeasite directa de a de os realidad., ib

    l

    a, iiniaHtOS Pata cOsi/sr Con concibo fascista, con un valor y un np/rda de abs.- A as. tiempo. justificdbatinno noestra peticin cos una rosn ocaS/eco. duooul,endo ' t pound., que eIJsfs di la Ie,ce,-o br,gada- 4nitom tal ladel 1 P l .ob

    r a ,lb

    p miad Pepa Galesa (censo le llenas cus caruto, ml ti la aueoettad delegada con la que le pro porcioosba fresneda sObe. /5 snIzstidn y caceta, Mease, 11 antevIo da tratarle) o cuya unidad

    el hecho da representar a so Gobierno nacido del pueblo, vcc,sidsde, nIS ProsaiCos psrtenseotnason y bojo cuyos nIcea quisimos pelear,

    elpq que ,.adem*, dobla lar con una itond d propia, 1 a. h u desp da de ,o,ol que ele acaba una sl o.aisslgo cenla6-cocldu Ido su propia historia de su ldrnttncecln sindical y polliirs. A es/ns asorchas a raid, de ssneotropa(e, me deca ases-

    tas la doctnloa y ces le arenIsca de ion grupos proletaria Y .,,j,n,toktonci de~ndo ciceodo - .Jurjijt,, jo, de Albacete coas reuoluclo*qhce he aqui que Fiedera,lon Socialista valenciana

    I yCone) di

    Secretario

    re 1ta.ad , cien por c en Alisos comprendo lo del 25 Jo Juliw

    de la U G. T. jo aquella pr.nvincn. hosnbrc forjado vela lucha eo,ns y coasejrro del Secreto. Dupude de ,nsa- br.Ua astee acduae,'Jsten

    sindical y educado en la mejor. tradicin ~isla, reune lea rcide deL, ti. ti F. Ha rail. cinlenlisi,00 de gua secta estos balaboneiipr.uura- y-01101 mu coadiclopeo

    de idoneidad para el ejercicio-las.dif , aedo neta/Octe i,t51055rk0 pudo d, mi Brigada., ci es estos momentos-de la prifflera Isnginnratura provincial. eltrlrnnoJeOn. poca Orgaonainr Yo, que c050,co lo pareo en isdabansos que tenue.'

    Mss al cierto q 000trool osar ataslel oso pl ropeO& y a turrada 1ro ca5 india 0 ola Y. @n Y.@ enMango la 6 (el d lacho para pedir Gobernador nuestroj no lo u me

    quaoste aneleivoto non obligo n mocho, paro co lo naced- 1 atrales, parocn.sdota todo ueonprf escodo pera ogror

    bu. blige ten h.a o tu ol b .1 IGo O aplIsli atondo total da los rebeidesinpieodnt opresor

    Menos civil d 1 re u te gosSen la pl n 1 d tos P n

    , l iOdSlJflCe y tolor de odio ft(nc ErcIdi que recsbqm. tqedoaco, o ~=

    , y h600c cmplr las Cac,lsoco de so cosa/sisn ea ,.cecfllu. -y ca- -.oa.ia..peq.adee.do.pos,or lo esqjo,* as*pa4n

    nnrodcria. so ritos/Octe reto. y stcoslro esfuerzo esta lucha, poro izad Insistimos con ente motivo en el tete,, predilecto pura 505- nncnoo,na ys. c/aro oac/dn

    go. de la ion orlonle misin que es no. ,' o jeos, del sentido cns,nroctl'ro de le rcvolacin Lo mejor que 'lea ra,pcoausoni.dsdta yo. u

    pode lacar os re*oiuclonmdo autntico, en esto, momentos, gaceta unu! imp,,. 5 lados. o Albacete, yo puedes telar orgulloso d, las kfeb obedecer. Obedecer al Gobierno colimo porqae ci la . eapeie.00n,.atunnioloo. o/nt!!.. caben lidiar por la Llb:rlod, saben morir en sus pare-

    SSIPd1-ej(ridbniaci'i

    del pi!bl ' l tia' .1'co'nndocir l doctas !leslttn.ok.porloqos loo d,i,sdooe coeslun enriada de qae, con oto sacrificio, Mciaela bed ordenay eeolsioiOdde 114 Csanitn eu.el2P : ,. deeedenole, d dsipogo copnioi..la y osp so del Perote Popular porque es ellos et9in representados los 'wcr,,

    do A` ?n-poiOicn.' paro la clata trabajadora un rgimen de justicio pdo

    _____________ equidad, que hago posible la Frat.r,sedod coleo lce

    nueva espresion de la 1aallcla del pueblo; obedecer y preuti. AVISO DE LA ALCALDIA nen a-se. . - -

    glar, es momee, a todos Ion orgupiomoe y auto-dadareps - El lima de gua aoe

    a a ,lroo batallones es el coas- bIlaos. que sg r.a . el cimiento sobre el que ha de edific. El IoepectrorJnled.a tasosU. baSa ce VENCER; y acogidos al qfoa'iaso do . Trabe"

    ..tqultvtsep del osera Estado. , - o y dirigido .:.loAi' loco nodo ata, p coda U- paro ledo,,- tiento, creada. en

    -e'-----

    - ..]di.,telegrama

    .00liie,lab.bdreel.ea_ alO fqeo'oo mulo cosI el ,00,.Jo da lo ljngtodo si, te0vladn nl nt/ovino Versando estIle fnt'taeci,lu.g ial isferJso, ea lo ,*olociss del pro-

    salza ' Se ha, cumplido la Mollas Lora, la doenmestentitio bloeio noil,lar go. itas $osldo - -

    sentencia contra l la ni retocad Chi litio. l su Albaceti!

    Primo de Rivera - cal. nepllal y por

    la ,t

    illo se ruega 5'irn i tenatancidnl tePScClCq de Primera al. peeoona quela haya anuos- ..- JA R IL LO,- -

    !u1u5 za d,. Pet,telo de Alarcdtn, ti' de t/0vje,n5r de 1538. 1

    beOOi/O.,. la. t,onon 4, laa'5,, ss ha cumplido .01. Ci,- ah. autoridad. E66dn. Onnd.50n.4, la Ca.. en Se-' C91 lo annt.nvlo doled, por el Alb,e.te 20 anet.mhr, tl;. -

    Lii Eesrh, T,.bonu Puntal.,' contra Juan El AlcaId, VlltGtl.,lO MAII1l- 'mt. Co.. o. .0/., 10,1 ISlla Adonio Pr mo de Pinten. NEZ.

    Gob ierno ' ' v' l" ' 0111.1 15 CoupnOa 4

    0.nisucll moni O nnt

    uoierno cii ,as-e 1odi IdO

    IZ1tu. Las escuadras rusa y franc3sa harn roo.d;ciio da elEna. Pr.sete Loasiaun. nIal lIcuado. as

    ' manIobras en el Mediterrneo Lo mO 6 o a 5 L, cias sfl o, alt 'e lo, un. 1 , aliSe a:p 'II,. Fram.,,., h.n,l.a. ssno isI,e,Ino,tn.nl,Iso..,,/5, Mta.an ni. nao'

    'Isln w_... 1.,, p.t,'. n.rbtiiljr,onn ect/e, el coonsg,nnealr nt titenl Dat/cao 1 a. a, e-ene, nuca nsne.nntao.. 0.1, u. Su daIs Incite l-o teisa, mci .nu(,c moruno cI-qein la ntnn,l nne/ti y enano pto p.r. .t.,4,, .los,.4a 1' 0.l.-sen- di 6, la, n'ga - 1,.,,,r,,. Cc, t,a,m.

    l ,,,o elrr..vu.o nnnn,,/.n,l,'o dr Ii, tota .n. drt llsillito sutin 0on,,oet-n, tirsem,, 'sip I4,eus nido ltnnlo,ul en r,,onkt,n. o Liga are, risoteo., lerna,, SO4.1,. dec1,lnnua':',-nl M' viilcn'rnisnrqn, tinos lo nn ir/ten, de ni, 6. 6. nc. pon nen.s/ t.,lesd ti eor-'da 'o. TInelO,, ini lIceOs d..qn..

    e.la' loIti .eei,cnnda,a SntOn,l. 1 pililo nr ,o',,/, , ,Ot, -s,. res, ti', ln.n daq,.., sn ,c.cngda. de itt O.pAbtI,o.

    .8. S. /.., U bait piSii:n pan l' /'/n o.'itnotnntcentle njn,, nlirlan don,nlozn o. junIo sin Ii, II,' o/d.c. l.n n0/r 0,ocds tu,., npndt. El Gobnc,lc,,,,-.l binen Oso/mt

    snnaml e fl.ansl.a,er po,, olla nun.tIitlull pie la prnirlirns da bao ontneiobn'nng nao, nial. Prao,.., le-nl.' en /0,Oi loo nr. 'ini - lo.

    SObo, 401 iitO , l.'n/ir!uas4 lsd,. It di 1. m.1.

    34

  • puede hacer un revolucionario autn-tico, en estos momentos, es obe-decer...'

    "Aquel artculo editorial no refle-jaba tan slo el punto de vista de los rganos mentores del peridico, sino que era el verdadero programa pol-tico trado por Justo M. Amutio, quien se dedicara intensamente a cumplirlo a lo largo de aquellos seis meses (has-ta el 19 de mayo de 1937) que estu-vo al frente de nuestra provincia. A veces tuvo, incluso, que imponer su programa por medios ms fuertes y 'revolucionarios' que las palabras...

    "... Cuando don Justo M. Amu-tio se vino para Albacete a ser gober-nador de nuestra provincia, se hizo acompaar por una guardia personal de las Juventudes Socialistas valencia-nas. Todas las precauciones, en aque-llos tiempos, eran pocas. Y aquellos guardaespaldas, fidelsimos, le seran muy tiles a la hora de aplicar su poltica de recuperacin del poder. Gracias a ello, y a las adhesiones per-sonales que en seguida recibi en Al-bacete, es por lo que pudo imponer medidas tan drsticas para aquellos momentos, como la supresin de ron-das sindicales nocturnas por las ca-lles. El asunto fue realmente espinoso, sobre todo a la hora de imponer esta decisin incluso a las Brigadas Inter-nacionales.

    "Sin embargo, el momento ms crucial de su etapa como gobernador fue el del 19 de febrero de 1937, a raz del tremendo bombardeo de la aviacin nacional sobre Albacete. Des-de haca tiempo corra la consigna en-tre el populacho de que si alguna vez bombardeaban la ciudad, como repre-salia iban a asaltar la crcel y matar a todo.; los presos 'fascistas. Ante una amenaza tan grave las tnedidi tcnn

    que ser importantes. Por ello el gober-nador en persona dirigi la operacin de emplazar una serie de ametralla-doras alrededor de la prisin, servidas por sus agentes ms leales, con la or-den terminante de disparar contra to-do aquel que llegara con intenciones amenazadoras. Al conocer la medida, los presos respiraron tranquilos. Al-gunos de ellos me han contado que mientras oan las bombas caer sobre Albacete, temblaban aterrorizados, y no porque les pudiera caer a ellos una bomba, sino porque cada vez tenan mayor certeza de que haba llegado para ellos la hora final. La masacre del 22 de septiembre no se volvi a repetir, porque ahora haba en la pro-vincia una autoridad responsable."

    LOS "PASEOS" EN TIEMPOS DE MARTINEZ AMUTIO

    Pero frente a esta imagen real de Martnez Amutio como gobernador de Albacete estn las exageraciones y fal-sedades de algunas de sus declaracio-nes al periodista albaceteo. As, cuan-do deca que logr acabar total y ab-solutamente con los 'paseos', y que, aparte del hombre de Alborea, no hu-bo ninguno ms durante su etapa co-mo gobernador civil de Albacete.

    Cuando don Justo M. Amutio vino a Albacete el 23 de abril de 1974 a firmar ejemplares de su libro, estuve largo rato con l, en el vestbulo del Hotel Brstol y al da siguiente en el Archivo Histrico Provincial. Estuvi-mos discutiendo durante ms de tres horas sobre algunos puntos oscuros de su libro, y l me cont bastantes detalles sobre la guerra en Albacete. Yo dej a propsito el asunto de los "paseos" para el final de la entrevis-ta, porque estaba seguro de que si lo planteaba antes no bamos a hablar

    -

    35

  • de otra cosa. Me dijo muy rotunda-mente que, tal como haba afirmado en su libro y en la entrevista de "La Voz de Albacete", durante su tiempo como gobernador no hubo ningn "paseo", excepto el caso de Alborea, que ya haba contado. Estbamos en el Archivo Histrico Provincial, y yo le ense entonces una pila de expe-dientes judiciales de los Tribunales Populares de Albacete que tena pre-parados sobre una mesa. Todos eran relativos a diferentes "paseos" perpe-trados durante su etapa de gobernador.

    Don Justo M. Amutio empez a hojearlos muy despacio, mientras le explicaba de qu trataban aquellos pa-peles. No se inmut mucho, aparente-mente, aunque yo le not una cierta turbacin al hablar y en la expresin de su rostro. "Yo le aseguro a usted que ignoraba totalmente todo esto",

    me dijo. "No llegu nunca a enterar-me de estos asuntos." "Pues como puede comprobar le respond son autnticos. Mire las firmas de jueces, testigos, personal judicial, familiares de las vctimas, forense... Y no com-prendo cmo pudo usted ignorar todo esto, cuando dice que tena totalmen-te dominada a la provincia y que las autoridades de los pueblos le comu-nicaban de inmediato cualquier alte-racin que sucediera." "Pues no lle-gu a enterarme, se lo aseguro", me volvi a repetir. Y estuvimos hablan-do unos momentos ms, y enseguida dijo que tena mucha prisa, pues se le haca tarde para preparar su viaje, y se march.

    Me repugna un tanto tener que hacer estadstica de un asunto tan horroroso, pero no tengo ms reme-dio, para dejar las cosas en su sitio.

    Foto autntica del resultado de uno de los terribles paseos, al borde de una carretera albacetense.

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  • Don Justo Martnez Amutio fue nom-brado gobernador de Albacete el 17 de noviembre de 1936 y ces el 19 de mayo de 1937. Durante este tiempo se cometieron en la provincia los si-guientes asesinatos, vulgarmente lla-mados "paseos":

    - Da 21 de noviembre: 1 ase-sinato en Helln y 3 en La Gineta.

    - Da 24: 1 en Litor y 2 en Barrax.

    - Da 25: 1 en Alborea. - Da 26: 1 en Albacete. - Da 28: 3 en Tobarra. - Da 30: 1 en Albacete. - Da 1 de diciembre: 1 en

    Fuensanta. - Da 8: 1 en Albacete. - Da 9: 1 en Lezuza. - Da 11: 1 en La Roda - Da 12: 1 en Montealegre del

    Castillo. - Da 14: 1 en Caudete. - Da 19: 1 en Alcaraz. - Da 20: 1 en Molinicos. - Da 23: 1 en Caudete y 1 en

    Tarazona de la Mancha. - Da 24: 2 en Caudete y 1 en

    Albacete. - Da 25: 1 en Albacete.

    - Da 29: 1 en Almansa, 1 en Caudete, 1 en Montealegre del Castillo y 1 en La Roda.

    - Da 30: 1 en Alpera, 2 en Almansa y 1 en Caudete.

    - Da 22 de enero de 1937: 1 en Villaverde de Guadalimar.

    - Da 4 de febrero: 1 en Villa- rrobledo.

    - Da 9: 1 en Tobarra. - Da 19: 1 en Alborea.

    - Da 15 de marzo: 3 el Al-mansa.

    - Da 16: 1 en Almansa.

    Total: 43 asesinatos o "paseos" en su tiempo de gobernador. Y esto teniendo en cuenta que los datos es-tn sacados exclusivamente de los pa-peles de los Tribunales Populares, cu-ya coleccin no est completa, y que es muy posible que se cometieran ms crmenes sin que fueran hallados los cadveres, ya por haber sido enterra-dos en sitios ocultos, o por haber sido arrojados a los ros y encontrados ms tarde aguas abajo, fuera del lmite provincial. En el Jcar, sobre todo, fueron encontrados algunos cadveres en descomposicin y totalmente irre-conocibles.

    Estos datos terribles contradicen, creo yo, las rotundas afirmaciones del antiguo gobernador socialista de Al-bacete: "Tena yo los destacamentos y los alcaldes que me avisaban inme-diatamente de cualquier alteracin"... "Yo tena unos guardias de Asalto y una Polica magnficos. All no se to-leraba un desmn"... "Creo que pu-de poner orden y acabar con aquella banda de hampones una veintenaque se aduearon de todo"... "Reun a los dos das de llegar, a todos los gobernadores (sic) de los pueblos y les dije: No quiero ver ni un cadver en la carretera, ni en ningn sitio, co-mo he visto al entrar en Albacete. Aquello cambi totalmente en dos se-manas"... "(Acab con los 'paseos') total y absolutamente. No hubo ni uno"...

    Los recuerdos personales son una fuente histrica muy digna de respe-to, pero, como vemos, deben ceder su puesto primordial a la documenta-cin fidedigna conservada en los archi-vos. La historia es una e inmutable,

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  • Andr Marty, el terrible Carnicero de Albacete, al que Martnez Amu-tio dice haberle parado los pies*, y que le tena miedos.

    y no puede ser desfigurada por mu-chos libros y declaraciones periodsti-cas que se hagan.

    OTROS ERRORES DEL LIBRO DEL EX GOBERNADOR DE ALBACETE

    Como vemos, la leyenda de Mar-tnez Amutio como "sheriff" terrible, dominador absoluto de la indomable "Albacete, ciudad sin ley", se cae por su base ante los verdaderos datos his-tricos. Ya hemos dicho que el anti-guo gobernador vino con unos verda-deros y honrados propsitos de man-tener el orden, pero que no lo consi-gui de forma absolutua, porque por todos lados se le escapaban grupos de "incontrolados" que se dedicaban a aquella horrible mana homicida de los "paseos".

    Ni qu decir tiene que la otra par-te de la leyenda (la de que mantuvo a raya a los de las Brigadas Interna-cionales y que Andr Marty le tena miedo) es muy difcil de demostrar, pero sobre todo es muy difcil de creer. Y mucho ms an que lo obedecieran a rajatabla tambin los "consejeros" soviticos y todos los jerifaltes pol-ticos nacionales y extranjeros que pa-saban por Albacete. La autoridad de un gobernador civil es muy grande, por representar al Gobierno dentro de los lmites provinciales, pero tambin es cierto que en plena guerra y en plena revolucin quienes mandaban verdaderamente en la zona de la Es-paa republicana no era siempre el Gobierno y mucho menos su represen-tante en una provincia. No obstante, si ahora, despus de tantos aos y sin casi nadie que pueda desmentirlo, Martnez Amutio quiere darse impor -

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  • tancia, que se la d. Pero que nos deje a los dems el derecho sacrosan-to l, que dice ser tan demcrataa la duda e incluso a la sonrisa.

    En nuestra entrevista en Albacete discut con Martnez Amutio sobre otros puntos de su libro. As, cuando indica (pgina 159, nota 1) que el 22 de septiembre de 1936 se efectu el "bombardeo de la ciudad por un avin que lanz varias bombas, que ocasio-naron dos muertos y varios heridos", a raz de lo cual "se amotin la po-blacin y asaltaron la crcel, sacando un cierto nmero de presos y fusiln-dolos". En la entrevista de "La Voz de Albacete" dice tambin, errnea-mente, que los presos fueron sacados de la crcel de Chinchilla, en vez de la de Albacete. Las noticias que ten-go sobre el asunto, basadas en docu-mentos, en la prensa de entonces y en informes personales, no me indican nada en absoluto sobre la realidad de este bombardeo, sino todo lo con-trario, que no existi. No obstante, Martnez Amutio, que el 22 de sep-tiembre de 36 no estuvo en Albacete., se empea en afirmarlo rotundamente, asegurando que esta fue la causa con-creta de los fusilamientos. Una gra-tuita teora histrica, sin fundamento, como la que veremos a continuacin y que tiene como protagonista a un hombre de leyenda de las Brigadas Internacionales: Hans Beimler.

    LA MUERTE DE HANS BEIMLER SIRVE DE BASE PARA UNA FALSA TEORA SOBRE LOS FUSILAMIENTOS EN LAS BRIGADAS INTERNACIONALES

    Hans Beimier era uno de los ms destacados dirigentes comunistas ale-manes. Antes del nazismo haba sido

    diputado del Reich, pero despus se desterr voluntariamente de su patria, luchando en todos los frentes del mun-do por la causa del proletariado. Fue uno de los primeros voluntarios de las Brigadas Internacionales y era co-misario poltico del batalln Thael-mann. Muri en las fronteras madri-leas, en circunstancias un tanto mis-teriosas, y su entierro fue ampliamen-te explotado para la propaganda po-ltica. Se organiz una comitiva f-nebre desde Madrid hasta Albacete, para ir despus hasta Valencia, pen-sando ms tarde llevarlo a Barcelona y desde all, en barco, hasta Rusia, para ser enterrado junto a Lenin, en Mosc. Todo esto nos indica un tan-to su gran personalidad dentro del co-munismo mundial.

    Martnez Amutio cuenta as el paso de la fnebre comitiva por Al-bacete:

    "A los pocos das, el 1 de diciem-bre, un capitn austraco, socialista y profesor en Viena, que estaba en el Estado Mayor de las B. I. en Ma-drid, me llam una tarde (sic) para comunicarnos su muerte, sin darnos ms detalles. Y a media noche me comunicara de la "Base" de las B. I. que a la maana siguiente, hacia las diez, llegara el cadver a Albacete, donde recibira sepultura. La radio anunci su muerte destacando la no-ticia y haciendo grandes elogios. Aque-lla propaganda me pareci algo des-orbitada y ostentosa para ser sincera.

    "A la hora aproximada que sea-laron lleg la comitiva a la entrada de Albacete. Soportando el intenso fro de aquella maana brumosa, en la que se vea an el manto de la gran escarcha sobre los campos, esta-ba una compaa de las B. 1. forma-da con la bandera republicana, y los

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  • Un h'oo nttirn3cionaI

    El cadver de tlans

    eim!er s.-- expuesto

    en Albacete A la hora de cerrar la etcii.n de

    este nmro, una numerosa comi-sin en la que coln repre.rcnta.las los organismos oficiales, polticos si.tiica 'rs de estor r.epilo(, espera la llegada de los restos de llano 8m-ter, el ltd-oc inernacional caldo tIl-mamente en la lucha contra ci fas-cismo.

    llano Beimter tena una personali-dad rcevante dentro de los cuadros de la internacional C,'r.tunista. Ca-nso miembro del Partido alemdn, fui diputado del Reicli hasta que el nacismo impuso su dictaiu-a en Alemania. Bit este momento se des-terr voluntariamente de su patria, consagrando su vida a la causa de los trabajadores.

    Cama tantos otros camaradas mn-t:z'nacionates, acudid Espaa para defender las lii, celade, del pueb o des de las trine/tetas antifascistas y, en mrito a su extraordinarias condi-ciones de capacidad y entusiasmo, fui designado Comisario poltico del 2.' Batalln de a Brigada la-teracional.

    Ayer mismo, cuando visitaba las avanzadas de una de los sectores del frente madrileo, cay, herido de muerte, a cincuenta me/ros de la lineo enemiga. Sus ltimas dos pa-labras sirvieron para resumir lodo el ideal de eu vida en el trance de su muerte. Sus labios se movieron, por ltima vez, para gritar, ya sin voz Frente Ro/o!, Y muri.

    El pueblo de Madrid han rendido acule hroe inluaacional, que 1.ab!a citada a la muerte en tierras espa-olas, el testimonio de una admira-cin fervorosa, Todos tos trabaja-dores madrileos han desfilado ante el cadd ver y la prensa y la radio han exaltado el nombre benemrito de llano Beimler.

    Hoy estor el caddver expuesto, durante todo el dio, en la soto cap& tutar del Ayuntamiento, habilitada como capilla ardiente. Y, maana mismo, uerd transportado a Valen-, cta y Barcelona para rect5ir el ho-menaje de miau pueblos.

    Ea Barcelona sern embarcados los restos para Rs ola, en cuya tierra descansarn definitivamente.

    Estamos seguros de que lados los trabajadores albacetenses su brdn honrar hoy, en la memoria de llunj ilelm!er, la enlra,lable satiJarldal de los camaradas internacionales, que vinieron a buscar la muerte a nues-tra lado, en la lucha final Contra el fascismo.

    Los trabajadores albacetenses dosfilaton ayer ante el cadver

    del camarada llana Beimier Aycr, o las swte de la muflo- tul, a pesar del poco tiempo

    as llegaron a Albocele los res- que estuvo .sys-ato, ya que e,, tos del hito, internacional contra de lo que dijimos en 1-lan, Brtmler, miembro rete , su-vIro nmero de ayer, segn venta del Partido Como-isla no, hablan iail,,rmado, de que a',niin, que muri como un va- lo cuarta todo el di., poco des lietite en la linea de luego de puta de las lO Ita aegutdo. oro Madrid. . viaje a Valencia para continua,

    Uno numerosa comisin jo- hasta Itarcelone, en cuyo punto trgreda por los representantes, embarcar para Rusia, pata del de 1,,, crgeniamou oficiales y proletariado, donde recibir se-agrupacionea polllicas y nindi- paltu-a, cual corresponde aun cales de Albacete espero los babador de la causa coma lo restos de nuestro camarada de lot el camarada Baimlev. allende la, fronteros, smbolo ' El fretro Iba p-ecedldo por de la fraternidad proletaria que 1 005 seccin e caballerta de la tan prodigameltte se esta moni' brigada Internacional y segul-festann en elle a m -tmentoado por compaCtas de infanleela Crili,oa que atravieso el prole- milicianos del 5 Regimiento. tarludo esps'.'l. La comiliva fnebre lsd pr.-

    El cadver estuvo expuesto , sidida por el diputado comonis-desde no llegada en el saln de te francs Andr Morty, y des- sesione, del Ayuntamiento, con- tocados miembros del Partida vertido en capilla ardiente, por comunista de Espaa. donde dcsfi una gran multa. Al llegar o la Puerta da Mur-

    cia y ante las fuerzas formadas y oumernslsfmo pblico, bici.- ros oso de la palabra en hnme-

    fl011 al heroico 1-laos, el miem

    bro del Paeti lo Comunista alemn. Petar ; Santiago Carri- llo, por las 1. S U; Silva, por el Partida Comunista; Marltuez Amutin, Gob,rvodor civil, y Ann Marll', por el Partido Comunista treocis y las belga- dis ioterrecioralrs.

    Douputn destt'ron las fuer- vis ante el csdaver, empren-dimi seguilomente te marcha u 'alvoci.r acotnpaflodo del Co-pitIo de millvi o, loso Murta Es-

    C,,rno'tdanie Cipriana G,,:zh a, ci a croturlO de la l't. r a ionol juoci,U Cc'iaoollta Girmais l -,i oil y Santiago Co rri lo.

    La prensa de Albacete se hizo eco del paso de la comitiva fnebre de Hamo Beimier por nues-tra ciudad,

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  • que esperbamos la llegada del cad-ver. Este vena acompaado de un extraordinario cortejo de personalida-des comunisstas: Regler, H. Khale y el ayudante de "Lukacs", un capitn hngaro; de los espaoles, S. Carri-llo, J. Lan, F. Claudn y otros, con un total de seis o siete coches. Marty, Regler, S. Carrillo y un soldado ale-mn de la 'Base' pronunciaron los dis-cursos de rigor. Yo pronunci tam-bin unas palabras recordando al ami-go y compaero antifascista, sincero y valeroso, que haba conocido antes de la guerra.

    "Despus de la ceremonia, con la disculpa de que se haba de abrir la losa en un lugar del cementerio que el Ayuntamiento haba de sealar, destinado para el enterramiento de los muertos de las B. 1., se dej el cad-ver en el depsito del cementerio. Aquella misma maana, a ltima ho-ra, el mdico forense y del Gobierno Civil, Jos Carrilero, cuando supimos que Carrillo y el resto de la comitiva haban salido de Albacete, reconoci el cadver. Sac fotografas de la ca-beza, que tena una herida con en-trada tras de la oreja derecha en su parte media y salida por la bveda craneana opuesta, y adems otra he-rida en la parte alta del antebrazo de-recho, Me inform el doctor Carrile-ro que las heridas fueron producidas por balas de revlver o pistola, no de fusil, y, adems, 'cortadas'. Un cri-men que dara lugar despus a una verdadera masacre para ocultar a los que fueron sus verdaderos autores e inspiradores, los agentes de la NKVD, con Zaisser entre ellos.

    "Al da siguiente por la maana, omos por la Radio de Valencia una convocatoria del Partido Comunista llamando al pueblo al entierro del 'hroe y mrtir del nazirn . camara-

    da Hans Beimier', cuyo cadver iba a ser trasladado a la U. R. S. S. Los elogios y loas a la persona del asesi-nado resultaban repugnantes, ya que con ello pretendan ocultar lo que en realidad haban hecho con aquel lu-chador. Intent poner de relieve la farsa publicando un artculo en 'Ade-lante', pero el Ministerio de la Gober-nacin consider que no eran momen-tos y circunstancias propicias para discusiones.

    "Algunas obras de autores comu-nistas dicen que el cadver fue tras-ladado desde Valencia a la U.R.S.S.; otros sealan que fue desde Barce-lona; pero ninguno dice dnde fue enterrado en definitiva. Nosotros pen-samos que ni siquiera sali de Espaa, y Hans Beimler fue, despus de asesi-nado, instrumento de la propaganda comunista." (Chantaje a un pueblo, pgs. 304-306).

    Antes de esto, en el captulo X de su libro, Martnez Amutio ya nos apuntaba que las matanzas de inter-nacionales por Andr Marty, que le valieron el sobrenombre de "Carnice-ro de Albacete", ocurrieron a los tres das del entierro de Hans Beimler, y poniendo como excusa que las vcti-mas de la carnicera haban sido cul-pables del asesinato del comunista alemn. Lo cual, como indica Mart-nez Amutio, era una excusa de Marty para realizar las depuraciones a los desviacionistas de comunismo oficial, ya que el mismo Beimier, segn Amu-tio, tambin estaba acusado de des-viacionismo.

    As pues, aqu tenemos una cu-riosa teora histrica montada por Martnez Amutio: que l -descubri que Hans Beimler fue asesinado por la espalda. Y que Andr Marty pona com excusa este asesinato del gen-

  • falte comunista (que en realidad era un desviacionista de la poltica esta-liniana) para liquidar a su vez a otros desviacionistas, acusndolos de com-plicidad en el crimen. La teora es muy redonda y tiene visos de vero-similitud. Lo que pongo en duda es que Martnez Amutio y el doctor Ca-rrilero pudieran enterarse en Albacete de que Beimier haba sido asesinado, porque lo de la autopsia al cadver me parece una falsedad, o por lo me-nos es una afirmacin de Amutio muy difcil de ser creda.

    Porque veamos los hechos, tal co-mo me parece que sucedieron, segn los documentos que yo he manejado: el cadver lleg a Albacete a las 7 de la maana del da 3 de diciembre de 1936, permaneci expuesto en el saln de sesiones del Ayuntamiento, donde fue visitado por una gran mul-titud, y sali hacia Valencia, acom-paado por la misma comitiva fne-bre que lo trajo, a las diez de aquella misma maana. En estas circunstan-cias es muy difcil de creer que el ca-dver fuera llevado al cementerio d Albacete, ya que todos los proyectos eran los de llevarlo a enterrar a Ru-sia, y mucho menos que dejaran al doctor Carrilero hacerle la autopsia. Me imagino que un fretro tan im-portante estara custodiado por un pi-quete de soldados, y que stos no de-jaran acercarse al cadver para exa-minarlo, y mucho menos hacerle la autopsia. Aparte de que sta, si se le hizo, sera en Madrid, donde muri, o en Valencia, donde al parecer fue enterrado definitivamente.

    As pues, se caen de su base afir-maciones de Martnez Amutio como

    stas: "Se dej el cadver en el de-psito del cementerio. Aquella misma maana, a ltima hora, el mdico fo-rense y del Gobierno Civil, Jos Ca-rrilero, cuando supimos que Carrillo y el resto de la comitiva haban sali-do de Albacete, reconoci el cad-ver." En qu quedamos? Est sufi-cientemente demostrado que Carrillo y el resto de la comitiva de honor del entierro salieron de Albacete a las diez de la maana, camino de Valen-cia, pero con el cadver de Hans Beim-ler, como es natural. Y de que el cadver no fue enterrado en Albacete tampoco hay la menor duda. Existen otros peridicos y libros, con fotogra-fas incluso, que demuestran que la comitiva mortuoria sali de Albacete, llegando por lo menos a Valencia, donde es muy posible que fuera en-terrado definitivamente. Ricardo de la Cierva, en su libro Leyenda y trage-dia de las Brigadas Internacionales (pg. 73), dice que "se le hizo en Va-lencia un entierro de hroe, que pro-voc las iras de otro gran especialista en espectculos blico-fnebres, Adolf Hitler".

    No sera otro el internacional ase-sinado por la espalda, reconocido por el doctor Carrilero, seor Martnez Amutio? Y renuncio a analizar otras machas teoras y noticias de su libro, porque yo quiero ceirme tan slo a hechos concretos de Albacete. Que otros historiadores ms preparados en temas generales lo hagan. Pero me queda una pregunta final que hacer-le: No es cierto que la historia no puede contarse tan slo findose de la dbil memoria, despus de tantos aos?

    F. F.

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  • POST SCRIPTUM

    Ya en prensa la edicin de este nmero de la revista, recibimos la visita de don Justo Martnez Amutio, que vena al Archivo Histrico Provincial de Al -bacete a investigar ciertos datos con destino a un nuevo libro autobiogrfico que prepara sobre sus relaciones con el Partido Socialista y la U. G. T. Aprovecha-mos la ocasin para dejarle leer una copia de este artculo, ya en prensa. Como es natural, no le hizo nada de gracia y manifest que no se esperaba un "palo" tan duro por nuestra parte. No obstante, despus de varias horas de charla, siempre amistosa, en la que se convenci de que no tenamos contra l ningn motivo de rencor personal o poltico, y que tan slo nos mova el afn de dejar en su sitio el rigor histrico, reconoci noblemente que quizs nosotros tuvira-mos razn en cuanto a ciertas exageraciones e inexactitudes manifestadas en su entrevista de "La Voz de Albacete", de la que no haba quedado satisfecho en ab-soluto, porque, dijo, contena muchos errores en la interpretacin de sus palabras. Manifest tambin que sus declaraciones hubiesen sido otras, en la entrevista y tambin en ciertos pasajes de su libro, si antes de escribir ste hubiera conocido la documentacin conservada en el Archivo Histrico de Albacete. En cuanto a los "paseos" perpetrados durante su poca de gobernador por criminales in-controlados, dijo que l los ignoraba en absoluto, y que en todo momento se propuso honradamente y con todas las fuerzas que tena a su alcance, por tratar de evitarlos.' Sobre sus relaciones con Andr Mart y y los de las Brigadas Inter-nacionales no se desdeca en absoluto, porque, dijo, eran tales y como l las ha contado, y nosotros estbamos equivocados totalmente si tratbamos de dudar de su veracidad en este sentido. En fin, que despus de tres das investigando entre nosotros, todos quedamos como seres verdaderamente civilizados, que po-dramos discrepar en algunas opiniones, per