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TÍTULO DE LA COMUNICACIÓN:
“Papel del Ecomuseo como elemento dinamizador del desarrollo rural”
AUTOR 1: Isabel Beltrán Gil Email: [email protected]
DEPARTAMENTO: Geografía / Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local
(IIDL)
UNIVERSIDAD: Valencia
ÁREA TEMÁTICA: (indicar el área temática en la que se inscribe el contenido de la comunicación)
RESUMEN:
Las estrategias de desarrollo rural en las últimas décadas valoran el territorio por su
medio físico, patrimonio y por los actores e instituciones que interactúan en él. Esta
visión del desarrollo nos permite entender el museo como un factor para facilitar el
desarrollo rural. En este sentido, nos basamos en la visión de expertos en la materia y en
el ejemplo concreto del ecomuseo de Almedinilla que nos permite observar como la
buena gestión del centro puede contribuir al desarrollo económico y social del territorio.
PALABRAS CLAVE: ecomuseo, desarrollo local, participación ciudadana.
2
1. INTRODUCCIÓN
En este estudio partimos de la base de que un ecomuseo bien elaborado puede ser una
herramienta más de la dinámica utilizada para incentivar el desarrollo rural. El cual se
puede definir, a grandes rasgos, como un proceso localizado de cambio social y
crecimiento económico sostenible cuyo objetivo final es alcanzar un nivel de progreso
continuo de la comunidad rural y de cada individuo que la integra.
Figura1:Objetivospresenteseneldesarrollorural
Fuente1:Alburquerque,F.(2004:11)
Se trata de buscar una mejora en la calidad de vida de los habitantes del medio rural que
implique a su vez un incremento en los niveles de renta, en la mejora de las condiciones
de vida y trabajo, así como en la conservación y sostenibilidad del medio ambiente.
En base a estos objetivos se estima en este estudio que los ecomuseos pueden ser
considerados como un motor de progreso sociocultural y económico, además de
precursores de un desarrollo endógeno y equilibrado del territorio a partir de una
concepción territorial e integrada. En este sentido, los ecomuseos son considerados en
esta investigación como una infraestructura culturalmente útil, rentable y con carácter
de empresa social (como se plasmó en la conferencia general del ICOM en 1989) y
económica, al poder generar infraestructuras y empleo estable entre la población del
territorio.
3
2. ¿QUÉESELDESARROLLORURAL?
El desarrollo rural se caracteriza por ser una estratégica centrada en el proceso de
cambio social y el crecimiento económico sostenible en las áreas municipales. Por lo
tanto, su objetivo principal es establecer una dinámica permanente de progreso en todas
las áreas descritas como comunidad rural, e incluyendo a todos los individuos que
habitan en ese territorio.
Figura2:ObjetivosdelDesarrolloRural
Fuente2:ComisiónEuropea(1999)
En este sentido, la consecuencia directa de aplicar procesos de desarrollo rural es la
mejora de la calidad de vida de todos los ciudadanos residentes en el área rural. Y, esta
circunstancia lleva implícita un aumento en los niveles de renta, además, de la mejora
de las condiciones de vida, el trabajo y la conservación del medio ambiente (Gil
4
Jiménez, F. J. 2002: 5). Ahora bien, estos beneficios se obtienen porque el desarrollo
rural tiene la responsabilidad de “dar valor añadido a los productos locales facilitando y
propiciando su comercialización, la formación de los habitantes rurales, la llegada de las
nuevas tecnologías, etc. Contando para ello con los recursos propios del territorio”,
además de impulsar “iniciativas de empleo para jóvenes y mujeres” (González Cabrera,
A. 2004: 84). El ecomuseo participa en estos objetivos porque su misión es
proporcionar un recurso económico para los habitantes de la zona a través de la puesta
en valor del patrimonio, tanto material como inmaterial, que se encuentra en el
territorio.
No obstante, para poder alcanzar estas mejoras sociales, medioambientales, económicas
y culturales, es preciso incentivar la participación ciudadana para que colabore junto
con la administración y los agentes de desarrollo. Esta colaboración, es una condición
sine qua non para llevar a buen término las iniciativas de desarrollo rural, porque si la
población no forma parte de este proceso ya sea aportando ideas propias, participando
en reuniones, colaborando en la puesta en marcha de alguna iniciativa, etc., el municipio
no prosperará. Por lo tanto, no debemos olvidar que ninguna iniciativa o política llegará
a buen término si no cuenta con el respaldo, el interés y la aprobación de los
ciudadanos.
En consecuencia, para que el ecomuseo sea un buen dinamizador del desarrollo rural, y
por tanto, sea rentable en términos económico es imprescindible contar desde el inicio
del proyecto con la aprobación y colaboración de la población. En este sentido, un
proyecto museológico no se diferencia de cualquier otra iniciativa emprendida por las
políticas de desarrollo local porque todas ellas parten desde un enfoque bottom-up (de
abajo-arriba) (Sanchis Palacio, J.R. 2010: 152). Es decir, se parte desde la necesidad
incentivar la participación ciudadana ya sea de forma individual o a través de
fundaciones o colectivos.
En estos momentos, ya no se observa el mundo rural como un territorio aislado o con
escasa ambición económica y laboral (por estar especialmente centrado en la actividad
agrícola), sino que es identificado, por la mayoría de ciudadanos, por su paisaje, ocio,
actividades deportivas, vida sana, relax, patrimonio material, fiestas, gastronomía,
tradiciones, etc. De este modo, los problemas planteados en las zonas rurales son
5
tratados ahora por las entidades políticas desde una perspectiva mucho más amplia. Es
decir, ya no se centran únicamente en resolver los problemas relacionados con el sector
agrícola. Estamos hablando, por tanto, de un proceso de ruralización que persigue:
- Alcanzar una cohesión tanto económica como social que produzca una mejora
en todas aquellas zonas rurales más desfavorecidas, para que el nivel de vida de
estás áreas se pueda aproximar a la media existente en los países miembros de la
Unión Europea (Comisión Europea, 2008).
- El espacio rural, existente en el total de países comunitarios, suma una gran
extensión de reserva medioambiental que los programas de desarrollo territorial
deben proteger (la elaboración de un ecomuseo es compatible con este objetivo
porque rentabiliza de forma sostenible el territorio rural). Por lo tanto, la Unión
Europea quiere gestionar el espacio rural como una reserva natural ajustando de
este modo los programas de desarrollo para que sean compatibles con este
propósito (Gil Jiménez, F. J. 2002: 6).
- Las políticas diseñadas e implantadas en cada territorio para incentivar el
desarrollo rural deben promover, de forma permanente, la actividad económica
de éstas zonas (González Cabrera, A. 2004: 84).
- Y, ante la implantación de estas iniciativas, muchas veces el desarrollo rural
implica un cambio en la actividad productiva (Comisión Europea, 2008). Este
hecho puede ocasionar fuertes conflictos sociales llegando incluso a alterar el
tejido social. Sin embargo, este perjuicio puede evitarse siempre y cuando los
actores del desarrollo rural no pierdan de vista la estructura del tejido social. Por
ello es tan importante, en cualquier proyecto de desarrollo rural, la colaboración
y aceptación de los ciudadanos.
- Por último, el desarrollo rural tiene que ajustar la agricultura europea para que
pueda hacer frente a la crisis que vive este sector (Moyano Estrada, E. 2005). Y,
es que en la actualidad la agricultura se encuentra en una situación delicada por
la falta de nuevos empresarios jóvenes y emprendedores.
En síntesis, el desarrollo rural se entiende como aquellas dinámicas, iniciativas y
estrategias empresariales destinadas a mejorar la calidad de vida de las comunidades no
6
urbanas. Y, para ello, se ponen en práctica políticas compatibles con la preservación del
medio natural y el uso sostenible de los recursos ambientales, cuya misión sea la
creación de empleo y riqueza de estos municipios. Objetivos que proporciona la
elaboración de un ecomuseo porque este pone en valor el patrimonio material e
inmaterial, lleva a cabo un uso sostenible de los recursos naturales y tiene como
finalidad crear empleo y riqueza para el territorio.
3. ORIGENYEVOLUCIÓNHISTÓRICADELAMUSEOLOGÍA
A lo largo de la historia el hombre ha tenido la necesidad de guardar todos aquellos
objetos que le recuerdan su origen con el fin de preservarlos y dotarlos de valor. Este
sentimiento ha llevado a la sociedad a lo largo de su existencia a identificar y conservar
todo componente denominado patrimonio material e inmaterial. Sin embargo, no se
conoce con exactitud el origen de los museos pero algunos historiadores señalan que se
originó en la antigua Grecia porque etimológicamente el término museum deriva de la
palabra griega mouseion que significa “templo dedicado a las musas”. Estos templos
eran el lugar donde se guardaban objetos valiosos y tesoros de los dioses, lo que les
otorgó una dimensión religiosa (Vázquez, 1993).
Posteriormente, en la Edad Media se presentó un cambio sustancial del concepto que
había hasta entonces de museo. Los tesoros que se presentaban como parte de las
colecciones expuestas estaban representados por los tesoros guardados por la Iglesia y
los tesoros de las cortes. Estas colecciones se guardaban en las llamadas “Cámaras de
Tesoros” hasta el Renacimiento, siglo XV que se denominarían “Cámaras de las
Maravillas”. Sin embargo, tuvimos que esperar hasta el siglo XVI para presenciar
colecciones plenamente modernas, donde el manierismo dio en pocos años un tinte de
índole visiblemente intelectual y elitista. Esta visión de las colecciones dio lugar en el
Barroco (siglo XVIII) a una creciente preocupación por la conservación y accesibilidad
al público en general y no sólo a las privilegiadas élites sociales para contemplar dichos
tesoros1. No obstante, no fue hasta después de la II Guerra Mundial cuando el museo
tuvo que afrontar una profunda revisión de sus estructuras y funciones tradicionales
1 http://www.museos.us/exposiciones/historia/virtuales/origen_del_museo/
7
(aunque este proceso no se produjo exactamente igual en todos los países). Esto es
debido, entre otros motivos, a un aumento del público como consecuencia del creciente
turismo provocado por la recuperación económica, así como al nacimiento de las nuevas
necesidades culturales que impusieron al museo transformaciones de conservación-
contemplación a la de activa elaboración cultural2.
En la actualidad los museos responden a la necesidad que tiene la sociedad de buscar
sus raíces. Esta nueva corriente de pensamiento nace en 1985 en la Declaración de
Québec y en ella se le otorga mayor importancia al concepto de objeto3. En este sentido,
como indica Fernández (1999), los museos ya no están concebidos como colecciones
sino como transmisores del patrimonio cultural. En este proceso de evolución la
museología empieza a tomarse en consideración como instrumento precursor del
desarrollo local y promoción del turismo. De esta forma nace el ecomuseo.
Existen muchas definiciones del termino ecomuseo, entre ellas podemos mencionar la
establecida por Riviére que define el ecomuseo como un “instrumento que el poder
político y la población conciben, fabrican y explotan conjuntamente. El poder, con los
expertos, las instalaciones, y los recursos que pone a disposición; la población, según
sus aspiraciones, sus conocimientos y su idiosincrasia” (1985, p. 148). En este sentido,
el ecomuseo es entendido como un espejo donde la población tiene la oportunidad de
contemplarse en el tiempo. Esta visión les permite buscar una explicación del proceso
evolutivo de su territorio, es decir, contemplar y entender los pueblos que le
precedieron, la continuidad y discontinuidad de las generaciones.
Bergdhal (1998) definió el ecomuseo como un instrumento dedicado al desarrollo
regional en cuyo proceso pone en colaboración la población local con las instituciones
públicas. La presente investigación se ha basado principalmente en esta descripción de
ecomuseo porque son muchos los municipios que tienen la visión del ecomuseo como
un instrumento para el desarrollo regional.
De entre todas las interpretaciones y definiciones que se han realizado sobre el concepto
de ecomuseo la reconocida internacionalmente es la establecida por el ICOM. Y en ella
2 http://www.ite.educacion.es/w3/eos/MaterialesEducativos/bachillerato/arte/arte/coleccio/museo.htm 3 http://www.cismamagina.es/pdf/20-03.pdf
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se entiende como “un museo concebido y organizado para proteger un patrimonio
natural y cultural, mueble e inmueble, conservado en su lugar de origen, allí donde este
patrimonio ha sido creado o descubierto4”. En consecuencia, el ecomuseo se caracteriza
y diferencia de los museos tradicionales en su peculiar forma de mostrar el contenido,
ya que lo hacen in situ.
En síntesis, el ecomuseo hace una interpretación del espacio y cumple una función en el
campo de la información y análisis crítico porque es interpretado como un laboratorio.
Es decir, contribuye al estudio histórico y contemporáneo de la población y de su
entorno, lo que favorece la formación de especialistas en la materia y contribuye a la
preservación del patrimonio natural y cultural de la población.
En este caso, a diferencia de los museos tradicionales, el orden de los objetivos y
prioridades se ve sustancialmente alterado. Por ejemplo, el objeto queda situado en una
posición secundaria, ya que el centro y la dinámica del museo no gira únicamente
entorno a los objetos. En su lugar toman prioridad los conocimientos, saberes y
temáticas de reflexión que puede generar el patrimonio (Moril, 2009).
El museo se transforma más que en un simple contenedor de objetos (más o menos
pedagógico e interactivo a través de las áreas didácticas), en un acopiador de
informaciones. Esto significa que su misión principal es transmitir la información y no
sólo la contemplación del patrimonio material, por tanto, según Seguí, “se sustituye la
noción de pieza por la de documento” (2009). Además, en la actualidad todo museo
debe cumplir cuatro funciones básicas y de no cumplirlas estos serían catalogados de
simples galerías de arte porque su único propósito y finalidad sería mostrar los objetos
sin investigar, contextualizar y trabajar sobre ellos:
- Documentación: todos los muesos para cumplir su función de difusores de la
información cultural deben gestionar y reunir el mayor número posible de
archivos, artículos, libros, investigaciones, etc., relacionados con las piezas y
colecciones que puedan albergar en sus almacenes y con el carácter o temática en
4 http://www.icom-ce.org/
9
torno a la cual se asienta esa institución museística (etnología, arqueología, arte
contemporáneo, etc.), para ponerlos al servicio de los usuarios5.
- Difusión y comunicación: tiene como objetivo principal acercar los objetos-
etnológico-patrimoniales al conjunto de la sociedad y para ello es necesario un
estudio previo donde se indiquen las características, necesidades y
motivaciones del público al cual pretendemos atraer a nuestras exposiciones.
Este estudio es necesario para transmitir la información y conocimientos que
se pretendan extrapolar de la exposición (Mercado, 2009).
- Conservación: pretende mantener en el mejor estado posible los objetos que
forman parte del inventario del museo ya sea a través de la conservación
preventiva (se repara o protege el objeto con la intención de evitar que sufra
daños o empeore su estado) o la restauración (este proceso se aplica cuando el
objeto se encuentra considerablemente dañado, por lo que es necesaria una
intervención directa y reversible con la intención de preservar el mayor tiempo
posible la pieza). (Pedro, 2009).
- Investigación: se presenta como el pilar sustentador de todos los ámbitos de
actuación del propio museo ya que sin este paso estaríamos hablando de un
simple almacén donde se exponen piezas de arte, exóticas, desconocidas, etc., sin
ningún tipo de explicación en forma de carteletas, catálogos, folletos, etc., donde
se le explique al usuario que es lo que está viendo, la importancia que tiene, su
uso, su contextualización, etc. (Blaya, 2009).
4. ELECOMUSEOCOMOMOTORDEDESARROLLORURAL
Para que un ecomuseo funcione como institución cultural y colaboradora del desarrollo
rural debe cumplir cada una de las funciones descritas anteriormente. Sin ellas,
estaríamos hablando de un simple almacén sin ninguna funcionalidad ni objetivo
práctico salvo custodiar una serie de objetos antiguos y/o históricos. Por tanto, para que
un museo o ecomuseo funcione éste debe ser creado como un foro donde el patrimonio 5 http://www.mcu.es/museos/CE/Funciones/Introduccion.html
10
interactúe con las personas con la intención de motivar y estimular sus mentes. No sólo
se trata de poner en valor los recursos patrimoniales del municipio, sino también de
estimular la participación del ciudadano, porque todo ello aporta valor, experiencia y la
posibilidad de un ingreso económico (Seguí, 2012).
Es importante tener en cuenta que los museos al aire libre o ecomuseos son por lo
general iniciativa de expertos y no de los autóctonos del municipio. Esta circunstancia
provoca una idealización del medio rural y una falta de implicación de los residentes
(personas clave para que funcione con éxito un ecomuseo). Y sin la participación de una
parte significativa de la población es poco viable traducir un evento cultural en un
impulsor del desarrollo local.
La participación ciudadana es imprescindible porque un ecomuseo trata de
contextualizar y dar vida a los elementos patrimoniales con independencia de la
catalogación (etnológico, arqueológico, histórico…). Trata de simbolizar la identidad
colectiva a través de representaciones tradicionales, recreación de oficios artesanales,
etc., dominantes en el medio rural para evitar que se pierdan en el olvido y así darles
mayor importancia (Seguí, 2012). Sin embargo, para llegar a este punto previamente se
ha debido de realizar un proyecto donde conste de forma detallada los recursos
materiales e inmateriales de que dispone el territorio. Y, una vez seleccionado todo el
patrimonio disponible es el momento de hacer partícipe a los ciudadanos en el proyecto.
Para ello, se puede solicitar su participación para dotar al museo de objetos relevantes e
incluso se puede pedir su colaboración para la realización de actividades didácticas e
ilustrativas. En el transcurso de este objetivo, el ecomuseo puede y debe proporcionar
puestos de trabajo para los residentes y crear un reclamo turístico que de forma indirecta
pueda afectar positivamente al municipio en términos económicos (reactiva los
establecimientos gastronómicos, proliferan las empresas turísticas, los alojamientos,
etc.).
De esta forma los ecomuseos deben ser creados como algo dinámico, accesible y apto
para todos los públicos con independencia de la edad y el nivel cultural. Sin embargo,
no sólo está latente la posible falta de implicación de los ciudadanos (por voluntad
propia o porque los responsables del proyecto los excluyen directamente), sino también
el de limitar la exposición y objetivos del ecomuseo por la utilización de un diseño y
11
planteamiento poco atemporal. Esta situación sucede cuando en la redacción del
proyecto no se tiene en cuenta los efectos del paso del tiempo, es decir, la tecnología a
avanza muy rápidamente, los patrones de estética, etc., están en constante cambio. Por
esta razón es necesario crear un diseño y una estructura en la exposición que no quede
obsoleto a los pocos años de ser montado para rentabilizar al máximo la inversión
económica. En consecuencia, un diseño poco flexible merma el interés del ecomuseo en
el tiempo por lo que sólo sería rentable a nivel de desarrollo local durante un periodo
muy concreto.
Otra circunstancia o problema a tener en cuenta, es que estos centros culturales terminen
convirtiéndose en parques temáticos porque se le de mayor importancia al espectáculo
frente a la reflexión del patrimonio cultural (Arrieta, 2012). Si bien es cierto que la
metamorfosis de un ecomuseo en parque temático puede favorecer económicamente al
municipio, en mi opinión escapa de la teoría planteada en este trabajo porque ya no
estaríamos hablando de un museo con todas sus características y finalidades sino de un
centro de ocio disfrazado de centro cultural.
En este sentido, los objetivos principales que motivan un museo o ecomuseo local son
principalmente dos: sociocultural y económico. Según Arrieta (2012), el objetivo
principal para crear un ecomuseo no puede ser el incentivo económico. Este debe ser
considerado como un elemento más o como una ayuda, porque considera que raramente
los museos locales pueden sobrevivir por ellos mismos por lo que el principal objetivo
debe ser siempre el sociocultural (opinión que comparto con él). Es decir, si queremos
que un ecomuseo local tenga cierta importancia y sirva como dinamizador del
desarrollo, éste debe abordar en primera instancia las inquietudes que tengamos y no
sólo desde las colecciones heredadas.
Esto significa que hay que tener en cuenta a las nuevas generaciones y la población
inmigrante porque este grupo de población tiene intereses diversos y es imprescindible
crear una motivación constante para que el ecomuseo sea siempre atractivo para este
núcleo de la población. De ahí que siempre debamos mirar situaciones y colecciones
actuales para abordar el pasado y otras culturas, todo ello con la intención de mantener
activo y actual el ecomuseo. Este esfuerzo sumado a la creación de un discurso
dinámico en las exposiciones (que acote todas las interpretaciones y contrastes posibles)
12
para inducir a los usuarios a la reflexión y la discusión, son los verdaderos responsables
de mantener operativo el objetivo económico.
En consecuencia, el patrimonio en todos sus sectores no puede ni debe considerarse de
forma estricta como un bien de mercado. Por tanto, toda la iniciativa que genere el
ecomuseo debe ser equilibrada y sostenible, considerando en todo momento el impacto
social, educativo, la integración en la comunidad y el mantenimiento de los recursos. En
este sentido, considerar el patrimonio cultural como un recurso productivo debe
plantearse desde dos perspectivas básicas:
- En primer lugar, desde el impacto económico generado por las industrias
culturales, algunas instituciones patrimoniales y las actividades de turismo y
ocio centradas en los recursos patrimoniales del territorio.
- En segundo y último lugar, está el impacto indirecto que surge y se genera
entorno al patrimonio cultural tanto directo como indirecto generando
alojamientos, restauración, compras, actividades complementarias, etc.
Concretamente, para el ecomuseo del Río Caicena6 en Almedinilla-Córdoba, el impacto
directo se traduce en actividades de divulgación turístico-culturales basadas en visitas a
los yacimientos y museo. Además, de actividades culturales-patrimoniales como son
por ejemplo, las comidas romanas, banquetes funerarios, Festum-Jornadas
Iberorromanas, Larentalia, etc. Lo que le ha permitido a este ecomuseo:
a) ganar el premio Juan Benier, el premio al mejor producto turístico innovador de
Turismo de Córdoba y Diputación Provincial, al Ecomuso de Río Caicena y al
Mejor Producto Turístico Innovador “Almuerzos y Cenas Romanas”. También
cuenta con el Premio Junta de Andalucia 2005 por los Campos de Trabajo
Arqueológicos, además del Premio al Mejor Producto Turístico por la Ruda de
la Bética Romana, entre otros. Todo ello influye y condiciona la rentabilidad del
territorio porque se traduce en publicidad turística y negocios relacionados
directa o indirectamente con la cultura;
6 Gestionado por una empresa pública municipal, Smnus-Desarrollo de Almedinilla, S.L.
13
b) y, lograr la aceptación del público de forma muy positiva ya que el número de
visitantes se mantiene en cifras respetables. Por ejemplo, en el año 2011 el
ecomuseo recibió un total de 7.450 visitas (Roman, 2012) número relativamente
superior al del año anterior con 7.050 visitas (no se debe olvidar que se trata de
un trabajo cuyo resultado se hace visible a medio/largo plazo, siempre que exista
una propensión a la innovación).
Sin embargo, también debemos tener en cuenta otra serie de factores, además del
número de visitantes, que nos indican el valor del museo como empresa. Y entre
ellos está la participación ciudadana que es importante para la viabilidad de los
proyectos que se generen. En este sentido, la gerencia del museo es muy
consciente de la importancia que supone la colaboración autóctona para la vida y
funcionalidad del centro, por ello incentivan a los ciudadanos para que se
involucren. Por ejemplo, sólo para las jornadas Festum colaboran más de 300
personas de la localidad. Y de los 6 empleados que tienen en plantilla (Gerente,
Técnico en comercio y Marketing Turístico, Técnico Cultural, técnico
Administrativo, Guía Local y Ayudante de Museo y Limpiadora) 4 de ellos son
autóctonos a los que hay que sumar el Director del Museo.
Por otro lado, los paquetes turísticos señalados anteriormente y la buena gestión del
centro ha permitido un incremento de la actividad económica a través de la construcción
de 15 alojamientos rurales, un hotel, 3 restaurantes, un negocio privado centrado en las
jornadas gastronómicas romanas, así como una tienda de reproducciones arqueológicas.
Es decir, la creciente demanda empresarial en el ámbito turístico es un claro indicativo
de la influencia positiva a nivel económico que presenta el ecomuseo para el territorio.
Así, expertos como Muñoz (2007), comparando el número de habitantes del municipio
con el crecimiento de la actividad económica generada, directa e indirectamente, por el
Ecomuseo, consideran que para un pequeño municipio de 2.510 habitantes (año 2011)
la actividad empresarial empieza a ser importante. Esta circunstancia ha impulsado a
algunos ciudadanos a promover la imagen de Almedinilla y sus productos artesanales
como por ejemplo el aceite. Por tanto, podemos afirmar que el ecomuseo ha influido en
el desarrollo local del municipio puesto que el turismo ha pasado a ser el sector
transversal de la economía de la localidad y complemento del sector principal que no
deja de ser el agroalimentario.
14
Y, por último, hay que observar el envejecimiento de la población porque si ésta es cada
vez mayor significa que los proyectos y políticas destinados a motivar el desarrollo rural
no son efectivo (con independencia de su vinculación a los ecomuseos). En este caso
concreto, el índice de envejecimiento de la población (tabla 1) nos sugiere que, aunque
lentamente, la población mayor de 65 años se va reduciendo.
Una población muy envejecida (alto porcentaje de mayores de 65 años de edad)
significa que es un territorio poco activo y emprendedor en el ámbito económico. No
debemos olvidar que es la población joven la responsable de motivar la economía de un
territorio. Y aunque no se puede afirmar de forma rotunda que la disminución del
envejecimiento es causa y consecuencia de la construcción del ecomuseo si podemos
afirmar que gracias a él han florecido las empresas relacionadas con la cultura y eso ha
motivado la permanencia e incluso la llegada de nuevos residentes (en edad laboral) a la
zona (tabla 1). Por tanto, me atrevería a decir que este museo ha sido un elemento más
de la maquinaria que se ha empleado en Almedinilla para promover el desarrollo rural.
No obstante, hay municipios que ven el museo o el ecomuseo como una oportunidad
para obtener una subvención. Esto implica una solución a corto plazo porque el museo o
ecomuseo es rentable mientras se está construyendo pero una vez terminado pierde toda
su viabilidad porque los ciudadanos no están implicados en el proyecto. De este modo,
el ecomuseo termina convirtiéndose en un almacén carente de actividades, nuevas
exposiciones e intereses. Y donde la única forma de visitarlo es concertar una cita
previa con algún responsable de cultura del ayuntamiento u oficina de turismo del
municipio. Se trata, por tanto, de una perdida económica porque la inversión no se
rentabiliza. En estos casos, el ecomuseo nunca podrá ser un dinamizador del desarrollo
local porque ni tan siquiera fue creado como un elemento sociocultural.
Tabla 1: Porcentaje de la población de Almedinilla desde 2002 hasta 2011
Fuente 3: Elaboración propia basado en INE
15
Por tanto, un ecomuseo puede ser un dinamizador del desarrollo rural tanto en el ámbito
sociocultural como en el económico, pero siempre y cuando se cumplan una serie de
requisitos entre los que destaca la colaboración y buena disposición de los ciudadanos
del municipio y la presentación de un proyecto viable con matices atemporales y
dinámicos que permitan la adaptabilidad del ecomuseo a las nuevas circunstancias,
nuevos visitantes, etc.
5. CONCLUSIÓN
En síntesis, la clave para crear un ecomuseo rentable está en no centrarse tanto en los
objetos y más en conseguir que un colectivo de la población local (fundaciones,
organizaciones, ciudadanos individuales, etc.,) se involucre en el proyecto. La
participación ciudadana marca una diferencia porque evita en gran medida que el
ecomuseo se vea reducido a un simple almacén sin interés, y le da, por tanto, vida y
dinamismo. En este sentido, lo mejor y más deseable sería que la iniciativa de crear un
ecomuseo local viniera incentivada y motivada por la propia comunidad local. Se trata
de una creación de abajo (población) para arriba (ayuntamiento) y no a la inversa,
eliminando así alguno de los problemas con los que se pueda encontrar el ecomuseo ya
que éste parte con el respaldo del municipio. Sin embargo, si la iniciativa parte de las
altas esferas el proyecto tiende a no funcionar todo lo bien que debiera7, porque deben
ganarse la aprobación y participación de un porcentaje de los ciudadanos del municipio
en lugar de partir con este respaldo desde el comienzo. Y el problema radica en que
muchas veces la población no está conforme o no se ve reflejada en el proyecto
museográfico por lo que no les resulta difícil desvincularse de él.
Otro aspecto a tener en cuenta para que el ecomuseo resulte rentable y pueda participar
en el desarrollo local, es que el público termina desapareciendo porque ya ha visto las
exposiciones y no hay nada nuevo por ver. En este caso los visitantes que no son los
colegios sino el público general y objetivo disminuyen hasta su desaparición. Para evitar
esta situación se debe estar en constante innovación creando nuevos cursos para el
ecomuseo, nuevas exposiciones, nuevas iniciativas, etc., y para ello es imprescindible la
participación y colaboración ciudadana.
7 Esta visión la respalda Arrieta, I. (2012).
16
Por tanto, a rasgos generales es un error pensar que un ecomuseo o museo local va a ser
la panacea en el ámbito económico de un municipio porque éste (y sólo en los casos
donde esté bien gestionado y cimentado) puede ser una ayuda económica. Es decir,
puede proporcionar puestos de trabajo y con el turismo que cree puede suponer una
inyección para el ámbito laboral ya existente en el municipio. Por tanto, es
imprescindible realizar un estudio previo de la comunidad local para conocer sus puntos
fuertes y débiles, las posibles organizaciones y fundaciones colaboradoras, así como la
implicación que se puede esperar de los ciudadanos en términos globales (por lo general
esta implicación suele ser muy reducida, es decir, son pocos los ciudadanos que sin
pertenecer a una organización o fundación cultural o similar deciden implicarse en el
proyecto).
Salvando estas diferencias y presentando un proyecto dinámico, abierto al cambio y
atemporal en su forma expositiva (los medios audiovisuales y demás elementos
tecnológicos pueden quedar obsoletos en cuestión de años y esto puede dificultar la
evolución del centro porque alterar, ampliar o crear nuevas exposiciones puede suponer
un coste añadido) el ecomuseo puede contribuir, según la experiencia de Almedinilla, al
desarrollo rural.
No obstante, la investigación sigue abierta porque es necesario comparar esta teoría con
un número representativo de ecomuseos y así poder observar si se cumple el mismo
patrón que en Almedinilla.
17
6. BIBLIOGRAFÍA
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