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Apego y Contexto Escolar 1
Universidad de los Andes
Facultad de Ciencias Sociales
Departamento de Psicología
INFLUENCIAS DEL APEGO Y LA COMUNICACIÓN DE LA MADRE CON EL
NIÑO SOBRE SUS RELACIONES SOCIO-EMOCIONALES EN EL CONTEXTO
ESCOLAR
Tesis para optar al título de
PSICÓLOGAS
Carolina María Camero Bolaños
Mariela Castellanos Prieto
Bajo la dirección de Sonia Carrillo, Ph. D.
y la lectura de Enrique Chaux Ph. D
Bogotá, D.C., Enero de 2004
Apego y Contexto Escolar 2
Departamento de Psicología, Universidad de los Andes
Tabla de Contenido
Influencias del apego y la comunicación de la madre con el niño sobre sus relaciones
socio-emocionales en el contexto escolar ……………………………………………………… 6
Relaciones Afectivas del Niño …………………………………………………………. 6
Apego: Presupuestos Básicos…………………………………………………… 7
Relación de Apego entre el Niño y su Madre ……………………………. ……. 9
Presupuestos Básicos de la comunicación …………………………………………....... 11
Comunicación en la interacción del niño con su madre …………………. …… 12
Relaciones Sociales del Niño en la Escuela…………………………………………….. 13
Relación del Niño con el Maestro………………………………………………. 14
Relación del Niño con sus Compañeros ………………………………………... 19
Relaciones Sociales y Comunicación del Niño…………………………………………. 21
Preguntas Investigativas………………………………………………………………… 29
Hipótesis………………………………………………………………………………… 30
Método………………………………………………………………………………….. 30
Participantes…………………………………………………………………….. 30
Instrumentos…………………………………………………………………….. 31
Procedimiento…………………………………………………………………… 33
Resultados………………………………………………………………………………. 35
Análisis Cuantitativo……………………………………………………………. 35
Análisis Cualitativo……………………………………………………………... 45
Discusión………………………………………………………………………………... 60
Referencias……………………………………………………………………………… 71
Anexos………………………………………………………………………………….. 75
Apego y Contexto Escolar 3
Lista de Tablas
Tabla 1. Estadísticos descriptivos de los niveles de seguridad y dependencia
con mamá y profesora………………………………………………………………...……….. 37
Tabla 2. Correlaciones entre niveles de seguridad y dependencia en la relación
de apego con mamá y con profesora…………………………………………………………… 38
Tabla 3. Estadísticos descriptivos de las escalas del PSP y de los índices
de aceptación..………………………………………………………………………………….. 39
Tabla 4. Correlaciones entre las escalas del PSP y los índices de aceptación..………………... 41
Tabla 5. Estadísticos descriptivos de los factores de la comunicación………………………… 43
Tabla 6. Correlaciones entre los factores de la comunicación con la madre y
los niveles de seguridad y dependencia con la profesora……………………………………… 44
Tabla 7. Correlaciones entre las escalas del PSP, los índices de
aceptación y los factores de la comunicación…………………………………………………. 45
Apego y Contexto Escolar 4
Lista de Figuras
Figura 1. Gráfica de las preguntas investigativas………………………………………………. 29
Figura 2. Nivel de seguridad entre niños y madres…………………………………………….. 36
Figura 3. Nivel de seguridad entre niños y profesoras…………………………………………. 36
Figura 4. Nivel de dependencia entre niños y madres………………………………………….. 37
Figura 5. Nivel de dependencia entre niños y profesoras………………………………………. 37
Figura 6. Puntajes en la Subescala de Vocabulario WPPSI……………………………………. 42
Apego y Contexto Escolar 5
Lista de Matrices
Matriz 1. Categoría de cercanía………………………………………………………………… 46
Matriz 2. Categoría de exploración…………………………………………………………….. 50
Matriz 3. Categoría de señales de afecto……………………………………………………….. 52
Apego y Contexto Escolar 6
INFLUENCIAS DEL APEGO Y LA COMUNICACIÓN DE LA MADRE CON EL NIÑO
SOBRE SUS RELACIONES SOCIO-EMOCIONALES EN EL CONTEXTO ESCOLAR
Relaciones Afectivas del Niño
El afecto es un aspecto indispensable para la supervivencia de los seres humanos; por esa
razón es importante establecer diferentes relaciones afectivas a lo largo de la vida. Dichas
relaciones se inician desde una etapa muy temprana, permitiéndole al niño sentirse acogido y
parte de una relación. En el momento del nacimiento el niño inicia un reconocimiento de aquellas
personas que se encuentran a su alrededor, siendo de mayor intensidad la relación entre el niño y
su madre. Esta relación le puede brindar al niño las necesidades físicas y emocionales propias de
esa primera etapa de su vida.
El objetivo de este trabajo es analizar la influencia del vínculo que establece el niño con la
madre (como primera figura de cuidado principal), en la relación maestro-niño y en la del niño
con sus compañeros en el preescolar.
Muchos investigadores del desarrollo infantil se han interesado en el proceso de la
interacción entre el niño y su madre y han analizado las implicaciones que tienen los distintos
factores que intervienen en dicha interacción, como la calidez y el afecto, y que influyen en el
desarrollo social, emocional, y cognitivo del niño. Uno de los investigadores más reconocidos en
esta área, ha sido John Bowlby, quien planteó la teoría del Apego. Esta teoría ha sido tomada
como la base para la comprensión de las relaciones sociales que se establecen a lo largo del ciclo
vital, ya que plantea la interacción entre el niño y la madre como la pauta que se tiende a seguir
en el establecimiento de nuevas relaciones.
Cicchetti, Cummings, Greenberg & Marvin (1990) han hecho énfasis en las variaciones
del apego y afirman que éste continúa transformándose a través de las diferentes etapas por las
que va pasando el niño, en especial, cuando entra al preescolar. De esta manera los autores
enfatizan que el apego debe ser tomado como un aspecto del desarrollo, que se encuentra en
continuo cambio, dependiendo del entorno en el cual se encuentre el niño.
A medida que el niño crece y especialmente cuando inicia su vida escolar, las relaciones
sociales a las que se ve enfrentado, le generan demandas de interacción con esas personas
presentes en su nuevo entorno social: los maestros, los compañeros, etc. De esta manera, la
Apego y Contexto Escolar 7
relación con la familia y en especial con la madre, ya no será la única relación importante en la
vida del niño. En ese momento él podrá tener unas herramientas que le faciliten el desarrollo de
unas destrezas sociales, las cuales le permitirán iniciar una aproximación a sus profesores y
compañeros, promoviendo a su vez un sentimiento de calidez y pertenencia a la escuela.
Apego: Presupuestos Básicos
La teoría del apego surgió como trabajo conjunto entre John Bowlby y Mary Ainsworth.
Bowlby formuló los supuestos básicos de la teoría, y las contribuciones de Ainsworth ayudaron a
comprobar algunas de las ideas de Bowlby y a su vez a ampliar la teoría del apego (Bowlby,
1998). La importancia de la relación del niño con su madre, caracterizada por la calidez,
proximidad, seguridad y protección que ésta brinda al niño, fue uno de los aspectos centrales
propuestos por Bowlby en su teoría.
La Teoría del Apego, señala la importancia del vínculo del niño con la madre, y la
relevancia que éste tiene para las subsecuentes relaciones que el niño establece a lo largo de su
vida. Para Bowlby, la importancia de la relación entre la madre y el niño se evidenciaba
claramente en los casos de separación donde los niños tendían a mostrarse tristes y afligidos y en
los momentos de reencuentro en los que los niños mostraban felicidad o una necesidad de
cercanía y proximidad con ésta. Al darse cuenta que los niños en presencia de la madre no
mostraban ansiedad, ni sentimientos de tristeza, mientras que en ausencia de ella sí, Bowlby
concluyó que es importante que dicha sea cálida, íntima y afectuosa.
Los aportes de Ainsworth, incluyeron aspectos teóricos al igual que metodológicos. A
nivel teórico Ainsworth enfatizó en los conceptos de base segura, sensitividad y responsividad. El
concepto de Base Segura se refiere a la seguridad que el niño obtiene en la relación con sus
cuidadores principales, los cuales le permiten explorar el mundo. Esta seguridad está dada por la
disponibilidad, responsividad y la protección que dichos cuidadores le brindan al niño, lo cual le
permite explorar fácilmente el ambiente, con la seguridad de que ellos estarán ahí cada vez que él
los necesite. Esto fue corroborado por Ainsworth en sus estudios naturalistas, al notar que los
niños que habían establecido un apego seguro con la madre, presentaban una mayor exploración
(Ainsworth, Blehar, Waters & Wall, 1978).
Apego y Contexto Escolar 8
Por otra parte, la sensitividad fue definida por Ainsworth, como la capacidad de la madre
para leer e interpretar las señales del bebé sobre sus diferentes necesidades; y la responsividad la
definió como la capacidad de responder inmediata y apropiadamente a esas necesidades.
Adicional a estos conceptos teóricos, Ainsworth (Ainsworth, Blehar, Waters & Wall,
1978) diseñó una metodología de laboratorio para evaluar la relación del niño y su cuidador
principal. Esta metodología denominada La Situación Extraña no sólo permitió comprobar
algunas de las ideas de Bowlby empíricamente, sino que también dio paso a una expansión en la
Teoría del Apego.
En la Situación Extraña se observa la manera como el niño reacciona ante diferentes
situaciones en las cuales se manipula la presencia o ausencia de su madre, de un extraño o de los
dos. Con base en este procedimiento, Ainsworth identificó tres tipos de relación entre el niño y su
madre (Ainsworth, Blehar, Waters, Wall, 1978).
El Apego Seguro fue definido como aquel en el cual la madre le brinda al niño la
suficiente seguridad para que éste pueda para explorar el ambiente en el que se encuentra. En este
tipo de relación, el niño constantemente busca proximidad, calidez y contacto con su madre, ya
sea físico o visual. Este tipo de conductas le dan al niño la seguridad de que su madre estará ahí
cada vez que la necesite, respondiendo a sus necesidades de una manera inmediata y sensitiva.
El Apego Inseguro fue dividido en dos subtipos: Ambivalente y Evitativo. El Inseguro-
Ambivalente fue definido como aquel en el que la madre no responde consistentemente a las
necesidades del niño. Esta inconsistencia genera confusión e inseguridad. Estos niños muestran
bajo nivel de exploración, y una gran ansiedad ante la separación, incluso pueden mostrar
agresividad cuando se reúnen de nuevo con la madre. El Inseguro-Evitativo fue definido como
aquel en el que la madre nunca responde a las necesidades del niño y por esto se generan en él
sentimientos de evitación hacia la madre. Estos niños no muestran ningún tipo de ansiedad ante la
separación e incluso en el momento de la reunión, el niño no muestra ninguna señal de alegría de
volver a ver a su madre.
Adicionalmente autores como Carlson y cols. (1989, citados por Berk, 1999) identificaron
un cuarto tipo de relación de apego al que denominaron Desorganizado/Desorientado. En este
tipo de relación, la madre no sabe como responder a las necesidades del niño creando en él,
confusión, inseguridad, incoherencia y afecto plano durante su interacción.
Apego y Contexto Escolar 9
Otra aproximación a la medición del apego, fue realizada por Waters y Deane (1985),
quienes diseñaron el Q-Sort de apego, un instrumento que se utiliza para evaluar la relación de
apego entre el cuidado y el niño en un ambiente natural.
Este procedimiento requiere observación del niño y su cuidador y la calificación de dicha
interacción a través de 90 ítems que conforman el instrumento. El Q-Set provee una
representación continua del grado en que la relación observada es segura, a diferencia de la
situación extraña, la cual arroja una clasificación de las distintas tipos de apego (Schneider,
Tardif & Atkinson, 2001).
En esta investigación se partirá de los aportes teóricos y metodológicos mencionados
anteriormente como sustento, para definir cada una de las variables de interés que se irán
presentando en los siguientes apartes.
Relación de Apego en el Contexto Familiar
La relación de apego entre el niño y sus cuidadores principales dentro de la familia va a
ser de vital importancia en la vida del niño. Es importante entonces, que dicha relación incluya
aspectos relevantes, tales como sensitividad y responsividad por parte de los cuidadores (la madre
o el padre) en los momentos en que el niño lo requiera. La respuesta que la madre de al niño en
los distintos momentos de interacción va a generar en él ciertas expectativas, con respecto a lo
que su madre le puede proveer, las cuales van a determinar el tipo de apego que éste desarrolla.
De una buena relación con la madre, se deriva la seguridad necesaria para que el niño se sienta
capaz de explorar nuevos ambientes y de desenvolverse de una manera más competente a nivel
social.
A lo largo de la literatura revisada, se ha evidenciado que las relaciones afectivas del niño
con sus padres, influyen de manera importante en el desarrollo social, emocional y cognitivo del
niño (Howes & Hamilton, 1992 a y b; Suess, Grossman & Sroufe, 1992; Verschueren &
Marcoen, 1999; Wentzel, 1997). Autores como Suess, Grossman & Sroufe (1992) han reportado
que la relación del niño tanto con la madre como con el padre, son importantes para predecir los
comportamientos posteriores del niño.
El establecimiento de la relación de la madre con el niño, no solamente se encuentra
influenciado por las características individuales de la madre, sino que diversos aspectos
relacionados con su rol de madre también han sido señalados como factores importantes. A pesar
Apego y Contexto Escolar 10
de que la relación del niño con la madre ha sido la más estudiada, se debe tener en cuenta que la
relación con los dos padres tiene consecuencias muy importantes en el desarrollo del niño a nivel
social, emocional y cognitivo. También se ha encontrado, que mientras el rol de la madre como
figura de apego ha sido más enfocado a brindar cuidado, afecto y seguridad al niño, el rol del
padre se ha centrado en estimular y promover la exploración del ambiente con seguridad e
independencia. Esto puede explicar el hecho de que los sentimientos internos del niño, como la
necesidad de calidez, cariño, cercanía y protección, sean atribuidos a su relación con la mamá, y
otros aspectos, como la exploración y otras habilidades intelectuales y cognitivas, a la relación
con el papá. (Verschueren y Marcoen, 1999).
Otras investigaciones como la de Barnett, Kidwell y Leung (1998), se han enfocado más
en la relación del niño con la madre. Estos autores sugieren que los niños con una relación de
apego seguro con la madre son más competentes en aspectos de autorregulación, motivación,
competencia social, emocional y cognitiva. Las madres que tienen una relación de apego seguro
con sus hijos, han sido caracterizadas como madres cálidas, no controladoras, que brindan apoyo
y se involucran emocionalmente en las diferentes actividades que realizan con sus hijos.
Otro aspecto importante relacionado con los padres y los hijos, pero más a nivel
emocional, es el entendimiento de las emociones que desarrolla el niño. A este respecto, Denham,
Zoller & Couchoud (1999) señalan la relevancia de que los padres expresen libremente sus
emociones delante de los niños, y que además de eso, las expliquen con el fin de que estos, vayan
internalizando dichas explicaciones y de esta manera, vayan entendiendo tanto sus emociones
como las de los demás. Esta herramienta es importante para el niño sobretodo en la entrada a la
escuela, pues es allí donde empieza a tener una gran cantidad de contactos, con pares y
profesores. Frente a éstos, va a reaccionar y a sentir emociones y por esta razón necesita tener un
buen entendimiento de ellas. Además de esto, el hecho de tener ya un buen repertorio de
emociones le va a facilitar la interacción con los demás.
Es así como la vida familiar del niño tiene un significado importante para el desarrollo
socioemocional que trasciende a otros contextos sociales como la escuela, donde el niño tiende a
manifestar las pautas relacionales que aprendió en el hogar bajo el cuidado y la protección de sus
padres.
Apego y Contexto Escolar 11
Comunicación en la Interacción entre la Madre y el Niño
La comunicación es un aspecto del lenguaje esencial para la interacción con el mundo y
con las otras personas que se encuentran alrededor. Por medio de ésta, logramos acceder a la
expresión de ideas y al conocimiento de patrones de socialización, enmarcados en una cultura que
brinda un sentido de pertenencia y una educación coherente con sus principios y tradiciones. Por
medio del intercambio verbal, se logra dar a conocer lo que se piensa y lo que se siente, a la vez
que conocer aquello que piensan y sienten los demás. Sin embargo, no solamente es a través de
un lenguaje verbal que podemos hacer este intercambio, las expresiones faciales y las posturas
corporales también pueden dar señal de algo que se quiere comunicar de una forma diferente,
aunque en ocasiones ello no se dé de manera muy consciente.
Es por esa razón, que a pesar de que el lenguaje es el más importante, solo representa uno
de los muchos medios de comunicación ya que permite a los seres humanos realizar un
intercambio de actitudes, ideas, emociones y demás. El lenguaje es entonces muy significativo en
las relaciones humanas, ya que es gracias a éste que se puede transmitir conocimiento, originar
ideas y pensamientos, así como organizarlos y expresarlos.
La comunicación no es característica solamente de una etapa del desarrollo, sino que esta
necesidad por expresarse surge desde los primeros momentos de la vida y va a ser importante a lo
largo de ésta. Inicialmente el niño busca los medios necesarios para informar a su madre, o a
aquella persona que se encuentra a cargo de su cuidado, sus requerimientos en las diversas
situaciones. Es bien sabido que los niños muy pequeños difícilmente lograrían expresar por
medio de verbalizaciones aquello que están necesitando, por ello la atención de la madre sobre su
hijo es de suma importancia, puesto que es ella quien desde un comienzo tiene el papel de
comprender cuáles son las demandas de su niño. Evidencia de ello es aportada por Rice (1997),
quien afirma que es posible que los niños puedan comunicarse desde mucho antes de que sean
capaces de usar las palabras; un ejemplo que da de esto es el “reflejo de búsqueda”, el cual señala
la capacidad para mamar y comer. Además, diferentes formas del llanto de los niños tienen
significados distintos, como molestia, dolor, o simplemente cansancio.
Para el interés de la presente investigación, se tendrán en cuenta los diferentes factores
que se encuentran al interior de la competencia comunicativa, en situaciones de juego, ya que ésta
ha sido fuertemente asociada a la adquisición y al uso del lenguaje. Este tipo de competencia se
refiere al conocimiento de las reglas para el uso del lenguaje en los diferentes contextos sociales,
Apego y Contexto Escolar 12
la habilidad para sostener conversaciones, y a la capacidad para hablar de diferentes maneras con
diferentes personas (pares, padres y otras figuras de autoridad) (Gleasson y Weintraub, 1978).
En concordancia con el uso del lenguaje en un entorno social, Wells sustenta su postura a
favor de la intervención del mundo social en el desarrollo del lenguaje del niño. El niño se
encuentra en una sociedad que tiene ciertos valores, ello lo lleva a compartir unos significados
particulares con respecto a su medio y a dirigir sus interacciones en concordancia con ello. Como
evidencia de este aspecto, el autor cita a Bernstein (1971), quien halló evidencia de que los
significados que son enseñados a los niños, dependen de los “códigos” que manejen las personas
a cargo de su cuidado en el proceso de socialización. De esta forma, el niño al entrar en contacto
con las personas más cercanas a su alrededor puede interactuar e involucrarse en las
conversaciones y actividades que allí se desarrollen. Así, autores como Berger & Lukman (1967,
citados por Wells) están de acuerdo en que el niño no solamente adquiere el lenguaje a través de
la “comunicación interpersonal”, sino que participa también en la “construcción social de la
realidad” ( Wells, 1980).
A pesar de que el niño a una edad muy temprana aún no tiene las destrezas suficientes
para comunicarse a nivel verbal, su desarrollo cognitivo depende de su interacción con los demás.
Citando el trabajo de Ferrier, (1978), Wells (1980) señala que a través de todas las actividades
que el niño va realizando en su vida diaria, él va familiarizándose con las formas de interactuar en
cada una de éstas cuando se encuentra con su cuidador.
Características de la Comunicación entre la Madre y el Niño
La interacción entre la madre y el niño no solamente involucra elementos no verbales
como la calidez, el afecto y la protección, sino que también implica y facilita el desarrollo de
habilidades comunicativas. Estas últimas, a su vez promueven la confianza y seguridad para un
mejor desempeño social tanto en el hogar como en otros contextos a los que el niño se encuentre
expuesto.
Las funciones que tiene la madre, como la persona que se encuentra a cargo del cuidado
del niño están relacionadas con la sensitividad que ésta pueda tener frente a los requerimientos
del niño (Stern, 1977, citado por Wells, 1980) y con un sostenimiento de la comunicación
(Schaffer y cols., 1975, citados por Wells, 1980). De igual forma también hace parte de la tarea
de este cuidador, interpretar los posibles significados que pueden tener el llanto y la sonrisa del
Apego y Contexto Escolar 13
niño, así como las acciones y verbalizaciones cuando éste es más grande. Todo ello bajo los
posibles significados pertenecientes al contexto social y cultural en el que se encuentra el niño
(Wells, 1980).
Cuando la persona que se encuentra al cuidado del niño no logra entender lo que éste
necesita, el niño debe hacer lo posible para encontrar una forma de actuar que le indique al
cuidador las necesidades que deben ser satisfechas. Es así como en la relación entre el niño y su
madre, se necesita que ésta sea sensible al proceso del desarrollo de su hijo, con el fin de que
pueda hablarle de una forma adecuada de acuerdo a su edad, facilitando la interacción entre los
dos (Wells, 1980).
De esta manera se puede comprender que la adquisición del lenguaje en el niño se
encuentra medida por su involucramiento en las conversaciones con los miembros que se
encuentran a su alrededor, en especial con su madre. Con ella, el niño establece un tipo de
comunicación en la que logra comprender y ser comprendido, a la vez que aprender los
significados y construirlos, en una interacción mutua. Para ello la madre, debe ser sensitiva y
receptiva a aquello que su hijo está intentando expresar.
La comunicación con la madre, puede entonces contribuir a que el niño desarrolle las
destrezas necesarias para interactuar con ella y con personas distintas. Sin embargo, en algunas
ocasiones puede no haber una sensitividad y responsividad apropiadas que permitan al niño sentir
que está siendo interpretado y acogido por su cuidador, lo cual podría llevar a que el niño tenga
una menor interacción con las otras personas.
Relaciones Sociales del Niño en la Escuela
La comunicación y el apego del niño con su madre, son dos aspectos importantes que
influyen en el desenvolvimiento social del niño al entrar en la etapa escolar. Por un lado, la
comunicación permite al niño establecer interacciones con sus compañeros y profesores; por otra
parte, el apego con la madre puede brindar al niño un sentido de seguridad que facilita el proceso
de exploración y aproximación hacia los demás.
El desenvolvimiento social permite al niño un mejor ajuste a la escuela, el cual puede
tener como consecuencia el hecho de que el niño logre suplir tanto sus necesidades físicas como
emocionales, aspectos que a su vez han sido asociados a la relación de apego del niño con su
madre .
Apego y Contexto Escolar 14
De acuerdo con lo antes mencionado y con la Teoría General de Sistemas (Sameroff,
1989, citado por Pianta, 1999) el comportamiento y desarrollo del niño no deben ser vistos a
través de un único contexto, ni de una sola relación, por el contrario, se deben considerar todos y
cada uno de los ambientes en los cuales está involucrado. Por esta razón se puede pensar que
existen efectos compensatorios que le permiten al niño verse favorecido en los diferentes
ambientes cuando alguno de estos no satisface sus necesidades socioafectivas, como se ha
mencionado antes.
De igual forma, Pianta (1999) plantea la importancia de considerar todos aquellos
entornos en los cuales están presentes tanto el niño como otros adultos o pares, a través de un
análisis de cada uno de estos como sistema individual y a la vez como parte de un sistema más
general en el que estén incluidos y en constante interacción. Es indispensable estar al tanto de
todos los sistemas e interacciones antes mencionados, observando los distintos comportamientos
e historias particulares que pueden estar influyendo sobre aquello que está siendo evaluado. Lo
anterior, debido a que enfocarse en un solo comportamiento, durante una única interacción y en
un solo contexto, no permitiría un análisis objetivo e imparcial del observador. En palabras de
Pianta “entender el comportamiento social de un niño es ampliado conociendo acerca de cómo
ese niño se relaciona con su profesora en el contexto que el profesor está tratando de generar en el
salón de clase” (Pianta, 1999 p. 24).
Relación entre Niño y Profesor
El hecho de que los padres y las madres deban asistir a su trabajo una gran parte de su
tiempo, ha contribuido a que estos deban buscar cuidadores alternativos que se hagan cargo del
cuidado de los niños durante su ausencia. Es por ello que los jardines infantiles han surgido como
un medio en el cual no solo se brinda ese cuidado y protección a los niños, sino que también
contribuye al desarrollo de sus habilidades sociales, emocionales y cognitivas.
El niño puede empezar a dirigir su conducta de apego hacia más de una persona, como a
otros miembros de la familia o distintos cuidadores cercanos. Sin embargo, según los hallazgos
de Ainsworth (citada por Bowlby, 1998) existe una clara distinción que caracteriza a la figura de
apego central. El niño requiere de la presencia de esta persona “cuando está cansado, hambriento,
enfermo o se siente alarmado, y también cuando no sabe a ciencia cierta cuál es el paradero de
dicha figura. Al aparecer ésta, pueda que quiera también que le coja en brazos o le mime”
Apego y Contexto Escolar 15
(Bowlby, 1998. p. 403). De ésta manera, el niño puede querer sentir cercanía con otras personas,
como sus compañeros de juego, pero ello solo lo hace cuando siente que la persona a la que dirige
su apego de una forma especial, se encuentra allí, proporcionándole la seguridad necesaria para
aproximarse al mundo. En tal medida, los niños pueden desarrollar relaciones con características
muy similares a las que tiene su relación con una “figura de apego central”, aunque al no ser éstas
tan importantes y requeridas de una forma tan crucial, han sido llamadas “figuras subsidiarias”.
Estas últimas, son personas encargadas de cuidar al niño en ausencia de la madre o figura
principal protegiéndolo y brindándole calidez y afecto. Estas personas pueden establecer
relaciones similares a la relación de apego principal, por lo que pueden constituirse en figuras de
apego secundarias (Bowlby, 1998). Se pueden considerar como figuras subsidiarias los hermanos
mayores, los abuelos y los profesores, siendo estos últimos de particular interés en esta
investigación. Teniendo en cuenta que el niño puede establecer relaciones de apego con las
figuras mencionadas antes, es importante rescatar que cada una de estas relaciones es
independiente y diferente de las otras, y es así como cada una de éstas predice aspectos diferentes
en el desarrollo del niño (Howes, Hamilton y Philipsen, 1998).
En un estudio realizado por Howes y Smith (1995 a, citados por Howes, 1999) se encontró
que la relación de los niños con figuras de cuidado alternativas, como cuidadores o maestras del
jardín infantil, tenía una característica particular, en tanto que dicha figura actuaba más como una
organizadora del ambiente de los niños, que como una persona de la cual necesitaran un contacto
permanente.
Con el fin de poder identificar figuras de apego alternativas Howes y cols. (en revisión,
citados por Howes, 1999) sugirieron tres posibles criterios: provisión de cuidado físico y
emocional, presencia continua de esta figura en el entorno del niño y compromiso emocional con
el niño. Con respecto al primero, los autores sugieren que lo más importante para los niños es
contar con una figura que les brinde seguridad para realizar las diferentes actividades en el
contexto en el que se encuentren. En lo que se refiere al segundo criterio, los autores señalan que
debido a la dificultad para que los profesores puedan permanecer por largos periodos de tiempo
con los niños, la calidad de la relación entre ellos varía por el cambio continuo al que están siendo
sometidos al pasar de un nivel al otro. A pesar de esto, cuando es posible mantener un mismo
profesor por un periodo de tiempo considerable, la calidad de la relación del niño con éste se
mantiene estable, llevando a una posible consolidación de la relación de apego. Finalmente, en
Apego y Contexto Escolar 16
cuanto al tercer criterio, se dice que tiene un carácter más especulativo debido a que se requiere
de un mayor número de medidas para poder evaluarlo.
La percepción de los profesores acerca de su relación con los niños durante la etapa
escolar ha sido tópico de interés de varios investigadores. Estos han mostrado que tal relación es
un fuerte predictor del éxito social, emocional y académico del niño en el colegio (Hamre y
Pianta, 2001; Wigfield, Galper, Denton & Seefeldt, 1999). Los profesores juegan un rol
importante en su relación con los niños, ya que predicen en cierto modo el ajuste escolar y el
desarrollo posterior del niño a nivel social, emocional y cognitivo. En palabras de Pianta y Hamre
(2001) “más allá de las funciones cognitivas y el comportamiento de clase, la habilidad de los
niños para formar relaciones con sus profesores predice un ajuste académico y comportamental”
(Pianta y Hamre, 2001. p.634).
Por otra parte Birch & Ladd (1998) sugieren que la interacción del niño con los profesores
y compañeros afecta su desarrollo y adaptación al colegio. Estos autores, identificaron tres tipos
de conducta en los niños de edad escolar: antisocial, asocial y prosocial, las cuales estuvieron
relacionadas con tres formas de acercamiento a los profesores: conflicto, cercanía, y dependencia.
En sus resultados encontraron que los niños que mostraban comportamientos antisociales
presentaban mayores problemas de relación tanto con profesores como con sus compañeros y por
esta razón su relación con profesores fue de conflicto. Los niños que tenían conductas más
asertivas, cooperadoras, responsables y amistosas desarrollaron una relación de cercanía con sus
profesores. Por último, los niños que eran aislados, requerían de un apoyo y guía constante por
parte de sus profesores, por lo cual tuvieron un vínculo de dependencia con ellos. Estos niños, al
parecer no pueden satisfacer los requerimientos que exige un ambiente nuevo de interacción
social como lo es el preeescolar. De forma similar, el estudio de Peisner-Fienberg y cols (2001),
muestra que la relación de los niños con los profesores, como primeros cuidadores no parentales,
es la principal fuente predictora de las destrezas sociales del niño en distintos ambientes. Esto
apoya la idea de los autores acerca de la influencia que tienen los diferentes contextos en los
cuales el niño se desenvuelve sobre su desarrollo socioemocional.
La interacción entre el niño y el profesor no solamente ha sido estudiada desde un
contexto estrictamente académico, sino que ha trascendido a un ámbito de relación en el cual el
afecto ocupa un lugar central. Es así como diferentes autores han dedicado gran parte de su
Apego y Contexto Escolar 17
investigación al estudio de dicha relación afectiva entre niño y profesor, la cual ha sido
denominada relación de apego.
Howes y Hamilton (1992a), realizaron dos estudios encaminados a evaluar el grado de
concordancia entre la relación de apego del niño con su madre y la relación de apego del niño con
su profesor en la etapa preescolar. Con ese fin, para el primer estudio los autores observaron
niños entre 12 meses y 4 años en la interacción con sus madres y sus profesores, y utilizaron el Q-
Sort de Apego (Waters & Deane, 1985) para medir el apego del niño con ambas figuras en los
dos contextos. Dentro de los resultados, los autores hallaron que existe un buen grado de
concordancia entre el apego maternal y el apego con el profesor en la guardería, siempre y
cuando el profesor haya permanecido con el niño durante un periodo de tiempo largo. Los autores
se dieron cuenta de que los profesores no solo jugaban el papel de enseñar a los niños, sino que
también cumplían con el rol de cuidadores mientras estos permanecían en la guardería. El hecho
de que los profesores pudieran actuar como cuidadores permitió a los niños establecer relaciones
de seguridad con ellos, similares a la relaciones que habrían establecido con sus padres. Otro
hallazgo fue que los puntajes de seguridad de los niños, en relación con el profesor, fueron
mayores cuando los niños permanecían la mayoría del tiempo con el mismo profesor, mientras
que tendían a disminuir cuando los cambios de maestro eran constantes. En un segundo estudio
Howes y Hamilton (1992a), evaluaron niños de las mismas edades que el estudio anterior, con sus
madres y sus profesores y realizaron un procedimiento similar. En éste los autores encontraron
que el hecho de entrar a una edad temprana a la guardería no afectaba el apego con la madre; sin
embargo, cuando el niño permanecía allí por más de 20 horas a la semana, los puntajes de
seguridad con la madre no eran tan altos. También encontraron que los niños que entraban a una
edad de 3 o más años a la guardería, o que permanecían más de 20 horas semanales en ésta
guardería, tendían a tener apegos inseguros con los profesores. Todo esto da cuenta de que existe
cierto grado de concordancia entre el apego con la madre y el posterior apego con los profesores.
Así, se puede concluir que es importante que el niño establezca una buena relación con su madre,
para facilitar que sus posteriores relaciones en contextos por fuera de la familia sean de igual
manera, positivas. Estos hallazgos permiten una aproximación al vínculo que existe entre la
relación de los niños con sus padres y con sus profesores.
Corroborando los resultados antes descritos Howes & Hamilton (1992b) en un estudio
posterior, evaluaron la interacción de niños desde los 10 hasta los 56 meses, con sus padres y sus
Apego y Contexto Escolar 18
cuidadores principales del jardín infantil. Al igual que en los anteriores estudios, los autores
hicieron observaciones y utilizaron el Q-Sort de Apego para calificar las interacciones madre-hijo
y niño-profesora. Gracias a los datos recolectados, los autores pudieron confirmar que si existe un
alto grado de concordancia en el apego que el niño establece con su madre y el apego que
establece con su profesor. Los niños clasificados como seguros, tendieron a mostrar más
comportamientos de proximidad con el profesor, así como a recibir mayores puntajes en el
involucramiento con éste que los niños ambivalentes y los evitativos. Además, los autores
concluyeron que la sensitividad y el involucramiento de los profesores con los niños dependía de
la categoría en la que éstos hubieran sido clasificados; entonces, los profesores se mostraron más
sensitivos e involucrados con niños que habían sido ya clasificados como seguros.
Evidencia en parte contraria a la anterior, ha sido señalada por Ciccetti, Cummings,
Greenberg & Marvin (1990), quienes muestran que el hecho de que un niño tenga experiencias de
apego seguro durante los primeros años de su vida no es un factor que determina las experiencias
de apego subsecuentes en la vida del niño. Los autores señalan que el apego seguro de un niño
con su madre puede afectarse por el nacimiento de un hermanito o por algún evento traumático
ocurrido en la vida del niño. De la misma forma señalan que las transformaciones en las
relaciones de apego, pueden también presentarse al lado de otras figuras cuidadoras en el periodo
preescolar, esto debido a que el apego continúa transformándose. Es decir que por Evidencia
similar ha sido hallada por Egeland & Hiester (1995), quienes encontraron que el apego seguro
que existía entre el niño y su madre, podría ser amenazado por experiencias con cuidadores que
mostraran menos sensitividad y responsividad durante el periodo escolar. Así mismo, señalan que
las constantes separaciones del niño y su madre (que antes tenían un apego seguro) generan una
respuesta negativa en los niños como producto de la continua separación a la que son expuestos,
llevándolos a tener sentimientos de ambivalencia hacia su madre. Sin embargo, los autores
indican que en ocasiones, cuando los niños no han tenido experiencias de una relación de apego
seguro con la madre, pueden resultar favorecidos con otros cuidadores que brinden un cuidado
más positivo y enriquecido para el niño.
Finalmente, Goossens y van IJzendoorn (1990), también reconocen la importancia de la
relación de apego que desarrollan los niños con cuidadores profesionales distintos a sus padres.
Sin embargo, los autores señalan que no todos los niños desarrollan relaciones de apego seguras
con sus cuidadores. Ese estudio sugiere que una posible explicación a ello, es que debido a que
Apego y Contexto Escolar 19
algunos niños al necesitar la atención de su cuidador con mayor urgencia que otros, hacen que la
relación del adulto difiera en cuanto a cada niño en particular ya que al existir algunos niños que
demandan una mayor atención, el cuidador se ve obligado a atenderlos de forma más inmediata.
Sin embargo, ya que este hecho puede no ocurrir con la totalidad de los niños, existen diferencias
en el nivel de seguridad de la relación de apego de cada uno de los niños con el maestro. En
cuanto a las diferencias que existen entre las relaciones de apego del niño con sus padres y con
los cuidadores, los autores señalan que éstas pueden ser diversas. Por una parte, los resultados de
sus estudios evidencian que cuando un niño cuenta con una relación de apego segura en el hogar,
puede sostener relaciones de apego seguras con sus cuidadores en el jardín. Sin embargo, esta
investigación también corroboró que existen efectos compensatorios con los cuidadores cuando
los niños tienen un apego inseguro en su casa, señalando que dicha compensación puede proveer
de una mejor adaptación socioemocional al niño. Así, el apego con un cuidador profesional puede
traer grandes beneficios para el niño, ya que el tiempo de permanencia de éste en el Jardín,
permite que niños y cuidadores tengan más tiempo para interactuar y conocerse, facilitándose una
mejor relación.
Según la literatura revisada acerca de la relación entre niños y profesores se puede
concluir que existen dos tipos de hallazgos. Por una parte, algunos autores (Howes & Hamilton,
1992 a, 1992 b) han mostrado una continuidad entre la relación de apego del niño con su madre y
del niño con su maestra en el Jardín Infantil; y por otra parte, se ha evidenciado que puede darse
un efecto compensatorio entre las relaciones de apego antes mencionadas, siendo la relación de
apego con la maestra, la que suple las posibles deficiencias de la relación de apego del niño con
su madre (Ciccetti, Cummings, Greenberg & Marvin,1990; Egeland & Hiester, 1995).
Relación del Niño con sus Compañeros
En el contexto escolar no solamente es importante aproximarse a la relación que existe
entre los niños y sus profesores puesto que las relaciones entre los niños y sus compañeros
también tiene un papel esencial en la adaptación socioemocional de unos y otros en este espacio.
Es por esto que la competencia social ha sido relacionada al desarrollo de un sentido de
pertenencia a un grupo que puede brindar apoyo y estabilidad a sus miembros (Dihel, y cols,
1998, citados por Kurdek & Sinclair, 2000).
Apego y Contexto Escolar 20
Dile, Lemerise, Caverly, Ramsay & Roberts (1998) sugieren que las relaciones con los
pares proveen un contexto importante para el desarrollo del niño tanto a nivel social, como
cognitivo. Así mismo, asumen que promover amistades entre edades diferentes, puede favorecer a
todos los niños. En este caso, los pequeños aprenden comportamientos competentes de los
mayores, así como éstos tienden a practicar y desarrollar mejor sus habilidades de liderazgo. A
pesar de lo dicho anteriormente, existe la tendencia de los niños mayores, a interactuar con niños
de su misma edad y no con niños menores.
Pastor (1981) realizó un estudio donde evaluó la asociación entre la relación de apego del
niño con sus madres y la interacción del niño con sus compañeros con una muestra de niños entre
los 18 y 24 meses de edad. Utilizó como medida de apego la Situación Extraña de Ainsworth y
evaluó la interacción de los niños con sus pares, realizando un procedimiento de juego libre,
donde se median categorías de dicha interacción, como: la orientación del niño hacia los pares,
sociabilidad, orientación hacia la madre, apoyo de la madre, directividad de la madre y nivel de
actividad del niño. Dentro de los resultados del estudio, se encontró que existieron diferencias
significativas de acuerdo al tipo de apego en el que fuera clasificado el niño. Como se mencionó
antes, los niños seguros tendieron a ser los más sociables y colaboradores en las interacciones con
los pares, mientras que los niños inseguros mostraron comportamientos y actitudes de rechazo
frente a otros, casi no compartieron en la situación de juego, y se mostraron controladores en
lugar de colaboradores durante las interacciones de juego. Así mismo, se observó que los
comportamientos de aproximación y colaboración con los demás, que tuvieron los niños seguros
hacia los pares, fueron también observados en relación con sus madres; es decir, este tipo de
niños solían usar a su madre como una base segura para explorar el ambiente, interactuar con
otros, pero sin dejar a un lado a su madre. De igual manera, los comportamientos mostrados por
los niños inseguros hacia los pares, se manifestaron también hacia sus madres.
Es importante reconocer que las primeras interacciones del niño se dan al interior de la
familia; más adelante, a medida que éste va creciendo, las relaciones se extienden y el número de
personas con quienes establece relaciones se amplía. Evidencia corroborativa a la mostrada por
Pastor (1981), es señalada por Turner (1991), quien mostró que la importancia de las relaciones
del niño con los pares radica en que éstas difieren de las de la madre, ya que las primeras tienden
a ser recíprocas, mientras que la última es esencialmente complementaria. Algunos autores como
Coie & Dodge (1988, citados por Turner, 1991), señalan que si un niño tiene una mala
Apego y Contexto Escolar 21
experiencia en su relación con pares, es probable que más adelante experimente problemas de
ajuste. Si se tiene en cuenta que la relación con la madre se establece antes de las relaciones con
los pares, es muy probable que dichas relaciones influyan en la socialización del niño en el
preescolar. Un aspecto crucial de la relación del niño con su madre, es la relación de apego. Las
diferencias entre los distintos tipos de apego establecidos entre madres y niños influyen en las
relaciones de estos últimos con los pares, manifestándose a través de diferentes actitudes,
competencias y expectativas en el contexto escolar. En muchas investigaciones se ha encontrado
que niños que han sido clasificados con apego seguro, donde sus necesidades emocionales han
sido satisfechas por la figura de apego de una manera afectuosa y cálida, tienden a tener una
autoestima más alta y a relacionarse de mejor manera con los demás (Jacobson & Wille, 1986;
Watters, Wippman & Sroufe, 1979; citados por Turner, 1991). Además, esa consistencia entre el
apego de los niños con sus madres y las relaciones sociales del niño con pares en el preescolar,
también ha sido reportada por los profesores en distintas ocasiones. Turner (1991), en su estudio,
evaluó la relación entre el tipo de apego en los dos primeros años y la calidad de la interacción de
los niños posteriormente en el preescolar en una muestra de niños de 4 años de edad. Dicho
procedimiento permitió clasificar a los niños en 3 patrones de apego: seguro, evitativo y
ambivalente. Los hallazgos de este estudio mostraron que como se asumió al inicio, las
diferencias de apego entre el niño y su madre, influyeron en el comportamiento social observado
en el preescolar. Así mismo, y consistente con las predicciones del estudio, se encontró que los
niños clasificados como inseguros, mostraron muchos comportamientos de dependencia en sus
relaciones con pares, tales como: buscar tener el control todo el tiempo, manifestar mayores
conductas disruptivas en las sesiones de juego, así como más problemas de comportamiento en el
salón de clase. Por el contrario, los niños clasificados como seguros, se mostraron muy sociables
y comprometidos en sus relaciones sociales en el preescolar, tanto con pares, como en las
actividades al interior del salón de clase. Estos hallazgos, junto con los de otras investigaciones
como la de Pastor (1981), señalan la concordancia que existe entre el apego del niño con su
madre y la socialización de éste al iniciar su etapa escolar.
Relaciones de Apego y Comunicación en Niños Preescolares
Desde que el niño nace, empieza a establecer una gran diversidad de relaciones, que
inician con sus padres, especialmente con la mamá y posteriormente con pares y profesores en la
Apego y Contexto Escolar 22
etapa preescolar y escolar. Son todas éstas las que además de facilitar hacen posible el ajuste del
niño a la escuela.
En la edad preescolar y escolar, los niños empiezan a desarrollar diferentes habilidades
tanto comunicativas como de lenguaje e inician el aprendizaje de muchas palabras nuevas. Esa
gran adquisición de palabras se suele dar gracias a las diferentes actividades escolares y al gran
número de interacciones que el niño establece al entrar a la escuela.
Las interacciones con pares en la edad escolar, ayudan a fortalecer y moldear en el niño,
procesos como el lenguaje y la comunicación, los cuales van a promover el establecimiento de
distintas relaciones sociales, así un mejor ajuste social del niño a la escuela (Rice, 1997).
Teniendo en cuenta que la relación entre madre y niño ha sido una de las más estudiadas
dentro del desarrollo infantil, distintos patrones de apego con la madre se han visto relacionados
con el desarrollo subsecuente de los preescolares involucrando relaciones con pares, su
competencia en las interacciones y formas de resolución de problemas. El apego con la madre
influye en la posterior competencia social que tenga el niño en el preescolar, un apego seguro con
ella trae consigo una mayor probabilidad de desarrollar una competencia social con pares, debido
a la orientación positiva que puede tener hacia otros, así como una mayor habilidad y seguridad a
la hora de interactuar.
Una buena relación del niño con la madre y con otros cuidadores, puede ser caracterizada
por una buena comunicación y una estimulación adecuada del lenguaje, que permita y facilite al
niño su interacción con otros. Diferentes autores (NICHD, 2000, Cajiao, 1997, Nelson, 1984,
Gleason, & Weintraub, 1978, Olson y Nickerson, 1978) han hablado acerca de la importancia del
desarrollo del lenguaje como medio para que el niño logre un mejor desenvolvimiento tanto a
nivel social como cognitivo.
Se han realizado algunas investigaciones que han demostrado cómo el estilo de
comunicación que se desarrolla al interior de la interacción entre la madre y el niño se relaciona
con la calidad de la relación afectiva entre los dos, así como del niño con otros individuos en su
entorno social
Autores como Clark & Ladd (2000), señalan que uno de los aspectos más importantes del
desarrollo infantil, es la relación que existe entre el apego del niño con la mamá y su posterior
competencia social, es decir, sus relaciones sociales con pares. Para estos autores, dos constructos
son importantes en la relación entre la mamá y el niño: la conexión, y el apoyo para la autonomía.
Apego y Contexto Escolar 23
La conexión la definen como una propiedad de la relación de diada niño-mamá, que se refleja en
la expresión mutua de emociones, y tiene mucho que ver con la calidez y la cercanía. Por otro
lado, definen el apoyo para la autonomía como una característica del comportamiento de la madre
hacia el niño, la cual tiene que ver con la responsividad y la validación de los sentimientos,
pensamientos y opiniones del niño. En cuanto a estos constructos, los autores encontraron que
cuando existe una mayor conexión emocional entre las madres y los niños, estos, tienden a
desarrollar comportamientos más comprometidos con sus amistades que los llevan a tener un alto
grado de aceptación y afecto de sus pares. De igual manera, al citar a Fairbain (1954), los autores
señalan que “las relaciones con los compañeros son la primera fuerza motivacional que dirige el
desarrollo, y enfatizan la necesidad de una individuación del niño de su madre” (p.485); así
mismo afirman que la relación del niño con los primeros agentes (madre y padre) tiene un
impacto fuerte en la capacidad que va adquiriendo el niño para relacionarse con los demás de una
manera exitosa. Lo anterior, debido a que se ha encontrado en evidencia previa, que cuando el
niño usa a su mamá como una base segura para explorar ambientes nuevos, eso le brinda la
seguridad necesaria para que pueda explorar y al mismo tiempo establecer relaciones sociales con
la gente a su alrededor. Además, a medida que el niño va creciendo, esa base segura se va
volviendo más sólida, dándole a éste la oportunidad de explorar en ambientes escolares sin la
necesidad de estar junto a su madre.
Algunos autores han señalado que la calidad de cuidado del niño y en particular, la
estimulación verbal y cognitiva que brindan los cuidadores en los primeros años de vida es de
suma importancia para la competencia cognitiva y de lenguaje. En ese sentido algunas de las
características que dan cuenta de un buen cuidado incluyen sensitividad y responsividad hacia el
niño, así como una buena interacción a nivel cognitivo y verbal (Friedman & Cocking, 1986 entre
otros, citados por NICHD, 2000). En el estudio realizado por el Instituto Nacional del Desarrollo
Infantil (NICHD, por su sigla en inglés, 2000) con bebés cuyas edades oscilaron entre 1 mes y 36
meses, se encontró que la estimulación del lenguaje del cuidador parece estar asociada al
desarrollo de la cognición y el lenguaje en los niños y señalan que sus resultados corroboran el
hecho de que la calidad de cuidado del niño es un predictor significativo del desempeño cognitivo
y de lenguaje de éste. Así mismo, dos características importantes de los cuidadores como son, la
responsividad y la sensitividad, estuvieron asociadas a los resultados cognitivos y de lenguaje a
través de los primeros 3 años de vida. De igual forma, la estimulación cognitiva parece ser un
Apego y Contexto Escolar 24
componente trascendental del cuidado, especialmente durante los dos primeros años de vida. Los
autores señalan que al parecer, la guardería y el jardín infantil tienen ventajas sobre el cuidado en
el hogar, ya que en el primero, pueden haber factores como un mayor número de objetos,
juguetes, y en general distintas situaciones que llevan a que el niño utilice mayores herramientas
de lenguaje y cognición para su desenvolvimiento. Para concluir, los autores señalan que los
ambientes de cuidado de los niños, que son caracterizados por interacciones de apoyo y
estimulación verbal, llevan a que los niños tengan un mejor desempeño a nivel escolar. Por el
contrario, ambientes que no provean al niño una suficiente estimulación verbal y apoyo en el
cuidado, tienen como consecuencia un desempeño más pobre en los niños. Es importante
mencionar que los autores aclaran que sus resultados solo se pueden aplicar durante los primeros
3 años de la vida del niño.
Evidencia similar fue descrita en un estudio con niños de edad preescolar en el cual se
evaluó la relación existente entre la calidad de su cuidado y su desarrollo cognitivo y de lenguaje.
Diferentes medidas de lenguaje y de ambiente de cuidado fueron tomadas en 4 ocasiones a
distintas edades. Otras variables adicionales que se tuvieron en cuenta fueron el tamaño de la
clase, y la experiencia del cuidador. Los hallazgos, se mostró que los niños que se encuentran en
clases con profesores a cargo de pocos niños, tienden a tener mejores destrezas de lenguaje,
debido a la posibilidad de estar en más cercanía y contacto directo con su profesor. Los autores
sugieren que la calidad del cuidado puede ser un predictor del desarrollo cognitivo y de la
comunicación durante los tres primeros años de vida para su muestra (Burchinal, Roberts,
Riggins, Seizel, Neebe, & Bryant, 2000).
El lenguaje también se ha estudiado en contextos como el salón de clase y por ello,
autores como (Gleason & Weintraub, 1978, al citar a Wertsch (1975) hacen referencia a que el
lenguaje del profesor es importante en el lenguaje de los niños. Por ejemplo, se ha visto que el
profesor, en la mayor parte de sus clases utiliza un lenguaje de tipo imperativo, es decir, un
lenguaje donde lo que hace es mandar, preguntar u ordenar a los niños que hagan algo. Ante esto
se ha encontrado que aproximadamente un 60% de los niños tienden a responder a ese tipo de
demandas, es decir obedeciendo a cualquier tipo de mandato por parte del profesor. En general,
se ha evidenciado que el lenguaje es un factor que juega un papel muy relevante en el proceso de
socialización del niño desde la relación con su madre, a una posterior con pares y otras figuras
presentes en otros contextos
Apego y Contexto Escolar 25
La forma en que las madres se comunican con los niños ha sido objeto de estudio en
algunas investigaciones. Autores como (Meins, 1997, al citar a Nelson (1973), ha señalado que
existen dos formas particulares en las que el lenguaje puede ser manejado en la interacción con el
niño: lenguaje referencial y lenguaje expresivo. El primero implica un acercamiento del cuidador
hacia el niño, por medio de la descripción de objetos principalmente, lo que significa que éste usa
los objetos para realizar diferentes intercambios sociales con las personas a su alrededor. Este tipo
de lenguaje a su vez, ha sido asociado a una relación de apego seguro con el cuidador, ya que
gracias a que el niño tiene una mayor facilidad para utilizar los objetos como medio de
aproximación al mundo, logra una mayor exploración, la cual le va a brindar a su vez una mayor
autonomía y una mayor seguridad. Por otra parte, el lenguaje expresivo hace referencia a la
aproximación del cuidador hacia el niño a través del uso de expresiones en las que se hace uso de
un tono imperativo. Este tipo de expresiones limitan al niño en el uso de su lenguaje, ya que él no
sabe si el uso de una oración con un cuidador en un contexto particular, puede generalizarse y
usarse luego en otro contexto con otro cuidador. Esto a su vez, limita las relaciones del niño con
otras personas y su exploración del ambiente en el que se encuentra y es por esta razón que a este
tipo de niños se le dificulta el aprendizaje de palabras referentes a objetos y a eventos del
ambiente.
Etzion-Carasso y Oppenheim (2000) realizaron un estudio similar a los presentados
anteriormente en el cual evaluaron la relación de apego entre las madres y los niños cuando estos
últimos tenían 1 año a través del procedimiento de la Situación Extraña. Según la forma en que
los niños respondieron al encuentro con su madre en dicho procedimiento, fueron clasificados
como seguros, evitativos, ambivalentes y desorganizados. Posteriormente, cuando estos niños
cumplieron 4.5 años, se realizaron unas tareas de comunicación entre estos y sus madres, a partir
de las cuales cada diada madre-niño fue clasificada dentro de un estilo de comunicación abierta o
comunicación no abierta. Luego de establecer una relación entre ambas variables, relación de
apego y estilo de comunicación, los resultados arrojados señalaron que los niños (varones) que
habían sido clasificados con una relación de apego segura tendieron a mostrar un estilo de
comunicación abierta con sus madres, mientras que los niños y las niñas que habían sido
clasificados con una relación de apego desorganizada, mostraron un estilo de comunicación no
abierta con sus madres. La comunicación abierta se caracterizó por conversaciones fluidas,
coherentes, con un ritmo apropiado y un interés y gusto por conversar con el niño por parte de las
Apego y Contexto Escolar 26
madres. A su vez, dentro de este mismo estilo de comunicación, los niños se mostraron
cooperadores con sus madres y compartieron con ellas sus sentimientos y pensamientos. Por el
contrario en las díadas con comunicación no abierta, las madres no se mostraron sensitivas a los
requerimientos de sus hijos y estos fueron poco colaboradores con ellas, por lo que se presentaron
dificultades para tener diálogos coherentes y fluidos. De esta manera, los autores concluyen que
existe una relación entre el tipo de apego y el estilo de comunicación que se da entre la madre y el
niño.
Evidencia similar en cuanto a las interacciones del niño con su madre, fue mostrada por
Stevenson-Hinde y Shouldice (1995), quienes hallaron relaciones significativas entre la forma de
comunicación del niño con su madre y las clasificaciones del tipo de apego. A través de una
metodología de situación extraña y otra de laboratorio , los autores hallaron que en niños
clasificados seguros de 4 años las reuniones con la madre se distinguieron por su afecto positivo,
interacciones calmadas y por tratar temas íntimos de su vida. Por otro lado las reuniones de los
niños clasificados como evitativos se caracterizaron por evitación física y por una conversación
con pocas respuestas del niño a las preguntas de la madre. Las madres de los niños clasificados
como controladores proveían poca seguridad en la interacción con sus hijos, mostrándose estos
últimos como quienes dirigían y estructuraban la reunión de forma imperativa. Por último, las
madres de los niños ambivalentes planeaban más las conversaciones que las madres de los niños
evitativos y sus interacciones eran intrusivas; sin embargo en la tarea de laboratorio, estas madres
actuaban de forma muy similar a las madres de niños de apego seguro.
Corroborando la evidencia de los dos estudios anteriores, Clark y Ladd (2000) señalan que
la interacción entre la madre y el niño es importante para la comunicación. Los autores trabajaron
con niños en edad preescolar, sus madres y profesores. Las medidas realizadas fueron:
observaciones filmadas en la casa de los niños, donde se registraba la interacción de estos con sus
madres, así como con el observador; se utilizó también una escala acerca del comportamiento de
los niños en el jardín, la cual fue completada por los profesores del salón de clase; se realizaron
entrevistas individuales con cada uno de los niños y se aplicó una escala para medir la conexión y
el apoyo a la autonomía de la madre hacia el niño. Los autores encontraron que en niños de edad
preescolar que tienen una relación adecuada con sus madres en la infancia, pueden verse
favorecidos gracias a que esto les permite una comunicación verbal más abierta, fluida y
coherente. Así, los autores, sugieren que la mejor forma de comunicación entre madre y niño es la
Apego y Contexto Escolar 27
narrativa personal acerca de la experiencia del niño, ya que este tipo de conversaciones están, por
lo general, realizadas basándose en contenidos que son emocionalmente relevantes para el niño
(Dunn, 1988, citado por Clark & Ladd, 2000). De forma similar, los autores hacen mención a
algunos estudios anteriores que han señalado básicamente dos cosas: la asociación que existe
entre la calidez de la relación mamá- niño y un posterior comportamiento altruista con los
compañeros del preescolar; así como la relación entre una interacción adecuada con la madre, una
mayor popularidad con los pares y un mejor desarrollo a nivel socioemocional (Dodge, Pettit &
Bates, 1994; McDonald, 1992; Denham, McKinley, Couchoud & Holt, 1990; citados por Clark &
Ladd, 2000). Los autores lograron corroborar que definitivamente sí existe una fuerte asociación
entre la relación con la madre y las posteriores relaciones del niño con pares en el preescolar. Del
mismo modo, los autores comprobaron que entre mejor sea la relación del niño con su madre,
más fuertes van a ser sus amistades y mayor va a ser su competencia social en la edad escolar, así
como su popularidad entre los pares. Además, los resultados del estudio sugieren que entre mayor
sea la armonía y menor el conflicto en la diada mamá-niño, mayor será el comportamiento
prosocial del niño al entrar a la escuela. Por último, los autores concluyen que la inferencia del
desarrollo de una orientación social del niño con base en la relación con su madre, es soporte
adicional a toda la literatura anterior que señala la misma idea.
Las investigaciones antes mencionadas sirven de sustento para demostrar la importancia
que tienen las habilidades y estilos comunicativos de la interacción entre la madre y el niño para
el desarrollo socioemocional de este último en los diversos contextos en los que esté inmerso.
Hasta este punto, se ha realizado una revisión teórica que da cuenta de la importancia del
estudio de la relación entre madre e hijo, y la forma en que estos se comunican. Dentro de las
funciones de la madre se ha visto que la sensitividad y la responsividad, son las que proveen al
niño la protección y la seguridad necesarias para que éste pueda ir explorando los diferentes
ambientes, al mismo tiempo que va construyendo relaciones con otras personas distintas a las de
su hogar. La relación de apego es una forma de brindar cuidado y comunicar afecto que las
madres sostienen con sus hijos desde un momento muy temprano en la vida. Lo anterior ha sido
relacionado con un mejor desarrollo social, emocional y cognitivo en el niño, enfatizando en este
último las habilidades comunicativas. De estos, dos son de particular interés para esta
investigación, el desarrollo social y la comunicación. Así, gracias a la relevancia del proceso de
comunicación entre la madre y el niño, se puede decir que hay suficiente evidencia que demuestra
Apego y Contexto Escolar 28
su importancia como una base vital que permite al niño desarrollar unas mejores destrezas
sociales, que favorecen el proceso de socialización y ajuste escolar por medio de interacciones
exitosas con las personas que se encuentran alrededor.
A pesar de que en la literatura revisada encontramos que se han tenido en cuenta variables
como la relación de apego del niño con la mamá, la relación de apego del niño con la profesora,
la comunicación entre la madre y el niño y la relación del niño con sus compañeros, todas ellas,
han sido trabajadas de forma aislada sin que ninguna de las investigaciones las halla reunido en
su totalidad. Es así como el propósito del presente estudio fue intentar usar una metodología que
permitiera realizar una aproximación a todas las variables mencionadas en conjunto. Es decir, se
exploró la posible influencia que tiene la relación de apego del niño con su madre así como la
comunicación entre ellos, sobre el desenvolvimiento social del niño en el preescolar con su
profesora y sus compañeros.
Por lo anterior se justifica haber realizado este estudio y se destaca el hecho de que a pesar
de que no se pudo contar con una muestra significativa, se trabajó con niños bogotanos de clase
media, pertenecientes a la población de Colombia con la cual no se había desarrollado antes una
investigación que incluyera todas las variables antes mencionadas.
Aunque la muestra fue bastante reducida, una de las principales implicaciones de este
estudio, es que puede motivar a la realización de una investigación mucho más amplia que pueda
contar con una muestra suficiente y significativa, que permita una generalización de los
resultados a la población colombiana.
Vale la pena rescatar también, la trascendencia que puede tener el presente estudio para
dar a conocer la indispensable labor que las profesoras tienen en el desarrollo social y emocional
de sus estudiantes. Lo anterior debido a que gracias a que éstas y otras personas alrededor del
niño, como padres y familiares, puedan tomar consciencia de tan importante labor afectiva, su
desenvolvimiento al interior del contexto escolar pueda ser más provechoso para los niños. Ello,
podría llevar a que se considere una posible supervisión del trabajo de las maestras buscando
generar así un mayor bienestar para los niños a nivel social y emocional.
Apego y Contexto Escolar 29
Preguntas de Investigación
1. ¿Cuál es la relación entre la relación de apego que el niño establece con su madre
y la relación de apego que éste desarrolla con el profesor, en el preescolar?
2. ¿Cuál es la relación entre la relación de apego que el niño establece con su madre
y las relaciones que el niño desarrolla con pares, en el preescolar?
3. ¿Cuál es la relación entre la conexión emocional y el apoyo a la autonomía
(dimensiones de la variable de comunicación) entre el niño y su madre y la
relación de apego entre el niño y su profesor del preescolar?
4. ¿Cuál es la relación entre la conexión emocional y el apoyo a la autonomía
(dimensiones de la variable de comunicación) entre el niño y su madre y las
interacciones del niño con pares, en el preescolar?
Figura 1. Grafica de las preguntas investigativas
Apego del Niño con su mamá
Comunicación del Niño con su mamá. * Nivel del vocabulario del niño
Apego entre el Niño y su Profesor * Percepción de la maestra sobre el comportamiento de los niños en el contexto
l
Relación del Niño con sus Compañeros
Apego y Contexto Escolar 30
Hipótesis
1. Altos puntajes de seguridad en la relación del niño con su madre, están asociados con altos
puntajes de seguridad en la relación del niño con la profesora.
2. Altos puntajes de seguridad en la relación del niño con la mamá están asociados con altos
puntajes de popularidad del niño entre sus pares y una mejor orientación del niño hacia sus
compañeros.
3. Altos puntajes en conexión y apoyo para la autonomía entre el niño y su madre están
asociados con altos puntajes de seguridad en la relación de apego del niño con su
profesor.
4. Altos puntajes de conexión y apoyo para la autonomía entre el niño y su madre están
asociados con altos puntajes de popularidad del niño entre sus compañeros.
Método
Participantes
En la investigación, participaron 14 niños de 4 años de edad de estrato medio, junto con
sus madres. El total de las madres eran casadas y su edad osciló entre los 30 y 40 años. También
participaron las profesoras del preescolar, quienes habían mantenido un contacto directo con los
niños durante por lo menos 2 meses y por un tiempo de por lo menos 4 horas diarias. De igual
manera los compañeros de curso de los niños también participaron.
Para llevar a cabo las aplicaciones de los diferentes instrumentos, se realizaron visitas a
varios jardines infantiles de estrato medio, donde se pidieron entrevistas con las distintas
directoras. En dichas entrevistas se les explicó el propósito de la investigación, a través de una
carta de presentación del estudio (ver Anexo 1) y se solicitó su autorización para trabajar con los
niños del jardín por medio de la forma de consentimiento (ver Anexo 2). Habiendo obtenido la
autorización de las distintas directoras, se procedió a pedir autorización a las madres de los niños
usando el mismo procedimiento que se hizo con cada una de las directoras (ver Anexos 3 y 4).
La edad de los niños y de las madres, así como el estrato socioeconómico fueron elegidos
con base en la literatura revisada, en la cual la mayoría de las investigaciones se realizaron con
personas que se encontraban en tales rangos tanto de edad, como de estrato socioeconómico.
Apego y Contexto Escolar 31
Instrumentos
Dentro de la investigación se usaron diferentes instrumentos, para medir las variables que
fueron estudiadas:
- Cuestionario Demográfico: este cuestionario fue aplicado a las madres de los niños y tuvo
como fin confirmar la información sobre las variables de control (estrato, edad y género del niño,
edad y estado civil de la madre) y obtener información acerca de: la ubicación de la casa
(dirección y teléfono), y el nivel de educación de la madre. También, a través de dicho
cuestionario, se indagó acerca del tiempo que el niño lleva cursando preescolar, y si antes estuvo
asistiendo a una guardería o no (Ver Anexo v)
- Q-Sort de Apego (Waters & Deane, 1985): este instrumento fue usado para medir tanto el
apego del niño con su madre, como el apego del niño con su profesora del preescolar. Es un
instrumento que consta de 90 ítems que deben ser sorteados en 9 pilas, para luego arrojar un
puntaje de seguridad y un puntaje de dependencia en una escala continua, siendo una relación
adecuada, aquella en la cual se obtienen un puntajes positivos en la escala de seguridad y
negativos en la escala de dependencia. Esta forma de medición se ha utilizado en diferentes
investigaciones realizadas en Colombia (Maldonado y Carrillo, 2002; Carrillo y cols. en revisión)
y por lo tanto los ítems ya se encuentran traducidos. Para el propósito de las observaciones de las
interacciones de los niños con sus madres y maestros, se contó con la ayuda de 4 observadores
(dos realizaron las observaciones de los niños con sus madres y dos realizaron las observaciones
del niño con sus profesores).
- Escala Intergeneracional de Calidad de Relaciones (SIRQ Scale of Intergeneracional
Relationship Quality, Chase-Landsdale, Wakshlag, & Brooks-Gunn, 1992): esta escala fue
utilizada para medir las dimensiones de la comunicación (conexión y apoyo a la autonomía) en la
díada madre-niño. El instrumento consiste en una tarea de comunicación de tres episodios con
una duración entre 5 a 10 minutos cada uno. Estos episodios fueron diseñados para elicitar
narrativas tanto en las madres, como en los niños. En el primer episodio, se le pide a la mamá que
le cuente al niño acerca de su nacimiento, o alguna historia de cuando éste era más pequeño. En
éste se trata de que la madre tenga acceso a un episodio importante del niño pero que éste no
recuerda y por eso se le permite a la madre usar accesorios extra como fotografías o cosas
similares. En el segundo episodio, el niño debe jugar “El Juego de las Historias”; se le pide al
niño que cuente algo bueno que le haya sucedido en el colegio, así como algo no tan bueno. En
Apego y Contexto Escolar 32
este episodio es permitida la ayuda de la madre. El tercer episodio consiste en que la madre y el
niño hablen de algo divertido que les halla sucedido mientras estaban los dos, así como de algo
no muy divertido. Los tres episodios fueron filmados para su posterior calificación.
La observación de los 3 episodios se calificó con una escala que evalúa 10 categorías, seis
de las cuales son referidas a la diada madre-niño (compromiso positivo, calidez mutua, tono de
felicidad emocional, reciprocidad, intensidad mutua e intimidad mutua) y 4 referentes a la madre
únicamente (responsividad, reflejo, validación e intrusividad) (Ver Anexo vi). Las 10 categorías
se calificaron en una escala likert de 1 a 5 puntos, donde 1 = poco y 5 = mucho. Para la
calificación de las categorías anteriormente mencionadas, se contó con la ayuda de dos
observadores adicionales.
Este instrumento aún no ha sido validado en una población hispana. Para la presente
investigación se llevó a cabo una traducción del instrumento con autorización de los autores.
- Procedimiento Sociométrico de Asher, Singleton, Tinsley y Hymel (1979): Este
procedimiento fue usado para evaluar el nivel de popularidad y de aceptación de los niños en su
clase por parte de los pares. El procedimiento consiste en tener fotos de todos los niños del curso
y que cada niño las ubique en tres categorías, representando qué tanto le gusta jugar con
determinados niños del salón. Se usan dibujos de caras para la clasificación y la puntuación: cara
feliz = 2 puntos (mucho), cara neutra = 1 punto (mas o menos) y cara triste = 0 puntos (no
mucho). Un puntaje alto implica alta aceptación y popularidad por parte de los pares, así como un
puntaje bajo implica baja aceptación por parte de los mismos.
- Subescala de Vocabulario de la Prueba WPPSI (Weschler, 1970): por medio de esta
subescala se obtuvo el nivel de vocabulario que el niño ha desarrollado hasta los 4 años
(momento de la aplicación). Este instrumento se utilizó como control para evaluar el nivel de
vocabulario de los niños de la muestra y no incluir en los análisis (si fuese necesario) niños con
dificultades de vocabulario. De esta manera, se complementó la información obtenida en la escala
de comunicación y se pudo conocer con qué herramientas de lenguaje contaba el niño en su
interacción social (Ver Anexo vii).
- Perfil Socio-Afectivo Preescolar PSP (LaFreniere, Dumas, 1990): por medio de este
instrumento se obtuvieron puntajes en cuatro factores específicos: competencia social, bajos
niveles de comportamientos internalizantes, bajos niveles de comportamientos externalizantes y
escala general. Todos ellos, sirvieron para complementar los datos obtenidos en las variables de
Apego y Contexto Escolar 33
la relación de apego de los niños con las maestras así como la relación del niño con sus
compañeros. El instrumento consta de 80 ítems que deben ser calificados en una escala likert de
seis puntos (siendo 1 nunca, 2 o 3 algunas veces, 4 o 5 frecuentemente, 6 siempre) y fue utilizado
como un complemento a las observaciones realizadas en los jardines infantiles, debido a que este
requería ser completado por las maestras para cada uno de los niños de la muestra (Ver Anexo
viii).
Procedimiento
El primer paso dentro del proceso de la investigación fue el entrenamiento que se hizo con
diferentes personas que se ofrecieron a colaborar en la recolección de los datos. Algunos
participaron en la calificación de los datos de la relación de apego entre los niños y sus maestras y
otros en la calificación de la comunicación entre los niños y sus mamás.
La calificación de la relación de apego entre los niños y las madres, a través del Q-Sort,
fue realizada por las autoras del proyecto quienes habían recibido un entrenamiento por
aproximadamente un año y medio, asistiendo a distintos hogares de familias que habían
participado en una investigación anterior (Carrillo y cols., en revisión). Con respecto a las
calificaciones de la relación de apego en el contexto escolar, el entrenamiento se llevó a cabo con
videos piloto de interacciones de niños y maestras. Inicialmente se hicieron reuniones con los
observadores voluntarios, en las cuales estos fueron familiarizados con la teoría del apego y con
el instrumento (Q-sort); luego se calificaron cada uno de los videos piloto en los cuales estaban
grabadas las interacciones maestro-niño. En este proceso participaron 8 observadores y se
seleccionó solamente una pareja de observadores cuyas confiabilidades fueron aceptables (entre
0.63 y 0.83)
Al igual que el procedimiento llevado a cabo con las observaciones de la relación de
apego de los niños con la maestra, el entrenamiento en la calificación de la variable comunicación
entre los niños y las mamás contó con reuniones de discusión por parte de los observadores sobre
cada una de las visitas que fueron grabadas. Para dicha calificación se realizaron sesiones de
entrenamiento a un grupo de 4 observadores, pero se seleccionó solamente una pareja cuyas
confiabilidades fueron aceptables (entre 0.6 y 0.9)
Paralelo al proceso de entrenamiento y con el fin de buscar los niños que pudieran hacer
parte de la muestra, se realizaron visitas a numerosos jardines infantiles de estrato medio (3 y 4)
de la ciudad de Bogotá donde se expuso a las directoras el objetivo de la investigación con el
Apego y Contexto Escolar 34
propósito de saber si éstas estaban interesadas en hacer parte del estudio. Sin embargo se obtuvo
muy poca aceptación tanto por parte de los jardines, como por los padres con los cuales se pudo
establecer un contacto telefónico. Esto llevó a que la selección de los niños de la muestra no se
pudiera llevar a cabo de manera sistemática. El acuerdo en cuanto a la fecha y hora de las visitas
se logró según las disposiciones de las respectivas directoras. Para obtener los contactos con las
madres, se le pidió a las directoras que nos permitiera tener acceso a datos de los niños tales como
el nombre de la madre, del niño y su teléfono. Una vez obtenida esta información, procedimos a
llamar a las madres para explicarles los objetivos del estudio y para solicitar su autorización para
trabajar con ellas y con sus niños durante el primer semestre del año 2003. Posteriormente se
realizaron los acuerdos para las visitas según su disponibilidad de tiempo.
Las observaciones en el hogar se realizaron por un tiempo aproximado de 40 minutos cada
uno. En éstas se tuvieron en cuenta las interacciones entre las madres y los niños a partir de las
cuales se midió la relación de apego usando el Q-Sort. Adicionalmente, en esa misma visita se
aplicó el cuestionario demográfico a la madre y se coordinó una fecha y hora para la segunda
visita. En ésta última, se hizo una observación adicional de 20 minutos aproximadamente, para
evaluar la comunicación madre-hijo (conexión emocional y el apoyo a la autonomía) a través de
la tarea de comunicación antes descrita. Esta fue grabada, para que luego otros observadores
calificaran las categorías que arrojaba dicha interacción. De igual forma, en esta visita se aplicó a
los niños la subescala de vocabulario del WPPSI.
Para obtener la medida de apego entre los niños y sus profesoras, se efectuaron visitas a
los jardines de los niños y se observaron las interacciones entre los niños y las maestras. Así
mismo, se llevó a cabo una segunda visita a los jardines con el fin de examinar la sociabilidad y
nivel de popularidad del niño con pares a través del procedimiento de la sociomatriz.
Posterior a la recolección de esta información, se procedió a analizar los datos obtenidos,
los cuales fueron discutidos a la luz de la teoría expuesta en el marco teórico.
Adicional a la medición de las variables que se han mencionado hasta el momento, éste
estudio buscó ampliar los análisis de éstas, a través de la narración de cuatro casos particulares de
la muestra. Estas permitieron una aproximación cualitativa a la observación de las experiencias
de los niños en las actividades y contextos antes mencionados.
Apego y Contexto Escolar 35
Resultados El análisis de los datos en esta investigación se presenta en dos secciones: análisis
cuantitativo y análisis cualitativo. A través de cada una de ellas se realiza una descripción de los
hallazgos obtenidos para las variables: relación de apego de los niños con las madres,
comunicación de los niños con las madres, relación de apego de los niños con las profesoras y
relación de los niños con sus compañeros en el contexto escolar.
Análisis Cuantitativo
En esta sección se realizó un análisis de correlación (bivariada) entre las variables
observadas en la casa y en el jardín, de acuerdo con las hipótesis planteadas para este estudio a las
cuales se irá haciendo mención.
Asociación entre la Relación de Apego Madre-Niño y la Relación de Apego Maestra-Niño En primer lugar, se hará una breve descripción de las características de la relación de
apego de los niños con sus madres, a continuación se presentarán las características de la relación
de apego de los niños con las maestras y por último se mencionará lo referente a la correlación
entre ellas.
En cuanto a la relación de apego de los niños con sus madres es importante mencionar que
ésta fue una de las variables independientes de la investigación, por lo que se esperaba que
tuviera una incidencia sobre la relación de apego del niño con la maestra, la cual fue considerada
en este estudio como una variable dependiente.
El Q-Sort de Apego (Waters & Dean, 1985) evalúa la relación de apego con base en dos
dimensiones la seguridad y la dependencia del niño hacia su figura cuidadora. Los resultados de
la relación de apego del niño con la madre y con la maestra se presentarán con base en estos
valores. La mayoría de los puntajes de seguridad en la relación de los niños y sus madres fueron
positivos (Ver Tabla 1), lo cual es un indicador de que la mayoría de los niños de la muestra
tienden a tener relaciones de apego seguras con sus madres (Ver Figura 2). Este resultado
corrobora los hallazgos de otras investigaciones realizadas en Colombia, en las cuales se ha
encontrado esta misma tendencia en niños del mismo estrato socio-económico (Carrillo & cols.,
en revisión; Posada, 1995).
Apego y Contexto Escolar 36
Como era esperado, para los niños de la muestra, los puntajes de dependencia tendieron a
ser negativos en la mayoría de los casos (Ver Tabla 1), lo cual puede ser un indicador de que gran
parte de los niños de la muestra tienden a tener relaciones de apego con sus madres en las cuales
no hay altos niveles de dependencia (Ver Figura 3).
,63 ,50 ,38 ,25 ,13 0,00 -,13 -,25
7
6
5
4
3
2
1
0
Desv. típ. = ,23
Media = ,47 N = 14,00
,25,130,00-,13-,25-,38-,50
7
6
5
4
3
2
1
0
Desv. típ. = ,23Media = -,16
N = 14,00
Figura 2. Nivel de seguridad Figura 3. Nivel de dependencia
entre niños y madres entre niños y madres
Los resultados con respecto a la relación de apego entre los niños y sus maestras,
mostraron lo siguiente: la mayoría de los puntajes de seguridad en la relación de los niños y las
maestras, fueron positivos (Ver Tabla 1), lo cual evidencia nuevamente la tendencia de los niños
a establecer relaciones de apego seguras con sus profesoras en el jardín infantil (Ver Figura 4).
Como era esperado los puntajes de dependencia para los niños de la muestra tendieron a ser
negativos para la mayoría de ellos (Ver Tabla 1), lo cual indica que los puntajes de dependencia
parecen ser adecuados para los niños de la muestra (Ver Figura 5).
Apego y Contexto Escolar 37
,63,56,50,44,38,31,25,19,13,06
7
6
5
4
3
2
1
0
Desv. típ. = ,15Media = ,46N = 14,00
-,06-,13
-,19-,25
-,31-,38
-,44-,50
-,56
5
4
3
2
1
0
Desv. típ. = ,14Media = -,36
N = 14,00
Figura 4. Nivel de seguridad Figura 5. Nivel de dependencia
entre niños y profesoras. entre niños y profesoras.
Tabla 1
Estadísticos descriptivos de los niveles de seguridad y dependencia con mamá y profesora
N Mínimo Máximo Media Desv.típ.
Nivel de Seguridad con Mamá 14 -,26 ,67 ,47 ,23
Nivel de Seguridad con Profesora 14 ,09 ,60 ,46 ,14
Nivel de Dependencia con Mamá 14 -,49 ,25 -,15 ,22
Nivel de Dependencia con Profesora 14 -,56 -,08 -,36 ,13
N válido (según lista) 14
Finalmente, se llevó a cabo un análisis de correlación para evaluar la asociación entre los
puntajes de seguridad y dependencia entre las relaciones de apego madres-hijos y maestras-niños.
La hipótesis a este respecto sugería una relación positiva entre estos puntajes. Aunque los
resultados mostraron una relación positiva entre los niveles de seguridad madres-hijos y
maestras-niños, dicha asociación no fue significativa a nivel estadístico (r = 0.45; p>0.05), razón
por la cual no es posible hablar acerca de una influencia de la relación de apego de los niños con
sus madres sobre la relación de apego de los niños con sus maestras (ver Tabla 2).
Ahora, es interesante destacar que aunque en el caso de la relación de apego de los niños
con las madres la correlación entre el nivel de seguridad y el nivel de dependencia fue como se
Apego y Contexto Escolar 38
esperaba; es decir a mayor seguridad, menor dependencia; en el caso de la relación de apego de
los niños con las maestras no fue así. El coeficiente de correlación para este caso indicó una
correlación positiva y significativa, lo cual no se esperaba ya que esto implica que los niños al
parecer están estableciendo relaciones de apego con niveles altos tanto de seguridad como de
dependencia (Ver Tabla 2).
Tabla 2
Correlaciones entre niveles de seguridad y dependencia en la relación de apego con mamá y con profesora 1 2 3 4 1. Nivel de seguridad del niño con su profesora 1 ,45 -,21 ,78(**)
2. Nivel de seguridad del niño con su mamá 1 -,50 ,41
3. Nivel de dependencia del niño con su mamá 1 -,25
4. Nivel de dependencia del niño con su profesora 1
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
Asociación entre la Relación de Apego del Niño con su Madre y la Relación del Niño con
sus Compañeros en el Preescolar
La relación de los niños con los compañeros del preescolar fue evaluada a través de dos
medidas, una de ellas, la sociomatriz, arrojó puntajes de aceptación para cada uno de los niños; la
otra fue a través del Perfil Socio/Afectivo (PSP, LaFreniere & Dumas, 1990) la escala de
comportamiento social del niño en el jardín (SCBE), la cual fue completada por las maestras y
arrojó puntajes en tres escalas, competencia social, comportamientos internalizantes y
comportamientos externalizantes.
Los resultados arrojados por la sociomatriz, indican que posiblemente la mayoría de los
niños de la muestra tienen un nivel de aceptación adecuado entre sus compañeros del preescolar
(Ver Tabla 3).
En cuanto a las escalas arrojadas por el Perfil Socio-Afectivo Preescolar PSP,
competencia social, comportamientos internalizantes y comportamientos externalizantes, es
Apego y Contexto Escolar 39
importante aclarar que debido a los procedimientos de calificación y análisis de los datos
obtenidos a través del instrumento; para el caso de las escalas de comportamientos externalizantes
y comportamientos internalizantes, los puntajes altos en los estadísticos descriptivos indican una
ausencia del atributo. Lo anterior significa que un valor alto (teniendo en cuenta una escala likert
de 1 a 6) en dichas escalas implica una ausencia de comportamientos internalizantes y
externalizantes. Ahora, contrario a las escalas antes descritas, para el caso de la escala de
competencia social, puntajes altos (teniendo en cuenta una escala likert de 1 a 6), indican la
presencia del atributo.
Para el caso de los niños de la muestra de esta investigación, es posible decir que en su
mayoría éstos tendieron a obtener puntajes altos, tanto en los índices de aceptación entre sus
compañeros, como en las tres escalas del PSP, competencia social, comportamientos
internalizantes y comportamientos externalizantes (Ver Tabla 3).
Tabla 3 Estadísticos descriptivos de las escalas del PSP y de los índices de aceptación N Mínimo Máximo Media Desv. típ. Aceptación entre los Compañeros
14 ,04 ,88 ,42 ,25
Competencia Social 14 4,0 5,4 4,8 ,41 Comportamientos Internalizantes
14 3,5 5,7 4,8 ,82
Comportamientos Externalizantes
14 2,6 5 4,4 ,62
N válido (según lista) 14
El resultado arrojado por el análisis de correlación entre el nivel de seguridad de la
relación de apego de los niños con sus madres y el nivel de aceptación de los niños entre sus
compañeros, no representa un dato significativo estadísticamente (r = 0.26; p>0.05), lo cual no
permite afirmar que los niños que tienen una relación de apego segura con sus madres, puedan
llegar a tener mayores niveles de aceptación entre sus pares (Ver Tabla 4).
De igual forma, no se pudo evidenciar una asociación entre los puntajes de competencia
social, los puntajes de comportamientos internalizantes y los puntajes de comportamientos
Apego y Contexto Escolar 40
externalizantes, con el nivel de seguridad de la relación de apego de los niños con sus madres
(Ver Tabla 4).
Finalmente, debido a que fueron utilizadas dos medidas para evaluar la variable de la
relación de los niños con sus compañeros del preescolar, se realizó un análisis de correlación
entre éstas. Esto con el fin de ver la coherencia entre dichas medidas, es decir, entre la percepción
de los pares (sociomatriz) y de las maestras (PSP) con respecto al desenvolvimiento social de los
niños de la muestra en el contexto escolar. El análisis de correlación entre el índice de aceptación
y los puntajes en la escala de competencia social, aunque indica la existencia de una relación
positiva, no permite afirmar que se presente entre ellas una asociación significativa a nivel
estadístico (r = 0.47; p>0.05). Al igual que la correlación antes descrita se obtuvieron relaciones
positivas y no significativas, en cuanto a los índices de aceptación para cada uno de los niños y
los puntajes obtenidos en las escalas de comportamientos externalizantes y de comportamientos
internalizantes (Ver Tabla 4)
A diferencia de las asociaciones mencionadas antes, sí es posible hablar de que los niños
con altos puntajes de competencia social, tiendan a presentar menos comportamientos tanto
externalizantes (r = 0.78; p<0.05), así como menos comportamientos internalizantes (r = 0.79;
p<0.05), esto debido a que tales correlaciones fueron significativas a nivel estadístico (Ver Tabla
4).
Apego y Contexto Escolar 41
Tabla 4 Correlaciones entre las escalas del PSP y los índices de aceptación 1 2 3 4 5 6 1.Competencia Social
1
,78 (**)
,79(**)
,47
,44
-,053
2. Comportamientos Internalizantes
1 ,46 ,24 ,49 ,077
3. Comportamientos Externalizantes
1 ,44 ,05 ,131
4. Aceptación entre los Compañeros
1 ,26 -,010
5. Nivel de seguridad entre el niño y su madre
1 -,502
6. Nivel de dependencia entre el niño y su madre
1
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
Asociación entre la Comunicación del Niño con la Madre y la Relación de Apego del
Niño con la Maestra
La medida de la Subescala de Vocabulario de la Prueba WPPSI (Weschler, 1970), fue
tomada como una variable control, ya que para las tareas que se requerían en la variable de
comunicación se necesitaba conocer el nivel de vocabulario que tenían los niños de la muestra.
Lo anterior debido a que las tareas antes mencionadas consistían en narraciones de historias tanto
por parte de las madres como por parte de los niños, para las cuales se necesitaba un nivel de
vocabulario apropiado que le permitiera a los niños entender las historias que sus madres les
estaban contando, así como las que ellos mismos debían contarles a ellas.
Como se esperaba todos los niños de la muestra tuvieron unas puntuaciones por encima de
la media, lo cual indica que tenían un nivel de conocimiento de vocabulario apropiado que les
Apego y Contexto Escolar 42
facilitó llevar a cabo lo que se les pedía en cada una de las actividades de comunicación (Ver
Figura 6).
Punta je s en W P PSI
0
2
4
6
8
1 0
1 2
1 4
1 6
1 8
2 0
0 5 1 0 1 5
ID
M = 1 0
Figura 6. Puntajes en la Subescala de Vocabulario WPPSI
La comunicación entre los niños y sus madres arrojó puntajes en dos factores, la conexión
emocional y el apoyo para la autonomía, los cuales se analizaron y se interpretaron teniendo en
cuenta una escala likert de 1 a 5 (siendo 1 muy bajo y 5 muy alto). En el caso de la conexión,
parece ser que la mayoría de los niños de la muestra tuvieron una relación cálida, recíproca y
afectuosa con sus madres durante las actividades de comunicación (Ver Tabla 5).
Durante las observaciones de las interacciones en casa se evidenció que las madres
tendían a apoyar la autonomía de sus niños a lo largo de las tareas que se iban proponiendo, por
lo cual es posible decir que en sus interacciones con los niños, las madres tendieron a mostrarse
responsivas, empáticas e interesadas en lo que sus hijos les contaban en cada una de las
actividades (Ver Tabla 5).
Apego y Contexto Escolar 43
Tabla 5 Estadísticos descriptivos de los factores de la comunicación N Mínimo Máximo Media Desv. típ. Conexión Emocional entre el niño y su madre 14 1,7 4,3 3,2 ,78
Apoyo para la autonomía entre el niño y su madre
14 1,9 4,2 3,1 ,62
N válido (según lista) 14
Finalmente, para evaluar la relación entre el apoyo para la autonomía entre los niños y las
madres (dimensión de la variable comunicación) y el nivel de seguridad entre los niños y las
maestras se llevó a cabo un análisis de correlación. Los resultados indicaron que aunque la
correlación fue positiva, no fue significativa a nivel estadístico (r = 0.22; p>0.05) y por esta
razón, no es posible afirmar que niños con altos puntajes en apoyo para la autonomía por parte de
sus madres, puedan llegar a tener también un adecuado nivel de seguridad con sus maestras. De
forma similar, aunque la correlación entre los puntajes de la conexión emocional entre los niños y
sus madres (dimensión de la variable comunicación) y los puntajes de seguridad de los niños con
las profesoras fue positiva, tampoco fue estadísticamente significativa (r = 0.09; p>0.05), por lo
cual no es posible señalar que exista una tendencia a que niños con altos puntajes en la conexión
emocional con sus madres puedan llegar a tener también niveles adecuados de seguridad en la
relación de apego con sus maestras en el jardín infantil (Ver Tabla 6).
Apego y Contexto Escolar 44
Tabla 6
Correlaciones entre los factores de la comunicación con la madre y los criterios de seguridad y dependencia con la profesora 1 2 3 4 1. Conexión Emocional entre el niño y su madre 1 ,95(**) ,09 -,08
2. Apoyo para la autonomía entre el niño y su madre
1 ,22 ,05
3. Nivel de seguridad del niño con su profesora
1 , 78(**)
4. Nivel de dependencia del niño con su profesora
1
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
Asociación entre la Comunicación del Niño con su Madre y la Relación del Niño con sus
Compañeros del Preescolar
Una de las hipótesis del estudio, sugería una relación entre la comunicación del niño con
su madre y la relación del niño con sus compañeros del preescolar. Para evaluar esta asociación
se llevaron a cabo análisis de correlación.
Los resultados de estos análisis indicaron que no existe una asociación entre la conexión
emocional de los niños con sus madres y los puntajes de los niños en las tres escalas del PSP,
competencia social, comportamientos internalizantes y comportamientos externalizantes. Esto
puede estar señalando que el hecho de que los niños puedan tener un nivel adecuado de conexión
emocional con sus madres, no conlleva a que éstos presenten niveles adecuados en ninguna de
las tres escalas antes mencionadas (Ver Tabla 7).
Al igual que los resultados antes descritos, no se obtuvieron correlaciones significativas
entre el factor apoyo para la autonomía y las tres escalas del PSP, competencia social,
comportamientos internalizantes y comportamientos externalizantes, lo cual indica que el hecho
de que los niños tengan un adecuado apoyo para la autonomía por parte de sus madres, no implica
que estos puedan llegar a tener una adecuada competencia social, así como puntajes adecuados en
Apego y Contexto Escolar 45
las escalas de comportamientos internalizantes y de comportamientos externalizantes en el
contexto escolar (Ver Tabla 7).
Finalmente, los análisis de correlación entre los factores de la variable de comunicación,
conexión emocional y apoyo para la autonomía y los índices de aceptación de los niños entre sus
compañeros no revelan un dato significativo a nivel estadístico, lo cual impide afirmar que los
niños que presentan un adecuado apoyo para la autonomía con sus madres y una adecuada
conexión emocional con ellas no tienden a mostrar altos niveles de aceptación entre sus
compañeros del preescolar.
Tabla 7
Correlaciones entre las escalas del PSP, los índices de popularidad y los factores de la
comunicación
1 2 3 4 5 6 1. Competencia Social 1 ,78(**) ,79(**) ,46 -,13 ,02 2. Comportamientos Internalizantes
1 ,46 ,24 ,17 ,33
3. Comportamientos Externalizantes
1 ,44 -,02 ,10
4. Aceptación entre los Compañeros
1 -,19 -,15
5. Conexión Emocional entre el niño y su madre
1 ,95(**)
6. Apoyo para la autonomía entre el niño y su madre
1
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
Análisis cualitativo
En esta sección se realizó una descripción cualitativa específica para cuatro casos de los
niños de la muestra, los cuales permitieron complementar los resultados cuantitativos antes
expuestos. Esto se logró, a través de la realización y del análisis de las narrativas que se hicieron
para cada uno de los niños (Ver Anexo i).
Apego y Contexto Escolar 46
Para desarrollar esta sección, se tuvieron en cuenta cuatro casos de los catorce niños de la
muestra, dos de los cuales fueron escogidos según los puntajes obtenidos en el criterio de
seguridad en la relación de apego con sus madre; mientras que los dos restantes fueron escogidos
debido a la inquietud que generaron sus comportamientos en las investigadoras.
Para cada uno de los casos se tuvieron en consideración, tres aspectos relevantes que se
desarrollaron en las narrativas, observación en casa, observación en el jardín infantil e impresión
final (ver Anexo i).
A continuación se presentarán tres matrices en las cuales se sintetizaron algunos de los
comportamientos que fueron más notorios en las observaciones realizadas. Dichos
comportamientos se identificaron a través de tres categorías, cercanía, nivel de exploración y
señales de afecto, las cuales fueron tenidas en cuenta de acuerdo a la relaciones del niño en los
entornos observados, jardín infantil y hogar.
Matriz 1. Categoría de cercanía
ID Relación del niño
con su mamá
Relación del niño con
su maestra
Relación del niño
con sus
compañeros
Relación del niño
con extraños
(nosotras).
V “Estrecha”,
“bastante unidas y
entusiasmadas en
cada una de las
actividades”
“Tenía la iniciativa
propia de acercarse
a su mamá” (Ver
Anexo i, p.1)
“La profesora la alzó
en sus piernas
diciéndole que se
tranquilizara” “lo
cual hizo que la niña
se calmara
rápidamente” “No
buscaba por iniciativa
propia el contacto
con ella, pero si
aceptaba e incluso
disfrutaba su
cercanía” (Ver
Anexo i, p.2)
“Continua y
amistosa
interacción con
sus pares”. “A
través del juego,
el baile y las
canciones, ella
tenía una gran
aceptación entre
sus compañeritos,
quienes
expresaban
continuamente a
la niña su afecto y
“La niña se
aproximó de
forma casi
inmediata a
nosotras incluso
desde el momento
en el que
entramos a su
casa” “Se mostró
bastante segura,
activa y contenta
interactuando con
nosotras” “Estuvo
un poco triste por
Apego y Contexto Escolar 47
su admiración por
medio de abrazos,
aplausos y
sonrisas” (Ver
Anexo i, p.2)
nuestra partida y
nos preguntó en
qué momento
volveríamos a
jugar con ella”
(Ver Anexo i, p.1)
“Estuvo muy
cómoda y
tranquila con
nosotras, incluso
se sentó en
nuestras piernas”
(Ver Anexo i, p.2)
L “Permaneció muy
cerca de su mamá
la mayor parte del
tiempo” (Ver
Anexo i, p.3)
“La relación del
niño con su madre
pareció ser cálida y
cercana” (Ver
Anexo i, p.4)
“El niño se mostró
bastante distante,
incluso un poco
aislado”
“No respondía a los
requerimientos de su
profesora y más aún
dejaba percibir cierta
sensación de rechazo
hacia ella” (Ver
Anexo i, p.3)
“Durante la
mayor parte del
tiempo el niño
prefirió aislarse e
ir a jugar solo en
un lugar apartado
de sus
compañeros,
mostrando así un
nivel de
integración
mínimo que
distanciaba a los
demás niños que
intentaban
acercarse a él”.
(Ver Anexo i,
p.3)
“Variabilidad en
la actitud del niño
hacia nosotras, ya
que en algunas
ocasiones éste
parecía estar muy
interesado,
mientras que en
otras sentíamos
que su actitud era
muy distante y
desinteresada”
(Ver Anexo i, p.3)
“En el jardín, éste
se mostró
nuevamente muy
distante,
llevándonos a
Apego y Contexto Escolar 48
percibir cierta
molesta de su
parte” (Ver
Anexo i, p.4).
J “Se sentó
inmediatamente
junto a su mamá y
permaneció allí casi
la totalidad del
tiempo” “continua
y permanente
cercanía de la niña
con su mamá” (Ver
Anexo i, p.4)
“La cercanía de la
niña era mínima”
“Por el contrario, en
repetidas ocasiones la
niña intentó alejarse
y evitar el contacto
con la maestra” (Ver
Anexo i, p.5)
“Dentro de su
grupo se
encontraba un
niño con quien
ella permaneció
la mayor parte del
tiempo” “sin
embargo,
nuevamente se
pudo evidenciar
la actitud aislada
de la niña puesto
que su relación
con los demás
compañeritos fue
muy distante”
(Ver Anexo i,
p.5)
“Sin llegar a
interactuar en
ningún momento
con nosotras por
iniciativa propia”
“Incluso en
aquellos
momentos en que
intentábamos
hablarle a la niña
o jugar con ella,
no recibíamos
ninguna respuesta
por su parte ni
verbal, ni
gestualmente”
“Falta de interés
hacia nosotras
durante la
observación” (Ver
Anexo i, p.4)
S “Cuando la mamá
nos abrió la puerta
ó la puerta ésta
tenía alzada a su
hija” “esta cercanía
“La profesora lograba
que la niña estuviera
atenta y concentrada
en cada una de las
actividades” “En esta
relación más que una
“La niña fue
bastante sociable
y dispuesta a
interactuar con
cada uno de ellos
de manera
“Con nosotras, la
niña parecía ser
bastante
complaciente
cuando se le pedía
que realizara
Apego y Contexto Escolar 49
física de la niña
hacia la mamá no
solamente se dio en
ese momento
inicial, por el
contrario fue una
conducta que se
presentó a lo largo
de toda la
observación” (Ver
Anexo i, p.5)
proximidad física,
existe una cercanía
emocional” (Ver
Anexo i, p.6)
cercana y
espontánea,
involucrándose
en los juegos y
dinámicas que se
iban generando” “
El
desenvolvimiento
social de la niña
con sus
compañeros de
grupo fue
bastante
apropiado, en
tanto que ésta
participaba y
compartía
continuamente
con ellos” (Ver
Anexo i, p.6)
cierto tipo de
actividades como
bailar y cantar,
entre otras” (Ver
Anexo 1, p.5)
“La niña tenía
interés en
acercarse a los
extraños
fácilmente” (Ver
Anexo 1, p.6)
SR “La relación que se
vio entre la niña y
su mamá fue
bastante cercana,
debido a que la
niña se acercaba
continuamente a su
mamá” (Ver Anexo
i, p.7)
“la relación con la
maestra, estuvo
caracterizada por ser
bastante distante”
(Ver Anexo i, p.7)
“La niña
interactuaba con
los compañeros
de una forma
bastante fuerte,
agresiva y brusca
en repetidas
ocasiones” (Ver
Anexo i, p.7)
“La niña empezó
a interactuar con
nosotras de una
tranquilamente,
incluso llegando a
acercarse bastante
a nosotras para
jugar”
“La mayoría del
tiempo quería
jugar con
Apego y Contexto Escolar 50
nosotras” (Ver
Anexo i, p.7)
Matriz 2. Categoría de exploración
ID Relación del niño
con la mamá
Relación del niño con
la maestra
Relación del niño
con los
compañeros
Relación del niño
con extraños
(nosotras)
V “Una continua
exploración en el
lugar en el que nos
encontrábamos, ya
que la niña podía
distanciarse de la
madre para ir en
busca de juguetes,
libros y cuadernos,
para luego volver a
mostrárselos” (Ver
Anexo i, p.1)
“Se entusiasmaba por
participar en cada
una de las actividades
que se iban
facilitando” (Ver
Anexo i, p.2)
“Continua y
amistosa
interacción con
sus pares” “A
través del juego
el baile y las
canciones ella
tenía una gran
aceptación entre
sus
compañeritos”
(Ver Anexo i,
p.2)
“La niña se
aproximó de
forma casi
inmediata a
nosotras incluso
desde el momento
en el que
entramos a su
casa” “En la
ausencia de su
madre, se mostró
bastante segura,
activa y contenta
interactuando con
nosotras” (Ver
Anexo i, p.1)
“Estuvo muy
cómoda y
tranquila con
nosotras durante
la observación en
el jardín” (Ver
Anexo i, p.2)
Apego y Contexto Escolar 51
L “La exploración del
niño fue muy baja
debido a que el
nivel de actividad
del niño era muy
reducido y en las
pocas ocasiones en
las que éste iba en
busca de algunos
juguetes era por
sugerencia de su
madre” (Ver Anexo
i, p.3)
“El nivel de actividad
y participación en los
juegos fue bastante
reducido” (Ver
Anexo i, p.3)
“La mayor parte
del tiempo el niño
prefirió aislarse e
ir a jugar solo en
un lugar apartado
de sus
compañeros”
(Ver Anexo i,
p.3)
“Durante las
actividades
desarrolladas en
el jardín éste se
mostró muy
distante” “Nos
llevó a sentir que
tampoco mostraba
interés por las
actividades
promovidas por
nosotras” (Ver
Anexo i, p.4)
J “Una ausencia de
actividades de
exploración del
entorno. Falta de
interés hacia los
juguetes” (Ver
Anexo i, p.4)
“La actitud tímida y
pasiva de la niña hizo
que mostrara un nivel
de actividad bastante
bajo en las diferentes
actividades
promovidas por la
profesora” (Ver
Anexo i, p.5)
“Se pudo
evidenciar la
actitud aislada de
la niña puesto que
la relación con
sus compañeritos
fue muy distante”
(Ver Anexo i,
p.5)
“Falta de interés
hacia nosotras
durante la
observación” (ver
Anexo 1, p.4)
“su relación con
nosotras fue muy
distante” (Ver
Anexo i, p.5)
S “En esta ocasión la
proximidad física
no impidió que la
niña participara en
los juegos que se le
iban proponiendo”
(Ver Anexo i, p.5)
“La actitud de la
profesora, al parecer,
puede ser percibida
por la niña como un
facilitador que le
permite interactuar en
las actividades
propuestas” (Ver
Anexo i, p.6)
“Esta se mostró
bastante sociable
y dispuesta a
interactuar con
cada uno de ellos,
involucrándose
así en los juegos
y dinámicas que
se iban
“Con nosotras, la
niña parecía ser
bastante
complaciente
cuando se le pedía
que realizara
cierto tipo de
actividades como
bailar, alcanzar un
Apego y Contexto Escolar 52
generando” (Ver
Anexo i, p.6)
juguete y cantar
entre otras” “El
interés de la niña
por participar en
las tareas que se
iban facilitando
en la reunión”
(Ver Anexo i, p.5)
“Interés en
acercarse a los
extraños
fácilmente” (Ver
Anexo i, p.6)
SR “La relación con la
madre parece
brindarle la
seguridad para
explorar el entorno
(juguetes) e
interactuar con
extraños
(nosotras)” (Ver
Anexo i, p.8)
“La niña explora su
entorno de una forma
bastante activa
durante la mayor
parte del tiempo”
(Ver Anexo i, p.7)
“La niña exploraba
su ambiente
continuamente de una
forma bastante segura
y tranquila” (Ver
Anexo i, p.8)
“La relación con
los compañeros
llegaba incluso a
que sus
interacciones
parecieran ser un
poco bruscas y
demandantes
hacia ellos” (Ver
Anexo i, p.7)
“Buscaba llamar
nuestra atención
igualmente de una
manera
igualmente brusca
y desafiante” (Ver
Anexo i, p.7)
Matriz 3. Categoría de señales de afecto
ID Relación del niño
con su mamá
Relación del niño con
su profesora
Relación del niño
con sus
compañeros
Relación del niño
con extraños
(nosotras)
V “Manifestando “La profesora la alzó “Sus compañeritos, “También estuvo un
Apego y Contexto Escolar 53
repetidas señales
de afecto como
abrazos, besos y
caricias”. “Esta se
mostró bastante
afectuosa con su
madre” (Ver
Anexo i, p.1)
en sus piernas
diciéndole que se
tranquilizara, lo cual
hizo que la niña se
calmara rápidamente”
(ver Anexo i, p.2)
quienes expresaban
continuamente a la
niña su afecto y su
admiración por
medio de abrazos,
aplausos y
sonrisas” (Ver
Anexo i, p.2)
poco triste por
nuestra partida y nos
preguntó en qué
momento
volveríamos a jugar
con ella” “En la
segunda visita la
niña nos saludó de
una manera
amistosa” (Ver
Anexo i, p.1)
L “Se evidenciaron
otras señales de
afecto tales como
abrazos y caricias,
aunque éstas no se
dieron por
iniciativa del niño”
(Ver Anexo i, p.3)
“ El niño se mostró
bastante distante e
incluso un poco
aislado, no parecía
tener ningún interés
en mostrar alguna
señal de afecto y
calidez hacia su
maestra” (Ver Anexo
i, p.3)
“El niño prefirió
aislarse e ir a jugar
solo, mostrando así
un nivel de
integración mínimo
que distanciaba a
los demás niños
que intentaban
acercarse a él” (Ver
Anexo i, p.3)
“Se mostró
nuevamente muy
distante cuando
intentábamos
aproximarnos a él”
(Ver Anexo i, p.4)
J “La continua y
permanente
cercanía de la niña
con su mamá se
vio caracterizada
por la carencia de
señales de afecto
de la niña hacia
ésta última” (Ver
Anexo i, p.4)
“La cercanía de la
niña hacia ésta era
mínima y carecía de
señales de afecto
evidentes” (Ver
Anexo i, p.5)
“La actitud aislada
de la niña en su
relación con sus
compañeritos” (Ver
Anexo i, p.5)
“Falta de interés de
la niña hacia
nosotras” (Ver
Anexo i, p.4)
“La actitud aislada y
distante de la niña
con nosotras” (Ver
Anexo i, p.5)
Apego y Contexto Escolar 54
S “La mayoría de
señales y muestras
de calidez y afecto
eran más dirigidas
desde la madre
hacia la niña” (Ver
Anexo i, p.5)
“La niña expresa su
complacencia y
calidez hacia la
maestra” “Más que
una proximidad física
existe una cercanía
emocional” “ La
maestra se muestra
muy cálida y
afectuosa con sus
alumnos” (Ver Anexo
i, p.6)
“La niña fue
bastante sociable y
dispuesta a
interactuar con
cada uno de sus
compañeros de
manera cercana y
espontánea” (Ver
Anexo i, p.6)
“Con nosotras la
niña parecía ser
bastante
complaciente” (Ver
Anexo i, p.5)
“La niña tenía
interés en acercarse
a los extraños” (Ver
Anexo i, p.6)
SR “La niña se
acercaba
continuamente a su
mamá para jugar y
para manifestarle
repetidas señales
de afecto” (Ver
Anexo i, p.7)
“La relación con la
madre contiene
manifestaciones de
afecto en ambas
direcciones” (Ver
Anexo i, p.8)
“La relación con la
profesora carecía de
señales de afecto
evidentes” “La
interacción de la niña
con la profesora
implicaba una actitud
desafiante por parte de
la niña” (Ver Anexo i,
p.7)
“La niña
interactuaba con
sus compañeros de
una forma bastante
fuerte y en
repetidas ocasiones
tenía
comportamientos
un tanto agresivos”
“La relación con
los compañeros
carecía de señales
de afecto
evidentes” (Ver
Anexo i, p.7)
“Buscaba llamar
nuestra atención de
una manera brusca y
desafiante” (Ver
Anexo i, p.7)
Apego y Contexto Escolar 55
Análisis interno a las narrativas
V
Este caso fue escogido debido a que durante las observaciones se evidenció una relación
de apego de la niña hacia su madre con ciertas conductas y actitudes que demuestran un nivel de
seguridad bastante alto. Algunas de las características de dicha relación fueron una constante
cercanía que no impidió a la niña explorar el entorno en el que nos encontrábamos, así como una
alta muestra de señales de afecto como besos y abrazos de esta última hacia su mamá. Lo anterior
puede llevar a pensar que la niña usa a su madre como una base de seguridad que le permite
alejarse para explorar su ambiente y regresar a ella cuando lo requiere. Esto se vio corroborado a
su vez en los análisis cuantitativos, ya que el resultado arrojado por el nivel de seguridad para la
relación de apego de la niña con su madre fue r = 0.67.
De una forma similar, aunque no tan notoria, se pudo ver que al parecer la niña tiene un
nivel adecuado de seguridad con su profesora, en tanto que aceptaba y disfrutaba la cercanía con
ésta, aunque no la buscara por iniciativa propia. Así mismo, aunque las señales de afecto que se
vieron, estuvieron más dirigidas de parte de la profesora hacia la niña y no de manera inversa, la
interacción entre las dos pudo estar relacionada a la tranquilidad y confianza con que la niña se
unía a las diversas actividades organizadas en el curso. Esto de igual manera fue evidenciado a
través del nivel de seguridad obtenido para la relación de apego entre la niña y su profesora a
nivel cuantitativo, el cual tuvo un valor de
r = 0.53. Así mismo, en el salón de clase, la niña no solamente se interesó por participar
activamente en dichas actividades, sino que también mostró un alto grado de integración con sus
compañeros con quienes compartió algunos juegos y quienes continuamente le expresaban su
afecto a través de abrazos y aplausos. El nivel de aceptación de la niña entre sus compañeros a
través del análisis cualitativo coincide con índice de aceptación obtenido cuantitativamente, que
fue de 0.6 (en un rango de -1 a 1).
La relación de la niña con los extraños (nosotras) fue en general bastante adecuada, en
tanto que ella se acercó por iniciativa propia hacia nosotras en varias ocasiones y a pesar de que
durante la visita al jardín hubiera tardado un poco en acercarse, se mostró muy cómoda y
tranquila en las diferentes interacciones que se tuvieron.
Este caso puede llevar a considerar el hecho de que existe cierta continuidad en los
patrones de relación que se crean en el hogar y se extienden al contexto escolar, en este caso visto
Apego y Contexto Escolar 56
a través de la relación de la niña hacia sus pares. Esto debido a que los adecuados niveles de
seguridad observados en el hogar, al parecer facilitan a la niña la creación de relaciones
adecuadas en otros contextos.
L
Este caso fue escogido porque durante las observaciones realizadas en los contextos
escolar y familiar, se percibieron en el niño varios comportamientos que eran bastante llamativos.
En la observación de la relación de apego del niño en el hogar, se evidenciaron conductas de
cercanía bastante notorias del niño hacia su madre, las cuales al parecer impidieron un adecuado
nivel de exploración del entorno por parte del niño. El bajo nivel de actividad que se observó en
el niño se extendió a su vez a la manifestación de las señales de afecto, las cuales estuvieron
principalmente propiciadas por la mamá. A pesar de que se esperaba que hubiera una
concordancia entre el análisis cuantitativo y el análisis cualitativo, se encontró que el primero
reveló un nivel de seguridad de r = 0.48, para la relación de apego entre el niño y su mamá,
mientras que el análisis cualitativo pareció evidenciar una relación de apego no muy segura,
debido a las actitudes y comportamientos descritos anteriormente.
Al igual que lo ocurrido con el nivel de seguridad de la relación de apego del niño con la
mamá, el nivel de seguridad en la relación de apego del niño con la maestra r = 0.53 no corroboró
los hallazgos expuestos en el análisis cualitativo. Lo anterior debido a que la actitud que
manifestó el niño en su interacción con la maestra del jardín fue muy diferente a la que mostró en
el hogar, ya que con su profesora, el niño no tuvo proximidad alguna hacia ésta, por el contrario
se mostró constantemente aislado y distante, percibiéndose incluso una sensación de rechazo
hacia ella en algunas ocasiones.
Similar a la relación de apego del niño con la maestra, fue la interacción del niño con sus
compañeros, la cual se caracterizó por un continuo aislamiento y un bajo nivel integración con
ellos. Sin embargo, tales comportamientos parecieron no afectar la aceptación del L entre sus
compañeros, debido a que estos persistieron en acercarse e interesarse por lo que él estaba
haciendo. Esto se ve reflejado en el índice de aceptación obtenido a nivel cuantitativo el cual tuvo
un valor de 0.53.
En cuanto a la relación del niño con los extraños (nosotras) fue muy evidente como ésta
pareció ser bastante variable a lo largo de las distintas observaciones, ya que en algunos
momentos el niño mostraba un leve interés por participar en las actividades propuestas y en otras
Apego y Contexto Escolar 57
ocasiones no manifestaba ningún interés, e incluso dejaba percibir una actitud de rechazo hacia
las observadoras, así como hacia las actividades; ello no solo se vio en la observación realizada
en el hogar sino también en la del jardín infantil.
J
Este caso fue seleccionado debido a que en las interacciones observadas a lo largo de los
distintos contextos, tanto con la madre como con la profesora, se evidenciaron en la niña
comportamientos y actitudes bastante particulares, en tanto que su nivel de integración con las
dos figuras antes mencionadas, con los compañeros y con los extraños (nosotras) fue de manera
sorprendente, casi nula.
Dichas interacciones, a excepción de la interacción con uno de sus compañeros de curso,
estuvieron caracterizadas por una actitud lo suficientemente tímida y pasiva por parte de la niña,
que impidió que ésta participara en las distintas actividades de manera activa y fluida; visto esto
de manera más enfática en las tareas propuestas en el hogar ya que en éste permaneció la
totalidad del tiempo sentada al lado de su madre sin siquiera dar una mirada a los juguetes. Vale
la pena mencionar que a pesar de la permanente cercanía física de la niña con su mamá, no se
observaron interacciones afectuosas entre ellas, así mismo, aunque sin ni siquiera una proximidad
física, estuvo caracterizada la relación de la niña con los extraños. En este caso si hubo una
amplia concordancia entre el análisis cuantitativo y el cualitativo ya que el nivel de seguridad
encontrado para la relación de apego entre la niña y su mamá fue r = -0.26 el cual reafirma lo
antes descrito.
En el jardín se logró notar un compromiso un tanto mayor en las actividades que se
organizaron allí, aunque las señales de afecto de la niña hacia la maestra y hacia sus compañeros,
así como el nivel de exploración en el entorno escolar se mantuvieron igualmente reducidos. Lo
anterior se vio reflejado también en el análisis cuantitativo, el cual arrojó un resultado de r = 0.2
para el nivel de seguridad de la relación de apego de la niña con la maestra y un índice de
aceptación de 0.37 que también corrobora la descripción hecha a nivel cualitativo, en la cual se
hace referencia a una niña aislada, tímida y distante.
De manera similar al caso anterior, parece ser que la niña no cuenta con una figura de
apego, lo suficientemente segura, que le facilite acercarse al entorno y a las distintas personas que
están en él, particularmente en este caso a los extraños, los compañeros y la maestra. Lo anterior
lleva a pensar que la posible carencia de seguridad percibida en la relación de apego de la niña
Apego y Contexto Escolar 58
con su madre puede lleva a que la niña no tenga unos niveles adecuados seguridad al momento de
interactuar con su maestra y con las demás personas presentes en el preescolar a excepción de
uno de sus compañeros de su curso. Es posible que este niño sea quien esté aportando a la niña, la
tranquilidad y la confianza necesarias para que ésta tenga un mejor desenvolvimiento en las
actividades desarrolladas en el salón de clase.
S
Este caso particular fue escogido porque la participación e interacción de la niña en los
dos contextos en los que fue observada fue diferente, en tanto que en el hogar, la niña permaneció
muy cerca a su mamá gran parte del tiempo, aunque sin mostrar una cercanía emocional. Lo
anterior se evidenció debido a que la mamá fue quien continuamente dirigió señales de afecto
hacia la niña, la cual por el contrario parecía mostrarse pasiva antes éstas; sin embargo dicha
pasividad no se tradujo en una falta de exploración y búsqueda de los juguetes por parte de la
niña. En este caso el análisis cuantitativo, arrojó un resultado r = 0.27 para el nivel de seguridad
de la relación de apego de la niña y su mamá, corroborando el análisis cualitativo antes descrito.
De manera similar el involucramiento de la niña en las actividades realizadas en el curso
fue bastante notorio a la vez que su interacción e integración con sus compañeros. Esto pudo
deberse a que, a diferencia de la relación que fue observada en la interacción con la madre, al
parecer en el jardín infantil, la presencia de la maestra, parece facilitar e impulsar el
desenvolvimiento de la niña al interior de las actividades del curso. Esto debido a que en las
ocasiones en que la maestra daba alguna orden a la niña, ésta obedecía de manera inmediata; de
igual forma, se pudo notar como la niña manifestaba en repetidas ocasiones muestras de afecto
hacia su maestra, situaciones que no fueron observadas en la interacción de la niña con su madre.
Por esto, fue evidente como la relación de apego de la niña y la maestra no solo implicó una
proximidad física sino también una cercanía emocional que pareció permitirle a la niña usar a su
maestra como una base de seguridad que facilitó su aproximación e interacción hacia los demás
compañeros del curso como hacia los extraños (nosotras). Estos resultados son acordes con el
análisis realizado cuantitativamente, el cual arrojó un r = 0.49 para el nivel de seguridad de la
relación de apego entre la niña y su maestra.
En cuanto a la relación de la niña con sus compañeros, ésta se mostró muy integrada y
activa en su participación e interacción con ellos. Sin embargo, el resultado cuantitativo visto a
través del índice de seguridad, 0.11, no parece corroborar lo observado a nivel cualitativo.
Apego y Contexto Escolar 59
SR
Este caso fue escogido porque la variabilidad de comportamientos en los dos contextos en
los que la niña fue observada llamó ampliamente la atención, debido a que en ninguno de los
casos antes mencionados se había evidenciado una actitud de carácter fuerte, brusco y desafiante
hacia la maestra y los compañeros del jardín infantil como si se presentó en éste.
Es posible decir que la relación entre la niña y la mamá se vio bastante segura, en la
medida en que ésta sí parece servirle a la niña como una base de seguridad que promueve la
exploración del entorno; así mismo es posible que dicha seguridad sea la que impulse conductas
bastante afectuosas entre ellas. Para el caso de esta niña, el análisis cuantitativo apoya el análisis
cualitativo debido a que nivel de seguridad para la relación de apego de la niña con su madre fue r
= 0.57.
Contrario a lo anterior, tales muestras de afecto no fueron percibidas en la interacción de
la niña con su maestra y no se vio que la maestra sirviera como una base de seguridad para la
niña. Incluso el nivel de seguridad arrojado por el análisis cualitativo que fue de r = 0.09, lo cual
reflejó tal ausencia de afecto y seguridad en la relación de apego entre la profesora y la niña. Por
lo tanto al parecer, la actitud afectuosa antes descrita hacia la madre, parece no extenderse hacia
las relaciones de la niña en el jardín, visto esto, a través de la constante búsqueda de atención por
parte de las personas que la rodean, profesora, extraños y compañeros, llegando a generar un
posible desagrado entre ellos. Esto llevó a que en algunas ocasiones algunos de los niños le
manifestaran a la niña su incomodidad, al igual que la profesora, quien tuvo que reprenderla por
algunas de las actitudes que tenía.
La relación que se percibió entre la niña y sus compañeros, al parecer estuvo marcada por
un carácter fuerte y brusco de parte de ésta, que no permitió que los otros niños se sintieran
cómodos interactuando con ella. Esto no solo fue evidenciado a través de la descripción
cualitativa, sino por el puntaje del índice de aceptación obtenido por medio del análisis
cuantitativo, el cual tuvo un valor de 0.04 indicando el bajo nivel de acogida que tiene la niña
entre sus pares.
El análisis de los cuatro casos antes descrito permite afirmar que en algunos de estos, se
presenta una continuidad en la relación de apego con la madre y la relación de apego con la
maestra, mientras que en otros no se evidenció tal continuidad.
Apego y Contexto Escolar 60
En los casos de V y de L, parece existir una continuidad en cuanto a la relación de apego
con la madre en el hogar y con la maestra en el jardín infantil. Por lo anterior, se puede pensar
que estos casos conducen a pensar que existe una influencia de la relación de apego de estos dos
niños con sus madres sobre la relación de apego de ellos con sus maestras. Esto debido a que en
ambos contextos, hogar y jardín, el nivel de seguridad de los niños fue adecuado en ambas
relaciones de apego, permitiéndoles explorar sus entornos e interactuar de forma apropiada con
sus compañeros.
Por el contrario, en los casos de J, S y SR, tal continuidad no fue evidenciada por ninguno
de los dos análisis realizados, cuantitativo y cualitativo, ya que en el caso de J, las relaciones de
apego de la niña tanto con su mamá, como con su maestra obtuvieron niveles de seguridad muy
bajos, los cuales impidieron un desempeño adecuado de la niña en las tareas que le fueron
pedidas en ambos contextos, así como en su interacción con las distintas personas presentes en
éstos.
En el caso de S, el bajo e incluso negativo, nivel de seguridad de la relación de apego
entre la niña y su madre, no tuvo concordancia con el adecuado nivel de seguridad en la relación
de apego de la niña con su maestra. Es posible entonces señalar que en este caso aunque no se
observa dicha continuidad, sí se evidencian las ventajas de una relación de apego segura con la
maestra, en tanto que dicha relación impulsó un desenvolvimiento adecuado y de exploración de
la niña en su curso.
Contrario al caso de S, SR, mostró un nivel de seguridad adecuado en la relación de apego
con su madre, el cual no se vio reflejado en el bajo nivel de seguridad de la relación de apego con
su maestra. Lo anterior demuestra que la ausencia de continuidad en la relación de apego de la
niña en los dos contextos, lleva a pensar que posiblemente la relación de apego segura que se
observó con la madre, aunque facilite que la niña tenga más facilidad para explorar los entornos,
no conlleva necesariamente a que la niña pueda desenvolverse adecuadamente en las relaciones
sociales y emocionales que establece en el jardín.
Discusión
El propósito del presente estudio fue explorar la posible influencia que tiene la relación de
apego del niño con su madre así como la comunicación entre ellos, sobre el desenvolvimiento
social del niño en el preescolar con su profesora y sus compañeros.
Apego y Contexto Escolar 61
El presente estudio exploró la conexión entre las relaciones de apego a través de
diferentes contextos, familiar y escolar, del niño con su mamá y con su maestra respectivamente,
tema que ha sido trabajado en distintas investigaciones realizadas previamente. Adicionalmente
en esta investigación se incorporaron dos nuevas variables, la comunicación entre el niño y la
madre y las relaciones del niño entre sus compañeros del preescolar, evaluando la asociación
existente entre estas últimas con las antes mencionadas, relación de apego del niño con la madre y
relación de apego del niño con la maestra.
Los temas antes mencionados, fueron tomados como las variables de esta investigación,
así, la relación de apego entre el niño y la madre y la comunicación entre el niño y la madre,
fueron tenidas en cuenta como las variables independientes y por tanto principales. Se esperaba
que las dos estuvieran asociadas a la relación de apego entre el niño y la profesora, así como a la
relación del niño con sus compañeros del jardín infantil, variables dependientes de este estudio.
La mayoría de los niños de la muestra obtuvieron unos niveles adecuados de seguridad
tanto en la relación de apego con la mamá como con la profesora; con respecto a la comunicación
con la madre también se encontró que gran parte de los niños del presente estudio obtuvieron
puntuaciones apropiadas en conexión emocional y apoyo para la autonomía, siendo éstas las
dimensiones de la comunicación que fueron evaluadas. Para efectos de tener un complemento de
la variable de comunicación, los niños obtuvieron altos puntajes en su nivel de vocabulario, los
cuales les permitieron un desarrollo adecuado de las distintas tareas que implicaban habilidades
comunicativas. De igual forma, la mayoría de los niños tendieron a tener un alto grado de
aceptación entre sus compañeros así como apropiados niveles de competencia social y bajos
comportamientos externalizantes e internalizantes.
Contrario a lo esperado, los resultados arrojados por esta investigación, no permiten
afirmar que altos puntajes de seguridad en la relación del niño con su madre, estuvieran asociados
(significativamente a nivel cuantitativo) con altos puntajes de seguridad en la relación del niño
con la profesora y con altos puntajes de aceptación del niño entre sus compañeros, así como una
mejor orientación del niño hacia éstos. Sin embargo, el análisis cualitativo sí reflejó tales
asociaciones en algunos de los casos que fueron descritos a través de las narrativas.
La otra conexión entre el contexto familiar y el contexto escolar se planteó a través de dos
hipótesis; éstas sugerían una relación entre las dimensiones de la comunicación entre la madre y
el niño y las relaciones socioafectivas del niño en el jardín (con la profesora y con los pares).
Apego y Contexto Escolar 62
Estas hipótesis no lograron ser comprobadas en este estudio; es decir, no se obtuvo una
asociación significativa (a nivel cuantitativo) entre altos puntajes en conexión y apoyo para la
autonomía del niño con su madre y altos puntajes de seguridad en la relación de apego del niño
con su profesora. De igual forma, respecto a la segunda hipótesis se encontró que altos puntajes
de conexión y apoyo para la autonomía entre el niño y la madre no estuvieron asociados
significativamente (a nivel estadístico) con altos puntajes de aceptación del niño entre sus
compañeros.
Influencia de la relación de apego del niño con su mamá sobre la relación de apego entre el niño
y su maestra y sobre la relación del niño con sus compañeros del preescolar
La asociación positiva entre la relación de apego del niño con su madre y la relación de
apego del niño con la profesora, ha sido evidenciada a lo largo de distintas investigaciones en las
cuales se ha hecho mención a la concordancia entre el apego maternal y el apego con la
profesora, particularmente cuando ésta ha sido la misma durante un periodo de tiempo
considerable. Ello, puede deberse a que al ser las profesoras tomadas como figuras cuidadoras se
hace más fácil para los niños establecer relaciones de seguridad con ellas al igual que con las
madres (Howes & Hamilton, 1992 a, 1992 b). Cabe resaltar que inclusive dicho rol de cuidadoras
en las maestras, ha llevado a que al parecer algunos de los niños de la muestra del presente
estudio que no hayan desarrollado una relación de apego seguro con sus madres, se vean
favorecidos gracias a la sensitividad y responsividad que se les ha ofrecido en el contexto escolar.
Sin embargo, es importante señalar que debido a la complejidad del procedimiento y la dificultad
para conseguir los niños de la muestra del presente estudio, no fue posible cumplir con el
requerimiento que implicaba que éstos llevaran un tiempo prolongado (por lo menos cuatro
meses) de interacción con su maestra. A pesar de lo anterior, algunas investigaciones indican que
la relación que el niño establece con la maestra puede llegar a suplir las necesidades que no son
satisfechas en el contexto familiar y por tanto llegar a tener un efecto compensatorio en la vida
social y emocional del niño, tal como se ha evidenciado en estudios previos (Ciccetti, Cummings,
Greenberg & Marvin, 1990; Egeland & Hiester, 1995).
Un hallazgo del presente estudio que llama la atención, es la alta correlación que se
encontró entre las dimensiones de seguridad y dependencia en la relación de apego profesora-
niño. En una relación de apego segura se espera que los puntajes de seguridad tiendan hacia
puntajes positivos y los de dependencia hacia puntajes negativos. Adicionalmente se espera que
Apego y Contexto Escolar 63
la correlación entre dichas dimensiones sea negativa (Colin, 1995). A pesar de que en las
investigaciones antes mencionadas (Howes & Hamilton 1992 a, 1992 b; Ciccetti, Cummings,
Greenberg & Marvin, 1990; Egeland & Hiester, 1995) no se hace una alusión directa a la
asociación entre los niveles de seguridad y los niveles de dependencia, en el presente estudio
parece pertinente hacerlo pues se obtuvo un resultado que no era esperado en cuanto a la relación
de apego del niño con la maestra. Los resultados de este estudio mostraron que la correlación
entre esas dimensiones, en la relación profesor-niño fue positiva, lo cual indica que cuando los
niños tienen unos niveles altos de seguridad con su maestra también tienen unos niveles
igualmente altos de dependencia con ésta. Aunque no existe evidencia teórica que de cuenta de
este hallazgo se piensa que una posible explicación para ello, puede ser que debido a que la
profesora es la única figura de autoridad y de cuidado presente en ese contexto, los niños pueden
llegar a manifestar comportamientos que no solo muestran el afecto y la seguridad que ésta
parece proveerles, sino que implican una dependencia aún más notoria hacia ella.
Como una evidencia más que corrobora los hallazgos de investigaciones anteriores, este
estudio encontró a través de los distintos casos analizados cualitativamente, que se puede pensar
que para algunos de los niños existe una tendencia a desarrollar una relación de apego en el
entorno familiar, que debido a sus altos niveles de seguridad logra extenderse a las relaciones
sociales y emocionales que ellos establecen en el contexto escolar (Howes & Hamilton 1992 a,
1992 b).
A pesar de lo anterior, esta investigación también presentó casos que apoyan evidencia
presentada por Ciccetti, Cummings, Greenberg y Marvin (1990), Egeland y Hiester (1995), así
como por Goossens y van IJzendoorn (1990), quienes dieron cuenta de la importancia de los
efectos compensatorios en las relaciones de apego a través de diferentes contextos, escolar y
familiar. Es así como en el presente estudio, se hallaron casos en los cuales dicha continuidad en
la relación de apego con la madre y las relaciones sociales y emocionales en el contexto escolar
pareció no presentarse; así, algunos de los niños mostraron comportamientos que reflejaban
seguridad y exploración en uno de los entornos (casa), diferentes a los presentados en el otro
(jardín). Tal es la situación de algunos casos en los que los niños desarrollaban una relación de
apego segura en alguno de los dos contextos, en el hogar con la mamá o en el jardín con la
maestra, pudiendo llegar a suplir las necesidades que no eran satisfechas en el otro y por tanto
tener un efecto compensatorio, que les brinda a los niños la posibilidad de tener una relación de
Apego y Contexto Escolar 64
apego segura que les permite interactuar en los distintos entornos a los que se enfrenten, de
manera más segura y tranquila.
A pesar de que en el presente estudio se encontraron casos donde la relación de apego
presentó una continuidad del entorno familiar al escolar, se puede pensar que en otros casos en
los cuales ésta no se presentó, es posible que haya ocurrido una transformación debido a algún
evento significativo en la vida de estos niños. Sin embargo, dado que estos aspectos no se
indagaron en los contactos con las familias no se puede afirmar esto con certeza. Lo anterior
corrobora evidencia de otras investigaciones acerca de la transformación de la relación del apego
en las diferentes etapas que atraviesa el niño, en especial cuando inicia su etapa escolar. Así, la
relación de apego debe ser tomada como un aspecto del desarrollo que se encuentra en continuo
cambio, dependiendo del entorno en el cual se encuentre el niño (Cicchetti, Cummings,
Greenberg & Marvin, 1990).
Se podría concluir entonces que a pesar de que exista una transformación en la relación de
apego a través de los diferentes contextos a los que el niño se va enfrentando, las relaciones de
seguridad que éste establezca, sin importar la figura que las provea, parecen tener un efecto
importante en el desarrollo social y emocional de los niños (Barnett, Kidwell y Leung, 1998).
Dicha seguridad está dada por la disponibilidad, responsividad y la protección que dichos
cuidadores brindan a los niños, lo cual les permite explorar fácilmente el ambiente, teniendo la
seguridad de que estas figuras estarán ahí cada vez que ellos las necesiten. Por esta razón se
podría llegar a pensar que en algunos casos de los que fueron analizados a nivel cualitativo, las
profesoras podrían estar actuando como “figuras de apego subsidiarias”, las cuales son las
personas encargadas de cuidarlos en ausencia de sus madres brindándoles la sensitividad, la
calidez y el afecto que ellos puedan requerir en tales momentos (Bowlby, 1998). Sin embargo, se
debe tener en cuenta que cada una de estas relaciones es independiente y diferente de las otras,
llevando a que cada una de éstas prediga aspectos diferentes en el desarrollo del niño como se ha
hecho mención en investigaciones anteriores (Howes, Hamilton y Philipsen, 1998).
En cuanto a la asociación que existe entre la relación de apego del niño con su madre y la
relación del niño con sus compañeros, el análisis cuantitativo de este estudio no permite arrojar
evidencia que apoye hallazgos previos en los cuales se ha visto que una relación de apego segura
del niño con su madre facilita aspectos como la sociabilidad y la colaboración en las interacciones
del niño con los pares (Pastor, 1981). De forma similar, este estudio tampoco logra aportar
Apego y Contexto Escolar 65
evidencia similar a otras investigaciones, en cuanto al hecho de que los niños que logran
establecer unas relaciones de apego seguras con sus madres, presentan comportamientos
prosociales y mayores niveles de compromiso en sus relaciones sociales en el jardín infantil no
solo con el grupo de pares, sino también con sus profesores (Turner, 1991). De esta manera, esta
investigación no señala ninguna concordancia entre la relación de apego de los niños con sus
mamás y el proceso de socialización que éstos llevan a cabo al inicio de su etapa preescolar, en la
cual las relaciones con los compañeros brindan un contexto apropiado para su desarrollo social
(Dile, Lemerise, Caverly, Ramsay & Roberts, 1998). Sin embargo, algunos de los casos descritos
a través del análisis cualitativo si permiten mostrar evidencia similar a la de investigaciones antes
mencionadas (Dile, Lemerise, Caverly, Ramsay & Roberts, 1998; Pastor, 1981; Turner, 1991).
Influencia de la comunicación entre el niño y su madre sobre la relación de apego del niño con
su maestra y sobre la relación del niño con sus compañeros. Una de las hipótesis novedosas que se incluyó en este estudio era ver si la comunicación
del niño con su madre tenía alguna asociación con la relación de apego del niño con la maestra.
Sin embargo, esta hipótesis no logró ser corroborada lo cual puede estar indicando que el hecho
de que un niño tenga una comunicación apropiada con su madre, en términos de conexión
emocional y apoyo para la autonomía, no necesariamente lleva a que éste establezca una relación
de apego seguro con la maestra en el contexto escolar. Debido a que no existe evidencia de
investigaciones previas sobre esta asociación, este hallazgo no puede ser contrastado con ningún
otro resultado similar, por lo cual se trata de una contribución que puede ser tenida en cuenta en
posteriores estudios sobre este tema.
Por otra parte, los hallazgos de este estudio no mostraron una asociación significativa (a
nivel estadístico) entre la comunicación del niño con su madre y la relación de éste con sus
compañeros del preescolar, vista ésta a través de los índices de aceptación. Estos resultados
contrastan con evidencia previa que muestra que al definir la comunicación en términos de
conexión emocional y apoyo para la autonomía, los niños con altos niveles en dichos constructos
tienden a tener un alto grado de aceptación entre sus compañeros (Clark & Ladd, 2000).
De manera similar a los hallazgos antes mencionados, no se obtuvo una asociación
positiva entre la conexión emocional de los niños con sus madres y los puntajes de competencia
social, de comportamientos externalizantes y de comportamientos internalizantes. El hecho de
que no se hayan encontrado asociaciones significativas entre la conexión emocional de los niños
Apego y Contexto Escolar 66
con sus madres y los puntajes de aceptación de los niños entre sus compañeros, ni entre la
primera y los puntajes de los niños en las escalas de competencia social, comportamientos
internalizantes y comportamientos externalizantes, llama la atención y lleva a cuestionar las
posibles razones que pueden subyacer a dicha ausencia de significancia en dichas asociaciones.
Ello, debido a que se esperaba que los niños que tuvieran una relación más cálida, recíproca,
íntima y afectuosa con sus madres, tendieran a mostrarse más colaboradores y empáticos con sus
compañeros así como más aceptados entre ellos, con niveles adecuados de comportamientos
internalizantes y externalizantes en el preescolar. Este aspecto puede ser tenido en cuenta en
posteriores investigaciones que amplíen y profundicen en dicha asociación.
Al igual que los hallazgos antes mencionados, la correlación bivariada entre el apoyo para
la autonomía entre los niños y sus madres y las tres escalas del PSP, competencia social,
comportamientos internalizantes y comportamientos externalizantes, no sugieren que exista una
tendencia a que niños con apropiados niveles de apoyo para la autonomía con sus madres, suelan
tener también puntuaciones adecuadas en cada una de las tres escalas antes mencionadas. Esto
puede estar indicando que los niños que establecen relaciones en las cuales las madres son
responsivas, empáticas y validan constantemente sus sentimientos, pensamientos y opiniones de
los niños, no necesariamente tienden a mostrarse más competentes socialmente así como a
presentar niveles adecuados de comportamientos internalizantes y externalizantes.
Los hallazgos con respecto a la comunicación entre los niños y sus madres y su asociación
con la relación de apego de los niños con las profesoras, llevan a considerar que posiblemente los
dos factores que constituyen la comunicación, es decir, apoyo para la autonomía y conexión
emocional, son independientes de la relación de apego que desarrollan los niños con sus maestras
en el preescolar. Lo anterior resulta sorprendente, ya que teniendo en cuenta que dichos factores
están sustentados en la teoría de la relación de apego entre los niños y las madres (Clark & Ladd,
2000) y existe suficiente evidencia que señala, que tal relación ha estado asociada positivamente
con la relación de apego entre los niños y las maestras (Howes & Hamilton 1992 a, 1992 b),
llama la atención que el apoyo para la autonomía y la conexión emocional no se asocien de forma
similar a esta última relación de apego.
Contrario a lo antes mencionado y a diferencia de estudios anteriores (Clark & Ladd,
2000), que señalan la existencia de una asociación entre una relación armoniosa, en términos de
calidez, empatía y sensitividad entre los niños y sus madres y unos altos niveles de competencia
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social, el presente estudio no encontró dicha asociación, para el caso de la conexión emocional
entre los niños y sus madres. Así mismo, en lo referente al apoyo para la autonomía entre los
niños y sus madres, no se encontró una asociación significativa (a nivel estadístico) entre éste y
los puntajes de competencia social, así como con los índices de aceptación de los niños entre sus
compañeros.
Lo anterior es un hallazgo que llama nuevamente la atención debido a que al ser estos dos
factores, conexión emocional y apoyo para la autonomía entre los niños y las madres, derivados
de la teoría de la relación de apego, se esperaba que estos estuvieran asociados con el
desenvolvimiento social de los niños con sus compañeros del preescolar. Ello, puesto que se ha
visto en varias investigaciones, que tal relación de apego entre los niños y sus madres está
fuertemente asociada con las relaciones sociales y emocionales del niño en el contexto escolar,
teniendo en cuenta su competencia social y aceptación entre los demás niños (Pastor, 1981;
Turner, 1991, Clark & Ladd, 2000).
Por último, vale la pena rescatar que en el presente estudio se obtuvo un resultado
significativo en cuanto a que los niños que fueron competentes socialmente, tendieron a mostrar
menos comportamientos tanto internalizantes como externalizantes. Esto corrobora evidencia
señalada por investigaciones anteriores en las cuales se ha utilizado el mismo instrumento (PSP)
con el fin de medir la relación del niño con sus compañeros en el contexto escolar, llegando a
resultados similares a los arrojados por la presente investigación (Clark & Ladd, 2000).
Limitaciones y sugerencias para posteriores investigaciones
Aunque en la presente investigación, no se obtuvieron resultados significativos a nivel
estadístico, que puedan llegar a ser aportes generalizables dentro del área del Desarrollo Infantil,
es importante señalar que el propósito central de este proyecto era adelantar un estudio
exploratorio que evaluara posibles tendencias en la relación de dos contextos sociales, el contexto
familiar y el escolar, con metodología de observación naturalista. De ahí, el hecho de que se
hubiera seleccionado una muestra tan pequeña, fue una de las principales limitaciones, puesto que
la cantidad de niños no representó de manera significativa una población a la cual fueran
generalizables los resultados obtenidos. Ahora, el hecho de que este estudio hubiera sido aceptado
en tan solo algunos de los jardines infantiles visitados y que de estos solamente algunos de los
padres hubieran estado de acuerdo en participar, lleva a pensar que es posible que éstos tuvieran
Apego y Contexto Escolar 68
un interés particular en los procedimientos de investigación y que por lo tanto existieran ciertas
similitudes en cuanto al desempeño de los niños en cada una de las actividades que fueron
requeridas en este estudio.
De otra parte, ésta muestra no permitió que se encontraran tendencias en cuanto a las
hipótesis planteadas para este estudio, pero si el tamaño de la muestra hubiera sido mayor y
hubiera sido seleccionada de manera sistemática y aleatoria, es posible que se hubieran hallado
datos más variados, así como correlaciones significativas estadísticamente, logrando que los datos
obtenidos pudieran ser generalizados a una población. Sin embargo, el hecho de que se hubiera
tratado de un número tan reducido de niños, permitió que este estudio presentara la posibilidad de
elaborar un análisis cualitativo con algunos de estos, a través de narrativas en las cuales se pudo
describir con una profundidad más amplia lo que se observó en cada una de las visitas efectuadas
tanto a los hogares como a los jardines infantiles. Lo anterior puede permitir que otras
investigaciones que se elaboren sobre esta área del desarrollo infantil lleven a cabo no solamente
un análisis a nivel cuantitativo, el cual aunque reporta datos bastante significativos, puede llegar a
ser bastante ampliado y nutrido por un análisis cualitativo como se observó en esta investigación.
Teniendo en cuenta los resultados arrojados por los dos tipos de análisis realizados en este
estudio, cualitativo y cuantitativo, se sugiere que en posteriores investigaciones se piense en
evaluar la relación de apego con figuras diferentes a la mamá y a la maestra, que puedan estar
desempeñando un rol importante en la vida social y emocional del niño. Esto, en la medida en
que dichas personas pueden llegar a suplir las necesidades que no son satisfechas por las dos
evaluadas en este estudio, la madre y la profesora, logrando así profundizar en un tema de gran
interés, como lo es los efectos compensatorios en las relaciones de apego vistos a través de los
distintos contextos en los que se desenvuelvan los niños.
Otra de las limitaciones que se presentó en este estudio, estuvo relacionada con el
reducido número de observadores que colaboraron en la calificación de los distintos videos
realizados en los hogares y en los jardines infantiles. Esto llevó a que el proceso de la recolección
de datos se efectuara en un periodo mayor al previamente esperado, lo cual a la vez impidió que
se pensara en aumentar el tamaño de la muestra, que como se mencionó antes, habría arrojado
unos resultados generalizables a una población.
Un aspecto que no queda muy claro en este estudio tiene que ver con los componentes de
la relación de apego de los niños con las maestras, por ello la presente investigación deja abierta
Apego y Contexto Escolar 69
la siguiente pregunta a posteriores estudios que deseen ahondar en el tema: ¿es la relación de
apego entre los niños y las maestras una fuente de afecto y seguridad, como suele ser la relación
de apego entre los niños y las madres, y/o es una fuente de organización y adaptación al nuevo
entorno al que se ven enfrentados los niños?
Teniendo en cuenta lo anterior y debido a que no se han realizado estudios previos acerca
de las relaciones de apego entre niños y profesoras en Colombia, sería interesante sugerir a
posteriores investigaciones, indagar acerca de lo que puede implicar para las maestras el hecho de
que un niño tenga un desenvolvimiento apropiado para este tipo particular de entorno, el escolar.
Ello, permitiría tener unos parámetros diferentes y acordes en la observación y calificación de la
relación de apego en cada uno de los contextos, hogar y jardín infantil (Cassibba, Van Ijzendoorn
& D'Odorico, 2000).
Para futuras investigaciones se sugiere también, que la evaluación de la relación de apego
en los dos contextos antes mencionados, tenga en cuenta las posibles diferencias que puedan
existir en cuanto a las demandas comportamentales para los niños en cada uno de ellos. Es así
como una distinción importante tendría que ver con la independencia que puede llegar a
promoverse en la casa y en el jardín infantil, siendo este último aquel en el cual los niños deben
procurar una mayor independencia en tanto que su maestra debe también estar a cargo de sus
compañeros (Cassibba, Van Ijzendoorn & D'Odorico, 2000).
En suma, parece ser que los resultados de esta investigación no apoyan evidencia previa
en cuanto a la asociación que se obtuvo entre la relación de apego entre los niños y las mamás y
la relación de apego entre los niños y las maestras. De igual manera no se logró corroborar la
fuerte asociación, que ha sido señalada anteriormente por otros autores, entre la relación de apego
de los niños con las madres y la aceptación de los niños entre sus compañeros.
Así mismo y contrario a las expectativas de este estudio, la comunicación entre los niños
y sus madres no tuvo una correlación positiva ni con la relación de apego ni con el nivel de
competencia social del niño, ni con el nivel de aceptación del niño en la relación con sus
compañeros, lo cual no es consistente con estudios previos al respecto. Es posible que la
dificultad para hallar la asociación entre las variables antes mencionadas, halla sido debida al
tipo de instrumento que se utilizó para evaluar la comunicación. Valdría la pena entonces,
considerar en posteriores investigaciones, el uso de otro tipo de instrumentos para evaluar dicha
Apego y Contexto Escolar 70
variable. Instrumentos que se hallan evaluado dentro de la literatura de competencia social y
relaciones con pares.
De esta manera, se tiene que la comunicación y la relación de apego de los niños con sus
madres, pueden llegar a ser dos aspectos importantes que influyan en el desenvolvimiento social
y emocional de los niños al entrar en la etapa escolar. Por un lado, la comunicación les puede
llegar a permitir establecer interacciones con sus compañeros y profesoras y por otro, la relación
de apego con sus madres les puede llegar a brindar la seguridad necesaria para explorar y
aproximarse hacia los demás de una forma más competente.
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