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Universidad Nacional de Mar del Plata Facultad de Humanidades Departamento de Filosofía Asignatura: Seminario I Profesor: Parente, Diego Matricula: 17741 Alumno: Román, Ernesto Trabajo Final: Aportes para una concepción transductiva de los objetos técnicos.

Aportes para una concepción transductiva de los objetos tecnicos

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La critica al principio de identidad

Universidad Nacional de Mar del Plata

Facultad de Humanidades

Departamento de Filosofa

Asignatura: Seminario IProfesor: Parente, DiegoMatricula: 17741

Alumno: Romn, Ernesto

Trabajo Final: Aportes para una concepcin transductiva de los objetos tcnicos.

INTRODUCCION: La tcnica y la tecnologa han sido siempre un acontecimiento para el pensamiento. Nos dan que pensar, nos fuerzan a pensar de otro modo, conforme trastornan la estructura de nuestro mundo social con su rgimen de innovaciones cada vez ms acelerado. Pero estas innovaciones, no solo nos fuerzan a pensarlas, a dar cuentas de su existencia con nuestras categoras ya fraguadas, sino que nos fuerzan a pensar todo de otra manera, nos fuerzan a renovar nuestros conceptos ms elementales a la hora de pensar la realidad entera, en fin, nos fuerzan a pensar el ser mismo de otra forma. Ya Heidegger, filosofo inaugural de la importancia del pensamiento del ser en nuestra poca, no dejo de ver que del desarrollo tcnico se desprendan consecuencias para la misma historia del ser. En el presente trabajo sostendremos que el filsofo francs Gilbert Simondon elabora su ontologa, que determinaremos como transductiva, en parte constreido, forzado, por la evidencia cada vez ms patente de la importancia de los seres tcnicos dentro de nuestro mundo. Puesto que, en el estatuto ambiguo de la naturaleza del ser tcnico, siempre entre, siempre en el lmite de dos dominios, siempre extranjero tanto entre los humanos como entre las cosas, vio reflejada la naturaleza relacional de todos los entes. La tcnica nos da que pensar, con su despliegue desgarra nuestras estructuras intelectivas y la violencia de ese desgarro, nos entrega a la necesidad imperante de crear nuevos conceptos, porque toda la realidad tal como la entendemos ha tambaleado.

As, nuestro objetivo ser analizar la ontologa que articula Simondon en su libro La individuacin a la luz de las nociones de forma e informacin, considerndola como un intento de suplir la desorientacin generada por pensar con conceptos forjados en un mundo donde el paradigma del ser tcnico era un ladrillo y no un motor a inyeccin o una maquina que produce radiacin negra: debemos estar a la altura de nuestras condiciones materiales, no podemos pensar nuestro mundo con categoras formadas en un mundo que para nosotros seria ya irreconocible. Para esto, siempre pivoteando alrededor del problema del estatuto ontolgico de los seres artefactuales, podemos seguir dos vas, ir de la tcnica a las consecuencias que de ella se extraen para el pensamiento, atendiendo la tcnica como base y condicin del pensamiento, lo que sera pensar la tcnica hacia adentro del pensamiento, como su fondo no-pensante, que sin embargo da que pensar, e inversamente, ir del pensamiento hacia la tcnica como objeto de este pensar, es decir aprehender la tcnica hacia fuera del pensamiento, buscando determinar cul es su estatuto ontolgico. Pensamos que ambas vas, como las vas que seala Schelling en Las edades del mundo (comprender el absoluto desde la Naturaleza hacia el Espritu, o desde el Espritu hacia la Naturaleza), no son ms que dos recorridos de un nico y mismo camino, en ese derrame continuo que se establece entre la tcnica y el pensamiento. Analizaremos entonces la ontologa simondoniana, atendiendo al postulado de que esta se gesta, se individua, en el marco de poder fabricar conceptos capaces de dar cuentas del desarrollo de los sistemas tcnicos tal como se constituyen desde la revolucin industrial y de las rupturas paradigmticas en la ciencias que constituyen la cuntica, la teora de la relatividad y la teora de los sistemas. A partir de esto, extraeremos las consecuencias que se desprenden de estos desarrollos para pensar el modo de ser propio de los seres tcnicos. DESARROLLO:

I. Hacia una concepcin materialista de la gnesis del pensamiento.Si alguna vez los objetos pierden para ustedes su gusto, observen entonces, con un partido ya tomado, las insidiosas modificaciones suscitadas en sus superficies por los sensacionales aconteceres de la luz y del viento, segn la fuga de las nubes, segn se apague o se encienda tal o cual grupo de lmparas del da, esos continuos estremecimientos de sus capas, esas vibraciones, esos vahos, esos hlitos, esos juegos de soplos, de pedos leves.

(...)

La presencia de los objetos, su evidencia concreta, su espesor, sus tres dimensiones, su lado palpable, indudable, su existencia de la que estoy ms seguro que de la ma, todo eso es mi nica razn de ser, mi pretexto propiamente dicho; y la variedad de las cosas es en realidad lo que me construye.Francis Ponge.Las cosas mismas que creemos puramente espirituales no son ms que rupturas de equilibrio en una serie de palancas, empezando por aquellas palancas que son demasiado pequeas para ser apreciadas por el microscopio.Samuel ButlerSlajov Zizek plantea en su entrevista con Ben Woodman contenida en el libro-compilacin El giro especulativo, el problema de cmo la materialidad logra reflejarse a s misma, como una parte de esta logra establecer progresivamente un dominio que goza cada vez ms de una autonoma relativa, pues sin dejar de ser producto o efecto de ella, se articula y responde a lgicas independientes del funcionamiento regular de la materialidad pura. De tal manera que en el extremo del proceso, el pensamiento puede llegar a concebir que su elemento constituyente es ajeno a la materia, reposa en categoras que determinan nuestro acceso a la realidad y se fundamentan en la unidad sinttica de una dimensin netamente intelectiva El problema no es por tanto, como podemos acceder a las cosas en s por fuera del velo fenomnico de nuestro modo de aprehender la realidad, sino ms bien como desde el seno de la realidad se desprende un proceso que adopta la suficiente independencia como para pensarse por fuera de ella y llegar a la conclusin de que un manto puramente subjetivo condiciona su acceso a esta ltima. El idealismo insipiente en toda las filosofas que Graham Hartman llama de acceso, es decir, que parten de la problemtica de cmo podemos acceder a lo real, suponiendo una correlacin intrnseca entre ser y pensar, se sostiene en la nocin de que existe un punto de partida subjetivo inengendrado, un polo autoproducido inmaterial, desde donde brotan los esfuerzos intelectivos de aprehender la realidad, y que este polo esta por derecho separado de la realidad en general. Consideramos que no podemos seguir cargando fatigosamente ese lastre idealista. Pero tampoco podemos, en consonancia con lo que Zizek llama materialismo mecanicista, afirmar que el pensamiento se encuentra totalmente determinado por las condiciones materiales, sino que debemos dar cuenta de cmo surge desde la base de la materia pura, como corresponde a un proceso material que va adquiriendo un grado cada vez mayor de cohesin interna y autonoma, es decir, de concretizacin. As es que concordamos con el planteo de lo que Zizek llama materialismo dialectico en su libro rganos sin cuerpo, a partir de un anlisis del materialismo subyacente en Lgica del Sentido, libro en el cual Deleuze analiza la gnesis de los efectos inmateriales de sentido (lo que nosotros rotulamos simplemente como pensamiento, para ser mas escuetos en el discurso) desde la pura materialidad de los cuerpos, Zizek nos dice en efecto:Este problema de la aparicin de la mente a partir de la materia, como su propiedad emergente, es el problema con el que pugna Deleuze en su Lgica del sentido, retrotrayndose hasta la antigua oposicin estoica entre cuerpos y acontecimientos inmateriales. Formular esta pregunta es entrar de lleno en la problemtica del materialismo dialectico. As concebido, el materialismo dialectico se opone estrictamente al materialismo mecanicista, que es reduccionista por definicin. Este ultimo materialismo no reconoce la heteronoma radical del efecto con relacin a la causa (). El idealismo, por el contrario, niega que el efecto de sentido sea un efecto de la profundidad corporal, y fetichisa el efecto de sentido al convertirlo en una entidad que se genera a si misma. (). Por paradjico que pueda sonar, solo el materialismo dialectico puede pensar el efecto de Sentido, en tanto que acontecimiento, en su autonoma especifica (Zizek, 2006: 109)Consideramos por tanto que la individuacin del pensamiento supone, como su matriz pre individual, a la materia. Si bien esta ltima es la causa de lo intelectivo, esta causalidad es siempre segura, pero no siempre necesaria (Leibniz, 2005: 40). Esta idea leibniziana de una causalidad contingente, decreto libre de la voluntad divina, como las leyes que regulan el movimiento, nos permite pensar la heteronoma radical de la causa en relacin con el efecto. Deleuze explica este surgimiento del individuo pensamiento atendiendo su gnesis estrictamente psicosomtica recurriendo a una reformulacin y reutilizacin de las teoras psicoanalticas de Freud, Lacan y Klein; nosotros consideramos que este anlisis no deja de ser segado, ya que no atiende al rol fundamental que juega la tcnica en este proceso. La tcnica es un elemento constituyente de la individuacin del pensamiento, puesto que se interpone entre este y la materialidad pura. As el ser tcnico se inserta en un problema eminentemente gnoseolgico, pues es el grado de desarrollo cada vez mayor de la tcnica a lo largo de la historia, el posibilita que desde la modernidad se piense algo as como un sujeto trascendental, puesto que sin esta capacidad descomunal de trastornar y alterar los decursos recurrentes de los sistemas materiales en que se basara la excepcionalidad del hombre, su carcter de allende a la pura materialidad, que pruebas slidas habra de que la realidad esta partida en el, por un lado, y el resto de todos los entes, por el otro?; y por otro parte, sin las redes tcnicas que generan la capacidad de sostener fuerzas productivas, fuerzas creativas intelectivas, por fuera de la mera reproduccin biolgica de la vida, sin ese excedente que genera la posibilidad de un desarrollo de las ciencias, las artes, la filosofa y la cultura en general, que posibilidad de existir tendran esas caractersticas puramente humanas, sumamente espirituales? El pensamiento puede desgarrarse de la materia, porque ya no debe abocar todo su esfuerzo a la simple conservacin de su materialidad, sino que por medio del desarrollo de sistemas tcnicos puede liberar una parte de sus potenciales y dejarlos disponibles para el desarrollo de lgicas propias, no condicionadas ni por aspectos meramente fsicos ni biolgicos. A su vez uno de los aspectos fundamentales de este desgarramiento lo constituye el hecho de que esta parte de la realidad pueda enfrentarse ella misma a la realidad, es decir, hacer que la realidad misma reflexione, se flexione, se tuerza sobre s misma, que aparezca una idea (no mas que una brizna, un pice, de realidad) de algo as como realidad absoluta o totalidad de lo real; siempre es necesario un movimiento recursivo, un retorcimiento o una torsin para que una parte de la materia se desgarre al punto de llegar a ser inmaterial (y siempre es necesaria una sincdoque para garantizar la fundacin de una totalidad). Pero toda la violencia de este proceso no puede dejar de implicar la movilizacin de grandes cantidades de materia, nada se desprende de lo material, sin de alguna manera, movilizar grandes masas de materialidades.Pero el ser tcnico requiere a su vez elementos intelectivos, la capacidad de seleccionar materiales, establecer patrones para su reorganizacin, la facultar de disear una estructura funcional, que es establecida en base a un anlisis de las normas que regulan el funcionamiento fsico de la materia, un poder de anticipar los efectos de determinadas combinaciones o alteraciones en la materia. As debemos sealar que a la vez que la tcnica es un elemento indispensable para la diferenciacin y la heteronoma del pensamiento en relacin con la materia, las fuerzas sapientes son un componente indispensable para el desarrollo de la tcnica. Es por esto que concordamos con Stiegler, cuando en su libro La tcnica y el tiempo, seala que entre los seres tcnicos y la cultura (siguiendo nuestro espritu sinttico, lo que nosotros llamamos pensamiento, termino en el cual intentamos que resuene todo este campo semntico que atraviesa conceptos como cultura, espritu, sociedad, humanidad, etc), se establece una relacin transductiva, es decir donde cada uno de los trminos de la relacin no preexiste ni posee independencia de la misma, sino que ambos se constituyen conjuntamente en esta. En efecto Stiegler nos dice:La historia del hombre es la de la tcnica como proceso de exteriorizacin en el que la evolucin tcnica esta dominada por tendencias con las que las sociedades humanas deben negociar constantemente. El sistema tcnico entra regularmente en evolucin y hace caducar a los otros sistemas que estructuran la cohesin social. () la tecnognesis va estructuralmente por delante de la sociognesis la tcnica es invencin y la invencin es novedad-, y el ajuste entre tradicin tcnica y tradicin social siempre conoce momentos de resistencia porque, dependiendo de su alcance, el cambio tcnico conmociona ms o menos los parmetros definidores de toda cultura. (Stiegler, 1996: 08)Esta relacin transductiva que mantiene la tcnica con la cultura y la historia del ser humano, que desde la perspectiva de Stiegler, se da en trminos de una negociacin que atraviesa momentos donde la cultura entera se conmociona y debe reestructurarse por el impacto que en ella producen las innovaciones tcnicas, no es sin embargo simtrica: la tcnica de alguna forma, demarca siempre los horizontes de lo pensable, es si se quiere un a priori del pensamiento, determina sus condiciones. Siempre que se piensa se lo hace dentro de un horizonte tcnico, no se puede pensar por fuera de una determinada configuracin de los sistemas tcnicos.II. Una ontologa de la disparidad: la transductividad

Guarda al corazn de conocer

Que el universo no es ms que un fallo

En la pureza del no ser

Paul Valery

El todo vive con una intensidad como si se tratara de un complicado mecanismo, tan preciso como azaroso.Francis Ponge

Simondon principia su libro con la idea de que la filosofa en su configuracin substancialista inserta lo real en los lmites de lo individual, y opera de esta forma un encubrimiento. Pensar que el ser se agota en lo individual, que el mundo puede ser reconstruido con monadas, supone tener que apelar a un principio por el cual los individuos llegan a serlo. Buscar un principio de individuacin es concebir que existe algo que contiene en s mismo los caracteres del individuo y que es capaz de producirlo, explicando as como el individuo llega a ser. El principio de individuacin debe ser anterior a la individuacin misma y poder dar cuentas de esta. Pero este principio se extrae de los individuos ya constituidos, pues responde a la pregunta Qu caracteriza a un individuo ya individuado? As supone que la individualidad es posterior a la operacin individuante, a la vez que explican la individuacin por el principio que se extrae del ser ya individual. La zona de incertidumbre, que nunca puede ser explicada, es la individuacin misma, el proceso de individuacin en su devenir es el que verdaderamente produce los individuos. Simondon seala que:

Es preciso operar una inversin en la bsqueda del principio de individuacin, considerando como primordial la operacin de individuacin a partir de la cual el individuo llega a existir y cuyo desarrollo, rgimen y modalidades l refleja en sus caracteres (Simondon, 2009: 26) La inconsistencia en querer explicar la individuacin por un principio que sin embargo corresponde a los seres ya individuados, nos lleva a pensar que la individuacin y el ser individuado son coextensivos, que se dan en un marco de realidad que no es individual, que es ms que un individuo, y que los principios de individuacin deben extraerse de la ontognesis del individuo. Como nos seala Deleuze: el individuo tiene que ser contemporneo de su individuacin, y la individuacin contempornea de su principio: el principio tiene que ser autnticamente gentico, no un mero principio de reflexin. (Deleuze, 2005: 194) La operacin de individuacin, es por tanto, la que determina los caracteres de los individuos y es a partir de ella que debemos entenderlos. En esto parece que Simondon recupera cierta impronta espinosita, pues Spinoza ya nos peda que las definiciones fueran genticas, que para dar una definicin del circulo no bastaba con sealar sus propiedades (un circulo es una lnea conformada por puntos equidistantes de un centro), sino que era necesario dar cuenta de cmo se formaba, para que la definicin fuera verdaderamente un definicin real (un circulo es el resultado del movimiento de una recta, uno de cuyos extremos permanece fijo y el otro se mueve). Pero la operacin por la cual surgen los individuos debe partir de un estado del ser donde no puede haber individuos, un estado preindividual donde no se cumple el principio de identidad, y el ser es ms que individual, ms que si mismo, se encuentra desfasado con relacin a si mismo, en imposibilidad de relacionarse con s mismo. Por tanto el ser individual no es todo el ser, ya que la individuacin se da a partir del ser preindividual. Incluso el individuo mismo siempre se da en el seno de un sistema en el que se produce su individuacin, es indisociable de un medio que no es el mismo individual. As Simondon emprende una de las primeras grandes crticas al principio de identidad, suponiendo que este no agota toda la realidad, que el mismo surge de un estado no idntico del ser. Esta critica ser reemprendida por gran cantidad de filsofos que van desde Adorno hasta Derrida o Deleuze. Este ultimo la recupera cuando en su libro Diferencia y repeticin aborde la construccin de una filosofa diferencial, en la cual est ya no se subordine a la diferencia de una identidad con otra, sino que pueda ser pensada por s misma, operando el paso de una diferencia entre conceptos a un concepto de diferencia. Si el ser preindividual es no idntico, es justamente porque se basa en una incompatibilidad fundamental, en una imposibilidad de relacin entre trminos extremos, en un estado de diferencialidad. Como nos seala Alberto Toscano: la heterogeneidad es un requisito originario del ser (Toscano, 2006:143). Es factible pensar la preindividualidad, como lo que Deleuze llama precursor oscuro en Diferencia y repeticin, en efecto nos dice de el:

es el en s de la diferencia o lo , es decir, la diferencia en segundo grado () Porque el camino que traza es invisible, y solo se volver visible al revs, en tanto este recubierto y recorrido por los fenmenos que induce en el sistema, no tiene otro lugar de aquel del cual , ni otra identidad de aquella a la cual falta: es, precisamente (), aquel que y a su propia identidad.(Deleuze, 2009: 187)Es justamente este estado de diferencialidad, de disparidad, de heterogeneidad radical, que se expresa en una diferencia de potenciales, de energas potenciales en tensin, el que configura un sistema que Simondon llama metaestable donde dos rdenes de magnitud determinan grados de potencialidades intensivas. El sistema metaestable integra las fuerzas que lo pueblan, integra estas energas, estas tensiones al organizar un proceso por el cual se actualizan en individuos que resuelven la disparidad, que integran la incompatibilidad en la unidad del individuo. Simondon nos dice:podemos suponer tambin que la realidad es primitivamente, en s misma, como la solucin sobresaturada, y aun de manera ms completa en el rgimen preindividual, mas que unidad y mas que identidad, capaz de manifestarse como onda o corpsculo, materia o energa, porque toda operacin, y toda relacin dentro de una operacin, es una individuacin que desdobla, desfasa el ser preindividual en correlacin a los valores extremos, ordenes de magnitud primitivamente sin mediacin. ( Simondon, 2009: 29)As las energas potenciales conducen el proceso ontogentico de la individuacin. La metaestabilidad es por eso tambin un equilibrio que sin embargo no debe permanecer esttico para serlo, sino que integra la estabilidad y la inestabilidad en un sistema dinmico que produce la individuacin. Es el proceso que vuelve compatible energas incompatibles, por medio de la creacin de un orden de magnitud intermedio que puede conectar los extremos opuestos. La individuacin misma puede ser considerada como mediacin. As en Simondon se da una ontologa que parte de la diferencialidad para afirmar la realidad de la relacin. Una relacin no debe ser entendida como entablndose entre individuos previamente constituidos, la relacin no es algo que se d posteriormente a los individuos, entre individuos, sino que se constituye como individuacin que en el seno de una pura diferencia opera una mediacin entre la incompatibilidad de los extremos. Es por esto que Simondon recalca el carcter de reales de las relaciones, su realidad no es meramente subsidiaria de las entidades relacionadas, sino ms bien que estas son co-costituidas en su relacin, que siempre parte de un centro que se propaga hacia los extremos, ms que de un extremo al otro. En esto no deja de emparentarse con los planteos de Bruno Latour, cuando en su libro Nunca fuimos modernos sostiene que la mediacin o traduccin es el verdadero agente de la realidad, que de todos los seres se debe decir que surgen por un encuentro, un vnculo, con la comunicacin que establecen con los otros. As el devenir no debe ser pensado como algo que le acontece a un ser en principio substancial, la individuacin es el devenir mismo por el que este ser preindividual resuelve sus tensiones a travs de un proceso de individuacin. Ser y devenir no se contraponen, sino que el devenir es la operacin del ser que se desfasa a si mismo dando lugar a multiplicidad de fases, pero el mismo es el ser sin fases, que contiene la diferencia en si misma, pero que luego la libera engendrando las fases que resuelven la tensin producida por esa estado de disparidad. Las faces son las individuaciones que determinan el devenir del ser, y el nico principio general de la individuacin es la conservacin del ser en el devenir, es decir, la conservacin de una carga de realidad preindividual que posibilita individuaciones futuras. La transductividad es el modo en el cual se da el devenir del ser que es la individuacin, partiendo de un centro estructural y la amplificacin o la propagacin de su estructuracin en un dominio. Un ser como el cristal, que brota en principio espontneamente aqu o all en una solucin sobresaturada o un liquido en estado de sobrefusin, parte de un centro estructurado que se desdobla a s mismo, de modo tal que cada nueva extensin es la base para futuras estructuraciones. As los fenmenos fsicos de cristalizacin nos dan una imagen clara de lo transductivo: cada capa molecular ya constituida sirve de base estructurante a la capa que se esta formando; el resultado es un estructura reticular amplificante38. La transduccin es la propagacin o amplificacin de una modificacin, de una accin en un dominio, que siempre parte de un germen estructural, de una singularidad madre que es su centro, y se extiende en todas las direcciones. En el dominio fsico puede darse en un medio amorfo, la solucin sobresaturada o el lquido en estado de sobrefusin, y consistir en la repeticin de una estructura molecular, pero en otros dominios como el vital o el psicosocial, se da en un dominio de heterogeneidad y se extiende a un ritmo constantemente variable. As un sistema metaestable no se resuelve sino por una operacin transductiva que propaga una modificacin en un domino que posee primitivamente trminos extremos inconexos y que por medio de la operacin transductiva logra estructurarse en un orden que resuelve la tensin contenida en la incompatibilidad inicial, mediante la integracin en actualizaciones sucesivas que integran la heterogeneidad, y que proceden por la amplificacin de una accin, pues el individuo mismo no es ms que un acto, consiste en su propia individuacin. Esta individuacin conserva su gnesis a travs de su existencia, debe ser perpetuamente individuado, es individuacin, la gnesis no acaba cuando el individuo esta formado (a menos que todas las energas potenciales estn agotadas, y el sistema metaestable all llegado a su grado energtico ms bajo), he incluso se perpetua mas all del individuo mismo, pues este siempre se da en el marco de una operacin transductiva que se amplifica la individuacin, demanda siempre nuevas individuaciones.

III. Transductividad y tcnica.Pues el propio trigo de los campos funda su crecimiento en una base supersticiosa en lo relativo a su existencia, y no transforma la tierra y la humedad en trigo ms que gracias a la presuntuosa confianza que tiene en su propia habilidad de hacerlo, confianza o fe en s mismo sin la cual sera impotente.Los animales inferiores guardan sobre si sus miembros, en su propio cuerpo, mientras que la mayora de los miembros del hombre estn libres y yacen separados ora aqu ora all en diferentes lugares del mundo.Samuel Butler.Deleuze y Guattari retoman la impronta de estos desarrollos del concepto de transductividad, cuando en su libro Capitalismo y esquizofrenia I: El anti-Edipo, postulan, para las maquinas deseantes, la indistincin del producto y la produccin. Esta indistincin, no es ms que la que Simondon descubre en la cristalizacin bajo la forma de una estructura reticular amplificante, o en la fase vital del ser, en la que el individuo, equilibrio inestable del ser en devenir, no solo se individua el mismo y se integra en futuras individuaciones, sino que es el mismo teatro de individuacin, es un ser individuante y no solo individuado. El funcionamiento, representa para las maquinas los servicios que le prestan a los humanos una vez que estn formadas. En este sentido, se diferencia para las maquinas funcionamiento y formacin, pues su formacin, es la fabricacin, que por principio es anterior a su funcionamiento, pues Cmo podra funcionar algo que acaso no estuviera fabricado? Pero los problemas a la hora de discernir los dos procesos, ms all de un artefacto tcnico aislado, son numerosos. Si todas las maquinas se conectan y una siempre incorpora algo que otra produce en su funcionamiento (incorporo la capacidad del martillo de martillar) para formar algo distinto (esta mesa), pero eso algo distinto es factible de ser utilizado para otra cosa (ser parte del mobiliario de mi casa), y no existe una voluntad universal que le imprima una forma al mundo, entonces funcionamiento y formacin son dos procesos aparelados, estn intrnsecamente relacionados, dependen el uno del otro, pues todo funcionamiento, siempre se da en virtud de la formacin de algo y toda formacin depende del funcionamiento de elementos mltiples.La transductividad nos permite pensar los fenmenos tcnicos sin tener que recurrir a rmoras del pensamiento hilemrfico tal como lo hacen los enfoques intencinalistas, que cuando definen al ser tcnico por la intencin de un agente, no estn ms que constatando la idea simondoniana de que el hilemorfismo se deriva de un paradigma tcnico. En efecto, digo que un objeto tcnico se define por la intencin de un agente, pero y ese agente en funcin de que intenciona? Por lo general se intenciona en funcin de un inters. Todo ser tcnico responde a un inters (quiero martillar hago un martillo). Ahora bien ese inters suele referir a objetos tcnicos (diseo una casa, en funcin de cobrar por su plano y comprarme un auto con ese dinero, diseo un martillo en funcin de hacer una casa, etc.). Resulta entonces un crculo vicioso, en el que para definir un objeto tcnico, necesito suponer el conjunto tcnico, como constituyente del inters de la intensin que definira el objeto tcnico. Que intencionalidad tcnica del tipo para esto para esto otro puede ser establecida sin suponer un conjunto tcnico mas basto? (vale decir que estas reflexiones ya estn presentes en Ser y tiempo de Martin Heidegger). Ningn artefacto vale por s mismo, reposa en s mismo, es por tanto indefinible en trminos de identidad, su identidad esta siempre diferida, depende del conjunto de relaciones diferenciales, de relaciones de produccin, de codificacin y regulacin de esa produccin, depende de relaciones de consumo, se funda en una heterogeneidad de elementos dispares que integra en su diversidad, que no sintetiza sino de modo disyuntivo, es decir, sosteniendo la diferencia, partiendo de ella. La transductividad, el pensamiento mediano, intermedio, logra captar adecuadamente el ser de los artefactos, en tanto parte siempre del medio para entender los extremos, parte siempre de una operacin amplificante, que incluye cada vez ms elementos, para zanjar la disparidad metaestable que se da en la relacin entre el hombre y la naturaleza. As resulta vano como pretende la Escuela de Delf, querer reconstruir este entre propiamente tcnico, sealando que son tan importantes los rasgos intencionales como los materiales, seria ms sensato afirmar que toda materia comporta ya un componente intencional y viceversa (la forma de un ladrillo no es pura forma, sino que supone la plasticidad de la arcilla como su condicin de formado, por lo cual dicha plasticidad es ya una forma contenida en la materia) en el seno de un sistema tcnico.La subjetividad pura, no es ms que el delirio producido por la capacidad cada vez mayor de la tcnica de producir trasformaciones en la materia, la capacidad para alterar sistemas materiales, descomponerlos, y recomponerlos en configuraciones que se estructuran segn patrones totalmente inauditos en la materialidad, que no se deducen de la aplicacin directa de las leyes estrictamente fsicas. Los sistemas tcnicos, al poder afectar complejos fsicos cada vez ms inmensos, como el clima global o la biomasa total del planeta, generaron la idea de que la razn humana podra disponer de la materia a su voluntad, controlar los objetos segn sus intereses. Por lo tanto, ella misma deba proceder de otro lado, mas cercano a las comarcas de los dioses, pues es ella misma el Demiurgo para todo un pueblo de seres, los artefactos, que solo obedecen a la voluntad de sus creadores. El esquema que define a los seres tcnicos por medio de su componente intencional, es decir de la intencin de un agente de crear un objeto determinado, para un determinado fin, no deja de tener el mismo esquema de la dominacin de clase, un conjunto de seres obedecen, otros mandan. No deja de ser una rmora del hilemorfismo, al dividir al artefacto entre un componente intelectivo que determina la forma del objeto, y una materialidad que responde a los principios fsicos; para posteriormente subordinar la materialidad a la intencional, y definir a ese ser mixto por medio de su componente intencional.

El proceso de individuacin en tanto actor de la ontognesis, es tanto ms patente en los seres tcnicos, que a diferencia de nosotros mismos, evidencian su carcter de construidos, explicitan el hecho de que deben ser producidos; un rbol o cualquier ser biolgico, proviene de seres de su misma naturaleza, una piedra o cualquier ser fsico esta ah sin la necesidad de ser producido: solo los seres que son eminentemente creados, fabricados, producidos, nos dan la posibilidad de pensar que todos los individuos se constituyen por su proceso de individuacin, que la individuacin da cuenta de los caracteres del individuo, tal como profiere el constructivismo de Simondon. Los seres tcnicos son una zona de indicernibilidad, un impase de opacidad, que se da entre el hombre y la naturaleza, en ellos se interpenetran, responden por igual a una lgica de la diferencia. Bajo el umbral tcnico todo se iguala, la mano es tan rgano como el martillo, el brazo tan maquinico como los clavos, el martillo se alimenta de la fuerza del brazo para clavarlos, la casa entera posee como rgano reproductor a sus habitantes, los clavos y los martillos. Como seala Samuel Butler con inmensa belleza:

Dice nadie acaso que el trbol rojo carece de aparato reproductor porque la humilde abeja, y solo la abeja, debe servir de intermediaria para que pueda reproducirse? La abeja forma parte del sistema reproductor del trbol. Cada uno de nosotros ha brotado de animalitos nfimos cuya realidad era enteramente distinta de la nuestra, y forman parte de nuestro propio sistema reproductor; Por qu no habramos de formar parte nosotros de tal sistema de las maquinas? (...) el mero hecho de que ninguna mquina de vapor all sido enteramente construida por otra, o por otras dos de su propio tipo, no es suficiente para autorizarnos a decir que las mquinas de vapor no tienen un aparato reproductor. La verdad es que cada parte de una mquina de vapor es engendrada por sus propios procreadores especiales, cuya funcin es procrear esta parte y solo esta parte, mientras que la combinacin de las partes en un todo forma otro departamento del aparato reproductor mecnico.(Deleuze, 2007: 294)CONCLUSION

Entendemos entonces que la tcnica opera una accin transductiva en un dominio heterogneo, organiza materiales, intensiones, abstracciones, fuerzas vivas, etc, en una estructura reticular que tiende a resolver las tensiones de dicho dominio, pero que nunca logra hacerlo de forma acabada, por lo cual la estructuracin es siempre metaestable. Pensamos que la tcnica no puede tener un modo de individuacin especfico, como seala Simondon que es la concretizacin, pues individua seres totalmente heterogneos, en individuaciones que son por eso mismo heterogneas, enlaza discursos con cosas, intensiones con materias, las iguala. Lo tcnico no forma un dominio de individuacin propio, es la operacin que vuelve compatibles en una misma estructuracin metaestable todos los otros dominios, es decir, las individuaciones fsicas, vitales y psquicas. Torna indiscernible el mecanicismo y el organicismo, tanto vale decir que las maquinas son rganos, literalmente rganos de los humanos, como sealar que los rganos son mquinas ms complejas que aquellas a las que comnmente rotulamos de ese modo, tanto se puede decir que el hombre es un animal vertebr-maquinado, como que es un parasito afidio de las maquinas. As consideramos que los planteos simondonianos del Modo de existencia de los objetos tcnicos, no puede agotar el potencial del concepto de transductividad, para pensar los seres tcnicos. En efecto, Simondon parece entender ser tcnico, como un objeto material organizado, ve como estos sistemas pasan de ser meros agregados con bajo grado de cohesin interna, a entablar un proceso de concretizacin que los lleva a tener una individualidad cada ves mas acabada, cada ves mas similar a la de los seres vivos. En efecto nos seala que el objeto tcnicotiende a la coherencia interna, a la cerrazn del sistema de causas y efectos que se ejercen circularmente en el interior de su recinto y, lo que es ms, incorpora una parte del mundo natural que interviene como condicin de funcionamiento, y forma parte de este modo del sistema de causas y de efectos.(Simondon, 2008, 67) La concretizacin, es un proceso de autonomizacin de un conjunto de seres materiales, en el medio asociado de la sociedad y la cultura. Lo que no puede ver Simondon, por dejar afuera de lo tcnico, los componentes intelectivos y biolgicos, es esta indiferencia fundamental entre el rgano y el artefacto, ver que su diferencia no es ms que de grado, ver que la diferencia entre el rgano-artefacto y la materia inanimada tambin es solo de grado, en suma ver que no existen diferencias sino de grado, porque todos los individuos no son mas que ordenes de magnitud, fases en el despliegue de la diferencia constitutiva del ser con si mismo (nica diferencia que no es de grado, sino absoluta).De este modo es que nos gustara ampliar la nocin simondoniana de paradigma tecnolgico, que el determina como el trasfondo del esquema hilemrfico, queremos sealar que no se puede pensar por fuera de un umbral tcnico, del umbral que determina cierta configuracin de los sistemas tcnicos, enlazados en redes sociotcnicas; un nuevo artefacto puede abrir todo un campo de reflexin y pensamiento, desde la ciencia natural (en la cual la tcnica siempre es condicin de posibilidad de tener acceso a ciertos fenmenos naturales), pasando por los as llamados estudios culturales (notemos sino todo el peso que tiene la bomba atmica o los mass media en ellos), hasta el plano puramente conceptual o filosfico (recordemos como Simondon seala que la teora aristotlica se basa en cierta imagen de los objetos tcnicos). Aristteles mismo, elaboro una teora del ser como sustancial, como primeramente estable y reposando en su unidad, en parte porque la vida en su poca, tal como era determinada por los sistemas tcnicos existentes, tenda a la conservacin de estructuras fijas, a la reproduccin de circuitos cerrados, que permanecan inalterables, desde el nacimiento hasta la muerte. As es que Stiegler comienza su segundo tomo de La tcnica y el tiempo de la siguiente manera:El hombre comn de hace dos siglos mora en la misma cama en la que haba venido al mundo. Consuma unos alimentos muy poco variados en una escuadrilla que llegaba a sus nietos. Al filo de las estaciones, de los aos, de las generaciones, paisajes, objetos y modos de vida permanecan decididamente idnticos. Todo pareca esencialmente estable.

Es en este mundo donde se han forjado las categoras en las que aun tratamos de pensar otro mundo, aparecido a principios del siglo XIX, en el que es patente que la estabilidad se ha convertido en excepcin y el cambio en regla. La tcnica, como tecnologa y tecnociencia, es el principal factor de esta inversin. (Stiegler, 1996: 07)Podemos entender incluso el paso de una ontologa de los individuos como substancias, a una de la individuacin como devenir del ser, como signado cabalmente, por el paso de las tcnicas artesanales a las tecnociencias y tecnologas. Qu es lo que se evidencia en dicho paso? Que los seres no pueden existir independientemente del complejo en el cual estn entreverados, es decir que ser es ser en relacin con, que el movimiento es anterior a la quietud, que la quietud misma no es ms que el grado ms bajo de movimiento posible, que el acto siempre se lleva consigo la agencia, y es siempre productor de nuevas agencias. As pues no debemos pensar solo que la tcnica mantiene una relacin transductiva con la humanidad, su cultura y su historia, debemos pensar que la tcnica es una lgica transductiva en si misma, independiente de lo humano (aunque incorpore elementos netamente humanos como la facultad de hacer razonamientos), y que por el contrario condiciona, es un a priori de un estado particular de la historia y la cultura. La tcnica es el soporte de lo social, aquello que como afirma Levi Brian, garantiza que los conjuntos sociales permanezcan unidos, y no sucumban a la entropa. Lo que se muestra ya a principios del siglo XIX y se sigue constando de forma cada vez ms cabal con el paso de los aos, es hasta que punto nuestro mundo social y cultural esta atravesado de cabo a rabo por la tcnica: esta interviene cada vez mas en nuestras vidas, se compenetra cada vez mas en ellas, lo que nos hace imperante poder asimilarla dentro del pensamiento. Pero lo que el pensamiento encuentra en ella, hace que le sea imposible seguir pensando de la misma manera. La ruptura filosfica con el principio de identidad, que se expresa en derroteros filosficos diversos, expresa, que el modo segn el cual pensamos, no esta a la altura de la forma en la que vivimos, pensamos con conceptos forjados en mundos radicalmente distintos al nuestro. No podemos seguir sosteniendo el pilar desvencijado de una ontologa que fue creada en un mundo sin mass media, ni ciencia medica, ni medios no biolgicos de trasporte. La brecha entre la tecnognesis y la sociognesis, para usar el lenguaje de Stiegler, es tan grande que nos genera la imperiosa necesidad de acortarla, de estar a la altura de nuestro tiempo, animando las empresas filosficas como la de Gilles Deleuze, que nos incita a gestar una ontologa diferencial o la de Simondon que propone un pensamiento de la individuacin sin apelar a un principio. BIBLIOGRAFIA.DELEUZE, G. (2009). Diferencia y repeticin. Buenos Aires: Amorrortu.DELEUZE, G. (2005). La isla desierta y otros textos. Valencia: Pre-textos.DELEUZE, G. y GUATTARI, F. (2010). El anti Edipo: Capitalismo y esquizofrenia. Buenos Aires, Paids. LEIBNIZ, G. (2005). Correspondencia con Arnauld, Buenos Aires: Losada.SIMONDON, G. (2009). La individuacin a la luz de las nociones de forma y de informacin, Buenos Aires: Cactus La cebra.SIMONDON, G. (2008). El modo de existencia de los objetos tcnicos, Buenos Aires: Prometeo.STIEGLER, B. (2002). La tcnica y el tiempo II: La desorientacin. Hondarribia: Hiru. ZIZEK, S. (2006). rganos sin cuerpos: sobre Deleuze y consecuencias. Valencia: Pre-Textos.TOSCANO, A. (2006). The Theatre of Production: Philosophy and Individuation Between Kant and Deleuze. London: Palgrave.