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APROXIMACIÓN AL ESTUDIO DE UNA CREMACIÓN PERlNATALDE LA NECRÓPOLIS mÉRICA DE LA SERRETA
(AtCOY-COCENTAINA-PENÁGUILA. ALICANTE)
Gómez-Bellard F YMiguel M P de
Facultad de Medicina, Universidad Complutense de Madrid
Resumen
Se describen los restos incinerados de un neonato pretérmino, probablemente sometido alrito de cremación, habitual en el mundo ibérico.
Introducción
Dentro del proyecto de investigación quese está llevando a cabo del yacimiento arqueológico de La Serreta, y en base a la necesidad de estudios interdisciplinares quepermitan aproximarnos cada día más a lasculturas que nos precedieron y a los hombres que las realizaron, los responsables delproyecto, evidenciaron la necesidad de realizar un estudio antropológico de los restosprocedentes de las cremaciones halladas enla Necrópolis Ibérica de La Serreta. Esta labor se comenzó en noviembre del pasado año1994, participando en ella personal del Museo Arqueológico Municipal de Alcoy y ungrupo de colaboradores habituales en la excavación arqueológica de este yacimiento.
En la presente comunicación expondremos preferentemente el estudio llevado acabo de los restos antropológicos encontrados en una urna de orejetas de cerámica ibérica, procedente de las excavaciones arqueológicas realizadas en dicha Necrópolis, quese han desaITollado bajo la codirección deD. Enrique A. Llobregat Conesa, D. JorgeJuan Moltó y D. Manuel Oleina Domenech,
en colaboración con el Museo Arqueológico Municipal de Alcoy y el Museo Arqueológico Provincial de Alicante.La ubicacióndel yacimiento arqueológico de La Serreta,se encuentra en la parte superior de la montaña del mismo nombre, a 3,5 Km. al E delnúcleo urbano de Alcoy, cuyo vértice geodésico en la cumbre es de 1050 m s.n.m.,formando parte de tres términos municipales: Aleoy, Cocentaina y Penáguila, en laprovincia de Alicante. Posee una localización estratégica al estar rodeado por vallesfértiles y tierras de labor. Asimismo, domina vías de comunicación naturales a travésde la comarca montañosa en la que se encuentra, entre el interior y la costa (Llobregatet alii, 1992: 41). El área de la Necrópolisse encuentra extramuros del poblado, en unárea de escaso desnivel (Cortell et alií, 1992:85), próxima a la zona de más fácil accesoal yacimiento, siendo ésta la ladera NE(Llobregat et alií, 1992: 43).
El yacimiento es conocido desde 1917 yen él se realizaI"on campañas de excavacióndesde inicios de la década de los años veintebajo la dirección de Camilo Visedo Moltó,al que han sucedido investigadores tales
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como V. Pascual, M. Tarradell o E. A.Llobregat. El yacimiento ha estado vinculado a la posible localización de un santuarioo lugar de culto ibérico (Llobregat et (¡[ii,1992: 37), lo cual potenció el interés científico sobre este paraje arqueológico. Sin embargo, el descubrimiento de la Necrópolis nose produjo hasta el año 1987, coincidiendocon los sondeos que se efectuaron en un áreapróxima a la muralla, en la cual se detectóuna zona de sepulturas (Cortell et alii, 1992:85), a partir de la cual se pudo determinar laexistencia de este espacio funerario, habiéndose realizado en él varias campañas de excavación, que continúan en la actualidad.
En la campaña de 1988 se exhumó unasepultura a la que sus excavadores clasificaron como sepultura número 19, apareciendo durante el trabajo de campo dos urnasfunerarias, una de ellas de orejetas de cerá-
Figura J. Fragmentos óseos estudiados
mica ibérica, y la otra de cerámica ibérica,ambas sin tapa, colmatadas, con materialesa su alrededor que les permite ser encuadradas pelfectamente en la cronología dada paraeste área de la necrópolis (s. IV a.C.-inicioss. III a.c.) (Cortell et alii, 1992: 85). En elinterior de las urnas se encontraron restoshumanos correspondientes a cremaciones,siendo el contenido de la urna de orejetas decerámica ibérica, el objeto preferente denuestra exposición.
Estudio antropológico
El material antropológico contenido enla urna de orejetas, se obtuvo tras el vaciadode la misma, la cual se hallaba intacta,colmatada de tierra y sin tapa. El total de losrestos contenidos tiene un peso de 31,65 gr,presentando los mismos un gran estado fragmentario, posiblemente atribuible a su exposición a altas temperaturas, así como a sugran fragilidad.
Descripción de los restos
CráneoSe evidencia la presencia de dos peñascos consus conductos auditivos internos. Fragmentode calota cuyas dimensiones son de 33 mm x26 mm, con un espesor máximo de 1 mm; suaspecto es retorcido, con pérdida de la formaanatómica, presentando la concavidad externa pronunciada. Diversos fragmentos de diferentes tamaños. Peso total: 22,3 gr
Huesos largosPequeños fragmentos. Peso total: 5,1 gr
Cintura escapularClavícula derecha semicompleta, con pequeña ausencia de tejido óseo en ambos extremos, a pesar de la cual se puede calcular sulongitud en 32 mm, con una altura de 2 mm
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y un ancho anteroposterior de 4 mm. Pesototal: 0,25 gr
Fragmentos no identificablesPeso total: 4 gr
Tras la exposición de estos datos, podemos decir que la urna contenía restos humanos de un solo individuo, siendo el cráneola parte anatómica mejor representada, también se identificó una pequeña cantidad defragmentos de huesos largos así como algunas esquirlas de hueso de difícil clasificación. Destaca en el conjunto la presencia deuna clavícula prácticamente completa, elemento que nos ha facilitado el estudio.
El análisis de los restos muestra evidencias que nos indican su exposición a la acción del fuego. El conjunto óseo presenta unacoloración gris clara muy uniforme, así comouna evidente alteración de la forma anatómica de fragmentos óseos como loscraneales, a lo que se añade la presencia deestriaciones transversales y en «u» en huesos largos signo característico de su exposición a altas temperaturas (Santonja, 1985:48) (Reverte, 1990: 334).
La determinación de la edad de la muerte en neonatos es posible a través de restospresentes en inhumaciones (Grangel et alii,
1990-9L: 211) constatadas en diferentes yacimientos arqueológicos. En el caso de incineraciones infantiles, a las alteracionesmorfológicas y métricas que supone la acción del fuego sobre los huesos (Santonja,1985: 47) (Gómez, c., Gómez, F. 1989: 213),hay que añadir la gran fragilidad de los mismos, favorecida por la falta de calcificaciónde muchos de ellos. Además se ha de considerar la intencionalidad destructiva que lleva intrínseca el rito de la cremación.
No obstante en nuestro caso, contamoscon la presencia de una clavícula, primerhueso que se osifica del esqueleto (Fazekas,
Kósa, 1978: 215) (Spalteholz, 1975: 146), yque con una medida de 32 mm, nos permiteencuadrar la edad de la muerte entre las 3032 semanas de gestación (Fazekas, Kósa,1978: 76-77, 91-92). Es evidente que losdatos antropológicos con los que hemoscomparado los huesos incinerados corresponden a poblaciones actuales, asumiendoque pudieran haber ligeras diferencias conpoblaciones antiguas. Gracias a estos datoses posible afirmar que la urna contenía losrestos de un neonato posiblemente nacidoantes de terminar la gestación, si bien carecemos de datos para justificar la causa deeste probable parto prematuro, ni asegurarsi el feto nació vivo o muerto.
La segunda urna de la sepultura número19 contenía restos de una cremación, quepodría identificarse con los de un individuojoven, de complexión grácil, posiblementede sexo femenino.
Interpretación
La realización de estudios antropológicospermite al arqueólogo obtener informaciónde orden cultural al poder conocer qué restos fueron recogidos y cómo se realizó sudeposición en la urna, a la vez que nos permiten conocer el número de sujetos contenidos en la misma (Giraud, 1990: 75). Ennuestro caso se observa un predominio derestos craneales significativo (22,3 gr) respecto de los de otras partes del esqueleto(9,35 gr), dato que nos indicaría una recogida selectiva intencional, primando unas zonas anatómicas sobre otras (Duday, 1990:27) hecho que algunos autores indican comomás evidente en el caso de los niños (Alcázar; Mantero, 1995: 30). No obstante también se debe considerar la mayor facilidadde reconocimiento de esta parte anatómicaque pudiera justificar su mayor representación entre los restos conservados.
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El conocimiento del ritual funerario ibérico para los recién nacidos o niños de cortaedad (Santonja, 1992: 37), ha sido hasta elmomento identificado como el de inhumación, bien en poblados (VY.AA., 1989) obien en necrópolis (Pereira, 1990: 146). Parael caso de La Serreta es conocida la presencia de inhumaciones infantiles en el poblado (Tarradell, 1965: 175), hecho que corrobora una práctica constante en el ámbitomediterráneo español (VV.AA., 1989)(Mata, 1993: 429) (Bonet, 1994: .22).
Sin embargo la identificación de los restos contenidos en la urna como los de unúnico individuo, neonato, cuya edad al morir pudiera estar entorno a las 30-32 semanas de gestación, nos plantea un reto en elconocimiento del ritual funerario en el mundo ibérico (Barrial, 1989: 11), ya que sóloen la necrópolis de Turó deis Dos Pins (Cabrera de Mar) hemos encontrado referenciasclaras a la presencia de una incineraciónperinatal, si bien sus autores sugieren quecorresponda a la cremación de una mujerembarazada (Campillo, 1993: 254; 1994:75). En nuestro caso la segunda urna de lasepultura número 19, contenía restos quepudieran identificarse con los de una mujerjoven, tentándonos a identificarla con lamadre del neonato, no obstante carecemospor el momento de argumentos científicospara avalar esta hipótesis.
Conclusiones
Como conclusiones podemos exponerque nos hallamos ante los restos incinerados de un neonato, muy probablementepretérmino. Tras su incineración se realizóla recogida de los restos, los cuales fueroncolocados cuidadosamente en una urna.Siendo posteriormente la urna depositada enla Necrópolis ( deposición secundaria). Todoello sugiere que este individuo fue someti-
do al rito de cremación, de la forma que sesupone se realizaba habitualmente en elmundo ibérico. Como podemos ver, la sepultura número 19, encierra en sí misma todauna serie de posibilidades interpretativas,tanto antropológicas como rituales.
Agradecimientos
Subvencionado por la Consel1ería deCultura de la Generalitat Valenciana, Museo Arqueológico Municipal de Alcoy yMuseo Arqueológico Provincial de Alicante. Queremos expresar nuestro agradecimiento a los codirectores de la excavaciónpor la ayuda e interés mostrado en este trabajo así como a las Instituciones que colaboran en el Proyecto de Investigación delyacimiento arqueológico de La Serreta. También al personal del Museo Municipal deAlcoy por su ayuda al habernos facilitadoinformación y material gráfico, cuyo contenido ha sido de gran ayuda en nuestro estudio. Asimismo agradecer a Beatriz Ribero,Jo'san López y Toñi Serna su ayuda y amistad. Queremos agradecer el interés y las sugerencias que fueron aportadas por los Doctores M. Botella, D. Campillo, y F.Etxeberría.
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