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RESPUESTAS DE LOS EQUIPOS DE SALUD MENTAL ANTE SITUACIONES DE EMERGENCIA APUNTE DE ESTUDIO 2010 Introducción La Organización Panamericana de la Salud (OPS), define emergencia como “una situación catastrófica o desastre que se produce por un evento natural (terremoto, erupción volcánica, huracán, deslave, grandes sequías, etc.), accidente tecnológico (ejemplo: explosión en una industria) o directamente provocada por el hombre (conflicto armado, ataque terrorista, accidentes por error humano, etc.) en la que se ve amenazada la vida de las personas o su integridad física y/o se producen muertes, lesiones, destrucción y pérdidas materiales, así como sufrimiento humano”. Ante estas situaciones de emergencia, no sólo se hace necesario dar atención a los problemas de salud física y las pérdidas materiales, sino también a atender la aflicción y consecuencias psicológicas del evento. Se ha estimado que entre una tercera parte y la mitad de la población expuesta sufre alguna manifestación psicológica de consideración, la mayoría de estas respuestas consideradas normales o naturales ante situaciones de gran impacto. Al mismo tiempo, aparecen problemas de orden social que agravan el panorama psicológico de las personas que sufren los efectos de una emergencia. Desde este punto de vista es importante el trabajo que realicen los equipos de salud mental en la comunidad. Si bien existen ciertas normativas y estructuras en las distintas instituciones, estas estructuras y ordenamientos sufren cambios rápidos y vertiginosos en función de suplir las necesidades propias de la emergencia. En otras palabras, los programas de salud mental, los equipos especializados y de atención específica, deberán dejar de lado la especialización para intentar contener reacciones psicológicas en toda la población. No existen equipos de adultos y equipos infantiles, no existen los programas de vif y de depresión. Todo el equipo se transforma en el equipo de salud mental de emergencia y deberá estar preparado para abordar 1

Apunte de Estudio - Salud Menta en Catástrofe

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Psicología de la emergencia

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RESPUESTAS DE LOS EQUIPOS DE SALUD MENTAL

Respuestas de los Equipos de Salud Mental

ante situaciones de emergenciaApunte de estudio2010IntroduccinLa Organizacin Panamericana de la Salud (OPS), define emergencia como una situacin catastrfica o desastre que se produce por un evento natural (terremoto, erupcin volcnica, huracn, deslave, grandes sequas, etc.), accidente tecnolgico (ejemplo: explosin en una industria) o directamente provocada por el hombre (conflicto armado, ataque terrorista, accidentes por error humano, etc.) en la que se ve amenazada la vida de las personas o su integridad fsica y/o se producen muertes, lesiones, destruccin y prdidas materiales, as como sufrimiento humano. Ante estas situaciones de emergencia, no slo se hace necesario dar atencin a los problemas de salud fsica y las prdidas materiales, sino tambin a atender la afliccin y consecuencias psicolgicas del evento.Se ha estimado que entre una tercera parte y la mitad de la poblacin expuesta sufre alguna manifestacin psicolgica de consideracin, la mayora de estas respuestas consideradas normales o naturales ante situaciones de gran impacto. Al mismo tiempo, aparecen problemas de orden social que agravan el panorama psicolgico de las personas que sufren los efectos de una emergencia.Desde este punto de vista es importante el trabajo que realicen los equipos de salud mental en la comunidad. Si bien existen ciertas normativas y estructuras en las distintas instituciones, estas estructuras y ordenamientos sufren cambios rpidos y vertiginosos en funcin de suplir las necesidades propias de la emergencia. En otras palabras, los programas de salud mental, los equipos especializados y de atencin especfica, debern dejar de lado la especializacin para intentar contener reacciones psicolgicas en toda la poblacin. No existen equipos de adultos y equipos infantiles, no existen los programas de vif y de depresin. Todo el equipo se transforma en el equipo de salud mental de emergencia y deber estar preparado para abordar cualquier temtica. Una vez que la emergencia pasa es importante como seal a la comunidad que el ordenamiento se retoma.En Chile existe una estructura y un ordenamiento de los sistemas de ayuda en salud mental durante situaciones de emergencia. siguiendo las recomendaciones de la OMS, la idea en una primera instancia, durante la situacin de crisis (el primer mes de ocurrido el evento), es fortalecer la Atencin Primaria de Salud (cesfam, consultorios, cecof, postas rurales, etc) y los referentes comunales (lderes naturales de la comunidad, organizaciones vecinales, monitores de salud, etc.). El grueso de las personas piensan que en situaciones de crisis son los hospitales quienes asumen un rol protagnico, cuando en realidad el rol principal en esta primera fase es el de capacitar y capacitarse, con el fin de estar preparado para la situacin de post-crisis, a contar aproximadamente del segundo mes despus del evento, cuando la psicopatologa de complejidad secundaria sufre un aumento importante.Por ello, la intencin de este apunte de estudio es la de ordenar y sistematrizar informacin que puede ser relevante a las distintas instancias que trabajarn en salud mental durante esta crisis, orientado no slo a psiclogos sino a estudiantes y voluntarios que quieran aportar en alguna lnea de accin. Clave es respetar las estructuras y ordenamientos del sistema para no sobre intervenir en una comunidad, porque los estudios muestran que una sobre intervencin, ya sea asistencial o de apoyo social, victimiza a las personas y cronifica estados de nimo y disposiciones psicolgicas que hacen mucho ms lenta y difcil la reconstruccin.As, el artculo abracar un breve resumen de las reacciones psicolgicas ms frecuentes en adultos en situaciones de catstrofes y posibles lneas de apoyo, separadas en distintos niveles de trabajo que podran considerarse aspectos preventivos, en una primera instancia, y de intervencin para la situacin postcrisis. Nota: para trabajo especfico en nios, referirse a http://www.epuc.cl/noticias_epuc03.php que condensa un excelente material resumido elaborado por profesionales de la Pontificia Universidad Catlica. Muy recomendable los artculos orientados a profesores. Reacciones Ms Frecuentes Ante las situaciones de emergencia, ciertas reacciones emocionales son frecuentes. En una breve descripcin podemos considerar:

.- Revivencia: dice relacin con el revivir el trauma. Es comn la presencia de recuerdos intrusivos, sueos que provocan malestar, actuar o sentir que el evento estuviese ocurriendo, malestar al exponerse a estmulos que recuerden el evento y respuestas fisiolgicas a la exposicin de estmulos que recuerdan el evento. Tambin es frecuente el despertar con sentimientos de angustia o indicadores de activacin del sistema nervioso autnomo (sudoracin, inquietud, taquicardia, etc), an sin el recuerdo de haber soado algo desagradable. Tres lneas de accin ayudan a manejar esto: intentar disminuir la activacin fisiolgica en primera instancia (relajacin, respiracin controlada, etc.); una vez que est se logre ( y slo si se logra), intentar reubicar temporalmente el recuerdo intrusivo o la revivencia (esto ocurri hace 11 das, antes yo estaba haciendo esto, y despus hice esto otro) y finalmente buscarle un sentido de aprendizaje a lo ocurrido..- Evitacin: es comn tener una respuesta de evitacin de pensamientos, sentimientos o conversaciones asociadas al espesor. Aparece un cierto embotamiento psquico que muchas veces hace parecer a la persona como menos reactiva a su entorno que de costumbre. Surgen ganas de distanciarse de la gente, prdida de inters por actividades habituales y dificultad para experimentar emociones relacionadas con el placer, la intimidad, la sexualidad y la alegra. El no forzar ni obligar a la exposicin, respetando el ritmo ms lento que implica el evitar, ha mostrado ser la forma ms efectiva de regular esta reaccin. Acercarse de a poco a aquello que evitas, y no de golpe para no anclar respuestas emocionales que luego sean muy difciles de manejar..- Hiper-Activacin: predominantemente de tipo vegetativa, la hiper-activacin se expresa principalmente en una sensacin de motor andando constantemente. Hay dificultad para conciliar o mantener el sueo, irritabilidad, problemas de concentracin, hipervigilancia y respuestas exageradas de sobresalto. El cuidado de las rutinas de salud, alimentacin y ejercicio es lo que mejores resultados ha mostrado para regular esta sensacin y evitar que se convierta a futuro en un problema..- Catastrofismo: muchas personas reaccionan tambin preparndose para algo peor. Esto es una reaccin frecuente en distintas situaciones que implican malestar o descontrol. El problema ante terremotos como el recin vivido en Chile, que algo peor es cercano al cataclismo. A quien le ocurre esto, tiende a pensar que algo probable va a ser cierto y acta en funcin de lo que podra pasar y no de lo que est ocurriendo en el presente. Convertir esto en estar preparado y prevenir dificultades parece ser la mejor manera de no cronificar el estado..- Sensibilidad aumentada al control: la situacin de terremoto implica una conexin con la prdida total de control. Esto genera en algunas personas una tendencia a querer compensar eso en lo cotidiano, hacindose hipersensibles a la prdida de control sobre cosas del da a da (por ejemplo, que un auto falle). Hay un intento por controlar cosas poco prcticas (por ejemplo, una madre que pide que su nia no juegue para que no le de hambre, y as ahorrar alimento), especialmente aspectos de las relaciones interpersonales (por ejemplo, horarios de llegada, obedecer rdenes, roles, etc.). Como dice relacin con el control, la regulacin es ms bien un tema individual. Cada persona que se reconoce en esta situacin puede conectarse con el soltar y dejar ser, preguntndose es tan importante? qu es lo terrible de?..- Autoinculpacin o responsabilizacin: segn los estudios y experiencias clnicas, es una de las sensaciones ms difciles de regular. Dice relacin con el culparse por cosas hechas o no hechas antes, durante o despus de la situacin de crisis. Est asociado a la sensacin de dolor: a mayor dolor emocional, mayor necesidad de sentir un cierto grado de control de ese dolor. La autoinculpacin hace que el dolor sea provocado por mi y no por un destino funesto, lo que permite un mayor control (por llamarlo de alguna manera). No deb estar ah a esa hora, No debera haberle dado permiso para salir. Tratar de convencer racionalmente a la persona que no es su culpa es contraproducente, por cuanto sera entrar en el proceso de autoengao del otro. Aceptar la sensacin de culpa ms que intentar corregirla resulta ser la mejor forma de ayudar a la persona a reconocer y aceptar el dolor y su incontrolabilidad. .- Sentimientos de vulnerabilidad: como reaccin inicial es probable que la mayora sino todos se sientan vulnerables despus de una catstrofe. Sin embargo, hay algunas personas que tienden a perpetuar esta sensacin durante un tiempo, haciendo un esfuerzo emocional y cognitivo importante por seguir sintindose y actuando como vulnerables. Esto usualmente va acompaado de reforzadores sociales y la idea es ayudar a la persona a que no reconstruya su sensacin de si misma en torno a soy dbil. Para lograrlo, se ha visto que resulta til el hacer cosas por otros y retomar rutinas activas..- Sentimientos de desproteccin: parecido al anterior pero no igual. Ac no soy yo el dbil para enfrentar el mundo, sino el mundo el peligroso y amenazante. De igual manera que el catastrofismo, puede ser visto como una oportunidad de desarrollar conductas de prevencin y estar preparado. La complicacin que pudiera surgir es que al cronificarse la reaccin, configurara un cuadro de temores acentuados o fobias a espacios abiertos, multitudes, animales, delincuencia, etc..- Desesperanza: es la sensacin de que nada bueno va a pasar. Guarda relacin con eventos estresantes recurrentes (por ejemplo: terremoto tsunami rplicas corte de suministros bsicos inseguridad por saqueo rplicas falso tsunami prdida de comunicacin rplicas daos en el hogar prdidas materiales desalojos ver noticias, etc.). No importa lo que haga, nada bueno pasar, por lo tanto no me esfuerzo por hacer algo. Es una fuerte seal de cansancio, por lo que escuchar esta seal y descansar es una de las respuestas que mejores resultados tiene para interrumpir a sensacin. Jugar y contactarse con personas no desesperanzadas tambin ha mostrados resultados positivos. Tener la esperanza de que en algn minuto la esperanza va a volver. La OMS resume las reacciones ms frecuentes en adultos en la siguiente tabla.

Todas estas reacciones emocionales son masivas y de largo alcance y no configuran un cuadro psicopatolgico. Segn la OMS, un gran error sera en esta primera respuesta de los equipos de salud mental, el centrarse en atenciones individuales, por el corto alcance que tiene la intervencin. Solo un porcentaje (no menor, por cierto) mantendr y cronificar algunas de estas reacciones, configurando cuadros clnicos de cuidado que requieren de atenciones individuales. Sin embargo, en esta primera reaccin de emergencia son ms bien las intervenciones grupales y comunales las que ayudan no solo a manejar estas respuestas, sino a prevenir futura psicopatologa.Algunos criterios para determinar que una expresin emocional se est convirtiendo en

sintomtica son:

.- Prolongacin en el tiempo.

.- Conducta suicida.

.- Insomnio persistente.

.- Conductas agresivas

.- Alucinaciones

Trabajo de los equipos de salud mental

La labor a realizar por los equipos de salud mental podra dividirse en dos grandes momentos: Prevencin e Intervencin (una hecha en la fase llamada de Crisis o Impacto y la otra en la fase de post-impacto o de reconstruccin). La primera incluira acciones no necesariamente llevadas a cabo por profesionales de salud mental, pero si de preferencia con gua y asesora de estos. La segunda implica acciones especializadas que requieren de un cierto entrenamiento profesional.Prevencin:

En primera instancia el trabajo psicolgico apunta a apoyar y contener emocionalmente a la poblacin con el fin de prevenir posibles reacciones psicopatolgicas futuras. En una primera instancia en situaciones de catstrofe hay muchas reacciones emocionales intensas, que no deberan ser catalogadas ni tratadas como trastornos. Las investigaciones y la experiencia en situaciones de catstrofe, muestran que dentro de esta primera respuesta de los equipos de salud se pueden considerar diversas acciones, que van de menor a mayor complejidad, con el objetivo de reservar la psicoterapia y farmacoterapia slo para los pacientes con trastornos psiquitricos formales, ya que es el nico grupo que ha demostrado beneficiarse de estos tratamientos. Las distintas acciones descritas son: I. Difusin: muchas personas sienten que sus reacciones son anormales y no tienen acceso a averiguar bien si lo son. La idea de intervenir a este nivel es el de llevar la informacin a la mayor cantidad de personas posibles, psicoeducando en torno a las respuestas emocionales ms frecuentes y a los pasos a seguir en la red para buscar apoyo psicosocial. Ac juega un rol fundamental la radio, la televisin y el internet.II. Debriefing emocional: es una tcnica de trabajo inicialmente grupal, pero con variantes de aplicacin individual, que fue creada inicialmente para trabajar con personal de rescate y equipos de salud. Hay autores que la comenzaron a utilizar tambin para la poblacin general en situacin de catstrofe, aunque las investigaciones no muestran resultados muy positivos.Los objetivos del debriefing apuntan a prevenir trastornos, aminorar el impacto del evento y normalizar sntomas. En su variante grupal, permite hacer un screening general y detectar en el grupo a aquellas personas que necesitan apoyo individual. Busca ayudar a las personas a lograr un relato ordenado de lo sucedido, facilitar la descarga emocional, disminuir la intensidad y frecuencia de los sntomas y permitir un cierto equilibrio entre emocin y procesamiento cognitivo.

Es una tcnica de intervencin breve que se realiza en dos sesiones, separadas por un intervalo de tiempo de 2 meses. La primera sesin suele tener una duracin aproximada de dos horas. La segunda sesin dura aproximadamente media hora, ya que tiene como objetivo comprobar la desaparicin de las reacciones, y en el caso que continen en la misma intensidad y frecuencia, derivar al paciente a un profesional de salud mental especializado en tcnicas breves de intervencin en trauma psicolgico.

Hay diferentes variantes de debriefing, pero la con mejores indicadores, es la variante de Gisela Perren-Klingler, fundadora del Instituto de Psicotrauma de Suiza. Consta de 7 pasos estructurados: 1.- La introduccin: el moderador aclara que el debriefing no es una psicoterapia y, que lo que busca es aliviar parte de los sntomas presentes despus de una exposicin traumtica 2.- El relato de los hechos: descripcin de la situacin vivida.

3.- Los pensamientos: el facilitador le pide a cada uno de los participantes que narre sus pensamientos a lo largo de todo el desarrollo del evento.

4.- Las emociones: el entrevistador promueve la elaboracin de stos teniendo en cuenta el suceso, basndose en la teora de que cada uno tiene sentimientos que valen la pena ser contados y admitidos; esto lo hace preguntando cosas como, cul fue la peor parte para cada uno de lo ocurrido

5.- La informacin de las reacciones postraumticas, y de cmo manejarlas: se educa sobre posibles reacciones a partir del relato de las propias reacciones de los participantes. Se desarrollan tcnicas de manejo de estrs; 6.- El ritual de despedida: esto es agregado por esta autora y dice relacin con rituales simblicos de cierre de esta sesin.7.- La conclusin: breve resumen de aquello con lo que cada uno se queda post taller.Existen algunos autores que son reticentes a la utilizacin de esta tcnica y que insisten en ciertos cuidados, particularmente en el no forzar la sobreexposicin (por el peligro de retraumatizar) y el no repetir la tcnica (se hace una sola vez con los objetivos ya planteados y luego se pasa a otro tipo de intervenciones, grupales o individuales). En la revisin de la literatura se encuentran datos contradictorios, pues algunos autores plantean beneficios y otros la califican de inocua e incluso peligrosa. Lo ms llamativo y que podra explicar parcialmente estas inconsistencias es que se han dado variaciones en la modalidad original, aunque se mantiene el mismo nombre. A modo de conclusin, un metanlisis revisado propone la no utilizacin de esta tcnica hasta tener investigacin ms contundente sobre su utilidad y posibles consecuencias. Es importante hacer eco de estas recomendaciones, por cuanto la mayora de los estudios muestran que sus resultados o son inocuos o peligrosos, y solo unos pocos estudios revelan resultados positivos. La intencin de mencionar esta tcnica en este artculo es porque muchas organizaciones, entre ellas los mdicos sin frontera, utilizan y fomentan la utilizacin de esta tcnica basndose en su experiencia, probablemente habra que ver de qu manera estn aplicndola para ver si efectivamente lo que hacen es debriefing o ms bien alguna otra tcnica que mejore sus resultados.III. Primeros Auxilios Psicolgicos: ya que las investigaciones muestran que no todas las personas se beneficiaran de la psicoterapia o farmacoterapia, los equipos de salud en este nivel deben preocuparse de lo que usualmente se conoce como Primeros Auxilios Psicolgicos: brindar seguridad y confort, monitorizar el estado emocional, facilitar el retorno a las rutinas y orientar en el uso de los recursos disponibles. Segn algunas revisiones de investigaciones, se recomienda no forzar a los afectados a hablar de sus sentimientos, ya que las intervenciones psicoteraputicas que lo hacen (incluyendo el debreang antes mencionado) no han demostrado reducir el desarrollo de trastornos psiquitricos posteriores y peor an podran aumentarlos. Esta es una tarea que no necesariamente es hecha por profesionales de salud mental. Usualmente las primeras personas en llegar son voluntarios, referentes comunales y gente del equipo de rescate. Ellos pueden brindar el apoyo social y emocional inicial antes de la llegada de un profesional del rea. Uno de los principales objetivos del apoyo social es la deteccin de aquellos individuos en riesgo de desarrollar un trastorno psicolgico. Esta tarea debe ser realizada por especialistas de salud mental.

Las intervenciones que se realicen en la "escena" despus del desastre deben ser cortas, flexibles y enfocarse a las preocupaciones inmediatas de la persona. Es importante la solucin de necesidades bsicas y de supervivencia, por eso debe tomarse en cuenta la bsqueda de lugares para el descanso, proteccin y alimentacin.

Algunos Principios tcnicos utilizados en la primera ayuda psicolgica segn la OMS son:

.- Escucha responsable: escuchar atenta y cuidadosamente.

.- Permitir la libre expresin del paciente, en primer trmino.

.- Transmitir la necesidad de aceptar lo ocurrido, pues ya no se puede modificar.

.- En un segundo momento, realizar un interrogatorio limitado y lo mas abierto posible. No excederse en un "interrogatorio fiscal".

.- Realizar resmenes peridicos de la exposicin de la persona: organizacin del pensamiento.

.- Proveer informacin.

.- Orientar en lo necesario pero evitando los "consejos directivos".

.- Empata.

.- Posibilidad de desarrollar reuniones grupales con vctimas directas (preferentemente psicoeducativas y no expresivas an).

.- Desarrollo de actividades para el manejo del estrs (relajacin, imaginera, etc.).

La contencin es la palabra clave en esta instancia y quien contenga debe en primera instancia sentirse emocionalmente dispuesto a hacerlo. Si no se siente bien, es tcnicamente correcto y ticamente responsable el pedirle a otro que lo haga. La contencin termina cuando la persona que la realiza conversa sobre sus sentimientos al contener con otro. De no hacer este paso al final del proceso, corre el riesgo de hacerse dao emocional. intervencin: En muchos casos, la reaccin emocional es sostenida en el tiempo y acompaada de procesos psicopatolgicos de mayor gravedad. Si bien no es lo que se puede trabajar en los primeros momentos pasada una crisis, es un trabajo para el que tendremos que estar preparados en uno o dos meses ms. Podemos distinguir tres momentos en esta intervencin, que van desde la pesquisa por el equipo de salud general y una primera intervencin, muchas veces nica por lo efectiva, hasta el manejo por expertos y especialistas.I. Manejo de salud general: es una atencin con tres objetivos iniciales claros: 1 Estabilizar los sntomas psicolgicos invalidantes (con intervenciones, consejeras, psicoeducaciones, manejo farmacolgico sencillo, etc.); 2 Efectuar el diagnstico de salud mental y 3 Derivar al manejo con especialista si es necesario. II. Manejo de salud mental; Dentro de las consecuencias psicolgicas ms frecuentes se encuentra el distrs subclnico, el trastorno por estrs agudo, el trastorno por estrs post traumtico (TEPT), la depresin mayor, el aumento del consumo de alcohol y drogas, otros trastornos de ansiedad, los sntomas de somatizacin y la conducta suicida. Se revisarn individualmente algunos de estos cuadros y posibles nociones de manejo desde la intervencin psicoteraputica individual o grupal.

Trastorno por estrs agudo

Es un cuadro de carcter agudo que aparece como consecuencia de la exposicin al evento traumtico. De acuerdo al nivel de intensidad y presencia de sntomas se clasifica en ligero, moderado o grave. Las manifestaciones clnicas aparecen dentro del plazo de una hora posterior al psicotrauma y deben desaparecer o aliviarse en un trmino no mayor a 48 horas.

Las manifestaciones clnicas ms comunes son:

Ansiedad generalizada que incluye tensin, angustia, dificultad para la concentracin, intranquilidad y algunos sntomas fsicos. Desesperanza o frustracin. Desrealizacin: sensacin de que el entorno es irreal o extrao Amnesia disociativa: puede existir una incapacidad para recordar el evento traumtico Estar aturdido Respuestas exageradas de sobresalto

Inquietud motora

Mala concentracin

Problemas para conciliar el sueo

Tristeza o manifestacin de duelo excesivo e incontrolable.

Aislamiento social.

Irritabilidad.

Puede aparecer desorientacin o estrechamiento de la conciencia.

Las recomendaciones usualmente van por la misma lnea de las reacciones consideradas normales, es decir, en la lnea de la psicoeducacin y el trabajo con cada sntoma especfico. Si el trabajo se hace individual, hay que tener cuidado de no cronificar reacciones que son agudas. Su remisin se logra por la aceptacin de los cambios dolorosos originados por el estrs y se ve facilitado por intervenciones psicoterpicas individuales o en grupo. Se recomienda la no medicacin. Sobre todo se evitarn las benzodiacepinas porque con la amnesia antergrada que producen tienen el riesgo de aumentar la negacin y la no integracin de la experiencia traumtica. Por lo dems, el abuso de benzodiacepinas provoca problemas de control de impulsos al corto plazo y el riesgo de hacerse adicto en una situacin de vulnerabilidad es altsimo. Trastorno por Estrs Post Traumtico

Ps. Rodrigo Daz Olgun

El estrs post traumtico es un tipo de respuesta frente a lo que llamamos situaciones catastrficas, como guerra, agresiones sexuales, accidentes, robos o catstrofes naturales. En el estrs post-traumtico, las reacciones tpicas que pueden observarse luego de exponerse a experiencias traumticas son el embotamiento psquico, comportamientos de evitacin, la re-experimentacin del evento traumtico y un aumento de activacin neurofisiolgica.

Es comn que el evento traumtico se reexperimente a travs de sueos, recuerdos invasivos, durante ensoacin diurna o pesadillas, o en momentos de inactividad. Tambin es frecuente el despertar con sentimientos de angustia o indicadores de activacin del sistema nervioso autnomo (sudoracin, inquietud, taquicardia, etc), an sin el recuerdo de haber soado algo desagradable.

El embotamiento psquico se presenta como una capacidad de respuesta al mundo exterior disminuida en relacin con el patrn normal de reactividad. Surgen sentimientos de distanciamiento de la gente, prdida de inters por actividades habituales, dificultad para experimentar emociones relacionadas con el placer, la intimidad, sexualidad y alegra.

La hiper activacin neurofisiolgica, predominantemente de tipo vegetativa, se manifiesta a travs de hiperactividad e irritabilidad, respuestas de alerta exageradas, alteraciones del sueo, dificultades en la concentracin, alteraciones de patrones fisiolgicos como el hambre o el apetito sexual, etc. Tambin es posible observar una tendencia a sobre- actuar, involucrarse en actividades riesgosas, mantener actividades innecesarias, etc.

Es posible observar tambin conductas de evitacin de estmulos que puedan asociarse a la situacin traumtica. Por ejemplo, evitar ver noticias de una catstrofe en la que se particip, lugares similares (no correspondindose con la estructura de la fobia simple, sino extendindose a lugares o situaciones que se puedan asociar con el evento traumtico), evitar conversar sobre la situacin traumtica, evitar recordar directamente el evento, etc.

Pueden observarse sentimientos de culpa (por no haber tomado otras decisiones, por no haber evitado la situacin estresante, etc.), sentimientos de depresin, ansiedad, rabia, angustia, etc. Tambin pueden presentarse episodios prolongados de emotividad intensa, irritabilidad, conducta hostil y comportamientos compulsivos.

En ocasiones se observa consumo de drogas, conductas autolesivas, intentos de suicidio, deterioro laboral y cambios en las relaciones interpersonales significativas.

Datos sobre epidemiologa

Segn algunos autores, hasta un 30% de las vctimas de grandes desastres experimentan algn sndrome post-traumtico (Chapman, 1962).

La comorbilidad ms elevada se presenta con los trastornos del estado de nimo y el trastorno obsesivo-compulsivo, agorafobia, crisis de angustia. Las mujeres presentan mayor riesgo de presentar comorbilidad posterior.

Algunos estudios sealan que la prevalencia es mayor en las mujeres que en los hombres.

Hiptesis explicativas

Las teoras conductuales del estrs postraumtico se basan en el modelo bifactorial de Mowrer (1947). Esta teora supone que el trauma es un estimulo incondicionado que ha producido una respuesta incondicionada de temor extremo. El recuerdo del trauma actuara como una especie de estimulo condicionado que generara una respuesta condicionada tambin de temor extremo. Las situaciones y recuerdos relacionados con el trauma, posteriormente actuaran doblemente como estmulo discriminativo y estimulo condicionado, ante los que el sujeto tendra ansiedad que tratara de eliminar mediante comportamientos de evitacin, reduciendo la ansiedad por refuerzo negativo (Kilpatrick, 1982). La terapia derivada de este modelo se basara en el control de la ansiedad (p.e inoculacin al estrs) y la exposicin reiterada a los recuerdos traumticos.

Las teoras cognitivas del estrs postraumtico han planteado que la teora conductual bifactorial es incompleta al no explicar suficientemente los sntomas de los recuerdos invasores y desconsiderar el papel del significado subjetivo del mismo. Resick y Schnicke (1992, 1993) proponen que las respuestas emocionales del estrs postraumtico derivan en parte del trauma y en parte de las interpretaciones y significados que el sujeto da al mismo. La teora cognitiva propone que los esquemas cognitivos se suelen adaptar a los nuevos eventos para incorporar la informacin que proporcionan. Sin embargo en los fenmenos de estrs postraumtico la experiencia emocional es tan elevada por la amenaza que supone a la propia vulnerabilidad del sujeto, que esa experiencia es rechazada o disociada de la conciencia, actuando a nivel no consciente como esquema emocional que produce sntomas. El resultado seria una disociacin cognitiva entre los recuerdos emocionales no conscientes y el esquema cognitivo de vulnerabilidad-temor personal. La estrategia teraputica derivada de este modelo aadira a las intervenciones conductuales (especialmente la exposicin), el reprocesamiento cada vez ms consciente de la experiencia disociada a travs del cuestionamiento de los significados de temor/vulnerabilidad que producen bloqueo de la experiencia no consciente y la exposicin progresiva al material que se va recuperando.Sugerencias respecto a la intervencin

1. Evaluar la estructura del trauma

a. La reaccin no guarda relacin directa con prdidas o contactos objetivos con la situacin traumtica. Tampoco hay una relacin temporal directa, puesto que es posible observar la sintomatologa luego de varios meses despus del afrontamiento al estmulo estresor.b. Se generan cambios estructurales en el procesamiento neuropsicolgico de la persona.

c. Se altera la capacidad de afrontamiento al estrs eventual. Incluso en personas que muestren reacciones no sintomticas, es posible observar cansancio y fatiga en el funcionamiento. Es importante entonces evaluar el grado de funcionalidad, la capacidad de afrontamiento actual, de manera independiente de la sintomatologa florida ms tpica del estrs post traumtico. Por ejemplo, es posible que un paciente muestre poca sintomatologa florida (evitacin, activacin, disociacin), pero al mismo tiempo presente una muy baja habilidad para afrontar adecuadamente aspectos cotidianos, resolver problemas, tomar decisiones, incluso al nivel de ponerse en riesgo.

d. Antes de intervenir, contener, realizar un seguimiento, psicoterapia o cualquier otro procedimiento, es til distinguir el grado de proximidad experiencial con la que est funcionando la persona en trauma, pues es clave en la modalidad y forma de trabajo con ella. Este concepto alude al tipo de activacin neurolgica que la persona tiene al momento de recordar o hablar de algo. Hay personas que presentan distancia, y hablan de algo en tiempo pasado, con elaboraciones narrativas tendientes a la abstraccin (conclusiones, reflexiones, preguntas, etc.). Por otro lado, hay personas que al relatar un evento presentan proximidad, se activan neurofisiolgicamente como si estuvieran reviviendo la situacin, con inmediatez experiencial. En relacin con esto, es til observar.

Movimientos de ojos y mirada. Las sacadas quebradas y de exploracin tienden a observarse en personas activadas. Los movimientos sacdicos lineales y suaves se relacionan con procesos de acomodacin/desensibilizacin. La mirada en el terapeuta, o en objetos, permite inferir contacto con el presente.

Respiracin. Cambios en la respiracin nos permiten observar el nivel de inmediatez. Usualmente una frecuencia alta, o esfuerzos por mantenerla pausada, implica inmediatez.

Grado en que puede salir narrativamente del discurso. Por ejemplo, una persona con distancia puede cambiar relativamente fcil de tema si el interlocutor le pregunta por otra cosa, orientando no slo el discurso, sino tambin los procesos mnmicos, su emocionalidad, hacia otro tema.

Indicadores fsicos de activacin neurofisiolgica. Sudor, ritmo cardiaco, dilatacin de pupilas, sequedad de boca, llanto, etc.

e. Contexto psicolgico en donde el trauma emerge. Es necesario evaluar los recursos de reformulacin y elaboracin que la persona disponga.

Creencias espirituales/de trascendencia. Ms all de la formalidad o informalidad de estas creencias, es necesario evaluar si efectivamente representan un recurso de reformulacin para la persona, es necesario evaluar el peso de la creencia, si es que la persona realmente cree en eso que dice.

Personas cercanas o familiares que sean relativamente efectivos en el proceso de contencin. Es necesario observar que la existencia de familiares cercanos no necesariamente implica una red de apoyo, pudiendo considerarse incluso un factor de perturbacin, si es que las caractersticas de la relacin entre el paciente y estas personas no es la apropiada para fomentar los procesos de elaboracin y contencin (de la misma manera que es necesario evaluar la idoneidad psicolgica de los profesionales a cargo de realizar intervencin, puesto que no todos los profesionales de salud mental son idneos para realizar intervenciones en TEPT, debido a caractersticas personales o situacionales).

Nivel de actividades, responsabilidades, toma de decisiones, ocupacin del tiempo libre que el paciente tenga, evaluar si el paciente tiene a cargo a otras personas, etc.

Historial psicopatolgico previo. Si bien la relacin no es directa, un historial de psicopatologa anterior puede constituir un factor de vulnerabilidad. Las relaciones hasta ahora estudiadas que muestran mayor peso estadstico son la lnea evolutiva de la depresin, en la que los pacientes tenderan a mostrar nuevamente sintomatologa de tipo depresivo. Con otros cuadros, la relacin es menos directa. La presencia de trastornos psicolgicos anteriores es un mejor predictor de la persistencia de los sntomas post-traumticos.

Historial de traumas. Varios estudios sealan que cuantos ms traumas haya vivido una persona, ms propenso estar a desarrollar sintomatologa luego de un evento traumtico (Horowitz y cols, 1980; van der Kolk, 1989; McFarlane, 1989).

2. Evaluar la significacin del trauma

La experiencia traumtica se elaborar en el tiempo probablemente acentuando dimensiones de significado especficas. Hay que tener cuidado con no confundir el significado personal con ideas irracionales o errores de pensamiento. Las dimensiones de significados configuran esquemas de organizacin de la experiencia emocional a travs de los cuales ordenamos lo que nos ocurre. Las ideas y dimensiones sensibles no son aspectos a corregir, sino llaves explicativas que nos ayudan a entender cmo el otro est viviendo la experiencia traumtica. A partir de este entendimiento, podemos ayudar a flexibilizar los esquemas y as lograr integrar e incorporar la informacin emocional propia del trauma, identificando qu reas principales de significado fueron afectadas por la experiencia. As, la persona logra reconocerse a s mismo ms all del trauma, y ya no es esta situacin externa que me atormenta, sino cmo este fenmeno, afect aspectos especficos en relacin a mis propias sensibilidades.

Las dimensiones de significado ms comunes son:

Impredictibilidad. Tiene que ver con la experiencia de no poder predecir, de no lograr anticipar lo que viene. Algunas formas de elaboracin de esta dimensin pueden ser, por ejemplo:

Anticiparse a algo peor. Tratando de anticiparse, de preveer, la persona genera fantasas de que algo peor va a ocurrir, sobre-activndose en funcin de este significado. Esto es lo que llamamos catastrofismo o procesamiento catastrfico. Por ejemplo, en el caso del terremoto que hemos vivido, la persona puede pensar que cada rplica es el anticipo de un cataclismo an mayor, o que otro tipo de calamidad se avecina. Tambin es frecuente observar elaboracin de impredictibilidad interna, por ejemplo: no lo soportar, si pienso en ello me pondr peor, justo ahora tendr alguna enfermedad, etc. La pauta emocional organizadora de estos significados es comnmente del tipo ansioso.

Esperar que todo funcione como debe ser. Las situaciones de catstrofe implican un desequilibrio de las redes y organizaciones bsicas. Algunas personas elaboran la impredictibilidad a travs de la expectativa del funcionamiento correcto del gobierno, las instituciones, la moral, Dios, etc. Las pautas emocionales asociadas pueden ser la decepcin, rabia, irritabilidad, o una actitud pasiva e inflexible frente al afrontamiento de dificultades.

Incontrolabilidad. Es la experiencia de no poder controlar nada, de que las cosas estn fuera de control, de que nada de lo que se haga puede tener frutos o efectos importantes. Algunas formas de elaboracin comunes de esta dimensin de significado: Sensibilidad aumentada al control. Las personas se pueden volver hipersensibles a prdidas de control cotidianas (por ejemplo, que un artefacto falle, tener que esperar en una fila, que alguien no le obedezca una orden sencilla, etc.), o volcarse a controlar cosas poco prcticas, desde nimiedades hasta presentar comportamientos obsesivo-compulsivos. Autoinculpacin o responsabilizacin. Consiste en la atribucin causal interna de un evento incontrolable; la persona se siente responsable por diversas variables (por ejemplo, no deb estar ah a esa hora, podra haber hecho ese viaje. no debera haber permitido a mis hijos salir esa noche, etc.), que no necesariamente guardan relacin con la posibilidad de haber enfrentado la situacin traumtica. Este tipo de elaboracin guarda relacin con aumentar la sensacin de control sobre los eventos, por lo tanto es necesario una adecuada evaluacin del paciente antes de intentar reformular, contrastar o confrontar. Vulnerabilidad/debilidad desproteccin/desamparo. La vulnerabilidad no es una constante, a menudo nos movemos de situaciones o estados de vulnerabilidad hacia situaciones de proteccin y viceversa. Por otro lado, la percepcin de vulnerabilidad no siempre guarda relacin con amenazas reales, sino que tiene que ver con un sentimiento construido, mantenido, elaborado a travs del tiempo. En los procesos post traumticos, la persona puede continuar actualizando los sentimientos de vulnerabilidad, vindose a s mismo como dbil, incapaz de enfrentar ms problemas, al borde del lmite de la resistencia. Esto puede acarrear intentos de bsqueda de proteccin en familiares, terapeutas, o en la personalizacin de instituciones (centros de salud pblica, fuerzas armadas, iglesia, etc.). En la cronificacin de esta dimensin, podemos observar personas experimentando el rol de vctimas, indefensas, necesitadas de ayuda para enfrentar problemas que antes del trauma podran haber enfrentado por s mismas. Al menos dos formas de elaboracin tpica pueden observarse:

Soy dbil. Esto implica atribuir internamente los sentimientos de vulnerabilidad ocurridos en el episodio traumtico. A travs de esta atribucin interna, y de una elaboracin constante, repetitiva y a menudo creativa, la autopercepcin de soy dbil se mantiene y actualiza constantemente, con fuertes sentimientos de angustia, ansiedad y vergenza por mostrarse de esa forma. Los matices de la elaboracin apuntan a los detalles de la sensacin de ser impotente e insignificante en el momento traumtico, pero transfiriendo o mejor dicho actualizando esa sensacin en el presente, an cuando las capacidades actuales de afrontamiento existan intactas y sean adecuadas. La persona genera entonces post trauma una sensacin constante de sentirse dbil o vulnerable, utilizando los sentimientos de ansiedad y miedo para mantener esa autoimagen.

El mundo es amenazante. De igual manera, a travs del recuerdo y elaboracin de los eventos traumticos, pero atribuyendo los sentimientos de miedo y desamparo de manera externa a s misma, la persona puede mantener constante una sensacin de que el mundo es amenazante, de que no existen lugares o situaciones seguras all afuera. Es por esto que es comn ver en personas, luego de la experimentacin de un trauma intenso, el temor acentuado para salir tarde, asistir a lugares concurridos, temor a las personas desconocidas, etc.

Desesperanza. Las personas que han experimentado situaciones traumticas, especialmente si estuvieron expuestas a estrs constante (por ejemplo la secuencia terremoto, cortes de agua y luz, rplicas del terremoto, problemas de suministros de alimentos, problemas para dormir, temor a ser saqueado, prdida o daos al hogar, etc.), probablemente tendrn experiencias que elaborarn en una dimensin de desesperanza. Implica tener la sensacin de que nada bueno vendr, de que todo lo que viene por delante es como un tnel que se va cerrando ms y ms. La persona declarar no tener las fuerzas suficientes para seguir, para luchar, para hacer sacrificios o esfuerzos para estar mejor o afrontar las dificultades de la vida diaria. Frases como mi vida se ech a perder, denotan la elaboracin de una dimensin de desesperanza importante, en donde nada ser como antes. Al igual que las otras dimensiones de elaboracin, no implica una forma errnea de ver las cosas, sino simplemente una manera de verlas, de significarlas. Consideremos que el lado opuesto de esta dimensin, el optimismo y la esperanza (voy a ver en esta crisis una oportunidad para crecer, las cosas no sern como antes, pero pueden ser mejores, el sentirme tan dbil y an tener fuerzas para seguir me indica que hay algo ms que nos impulsa, etc.) tambin representa una forma de elaboracin quiz no totalmente verdica en relacin con la realidad, aunque sin duda promueva de mejor manera los recursos de afrontamiento disponibles.

Evaluar la fase del trauma

Scrignar (1984) distingue tres estadios del curso clnico del trastorno por estrs post traumtico.

3. Estrategias de trabajo psicoteraputico

Respecto al uso de estrategias cognitivas-conductuales y psicofarmacolgicas en el trastorno por estrs post traumtico, se sugiere (Astin y Resick, 1997):

Utilizar los psicofrmacos cuando predomina los flashbacks con mucha ansiedad o sntomas depresivos moderados,

Utilizar la exposicin cuando predomina el temor,

Usar la inoculacin al estrs cuando predomina la ansiedad que interfiera en el funcionamiento social y

Usar el reprocesamiento cognitivo cuando predomine la autoinculpacin.

Richards y Lovell (1999), sugieren:

El uso de tcnicas de exposicin (en imaginacin e in vivo), con el objetivo de evocar la ansiedad y promover la habituacin;

La reestructuracin cognitiva, con el fin de modificar los supuestos, creencias y pensamientos desadaptativos; y

Las tcnicas de manejo de la ansiedad (bsicamente el entrenamiento en inoculacin de estrs), cuyo objetivo es ensear a los individuos habilidades de afrontamiento para manejar la ansiedad y otros sntomas.

Es posible resumir algunos aspectos comunes a las estrategias psicoteraputicas efectivas:

a. Favorecer la reduccin de los niveles de hiper - activacin. Es importante atender a los procesos de condicionamiento. Las conversaciones sobre el trauma slo se realizan despus de lograr un ambiente interpersonal calmado y tranquilo, no amenazante. En este aspecto, adems del clima emptico es importante considerar el timing necesario para evitar el arousal de contacto interpersonal normal (las personas tienden a activarse al iniciar un contacto interpersonal, y se desactivan en una conversacin como mnimo luego de 25 minutos aproximadamente, an cuando el tema sea tranquilo y el clima emocional sea agradable). La reduccin de los niveles de activacin tiene que apuntar a:

Situaciones concretas que generen activacin. Esto supone la utilizacin de estrategias de exposicin a travs de la imaginacin o en vivo. El cuidado tcnico es obviamente atender a la reduccin paulatina de la activacin, lo que puede favorecerse a travs de agregar estrategias de relajacin.

Recuerdos y fantasas imaginadas que generen activacin. Es importante que la persona logre mantener estas imgenes mentales mientras se reduce la activacin. Hay varias estrategias para ello, por ejemplo, implementar estrategias de relajacin y luego concentrarse en las imgenes mentales de forma reiterativa, observando las reducciones en la intensidad de la activacin. Jaycox y Foa (1996) sugieren que la exposicin a los recuerdos traumticos conducir a una reduccin de los sntomas porque el individuo aprende que:

Los estmulos que le recuerdan el trauma no le causan dao,

Recordar el trauma no implica revivir la amenaza,

Existe una habituacin de la ansiedad mientras que el individuo permanece prximo a los recuerdos temidos

La experiencia de ansiedad no concluye en la prdida de control temida.

Evitar el uso de drogas que podran interferir en el balance de regulacin emocional. Por ejemplo, se desaconseja la utilizacin de drogas como el alcohol o las benzodiacepinas, adems de cuidar el uso de sustancias como la cafena y nicotina (estas cuatro sustancias no slo afectan la modulacin de activacin basal, sino tambin la capacidad cortical de aprendizaje, modulacin cognitiva de emociones y diminuyen la capacidad de afrontamiento

b. Favorecer el acceso al recuerdo traumtico. Muy relacionado con el punto anterior, es necesario tener la precaucin de no confundir bienestar emocional con bloqueo de la experiencia traumtica, o ausencia de activacin emocional. Una persona que elabore de forma modulada un evento estresante presentar en momentos activacin emocional. En otras personas, la evitacin y falta de sensibilidad son indicadores sintomatolgicos del estrs post trauma, y pueden confundirse con bienestar emocional, o con haber salido indemne del evento traumtico. Tericamente la reduccin de la activacin permitira un acceso gradual a los recuerdos traumticos. Adems, una estrategia teraputica que parece til para accesar al recuerdo y la modulacin de stos es la desensibilizacin por movimientos oculares (consiste en la concentracin en imgenes aversivas relacionadas con el trauma y en el nivel de activacin percibida por el paciente, mientras se realizan una serie de movimientos oculares sacdicos guiados por el terapeuta).

c. Colaborar en la elaboracin del evento traumtico. Es til explicar a las personas que ocurrirn ciertos procesos de elaboracin, y puede ser confortable para ellos que su terapeuta conozca detalles de cmo son estos procesos de elaboracin de significado. Algunas observaciones al momento de trabajar con la resignificacin incluyen:

Observar los recursos desplegados durante el evento traumtico. Poner nfasis en los aspectos positivos del afrontamiento que la persona efectu durante la crisis podra fomentar una internalizacin interna de la sensacin de seguridad. El objetivo es colaborar con la construccin de una autoimagen de ser capaz de enfrentar una situacin similar.

En relacin con el catastrofismo, observar que es parte de un proceso natural de adaptacin, y que puede resultar una fuente de preparacin para la accin ms que una fuente de ansiedad.

Fomentar esquemas flexibles que promuevan la adaptacin a nuevas situaciones. Por ejemplo, si una persona en estrs post traumtico adopta una actitud pasiva frente al afrontamiento de dificultades, porque las instituciones deben funcionar como deben, la invitacin sera a reflexionar sobre formas ms adaptativas de elaboracin y afrontamiento.

Considerar la posibilidad de aceptar la prdida de control momentneo sobre algunas situaciones. Esto se puede llevar a cabo primero reconociendo el valor que tiene para la persona el sentirse en control, quiz por una autopercepcin de eficiencia, solidez, seguridad, etc. Luego se puede invitar a releer las situaciones de prdida de control observando que es posible fluctuar en trminos de autoimagen, y que es posible no tener el control de todo en todo momento.

Luego de una adecuada evaluacin del paciente, es posible colaborar con elaboraciones de autoinculpacin o responsabilizacin. Primero, puede ser til ser emptico, entendiendo que en una situacin similar probablemente se tendera a ver la situacin de la misma manera, como si fuera nuestra culpa. Y luego, leve y perifricamente, observar cmo culparnos es una forma ms aceptable de vivir el dolor, aunque no tengamos culpa realmente. En los pacientes que presenten culpabilizacin es muy importante observar conductas autolesivas o suicidas, que pueden ser ocultadas al terapeuta para no provocarle dolor a l.

Resignificar los sentimientos de vulnerabilidad y desproteccin como normales, equilibrando y modulando la atribucin interna y externa. Tambin puede ser til mostrar a los pacientes cmo las sensaciones de vulnerabilidad no son constantes, y que adems cotidianamente hay eventos muy riesgosos que no vemos, no consideramos. Tambin es importante observar cmo la persona busca y obtiene la sensacin de proteccin (se mueve fsicamente hacia personas de proteccin?utiliza el celo para controlar a la pareja y sentirse seguro?las quejas y temores verbalizados son una forma efectiva de obtener cario y proteccin, o por el contrario generan molestia y distancia en sus seres cercanos fomentando un crculo vicioso de bsqueda de reaseguramiento?, etc.)

Utilizacin activa de las creencias de trascendencia/espirituales de la persona.

La esperanza es una forma de elaboracin muy til, un gran recurso, que tiene que ver con la capacidad para dar sentido y mirar hacia delante. El terapeuta debera mantener l mismo un sentido amplio, pero al mismo tiempo creble, de esperanza. No se trata de simplemente de inyectar optimismo, tanto que imposible, sino de confiar en los recursos que el paciente puede desplegar an en los peores momentos.

d. Acompaamiento y conexin con redes sociales. Un factor importante en el pronstico es el grado de acompaamiento que la persona perciba. Independiente del tipo de intervencin, parece ser un factor de buen pronstico mantener una frecuencia de entrevistas relativamente alta.

Es evidente que en el caso de catstrofes naturales que han implicado a muchas personas es necesaria la intervencin de los servicios sanitarios, de ayuda social y los de seguridad, segn las necesidades inmediatas. Los psiclogos y psiquiatras de los servicios sanitarios han de evaluar en estos casos la disponibilidad de lugares adecuados donde atender a las victimas y sus familiares en coordinacin con los servicios sanitarios, sociales y de seguridad. El psicoterapeuta debe de evaluar los recursos familiares, sociales y sanitarios que pueden servir de apoyo material y emocional a la persona que experimenta estrs post traumtico.

4. Farmacoterapia

La administracin nica y exclusiva de terapia farmacolgica carece de sentido como tratamiento del trastorno por estrs post traumtico, y sta es una de las razones que explica la ausencia de estudios encaminados a determinar la eficacia diferencial de ambos tipos de tratamientos: psicolgicos/farmacolgicos (Marshall et al 1998).

La terapia cognitivo conductual puede o no ir acompaada de la propiamente farmacolgica en el tratamiento del estrs post traumtico y si le acompaa, las decisiones relativas al momento de la aplicacin, duracin del tratamiento y sobre qu sntomas, conductas o estados psicolgicos resulta ms eficaz, son aspectos de importancia a considerar por el equipo tratante.

Sin embargo, en relacin con el efecto del tratamiento antidepresivo sobre pacientes con diagnstico trastorno por estrs post traumtico que estn en psicoterapia, el tratamiento farmacolgico tiene efectos positivos sobre la psicoterapia en un 70% de los casos, refiriendo mejoras en la gravedad de los sntomas que han permitido una aproximacin ms positiva y motivada a la psicoterapia y un potenciamiento de la posibilidad de acceder a los recuerdos traumticos y trabajar con ellos (Bleich y cols., 1986).

En lneas generales, las investigaciones fisiolgicas y neuroendocrinolgicas del trastorno por estrs post traumtico sugieren la presencia de alteraciones en los centros noradrenrgicos (particularmente en el locus coereleus, considerado como un centro de alarma y cuya activacin persistente explicara la hiperresponsividad de las personas con TEPT crnico); en la actividad de la serotonina, y con ello problemas en la regulacin del sueo o el control de los impulsos; en el proceso de encendido y sensibilizacin (disminucin progresiva del umbral de excitabilidad con el tiempo a travs de la estimulacin elctrica del cerebro, lo que convierte a la persona en ms propensa a la hora de desarrollar ciertos sntomas); y tambin el fracaso en la habituacin a la respuesta de sobresalto (Davidson y Van der Kolk, 1996).

Considerando estos aspectos, con el tratamiento farmacolgico del trastorno por estrs post traumtico se pretende reducir la frecuencia y gravedad de los sntomas intrusivos, la tendencia a interpretar los estmulos entrantes como recurrencias del trauma, la hiperactivacin generalizada y la condicionada a los estmulos reminiscentes del trauma, la conducta de evitacin, los sntomas disociativos, los impulsos agresivos contra uno/a mismo/a y contra los dems, as como mejorar el nimo depresivo y el embotamiento (Davidson y Van der Kolk, 1996). Los frmacos existentes se han agrupado en tres categoras. En primer lugar, los antidepresivos, en el que se incluyen los tricclicos, los inhibidores de la monomaminooxidasa (MAO) y de la reabsorcin de la serotonina. En segundo lugar, los estabilizadores del estado de nimo. Finalmente, un apartado reservado para otras sustancias.

5. Cuidado del equipo

No hay que olvidar el impacto emocional sobre el propio tcnico o clnico que trabaja sobre estrs post traumtico. El terapeuta puede experimentar sntomas similares a un estrs post traumtico en un grado sub sindrmico o sindrmico. Esto es ms frecuente en los clnicos que han atendido a gran cantidad de personas que han sufrido un desastre natural o un accidente de grandes proporciones, o en clnicos que hayan estado implicado en la situacin catastrfica y que no hayan elaborado bien el propio trauma. El propio terapeuta puede necesitar ayuda posterior.

De esta manera, se hace necesario un auto monitoreo y el monitoreo en duplas o equipos, orientados hacia el autocuidado del personal de salud mental.

Conductas o ideacin suicida:Resumido de Conducta suicida de Alejandro Gmez Ch.En situaciones normales, el suicidio constituye un grave problema de salud pblica. En situaciones de emergencia constituye una gravsima complicacin.

El comportamiento suicida tiene muchas causas complejas, como pobreza, desempleo, prdida de seres queridos o ruptura de relaciones, problemas laborales o jurdicos. Son relevantes los antecedentes familiares de suicidio, pero tambin el consumo de alcohol y otras sustancias, los maltratos en la infancia y trastornos mentales, principalmente los trastornos del nimo y la esquizofrenia. Los trastornos orgnicos crnicos y los dolorosos incrementan el riesgo. Todos los factores que estn detrs de una conducta suicida, de alguna u otra forma son afectados en situacin de emergencia, haciendo de este tema un foco de atencin fundamental. Curiosamente, las investigaciones no muestran un impacto significativo en la cantidad de personas que llevan a cabo conductas suicidas, pero si una mayor vulnerabilidad en quienes antes haban realizado intentos. Es decir, aquellos que antes intentaron quitarse la vida corren mucho ms riesgo de volver a hacerlo en situaciones de emergencia o catstrofes naturales.El presente captulo aborda el problema de la suicidalidad desde un punto de vista esencialmente clnico, que permita identificar sujetos en riesgo e implementar medidas de resguardo, y disear estrategias de mediano y largo plazo en pacientes vulnerables.

El espectro suicidal

La suicidalidad puede comprenderse como un espectro que abarca a las ideas y deseos suicidas (ideacin suicida), las conductas suicidas sin resultado de muerte (intentos suicidas) y los suicidios consumados o completados. Si bien existen importantes diferencias demogrficas entre quienes intentan suicidarse (mujeres jvenes) y quienes lo consuman (varones mayores), se considera que estos grupos conforman un continuo de creciente severidad y riesgo. Se ha demostrado que toda forma de suicidalidad conlleva un aumento de hasta 40 veces del riesgo de morir por suicidio.

Al vincularse a diversos sntomas clnicos y psicolgicos, tales como depresin, baja autoestima y abuso de alcohol entre otros, la presencia de ideas o intentos suicidas debe ser considerada como un importante indicador de psicopatologa no manifiesta.

Factores de riesgo suicida

Los factores de riesgo suicida ms relevantes para el clnico son la existencia de antecedentes de conducta suicida previa o actual y la presencia de alguna patologa psiquitrica que confiera vulnerabilidad suicidal.

Otras caractersticas sealadas por la literatura -p.ej. sexo masculino, adultez o edad avanzada, soltera, viudez o separacin, desempleo, enfermedades mdicas de evolucin crnica y acontecimientos vitales negativos- son inespecficas para ser consideradas por s mismas como indicadores tiles. Adquieren importancia, sin embargo, cuando se agregan a los atributos principales ya sealados.

El intento de suicidio es uno de los ms fuertes predictores de suicido. Quienes lo han efectuado presentan una probabilidad de autoeliminacin que alcanza al 1 a 2% al ao siguiente al evento, riesgo 100 veces mayor que el de la poblacin general. El nmero de tentativas est en relacin directa con el riesgo. Alrededor del 30% de quienes cometen un intento lo reitera en el futuro.

Lo esencial ante conductas suicidas es primero evaluar la gravedad del cuadro para lograr definir las acciones a seguir. Tras un intento, el perodo de mayor vulnerabilidad al suicidio es el primer ao, y es an mayor en los primeros seis meses.

Factores que se asocian a reiteracin del intento incluyen: edad entre 25 y 54 aos, separacin conyugal, un bajo nivel socioeconmico, desempleo o inestabilidad laboral y aislamiento social. Otros indicadores importantes son abuso de alcohol y drogas, trastornos de personalidad y antecedentes psiquitricos. Antecedentes remotos tales como exposicin a conducta suicida en la infancia, separacin temprana respecto de los padres y una niez estimada como infeliz tambin elevan el peligro. Por otra parte, el mayor riesgo de suicidio consumado lo tienen intentadores varones, mayores de 45 aos, con trastornos del nimo y por uso de sustancias, trastorno crnico del sueo, deterioro social y de salud.

.La gravedad del intento suicida puede evaluarse haciendo referencia a: a) la letalidad del mtodo empleado o b) a la intencin suicida con que fue efectuado. Ambos criterios no siempre coinciden, ya que un paciente puede haber empleado un mtodo de baja letalidad (p.ej. benzodiacepinas) con una definida intencin de morir (p.ej. se aisl a fin de no ser descubierto). Intentadores con mayor riesgo son quienes han utilizado mtodos ms letales o quienes muestran una ms definida intencionalidad suicida.

Las ideas suicidas

La ideacin suicida es una expresin temprana de vulnerabilidad y abarca desde manifestaciones vagas de poco valor de la vida hasta propsitos autodestructivos ms definidos como planes suicidas. Puede adoptar una cualidad persistente y asociarse a diversas variables psicolgicas como depresin, autoestima baja y sensacin de no controlar la propia vida (locus de control externo). Habitualmente se asocia a una elevada prevalencia de patologa psiquitrica.

En Chile se ha observado una alta frecuencia de ideas suicidas. En estudiantes de medicina ha llegado hasta el 55% como prevalencia de vida.

La existencia de una enfermedad psiquitrica es uno de los ms sensibles predictores de suicidio. Se ha comprobado patologa psiquitrica en la casi totalidad de sujetos que han consumado el suicidio. Las enfermedades ms frecuentemente diagnosticadas en los suicidas son esencialmente tres: trastornos del nimo, esquizofrenia, y alcoholismo, pero tambin los trastornos de personalidad.

La desesperanza y la conducta suicida

La desesperanza (expectativas negativas sobre el futuro) es uno de los principales factores psicolgicos asociados a la suicidalidad y su reconocimiento es parte importante de la evaluacin del riesgo. La desesperanza es un indicador ms poderoso de intencin suicida que el nivel global de depresin. La ideacin suicida, igualmente, es ms elevada entre quienes manifiestan mayor desesperanza.

Por otra parte, la desesperanza ha demostrado valor predictivo de suicidio a largo plazo y caracteriza a quienes son repetidores de intentos.

La desesperanza determinara una vulnerabilidad cognitiva persistente a la conducta suicida y se observa en suicidales crnicos como un rasgo habitual y estable.

Otros factores cognitivos

Entre stos se puede mencionar: mayor rigidez cognitiva, dficits en la capacidad de resolver problemas, y una tendencia a percibir las situaciones en trminos bipolares extremos (pensamiento dicotmico o blanco-negro). Puede encontrarse una percepcin de "insolubilidad" de los problemas de la vida en jvenes y nios suicidales. Declaran escasas razones para vivir, y tienden a visualizar el suicidio como un modo efectivo para solucionar los problemas.

Eventos vitales y apoyo social en la conducta suicida Los actos suicidas son desencadenados frecuentemente por eventos adversos, los cuales se han acumulado en los meses anteriores. Una temtica comn son las dificultades en las relaciones personales (crisis de pareja o familiares). La mayora cita un desencadenante inmediato, ocurrido en las 24 horas antes del intento, consistente por lo general en una discusin con la pareja o familiares.

Los adolescentes suicidales frecuentemente han vivido experiencias desfavorables desde la infancia, como abuso fsico y sexual, iniciando a partir de la pubertad un perodo de especial vulnerabilidad.

Las separaciones o rechazos son ms frecuentes en suicidas jvenes. En la edad media lo son las dificultades econmicas y en la edad avanzada las enfermedades.

La ausencia o prdida de apoyo social, definido como la capacidad de sentirse perteneciente a una trama de relaciones personales que proveen estimacin y ayuda se asocia a afectos y cogniciones presuicidales, y a tentativas ms severas. En intentadores se constata una red social ms dbil, tanto en trminos objetivos como subjetivos. Muchos suicidios se producen al concurrir acontecimientos adversos y una disminucin importante de apoyo, por ejemplo tras separacin conyugal.

Manejo clnico del paciente suicidal

Cuando el profesional detecta un elevado riesgo suicida, su obligacin es informar a la red inmediata del paciente (habitualmente su familia) y concordar con ella las medidas a tomar. Esto a su vez le permitir detectar la dinmica familiar que rodea la suicidalidad, y, al involucrarla en el manejo del caso, incrementar su efectividad teraputica.

La primera decisin se refiere a cul es el encuadre ms seguro para el paciente. La seguridad del encuadre debe ser evaluada continuamente, dado que los suicidios pueden producirse an en unidades de hospitalizacin supuestamente seguras. El alta precoz debe evitarse, para poder garantizar tanto la estabilidad del paciente como la del medio familiar y social inmediato. Tras el alta el paciente debe ser controlado frecuentemente; en caso de inasistencia debe ser recontactado activamente.

Si se decide no hospitalizar, debe asegurarse la cooperacin de uno o ms miembros del grupo familiar, en orden a cautelar la seguridad del paciente, retirando o impidiendo el acceso a medios potenciales de suicidio, acompandolo, manejando los medicamentos de mayor letalidad potencial y monitorizando el cumplimiento de las indicaciones mdicas.

El manejo integral de la suicidalidad requiere la combinacin de diferentes tipos de intervenciones: psicolgicas, mdicas y ambientales. Las primeras se refieren a establecer (y mantener) una slida alianza teraputica, que permita generar un va no suicidal de resolucin. El estilo de intervencin debe ser emptico, validando las emociones del paciente (habitualmente de un tono doloroso y desesperado) pero obviamente no su elaboracin autodestructiva. Algo as como: Puedo entender que usted no soporta vivir un da ms, pero creo que puedo ayudarlo a sentirse mejor y encontrar una salida menos destructiva. Una actitud de este tipo contribuye a propiciar sentimientos de mayor esperanza. A lo mismo puede contribuir una actitud teraputica dirigida a la resolucin de los problemas ms acuciantes (o a tolerar que no se disponga de soluciones inmediatas). Se le puede mostrar que evala su situacin empleando generalizacio-nes arbitrarias y excesivas, predicciones catastrficas, visiones dicotmicas o excesivamente inmediatistas. Puede explorar el significado de la crisis y cmo la interpreta (Por qu cree que esto lo trasforma en una persona que no vale nada?).

El trabajo sobre la red de apoyo es crucial, orientado a fortalecerla o repararla (algunas veces a generarla), mediante, por ejemplo, intervenciones familiares o de pareja. Algunas veces sirve mostrar que la solucin suicida es claramente inconsistente (De verdad cree que su suicidio solucionar problemas?). Una estrategia importante es la generacin conjunta de estrategias para la prevencin o el manejo de sintomatologa suicidal (ideas o impulsos suicidas), de modo que el paciente pueda adquirir mayor control sobre ella. En algunos casos podr llegar a un acuerdo no suicidal, en otros casos generar un plan de accin para su manejo.

Las intervenciones mdicas incluyen el control del consumo de alcohol/sustancias, el tratamiento de los sntomas de riesgo y el monitoreo de la respuesta teraputica y del cumplimiento de las indicaciones. Los sntomas de riesgo incluyen la angustia severa y el insomnio, la impulsividad, la agitacin y la disforia, y las ideas e impulsos suicidas. Debe considerarse el empleo de antipsicticos (tpicos y atpicos), benzodiacepinas (clonazepn), anticonvulsivantes (p.ej. cido valproico), antidepresivos (para el tratamiento de los cuadros depresivos), y el carbonato de litio. Se ha acreditado que este ltimo frmaco disminuye significativamente el riesgo autoltico. En casos extremos la terapia electroconvulsiva puede reducir dramticamente las ideas e impulsos suicidas, al menos temporalmente. Debe reiterarse que los pacientes suicidas deben ser seguidos cercanamente, evaluando estado clnico (incluyendo suicidalidad) y la efectividad de las medidas teraputicas. Ante la resurgencia de suicidalidad, deber evaluarse la conveniencia de rehospitalizar al paciente. En relacin a la supervisin del paciente, un familiar o amigo puede ser un valioso colaborador. Otras intervenciones ambientales se dirigen a aliviar o resolver la conflictiva familiar o de la pareja, e intervenciones laborales o acadmicas. Estas ltimas pueden resultar de inesperada importancia.

El manejo adecuado de la suicidalidad permitir que las ideas suicidas decrezcan gradualmente y el paciente pueda continuar con el tratamiento de su condicin de base, habitualmente en forma ambulatoria. Es conveniente, sin embargo, que el clnico asuma que la suicidalidad puede reemerger ante recurrencias o agravaciones de la condicin basal, o ante crisis o prdidas interpersonales. El manejo a largo plazo de pacientes con riesgo suicida se asemeja al de las enfermedades crnicas, requiriendo seguimientos prolongados. Por esta razn el clnico debe definir un plan de seguimiento individualizado, concordante con la condicin clnica de sus pacientes.

Por desgracia, a pesar de los mejores esfuerzos del equipo tratante, algunos pacientes terminan su vida suicidndose. Cuando ello ocurre, una serie de medidas, conocidas como posvencin, son entonces relevantes. El mdico debe contactar los sobrevivientes (habitualmente familiares), evaluar la necesidad de ayuda o apoyo psicolgico, y facilitar su acceso a ella. En algunos casos los sobrevivientes pueden requerir atencin especializada para la elaboracin de un duelo especialmente complejo, o el tratamiento de un trastorno psiquitrico desencadenado por el suceso.

Manifestaciones frecuentes en adultos

Tabla 9. Indicaciones de hospitalizacin perentoria en intento de suicidio

Caractersticas del intento

Elevada intencin suicida, elevada letalidad, mtodo violento

Ms de un mtodo simultneamente

Seguidilla de intentos

Intento de suicidio ampliado

Motivacin altruista

Ideacin suicida post intento, con reafirmacin de la intencin, decepcin ante la sobrevivencia, o rechazo de ayuda

Contexto

Sexo masculino

Mayor de 45 aos

Enfermedad psiquitrica

Abuso de sustancias

Ausencia de sistemas de apoyo o contencin

Contexto de violencia

Prdida reciente de figura clave

Salud deteriorada

Elevada desesperanza

Antecedentes

Historia suicidal previa

Impulsividad y violencia

Criterios abreviados para el diagnstico del trastorno por estrs post-traumtico (TEPT) segn el DSM-IV (APA, 1994)

Exposicin al estresor

Reaccin emocional al estresor

Se requiere uno o ms de los siguientes sntomas [revivencia]:

Recuerdos intrusos

Sueos que producen malestar

Actuar o sentir como si el suceso estuviese ocurriendo

Malestar psicolgico al exponerse a estmulos que recuerdan el suceso

Respuestas fisiolgicas a la exposicin de estmulos que recuerdan el suceso

Se requieren tres o ms de los siguientes sntomas [evitacin]:

Evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones asociadas con el estresor

Evitar actividades, lugares o personas asociados con el estresor

Incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma

Reduccin del inters en actividades significativas

Desapego de los dems

Restriccin de la vida afectiva

Sensacin de un futuro desolador

Se requieren dos o ms de los siguientes sntomas [activacin]:

Dificultades para conciliar o mantener el sueo

Irritabilidad

Problemas de concentracin

Hipervigilancia

Respuestas exageradas de sobresalto

La duracin de las alteraciones se prolonga ms de un mes

Se requiere malestar subjetivo o deterioro

Segn la teora cognitiva, el estrs post traumtico se explica, adems del condicionamiento propio del evento traumtico, por una modificacin de los esquemas de procesamiento a la base de los significados de vulnerabilidad y desamparo. Esto significa que la informacin futura ser evaluada de manera diferente, tanto para confirmar o desconfirmar los significados de vulnerabilidad.

Estadio I Respuesta al acontecimiento traumtico.

Brote adrenrgico inmediatamente despus del trauma.

Se pueden observar respuestas exageradas al trauma y una preocupacin obsesiva respecto a l despus de ocurrido.

Estadio III Trastorno crnico.

Sentimientos de incapacidad, desmoralizacin, desaliento.

Es frecuente la complicacin del trastorno con sntomas somticos, ansiedad crnica y depresin, al igual que el abuso de sustancias, los problemas en las relaciones familiares y el desempleo.

Estadio II Trastorno agudo.

Los sntomas persisten ms all de 4 a 6 semanas.

Aparecen sentimientos de indefensin y prdida de control, sntomas de aumento de la activacin vegetativa, la re-experimentacin del trauma y sntomas somticos.

La vida del paciente se centra en el acontecimiento traumtico, por lo que se producen cambios en el estilo de vida, la personalidad y el funcionamiento social. Pueden aparecer evitacin fbica, respuestas de alarma y explosiones de ira.

Evale la necesidad de usar psicofrmacos

La presencia de una comorbilidad importante e intensa como la depresin mayor, los episodios maniacos o sntomas extremos de ansiedad, suele hacer necesario el uso combinado de psicofrmacos y psicoterapia. Es deseable no sedar al sujeto excesivamente hasta el punto que se interfiera sus procesos cognitivos de afrontamiento o pierda motivacin por un estado de relajacin excesivo. El uso de benzodiacepinas aparece discutible, encontrndose resultados adversos en varios estudios.

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