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Apuntes de urgencia para la reconstitución del nacionalismo andaluz Publicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net) Manuel Ruiz Romero nació en 1959 en Jerez, es docente en la escuela pública andaluz y Doctor en Historia contemporánea por la Universidad Pablo Olavide. Miembro del Centro de Estudios Históricos de Andalucía. Militante nacionalista promotor de iniciativas culturales y colaborador de medios de comunicación. Es Coautor en 2012 del ensayo Cara y cruz del andalucismo ¿Qué hacemos con el nacionalismo andaluz?, donde se analiza la trayectoria histórica del andalucismo político. Así no es posible continuar. Eso sí que lo tenemos claro todos. No soy el primero en afirmarlo y a lo largo de los últimos 40 años prodigan análisis, grupos, alegatos y doctrinas, a priori todas bien intencionadas, pero con éxito muy limitado en el proceso de construcción nacional. Matices, circunstancias, rupturas, limitaciones, mercadotecnia, bipartidismo, errores propios… todo lo que se quiera, pero no cabe aquí ni ahora. No existen más culpables que nosotros mismos. La realidad es contundente y el nacionalismo andaluz ni se siente necesario ni su singularidad puede diferenciarse ante otros territorios, incluso, del mismo nacionalismo español y sus intenciones recentralizadoras. No vengo aquí a acusar a nadie porque soy parte de la solución y del problema. Me limitaré a exponer algunos apuntes relacionados sin orden de prelación alguna, con la intención de invitar al debate y a la reflexión futura: desde la provocación y, a veces, desde el sarcasmo. 1).-Evaluación. Como en todo proceso de intervención social, debemos examinar la distancia entre dónde estamos y qué nos gustaría alcanzar. Sólo así tomamos conciencia de donde nos encontramos. Debate libre y sincero pero respetuoso, sin objetivos concretos, integrador y sin buscar culpab les únicos. Hasta qué punto se han venido repitiendo errores; qué capital humano se ha dejado por el camino; qué banderas no son prioritarias…y lo más efectivo contabilizar dónde, cómo y porqué se implanta el andalucismo en sus diversas formas. 2).-Nítida reformulación ideológica. Nuestro nacionalismo o es de izquierda o no será. Pese a las declaraciones literales habidas, la realidad ha sido contundente: su ambigüedad o ausencia ideología se ha convertido en un lastre cuando no en cómoda doctrina. El nacionalismo andaluz no es ajeno a otras sensibilidades, luchas, banderas, revoluciones, primaveras… a alternativas que impulsan el mundo en estos comienzos del siglo XXI. Representa un elemento más de análisis o, cuanto menos, una escala objetiva y militante donde aplicar e interpretar nuevos movimientos críticos: antimilitarismo, sostenibilidad, feminismo, republicanismo, justicia social, medicina alternativa, 15M, anti-sistemas, mareas, sindicalistas, cooperativos… de todos podemos aprender algo y también tenemos algo que decirles. Décadas de indefinición parecen suficientes y Página 1 de 3

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Apuntes de urgencia para la reconstitución del nacionalismo andaluzPublicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net)

Manuel Ruiz Romero nació en 1959 en Jerez, es docente en la escuela pública andaluz yDoctor en Historia contemporánea por la Universidad Pablo Olavide. Miembro del Centrode Estudios Históricos de Andalucía. Militante nacionalista promotor de iniciativasculturales y colaborador de medios de comunicación. Es Coautor en 2012 delensayo Cara y cruz del andalucismo ¿Qué hacemos con el nacionalismo andaluz?, dondese analiza la trayectoria histórica del andalucismo político.

Así no es posible continuar. Eso sí que lo tenemos claro todos. No soy el primero en afirmarlo y a lolargo de los últimos 40 años prodigan análisis, grupos, alegatos y doctrinas, a priori todasbien intencionadas, pero con éxito muy limitado en el proceso de construcción nacional. Matices,circunstancias, rupturas, limitaciones, mercadotecnia, bipartidismo, errores propios… todo lo que sequiera, pero no cabe aquí ni ahora. No existen más culpables que nosotros mismos. La realidad escontundente y el nacionalismo andaluz ni se siente necesario ni su singularidad puede diferenciarseante otros territorios, incluso, del mismo nacionalismo español y sus intenciones recentralizadoras.No vengo aquí a acusar a nadie porque soy parte de la solución y del problema. Me limitaré aexponer algunos apuntes relacionados sin orden de prelación alguna, con la intención de invitar aldebate y a la reflexión futura: desde la provocación y, a veces, desde el sarcasmo.

1).-Evaluación. Como en todo proceso de intervención social, debemos examinar la distancia entredónde estamos y qué nos gustaría alcanzar. Sólo así tomamos conciencia de donde nosencontramos. Debate libre y sincero pero respetuoso, sin objetivos concretos, integrador y sinbuscar culpab les únicos. Hasta qué punto se han venido repitiendo errores; qué capital humano seha dejado por el camino; qué banderas no son prioritarias…y lo más efectivo contabilizar dónde,cómo y porqué se implanta el andalucismo en sus diversas formas.

2).-Nítida reformulación ideológica. Nuestro nacionalismo o es de izquierda o no será. Pese alas declaraciones literales habidas, la realidad ha sido contundente: su ambigüedad o ausenciaideología se ha convertido en un lastre cuando no en cómoda doctrina. El nacionalismo andaluz noes ajeno a otras sensibilidades, luchas, banderas, revoluciones, primaveras… a alternativas queimpulsan el mundo en estos comienzos del siglo XXI. Representa un elemento más de análisis o,cuanto menos, una escala objetiva y militante donde aplicar e interpretar nuevosmovimientos críticos: antimilitarismo, sostenibilidad, feminismo, republicanismo, justicia social,medicina alternativa, 15M, anti-sistemas, mareas, sindicalistas, cooperativos… de todos podemosaprender algo y también tenemos algo que decirles. Décadas de indefinición parecen suficientes y

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los hechos demuestran que no aportaron nada.

3).- Ni el nacionalismo, ni Andalucía son exclusivos de unas siglas o grupo más queotras. Poco ha valido esa pretendida exclusividad (¡) traducida en pureza de sangre. Bienvenidosean al debate entidades culturales, sociales, movimientos, sindicatos o tendencias de otrasformaciones ya sean nuevas, viejas o por definir. No es el momento de buscar líderes, ni deestructuras caducas de viejos partidos. Nadie está de más. Por ser más claro y atrevido: elnacionalismo hoy por hoy, es plural y se ramifica bajo diversas representaciones, siglas ymovimientos sociales. El futuro, caso de que exista, es toda una incógnita.

4).-Clausura digna del Partido Andalucista. Nada de reseteos ni refundaciones. Entierro con laseriedad que su historia merece. Buscar una fórmula para que los concejales logrados ejerzan sulabor con dignidad. Nadie se puede ir a casa o desertar. El capital humano dilapidado durantedécadas hay que recuperarlo. Al César lo que es del César y a su Siglo de Oro también.

5).-Relevo generacional. Basta ya de volver la vista al sexenio glorioso de la batalla porla autonomía. Hoy por hoy no volverán aquellas coyunturas, ni esa sensibilidad, ni aquellasmovilizaciones. Caras, formas, discursos, alternativas, soportes y actitudes tan jóvenes comoalternativas. rescura frente a un proyecto bululú o meramente bisagra. Nadie hipoteca derechosfundacionales ante un futuro que no sabemos si existe.

6).-Planificar nuevos espacios y campañas que posibiliten procesos de convergencias yunidad. Hay que crear escenarios de diálogo y encuentro. En estos instantes, las imposiciones, elsectarismo y el revanchismo sólo restan importancia y claridad a un diálogo al que están invitadostodos los nacionalistas o andaluces de conciencia. El encuentro hace al grupo y su dinámica: lopendiente aquí no expresado, se define al andar. Hay mucho trabajo en lo cultural, reivindicativo,ético, ideológico o prosélito entre la ciudadanía.

7).- La prioridad no es -ahora mismo- crear un nuevo instrumento más, menos aún, unnuevo partido. Ni mesías ni iluminados del siglo XXI: nuevas estrategias, modelos, formas ypolíticas. Debemos ser un movimiento y necesitamos un escenario y una actitud ante todasaquellas alternativas dignas de avivar mejores ciudadanos en una cruda realidad como la nuestra.Otro mundo es posible y ser nacionalista también representa un compromiso cívico y ciudadano conlos problemas que nos atañen así como en la búsqueda de soluciones.

8).-Aceptar que todos los nacionalistas andaluces estamos en un espacio mínimo y comúndenominador (panacionalismo andaluz).Podemos ser actores indispensables si somos capacesde que el análisis nacionalista esté presente por encima de visiones particulares. La revolución en elandalucismo no vendrá con la elaboración de una nueva teoría basada sólo en valores y principios,sino porque los creamos y los apliquemos. No basta con mostrar sentimientos más o menosprofundos e intuitivos hacia esta tierra, ni exaltarla con aduladores cánticos, eso quedó atrásen aquel regionalismo de las primeras décadas del siglo XX.

9).-Identidad participativa en un espacio común. Más allá de meras frases programáticas, hayque participar en la reflexión y en las movilizaciones que están generando cambios de mentalidadesen la propia esencia del ejercicio democrático. Primero hacer pueblo, luego política. Si se quiere sinintegraciones, pero con estrategias comunes. No puede ser una marca convencionalni exclusivamente electoral. No hay prisa alguna, sí a la hora de buscar nuevos contenidos.

10).-Restaurar el valor de nuestro auto-gobierno. Nuestra identidad debe ser un escudo contralas políticas que recortan derechos civiles, sociales, territoriales y laborales… unos y otros dejan a la

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Apuntes de urgencia para la reconstitución del nacionalismo andaluzPublicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net)

ciudadanía andaluza en situación de emergencia social. Andalucía existe debe ser sujetopolítico soberano. Tenemos mucho que decir en el horizonte de esta nueva Transición que despuntay ante el imprescindible proceso constituyente que se define. Sólo el nacionalismo andaluz escapaz de volver a dar sentido a nuestra autonomía.

11).- Redescubrir el legado de Blas Infante sin que sea patrimonio de nadie. Ahora queasistimos de la mano interesada de la Junta a la desideologización -perversa y devaluada- de estesímbolo, se impone una relectura de su herencia inmaterial bajo nuevos conceptos, lenguajes ysimbología. Su testimonio de vida y obra no tiene herederos ni traductores exclusivos, nipropietarios, ni usufructuarios.

12).- Es responsabilidad de todos asumir y trabajar ante este trance histórico para mantener vivala esperanza en una Andalucía Libre. En este sentido, y como dijera Infante, hay que comenzardemostrando la propia existencia de Andalucía. Tenemos la obligación de organizarnos en elcontexto de un debate profundo donde la prioridad es visualizar su necesidad antes que pretenderque se identifique con otras siglas.

13).-Formación y pedagogía. El conocimiento de nuestra identidad constituye la clave quepermite afrontar los problemas desde una perspectiva diferente. Sembrar para recoger. Dejar pocomargen a la intuición emocional de lo andaluz y fundamentarlo sobre asumidas sólidas raícesracionales y cognitivas. Propuestas y discursos ajustados a la realidad andaluza sinser insolidarios con otros territorios en su derecho a decidir.

14).- Existe el nacionalismo andaluz como espacio ideológico y electoral. Sin embargo,los andaluces y andaluzas no han sentido su utilidad o liderazgo a la hora de resolver sus problemas.Muchos expresan dicha necesidad en el agravio con otros territorios. El proyecto político yestratégico de un nuevo andalucismo es defender y refundar nuestra autonomía ante la amenazacierta e, incluso inminente, de vaciarla de contenido. Andalucía no puede estar ausente ni de lallamada Segunda Transición y de las reformas del modelo territorial del Estado.

15).- Cambio y ganas en los participantes. Nadie tiene la razón absoluta y no hay más remedioque sumar. Huyamos del rencor y la puja inútil. Necesitamos un cambio sustancial en las actitudesdel grupo humano que se atreva. En las formas y quehacer de quienes participen. Juntos y honestos:primero con nosotros mismos antes de invocar a los andaluces y reclamar su representación. Si sólonos instalamos en el mundo de las ideas y no en la autocrítica personal y colectiva, es imposible queexista futuro. Bienvenido al perdón y a nuestra capacidad de utopía: porque de lo contrario nada delo anteriormente expuesto es posible. Huyamos de quien lo sabe todo y posee soluciones perfectas.

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