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Árboles madrileños Antonio López Lillo Antonio López Santalla OBRA SOCIAL

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www.obrasocialcajamadrid.es

Obra Social Caja Madrid902 13 13 60

Árboles madrileñosAntonio López LilloAntonio López Santalla

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Árboles madrileños

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OBRA SOCIAL

Port 1 Caja Madrid 24/9/07 19:40 P gina 1

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ÁRBOLES MADRILEÑOSGuía para reconocimiento de árboles y arbustos arboriformes

de la ciudad de Madrid

Antonio López Lillo Antonio López Santalla

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Título original: Árboles madrileños© Autores: Antonio López Lillo y Antonio López Santalla

Edición española:

© 2007 Obra Social Caja Madrid© 2007 Fundación Conde del Valle de SalazarDoña Juana I de Castilla 44, 3º C, 28027 Madrid

Editores: Fundación Conde del Valle de Salazar y Obra Social Caja MadridResponsable de editorial: Carmen Paramio

Dibujos y fotografías: Antonio López Lillo y Antonio López SantallaDiseño y realización de cubiertas: Wagram, Imagen y DiseñoDiseño de interiores y maquetación: José Luis B. Quiñones

Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la Ley, que esta-blece pena de prisión y/o multas, además de las correspondientes indemnizaciones por dañosy perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren públicamente,en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretacióno ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquiermedio, sin la perceptiva autorización.

ISBN: 978-84-96917-06-4ISBN: 84-96442-20-9Depósito legal: M. 36495-2007Depósito legal: M. 39297-2007Fecha de edición: Septiembre 2007Printed in SpainImprime: ICONO Imagen Gráfica, S.A.

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Una de las señas de identidad de nuestra ciudadson sus árboles. Madrid es considerada lasegunda capital del mundo por su extensión de

áreas verdes y cuenta con una gran riqueza arbóreacompuesta por especimenes originarios de los cincocontinentes.

El arbolado es una parte consustancial de lainfraestructura de Madrid, forma parte integral de suambiente urbano al ornamentar sus parques, calles yplazas. Las sociedades conforman el medio en el que

viven; así, hoy en día, no podemos imaginar el bienestar del medio urba-no madrileño sin sus grandes parques tradicionales, sus arbolados pase-os, sus avenidas y calles, que constituyen un vasto paraíso botánico y a lavez una excelente escuela para poder conocer mejor a estos maravillososseres con los que convivimos.

El árbol está muy unido a la cultura, no sólo por lo que significa y puedesignificar, sino porque desde un primer momento fue la base física de loslibros. Sin duda no existirían libros sin los árboles, al igual que los árbo-les parecen no existir para las gentes si no hay libros que los nombren, losidentifiquen y los valoren. En un principio fueron los árboles los que con-tribuyeron a la aparición de los libros, dejemos ahora que sean los libroslos que contribuyan a la persistencia y aprecio por los árboles. Ya lo decíaMiguel de Unamuno:

… y acaso cuando acaben los libroscontinúen los árboles. Y tal vez llegue

la humanidad a un grado de cultura talque no necesite ya de libros,

pero siempre necesitará de árboles,y entonces abonará los árboles con libros.

Con la edición de este libro, Obra Social Caja Madrid persigue incidiren la divulgación, respeto y aprecio hacia nuestros árboles, conservar yproteger la biodiversidad y el desarrollo sostenible. Sus textos, las más de

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Presentación

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2.000 fotografías y sus cientos de dibujos describen de forma accesible, ysin embargo rigurosamente científica, más de 200 especies de árbolesque conviven con nosotros en la ciudad. Se ha contado con la valiosaaportación de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes, a laque agradecemos su participación.

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ÍNDICE GENERAL

PRÓLOGO ..............................................................................................................................

INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................

LA IMPORTANCIA DEL ÁRBOL .......................................................................................

LAS CONÍFERAS ..................................................................................................................

Generalidades ..................................................................................................................

Clave ..................................................................................................................................

Descripciones ...................................................................................................................

Los abetos ..................................................................................................................

El pinabete ..............................................................................................................

El pinsapo ...............................................................................................................

El abeto de Vancouver ...........................................................................................

El abeto del Cáucaso ..............................................................................................

El abeto noble ........................................................................................................

El abeto del Colorado .............................................................................................

El abeto de Masjoan ..............................................................................................

Los otros abetos ........................................................................................................

El abeto rojo ...........................................................................................................

La picea azul ...........................................................................................................

La picea de Alberta ................................................................................................

La picea del Himalaya ............................................................................................

El abeto de Douglas ...............................................................................................

Los cedros ...................................................................................................................

El cedro del Himalaya ............................................................................................

El cedro del Líbano .................................................................................................

El cedro del Atlas ....................................................................................................

Los pinos ....................................................................................................................

El pino silvestre ......................................................................................................

El pino carrasco ......................................................................................................

El pino negral ..........................................................................................................

El pino laricio ..........................................................................................................

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El pino piñonero .....................................................................................................

El pino insigne ........................................................................................................

El pino de Sabine ...................................................................................................

El pino Canario .......................................................................................................

El pino llorón del Himalaya ....................................................................................

El pino de Lord Weymouth .....................................................................................

Las secuoyas ..............................................................................................................

La secuoya roja .......................................................................................................

La secuoya gigante .................................................................................................

La secuoya de hojas caedizas ...............................................................................

El ahuehuete ..............................................................................................................

El ciprés calvo ............................................................................................................

El cedro del Japón ......................................................................................................

Los cipreses y otros árboles cupresáceos ..............................................................

El ciprés de Arizona ................................................................................................

El ciprés de Monterrey ...........................................................................................

El ciprés común ......................................................................................................

El ciprés fúnebre ....................................................................................................

El ciprés de Portugal ..............................................................................................

El ciprés de Cartagena ...........................................................................................

El libocedro .............................................................................................................

El ciprés de Lawson ................................................................................................

El ciprés de Leyland ...............................................................................................

La biota ...................................................................................................................

La tuya .....................................................................................................................

La sabina de Virginia ..............................................................................................

La sabina de China .................................................................................................

Los enebros ................................................................................................................

El enebro de Siria ...................................................................................................

El enebro de la miera .............................................................................................

Las araucarias ............................................................................................................

La araucaria de Chile .............................................................................................

El pino de pisos ......................................................................................................

El podocarpo ...............................................................................................................

Los tejos .....................................................................................................................

El tejo común ..........................................................................................................

El tejo de Hokkaido ................................................................................................

El gingo .......................................................................................................................

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LAS FRONDOSAS ...............................................................................................................

Generalidades ..................................................................................................................

Clave con hojas ................................................................................................................

Clave sin hojas .................................................................................................................

Descripciones ...................................................................................................................

Los nogales ................................................................................................................

El nogal común .......................................................................................................

El nogal americano .................................................................................................

Los sauces ..................................................................................................................

El sauce llorón ........................................................................................................

El sauce blanco ......................................................................................................

El sauce tortuoso ....................................................................................................

Los álamos .................................................................................................................

El álamo blanco ......................................................................................................

El álamo gris ...........................................................................................................

Los chopos ..................................................................................................................

El chopo peral .........................................................................................................

El chopo canadiense ..............................................................................................

El chopo común ......................................................................................................

El chopo lombardo .................................................................................................

El chopo temblón ...................................................................................................

Los abedules ..............................................................................................................

El abedul llorón ......................................................................................................

El abedul pubescente ............................................................................................

Los alisos ...................................................................................................................

El aliso de Córcega .................................................................................................

El aliso común ........................................................................................................

El carpe .......................................................................................................................

Los avellanos .............................................................................................................

El avellano turco .....................................................................................................

El avellano purpúreo ..............................................................................................

El avellano común ..................................................................................................

El haya ........................................................................................................................

El castaño ...................................................................................................................

Los robles ...................................................................................................................

El roble americano .................................................................................................

El roble común ........................................................................................................

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El roble de Turquía .................................................................................................

El roble melojo ........................................................................................................

El roble pubescente ...............................................................................................

El roble de la Tierra de Fuego ................................................................................

El quejigo ...................................................................................................................

La encina ....................................................................................................................

El alcornoque .............................................................................................................

Los olmos ...................................................................................................................

El olmo de Siberia ..................................................................................................

El olmo de montaña ...............................................................................................

El olmo común ........................................................................................................

El olmo de Holanda ................................................................................................

Los almeces ................................................................................................................

El almez común ......................................................................................................

El almez americano ................................................................................................

La zelkova japonesa ..................................................................................................

Las moreras y el moral .............................................................................................

La morera común ....................................................................................................

La morera de hojas de plátano ..............................................................................

El moral ...................................................................................................................

La morera del papel ...............................................................................................

La higuera ..................................................................................................................

Los naranjos ...............................................................................................................

El naranjo de los Osages .......................................................................................

El naranjo amargo ..................................................................................................

El magnolio ................................................................................................................

El tulipero de Virginia ...............................................................................................

El laurel ......................................................................................................................

El camelio ...................................................................................................................

El plátano ...................................................................................................................

El liquidambar ...........................................................................................................

El árbol de hierro .......................................................................................................

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El pitosporo ................................................................................................................

El palo jabón ..............................................................................................................

La fotinia ....................................................................................................................

El nispolero del Japón ...............................................................................................

El membrillero ...........................................................................................................

Los mostajos ..............................................................................................................

El mostajo común ...................................................................................................

El mostajo sueco ....................................................................................................

El espino negro ..........................................................................................................

El peral de Callery .....................................................................................................

Los manzanos ............................................................................................................

El manzano común .................................................................................................

El manzano purpúreo .............................................................................................

El manzano japonés ...............................................................................................

El melocotonero .........................................................................................................

El albaricoquero .........................................................................................................

El almendro ................................................................................................................

Los cerezos .................................................................................................................

El cerezo japonés ...................................................................................................

El cerezo silvestre ...................................................................................................

El mirobolano, el ciruelo de Pissard .......................................................................

El laurel cerezo ..........................................................................................................

Las verdaderas acacias .............................................................................................

La mimosa ..............................................................................................................

La acacia plateada .................................................................................................

La acacia majorera .................................................................................................

La acacia de madera negra ....................................................................................

El algarrobo ................................................................................................................

El árbol del amor .......................................................................................................

El raigón del Canadá .................................................................................................

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El ave del paraíso ......................................................................................................

Las falsas acacias ......................................................................................................

La acacia de tres púas ...........................................................................................

La sófora .................................................................................................................

La acacia de flor blanca .........................................................................................

La acacia de flor rosa .............................................................................................

La acacia de Constantinopla .................................................................................

La lluvia de oro ..........................................................................................................

El limonero .................................................................................................................

El ailanto ....................................................................................................................

La melia ......................................................................................................................

El árbol de las pelucas ..............................................................................................

El molle .......................................................................................................................

El falso pimentero .....................................................................................................

El zumaque de Virginia .............................................................................................

Los arces .....................................................................................................................

El arce negundo ......................................................................................................

El arce tridente .......................................................................................................

El arce plateado ......................................................................................................

El arce japonés .......................................................................................................

El arce moscón .......................................................................................................

El acirón ..................................................................................................................

El falso plátano .......................................................................................................

El arce de Capadocia ..............................................................................................

Los castaños de Indias .............................................................................................

El castaño de Indias de flor blanca .......................................................................

El castaño de Indias de flor roja ............................................................................

El castaño de Indias de flor amarilla .....................................................................

El árbol de los farolillos ...........................................................................................

El acebo ......................................................................................................................

El boj ...........................................................................................................................

El árbol de Júpiter ......................................................................................................

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Los tilos ......................................................................................................................

El tilo plateado .......................................................................................................

El tilo de hojas pequeñas ......................................................................................

El tilo de hojas grandes .........................................................................................

El tilo americano .....................................................................................................

El rosal de Siria .........................................................................................................

El palo borracho .........................................................................................................

El árbol parasol de China .........................................................................................

El braquiquito ............................................................................................................

El árbol del paraíso ...................................................................................................

Los tarayes .................................................................................................................

El taray de flores pequeñas ...................................................................................

El taray común ........................................................................................................

El taray catina .........................................................................................................

Los eucaliptos ............................................................................................................

El eucalipto blanco .................................................................................................

El eucalipto rojo .....................................................................................................

El granado ..................................................................................................................

El tupelo .....................................................................................................................

El cornejo ....................................................................................................................

El madroño .................................................................................................................

Los caquis ...................................................................................................................

El caqui de Italia .....................................................................................................

El caqui de Virginia ................................................................................................

Los fresnos .................................................................................................................

El fresno común ......................................................................................................

El fresno americano ...............................................................................................

El fresno de la tierra ...............................................................................................

El fresno de flor ......................................................................................................

El fresno negro ........................................................................................................

Los aligustres ............................................................................................................

El aligustre de China ..............................................................................................

El aligustre del Japón .............................................................................................

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El olivo ........................................................................................................................

La fontanesia .............................................................................................................

La jacarandá ...............................................................................................................

La catalpa y la paulonia ...........................................................................................

La catalpa común ...................................................................................................

La paulonia .............................................................................................................

El saúco ......................................................................................................................

La abelia .....................................................................................................................

LAS PALMERAS ..................................................................................................................

Generalidades ..................................................................................................................

Clave ..................................................................................................................................

Descripciones ...................................................................................................................

La palmera de Fortune ..............................................................................................

El palmito ...................................................................................................................

La palmera de California ..........................................................................................

La palmera de Canarias ............................................................................................

La palmera de la jalea ...............................................................................................

La palmera datilera ...................................................................................................

El cordiline .................................................................................................................

GLOSARIO .............................................................................................................................

BIBLIOGRAFÍA .....................................................................................................................

ÍNDICE DE AUTORES .........................................................................................................

ÍNDICE DE TÉRMINOS DESTACADOS .........................................................................

ÍNDICE DE NOMBRES COMUNES .................................................................................

ÍNDICE DE NOMBRES CIENTÍFICOS ............................................................................

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Nuevamente, me encuentro con el gratoencargo de presentar un libro de AntonioLópez Lillo, esta vez con el agregado de sercoautor su hijo, del que he tenido la suertede ser uno de sus profesores, tanto en loscursos de la carrera de ingeniero como en losde doctorado.

Antonio López Lillo, primer autor de estelibro, poseedor de clara inteligencia, laborio-sidad y salud para desarrollarla, al lado deunas extraordinarias dotes para la relación,comunicación y organización, ha sido profe-sor preocupado tanto por la formación prác-tica como por la teórica de sus alumnos, res-ponsable de los servicios forestales de la an-tigua Diputación Provincial de Madrid, mástarde Subdirector del ICONA, luego con diver-sas responsabilidades en la Administraciónde la Comunidad de Madrid y autor de nume-rosas obras que han contribuido notable-mente al desarrollo del conocimiento, amor yrespeto del medio natural entre los españolesde hoy.

A su iniciativa se deben la organizaciónde viveros y grupos de lucha contra incen-dios, centros y ciclos de enseñanza y capaci-tación, difusión en diversas formas de cienciaambiental, establecimiento de aulas de la na-turaleza, elaboración de manuales de divul-gación y estímulo de colegas y subordinadospara la realización de múltiples y variados tra-bajos de ecología de sistemas, medio natu-ral y más concretamente referentes al mundode los vegetales.

Tuvo una dilatada presencia en los equi-pos directivos de la Asociación y el Colegio deIngenieros de Montes, así como en la Asocia-ción Española de Parques y Jardines Públicos.Considerado experto en protección y conser-vación de la Naturaleza, ha colaborado comotal en la IUCN, siendo Consejero de la Federa-ción de Parques Nacionales y Naturales de Eu-ropa y Presidente de la Sección de España dedicha Federación, de la que fue su principalpromotor. En los últimos decenios ha trabaja-do activamente en las mencionadas organiza-ciones internacionales sobre parques nacio-nales y otras figuras de espacios naturales pro-tegidos, debiéndose a su iniciativa la declara-ción de muchos de ellos ubicados en España.

Entre sus numerosas obras se cuentanvarias sobre jardines y árboles ornamentales,monumentales e históricos, siendo coautordel tratado “Árboles en España” y de la mo-numental “Flora Ornamental Española”, encurso de publicación.

Antonio López Santalla ha heredado desu padre el amor por la Naturaleza y, tras unabrillante etapa de estudios, ha comenzado alaborar en servicios y empresas ocupadas enla gestión del medio natural, tras una estadíainvestigadora en la Escuela Técnica Superiorde Ingenieros de Montes de Madrid. Su apor-tación a la elaboración de claves y descrip-ciones, así como al contenido gráfico, con-tribuye de forma destacada al atractivo, faci-lidad de manejo y utilidad de la presenteobra.

PRÓLOGO

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En la elaboración de este libro, encua-drado en una abundante producción de pri-mera calidad, no se oculta la estabilidad e in-fluencia del entorno familiar.

Destinatarios de esta obra son los ciu-dadanos madrileños, esa corriente del ríohumano en incesante renovación tras perma-necer un tiempo sus integrantes y dejar la im-pronta de cada generación, más directamen-te los que se interesen por los árboles, pró-ceres del Reino Vegetal, que presiden los par-ques y jardines, calles, plazas y avenidas yque contribuyen a que Madrid sea hoy una delas capitales europeas con mayor porcentajede espacios verdes, algunos de la extensióny calidad del Retiro o la Casa de Campo yotros con una riqueza en diversidad específi-ca como el Hortus Regius Matritensis delPrado o el arboreto de la Escuela de Montes,junto a los grandes nuevos parques y a jardi-nes históricos de la categoría del Capricho.

El primer autor explica causas de suamor a los árboles, desarrollo de su conoci-miento y aplicaciones concretas aquí y ahoraa los que pueblan o se van incorporando alos espacios verdes de Madrid. Recorre lasprincipales etapas de la plantación de árbo-les en nuestra capital en los últimos siglos yhasta en la actualidad, haciendo referencia ala pérdida de pies y especies que se introdu-jeron y a la agregación de estirpes ahora in-cesante, sin descuidar los problemas deriva-dos de la renovación y actualización de in-fraestructuras, que a veces tropiezan con laexistencia de árboles dignos de respeto. Elbalance de adiciones y pérdidas, con todo,se estima francamente positivo. A la abun-dancia de estirpes arbóreas madrileñas con-tribuye el establecimiento o enriquecimientode nuevos o previos jardines particulares.

En el propósito que ha dado lugar a la ela-boración de esta utilísima obra entra el deseode que los madrileños incrementen su conoci-miento y respeto por los árboles, lo que re-dundará en prestigio y aprecio de la ciudad ysus habitantes. Por razones que se exponenmás adelante, los árboles son merecedores dela consideración de “ciudadanos” benéficos.

Ante lo utópico de pretender conocer yfijar la nómina de especies presentes, seelige un conjunto concreto con las que se juz-gan más merecedoras de inclusión en estaobra. Los que figuran en el elenco seleccio-nado se pueden encontrar con relativa facili-dad en espacios verdes de la urbe, prescin-diendo los autores de muchas especies es-casas o raras que sólo pueden hallarse en jar-dines botánicos, arboretos y colecciones es-pecializadas.

El grupo de árboles elegido integra 203especies, de las que un 20 % son autóctonasen área urbana o provincial de Madrid, el 10% se hallan en Madrid introducidas de anti-guo y/o asilvestradas y el 70 % son exóticasde introducción calificable de reciente en lavariable escala de la vida de los árboles.

Para el concepto de árbol, los autorestoman el sentido actualmente más en boga. Ensu parte inicial, el libro pasa revista a las diver-sas partes y elementos del árbol, no descui-dando la formación de tronco y vuelo, con porte,forma y densidad de copa. Se llama la atenciónde las diferencias entre árboles ciudadanos pri-vilegiados y desfavorecidos, con las dificultadese injurias que los últimos han de soportar.

Es importante, por la repercusión quedebe tener sobre el ánimo del usuario, la re-visión que se presenta de los principales be-neficios que el árbol reporta en la ciudad, re-cordándose la depuración del aire, aminora-ción del ruido, influencia en los regímenes detemperaturas, humedad ambiental, vientos,precipitaciones e insolación, depuración deaguas infiltradas al terreno, oferta de vivien-da a variadas aves, incluidas las gratamentecanoras y, en suma, contribución a hacer pla-centeros el descanso y el ocio de los ciuda-danos, dar una nota de verdor y vida enmedio de las edificaciones y definir paisajes,zonas y puntos concretos en el área urbana.

El cuerpo principal del trabajo está inte-grado por las Claves de identificación y laparte descriptiva de las especies elegidas.

Se separan los conjuntos de Gimnosper-mas y Angiospermas y, entre las últimas, losde frondosas y palmeras o palmiformes.

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Para cada uno de los grupos señalados,se comienza por presentar una clave de iden-tificación de las especies contenidas que, enel caso de las frondosas o árboles de hojaplana y más o menos ancha, se desdoblan endos, para plantas con las hojas y desprovistasde hojas, respectivamente. Las claves vanacompañadas de abundante información grá-fica intercalada, en color, fotográfica y esca-neada de muestras prensadas, recién obteni-das o en vivo y que se refieren a ramillas,hojas e inserciones foliares, flores, frutos ycorteza de tronco.

Para las claves, muy acertadamente, losautores eligen dilemas politéticos, o basadosen múltiples caracteres, lo que hace más se-guras las identificaciones, contando con lapresencia de ejemplares atípicos o raros quea veces no encajan bien en todas las condi-ciones expuestas en un término de dilema,pero que tales claves señalarán como másprobables. Se advierte de las variabilidadesestaciónales, a lo largo de la vida del árbol yentre el viviente en su patria y el introducidoen país alejado.

Personalmente, consideramos que, enuna obra práctica de botánica o zoología, lasclaves son, si se elaboran cuidadosamente,como es el caso de las que este libro contie-ne, el trabajo más cualificado de un tratadosobre un sector de seres vivientes. La des-cripción morfológica puede ser más o menosdetallada, pero siempre será más laborioso yrequerirá más estudio y atención la búsquedade lo que la Escuela Socrática llamó “últimadiferencia” entre grupos, con su más auténti-ca expresión cuando se recurre a varios ca-racteres en los términos de cada dilema. Lautilización de las claves por el buscador de laidentidad de un individuo, petrológico, vege-tal o animal, es trabajo a veces arduo, queayuda a retener el resultado y produce sen-sación gratificante, que se vierte hacia la es-tirpe identificada, eso sí, tras una comproba-ción o verificación recurriendo a la descrip-ción respectiva. La abundante informacióngráfica que se presenta en este libro, contri-buirá eficazmente al acierto en la elección de

los caminos seguidos, así como para confir-mar la identificación.

A continuación de las claves figuran lasdescripciones de las especies, integradas portextos e información gráfica en color. El textode cada especie consta de una descripciónmorfológica, con indicación de la periodici-dad o ciclos anuales de actividad y reposo,áreas de origen, ámbito mesológico, princi-pales características vitales (crecimiento, lon-gevidad, reproducción, etc.), productos y uti-lización del árbol. Para buena parte de las es-pecies, se agregan noticias sobre la signifi-cación de la nomenclatura y curiosidades di-versas. En la aplicación de nombres vernácu-los o asignación de un nombre para uso ordi-nario a especies exóticas, los autores siguenun criterio unificador.

Las descripciones concluyen con refe-rencias a la presencia en Madrid y cita de lasmuestras más notables.

El interés y la utilidad del libro son evi-dentes e innegables, teniendo dos vertientes,inmediata, en el curso y a continuación de lautilización, y la inducida tras un plazo en que,como fruto de la disponibilidad de la obra,habrá crecido el porcentaje de los ciudada-nos interesados por la Naturaleza y esos se-ñores del mundo vegetal que son los árboles.

La obra es didáctica y práctica. La utili-zación de las claves hace del conocimientoadquirido fruto de un esfuerzo personal quese traduce en estima de ese saber y de susobjetos primarios, especies vegetales arbó-reas.

Es de destacar la oportunidad de la pu-blicación, en momentos en que cunde en laciudadanía la consciencia de vivir en unmedio urbano necesitado y bastante bienprovisto de arbolado, que puede mejorar eldisponible y que, a veces, se encuentra conretos, derivados de la necesidad de continuarenovación de infraestructuras, que se han desuperar con el mayor respeto a las plantas,para lo que resultará fundamental contar conla voz de unos madrileños bien informadossobre características, exigencias y limitacio-nes de unos árboles que habrán de conser-

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Juan Ruiz de la TorreCatedrático de Botánica

Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes

varse, renovarse y ampliar su diversidad. Paratodo ello, este libro facilitará y extenderá losconocimientos necesarios.

Con la impresión y distribución de estelibro habrá hecho una contribución muy nota-ble al incremento del conocimiento, amor yaprovechamiento de los valores de los árbolesentre los madrileños y restantes españoles.

Sólo falta que los usuarios se adentrenen el libro y disfruten con su contenido, rea-lizando identificaciones, adquiriendo, actua-lizando o ampliando conocimientos y verifi-cando aplicaciones prácticas. Todo ello les re-sultará muy grato y será beneficioso para elGran Madrid Verde que sus vecinos aprecia-mos y deseamos conservar y mejorar.

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La afición por los árboles me la inculcó miinolvidable maestro don Luis Ceballos, quecon su buen hacer e inigualable poder de con-vicción sobre los aspectos forestales, unido asu profundo conocimiento y enorme humani-dad, hizo que en enraizara en mi el amor porlos seres arbóreos. Esta atracción hacia lasplantas la supo imbuir ampliamente entretodos los forestales.

Ese espíritu inquisidor sobre las plantassiempre me ha hecho pasear por el medio na-tural intentando poner nombres a los seres ve-getales que se han presentado delante de mí.

En este deambular he visto muchos ejem-plares arbóreos. En el libro se hace referenciaa los árboles que se han contemplado, muchospor el propio descubrimiento y otros por indi-caciones de buenos amigos. Santiago Soriasobre las especies arbóreas presentes en elCampo del Moro; Ricardo Casla sobre los ár-boles introducidos por el Ayuntamiento de Ma-drid en los últimos años; Diodoro Soto nos hailustrado en el siempre difícil mundo de losabetos; Concha Oliveros y José de Castro nosproporcionaron información sobre las especiesintroducidas por ellos en los jardines del Canalde Isabel II en la calle Bravo Murillo y el buencompañero y excelente botánico Javier Cante-ro, sobre la presencia de especies arbóreasbastante singulares.

Se debe expresar también la gratitud a losexcelentes amigos con los que compartí gra-tos momentos en la Cátedra de Botánica de laEscuela Técnica Superior de Ingenieros de

Montes de Madrid y que tanto me ayudaroncon sus conocimientos y enseñanzas, con losque recorrí en innumerables veces áreas ver-des. Juan Ruiz de la Torre que con su docto ma-gisterio hace comprender mejor el mundo ve-getal; Jacobo Ruiz del Castillo que con su me-ticulosidad ayuda a observar los más mínimosdetalles de las plantas, y al inolvidable AntonioRodríguez Martínez, lleno de humanidad ybondad, que supo transmitir su saber prácticosobre el mundo de los vegetales.

Esta inquietud se la he logrado contagiara mi hijo, que ha aportado sus conocimientosadquiridos y su esfuerzo a la realización deesta obra.

El devenir de los árboles madrileños

La evolución de la diversidad arbórea ma-drileña procede de épocas bien definidas. Nose tienen datos exactos de las diferentes intro-ducciones de las especies arbóreas en Madrid.Si se sabe que a mediados del siglo XVIII seplantaron principalmente olmos y moreras,aunque en ese tiempo se hicieron plantacionesmasivas de fresnos, robles y olmos. Una etapaque puede abarcar desde el siglo XVIII hasta laGuerra Civil, en la que predomina poca variabi-lidad: falsas acacias, moreras, plátanos, tilos,castaños de Indias, olmos y algunas coníferas,especialmente cedros y cipreses comunes. Apartir de los años cuarenta se introdujeron pre-ferentemente chopos boleanas, cerezos de Pis-

INTRODUCCIÓN

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sard, olmos de Siberia, arces negundos, catal-pas, cipreses de Arizona y más cedros. Sepuede decir que un tercer ciclo comienza hacialos años noventa, con una gran diversificaciónen la introducción de especies, que todavíacontinúa: diversos tilos, carpes, árboles del pa-raíso, paulonias, cerezos japoneses, ciruelosde Pissard, rosales de Siria, perales de flor, al-meces americanos y un largo etcétera.

Parece que las plantaciones abundantesen Madrid de las falsas acacias (Sophora, Ro-binia y Gleditsia) proceden de mediados delsiglo XIX. De esa época ya se sabe de la exis-tencia de árboles del amor, magnolios y ali-gustres del Japón. Se tienen noticias de queen 1870 se incorporaron las modas de laépoca, entre ellas la plantación de coníferas,destacando los cedros del Museo del Prado ydel Monasterio de la Encarnación. Asimismoal final del siglo XVIII se introdujeron, mayor-mente, falsas acacias, olmos, plátanos, ailan-tos, moreras, pinos, arces, castaños de Indias,cedros, tilos y cipreses.

Al iniciar este trabajo se disponía de unarelación de los diferentes árboles que hastala fecha se encontraban en la ciudad de Ma-drid, que se han ido reconociendo en el trans-curso de una serie de años. Durante la elabo-ración de esta obra se ha constatado la des-aparición de algunos ejemplares, que ahorase citan en homenaje a lo importante que fuesu presencia: los gingos (Ginkgo biloba) de laplaza de Colón, antes de su remodelación; elimponente abedul llorón (Betula pendula), enla calle de Bailén, frente a la Catedral de laAlmudena; el alerce del Japón (Larix kaempfe-ri) de los Jardines de Cecilio Rodríguez en elParque del Retiro; el magnífico pino de Sabine(Pinus sabiniana) del Palacio de Buenavistaen la plaza de Cibeles; los abedules de laplaza de las Salesas (Betula alba); diversospies de abeto del Oregón (Pseudotsuga men-ziesii) en el Parque del Retiro; los naranjos delos Osages (Maclura pomifera) en las cercaní-as de la antigua Estación Goya; los pinabetes(Abies alba) de la plaza de España; el pino deLord Weymouth (Pinus strobus) del Parque delRetiro; el ciprés de Sawara del Parque del

Oeste (Chamaecyparis pisifera); los tuliperosde Virginia del Parque de Berlín (Liriodendrontulipifera); algunos imponentes plátanos (Pla-tanus x hispanica) de la antigua carretera de ElPardo, seguramente los ejemplares más anti-guos de la capital; y lo más curioso y singularun ejemplar de palmera datilera (Phoenixdactylifera) en los jardines de la antigua em-bajada de Egipto en la calle Miguel Ángel,transplantada sin éxito en 1969 (aunque so-brevivió 2 años), al arboreto de la Escuela Téc-nica Superior de Ingenieros de Montes en laCiudad Universitaria.

Asimismo en el transcurso de este traba-jo, que ha precisado varios años, también handesaparecido algunos ejemplares bien porcausas naturales o artificiales inevitables.

En los últimos años las grandes obras quese realizan para mejorar las infraestructurasdel transporte o para remodelar la ciudad, hansacrificado árboles y arbustos que en muchoscasos era inevitable, pero en algunas ocasio-nes podrían haber sido salvados, si se hubie-ran adoptado las medidas adecuadas con eltiempo suficiente.

A pesar de que se pueda lamentar su pér-dida, hay que elogiar que, como compensa-ción, la diversidad arbórea madrileña ha au-mentado grandemente en los tiempos actua-les, pudiendo decirse que se posee un valiosoy variado patrimonio arbóreo.

Asimismo hay que destacar que muchosparticulares han introducido árboles nuevosen sus jardines privados contribuyendo a au-mentar la riqueza arbórea madrileña.

Pretender conocer todos los árboles exis-tentes en el territorio de la ciudad es una uto-pía y por supuesto una vanidad, pues el térmi-no municipal de Madrid es muy extenso y cadadía aparecen más zonas ajardinadas en losnuevos desarrollos urbanísticos. Por todo elloes imposible pensar que se pueda recoger larelación completa y exhaustiva de todos árbo-les que estén presentes en todo el amplio te-rritorio de la ciudad de Madrid. Incluso en eltranscurso de la elaboración de la obra se hanproducido nuevas incorporaciones al catálogode árboles, habiéndose podido incluir algunas

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Introducción

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de ellas en este libro, aunque con toda seguri-dad faltarán especies. Por ello será muy esti-mado y agradecido la indicación de algún árbolnuevo no contemplado en el libro.

Entre las diferentes introducciones reali-zadas, cabe destacar por su singularidad laque se hizo en 1982, en relación con el Cam-peonato Mundial de Fútbol en España, dondese introdujo una especie representativa decada uno de los países que disputaron el cam-peonato. En un espacio frente al estadio San-tiago Bernabéu, en el Paseo de la Castellana,

precisamente donde se disputó el partido finalse hizo la plantación. El espacio fue denomi-nado Jardines del Mundial e inaugurado por elalcalde Enrique Tierno Galván.

Después del tiempo transcurrido es con-veniente analizar el estado actual, comprobarla respuesta de las plantas a las condicionesambientales y proceder a una remodelaciónque técnicos del Ayuntamiento van a acome-ter, ajustando mejor las especies y la estruc-tura a las cualidades del lugar, respetando enlo posible la idea original.

JARDINES DEL MUNDIAL

PAÍS Planta prevista Planta existente en la actualidad

España Quercus ilex Quercus ilexItalia Pinus pinea Pinus pineaFrancia Acer monspessulanum Celtis australisInglaterra Ulmus minor Aesculus hippocastanumEscocia Pinus sylvestris Betula utilisIrlanda del Norte Taxus baccata Taxus baccata hibernicaYugoslavia Picea omorika Abies x masjoannisBélgica Fraxinus excelsior Fraxinus excelsiorAlemania Quercus robur Quercus roburHungría Tilia tomentosa Tilia tomentosaAustria Pinus nigra Pinus nigraPolonia Picea abies Picea abiesChecoslovaquia Tilia cordata Tilia cordataU.R.S.S. Betula pendula Betula utilisArgentina Chorisia speciosa Chorisia speciosaChile Quillaja saponaria Quillaja saponariaBrasil Jacaranda mimosifolia FaltaPerú Schinus molle Schinus molleEl Salvador Cupressus benthamii Yucca filamentosaHonduras Quercus hondurensis FaltaArgelia Cedrus atlantica Cedrus atlanticaCamerún Celtis africana FaltaKuwait Phoenix dactylifera Phoenix canariensisNueva Zelanda Cordyline australis Phormiun tenax

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Introducción

Características del libro

En este libro se pretende dar a conocer ár-boles que se pueden encontrar en el términomunicipal de Madrid, en parques, jardines, ca-lles, paseos, plazas, y en general áreas verdes,tanto públicas como privadas, excluyéndosecolecciones tan especializadas como las delReal Jardín Botánico, Jardín Botánico de la Ciu-dad Universitaria o de la Escuela Técnica Su-perior de Ingenieros de Montes. Se ha optadopor incluir aquellas especies que estaban pre-sentes al comienzo de la preparación del libro,aunque algunas han desaparecido con poste-rioridad, así como las que existieron durantemuchos años y ahora no están. No obstantehay que comprender que es imposible cono-cer toda la riqueza arbórea del término muni-cipal de Madrid por su gran área superficial ycasi seguro existirán árboles que no se hayanpodido detectar.

En la exposición se ha utilizado una clasi-ficación clásica del Reino Vegetal para las plan-tas con flores: Gimnospermas y Angiospermas.Entres las primeras se consideran las conífe-

ras y entre las segundas las frondosas y lasplantas palmiformes. Asimismo en la descrip-ción de las especies también se ha seguido unorden tradicional (Sistemática de Engler), aun-que en algún caso no se ha respetado com-pletamente al agrupar las plantas por nombrescomunes. Hay que indicar que se trata de unapublicación de divulgación, que, aunque sinperder rigor, no pretende ahondar en la siste-mática y taxonomía modernas, acudiendo mása las clásicas.

Se dice que un árbol es un vegetal leñoso,de por lo menos 5 m de altura, con tronco ycopa bien definidos, aunque a veces aparecenejemplares que no se encuadran perfecta-mente en esta definición, aunque presentenaspecto arbóreo, que podrían denominarse ar-bolitos o arbustos arborescentes, bien por sutamaño o bien por haber adquirido su formade manera artificial. Algunos de los árboles in-cluidos en esta publicación se pueden encua-drar en estas últimas consideraciones. Asi-mismo es fácil que otros arbustos que puedanpresentar talla arbórea que no se hayan in-cluido, por no haber sido observados. También

Acceso a los Jardines del Mundial

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Paseo de Recoletos

Parque del Oeste

Jardines del Templo de Debod Calle de Alcalá

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Introducción

Jardines del Campo del Moro Madroño en la Puerta del Sol

Parque del Capricho Parque de Atenas

Parque de la Cornisa Parque del Retiro

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se contemplan árboles que todavía presentanpequeño desarrollo, pero que potencialmentepueden alcanzar gran envergadura.

Una manera sencilla de conocer las plan-tas es la utilización de un sistema que, me-diante los diferentes caracteres que presentan,permita identificarlas. Es lo que se conocecomo la una clave de identificación. Lo ideal escomparar caracteres contrapuestos, fáciles dereconocer, aunque a veces una misma especiepueda presentar diferencias, e incluso aspec-tos antagónicos en la misma clave, lo quepuede complicar su identificación. Las clavesse elaboran admitiendo una serie de simplifi-caciones, sobre la base de una planta ideal, esdecir, que haya crecido y se haya desarrolladoen condiciones normales. Deben basarse en laspartes que presentan en su mayoría los dife-rentes ejemplares de esa especie. No cabeduda que hay características de difícil aprecia-ción (pilosidad, lisura, color, rugosidad, forma,brillo, etc.), asimismo hay que acudir a tama-ños, longitudes, anchuras, grosores, alturas, loque puede contribuir a añadir algo de confu-sión, pues siempre aparecen ejemplares queno se ajustan a las dimensiones normales.

Se debe tener en cuenta que las claves pre-sentan la subjetividad de su autor, que aunqueno lo desee, se basa en los conocimientos quetiene sobre las plantas que ha estudiado o havisto en su entorno, que pudieran presentar al-gunas diferencias con la generalidad de lasplantas de esa especie.

Cualquier clave puede ser discutible, se-guramente con razón, por tanto al utilizarlashay que admitir esta circunstancia y contem-plarla con permisividad y consideración.

Al emplear la clave y observar algún ele-mento de la planta, sería deseable tomar va-rias muestras de ese elemento y atender al ca-rácter que sea más general de todas las mues-tras. Y todavía mejor, si es posible, observardiversos ejemplares de la misma especie. Deotra parte las plantas son seres vivos que tie-nen sus diferencias, si son jóvenes, si son ma-duras, con mejor o peor desarrollo, en condi-ciones favorables o con dificultades, con la ex-posición a la luz y, en general, en muchas cir-

cunstancias que pueden hacer variar sus ca-racterísticas específicas. Por eso a veces pue-den presentarse algunas variaciones entre loindicado en la clave y los ejemplares que seexaminen.

Hay caracteres que varían en el transcursodel año, existen elementos que al principiopresentan pelosidad, que pueden perder oaminorar con el transcurso del tiempo, o in-cluso las ramillas pasar de sección poligonal acilíndrica. Se consideran ramillas cuando estándesarrolladas ese año y ramas cuando proce-den de años anteriores, pero muchas vecesesta diferenciación ni es fácil, ni es tan precisa.Igualmente las cortezas varían con la edad, ge-neralmente de lisas se vuelven rugosas y os-curecen, diferenciándose según a la altura delárbol a la que se presentan.

Las dificultades de identificación se in-crementan en las especies vegetales que sonmuy polimorfas, que presentan variedades yformas de jardinería o por supuesto aquellasque son el resultado de hibridaciones. Hay gé-neros donde los cruces son frecuentes y apa-recen individuos difíciles de clasificar, porejemplo los correspondientes a los génerosCedrus, Abies, Populus, Salix, Quercus, Tilia,Ulmus. Por eso a veces conviene decir que elejemplar considerado está dentro del grupo deuna determinada especie.

Se han desarrollado dos claves, una parareconocer las plantas durante su período ve-getativo, en el que están presentes la mayoríade sus caracteres, y otra para el momento enque los árboles están desprovistos de hojas, loque supone una gran parte del año en la queparecen más difíciles de identificar, aunqueexisten suficientes caracteres para ello.

Se aconseja que para tener la certeza dehaber identificado correctamente una especie,se consideren varios caracteres, por lo que enlas claves se han añadido diferentes aspectos,con el fin de que la mayor confirmación de ellosayude mejor al reconocimiento.

Para una mejor comprensión se han reali-zado dibujos adecuados y en general se haacudido a incluir elementos escaneados queproporcionan una imagen real, muchas veces

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mejor que un dibujo idealizado. Hay que indi-car que a veces se ha sacrificado la nitidez dela planta escaneada a la imagen verdadera.

En las descripciones se da informaciónsobre todos los elementos que configuran elárbol, aunque en algún caso sean difíciles deobservar en el municipio madrileño, por en-contrarse ejemplares todavía de escasa talla, obien porque las condiciones ambientales noles permiten su total y completo desarrollo.

Las descripciones se acompañan con unaserie de fotografías (de las que se ha podidodisponer) o dibujos que ayuden mejor a su iden-tificación. Se ha procurado que correspondan aejemplares de la ciudad, pero en algún caso hasido necesario disponer de fotografías de otroslugares, bien por no ser posible tomarlas en elmomento oportuno, o bien porque todavía lasplantas no tenían el tiempo suficiente para mos-trar todos sus elementos vegetales.

Se da información sobre dónde se pue-den observar ejemplares de las diferentes es-pecies, tanto en zonas verdes públicas comoprivadas, si bien, en general y en el caso deestas últimas, se ha preferido no detallar de-masiado para respetar la intimidad de los jar-dines donde se encuentran.

Se han considerado los nombres comu-nes de muchas especies, pero algunas de lasexóticas carecen de denominación conocida ynos hemos tomado cierta libertad; se ha opta-do por darles una, generalmente atendiendoa su nombre científico, bien a cómo se las co-noce en su lugar de origen bien, como las co-noce el mercado de la jardinería, o bien como

las denominan algunos viveristas Pero tam-bién comprendemos que algunos puristas bo-tánicos, no sin falta de razón, discrepen deello. No obstante todas las plantas merecentener una denominación vulgar, para que selas pueda tener mayor estima.

Es difícil que se puedan ver en nuestrasáreas verdes los tamaños y envergaduras quealcanzan algunos árboles exóticos en sus lu-gares de origen, pues en la mayoría de loscasos no son de elevada edad, a la par que lascondiciones ecológicas de Madrid difieren desu óptimo natural.

Se han incluido algunas especies que di-fícilmente podrán alcanzar muchos años devida, ya que las condiciones climáticas de laciudad no son las más adecuadas a sus nece-sidades, aunque en el momento de redactaresta publicación si estaban presentes.

Este trabajo está destinado a aquellosamantes de la ciudad que deseen conocer y de-fender su patrimonio arbóreo. Una ciudad tam-bién es considerada y apreciada por la abun-dancia, calidad y estado de conservación de suarbolado. Confiamos en que esta obra se apre-cie más nuestro querido Madrid a través delconocimiento y respeto por sus árboles.

Se trata de los seres más importantes dela naturaleza, después del género humano,que nos acompañan en la ciudad, que tantonos benefician y que comparten muchos denuestros avatares urbanos, hasta el punto quedeben tener la consideración de ciudadanosárboles y como tales se les debe respeto y esobligación de todos velar por su conservación.

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Introducción

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Desde el primer momento las especiesleñosas y sobre todo los árboles captan nues-tro interés por su tronco, su copa y sus ramas,en suma, por el conjunto de sus partes aére-as. Su belleza majestuosa, su riqueza orna-mental, su monumental presencia a menudoson tales que las personas se rinden a su evi-dencia: su arquitectura sobrepasa a la de loshumanos.

No cabe duda que es el exterior del árbolen su conjunto el que llama primeramentenuestra atención. La forma de la copa de cadaespecie responde a reglas hereditarias muyestrictas, si bien las influencias ecológicasexternas pueden alterarla en cada ejemplar.El tallo o el tronco es la parte más variable ypor consiguiente la que más fácilmentepuede cambiar del conjunto del vegetal.

Las especies leñosas son vegetales quetienen tallos y raíces lignificados. Viven va-rios años, a veces siglos y en general sus tron-cos están ramificados en ramas y ramillas,que sirven para sustentar sus hojas.

El árbol es una especie leñosa cuyo tron-co está completamente lignificado y general-mente desprovisto de ramas en la parte baja.Normalmente se ramifica en la parte superiorformando la copa. La altura habitual es un cri-terio de clasificación, que no sigue unas nor-mas fijas. Las especies que alcanzan hasta 5m de altura, como ya se ha indicado, se con-sideran como pequeños árboles o arbolillos.Las especies leñosas cuyos tallos entera-mente lignificados se ramifican desde la base

se consideran arbustos, aunque a veces bienpor poda o bien por estar desprovistos deramas inferiores se pueden considerar arbus-tos arboriformes.

La ramificación es una propiedad natu-ral de los tallos de las especies leñosas, pormedio de la cual se utiliza mejor el espacio ypueden exponer al sol su follaje.

Las ramas surgen a partir de yemas pro-ducidas en el tronco. Las yemas son salientesque encierran en potencia futuros tallos yhojas. Normalmente están protegidas de la in-temperie por escamas, que realmente sonhojas transformadas, aunque en algún casopueden faltar o ser mínimas y la protecciónpuede ser escasa. Las yemas juegan un papelde protección importante en las especies le-ñosas. A partir de su colocación en la rama sepuede prever la manera en que se van a des-arrollar las ramillas, permitiendo determinarla especie sobre todo en invierno, cuando losárboles están desprovistos de sus hojas. Engeneral ocupan sobre el tallo tres posiciones:alternas, opuestas o agrupadas en verticilos.

Además de estas aparecen otras yemasadventicias o durmientes que pueden des-pertar cuando el árbol sufre alguna perturba-ción y así formar nuevos brotes característi-cos. En algunos casos las yemas durmientespueden estar presentes muchos años inclu-so varios decenios, como en el caso de los ro-bles y las hayas.

La mayoría de las especies leñosas pose-en normalmente dos formas de ramas: ramas

LA IMPORTANCIA DEL ÁRBOL

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de alargamiento o macroblastos y ramas cortasde crecimiento limitado o braquiblastos.

Las primeras son largas y crecen muchotiempo, sus articulaciones están prolongadasy las yemas laterales se encuentran separa-das unas de otras por distancias apreciables.Generalmente salen a partir de yemas termi-nales y raras veces de yemas laterales.

Las segundas tienen articulaciones muycortas y su superficie es muy rugosa. Las as-perezas están provocadas por cicatrices queprovienen de la pérdida de escamas protec-toras y de las hojas. A menudo estas ramassólo tienen una yema terminal, a partir de lacual brota una articulación muy corta. Losbraquiblastos viven varios años, general-mente de diez a quince, menos que los ma-croblastos. A veces los braquiblastos llevanfascículos de hojas, grupos de yemas o en al-gunas rosáceas manojos de flores. Otrasveces se transforman en espinas.

El conjunto de crecimientos de ramifica-ción se produce generalmente de dos mane-ras. Por un lado la yema terminal prolonga eltallo formando un tronco principal, sobre elque se disponen unas ramas laterales másdébiles que no sobrepasan el tallo principal,ni lo prolongan. Esta ramificación forma unacopa piramidal o cónica. Otras veces los ta-llos secundarios son más fuertes y llega a for-mar una copa más ancha, que puede teneraspecto elipsoidal, esférico, ovoide, apara-solado, irregular, llorón, en forma de pera,etc. La forma definitiva de la copa no sola-mente está determinada por las propiedadesanatómicas o morfológicas de la especie,sino también por la influencia de factores ex-ternos, ante todo por la luz y el viento. Las di-ferentes especies presentan copas de densi-dad variable, algunas muy débil como la aca-cia de tres púas o bien follaje abundantecomo en el haya o el tilo.

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Entre los primeros están los que se sitúanen parques y jardines, donde en general dispo-nen de todo el espacio que necesitan, reciben elalimento que precisan, apenas sufren daños,salvo cuando algún inexperto podador se ha en-caprichado de sus ramas y ramillas, general-mente están protegidos por el recinto en quehabitan, la contaminación de la urbe normal-mente les perjudica menos por disponer de unespacio más abierto, pueden competir en gran-diosidad y hermosura entre ellos, e incluso sepueden sentir apreciados ya que muchos de losvisitantes saben admirarlos y valorarlos. Sepuede decir que nada les falta, si se pudieracomprender se vería que están felices, puesaunque puedan añorar sus lugares silvestres deorigen, se sienten compensados por la buenavida que llevan, así como por poder prestar susbeneficios a los visitantes de los parques.

Por otra parte "los otros árboles", sonaquellos ubicados en calles, plazas y aveni-das, donde están sometidos a una serie de in-convenientes: generalmente no tienen sufi-ciente espacio para vivir adecuadamente y

desarrollarse de una forma normal, tanto en suparte aérea, como en la subterránea; suscopas, para extenderse con naturalidad, setopan con impedimentos urbanos; su sistemaradical encuentra dificultades para expandir-se por el suelo, tiene que competir con cañerí-as, tuberías y cables, y todo una suerte de in-fraestructuras que invaden el subsuelo; sue-len estar constreñidos por los edificios circun-dantes, que no suelen dejar que sus ramajesadquieran toda su envergadura; se les conde-na en unos pequeños alcorques que apenasles proporcionan el mínimo vital; están a mer-ced de lo que decida el interés de farolas, car-teles, semáforos, etc.; están más amenazadospor agresiones de personas, animales domés-ticos, vehículos, maquinarias, nuevas obras,etc.; son más propicios a las contaminaciones;y una larga serie de perjuicios que no suelendarse en el arbolado de los parques. Precisa-mente estos árboles son los que deberíantener más protección y por otra parte tendríanque haber sido seleccionados conveniente-mente para su ubicación.

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La importancia del árbol

El árbol en la ciudad

Si se prestase la debida atención a los ár-boles que se encuentran en las áreas urbanasse podría observar que la mayoría sufren unfuerte estrés, ya que el general están someti-dos a unas condiciones de vida inadecuadas ynormalmente tienen que soportar todo tipo deagresiones y dificultades que toleran con ungran estoicismo.

La persistencia del árbol en el medio ur-bano está supeditada a múltiples factores y susupervivencia dependerá de la capacidad deadaptarse a esos condicionantes.

Pero como en todas las familias hay indi-viduos que se pueden sentir privilegiados, soncomo la clase noble de una dinastía, mientrasque otros viven en condiciones precarias e in-cluso a veces malviven. Se puede decir queentre los árboles hay ricos y pobres.

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Los beneficios del árbol en la ciudad

Los árboles son unos grandes benefacto-res para el ambiente urbano, cumplen unaserie de funciones que favorecen a la ciudad ya sus habitantes.

Mejoran la calidad del aire al constituirsecomo agentes activos contra la contaminaciónatmosférica. Generan oxígeno, absorben dió-xido de carbono y retienen los polvos y partí-culas que se mantienen en el ambiente.

Aminoran el ruido ya que con sus follajesactúan como barreras antisónicas, retrasandoy deteniendo las ondas sonoras.

Regulan y actúan sobre el clima, aumen-tando la humedad del ambiente, disminuyen-do la temperatura, generando corrientes deaire, formando pantallas contra el viento, la llu-via, la nieve, el granizo y los rayos solares.

Purifican las aguas que se filtran por el

suelo, ya que sus raíces actúan como descon-taminantes al retener nutrientes y agentes pa-tógenos.

Se constituyen en morada de aves quecon su presencia y cantos alegran la ciudad y lahacen más próxima a la naturaleza.

Constituyen lugares de descanso y ociopara los ciudadanos que les compensan desus quehaceres diarios.

Ponen una nota de vitalidad y producenuna cierta armonía en medio de la frialdad delas edificaciones.

Proporcionan beneficios estéticos, socia-les y psicológicos. En su conjunto mejoran lasalud de la ciudad.

En definitiva son unos seres vivos, segu-ramente los más importantes después de laespecie humana, que conviven con nosotrosen la ciudad y que debían ser consideradoscomo unos ciudadanos más.

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El despreciado árbol urbano

A pesar de que el árbol debería ser con-siderado como un amigo se le suele tratar coninsensibilidad y generalmente se le descono-ce. A los amigos, a los verdaderos amigos, seles considera por su nombre, pero ¿sabemoscómo se llaman los árboles de la ciudad? Seestá rodeado de plátanos, falsas acacias, ce-dros, olmos y un sinfín de especies arbóreas eignoramos como se denominan. Seguramenteeste es el mejor ejemplo de la indiferencia quesentimos por el árbol. Seguramente todos losdías al salir de casa nos encontramos con unárbol y un vecino, pero sólo sabemos el nom-bre del segundo. Si conociéramos las deno-minaciones de los árboles es muy probableque nuestro comportamiento con ellos fueramuy diferente.

El árbol en la ciudad está sometido a unaserie de agresiones, como ya se ha indicado,ocasionadas en su inmensa mayoría por laspersonas, pero quizás lo que más les perjudi-ca como origen de casi todo es nuestra formi-dable indiferencia. Se les trata como meroselementos y se les maneja de cualquier ma-nera, sin tener en cuenta que son seres vivosy como tales la variable tiempo es importanteen su desarrollo. Sencillamente se informaque han sido talados tantos ejemplares sin in-dicar sus edades. Se olvida generalmente quela medida de tiempo es diferente para las es-pecies arbóreas que para los seres humanos.Mientras las personas cuentan su tiempo poraños, en los árboles debería ser consideradopor quinquenios o decenios, para poder haceruna comparación con las personas. Se debe-ría acuñar una unidad para medir la edad delos árboles: año-árbol. Es corriente leer o decirque se han cortado veinte árboles para reali-zar una determinada obra y que han sido sus-tituidos, por ejemplo, por 100 ejemplares, esdecir cinco por uno. No se dice que los árbo-les que fueron cortados pasaban, de 100 añosy los que se plantan suelen ser como mucho,en general, de 5 años y se cree que eso es su-ficiente. No se piensa que los árboles taladoscumplían unas funciones que es imposible

que de inmediato puedan ser compensadaspor los nuevos árboles plantados. Un árbol decierta edad puede llegar a alcanzar 350 me-tros cuadrados de superficie foliar, que es laparte que produce mayores beneficios en laciudad, ¿cuántos años harán falta para quelos árboles que se han plantado reemplacenla labor que hacía el árbol talado? Asimismo lacopa de un árbol de buena edad con abun-dante follaje puede alcanzar más de 400 me-tros cúbicos de volumen, mientras que unejemplar joven apenas sobrepasa los 50 me-tros cúbicos en el mejor de los casos y conmenor densidad de hojas. Es decir que se haeliminado un espacio que ocupa un árbol quees esencial para la vida de la ciudad y se sus-tituye por otros que tardarán bastantes añosen llenar ese espacio vital, con todos los be-neficios que representa.

Esto se podría compensar si se plantasenárboles de más edad, puesto que en la actua-lidad éstos se encuentran en el mercado, pu-diendo adquirirse ejemplares de varias dece-nas de años, incluso se cotizan por diámetrode copa. En general hacen falta 40 o 50 añospara que un árbol se considere un verdaderoárbol.

Si no solamente aprendemos sus nom-bres sino que les miramos, les tocamos, lespercibimos, simplemente en silencio y conatención, nos enseñarán cosas sorprendentes.Los árboles han hablado y hablan todavía a losque saben entenderlos.

Los árboles son fieles compañeros, quepor lo general acompañan toda la vida al ha-bitante de la ciudad, son testigos mudos denacimientos, muertes y acontecimientos, ob-servadores que forman parte del patrimoniocomún. Nos pertenecen sin ser sus propieta-rios. Hay que tener en cuenta que un árbolforma parte del tiempo. Su tiempo y el nuestrose miden por distintas unidades que ni pode-mos ni debemos comparar. Se puede decir quees de las generaciones pasadas, pero tambiénde las venideras. Se debería entender quesomos un momento en la vida de un árbol, porlo que no deberíamos arrogarnos la facultadde disponer de él libremente.

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La importancia del árbol

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