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“TAYTACHA TEMBLORES EN LA CELEBRACIÓN INTEREQUINOCCIAL 1 DEL CUSCO. Cultos solares -crísticos- dentro del calendario lunar andino” Imelda Vega-Centeno B. CERA “Bartolomé de Las Casas” del Cusco CEHILA Introducción 2 El culto al Señor de los Temblores, es la devoción principal del Cusco, desde tempranos tiempos del virreinato. La tradición asocia su nombre al terremoto que devastó la ciudad en 1650, la población habría sacado entonces a esta imagen en procesión, hecho lo cual cesaron los sismos y se contuvo la destrucción de la ciudad. El reciente proceso de restauración 1 Del lat. aequinoctium. m. Astr. Época en que, por hallarse el Sol sobre el Ecuador, los días son iguales a las noches en toda la Tierra, lo cual sucede anualmente del 20 al 21 de marzo y del 22 al 23 de septiembre 2 Esta Ponencia contiene unos Avances de Investigación en curso, por ello tanto las referencias bibliográficas como las del trabajo de campo están incompletas. La bibliografía es la que viene siendo utilizada en el trabajo de Investigación teórica. Las entrevistas y otros datos han sido recolectados en los dos períodos de trabajo de campo del año 2005 apoyados por CEHILA en su proyecto de “Historia Cultural”. Dado el estatus del presente trabajo se ruega no citar ni reproducir. VERSIÓN PRELIMINAR NO CITAR – Imelda Vega-Centeno B. Julio 2005. 1

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Introduccin

TAYTACHA TEMBLORESEN LA CELEBRACIN INTEREQUINOCCIAL[footnoteRef:1] DEL CUSCO. [1: Del lat. aequinoctium. m. Astr. poca en que, por hallarse el Sol sobre el Ecuador, los das son iguales a las noches en toda la Tierra, lo cual sucede anualmente del 20 al 21 de marzo y del 22 al 23 de septiembre]

Cultos solares -crsticos- dentro del calendario lunar andino

Imelda Vega-Centeno B.CERA Bartolom de Las Casas del CuscoCEHILA

Introduccin[footnoteRef:2] [2: Esta Ponencia contiene unos Avances de Investigacin en curso, por ello tanto las referencias bibliogrficas como las del trabajo de campo estn incompletas. La bibliografa es la que viene siendo utilizada en el trabajo de Investigacin terica. Las entrevistas y otros datos han sido recolectados en los dos perodos de trabajo de campo del ao 2005 apoyados por CEHILA en su proyecto de Historia Cultural. Dado el estatus del presente trabajo se ruega no citar ni reproducir.]

El culto al Seor de los Temblores, es la devocin principal del Cusco, desde tempranos tiempos del virreinato. La tradicin asocia su nombre al terremoto que devast la ciudad en 1650, la poblacin habra sacado entonces a esta imagen en procesin, hecho lo cual cesaron los sismos y se contuvo la destruccin de la ciudad. El reciente proceso de restauracin de la imagen y su retorno al Cusco (2005), tras tres meses de ausencia, renov el fervor y lo masivo de esta manifestacin popular, incentivada esta vez por los hallazgos de este proceso; segn los cuales, la imagen no fue trada de Espaa, por tanto, es manufactura de artesanos cusqueos sobre un modelo espaol, hecho con tcnicas propias; adems, el hecho de haber encontrado dentro de ella cuarenta y ocho cartas de devotos que datan desde el siglo XVII, renueva y reactiva la creencia en sus poderes milagrosos y su especial amparo para con los cusqueos.

Esta fiesta coincidente con el equinoccio de marzo (otoo)[footnoteRef:3], inicio del perodo de secas y por ello de las cosechas, comienza el perodo de la abundancia agrcola y ganadera, durante el cual se almacenarn los alimentos para el largo perodo sin lluvias, pues el invierno surandino es particularmente seco: se repararn los sistemas de riego, se repartirn las tierras y se asegurar el uso y la reparticin del precioso recurso de agua, tan raro como fundamental para la supervivencia del hombre andino. Todas estas previsiones y sistema organizacional estn fechados en el calendario lunar andino, que nos es transmitido, entre otros por el primer calendario de Guaman Poma[footnoteRef:4], el cual resea un conjunto de prcticas agrcolas y rituales a lo largo de todo el ao, pero muy en particular en el perodo interequinoccial (de mediados de marzo a mediados de septiembre). [3: 21 de marzo] [4: Distinguiendo el primer calendario como el que nos aporta ms elementos de cultura precolombina, ver el trabajo de V. Cox, confrontar tambin con los trabajos de Ziolowski y Sadowski, as como el de Aliaga, que versan sobre los calendarios de los cronistas espaoles, que escribieron antes que Guaman Poma sobre el calendario andino y que no tenan los fines apologtico-defensivos del cronista indgena Cf. Bibliografa.]

La fiesta del Seor de los Temblores se celebra el lunes de semana santa, hecho sorprendente, pues las procesiones que se realizan en la semana santa cusquea -siguiendo el modelo de la semana santa de Sevilla-, tienen que ver con las etapas del camino al calvario... lgica y litrgicamente la celebracin de un crucificado tendra que ser la noche del jueves santo o la maana del viernes, y no el lunes santo. La fijacin de la fecha de la procesin no est referida al ciclo litrgico, sino que parte de la conmemoracin del sismo de 1650 ocurrido un 31 de marzo, fecha que fue su festividad durante casi un siglo. Posteriormente en 1740, el Obispo ante la interferencia litrgica de la procesin de un crucificado en tiempos de las celebraciones movibles del ciclo pascual, fij la fecha de la procesin el da Lunes Santo, para situarla lo ms cerca de la celebracin pascual del calendario litrgico.

Pero complementariamente a la celebracin del lunes santo, el Taytacha Temblores tiene una celebracin de usanza tradicional en el ciclo litrgico ordinario, fijada por el Obispo en 1926, para el ltimo domingo de octubre, coincidiendo con la celebracin de Cristo Rey (antes de las reformas litrgicas del Vaticano II), para celebracin del Patrn de la ciudad. Sin embargo en esta oportunidad los cultos son mucho ms restringidos al grupo de los carguyoc y los hukados[footnoteRef:5], y carece de la participacin masiva del lunes santo, pues en la fiesta de octubre slo se inician las solemnidades que culminan en semana santa al nominarse los cargos para el siguiente ao. Es preciso tener en cuenta tambin que esta fecha est en el perodo de mayores restricciones econmicas en el campo, acaban de sembrarse los cultivos tradicionales y se est viviendo de aquello que se pudo almacenar en el perodo de la cosecha y del solsticio de invierno, estando ya agotado el perodo de abundancia interequinoccial. [5: Se alude al sistema de cargos, que permite la reproduccin cclica de la fiesta al mismo tiempo que recrea y reproduce una serie de mecanismos sociales y culturales dentro de la vida de la comunidad. Han sido trabajados largamente en la antropologa surandina, particularmente por Casaverde Rojas, 1970; o por Flores Ochoa 1990.]

Pero, dentro del largo perodo celebratorio interequinoccial, la celebracin ritual del lunes santo, es la mxima fiesta religiosa de la ciudad del Cusco, la que concita las multitudes ms importantes y la que suscita un fenmeno mstico colectivo casi inenarrable. Los rituales indgenas se entrecruzan con los cristianos, los grupos sociales responden a convocatorias no-dichas y se renen con lgicas espaciales y devocionales que no figuran en ningn cdigo o reglamento escrito. Inclusive en variados fenmenos populares colectivos, como el motn de Lunes Santo de 1839, la sequa de 1956 o la copa sudamericana de ftbol del 2004, la fe-confianza de la poblacin atribuye al Seor de los Temblores una intervencin decisiva, provocndose en la Catedral importantes peregrinajes de demanda y/o de accin de gracias.

El culto al Seor de los Temblores no slo es central en la vida poltica y social del Cusco, es uno de los ejes identitarios ms fuertes de la compleja sociedad estamental cusquea y adems, es un culto Crstico, anclado en temas teolgicos fundamentales como el perdn, la misericordia y la justicia, que no slo vienen de la primera evangelizacin sino de la experiencia cotidiana de los oprimidos, de las necesidades de creencia del imaginario colectivo del cusqueo promedio.

El estudio de este tipo de fenmeno socio-cultural permite acceder a resultados que ponen en relacin el presente con la mediana y larga duracin; la perspectiva pluridisciplinar: antropolgica, sociolgica, histrica, arqueolgica, iconogrfica, etc., pone en evidencia una realidad compleja y completa de los fenmenos identitarios elaborados por la cultura a travs de los siglos. Pero, al mismo tiempo que dar a conocer su inmensa complejidad e incidencia en los comportamientos colectivos actuales, un trabajo analtico de esta envergadura, pone en relieve las implicancias sociales, culturales, polticas y pastorales que conlleva, las que pueden servir para la reflexin y orientacin del trabajo de participacin, desarrollo identitario, consciencia, responsabilidad poltica y social, de quienes participan del mismo. Aspectos complementarios no siempre perceptibles a primera vista, pero de evidente importancia, pues nos hallamos ante un movilizador colectivo fundamental, que es religioso y que atraviesa transversalmente a la sociedad que lo produce, otorgando identidad y sentido de pertenencia del ser cusqueo.

Para hacer este trabajo hemos optado por una perspectiva metodolgica pluridisciplinaria, perspectiva que contribuye eficientemente al acercamiento al fenmeno estudiado, desde sus races seculares (historia, arqueologa), pasando por el proceso de cambios y permanencias producidos en la larga y mediana duracin (antropologa e historia), as como de sus funciones culturales, polticas y sociales en el presente (socioantropologa de la cultura y de las religiones).

1. Planteamientos anteriores

Un fenmeno tan importante, como es este ciclo celebratorio, ha sido objeto de mltiples estudios y aproximaciones, la mayora fijados ms en una slafecha (Marzal, Flores Ochoa, Florez Lizana, Cahill, Valencia, entre otros, Cf. Bibliografa), aislndola del ciclo celebratorio, o a lo ms, reorganizando un grupo de fechas por su peculiar incidencia en determinadas regiones (Sallnow, Poole). Repasemos sus principales hallazgos:

a) Perspectiva funcional

El trabajo ms detallado en sta perspectiva es el Dbora Poole (1981, 1982, 1984). En los mismos detalla diversas formas de representacin social de las comunidades concernidas en las celebraciones, las que tendran un espacio especial de expresin y negociacin en las ferias: que son agrcolas en el lado cusqueo y ganaderas en el lado puneo. Inclusive hace un estudio bastante sugerente sobre la dramatizacin del forastero, a partir de determinado culto crstico, con lo cual la sacralizacin del espacio, a travs de la fijacin del dentro y el fuera, permite la realizacin ptima de los pactos econmicos mediante un complejo sistema de diferenciacin (Ibid.). La clave interpretativa funcional estructuralista, para las ferias y peregrinaciones en el sureste cusqueo y parte de Puno estara dada entonces por su finalidad y racionalidad econmica, dentro de las economas y prcticas culturales regionales. A pesar de la limitacin terica (economicista) de sus hiptesis interpretativas, nos encontramos ante un trabajo serio, sustentado con un slido trabajo de campo y contrastado con precisin usando herramientas tericas y metodolgicas, propias de las ciencias sociales.b) Peregrinaciones

El trabajo excepcional de M. Sallnow sobre los Peregrinajes andinos (1974, 1987), coincide en gran medida con la delimitacin espacial del trabajo de D. Poole; aunque no abarca la regin vecina de Puno, hace algunas referencias a las peregrinaciones del noroeste boliviano, las que coinciden con el perodo anual trabajado, que es el ciclo de las fiestas del solsticio de invierno (21 de junio) hasta las fiestas del inicio de la siembra (septiembre, fiesta del Seor de Huanca). El estudio detallado de los santuarios andinos y de su dinmica geogrfica y comunicacional lo lleva a hacer conclusiones de largo aliento en torno a dos cuestiones: el sentido de la organizacin espacial de las comunidades y al complejo sistema de relaciones sociales que se han producido en su mantenimiento y reelaboracin significativa de la cultura que los sustenta. Estudia las diferentes estrategias tanto de los Incas como de los espaoles para consolidar sus propios sistemas significativos de origen solar sobre una geografa marcada por permanencias poltico-religiosas regionales preincas (lunares) y una serie de oposiciones y conflictos de poder en la demarcacin del espacio, para los cuales dicho sistema organizativo ofrece vas de entendimiento y negociacin. Es un trabajo interpretativo de alto nivel, desgraciadamente no traducido integralmente al espaol. c) Celebracin de la personalidad colectiva

Flores Ochoa (1992), hace un estudio circunscrito a la fiesta Corpus Christi, a la cual define como la celebracin de los cusqueos; tras una detallada etnografia de la procesin en sus aspectos ms externos, afirma que es una celebracin identitaria, que se prolonga prcticamente todo el ao ya que cada parroquia tiene su Corpus: no analiza la apropiacin del trmino latino por la cultura del pueblo, ni se adentra en su resignificacin. Luego seala ciertos desplazamientos calendricos que lo llevan a afirmar que estas fiestas pueden prolongarse hasta las fiestas de Navidad o de febrero (Candelaria), las que tambin pueden considerarse parte del Corpus!!!. No ofrece ningn material antropolgico que sostenga esta hiptesis, ni que permita analizar mejor el calendario andino y el calendario cristiano, no hace un estudio de los ciclos anuales en los que se encuadran por un lado la fiesta de la Candelaria (perodo de lluvias), ni la del Corpus Christi (solsticio de invierno) ni la de Navidad (solsticio de verano): tampoco incide en los contenidos que la lgica de la creencia atribuye a cada celebracin. Las notas finales de su trabajo sobre una posible correspondencia entre la organizacin espacial de los santos en la Catedral cusquea durante la semana del Corpus podran ofrecer interesantes perspectivas analticas de ms largo aliento, que esta vez no explora.d) Ideologa religiosa cusquea

Merece atencin el libro de Valencia (1995), porque es un trabajo ntegramente dedicado al Seor de los Temblores, hito celebratorio mucho menos trabajado dentro del ciclo calendrico que estudiamos. Sin embargo, desde el subttulo del trabajo, Ideologa religiosa cuzquea, nos muestra la poca precisin terica de su aproximacin. El autor confunde conceptos tericos de las ciencias sociales como religin e ideologa, siendo para l sinnimos, cuando no los usa tambin como sinnimos de pastoral y de teologa. Su trabajo de recoleccin histrica es confuso y cae en una serie de anacronismos como el de interpretar las decisiones de los obispos del s. XVII con los mismos criterios que las actitudes pastorales de la iglesia surandina de la dcada de 1980. Su aproximacin cusqueista cae en cierto mito de autoctona, insistiendo en la irremisible peculiaridad cusquea, sin confrontar los fenmenos encontrados con otros similares tanto en el rea andina, como en Espaa y sin manejar un marco terico conceptual que podra haber dado mayor solidez a sus hallazgos. Por otro lado, el poco rigor analtico lo hace confundir sus fuentes primarias con las secundarias, la tradicin oral con la verdad, las leyendas y mitos con la realidad cusquea. Salvo ciertos datos aislados, este trabajo es de escaza utilizacin acadmica.

Los trabajos sealados, tienen aportes, renen materiales diversos, llegan a conclusiones ms o menos fundamentadas. Sin embargo su alcance es diverso, el trabajo de Poole, slidamente sustentado, a nuestro modo de ver es limitado por su cuadro interpretativo; por su parte el trabajo de Sallnow poda haber alcanzado hiptesis de ms largo aliento e interpelado a otros estudios de reas circunvecinas, el rigor de su autor limit el alcance del mismo. Ambos trabajos son tesis doctorales y responden a estndares acadmicos de alto nivel. No son publicaciones dirigidas para el pblico en general. Por su parte tanto el trabajo de Flores Ochoa, como el de Valencia, tienen como pblico objetivo al lector cusqueo interesado, son de mayor accesibilidad y responden a demandas locales de informacin y de comunicacin. Si bien esta es una perspectiva importante, que no debiera faltar en nuestra elaboracin acadmica, sin embargo, el trabajo de Valencia y en menor medida el de Flores Ochoa, sucumben a explicaciones facilistas, a la falta de rigor probatorio y a la poca solidez conceptual. Por supuesto, son obras mucho ms difundidas que las dos anteriores.

e) Otros aportes

Finalmente, no podemos dejar de lado una obra relativamente reciente de Mara Rostowrowski (1992) que se entronca con nuestra lnea interpretativa, su trabajo sobre Pachacamac y el Seor de los Milagros, una trayectoria milenaria. Su estudio, parte de una hiptesis sumamente sugestiva, la de la simbiosis entre el antiguo culto al dios Pachacamac y el Cristo de Pachacamilla, convertido luego por el culto popular en el Seor de los Milagros. Sin embargo, el trabajo de investigacin histrica es insuficiente para probar que en la actualidad, los creyentes participantes del culto estn celebrando tanto al dios Pachacamac como al Seor de los Milagros; su elaboracin en torno al sincretismo es demasiado somera, sobre todo por tratarse de un concepto tan debatido en ciencias sociales; a su vez, las comparaciones rpidas con los trabajos de Lafaye (1985) sobre la Virgen de Guadalupe y los de Bouyse-Cassagne (1988) sobre la Virgen de Copacabana, son insuficientes para probar la hiptesis de partida. Otra debilidad de este trabajo es que generaliza su validez para todo el Per, sin tener en cuenta la fuerza de los cultos regionales ni las slidas tradiciones histrico-culturales que las sustentan; en nuestro caso deploramos la poca presencia, entre sus fuentes secundarias, de trabajos sobre el rea surandina y sus cultos crsticos. Una sustentada crtica a este trabajo de Rostworowsi la encontramos en Marzal (1999, 2002).

2. Nuestras hiptesis de trabajo

Hipotticamente, nos planteamos la posibilidad de interpretar la yuxtaposicin del culto al Seor de los Temblores como culto crstico, con el culto solar principal del Cusco que se celebra en el solsticio de invierno, fiesta solar principal que ha sido subsumida en la del Corpus Christi (sobre la que han trabajado entre otros Molini y Zuidema, 1999). Pero que, como toda fiesta principal, se celebra durante un largo perodo previo y posterior a la misma. De esta manera, la fiesta solar central (hacia fines de junio), se celebra desde la primera luna llena del fin del tercer mes lunar (marzo-abril, coincidente con la semana santa cristiana), tiene su hito celebratorio en el entorno de la fiesta del Corpus Christi (que subsume a las celebraciones solares del solsticio de invierno) y se prolonga en las peregrinaciones y fiestas crsticas hasta mediados del mes de septiembre (poca de la siembra, solemnidad del Seor de Huanca)[footnoteRef:6]. [6: 14 de septiembre, coincidente con la antigua fiesta litrgica de la Exaltacin de la Santa Cruz y cuya fecha se aproxima al solsticio de primavera. Cf. Anexo n 1.]

En este mismo perodo se celebran las fiestas y peregrinaciones crsticas ms importantes del sur andino: el Lunes Santo (Pascua, marzo-abril), la fiesta de la eucarista o Corpus Christi (cincuenta das despus de Pascua) , la del Seor de Tayancani (7 de junio), la del Seor de Qoyllur Riti (semana previa al Corpus Christi), la de San Salvador y la del Seor de Huanca (del 7 al 14 de septiembre), entre las ms importantes[footnoteRef:7]; comprehendiendo tambin como parte de este ciclo solar masculino (como Cristo), a las festividades femeninas de la Virgen del Carmen en Paucartambo (16 de julio), la de Copacabana (Bolivia, 6 de agosto) y la de la Natividad (8 de septiembre). No deja se ser relievante que en este calendario estn incluidas dos fiestas de santos cristianos que han sido apropiadas y reelaboradas por los indgenas: la de San Isidro labrador, el 15 de mayo (cosecha) y la del San Juan Bautista (24 de junio) patrn de los ganaderos (perodo de los sacrificios del ganado segn Guaman Poma)[footnoteRef:8]. [7: Cf. Sallnow, 1987; Navarro del guila, 1948. Ver Anexo N 1 y bibliografa.] [8: El primer Nueva coronica y buen gobierno, Tomo 1, p. 236 [238] y ss.; Siglo XXI e IEP coeditores, 1980.]

Pero ste perodo agrcola de la cosecha, no slo es el del culto al sol, que enva a descansar a la tierra durante el invierno para producir su nueva fecundidad. Es tambin el perodo de ausencia de lluvias durante el cual se preparan los alimentos secos para que duren todo el ao (papas, maz, etc., sistema de previsin organizado por los incas). Sino que es el perodo en el que se rinde el culto al agua, tan escasa como necesaria, en el cual se hacen la limpieza de los acueductos y se rinde culto a Wiracocha, el dios hijo andino y seor de las aguas.

Pero adems, para participar en las celebraciones, los devotos del Seor de los Temblores, as como los fieles de las distintas parroquias que en el Corpus bajan de todos los barrios a la fiesta que tiene lugar en el antiguo Hawcaypata, o waqaypata[footnoteRef:9], actual Plaza Mayor, donde desde tiempos de los incas se celebraron los cultos solares. Los devotos bajan de los lugares donde antes estuvieron establecidos los ayllus[footnoteRef:10], es decir que no estamos frente a un culto particular, correspondiente a un ayllu determinado[footnoteRef:11], de aquello que podra llamarse el culto a un dios lar (reemplazados por los santos patronos de las parroquias por el proceso de evangelizacin colonial, cuya expresin se explicitar en la fiesta del Corpus Christi). El lunes santo estamos frente a un culto general y superior, que rene a todos los cultos particulares (ayllus, barrios, fieles, parroquias, etc.), con los consiguientes efectos sociales, polticos e identitarios. [9: Hawcaypata o Wacaypata, traducido por algunos por lugar del llanto, y por otros como lugar de mis dioses.] [10: Ayllu, grupos familiares que forman las comunidades locales originales en el mundo andino, convertidas en parroquias por la organizacin virreinal.] [11: Cada ayllu tiene un dios tutelar y muchos dioses lares o familiares.]

Para estudiar el ciclo interequinoccial de celebraciones crsticas (solares), encontramos un conjunto de elementos que sern objeto de un trabajo de largo aliento, pero que desde ahora podemos esquematrizar de la siguiente manera:

2.1 Yuxtaposicin calendrica y el conflicto por el poder

Cuando llegaron los espaoles el calendario solar Inca tena algo as como cien aos, a aquellos les fue relativamente fcil yuxtaponer el calendario solar cristiano (juliano) sobre el calendario solar inca que supusieron hegemnico, porque coincida con los orgenes solares del calendario cristiano. No tenan forma de analizar ni de interpretar cmo los Incas haban armonizado su calendario solar con objetivos polticos, sobre el calendario lunar regional anterior, el cual estaba ligado a las actividades agrcolas y ganaderas preexistentes a la dominacin inca, actividades indispensables para la supervivencia del hombre surandino (Ziolkowski 1989, Sadowski 1992, Cox 2002).

Recordemos que en sus clsicos estudios sobre historia de las religiones Eliade (1974, Tomo I) seala que los cultos lunares son los que estn ms ligados a la vida cotidiana de los hombres, mientras que los cultos solares aparecen y se consolidan cuando las sociedades humanas producen una organizacin poltica compleja que tiene que ser sustentada religiosamente. Los Incas sustentan su supremaca sobre los reinos del Cusco por su filiacin divina, son hijos del dios sol. Mientras que los espaoles sustentan su vocacin de dominio sobre el Nuevo Mundo, porque estn enviados por el verdadero Dios, a anunciar su Evangelio. Por otro lado, es preciso recordar que en el catolicismo popular espaol del s. XVI que llega al Nuevo Mundo, estn vigentes una serie de formas religioso-culturales provenientes de los pueblos que le dieron origen histrico, subsisten pues reminiscencias celtas y musulmanas (J. de Castro). Entre estas expresiones resaltan las procesiones, peregrinaciones, los bailes y las borracheras, como elementos de la fiesta religiosa (Molini et al. 1999). Con stos elementos significantes comunes, la larga duracin, y los procesos de hibridacin cultural que ambos pueblos arrastran al momento de su desigual encuentro, no es raro que se produzca un proceso que sociolgicamente podemos estudiar como de correspondencia, cuando no de homologa significativa.

Marzal (1999) anota con perspicacia que, en sus trabajos sobre el surandino ha encontrado la supervivencia de ritos lunares (cultos regionales anteriores a los incas), no as de ritos solares incas. Justamente, nuestra contribucin interpretativa se inserta en esta lnea de trabajo, por eso, hipotticamente planteamos que:

los cultos solares incas, recientemente implantados al momento de la llegada de los espaoles, fueron subsumidos en los cultos crsticos, cuyos ritos y simbologa se aproximaban ms a los ritos solares incas, producindose una homologacin significativa, superviviendo en sus fechas y celebraciones de titularidad cristiana. Mientras que los cultos lunares slo entran en correspondencia significativa, lo cual evidenciara un mayor grado de supervivencia de los cultos anteriores a la imposicin de los cultos solares.

Sin embargo:

aunque los cultos solares se hayan subsumido en los cultos crsticos, dentro de stos se ha producido un proceso de reelaboracin cultural, propio del campo religioso, de manera que lo religioso es el campo de elaboracin, produccin y reproduccin cultural que, no slo integra los tres calendarios superpuestos (y sus respectivas significaciones y demarcaciones rituales), sino que es la clave de interpretacin del ciclo celebratorio interequinoccial en torno al solsticio de invierno del hemisferio sur (junio), fiesta principal del mundo andino.2.2 La religin andina y sus lenguajes

Marzal (1999, 2002) prefiere hablar del catolicismo popular, cuando se refiere al producto de este largo proceso de produccin/reproduccin cultural en clave religiosa. Esta conceptuacin, largamente discutida con l, me parece inexacta, pues carga la lnea interpretativa del fenmeno religioso resultante hacia una lectura catlica (cuando no ortodoxa), de la cual no estamos convencidas. A pesar de ste sesgo conceptual, su empata con el fenmeno estudiado y el amplsimo material etnogrfico que lo sustenta posibilita un acercamiento muy perspicaz para su escucha. El autor afirma que en el centro de esta experiencia religiosa est la devocin al santo, caracterizacin que le permite sealar algunos elementos fundamentales para su estudio: el devoto, el santo, los milagros, las bendiciones, los castigos, las promesas, la fiesta y la peregrinacin (Ib.).

Nosotros preferimos utilizar el ms amplio concepto sociolgico de religin andina, porque el concepto socioantropolgico de religin nos remite a fenmenos mucho ms amplios que el de una religin institucional, como es el catolicismo; y nos permite adems adaptar nuestros instrumentos tericos al rea geocultural que lo produce. Partiendo de la clsica definicin de Bourdieu: la religin, es decir el instrumento de comunicacin, medium simblico a la vez estruturado (pasible de anlisis estructural) y estructurante, a ttulo de condicin de posibilidad de esta forma primordial de consenso, es decir de acuerdo sobre el sentido de los signos y sobre el sentido del mundo que stos pretenden constuir (Ib, 1971, p.295-296). Aunque con Maduro (1979), preferimos delimitar mejor la definicin de religin como fenmeno de produccin cultural sobre el sentido:

Una estructura de discursos y prcticas comunes a un grupo social y referidos a algunas fuerzas (personificadas o no, mltiples o unificadas) a las que los creyentes consideran anteriores y superiores a su entorno natural y social, frente a las cuales los creyentes expresan sentir cierta dependencia (creados, gobernados, protegidos, amenazados, etc) y ante las cuales fuerzas los creyentes se consideran como obligados a una cierta conducta en sociedad con sus semejantes(Ib., p.33).

Ms an, esta definicin nos permite considerar cualquier fenmeno social (discurso, rito, conflicto, etc) como religioso en la medida, y solo en la medida, en que haya sido producido en el seno de tal conjunto de prcticas y discursos y conserve implcita o explcitamente una referencia afirmativa discernible a tales fuerzas sobrenaturales y sobrehumanas (Ib, p.34).

En el campo religioso, como lugar sociolgico de produccin/reproduccin de cultura, encontramos el recurso a diversos lenguajes, como formas de comunicacin y relacin con lo santo. En nuestro trabajo, una primera ordenacin esquemtica de estos lenguajes de la religin andina, sera la siguiente: a) El santuario y/lugar de culto

Todas las celebraciones identificadas tienen un cierto mito de origen cuyo patrn se repite constantemente: aparicin milagrosa entendida como el deseo del santo de permanecer en el lugar por l escogido, revelacin de estos hechos a un emisario de la poblacin, negociacin con la iglesia para lograr la oficializacin del culto, primeras peregrinaciones, tradiciones y milagros; todas refieren diversos milagros[footnoteRef:12]; geogrficamente estn situados al lado de una fuente de agua, lo que permite los rituales de purificacin y de renovacin de la vida; estos santuarios dan lugar a diverso tipo de peregrinaciones y de procesiones. [12: No se trata de los milagros tenidos como tales por las severas normas vaticanas, sino en hechos supuestamente inasequibles para el devoto, las que pudo lograr gracias a la intervencin del santo, como dira Marzal.]

b) La conversacin con el SantoEn nuestra recoleccin oral[footnoteRef:13], repetidamente nuestros informantes nos dicen yo no s rezar, no rezo como las seoras pitucas que vienen a la Catedral etc., subrayando de sta manera que no se comunican con el Taytacha o los santos a travs de los interminables rosarios y frmulas de la iglesia catlica. En contraposicin a sta prctica que sienten ajena a su forma de relacionamiento con el santo nos dicen yo le converso, le hablo con el corazn; de este tipo de conversacin horizontal es que nace inclusive el nombre del Taytacha de los Temblores. Pues como Irrarazbal (1992) ha trabajado de manera sumamente sugerente e investigaciones como la de Flores Lizana lo sustentan, el Taytacha quechua es lo ms prximo al Abba bblico, a la inversin teolgica que propone Jess al ensear a orar a sus discpulos: el paso de la relacin del temor distante con Yahv a la relacin familiar de afecto que hace llamar pap a Dios. Esta es una veta de trabajo ms propicia para la reflexin teolgico pastoral, pero cuyos sustratos culturales y variada gama de experiencia religiosa sern motivo de nuestro anlisis. [13: En proceso de transcripcin, razn por la cual las referencias no estn debidamente codificadas.]

c) Procesiones y peregrinaciones Son formas de sacralizar el espacio, de delimitar lo profano de lo sagrado, de demarcar lmites y proximidades, sirven como sistemas simblicos de clasificacin entre el alto/bajo, centro/periferia, dentro/fuera, prximo/lejano (Chelini, 2004). Son parte esencial de la fiesta. Esta forma de manifestacin religiosa es muy antigua, y de ella nuevamente dan cuenta largamente tanto los cronistas antiguos (en especial el P. Cobo, [1653] 1956), como Guaman Poma. Por su parte trabajos como el de Molini et alt. (1999), nos muestran tambin que formaban parte de los rituales religiosos anteriores a la implantacin del cristianismo en la pennsula ibrica.d) La fiestaEl retorno ritual de la conmemoracin anual nos remite a las estructuras mticas que dan forma a la concepcin sagrada del tiempo. La fiesta se celebra al menos desde las vsperas, pero normalmente en medio de una octava o novenario. La fiesta celebra aquello que Bourdieu (1980) llama la ilusin sinptica que nos remite a la celebracin del ciclo de la vida, al ciclo de la tierra (estaciones), al ciclo de los pactos entre dioses y hombres para dar lugar al misterio de la vida. En el surandino, segn la importancia de la fiesta, sta tendr un ms o menos largo perodo de preparacin, celebracin y cierre.e) Milagros, ofrendas y castigos Dentro de la religin andina, estas formas de lenguaje de lo religioso corresponden al complejo sistema de intercambio de dones, que no comprometen slo las relaciones sociales de la comunidad sino las relaciones de los hombres con los dioses. Las ofrendas y regalos para los santos son formas recprocas de dar para recibir y para consolidar determinada organizacin social indispensable para la subsistencia. Los milagros son realizaciones aparentemente imposibles para la debilidad del devoto y que el santo hace posibles, los abundantes exvotos y regalos a los santos son testimonio de estas experiencias. Particularmente conmovedor fue que al entrevistar a los tcnicos del INC encargados de la reciente restauracin del Taytacha de los Temblores, quienes conmovidos hasta las lgrimas, nos afirmaban que durante los largos meses de trabajo nunca nos faltaron los choclitos, pancitos con queso y fruta, que la gente pobre del pueblo nos traa, porque estbamos curando al Taytacha[footnoteRef:14]. Del mismo modo, los regalos que llevan a las imgenes del Corpus a la Catedral, como las golosinas, fruta y juguetes para en Nio Dios que acompaa a la imagen de San Jos, son testimonio de este sistema de reciprocidad, de comunicacin y cercana afectuosa con el santo. [14: Entrevista colectiva de marzo/2005, en proceso de transcripcin.]

f) Bailes y batallas rituales Esta es otra forma de la relacin, de honrar a los santos y de homenaje agradecido a sus poderes, nuestros informantes afirman: yo no s rezar, pero hice la promesa y todos los aos bailo, mis hijitos tambin ya han prometido y estn aprendiendo a bailar[footnoteRef:15]. Por su parte las batallas rituales, son coreografas que representan de distintas maneras las oposiciones fundamentales entre el bien/mal, claramente discernibles en la lucha entre diablos y arcngeles en la fiesta de la Candelaria (Puno) en las de los Cpac Negro y Cpac Chuncho en la fiesta de la Virgen del Carmen (Paucartambo) o en la peregrinacin del Qoyllur Riti (Quispicanchis). El esfuerzo fsico que requiere la realizacin tanto de los bailes como el de las batallas rituales, es una forma de sacrificio que pone al devoto en contacto con el Dios de la Vida. Esta simblica es muy interesante de analizar, por ejemplo en el ascenso de los ukukus al Nevado Ninaccara en la peregrinacin de Qoyllur Riti, estos danzantes ascienden al origen de las aguas, en su forma ms mortfera y amenazadora: el hielo, en las alturas del nevado, para traerlo en sus espaldas y llevarlo hasta sus valles donde el hielo se convertir en el agua que vivifica la tierra. Danzas y batallas rituales que no son ajenas al catolicismo popular espaol en las fiestas de este perodo, como lo demuestran varios autores en la compilacin ya citada de Molini (1999). [15: Ibid.]

g) Comida y borrachera Durante y al final de la fiesta el compartir los frutos de la tierra y holgar el cuerpo es parte indesligable del ciclo celebratorio. Se come y se bebe como forma de reciprocidad que refuerza los lazos comunitarios[footnoteRef:16], se disfruta en comn, en comn-unin; lo cual nos acerca al sentido propio de la Eucarista cristiana. Estos lenguajes celebratorios expresan la voluntad de permanencia y de comunin, ms all de la finitud del tiempo, de la desunin, la tristeza y la muerte, como dira un autor cristiano la fiesta de compartir el pan de la amistad y el vino de la alegra (J. Loew). [16: En Ayni, sistema de reciprocidad asimtrica.]

2.3 Nuestra perspectiva analtica

El perodo interequinoccial de marzo a septiembre, es -en el surandino- un largo perodo celebratorio del ciclo de la vida, donde se celebra y se pacta con los dioses de la vida y en donde el pueblo apuesta por la vida plena de sus comunidades. El eje celebratorio de estas fiestas y peregrinaciones crsticas (solares) en medio de un calendario lunar, es la fiesta del Taytacha de los Temblores, tiene su hito celebratorio en la fiesta del Corpus Christi y se prolonga hasta la peregrinacin del Seor de Huanca, en el inicio del nuevo ao agrcola[footnoteRef:17]. [17: Ver Anexo n 1]

Al estudiar los calendarios de los primeros cronistas, Cahill (1986) encuentra poco probable que exista un perodo celebratorio tan largo como el que aquellos sealan, le parece una exageracin literaria pensar que una fiesta poda prolongarse durante casi seis meses, su anlisis de las celebraciones indgenas no le permite desligarse de sus percepcin fechada occidental. Sin embargo, los estudios sobre los calendarios agrcolas kabiles realizados por Bourdieu (1980), nos muestran que el calendario agrcola se entremezcla con el calendario del ciclo de la vida humana y resignifica las formas de medir el tiempo, asignar los roles en la divisin social del trabajo y de asegurar la supervivencia y permanencia del grupo social en la historia. Coincidentemente, Urbano (1974) periodiza el ciclo de las fiestas surandinas sealando pertinentemente que stas se realizan en el perodo de la abundancia: el tiempo de la cosecha y de aprovisionamiento preparatorio para el nuevo ciclo agrcola y ganadero, ciclo que dura aproximadamente, seis meses.

Las celebraciones interequinocciales que nos proponemos estudiar corresponden al ciclo solar de la cosecha y del descanso de la tierra (perodo seco) y de reparacin de los sistemas de regado. Es el perodo de realizar los pactos con el Seor de las Aguas, Wiracocha, y de hacer un reparto equitativo de las mismas entre los hombres. Por eso no es de extraar que al lado de los santuarios y de los lugares de culto existan siempre fuentes de agua a las que se atribuyen poderes milagrosos, con las que se hacen los ritos propiciatorios y de purificacin para asegurar las aguas para el ao agrcola que comienza. Al final del ciclo, coincidiendo casi exactamente con el equinoccio de primavera, y en correspondencia con las antiguas celebraciones cristianas de rogativas (Ordo, 1961), Guaman Poma nos habla de las celebraciones de sacrificios de animales[footnoteRef:18], de los ruegos y pactos con los dioses, que aseguraran una propicia temporada de lluvias para el ao agrcola que se inicia. [18: Ver nota n 8, ms arriba.]

3. Algunas prcticas actuales que sustentan nuestra hiptesis

3.1 El Seor de Unu puncu y el Seor de los Temblores

En el largo proceso de produccin/reproduccin del sentido que atraviesa el culto al Taytacha cusqueo, nos parece particularmente interesante que el culto actual al Seor de los Temblores, haya subsumido al culto antiguo al Seor de Unu Punco (Seor de la puerta de agua), que antiguamente se veneraba en la Catedral cusquea, as como en la bajada de Puma Curco, no muy lejos de la Plaza de Armas.

El Seor de Uno Puncu de la Catedral era una imagen del Seor con la Cruz a cuestas que est en el retablo posterior derecho del templo, el que queda sobre uno de los ojos de agua o puquio, que irrigaba el antiguo palacio de Wiracoha o Kiswar Cancha, lugar del culto de Illa Teqsi Wiracocha, seor de las aguas. Dicho ojo de agua estuvo abierto hasta hace unos treinta aos y su visin alimentaba la leyenda de que la Catedral cusquea estaba construida sobre una laguna. Lo ms probable es que ese ojo de agua, fuera uno de los tres manantes que provean de agua del antiguo Palacio de Wiracocha sobre el cual fue construida.

Cerca de la Catedral, al pi de la cuesta de Puma Curco haba una Cruz de camino, en cuyo entrecuzamiento estaba la figura del Seor de Unu Puncu, esta cruz tambin llamada Seor de Unu Puncu ha sido objeto de veneracin hasta hace pocos aos, en que fue retirada con motivo de obras pblicas y no ha sido repuesta. Sin embargo, en el imaginario colectivo cusqueo es claro que el Seor de Unu Puncu es el mismo que el Taytacha Temblores, pero que su misin es proveer y controlar las lluvias, el normal curso de los ros y de las aguas subterrneas, todo lo cual sirve para la agricultura. En los das de rogativas, hasta hace unos cuarenta aos, los nios cusqueos salan al implorar al Seor de Unu Puncu, gritando: Unuyquita, paray quita, Envanos tu agua,Apachimuaq, Envanos tu lluvia,Misericordia, Seor! Misericordia, Seor!

Costumbre que an sigue vigente en el campo, por ello no es de extraar que quienes an sigan pidiendo misas para el Seor de Unu Puncu de la Catedral, sean justamente los indgenas, sobre todo los que viven en las provincias ms afectadas por las sequas (Valencia, 1995).. Ser muy interesante investigar sobre el proceso de subsumcin significativa entre el Seor de Unu Puncu y el Seor de los Temblores, sustentar o contrastrar la hiptesis de su relacin (consciente o ms all de la consciencia) con el antiguo culto a Wiracocha y ver en qu se diferencia esta identidad del Seor de Unu Puncu con el Taytacha Temblores, de la jerarqua de cultos de los Seores (Cristos) principales y sus hermanos, de los trabajos de Poole y Sallnow (1981, 1982, 1984; 1974, 1987), por ejemplo.

3.2 Se llevan al Seor [footnoteRef:19] motn de semana santa de 1839 [19: Ttulo de una nota histrico-periodstica de Luis Miguel Glave.]

Desde la literatura de siglos pasados, los relatos de viajeros, hasta una sublevacin de semana santa en 1839, subrayan la centralidad festiva e importancia de la procesin del Lunes Santo y el culto a la imagen del Seor de los Temblores en el Cusco. Un ejemplo, en el caso del ltimo acontecimiento, la plebe urbana se subleva ante el rumor de que el Gral. Santa Cruz (altoperuano de nacimiento, miembro del Triunvirato durante la Confederacin Per-boliviana), estara tratando de llevarse a Bolivia, la imagen del Seor de los Temblores. Eran los tiempos inciertos de la fallida Confederacin y de los caudillismos militares que caracterizaron las primeras dcadas despus de la independencia, la imagen smbolo de identidad y culto principal del Cusco no poda ser robada, equivala a descabezar al Cusco, a despojarlo de su principal Protector[footnoteRef:20]. [20: Cf. Glave, Luis Miguel, Pginas Cusqueas. Espacios pblicos y opinin en una ciudad republicana, 1830-1839, Municipalidad del Cusco y CERVESUR edts., Cusco 2000, pp.35.42]

Un simple rumor en torno al Patrn de la ciudad, desencaden un motn que pudo tener graves consecuencias en vidas y en la recomposicin de los nacientes estados nacionales. Los sucesos adquirieron tal envergadura que se tuvieron que discutir en la Cmara de Diputados, los cuales se pronunciaron sobre la tensin existente en el rea surandina, y el riesgo que dentro de esta situacin significaba el no saber manejar las devociones masivas populares, las cuales haban demostrado ser elementos movilizadores riesgosos por lo incontrolables, reconociendo que a pesar de advertencias de los diputados de la regin, el Ministro de Gobierno y el prefecto del Cusco no supieron prever los acontecimientos ni actuar en consecuencia (Basadre, 1968).

4. Perspectivas de largo aliento

A pesar de su importancia, el culto al Seor de los Temblores no ha sido objeto de estudios acadmicos serios, quizs por la importancia que se ha dado a otras fiestas que corresponden al mismo ciclo celebratorio, pero cuya relacin de continuidad no ha sido subrayada por ninguno de los estudiosos ya citados. Nos encontramos con un conjunto de celebraciones del mismo ciclo lunar agrcola, en el rea geocultural del Cusco, centradas adems en cultos a imgenes de Cristo: todas ellas grandes e importantes, pero sin las caractersticas de la masividad y mstica del culto al Seor de los Temblores. Si consultamos con el cusqueo promedio, que frecuenta varias de estas manifestaciones religiosas nos dir que, de entre todas ellas, la ms importante es la del Seor de los Temblores. Nos interesa acercarnos al porqu de esta preeminencia significativa y su relectura y reformulacin a lo largo de todo el perodo interequinoccial.

Al tratarse de un culto central, en el que se yuxtaponen tanto creencias andinas como cristianas, nos interesa profundizar en el sistema de elaboracin de contenidos de creencia sobre este Taytacha[footnoteRef:21] Temblores, en el tipo de imagen de Cristo que se produce y los atributos que la necesidad del creyente le otorga. En cuanto al sistema de oferta y demanda religiosa que se establece entre el Taytacha y el creyente, nos interesa indagar el contenido de los atributos del Seor, as como las necesidades que ste satisface en el creyente. En particular la forma cmo se relaciona el culto al Taytacha y el clamor por la justicia, las expectativas que en El tienen puestas los devotos, e inclusive en la importancia que reviste el culto al Seor llevado a cabo por los miembros del Poder Judicial. [21: Taytacha, equivale al Abba bblico, sera una forma respetuosa y fuerte de llamar al Crucificado pap. Cf. Irrarzaval, D. 1992, pp 231 y ss.]

Finalmente, quisiramos indagar sobre los contenidos de esta experiencia religiosa, el clima mstico, que rodea a la procesin del Lunes Santo, lo sobrecogedor del silencio y el sonido de los pututus[footnoteRef:22] en la misma y de algunos momentos (umbrales crticos) como la bendicin final por ejemplo, con un inenarrable estallido de llanto colectivo que quisiramos poder explicar (waqaypata, lugar del llanto?, el llanto como forma de comunicacin con los dioses andinos como se desprende de las anotaciones de Guaman Poma?). Experiencia mstica casi inefable, pero de una fuerza sociolgica y cultural ineludible, para todo aqul que la haya observado alguna vez. [22: Pututu, gran caracola de origen caribeo, utilizada por los incas como instrumento de viento, produce un sonido grave y sobrecogedor.]

El perodo interequinoccial en el que se desarrolla este largo ciclo celebratorio es un lugar sociolgico privilegiado, donde se produce/reproduce el sentido de la vida del hombre andino: las fiestas, celebraciones, procesiones y peregrinajes de este perodo celebran los ciclos de vida de la tierra y de los ganados, las ceremonias propiciatorias para asegurar la abundancia de aguas que fecunden la tierra y den de comer al ganado; y as asegurar la vida y felicidad del hombre surandino; por esto en ste perodo se realizan ritos y ceremonias que marcan y resignifican las oposiciones hmedo/seco, oscuro/brillante, masculino/femenino, naturaleza/cultura, muerte/vida: sistema de oposiciones binarias que se relacionan mutuamente en un sistema de significaciones en torno al misterio de la vida, en particular, la oposicin masculino/femenina (Bourdieu, 1980), celebrada al final del ciclo en la peregrinacin de los recin casados a Huanca (14 de septiembre), se revivir el pacto entre dios y los hombres, aquella Alianza que da lugar a la vida y asegura su continuidad, a travs de las nuevas parejas, las mismas que se enamoraron entre los juegos, trabajos y fiestas de la cosecha (mayo-junio.julio) y que hoy vienen ante el Taytacha a hacer los conjuros que aseguren su prosperidad y la de su progenie.

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Anexo N 1

CALENDARIO FESTIVO- RITUAL CUSQUEODEL EQUINOCCIO DE OTOO AL EQUINOCCIO DE PRIMAVERA

21/marzoEquinoccio de Otoo, Inicio del otoo

25/03Anunciacin de MaraOrdo, 1961

Marzo/abrilSemana Santa. Despus del equinoccio de otoo, coincidiendo con la primera luna llena de otoo austral.Ordo, 1961

Marzo/abrilLunes santo, procesin del Seor de los Temblores.Cal. Chaski, 2005; Navarro del guila,1948.

Marzo/abrilViernes Santo, (1 luna llena del otoo austral)Ordo, 1961

Marzo/abrilDomingo de Quasimodo (1 despus de Pascua), fiesta del Seor de la Misericordia (Catedral)Cal.Chask,i 2005.

25/04San Marcos, RogativasOrdo, 1961.Guaman Poma [1615], 1980.

03/mayoFiesta de las Cruces, CruzvelacuyNavarro del guila, 1948; Cal. Chaski, 2005

03/mayoFiesta de las Cruces, Azoguini y Laikakota (minas)Poole ,1982

15/05San Isidro labrador (Madrid, 1170, agricultura)Ordo, 1961

23/mayVirgen de Sunturwasi, Descenso de Ntra. Sra. a la Iglesia del Triunfo; Aparicin del Apstol Santiago, 1650.Cal. Chaski, 2005.

Mayo/junio40 das despus de Pascua, Fiesta de la Ascensin del Seor (jueves, 2005, 05/05).Ordo, 1961; Cal.Chaski, 2005

Mayo/junioFiesta del Seor de Koyllu Rity, martes despus del domingo de la Sant. Trinidad.Seor de Tayankani (en el recorrido de la anterior)Sallnow, 1974; Ordo, 1961; Cal. Chaski, 2005.

Mayo/junioSeor de Accha, jueves despus del Domingo de la Sma. TrinidadSallnow, 1974

Mayo/junioFiesta de Corpus Christi, jueves despus del Domingo de la Stma. TrinidadOrdo, 1961; Cal. Chaski, 2005

Mayo/junioOctava de Hbeas (ocho das despus)Cal. Chaski, 2005

21/junioSolsticio de invierno

24/06San Juan Bautista (ganadera)Ordo, 1961

24/junioFiesta del Cusco, Inti RaymiCal. Chaski, 2005

29/junioSan Pedro y San PabloOrdo, 1961

01/07Preciossima sangre de CristoOrdo, 1961

02/julVisitacin de Mara, Virgen del Buen suceso, cultos en La Merced y San BlasOrdo, 1961; Cal. Chaski, 2005

16/julVirgen del Carmen, Triunfo de la Santa Cruz, fiesta de PaucartamboOrdo, 1961; Navarro del Aguila, 1948

25/julSantiago el Mayor, patrn del Cusco(Huancayo, Ibid., Fiesta de la Herranza)Ordo, 1961; Cal. Chaski, 2005

02/agoSantiago el Mayor, patrn de Santo Toms, CanchisCal. Chaski, 2005

06/agoTransfiguracin del Seor. Fiesta patronal de San Salvador (Calca)Calendario Chaski 2005; santoral, Sallnow[footnoteRef:23]; Alb, 1976; Navarro del guila, 1948. [23: Sallnow seala fundamentalmente la dinmica de las Peregrinaciones]

06/ago Fiesta de la Virgen del Rosario de Copacabana (Bolivia)Ordo, 1961

15/agoAsuncin de Mara, patrona de la Catedral del CuscoNta Sra de Tiobamba (Tiobamba)Virgen de la Asuncin de CalcaCal.Chaski, 2005; Ordo, 1961; Poole, 1982[footnoteRef:24] [24: Poole siempre seala las fiestas religiosas que tienen al mismo tiempo una Feria.]

16/agoSan Roque, Seor de PampakuchoPeregrinacin de QuisicanchaSallnow, 1974Poole, 1982

16/agoDedicacin de la Catedral del CuscoIbid.

24/agoSan Bartolom, TintaPoole, 1982

28-30/agoCabauelas (predicciones climticas)B. Fulcrand

30/agoSanta Rosa (Puno)[footnoteRef:25] [25: Poole seala que todas las fiestas religiosas del rea de Puno, son tambin ferias ganaderas.]

Poole, 1982

31/agoSeor de San Ramn de Huatta ChicoSallnow, 1974

8/setVirgen de la Natividad, Santo Toms, ChumbibilcasPoole, 1982

8/setVirgen de la Natividad (Altagracia) AyaviriIbid.

14/stbreExaltacin de la Santa Cruz, Fiesta del Seor de Huanca, Pisac (Cristo de la Exaltacin)Seor de Wasta Wis, OqruruSeor de Tungasuca, Canchis (Seor de la Exaltacin)Navarro del guila, 1948; Ordo, 1961; Poole, 1982; Sallnow, 1974;Poole, 1982.

21 y 24 de StbreTmporasCal.Chaski, 2005;Guaman Poma [1615], 1980

22/setEquinoccio de Primavera

23/setSeor de Inquilpata, AntaPoole, 1982.

26 VERSIN PRELIMINAR NO CITAR Imelda Vega-Centeno B. Julio 2005.