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1 ARGENTINA Y LOS PAÍSES DE SUDAMÉRICA: EVOLUCIÓN DE LA INTEGRACIÓN ECONÓMICA REGIONAL EJE TEMÁTICO PROPUESTO: CELAC, UNASUR, MERCOSUR, ALBA, CAN. Negociaciones y tensiones para la unidad. Los problemas de las asimetrías. AUTOR: MIOLA, ROBERTO NICOLÁS* PALABRAS CLAVES: integración regional, Sudamérica, Mercosur, Aladi, pensamiento económico. Introducción La integración económica de la Argentina con los países de la región sudamericana estuvo favorecida desde el principio por la cercanía geográfica y por lazos culturales, además de historias económicas semejantes. Esto llevó a que diversos pensadores desde muy tempranos tiempos recomendaran acercamientos políticos entre estos países, con el objetivo de dotarlos de mayor poder de desarrollo interior y de negociación con el resto del mundo. A partir de estas ideas se produjeron grandes avances desde mediados del siglo XX, aunque marcados también por continuos retrocesos en las relaciones, lo que lleva a analizar la importancia que tuvieron las políticas dirigidas al respecto sobre el crecimiento en el intercambio regional. A partir de esto, el presente trabajo intenta describir los distintos avances que hubo en la integración sudamericana y sus efectos sobre el comercio intrarregional. Primeramente, se describe la evolución del pensamiento en nuestro país sobre la integración económica con el resto de la región. Luego, se procede a relatar cómo se fue dando la integración en los hechos, desde fines del siglo XIX, hasta nuestros días. Seguidamente, se presenta los datos obtenidos de la integración comercial de 1910 a 2010. Por último, se muestran las conclusiones alcanzadas a partir de todo lo anterior.

ARGENTINA Y LOS PAÍSES DE SUDAMÉRICA: … · Evolución en Argentina del pensamiento sobre la integración regional ... Bolivia y Paraguay. A su vez, Ricardo Pillado presentó por

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ARGENTINA Y LOS PAÍSES DE SUDAMÉRICA: EVOLUCIÓN DE LA

INTEGRACIÓN ECONÓMICA REGIONAL

EJE TEMÁTICO PROPUESTO: CELAC, UNASUR, MERCOSUR, ALBA, CAN.

Negociaciones y tensiones para la unidad. Los problemas de las asimetrías.

AUTOR: MIOLA, ROBERTO NICOLÁS*

PALABRAS CLAVES: integración regional, Sudamérica, Mercosur, Aladi,

pensamiento económico.

Introducción

La integración económica de la Argentina con los países de la región sudamericana

estuvo favorecida desde el principio por la cercanía geográfica y por lazos culturales,

además de historias económicas semejantes. Esto llevó a que diversos pensadores desde

muy tempranos tiempos recomendaran acercamientos políticos entre estos países, con el

objetivo de dotarlos de mayor poder de desarrollo interior y de negociación con el resto

del mundo. A partir de estas ideas se produjeron grandes avances desde mediados del

siglo XX, aunque marcados también por continuos retrocesos en las relaciones, lo que

lleva a analizar la importancia que tuvieron las políticas dirigidas al respecto sobre el

crecimiento en el intercambio regional.

A partir de esto, el presente trabajo intenta describir los distintos avances que hubo en la

integración sudamericana y sus efectos sobre el comercio intrarregional. Primeramente,

se describe la evolución del pensamiento en nuestro país sobre la integración económica

con el resto de la región. Luego, se procede a relatar cómo se fue dando la integración

en los hechos, desde fines del siglo XIX, hasta nuestros días. Seguidamente, se presenta

los datos obtenidos de la integración comercial de 1910 a 2010. Por último, se muestran

las conclusiones alcanzadas a partir de todo lo anterior.

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Evolución en Argentina del pensamiento sobre la integración regional

Ya en las primeras décadas del siglo XIX surgieron una serie de ideas y proyectos que

apuntaban a una mayor integración entre los distintos Estados nacionales emergentes en

Sudamérica, pero estas tendencias fueron, esencialmente, de índole política.

Uno de los que plantearon por primera vez la posibilidad de una mayor interrelación

económica entre los países de la América hispana fue Juan Bautista Alberdi. En 1844,

había redactado una “Memoria” en la que consideraba que los países del continente

tenían la posibilidad de iniciar una nueva etapa: la del desarrollo de su comercio y

prosperidad material. No obstante, la propuesta excluía al Brasil de los proyectos

integracionistas, y las repúblicas latinoamericanas debían ser imaginadas como calcos

del modelo europeo.

En 1885, Mariano Pelliza propuso una “Federación Social Hispano-Americana”, entre

cuyos principales aspectos a debatir debían considerarse la unidad monetaria, el sistema

de pesas y medidas, la uniformidad de los aranceles de importación, la supresión de

derechos sobre los productos de la región, la libertad del tránsito fluvial, marítimo y

terrestre, la codificación del derecho internacional americano y otros puntos como la

educación y la tolerancia de cultos.

Años más tarde, en 1906, Federico Seeber propuso la conformación de un bloque

aduanero basado en la unión política entre Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Perú,

Bolivia y Paraguay. A su vez, Ricardo Pillado presentó por la misma época un proyecto

diferente, que se basaba en la defensa del libre cambio entre los países fronterizos con la

Argentina, suprimiendo las barreras fiscales entre esas naciones. Pero la propuesta más

importante en aquellos años fue la de Alejandro Bunge. En 1909 consideraba una unión

económica por etapas que podría iniciarse entre la Argentina y Uruguay (la “Unión del

Plata”), luego Paraguay, Chile y Bolivia, y eventualmente el Brasil. Por otra parte, en

1935, el canciller argentino, Carlos Saavedra Lamas, expresaba que se necesitaría

constituir una verdadera unidad económica.

La CEPAL, institución inspirada en las ideas de Raúl Prebisch, en los años ’50,

consideraba que al liberalizar e intensificar los intercambios intrarregionales podían

contrarrestarse las deficiencias del comercio exterior en su conjunto para Latinoamérica,

y de acuerdo con este diagnóstico propuso y defendió un proyecto de unión aduanera a

escala continental. Consideraba que la transformación permitiría una importante

3

reducción de costos del sector industrial y una inserción internacional más ventajosa de

los países latinoamericanos.

Más recientemente, Aldo Ferrer destacaba que la integración regional adquiría un

significado clave para afianzar la capacidad de desarrollo autocentrado en un mundo

global.1 Este autor propuso una serie de “decisiones estratégicas de segunda generación

que consolidaran la identidad del Mercosur ”. Los acuerdos argentino-brasileños y el

Tratado de Asunción constituían la primera generación de decisiones estratégicas, con

avances notables en armonizar normas y marcos regulatorios y en impulsar la

integración, pero que alcanzó sus fines con la puesta en marcha el 1 de enero de 1995 de

la unión aduanera flexible. La agenda pendiente, cuya resolución reclamaba nuevas

decisiones estratégicas de vasto alcance, abarcaba la coordinación de políticas

macroeconómicas y tipo de cambio, viabilidad financiera y movilización de recursos

para recuperar capacidad de maniobra en el manejo de las políticas económicas

nacionales y superar las extremas condiciones de vulnerabilidad financiera externa,

acuerdos sectoriales que deberían incluir las economías regionales y que promuevan las

pequeñas y medianas empresas, convergencia de las políticas nacionales de ciencia y

tecnología, el desarrollo humano y medio ambiente. Por otro lado, la responsabilidad de

diseñar los rumbos de la integración y de administración descansó, desde el principio,

en la cooperación de las administraciones nacionales de los países. Este reveló ser,

según Ferrer, un abordaje posible por la afinidad cultural de nuestros países y exitoso,

porque evitó incorporar un nuevo protagonista en el proceso (una entidad multinacional

al estilo de la Comisión europea) y generar tensiones entre las administraciones

nacionales y el órgano comunitario. La estrategia adoptada, en cambio, había ido

induciendo en las burocracias nacionales, progresivamente, un espíritu solidario. Este es

uno de los logros que convenía preservar al pasar de las decisiones estratégicas de

primera a las de segunda generación.

1 En “Desarrollo y subdesarrollo en un mundo global: los dilemas de América Latina”. Págs. 198 a 205.

4

Evolución política de la integración económica regional de Argentina

Historia anterior a la conformación del Mercosur

El tratado del ABC (Argentina, Brasil, Chile), firmado en 1915 por los cancilleres de los

tres países, si bien estuvo impulsado por motivaciones políticas y estratégicas, marcó el

comienzo de los acercamientos entre países de la región (para el caso de nuestro país), y

dejaba abierta la posibilidad de una “entente económica” entre los tres países mediante

un régimen de comercio preferencial y de concesiones recíprocas. Más tarde, en octubre

de 1940, el acuerdo entre los ministros de Hacienda de la Argentina y el Brasil, Pinedo

y Souza Costa, respectivamente, anticipó el Tratado concretado en noviembre del año

siguiente y cuyo propósito era establecer en el futuro una unión aduanera abierta a la

adhesión de los países limítrofes.

En la década de 1950 fue el gobierno peronista el que retomó la idea de constituir una

unión económica sudamericana. Y aunque el propósito principal de Perón era la

participación del Brasil, esta iniciativa no pudo prosperar a pesar de la disposición

favorable del presidente Getulio Vargas. El tradicional protagonismo de ambos países

en el ámbito regional y la influencia de los Estados Unidos fueron en ese momento

obstáculos insuperables para concretar esas aproximaciones.

A mediados de 1958 surgió la propuesta de la Operación Panamericana (OPA), que tuvo

dos objetivos: el primero, de naturaleza política, consistía en que el desarrollo

económico era la única posibilidad de sostén de los gobiernos democráticos de América

Latina. El segundo objetivo fue concebido como una cooperación económica fundada

en un importante apoyo financiero externo dirigido a la industrialización. Estas

tentativas de profundizar el entendimiento político e incrementar las relaciones

económicas entre la Argentina y el Brasil se hicieron viables en los encuentros de

Uruguayana de 1961.

Sin embargo, las mencionadas iniciativas fracasaron cuando los gobiernos civiles de la

Argentina y del Brasil fueron derribados por golpes militares. Pero, en febrero de 1967,

se realizó en Buenos Aires una reunión entre el ministro de Planeamiento del Brasil,

Roberto Campos, y el ministro de Economía argentino, Krieger Vasena, para analizar la

formación de una unión aduanera. Esta abarcaría, separadamente, a los sectores

siderúrgico, petroquímico y agropecuario, y debería efectivizarse en un plazo de cinco

años, con una reducción anual del 20% en los aranceles aduaneros, hasta llegar a cero.

5

Además, estaría abierta a la adhesión de otros países iberoamericanos, con diferentes

calendarios de integración. Pero aparecieron obstáculos que fueron inhibiendo las

tendencias de mayor cooperación y, por el contrario, despertaron antiguas disputas

políticas y geoestratégicas motorizadas por los gobiernos autoritarios de la región. Es

que la industrialización adquirió para la Argentina, tanto como para el Brasil, un

significado geopolítico, por lo tanto, el desarrollo de una siderurgia nacional se

transformó en un proyecto prioritario debido a su relación con el potencial bélico. 2

Las tensiones entre el Brasil y la Argentina recorrieron también las disputas por la

utilización de los recursos hídricos del sistema del Plata, aunque no impidieron que

ambos gobiernos firmaran junto a los de Bolivia, Paraguay y Uruguay el Tratado de la

Cuenca del Plata en abril de 1969, otorgándole base jurídica al aprovechamiento

integral de los ríos internacionales de la región.

Paralelamente, en febrero de 1960 se crea la ALALC, teniendo como promotora

principal a la CEPAL. La ALALC se constituyó en un modelo de integración

significativo agrupando a once naciones que, en 1960, representaban el 90% de la

población, el 95% del PBI y el 92% de las exportaciones de América Latina.

Si bien los comienzos de la ALALC fueron exitosos, y aunque el comercio

intrarregional registró un crecimiento considerable, lo que hizo posible cierta

especialización y una mayor utilización de la capacidad instalada, después de algunos

años comenzaron a sentirse los primeros síntomas de una crisis atribuible a varias

causas. Entre ellas pueden mencionarse: la incapacidad de alcanzar los grandes

objetivos que los países signatarios se habían propuesto, produciéndose así un largo

período de estancamiento; el fracaso de las negociaciones, la suspensión de los

contratos vigentes y la reducción de las concesiones otorgadas; y el reconocimiento de

que las naciones firmantes no estaban dispuestas a profundizar la apertura comercial. De

todos modos, la ALALC contribuyó a que el comercio intrarregional creciera,

especialmente en el sector de las manufacturas. 3

Hacia fines de la década de 1960, los países de la ALALC fueron abandonando la etapa

formal para ingresar a un sistema más informal, mediante proyectos en vez de

compromisos institucionales y totalizadores que no habían tenido éxito. Bajo estas

premisas, el 12 de agosto de 1980 se firmó el tratado de Montevideo que dio paso a la

2 Rapoport, Mario. Historia económica, política y social de la Argentina (1880-2000). Capítulo 9. Pág. 1049. 3 Ibíd. ant. Págs. 1080 y 1081.

6

Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), estableciendo los siguientes

principios generales: pluralismo en materia política y económica; convergencia

progresiva de acciones parciales hacia la formación de un mercado común

latinoamericano; flexibilidad; tratamientos diferenciales en base al nivel de desarrollo

de los países miembros; y multiplicidad en las formas de concertación de instrumentos

comerciales. Básicamente, esta asociación intentó continuar el proceso de integración

iniciado por la ALALC con el fin de promover el desarrollo económico y social

armónico y equilibrado en la región. Aunque sin definirlo, y en una proyección a largo

plazo, el programa pretendió establecer en forma gradual y progresiva, un mercado

común latinoamericano. No se plantearon fechas límites, ni etapas intermedias o un

periodo formativo, ni un modelo claro de integración, más allá de especificar que se

crearía un área de preferencias económicas. Estos principios eran generales y amplios, y

representaron una gran ventaja con respecto a la rigidez que había planteado la ALALC,

pero por esa misma razón se prestaron a muy diversas interpretaciones, y por lo tanto,

fueron oscureciendo los entendimientos entre los países signatarios.

La ALADI se formó con los mismos once países que fueron parte de la ALALC:

Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay

y Venezuela.4 Como la mayoría de estos países eran miembros del Acuerdo General

sobre Aranceles y Comercio (GATT), esta nueva asociación regional se realizó

conforme a las condiciones de la cláusula de habilitación del organismo internacional.

La singularidad de la ALADI residió en que sus Estados miembro podían concertar

acuerdos de integración bilaterales sin estar obligados a extenderlos automáticamente a

las demás partes contratantes del GATT, lo que le otorgó una amplia flexibilidad

operativa.

Al avanzar la década del ’80, la ALADI comenzó a recibir críticas porque no contenía

metas ni plazos para cumplir sus objetivos. Su flexibilidad terminó siendo fuertemente

permisiva y maleable en cuanto a los acuerdos realizados, por lo que esta asociación se

convirtió en una suma de acuerdos bilaterales extensibles a terceros países, debiendo

enfrentar, además, los problemas de las desigualdades de los países de menor desarrollo

económico relativo. Los inconvenientes y el estancamiento de la ALADI permitieron la

concreción, años más tarde, del Tratado de Asunción, punto de partida del Mercosur .

4 Posteriormente, el 6 de noviembre de 1998, Cuba fue aceptada como país miembro, pasando a ser miembro pleno de la ALADI el 26 de agosto de 1999.

7

La creación del Mercosur 5

El escenario internacional de mediados de los ’80 incidió favorablemente en la

convergencia política entre la Argentina y el Brasil. Las dos potencias mundiales se

estaban alejando de América Latina y dejaban el terreno libre para políticas más

autónomas. Así, en noviembre de 1985, el presidente Sarney se reunió con el presidente

Alfonsín durante la inauguración del puente internacional “Tancredo Neves”, sobre el

río Iguazú, oportunidad en la que se decidió la creación de una comisión mixta de alto

nivel para estudiar la cooperación e integración entre las dos naciones.6 Los presidentes

de Argentina y Brasil “expresaron su firme decisión política de acelerar el proceso de

integración bilateral” y de “explorar nuevos caminos en la búsqueda de un espacio

económico regional latinoamericano”.7 Como consecuencia de ello, en julio de 1986 se

firmó un Acta para la Integración Argentino-Brasileña, con la idea de transformar

ambos territorios en un espacio económico común, y para permitir, de una manera

gradual y flexible, una mejor adaptación de empresas y personas a las nuevas

condiciones de competencia y legislación económica. La remoción de barreras

tarifarias y no tarifarias, y la armonización de las políticas a aplicar se concretarían

mediante acuerdos específicos. El resultado de este acuerdo, el Programa de Integración

y Cooperación Económica entre la Argentina y el Brasil (PICE), constaba de doce

protocolos referidos a distintos sectores económicos como bienes de capital, energía,

trigo, biotecnología, asuntos financieros, expansión del comercio y empresas

binacionales, entre otros. Este programa estuvo fundado en los principios de

gradualidad, flexibilidad, simetría, equilibrio, tratamiento preferencial frente a terceros

mercados, armonización progresiva de políticas y participación del empresariado en la

ejecución del programa. El núcleo de la estrategia del PICE fue la aprobación de

protocolos sectoriales. El mercado común se iría construyendo a partir de los sectores

económicos fundamentales en los cuales tendrían vigencia los principios fundamentales

del PICE dentro de una integración intraindustrial (a nivel de productos) en los

principales sectores económicos

5 Para la normativa general nombrada se puede consultar en Instrumentos Fundacionales del Mercosur. Secretaría del Mercosur. Montevideo, junio de 2007. Documento extraído del sitio web del Mercosur 6 Rapoport, Mario. Historia Económica, Política y Social de la Argentina (1880-2000). Págs. 1082 y sigs. 7 Ferrer, Aldo. Mercosur : Trayectoria, Situación Actual y Perspectivas. Desarrollo Económico, vol. 35, Nº 140. 1996. Pág. 563.

8

En diciembre de 1986, el Acta de Amistad Brasileño-Argentina amplió el número de

protocolos, incluyendo los transportes terrestres y marítimos, siderurgia,

comunicaciones y cooperación nuclear, y le confirió impulso político al PICE. En esta

oportunidad, se puso como meta central la multiplicación del intercambio bilateral a

partir de la eliminación de barreras arancelarias y paraarancelarias. Posteriormente, en

julio de 1987, y siempre mediante la participación de los presidentes Alfonsín y Sarney,

se aprobaron otros protocolos sectoriales y una declaración conjunta sobre política

nuclear. Continuando con estas decisiones políticas, en abril de 1988, los presidentes del

Brasil y de la Argentina junto a su par uruguayo Julio María Sanguinetti, firmaron en

Brasilia el Acta Alborada que preveía la incorporación del Uruguay a la integración

argentino-brasileña.

El paso siguiente, en abril de 1988, fue la aprobación de una nueva etapa del PICE con

la incorporación de dos importantes protocolos sectoriales: industrias automotriz y de la

alimentación. Luego, en noviembre de ese mismo año se firmó el Tratado de

Integración, Cooperación y Desarrollo entre la Argentina y el Brasil (PICAB), aprobado

por los Parlamentos de los dos países, que se basaba en la eliminación gradual de los

obstáculos que obstruían el comercio, la armonización de diversas legislaciones,

medidas aduaneras y comerciales, y la coordinación de medidas macroeconómicas; el

proceso de integración comenzó así a hacerse realidad.8

El Tratado entró en vigencia el 23 de agosto de 1989. Ambos países invitaron al

Uruguay a incorporarse al acuerdo. El PICAB estableció una primera etapa con un plazo

máximo de diez años para la remoción gradual de los obstáculos tarifarios y no

tarifarios al comercio de bienes y servicios, la armonización de diversas políticas

(aduanera, comercio, ciencia y tecnología, etc.) y la coordinación de las políticas

macroeconómicas (fiscal, monetaria y de capitales). Las etapas posteriores implicaban

la armonización de las otras políticas para llegar al mercado común.9

Estos acuerdos fueron refrendados, el 6 de julio de 1990, por los presidentes Menem y

Collor de Mello, en el Acta de Buenos Aires. Pero la estrategia de integración fue

radicalmente modificada, siguiendo los moldes neoliberales que adquirieron los

gobiernos de la región. Allí se acortaron los plazos fijados en el PICE para conformar

un espacio común en diez años, estableciéndose la intención de que ese plazo quedara

reducido a cuatro años. Además, el desmantelamiento de las barreras comerciales, más

8 Rapoport, Mario. Ibíd. Ant. Pág. 1083 9 www.Mercosur.int

9

que el cumplimiento de los protocolos sectoriales que enfatizaban la integración

interindustrial, pasó a ser el objetivo central del proceso de integración, sobre la base de

rebajas generalizadas, lineales y automáticas para todo el universo arancelario con la

eliminación simultánea de barreras paraarancelarias. Por otro lado, el Acta siguió

asignando una función indispensable a la coordinación y armonización de las políticas

macroeconómicas. El 20 de diciembre de 1990 esta nueva estrategia quedó formalizada

en el Acuerdo de Alcance Parcial de Complementación Económica Nº 14 (dentro de

ALADI) entre Argentina y Brasil.10 En Buenos Aires se reafirmó y reforzó la decisión

política y la puesta en ejecución del proceso de integración entre la Argentina y el

Brasil, creándose un organismo binacional: el Grupo Mercado Común (GMC).

En 1991 con la firma del Protocolo de Brasilia se constituye el Sistema para la Solución

de Controversias. En este protocolo se establece la constitución de un Tribunal Arbitral

Ad-Hoc y se determina el procedimiento para resolver conflictos que surjan entre los

Estados, y para la atención, de manera restringida, a las reclamaciones de los

particulares. Este Protocolo es luego remplazado por el Protocolo de Olivos del año

2002.

Culminando este proceso integrativo, el 26 de marzo de 1991, los presidentes de

Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay (Menem, Collor de Mello, Lacalle Herrera y

Rodríguez, respectivamente) firmaron el Tratado de Asunción, que fijó como fecha de

conformación definitiva del Mercosur el 1º de enero de 1995.

Se acordó una serie de medidas para que sean implementadas durante el periodo de

transición. Entre ellas, se dispuso un régimen general de origen que permitiera

determinar la procedencia de los productos comercializados entre los países miembros y

un sistema de solución de controversias y cláusulas de salvaguarda para proteger

productos especialmente sensibles al proceso de apertura. Asimismo, los instrumentos

con los que se constituyó el mercado común fueron en esencia: un programa de

liberalización comercial, la coordinación de políticas macroeconómicas, un arancel

externo común, la adopción de acuerdos sectoriales y la armonización de legislaciones

en las áreas pertinentes. El primer gran objetivo, el establecimiento de una zona de libre

comercio, se fue logrando paulatinamente, aunque persistieron espacios conflictivos,

como, por ejemplo, la producción azucarera y algunos aspectos de la industria

automotriz.11

10 Ferrer, Aldo. Ibíd. Ant. Págs. 563 y 654. 11 Rapoport, Mario. Ibíd. ant. Pág. 1084

10

Evolución reciente de la integración sudamericana

El avance del Mercosur no se tradujo sólo en cifras, sino que también se dieron pasos a

favor de la introducción de nuevos miembros. En julio de 1994, se llevó a cabo la

primera reunión técnica para analizar la conformación de un área de libre comercio

entre el Mercosur y Bolivia. Este país, y luego, Chile pasaron a ser asociados al

mercado común. El 16 de abril de 1998 el Mercosur y la Comunidad Andina firmaron

un Acuerdo Marco para la Creación de una Zona de Libre Comercio. Argentina,

Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela suscribieron el 29 de junio de 2000 un acuerdo

de preferencias arancelarias que entró en vigencia el 1º de agosto de ese año. En abril de

2001 comenzó una segunda etapa de negociaciones entre el Mercosur y la Comunidad

Andina. En cumplimiento de los compromisos contraídos en el Acuerdo con la

Comunidad Andina, el Mercosur y dicho bloque firmaron el Acuerdo de

Complementación Económica Nº 59 el 18 de octubre de 2004. Perú, por su parte,

concluyó negociaciones de un tratado de libre comercio con el Mercosur el 25 de agosto

de 2003. En 200412 el Consejo del Mercado Común aprobó la Decisión CMC Nº 18/04,

mediante la cual se fijaron las condiciones para la asociación de los Países Miembros de

la ALADI al Mercosur y se reglamentó su participación en las reuniones de los órganos

de la estructura institucional del bloque. De esta manera, en la actualidad los Estados

Asociados al Mercosur son Bolivia, Chile, Perú, Ecuador y Colombia, además de

México en calidad de observador. Un aspecto de particular relevancia en los últimos

años es el relacionado con la solicitud de ingreso de la República Bolivariana de

Venezuela como miembro pleno al Mercosur. En el año 2005 se aprobó la Decisión

CMC Nº 28/05, que reglamenta las condiciones necesarias para la adhesión de un nuevo

Estado Parte al bloque. En dicho marco, el 4 de julio de 2006 se aprobó el Protocolo de

Adhesión de la República Bolivariana de Venezuela al Mercosur, mediante el cual se

establecen las condiciones y los plazos previstos para la plena incorporación de

Venezuela al bloque. La entrada en vigencia del Protocolo requiere que el mismo sea

ratificado por los Congresos de los cinco países implicados. Dicha adhesión había sido

aprobada por los Parlamentos de Venezuela, Argentina, Brasil y Uruguay, estando aún

pendiente de aprobación por el Parlamento de Paraguay. Con la suspensión momentánea

del Paraguay al Mercosur, Venezuela quedó formalmente como miembro pleno.

12 Para lo que sigue ver el sitio oficial de internet del Mercosur : www.Mercosur.com.

11

En la VII Reunión del Consejo del Mercado Común se suscribió el Protocolo de Ouro

Preto, por el que se establece la estructura institucional del Mercosur y se lo dota de

personalidad jurídica internacional, estableciendo que el Mercosur comenzaría el

tránsito hacia la unión aduanera a partir del 1º de enero de 1995, fecha a partir de la cual

se unificaba el arancel externo común (AEC) para el 85% del universo arancelario. Por

otra parte, se fijó un régimen de adecuación para aquellos productos que cada país

decidió proteger de la competencia de sus socios del Mercosur . La Argentina y el Brasil

tuvieron un plazo de cuatro años para eliminar estos aranceles, mientras que Uruguay y

Paraguay tendrían que hacerlo en cinco años. En una nueva reunión celebrada en Río de

Janeiro en diciembre de 1998 se adoptaron varios acuerdos en cuestiones relativas a la

simplificación de los trámites de la actividad económica intrarregional y de equivalencia

de los controles sanitarios. Y aunque no se llegó a una resolución definitiva sobre la

liberalización de dos sectores muy importante como el automotor y la comercialización

del azúcar, se redujeron algunas diferencias existentes entre los dos países.

El Mercosur representó un atractivo mercado para las inversiones externas, la mayoría

de las cuales provino de los países industrializados, representados por firmas

transnacionales. Las inversiones intra Mercosur fueron menos significativas y no

tuvieron la magnitud de la relación comercial.

Tras la devaluación del real, el Mercosur atravesó una crisis aguda. Ello implicó un

cambio profundo de las reglas de juego que puso al descubierto la ausencia de

instituciones que pudieran neutralizarlas o al menos prevenirlas. También desnudó otra

falencia: que un mercado común no puede funcionar si su eje pasa porque cada país

miembro dispute alternativamente el mercado interno de sus socios en función de

ventajas cambiarias coyunturales. La Argentina, sin resolver sus problemas de

competitividad, había obtenido durante cuatro años un considerable superávit comercial

en su relación con el Brasil, pero la devaluación de la moneda brasileña revirtió la

situación. Otro hecho que repercutió negativamente en el comercio intrarregional fue la

crisis asiática.13 Para intentar equilibrar esta situación, los presidentes Menem y

Cardoso debieron reunirse imprevistamente en febrero de 1999, procurando el

mantenimiento del comercio recíproco en los niveles existentes. A fines de julio de

1999, los conflictos comerciales entre ambos países alcanzaron nuevamente una

delicada situación, que se profundizó cuando el gobierno de Menem aumentó los 13 Rosales, Osvaldo. Crisis internacional y oportunidades para la cooperación regional. Serie Comercio Internacional. Nº 93. CEPAL. Santiago de Chile, octubre de 2009.

12

aranceles de los textiles y las indumentarias entre un 30% y un 35%, perjudicando a las

exportaciones brasileñas. La agudización de estos conflictos y la desconfianza recíproca

entre sus miembros hicieron que a lo largo de 1999 el Mercosur atravesara un estado de

hibernación y estancamiento. Pero un acuerdo logrado entre ambas naciones en marzo

de 2000 sobre el conflictivo sector automotor generó un nuevo envión al alicaído

intercambio regional. En abril del mismo año, en otro encuentro en Buenos Aires, se

acordaron, por primera vez, la instauración progresiva de políticas de convergencia

económica que incluyen metas fiscales, deuda pública y precios.

Existen avances importantes en otras áreas también, como en la creación de empleo

(Recomendación 01/03, Primera Conferencia Regional de Empleo que se realiza en

abril de 2004, creación del Grupo de Alto Nivel para la elaboración de una estrategia

Mercosur dirigida al crecimiento del empleo, Estrategia Mercosur de Crecimiento del

Empleo y creación del Instituto Social del Mercosur), dimensión social (Instituto Social

del Mercosur), eliminación del doble cobro del Arancel Externo Común en el año 2005,

agricultura familiar (Fondo de Agricultura Familiar del Mercosur), Servicios (Séptima

Ronda de Negociaciones de Compromisos Específicos en Materia de Servicios),

PyMES (Programa de Integración Productiva del Mercosur, Programa de Integración

Productiva del Mercosur), biocombustibles (Memorando de Entendimiento para

establecer un Grupo de Trabajo Especial sobre Biocombustibles, Plan de Acción del

Mercosur para la Cooperación en Materia de Biocombustibles), ciencia y tecnología

(Programa Marco de Ciencia, Tecnología e Innovación del Mercosur). Asimismo, se

han aprobado normas tendientes al establecimiento de mecanismos para la facilitación y

simplificación del comercio intrazona, como el “Sistema de Pagos en Monedas Locales”

para el comercio realizado entre los Estados Partes del Mercosur. En línea con todos

estos objetivos se enmarca la creación del Fondo para la Convergencia Estructural del

Mercosur (FOCEM), destinado a financiar programas para promover la convergencia

estructural, desarrollar la competitividad y promover la cohesión social, en particular de

las economías menores y regiones menos desarrolladas, así como apoyar el

funcionamiento de la estructura institucional y el fortalecimiento del proceso de

integración.

13

Integración comercial en números

A continuación se presentan una serie de gráficos, a los efectos de aproximarse a los

efectos comerciales que tuvieron los distintos intentos de acercamiento entre la

Argentina y el resto de los países sudamericanos, desde 1910 al año 2010. Se han

dividido los países en dos grupos: integrantes del Mercosur (Brasil, Uruguay y

Paraguay) y resto de los países sudamericanos (sin tener en cuenta las Guayanas).

Además en algunos se puede ver la participación de Brasil por separado, debido a su

importancia como destino de nuestras exportaciones y origen de nuestras importaciones.

En primer lugar se puede observar cuál ha sido la participación de las exportaciones a

Sudamérica sobre el total de las mismas:

Gráfico 1

Exportaciones porcentuales a países de Sudamérica

0,00%

5,00%

10,00%

15,00%

20,00%

25,00%

30,00%

35,00%

40,00%

45,00%

50,00%

55,00%

19101915

19201925

19301935

19401945

19501955

19601965

19701975

19801985

19901995

20002005

2010

MERCOSUR

RESTOSUDAMERICATOTAL

Brasil

Fuente: elaboración propia en base a datos de Ferreres, Orlando; Dos Siglos de Economia Argentina 1810 – 2004; el sitio http://comtrade.un.org/db y del INDEC. Hasta 1940 rondan el 5%, con grandes bajas en 1920 y 1932. A partir de allí crecen

exponencialmente, aunque en ciclos. Así, se alcanza un pico en 1945, pero luego baja

pronunciadamente hasta 1950, comenzando rápidamente la recuperación. Se alcanza

una nueva cima en 1953 (mayor a la anterior), y luego se desciende hasta 1958. Así, el

periodo peronista se caracteriza por una baja pronunciada en un primer momento, para

luego subir fuertemente la participación, y descender nuevamente sobre el final. Las

décadas del ’60 y del ’70 se caracterizan por una subida continua, con pequeñas

14

fluctuaciones y un máximo del 25% en 1976. Recordemos que en febrero de 1960 se

crea la ALALC, lo cual estaría mostrando un gran éxito de esta asociación. En la década

del ’80, hasta mediados de ella, se produce un fuerte retroceso, a partir de lo cual se

produce el mayor crecimiento registrado, hasta finales de los ’90, llegando a casi el 50%

de las exportaciones. Luego se produce una gran baja, recuperándose lentamente en los

últimos años. Para 2010 representan el 39%.

Pormenorizando, se puede observar la clara supremacía para los países que

conformaron, junto a la Argentina, el Mercosur, y dentro de ellos, del Brasil. Esto sólo

se revierte en las décadas del ’60 y del ’70, donde los porcentajes se equiparan con los

del resto de los países. Brasil, por su parte, es prácticamente el único destino

sudamericano hasta los ’60, a partir de lo cual desciende significativamente su

participación, aunque siendo siempre el principal destino de nuestras exportaciones a

Sudamérica, y marcando además la tendencia y las fluctuaciones en general.

En segundo lugar, miremos la participación de los países de la región en nuestras

importaciones.

Gráfico 2

Importaciones porcentuales desde países de Sudamérica

0,00%

5,00%

10,00%

15,00%

20,00%

25,00%

30,00%

35,00%

40,00%

45,00%

50,00%

19101915

19201925

19301935

19401945

19501955

19601965

19701975

19801985

19901995

20002005

2010

MERCOSUR

RESTOSUDAMERICATOTAL

Brasil

Fuente: elaboración propia en base a datos de Ferreres, Orlando; Dos Siglos de Economia Argentina 1810 – 2004; el sitio http://comtrade.un.org/db y del INDEC. Se observa un crecimiento considerable desde 1915 a 1920, probablemente resultado de

la Primera Guerra Mundial, bajando luego y estancándose en un 5% aproximadamente

hasta 1940. A partir de ese año el crecimiento es espectacular, alcanza un 40% en 1945,

descendiendo entonces, en forma igualmente pronunciada hasta 1950. La Segunda

Guerra Mundial seguramente haya provocado este comportamiento. Desde entonces la

15

tendencia es claramente positiva, aunque al igual que las exportaciones, se presenten

ciclos alrededor de la misma. Es así que existen picos en 1953, 1965, 1978, 1984 y

2005. Por otra parte, se dan mínimos en 1960, 1972, 1981, 1994 y 2009. El crecimiento

a partir de 1960 coincide con la formación de la ALALC, lo que refuerza lo dicho con

las exportaciones, alcanzando el 25% del total importado. La década del ’80 se

corresponde con un aumento importante en un comienzo, quizás motivado por la

creación de la ALADI, pero retrocediendo lentamente luego, abarcando toda la década

del ’90. Desde el año 2000 comienza a recuperarse la participación alcanzando casi el

45%, el máximo en la serie, en 2005. En los últimos años se observa una caída en el

porcentaje.

Por otra parte, Brasil explica hasta 1950 aproximadamente casi la totalidad de las

importaciones en la región, manteniéndose posteriormente, aunque con menor

proporción, como el mayor país de origen. Asimismo, los países que no conforman el

actual Mercosur, tuvieron una participación menor, con la excepción de los años entre

mediados de los ’60 y finales de los ’80 (comparable a lo sucedido con las

exportaciones).

En base a lo visto en los dos cuadros anteriores, podemos afirmar que la Argentina

depende más, en general, de las exportaciones a los países de la región, que de las

importaciones desde los mismos.

En último lugar se presentan las exportaciones e importaciones a y desde países de la

región, respectivamente, como porcentaje del PBI. Miremos primero el comportamiento

de las exportaciones. Hasta la década del ’50 se encuentran por debajo del 2% (salvo en

1949, que levemente superan ese porcentaje). Durante unos cinco años adquieren mayor

importancia, representando alrededor del 3%, pero luego vuelve a caer su participación

a menos del 2%, hasta mediados los años ’70, donde por unos años supera ese

porcentaje. En 1989 hay un pico14, alcanzando aproximadamente un 4%, pero es en la

década del ’90 donde se observa un crecimiento

14 Recordemos que en ese año se produce una crisis económica, por lo cual es probable que hayan aumentado todas las exportaciones, por una baja en el consumo.

16

Gráfico 3

Exportaciones como porcentaje del PBI

0,00%

2,00%

4,00%

6,00%

8,00%

10,00%

12,00%

19101915

19201925

19301935

19401945

19501955

19601965

19701975

19801985

19901995

20002005

2010

MERCOSUR

RESTOSUDAMÉRICA

TOTAL

Fuente: elaboración propia en base a datos de Ferreres, Orlando; Dos Siglos de Economia Argentina 1810 – 2004; el sitio http://comtrade.un.org/db y del INDEC.

sostenido, estabilizándose al final en dicho porcentaje. Después de la crisis de 2001, y

Las importaciones tienen un comportamiento similar. Se observa un aumento inicial,

alcanzando un máximo en 1917 de un 1,5%. Luego disminuye continuamente hasta

fines de la década del ’30. Desde entonces crece hasta 1951, donde alcanza un 3,5%.

Gráfico 4

Importaciones como porcentaje del PBI

0,00%

1,00%

2,00%

3,00%

4,00%

5,00%

6,00%

7,00%

8,00%

19101915

19201925

19301935

19401945

19501955

19601965

19701975

19801985

19901995

20002005

2010

MERCOSUR

RESTOSUDAMÉRICA

TOTAL

Fuente: elaboración propia en base a datos de Ferreres, Orlando; Dos Siglos de Economia Argentina 1810 – 2004; el sitio http://comtrade.un.org/db y del INDEC.

17

Pero ese aumento no se sostiene, puesto que en seguida baja hasta 1960, estabilizándose

posteriormente en alrededor del 1%. Crece en los primeros años de la década del ’70, y

luego, en los ’80 se mantiene por encima del 2%. En los principios de los ’90 vuelve a

bajar a un 1%, pero rápidamente se recupera, llegando a pasar el 3% en 1998. Desde el

2000 toman un nuevo impulso, alcanzando los valores más altos del periodo, con un

máximo del 7% en 2005.

Para terminar, se presenta el Índice de Apertura Económica, específicamente para países

sudamericanos. Como puede verse, y debido a que las importaciones y exportaciones

tuvieron comportamientos similares, el análisis es prácticamente igual que en los dos

gráficos anteriores.

Gráfico 5

Indice de apertura económica* para países sudamericanos

0,00%

2,00%

4,00%

6,00%

8,00%

10,00%

12,00%

14,00%

16,00%

19101915

19201925

19301935

19401945

19501955

19601965

19701975

19801985

19901995

20002005

2010 Fuente: elaboración propia en base a datos de Ferreres, Orlando; Dos Siglos de Economia Argentina 1810 – 2004; el sitio http://comtrade.un.org/db y del INDEC. * IAE = (X + M)/PBI

Conclusiones

Diversos organismos se fueron creando a lo largo de la historia, desde la década de

1960, así surgió primero la ALALC, luego la ALADI, y hacia el final, el Mercosur .

Con relativos éxitos, en general todos los economistas de nuestra región coincidieron en

la falta de coordinación macroeconómica, pero también en materia social y política,

entre los integrantes de estas asociaciones de países.

18

Según se vio, el crecimiento del intercambio comercial se fue dando en ciclos,

impulsados por diferentes acontecimientos, como las dos Guerras Mundiales, la

creación de la ALALC, luego la ALADI, aunque en menor medida, y por último el

Mercosur . El mayor socio ha sido, y continúa siendo, en la región, Brasil. Es con este

país donde los diferentes autores enfatizan la falta de coordinación en materia

económica. El lugar ocupado por Brasil es lógico, si tenemos en cuenta que actualmente

es la mayor economía en Sudamérica, e históricamente fue alternando con nuestro país

el liderazgo en la región. Por otro lado, vimos que la Argentina depende más, en

general, de las exportaciones a los países de la región, que de las importaciones desde

los mismos, si lo medimos en términos porcentuales de participación (las exportaciones

y las importaciones podrían ser importantes por su contenido, aunque su monto no fuera

relevante).

Hacia nuestros tiempos, se observa un gran crecimiento en las relaciones comerciales, y

económicas en general, entre los Estados sudamericanos. Por otro lado, según resalta

Osvaldo Rosales, “a diez años de las crisis asiática y rusa, y luego de haber transitado

por el mejor ciclo de la economía regional en 40 años (2003-2007), aún no es posible

recuperar el nivel de comercio intrarregional previo a esas crisis. Comprobación

delicada, dado que ingresamos en otra crisis internacional de envergadura, la que sin

duda afectará los niveles de comercio intrarregional”15. Por último, quedará por ver cuál

es el efecto que tiene la entrada de nuevos actores en la región, particularmente de

China16, a la cual hoy en día se dirigen una gran parte de las exportaciones.

15 Rosales, Osvaldo. Ibid. ant. 16 Ver La República Popular China y América Latina y el Caribe. Diálogo y cooperación ante los nuevos desafíos de la economía global. Documentos CEPAL

19

Bibliografía

Bekerman, Marta; Montagú, Haroldo. ¿Por qué la Argentina pierde terreno en el

comercio con el Brasil? El rol de los sectores. Realidad económica Nº 232. IADE

CEPAL. La República Popular China y América Latina y el Caribe. Diálogo y cooperación ante los nuevos desafíos de la economía global. Junio de 2012. Ferrer, Aldo. Desarrollo y subdesarrollo en un mundo global: los dilemas de América

Latina.

Ferrer, Aldo. Mercosur : trayectoria, situación actual y perspectivas. Desarrollo

Económico, vol. 35, Nº 140. 1996.

Gastaldi, Santiago; Balbi, Ma. Victoria. Acuerdos comerciales preferentes. El caso del

Mercosur .

Orlando J. Ferreres. Dos Siglos de Economia Argentina 1810 - 2004

Rapoport, Mario. Historia económica, política y social de la Argentina (1880-2000).

Rosales, Osvaldo. Crisis internacional y oportunidades para la cooperación regional.

Serie Comercio Internacional. Nº 93. CEPAL. Santiago de Chile, octubre de 2009.

Secretaría del Mercosur. Instrumentos Fundacionales del Mercosur. Montevideo, junio de 2007. Documento extraído del sitio web del Mercosur.

www.Mercosur.int

www.aladi.org

http://comtrade.un.org/db/

www.indec.gov.ar/nuevaweb/cuadros/19/Balan_zonasypaises.xls

20

*CURRICULUM VITAE

DATOS PERSONALES

APELLIDO Y NOMBRES: Miola, Roberto Nicolás

DNI: 34118800

EDAD: 23 años

TEL: 03404-15534784

03404-421343

MAIL: [email protected]

DOMICILIO LEGAL: Tomás Lubary 392, San Carlos Centro

LUGAR DE RESIDENCIA (lunes a viernes): Santa Fe. Dirección actual: Eva Perón

2833, piso 2, depto. “c”.

DATOS ACADÉMICOS

CARRERA: Licenciatura en Economía

UNIDAD ACADÉMICA: Facultad de Ciencias Económicas – Universidad Nacional

del Litoral

CANTIDAD DE MATERIAS APROBADAS: 34 (incluidas Finanzas Públicas,

Finanzas y Regulación, Contabilidad Básica y Administración General)

PROMEDIO CON Y SIN APLAZOS: 7,71

ANTECEDENTES

Becas de investigación:

- Cientibeca UNL – FISFE. TEMA : Impacto de las Políticas Gubernamentales

Relacionadas con las Exportaciones Sobre la Industria Lechera de la Provincia de

Santa Fe. Periodo: 1 de junio de 2010 a 31 de agosto de 2011.

Prácticas internas en cátedras:

- Pasante de la Cátedra Estadística de la FCE (PAI). Periodo: 1º de mayo de 2009

a 31 de marzo de 2010.

- Tutoría en área matemática por Universidad, en la Facultad de Ciencias

Económicas. Periodo: año 2010.

21

Trabajos presentados:

- COMPOSICIÓN Y CONCENTRACION DE LAS COMPENSACIONES AL

SECTOR LECHERO: COMPARACIONES INTERPROVINCIALES. IX

Jornadas de Investigación “Economía, Desarrollo, Educación y Equidad”,

Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional del Litoral, Noviembre

de 2010.

- ¿COMPENSAN LAS COMPENSACIONES? ANÁLISIS DE LOS SUBSIDIOS

OTORGADOS A LOS PRODUCTORES LECHEROS. XIV Encuentro de

Jóvenes Investigadores de la UNL – V Encuentro de Jóvenes Investigadores de

Universidades de Santa Fe, UNL, Octubre de 2010.

- ANÁLISIS DE LA EVOLUCIÓN DE LAS POLÍTICAS NACIONALES

SOBRE EL SECTOR LÁCTEO. XV Encuentro de Jóvenes Investigadores de la

UNL – VI Encuentro de Jóvenes Investigadores de Universidades de Santa Fe,

12 y 13 de Octubre de 2011, Santa Fe.

- POLÍTICAS ESTRUCTURALES EN EL SECTOR LÁCTEO SANTAFESINO.

PERÍODO 2004 – 2010. XIX Jornadas de Jóvenes Investigadores de la AUGM.

25, 26 y 27 de octubre de 2011. Ciudad del Este, República del Paraguay.