7
Ariel de la Fuente (1998) “GAUCHOS”, “MONTONEROS” Y “MONTONERAS” El fenómeno de los caudillos estuvo estrechamente ligado al de los “gauchos”, “montoneros” y “montoneras”, que como aquellos, fueron fundamentales en el proceso histórico argentino del siglo XIX y en la formación de la cultura nacional. Sin embargo, el tratamiento de estas cuestiones por la historiografía ha sido desparejo. Aunque los estudios sobres los gauchos son numerosos, estos se han limitado a la pampa, el litoral y la Banda Oriental, ignorando esta cuestión en las provincias del Interior, donde la campaña tenía características productivas y étnicas muy diferentes a las de aquellas regiones. Por otra parte, los estudios señalados se han concentrado principalmente sobre problemas tales como la tenencia de la tierra, el funcionamiento de los mercados de trabajo y de productos agrarios, las relaciones de los sectores más pobres de la campaña con los grandes propietarios, el estado y la justicia. Sin embargo, otras cuestiones fundamentales para entender el fenómeno del gaucho en el siglo XIX, como su mentalidad, su cultura política y su participación en los conflictos partidarios, han sido virtualmente ignoradas. El trabajo estudia esas cuestiones en la provincia de La Rioja, de donde surgieron varios de los más legendarios caudillos del siglo XIX, y el período analizado será la década de 1860, en la cual tuvieron lugar algunas de las más importantes montoneras, como las dos encabezadas por el Chacho Peñaloza (1862 y 1863) y la que lideró Felipe Varela (1867). Un buen número de los trabajos han estudiado el contexto económico, social y político en que surgieron los caudillos o las relaciones de los caudillos con las elites o las instituciones. Otras investigaciones han sugerido la importancia de comprender el vínculo del caudillo con sus seguidores, pero lo han explicado como una relación personal entre patrón y peón en la cual se intercambiaba

Ariel de La Fuente

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Texto

Citation preview

Ariel de la Fuente (1998)

GAUCHOS, MONTONEROS Y MONTONERAS

El fenmeno de los caudillos estuvo estrechamente ligado al de los gauchos, montoneros y montoneras, que como aquellos, fueron fundamentales en el proceso histrico argentino del siglo XIX y en la formacin de la cultura nacional. Sin embargo, el tratamiento de estas cuestiones por la historiografa ha sido desparejo. Aunque los estudios sobres los gauchos son numerosos, estos se han limitado a la pampa, el litoral y la Banda Oriental, ignorando esta cuestin en las provincias del Interior, donde la campaa tena caractersticas productivas y tnicas muy diferentes a las de aquellas regiones. Por otra parte, los estudios sealados se han concentrado principalmente sobre problemas tales como la tenencia de la tierra, el funcionamiento de los mercados de trabajo y de productos agrarios, las relaciones de los sectores ms pobres de la campaa con los grandes propietarios, el estado y la justicia. Sin embargo, otras cuestiones fundamentales para entender el fenmeno del gaucho en el siglo XIX, como su mentalidad, su cultura poltica y su participacin en los conflictos partidarios, han sido virtualmente ignoradas. El trabajo estudia esas cuestiones en la provincia de La Rioja, de donde surgieron varios de los ms legendarios caudillos del siglo XIX, y el perodo analizado ser la dcada de 1860, en la cual tuvieron lugar algunas de las ms importantes montoneras, como las dos encabezadas por el Chacho Pealoza (1862 y 1863) y la que lider Felipe Varela (1867).Un buen nmero de los trabajos han estudiado el contexto econmico, social y poltico en que surgieron los caudillos o las relaciones de los caudillos con las elites o las instituciones. Otras investigaciones han sugerido la importancia de comprender el vnculo del caudillo con sus seguidores, pero lo han explicado como una relacin personal entre patrn y pen en la cual se intercambiaba tierra, ganado o proteccin por lealtad poltica. En esta explicacin, entonces, no hay lugar para una identificacin poltica o personal entre los seguidores y el caudillo sino que aquellos no son considerados sujetos con capacidad para negociar su participacin ni para comprender los procesos polticos. Ms recientemente algunas investigaciones han ignorado mirar estos fenmenos desde el punto de vista de los actores, especialmente desde los seguidores, ignorando la experiencia concreta de quien era movilizado, es decir, sin explorar cmo funcionaba una montonera y cmo entendan los gauchos su funcionamiento y cmo entendan su participacin en una movilizacin, o porqu seguan a un caudillo.

Gauchos y montoneros

Cuando un enviado de Mitre recorri Famatina y Arauco en 1863, llamaba indistintamente gauchos o la gente del campo a quienes vivan en los pequeos pueblitos agricultores de esos departamentos riojanos. Es decir, usaba la palabra en un sentido descriptivo y geogrfico: gauchos eran todos los habitantes de la campaa, ms all de que su insercin al proceso productivo se diese a travs de la agricultura, la ganadera o la minera de pequea escala. Este sentido geogrfico y descriptivo con que el trmino era usado por las elites o por los habitantes e la ciudad era el que tambin le daban algunos habitantes de la campaa cuando intentaban presentarse ante una audiencia urbana o ilustrada usando los parmetros de sta. Sin embargo, cuando era usada de este modo por los observadores urbanos la palabra tena tambin una connotacin de clase: la mayora de los habitantes de la campaa era pobres. De modo que a menudo la palabra gaucho haca referencia a los habitantes pobres de la campaa. Para referirse a sus vecinos los habitantes de la campaa podan usar diversos trminos. En ocasiones usaban la palabra paisano y en otras gaucho. Sin embargo, la mayora de las veces usaban la palabra gaucho en otro sentido: gauchos eran quienes se dedicaban al abigeato o haban cometido otro tipo de crmenes, incluido el asesinato. Las luchas polticas de la dcada de 1860 permitieron que las autoridades provinciales o los funcionarios del gobierno nacional tambin usaran la palabra gaucho como sinnimo de bandido, aunque esta condicin derivase de una conducta totalmente distinta a la que se referan los habitantes de la campaa. En este caso, la condicin de gaucho o de bandido derivaba de la afiliacin federal de la mayora de los habitantes de la campaa y de su participacin en las rebeliones en contra de las autoridades constituidas. As, al llamar gauchos a los rebeldes federales se criminalizaba su participacin poltica. Los conflictos de la dcada de 1860 tambin hicieron que la palabra gaucho en sus acepciones de habitante de la campaa o bandido se asimilara al trmino montonero, como se denominaba a los rebeldes federales. As, las autoridades se referan indistintamente a los montoneros o gauchos. De modo que es necesario precisar el significado de montonero. Desde el comienzo de las guerras civiles, en las provincias del Interior montonero era la denominacin que se aplicaba a quienes se rebelaban contra las autoridades. En ese perodo la palabra montonero se refera, las ms de las veces, a quienes se rebelaban contra la autoridad nacional especficamente. Por otra parte, la represin que el estado en formacin despleg sobre las poblaciones del Interior, particularmente en La Rioja, asoci el trmino con esa experiencia. Las causas judiciales seguidas contra quienes participaron en las rebeliones federales contienen informacin de diverso tipo sobre 82 rebeldes, lo que ha permitido reconstruir el perfil de quienes ocupaban los escalones ms bajos en la montonera. La gran mayora eran oriundos de La Rioja, mientras que el resto provena de provincias limtrofes, especialmente San Juan y Crdoba. El grupo ms numeroso de los montoneros riojanos era el de los llanistos, seguido por los de Famatina. Casi todos tenan una ocupacin definida. El grupo ms numeroso estaba formado pro los labradores, seguido en importancia por el de los artesanos, los arrieros y los trabajadores asalariados. La mayor parte de estos rebeldes estaban afincados en determinados departamentos de la provincia, casi todos tenan una ocupacin y la mayora estaban casados y tenan familia. As, se puede concluir que estos gauchos y montoneros, ms all de los momentos de movilizacin, llevaban una vida estable y estaban lejos de ser criminales o personajes marginales de la campaa riojana.

La montonera

El fenmeno que los actores denominaban montonera se refera a grupos de gauchos movilizados cuyo nmero poda ir de 6 montoneros hasta poco ms de 4000. El trmino era usado tanto por las autoridades o miembros de la elite, que podan referir que un rival poltico estaba montonereando o haba levantado una montonera, como por los gauchos quienes hablaban de andar en montonera o formar una montonera sabiendo que implicaba el delito de rebelarse contra las autoridades. La organizacin de las montoneras era similar a la de las milicias provinciales, que desde 1853 se llamaban guardias nacionales. De all que algunos gauchos interpretaban su participacin en las rebeliones como una experiencia militar. Por otra parte, la jerga utilizada por los mismos montoneros tambin sugiere el sentido que le daban a esa experiencia: se referan a si mismos como soldados o tropa y un jefe de montonera poda hablar de sus seguidores como sus militares, caracterizacin que tambin hacan de los montoneros quienes no participaban de las rebeliones. Como las guardias nacionales, las montoneras estaban organizadas jerrquicamente. Los criterios para la conformacin de las jerarquas dentro de la montonera eran variados pero seguan las mismas pautas que se utilizaban para distribuir los cargos o grados en las milicias. stos surgan de la posicin social e influencia que los individuos tuviesen a nivel local, de las habilidades polticas y militares o, simplemente, de las necesidades del momento. Dnde ms dramticamente se manifestaba la organizacin jerrquica de las montoneras era en lo que los mismos rebeldes llamaban consejo de guerra. Estos juicios ad hoc y verbales se empleaban tanto contra los enemigos polticos como contra los integrantes de la rebelin. En este ltimo caso se utilizaban para juzgar a los subalternos que haban desconocido rdenes superiores o que tenan actitudes de descontrol o indisciplina. Los montoneros eran conscientes de lo que las jerarquas implicaban en trminos de autoridad y responsabilidad. La organizacin jerrquica y la distribucin de responsabilidades que ella supona tambin influa en el proceso de organizacin de una rebelin. Por pequea y fugaz que fuera una montonera sus organizadores siempre tenan dos preocupaciones importantes: en primer lugar, definan los objetivos y modos de alcanzarlos. En segundo lugar, y ms importante, los organizadores ponan especial cuidado en determinar quin sera el jefe de la movilizacin. La mayora de las veces esta instancia inclua un delicado proceso de negociacin. Quien finalmente aceptaba ser el jefe principal de la movilizacin saba que, eventualmente, sera el mximo responsable ante la ley. Esta organizacin jerrquica de la montonera era uno de los modos en que los sectores populares vivan la militarizacin de la poltica y los partidos, experiencia que parece haber ocupado un lugar importante en la cultura de los gauchos del siglo XIX.

Carne, Ropa y Trabajo:

Las razones por las cuales los gauchos estaban dispuestos a seguir a los caudillos y participar en una montonera eran de ndole muy diversa. Una de sus expectativas, por ejemplo, era acceder a uno de los manjares que ms apreciaban pero que raramente probaban: la carne vacuna. En efecto, dado que la mayora de ellos dependa de una pobra agricultura de subsistencia la carne vacuna no formaba parte de su dieta cotidiana. Las movilizaciones, entonces, les daban la oportunidad de comer carne casi cotidianamente y legalmente o al menos bajo la responsabilidad de quien encabezaba la movilizacin. Del mismo modo, cuando ingresaban a una movilizacin los gauchos lo hacan con la expectativa de que sus jefes lo proveyeran de calzado y ropa. El acceso a estos efectos era considerado un derecho adquirido y se entenda que eran los jefes quienes deban proporcionarlos. Si este acuerdo tcito era violado, los gauchos podan responder de diversas formas; la ms comn era la desercin, pero tambin podan amotinarse o amenazar con hacerlo si no se cumpla con la norma. Adems, los gauchos tambin saban que las movilizaciones proporcionaban otras oportunidades para acceder a la ropa y otro tipo de efectos. Otro de los incentivos materiales inmediatos que los gauchos tenan para incorporarse a una movilizacin era la remuneracin en dinero que los jefes de las montoneras les ofrecan. En efecto, en algunas economas del Interior, cuyos mercados de trabajo no parecan ofrecer grandes oportunidades, las montoneras eran para los gauchos una buena ocasin para trabajar. Este recurso no era patrimonio de una determinada afiliacin poltica. Por el contrario, tambin era usado con xito para movilizar gauchos a favor del unitarismo. Sin embargo, esta concepcin de la poltica como trabajo no agotaba la percepcin que los gauchos tenan de aquella y de su relacin con los caudillos. Para precisar ms el lugar que la poltica como trabajo y la correspondiente remuneracin- ocupaban en la cultura poltica popular, es necesario analizar las limitaciones que tenan los unitarios para aplicar este recurso. An en los casos en que la promesa de un salario o la expectativa de recibirlo lograban que los sectores populares se alistaran en las filas unitarias, la pobreza de los estados provinciales y el nacional y la simpata de los gauchos por el federalismo y sus lderes, a menudo hacan zozobrar esa movilizacin.

Conclusiones

Las cuestiones aqu tratadas y las evidencias analizadas permiten sugerir ciertas conclusiones acerca del fenmeno del caudillismo. Primero, el perfil de los gauchos y montoneros muestra que estos no eran ni criminales ni personajes marginales de la campaa riojana y que tampoco eran profesionales de las luchas partidarias. De modo que las montoneras encabezadas por los caudillos no eran ni una forma de bandidismo rural ni un modo de vida. Segundo, el anlisis de la organizacin y funcionamiento internos de la montonera y de la forma en que los gauchos las vivan, muestra que las movilizaciones encabezadas por los caudillos no eran ni estallidos espontneos de violencia rural ni hordas descontroladas y tampoco eran la expresin de una democracia brbara o inorgnica ni un movimiento poltico de carcter igualitarista. Por el contrario, los gauchos y montoneros saban que era una organizacin de carcter militar y, por lo tanto, con jerarquas y responsabilidades bien definidas. La montonera no haba escapada a la militarizacin que la poltica y la sociedad haban experimentado desde la independencia. Aunque, la montonera no dejaba de ser una organizacin de milicianos y, por lo tanto, su funcionamiento concreto estaba lejos de alcanzar la eficiencia y disciplina de un ejrcito profesional y permanente. Finalmente, el papel de la carne, la ropa y el dinero en las movilizaciones muestran la importancia de las motivaciones materiales inmediatas para movilizar a los seguidores de un caudillo. Sin embargo, la relacin con los caudillos tambin poda estar formada por intercambios materiales de ms largo plazo, como la proteccin y otras formas cotidianas de clientelismo, y por la identificacin cultural, personal y partidaria entre los gauchos y el caudillo.