Arnobio de Sicca

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  • 7/23/2019 Arnobio de Sicca

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    ARNOBIO DE SICCA

    ARNOBIO DE SICCA, natural de esta ciudad, en Numidia,escribi durante la persecucin de Diocleciano. Era profesor de

    retrica y detractor del cristianismo, al ue se con!irti lue"o por

    una !isin ue tu!o. Es conocido por su obraAdversus

    nationes, en ue defiende el cristianismo, con un esuema no

    muy distinto al usual en las apolo"#as, pero con pruebas de poco

    !alor$ si su conocimiento de los muc%os filsofos ue cita

    pro!en#a &nicamente de los manuales entonces en uso, el ue

    ten#a de la doctrina cristiana era a&n rudimentario, pues

    consideraba ue los dioses pa"anos tal !e' e(ist#an, aunue eneste caso ser#an dependientes absolutamente de Dios )adre, y

    pensaba ue Cristo era un Dios de se"undo orden$ el alma pod#a

    %acerse inmortal mediante la ayuda del Dios de los cristianos.

    TEXTOS

    Contra las naciones

    Los hechos son la mejor apologa:

    *+u moti!os m-s poderosos tenis !osotros para prestar fe a

    !uestros sabios, ue nosotros para creer en esucristo/

    Nombradme uno solo, ue con una sola palabra %aya podido

    apaci"uar las tempestades, mandar a las olas de un mar irritado,

    dar la !ista a los cie"os de nacimiento, arrancar los muertos del

    sepulcro, aun menos ue esto, curar por su propia !oluntad lam-s li"era %erida. )or m-s ue se alabe y en!ane'ca la sutile'a

    intelectual de !uestros sabios, y la e(tensin de su ciencia, 0am-s

    podr-n lle"ar al conocimiento de la !erdad, ni conducir a nadie a

    ella con seme0antes silo"ismos y ar"umentos.

  • 7/23/2019 Arnobio de Sicca

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    Apreciemos a nuestros maestros, no por la elocuencia, sino por

    las obras. El !erdadero mrito consiste au#, no en %ablar con

    sutile'as, sino en 0ustificar sus promesas con acciones

    !erdaderamente di!inas. Comparemos las obras de !uestros

    filsofos con las de esucristo. 1ed lo ue %a obrado su E!an"elio

    entre los 0ud#os, los persas, los medos, los -rabes, los e"ipcios,

    los sirios, los "-latas y los partos$ en la Acaya, en la 2acedonia,

    en el Epiro y en todas las re"iones ue ilumina el sol$ en fin, en la

    misma Roma, donde, a pesar de las supersticiones introducidas

    por Numa, millares de %ombres %an renunciado a todas sus

    anti"uas preocupaciones por adorar a esucristo.

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