arq. vernacula dominicana

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ARQUITECTURA VERNCULA Y POPULAR

Esteban Prieto Vicioso

1.1

La arquitectura indgenaLa Espaola, segunda isla en tamao de las Antillas o islas del Caribe, fue bautizada as por el Almirante Cristbal Coln al llegar a ella el 5 de diciembre de 1492, nombre que ha mantenido hasta nuestros das. Sus primitivos habitantes la llamaban Hait, que significa aspereza o tierra montaosa, y segn Pedro Mrtir de Anglera tambin la llamaban Quisqueya, queriendo significar con este nombre que era una cosa grande y que no tiene igual.1 Adems se le ha denominado La Espaola de Santo Domingo, Hispaniola o Isla de Santo Domingo, nombre, este ltimo, utilizado tanto por los espaoles como por los franceses y haitianos durante su ocupacin de la misma. Estudios antropolgicos y arqueolgicos han confirmado que las islas que conforman las Antillas fueron habitadas originalmente por poblaciones aborgenes procedentes de la cuenca del Orinoco venezolano, que no se adaptaban a la vida sedentaria. El historiador Frank Moya Pons2 distingue, sobre la base de los datos arqueolgicos que se tienen, cuatro perodos migratorios hacia las Antillas. El primer nivel de asentamiento en las islas corresponde a los pueblos pertenecientes a la llamada cultura de la concha, en la que las viviendas se colocaban a lo largo de las orillas de los ros, de los estanques, de las ensenadas y de las bahas marinas. Se ignoraba la elaboracin de platos, cuencos y dems instrumentos de vajilla; no tenan ningn tipo de agricultura; estas poblaciones, llamadas siboney, se asentaron en algunas regiones de La Espaola y de Cuba y en todas las Antillas Menores. La segunda oleada migratoria, procedente del continente sudamericano, corresponde al nivel arqueolgico denominado igneri. Pertenecan al gran tronco de los arawak, del tipo de la floresta tropical, y consiguieron ocupar la isla de Trinidad y las Antillas Menores, y llegaron hasta Puerto Rico y La Espaola, imponindose o absorbiendo a los siboneyes. La elaboracin de cermica en el perodo de los igneri fue la ms refinada de Las Antillas. El tercer perodo corresponde a la gran expansin arawak que llev a la extincin de los residuos siboney que todava quedaban en la isla de Santo Domingo, Cuba, Jamaica y las Bahamas. En este perodo se sita el origen de un desarrollo independiente de las tradiciones culturales continentales, que permitiCocina con paredes de palos parados, en Estebana, Azua. Foto Esteban Prieto Vicioso. Detalle de horcn con horqueta. Doble pgina anterior: Diversos tipos de arquitectura verncula y popular dominicana. Fotos Esteban Prieto Vicioso

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Cocina con paredes de palos parados, sin embarrado. Foto Esteban Prieto Vicioso. Boho de palos parados con embarrado. Foto Esteban Prieto Vicioso. Techo de Yagua en Cachote, Barahona. Foto Esteban Prieto Vicioso. Pared de palos verticales o palos parados, herencia indgena en la arquitectura verncula dominicana. Foto Esteban Prieto Vicioso.

a los habitantes de las Antillas Mayores crear una cultura diferente, que hoy se suele definir con el nombre de cultura tana. El cuarto y ltimo perodo se inici en torno al siglo XI, con una nueva oleada de grupos pertenecientes todava al tronco de los arawak, pero con caractersticas culturales diferentes de las poblaciones igneri y de las tanas. Se trataba de los temibles caribes. La ocupacin territorial de los indgenas de La Espaola vena dada por muchos pueblos y pequeos poblados ubicados a orillas del mar, en las riberas de los ros, en los valles y alrededor de lagos y lagunas, rodeados de muchas labranzas a manera de granjas.3 Estos pueblos eran gobernados por seores que daban cuenta a los caciques, que eran una especie de virreyes, que conformaban una provincia o cacicazgo, en el que la autoridad mxima era el cacique principal. En la isla haba cinco consabidos cacicazgos, los cuales tenan sus capitales o villas principales. Basndonos en datos dados por los Cronistas de Indias, podemos decir que las viviendas estaban agrupadas sin disposicin de calles y aparentemente sin ningn modelo urbano establecido. Slo en las principales villas, las cuales podan tener hasta ocho mil bohos,4 segn los cronistas, se vea cierto ordenamiento. La Villa de Guacanagarix, por ejemplo, en el reino o cacicazgo de Marin y prxima a la Villa de Puerto Real, tena una plaza central y dos calles cruzadas que dividan la ciudad en quatro barrios de desconcertada muchedumbre, porque en ellos no se encuentran calles algunas...5 La plaza central era cuadrada y grande, encontrndose en la mitad de ella el boho del rey, de unos 27 por 8 metros. Al Sur de ella se encontraba otra gran casa que alojaba a los guardias y la crcel. Otras edificaciones importantes de la plaza eran el templo, de unos 16 metros por lado, y la cocina, donde haba unas 40 indgenas haciendo casabe y cocinando para el cacique principal y sus caciques. Todas estas construcciones, as como los caneyes o viviendas de planta circular que utilizaba la mayora de la poblacin, eran de madera, techados de cana, yarey, paja o yagua. En la plaza central haba siempre un espacio para el juego de la pelota, al que los tanos llamaban batey. Tambin

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Casa con paredes y techo de yaguas, en el Noreste de la isla. Foto Esteban Prieto Vicioso. Paredes de palos parados, tpicas de la regin Sur. Estebana. Foto Esteban Prieto Vicioso.

a la salida de los pueblos haba lugares de stos, con asientos para los espectadores. En estas plazas se desarrollaban adems los areytos, expresin musical de cantos y danzas simultneas mediante la cual los tanos narraban cantando y bailando al son de melopeas e instrumentos rencos, sucesos de notable importancia.6 Se sabe que los tanos desarrollaron variados estilos cermicos con modalidades propias que difieren, en cuanto a sus formas de manufactura y rasgos decorativos, de los estilos continentales originarios. Esta evolucin estilstica relativa a la cermica revela una dinmica de cambio, que tambin se manifiesta en su vida prctica y en los dems aspectos tecnolgicos, sociales, rituales, etc., que identifican sus modos de produccin. Tambin la arquitectura debi haber sufrido sus mutaciones, paralelas a esa evolucin estilstica que vemos en la cermica. Una vez lograda esa adaptacin necesaria debida al cambio de su ecosistema, se puede decir que naci la tecnologa apropiada en la isla. Ningn grupo cultural indoantillano utiliz la piedra como material de construccin arquitectnica. Los ms adelantados de esos grupos construyeron sus viviendas con materiales vegetales, que naturalmente no podan resistir las inclemencias del tiempo, mientras los de mayor atraso eran habitantes de abrigos rocosos y cavernas, por lo que no llega hasta nosotros ningn tipo de edificacin construida por ellos. Es con la llegada de los espaoles en 1492 que nace nuestra historia documentada y con sta, por tanto, llegan a nosotros los primeros datos ideogrficos sobre las construcciones indgenas que haba en ese momento en la isla. Slo las investigaciones arqueolgicas realizadas en los sitios donde se encontraban los bateyes indgenas, podran ampliar los conocimientos que sobre la materia nos han legado algunos cronistas por medio de grabados y no muy exactas reseas. Las ms amplias descripciones de los bohos o eracras indgenas quisqueyanos las ofrece Fernndez de Oviedo en su Historia General y Natural de las Indias,7 donde nos describe dos tipologas utilizadas: una de planta circular y techo cnico, llamada caney, y otra rectangular con techos a dos aguas, y las principales con galeras frontales llamadas normalmente bohos.

Estas conocidas descripciones de Oviedo sobre los dos tipos de casas usadas por los tainos de La Espaola, aceptadas y repetidas por ms de 400 aos por un sinnmero de historiadores, estn siendo cuestionadas por algunos arquelogos e investigadores. Ya Sven Lovn en 1935, en su libro Origins of the Tainan Culture, West Indies, argument que el tipo de casa de planta rectangular y supuestamente usado por los caciques, era de influencia europea y no exista en la poca del precontacto.8 Luis Antonio Curet se une a esta teora y aporta evidencias de tres casos de estudio en Puerto Rico, publicados en la revista Latin American Antiquity en 1992. Posteriormente los arquelogos cubanos Jorge Calvera y Juan Jardines,9 luego del descubrimiento del sitio arqueolgico de Los Buchillones, plantean tambin que la planta rectangular de los bohos tainos es producto de la transculturacin. Pero al leer la relacin que el escribano Rodrigo de Escobedo hace a Cristbal Coln en los ltimos das del mes de diciembre del 1492,10 luego de visitar el poblado del cacique Guacanagarx, vemos que la planta rectangular no era desconocida por los indgenas, ya que la casa del mismo cacique era de esa forma y meda aproximadamente 26.90 por 8.40 metros, siendo mucho ms grande que las dems casas del poblado, que debieron haber sido, todas o la mayora, de planta circular. Con la relacin, fueron entregados dos dibujos, realizados por Juan Salsedo o, ms bien, Pero de Salsedo, uno de un boho o casa de los caciques, de planta rectangular, y otro de un caney o casa de indios, de planta circular, que debieron haber sido los que sirvieron de modelo a Gonzalo Fernndez de Oviedo en su libro. Lo que s podemos confirmar, de acuerdo a las diferentes descripciones que tenemos de cronistas e historiadores y de diversos informes arqueolgicos, es que la mayora de las viviendas de los indgenas eran de planta circular, a manera de alfaneques o tiendas de campaas, de acuerdo a lo escrito por el mismo Almirante en su diario, pero no podemos negar la existencia de los bohos de planta rectangular, al menos en algunas regiones de la isla. En cuanto a los materiales constructivos sabemos que utilizaban productos vegetales nativos como: yagua,

Dibujo de caney taino de planta circular. Fuente: Lus Joseph Peguero. Dibujo de boho tano de planta rectangular. Fuente: Lus Joseph Peguero. Dibujos de instrumentos utilizados en la construccin de los bohos indgenas. Fuente: Lus Joseph Peguero. Dibujo de hamaca. Fuente: Lus Joseph Peguero.

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Planta tpica de boho de un aposento, donde la ubicacin y el nmero de huecos vara por regin. Casa de palos parados con embarrado en Las Charcas, Azua. Foto Esteban Prieto Vicioso.

cana, yarey, guano, palma, bejuco, etc. siendo el mtodo de ejecucin a base de postes u horcones11 de madera que enterraban en el suelo y caas sujetadas por bejucos con los techos de palma o paja, dejando en lo alto un respiradero, recubierto por un caballete, para la salida del aire caliente y del humo de las brasas que siempre mantenan dentro de las casas. El modelo de planta circular desaparece como vivienda, pero la rectangular y los mtodos constructivos evidentemente se siguen utilizando, ya que el espaol aprende y adapta numerosas tcnicas de la tecnologa verncula antillana, debido a que no las encontraban del todo extraas y por encontrarlas muy apropiadas al nuevo medio ecolgico americano. Esto lo confirma el Padre Bartolom de las Casas, cuando dice en su Apologtica Historia de las Indias: Yo vide casas de stas, hecho de indios que vendi un espaol a otro por seiscientos castellanos o pesos de oro, que cada uno vala cuatrocientos y cincuenta maraveds.12 O cuando dice en su Historia de las Indias que: Para de madera y paja no pueden ser ms graciosas ni ms bien hechas, ms seguras, limpias ni ms sanas, y es placer verlas y habitarlas, y hacan algunas para los seores; y despus, en esta isla Espaola, hicieron los indios para los cristianos tan grandes y tales, que pudiera muy bien y muy a su placer el emperador en ellas aposentarse.13 Cristbal Coln, Gonzalo Fernndez de Oviedo, Bartolom de las Casas, Antonio de Herrera, Pedro Mrtir de Anglera, Diego lvarez de Chanca y otros cronistas y escritores de los siglos XV y XVI describen y dan datos sobre las viviendas indgenas de la isla de Santo Domingo, pero lamentablemente ninguno especifica el tamao de las mismas, ni las describen en forma detallada, por lo que se hace difcil reconstruir, al menos grficamente, estas viviendas.14 Sabemos que los tanos, al adoptar el tipo de vida cacical, sustituyen las grandes malocas o bohos colectivos por bohos pequeos o relativamente pequeos, generndose as un mayor nmero de viviendas en sus poblados y creando un cambio total del patrn espacial. El investigador finlands Bjrn Landstrm, en su libro Coln,15 presenta una interpretacin grfica de un boho indgena, tanto en planta, alzado y corte, basada en el grabado en madera que aparece en la edicin de 1547 de la Historia General de Oviedo, y en descripciones de la poca, bsicamente del mismo Oviedo y Las Casas, quienes no describen de una manera precisa estas viviendas. De todas formas, esta interpretacin nos parece muy lgica y podra acercarse bastante a la realidad. El arquelogo Felipe Pichardo Moya, en su libro Los Aborgenes de Las Antillas,16 hace una de las ms completas descripciones de las viviendas indoantillanas, ya que rene y analiza informaciones provenientes de los cronistas de Indias y de investigadores y arquelogos de diferentes pocas, llegando hasta los aos 50 del pasado siglo XX, poca en que escribe su libro. Coincidimos con su parecer de que todava est pendiente la realizacin de un mayor nmero de investigaciones arqueolgicas en que se analicen las huellas de los horcones o postes, para intentar definir el tamao y la forma de estas viviendas indgenas. Tambin estamos de acuerdo con el citado autor en que se debe seguir investigando sobre la posible relacin de los mayas de Yucatn con nuestros aborgenes, ya que se encuentran ciertas similitudes con algunas costumbres tanas, incluyendo los materiales y la forma de construir sus viviendas.

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1.2

Influencias y aportes forneosEl negro esclavo se manifiesta arquitectnicamente de una manera muy restringida y tmida, ya que no tena grandes motivaciones para expresarse artsticamente, pero se puede asegurar que en Santo Domingo estos inmigrantes africanos gozaban de ciertas libertades, principalmente en los hatos ganaderos, lo que podra suponer alguna continuidad de las tradiciones constructivas de sus regiones de procedencia, que habran pasado de generacin en generacin. Ya en el siglo XVIII se haba generado un tipo de esclavitud feudal-patriarcal, lo que haca posible ceder tierras y propiedades a los esclavos mediante una relacin totalmente feudal o bien emplearlos como esclavos jornaleros y de alquiler, lo que produjo un proceso de cambio hacia las pequeas propiedades campesinas y de constitucin de una clase media urbana. En los Cdigos Negros de la Amrica Espaola17 se pueden ver claramente las limitaciones y prohibiciones que tenan los negros esclavos en cuanto a los oficios que podan ejercer, a los instrumentos que podan tener y a la construccin y disposicin de sus viviendas. Pero hablando de una forma general para la regin, no es sino hasta la abolicin de la esclavitud o hasta la libertad obtenida por algunos de estos esclavos, que este grupo tnico se manifiesta plenamente en cuanto a su arquitectura se refiere. Artsticamente su manifestacin es muy elemental, tal vez debido a una prdida de sus tradiciones. Hay que tomar en cuenta que el 80% de los esclavos negros que se traa de las costas africanas a la regin del Caribe tenan entre 18 y 25 aos y stos no duraban ms de 5 6 aos, por lo que la reposicin trajo muchas veces como consecuencia que no hubiese integracin sociocultural dentro del proceso de trabajo. Tambin es bueno anotar que tan solo el 20% de los esclavos que se trajeron eran mujeres, lo que impide que se vayan formando y creando races culturales profundas. En el caso de la colonia espaola de Santo Domingo, debido al modo de produccin, fundamentado en los hatos, la vida de los esclavos africanos era ms larga y la importacin de los mismos era cada vez de menor nmero. Un supuesto modelo de arquitectura introducido por esos inmigrantes africanos es la casa construidaCasa de bajareque o tejamanil, sistema constructivo usado en la regin Sur. Foto Esteban Prieto Vicioso.

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Casa de bajareque o tejemanil techada con yaguas. Barahona. Foto Esteban Prieto Vicioso. Largos vuelos de cana protegen las paredes laterales en los bohos de tejamanil, en Los Bancos, San Juan. Foto Esteban Prieto Vicioso. Lnea de piedras delimitando la entrada del boho. Foto Esteban Prieto Vicioso.

con muros de los que en Repblica Dominicana se denominan tejamanil o de tabiques,18 que son los formados por setos de estacas entrecruzadas entre horcones de madera, luego recubiertos con un embarrado o boiga, o sea, tierra ligada con excremento de vaca, para darle mayor consistencia. El arquelogo Elpidio Ortega, en su libro Expresiones Culturales del Sur,19 sostiene que: Esta modalidad de construccin de viviendas ha sido incluida dentro de la arquitectura verncula rural como una transculturacin africana a travs de los primeros esclavos, desde los comienzos de la colonia, y de las invasiones y migraciones haitianas en el siglo XVIII. Aunque ese mtodo constructivo en la Repblica Dominicana se les atribuye a los africanos, es sabido que tanto los indgenas venezolanos como los mayas utilizaban el recubrimiento de paredes con barro, como puede observarse todava en sus respectivas regiones. Graciano Gasparini, en su libro Arquitectura Popular de Venezuela,20 plantea que el bahareque: ...era una tcnica constructiva autctona y no, como alguien insina, trada por los africanos. Al respecto cita un prrafo de la Historia General y Natural de Indias que dice: Los muros estn hechos de caas colocadas las unas muy cerca de las otras y luego recubiertas con tierra cuyo espesor es de cuatro a cinco dedos y as llegando hasta el techo. Esto proporciona un muro slido y de aspecto agradable. Las casas estn techadas de palma y paja muy bien colocada y de gran durabilidad. Las lluvias no entran en estas casas y el techo ofrece tanta proteccin como las tejas... Tambin en La Espaola hay evidencias del uso del barro en paredes de las viviendas indgenas, ya que Alonzo de Ojeda, en 1493, describe al Almirante Cristbal Coln el palacio y villa de Guarionex, en el valle del Cibao, lo cual narra Luis Joseph Peguero en su Historia de la conquista de la isla Espaola de Santo Domingo, de la siguiente manera: ...el palacio y casas de los nobles, se diferencian de la casas de los plebellos con algunos tabiques de barros que ponen en las junturas de los maderos, con que estan sercadas, supliendo las texas con yaguas, o lo que ofrece la comodidad,....21

Jos Augusto Puig, en su importante y pionero Ensayo Histrico Arquitectnico de Puerto Plata, da un dato bien interesante sobre la utilizacin del tejamanil por parte de los espaoles en las primeras construcciones de dicha ciudad fundada por Ovando en 1502, cuando dice: Las casas, en los principios de la villa, fueron de madera y paja; luego, en el mismo siglo XVI, en la primera mitad, cuando el florecimiento de la ciudad, algunas se levantaron de cal y canto, sillera y tapiera, con techumbre de tejas. Fueron fabricadas a la usanza espaola segn descripcin de la poca: no muy altas sobre el suelo o de dos pisos solamente, pero muy slidas, las habitaciones grandes y buenas, con grandes puertas en lugar de ventanas para que entrara el aire finalmente, con su brisa perenne. Hablaban los espaoles de la construccin de las casas as: se hincan los postes o estacas que fueren necesarios para el tamao de la casa; sobre ellos construan un piso bajo de cierta altura; en la cabeza de los postes un techo, cubierto de paja o tejas. Si elevaban la base a la altura de un hombre, usaban el piso trreo inferior para depsito, cercndolo con un trenzado de varas revocadas, enlucidas y cuidadosamente blanqueadas por dentro y por fuera.22 Este mtodo constructivo tambin puede observarse en casas rurales de algunas regiones de Espaa, por lo que podemos estar ante una tcnica conocida por todos los grupos actuantes. Estos modelos tambin debieron adaptarse al nuevo ecosistema sufriendo las modificaciones necesarias. La mayor similitud la podemos observar en la vivienda denominada barraca, de las provincias mediterrneas de Murcia, Alicante y Valencia, en la pennsula ibrica.23 Estas barracas, de planta similar a nuestras viviendas rurales, tienen una estructura sencilla de palos de madera y sus paredes estn formadas con un tejido de caas, el cual se recubra o embarraba por ambos lados, exterior e interior, enlucindolo luego con yeso. Se sabe que el uso de estas barracas se remonta al perodo prehistrico espaol y que se sigui utilizando a travs de los siglos y hasta tiempo bien reciente. Las puertas y las ventanas son las nicas piezas de carpintera que posee la barraca, tal como sucede en los diferentes tipos de nuestra arquitectura verncula.

Paredes de tejamanil sin embarrado. Pueblo Viejo, Azua. Foto Esteban Prieto Vicioso. Atabales o tambores de influencia africana, que forman parte del sincretismo religioso tano, espaol y africano. Foto Esteban Prieto Vicioso. Casa de tejamanil con dibujos de influencia haitiana. Las Terreras, Azua. Foto Esteban Prieto Vicioso. Detalle del ensamblaje de la estructura del techo.

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Otra vivienda espaola que utilizaba el embarrado sobre un trenzado de madera era el pallabarro gallego, cuyos muros al final se encalaban, tal como se hace con las viviendas de tejamanil dominicanas.24 Por cierto, el trmino tejaman o tejamanil se usa en la Republica Dominicana para definir los muros con trenzados de madera y luego embarrados y encalados, pero en Cuba, Puerto Rico y Mxico, se usa para definir la tabla delgada de madera que se coloca como teja en los techos de las casas, como era frecuente en la zona de Jarabacoa y en el valle de Ban, donde se le conoca como techo de tablitas. Como ya hemos dicho, el espaol adopta el tipo de vivienda indgena y la encuentra muy digna y apropiada a las condiciones climticas de la isla, tal como relatan los cronistas de Indias, pero es de suponer que se le introdujeron algunas modificaciones para adecuarlas a sus necesidades y formas de vida, as como habrn introducido nuevos materiales y nueva tecnologa. Uno de los materiales posiblemente introducido por los espaoles, al menos en la forma en que lo conocemos hoy, es la tabla de palma, material que todava en la actualidad es el ms utilizado en la arquitectura verncula dominicana. Si bien Oviedo confirma el uso de la madera de palma por parte de los indgenas cuando dice: De las palmas que se dijo primero, es buena la madera para pocas cosas, as como cajas de azcar e para cubrir casas, al modo de los indios, e de poca costa,25 no est claro el lugar y el modo de usarla. Parece ser que el piso de las barbacoas, o lugares elevados donde colocaban frutas y otros alimentos, eran de tablas de palma. Es de suponer que con los nuevos instrumentos de trabajo con que contaban los espaoles, estos podan trabajar mejor la madera de palma y sacar las estrechas tablas o tiras que todava se usan en la actualidad. Un importante material de construccin introducido por los espaoles fue el clavo, el

Detalle del interior de una casa de tejamanil. Foto Esteban Prieto Vicioso. Boho y cocina de tejamanil, en Los Bancos, provincia San Juan. Fotos Esteban Prieto Vicioso. Las paredes de tablas de palma real, son las ms comunes en la arquitectura verncula dominicana. Foto Esteban Prieto Vicioso. Clavos de hierro forjado utilizados en bohos de tablas de palma del siglo XIX. Foto Virginia Flores Sasso.

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Proceso tradicional de obtencin de las tablas de palma. Pueblo Viejo. Azua. Foto Esteban Prieto Vicioso. Colocacin de un durmiente del techo, en un boho en Pueblo Viejo. Azua. Foto Esteban Prieto Vicioso. Boho de tablas de palma, en proceso de construccin. Pueblo Viejo. Azua. Foto Esteban Prieto Vicioso.

cual permita hacer paredes de madera sin necesidad de amarrarlas con bejucos, que era la nica forma conocida por los indgenas. Es esta casa de paredes de tablas de palma, colocadas horizontalmente y cobijadas con hojas de cana, yarey o yagua, la que vemos en viejos grabados y dibujos de las diferentes ciudades y pueblos del pas,26 o sea, este tipo de vivienda tena un uso tanto rural como urbano. Las diferentes migraciones hacia la Colonia Espaola de Santo Domingo y posteriormente, durante la ocupacin haitiana hasta los primeros aos de la Repblica, hicieron sus aportaciones a nuestra cultura en general. Queda pendiente analizar detalladamente los aportes que estos grupos de espaoles, africanos, portugueses, canarios, curazoleos, cocolos de las Islas Vrgenes y otros puntos de las Antillas Menores, negros libertos de los Estados Unidos de Amrica, entre otros, hicieron a la arquitectura dominicana.

En la segunda mitad del siglo XIX, con el nacimiento de la Repblica se solidifica la clase campesina y surgen nuevos poblados en el interior del pas. Las migraciones son ms frecuentes, as como el intercambio comercial con las dems islas del Caribe, muchas de ellas colonias de diferentes pases europeos, como Francia, Holanda e Inglaterra. Por esa razn, el siglo XIX es ms rico en las influencias arquitectnicas y artsticas dentro del universo de la arquitectura popular. Teniendo La Espaola origen e historia similar a las dems islas del Caribe, podemos afirmar que nuestra arquitectura posee caractersticas regionales muy definidas, resultado de influencias indgenas, espaolas, africanas y finalmente de Europa Occidental en general.

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Cobijando una casa mediante un convite, en la regin Sur del pas. Foto Esteban Prieto Vicioso. Aperos de labranza en el interior de un boho. Foto Esteban Prieto Vicioso. Las paredes construidas con tablas de madera, como puede verse en esta casa en Loma Prieta, fueron introducidas en la isla por los espaoles. Foto Ricardo Briones. Casa de tablas de palma y techo de lminas de zinc, de marcada influencia antillana. Foto Esteban Prieto Vicioso. Detalle de empalizada con acceso al patio. Foto Esteban Prieto Vicioso.

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El surgimiento del campesinado y su arquitecturaPara comprender el desarrollo de la arquitectura rural dominicana, o sea, de la vivienda campesina, hay que estudiar y analizar la historia social y econmica del pas, cosa que trata muy bien Roberto Cass en su libro Historia Social y Econmica de la Repblica Dominicana.27 Durante el siglo XVI la ciudad de Santo Domingo no sobrepas una poblacin de unos 500 vecinos, esto es, jefes de familia blancos y unos mil distribuidos en las otras villas y en los pocos hatos y estancias que haba en toda la isla. La poblacin de negros esclavos, que oscil entre 20,000 y 30,000 personas a lo largo del siglo, trabajaba en los ingenios o como servidumbre en los poblados. Los libertos y muchos de los mismos esclavos vivan en chozas de madera en las zonas marginales de la ciudad, donde cuidaban sus pequeos conucos. Muchos de los blancos que vivan en las ciudades tenan tambin pequeas explotaciones agrcolas o ganaderas cerca de las ciudades donde habitaban. Nada muy diferente puede ser apreciado incluso en el dia de hoy, con la natural diferencia de escala. La poblacin rural en el siglo XVI era muy escasa, ya que viva mayormente concentrada en las villas, salvo algunas familias que vivan en sus estancias. La vida de los habitantes de la colonia espaola de Santo Domingo fue afectada durante el siglo XVII por la equivocada medida de las devastaciones a que fueron sometidas las poblaciones ubicadas al oeste de Santiago y Azua ordenadas por la Corona espaola, con la intencin de terminar con el contrabando realizado por sbditos de pases enemigos. Esta medida afect la economa de plantacin y de los hatos ganaderos, creando un empobrecimiento en la colonia, una disminucin de la demanda de esclavos, la emigracin de muchas personas blancas y la primaca del tipo criollo, producto tnico de la mezcla entre europeos y esclavas, segn expresa Roberto Cass, quien adems asegura que como producto de las modificaciones en la economa y de la evolucin de los grupos tnico-sociales, en la segunda mitad del siglo XVII la estructura demogrfica acus una modificacin que marcara los procesos macrohistricos ulteriores. Hasta entonces la mayor parte de la poblacin haba estado compuesta por personas catalogadas como negras o morenas, mientras que en lo adelante pas a estarlo por mulatos, como consecuencia de la mezcla de negros y blancos.28Casa de tablas de palma con techo de yaguas, en la regin Este del pas. Foto Esteban Prieto Vicioso.

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Gallera de madera con techo de cana, muestra de la arquitectura verncula dominicana. Regin Sur. Foto Esteban Prieto Vicioso.

Las devastaciones de principios del siglo XVII hicieron proliferar los manieles o palenques29 habitados por los cimarrones, o negros esclavos fugitivos, hasta la segunda mitad del siglo cuando fueron eliminados por las persecuciones. Al darse cuenta del error cometido con las devastaciones, se determin dar amplias facilidades a inmigrantes canarios, dedicados a actividades agrcolas y ganaderas. Estos inmigrantes fundaron la villa de San Carlos y otros se establecieron en lugares cercanos y en contacto directo con su zona de produccin, siendo tal vez los primeros campesinos establecidos en la isla. El nmero de estos habitantes provenientes de las Islas Canarias fue aumentando a travs del siglo XVII y como resultado se fueron creando las villas de Ban, Neiba, Montecristi, Puerto Plata y Sabana de la Mar, entre otras. En general, la recuperacin econmica hizo que la poblacin de la parte oriental de la isla aumentara durante el siglo XVIII de unas 10,000 personas a unas 120,000, desarrollndose ante todo los grandes hatos ganaderos y una naciente clase campesina en los alrededores de Santiago y La Vega y en las afueras de Santo Domingo. El desarrollo de los hatos permiti dar un tratamiento especial a los negros esclavos, los que gozaban de libertad de movimiento y gestin propia, como paso previo a su libertad. Estos libertos fueron engrosando esa clase campesina incipiente, ante todo a principios del siglo XIX y durante la ocupacin haitiana. El historiador Wenceslao Vega, en su discurso de ingreso a la Academia Dominicana de la Historia, titulado Historia de los Terrenos Comuneros de la Repblica Dominicana, recoge una descripcin de un hato ganadero de esa poca de la siguiente manera: Un extenso predio rural, dedicado principalmente a ganadera, llano o por lo menos poco accidentado, con ros, arroyos y una que otra laguna o estanque. All crecen al natural la hierba o el pasto. No hay divisiones o cercados externos, a lo ms, setos vivos que separan los potreros entre s y con las hortalizas y conucos. Dentro del hato hay varias construcciones rsticas: La casa del amo, de madera de palma con techos de yagua, con una cocina del mismo tipo pero separada de la casa y algo alejado una letrina. Bien cerca una pocilga, un gallinero y un corral donde se amarran los caballos, mulos y burros. Perros caseros realengos y para las redadas de las reses pululan por doquier. Una que otra enramada de cana en los alrededores para guardar los aperos de labranza, picos, hachas, palas, azadas, coas, machetes, etc. El almacn de las sillas jineteras, jquimas, lazos, sogas, y dems instrumentos para los rodeos de los animales. Otras enramadas para conservar los cueros, el sebo, los cuernos y dems productos del hato, que se almacenan para luego ser vendidos. Aledao a la casa, la hortaliza donde se cosechan los escasos vegetales que consume la familia: berenjenas, auyamas, repollos, sandas, melones, etc. En las cercanas de la casa del amo, ms pequeas y pobres que la suya, los bohos del mayoral, de los peones, libertos y escasos esclavos y sus familias. Algo ms alejado: el conuco, con los indispensables pltanos, yucas, batatas, yautas y dems vveres de los cuales dependen todos. Esparcidas encontramos algunas matas de naranjas dulces y agrias, limones y otros ctricos, una que otra mata de bija para dar color a la comida. Regados en el entorno, los rboles de frutas criollas como la guanbana, el nspero, el

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ann, la guayaba, el tamarindo, la jagua, el higuero, el coco y la indispensable higera para los envases de la cocina, etc. Entonces las amplias sabanas, en una poca del ao cubiertas de altos pastos donde el ganado casi desaparece hundido; y en pocas de sequa con las yerbas casi a ras del suelo. Espordicos estanques o arroyos donde las reses abrevan. Aqu y o acull los grandes rboles de sombra donde hombres y animales se pueden guarnecer de la cancula o del aguacero: ceibas, anacagitas, javillas, y de vez en cuando extensos palmares con la palma cana, la real, etc. tan tiles para construir y cobijar las viviendas y las enramadas. En la distancia, las extensas monteras: Casi impenetrables bosques tropicales, llenos de espinas, lianas y arbustos, donde crecen en abundancia los grandes guayacanes, caobas, cedros, banos, y otros de maderas preciosas. All el hatero y sus peones penetran con dificultad para tumbar los rboles y cortar la madera que necesitan para sus menesteres.30 Por su parte, Roberto Cass confirma que: La aparicin de un protocampesinado fue producto de la

Secaderos de tabaco en Navarrete. Foto Domingo Batista. Vista exterior, interior y planta de una casa tpica del Valle de Ban, construida en el siglo XIX con tablas de palma y techo de cana, con pasamanos dividiendo la sala del comedor. Villa Sombrero, Peravia. Foto Esteban Prieto Vicioso.

masa de libertos y del terreno que dejaba el sistema econmico a la iniciativa de pequeos cultivadores que no lograban ubicarse como propietarios de esclavos. En segundo lugar, fue producto de la dinmica demogrfica que comenzaba a poner en entredicho la viabilidad indefinida del hato ganadero, basado en amplios espacios que no permitan ms que el sostn de una poblacin reducida que se mantena de la cra extensiva o la cacera. Por ltimo, incidieron los cambios internacionales, que propendieron a incrementar la demanda de nuevos gneros y a presionar por la disminucin de la dependencia respecto a Saint Domingue. Pero, todava en las dcadas finales del siglo XVIII, este proceso era incipiente por lo que cobr cuerpo como parte de la modificacin estructural del siglo XIX.31

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Pulpera construida con tablas de palma y techo de zinc. Cachn, Barahona. Foto Virginia Flores Sasso. Boho de tablas de palma y techo de cana, materiales tpicos de la arquitectura verncula y popular dominicana. Regin Noroeste. Foto Ricardo Briones. Pared de madera con un viejo techo de lminas de zinc lisas. Montecristi. Foto Ricardo Briones. La vida social normalmente se desarrolla debajo de una enramada o de una buena sombra. Foto Esteban Prieto Vicioso. Casa de tablas de palma y techo de cana con galera frontal. Foto Esteban Prieto Vicioso.

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Palmas y arquitectura vernculaSalvo las principales casas de la ciudad de Santo Domingo, la arquitectura de las dems villas, estancias, hatos ganaderos y viviendas rurales, era de madera, normalmente con paredes de tablas de palma y cubiertas de yagua, cana o pachul. De esa manera la palma real (Roystonea hispaniolana) y la palma cana (Sabal domingensis y Sabal causiarum) se convirtieron desde entonces en los rboles ms preciados de la arquitectura dominicana, prevaleciendo hasta nuestros tiempos a nivel rural. Otra palma muy utilizada en las construcciones vernculas dominicanas es el yarey, cuyas hojas se utilizan para cobijar las casas. Aunque la Repblica Dominicana es un territorio pequeo, de algo ms de 48,000 km2, encontramos tipos arquitectnicos diferentes, los cuales son el resultado de la conciliacin de las necesidades de los campesinos con el clima, los recursos disponibles y la propia cultura del grupo humano. En el ao 1982, se realizaron dos reuniones del Grupo de Trabajo sobre Arquitectura Verncula, de la Organizacin del Gran Caribe para los Monumentos y Sitios, CARIMOS, una en Islas del Rosario, Cartagena de Indias y la otra en El Portillo, Saman, Repblica Dominicana, en las que se determin hacer una multiexposicin sobre arquitectura verncula del Gran Caribe, que sirviera para promover su estudio, su conocimiento y su importancia. Entre los aspectos ms trascendentales emanados de dichas reuniones se encuentra la definicin adoptada sobre el trmino arquitectura verncula, la cual luego de discutirse y ampliarse en el Foro de Cultura Caribea celebrado en Cancn, Mxico, en agosto del 1989,32 qued de la siguiente manera: La arquitectura verncula del Gran Caribe es el resultado de la mezcla e integracin de las experiencias formales y constructivas de la poblacin aborigen de la regin y de los aportes africanos y europeos; de ah su riqueza cultural singular y distintiva, ya que se trata de una arquitectura que responde a una unidad familiar y dems edificaciones de actividades complementarias de la comunidad, con materiales propios de la regin, que mantiene sistemas constructivos especficos con la presencia de elementos industriales simples cuyo resultado volumtrico, sus relaciones espaciales, el color y el detalle identifican al grupo que la produce, respondiendo a una manufactura artesanal siempre con la participacin del usuario.Bosque de palmas cana. Foto Esteban Prieto Vicioso.

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Boho de tablas de palma y techo de cana, con volumetra simple, tpica de la arquitectura verncula dominicana. Foto Esteban Prieto Vicioso. Detalle de pared divisoria en un boho de una habitacin. Foto Esteban Prieto Vicioso. Cubierta de gran peralte con ventilacin en la parte alta de la pared lateral. Rosario, Azua. Foto Esteban Prieto Vicioso. Planta de boho de tablas de palma, con dos aposentos y galera central.

La casa rural dominicana se configura en un volumen simple que constituye el cuerpo principal del hogar y se desarrolla siempre en un solo nivel, siendo el rectngulo la forma ms empleada. Los modelos ms sencillos constan de una planta rectangular dividida en dos espacios contiguos que constituyen la sala y un pequeo dormitorio donde duerme toda la familia. La cocina se encuentra siempre fuera de la casa, as como la letrina.33 En muchas ocasiones tambin cuentan con una enramada de madera, techada con hojas de palma, para protegerse del sol. Tradicionalmente no haba divisin territorial en los poblados vernculos. Las verjas o empalizadas se hacan slo en los corrales. La colocacin de las casas, en la mayora de los casos, no responde a ningn criterio establecido, siendo bastante desorganizada, en apariencia. La vida se hace fuera de la casa, utilizando sta slo para dormir. Los pavimentos de estas viviendas son normalmente de tierra apisonada y en ocasiones de madera, aunque cada vez ms se encuentran pavimentos de cemento pulido, los cuales pueden extenderse hacia el exterior de la casa unos 30 centmetros, a manera de zcalo de proteccin o plataforma. Los muros, ya sean de horcones, tejamanil o tablas de palma, usualmente van pintados de diferentes colores, con pinturas de cal y pigmentos minerales o polvo de mosaico, aunque muchos ya utilizan pintura industrial. El modelo de casa construido a base de un forro de yaguas tanto en muros como en techos, es el ms simple y carente de color. En algunas zonas ms prsperas, estas casas vernculas son ms grandes con dos o tres aposentos y llegando a tener galeras, en una esquina o en el centro de la casa. Las cubiertas, normalmente de cana, pueden ser a dos o cuatro aguas. Por la carencia o alto costo de la cana, por modernizacin, por estatus o por desacertados programas oficiales de mejoramiento de viviendas, los techos son sustituidos por lminas de zinc acanaladas, las cuales convierten el interior de la casa en un ambiente caluroso. El reconocido intelectual dominicano Manuel Rueda, refirindose al tema de la casa dominicana,34 hace

una atinada y potica descripcin del boho, de la siguiente manera: Si partimos del boho, encontramos que en l se dan las formas esenciales capaces de dar cohesin al desenvolvimiento familiar. Cuatro horcones como sostn en las esquinas, el palo central o cumbrera al que se asen las vigas menores o largueros, los setos de tablas de palma combados hacia afuera y el torrencial techo de cana con el revestimiento de yagua en el caballete. Refirindose al interior de los bohos contina diciendo: Adentro del boho, sobre el suelo de tierra apisonada, aparece la nica divisin existente, la que separa el rea visible, o social, de la invisible o intima. En la primera hay una o dos sillas de guano que el dueo tumba contra la puerta para contemplar el anochecer tras las faenas del da, o que son ofrecidas en cumplimiento al visitante. Tambin en esa primera habitacin, la ms pequea de las dos, vemos la mesa de pino arrimada a un rincn, blanca y lavada con lejas devoradoras y que, en ocasiones, se endominga con el hule coloreado que exhibe un repertorio de flores y frutas exticas. Arriba de esta mesa vers el locero, o repisa para jarros de hojalatas o esmaltados, los higeros machos en el monte y hembras en el boho, como se dice en las adivinanzas, y el plato con su cuchara al lado, siempre relucientes como si no estuvieran hechos para comer en ellos. Cerca de la entrada vers tambin la repisa de la jumeadora. En la pared divisoria las fotos de peridicos y revistas pegadas con almidn, o el calendario atrasado que nos indica que para el campesino cualquier tiempo es el mismo y que los das se miden con accidentes simples, como son el trabajo, el sueo o la muerte. Esta descripcin confirma la gran influencia espaola en el boho dominicano, como ya habamos mencionado anteriormente.

Palmas reales. Foto Esteban Prieto Vicioso. Tramera de madera o locero de influencia espaola, en el interior de un boho. Foto Esteban Prieto Vicioso. Esquinero con lmpara de gas. Foto Virginia Flores Sasso.

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Detalle de altar religioso en el interior de un boho. Pueblo Viejo de Azua. Foto Esteban Prieto Vicioso. Casa en la que fue sustituido el techo de cana por laminas de zinc, lo que aumenta la temperatura interior de la misma. Foto Esteban Prieto Vicioso. Tpica silla de guano en un boho de tablas de palma. Foto Esteban Prieto Vicioso. Interior de casa de tablas de palma en Sanate, Higey. Foto Esteban Prieto Vicioso. Detalle de mobiliario en la arquitectura verncula y popular dominicana. Foto Esteban Prieto Vicioso.

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1.5

Los mltiples caminos de la arquitectura popularCuando las viviendas adoptan materiales industrializados, formas ms complejas, y son construidas ya no por los usuarios, ni en convites, sino por maestros constructores, estamos ante otra categora de arquitectura a la cual denominamos popular. Esta arquitectura la encontramos ms en el mbito suburbano o urbano y sobre los ejes viales interurbanos. Desde mediados del siglo XIX y a lo largo del XX, se introducen en la arquitectura verncula y popular dominicana las lminas de zinc, que por su comodidad de uso y facilidad de obtencin, van a ser cada vez ms utilizadas tanto a nivel urbano como rural. Con la introduccin de stas y con otros cambios a partir del siglo XIX, se van perdiendo muchas de las tradiciones y conocimientos constructivos desarrollados por los diferentes grupos que han habitado la isla, que fueron pasando de una generacin a otra. Estas edificaciones utilizan madera industrializada, ventanas de madera con celosas, pavimentos de cemento pulido normalmente con color; las cubiertas de lminas de zinc tienden a ser ms complejas. En ocasiones tienen un muro perimetral de bloques de concreto hasta altura de ventanas, a lo que llaman en algunas regiones altura salomnica. Sobre ste, se desarrolla la estructura de madera industrializada, cubierta en su cara exterior por tablas solapadas y colocadas horizontalmente. Estas tablas reciben en el pas el apodo de clavot, derivado del original anglicismo clap board. Gracias a las nuevas dimensiones de la madera industrializada, las viviendas son ms espaciosas y sofisticadas. Constan de sala, comedor, dos o tres dormitorios y galera. Normalmente tienen la cocina y un bao integrados a la casa, aunque en ocasiones mantienen su letrina y cocina en el exterior. Aparecen elementos decorativos como tragaluces de madera sobre puertas y ventanas, as como cresteras caladas en los aleros, producto de la influencia del gusto victoriano. El color sigue siendo un elemento importante tomando an ms fuerza que en los modelos vernculos, debido ante todo a la utilizacin de toda la gama de pintura industrializada, teniendo predileccin por colores vivos como amarillo, rojo, rosado, verde, turquesa y azul, con los detalles decorativos muchas veces en blanco o una combinacin de los colores mencionados. En algunos pueblos de la Repblica Dominicana, sobre todo al sur,Iglesia en Guayajayuco. Ejemplo de arquitectura popular dominicana. Foto Ricardo Briones.

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Casa de madera y zinc del Ingenio Santa Fe, San Pedro de Macors. Foto Esteban Prieto Vicioso. Ejemplo de arquitectura popular dominicana, con ventiladores sobre puertas y ventanas, y crestera de madera en el alero. Villa Sombrero, Peravia. Foto Esteban Prieto Vicioso. Ventana con romanilla, tragaluz, ventilador y contraventana, demuestran un dominio del control de la luz y la ventilacin. Azua. Foto Esteban Prieto Vicioso.

pueden todava encontrarse sencillas casas de madera cubiertas de tejas francesas, que constituyen una muestra interesante de la arquitectura popular dominicana. Esta arquitectura, a la que podramos llamar tambin antillana, tiene ms influencia francesa, inglesa y de otras naciones europeas establecidas en el archipilago de Las Antillas, en el Mar Caribe, como puede observarse muy bien en la exposicin sobre arquitectura verncula realizada por la Organizacin del Gran Caribe para los Monumentos y Sitios, CARIMOS, y publicada en el libro Monumentos y Sitios del Gran Caribe.35 El Arq. Eugenio Prez Monts en su libro Repblica Dominicana. Monumentos Histricos y Arqueolgicos expresa que: Analizar el patrimonio cultural del medio rural, eminentemente popular, es enfrentarse a un lenguaje autctono, rico en mensajes y en tradiciones vivas. Este patrimonio no constituye una decoracin gastada. Por el contrario, el mismo suscita una potente dinmica cultural, una fuente fecunda de estudio. En vez de ignorarla como algo mediocre, debera ser exaltada bajo el patrocinio del desarro-

llo bien entendido. Bajo el dominio exclusivo del economista, la sociedad rural acelera su extincin.36 Como hemos visto, la arquitectura verncula y popular dominicana, a la que podemos llamar tambin arquitectura tradicional, tiene como material de construccin principal la madera, ya sean varas, tablas de palma, tablas rsticas o madera industrializada, con cubiertas de pencas y vainas de palmeras, pachul, tablitas de madera y lminas acanaladas de zinc. Esta arquitectura se est viendo cada da ms amenazada y al menos su autenticidad y armona desaparecern, debido a la utilizacin, muchas veces inducida por planes gubernamentales, de materiales y modelos arquitectnicos completamente ajenos a la tradicin popular y al medio ambiente natural.

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La presencia de color es una de las caractersticas de la arquitectura popular antillana. Cerca de Montecristi. Foto Esteban Prieto Vicioso. Composicin de puerta, ventanas y tragaluces, tpica de la arquitectura verncula y popular dominicana. Villa Sombrero. Foto Esteban Prieto Vicioso. Tpica casa de La Otra Banda, Higuey, con sus caractersticos ventiladores sobre puertas y ventanas. Foto Ricardo Briones. Esquema volumtrico de arquitectura popular muy comn en la zona Nordeste del pas. Madre Vieja, Mara Trinidad Snchez. Foto Esteban Prieto Vicioso. Ejemplo de arquitectura antillana, rico en elementos decorativos y soluciones climticas. Saman. Foto Esteban Prieto Vicioso.

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