1. LA ESTETIZACIÓN HACIA “LA VOLUNTAD DE PODER”.

La verdad como función del intelecto ha sido utilizada, conformada y deformada para validar la mitología de la histora. La realidad de la que habla Nietzsche es una mera apariencia, no es más que la percepción del individo que busca interpretala a partir de sus experiencias.

Encontramos a la estetización de la política con un poten-cial amenazador en el que se pretende dar un sentido estético a los ideales políticos; es la búsqueda de expresar una ideología matizada, de darle un sentido artístico a la violencia, de modo que esta sea una falsa verdad, a partir de este pensamiento nace “la voluntad de poder”, que pretendía explicar el motor principal que mueve a la persona, no sólo su motivo ni sus fines últimos o elevados, sino que también es la generación de la acción misma, no sólo es el ser si no el hacer.

Podríamos hablar primero de una desmaterialización de la verdad y de los ideales, de modo que estos puedan adaptarse al entorno social, así son deformados y utilizados para que su ex-presión material sea entonces esta estetización de la política, dándole un sentido de belleza a fin a los principos bélicos.

Estos ideales son los pensamientos en los que se consid-era al superhombre como la expresión filosófica del fascismo, el cual encuentra su realización personal en los fines de provocar el máximo poder vital, cuya acción llega a su expresión más elevada en la guerra.

La guerra se a convertido en el estímulo capaz de ofrecer satisfacción artística a la perfección sensorial. Asi podríamos de-cir que mientras este proceso puede culminar con la guerra, también puede conducir a una disolución, a una reducción de lo político al nivel de la imaden.

TEORÍÁ DE LA ARQUITECTURA II

CARLOS LARIOS “ARQUITECTURA Y PODER” 1 DE SEPTIEMBRE DE 2011

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2. LA ESTETIZACIÓN DE LA ARQUITECTURA.

El modernismo vino a ser la expresión de la estetización de la arquitectura debido a que éste pretende atribuir la belleza misma a los elementos de la industrialización, trata de encontrar la armonía entre arquitectura y su materialización.

Podríamos hablar de una falla en cuanto a principios, de-bido a que la estetización de la política encuentra su destrucción en estos días, en los que la guerra puede ser reducida a la mera imagen.

Bernard Tschumi observó que es un problema que se ex-tiende hasta el mismo corazón de la cultura arquitectónica,

Cuando en el fascismo se veía a los tanques como expre-sión artística, cuando se encontraba la belleza de las máscaras de gas, el modernismo encontraba a su vez la pureza de la es-tructura, los edificios mostraban el sistema que daba vida a los espacios sin miedo a esconderse por ser considerados antie-stéticos.

Lo importante no sería tratar de entender cómo la ar-quitectura fue explotada por los distintos regímenes fascistas, sino cómo la cultura arquitectónica puede contener en sí misma ciertos impulsos fascistas. Este es un punto en el que se debe comprender al fascismo en su sentido genérico del uso o abuso excesivo de cualquier forma de poder.

En la actualidad los temas de arquitectura con importantes ramificaciones sociales y políticas son tratados demasiado a menudo, sólo en términos estéticos y no en su conotación de profundidad, esto se debe a que el hombre actual se encuentra en un momento en el que ya es fácil conformarce con poco, en el que la búsqueda de la profundidad es para pocos, mientras que muchos se quedan en ideas superficiales de la arquitectura, todo por una gran guerra de poder en la que el individuo se encuentra inmerso sin siquiera saberlo.

Esta batalla se libra entre aquellos acontecimientos bélicos en los que su historia compite con las telenovelas y los progra-mas de televisión, pasando a un segundo plano todas aquellas

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cosas que jugaban un papel verdaderamente importante en el pensamiento humano, desequilibrando la balanza de la escala de los valores humanos.

3. CONCLUSIÓN

Es aqui donde me gustaría recalcar que en mi opinión, la arquitectura de la actualidad busca acercarce cada ves más y más a los fundamentos básicos de su existencia, a la expresión más elevada de sinceridad, a la materialización de los conceptos verdaderos, a la profundidad misma de la arquitectura.

Nos encontramos en un momento histórico de manipula-ción de las ideas por la búsqueda del poder a expensas de una prostitución de fundamentos, hoy en día se piensa que cualquier idea materializada podría ser arquitectura cuando no nos fijamos siquiera en la persepción del individuo ante el espacio.

No podemos olvidarnos que la arquitectura no es fabri-cada por el hombre, sino que la arquitectura da forma a la persona en toda su complejidad material y espiritual, la arquitec-tura podría llegar a ser el arma más destructiva o la más edifi-cante, esta última mientras se fundamente en sus principios pur-istas más profundos, lo cual nos llevaría a lo que yo llamo una “arquitectura trascendente”.

Bibliografía:

-Benjamin, Walter. La obra de arte en la época de su reproductivilidad técnica. ITACA.

-Leach, Neil. La an-estética de la arquitectura. Colección Hipótesis.

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