Art 2013consideraciones Sobre El Desplazamiento

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    Revista Latinoamericana de Psicología Social Ignacio Martín-Baró, Vol. 3, Nº 1, Juio 2014 ISSN 0719-2703 

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    PALBRAS CLAVE  Conflicto armado, desplazamiento forzado,socioconstruccionismo, Psicología Social Crítica. 

    ABSTRACT 

    This article emerges from the reflections on the Line of Researchin Social Psychology, attached to the Group of Research Citizenship andSocial Processes of the Catholic University of Pereira. Some reflections onthe phenomenon of forced displacement by violence in Colombia arepresented, taking up the theoretical approaches of Liberation Psychology,Community Psychology and Social Constructionism. It aims to reach someproblematizations of phenomenon in question, in order to generatetheoretical reflections on a central problem of the Colombian reality. It isunderstood that social categories are due to constructions that givemeaning from exchanges that occur between different actors; in this case,social, institutional, academic and the displaced themselves. The reflectionspresented here focus from a critical perspective of social psychology, andshow that the categorizations essentialize subjects belonging to them, somost of the time acts as an imperative which difficult that subjects may beviewed in different ways. We conclude that, from a social constructionistperspective, we can say that the movement is in itself a problem, but it isperformed in correspondence with discourses that social actors build on it,the perceptions about people socially produced in this situation and,therefore, the practices that derive from this. 

    KEY WORDS  Armed conflict, forced displacement, social constructionism,

    Critical Social Psychology.

    TABLA DE CONTENIDOS 1.  El desplazamiento en Colombia: el caso de la ciudad de Pereira2.  Reflexiones sobre movilidad, desplazamiento, grupo y poder3.  La construcción social de la categoría “desplazado”4.  A modo de conclusión5.  Referencias

    1. 

    EL DESPLAZAMIENTO EN COLOMBIA: EL CASO DE LA CIUDAD DE PEREIRA 

    Colombia vive una grave crisis humanitaria que se entrelaza a losprocesos de desplazamiento forzado asociados a la violencia y agresiónproducto de conflictos armados. Al respecto, el Alto Comisionado de lasNaciones Unidas para los Refugiados –ACNUR– informó el pasado 17 de junio del año 2008 que Colombia tiene 552.000 refugiados en el exterior, loque hace que el país se ubique en el tercer lugar después de Afganistán contres millones y de Irak con dos millones. La situación se hace mucho másgrave cuando se informa que el país ocupa el primer lugar con tres millones

    de desplazados, desterrados y despojados de sus territorios dadas lascondiciones del conflicto social y armado que azota al país desde hace másde cuatro décadas. El segundo lugar lo ocupa Irak con dos millones

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    cuatrocientos mil y seguido la República Democrática del Congo con unmillón trescientos mil desplazados internos.

    En esta línea, un comunicado de ACNUR expresa lo siguiente:

    unos tres millones de colombianos se han visto forzados a abandonarsus hogares por razones de violencia, persecución o graves violacionesa sus derechos humanos. Sólo el año pasado, más de 170.000personas fueron forzadas a huir de sus hogares. Otros cientos de mileshan cruzado una frontera huyendo hacia los países vecinos o aún máslejos. (Centro de Noticias ONU, 2007, 20 de febrero, parr. 5-7)

    Otra de las fuentes importantes en Colombia que orienta sobre elestado real de la situación de desplazamiento es la Consultoría para losDerechos Humanos y el Desplazamiento –CODHES-, quienes analizan losiguiente: 

    En el año 2005 aumentó en un 8% la cifra de desplazamiento forzadoen Colombia; en este año, al menos 318.387 personas se desplazaronpor razones de violencia hacia 754 de los 1.121 municipios ubicadosen 31 de los 32 departamentos del país, lo que equivale a un 67% delas localidades nacionales. (CODHES, 2006). Desde principios deldecenio se había advertido sobre esta tendencia al incremento deldesplazamiento forzado: para el año 2002, el número de desplazados

    ascendía a 2.800.000 (CODHES, 2002). El informe al Congreso de laRepública (2002), presentado por la Red de Solidaridad Social,señalaba esta tendencia al incremento en los desplazamientos masivosde población: 254 eventos de desplazamiento masivo en el 2000; 403en el 2001, lo que indica un incremento de 58%; el desplazamientoindividual significó un 7% en el 2000 (13.515 desplazados) y ascendióen el año 2001 a 36% (68.143), presentándose un crecimientoalarmante de 414%.1 (González, 2007)

    Respecto al año 2007, CODHES informó que:

    Un promedio diario de 743 personas fueron desplazadas durante losprimeros seis meses del año en flujos migratorios que afectaron 32departamentos y 579 municipios del territorio nacional. La tendenciase mantuvo en el trimestre siguiente (julio, agosto y septiembre),periodo que coincidió con la campaña electoral para elegir integrantes

    1  La población desplazada en Colombia: de la construcción de un perfil como actor colectivo a los desafíos de laorganización. Consideraciones teórico-metodológicas para su abordaje. En Restablecimiento, reparación y procesos

    organizativos de la población en situación de desplazamiento. Publicación de la Red Nacional de Investigadores enDesplazamiento Forzado – REDIF-

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    de cuerpos colegiados y autoridades territoriales2. (Boletín informativode la Consultoría para los Derechos Humanos y el desplazamiento,2007)

    CODHES hace un análisis importante de la situación pordepartamentos, donde se menciona la grave situación que vive eldepartamento del Chocó y que es relevante considerarla, ya que eldepartamento de Risaralda es receptor fundamentalmente de poblaciónafro-colombiana proveniente de dicho departamento, al respecto seexpone:

    En el municipio de El Charco se presentó la mayor crisis humanitariade este período en todo el país por el desplazamiento de más de8.500 personas, pertenecientes a comunidades afro colombianasexpulsadas de sus territorios colectivos. La crisis del pacífico seextiende hasta el departamento del Chocó, que sigue siendo críticopor la arremetida, avance y consolidación de grupos paramilitares, quebuscan el control de los cultivos de uso ilícito, corredores estratégicosde movilidad de armas y droga, así como, por el dominio de lossocavones de oro, cultivos de palma aceitera y otras economías de laregión. Según el Sistema de Información - SISDHES, en eldepartamento de Chocó, en lo que va corrido del año 2007 por lomenos 2.260 personas se han visto obligadas abandonar sus lugaresde origen de forma masiva, por causas relacionadas al conflicto

    armado interno. Alrededor del 64% se vieron obligadas a huir a causade la guerra entre la estructura paramilitar “Los Rastrojos”, al mandode Wílber Varela y las Águilas Negras. Esta disputa ha ocasionadobloqueos, desabastecimiento de víveres y otros elementos de caráctervital, masacres, asesinatos selectivos e intimidación. (Boletíninformativo de la Consultoría para los Derechos Humanos y eldesplazamiento, 2007)

    Dada la dramática situación colombiana en lo referente al fenómenodel desplazamiento forzado, se pueden identificar múltiples estudios e

    investigaciones que se han realizado para tratar de caracterizar dichaproblemática. (Castrillón & Palacio, 2005; Ortiz, 2007; Bello, 2001; Palacio &Sabatier, 2002; Tovar, 2006; Zuluaga, 2001) Los abordajes sonmultidisciplinares, se han hecho desde la Ciencia Política, la Antropología,la Sociología, la Psicología: clínica, social y comunitaria, entre otrasdisciplinas. En la actualidad, la Red Nacional de Investigadores enDesplazamiento Forzado –REDIF– se ha configurado en una comunidadacadémica donde convergen investigadores de todas las disciplinas y tienecomo propósito fundamental recoger las múltiples investigaciones que se

    2 Boletín informativo de la Consultoría para los Derechos Humanos y el desplazamiento. Número 72, Bogotá, Colombia, 30

    de noviembre de 2007.

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    han hecho en el país sobre la problemática del desplazamiento forzado, loanterior como una manera de convocar y visibilizar a los y las académicasasí como las diferentes instituciones que producen conocimiento acerca del

    fenómeno en cuestión. Es de resaltar que las últimas publicaciones hanrecogido investigaciones importantes en las distintas regiones del país.Interesa destacar los siguientes estudios:

    1)  En la publicación El desplazamiento en Colombia. Regiones, ciudades y políticas públicas  aparece el artículo “Conflicto armado y desplazamientoforzado en el Eje Cafetero. La emergencia de nuevas voces urbanas” deCastrillón & Palacio (2005). En dicho artículo, los autores realizan unacaracterización a la situación de desplazamiento en el Eje Cafetero dondese manifiesta que esta región fue hasta la década de los noventas unaregión de gran producción económica, la bonanza cafetera marcó laeconomía local y nacional dejando en el imaginario de los colombianos laidea que esta región era de grandes desarrollos y de una economía estable.Con la crisis del café, comienzan a generarse grandes cambios y rupturas nosólo en la dimensión económica, sino en lo social y cultural, cuestión quealteró la situación interna de Manizales, Pereira y Armenia. Los campesinoscomenzaron a ver la necesidad de cambiar sus cultivos de café por coca,negocio que indiscutiblemente pasó a ser mucho más rentable y que habíasido impulsado por los nuevos narcotraficantes que llegaban al eje,especialmente desde Medellín y Cali.

    2) 

    A esta situación se le suma el conflicto armado, pues los actores armadosempezaron a hacer presencia en algunos territorios estratégicos de laregión cafetera. Las guerrillas como el Ejército de Liberación Nacional y lasFuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia comenzaron a reclutar jóvenes tratando de obtener el control en las zonas occidentales delRisaralda y Caldas, de esa manera obtuvieron el control de las zonasmontañosas de estos departamentos. De esta manera, se generó undeterioro en la región, tanto así que como afirman los autores “lasgeneraciones adultas no encuentran las condiciones que garantizan latransmisión cultural de su experiencia de vida y las nuevas generaciones

    aprenden esta vida desde las lógicas de la guerra”. (Catrillón & Palacio,2005) Poco a poco comienza a naturalizarse la guerra, a convertirse en unfenómeno cotidiano que no logra derrocar el imaginario que el resto delpaís tenía y tiene de la región, cuestión que permite que el fenómeno deldesplazamiento comience a tocar las puertas de estos departamentos,personas de todo el país llegan al eje con la idea de encontrar futuro ytrabajo allí, de 90 personas desplazadas en Risaralda para el año 1996, en elaño 2004 llegan a 17.251, abrumadora cantidad para un departamento queno cuenta con las condiciones económicas y la estabilidad social paraenfrentar tal flagelo.

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    3)  De esta manera, en Pereira se crean colonias de desplazados, en barrioscomo El Plumón (asentamiento afro-colombiano), Tokio (donde convergepoblación desmovilizada de grupos al margen de la ley y población

    desplazada), creando así conflictos al interior del municipio sin que seevidencien propuestas claras de políticas públicas que intenten disminuir lasituación de conflicto.

    4)  En la publicación Restablecimiento, reparación y procesos organizativos dela población en situación de desplazamiento,  la investigadora Diana Ortizexpone “Diagnóstico situacional de la población desplazada en Pereira: unpunto de partida para el debate sobre la reparación de las víctimas”. Eneste artículo se evidencia que esta ciudad se ha caracterizado por“importantes flujos migratorios de la colonización antioqueña del Quindíoy el Occidente colombiano”. Lo que significa que esta ciudad se haconstruido a partir de las afluencias de personas provenientes de otrosterritorios, dada su característica de estar ubicada en una zona estratégicaque permite el paso hacia importantes ciudades como Bogotá, Medellín yCali. En este sentido, se hace claridad sobre el papel que la ciudad hadesempeñado durante los procesos de industrialización en las décadas del50 y el 60 donde se identifica como ciudad núcleo de desarrollo, lo quehace que se ubique como una de las principales ciudades receptoras junto aCali, Barranquilla, Bogotá y Medellín.

    Posteriormente la autora plantea:

    Pereira se ubica como la primera ciudad receptora de población ensituación de desplazamiento del departamento de Risaralda. Deacuerdo con las cifras registradas por el Sistema Único de Registro –SUR-, en los últimos cinco años arribaron 4342 hogares desplazadospor la violencia representando el 5% del total de los hogares de lazona urbana del municipio. (Ortiz, 2007)

    Llaman la atención las cifras que se presentan y en este caso esnecesario enunciar que la ciudad no sólo es receptora de población

    proveniente del mismo departamento de Risaralda, sino que también esreceptora de otros departamentos como del Valle del Cauca y Chocó. Deesta manera,

    Los departamentos y municipios de origen de los desplazados haciaPereira más representativos son en su orden: Risaralda (Quinchía 35%y Pueblo Rico 33%), Chocó (Bagadó 44% y Tadó 33%), Caldas(Risosucio 66% y Pensilvania 33%) y Antioquia, que presenta unatendencia marcada y dispersa en los municipios del occidenteantioqueño. (Ortiz, 2007)

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    Por otro lado, es preciso reconocer que actualmente la ciudad no sóloha entrado en la dinámica de recepción, sino que también se han venidoregistrando expulsiones de población hacia otras zonas del país.

    Se ha pasado de 9 hogares expulsados en el 2000 a 34 en el 2005,fenómeno que puede estar ligado a la reciente presencia de losgrupos de autodefensas de manera más sistemática en la periferia dela ciudad y en los barrios marginados, a partir del control de losexpendios de drogas psicotrópicas conocidos con el nombre “LaCordillera” vinculados al jefe paramilitar del Bloque Central Bolívar,Mario Jiménez “Macaco”. (Ortiz, 2007)

    Otra información relevante tiene que ver con:

    El aumento de pobladores pertenecientes a minorías étnicas: el26.36% de los hogares en situación de desplazamiento que seencuentran en la ciudad de Pereira son afro colombianos y el 4.37%indígenas, estas cifras corresponden al 22.81% de la poblaciónindígena que registró Risaralda en el censo de 1993. (Ortiz, 2007)

    Lo anterior llama la atención ya que en la ciudad se están generandoprocesos y dinámicas sociales y culturales gracias al encuentro entre losdistintos grupos étnicos.

    De acuerdo a las distintas caracterizaciones que se han hecho, se hapodido evidenciar que no hay asentamientos solamente de población ensituación de desplazamiento, sino que estos se encuentran dispersos en laciudad, aunque hay algunos barrios donde se encuentran mayoresconcentraciones: Caimalito, El Azufral, El Plumón, La Platanera, San Nicolás,Brisas del Otún, Las Brisas y Villa Santana.

    2. 

    REFLEXIONES SOBRE MOVILIDAD, DESPLAZAMIENTO, GRUPO Y PODER 

    La movilidad humana es un fenómeno que se ha presentado desdelos siglos XVI, XVII y XVIII, grandes grupos poblacionales se trasladaron adiversas partes del mundo con el objetivo de transformar estados y crearnuevas ciudades. De esta manera, la mayor parte de la población migranteeran negros y esclavos que fueron utilizados como mano de obra requeridapara las grandes construcciones. Lo anterior, permite plantear que lamigración no es un fenómeno contemporáneo exclusivamente.

    Sin embargo, los motivos por los cuales migra la población sí se hanido transformando con el paso del tiempo, ya no es solo producto de la

    esclavitud, ahora los móviles de esta varían desde la migración voluntaria

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    alimentación, educación, atención médica y vivienda. No obstante, sindesconocer estas necesidades como vitales, es indispensable reconocer laimplicación social y cultural de las vivencias que enfrenta esta población.

    No se debe ignorar, además, que las causas que promovieron eldesplazamiento vinieron precedidas de situaciones altamente denigrantes,situaciones violentas y amenazantes que atentan contra su integridad física,psicológica, social y que marcan considerablemente a las personas. Estasensación de desamparo, impotencia y temor los obliga a salir y "seconvierten en pobladores, despojados, desarraigados (...) por lascircunstancias en que se producen, tanto hechos como sentimientos, éstosno pueden ser expresados, socializados ni elaborados fácilmente". (Bello,2001)

    Por otra parte, hay que considerar el hecho de tener queabandonarlo todo al migrar, sus tierras y pertenencias, y su comunidad, susvecinos, su historia, sus afectos, prácticas y estilos de vida, sus formas dehacer y de ser, esto destruye sus mundos sociales, culturales y simbólicos, seven enfrentados de manera abrupta a cambios y duelos consecutivos,algunos de ellos llegan a contextos completamente ajenos pero en loscuales su familia los apoya, otros llegan a espacios y ambientesdesconocidos, los cuales resultan ser una completa incertidumbre de lo queocurrirá y de lo que harán para subsistir. De esta manera, se expresa en unode los informes de Medios para la Paz:

    El desarraigo involuntario de la tierra genera penurias insaldables paraquienes lo soportan. Pero este desarraigo sobre miembros de minoríasétnicas implica mayores amenazas a la identidad, la pertenencia a ungrupo, así sea minoritario, genera un componente vital de identidadpara la persona desplazada, a quien se le hace imposible o en extremodifícil su reubicación o adaptación en cualquier otro medio diferente alque ofrece su comunidad. Pero por otro lado, dado el carácter deminoritario del grupo, la desmembración de sus miembros implica unaamenaza contra la existencia misma de la comunidad como ente

    cultural. Entonces, podría pensarse y argumentarse que eldesplazamiento forzado es una estrategia de guerra en un conflictoarmado interno, que ejercida sobre un grupo étnico minoritario sellega a convertir en una estrategia genocida. (2008, p. 84)

    Afirma reiterativamente Martha Nubia Bello (2001):

    La imagen que de sí mismos han construido históricamente laspersonas víctimas del desplazamiento (individual y colectivo) y que lesha permitido diferenciarse de otros y al mismo tiempo ser reconocidopor otros, es desestructurada y reconstruida a la luz de las nuevasrealidades y posiciones sociales que están obligados a asumir.(p. 48)

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    La autora destaca, además, la necesidad de identificar las condicionesparticulares de inserción en los espacios de reubicación, pequeñas y grandes

    ciudades, de acuerdo con las nuevas exigencias de acomodación en estoscontextos y, por el otro lado, identificar los procesos particulares deconfrontación que en torno a la identidad deben asumir las familias y lascomunidades desplazadas para enfrentar la condición que desencadenaeste hecho de violencia.

    Bello (2001), destaca algunas rutas para la construcción de identidaddesde la perspectiva de una intervención grupal, favoreciendo lareconstrucción de proyectos de vida, reconociendo las característicasparticulares de los elementos mencionados con anterioridad. Desde lo queella denominó Narrativas Coherentes y Narrativas Alternativas.

    Las Narrativas Coherentes proponen que las personas conozcan lascaracterísticas y dimensiones del conflicto político, su rol como ciudadanos,reconocer su condición de víctimas y los servicios de atención a su condicióncomo derecho y no como "donativo o caridad”. Construir una narrativacoherente implica "Abandonar el camino para la reivindicación política;abrir el camino para indignarse y por esta vía recuperar la dignidad" (Bello,2001) por lo cual asumir y reclamar el papel del Estado y de sí mismos en elproceso de reconstrucción de su dignidad.

    Las narrativas alternativas, por su parte, requieren que la narrativamisma no consista solo en reconocerse como víctima sino que, a la vez,signifique recuperar su capacidad de "agencia", pasar de "idealizar elpasado y satanizar el presente" a contribuir a una nueva biografía de vida.Entre los elementos que validarían este proceso estarían: la recuperacióncrítica del pasado, apropiación del entorno y, reconstrucción de proyectosindividuales y colectivos. Lo propuesto por esta autora se corresponde conlos principios de una Psicología Comunitaria orientada a los procesos detransformación social desde las capacidades y recursos de la población,concretamente como lo manifiesta Maritza Montero (2004) “lo comunitario

    incluye el rol activo de la comunidad, su participación. Y no solo comoinvitada, o como espectadora aceptada o receptora de beneficios, sinoagente activo con voz, voto y veto”.

    Todos estos elementos le permiten a la comunidad desplazadareconocer las implicaciones de la situación de violencia que han vivido y sucalidad de víctima, recuperar su capacidad de agencia y así superar sucondición de "desplazados". Bello (2001) señala a la vulneración de losderechos, las pérdidas, el desarraigo, la inestabilidad, la incertidumbre, laexclusión y estigmatización social como la base constitutiva de la identidadde los desplazados. La superación de esta estigmatización requeriría portanto el reconocimiento de los desplazados por parte de los funcionarios delas instituciones del Estado y de los miembros de las comunidades

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    receptoras, su condición de víctimas de la violencia; medir y constatar laspérdidas y verbalizar los temores y los miedos, ganar un nuevo lugar, dejarde ser desarraigado para visualizar las condiciones de un entorno seguro,

    todo esto implicaría una dinámica del hacer, una reivindicación de susderechos y un despliegue de todos los recursos a su disposición.

    Desde la posición de Martha Nubia Bello (2001), la reconstrucción dela identidad en el desplazado empieza por la recuperación emocional,implicando espacios, empresas, proyectos colectivos e individuales, ya quela autoimagen no surge solo de un proceso autorreflexivo, sino del ejerciciocolectivo. Potenciar la capacidad de autogestión en los desplazados comogrupo partiendo de la identidad.

    Hablar de identidad grupal pone toda la intención de los estudios enla población desplazada como "grupo" y no de manera enteramenteindividual, Martín-Baró (1989), maneja esta categoría reverenciando variosautores, entre ellos Merton (citado en Martín-Baró, 1989), para quien ungrupo es "un número de personas que interactúan entre sí de acuerdo aesquemas establecidos", diferenciándolo así de las colectividades que nocumplen dichos requisitos aunque son un conjunto de personas. Comomenciona Amalio Blanco (2003), el grupo es una construcción ideológica.

    Buscando una mirada dialéctica al estudio del grupo humano quesupere dichas limitaciones nombradas, se han identificado tres condiciones

    necesarias para una teoría psicosocial: a) Dar cuenta de la realidad socialdel grupo como tal, que no se reduzca a las características personales, peroque sea capaz de integrar los aspectos personales, b) Ser comprehensivapara incluir grupos grandes y pequeños, definiendo de antemano losparámetros que sobre la realidad el grupo permita tipificarlos y c) Incluir elcarácter histórico remitiendo a cada grupo a la circunstancia concreta y alproceso social que lo ha configurado.

    La definición de grupo humano, entonces, sería: "Aquella estructurade vínculos y relaciones entre personas que canaliza en cada circunstancia

    sus necesidades individuales y/o los intereses colectivos" (Martín-Baró,1989). Esta concepción de grupo nos moviliza a estudiarlos al interior de lahistoria de forma dialéctica, considerando los siguientes parámetros:

    1.  La Identidad del Grupo, en términos de esta problemática: lo quesignifica, caracteriza e implica ser desplazados, así como los aspectosque los diferencia de otros grupos.

    2.  El Poder del que dispone el grupo desplazado en sus relaciones conlos demás grupos, ya sea de personas también en calidad dedesplazados con otras características particulares o las personasajenas a esta problemática con las cuales deben convivir en sucotidianidad.

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    3.  La significación Social de lo que produce la actividad Grupal, suacción como comunidad.

    El poder, por lo tanto,

    Es un carácter de las relaciones sociales que emerge por las diferenciasentre los diversos recursos de que disponen los actores, individuos,grupos o poblaciones. De allí que el poder en un grupo debeexaminarse a la luz de la situación particular. Un grupo poderososiempre consigue ventajas en las relaciones con otros grupos,interviniendo los recursos disponibles así como su diversidad eimportancia (técnicos, científicos, naturales, etc.) El poder no es unrasgo que dependa de la identidad del grupo, es uno de los elementosconstitutivos de la identidad. (Martín-Baró, 1989, p. )

    Lo que el grupo es, su naturaleza y carácter depende del poder deque dispone en sus relaciones con otros grupos, la organización de ungrupo busca aprovecharse del poder para lograr sus metas. Un grupo conpocos recursos comienza a cerrarse y, cuanto menos autónomo es, el poderde un grupo más limitado será su valor y los objetivos que pueda alcanzar.En el caso de los desplazados, muchos de sus recursos han sidoperjudicados: sus lazos relacionales se han roto, se enfrentan a un entornodesconocido lo cual los pone en desventaja, sus comunidades suelenhaberse fragmentado, sus relaciones con otros grupos suelen estar

    mediadas por su calidad de desplazados, todos estos factores, influyen ensus relaciones de poder, en sus procesos de organización y en su capacidadde gestión.

    Una de las características típicas del poder es su tendencia a ocultarsecomo poder y presentarse como exigencia natural o como razón social,donde tiene que haber alguien que planifique, dirija, sancione y estolerable a la condición de que se enmascare a sí mismo como poder.

    Estas características esenciales del poder se dan en las relaciones

    sociales basándose en la posesión de recursos para producir un efecto en lasmismas, por esto se afirma que: el poder se sitúa donde quiera que hayanrelaciones sociales, no es un objeto, sino una cualidad de alguien (personao grupo) en relación con otras personas o grupos. Es un fenómeno social,no individual, el cual tiene un carácter de oposición y conflicto (asimetría),es decir, que en la relación, unos son capaces de imponerse a los otros. Esuna relación desequilibrada respecto de la posesión de un determinadoobjeto. Por lo tanto, el poder es concreto y produce sus efectos tanto sobreel objeto de la relación como sobre las personas o grupos relacionados(como sumisión, obediencia, autoridad, dominio).

    Martín- Baró (1989), propone a partir de su reflexión, dos paradigmasteóricos sobre el poder:

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    1.  El paradigma jurídico, el cual asume la perspectiva formal del sistemasocial. Donde el poder es un objeto del que dispone el Estado e

    impone a la sociedad (cosifica el poder). En este caso, el interés esejecutar las reglas y hacerlas cumplir mediante una estructurafundamentalmente jerárquica.

    2.  El paradigma estratégico, el cual asume la perspectiva de los actoresinvolucrados en las relaciones sociales (obliga a examinar el poder enla especificidad de la situación concreta). De allí que se le considerecomo una situación estratégica (un proceso) que surge en cadarelación social y de la cual emerge el poder, se caracteriza por unaperspectiva más horizontal, pues hay tantos tipos de poder cuantostipos de relaciones se produzcan en la sociedad.

    Consecuente con lo anterior, plantea, también, varios tipos de poder según los recursos con los que cuenta la persona: poder de recompensa,poder coercitivo, poder legítimo, poder de identificación y poder deexperto. Estos tipos de poder tienen sus efectos: la sumisión, que asume elpoder del otro para conseguir una respuesta favorable de ese otro; laidentificación, cuando se actúa como el poderoso porque se busca unabuena relación con él; y la interiorización, cuando se actúa como elpoderoso porque es congruente con el propio sistema de valores.

    En el mismo orden de ideas, Maritza Montero (2004) en su libro

    Teoría y Práctica de la Psicología Comunitaria, además de los tipos de poderconsiderados por Martín-Baró (1989), expone otros que propone DeCrespigny (citado en Montero, 2004), en estos se pueden evidenciar algunasideas que coinciden y otras que complementan las antes nombradas porMartín Baró. Un ejemplo de ello se hace claro con De Crespigny, quienpropone el tipo de poder reactivo, el cual tiene como propósito no lacapacidad para castigar o premiar, sino los cálculos para lograr ciertasreacciones que puedan orientar las conductas de otras personas; otro tipode poder es el de impedir u obstaculizar, que es semejante al podercoercitivo, en el cual no se opera por amenazas ni sanciones pues se ejerce

    a través de la obstaculización, demora o impedimento de la acción quellevan a cabo otras personas; y el poder persuasivo, el cual tiene su base enargumentos que inducen a cumplir su voluntad de quien los maneja.Además de esto, a nivel de las interrelaciones, Martín Baró (1989), señalauna clasificación del poder según su relación: poder coercitivo, poderbasado en la fuerza, poder manipulativo, poder de influencia y poderbasado en la autoridad.

    El poder se considera, entonces, como lo afirma Maritza Montero(2004), un problema no solo cuando se le ejerce abusivamente, en un marcodominante y opresor, sino también cuando se ignora que se le posee, ocomo decía Michel Foucault (1991), la cuestión no es el poder en sí, sino

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    cómo se ejerce, qué tácticas y estrategias sigue, cuáles son sus mecanismosde normalización.

    En el poder considerado como acción y el cual emerge en lasrelaciones con los otros, a nivel interior constituye la última categoríaplanteada por Martín- Baró (1983). La actividad que convierte en su objetode estudio la acción humana, individual o grupal en cuanto ésta estáreferida a otros, se forja en una historia, está ligada a una situación yrefiere al ser y actuar de unos y otros. Para esto afirma que de la capacidadde un grupo para realizar acciones significativas, depende la supervivenciade un grupo. Cada actividad tiene dos dimensiones: una externa (de cara ala sociedad) que debe ser capaz de producir un efecto social para afirmar suidentidad y otra interna (a los miembros del grupo) donde su acción esimportante si obtiene los objetivos en común.

    Históricamente los influjos sociales que de modo específico influyenen la individualidad, se encuentran cómo el carácter de seres sociales nos esdado a partir de los vínculos del individuo con su circunstancia y su mediosocial. En este sentido, se puede ver entonces cómo a través de unainteracción dialéctica con los influjos sociales el hombre construye su propioser actuando de una u otra forma ante los condicionamientos de su clasesocial (Marx, en Martín-Baró, 1983).

    Dichas reflexiones sobre el grupo y poder permiten plantear una

    pista para el análisis de los grupos de personas en situación dedesplazamiento, que en algún momento determinado y ante circunstanciasdeterminadas deciden organizarse como grupos para la exigencia de susderechos, la visibilidad de la situación y plantear posibles soluciones a susproblemáticas.

    3. 

    LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA CATEGORÍA “DESPLAZADO” 

    Se parte por reconocer que las categorías sociales son construcciones

    sociales e históricas que resultan de las relaciones, vínculos y disputas en lasque se ven involucrados los distintos actores sociales que participan en laconstrucción social de un fenómeno determinado. En esa vía, resultapertinente identificar los actores sociales que participan en la construcciónsocial de esta realidad social llamada desplazamiento forzado yconcretamente evidenciar cómo los sujetos encarnan la categorización quesobre ellos recae, a saber: “el desplazado” y las implicaciones a que elloconlleva en las maneras cómo se aborda y se interviene dicho fenómeno.

    Los actores sociales: Estado y sus instituciones, las Organizaciones No

    Gubernamentales, las Agencias de Cooperación Internacional, la Academiay la población misma se constituyen en los actores centrales que se intentananalizar en estas reflexiones. Interesa evidenciar a través de qué prácticas

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    sociales se hace posible la construcción de este sujeto “desplazado” y losvínculos que entre estos se generan con la institucionalidad, bien sea parala sobrevivencia o para la organización en procura de la exigibilidad de sus

    derechos. Para dicho análisis, se asume la perspectiva construccionista de laPsicología Social y de la sociología con la propuesta estructural-constructivista de Pierre Bourdieu (1995). Estos abordajes teóricos permitenanalizar e interpretar cómo se construyen socialmente los discursos y cómoa partir de éstos se performa la realidad social, entendiendo el discurso ensí mismo como una práctica social.

    Se analizan las distintas consideraciones que se hacen desde lasinstituciones sobre los desplazados, si son víctimas, responsables o sipueden ser considerados como actores políticos. Lo anterior, con el ánimode evidenciar cuáles son las implicaciones que tiene para la sociedadcolombiana reflexionar alrededor de esta dramática realidad y cómo desdeestas construcciones se delinean y se diseñan las políticas sociales con lascuales se interviene dicha población. Se intenta hacer una aproximacióncrítica al problema, en la vía de problematizar el desplazamiento como unfenómeno que, por haberse presentado en la historia permanente deviolencia en Colombia, se ha naturalizado. Vale la pena cuestionar dichanaturalización y sobre todo el encasillamiento de los sujetos que parecenhaberse fijado en esta condición de desplazados. Desde la perspectivacrítica de la psicología social se plantea la posibilidad de desmontar lossupuestos que han posibilitado la construcción de unas relaciones

    desequilibradas y desiguales que obstaculizan la posibilidad de trascenderel fenómeno mismo.

    En este interés, los planteamientos de Bourdieu (1995) sobre elconcepto de habitus  son relevantes en la medida que permite entendercómo las personas internalizan las cuestiones propias del encasillamiento,como sucede con el sujeto desplazado. De esta manera, el autor define loshabitus  como disposiciones adquiridas y comunes de actores quepertenecen a un campo en particular y que actúan como sistemasincorporados de disposiciones o predisposiciones socialmente adquiridas

    (Bourdieu, 1995). Así, los habitus  son asumidos como un sistema deesquemas de las personas que funcionan como organizadores de la acciónde acuerdo a las disposiciones que han sido socialmente adquiridas. Lareflexión, entonces, es sobre cómo el sujeto que ha sido categorizado comoel “desplazado” incorpora estas disposiciones y, de esta manera, se vinculay se relaciona con los agentes y actores institucionales, además de por quéson los habitus  los que, además de permitir la organización de esteesquema de percepciones, son orientadores de la acción, permitenmantener la diferenciación social en el conjunto de prácticas sociales, esdecir, que cada actor se reconoce a sí mismo y sabe cuál es la distancia –distinción- que debe mantener con los otros actores. El autor expresa que la

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    distinción es la forma simbólica y legitimizada de la desigualdad y cómoestas desigualdades se asumen como algo natural.

    Respecto a las implicaciones de una psicología social crítica, elenfoque que propone Gergen (2003) es relevante en la medida que permitecomprender que la crítica no solo expande las posibilidades de laconstrucción, sino que constituye un origen significativo para latransformación cultural. Es decir, que la posibilidad de desentrañar losmecanismos que permiten construir una realidad social y comprenderlos esya un paso significativo para pensar las posibilidades de transformaciónsocial y cultural. Plantea este autor que el propósito no es revelar el artificioretórico por medio del cual los mundos objetivos se construyen, sino abrirtambién la discusión sobre alternativas posibles.

    Esta perspectiva teórica -el construccionismo- sustituye el interés y lafocalización sobre el individuo por la relación como el locus delconocimiento. De esta manera, interesa mirar el cúmulo de relacionessociales y cómo estas han permitido la construcción social de la realidad.Para ello, es necesario reconocer los recursos para reconstruir la realidad dela relación y cómo las identidades se construyen ampliamente mediantenarraciones y estas, a su vez, son propiedades del intercambio comunal.

    En dicho intercambio, se plantea que existe una conexión estrechaentre saber y poder (Foucault, 1980, en Gergen, 2003) así, las estructuras de

    poder son fundamentales para la ordenación de los diversos enclavesculturales y los respectivos resultados donde unas personas, grupos,comunidades, clases o categorías sociales se ven más favorecidas que otras.El discurso dominante, por el mismo hecho de ser dominante puede activarlas polaridades, esto puede ir en ascenso cuando ciertos discursos sesedimentan en la vida social y su institucionalización formal, servirá paraexcluir. A medida que los grupos marginales (como la población ensituación de desplazamiento) encuentran vías para fundamentar lo que deotro modo solo serían inteligibilidades dispares, ante esto, la voz de lacrítica puede verse amplificada.

    Las convenciones del discurso están a menudo sedimentadas, sonrestrictivas y están unidas a la práctica social de maneras irresistibles. Sinembargo, desde esta perspectiva, se nos invita a examinar con detalle lasconvenciones justificadoras de cualquier época (Gergen, 2003).

    En este sentido, se entiende que la Psicología Social Crítica se erigedesde sus postulados epistemológicos, teóricos y metodológicos como unamanera de entender cómo se da el proceso de construcción social de larealidad y del conocimiento. En esa medida, la idea de crítica se sustenta enlos siguientes planteamientos:

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    1)  Como una forma de concebir el conocimiento y la realidad distinta a laconcepción positivista donde se asume que éste se descubre por partede los investigadores o los científicos sociales. Desde la visión

    constructivista, se asume que el conocimiento es producto de lainterrelación entre actores que participan en un contexto determinado.En este caso, el problema del desplazamiento no se vería tan solo comoun fenómeno producto de los enfrentamientos entre actores armados,sino que también se reconocerían las dimensiones dramáticas alcanzadasy que se evidencian de manera objetiva en más tres millones depersonas que en la actualidad han tenido que huir de sus lugares deorigen, se dan porque las respuestas por parte del Estado y de lasociedad en general han sido totalmente insuficientes y precarias, no segarantiza el derecho al retorno y, mucho menos, se estánimplementando estrategias para prevenir nuevos eventos dedesplazamientos masivos.

    2)  Estas modalidades de producción del conocimiento son analizadas desdeuna perspectiva crítica, problematizadora, donde no se asumenverdades absolutas e inamovibles, sino que dichas verdades sedeconstruyen permanentemente. En este sentido, la situación misma deldesplazamiento debe ser problematizada, ubicando las condicioneshistóricas que dieron lugar a él, situando históricamente el conflictosocial y armado desde las dimensiones sociales, económicas, culturales ypolíticas. Problematizar significa, también, la posibilidad de contradecirlos discursos oficiales, en tanto estos plantean que en Colombia no

    existe tal conflicto social y armado, sino que lo que se presenta es una“amenaza terrorista” que hay que derrotar mediante la vía militar. Estosplanteamientos indican por qué efectivamente los desplazados siguenaumentando. Adicionalmente, se hace necesario también deconstruir lacategoría del desplazado como víctima, en tanto dicha caracterizaciónno permite que estos sujetos se ubiquen como sujetos de derechos, concapacidad para reivindicar sus derechos, para exigir el retorno congarantías y para lograr una reparación y restablecimiento efectivos.

    3)  Desde una visión crítica se asume que este conocimiento y esta realidadproducida socialmente tiene unos efectos en las relaciones sociales.

    Como se ha dicho anteriormente, la categoría de desplazado instituyeunas formas de relación y de vínculos entre las institucionesgubernamentales y no gubernamentales que se van quedando fijas en lasubjetividad. Por tanto, estos sujetos, que se asumen como víctimas,incorporan para sí los habitus de la dependencia y de la marginalidadque restringen cada vez más la posibilidad de ubicarse como actorespolíticos protagonistas de sus propios procesos de transformación. Laidea de crítica está relacionada, entonces, con la posibilidad dedesnaturalizar las ideas que sustentan ciertas prácticas sociales que, a suvez, mantienen relaciones de dominación política. En este sentido, parael gobierno es mucho más conveniente que estos desplazados se asumancomo víctimas porque les entrega a ellos los subsidios necesarios para su

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    supervivencia y estos, a su vez, tienen que agradecer los “favores” queel gobierno les hace. Resulta mucho más conveniente esta situación parael gobierno que tener a tres millones de personas organizadas y situadas

    políticamente exigiendo el retorno y el derecho a las tierras de las quefueron expulsados.

    Desde la perspectiva, se piensa que los planteamientos de ladeconstrucción, tomados de la corriente postmoderna, ofrecen algunosprincipios relevantes para la construcción de las estrategias de intervención,siempre que las construcciones sociales que se estructuran sean repensadas,redimensionadas y deconstruidas, considerando las interpretaciones quehacen todos los actores y actantes, asumiendo que las estrategias deintervención, así como las categorías que se construyen, deben ser tambiéndeconstruidas para dar lugar a nuevas categorizaciones, nuevosentendimientos, donde también se permita dislocar las relaciones de poderque allí se instauran.

    Así, desde la Psicología Social Crítica, el conocimiento que se producesocialmente juega un papel estabilizador, que en algunas ocasioneslegitima las prácticas sociales de dominación conducentes a mantener elorden social instituido. O, por el contrario, también puede jugar un papeldesestabilizador, tratando de desnaturalizar y de develar el sistema derelaciones y las condiciones sociales de las cuales los discursos y elconocimiento son expresiones. De esta manera, corresponde develar las

    naturalizaciones que soportan el fenómeno, expresiones como: “eldesplazamiento forzado es el producto de los largos años deenfrentamientos”, “ellos son las víctimas”, “el desplazamiento como crisishumanitaria”, entre otras, ya que todos estos planteamientos invitan apensar que como es un producto de muchos años de confrontaciones entreactores armados, entonces difícilmente podrá ser transformado. En estecaso, el recurrir a los años, apelar al legado histórico del conflicto, implicauna forma de mantención del fenómeno. Cuando se asume que eldesplazamiento es una grave crisis humanitaria, hay que responsabilizarsede ellos que son las víctimas, pero no se evidencia el problema en su

    ubicación política y económica, ya que muchos de los desplazamientosmasivos ocurren en regiones geoestratégicas, bien sea para el dominioterritorial de los actores armados, o por las riquezas que tienen algunasregiones y que resultan de gran interés para el Estado colombiano al atraercapitales extranjeros y obtener grandes ganancias económicas.

    Al lado de los planteamientos teóricos de la psicología social crítica,resulta interesante exponer la postura de Bourdieu (1995), en su artículo“Campo y Poder Simbólico”. En este se explica que el discurso oficialcumple tres funciones en la realidad social: (1) Opera un diagnóstico, esdecir, un acto de conocimiento que obtiene el reconocimiento de los demásactores sociales y que, muy a menudo, tiende a afirmar lo que una personao una cosa es y lo que es universalmente, para todo hombre posible, por lo

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    tanto objetivamente. Se asume como un discurso casi divino que asigna unaidentidad al sujeto o al grupo social sobre el que está operando dichacategorización. (2) El discurso administrativo, a través de las directivas, de

    las órdenes, de las prescripciones, dice lo que las personas tienen que hacer,siendo quienes son. (3) Dice lo que las personas han hecho realmente. Estepunto de vista es instituido como un punto de vista legítimo, en tanto quepunto de vista que todo el mundo debe reconocer por lo menos dentro delos límites de una sociedad determinada.

    La razón del Estado, es alguien que está mandatado, autorizado paraproducir un punto de vista que es reconocido trascendente en relación a lospuntos de vista singulares. La nominación oficial, es decir, el acto por el cualse le otorga a alguien un título, una calificación socialmente reconocida, esuna de las manifestaciones más típicas del monopolio de la violenciasimbólica legítima que pertenece al Estado o a sus mandatarios.

    Llegados a este punto, resulta pertinente hacerse la pregunta ¿cómooperan estos principios en la construcción de este sujeto “desplazado”? Loprimero es destacar que sobre él recae una nominación y que en esa vía leasigna una identidad que, incluso, puede operar como un encasillamientodel que difícilmente se puede deshacer. En una segunda instancia, seevidencia cómo a partir de la categorización, los actores del discursoadministrativo, en este caso las organizaciones gubernamentales y nogubernamentales, a través de sus directivas, dan las órdenes y

    prescripciones, es decir, que ellos son los que deciden qué se debe hacercon esta población. Por último, se asume este discurso y esta realidad comoalgo legítimo, donde todos los actores, incluida la población receptorareconoce y actúa en conformidad con lo anterior.

    Lo anterior, se puede evidenciar a partir de la creciente gravedad dela problemática, ya que empiezan a aparecer los múltiples informes queorganizaciones internacionales, como el del Alto Comisionado de lasNaciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Corte Interamericana deDerechos Humanos y otros, han planteado sobre dicha situación. Se crea la

    ley 387(1997), donde se contempla la responsabilidad del Estado con eldesplazamiento interno, los principios rectores para su atención, la creacióndel Sistema Nacional de Atención Integral a la Población Desplazada por laViolencia, construcción del Plan Nacional para la Atención Integral a laPoblación Desplazada, el consejo nacional y consejos municipales paradicha atención. Se estableció la Red Nacional de Información y Observatoriodel Desplazamiento Interno, así como la construcción del Observatorio alFenómeno del Desplazamiento y el seguimiento para esta ley. El objetivocentral de esta es la articulación de los deberes del Estado a través delsistema nacional de atención integral a la población desplazada por laviolencia, para complementar los esfuerzos del sector público y privado.Esto llama la atención porque solo hasta el año 1997 el Estado colombiano

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    reconoce la gravedad de la problemática, hasta antes de este año no existíaen los marcos jurídicos ni sociales la categoría del desplazado3, por lo tanto,a las instituciones gubernamentales no les competía atender las

    necesidades de esta población.

    Lo anterior, permite pensar que a partir de los discursos y los juegos delenguaje se construye la realidad social y, por lo tanto, se asume que dicharealidad debe ser intervenid, reconociendo los niveles de responsabilidadque, en este caso, tiene el Estado. Según Magaña y Pallavicini (2007)

    Para Foucault los discursos pueden ser definidos como prácticas quesistemáticamente forman los objetos de los que hablan. Concebido eldiscurso como una práctica social, el interés debe situarse en elcontexto de producción o formaciones discursivas, las que tanto nosproveen de un lenguaje para hablar de un objeto en un momentoparticular dado, soportan pautas reguladoras que van definiendo losmodos de vida social. (p. 5) 

    Desde esta perspectiva, el discurso es en sí mismo una práctica socialque permite tener un carácter performativo de la realidad social, es decir,que el discurso permite construir socialmente la realidad con susfenómenos, problemas, entre otros factores. Dichos discursos debenanalizarse en los contexto que los han hecho posibles, así como susimplicaciones en la perpetuación de relaciones sociales desequilibradas, en

    la regulación social y en las posibilidades de transformación social.

    Por otro lado, se plantea que los discursos también permitenestablecer relaciones de poder que, a su vez, van a permitir instituir elfenómeno como un problema y concebirlo con características concretas. Enesta relación entre discurso y poder, se manifiesta el proceso deconstrucción de subjetividades y prácticas de sujeción. Así, si el desplazadoes una “víctima”, se piensa, entonces, que su relación con los organismosgubernamentales y no gubernamentales será de dependencia y que elEstado debe asumir la responsabilidad de satisfacer las necesidades básicas

    de los desplazados. De este modo, las relaciones de subordinación seinstalan en la subjetividad y, mientras las instituciones asumen la condicióny la categoría de víctima, la población también incorpora esta condición ymantienen estas relaciones de dependencia y de incapacidad. Si se piensaque la población está en una “situación de desplazamiento” se acepta elcarácter transitorio y que la responsabilidad del Estado tiene un límite. Si eldesplazado es considerado como un “actor político” se piensa que estedebe tener una responsabilidad en el reestablecimiento y exigencia de sus

    3 A pesar de que ya los pobladores de centros rurales que habitaban las denominadas zonas rojas del país tenían que salir

    huyendo dadas las condiciones de inseguridad y el peligro inminente para sus vidas.

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    Algunos se atreven a plantear que el desplazamiento es una estrategia deredistribución territorial aprovechada por los actores armados que lespermite tener el dominio territorial de sectores estratégicos para el

    desarrollo de sus actividades militares. Otro elemento necesario aconsiderar es que según la Consultoría para el Desplazamiento y losDerechos Humanos (CODHES) “el mapa del desplazamiento forzoso secorresponde con el mapa de formulación o ejecución de macroproyectos enzonas que cuentan con riquezas mineras, energéticas y zonas de cultivosilícitos y procesamiento de drogas” (2008, en Salcedo, 2006, p. 45). Estoimplica, entonces, problematizar la situación de manera distinta, en elsentido que los desplazamientos de personas no se dan solamente por lasconfrontaciones entre actores armados, sino, también, por laimplementación de mega-proyectos a desarrollar en zonas estratégicas delpaís. He aquí donde se halla una de las principales tensiones en las queentran los actores. Por su parte, el gobierno expone que losdesplazamientos masivos se generan, fundamentalmente, por laconfrontación entre las fuerzas irregulares y, por otro lado, los organismosindependientes, como CODHES, movimientos sociales por la defensa de losderechos humanos y la academia misma6, plantean que el desplazamientoya no se puede asumir como un coletazo o una consecuencia más delconflicto armado, sino que la crisis se agudiza más dado que laimplementación de los mega-proyectos afecta de manera directa acampesinos, indígenas y afro-colombianos. Como se planteaba en líneasanteriores, se evidencia la pugna y el carácter conflictivo que se genera en

    los planteamientos de los distintos actores.

    4. 

    A MODO DE CONCLUSIÓN 

    A partir de lo dicho hasta el momento, con las disposiciones delEstado colombiano, se asume que la categoría del “desplazado” se empiezaa instituir a partir de la sanción de la ley 387 (1997) a pesar de que, alrespecto, los organismos internacionales de derechos humanos y losmovimientos sociales ya habían advertido antes del año 1997 la

    preocupación por el creciente número de personas en esta situación. Desdeuna perspectiva socioconstruccionista, se puede decir que eldesplazamiento no es en sí mismo el problema como tal (esto implica elcarácter desencializante de la perspectiva crítica), sino que el problema seperforma en correspondencia con los discursos que los actores socialesempiezan a edificar sobre él, las percepciones que construye la sociedad ensu conjunto sobre las personas en tal situación. De allí, que eldesplazamiento no puede ser analizado desde la esencia misma delfenómeno, sino que se hace necesario evidenciar cuáles son las categorías

    6 Planteamientos de la Red Nacional de Investigadores en Desplazamiento Forzado –REDIF-.

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    que se han construido sobre él. Corresponde, entonces, desde la perspectivacrítica, evidenciar los procesos que se gestan y que permiten instituir elfenómeno como un problema  al cual es necesario intervenir, prevenir o

    minimizar. Asimismo, corresponde reflexionar sobre las lógicas de interesesque se entrecruzan en esta definición del problema y cómo el saber técnicoe, incluso, el saber académico han legitimado o cuestionado las formascomo se define el problema.

    Resulta, también, pertinente evidenciar cuáles son lasconsideraciones que cada actor hace sobre la problemática. Para elgobierno, el desplazamiento es una consecuencia que obedece a la gravecrisis dada por la “amenaza terrorista” que representan los grupos alzadosen armas; para la Corte Constitucional de Colombia, se asume como unagrave crisis que quebranta los principios y valores, y que rompe el pactosocial y político que han sido consagrados en la Carta Política; para losorganismos ejecutores, se asume como un problema que hay que tratar deintervenir con los pocos recursos que se tienen, donde los desplazados sonasumidos como los deficitarios; para los organismos internacionales, eldesplazamiento representa una situación catalogada como dramática y elEstado colombiano no dispone de los recursos suficientes para poderintervenir, los desplazados también son asumidos como las víctimas; paralos académicos y científicos sociales interesados en el tema, la situacióndebería conducir a los desplazados a generar sus propios mecanismos deorganización, participación y movilización que sean conducentes a la

    transformación de esta realidad, en este caso, los desplazados son vistoscomo actores políticos. Se evidencia, entonces, cómo a partir de todos estosdiscursos se construye la realidad social del desplazamiento forzado y lasdistintas estrategias que se instituyen para verlo de una u otra manera. Apartir de todas estas construcciones discursivas, se categoriza al desplazadocomo:

    !  Problema.!  Incapaz e inocente.!  Vividor o abusador de su condición de víctima.!

     

    Vehículo soterrado de la violencia.!  Resistente a la guerra.

    Desde la perspectiva crítica se hace necesario problematizar ycuestionar los distintos discursos que allí se configuran y, sobre todo, el tipode relaciones y de prácticas que lo anterior permite instituir. En estesentido, se retoman las palabras de Ibáñez (1990) “el construccionismo sepresenta como una postura fuertemente des-reificante, des-naturalizante ydes-esencializante, que radicaliza al máximo tanto la naturaleza social denuestro mundo, como la historicidad de nuestras prácticas y de nuestraexistencia”. (p. 250) Es así, bajo estos planteamientos, que se hace necesariodimensionar el fenómeno del desplazamiento en su devenir histórico, se

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    propone que la Psicología Social (PS) no puede abstraerse de losacontecimientos sociales, políticos, económicos e ideológicos que permitencomprender los fenómenos de los que la PS se ocupa. En ese sentido, se

    puede plantear que la PS debe realizar, ante todo, una indagación históricaen tanto que los principios psicológicos y psicosociales no pueden analizarseal margen del devenir histórico y en dicho devenir están otras dimensionescomo la política, la cultural, la económica, entre otras.

    Desde la perspectiva de Ibáñez (1989) y Gergen (1982) (en Vásquez,1998) se encuentra que:

    Interpretar un fenómeno social implica explicar sus condiciones deconstitución. Todo fenómeno social es depositario de memoria ya queestá conformado en virtud de las relaciones sociales que lo hanposibilitado, no sólo en cuanto a su correspondencia con undeterminado periodo histórico o por las alteraciones producidas por eltiempo. (p. 68)

    Es así que analizar el fenómeno del desplazamiento forzado implicaevidenciar cuáles han sido las dimensiones sociales, políticas, culturales yeconómicas que han posibilitado que el problema haya alcanzado lasdimensiones que en la actualidad presenta. Implica también entender quela dinámica del mismo no solo obedece a la “degradación del conflictoarmado” por los más de cuarenta años de su existencia y las múltiplesinfracciones de los derechos humanos y del Derecho Internacional

    Humanitario, sino que también obedece a las respuestas y a las dinámicasque la sociedad colombiana, en su conjunto, ha construido.

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