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IESRC International Electrical Safety & Reliability Consultants Principios de protección contra los arcos eléctricos Cumplimiento de las normas de seguridad eléctrica Por Lic. Alejandro M. Llaneza y Randell B. Hirschmann Artículo publicado en Junio de 2002 y actualizado en Mayo de 2007 En los últimos tiempos hemos visto un gran número de avances en lo que respecta a estándares de seguridad eléctrica. En los EE.UU. y Canadá estos estándares cubren virtualmente a todos los trabajadores de la electricidad. Afortunadamente para los trabajadores en Latinoamérica, nuestros países han comenzado a adoptar dichos estándares. El objetivo de los mismos es crear un ambiente de trabajo más seguro. A lo largo del país, todos los días somos testigos de explosiones de arco eléctrico (relámpagos y ráfagas de arco); las estadísticas muestran que en los EE.UU. suceden entre 5 y 10 arcos eléctricos por día, reportándose entre 1 y 3 muertes diarias. Desgraciadamente, detrás de cada una de esas explosiones de arcos eléctricos encon- tramos historias trágicas de discapacidades, familias destruidas y vidas desperdi- ciadas. Desde la perspectiva del empleador, no se trata de un problema hipotético, sino un problema real que va a hacer estragos en su cuenta bancaria debido a los costos médicos, de rehabilitación, capacitación, paros de producción, así como también proba- bles multas onerosas provenientes de organizaciones como OSHA en los EE.UU. (similar a STPS - Secretaria de Trabajo y Previsión Social, en México) y otras en todo el mundo. Hay 7 ideas sencillas que debemos tener en cuenta durante la creación de un programa de protección contra los arcos eléctricos: 1. El trabajador: El trabajador mismo es un elemento clave del programa de seguridad de una compañía. El electricista debe estar calificado para llevar a cabo el trabajo que le or- denan realizar. La norma NFPA 70E dice: “Sólo se permitirá que las personas calificadas trabajen en los conductores o parte de circuitos eléctricos que han sido puestos en una condición de trabajo eléctricamente segura”. Es decir que el trabajador posea suficiente conocimiento y capacitación para desarrollar la actividad porque, en esto, poco conocimiento puede resultar muy peligroso. Si la tarea se encuentra más allá de la capacidad del trabajador, estará poniendo en peli- gro su vida, las vidas de sus compañeros, el equipo eléctrico y la producción de su empresa. 2. Prácticas de trabajo: Es evidente que el empleador no desea poner en riesgo a sus empleados. Es muy importante minimizar los peligros potenciales a los que su personal se ve expuesto. Se deben establecer una serie de procedimien- tos o reglas de trabajo que los electricistas deben acatar. Los siguientes son algunos ejemplos: Trabajar en sistemas desenergizados Utilizar los elementos de seguridad adecuados (herramientas aisladas, guantes aislantes, etc.) Implementar un Programa de Candado – Etiqueta Tener procedimientos de emergencia por accidentes eléctricos, entre otros. 3. Evaluación del peligro: La NFPA 70E exige que todos los empleados que trabajan con electricidad realicen una evaluación del peligro de cualquier labor que implique más 1 A R T Í C U L O D E D I F U S I Ó N N º 3 A Ñ O 2 0 0 8 IESRC www.IESRC.com

Art. 3 - Principios de protección contra los arcos eléctricos

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Principios de protección contra los arcos eléctricos Cumplimiento de las normas de seguridad eléctrica

Por Lic. Alejandro M. Llaneza y Randell B. Hirschmann

Artículo publicado en Junio de 2002y actualizado en Mayo de 2007

En los últimos tiempos hemos visto un gran número de

avances en lo que respecta a estándares de seguridad

eléctrica. En los EE.UU. y Canadá estos estándares cubren

virtualmente a todos los trabajadores de la electricidad.

Afortunadamente para los trabajadores en Latinoamérica,

nuestros países han comenzado a adoptar dichos estándares.

El objetivo de los mismos es crear un ambiente de trabajo

más seguro. A lo largo del país, todos los días somos testigos

de explosiones de arco eléctrico (relámpagos y ráfagas de

arco); las estadísticas muestran que en los EE.UU. suceden

entre 5 y 10 arcos eléctricos por día, reportándose entre 1 y

3 muertes diarias.

Desgraciadamente, detrás de

cada una de esas explosiones

de arcos eléctricos encon-

tramos historias trágicas

de discapacidades, familias

destruidas y vidas desperdi-

ciadas. Desde la perspectiva

del empleador, no se trata de

un problema hipotético, sino

un problema real que va a

hacer estragos en su cuenta

bancaria debido a los costos

médicos, de rehabilitación,

capacitación, paros de producción, así como también proba-

bles multas onerosas provenientes de organizaciones como

OSHA en los EE.UU. (similar a STPS - Secretaria de Trabajo y

Previsión Social, en México) y otras en todo el mundo.

Hay 7 ideas sencillas que debemos tener en cuenta durante la creación de un programa de protección contra los arcos eléctricos:

1. El trabajador: El trabajador mismo es un elemento clave

del programa de seguridad de una compañía. El electricista

debe estar calificado para llevar a cabo el trabajo que le or-

denan realizar. La norma NFPA 70E dice: “Sólo se permitirá

que las personas calificadas trabajen en los conductores o

parte de circuitos eléctricos que han sido puestos en una

condición de trabajo eléctricamente segura”. Es decir que el

trabajador posea suficiente conocimiento y capacitación para

desarrollar la actividad porque, en esto, poco conocimiento

puede resultar muy peligroso. Si la tarea se encuentra más

allá de la capacidad del trabajador, estará poniendo en peli-

gro su vida, las vidas de sus compañeros, el equipo eléctrico

y la producción de su empresa.

2. Prácticas de trabajo: Es evidente que el empleador no

desea poner en riesgo a sus empleados. Es muy importante

minimizar los peligros potenciales a los que su personal se

ve expuesto. Se deben establecer una serie de procedimien-

tos o reglas de trabajo que los electricistas deben acatar. Los

siguientes son algunos ejemplos:

Trabajar en • sistemas desenergizados

Utilizar los • elementos de seguridad adecuados (herramientas aisladas, guantes aislantes, etc.)

Implementar • un Programa de Candado – Etiqueta

Tener procedimientos de emergencia por accidentes • eléctricos, entre otros.

3. Evaluación del peligro: La NFPA 70E exige que todos

los empleados que trabajan con electricidad realicen una

evaluación del peligro de cualquier labor que implique más

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de 50 voltios, y en donde haya posibilidades de un incidente

por arco eléctrico. El objetivo de la evaluación del nivel de

energía por arco eléctrico es establecer el nivel de peligro al

que se encuentra expuesto el empleado mientras realiza su

labor. Como resultado de este análisis, el empleador podrá

proveer a sus empleados un EPP (Equipo de Protección Per-

sonal) con el nivel de protección adecuada, además de poder

aplicar reingeniería para reducir estos niveles de peligro. El

análisis del potencial peligro consta de un levantamiento de

datos del sistema eléctrico, la información sobre el equipo

donde se realizará la tarea específica, para luego evaluarla

mediante fórmulas de NFPA 70E y la IEEE 1584. La siguiente

información es la necesaria para una evaluación simplificada

de cada potencial peligro de relámpago de arco eléctrico:

Corriente de Arco: •Corriente de falla de corto circuito monofásico en el equipo donde se va a trabajar (amperios).

Abertura del Arco:• La distancia entre fase y tierra (pulgadas).

Tensión del Equipo:• El voltaje del equipo que vamos a analizar (voltios).

Distancia de Trabajo: • Distancia mínima entre el punto en el equipo donde se generaría la falla por arco eléctrico y el trabajador (pulgadas).

Duración del Arco: • Consultar las curvas de coordinación de protecciones de sobre corriente del circuito seleccionado y para el valor de falla indicado en el punto #1, determinar el tiempo que tarda en operar la protección respectiva para interrumpir la falla y este tiempo será la duración del arco eléctrico (en ciclos).

Conociendo el nivel de voltaje, es sen-

cillo identificar la clase de aislamiento ade-

cuada para cada trabajo a realizarse. Los

guantes de hule funcionan como aislante

del choque eléctrico (y potencial electro-

cución). Estos deben tener suficiente

aislamiento para resistir la conducción

de electricidad desde la fuente, a través

del cuerpo del trabajador, hasta tierra. Si

el electricista está trabajando en un sistema

con un voltaje de alimentación de 480 voltios (CA), unos

guantes “Clase 00” son los adecuados basados en ASTM

D120. Sin embargo, si se está trabajando en un sistema

con aproximadamente 17kV (CA), serán necesarios unos

guantes “Clase 2”. Cuanto más elevada sea la graduación de

los guantes, mayor será la capacidad de aislamiento. Si la

protección es insuficiente o inexistente, la energía va a pasar

a través del cuerpo del trabajador. Según la cantidad de cor-

riente, podrá recibir una pequeña descarga, una quemadura

grave o morir electrocutado.

La selección de la clase de los guantes aislantes es fácil,

sólo hay que mirar una tabla con valores predeterminados.

Por el contrario, la identificación de un nivel adecuado de

traje para la protección contra los relámpagos de arco es

más compleja. Los guantes se utilizan como aislantes para

prevenir un choque eléctrico, mientras que la indumentaria

(uniformes, trajes, protección facial, entre otros) los prote-

gerá del peligro con mayor incidencia, los arcos eléctricos.

La indumentaria que se usa es un aislante del calor, de la

energía termal, que genera esta terrible descarga explosiva

provocada por el arco. Esta energía se mide en calorías, o

más específicamente, calorías por centímetro cuadrado. Para

visualizarlo, podemos pensar en un encendedor. La punta de

un dedo mide aproximadamente 1 centímetro cuadrado. Si

sostenemos un encendedor de cigarrillos a 2,5 cm. del dedo

índice y lo encendemos, veremos que difícilmente podremos

mantenerlo durante mucho tiempo. En 1 segundo, el dedo

recibió aproximadamente 1 cal/cm². Si no pudo mantener el

dedo por un tiempo tan corto con una exposición de 1 caloría,

imagínese 8, 40 o 95 calorías.

Lo más probable es que la exposición de 1 a 2 cal/cm² pro-

vocará en la piel humana una quemadura de segundo grado.

Una explosión de arco eléctrico y su energía termal no deben

tomarse a la ligera. Incluso 2 o 3 calorías, un nivel fácilmente

alcanzable con un servicio de 220 voltios, deben tratarse con

el debido respeto.

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La cantidad de corriente disponible, es una variable im-

portante que determina la cantidad de energía termal del

relámpago de arco. Si no se está generando la energía en el

lugar, se debe contactar al departamento de ingeniería del

servicio público local (el servicio que provee electricidad al

lugar en donde se llevan a cabo las tareas) y preguntar sobre

la corriente disponible en las instalaciones. Para ilustrar este

punto podemos utilizar una simple analogía: su hogar.

En el sótano quizás tenga un panel eléctrico de 100 ampe-

rios. Sin embargo, en la calle hay líneas de alta tensión, que

transportan 2.000 amperios, para proveer electricidad no

sólo a su casa sino también otros hogares de la misma calle.

Si ocurriera un arco eléctrico dentro de su panel eléctrico, el

primero consumiría la mayor parte de los 2.000 amperios que

se encuentran en su calle. Tomará toda la energía que pueda

encontrar y la liberará en forma de una explosión de arco.

Lo mismo puede ocurrir en sus instalaciones. Si la empresa

de servicios públicos local está proveyendo electricidad a sus

instalaciones, potencialmente toda la electricidad que circula

por la calle podría atraerse para formar un arco. Es cierto

que el equipamiento general, la iluminación y los equipos

de las oficinas disminuyen la cantidad de energía disponible

para generar el arco, sin embargo es muy difícil o imposible

cuantificar la reducción. A menudo es más fácil incluir la total

cantidad de corriente disponible en los cálculos, en lugar de

“adivinar”. En el peor de los casos se sobreestimarán los

peligros y el nivel de protección se calculará tomando el peor

peligro potencial.

La energía incidente del relámpago de arco que se mide en

cal/cm², puede ser calculada para cada caso específico a

través de los siguientes recursos:

A. Solicitar un programa para su computadora, llamado

Duke Power Heat Flux Calculator, que le permite hacer

un análisis de manera rápida y económica, aunque no

tan preciso como debería ser. Una copia de este pro-

grama de distribución gratuita y su guía en español está

disponible solicitándolo a [email protected]

B. Adquirir y capacitarse en el uso de programas informáti-

cos (aplicaciones) que se comercializan en el mercado,

los cuales tienen muchas otras opciones de estudios y

son más precisos en sus resultados cuando estos son uti-

lizados correctamente. Entre éstos existe el SKM, Easy-

Power y EDSA entre otros.

C. La opción más recomendada para realizar los primeros

estudios de análisis de peligros eléctricos en sus instala-

ciones, es la contratación de una compañía con amplia

experiencia previa en la realización de estudios de re-

lámpago de arco eléctrico. Para obtener más información

acerca de compañías especializadas que cuenten con ex-

periencia demostrable, puede dirigirse a NFPA 70E Infor-

mation, a través del correo [email protected]

Al realizar el análisis de riesgo, es importante tener en

cuenta la famosa frase de computación: “Basura adentro,

basura afuera”. Es muy importante comenzar los cálculos

con números razonables, datos precisos de su sistema. Si

ingresa en sus cálculos números irreales, el resultado no

será representativo de los peligros reales y no se estará pro-

tegiendo al personal de la manera adecuada. Lo indicado

es realizar la evaluación con números razonables, inclusive

considerar el mayor peligro potencial, a fin de garantizar que

se ha diseñado un factor de seguridad para los empleados.

4. Una protección mayor que el peligro: Utilizando una

analogía con el fútbol, si queremos que nuestro equipo salga

victorioso, debemos contar con una defensa que sea mejor

que los atacantes del otro equipo. A fin de proteger a los

empleados, se debe garantizar que la protección que están

utilizando sea mayor (una indumentaria con nivel de protec-

ción mayor) que el arco que podría generarse en el trabajo

que están realizando. Nadie querría utilizar un chaleco antiba-

las diseñado para calibres pequeños y luego recibir disparos

de un arma de grueso calibre. Ya que es muy probable que

una persona en esa situación no sobreviviría, porque a pesar

de estar utilizando un chaleco antibalas, éste no brindaría la

protección adecuada frente a los altos calibres. De la misma

manera, tampoco es adecuado utilizar protección contra arcos

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eléctricos si la misma se encuentra por debajo del potencial

peligro de exposición. El resultado de la protección inadecua-

da será quemaduras graves y la potencial muerte.

5. Capas: Se ha avanzado mucho sobre la idea de proveer

diferentes capas de protección. El objetivo se basa en agre-

gar valor a la protección que ofrecen diferentes capas en la

indumentaria (como la protección que brinda el espacio de

aire entre las capas) a fin de crear un sistema de protección

que iguale o supere al peligro. Comúnmente, los uniformes

de algodón resistente a la llama (RLL) o los uniformes in-

herentemente resistentes a la llama (IRLL) que utilizan los

empleados pueden brindar una protección desde 4 a 15 cal/

cm². Si le agregamos un traje IRLL de 15 cal/cm², la lógica

indicaría que tendríamos cerca de 25 cal/cm² de protección.

Sí… ¡pero no es así! El cuerpo tendrá aproximadamente 25

cal/cm² de protección mediante la combinación de la indu-

mentaria de trabajo con el traje contra arcos, pero no se está

utilizando indumentaria de trabajo en la cabeza. La capucha

sería la única protección para la cabeza, en este caso de

15 cal/cm². Si el empleado se ve expuesto a una explosión

de arco de 25 calorías, el cuerpo estará protegido, pero su

rostro y cabeza sufrirán terribles quemaduras. Es extrema-

damente importante estar protegido de pies a cabeza con

un nivel superior de protección en cal/cm², que la del poten-

cial peligro. La medicina moderna es maravillosa y a veces

puede hacer milagros; sin embargo, tiene limitaciones en

cuanto a la reparación de un rostro después de quemadu-

ras. Los fabricantes de equipos de protección personal para

arcos eléctricos, especialmente aquellos que trabajan con

materiales IRLL, pueden darle mayor información sobre qué

combinaciones o sistemas se pueden utilizar en su programa

de EPP para arcos eléctricos.

6.SuperficieCubierta: ¡Si no

está cubierto, no está protegido!

Algunos empleados caen en la

tentación de utilizar sólo una

chaqueta o una capucha, o una

chamarra sin pantalones. Esto no

sólo es poco inteligente, también

va en contra de lo que NFPA 70E

exige. Un peligro que supera las

8 calorías exige el uso de una

capucha y una vestimenta que

cubra todo el cuerpo. Por debajo

de este nivel, la indumentaria

de trabajo RLL y un protector

facial especialmente diseñado

y probado para arcos eléctricos

serán suficientes. Si analizamos

los protectores faciales, éstos

son simplemente eso: protec-

ción para el rostro. No son dis-

positivos de protección para la

cabeza, sólo protegen el rostro

(esta medición en pruebas de

laboratorio ASTM F2178 es rea-

lizada con los sensores termales

en maniquíes; para ojos, boca y debajo de la barbilla). Se

puede considerar el uso de pasamontañas cuando se utiliza

un protector facial en niveles menores a 8 calorías, a fin de

brindar protección al resto de la cabeza. Sin embargo, la

NFPA 70E exige capuchas por encima de las 8 calorías.

7. Indumentaria: No toda la protección para arcos eléctri-

cos es igual. La NFPA 70E y ASTM F1506 exigen que toda la

indumentaria para arco eléctrico establezca su grado de pro-

tección en una etiqueta, expresado en ATPV. Esto establece

que el fabricante de la indumentaria ha realizado pruebas

de la tela con la que está hecha la prenda y ha determinado

que la tela brinda un nivel específico de protección contra la

energía termal de una explosión de arco. Siempre se debe

buscar el nivel de protección contra arcos eléctricos (ATPV).

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Si la indumentaria no tiene una graduación contra arcos,

entonces NO brinda protección contra arco eléctrico.

Existe un estándar de prueba, ASTM F2178, que se con-

sidera el más importante. Esta exige que los fabricantes de

capuchas y protectores faciales realicen pruebas sobre estos

productos. Este estándar se desarrolló para garantizar que

a las capuchas se les otorgue su nivel de protección según

su punto más débil. Los fabricantes deben llevar a cabo un

mínimo de 20 pruebas sobre el producto vendido. La capu-

cha ya no se analizará por la protección que ofrece la tela,

sino por el desempeño del producto completo. Poco a poco

la industria está haciendo estas pruebas. Antes de adquirir

cualquier EPP para arcos eléctricos, uno debe asegurarse

que éste haya sido aprobado bajo las últimas versiones de

las siguientes normas y estándares NFPA 70E, ANSI Z87.1,

ASTM F1506, F1959, F1958 y F2178. Un duden en solicitar

los resultados de pruebas y/o certificados del fabricante si

fuera necesario.

Para finalizar, cabe mencionar que la protección que no es

usada de la manera adecuada no brindará la protección espe-

rada. Si la chaqueta no está cerrada o la capucha es dejada

en el piso, el usuario seguramente sufrirá quemaduras ante la

exposición a un arco; a pesar de todo el conocimiento, la ex-

periencia, las bien intencionadas evaluaciones de peligro por

parte de los empleadores y del gasto en indumentaria para

arcos. Por eso, es sumamente importante tener en cuenta

durante la creación de un programa de protección contra la

formación de arcos eléctricos, la participación y capacitación

de todo el personal involucrado en las tareas a evaluar. No

sólo determinar qué protección se debe utilizar en cada tarea,

sino que además se les debe demostrar él por qué de esto.

El trabajo del electricista es una labor peligrosa. De hecho,

según un trabajo reciente del Departamento de Estadísticas

del Trabajo de EE.UU., los electricistas tienen la cuarta pro-

fesión más peligrosa y representan el 25% de las fatalidades

de la industria. Aun así, si se toman las debidas precau-

ciones, adecuadas medidas de ingeniería y procedimientos

de trabajo, y si se utiliza el EPP adecuado y se capacita al

personal según NFPA 70E y otras normas y procedimientos,

las quemaduras provocadas por una exposición a arcos eléc-

tricos pueden minimizarse o incluso prevenirse. Sus esfuer-

zos rendirán frutos sobre la moral de los empleados y en las

finanzas de la compañía.

Por Alejandro M. Llaneza y Randell B. Hirschmann

Sobre los autores:

El Lic. Llaneza es especialista en administración de riesgos eléctricos, desarrollo e investigación de elementos de seguridad eléctrica (EPP contra arcos eléctricos, herramientas aisladas, etc.), consultor, instructor, educador en seguridad y elementos de seguridad para la industria en general. Autor y colaborador en artículos especializados y ensayos para revistas y portales de la industria, redactor de normas, estándares y procedimientos de Seguridad Eléctrica, Implementaciones de la Norma NFPA 70E, Programas Integrales de Seguridad Eléctrica y Programas de Elementos de Seguridad para corporaciones / compañías privadas y gubernamentales de

la industria en el ámbito mundial. Traductor, Conferencista, Seminarista e Instructor Oficial de la National Fire Protection Association (NFPA), para la norma NFPA 70E en Latinoamérica. Director y Consultor Principal del Equipo de Ingenieros Especialistas en Implementaciones de la Norma NFPA 70E para Latinoamérica.

Randell Bouton Hirschmann, Presidente y Miembro del prestigioso Grupo de Investigación & Desarrollo de Productos de Oberon Company. Experto en seguridad industrial, protección facial especializada y Equipos de Protección Personal contra arcos eléctricos. Miembro de una familia con más de 65 años de experiencia en la industria de la seguridad industrial.

Este artículo fue publicado en el NFPA Jour-nal Latinoamericano® en su edición del mes de Junio de 2002. Agradecemos los esfuer-

zos que realiza dicha publicación, los cuales redundan en beneficio de toda la industria en su conjunto.

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Lic. Alejandro M. Llaneza, Director General y Consultor Principal de IESRC. Compañía especializada en la implanta-ción de las normas NFPA 70E y 70B, que a través de estudios de ingeniería, consultoría y capacitación asiste a numerosas compañías a lo largo de todo el continente americano. Con oficinas en USA, México y Sudamérica. [email protected]

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Chile

Valle de la Luna 702

Villa La Pradera

Copiapó

Tel. (56) 9-82144251

[email protected]

.

Una empresa que posee una organización

que aprende, cuenta con un valor muy

apreciado y necesario en la actualidad. Es

aquella que cuenta con liderazgo sensible

y capaz de reconocer los desafíos que se

enfrentan, identificar e implementar las

soluciones y con capacidad para adoptar

una nueva cultura organizacional, rom-

piendo costumbres, mitos y paradigmas.

Actualmente todas las empresas enfren-

tan desafíos de mercado, tecnológicos, de

seguridad y confiabilidad que ponen a

prueba sus resultados y por tanto su

permanencia.

Es ahora cuando se requiere generar los

cambios necesarios que le permitan supe-

rar obstáculos y permanecer.

Es así como avanzan las empresas.

Estos artículos llegan a usted por cortesía de IESRC en el marco de su Campaña de Concientización. Tienen el único propósito de contribuir a la difusión de la seguridad eléctrica, para aumentar el nivel de conocimiento de la comunidad y reducir las amenazas que a diario ponen en riesgo a los trabajadores y la propiedad. Para su reproducción total o parcial solicitar autorización a [email protected].

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