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Victoria Ramírez Jair Emmanuel Arte y comunicación 29/Sep./2014 El oro de Bizancio Después de la caída del Imperio más grande del mundo y de la decisión de llevar a Roma a Constantinopla se fundo en Bizancio la etapa artística donde se resalta en todos los sentidos a la divinidad mas importante de la religión católica: Cristo y sus acompañantes. Esta etapa, de potencia intemporal, era más importante manifestando que nuestro mundo no es más que un reflejo. La efigie plástica conmemora un ser humano que ha vivido la imagen donde tiende a establecer en una esfera de estética idealidad. La obra será la elevación de las apariencias a lo absoluto, es negando la pintura bizantina constituyendo por la voluntad de alcanzar recto al ser más allá de las analogías= el arte es el primer que quiere ser metafísico.

Arte Bizantino

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Características del arte bizantino

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Victoria Ramrez Jair EmmanuelArte y comunicacin29/Sep./2014

El oro de Bizancio

Despus de la cada del Imperio ms grande del mundo y de la decisin de llevar a Roma a Constantinopla se fundo en Bizancio la etapa artstica donde se resalta en todos los sentidos a la divinidad mas importante de la religin catlica: Cristo y sus acompaantes. Esta etapa, de potencia intemporal, era ms importante manifestando que nuestro mundo no es ms que un reflejo.

La efigie plstica conmemora un ser humano que ha vivido la imagen donde tiende a establecer en una esfera de esttica idealidad. La obra ser la elevacin de las apariencias a lo absoluto, es negando la pintura bizantina constituyendo por la voluntad de alcanzar recto al ser ms all de las analogas= el arte es el primer que quiere ser metafsico.

Para el cristiano del siglo V el conflicto debi plantearse entre naturaleza y trascendencia; el pintor se vio de repente en el caso singular de representar a Dios sin el socorro de ningn artificio. Dios es incorporal, incorruptible, inmortal, inmutable, est ms all de toda descripcin, de todo vnculo, de toda relacin.

El color es de nivel ontolgico, porque el artista pagano construa desde fuera, y nosotros lo construimos todo desde el centro. El genio de los bizantinos fue comprender que a la aspiracin mstica debera responder la aspiracin pictrica, y que antes de exaltar al Seor en su gloria vala ms descubrirle en el extremo de su desnudez.

Despus de tratar a Dios con un solo arquetipo, cuando un pintor tiene un bello arquetipo, trabaja con l muchas imgenes, a fin de que slo una mnima parte de la belleza se le escape Y es la cabeza la que define este arquetipo, esa cabeza que parece aadida sobre el busto, fascinante por su expresin, inhumana por su ordenacin, como si en ella se ordenaran las dos propiedades que, secretamente, para Dios no forman ms que una : en el espacio, la Simetra; en el ser, la Mirada.[footnoteRef:1] [1: Jean, Paris, El espacio y la mirada, Taurus, Madrid, 1967, p. 177]

El arte bizantino, la Iglesia admite, en el 843, que las imgenes encierran una chispa de energa divina y que contemplarlas es beneficio para el alma, un nuevo Dios va a nacer, va a nacer una nueva pintura. La relacin entre el prototipo y sus figuras es anloga a la del Padre y el Hijo.

El pensamiento bizantino, interpretativo por excelencia, se ocupa sobre todo de la forma y es a la tipificacin a lo que da su preferencia, o sea, la forma de la substancia del pensamiento.[footnoteRef:2] . destacndose sobre una aureola bordeada de un crculo prpura o negro, una enorme cabeza cuya cabellera se peina en grandes rizos o cae sobre los hombres. [2: Jean, Paris, et. al. P. 176]

En el corazn de su arquitectura se encuentra la imagen colosal de ese Pantocrator, tan potente que anular a los dioses menores. Dentro de la simetra de las partes la relacin a las otras y en relacin al conjunto. La divisin y la composicin de las pinturas para resaltar un rostro encantador se tomaba la cuenta la medida de lo largo de la nariz.

El ser humano mismo es el sometido a la geometra por la pintura bizantina. El cuerpo del hombre tiene nueve cabezas de altura, o sea, nueve medidas de la frente hasta los talones. La figura divina participa de la manera geomtrica del mbito humano no ofrece ningn ejemplo y estas sugieren una esfera de relaciones ideales que sera al espacio lo que la eternidad es el tiempo y que anuncia ya en Bizancio la ambicin moderna de eliminar del arte todo accidente, de expresar el ser en su plena objetividad.

La cruz divide la aureola en cuatro segmentos iguales y que hace que la mirada crstica irradie hacia arriba, abajo, a la derecha y a la izquierda. Este simbolismo del espacio sin duda de la Pasin. El arte bizantino es el ms cristiano de todos. La cruz es el cuerpo humano elevado ms all del suplicio al orden del cosmos.[footnoteRef:3] O sea la simetra no se cie al espacio. Este smbolo des espacio procede sin duda de la Pasin. [3: Jean Paris, et. al., p. 180]

La cruz designa la primera figura de lo absoluto. Si su horizontal divide a la tierra y cielo, su vertical, sin duda los une. Si su brazo derecho apunta hacia la salvacin, el izquierdo lo hace hacia la condenacin y su pie se hunde en una nada que, por magia, se cambia en la cima en promesa de eternidad.[footnoteRef:4] [4: Jean, Paris, et. al., p. 182]

Existen varias clasificaciones respecto a las diferentes presentaciones de Dios en la etapa Bizantina: EL PANTEPOPTE o bien la simetra que puede alejar a Dios de todo lo natural. Consta de altura, amplitud y lo ms importante, la jerarqua. Toda imagen un objeto someta a una contemplacin til sobre el cmo debe ser colocado en primer plano y loa diversos elementos de una misma imagen. El segundo ser la misma partida de pintura situando a los interlocutores o muros concretos.

Otro carcter fundamental corresponde a la Mirada, invistiendo la relacin del que nos contempla a nosotros. Todo el secreto del Bizancio est en este descubrimiento por el que la efigie puede asumir la cualidad de una persona y tenernos bajo su Ojo imperial hasta el punto de la expolicin de las trascendencias[footnoteRef:5] Da evidencia a su autoridad. As que es Dios quien se alentar. [5: Jean, Paris, et. al., p. 184]

Por todas estas causas se reconoce fcilmente el Dios del periodo del Bizantino. La imagen Bizantina escapa a las leyes fsicas, se establece ms all de todo ritmo terrestre. Todo se engloba que en el espacio debe de estar completo con la silueta de Dios, en el espacio que rodea y atraviesa la Mirada Divina.

Por otra parte y muy importante a todo ello es la representacin que se le ha dado a la Virgen Mara, madre de Jess. La primera consista en una mujer con un amplia capa, de pie, los brazos extendido a la altura de los hombros. Otras, una mujer sentada teniendo sobre sus rodillas a un nio ligeramente inclinado hacia atrs, elevando la mano para bendecir o saludar.

Las Maras ms importantes fueron las PANAGIA, que obedece a los mismos cnones que su Hijo-Esposo; la PLATYTERA, donde la imagen se completa con otra: adquirida como un carcter ms fascinante por esta duplicacin a escala reducida de la figura maternal; luego se encuentra la BLAQUERNIOTISSA, dando un primer perfeccionamiento hacia su silueta, aislndola de la divinidad de Jess. Para esta transformacin de cuenta con la PANACHRANTOS, donde la mujer sufre su primera y grave mutacin al aparecer sentada, teniendo a un nio en sus brazos como arte de magia, primero localiza, luego la potencia divina que transmite se encuentra enraizada en un regazo de la divinidad; la NIKOPOIA, donde marca el rompimiento de esttica original, mostrando una imagen que posee movimiento, bendiciendo en su mayora al Nio Jess. La mirada se fija sobre el espectador , jams dejar de mirarnos. Otro tipo de representacin de la madre de Jess es la HODIGITRIA, que posee un rompimiento simtrico, lo natural se burla de lo sagrado, ayudando a desequilibrar la composicin. Despus est la ELEUSA, impulsada para marcar la feminidad, la mano que tenda para bendecir, slo busca ahora el cuello de su Madre para acariciarla, adems de estrecharse contra su pecho con tanto amor, que ambos, con los ojos cerrados, parecen abandonarse un instante al placer sensual.

La GLYKOPHILUSA, Mara renuncia a su ltimo privilegio sobrenatural, se tratar de una escena de gnero, ella jugando con su hijo; la UMILT, la Virgen de la humidad, caracterizada por una posicin significativa est sentada en el suelo, se convertir en la Virgen adorada; la Virgen GALAKTOTROPHUSA, donde amamanta a su pequeo, inculcando una nueva moda.

La perspectiva no se caracteriza en el arte Bizantino, donde Dios no tiene nada de comn con nuestra ptica, su silueta plana sobre fondo de oro lo manifiesta agresivamente, y todos los seres que participen en su cielo estarn igualmente exentos de profundidad.

Bibliografa: Jean, Paris, El espacio y la mirada, Taurus, Madrid, 1967.