IAMNo. 1

Cupressus Serpenvirens, sed semper secent

David García Martínez

“Lo único que hicimos fue mo-dificar un po-quito la aber-tura de abajo, el garaje, y añadirle encima una galería y una pequeña te-rraza.” (2)

(1)

(2)Fragmento del artículo titu-lado: “Federico Correa: arqui-tecto, crítico y profesor”

(1) Cupressus sempervirens, el ciprés común o ciprés mediterrá-neo, es una es-pecie arbórea de hoja perenne de la familia de las Cupresáceas.

Una imagen de la fachada, un alzado, una fo-tografía, o bien la imagen real de la fachada producto de un paseo por la Riba d’En Pitxot en Cadaqués, es la documentación inicial que le llega a uno de la casa Villavecchia. Casa de pescadores de mediados del siglo XVII(1), re-habilitada por Federico Correa y Alfonso Milà en 1956 y transformada en una casa de veraneo.

La pregunta que uno se puede hacer al obser-varla es la gran presencia que tiene el ciprés en la composición de la fachada. El presente trabajo de investigación trata de encontrar el origen formal del árbol en cuestión.

Todos hemos escuchado(2) a Federico decir que la fachada pedía un elemento vertical que ayu-dara a componerla. Pues bien, si pensamos en un árbol esbelto, sumamente resistente al hú-medo salitre, a los climas y lugares más duros y expuestos, que tenga un crecimiento rápi-do en los primeros años para dar una rápida respuesta al alzado de la casa, estaremos de acuerdo en que fue una buena elección de los arquitectos.

(1)Aunque no se puede afirmar con seguridad, según la planimetría histórica del ayuntamiento de Cadaqués existían edificaciones en el lugar exacto donde se sitúa la casa. Ver figu-ra07.

(2)Conferencia realizada por fe-derico Correa en la escuela de ar-quitectura de La salle de Barcelo-na. 16 de Octubre de 2012.

Si antes de visitar la casa uno hace el ejerci-cio de redibujar(1) la casa en cada una de sus plantas se da cuenta de la cercana posición del esbelto familiar de las Cupresáceas(2). También se puede dar cuenta de la buena rela-ción establecida entre este tipo de árbol con la fachada (ver figura02). pues tiene presencia desde planta baja hasta planta segunda respe-tando los huecos, y deja la planta tercera to-talmente libre, correspondiendo así las ideas principales en las que se basa el ejercicio arquitectónico de Correa y Milà, en cuanto a la colocación de la logia y su función dentro del espacio exterior se refiere.

Ahora bien, si uno se fija con detenimiento en la fachada actual, salta a la vista que el ci-prés no es tan elegante como acostumbran a ser los de su familia; su forma cilíndrica huye bastante de la forma troncocónica común entre los suyos (ver figura03). Sin lugar a duda no se le está dejando crecer con naturalidad.

(1)Ejercicio habitual que realizamos los arquitectos para conocer una obra de arquitectu-ra dibujada por otro, pues es el lenguaje que uti-lizamos para leer arquitectura, ayuda a ponerse en el lugar del autor.(2) Las cupre-sáceas son una familia de coní-feras del orden Cupressales. Son árboles o arbus-tos con madera y follaje muchas veces aromáticos, con hojas como escamas fuerte-mente apretadas.

(figura02) Plantas dibujadas por el autor.

Entre las características(1) de un Cupres-sus serpenvirens(2) nos daremos cuenta de que cualquiera de ellos llega con facilidad a los quince metros de altura y en muchos de casos superan los veinte metros, incluso en los lu-gares más inhóspitos. Alturas que están muy por encima de los 7,90 metros en la que se encuentra el suelo de la Logia desde la cota rasante del alcorque, es decir que en el mejor de los casos, aunque creciera poco, el Ciprés sobresaldría por encima de la cubierta con los años (ver figura04).

Automáticamente uno se puede preguntar si fue entonces una buena elección para componer la fachada ya que no se tuvo en cuenta su altu-ra natural. Extraña que haya una contradicción tan grande entre la colocación de la logia y la posición enfrentada del Ciprés, pues sus intenciones son opuestas.

(figura03) Ima-gen tomada por el autor.

(1)Todas las características están sacadas del libro Deodendron.(2)Cupressus sempervirens, el ciprés común o ciprés medite-rráneo, es una especie arbórea de hoja perenne de la familia de las Cupresáceas. Tiene gran lon-gevidad, exis-tiendo ejemplares con más de 1.000 años.

(figura04) Dibujo realizado por el autor.

(figura05) Imagen de final de obra. Publicada en el artículo titu-lado: “Federico Correa: arqui-tecto, crítico y profesor”

Si se observa la imagen de la casa acabada (ver figura05) se verá que la casa no se encuentra acompañada del Ciprés en el año de finalización de la obra. Lo cual podría reforzar la hipóte-sis que no fue un concepto formal de los arqui-tectos la colocación del árbol. Cierto es que podría haberse plantado unos meses más tarde, pues suele ocurrir que una vez acabada la obra se empiecen los trabajos de ajardinamiento.

Un detalle que parece no tener importancia es que los árboles del paseo se encuentran abrazados a una madera para guiar su juventud en los días de fuerte tramuntana(1). Pero en una fotografía antigua de la gran nevada del 24 de diciembre de 1962 (ver figura06), seis años posterior a la finalización de las obras, se puede ver los mismos árboles, los cuales han notado el paso del tiempo; han creciendo de forma natural desprendiéndose de su guía. En cambio el ciprés aún no, porque simplemente no está plantado, porque no existía aún en el año 1962.

Lo cual refuerza, aún más, la hipótesis planteada de que no es un elemento intrínseco al proyecto, sino algo que llegó ajeno a Fede-rico y con posterioridad.

(figura06)Imagen cedida por Joan Vehí. Fotógrafo de Cadaqués.

(1)La tramon-tana (del latín transmontanus-i, «de más allá de las montañas») es un viento frío y turbulento del noreste o nor-te, que en España sopla sobre las costas del ar-chipiélago de las islas Baleares y Cataluña. Usa el norte de los Pirineos y el su-roeste del Macizo Central (Francia) como zona de ace-leración

(1)Entrevista de 1h realizada por el autor el 14 de diciembre de 2012. Fernando recuerda, como si fuera ayer, toda su niñez, infan-cia y adolescen-cia en torno a la casa. Recuer-da perfectamente el episodio del Ciprés. “...al principio lo que fue un pequeño ciprés que ayuda-ba a privatizar más la relación con los vecinos y el entorno, con los años se con-virtió en un ele-mento demasiado grande que tenían que ir recortan-do.”

Fernando Villavecchia cita, durante una en-trevista(1), los cambios que su padre hizo mo-dificando las ideas iniciales de la fachada original respecto a la actual. El primero es la substitución de la carpintería de la logia, eliminando el travesaño horizontal que impedía la vista cuando estabas sentado en el salón. El segundo es la colocación de las persianas enrollables, que ayudaban a tamizar la entrada de luz reflejada en el mar y a dar algo de inti-midad a la casa, en contra del concepto formal de la logia proyectada por Federico y Alfonso. El tercer cambio es la colocación del árbol, el cual mandó colocar Javier Villavecchia(2). Esta afirmación da por válidas todas las hipó-tesis de partida y las que se han ido formu-lando a lo largo del proceso de investigación.

(2)Javier Villa-vecchia. Padre del entrevistado y propietario de la casa Villavec-chia aún en la actualidad.

Despejada la incógnita respecto a la hipó-tesis de partida, y analizando la casa sin la colocación del árbol se puede afirmar que gra-cias a la sencillez de la intervención y al respeto de los valores que la casa tenía desde el siglo XVII (ver figura07), la casa dialoga bien con su entorno. Lo cual explica lo bien que ha sobrevivido gracias a su arquitectura ver-nácula, su arquitectura sin arquitecto, su no arquitectura. Arquitectura que permite que se relacione con su entorno sin formalismos, que permite que no importe si se decide colocar una logia en el último piso o un árbol delante de la fachada.

Se podría cambiar incluso su emplazamiento, y seguiría funcionando.

Esto refuerza una de las conclusiones prin-cipales de la tesis de Esteban Terradas, en la que se coloca la casa Villavecchia en lugar de la casa Senillosa (ver figura08) , con lo que de-muestra que, es la casa antigua de pescadores y sus reglas compositivas y funcionales las que por un orden superior heredado de la cul-tura del lugar sobrevivirán siempre y no im-porta demasiado la posición exacta de la casa.

Se puede concluir esta investigación afirman-do que, Federico Correa y Alfonso Milà, en su primera obra(1), realizan la intervención con el fin de cambiar el modo de vivir la casa para que esté en consonancia con el uso que le van a dar los nuevos propietarios, principalmente por la colocación de la logia. Y que no tenía intención alguna de colocar ningún elemento en el espacio público adyacente a la casa que ayudara a componer la fachada. Pues la casa se sostiene formalmente por su historia con o sin ciprés, y en cierta manera gracias a los arquitectos que la dejaron seguir hablando el idioma de siempre, el idioma de sus ancestros.

(figura08) Dibujo de Esteban Terra-das Muntañola. Página 263 de su tesis doctoral.

(1) Dato que sale de la Tesis doc-toral de Esteban Terradas Munta-ñola.

Análisis del proyecto arquitectónico: forma y tectónica 2013Master Proyecto Integrado de ArquitecturaEscuela de Arquitectura La Salle, Universidad Ramon Llull

Ilustración de la primera página:David García Martínez

Bibliografía:

“Deodendron. árboles y arbustos de jardín en clima templado”. Ed. Blume.

“Pla Especial del Conjunt Històric i el seu entorn de protecció”. Estudio Histórico: Ajuntament de Cadaqués.

“Correa & Milà = Correa et Milà : [arquitectura 1950-1997]” / Beth Galí (ed.)Col.legi d’Arquitectes de Catalunya

“Cadaqués: Laboratorio del realismo doméstico en Cataluña”Tesis Doctoral de Esteban Terradas Muntañola.Universidad Politécnica de Cataluña. E.T.S.A. de Barcelona. 1993.

Archivo fotográfico de Joan Vehí. Cadaqués 1960-1970.

“A Cadaqués, sulla Costa Brava”.Domus. N. 325 (Dic. 1956), p. 13-14

“Federico Correa : arquitecto, crítico y profesor”. Pamplona : T6 : Escuela Técnica Superior de Arquitectura, Universidad de Navarra, DL 2002.Autor: Correa, Federico, 1924-.