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¡Triste condición de la vida de los perros! ¡Ser modelo de lealtad i siempre victima de la ingratitud! Aproximación a los perros callejeros a través de una obra de Juan Rafael Allende 1 Matías Martínez Morales 2 La presente investigación tiene como objetivo realizar una aproximación hacia la presencia de los perros callejeros en Santiago de finales del siglo XIX. Para esto se realiza un análisis del discurso de la obra narrativa Memorias de un perro escritas por su propia pata (1893) escrita por Juan Rafael Allende. Nuestro autor es considerado como un sujeto extraordinario dentro del mundo popular, y a través de su obra, genera dos representaciones en torno al perro callejero. La primera es una asimilación entre el sujeto popular y el perro callejero, esto conlleva una identificación con el can. La segunda es una crítica a la violencia ejercida sobre los perros. Se realizan a la par contrastes con obras historiográficas que tratan temas referentes a la época. Consideramos que los perros callejeros forman parte del mundo cultural del sujeto popular en Chile y por lo tanto, debe ser rastreado a través de todas las estrategias de la historia cultural. Palabras claves: sujeto popular-discurso-representación-identidad 1 El presente artículo es una adaptación del primer capítulo de la tesis en construcción Aproximaciones hacia el perro callejero en Santiago (1880-1910). Representaciones e identidades. Tesis para optar al grado de Licenciado en Educación. Universidad Bernardo O´higgins, 2014 2 Tesista de Pedagogía en historia geografía y ciencias sociales en educación media, Universidad Bernardo O´higgins 2014.

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¡Triste condición de la vida de los perros! ¡Ser modelo de lealtad i siempre victima de la

ingratitud!

Aproximación a los perros callejeros a través de una obra de Juan Rafael Allende1

Matías Martínez Morales2

La presente investigación tiene como objetivo realizar una aproximación hacia la presencia

de los perros callejeros en Santiago de finales del siglo XIX. Para esto se realiza un análisis

del discurso de la obra narrativa Memorias de un perro escritas por su propia pata (1893)

escrita por Juan Rafael Allende. Nuestro autor es considerado como un sujeto

extraordinario dentro del mundo popular, y a través de su obra, genera dos representaciones

en torno al perro callejero. La primera es una asimilación entre el sujeto popular y el perro

callejero, esto conlleva una identificación con el can. La segunda es una crítica a la

violencia ejercida sobre los perros. Se realizan a la par contrastes con obras historiográficas

que tratan temas referentes a la época. Consideramos que los perros callejeros forman parte

del mundo cultural del sujeto popular en Chile y por lo tanto, debe ser rastreado a través de

todas las estrategias de la historia cultural.

Palabras claves: sujeto popular-discurso-representación-identidad

1 El presente artículo es una adaptación del primer capítulo de la tesis en construcción Aproximaciones hacia

el perro callejero en Santiago (1880-1910). Representaciones e identidades. Tesis para optar al grado de Licenciado en Educación. Universidad Bernardo O´higgins, 2014 2 Tesista de Pedagogía en historia geografía y ciencias sociales en educación media, Universidad Bernardo

O´higgins 2014.

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La presencia de los perros callejeros en la cotidianeidad occidental, proviene de los tiempos

clásicos de Grecia y Roma hacia adelante. Lo destacable, es que durante el Renacimiento

considerando la pintura de ese período como soporte privilegiado para indagar en los

imaginarios, se puede constatar que a partir de este periodo los perros adquieren

importancia no sólo en tanto estatus social o como medio para plasmar simbólicamente

algún motivo al interior de las obras, sino que, además, alcanzan una notoria preeminencia

en tanto animales de compañía, comenzando a consolidar, a partir de este momento, su

ingreso al interior de la vida privada de hogares y cortes. Si nos situamos en el continente

americano, a pesar de los relatos que mencionan a los perros, como instrumentos de

castigos bestiales sobre los indígenas, es posible rastrear una visión que ve a un perro como

un animal mudo, inofensivo y domesticado3. Esta investigación busca rescatar al perro

callejero como un “sujeto” de continuidad en el habitar del Santiago republicano a través de

una perspectiva antropológica-histórica (cultural). Siguiendo los postulados teóricos de

Edward Palmer Thompson, los perros callejeros son vistos como un sujeto que transita,

vive, come, muere en la cotidianeidad, y, el sujeto popular en su experiencia con él, va

construyendo su identidad. Desde una perspectiva antropológica el científico social está

condicionado a indagar a un nivel horizontal, dilatando ciertos eventos, como un embudo,

para obtener “hechos” representativos de dinámicas de mayor aliento –la persistencia de los

perros callejeros- como los momentos de peligro, de conflicto, la violencia, los rituales, la

fiesta, exteriorizan ideas e imágenes que permanecen escondidas en la cotidianidad, en la

armonía4.

En los estudios históricos que se enmarcan en la historia cultural la utilización de fuentes

diferentes a los archivos se ha tornado una necesidad para poder realizar una investigación

de elementos culturales que en muchas ocasiones pueden pasar desapercibidos. Desde esta

perspectiva el uso de la novela, a pesar de ciertas reticencias y reservas que pueda provocar

es un elemento rico para poder analizar las maneras de representación. Es innegable que la

obra literaria es una creación predominantemente subjetiva, pero debemos considerar el

ingente universo de nuestra cultura, el cual se sostiene en un frágil albur, cuya potencia

3 Megumi Andrade, Representaciones e imaginarios perrunos: desde Grecia hasta la Conquista de América,

Universum, n°26, vol2, 2011, pp47 4 Miguel Ángel Díaz Perera, Antropología e historia ¿un diálogo necesario? Edward Palmer Thompson: una

revisión. Relaciones, N°99, Vol XXV, 2004, pp295

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mirada con la perspectiva de dos siglos constituye, por ahora, un límite insuperable de

nuestro pensamiento: la subjetividad5. Asumiendo esto, el documento debe pensarse como

toda fuente de información de la cual el historiador o investigador, enfocándola desde el

ángulo del interrogante que formulo, puede obtener algo que contribuya al conocimiento

del pasado del hombre y su medio. Por esta razón resulta imposible, evidentemente, fijar

sus límites. Por contigüidad termina por abarcar textos, imágenes, objetos, monumentos y

observaciones de todo orden6. Siguiendo lo planteado podríamos mencionar que también

cada fuente es una construcción subjetiva, puesto que, la historia es vista como una

construcción donde la realidad debe ser entendida como un constructo de los hombres, los

que a su vez, al encontrarse insertos dentro de una cultura que también es construida,

poseían una estructura mental que los preconcebía al enfrentar la realidad de ciertas formas

establecidas (y no establecidas), o si se quiere decir de otro modo, ver al mundo desde

ciertos ojos, con ciertas normas, ciertas costumbres, ciertos modelos y con ciertas

percepciones de lo real, pero también de lo posible7.

En el presente estudio realizamos un análisis de la obra de Juan Rafael Allende, memorias

de un perro escritas por su propia pata de 1893. Esta obra narrativa apareció primeramente

en el periódico editado por él, Poncio Pilato, pero fue tal su éxito, que se edito en una

edición de libro y con ilustraciones del mismo autor. Consideramos que este libro es una

fuente importante a la hora de interpretar como se veían los perros callejeros en el Santiago

de cambio de siglo. En este sentido nos enmarcamos en la historia cultural y su enfoque en

la representación. Mas allá de dar cuenta de una existencia, que consideramos que forma

parte de toda la historia de Chile, donde el perro ha sido un compañero en la cotidianeidad,

consideramos importante dar cuenta de cómo los sujetos observaban a este “sujeto” si era

visibilizado, si era considerado, si formaba parte para ellos, de su diario vivir8.

En el curso de la argumentación de nuestro trabajo no nos circunscribiremos al

pensamiento de un solo autor o las ideas de una corriente en específico. Al contrario,

5 Juan Samuel López, La ciudad como discurso. Una deconstrucción de la ciudad como instancia de

subjetivación, Escaparate ediciones, Chile, 2006, pp 14 6 Henry Marrou, El conocimiento histórico, Buenos Aires, Per abbat editora, 1985, pp50.

7 Daniel Nieto Orriols, “Acercamientos a la historia cultural: el problema de la realidad, su deconstrucción y

su representación”, Cuadernos de Historia Cultural, Crítica y Reflexión, vol. 1, Viña del Mar, 2011, pp.23 8 Roger Chartier, El mundo como representación estudios sobre historia cultural, Gedisa, Barcelona, 1992

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pretendimos situarnos desde una perspectiva crítica desde la cual podamos realizar un

acopio de antecedentes diversos que permitan articular adecuadamente la comprensión de

el fenómeno cultural a tratar. Nuestra investigación se posiciona desde un enfoque

multidisciplinario, que busca dar con las practicas constructivas del mundo social, la

dinámica de las comunicaciones textuales, el ámbito de la identidades y los cuerpos

institucionales por los que se representan, por tal razón las representaciones siempre se dan

en un campo social que debe ser dilucidado. Por lo tanto mas que observar la realidad

histórica en si –es decir un estudio histórico sobre la presencia real de los perros callejeros

en el Santiago de cambio de siglo- nuestro trabajo busca la representación, no estudiaremos

el sujeto, sino las observaciones realizadas sobre ese sujeto y las representaciones de esa

realidad9.

Las diferenciaciones culturales que se puedan realizar con respecto al perro callejero y con

respecto a cualquier fenómeno cultural no son estáticas y fijas, sino que procesos

sumamente dinámicos. La aceptación que pueda recibir el libro de Allende puede conllevar

interpretaciones inéditas del público al cual se enfoco el texto, por otra parte, puede

conllevar una identificación que de cuenta de elementos distintivos de un grupo socio-

cultural en particular. Con esto queremos decir que nuestro trabajo no es objetivo y exacto,

es optimo para un entendimiento del fenómeno a estudiar y siempre estará abierto a nuevas

interrogantes y perspectivas. La utilización de memorias de un perro escritas por su propia

pata tal como mencionamos busca dar cuenta de las representaciones, pero también de los

procesos de identificación que se puedan generar entre el autor, como portavoz de una

representación colectiva, entendida esta, como el conjunto de ideas que un pueblo o grupo

social tiene de si mismo y de su mundo, de su propia identidad y de su entorno, las cuales

se encuentran en relación con las estructuras sociales y , por lo tanto, con las formas de

comportamiento individual que están predeterminadas por prejuicios y valores ya

asimilados. Esto no quiere dar cuenta de un estructuralismo, sino que, se destaca el hecho

de que las costumbres han de ser peculiares según el conjunto de creencias y turinas propias

del universo cultural de cada individuo. Estas representaciones colectivas se sitúan en el

9 Daniel Guzmán Vásquez, La historia cultural como representación y las representaciones de la historia

cultural, Cuadernos de historia cultural, n°2, viña del mar, 2013, pp25

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individuo en su cotidianeidad, donde el sujeto participa con todos los aspectos de su

individualidad y su personalidad10

.

Para poder situar a nuestro texto como una representación, y también un proceso de

identificación debemos abordarlo con rigurosidad, partiendo del supuesto de que nuestra

obra literaria, mas allá de su propuesta estética –la cual es bastante buena- así como de la

técnica poética y narrativa; da cuenta de la visión que tiene el autor en su tiempo, su mundo

y contexto, con lo cual recrea relatos paralelos a la realidad11

. Siguiendo esta idea debemos

posicionarnos desde la propuesta de Paul Ricoeur, quien señala la importancia de abordar al

texto y al autor en sus respectivos contextos temporal, político y cultural12

.

Pero en esta investigación utilizaremos una idea de contexto de Teun A. van Dijk, es decir,

no utilizaremos una noción cotidiana, que lo significaría como situación, ambiente, entorno,

etc. Nuestra noción será utilizar el término contexto para referirnos a la situación social del

lenguaje en general, o a la situación específica de un determinado fragmento del texto de

conversación. En otras palabras, el contexto se refiere a aquellas propiedades de la

situación comunicativa que son relevantes para el discurso, y luego estipularemos que esto

es así para los hablantes, y, por ende para la producción del discurso, o para los receptores,

y por lo tanto, para la comprensión del discurso. Un segundo elemento puede ser polémico,

Van Dijk plantea que los contextos definidos como las propiedades relevantes de las

situaciones sociales no influyen en absoluto en el discurso, o sea, no existe una relación

directa entre los aspectos de la situación social y el discurso. No existe una influencia

directa, porque las propiedades sociales de la situación no están directamente involucradas

con los procesos cognitivos de la producción y la interpretación del discurso. Entonces

¿Cómo relacionamos las situaciones sociales y el discurso? La respuesta que nos da Van

Djick es que, los contextos no son objetivos sino subjetivos. No son una selección relevante

de las propiedades sociales objetivas de la situación, sino una definición subjetiva de esa

situación. En pocas palabras, el contexto es lo que los propios participantes de una situación

10

Pilar Gonzalbo Aizpuru, Introducción a la historia de la vida cotidiana, México, El colegio de México centro de estudios históricos, 2006, pp 27 11

Valeria Soledad Cortes, La quinta modelo. La novela como fuente histórica del México decimonónico, Fuentes Humanísticas, n°43, México, 2011, pp32 12

Paul Ricoeur, Ensayos de hermenéutica, pp127-256

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social definen como relevante13

. La ventaja y asimilación con nuestro enfoque cultural, es

que las definiciones subjetivas de la situación de los participantes son objetos cognitivos, es

decir, representaciones mentales. Siguiendo con esta perspectiva debemos adentrarnos en

lo que es un modelo mental, el cual es definido como una representación subjetiva de un

episodio. Estos explican el hecho de que las personas construyan sus propias

representaciones personales de un evento, con su propia perspectiva, sus intereses, sus

evaluaciónes, sus emociones y otros elementos, basándose en su singular historia personal y

subjetiva. En resumen, los modelos mentales representan o construyen subjetivamente las

situaciones en las que hablamos o acerca de las cuales hablamos14

Pero no debemos solo quedarnos en la singularidad, tal como lo plantea Van Dijk, aunque

los modelos de eventos específicos son subjetivos y singulares, no son total o

exclusivamente personales, también tienen importantes dimensiones sociales e

intersubjetivas. Desde sus primeras interacciones en la comunicación cotidiana y, en

general, por su proceso de socialización, los usuarios del lenguaje han adquirido diversas

clases de conocimientos y creencias compartidas. Estas creencias generales y sociales

compartidas influyen en la construcción de nuevos modelos cuyas dimensiones

intersubjetivas permiten la interacción y la comprensión mutua. Por todo lo mencionado

podemos decir, que el contexto no es una situación social, sino un modelo mental subjetivo

de esa situación. La función central de los modelos de contexto sugeridos por Van Dijk es

producir el discurso de manera tal que resulte óptimamente apropiado en la situación

social15

.

Asumiendo esta conceptualización de Van Dijk se pueden generar muchas dudas o críticas

por utilizar elementos tan heterogéneos para realizar un análisis de corte histórico y son

sumamente validas. Aun así, siguiendo a Robert Darnton ser un historiador cultural

conlleva una responsabilidad con la gente común y sus maneras de representar el mundo.

Buscar su cosmología, como organizan y reorganizan su mente y como expresan sus

13

Teun A. van Dijk, Sociedad y discurso, editorial Gedisa, 2011, Barcelona, pp 19-20 14

Van DIjk, op citt, pp22 15

Op citt, pp23

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vivencias16

. Debemos dilucidar cuáles son sus estrategias de subsistencia y su habitar en la

ciudad, ahí, con los perros callejeros. Para tal motivo consideramos que es necesario utilizar

todas las herramientas posibles, siguiendo a Gayatri Spivak, podríamos utilizar su misma

auto identificación como bricoleur; concepto extraído de Levis Strauss.

Juan Rafael Allende y la sátira popular

Dentro del relato historiográfico que estudia el desenvolvimiento político de las capas

populares del Chile Republicano hay un consenso en cuanto dar una importancia para

desenvolvimiento popular a un partido político fundado a fines del siglo XIX . El 7 de

Noviembre de 1887 se reunieron en la Sociedad Filarmónica de Obreros de Chile,

artesanos, jóvenes radicales y obreros que tras una discusión apoyaron la idea de Malaquías

Concha de fundar un partido popular que abandonara el terreno político religioso, para

dedicarse a cuestiones político-sociales y económicas. Tres días mas tarde cerca de

doscientas personas aprobaron el primer directorio del nuevo Partido Democrático, que

unía a los trabajadores manuales con intelectuales de capas medias. Dentro de ese directorio

se encontraba un periodista, perteneciente a la joven intelectualidad radical: Juan Rafael

Allende, quien realizo una revolución cultural en su tiempo, participando en la prensa

satírica, en obras de teatro que representaban las condiciones y cualidades del mundo

popular y en la poesía que buscaba retratar el sentir de las clases bajas17

.

Juan Rafael Allende fue un periodista, dramaturgo y poeta popular santiaguino. Nació en la

Chimba de Santiago el 24 de Octubre de 1848 y falleció en la misma ciudad el 20 de junio

de 190918

. La Chimba es una zona suburbana donde se alternaban cuarterías baratas y

quintas de mediano tamaño, era la patria de la Colchona y de todos los brujos que podrían

haber. Sus vecinos eran principalmente de origen campesino, por lo que el ambiente rural-

urbano tenía una conformación popular19

. Cursó su primera enseñanza en el Colegio de la

16

Robert Darnton, La gran matanza de gatos y otros episodios en la historia de la cultura francesa, Fondo de cultura económica, Mexico, 2002, pp11 17

Sergio Grez, De la regeneración del pueblo a la huelga general. Genesis y evolución histórica del movimiento popular en Chile (1810-1910), DIBAM –RIL editores, Santiago, pp671 18

Maximiliano Salinas Campos, Juan Rafael Allende, “El Pequen”, y los rasgos carnavalescos de la literatura popular chilena del siglo XIX, Historia, N°37, Vol I, 2004, pp 209 19

Valentina Ascencio Altamirano, Juan Rafael Allende, el intelectual popular del siglo XIX, tesis para optar al grado de licenciada en lengua y literatura hispánica, mención literatura Universidad de Chile, pp 18

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Señora Ruedas, y luego fue al Colegio San Luis donde aprendió latín y conoció al escritor

Zorobabel Rodríguez; completo sus estudios más tarde en el Instituto Nacional. En su

proceso de aprendizaje desde los nueve años reveló talento en la literatura y desde los

veintiuno comenzó a publicar en diarios20

. Dentro de su desenvolvimiento político aparte

de fundar el Partido Democrático fue candidato a diputado por Antofagasta, durante todo el

año 1900 recorrió Antofagasta, Calama, Taltal, Iquique, Pisagua, Alto Hospicio, Dolores y

varias oficinas salitreras y en 1901 dejó el trabajo en Santiago por tres meses para viajar, en

su calidad de presidente honorario de la Sociedad Defensora de Trabajadores y Socorros

Mutuos, a Iquique “a ver a mi familia”, refiriéndose a su gran familia pampina21

.

Nuestro autor perteneció a la cultura cómica popular que logró sólo en contadas ocasiones

producir periódicos que por sus títulos reflejaban ya un mundo ’no-serio’, contradictorio

con el de la elite. Entre los más destacados habría que nombrar El Ají, publicado entre 1889

y 1893 por el obrero tipógrafo Hipolito Olivares, y aún más reconocido, El José Arnero,

publicado entre 1905 y 1914 por el poeta popular nacido en Lo Cañas Juan Bautista Peralta.

Dentro de este conglomerado de autores populares Juan Rafael Allende se destaco, al

sacudir al Santiago burgués del siglo XIX, quien con su literatura pintoresca y bufonesca

desobedeció a los códigos del habla seria de la Ilustración. Esta producción potente y

desenfadada nace de los códigos más profundos de habla popular chilena conformada

durante la colonia (siglos XVI-XVII-XVIII) y fue disparada en el siglo XIX contra el

Estado oligárquico que mantuvo parámetros de dominación absolutista22

. La contradicción

entre Allende y el mundo de la elite partidaria del Occidente decimonónico era

fundamental, ya que tras intentar imponer un estilo de vida oligárquico y antipopular, tal

como lo mencionamos, revelaron un ethos por completo falto de humor23

.

Para comprender la satírica de Allende debemos remontarnos a una tradición literaria que

se entronca con el espíritu de la Edad Media hispanoárabe y la picaresca española. Al

comienzo de los tiempos modernos, esta tradición fue combatida hasta cierto punto como 20

Valentina Ascencio, op citt, pp19 21

Daniel Palma Alvarado, Las andanzas de Juan Rafael Allende por la ciudad de los “palacios marmóreos” y las cazuelas deleitosas. Santiago de Chile, 1880-1910, Revista de historia social y de las mentalidades, n°13, vol I, pp 12 22

Maximiliano Salinas Campos, “¡I no se rien de este leso porque es dueño de millones!”El asedio comico y popular de Juan Rafael Allende a la burguesía chilena del siglo XIX, Historia, °39, vol I, pp 235 23

Salinas, op citt, 234

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un mundo de “proposiciones escandalosas, malsonantes, injuriosas y censurables”. Con la

llegada de los valores democráticos y libertarios en el siglo XIX chileno, esta sátira de

origen oral y popular encontró un mayor espacio para poder expresar una crítica social y

política. Teniendo en consideración las dos últimas décadas de este siglo, con el avance de

un movimiento de sociabilidad popular por un lado y, la guerra civil de 1891 por otro,

Allende dio a conocer una visión que criticaba el espíritu burgués, propio de la elite del

momento24

. Por otra parte, su ideal estético fue una reivindicación carnavalesca del cuerpo

–ocultado y silenciado por la cultura de elite- desde la condición plebeya. Sus referentes

literarios fueron Bocaccio y Quevedo, dos autores que fueron condenados y prohibidos por

la cultura de la Inquisición del siglo XVI y XVII. Al cuestionar los parámetros morales de

la Inglaterra victoriana o de la iglesia católica, Allende desacreditaba la cultura de la elite

decimonónica por carecer de fuerza y de vigor25

.

Maximiliano Salinas categoriza a Juan Rafael Allende como un sujeto que se encuentra a

medio camino –es decir- entre la prensa “seria” de la elite oligárquica y las formas de la

cultura cómica popular. En este sentido se podría decir que nuestra figura literaria conoció

los dos códigos, sus simpatías estuvieron con el pueblo pero para Salinas las huellas de la

Ilustración quedaron marcadas en su estilo26

. Entendiendo este doble posicionamiento, ¿es

posible categorizar a Juan Rafael Allende como un sujeto del mundo popular? para dar

respuesta a la interrogante nosotros entendemos a Juan Rafael Allende como un sujeto

extraordinario, que para integrarlo al heterogéneo mundo popular nos apoyamos en aquellas

experiencias macro que afectan por igual al sujeto pueblo las cuales se insertan en

tendencias de largo aliento. Una de estas experiencias es la pobreza, condición que da un

estatus de larga duración a la precariedad popular. El otro elemento de largo aliento, es la

dominación y las formas de subordinación social que cruzan nuestra historia republicana27

.

Por esto, es posible situar a nuestro autor dentro del complejo mundo popular, ya que vive

las dos condiciones macro-estructurantes. Un elemento identificador más importante, por su

posición como comunicador social-popular es que cumple la función de dar cuenta de la

24

Salinas, Y no se ríen..op citt, pp261 25

Maximiliano Salinas Campos, Juan Rafael Allende, “El Pequen”, y los rasgos carnavalescos de la literatura popular chilena del siglo XIX, Historia, N°37, Vol I, 2004, pp 216 26

Maximiliano Salinas Campos, Los que ríen ultimo…caricaturas y poesías en la prensa humorística chilena del siglo XIX, DIBAM, Santiago, 2001, pp 55 27

Julio Pinto y Gabriel Salazar, Historia contemporánea de Chile Vol II, LOM, Santiago, 1999, pp 66

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antítesis de proyecto oligárquico de exclusión y que marginaliza s los sujetos subalternos28

.

Esta visión opuesta del mundo, del hombre y de las relaciones humanas es totalmente

diferente, deliberadamente no-oficial. El relato de Juan Rafael Allende se inscribe en la

construcción de un segundo mundo, con una segunda vida al lado del mundo oficial. El

sentido carnavalesco y humorístico propio de sus producciones literarias y periodísticas

establecen el triunfo de una especie de liberación transitoria, más allá de la órbita de la

concepción dominante, la abolición provisional de las relaciones jerárquicas, privilegios,

reglas y tabúes. La liberación se genera en concordancia con la risa carnavalesca, que en sí,

es un patrimonio del pueblo, la risa es general, totalizante que da cuenta de una jocosidad

pero al mismo tiempo, sarcástica. Esta creación de una especie de dualidad da cuenta de

una visión universalista y utópica de unas estructuras sociales, que se posicionan al revés29

.

Por su formación educativa y sus relaciones sociales, priman en él las ideas liberales

ilustradas y políticas muy propias de la prensa satírica, pero la forma de transmitir sus

mensajes esta ligada a la utilización de un lenguaje más popular, distinto al de la sátira a la

que hicimos mención anteriormente, que ostenta un lenguaje culto que no corresponde al

habla popular y que se enfoca solo en temas políticos. Allende, dentro de su repertorio

añadirá otros temas, como por ejemplo, las fiestas populares y las injusticias para con el

pueblo, yendo más allá de la mera oposición política o al ataque de ciertas figuras públicas.

[tesis, 27]. El dar cuenta de una visión carnavalesca y de humor satírico va de la mano con

una cercanía a la vida cotidiana del pueblo. Siguiendo a Salinas, en Chile el Estado

portaliano genero una distancia tremenda entre los rotos, solo comprendidos por la elite

como un oportunista peso de la noche, mientras que Juan Rafael Allende vio en ellos a

seres de carne y hueso, con sus penas y alegrías, con su palpable humanidad, con defectos y

virtudes. La elite no quiso saber de la cotidianeidad del mundo popular, la ignoro y

mantuvo una actitud de lejanía constante hacia los pobres y la realidad nacional30

.

28

Maria Angelica Illanes, Marginalización y des-marginalización en el movimiento popular, proposiciones, N°24, 1994, pp222 29

Mijail bajtin, La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento. El contexto de Francois Rabelais, editorial Alianza, Buenos Aires, 1994, pp 17 30

Maximiliano Salinas Campos, Los que rien ultimo…caricaturas y poesías en la prensa humorística chilena del siglo XIX, DIBAM, Santiago, 2001, pp 57

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Desde esta posición reivindicativa de la cultura popular, Allende observo las importantes

transformaciones burguesas en la sociedad chilena iniciadas principalmente en la década de

1870. La elite republicana levantaba con orgullo y satisfacción su propia institucionalidad

moderna. Aun a pesar de esto, la modernización no fue acompañada por una

democratización del sistema político. Tal como planteó el Partido Democrático, lo que

existía en Chile era una Bancocracia. La modernización conllevo una mayor acción a la

hora de identificar lo que no es moderno, es decir, generar una mayor exclusión y

marginación para con los sectores populares y su cultura, acosándola y arrancándola de sus

espacios31

. Las críticas a la modernización burguesa van acompañadas de fuertes criticas al

pensamiento católico. Sus escritos eran dañosos a la fe y a la pureza de las costumbres. Era

la prensa impía e inmoral, que debía ser aplacada incluso con peticiones e intercesiones

públicas. Allende era el redactor del periódico mas sucio y mas miserablemente canalla de

chile32

. Ricardo Donoso comenta que nadie podrá disputarle el lugar que ocupa entre los

más mordaces, agudos e incisivo escritores satíricos de Chile33

.

Las obras de Juan Rafael Allende nos hablan de una cotidianeidad santiaguina que esta

teñida de imágenes rurales y pueblerinas. Tal como lo menciona Daniel Palma, la obra de

Allende nos expone un mundo popular con muchos animales extraviados en las callejuelas

que vagaban por ellas, buscando algo para comer, especialmente perros. En la obra que

analizaremos se muestra la visibilidad de estos habitantes del mundo popular y también los

intentos de acabar con ellos a toda costa por parte del Estado utilizando la estricnina un

veneno mortal. Los perros eran peligrosos, pero también eran inseparables de los

vendedores ambulantes, de los niños de la calle, de los conventillos, de las plazas y

baratillos34

.

31

Salinas Campos, Juan Rafael Allende, “El Pequen”, y los rasgos carnavalescos de la literatura popular chilena del siglo XIX, Historia, N°37, Vol I, 2004, pp215 32

Maximiliano Salinas Campos, “¡I no se ríen de este leso porque es dueño de millones!”El asedio cómico y popular de Juan Rafael Allende a la burguesía chilena del siglo XIX, Historia, °39, vol I, pp244 33

Ricardo Donoso, La sátira política en Chile, Imprenta Universitaria, Santiago, 1950, pp128 34

Daniel Palma Alvarado, Las andanzas de Juan Rafael Allende por la ciudad de los “palacios marmóreos” y las cazuelas deleitosas. Santiago de Chile, 1880-1910, Revista de historia social y de las mentalidades, n°13, vol I, pp132

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Rompecadenas y las representaciones en sus memorias

Tal como mencionamos, analizaremos la obra de Juan Rafael Allende; Memorias de un

perro escritas por su propia pata. Nuestro autor mas allá de dejar un texto con

características estéticas y poéticas, busco representar algo, ya que, cualquier aspecto de la

cultura puede convertirse en un fenómeno dotado de significación35

. Nuestro enfoque

histórico busca construir la significación, la historia de las representaciones y las prácticas,

la historia de las formas y mecanismos por los cuales las comunidades perciben y

comprenden su sociedad y su historia; en síntesis, la historia de los modos de articulación

entre las obras o las prácticas y el mundo social, sensibles a la vez a la pluralidad de

divergencias que atraviesa una sociedad y a la diversidad de empleo de materiales o

códigos compartidos. En ello el concepto de representación se torna central en su

formulación36

.

Las significaciones presentes de manera implícita en el texto son dos. Consideramos que el

autor ficcionalizó un animal para generar un discurso desde su posición social y cultural.

Consideró los elementos significantes de su contexto y los plasmo en la novela

mencionada. La primera significación, es una representación de su posición, como sujeto

que verbaliza el sentir popular en medios de comunicación, en total identificación con el

perro callejero. El sujeto popular y el perro callejero serian parte del mismo mundo plebeyo

y vivirían las mismas condiciones estructurantes de su condición, la pobreza y la

dominación. Allende al configurar un artificio donde posiciona su voz en el protagonista

de las memorias, genera una crítica inherente a las características socio-políticas de finales

del siglo XIX en el Chile Republicano. La obra literaria tiene alusiones directas que hacen

referencia a una sociedad sumamente desigual y a una estructura política deficiente, lo cual

es denunciado durante todo el libro. Así se representa la manera como veía el mundo Juan

Rafael Allende, desde su posición ambigua pero de compromiso popular. Por último el

autor genera una representación critica de la violencia, como elemento identitario de los

sectores populares. Desde la obra, el autor genera una crítica contra la violencia hacia los

3535

Juan Samuel López, La ciudad como discurso. Una deconstrucción de la ciudad como instancia de subjetivación, Escaparate ediciones, Chile, 2006, pp25 36

Juan Carlos Ruiz, Representaciones colectivas, mentalidades e historia cultural: a propósito de Chartier y el mundo como representación, Relaciones, n° 93, Vol 24, 2003, pp 58

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animales, dando cuenta de una visibilización y de una incipiente conciencia animal. La

violencia ejercida hacia los perros callejeros –principalmente hacia el protagonista

Rompecadenas- es reiterativo durante toda la creación literaria. Estas dos representaciones

las consideramos relevantes, para poder tener antecedentes culturales e históricos sobre la

presencia de los perros callejeros en Santiago. Pasaremos a la explicación de cada

representación

El perro callejero como una representación del sujeto popular

Uno de los diagnósticos mas importantes de el presente trabajo es la configuración de una

analogía entre el sujeto popular y el perro callejero. Juan Rafael Allende ha sido

caracterizado como un defensor del pueblo y las clases bajas, posicionado como un

intelectual y utilizando la cultura popular y la escritura satírica, cuestiono los parámetros

culturales de la elite y las prácticas políticas de la misma. Las representaciones que

construimos son en base a los lugares físicos narrados en la construcción literaria y las

características del protagonista, perro quiltro llamado Rompecadenas. Para entender las

significaciones de representación debemos tener una conceptualización de que lo

entendemos por identidad y también, que entendemos por identidad popular.

La identidad es un concepto que ha pasado por un proceso de deconstrucción, lo cual lo

dejo bajo borradura. La deconstrucción al someterse a conceptos claves de las Ciencias

Sociales los inutiliza para ayudarnos a pensar, pero como no lograron ser superados

dialécticamente y no hay otros conceptos diferentes que puedan reemplazarlos, no hay mas

remedio que seguir pensando con ellos, aunque ahora, luego de la deconstrucción, sus

formas se encuentran destotalizadas y no funcionan dentro del paradigma en el cual se

generaron37

. En este sentido la identidad ya no puede usarse como antes, con una seguridad

epistemológica, pero tampoco podemos dejarlo de lado, puesto que nos ayuda a entender

cuestiones claves. La identidad la veremos desde un paradigma discursivo y por lo tanto

como una construcción, un proceso que nunca termina, que se encuentra siempre en

proceso y por lo cual los sujetos siempre serán inacabados.

37

Stuart Hall, ¿Quién necesita identidad?, en: Stuart Hall y Paul du Gay (comp), Cuestiones de identidad cultural, Amorrurtu editores, Buenos Aires, 2003, pp13-14

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En consecuencia las identidades tienen que ver con las cosas referidas al uso de los recursos

de la lengua, las tradiciones, la cultura y la historia en el proceso de devenir –de proceso- y

no de ser; no se trata de “quiénes somos” o “de dónde venimos” sino en que podríamos

transformarnos, mas importante aun, como nos han representado y cuál sería el modo que

utilizaríamos para representarnos a nosotros mismos. Las identidades en este sentido se

constituyen dentro y no fuera de la representación38

. Cuando Rompecadenas se presenta al

comenzar la obra, esta dando características que inherentemente son para el autor propias

de la construcción cultural del sujeto popular, forman parte de su construcción como

tradición plebeya:

Soi humilde, i como tal no niego a mis progenitores. Soy hijo de una gran perro i de un

perro no muy grande39

.

La humildad junto con la aceptación del origen social, dan cuenta de una representación

discursiva de lo que tradicionalmente se ha visto como un valor de los sectores populares.

En consecuencia, las identidades se construyen dentro del discurso y debemos considerarlas

producidas en ámbitos históricos e institucionales específicos en el interior de formaciones

y practicas discursivas especificas, mediante estrategias enunciativas especificas40

y

además, bajo la subjetividad y la construcción mental y discursiva del contexto del autor,

quien escoge lo relevante en su discurso, es decir, una característica positiva

tradicionalmente popular, y los parámetros culturales en los cuales se inserta. Por lo tanto

cuando Rompecadenas nos habla de los derechos, nos hace una alusión a los derechos que

puedan tener los sectores populares. En este sentido, tal parece que solo existe un solo

derecho:

¿I no se enojaran porque pataleamos? Le pregunte. No, respondiome, porque el único

derecho que tenemos en Chile los perros i los dictatoriales es el derecho de pataleo41

.

Las identidades en su construcción constante toman en consideración la diferencia, no están

al margen de ella. Esto implica aunque sea radicalmente perturbador, que el significado

38

Hall, op, citt, pp17-18 39

Juan Rafael Allende, memorias de un perro escritas por su propia pata, imprenta B. Vicuña Mackenna, Santiago, 1893, pp5 40

Op, citt, 18 41

Allende, Op citt, pp18-19

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positivo de cualquier termino y con ello su identidad, solo puede construirse a través de una

relación con el otro, con lo que no es, con lo que justamente le falta, eso que se denomina el

afuera constitutivo42

. Entonces si asumimos que Allende representa al sujeto popular en

analogía con el perro callejero tiene mucho sentido el doble control moral denunciado y que

da sentido a la oposición con un otro en nuestra obra:

Sigamos la corriente, i mucho cuidado no mas con los pacos, que son mui celosos con la

moral perruna, no asi con la moral humana43

.

La mirada de la elite sobre los sectores populares en general era categórica con respecto a

su desmoralización. El vicio se encuentra arraigado y existe una imposibilidad para

desarrollar un control interno, por este diagnostico la elite se vuelca hacia una vigilancia y

una mano preventiva y correctora para con las clases subalternas44

. La configuración de una

identidad popular que se plasma en el perro callejero, da cuenta de los elementos propias de

la misma. A pesar de la heterogeneidad del mundo popular, nos apoyamos en aquellas

experiencias que han sido describidas como macro, las cuales afectan por igual al sujeto

pueblo y son tendencias de largo aliento. Una de esas experiencias es la pobreza como

condición económica y social, el otro elemento de largo aliento es la dominación y las

formas de subordinación social que abarcan todos los aspectos de la vida y cruzan el

recorrido de nuestra historia nacional45

. De todas maneras, no debe entenderse como

totalmente autónoma o aislada del resto de los grupos sociales, existe una lucha continua

irregular y desigual, por parte de la cultura dominante cuyo propósito es desorganizar y re-

organizar constantemente a la cultura popular. En este sentido buscan encerrar y confinar

las definiciones y conceptualizaciones de los sectores populares, pero existen puntos de

resistencia. Siguiendo a Stuart Hall, hay una dialéctica cultural. En consecuencia debemos

asumir a la cultura popular con una concepción que contemple aquellas formas y

actividades cuyas raíces estén en las condiciones sociales y materiales determinadas

(pobreza y dominación), que hayan quedados incorporadas a tradiciones y practicas

populares (resistencias e insubordinaciones). Lo esencial son las relaciones que definen la

42

Hall, op citt, 18 43

Allende, op citt, pp17 44

Luis Alberto Romero, ¿Qué hacer con los pobres? Elites y sectores populares en Santiago de Chile 1840-1895, Ariadna ediciones, Santiago, 2007,pp 230 45

Julio Pinto y Gabriel Salazar, Historia contemporánea de Chile Vol II, LOM, Santiago, 1999, pp 66

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cultura popular en tensión continua con la cultura dominante. Es un concepto de la cultura

que este polarizado alrededor de esta dialéctica cultural. Las formas y actividades culturales

pertenecen a un campo que cambia constantemente46

.

Si la conformación de una economía nacional hacia afuera exitosa y en constante

crecimiento era el orgullo de la elite, esta se había conseguido por una guerra con países

vecinos por las disputas en lo que es el Norte de nuestro país. Durante la Guerra del

Pacifico, se genero un sentimiento de nacionalidad, fue incluso, una instancia importante

para empapar a los sectores subalternos de amor a la patria y a la bandera. Tras esta

germinación nacionalista, muchas personas de escasos recursos fueron a la guerra, tanto por

deseos de luchar como por una opción para poder vivir del pago y las raciones que daban

en los cuarteles. Llegada la victoria para Chile, los veteranos no recibieron lo que merecían

y tal como se a señalado en varias investigaciones, recibieron el “pago de Chile”. En este

sentido muchos veteranos cayeron en la miseria, tanto porque se habían alejado de sus

unidades productivas o, porque habían quedado inválidos o con secuelas que los

imposibilitaban a trabajar47

. El relato es significativo en este aspecto:

Un dia vi pasar a un soldado invalido, i me fui detrás de el…Yo me hacia esta refleccion:

este pobre invalido, que ha perdido una pierna i un brazo por darle territorios i gloria a su

patria, vivirá a racion de hambre, como viven todos los buenos servidores de esta tierra;

pero , al menos, en su tugurio podre roer un hueso con honradez i dignidad48

.

Una de las condiciones dominantes en la conformación social de los grupos plebeyos de

Santiago fue su descomposición familiar, es decir, un desgarro al tejido del núcleo familiar

popular. Tal como lo plantea Gabriel Salazar, la familia popular chilena del siglo XIX

sufrió el abandono paternal por presiones laborales y una vida errante constante del

peonaje, las mujeres debieron arrancharse y en muchas ocasiones recurrir a la prostitución

para sustentar su precaria economía. ¿Hacia dónde podía arrancar un huacho sino que a la

calle en el 1900? En este sentido, cada integrante de la familia subalterna debía buscar su

46 Stuart Hall, Notas sobre la desconstruccion de “lo popular”, en Stuart hall en discurso y poder,

originalmente: Publicado en SAMUEL, Ralph (ed.). Historia popular y teoría socialista, Crítica, Barcelona, 1984, pp 194 47

Carlos Mendez, Héroes del silencio. Los veteranos de la Guerra del Pacifico. Centro de estudios bicentenario, Santiago, 2004 48

Allende, Op citt, pp8-9

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propia “suerte” y salir en busca de mejores condiciones49

. Si esta fue una característica

orgánica de la familia popular, también lo fue para Rompecadenas, quien por las

circunstancias económicas tuvo que separarse de su familia:

Perrita linda, le dije a mi cara mitad: bisquese usted ocupación con Torquemada [el hijo]

en otra parte, porque entiendo que en el chiribitil del ciego, apenas si habrá algunos

mendrugos para mi. Vete tras de mi para que ustedes sepan mi nuevo alojamiento…i para

que, en el próximo agosto, me hagas una visita y echemos un paloteo. En ello convinimos,

despidiéndonos con las lagrimas en los ojos50

.

A fines del siglo XIX esta desintegración conllevo a una situación crítica de niños

abandonados y delincuentes que deambulaban por Santiago. Aunque la defensa de la

moralidad fue importante, la visión higienista propia de este periodo hacia ver a la

delincuencia infantil como una enfermedad social que debía ser extirpada. Era para la elite

una infección51

.

Si la delincuencia infantil y la inmoralidad popular eran vistos como una infección, el foco

principal era el conventillo, lugar donde los sujetos plebeyos vivían en condiciones

precarias y de hacinamiento. El conventillo era la habitación popular más habitual hacia

1870, se trataba de un conjunto de piezas alineadas, con un pequeño alero al frente; entre

dos hileras de piezas había un patio angosto y largo, que constituía el espacio común. Los

problemas de espacio iban de la mano con problemas de salubridad ya que era habitual,

arrojar todo directamente a la acequia más próxima, lo cual generaba en más de una ocasión

el rebalse de desechos hacia las habitaciones52

. Nuestro perro callejero, Rompecadenas

también fue a parar a estos complejos habitacionales populares, que demás no está decirlo,

eran propiedad de especuladores de los sectores de elite:

49

Gabriel Salazar, Ser niño huacho en la historia de Chile (siglo XIX, Proposiciones, n°19, 1990. Ver también del mismo autor, Labradores Peones y proletarios, LOM, Santiago, 2006 50

Allende, Op,citt pp59 Las corcheas son nuestras. 51

Jorge Rojas Flores, Historia de la infancia en el Chile republicano 1810-2010, editado por JUNJI, Santiago, 2010, pp210 52

Luis Alberto Romero, ¿Qué hacer con los pobres? Elites y sectores populares en Santiago de Chile 1840-1895, Ariadna ediciones, Santiago, 2007,pp 161

Page 18: Articulo Matias Martinezpdf (1)

Cuando quería hacer lo preciso, los malditos muchachos del conventillo se encadenaban

por el dedo meñique i me dejaban a mi en agonías de muerte53

.”

Con estos elementos discursivos analizados es posible señalar que Allende creó un artificio

por el cual le dio voz al sujeto popular a través del perro callejero, identificando al segundo

con el primero. Esta significación da cuenta de un proceso de construcción identitaria, en el

cual Allende utilizo los recursos que tenía desde su experiencia y cultura. Es en el perro

donde nuestro autor, encarna a la pobreza en su máxima expresión.

Al cambiar el siglo, la sociedad popular enfrentaba, en realidad, una de sus más agudas

crisis históricas. Se agotaban, por una parte, los caminos de subsistencia peonal y

trashumante cuando fue perdiendo sentido emigrar a las fiebres de oro que llegaban a su

fin. Por otra parte, las condiciones de vida en las grandes ciudades se habían francamente

deteriorado en los conventillos de 190054

. Los procesos de proletarización forzada y el

acoso a la vida errante de los peones semi-urbanos genero una tensión en los sectores

subalternos. El desgarro familiar también se producía por la hambruna que asolaba al

pueblo, los niños eran arrojados a la calle, no podían mantenerlos con sus propias manos.

Estas características de las situaciones socio-económicas de los sectores plebeyos tenia

diferentes causas, existía por una parte una crisis del modelo exportador chileno, la

economía liberal que se sustentaba en la especulación mercantil y financiera encarecía la

subsistencia de los pobres55

.

Juan Rafael Allende fue un intelectual que revalorizo y plasmo en sus diferentes obras a la

cultura popular, mientras que dejo una crítica importante sobre la sociabilidad y el

desempeño político de la elite santiaguina. Esta representación de una sociedad donde las

desigualdades eran patentes, pero por sobre todo, el desempeño político de la oligarquía era

deficiente también fue parte de la pluma de nuestro memorista:

Mi nuevo amo me bautizo con el nombre de Chorrillos…este cambio de nombres es

corriente entre los racionales, por lo cual no me avergonzaba, ya que en Chile es tan

53

Allende, Op citt, pp12 54

Mario Garces, Crisis social y motines populares en el 1900, LOM, Santiago, 2003, pp84 55

Maria Angelica Illanes, “Ausente señorita” el niño chileno, la escuela para pobres y el auxilio 1890-1990, editado por JUNAEB, Santiago, 1991, pp 24

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frecuente que uno que ayer se llamaba radical o liberal, mañana se llame monttvarista o

conservador56

.

Durante la segunda mitad del siglo XIX, buena parte de los debates entre liberales y

conservadores estuvieron marcados por temas asociados a la educación, la política

inmigratoria, la acción del gobierno frente a los conflictos sociales y la relación del Estado

con la Iglesia; pero nunca se cuestionó el modelo social que se impuso en el país después

de la Independencia. De la misma manera las discusiones en economía fueron menores. El

éxito del “modelo de crecimiento hacia fuera” y las riquezas que procuró a la elite opacó

cualquier duda al respecto. Tanto liberales como conservadores dependían de las mismas

actividades económicas: la agricultura, minería y el comercio (incluido el del dinero cuando

aparecen los bancos desde la década de 1860) favorecidas por un modelo liberal que frenó

el desarrollo de la industria. Hubo partidarios de políticas proteccionistas y, aun, se tomaron

medidas en esa dirección. Sin embargo, tuvo mucho mayor peso la importancia para la elite

del modelo exportador de materias primas en el modelo que imperó sin contrapeso,

transformando al erario en un ente dependiente de los ingresos aduaneros. La elite, cuyos

debates políticos alcanzaron cierto grado de aspereza, pudo así soslayar el sostenimiento

del Estado, viviendo de los ingresos que generaban los productos que exportaba, sin pagar

impuestos y sin modernizar sus faenas agrícolas y mineras. Toda la modernización política,

que adquirió por momentos ciertos tintes sociales, tenía un límite: el de los intereses

económicos de liberales y conservadores, miembros todos de una elite que dispuso de un

país para su propio beneficio57

. Es por estos antecedentes que no existía para

Rompecadenas muchas diferencias entre un liberal y un Monttvarista, puesto que, ambos

recibían los mismos beneficios.

Critica hacia la violencia ejercida contra los perros callejeros en la pluma de Allende

La configuración identitaria de los sectores populares a sido abordada de manera

consistente por la historiografía chilena, principalmente los últimos 40 años se han

generado una gran cantidad de investigaciones con respecto a los grupos y sujetos

56

Allende, Op citt, pp 9 57

Julio Pinto, Proyectos de la elite chilena del siglo XIX (segunda parte, ALPHA, n°27, 2008, pp 138

Page 20: Articulo Matias Martinezpdf (1)

populares. Siguiendo las investigaciones de Salazar y Pinto58

los sujetos populares dentro

de procesos de autogestión pero también de revuelta y subversión van construyendo sus

identidades más que de clase, de sujetos. De todas maneras estas expresiones de violencia

han sido trabajadas de una manera más profunda por Igor Goicovic, quien señala que los

sectores populares intervinieron recurrentemente de manera violenta en el escenario social

del periodo en estudio. La violencia por los sectores populares desplegada pone de

manifiesto que las formas que tenían de relación con el Estado y con las elites gobernantes

estuvieron permanentemente conflictuadas, y en este contexto, la expresión mas radical de

resistencia sociocultural fue el levantamiento social. Que se manifestó en tres fenómenos

clásicos: el motín urbano, el levantamiento minero y el bandolerismo rural59

. Siguiendo a

Bazan cada grupo social, mediante mecanismos de socialización, impone a todos sus

integrantes unos valores, unas creencias y unos símbolos, de tal forma que se produce en

ellos una nivelación y uniformidad de conductas; es decir, participan de un modelo

conductual de conformidad o normalidad60

.

En este sentido, consideramos que Allende realiza una visualización de los perros

callejeros, realizando una crítica encubierta hacia la configuración de violencia realizada

sobre los caninos. Ya que nuestra perspectiva liga la representación del autor con una

identificación del perro callejero con el sujeto popular, consideramos que la violencia como

elemento identitario es criticado por Juan Rafael Allende. Nuestro sujeto en cuestión,

Rompecadenas, sufre reiteradamente violencia por parte de humanos. La representación,

entendida como una parte esencial del proceso mediante el cual se produce el sentido y se

intercambia entre los miembros la cultura, es realizada por Allende para realizar una critica

sobre el maltrato animal, sobre todo, emanada de los sectores populares61

:

58

Gabriel Salazar, Labradores peones y proletarios, LOM, Santiago, 2006. También, Julio Pinto, desgarros y utopías en la pampa salitrera, LOM, Santiago, 2009 59

Igor Goicovic, Consideraciones teóricas sobre la violencia social en Chile 1850-1930, Ultima Década, n°21, 2004, pp127-128, 60

Iñaki Bazan, La historia social de las mentalidades y la criminalidad, 1995. En Carlos Barros (edit): Historia debate. Retorno del sujeto, Vol 2, España. 61

Stuart Hall, el trabajo de la representación, pp 2. En Stuart Hall (edit) (ed.), Representation: Cultural Representations and Signifying Practices. London, Sage Publications, 1997. Cap. 1,

Page 21: Articulo Matias Martinezpdf (1)

El veterano era un terrible instructor. Cuando yo, aquejado por dolores de riñones i

caderas, largaba el fusil i caia sobre mis cuatro patas, rendido de cansancio, con la pierna

de palo me propinaba un puntapiés que me hacia ver estrellas a medio dia62

.

La violencia ejercida sobre Rompecadenas es reiterativa durante todo el relato. Realzar al

perro callejero como un “sujeto” que recibe esa violencia y aun así, debe seguir al lado del

hombre como compañero, es una configuración de la representación de lealtad animal. Aun

así Rompecadenas se cuestiona:

¿Porque esa crueldad conmigo?63

La violencia ejercida sobre los perros callejeros desde este sentido se torna mas que una

manera de dar cuenta de una realidad propia del contexto construido por Allende, de una

denuncia, que puede atravesar todos los estratos sociales:

El veterano era terrible instructor. Cuando yo, aquejado por dolores de riñones y caderas,

largaba el fusil i caia sobre mis cuatro patas, rendido de cansancio, con la pierna de palo

me propinaba un puntapiés que me hacia ver estrellas a medio dia64

El complejo escenario de la sociabilidad del mundo popular, o en el hablar decimonónico la

gente rota, nos enfrenta al juego semántico de la ruptura de estas formas de relación

interpersonal entre los sujetos subalternos. Si entendemos la sociabilidad como «la manera

en que los hombres viven sus relaciones interpersonales en el lugar que los rodea y varía en

los medios sociales». El estudio de la sociabilidad, entendida como la forma en que las

personas se relacionan al interior de un grupo social y en un contexto histórico

determinado, nos conduce a pensar en las consecuentes rupturas de estas acciones y

maneras constructivas de relaciones sociales que supone el espacio festivo, entendido este

como uno predominante del mundo popular, una realidad de celebración y alegría que el

alcohol convierte, poco a poco, en el momento en que los participantes se enfrentan a la

realidad de sus vidas, alienadas y con altas frustraciones e injusticias cotidianas, con largas

62

Allende, Op citt, pp 10 63

Op, citt, pp6 64

Op citt pp10

Page 22: Articulo Matias Martinezpdf (1)

jornadas de amnesia etílica que hacen aflorar los oscuros pasadizos de la violencia que

impregna el ambiente social65

.

No dire que fuerza de puntapiés sino que a fuerza de puntapalos, pues que le invalido me

pegaba con la pierna postiza, aprendi a marchar en dos patas66

.

Esta violencia propia de la construcción de identidad, propia de las consecuencias del

alcohol, propias de la condición de alienación y frustración de estos mismos sectores

populares para Allende, se expresaba en un “desquite” o ”forma de tratar” a los perros

callejeros, compañeros de los sujetos populares, pero no vistos como igual por ellos:

Yo ladre como para advertir a mi amo que su tesoro corría peligro. Pero el me dio un palo

i me dijo mal humorado: ¡calla perro bruto! 67

Pp61

Mas allá de dar cuenta de la violencia ejercida por los sectores populares, la representación

de este accionar también toca a los sectores de elite o sectores medios. Rompecadenas

dentro de sus aventuras va a parar a un monasterio, donde es acogido como un perro divino

por pararse en dos patas, cosa que había sido enseñada por el veterano del conventillo. Aun

a pesar de las condiciones religiosas de los sujetos pertenecientes al conventillo, no escapan

de las actividades violentas contra los perros callejeros, de esto el relato es sustancial:

Cuando cantaba el coro, el director de orquesta solia darme con la batuta un golpe en la

cabeza como para advertirme que debía entrar a compas. Pero el palo me arrancaba un

doloroso aullido, i el concierto de los frailes se convertía en un verdadero concierto de

animales a lo Iriarte68

.

Con esto queremos decir que la representación de la cultura popular y la actitud de los

sujetos subalternos, es parte de una visualización mayor en el texto, la violencia por parte

de todos los sectores y sujetos contra los caninos no domiciliados. Los perros en este

sentido, más allá de vivir en un conventillo, en un palacio o en un monasterio, vivirían

situaciones de violencia y ataque por parte de los humanos:

65

Milton Godoy Orellana, Fiesta, borrachera y violencia entre los mineros del norte chico (1849-1900), Revista de historia social y de las mentalidades, n°7, 2003, pp100 66

Allende, Op citt pp11 67

Op, citt, pp61 68

Op citt, pp31

Page 23: Articulo Matias Martinezpdf (1)

Yo estaba echado a sus pies, i al hacer un movimiento me piso una pata. Fue tan agudo el

dolor que me produjo el pisotón, que le di una tarascada en un tobillo. A su vez, el maestro

me dio un puntapié que me hizo ver candelillas69

.

Ya señalamos las actitudes individuales y las representaciones de tales, nos cabe

preguntarnos ¿Eran visualizados por parte de los órganos de poder tanto políticos, sociales,

educacionales, de salubridad, etc. Los perros callejeros de Santiago? La respuesta de la cual

no tenemos muchos antecedentes nos las da Allende, quien representa un accionar que nos

hace entender a los perros no como un problema del cual se deba tomar una actitud de

responsabilidad, sino, como un problema a eliminar

“En una de aquellas marimorenas, nos vimos rodeados por siete y ocho pacos. Adiós mi

plata! Dije para mi coleto: esta noche vamos a parar a la cárcel! De seguro estos

jendarmes nos han tomado por dictatoriales, por conspiradores; i, si no nos fusilan, nos

llevan a la penitenciaria…aquellos amables serenos, en vez de pensar en reducirnos a

prisión, sabiendo que los enamorados no comen i viven de puro amor, con la mayor

amabilidad nos invitaban a comer unas albondiguitas, preparadas de ex-profeso para

nosotros. ¡I diran que el gobierno es malo! ¡Les da de comer hasta a los perros! E ibaya a

servirme yo mi racion, cuando el quiltrillo que me enrolo en la leva me dijo al oído: no

coma usted.- ¿Por qué despreciar a estos caballeros su obsequio? ¡Obsequio! Esas

albóndigas tienen estrielina70

, i si usted las prueba, en el acto se envenena. Finja usted que

se las come i después se hace el muerto, si quiere escapar vivo”71

Con este relato Allende nos da cuenta de las medidas tomadas para acabar con los perros

callejeros en Santiago, medidas que para nada tenían relación con una tenencia responsable

o la búsqueda de hogares por parte del Estado, actitud que aun se mantiene, sino la

69

Allende, Op citt, pp30 70

Lo más probable es que Allende quiera decir estricnina, el cual es un alcaloide de la nuez vómica y de otras especies del género Strychnos. En altas dosis produce una gran estimulación de todo el sistema nervioso central, agitación, dificultad para respirar, orina oscura y convulsiones, pudiendo llevar a un fallo respiratorio y la muerte cerebral. En dosis mayores de 25 miligramos puede producir la muerte por asfixia debido a la contractura de los músculos torácicos. La dosis letal es de 15 a 30 mg. Las manifestaciones clínicas aparecen de 10 a 30 minutos después de haberlo ingerido. Rubén Hallu, decano de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires (UBA) sostiene que la muerte por intoxicación con estricnina es atroz: "Al animal se le contraen todos los músculos. No puede respirar y muere por asfixia. Pero lo terrible es que está consciente en todo momento”. 71

Allende, op citt, pp18

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eliminación masiva de los canes. En este sentido, los perros vivian bajo un contexto de

violencia generalizada y más aun, aceptada, sobre ellos. Tanto desde el gobierno y las

“políticas públicas” como desde las individualidades, los animales debían someterse y

soportar el maltrato:

Al fin, este nos descubrió. Nunca he recibido una paliza igual, i sobre la paliza un balde de

agua fría72

.

Rompecadenas asume su posición y su rol dentro de la cultura popular, es decir, dentro de

las formas de sociabilidad de los sectores subalternos. Más aun, mantiene una conciencia,

que es en sí, la conciencia del autor de la obra, que tras una ficcionalizacion pone de

manifiesto su crítica pero también, su conciencia animal sobre la realidad de los canes y

quizás de cuantos animales más durante finales del siglo XIX:

¡triste condición de la vida de los perros! ¡ser modelo de lealtad i siempre victima de la

ingratitud! 73

Al finalizar el relato, nuestro protagonista se encuentra con un hombre, soltero, el cual le

cura sus heridas y enfermedades y lo acoge. Rompecadenas se da cuenta que aquel sujeto

tenia corrales para caballos, yerbateros y burros. Tenía perros y gatos, aves y bueyes sin

cuernos que para cualquiera de la época eran inútiles para el servicio. Ficcionaliza un

personaje que tiene conciencia sobre el sentir de los animales, mas allá de dar cuenta de un

final considerablemente optimista, da cuenta de lo que proyecta o quiere proyectar Allende

para la sociedad de cambio de siglo, y si entendemos que es un intelectual que critica a la

elite, principalmente busca dar un ejemplo a los sectores populares de cómo actuar frente a

los animales. Es por esta razón que terminando el relato, se genera una crítica reflexiva que

engloba toda la representación de violencia descrita:

Querido amigo, escriba usted sus memorias para que los hombres sepan que los perros

piensan i sienten como ellos, i para que puedan alguna vez avergonzarse al saber que los

72

Allende, Op citt, pp16 73

Op citt, pp 54

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miembros de la raza canina son mas nobles i caballeros que muchos de los que, por andar

en dos patas, se creen los reyes de la creación74

.

Reflexiones finales

Durante este recorrido, nos propusimos realizar un rescate de ese “sujeto”75

que transita

durante toda la época republicana en las calles de Santiago y de las regiones del país.

Consideramos que en los tiempos contemporáneos, donde se ha generado desde los medios

y la sociedad civil una actitud de visualización hacia los perros callejeros es necesario

contribuir desde la vereda de la historia a este debate. Desde una perspectiva histórica es

necesario visualizar a los canes, pues desde un punto de vista humanitario, estos animales

han visto afectada su calidad de vida, ya que están expuestos a contraer enfermedades, mala

alimentación, ser víctimas de atropellos o causales de accidentes automovilísticos, etc.76

Las representaciones que pesquisamos en la obra de Juan Rafael Allende son producto de

su construcción cultural y so contexto socio-construido. Consideramos que el tema de los

perros callejeros debe seguir profundizándose porque forman parte de una expresión de las

dinamicas del mundo popular, y hoy, de toda la población. Para finalizar quizás sea

necesario hacer referencia a Rudolfo Philippi quien señala que este silencio (de la presencia

de los perros callejeros) puede ser producto de una creencia que se sustenta en una

naturalidad del perro, que acompaña al hombre en todas partes como su mas fuel amigo, era

también compañero del araucano y no vale la pena decirlo expresamente77

. pero tal como

menciona un afamado doctor del siglo XIX, este silencio puede ser producto de una

creencia que se sustenta en una naturalidad del perro, que acompaña al hombre en todas

partes como su más fiel amigo, era también el compañero del araucano y no vale la pena

decirlo expresamente (Philippi, 1885). Si el perro es el mejor amigo del hombre,

reivindiquémoslo como tal.

74

Op, citt pp 74 75

El concepto sujeto para el perro callejero es utilizado desde una perspectiva animalista, reemplazando el concepto objeto. 76

Alejandra Soto, Análisis de un problema público no abordado el caso de los perros vagabundos y callejeros en Chile, tesis para optar al grado de magister en gestión y políticas públicas, Universidad de Chile, 2013, pp9 77

Rudolfo Philippi, Sobre los animales introducidos en Chile. Desde su conquista por los españoles, Imprenta nacional moneda, Santiago, 1885, pp5

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Bibliografía

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