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Revista de Psicología Universidad de Chile [email protected] ISSN (Versión impresa): 0716-8039 CHILE 2004 Evelyn Lagos H. / Margarita Loubat O. / Elizabeth Muñoz A. / Paula Vera de la F. ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO DE PADRES DE NIÑOS CON SECUELAS DE QUEMADURAS VISIBLES Revista de Psicología, , año/vol. XIII, número 002 Universidad de Chile Santiago, Chile pp. 51-62 Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal Universidad Autónoma del Estado de México http://redalyc.uaemex.mx

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Revista de PsicologíaUniversidad de [email protected] ISSN (Versión impresa): 0716-8039CHILE

2004 Evelyn Lagos H. / Margarita Loubat O. / Elizabeth Muñoz A. / Paula Vera de la F.

ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO DE PADRES DE NIÑOS CON SECUELAS DE QUEMADURAS VISIBLES

Revista de Psicología, , año/vol. XIII, número 002 Universidad de Chile

Santiago, Chile pp. 51-62

Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal

Universidad Autónoma del Estado de México

http://redalyc.uaemex.mx

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Estrategias de Afrontamiento de Padres de Niños con Secuelas de Quemaduras Visibles, Vol. XIII, Nº 2: Pág. 51-62. 2004

Estrategias de Afrontamiento de Padres de Niños conSecuelas de Quemaduras Visibles

Coping Strategies Used by Parents of Children withVisible Burn sequels

Evelyn Lagos H.*, Margarita Loubat O.**, Elizabeth Muñoz A.*, Paula Vera de la F.*

Resumen

La presente investigación tuvo por objeto relacionar las estrategias de afrontamien-to de padres de niños quemados con los niveles de ansiedad presentados por sushijos. Para ello, se utilizó una metodología cuantitativa y un diseño de tipo descrip-tivo–correlacional.

La muestra estuvo conformada por 49 niños (as) y sus padres que los acompañabanen su tratamiento en COANIQUEM. Los instrumentos utilizados fueron el Inventa-rio de Ansiedad Estado–rasgo para Niños de Spielberger y el Cuestionario de Mo-dos de Afrontamiento de Lazarus y Folkman.

Los resultados señalan que las estrategias de afrontamiento Autocontrol, Reinter-pretación positiva, Resolución planificada y Aceptación de la responsabilidadcorrelacionan significativamente con bajos niveles de ansiedad en los niños quema-dos.

Palabras claves: Niños quemados, Estrategias de afrontamiento y Ansiedad.

Abstract

This research was aimed at relating the coping strategies developed by parents ofchildren suffering from burn injuries and the levels of anxiety presented by thechildren themselves. For this purpose, a quantitative methodology and a design ofthe descriptive correlacional type were used.

The sample consisted of 49 children, and their accompanying parents, attendingtreatment at COANIQUEM. The instruments used were Spielberger’s Inventory ofAnxiety State – feature for Children and the Lazarus and Folkman’s Ways of CopingQuestionnaire. The results indicate that the strategies coming of selfcontrol, PositiveReinterpretation, Planned Resolution and Acceptance of Responsibility correlatesignificantly with low levels of anxiety in burned children.

Key Words: Burned children, Coping Strategies and Anxiety.

* Psicólogas Universidad de Santiago de Chile.** Psicóloga y Profesora Escuela de Psicología, Universidad de Santiago de Chile. E:mail [email protected].

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Introducción

Desde una perspectiva integral de saludse puede definir el accidente de quemaduraen niños como un evento que los afecta físi-ca, psicológica y socialmente. En efecto, unasituación estresante como ésta produce unaserie de cambios en el aspecto físico que re-percuten entre otros, en la autoimagen, au-toestima y en la interrelación.

Sabemos, que producto de las quemadu-ras y sus consecuencias se genera en el me-nor miedo a la muerte, a la desfiguración yal abandono; naturalmente esto influye en laposible aparición de sintomatología ansiosay depresiva (Ramírez, 2001) y desde luegoen el proceso de adaptación del niño a laquemadura (Artz & Moncrief, 1972).

Estas reacciones emocionales negativas, sibien están presentes durante toda la evolu-ción de la lesión se intensifican en el períodode resocialización posterior a la quemadura.Esto se produce –fundamentalmente– en elcurso de los dos primeros años después deocurrido el accidente e influyen en ello, lanecesidad de usar prendas compresivas, elestrés emocional para adaptarse a los cam-bios físicos y psicológicos, en ciertos casos lacirugía reparadora y en fin, múltiples inter-venciones que tienen que ver con el trata-miento y la rehabilitación en general.(Bendlin, Linares, Benaim, 1993).

La presencia y manifestación de estas re-acciones negativas en el niño, se ven cierta-mente influidas por la forma en que los pa-dres se adapten a esta situación estresante(Capdeville & Medina, 1998), esto “debido aque ellos son el principal armazón para lasadaptaciones hechas por el niño” (Clapp,1979; Ross, 1978; Tylke, 1980 citado enUgalde, 1998). Consecuentemente a ello,Breton, Valla y Lambert (1993, citado enHermosilla & Montt, 2001) postulan, que larepuesta del niño al estresor se relaciona conla respuesta de los padres a éste.

Castillo y Santander (1996), se refieren alas reacciones de la familia y de los padresdel niño cuando se enfrentan a una quema-dura, señalando diversas etapas de ajuste.Estas etapas se caracterizan en un primermomento por la desorganización, confusióny angustia; posteriormente y en algunos ca-sos por fuertes sentimientos de culpa, enotros por rabia e impotencia. Estos estadosemocionales provocarían un bloqueo en lashabilidades parentales de acogida y entregade afecto, como también en aquellas de con-trol y guía de sus hijos.

Ya superada la crisis inicial, las autoras ci-tadas señalan que surgen conflictos relacio-nales entre los padres, también entre padrese hijos y con el niño quemado en particular,debido a una fuerte tendencia a la sobrepro-tección de éste. En otras ocasiones, se obser-van respuestas de negación y abandono ha-cia este niño “difícil” y “distinto” por partede los padres, lo que se traduce en dificulta-des en el cumplimiento del tratamiento.

En la etapa final, según Castillo y San-tander, los padres ejercitarían nuevas formasde relacionarse al interior de la familia e ini-ciarían una nueva organización, incorporan-do el tratamiento del niño, apoyando sureinserción social y avanzando hacia la acep-tación de la secuela.

Estas reacciones emocionales manifesta-das por los padres, recientemente señaladas,constituyen una de las principales fuentes deestrés infantil. “Se ha observado, que aun-que los padres y familiares traten de ocultarestos sentimientos a través de un relato ver-bal que minimiza la situación relacionada conel suceso estresante, es la actitud emocionalla que prevalece fundamentalmente e impre-siona mas al menor”. Esta influencia parental,generalmente se debe a que en los niños pe-queños resulta de capital importancia la va-loración que del suceso o la situación haganlos padres o criadores; una respuesta positi-va de éstos puede amortiguar el impactoestresante sobre el niño; por el contrario, si

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el progenitor se muestra ansioso ante el acon-tecimiento, el niño fácilmente imitará la res-puesta emocional del adulto, con lo que au-mentará la probabilidad de que éste alenfrentarse de nuevo a una situación simi-lar, muestre respuesta de afrontamiento in-eficaces (Palomo del Blanco, 1995; Buendía& Mira, 1993). Además, sabemos que en lavida de un niño, los padres funcionan comoun filtro protector que elabora las experien-cias haciéndoselas más tolerables al menor.Es por ello que la forma en que ambos pa-dres afronten el accidente y posterior trata-miento, resulta fundamental en la ayuda quele puedan dar a su hijo a lo largo del mismo(Palanca & Pedreira, 2002). Por lo tanto, frentea los accidentes de quemaduras no se puedeseparar la reacción de los padres y el afron-tamiento de la familia, de la reacción del niño.Es por ello que cuando un niño se quema, lalesión que se provoca trasciende el dañotisular afectando biopsicosocialmente al me-nor y su familia (Capdeville & Medina, 1998).Esta afirmación obliga a buscar informaciónpara los equipos de salud a fin de tratar demanera mas integral el daño provocado porel accidente e indudablemente, ello tiene queser tomado en consideración en la preven-ción y en los proyectos terapéuticos curati-vos de la lesión.

A todo lo anteriormente señalado hay queagregar que las reacciones de las personas anteuna situación estresante, en éste caso una que-madura, recibe el nombre de “Estrategias deAfrontamiento”. Lazarus y Folkman (1986)definen este concepto, como aquellos esfuer-zos cognitivos y conductuales constantemen-te cambiantes que se desarrollan para mane-jar las demandas específicas externas y/ointernas que son evaluadas como excedenteso desbordantes de la cultura del individuo.Estos mismos autores, proponen la siguientetaxonomía para clasificar el afrontamiento elcual consta de 8 dimensiones:

Confrontación: La cual describe acciones di-

rectas orientadas a alterar la situación y sugie-re un grado de hostilidad y toma de riesgo.

Distanciamiento: Se refiere a los esfuerzoscognitivos por separarse y minimizar el sig-nificado de la situación, por ejemplo, olvi-dar, negarse a tomar en serio la situación,comportarse como si nada hubiese ocurrido.

Autocontrol: Describe esfuerzos de regu-larse a sí mismo en cuanto a sus sentimien-tos y acciones, como por ejemplo, guardarlos problemas para sí mismo y procurar noprecipitarse.

Búsqueda de Apoyo Social: Describe los esfuer-zos para buscar información de apoyo, sopor-te tangible y emocional en el entorno social.

Aceptación de la responsabilidad: La perso-na identifica su propio error en el problemay trata de corregir la situación (disculparse,criticarse a sí mismo).

Escape–evitación: Describe esfuerzos, de-seos y pensamientos de escapar o evitar lasituación (esperar que ocurra un milagro,tomar alcohol o drogas, etc).

Resolución Planificada de Problemas: Descri-be deliberados esfuerzos orientados al pro-blema para alterar la situación. Se aprecia unenfoque analítico de resolver el problema(establecer un plan de acción y seguirlo).

Reevaluación Positiva: Describe esfuerzos decrear significados positivos de la situación alenfocarse en el desarrollo personal. Además,posee una dimensión religiosa que orienta auna interpretación positiva del problema.

Apreciamos entonces, que los padres po-seen una variada gama de posibilidades deafrontamiento frente a un accidente de quema-dura y además hemos señalado, la influenciaque sus reacciones pueden tener sobre las con-ductas y las emociones de sus hijos. Entonces,es por todo lo expuesto que en esta investiga-ción, nos hemos propuesto indagar sobre elfenómeno de las estrategias de afrontamiento

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utilizadas por los padres, frente a las secuelasde quemaduras visibles de su hijos, que se en-cuentran en los tres primeros años del períodode rehabilitación en COANIQUEM. De estamanera, es que nos propusimos averiguar siexisten relaciones entre las diversas formas deafrontamiento parental y los niveles de ansie-dad manifestados por los niños quemados en-tre 6 y 9 años de edad.

Consideramos que este tema y en generalel del tratamiento de la quemadura, ha sidopoco estudiado y ha tenido escasa difusión enel área de la Psicología, prevaleciendo el tra-tamiento médico. No obstante, en la actuali-dad se reconoce que una quemadura no sólodeja secuelas a nivel físico sino también a ni-vel psicológico afectando además, al grupofamiliar del niño quemado y a su entorno so-cial. Es en este sentido, que consideramos quela relevancia de la presente investigación ra-dicó en obtener información que pueda ser útila los equipos interdisciplinarios que trabajanen los Centros de Salud donde se acoge al niñoquemado y su familia; útil a los profesionalesque se desempañan en los Centros de Reha-bilitación de Quemados a fin de que puedanintervenir en los niños a través de sus padresy útil al trabajo del profesional psicólogo. Endefinitiva, creemos que es relevante el buscarinformación a fin de fomentar en los padresde niños quemados, estrategias relacionadascon bajos niveles de ansiedad, a objeto quelos menores puedan reducir los costos emo-cionales de la quemadura. Por último, consi-deramos que la información que se obtuvo enésta investigación, no sólo se puede utilizarrespecto de lo curativo, sino también en ac-ciones de promoción y educación respecto delas reacciones de los mayores cuando un me-nor sufre este tipo de accidente.

Metodología

El presente es un estudio que se enmarcadentro de la metodología cuantitativa. El di-seño es de carácter no experimental, trans-versal y descriptivo–correlacional (Baptista,

Fernández & Hernández, 1998; Sierra–Bra-vo, 1995).

El universo de este estudio corresponde aniños(as) entre 6 y 9 años que se encuentranen los tres primeros años de tratamiento en elCentro de Rehabilitación COANIQUEM ypadres o tutores del niño que lo acompañanen el proceso de rehabilitación.

La muestra es no probabilística (Baptista, etal., 1998) y estuvo conformada por 49 niños(as)y sus respectivos padres y/o tutores (49) su-mando un número total de 98 sujetos.

Los criterios de selección para la muestrainfantil consideraron a niños (as) de entre 6 y 9años, con secuela en una zona visible (cara,cuello y extremidades) y que se encontrarandentro de los primeros 36 meses de rehabilita-ción. En cuanto a los criterios de selección parala muestra parental se consideraron al padre,madre o tutor que se halla responsabilizado delcuidado del niño (a) durante su tratamiento enCOANIQUEM.

Instrumentos

Para realizar este estudio se utilizaron dosinstrumentos de evaluación: Uno de ellos fueel Cuestionario de Modos de Afrontamiento(Lazarus & Folkman, 1986), el cual consta de66 ítems que se evalúan en una escala tipolikert de 4 posiciones, donde la persona se-ñala el grado de acuerdo a lo planteado encada uno de los distintos ítems (Alamos, 1994citado en Garfias, Godoy y Moncada, 2000).

Para esta aplicación, se utilizaron las mo-dificaciones lingüísticas propuestas porGarfias, et. al. (2000) para facilitar la com-prensión de los ítems en la realidad nacio-nal dado que este test no ha sido estandari-zado en Chile.

El segundo instrumento utilizado fue el In-ventario de Ansiedad Estado/Rasgo para ni-ños (STAIC), creado por Spielberger (1973) yadaptado a Chile por Cambriaso y Villaseca(1992) Se puede aplicar individual o colectiva-

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mente a niños de 9 a 15 años (o para niñosmenores que tengan una capacidad de lecturay comprensión suficiente) (Echeverría, 1996).

El inventario consta de 40 elementos, dis-tribuidos en dos escalas. Una mide AnsiedadEstado y otra escala mide Ansiedad Rasgo,siendo los ítems de la primera escala diseña-dos para medir estados transitorios de An-siedad. Por su parte, la escala Ansiedad Ras-go, está diseñada para medir diferenciasindividuales, relativamente estables en lapredisposición a la ansiedad (Spielberger,1973 citado en Cambriaso & Villaseca, 1992).

El STAIC tiene un coeficiente de confiabi-lidad alto (alfa de Cronbach) de 0.82–0.87para la escala Ansiedad Estado y 0.78 y 0.81para la escala Ansiedad Rasgo. Así mismoposee un coeficiente de validez concurrentealto (0.75) con otras escalas de ansiedad comola Escala de Ansiedad Manifiesta Infantil(CMAS) y 0.63 con la General Anxiety Scale(GASC) (Spielberger, 1973 citado enCambriaso & Villaseca, 1992).

Procedimiento

Para llevar a cabo el estudio, se solicitó alDepartamento de Informática de COANI-QUEM un listado de pacientes (niños) quecumplieran los criterios de selección mencio-nados anteriormente. Este listado incluía lashoras de controles médicos del año en cursolo cual permitió acceder a los niños seleccio-nados cuando asistían a control médico du-rante los meses de Enero y Febrero del 2003.Sin embargo, debido al elevado ausentismoa los controles médicos, se decidió implemen-tar una nueva estrategia para contactar a lamuestra, invitando telefónicamente a los pa-dres y sus hijos a participar en la investiga-ción de acuerdo a su disponibilidad. Una vezrealizado el primer contacto personal con lospadres/tutores y el niño(a), se les explicó elestudio y se solicitó su consentimiento porescrito para participar en la investigación jun-to con su hijo.

Se aplicaron ambos instrumentos en unaúnica oportunidad y fueron administradosen duplas de investigadoras. El lugar de apli-cación correspondió a distintas salas de aten-ción según disponibilidad de espacio y tiem-po de COANIQUEM. Además, se aplicó alpadre/tutor una encuesta confeccionada porlas autoras para obtener datos psicosocialesde caracterización de la muestra.

Finalmente, se procedió a realizar una re-visión de fichas para obtener datos tales como:extensión de la quemadura, grado de la que-madura, pronóstico, etc. Esta información fuenecesaria conseguir, dado que no todos lospadres/tutores manejaban los antecedentesmédicos referentes a la quemadura de su hijo.

Con todos los datos obtenidos se proce-dió a realizar análisis descriptivos y correla-cionales mediante el programa computacio-nal SPSS versión 10.0.

Resultados

Descriptivos y correlacionalesLa muestra infantil estuvo conformada

por 49 niños correspondiendo el 55,1% de losmenores al sexo femenino y el 44,9% al sexomasculino.

Con respecto a las variables relacionadascon la quemadura se puede observar que lamayor parte de los niños (73,5%) presentó unaquemadura de tipo AB o de espesor interme-dio; que el mayor número de niños (59,2%) seencuentra en el primer año de tratamiento enCOANIQUEM; y que casi el 80% de los meno-res quedará con algún tipo de secuela (leve y/o profunda) como consecuencia del accidente.

La muestra parental, estuvo compuestapor 49 padres / tutores que acompañaron alos menores durante su proceso de tratamien-to en COANIQUEM.

Con respecto a la descripción de las va-riables del estudio, se puede señalar que lavariable Ansiedad Estado presenta una me-dia de 29,5 puntos y una desviación típicade 5,3 puntos; y que la variable Ansiedad

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Rasgo presenta una media de 36 puntos y unadesviación típica de 6,4 puntos.

En relación a las Estrategias de afronta-miento se puede observar que los padres ma-nifestaron mayor uso de las estrategias Rein-terpretación positiva (‘x:18,1 ); Autocontrol(‘x:14,0 ) y Resolución planificada (‘x:13,5 );siendo las menos utilizadas Aceptación de laresponsabilidad (‘x:8,9 ); Confrontación (‘x:8,8) y Distanciamiento (‘x:7,3 ).

Los resultados de la correlación entre lasestrategias de afrontamiento de los padres ylos niveles de ansiedad en los niños mues-tran que (ver Tabla 1):

La estrategia de afrontamiento Resoluciónplanificada se correlaciona negativamentecon los niveles de Ansiedad Rasgo (r: –0,422;p< 0,01), lo cual indica que a mayor uso deesta estrategia de afrontamiento, menores losniveles de ansiedad rasgo en los niños (as).

La estrategia de afrontamiento Aceptaciónde la responsabilidad se correlaciona negati-

vamente con los niveles de Ansiedad Estado(r: –0,311; p< 0,05), lo cual indica que a ma-yor uso de esta estrategia, menores son losniveles de ansiedad estado en los niños(as).

La estrategia de afrontamiento Autocon-trol se correlaciona negativamente con los ni-veles de Ansiedad Rasgo (r: –0,288; p< 0,05),lo cual mostraría que a mayor utilización deesta estrategia por parte de los padres/tuto-res, los niños(as) mostrarían menores nive-les de ansiedad rasgo.

La estrategia de afrontamiento Reinter-pretación positiva se correlaciona negativa-mente con los niveles de Ansiedad Rasgo (r:–0,323; p< 0,05); lo que indica que a mayoruso de esta estrategia, menores los nivelesde ansiedad rasgo en los niños.

Las estrategias de afrontamiento búsque-da de apoyo social, distanciamiento, confron-tación y escape–evitación, tuvieron ciertogrado de correlación con la variable ansie-dad, pero ésta no fue significativa.

* La correlación es significativa al nivel 0,05 (bilateral).** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).

Confrontación Correlación de Pearson –,167 ,052Sig. (bilateral) ,252 ,721

Distanciamiento Correlación de Pearson ,051 –,253Sig. (bilateral) ,730 ,079

Autocontrol Correlación de Pearson –,162 –,288*Sig. (bilateral) ,267 ,045

Búsqueda de apoyo Correlación de Pearson –,123 –,267social Sig. (bilateral) ,401 ,063

Aceptación de la Correlación de Pearson –,311* –,070responsabilidad Sig. (bilateral) ,030 ,631

Escape–evitación Correlación de Pearson ,191 ,005Sig. (bilateral) ,189 ,973

Resolución Planificada Correlación de Pearson –,102 –,422**Sig. (bilateral) ,484 ,003

Rinterpretación Positiva Correlación de Pearson –,138 –,323*Sig. (bilateral) ,346 ,024

Estado Rasgo

Tabla 1. Correlaciones entre Estrategias de afrontamiento y Ansiedad E–R

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También se correlacionó la variable An-siedad Estado–Rasgo con otras variables queestán implicadas en el accidente de quema-dura y que podrían influir en los mayores omenores niveles de ansiedad, como son laedad, la profundidad, el tiempo de trata-miento, el pronóstico y la extensión; encon-

trándose que sólo la variable profundidad(variable recodificada) se correlacionó signi-ficativamente con la Ansiedad Rasgo. Dichacorrelación fue positiva (r=0,33; p< 0,01), esdecir, a mayor profundidad de la quemadu-ra mayores los niveles de Ansiedad rasgo enlos niños (ver tabla 2).

** La correlación es significativa al nivel 0,01 (unilateral).

Edad Correlación de Pearson –,190 ,038Sig. (unilateral) ,191 ,798

Profundidad Correlación de Pearson –,02 ,33*Sig. (unilateral) ,859 ,018

Tiempo de tratamiento Correlación de Pearson –,13 –,11Sig. (unilateral) ,34 ,43

Pronóstico Correlación de Pearson –,001 ,128Sig. (bilateral) ,997 ,379

Extensión Correlación de Pearson –,063 ,248Sig. (bilateral) ,669 ,086

A. Estado A. Rasgo

Tabla 2. Correlaciones entre Ansiedad E–R y otras variables relacionadas con las quemaduras

Discusión y Conclusiones

Los resultados de este estudio muestranconcordancia con lo propuesto por Lazarusy Folkman (1988, citado en Sandín, 1995) re-ferente a las estrategias que se utilizan en elproceso de salud–enfermedad. Las estrate-gias de afrontamiento mayormente utiliza-das por los padres son la Reinterpretaciónpositiva, el Autocontrol y la Resolución pla-nificada, que justamente corresponden a lastres estrategias que se correlacionan negati-vamente de forma significativa con los nive-les de ansiedad rasgo. Respecto a las otrasestrategias, se ha observado que dependenmás del estresor mismo, de los recursos y li-mitaciones que la persona tenga para afron-tar la situación.

También se pudo observar, que los niñosen promedio presentaron niveles de ansie-dad rasgo más altos que los niveles de ansie-

dad estado. Este hecho, concuerda con loplanteado por Ewert y Yachán (1986) quie-nes señalan que en el niño el accidente dequemadura no sólo deja secuelas a nivel físi-co sino que también a nivel psicológico. Unade estas secuelas psicológicas es la ansiedadla que puede permanecer en el tiempo si esreforzada por el entorno social (como el co-legio, estrategias de afrontamiento ineficacesdel padre o falta de información, etc.), lo cualen vez de disminuir los niveles de ansiedadrasgo los mantendría o aumentaría, estable-ciéndose un patrón estable de respuesta fren-te a los estresores.

El tema de la percepción de control, tam-bién podría explicar el que los niveles de an-siedad estado se reduzcan en el menor, debidoa factores como el aumento de la informaciónque se le entrega al niño de acuerdo a su nivelde desarrollo, al apoyo emocional y al uso deestrategias eficaces por parte de los padres. Ello

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aumentaría la sensación de controlabilidad delniño, disminuyendo así la respuesta emocio-nal de ansiedad estado. También se ha obser-vado que con el tiempo el niño se va habituan-do a algunos aspectos de la quemadura y sutratamiento, lo cual posiblemente disminuyela ansiedad estado frente a estas variables con-textuales ya experimentadas.

Con respecto a la contrastación de hipóte-sis, se puede señalar que el supuesto generalde esta investigación el cual postula que seencontrarán diferencias en los niveles de an-siedad de los niños quemados según el tipode estrategia de afrontamiento utilizada porsus padres se cumple, dado que algunas es-trategias de afrontamiento de los padres serelacionan significativamente con menoresniveles de ansiedad en los niños quemado.

Específicamente, con respecto a la prime-ra hipótesis que señala que la Estrategia Con-frontación se correlacionará con altos nive-les de ansiedad en los niños, no se cumpledebido a que no presenta una correlación sig-nificativa con el nivel de ansiedad en los ni-ños. Esto último, se podría explicar dado queel padre al evaluar que puede hacer algo con-creto para solucionar el problema (Lazarus& Folkman, 1986), sentiría mayor control so-bre la situación. Pero, al prevalecer en estaestrategia una conducta hostil e impulsivamás que una reflexión o una planificaciónacerca de lo que se puede hacer, entorpece-ría la posible ayuda que se le puede brindara un hijo en estas circunstancias.

La segunda hipótesis que señala que laEstrategia de Afrontamiento Resolución Pla-nificada de Problemas se correlacionará conbajos niveles de ansiedad en los niños, se cum-plió parcialmente dado que la estrategia Re-solución planificada se correlacionó negativa-mente con niveles de ansiedad rasgo, sinembargo, no se encontró una relación signifi-cativa entre esta estrategia y ansiedad estado.Lo anterior, podría ser explicado ya que si bienesta estrategia, al igual que la anterior se cen-tra en la solución del problema, se diferencia

de esta última debido a que los esfuerzos secentran en analizar una situación y planearlos pasos a seguir, caracterizando a esta estra-tegia principalmente como cognitiva, reflexi-va y ausente de toma de riesgo y hostilidad.

La tercera hipótesis señala que la Estrate-gia de Afrontamiento Distanciamiento secorrelacionará con altos niveles de ansiedaden los niños, no se comprobó debido a que laestrategia distanciamiento no correlacionósignificativamente con los niveles de ansie-dad en los menores. Esta estrategia se centraen la emoción y conlleva una minimizacióndel significado de la situación por parte delpadre que podría, por un lado, aumentar laansiedad en el niño (al no ser una fuente deapoyo) y por otro lado, podría disminuirla(al restarle importancia a la situación a losojos del niño, éste podría creer que su pro-blema no es tan importante) por lo tanto estaestrategia depende de otras variables, comopor ejemplo, la independencia/dependenciadel niño hacia sus padres, autoestima, pre-sencia apoyo en el entorno familiar, princi-palmente.

La cuarta hipótesis que señala que la Es-trategia de Afrontamiento Autocontrol, secorrelacionará con bajos niveles de ansiedaden los niños se comprueba parcialmente dadoque esta estrategia sólo se correlaciona sig-nificativamente con la ansiedad rasgo, no ob-servándose correlación con la ansiedad esta-do. Esto se podría explicar dado que el padreal regular sus emociones y acciones no de-muestra descontrol de éstas últimas, favore-ciendo una actitud tranquila y calmada fren-te al acontecimiento independiente de lasemociones que sienta por él. Este comporta-miento organizado en los padres actúa comofactor protector para el niño en su vivenciafrente al accidente. Lo anterior, se puede re-lacionar con la hipótesis de “Crisis parental”postulada por Bush y cols. (1988, citado enMéndez & Ortigosa, 2000) quienes planteanque los padres que presentan un comporta-miento desorganizado en situaciones estre-santes, tendrán hijos que desarrollarán me-

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canismos de ansiedad ante el estresor en vezde conductas adecuadas de afrontamiento,es decir, el padre al no manifestar desorgani-zación en sus acciones contribuye a dismi-nuir los niveles de ansiedad en el niño.

Así mismo, el hecho de que el padre seinvolucre en adquirir conocimientos respec-to a la enfermedad de su hijo y logre estable-cer una adecuada perspectiva de ésta, con-tribuirá a que el menor maneje una visiónrealista de su enfermedad y logre una mejoradaptación a su tratamiento permitiéndolela expresión verbal de temores y dudas; deesta manera los padres logran conteneremocionalmente a sus hijos lo cual repercuteen un mejor manejo de la ansiedad.

La quinta hipótesis no se cumple debidoa que la estrategia Aceptación de la respon-sabilidad no se correlaciona positivamentecon los niveles de ansiedad, sin embargo, secorrelaciona negativamente con ansiedadestado, o sea, que a mayor utilización de estaestrategia menores serán los niveles de an-siedad estado. Respecto a la ansiedad rasgo,no se encontró una correlación significativaentre ella y la estrategia de Aceptación de laresponsabilidad.

Respecto a esta estrategia, se cree que elpadre al identificar su propio error en el pro-blema acepta su responsabilidad en el acci-dente de su hijo, pudiendo experimentar sen-timientos de culpa. Lo anterior concuerdacon lo propuesto por Bendlin, et. al. (1993)quienes postulan que una de las causas prin-cipales de estrés emocional para los padresy otros miembros de la familia es el senti-miento de culpabilidad, se hayan visto en-vueltos directamente en el accidente o no.

Los sentimientos de culpa de los padres seagravarían al observar el sufrimiento de suniño y la impotencia para mitigarlo, ademásdel conocimiento de que quedarán cicatricespermanentes (Bendlin, et. al. 1993). El padrepara mitigar estos sentimientos puede acer-carse emocionalmente a su hijo favoreciendo

una relación de apoyo con el niño, lo que po-dría explicar que en esta investigación se ha-llan encontrado datos que indican una corre-lación negativa con la ansiedad estado, sinembargo, si estos sentimientos de culpa lle-van a los padres a consentir y sobreprotegeren extremo a su niño se dificultará la adapta-ción de su hijo a la secuela de quemadura.

La sexta hipótesis no se cumple debido aque la estrategia Escape–evitación no secorrelaciona significativamente con los nive-les de ansiedad. Lo anterior confirma lo plan-teado por Lazarus y Folkman (1988), quie-nes plantean que este tipo de estrategia notiene una asociación clara con los resultadosrelacionados al proceso de salud–enferme-dad, dado que los autores postulan que estaestrategia dependería de factores contextua-les y transaccionales. Desde este punto devista, si consideramos que el accidente dequemadura es un acontecimiento de tipo irre-versible donde no se puede cambiar la situa-ción, el sujeto puede afrontar el problemaevitando o escapando. Si esto ocurre, el pa-dre no asumiría los sentimientos negativosque la situación le genera, debido a que sealeja del estresor para reducir la ansiedad,sin embargo, si la utilización de esta estrate-gia se rigidiza, no se podría realizar la elabo-ración de la experiencia vivida.

La séptima hipótesis se comprueba par-cialmente, dado que la estrategia Reinterpre-tación positiva se correlaciona positivamen-te con los niveles de ansiedad rasgo, es decir,que a mayor utilización de esta estrategiamenores serán los niveles de ansiedad rasgoen los niños. En cuanto a la ansiedad estado,no correlacionó significativamente con estaestrategia. Esta forma de afrontamiento creasignificados positivos de una situación al en-focarse en el desarrollo personal y posee unadimensión religiosa que orienta a una inter-pretación positiva del problema. En la pre-sente investigación el 98% de la muestra seadscribía a alguna creencia religiosa lo queconcuerda con la alta utilización de esta es-

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trategia. Si se toma en cuenta que la idiosin-crasia chilena valida la fe y la creencia reli-giosa (Garfias et. al. 2000), es posible que estohalla orientado a los encuestados hacia estatendencia.

Esta estrategia al cambiar el significadode una situación negativa a una visión posi-tiva también mitiga los efectos de la situa-ción estresante dado que busca obtener algobeneficioso de la experiencia, transmitiéndo-la así hacia el niño. Esta influencia parental,según Palomo del Blanco (1995), se debe aque en general en los niños resulta de capitalimportancia la valoración que del sucesohagan los padres; una respuesta positiva deéstos puede amortiguar el impacto estresantesobre el niño, por el contrario si el progeni-tor se muestra ansioso ante el acontecimien-to el niño fácilmente imitará la respuestaemocional del adulto.

También se puede señalar que al otorgar-le el padre una significación positiva a la ex-periencia estresante de la quemadura, se tie-ne una vivencia más esperanzadora conrespecto al tratamiento y al pronóstico de laquemadura, aumentando la confianza y laseguridad en los resultados del tratamiento,por lo tanto disminuyendo la incertidumbreque tenga el padre.

La octava hipótesis no se comprueba, dadoque la Búsqueda de apoyo social no secorrelaciona significativamente con los nive-les de ansiedad en los niños. Sin embargo enlos resultados del estudio se observa una ten-dencia a correlacionar esta estrategia negati-vamente con los niveles de ansiedad rasgo, esdecir que a mayor uso de búsqueda de apoyosocial menores serán los niveles de ansiedad.Esto se apoya en lo postulado por Lazarus yFolkman (1986) quienes señalan que la bús-queda de apoyo social actúa como factor pro-tector para prevenir experiencias dañinas oamenazantes así como para proporcionar re-cursos valiosos para el manejo de la situación,dando información, contención emocional, yapoyo instrumental. Sin embargo, los mismos

autores postulan que esta estrategia suele es-tar influida por factores contextuales ytransaccionales lo que hace que no haya unaasociación clara entre esta estrategia y el pro-ceso de salud enfermedad de las personas.

Por otro lado, también se correlacionó lavariable ansiedad con otras variables paraver si éstas tenían algún grado de relacióncon la ansiedad estado–rasgo. En primer lu-gar, se analizó la relación entre ansiedad yedad del grupo de niños no encontrándoseuna correlación significativa entre ambas, sinembargo se puede observar una leve asocia-ción negativa, es decir, que a mayor edad delos niños menores niveles de ansiedad esta-do. Lo anterior se apoya en los planteamien-tos de Méndez y Ortigosa (2000), quienesseñalan que el conocimiento y la experienciaa la que tiene acceso el niño mayor contribu-ye a mitigar la ansiedad.

En segundo lugar, se estudió la relaciónentre ansiedad y profundidad de la quema-dura, encontrándose una correlación signifi-cativa (positiva) entre profundidad y ansie-dad rasgo, es decir, que a mayor profundidadde la quemadura mayores niveles de ansie-dad rasgo. Esto se puede explicar dado queuna quemadura de mayor profundidad de-jaría secuelas físicas más severas, lo que in-fluiría en el autoconcepto y en la forma queel niño se relacione con los demás, pudiendopresentar temor a la reacción que los otrostengan de él, miedo al rechazo y a las múlti-ples agresiones del medio particular y gene-ral lo que según Ewertz y Yachán (1984) fa-vorecería la aparición de mayores niveles deansiedad.

Otra explicación que podría influir en larelación ansiedad/profundidad es la quehace referencia al tema del dolor. SegúnRamírez (2001), el dolor experimentado porlos pacientes quemados favorece la apariciónde ansiedad por lo que se podría decir quelas quemaduras que producen mayor dolor(quemaduras tipo AB o intermedias) aumen-tarían los niveles de ansiedad en el niño.

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En tercer lugar, se correlacionó la variableansiedad con el tiempo de tratamiento que lle-va el niño en COANIQUEM, no encontrán-dose correlaciones significativas entre estasvariables. Sin embargo, se puede observar unaligera disminución de la ansiedad a medidaque transcurre el tiempo de tratamiento. Laliteratura informa que los primeros dos añosde tratamiento son los más difíciles, dado quecomienza el período de resocialización en elcual aparecen las dificultades de interacciónsocial, la tendencia al aislamiento y la confron-tación del niño de su nueva imagen física conel entorno social (Castillo y Santander, 1996).Pero a medida que el niño comienza a reasu-mir sus actividades normales puede adaptar-se a los cambios ocurridos y tiene mayor pro-babilidad de recuperar las funciones previasal accidente de quemadura.

En cuarto lugar, se correlacionó la varia-ble ansiedad con pronóstico de la secuela dequemadura no encontrándose una correla-ción significativa entre ambas variables. Esimportante señalar, que según lo observadoen las entrevistas, las expectativas de los pa-dres respecto al pronóstico de sus hijos eranpositivas por lo cual éste más que una fuen-te de ansiedad fue una fuente esperanzadoralo cual coincide con una de las estrategiasmás utilizadas como es la reinterpretaciónpositiva y que a su vez se correlaciona conbajos niveles de ansiedad.

Finalmente, se correlacionó la variableansiedad con extensión de la quemadura noencontrándose tampoco una correlación sig-nificativa entre ambas. No obstante, se pue-de apreciar una tendencia a correlacionarpositivamente, o sea, que a mayor extensiónde la quemadura mayores serían los nivelesde ansiedad rasgo, lo que puede deberse aque frente a un incremento de la extensiónaumentaría el impacto de la quemadura parael niño y su entorno social. En este sentido,diversos autores proponen que sufrir cual-quier quemadura, excepto las más insignifi-cantes, es un acontecimiento traumático enla vida de un niño debido a que una quema-

dura puede convertirlo en un ser dependien-te (Artz & Moncrief, 1972).

Si bien esta investigación tomó un solopolo de la relación padre–hijo (se midieron losniveles de ansiedad a la luz de las estrategiasutilizadas por el padre) no quiere decir queesta relación sea unidireccional. En este senti-do, García (2002) postula que es común pen-sar en la influencia de los padres sobre la psi-cología del hijo, pero se subestiman los efectosque produce éste sobre sus progenitores. Deacuerdo a esto, las influencias se pueden pre-sentar en ambos sentidos, lo cual podría serel objetivo de una futura investigación.

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Fecha Recepción Artículo: 5 de Agosto de 2004Fecha Evaluación Final: 21 de Octubre de 2004