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BESTIARIO DE LO PÚBLICO EN LAS UNIVERSIDADES CHILENAS Rectores de universidades, columnistas, gestores e intelectuales en la definición de lo público (Graydr. Resumen del conflicto). En los años recientes fuimos testigos de dos símbolos, tan alejados como polos, en la definición de lo público en las universidades chilenas: por un lado la movilización estudiantil de 2011 cuya consigna fue “Educación gratuita” y “No al lucro” y por otro el ex presidente Sebastián Piñera que, sin un pelo de sutileza, señaló que la educación no es un bien público sino un bien de consumo. Víctor Pérez, rector de la Universidad de Chile en varias columnas y cartas esclareció su postura sobre la necesidad que el Estado asuma y defienda la educación pública como un derecho de la ciudadanía, ya que la configuración del mercado en la educación superior ha impulsado el desarrollo de estrategias de supervivencias de las universidades públicas muy similares a las privadas. Los bandos que se creían identificables, con fronteras claras y explícitas, pronto entrarían en una viscosa mezcla: En una carta que apareció el 27 de enero de 2014 en El Mercurio, Carlos Peña, rector de la Universidad Diego Portales, Ignacio Sánchez, rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Juan Zolezzi, rector de la Universidad de Santiago de Chile, dieron matices a dichas posiciones distinguiendo entre lo “estatal” y lo “público”, aludiendo que la educación debe poseer una vocación pública, lo que no necesariamente sería coincidente con el Estado. Es decir, lo público encarna un “espíritu”, un tipo de práctica más que un origen de la misma. En términos mucho más simples: una universidad privada puede ser pública al ejercer actividades de carácter público. Alberto Mayol en El Mostrador señaló con anterioridad que dicha noción de lo público en realidad sería un ejercicio de trasmutación: lo privado no hace más que colonizar el terreno de lo público mediante una operación meticulosamente armada entre Carlos Peña y –su ahora empleado– José Joaquín Brunner, cuyo rol en la UDP sería estructurante, agencial, contribuyendo a jibarizar lo público para asegurar la existencia y el proyecto de la UDP. A su vez, en una reciente columna Carlos Peña refuerza su postura invocando a la economía neoclásica, Kant y Habermas para seguir desvinculando lo público de lo estatal, debido a que tal esfera no sería patrimonio ni del Estado ni del mercado, sino del ámbito referido al “uso público de la razón”. La misión del Estado, para el caso de las universidades, sería romper la eventual hegemonía de lo privado, disponiendo de instituciones que permitan expresar la pluralidad social. Es decir, hay que “dejar hacer” (a las universidades privadas) pero resguardando su prolijidad (acreditaciones más exhaustivas) y protegiendo a las universidades estatales en un “universo de universidades” con espíritu público.

Artículos de Prensa. Debate Sobre Lo Público

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BESTIARIO DE LO PBLICO EN LAS UNIVERSIDADES CHILENASRectores de universidades, columnistas, gestores e intelectuales en la definicin de lo pblico (Graydr. Resumen del conflicto).En los aos recientes fuimos testigos de dos smbolos, tan alejados como polos, en la definicin de lo pblico en lasuniversidadeschilenas: por un ladola movilizacin estudiantil de 2011 cuya consigna fue Educacingratuita y No al lucro y por otroel ex presidente Sebastin Piera que, sin un pelo de sutileza, seal que laeducacinno es un bien pblico sino un bien de consumo.Vctor Prez, rector de la Universidad de Chile en varias columnas y cartas esclareci su postura sobre la necesidad que el Estado asuma y defienda laeducacinpblica como un derecho de la ciudadana, ya que la configuracin del mercado en laeducacinsuperior ha impulsado el desarrollo de estrategias de supervivencias de las universidades pblicas muy similares a las privadas.Los bandos que se crean identificables, con fronteras claras y explcitas, pronto entraran en una viscosa mezcla:En una carta que apareci el 27 de enero de 2014 en El Mercurio, Carlos Pea, rector de la Universidad Diego Portales, Ignacio Snchez, rector de la Pontificia Universidad Catlica de Chile y Juan Zolezzi, rector de la Universidad de Santiago de Chile, dieron matices a dichas posiciones distinguiendo entre lo estatal y lo pblico, aludiendo que laeducacindebe poseer una vocacin pblica, lo que no necesariamente sera coincidente con el Estado. Es decir, lo pblico encarna un espritu, un tipo de prctica ms que un origen de la misma. En trminos mucho ms simples: unauniversidadprivada puede ser pblica al ejercer actividades de carcter pblico.Alberto Mayol en El Mostrador seal con anterioridad que dicha nocin de lo pblico en realidad sera un ejercicio de trasmutacin: lo privado no hace ms que colonizar el terreno de lo pblico mediante una operacin meticulosamente armada entre Carlos Pea y su ahora empleado Jos Joaqun Brunner, cuyo rol en la UDP sera estructurante, agencial, contribuyendo a jibarizar lo pblico para asegurar la existencia y el proyecto de la UDP. A su vez, en una reciente columna Carlos Pea refuerza su postura invocando a la economa neoclsica, Kant y Habermas para seguir desvinculando lo pblico de lo estatal, debido a que tal esfera no sera patrimonio ni del Estado ni del mercado, sino del mbito referido aluso pblico de la razn. La misin del Estado, para el caso de lasuniversidades,sera romper la eventual hegemona de lo privado, disponiendo de instituciones que permitan expresar la pluralidad social. Es decir, hay que dejar hacer (a lasuniversidadesprivadas) pero resguardando su prolijidad (acreditaciones ms exhaustivas) yprotegiendo a las universidades estatales en un universo deuniversidades con espritu pblico.Dicho movimiento tambin se expresara en el libro El Otro Modelo con autores (mayormente de la UDP): Atria, Couso, Joignant, Benavente y Larran, donde est la influencia explicita del comunitarismo del filsofo Michael Sandel: lo pblico sera un rgimen jurdico donde los bienes esenciales podran ser provistos por agentes pblicos como privados, siempre y cuando se cumplan condiciones de igualdad de acceso y calidad. Es decir, como sealaba Carlos Pea, lasuniversidadesprivadas pueden ejercereducacinpblica y de calidad, siempre y cuando no lucren (entendiendo que existe una diferencia sustancial entre lucro y remuneracin para el caso de las universidades).Ennio Vivaldi, acadmico y candidato a rector de la Universidad de Chile, en otra reciente columna acusa dicha diferenciacin en esferas e institucionalidades, sealando que el tipo de actividad que permitira a una institucin privada realizar una funcin pblica, sera un argumentopost factoy tendra como efecto olvidar que las universidades privadas tienen como dueos a privados y no al Estado. Don Ennio va ms all, de forma implcita acusa a Carlos Pea de contribuir a disfrazarse la educacin privada en educacin pblica, invocando una noble funcin para captar ingresos fiscales. Por ello la definicin de lo pblico, para el caso de las Universidades, partira por una definicin anterior: nada ms ni nada menos que la definicin deUniversidad,que no remitira nicamente a sus prcticas sino tambin a su composicin.

HABLAR DE EDUCACIN EN ESTOS TIEMPOSCmo entender la educacin actualmente

Hablar deeducacinen estos tiempos, es hablar de poltica. El entusiasmo generalizado producido por el movimiento estudiantil de 2011, encuentra un presente inundado de expectativas, y el optimismo movilizado a dado paso a una incredulidad vigilante. Lo que el terremoto del ao 2010 haba hecho con el eje de la tierra, el terremoto social de 2011 ha hecho con el debate pblico. Los lmites que dibujaba el horizonte del Chile post-dictatorial se han transformado, la naturalizacin del espacio social que hablaba Norbert Lechner, encontr su punto de ebullicin en la situacin dramtica que haba generado el Sistema deEducacinSuperior y la frustracin pingina. Ros de tinta se han escrito al respecto, el pndulo se ha movido desde la crtica hermenutica de los niveles de modernizacin en Chile, hasta la crtica constructivista que ve en la educacin, una extensin de la vorgine neoliberal.

Maravillosos tiempos son estos. Por un lado est la crtica generacional de carcter transitiva, una crtica vertical de legitimidad de los usos y abusos de posiciones de elite, y una crtica horizontal entre la elite. Por otro lado tenemos un momento poltico en el cual se pide un cierre definitivo del pasado (por mas ilusorio que parezca), que debe de materializarse en un presente ms prximo de lo que muchos quisieran, y que de respuesta definitiva hacia un proyecto futuro en el cual se reconcilien nuestras concepciones del bien y las prcticas de aquello.

Transitividad

Fue en la primera semana de agosto del ao pasado que tom por vez primera Nunca Fuimos Modernos de Bruno Latour. Recib aquel texto con el estremecimiento y claridad con el cual se leen los grandes trabajos; la sensacin de claridad y transparencia, sumado la originalidad argumentativa, lo haca un manjar intelectual difcil de evitar. Durante esa misma semana, el Instituto de Polticas Publicas de la Universidad Diego Portales organizaba una serie de coloquios, en el marco de su agenda de anlisis de contingencia; ese da expondran los autores del libro del momento: "El otro modelo" de Atria, Couso, Larran, Benavente y Joignant.Las coordenadas del "El otro modelo" lo sitian de forma ms prxima al extremo constructivista de la crtica. El nimo entusiasta no estaba generado por la radicalidad de sus propuestas o por la originalidad de sus argumentos (estaba exigente esa semana, Latour haba dejado la vara muy alta). La expectacin que causaba estaba ms bien dada por en primer lugar por su carcter propositivo y generador de coordenadas de accin en materia de polticas pblicas, y por otro, la denominacin de origen: un libro escrito por (parte de) la intelligencia concertacionista y de la Nueva Mayora, presentado por la misma Michelle Bachelet. Por un lado se presentaba como una crtica abierta a la experiencia de neoliberalizacin de la centro-izquierda chilena y el correlato que exista de esta neoliberalizacin en el contexto latinoamericano. Por otro lado, el libro centraba su apuesta a la construccin de un proyecto social-demcrata que superase la hegemona neoliberal, y que pudiese hacer transitar a Chile hacia un rgimen de lo pblico. En la jerga futbolista, se podra decir que la pelota quedo botando. En la ronda de preguntas espet a los expositores:

Cmo se puede creer que la misma generacin que nos llev del discurso de la revolucin al neoliberalismo, ahora nos conduzca al rgimen de lo pblico? No sern muchas auto-traiciones para una sola generacin en poltica?

Las respuestas de los expositores demostraron el mismo temple de la pregunta. Haba sido una bravuconada y con el mismo tono fue respondida. Al volver del coloquio, era inevitable seguir pensando en la pregunta, y al terminar el captulo del libro Latour me encontr con esto:Bajo el juicio moral por denuncia, otro juicio moral funcion siempre por clasificacin y seleccin. Se lo llama arreglo, combinacin, combinazione, tejemaneje, pero tambin negociacin convenio. Pguy deca que la moral flexible es en gran medida ms exigente que la rgida. Lo mismo ocurre con la moral oficiosa que selecciona y distribuye sin cesar las soluciones prcticas de los modernos. Es despreciada porque no permite la indignacin, pero es activa y generosa porque sigue las sinuosidades innumerables de las situaciones y las redes. Bruno Latour. Nunca Fuimos Modernos (Ensayo de antropologa simtrica).

Arriba y al Lado.

No he encontrado hasta ahora, una mejor explicacin del rol que juega la generacin de polticas pblicas que las palabras de Latour. Y por polticas pblicas, me refiero a la constitucin de entramados de respuesta pblica como privada, que den respuesta efectiva a los cuestionamientos actuales que tienen nuestro modelo deeducacin.Me haba paseado desde un insulso pragmatismo, hasta un cinismo tecncrata para entender su rol de intermediador de los procesos y las redes. Entender que la pugna ha escalado desde el malestar por los procesos modernizadores con tendencia neoliberal, hasta una pasada de cuenta por la purga tecnocrtica que significo la transicin, es imprescindible para situarnos en las coordenadas que seguir el debate en torno a la educacin en Chile. Patricio Silva en su Historia de la Tecnocracia en Chile lo describe muy bien: a cierto nivel de desenvolvimiento de los cuadros post-dictadura, gran parte de las ciencias sociales fue desterrada de la cosa pblica, condenada a publicar o morir, restringiendo su injerencia en la creacin de poltica pblica o la reflexin sobre sta.

El enfoque de polticas pblicas encuentra en la formacin econmica un aliado de primera mano, ya sea por su orientacin maximizadora, la eficiencia en la formulacin, control y ejecucin del gasto pblico, etc. Un rpido paseo por centros generadores de reflexin y generacin de poltica pblica, hace que entendamos que la dimensin del dbete que se avizora para los prximos aos, presentara su cariz ms complejo en cmo se articulan los procesos generativos de respuesta a las distintas agendas.

Las auto-traiciones que mencionaba anteriormente, sern de por si los objetos de desprecio, ya que debern escapar de ser los desafos arbitrarios del deseo de un sector particular, o el receptculo de las categorizaciones mentales de otros. Bajo las digresiones absolutistas de cualquiera de los sectores y su supremaca moral -la libertad de enseanza, la educacin pblica y de calidad, gratuidad o progresividad del gasto-, habr que encontrar un meticuloso camino para la clasificacin de las circunstancias y los casos.

17 de diciembre de 2013Brunner, Pea, Bachelet: la educacin y la transmutacin de lo pblicoAlberto Mayol

La educacin gratuita se aproxima a Chile. Arribar lentamente en la medida que avance el gobierno de la recientemente electa Michelle Bachelet. El retiro creciente de los aranceles universitarios dejar paso al aporte estatal de esos recursos. Pero esta educacin pblica, gratuita y de calidad no ser de provisin estatal, no sern establecimientos pblicos los que la otorguen. Lejos estamos hoy de la verdadera educacin gratuita y lejos estaremos en cuatro aos ms. La calidad, por su lado, ser por va acreditaciones, tal y como se instaur hace ya una dcada en Chile, bajo el modelo neoliberal. Las universidades sern mayoritariamente privadas y gratuitas, si cumplen ciertos estndares, obteniendo recursos desde el Estado equivalentes a sus aranceles.

Lo que con el Crdito con Aval del Estado fue una prctica cara, ineficiente y de gasto creciente, hoy se transforma en la norma: pagarles a los privados para que hagan lo pblico. La nica diferencia en realidad es que no pagaremos la educacin directamente, sino a travs del Estado. Esto es lo que nos ha ido aclarando Michelle Bachelet en los ltimos das. Y es que para ella una universidad ser pblica (en esta nueva definicin) simplemente si cumple fines pblicos: extensin e investigacin, adems de docencia. Y si a eso le suma que no tenga fines de lucro, entonces ya est: estamos en presencia de una universidad pblica. Y ser de calidad si satisface un proceso de acreditacin que, ahora s que s, ser excelso y limpio. Y seguiremos nadando en el mar del subsidio a la demanda, igual de lejos que antes del subsidio a la oferta.El movimiento estudiantil pidi educacin pblica, gratuita y de calidad; Chile estuvo de acuerdo y ahora la Nueva Mayora viene a cumplir el sueo. Pero para que parezca pblica, aunque no lo sea, ha tenido que transitarse un complicado recorrido, en una historia larga en la que Brunner tuvo una idea, Pea la organiz y Bachelet obtuvo el preciado Grial de la transmutacin, que convirti lo privado en pblico y la confusin en certeza. Atrs qued la distincin obvia: que la propiedad privada no puede ser pblica, que aunque una institucin privada intente aportar al espacio pblico e incluso aunque lo haga sin otro inters que el aporte al colectivo, todo el proceso nace en una perspectiva que va desde un momento privado hacia la creacin de un bien pblico. De este modo, lo pblico es un contenido, no un espacio; un proyecto, no un territorio; un objeto, no una lgica.La historia sobre cmo lo privado devino en pblico y lo pblico fue deformado se intenta resumir en los siguientes prrafos. Concentramos la escena en tres nombres que suponen el punto de anudacin de este proceso y la escalada hacia el poder que ha permitido que acontezca. La derecha, de cualquier modo, ha sido clave en este ciclo. Ninguno de los nombres aqu mencionados cabe, en todo caso, bajo el rtulo de derechistas. Y es que el mrito de dicho sector ha sido lograr invadir con su lgica y sus beneficios a la Concertacin. Por eso es que no cabe duda que el escenario fundamental ha sido la Concertacin, la que propietaria de las imgenes arquetpicas de la izquierda y erguida sobre el bastin moral que ha implicado su oposicin a Pinochet, ha logrado desvestir lo pblico y ponerle las ropas de lo privado. As, mientras la derecha sufre sus reveses y la izquierda se ilusiona con las transformaciones, la Nueva Mayora trasviste el corazn conceptual de su propio modelo para poder seguir con aquel que odian tanto que ya es amor, aquel modelo neoliberal que disfrazado de estatismo aparecer por nuestras vidas como un impostor. La historia es ms o menos la siguiente.Corra el mes de octubre del ao 2011 y el movimiento estudiantil y su educacin gratuita ms su No al lucro eran la agenda del pas. La indita transformacin de los temas ms relevantes del pas sumaba ya varios meses. El principal columnista deEl Mercurio, Carlos Pea, no se haba referido al tema y haba elegido una agenda alternativa. Su silencio, sin embargo, no era sostenible. El tema se hablaba a los gritos y l se mantena en silencio. Hasta que habl. El 9 de octubre de 2011 Calos Pea public la columna dominical La gratuidad es injusta. Poco antes, en agosto de ese ao, haba reunido a sus funcionarios acadmicos en la Universidad Diego Portales para explicarles lo complicado que resultaba para la UDP el xito de esta demanda estudiantil. Explicaba que algunas universidades privadas de otro perfil podran sobrevivir a esta nueva educacin, pero no el proyecto de la UDP. Saba que la institucin que rige existe por la jibarizacin de lo pblico. Y tema por el futuro.Pero Carlos Pea no slo es brillante, sino que adems es hbil. No slo es experto en estar donde debe, sino adems en lograr que se omita donde no debi estar. Lo haba demostrado en 2006 cuando fue el Coordinador de la Comisin Marco Regulatorio en el Consejo Asesor Presidencial de la Educacin. Esa instancia tena como principal objetivo lograr proveer de legitimidad a la exnime institucionalidad educativaEl 1 de octubre de 2006 se seala enEl Mercurio: El abogado Carlos Pea se convirti en el mediador entre la posicinde Jos Joaqun Brunner y los sectores del mundo social ms reaciosa sus propuestas. Esta historia es el punto de origen de una ruta decisiva en la historia poltico-intelectual de Pea y, segn se va viendo, en la educacin chilena. La Comisin Marco Regulatorio se haba quebrado. El primer documento era estatista, segn algunos sectores, y Brunner haba organizado un informe paralelo, disidente.Pea se reuni con Brunner y tuvieron una conversacin agitada. Pero la reunin termin con humo blanco. Y desde ese instante en adelante Brunner logr conducir el proceso. Mejor dicho, Pea fue el cuerpo de un espritu que era Brunner. Se busc una frmula de consenso y, por supuesto, dicha frmula permiti mantener todo en el orden de lo existente. La historia posterior es muy interesante. Desde entonces los caminos de Carlos Pea y J. J. Brunner confluyen rpidamente. El ao 2007 publican un libro juntos. Se trata de la obra La reforma al sistema escolar, donde Carlos Pea y Jos Joaqun Brunner ofician de editores y en la que escriben a cuatro manos el texto introductorio. En esa introduccin se afirma que la reforma escolar derivada de la movilizacin pingina tendr un gran efecto, tanto por el cambio constitucional como por la creacin de mecanismos de aseguramiento de la calidad de la educacin (como hemos visto, estaban equivocados). Carlos Pea seala que tiene slo un reparo: es crtico de la prohibicin de lucrar en los proyectos educativos. Agrega que aun cuando la experiencia comparada seala que es prctica corriente la prohibicin del lucro, en el caso chileno se dan factores para permitirlo. Recordemos que en esa misma poca Carlos Pea fue enftico respecto al lucro en las universidades privadas en una entrevista en radioDuna, conversando con Fernando Villegas, Nicols Vergara y Hctor Soto. En dicha ocasin seal que era necesario sincerar la hipocresa del sistema, dado que las universidades eran lucrativas y ello no era un problema. Agreg entonces que su universidad (entonces era vicerrector detrs de Cuadra) evidentemente lucraba y que la prohibicin era un anacronismo. Por cierto, esta postura no se parece a la que ha sealado Pea con posterioridad, cuando el 25 de julio de 2012 seala que es cierto como se ha repetido una y otra vez que la expansin de la matrcula universitaria se produjo gracias a la inversin privada Pero todo ello no fue filantropa, altruismo ni nada que se le parezca. Fue porque la economa poltica del sistema se organiz de una manera que permita que los particulares pudieran hacer inversiones accediendo a utilidades iguales o superiores a las que obtendran en usos alternativos de su dinero. De esa manera se pens el sistema se podra expandir con el mnimo gasto pblico. Cmo pudo hacerse lo anterior poniendo, al mismo tiempo, en vigencia una regla que prohiba el lucro en las universidades? De una manera muy sencilla. Salvando las palabras de la ley pero eludiendo su sentido (Paulo, D. 1.3.29). Lo que en un momento es juzgado por Pea como mera hipocresa que debe sincerarse, luego es condenado por l como una hipocresa que vulnera la ley y que debe suponer transformaciones normativas profundas que impidan la existencia de estos subterfugios.Pero volvamos a los momentos inmediatamente posteriores de la Revolucin Pingina y los informes de la Comisin Asesora Presidencial. Han publicado juntos Brunner y Pea, hasta entonces el primero est en la Universidad Adolfo Ibez. Pero la confluencia no tardar en producirse. Jos Joaqun Brunner llegar a trabajar a la Universidad Diego Portales, donde se le entrega un espacio con autonoma, alejado del Instituto de Ciencias Sociales, pues el hombre que haba augurado la muerte de la sociologa poda no ser bien recibido all donde esa disciplina habitaba.La labor de Brunner en la UDP se tornar estructurante. Lograr ir proyectando su anlisis de poca y los mtodos que, entiende, son decisivos para articular el modelo educativo que ha fomentado desde hace un par de dcadas, cuando dej de ser el intelectual crtico desde Flacso Chile (la de los 80). Dnde radica la asertividad de Brunner? Brunner se percat tempranamente que la privatizacin de la educacin tena como lmite la nocin de lo pblico, que en la medida que ese concepto no perdiera sus definiciones ms taxativas, que en la medida que no se desnaturalizara, el modelo educativo chileno no podra ser al mismo tiempo legtimo y privado. En definitiva, comprendi que para destruir lo pblico haba que corroer los cimientos de su concepto.En el marco de este esfuerzo, Brunner dijo hace ya ms de quince aos que la definicin de lo pblico deba ser modificada. Como seala en un artculo de 2005 en laRevista de Sociologa de la Universidad de Chile,todas las universidades son pblicas. En pocas lneas Brunner nos dice que debemos comenzar por el principio de esta historia, pues desde su nebuloso origen, las universidades como agentes que proporcionan la formacin ms avanzada de su tiempo han sido, todas ellas, pblicas por reconocimiento y por efecto (Nmero 19, 2005. Pg. 19). Esto lo ha reiterado en el ltimo tiempo cuando seala, en una columna de agosto de 2013: Dicho en breve, nuestro debate sobre estos asuntos se mueve entre mitos anacrnicos y confusiones ideolgico-intelectuales que no nos merecemos. Hemos convertido las disputas sobre lo pblico-privado dentro del espacio de la Educacin Superior al igual que sobre el lucro, la gratuidad, el Estado y el mercado en un remedo escolstico de un verdadero debate acadmico-intelectual y poltico-cultural. Empleamos estos trminos como proyectiles (tigres de papel), en vez de hacernos cargo de su creciente complejidad y de la necesidad que existe de reinterpretarlos a luz de las nuevas dinmicas institucionales y de los profundos cambios que experimentan los sistemas nacionales de educacin superior (Por una discusin no escolstica, 9 de julio de 2013, ver enwww.brunner.cl).Pero estas redefiniciones de Brunner no tenan cabida cuando su poder e influencia estaba ya lejos de la operacin rutinaria de la Concertacin, cuando ya no era ministro ni asesor clave. El encuentro con Carlos Pea cambiara las cosas. El mismo ao 2011 publicaran en conjuntoEl conflicto de las universidades: entre lo pblico y lo privado(Ediciones UDP, coleccin Educacin, 2011) y afrontan en dicho documento la pregunta respecto a si las universidades en su origen fueron pblicas o privadas. Lo hacen nada menos que el 2011, en una seal potente. Adems, se esfuerzan por desmontar las asociaciones entre lo pblico con lo estatal y de lo extraestatal con lo privado.Pero esta labor de articular un modelo educativo a la medida de los privados tendr como inconveniente el enorme oleaje que la movilizacin social de 2011 gener. Es en este camino donde se encuentra Carlos Pea el 2011 en medio de la desesperacin por las movilizaciones. El sistema privado pareca amenazado, pero ese riesgo podra reducirse si aumentaba la confusin entre lo pblico y lo privado. Es la tabla de salvacin de la UDP, pero no slo eso. Es tambin la nave en la que se puede navegar por las aguas turbulentas para conquistar nuevas tierras: las tierras de lo pblico. Pea ha visto esto y el discurso de ampliacin informe de lo pblico domina la escena intelectual de su universidad. EnEl Otro Modelo(2013), obra donde participan Atria, Couso, Joignant, Benavente y Larran (donde la institucin que predomina es la UDP), se habla de que se ha de pasar del modelo neoliberal al rgimen de lo pblico. Pero el rgimen de lo pblico es vago en el libro, bsicamente porque se parte de la premisa de que el mercado es neutro, que carece de politicidad en su seno. La operacin que termina de producirEl otro modeloes la consumacin de Brunner transformado en nombres aceptables y gratos al respetable pblico, incluso al estudiantil. Esa operacin no parece ser consciente; de hecho, parece ms bien el tpico resultado de los procesos de avance de una ideologa. Pero ah est, disponible para Bachelet y la Nueva Mayora, la confianza de que estos cambios cosmticos son otro modelo, la tranquilidad de haber hecho el trabajo intelectual, de tener un manifiesto, un ladrillo, un nuevo texto para los siguientes treinta aos. Para ello tiene el sustento de contar con un garante: el Partido Comunista. Y es que este partido tiene el derecho a decir que esto s es otro modelo, tiene el mrito de no haber estado en los negocios anteriores, de no haber hecho el juego a la derecha, de tener todava bases sociales en sindicatos y federaciones estudiantiles. El Partido Comunista no slo hace posible la Nueva Mayora, sino que es indispensable para borrar el lmite entre lo pblico y lo privado impunemente.Bachelet ha encontrado una ruta. Cmo hacer pasar la continuidad como cambio, lo cosmtico como estructural? Difcil desafo. S, pero ha encontrado un camino. Alguien ha pisoteado todas las huellas que distinguan lo pblico y lo privado, el derecho de propiedad se traslapa con los derechos sociales. Brunner corretea por el lmite, devastndolo. Mientras tanto, Pea ve cuntos hermosos pramos se abren a su paso en la medida que las universidades pblicas son todas y privada no es ninguna. Michelle Bachelet observa la escena y ve que ha hecho historia. Chile avanza hacia la educacin gratuita. Seguramente se har preguntas: Es pblica?, es de calidad?. No tendr ninguna duda que s. Ahora ha descubierto que la realidad es ms hermosa cuando se puede poner una fbrica de definiciones.

Lunes 27 de enero de 2014Universidades: La deliberacin pendienteCarlos Pea, Ignacio Snchez y Juan Zolezzi:...lo pblico no es una cualidad jurdica o relativa a la propiedad de las instituciones, sino que una caracterstica que deriva del tipo de actividad que las instituciones realizan...

El sistema de educacin superior chileno est en trance de reforma. Intenta, as, estar a la altura de las expectativas que los chilenos y sus familias han puesto en l. Conducir ese proceso ser uno de los principales quehaceres del nuevo ministro de Educacin.

Desgraciadamente se ha deliberado poco acerca de los reales desafos que debe enfrentar cualquier intento de mejora y, en especial, no est del todo claro qu principios son los que guiarn ese esfuerzo. Hasta ahora, diversas instituciones han planteado cules son sus mejores intereses y cmo ellos deberan ser acogidos en una futura poltica de educacin superior. Ese esfuerzo es legtimo, pero es necesario complementarlo con una deliberacin acerca de cules son los principios imparciales que deben guiar la poltica del sector.

Las lneas que siguen representativas de la diversidad del sistema universitario en Chile, puesto que quienes las suscriben son rectores de una universidad estatal, una universidad tradicional no estatal y una universidad privada nueva intentan identificar esos principios.

Ante todo, hay que subrayar que la educacin debe poseer una vocacin pblica; pero que ella no coincide necesariamente con el Estado. Hacer coincidir lo pblico con lo estatal reduce la esfera pblica al mbito, inevitablemente estrecho, donde actan las instituciones pertenecientes al Estado. As, en vez de fortalecer lo pblico, se lo debilita. Lo pblico no es una cualidad jurdica o relativa a la propiedad de las instituciones, sino que una caracterstica que deriva del tipo de actividad que las instituciones realizan. Ese es el principio que subyace en la trayectoria institucional de la educacin superior chilena que no debe ser abandonado.

Sin perjuicio de lo anterior, hay buenas razones para preocuparse de manera preferente de las instituciones estatales. La razn de ello es que ese tipo de instituciones cumplen funciones muy importantes de inclusin social, desarrollo territorial e investigacin, y poseen el deber de expresar los intereses generales de la sociedad. El Estado debe ocuparse de esas instituciones, sin duda, pero ello no debe ocurrir al precio de desatender al resto del sistema que posee una genuina orientacin pblica, tanto porque produce bienes pblicos de importancia como porque est abierto a todos.

Junto a lo anterior, debe tenerse presente que en la trayectoria histrica del sistema de educacin superior, pblico y privado, se ha reunido un importante capital intelectual que es parte del patrimonio del pas. Cualquier poltica de educacin superior debe tener en cuenta que un sistema de educacin superior mixto pero de inequvoca orientacin pblica y carente de fines de lucro forma parte de la cultura nacional.

Aun, debe agregarse que el sistema de educacin superior est llamado a reflejar la diversidad de Chile, como corresponde a una sociedad democrtica. Ello significa que la diversidad de orientaciones debe estar presente en la totalidad del sistema, pero no necesariamente en cada una de sus instituciones. Cada institucin, con pleno respeto a los derechos fundamentales de los ciudadanos y con sistemas de seleccin accesibles por igual a todos, tiene derecho a manifestar y promover en la esfera de la cultura las formas de vida que estima valiosas y el proyecto educativo que estima mejor para el pas. Esa diversidad no es un defecto que hay que tolerar, sino una virtud que el pas debe cuidar.

En fin, cabe subrayar que si bien el Estado puede contar con razones para tratar de manera diferente a las instituciones (atendiendo a variables como su situacin regional o su capacidad de investigacin), no cuenta con ninguna para establecer diferencias entre los estudiantes. Los estudiantes deben ser tratados igual, con prescindencia de la institucin, en cualquier caso acreditada, que escojan.

La educacin est hoy en el centro de la preocupacin ciudadana y, por lo mismo, es un deber urgente ocuparse de ella. Pero al hacerlo es imprescindible transitar desde la mera afirmacin de anhelos generales al trabajo reflexivo tendiente a precisar cmo llevarlos a cabo. Sera un contrasentido difcil de explicar que la reforma del sistema universitario donde se renen las instituciones que hacen de la reflexin su quehacer principal se efecte sin una deliberacin que atienda nada ms que a las mejores razones.Carlos Pea. Rector Universidad Diego PortalesIgnacio Snchez. Rector Pontificia Universidad Catlica de ChileJuan Zolezzi. Rector Universidad de Santiago de Chile

20 de marzo de 2014Universidades Pblicas: la verdadera controversiaENNIO VIVALDI. Profesor de la Universidad de Chile. Candidato a rector 2014-2018

Tres rectores, Carlos Pea, Ignacio Snchez y Juan Zolezzi, hanfirmado hace unas semanas una columnade carcter prescriptivo. La ocasin era propicia: el nombramiento del ministro de Educacin. Los autores aspiran a representar la diversidad del sistema universitario en Chile, puesto que quienes la suscriben son rectores de una universidad estatal, una universidad tradicional no estatal y una universidad privada nueva. La pretendida heterogeneidad es tan verdadera como, en un cierto sentido, intrascendente. En realidad, podra tambin argumentarse que los tres rectoresson autoridades de universidades privadas, porque sus tres universidades y todo el resto de las universidades chilenas se financian como en el resto del mundo se financian las universidades privadas. La conversin del sistema educativo en un mercado es el trasfondo de la crisis, de hecho. Y es justamente el tema que deber abordar el nuevo ministro y toda una sociedad que se juega sus posibilidades futuras entre las presiones de consolidarse como un mercado de la educacin o convertirse en un sistema educativo.

La discusin sobre lo pblico y lo privado tiene antecedentes a esta columna de lostres rectores. Una controversia entre Mayol y Joignant (El MostradoryLa Segunda); el debate entre el saliente rector de la Universidad de Chile Vctor Prez y la entonces ministra de Educacin Carolina Schmidt; una columna de Fernando Lolas que se pronunci por desvincular lo pblico de lo estatal; adems de la referida columna de los tres rectores,constituyen un marco de referencia para comprender el vuelo que comienza a adquirir este debate con miras a los planes de reforma futura. Y es natural. En la presencia o ausencia de lmites entre lo pblico y lo privado se juegan las posibilidades de muchos intereses.No cabe duda de que para quienes habitamos no slo en la preocupacin por el futuro de la educacin pblica, sino que adems estamos convencidos de las oportunidades que se abren, esta discusin est llamada a ser la central. Por eso, no slo resulta curiosa la columna de lostres rectores, sino adems inquietante. Las autoridades de la Universidad de Santiago han sido particularmente elocuentes en denunciar que las universidades estatales en Chile no reciben un solo peso por ostentar esa condicin. La mayor parte de lo que llega a las universidades estatales, con la excepcin del Aporte Fiscal Directo o escasos fondos destinados a algunos museos e institutos de la Universidad de Chile, lo reciben compitiendo en las mismas fuentes de financiamiento y con las mismas reglas que las universidades no estatales. Para las estadsticas internacionales, en Chile pertenecen a la educacin pblica el 44% de los estudiantes de la Enseanza Bsica y Media y el 0% de los estudiantes universitarios, pues la definicin de pblico exige un pago fiscal equivalente a la mitad del costo de los estudios, lo que aqu no ocurre en ninguna universidad.El artculo de los tres rectores, que podra haber abierto expectativas de nuevas luces aportadas desde la academia, parece ms bien mimetizarse con reiteraciones ideolgicas que ya por largo tiempo se han intentado imponer. El argumento fundamental es que todas las universidades son pblicas por vocacin y tipo de actividad. Suponemos que lo de tipo de actividad es clave para distinguirse, por ejemplo, de las fbricas de neumticos, cuya produccin es til para el desarrollo de todo el pas, no es destinada a almacenamiento permanente y no es confinada en su uso. Sin embargo, es precisamente por eso que tipo de actividad se lee como un argumentopost facto. A pocos aos del fin de un siglo definido por la confrontacin entre defensores de la propiedad privada y de la estatal, afirmar que no tiene ninguna importancia el que una Universidad pertenezca a un particular o al Estado resulta casi una ligereza para con la historia reciente de la humanidad. Las universidades privadas tienen dueos, las universidades estatales no tienen dueos. Por mencionar una de una mirada de implicancias: al proponer una investigacin y al publicar sus resultados, no tiene sentido para el investigador de una universidad estatal preguntarse qu opinar de su investigacin el propietario de su fuente de trabajo. Si se invierte la perspectiva, surgen preguntas an ms interesantes, por ejemplo: qu motiva a un particular a invertir dinero para fundar o comprar una universidad?Un prrafo hermoso y convocante del artculo de los rectores es el que afirma: Cualquier poltica de educacin superior debe tener en cuenta que un sistema de educacin superior mixto pero de inequvoca orientacin pblica y carente de fines de lucro forma parte de la cultura nacional. La expresincultura nacionalnos evoca una tradicin histrica que aqu alcanza casi connotaciones de un paraso perdido. Aquella poca cuando las universidades se hermanaban en pos del cumplimiento de sus grandes intereses: la cultura, la formacin de profesionales, las artes, la investigacin cientfica, la innovacin tecnolgica. Ntese que en esos tiempos la Universidad de Chile colabor activamente en la formacin de nuevas universidades, una actividad que se espera de las grandes universidades estatales, omitida en una lista de funciones de una universidad estatal incluida en la columna que comentamos. Entre las pginas ms bellas de la historia de nuestra Facultad de Medicina est su aporte a la creacin de otras Escuelas en otras Universidades. A nadie se le hubiera ocurrido la mezquindad de pensar que se estaba ayudando a una empresa rival. Es la diferencia entre un mercado educativo y un sistema educativo.La discusin conceptual acerca de que si las universidades son todas iguales y todas pblicas parece arribar tambin a corolarios muy prcticos: si todas son pblicas, todas deben tener igual acceso a los fondos fiscales. El argumento de que no se puede discriminar entre jvenes estudiantes, sea cual sea la universidad a que atiendan, es inobjetable. Pero por eso mismo se hace extremadamente tentador usar a esos jvenes para, amparados en una noble causa, conseguir aquellos dineros fiscales. Una competencia que sin duda el nuevo ministro de Educacin ha de tener es la de reconocer cundo se le est hablando de negocios aunque aparentemente se le est hablando de otra cosa. Distinguir la magnanimidad de los intereses es una labor importante de la poltica (smese adems que no todos los negocios son comerciales, tambin los hay polticos).Parece conveniente asumir una pregunta que, desde 1981 en adelante, la legislacin ha desdibujado con ribetes que podran ser hasta humorsticos si no fueran trgicos: Qu es una universidad? Restableciendo claridad en ese punto, y sin afanes prescriptivos, al nuevo ministro se le podra hacer una sugerencia imaginativa: volvamos a tener universidades pblicas. La generalidad de los pases no slo las tienen, Chile tambin las tuvo, sino que las ha utilizado como herramientas fundamentales en su desarrollo cultural, poltico y econmico. En estos das, donde un nuevo gobierno se asienta y donde la nueva mandataria ha dicho, en pleno inicio de su mandato, s lo que ofrece la educacin pblica, soy hija de la educacin pblica y mi compromiso es que todos tengamos esas oportunidades, pues, en estos das, deca, ser crecientemente importante poder distinguir cules son realmente las universidades pblicas, cules son sus imitaciones ms logradas y cules definitivamente trafican sus intereses privados en la mscara de lo pblico.

Martes 25 de marzo de 2014CONVERSANDO SOBRE POLTICAS SOCIALESBlog de Claudia Sanhueza, economista. Profesora e investigadora del Instituto de Polticas Pblicas de la Universidad Diego Portales, desde 2011. Es ingeniero comercial de la Universidad de Chile (1999) y PhD en Economa de la Universidad de Cambridge, Reino Unido (2008).

Qu es lo pblico y cmo se financia?

En el sentido jurdico es bastante simple. Un bien es pblico si es provisto por el Estado a cualquier nivel: central, municipal, etc. Es decir, las nicas universidades pblicas, en este sentido, son las que el Estado es dueo.Corolario 1: En el sentido jurdico, las universidades pblicas son las estatales, ya que son propiedad del Estado.Por otra parte, desde un punto de vista econmico se necesitan dos caractersticas bastante especficas para que un bien sea pblico:1. No rival: el que alguien consuma ese bien no impide que otro lo consuma.2. No excluyente: no se puede excluir a alguien de su consumo, ya sea por razones fsicas o econmicas.Ejemplo: la plaza tradicional (sin rejas). Disfrutar una plaza no impide que otro disfrute de la misma, y no es tcnicamente factible cobrar por su uso, por eso uno no ve a un funcionario municipal cobrando por usarla. Habra que cerrarla con rejas y transformarla en un parque, y ya no sera una plaza. En cambio, si me como un helado, impido que otro se coma el mismo producto, y claramente se puede cobrar por el helado.En esta definicin econmica, no importa de quien es la propiedad: podra un bien pblico ser de propiedad privada (no estatal) y an as ser un bien pblico.Solamente necesitamos que no sea posible excluir a nadie y sea disfrutable por todos. Por ejemplo, el conocimiento que yo trasmito desde este blog lo produzco yo (es de propiedad privada),pero no puedocobrar por lector, y es tambin cierto que el hecho de queuno de ustedes lo lea no excluye a otro de leerlo. El conocimiento ac trasmitido es un bien pblico.Bajo este sentido econmico, la educacin universitaria estatal en Chile hoy no es un bien pblico. No solamente tiene precio -lo que la hace excluyente en trminos econmicos-, sino que es selectiva, lo que hace que haya rivalidad en el sentido fsico. Es ms, an si la universidad estatal fuera gratuita, si es de acceso selectivo, no es un bien pblico en el sentido econmico. Por ejemplo, en Finlandia y Cuba todas las universidades son pblicas (del Estado) y gratuitas, pero son selectivas, por lo tanto no son un bien pblico econmicamente hablando. Ms an, podra existir un sistema en el cual la provisin de educacin universitaria est disponible para todo el que quiera (acceso universal y gratuito) y no todo ser estatal, en cuyo caso se transforma en un bien pblico.Corolario 2:An si todas las universidades son pblicas o de propiedad del Estado, el sistema universitario podra no funcionar como un bien pblico en el sentido econmico. Y viceversa, an si todas las universidades fueran privadas, el sistema universitariopodra funcionar como un bien pblico en el sentido econmico. Basta que sea de acceso universal (no selectivo) y gratuito.Por otra parte, los bienes que producen las universidades, entre ellos el conocimiento, podran eventualmente ser un bien pblico. Los profesionales tienen un conocimiento del cual ellos pueden beneficiarse privadamente (rival y excluyente), pero ese conocimiento tambin beneficia al resto de la sociedad (en alguna proporcin es un bien pblico). Esto ltimo, los economistas lo llamamos las externalidades positivas de la educacin.Corolario 3: Todas las universidades, pblicas y privadas pueden eventualmente producir bienes pblicos y tambin bienes privados.En trminos econmicos, lo que es eficiente que el Estado financie son bienes pblicos, esos que no tienen rivalidad y no son excluyentes, no importando la propiedad. Se financia creacin de conocimiento, investigacin, desarrollo, entre otros. Por ejemplo, muchos de los avances de la ciencia (que se producen en la universidad), cumplen las caractersticas de bien pblico. Si pensamos que todo lo que produce una universidad son bienes pblicos, podramos decir que es eficiente que el Estado financie todo el quehacer universitario. Eso pasa en Finlandia o Noruega, en donde las universidades se entienden como centros de investigacin creadores y trasmisores de conocimiento- que adems hacen docencia. En otros pases se cree que los profesionales se apropian en forma privada (rival y excluyente) de los beneficios de pasar por la universidad, lo que implica cobrarles algo. Ese algo que se cobra no es para financiar todo lo que produce una universidad, sino solamente lo que es atribuible a ese beneficio individual. Por otra parte, se intenta, con becas y crditos, hacer que el acceso no sea excluyente en el sentido econmico, aunque en muchos pases an es excluyente (rival) en sentido fsico (hay seleccin).Corolario 4: es eficiente econmicamente que el Estado financie los bienes pblicos que produce la universidad, independiente de quien los produzca.Ahora bien, actualmente en Chile las universidades entienden que lo que hacen es producir ttulos profesionales (bienes de apropiacin individual), y por lo tanto se estn financiando con aranceles, no con financiamiento del Estado. Algunas de ellas producen bienes pblicos, como investigacin, los que tambin se financian con aranceles. Por eso los aranceles son tan altos, ya que financian ttulos (bienes privados) que en teora son rentables, y bienes pblicos. A su vez, las universidades pblicas (de propiedad estatal) y algunas privadas (del Cruch) reciben financiamiento pblico directamente, pero insuficiente para financiar todos los bienes pblicos que producen. En el Grfico 1 se muestra la distribucin de los ingresos de las actuales universidades del sistema chileno. La Universidad de Chile (pblica) y Universidad Catlica (privada), ambas tienen el mayor financiamiento pblico directo (aporte basal). El resto de las universidades tambin producen bienes pblicos, pero en menor medida. Y de lo que todas ellas estn muy preocupadas de hacer, es de producir ttulos.En definitiva, siguiendo estas definiciones. Las nicas universidades pblicas en el sentido jurdico- son las de propiedad estatal. An as, no son un bien pblico en el sentido econmico, ya que cobran y son selectivas. Todas las universidades pblicas y privadas pueden producir bienes pblicos, que es eficiente que sean financiados por el Estado.Entonces, bajo este marco conceptual el de los bienes pblicos-, lo que importa para establecer qu debe financiar el Estado, es identificar que parte del quehacer universitario es o no un bien pblico y bajo qu condiciones debe ser provisto. Si todo el quehacer universitario es un bien pblico, todo puede ser financiado por el Estado y ser beneficioso socialmente. En este momento, en nuestro pas hay universidades pblicas y privadas que estn produciendo diferentes niveles de bienes pblicos, pero todas estn produciendo muchos bienes que se entienden como privados (ttulos universitarios, algunas incluso lucro) y en su mayor parte estn siendo financiadas con aranceles. Por lo tanto, ni las universidades pblicas ni las privadas se estn entendiendo como bienes pblicos. Adicionalmente, el financiamiento estatal es insuficiente para financiar los bienes pblicos que stas podran estar produciendo.Ahora bien, el programa de la presidenta Michelle Bachelet nos habla en una nueva frecuencia, diferente a la de bienes pblicos. Propone entender la educacin superior como un derecho social y no como un bien de consumo. Por derecho social se entiende una parte del bienestar individual que no es responsabilidad individual, sino social. Cada persona aporta segn su capacidad contributiva, o sea, la educacin se financia con impuestos, no con aranceles : gratuidad para todos. Como cada ciudadano tiene derecho, eso implica que el mercado (como criterio de distribucin) debe ser limitado y eventualmente excluido (El Otro Modelo, Atria et al, 2013).

Corolario 5: que la educacin superior sea un derecho social y no un bien de consumo, implica gratuidad para todos.Importa la propiedad para que la educacin sea un derecho social? Estrictamente no, no es exigible la propiedad estatal (El Otro Modelo, Atria et al, 2013). Sin embargo, si la educacin es un derecho social y no se tranza en el mercado como un bien de consumo, no tiene sentido la existencia de instituciones con fines de lucro, es ms se debe exigir que no lucren y se puede exigir aun ms caractersticas para ellas, como que el gobierno interno sea independiente del mercado y del Estado (en manos de los acadmicos), por ejemplo. Y si la educacin es un derecho social, puede ser selectiva? Si, puede ser selectiva. Sin embargo, los mecanismos de admisin deben ser nicos y determinados socialmente; no deben ser mecanismos de admisin unilaterales.Ahora bien, si bajo el marco conceptual de los bienes pblicos la propiedad no importa, y bajo el marco conceptual de los derechos sociales la propiedad tampoco importa Cmo se justifica la existencia de instituciones de propiedad del Estado? La respuesta ms probable es que las universidades pblicas (de propiedad estatal) deben producir bienes pblicos que no producen el resto de las universidades y estar sujetas a otro marco jurdico (de hecho lo estn por la Contralora). Por ejemplo, deben tener presencia nacional y podran responder a un proyecto de desarrollo regional de largo plazo, entre otras que podemos identificar.Corolario 6:es eficiente que el Estado financie especialmente a sus universidades pblicas si stas deben cumplir funciones especiales solamente atribuibles a la propiedad del Estado.Lo ltimo que hay que sealar es que hay instituciones universitarias, todas las pblicas y algunas privadas (por ejemplo, tradicionales y algunas nuevas privadas), que deberan (podran querer) organizarse en torno a un sentido pblico paradigmtico: ser espacios independientes, de reflexin crtica, con financiamiento desvinculado del mercado, cuyo gobierno interno es independiente del mercado y del Estado -generalmente en manos de los acadmicos-, que producen docencia que est internamente vinculada a la investigacin, producen conocimiento sin agendas particulares y forman productores de conocimiento con pensamiento crtico (Atria y Sanhueza, 2013).Corolario 7: hay un sentido pblico paradigmtico que no depende de la propiedad, sino de la forma de organizacin de las universidades.En resumen, el cmo se financian las universidades para asegurarnos que exista la educacin superior como derecho social, se financien bienes pblicos, se rescate el sentido pblico paradigmtico de la educacin superior, y junto a eso se fortalezca la educacin pblica (de propiedad estatal), se deben distinguir los tipos de financiamiento. En la Tabla 1 se presenta una propuesta:Tabla 1: Cmo se financia?FuncionesAcceden a Financiamiento EstatalFormato

DocenciaTodas (en un marco normativo mnimo que exija al menos no lucro, calidad y reglas de acceso pblicas)Aporte a la Docencia

Bienes Pblicos (investigacin)Todas (en un marco normativo mnimo que exija al menos no lucro, calidad y reglas de acceso pblicas)Conicyt

Bienes pblicos estatalesUniversidades pblicas (de propiedad estatal)Basal: nuevo trato

Sentido pblico paradigmticoUniversidades pblicas y privadas con sentido pblico (en un marco normativo que defina claramente lo paradigmtico)Basal: sentido pblico

Esto implica un nuevo marco legal que permita el correcto funcionamiento de todas las instituciones de educacin superior(como bien dijo el Ministro Eyzaguirre, devuelva la fe pblica en el sistema universitario ) y que defina correctamente quien es quien en el sistema: universidades docentes, pblicas, de sentido pblico, y el resto. Junto con eso un ajuste sistemtico de los aranceles de todas las universidades para llegar a niveles razonables en el contexto internacional- para luego transitar a la gratuidad al 70% y universal en 6 aos, un financiamiento institucional paraaquellas que se definan de sentido pblico y adicional para las universidades pblicas de propiedad estatal y un aumento de financiamiento pblico a la produccin de bienes pblicos.Todo requiere de un aumento de gasto pblico en educacin superior, ya que recordemos que cerca del 80% del gasto en ese mbito es actualmente gasto privado (ver grfico 2).

27 de marzo de 2014Ms all de Mayol vs. Pea: Precisiones sobre la universidad y la esfera pblicaJavier Couso y Alfredo Joignant. Acadmicos de la Universidad Diego PortalesUno de los rasgos desafortunados del debate pblico nacional es la tendencia a personalizar las disputas, lo que suele distraer de los puntos en controversia. Este parece ser el caso en relacin a la columna que Alberto Mayol dirigi contra Carlos Pea en das recientes. En lo que sigue, y en el nimo de contribuir al debate sustantivo sobre el importante tema que aborda Mayol, quisiramos llamar la atencin sobre algunos errores de hecho y comentar crticamente algunos puntos planteados por el autor de la mencionada columna.a) En relacin a la colonizacin del espacio pblico por parte del poderoso subsistema econmico nacional, no podemos estar ms de acuerdo con Mayol: en Chile ello ocurre en el mbito de la prensa establecida, en la televisin y en muchas universidades, entre otros espacios. El problema es que este no es el caso de la Universidad Diego Portales, al menos desde que (hace una dcada) un masivo movimiento de acadmicos y estudiantes forzaron la salida del ex ministro Francisco Javier Cuadra de la rectora de la misma, lo que redund en la seguridad de que no hay grupos econmicos que controlen a la UDP para extraer rentas. Ello ha permitido a esta universidad crecer sustancialmente en jornadas acadmicas, en becas a sus alumnos, en oportunidades de perfeccionamiento en el extranjero de sus acadmicos y en el desarrollo de iniciativas de investigacin y extensin (como las que lleva a cabo la Biblioteca Nicanor Parra), as como en una importante poltica editorial. En este sentido, la UDP no es diferente de lo que Mayol denomina las antiguas universidades privadas (como, por ejemplo, la Universidad de Concepcin), promoviendo debates pblicos y reproduciendo la heterogeneidad de visiones e intereses que habitan en Chile.b) En otro pasaje de su columna, Mayol insina que, a diferencia de lo que ocurre con la universidad en la que trabaja, en la UDP los acadmicos no estaramos en condiciones de discrepar pblicamente del rector Pea (Como un simple acadmico de la Universidad de Santiago discrepo en esta discusin con mi jefe mximo, el rector Juan Manuel Zolezzi. Y, sin embargo, en este tipo de institucin la autonoma es total y no hay ninguna posibilidad de purgas o acciones en mi contra por el mero hecho de disentir con mi jefe). Mayol se equivoca en contrastar tajantemente el escenario plural y tolerante que describe en su universidad con el que prevalece en la nuestra, el que a decir verdad es bastante parecido al de su institucin.Los firmantes hemos discrepado pblicamente en diversas materias con Carlos Pea y nunca hemos sido objeto de acoso alguno. En efecto, una de las cosas que desde la salida de Francisco Javier Cuadra de la UDP ocurrieron en nuestra universidad fue la institucionalizacin de una carrera acadmica y sistema de evaluacin que asegura autonoma discursiva a sus acadmicos, lo cual en aos recientes se ha reforzado con la organizacin de una Asociacin de Acadmicos (no impulsada por la rectora) que vela precisamente por que la libertad de ctedra y de opinin de los acadmicos sea completa.c) Mayol seala adems que toda referencia al espacio pblico y a la posibilidad de que l opere bajo condiciones democrticas, supone una distribucin de poder equitativa entre los miembros de la sociedad Normalmente esto se traduce en esa poltica pura y simple que supone que la comunidad misma participe activamente en el gobierno de la universidad y que, por ejemplo, los profesores elijan al rector. Al respecto, hacemos notar que, aunque esta poltica aparece como razonable para muchos, no es algo que internacionalmente sea normal. De hecho, en universidades como Oxford, California-Berkeley, Toronto y Utrecht (por nombrar algunas instituciones acadmicas estatales de nivel mundial y caracterizadas por una libertad acadmica completa), los rectores son elegidos por los directorios de las mismas luego de procesos nacionales e internacionales de bsqueda. Por supuesto, no sera necesariamente negativo que los profesores eligieran al rector en las mencionadas instituciones (o en la UDP), pero el punto es que ello no es algo indispensable para hacer universidad a cabalidad.d) Por ltimo, y en relacin a la tesis que Mayol sugiere, en el sentido que solamente lo estatal puede ser genuinamente pblico, ello nos parece equivocado, lo que queda de manifiesto cuando se advierte que entidades jurdicamente estatales (comoTVNo BancoEstado) no se diferencian demasiado de entidades privadas de sus respectivos rubros por el hecho de ser de propiedad estatal. Mientras que, en otras latitudes, iniciativas como la Public Broadcasting System (PBS) son de hecho pblicas, aunque no estatales.Finalmente, as como compartimos con Mayol su rechazo a la colonizacin de la esfera pblica chilena por parte del subsistema econmico, tambin concordamos en que Carlos Pea no debi haber calificado de tontera la idea de que lo pblico equivale a lo estatal, ya que este es un juicio innecesariamente ofensivo para quienes adhieren a dicha tesis.Para terminar, insistimos en que no nos interesa que el importante debate planteado devenga en una descalificacin del interlocutor, sino centrarnos en los puntos capitales en deliberacin. Puesto en otras palabras, y como lo ha planteado Agustn Squella, es necesario poner ms atencin en el juego que en los jugadores. Estamos convencidos de que, si hacemos eso ms a menudo, nuestra empobrecida esfera pblica mejorar sensiblemente.

28 de marzo de 2014Presidente de las universidades estatales responde a los crticos de la reforma educativaAldo Valle: El sistema educativo responde a la ortodoxia neoliberal se requiere de cambios estructuralesEl presidente del Consorcio de Universidades Estatales, Cuech, defiende el trato preferente anunciado por el ministro de Educacin, Nicols Eyzaguirre, para los planteles del Estado. Dice que son los nicos que aseguran la independencia de lo pblico, y que no tienen conflictos de inters por adherir a determinadas ortodoxias o a confesiones. Sus palabras responden al rector de la Universidad Catlica, que aleg desconfianza por la actitud asumida por las universidades del Estado.

Esta semana estall la polmica por donde ir a parar el financiamiento pblico en educacin superior. Las universidades privadas tradicionales, como la Universidad Catlica, dijeron sentirse desconfiadas luego que el Consorcio de Universidades Estatales le entregara un documento al ministro de Educacin, Nicols Eyzaguirre, pidiendo un trato preferente para las universidades pblicas, y que el secretario de Estado respaldara ese planteamiento.La comunidad nacional tiene que saber lo que est ocurriendo y tiene que saber que nosotros no solamente estamos defendiendo a nuestras comunidades, lo que nosotros estamos defendiendo es el aporte de instituciones que son de gran calidad, que tienen el 50% de la educacin del pas en postgrados, que representan ms del 50% de la investigacin por pas y la transferencia tecnolgica, para que tengan el desarrollo y el respeto que se merecen, dijo en un comunicado pblico el rector de la UC, Ignacio Snchez representante del grupo de los G9, que agrupa a las nueve universidades privadas del Consejo de Rectores, que acus molestia por el documento que esta semana le entregaron los planteles estatales al ministro Eyzaguirre.Qu es lo pblico? Aldo Valle plantea que slo las universidades del Estado aseguran independencia, y dice que el Estado debe privilegiar a sus universidades, porque en los ltimos aos han sido maltratadas fruto de una ortodoxia neoliberal que avanza a la privatizacin del sistema. Llama, adems, a confiar en el gobierno entrante y seala que el movimiento estudiantil debiera sentarse a conversar con Eyzaguirre sin suspicacias.- Rector, el ministro Eyzaguirre dio algunas luces sobre cmo implementar la reforma educacional. Dijo que se mantendr el sistema de vouchers, pero que a la vez se complementar con un trato preferencial a las universidades del Estado, mediante convenios por desempeo para investigacin. Qu le parece ese diseo?-Me parece que en la pregunta est referido parcialmente lo que se debe hacer en materia de financiamiento en educacin superior, puesto que se requiere financiar la docencia de pregrado, y por otra parte, la investigacin. Respecto del financiamiento de la docencia, me parece que debe ser aporte a las instituciones y que debe distinguirse entre las instituciones, porque no se pueden confundir los propsitos y misiones que tienen las distintas universidades en Chile. Hay 60 en total. No creo que pueda haber gratuidad para todas las instituciones, porque varias de ellas no dan suficientes garantas respecto de la calidad y la prohibicin de lucro.Y luego, respecto del financiamiento de la investigacin, el Estado desde luego debe apoyar a las universidades que tiene y que han demostrado capacidades en investigacin, porque Chile necesita desarrollar la ciencia y la innovacin tecnolgica, y es un pas que presenta ndices ms bien bajos para el desarrollo de las ciencias. De modo que el diseo me parece que est bien encaminado, pero todava no est acabado. Ahora, eso no es responsabilidad slo del ministro Eyzaguirre, porque se trata de una enorme transformacin.- Son slo las universidades del Estado las encargadas de hacer las investigaciones relevantes para el pas?-Existen mbitos de la investigacin donde es imprescindible que el Estado cuente con universidades que garanticen independencia, desde el punto de vista poltico, religioso e ideolgico, y que en ltima instancia no dependen de la voluntad de un particular o de una institucin particular. Aun cuando esa corporacin de orden privado adhiera por opcin a un sentido pblico. Porque finalmente las universidades pblicas son aquellas que no tienen conflictos de inters por adherir a determinadas ortodoxias o a determinadas confesiones.- Se ha dicho que las reformas anunciadas por Eyzaguirre van a volver a darles la importancia que tenan a las instituciones educativas del Estado antes de la dictadura, coincide?-Creo que el Estado de Chile tiene una relacin absolutamente anormal con sus universidades. Y esto responde a que por motivos ideolgicos hace varias dcadas las polticas pblicas se han fundado en el dogma de que el Estado debe intervenir lo menos posible en la vida de las personas y que, por lo mismo, no debe haber instituciones pblicas, no slo en educacin, sino tambin en salud y previsin social, porque ojal todo est administrado de manera privada. No slo en educacin superior, sino que en todos los niveles, se ha reducido al Estado, y el Estado ha llegado a relacionarse con sus universidades igual que lo hace con otros oferentes privados, porque se cree firmemente en que el Estado debe relacionarse de la misma manera, a efectos de que los entes pblicos queden reducidos a lo mnimo.- El rector de la Universidad Catlica, Ignacio Snchez, argumenta que las llamadas privadas con sentido pblico realizan ms del 50% de la investigacin en Chile, y dice que ellos se sienten molestos, con una profunda desazn y con falta de confianza. Cmo interpreta esas palabras?-Creo que esas palabras responden a un estado de nimo que, a mi juicio, no se justifica, porque no hay ningn motivo para expresar esa desconfianza, esa suspicacia mayor. Porque de las palabras del ministro Eyzaguirre no se desprende que las universidades que representa el rector Snchez estn amenazadas, ni por un tema de financiamiento pblico, ni en nada de lo que actualmente hacen. Hay un exceso de desconfianza, no tienen por qu sentirse amenazados, creo que el pas valora el aporte de estas instituciones. Nadie puede desconocer que son universidades que hacen, han hecho, y harn un gran aporte al pas. Y sera algo muy malo si alguien quiere desconocer ese aporte. Yo llamo a la tranquilidad y a la confianza. No hay nada que amenace a las universidades tradicionales del Cruch.- Pero el ministro Eyzaguirre ha planteado un trato preferente con los planteles estatales, no con los privados tradicionales-El ministro ha dicho que el nfasis va a estar en que las universidades del Estado recuperen el trato y la relacin que originalmente hubo entre el Estado y sus instituciones y, en consecuencia, hay una reivindicacin para reparar un dao que se les ha hecho a los planteles del Estado. Usted comprender que no es ecunime que el Estado trat de la misma manera, y a veces de peor manera, a sus universidades.- Rector, pero eso significa que las nueve privadas tradicionales del Cruch ya no van a gozar de la preferencia, sino que est se va a centrar en las 16 universidades estatales. Hay un cambio ah-Entiendo que lo que dice el ministro es que se debe atender a una relacin de cercana con las universidades del Estado, entre otras razones, porque estas responden finalmente a los intereses del Estado. Las otras pueden tener una opcin para coadyuvar a la poltica pblica, pero el Estado nunca tendr la capacidad ni la prerrogativa para encomendarles ciertos objetivos, eso es as, y es lo que explica el carcter privado de esas instituciones. Un sistema de provisin educacional mixta existe en la medida que en l concurren universidades pblicas y estatales y, por otro lado, universidades privadas. Debe haber entre ellas diferencias cualitativas. Esta es, para las universidades del Estado hay un mandante, que es el Estado. Y con las privadas, el Estado no puede comportarse como mandante, porque, de ser as, todas seran pblicas. Si lo que se quiere es que el Estado siga maltratando a las universidades que le pertenecen, entonces sin duda hay una diferencia, y las estatales vamos a defender que esto no siga ocurriendo.- Cmo estn las relaciones con el actual movimiento estudiantil?-Tuvimos una reunin con representantes de distintas federaciones, a m me pareci que fue una reunin muy positiva en el sentido que pusimos sobre la mesa varios temas de inters comn y tenemos el propsito de trabajar en esos temas de inters comn porque nos interesa escuchar a los estudiantes, y creemos que ocurre lo mismo por parte de ellos. Hay una buena relacin, entendiendo que tenemos roles distintos, pero que nos merecemos un respeto recproco. Los rectores respetamos la autonoma del movimiento estudiantil, y ellos deben entender que los rectores representamos a comunidades plurales y que debemos preservar y hacer todo lo que est a nuestro alcance para que nuestras instituciones sigan funcionando.- Se ha dicho que los actuales dirigentes estn ms radicalizados, coincide con ese diagnstico?-No, creo que el actual movimiento estudiantil tiene unos objetivos mucho ms claros y definidos. Que el movimiento manifieste su autonoma respecto del gobierno, o respecto de otros actores sociales, no constituye un sntoma de radicalizacin. Me parece que el movimiento debe hacer un esfuerzo para alcanzar la mayor sintona con la ciudadana. Los cambios que el mismo movimiento persigue requieren de amplias mayoras ciudadanas y polticas, porque estos no se consiguen slo por vanguardias iluminadas, por ms habilidosas que estas puedan ser.- En la Nueva Mayora se ha generado todo un debate por las palabras del presidente del PPD, quien dijo que se iba a usar una retroexcavadora para sacar las races del modelo neoliberal en educacin, concuerda con esa intencin?-Creo que todas las personas usan a veces expresiones que pueden resultar exageradas, y me parece a m que si con ello se quiere decir que Chile necesita de cambios estructurales y cualitativos, en diversos mbitos de las relaciones sociales, creo que eso tiene mucho sentido. Creo que es razonable que alguien sostenga que se requieren cambios cualitativos en educacin, en materia tributaria y en el orden poltico institucional.- Hay una tensin al interior de la Nueva Mayora entre quienes apuestan por cambios estructurales al modelo educativo y quienes dicen que esos cambios deben ser ms graduales y respetando lo que se ha hecho en los ltimos 20 aos. Con cul de esos sectores usted est ms de acuerdo?-En mi condicin de rector, no tomo opciones partidarias ni polticas contingentes, porque no me corresponde.- Se lo pregunto de otra manera: los cambios en el sistema educativo deben ser moderados o estructurales?-Creo que los cambios en educacin deben ser estructurales, cualitativos, porque actualmente el sistema responde a una ortodoxia neoliberal que se manifiesta como una privatizacin creciente y como una mercantilizacin de la educacin, en el sentido que la educacin termina siendo uno de los sectores menos regulados. En Chile est ms regulado producir un salmn o pescar anchovetas en el litoral del norte, que instalar una universidad, matricular a miles de estudiantes y luego venderla. Y eso en cualquier lugar es una insensatez, y slo puede responder a un delirio y una ortodoxia ideolgica que se aleja de lo que quiere la sociedad chilena.- Cmo debiese enfrentar el gobierno el debate educacional, que, como nunca antes, es profundamente ideolgico y que se sustenta en las crticas de una sociedad que ha salido masivamente a las calles a manifestar su descontento?-El gobierno debe tener una primera disposicin de voluntad para ser parte de un dilogo, y de un debate pblico que debe hacerse en profundidad, con la mayor transparencia. Al gobierno le corresponde poner por delante siempre el bien comn. En ese sentido, me parece bien que se haya suspendido la tramitacin de los proyectos de ley que haba respecto de la superintendencia, de financiamiento, y de aseguramiento de la calidad, porque ellos no respondan a las demandas que tiene la sociedad chilena respecto de la educacin superior. Esa es una buena seal para asumir estos cambios, pensando en hacer reformas estructurales, y no meramente de maquillaje, porque eso sera un auto engao. El pas requiere urgentemente transformaciones.- Los estudiantes han dicho que tienen una legtima desconfianza respecto del gobierno. Qu pasa en el caso de los rectores, estn confiados o desconfiados?-Debemos disponernos, en primer lugar, con un nimo de contribucin al gobierno que se inicia, porque las respuestas y las soluciones que hay que buscar no son sencillas. Y no es bueno predisponerse desde las desconfianzas, desde las suspicacias. Creo que todos podemos entender que los jvenes tengan desconfianza, que desconfen del sistema poltico y que desconfen tambin de quienes han tomado decisiones durante las ltimas dcadas, y eso no es irracional. Pero me parece a m que al inicio de un gobierno no habra nada de malo en sentarse a conversar, en darle al otro la oportunidad de que demuestre su palabra comprometida, y puede haber siempre un tiempo razonable para formarse una conviccin en el sentido de si el otro est o no actuando con veracidad. Pensar que el otro a priori va a tener una conducta poco veraz, hace imposible la comunicacin.