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,4C-ráe rA¡.8 //t\ B {li I^ L w6) F rT-fAT F iZíÁ]' T KE 'p ESPUNA LA MONTAI\A SAGRADA DE LOS NIÑOS ffi 5U+F Y Junio 1928

Artículos Juan Antonio Dimas (abril 2007)

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Recopilación realizada por Felipe López López de 2 artículos de Juan Antonio Dimas: Espuña, la montaña sagrada de los niños (1928) y Espuña (1938)

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ESPUNA

LA MONTAI\A SAGRADA

DE LOS NIÑOS

ffi5U+F

Y Junio 1928

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Al observar año tras año las magnificas enseñanzas del escultismo, y llegado €lmomento de la celebración de dos grandes efemérides; la primera, el CENTENARIO dela Isla de BROWNSEA como campamento expeimental Scout! y la Segurda, elNOVENTA anive¡sa¡io de la ñrndación de los Campamentos Scouts en Siera Espuña,y con motivo de estas efemé¡ides celeb¡amos también el día unive¡sal de nugstro patrónSAN JORGE er esta Sagada Montaña de Espuñ4 cuna de los campamentos de España,uno de los ma5 completos y mejorcs del Mundo aomo Escuela y Cáte&a delEscultismo.

. Al subi¡ una vez más al ingente Morón d€ la Sierra con sus g¡andes dscos, porotambién co¡onada con el hermoso Toneón de los Exploradores, en cuyos muros estánfijadas las lápidas d€ taútos e[trañables recuerdos y hechos de los exploradores quefueron antes que nosotros, los que marcharon por la.s rutas etemas, los que observa[nuestros c ompo¡tamientos y d esean q ue n o abandoogmos e sta gran O BRA d e I a queellos fo¡ma¡on también parte muy import¿nte.

Es mi deseo que en nuest¡as o¡aciones y plega¡ias peú¡madas con los ricosa¡omas de la montañ4 formando volutas de amo¡, asciendan más allá de1 horizontei¡fnito, llevando nu€strc recue¡do, nuest¡o amo¡ y nuestro agradecimiento a todos losexplomdores que nos precedieron, y que por ellos, como sus descendientes, estamosaquí formando pa¡te de esta IINrVERSAL FAMILIA SCOIJT.

Os hago entrega de dos artículos de D. Juan Antonio Dimas que se publicaron enel '?eriódico Espuña ' Órgano de los Campamentos; el primero dei día 13 de;unio Oe1928, y el segundo de ggosto de 1938 (en plena guena civil) y que son parte de su libroESCULTISMO ESPAÑOL ESPUÑA,

Os deseo a todos un feliz San Jorge, y con mi fratemal afecto tgngáis buenacaza. Que Dios os bendiga.

Estimados Scouts:

AbRIL 2007

Fdo: Scouter Felipe López

Felipe López LópezP6@ de la Cs rFió4 59 - lo B30880 AGUILAS rvtúcia Bpa¡a

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, ESCULTISMO ESPAÑOL BSPUÑA

Si alguna v€z se hiciesen copias de este übro,impresas o manuscdt¿s, deseo que es todasE a¡ezca €sta dedicatoria.

J.A.D.

A FERNANDO MOLINA NÑIROLA., B)(PI,oRADOR DEESPAÑ¡5 MAESTESCAUT INSI'PERABLE EN LA LEAI,TAD,EL MAS CONSTANIE MANTENEDOR DEL ESCULTISMOPATRIO Y EL MAS HERóICO DEL CAMPAMENTO DEESPTÑA.

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ESPT]NALAMONTAÑA SAGRADADE LOS NIÑOS

(N" 89 de ESPUÑA. 15 Junio 1928)

IEL TEMPLO

Fue en 1917 cuando los exploradores, guiados po¡ don Isidoro de la Cierva,"descub¡ieron" la Siena de Espuña. Asombra considerar que esta montañ4i¡mediata a varias populosas ciudades (Murci4 Lorca, Totan4 Cartagen4Cieza....) y a una vía fénea que se extiende ¿nte su faltla; centro de actividad delos ingenieros forestales; dominio del Estado; madre de manantiales que provgende aguas al valle del Sangonera; salvagua¡dia de torenciales avenidas; rincóndelicioso para descanso y veraneo; depósito d€ nieve cuando aún no se fabricabahielo en la provincia, proüsta de sendas cuidadlsimas y de una excelenteca¡retera, fuese paraje, apenas conocido de algún cazador y totalmente igloradopor las poblaciones que üven en su tomo, a tal punto que, cuando hace onceafios, acometió quien esto escribe la empresa de llevar niños a aquél prime¡campamento, hubo de venc€¡ la resistencia de los padres temerosos ante lospeligros que imaginaban en [a sien4 para unos guarida de feroces alimañas;selva india o desiedo polax pa¡a otros. No será ma¡aülla esta igno.ancia, sitenéis en cuenta que muy famosas y modemas encíclopedias, sólo dedicarLcuato líneas para decir que "tuvo" pinares hoy desapar€cidos. La obra de Dios yde D. Ricardo Codomiu, por Dios y los ingeni€ros de montes eta conocida,

Pe¡o es más a¡ombroso que hayan transcurrido millares de años sin que lascivilizaciones establecidas €n gsta región española, codicia de tantas ¡azassuperio¡€s, h ayan t enido 1a i dea de acudir a la montaña en demaqda de s aludpam sus erLferrnos, de rgcr€o para su malicia" ni, meúos, de fuerza y vida parusus dños. Pasaron por aqü los griegos con su cultur4 los fenicios con susfactodas, los de Cartago con sus ilust¡es capitanes; Roma con su reciadominación creado¡a de genios y de naciones; el Islam con su bagaje dereñnamientos espirituales y agdcolas; y, antes, los hombres del norte, y luego la¡aza amasada al fin con tan va¡ios fermentos sobre la levadura lbédca; ysucediéndose los acontecimientos mas t¡a¡scendentales sob¡e el alma nacional.desdelaunidadpatriabastalasrevolucionespolíticas.Abajo,enelvalle,loshomb¡es luchaban, trabajaba¡r, sofiarcn a veces y ot¡as veces creaxon; vivieron ymurieron a tmvés de los altibajos históricos.

Ni una sola vez pensaron que €n la montaña t€nlan algo mas que riscosdonde esconderse o iá¡boles para talax; y llegarcn a olüdane de la montaña, sinque, para acuciar su memo¡ia con sü interés, bastas€ el ftago¡ de la$ torenteras,alimento de las inundaciones que les arrasaban las cosechas y los hogares, nisirvies€ de n ada e1€spanto de la t ube¡culosis c ebada en t antas vidasj óvenes,destruidasjunto al ¡emedio tan cercano.

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Fue en 1917 cuando los ExploÉdores de Españ4 conducidospo¡ un ¿llrlo¡ y rma voluntad "descub¡ie¡on" l¿ Sierra de Espuña" y ürmca comoentonces pudieron llamarse. "explondo¡es" con mayot justicia ni con masorgullo. Y la montafla, como la pdnc€sa encantada de los cuentos, se entregó asus liberadores y ñmdió su nombre y su alma con ellos que eran niños, y fue lamontaña sag¡ada de los niños, como novia adolescente que ofrece su diadema deflores, su manto de esmeralda, su caricia de brisas pgrfimadas, su ¡isa de fuentescantarinas, sus canciones de pájaros, su radiante mirada de sol, su nacaradapalidez de luna, el acogedor abrazo de sus fiondas y el beso casto de su cielo.

Montaña sa$ada es, porque es un templo. Templo con sus columnas defirstes cilíndricos, como las bizantioas; de fustes estriados, como la corintias; defustes reto¡cidos, como las góticas; de fi¡stes platercscos, como las salomónicastde fustes helicoidales, como las de Roma decadente, resucitadas po¡ clRenacimiento; millares de coluf¡nas, bosques de pinos, cada una con su capitelorlado de piñas, festoneado a veces por la hiedra; cada una con su bóveda, iuyacurva de encajes es el fecundo üenhe de la üda. Templo es la montaña por lamajestad de sus grandes laderas como naves; po¡ el misterio de

"us prodr.rdo.

ba¡¡ancos como criptas; por la audacia de sus gigantes cumbres semejantes acúpulas divinas. Templo es por la alfombÉ que la cubre, por el sonoroiilencioque la enwelve, por el inte¡so aroma que despide como incienso, por la Cruz,¡epetida en teo¡las incontables sobr€ sl remate de los troncos; por lJmúsica quees de flauta en los ruiseñores de sus hüertas y de oboe en el dulce mu¡mullo delos aüoyos, y voz sonora de órgano en las cascadas y en el t¡ueqo. Templo esporque se e scucha 1a p ererme oración de los s e¡es, yhayvocesdelos niños,ángeles que cantaq y un altar €rr cada ¡oca y bajo el dosel de cada fubol, y unalámpara inextinta en cada eshella de sus noches. Templo es, donde Dioi estámas cerca de nuestros co¡azotres, y, cua¡ldo varnos, resplandece en la hostia sinmácu14 má6 blanca y luminosa sobre el regio ve¡de veronés de la selva en quedoblamos la rodilla. ¡Montaña sagada de los niñosl

II

LOS SACERDOTES

En esta montaña, doce años han visto ya cómo se levanta un campamento.¡Ah, los campamentos de niños! ¿Cuando los üo nadie en España, antis de se¡hechos por exploradores? Glo¡ia del Escultismo es esta gloria de las blarcastiendas bajo los verdes árboles: amor y esperanza.

Vosotros, los viejos, recordiáis, sin duda" aquella inefable impresión querecibisteis, allá, en n¡eslra niñez, al hoje& grabados en boj, de lá guena-deCrime4 de la guena de Áftic4 de las exploraciones de tiüngstone y dá Stanley,ed' El Continente Teneb¡oso". Habia en las lárninas unas blancas tiendasagnrpadas, y, sobr€ la.s tieldas, banderitas, gallatdetes, flri¡nulas, y entreaquéllas, soldados de a¡racronicos rmiformes y cu¡vos sables y fusiles con largasbayonetas. Aquella otra tienda, a cu)," puerta, sentado sobre silla plegable, unhomb¡e de ¡obusto pecho descubierto y brazos arremangados y aitas botas decampo y albo salacof, fumaba su pip4 fiente al bosque, entre venatodos trofeos,y a su lado el rifle, os sugería visiones de viajes y aventuras. Todos soñábamos

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con tener üna tienda, muchas tiendas, y hacer, con ellas, minrisculas ciudadestransportables que levantarlamos o abatiríamos a nuestro antojo, dónde y cuandonos placiese, en lugares agrestes y frondosos, junto a un rlo, entre peñas ymatoralgs.

El encanto ds la casa de lona sugestionó siempre a los niños, po¡que es laposibilidad de tene¡ un juguete, como los homb¡es, y un palacio qt¡e obedece alimpulso constructivo y destructivo de la i¡fancia, gustosa de hacer las cosas porsi misma, o deshacerlas para ver lo que tienen dentro

Sacar a los niños de la aridez urbana y llevarlos al jugosoregazo de la naturaleza" y darles, para quejueguen, las casitas con que fomen suciudad infantil, es como satisfacer la más viva de sus ilusiones y dar pasto ¿ lacordialidad que desborda de su espíritu hacia todo lo que es su)¡o y obm suya. yrevesti¡ esa ciudad del "aire" romancesco que eN'r¡elve un cueoto de pe¡rau1t ode Kipüng, poniendola en el miste¡io del bosque, al peligro de la torme[ta, entreel cendal de la niebla, en la sol€dad de la montaña, bajo el tenue resplandornoctumo, a la vista del águila majestuosa y a la olda, tal vez.del silbo del briho ydel ulular inquietante de animales que pueden se¡ ¡aposos y parecen lobos, es,todo ello, hacer vivir a los niños en plena aventu¡a o en el seno de alguna exóticay maraüllosa historia.

En ese campamento, salpicado en la sag¡ada montaña como un bando d€blancas mariposas, ofician los sacerdotes del templo. Los sace¡dotes son losniños que hacen y deshacen con la profunda seriedad de sus almas absortas,porque nada hay mrás profi¡ndamentg serio que el juego de la niñez y el sueñoilusionado de la adolescenci a.

Este s ace¡docio t iene u na lituryia. Eú ellano faltanlos omamentos ni 1oscánticos, n i l as c erernonias n i l a s olemnidad d el rito n i I a m ajestad d el c ulto;pe¡o €s una litu¡gia viva, ruidosa, eufó¡ica, liturgia ext¡aña paÉ ta anquilosis y lasequedad espiritual de quien no sepa ser niño con los niños, Cue¡pos tostadospo¡ el sol, caras morcnas, bocas rasgadas por la ¡isa entre el ma¡fiI de la fuertedentadura; ojos de mirar alegre, cándido y franco como la inocencia; gritarcontinuo, carreras locas, subir y baja¡, t¡epar y repta¡; afanosos t¡abajos sinobjeto apa¡ente; chapuzones, saltos; brazos que esgdmen zapapicos; carilloscon sus, cuadrigas de muchachos; puentes fantásticos, de cuerdas; rojos yblancos bandednes; homos primitivos, cocinas hurieantes; pañuelos verdes,rojos, azules, amarillos, blancos; "totems" criptogáficos, bordones, tripodes,pe¡chas y nisticos asietrtos; vibrantes canciones en que palpita el nombre de laPatria y ponen su t¡émolo de pasión los acentos ftatemales; fi€stasdesconcertantes, como antítesis de solernnes paradas en que se hansmite a losroshos I a s everidad d e I os c oÍectos uniformes; s ones d e c uema y redoble d eatabales y clarines que rasgan el c¡istal de [a noche con su agudo lamento desilencio; despe¡tar indescriptible al beso del primer rayo de sol; apoteosist¡iunfales de las misas de campaña y d€l izar y arriar la bandera, entre el gigantesaludo de las ml¡.rsicas y de los hurras y los yíto¡es; desfiles gallardos; santa yalege libefad de una lib¡e disciplina intema; ruidosas expediciones, cuyoprincipio recuerda el guirigay el aleteo de las bandadas de pájaros al remontar elvuelo; lntima comulúón de gandes y chicos, en que jamás fueron el amor y laprotección por la ¡eyeria... litugia b¡ava, en verdad, lógica y absurd4 como ha

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de parecer al juicio profa¡o todo lo que, apartándose de la rutina, sea gxpresiónde los infinitos cambiantes y matices de la vida-

Son los saoerdotes de ella esos muchachos que saben endurece¡ sus cuerposy templa¡ su alma, a tal extremo llgvadas sus virtudes y su fuerza, que con igualfervo¡ contienden en el t¡abajo, baren su tiend4 ar¡opan a un pequeñuelo cont¡ael frío de la madrugada" se dan de volteretas para dive¡tiros y se arrojan a unprecipicio o prestan su sangre, para salvar la vida de un hermano, cuyo nombre,acaso, desconocen.

trI

LA ORACION

Donde hay templo y sacerdotes, la oración se prcducg tan espontánea comoel humo en el fuego y en la violeta el perñ¡me. Es la oración como esas bwbujasque vemos ascende¡ en las aguas claras de un lago, ¡quien sabe po¡ quéignorados seres producidas!, cristalinas esfems que, antes de romperse,descomponen en la policromía del iris, la luz blanca del sol y luego estallan yenüan al cielo sus modestas oftendas. Es la o¡ación como €se ascendsr continuod€ las moléculas del aire, en los dlas caliginosos, cua¡do [a tie¡ra caldeadamanda a las alturas los mensajes de su a¡diente corazón.

No es necesa¡io que la motrta.ña ni los niños oren, aunque es bueno que [ohagan. El gan libro de la nahüal€za y el alma de los niños son como un perenneoratorio de pagi¡as abierlas, donde las preces se reDuev¿m sin cesar, porquecontinuamente escapan hacia Dios, Todo latido vital es un acento reverente yuna expresión de reconocimiento, de g¡atitud, de caridad y de humild¿d: deamof, que la o¡ación no es otla cosa.

Y, así, €l juego de losniños que es felicidad, y sus canciones que son lamusical expresión de una intima armonía del eEríritu se¡gno y sus trabajos queson la tare4 pue¡il¡nsnte glave, de una necesidad biológica; y sus proyectos quetraducen una necesidad pslquica; y el deseado correr de los glóbulos rojos de susangre en el to¡rente circulatorio; y l¿ intensa übración de sus neuronas, y elintemo laboreo constante de sus glándulas, y el prcñ¡¡ldo y acompasado respirarcon que beben el oxígeno, y el place¡ voluptuoso con que bañal brazos y pies €nlos meandros y botan barquichuelos de cotteza en los despeñados arroyos; y eltriunfante gito de júbilo con que coronan los picachos vecinos de las nubes; y elrcposo y hasta el sueño, al amparo de la tienda, en la t¡anquila noche..,. todo esoración que brota de una humanidad futur4 en alabalrza a Aquel que no pudoclea¡ esta montaña con mejor destino sino éste de dfuse1a a los niños para ¡egaloy f€licidad, talvez con el designio de que aprendan a no convertirla en codicia ydisco¡dia cuando homb¡es.

Todo es allí de 1os niños qug no s€ estorban ni conocen lo mío y lo tuyo, nisaben de la trapace¡ía ni de la envidia ni del odio; y que mejor oración que estaviviente virginidad de sus corazones?.

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Todo es, tanbién, o¡ación en la montaña: la gasa voladora de laslibélulas, la seda pint¿da de las mariposas, los voladores ovillos de pluma de lospájaros, la audaz navegación aetea de águilas y milanos que atomillan susinfinitas espirales sobre el farallón gigante; la verde aparición de los reptilesinofensivos y perezosos amigos del calo¡ solar; 1a maravilla del reflejo metrálicoen.las co¡azas como joy¿s del coleoptero y en el vgstido a¡lequinesco de laavrspa-

Omción los aromas del pino ydelcefuo ydel enebro ydelromero y delespüego y de la rnadreselva. Oración el rumor solemne del viento en e1 bosque,la melodla parlera de álamos y chopos en las hondonadas, el cho¡ro de lasfuentes a I ¡ebotg de sus perlas en la taza de piedras, y la suave c ha¡la d e losriachuelos con las guijas; y la esquila de los ganados, el balido de los ¡ecentales,el laúa¡ lejano de los penos, el croa¡ de las nnas, el zumbido det cínife y elroce estridente de los élitros de la cigarra en el sopor de las siestas, y el agudochillar de golondrinas y aviones al hazar las quebradas estelas de su welo, y ellameúto de las alondras que se ciemer¡ muy altas, sobre el nido.

Y son o¡ación los peñascales desnudos, allá en la vecindad del cielo, y lashu€Ías ubéÍimas que fecundó el s udor del h ombre, I os viejos c ortijos dó losguardas, en cuyas chimeneas p¡ende su airón el humo jaras y lentiscos quernadosen el hogar; las masas de nubes que salvan las redondas cimas y se despeñan porlas lade¡as y se enredan en los rárboles; y las gotas de la lluü4 y el chasquido delas pifras. y las olorosas lagrimas de la resina.

Y así como en un t€mplo, las oraciones parccen concent¡arse ante el altar yal píe del tabemriculo, en este templo la multiforme oración de seres y cosas secondens4 durante los dias del campamento, en tomo a los niños, ante sustiendas de campaña y al pié de la bandera de la Patri4 luminoso guión de luz yfuego, que recoge la oftenda colectiva y la ofrece a Dios, bajo la majestad de lainmensa bóveda del cielo, plegando y desplegando, movida po¡ e1 aire, suglorioso stnbolo de recuerdos, ¡ealidad€s y esperanzas, como suptema sancióndel pasado y promesa de un porvenir de paz, en la soberaúa paz de la montaña.¡Montaña sagada de los niños!

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ESPUÑA 1938

Pa¡a habla¡ ahora de Espuña he de remitirme a mi lecto¡ ,-si es que algunotengo- a un afículo que, hace diez años -el 15 de Junio de 1928- fue publicadoen el numero 89 de aquella inmortal y aperiódica gaceta escultista, homónima dela montañ4 cuyo nacimienlo acaecido en Julio de 1917, abrió el ciclo de unavida singular y única en los anales del periodismo. De BSPUñA publicaci6n,habrá que hace¡ y hará alguien, alguna vez, lajusta loanza que merece; y por miparte os anticipo que sus colecciones, andando el tiempo, seÍín buscadasafanosamente y pagad¿s sin tasa como los raros ejemplares de filatelia yocupaxan puesto preeminente en las hemerotecas del Escultismo wúversal.

Pero no qüero ocuparme de aquel periódico, sino de la montaña en quenació: "Espuñ4 la montafra sag¡ada de los niños", que con este titulo esc¡ibí elarticülo a que os he rcmitido, el cual no fue pasatiempo de vaga lite¡ah¡ra, altesquise que fuera triple exposición de lo más hondo y esencial de nuestra obra.

Vosotros, los Exploradotes de España, que mantenéis en üda de maravilla yde milago la afimación de tuesha promesa, que es cono decir el cumpümientode \.r¡esko deber, tenéis contÉída la obligación de conoce¡ la historia de vuest¡oCampamento resional de Espuña. Seguro estoy de que vosotros, los de Murciamadre y fundador4 los de Águilas y los de Albó4 agnrpaciones de gloriosavete¡ania, y, con vosohos, los de Alicants que a vuesho ejemplo viven, hacéisjusticia y dais memoria a lo que ha sido vuestro Campamento. ¡Cómo sesumaxían aho¡a a ese recuerdo, si pudiemn, vuestros hermanos de Ca¡tagsna y deCieza y de Lorca y Albacete, y de Maddd y Molina, Iarqul, La Unión, Mula ySan Javier, nombres que podéis leer en sl bronce de luestla Medalla de Espuña.cuyo reveGo ho a. el escudo mu¡ciano de las siete co¡onas, el leon y loscastillos! Y aquellos otros de Alhama, Totana, Mazalróq Huesaa\ Zúagoza,Barcelona..., cuantos hayan vivido un solo día de tuesho Campamento.

Vosotos no podéis olvidar que alguno de vuest¡os hermanos o de vuestrosamigos, quizás también alguien de entre vosohos en la vida activa escultista,estuvieron p¡esent€s, como fundadores, en aquel día de Julio de hace veintidósaños, al1l, jrmto a la Fuent€ de Rubeos. Talvez muchos de vosot¡os sois hüos deaqu€llos exploradores y de aquellos homb¡€s que descubde¡on Espuña yb¡inda¡on La hermosura de aquella sagrada montaña a la juventud de quefomráis parte.

Y, desde entonces, el río de la constancia ha deslizado en su co¡¡ienteveintidós años de üda. ¿que vida ha sido esa? A poco que penséis en lo quevisteis po¡ vuestros p¡opios ojos o en 10 que podéis leer en el. ESptñA y enwesha propia Prensa regional, comptenderéis que la vida de ese Campamentoha sido, ante todo, para los anales del Escultismo mundial, un caso rlnico en laobservancia dg lo quepudiéramos llamar divisa o lema de los Explo¡adores españoles: ..Siempre

adelante", frase dignado España y de la laza. Ha sido, pues, una admirable

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demostración d€ constancia y tenacidad inteligente. En ningún país del mundo y,desde luego, en ningln luga¡ de España, ha sido oryanizado ninginCampamento pe¡iódico con la perseverancia ininte¡rumpida que este de la Sié¡¡ade Espuña- Si no hubie¡a ohos motivos, ya bastaxia éste, por sí solo, para amaresa obra l'¡.restla y mantener a todo tance, por westro propio honor, esegloriosísimo timbre de eflciencia escaut,

Pe¡o los motivos son muchos. El Campamento de Es?üña es algo más queür campamento. Veamos si puede ser encerrada en cuatrc pá¡rafos su gigantescat¡ascandencia.

I Motivos de lndole social: El Campamento es padre del Sanatorioantituberculoso. Vosot¡os, los Explondores, de Españ4 pusisteis la primerapiedra y coronasteis con la teja rlltima ese hogar de los enf€rmos. Entre uno yotro momento transcurriqon dos o más lustros; pero ni un solo afro dejasteis devisitarle para verle crecer como una blanca azucena de amor al prójimo entr€ laverde esperalza del pinar.

El Campanenúo ab¡ió a los niños ese esplendido regalo de las ColoniasEscolares. Po¡ él fue alll la pdmera Colonia; por él no han ce.sado en el bosquelas canciones y las ¡isas de los niños desde hace veinte años, por eliossacrificasteis muchas cosas y maatenéis vivo el sacrificio sin deseo ni e,speranzade reco[ocimiento.

E[ Campamento puso enh€ los sende¡os fo¡estales una ruta nueva, tan bellacomo la que más lo sea, tendida desde la cuna a la tumba del sol, como una cintade seda blanca sob¡e el terciopelo verdineg¡o de la selva" por donde el mundo hapodido conocer cómo se repueblan fuboles sobre las ¡ocas y almas. bajo laslonas de campaña.

El Campamento ha unido en haz fratemo a los hijos del rico y a los de1pobre, vestidos con la misma rop4 sentados a la misma mes4 dormidos sobre elmismo lecho de hie¡bas montañeras, bañados en la misma agu4 afanados en elmismo trubajo, a mantes de la m isma b ander4 a legres p or l os m ismos juegos,alimentados por el mismo ideal, valientes ante igual peligro, prendidos en lasmismas canciones y apiñados en el mismo abmzo.

rI Motivos escultistas: El Campamento, apafe el ejemplo de constancia quemencioné antes, ha oftecido al mundo escaut la no¡ma gene¡al de esta prácticaescultist4 apenas conocida antes en España; y bajo el soplo del entusiasmo, harcunído en esa montañ4 alrededor de la Fuente y en tomo del espolón de puntaBrav4 el mayor numero de Agrupaciones que mmca soñaron co¡wivir con sushermanas ni aprender a conoc€rce.

Por él la juventud de Exploradorcs anudó en Bspuña y desd€ allí tendiósobre la Península, los lazos de üa comprcnsión Aatemal y el fuerte vínculo dela amistad inolvi<lable.

Poré1 ya su ejemplo nacieron en todas las regiones otros c ampamentosanál ogos algunos ya famosos y admi¡ables y pudo decirse ha pocos años, que elEscultismo español en proporción a su efectivo, era en el mundo quien más ymejores campanentos organizaba y coqt¡astaba en ellos con mayo¡

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conocimiento de causa los sistemas y facilitaba mejor la orientación de prensa,Manuales y Cartillas.

III Motivos pedagópicos: Mejor que las T¡es Gracias, cuyas estatuas, segrines fama, levantó Speusippo en el jardín de PlatórL pudie¡a coloca¡se la delmismo Maest¡o en ese bosque de pinos sag¡ados, porque en é1, como siobedeciéramos a su inspiración, hemos escuchado todos, bajo el boscaje, lasvoces más autodzadas, las ensefranzas más rttiles, las disertaciones máselocuentes, 1os ¡elatos m¡ás amenos, las más bellas explicaciones. Yo no conozconingln ejemplo, como €ste, de templo, escu€la, ateneo y acad€mia -Cátedra, en¡esumetr- al aire lib¡e, entoe la luz meridional dsl cielo levantino, que me hayarecordado mejor la predicción evangélica, la paz y el magisterio militante, ni quehaya ofiecido una floración más copiosa y densa del ejercicio pedagógico en elseno mismo de la natu¡alez4 libre totalmente del tufo y la pedanteríamagishales; y, por lo mismo, bebidas por millaxes de muchachos con igualdeücia que el oxigeno d€l pinar, la üb¡ación del sol en su rayo blanco y lacaricia musical de las noches p¡€ndidas en el arpa de los pinos por la luna.

Y todo esto bien me¡€ce que, a havés de los siglos (ya que hemos nombradoa Platón) se pe¡petué simbólicament€ en aquella condición de su Academia,segln cuya cláusula fundacional más importante, la propiedad del jardín -aquíCampanento y bosque- habfa de ser para quien prosiguiera la tarca del Maesho.

Motivos setrtimentales: Son, a mi parecer, los que p¡oduc€n huella miá.shonda o¡r el corazón y en la memoria. Todos amamos nuestms obtas y nosresistimos a abandonarlas. Obras nuestas son, también, las de nuestros padrcs yen su amor nace el espíritu de continuidad y hadición. Nada mrás respetable nimas ¡espetado para el hombre que el fruto de su esfuerzo y las leyes de laherencia. Pues ahí, en ese bosque, están uno y otras, en el tronco do los pinos, enel agua de las fuentes, en las sendas y c arrete¡as que pisáis, en el eco de milvoces, mil veces repetido de baranco en ladera, en los edificios que levanta¡onpam vosohos, en el farallón ingente de aquel "I\4oÍód' rocoso cororiado porblancas pietlras de mfumol, y en el cielo silente, de azul y negra oscwidadbo¡dada con luces i¡mortales. Sobre todo eso, tan amado por nifios y hombres,está, como sembrada y flo¡ecida sismpre, la siembra de memo¡ias. Y sobrc estasüven, palpitantes y dolorosas, todas las de aquellos que rindieron sus vida¡después de haber vivido y amado el Campamento de Espuña. Sus rcmbrcs alllestán, esculpidos por el cincel en mrármoles; sus voces cruzan la selva y las oís, apoco que pongáis el conzCrt en ello, Y -¡he aqul el dolo¡ que sangra ar¡n ennu€stms almas!- si es cierto que Mariano Serrano, cumbre moral y espejo deboy-scouts, vive en su monumento abrazado a la bande¡a, y Rica¡do Codomíu,creador y apóstol del bosque, nos mira rcposadamente con sus ojos serenos depied¡a, como abuelito y ma€st¡o amado, cuyos lib¡os son gratos como cuentosde un hada forest4 también es verdad que pesa sob¡e todos nosotros el pago dedos deudas sag¡adas, incumpüdas ,€stoúadas por la demencia de los hombres,las má¡ apremiantes pot 1as justas si record¡áis conmigo aquellos nombres -Severo Montalvo Córdoba y Antonio Sánchez Bravo ante cuya grandeza deMaestrcscauts se¡án pocos, ahora y siempre, todos los homenajes que discurraruestm gatitud.

Tambien de g¡atitud hemos hablado algunas veces para alguien que vive,pero él mismo ha dicho -y me reñero al Fundador del Campanento, a west¡o

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I-obo Bla¡co -que nada puede servirle de reconpensa ni de alegrí4 como saber

)' .ner qo" tu obra sigue en la ruta de la vida, cumpliendo su misión dulce y

banquilamente.

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Yo pudiera alegar muchos motivos más que a todos nos obligan a malrte¡er

el Campamenlo de Espuña, hogar solariego del Escultismo del Levantg Tpañol'y ejemplo vivo del de toda Espafra. Solo quiero deciros que la Casa solariegaao

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-aUatttooa ju-a., porque en ella nacimos y hemos desenwelto todos los

afanes y cumplido 6doJ los fines de la vida; y porque tenerros el debel de

transmiírh hóruada y fuerte a quienes han de sucedemos. La vida, en síntesis,

no es más que eso: Cumplimiento del deber de honrar y amax a lo que ha sido

origen y parte de n¡est¡a propia vida.

El Escultismo levantino puede descub¡ir otros lugaxes, levantar sus tiendas

en bosques y playas, variar al infi¡ito los centros de interés y los reculsos

escultisias. Todo es lícito, conveniente y necesario. Pero, de igual suerte que, en

ocasiones, nos vamos a viajar y a conocer el mundo, y, satisfecha esta sed,

volvemos presurosos al calor y a la dulzura de nuestro hogar, los Exploradores

de esa región española han de amparar y ampara¡se ell su Campamento

solariego, Dorque es la obra de su vida la vida de su obra.

15 Junio 1938

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SAN JORGE

PATRÓN UNTVERSAL DE LOS EXPLORADORES

He aquí, aunque brevemente, algo de la Historia del Santo pat¡ono: Nació enCapadociq de familia ilustre y distinguida por su nobleza; sucalidad y distinción leprecisaron a seguir la profesión milita¡, en la que se distinguió por su valor einteligencia. No es ext¡año que con estas dot€s, ganara en breve tiempo la gracia dslEmperador Diocleciano que le hizo su MaesAe de Campo. Su valor, prudencia yexcelente conducta, sedujeron al Empetador de tal manera, que pensaba elevarle a unode los primeros cargos, cuando ernpezó a fraguarse aquella horrible persecución decristianos, que ha hecho célebre aquella opoca del periodo romano. San Jorge, vi€ndo sufin próximo, rcpartió enhe los pobres su cuantiosa fortun4 vendió sus muebles yvestidos y su producto lo repa¡tió entre los esclavos de su cas4 a quienes concedió lalibe¡tad. S€ presentó ¿l Emperador y le hüo ver la religión a que pertenecla, la cristian4y como consecuencia hubo de soportar honible martirio, pues el furor de Diocleciano,fue tan sin medid4 que más bien con signos que con palabras mandole salir de supresencia, ordenando fuese ligado de pies y manos y encerrado en eshecha prisión.Cuantas artes se pusieron en práctica, para loga¡ su apostasia fu€ron inútiles. Ni losruegos de la amistad, ni los terrores de arnenaza, ni la perspectiva del suplicioquebranta¡on su fi¡meza: el mismo Diocleciano le üsitó en la crárcel, agotando losmedios de persuasión. Pero nada bastó pa¡a conmover al Caballero de C¡isto.

Despreciado el orgulloso emperador, su fi¡ro¡ no reconoció ya llmites. Azotesque surcaban las cames y mollan los huesos del mártir, llamas abrasado¡as apücadas asus sangri€ntos costados, ru€das erizadas de puntas de acero que se clavaban en supecho, borcegules de hieÍo incandescetrte donde introduje¡on sus pies, y mil martiriosmás sufrió el santo. Final¡nente, fue decapitado en la misma fecha en que se celebra sufestividad" en el año 290. Su cuqpo se conserva en Pads, en la Iglesia de San Ge¡mán.

No solo los boy-scouts tienen po¡ pafiono a San Jorge, sino también varia.sórdenes militares y los ejércitos de algrmos palses. Enae aquellas merecen citaxse, laO¡den de San Jorge ñrndada en 1470 por el Emperador Federico IV, primer Archiduquede Austrí4 y otla en la Repribüca de Génova; en España, en el Reino de Amgóntambién se fundó hacia el año 1200 una orden que se llamó de los Caballercs de SanJorge. El ejército inglés tiene tambi€n a San Jorge por Paaono. Comú¡msnte se lerepresenta a caballo, amado de tod¿s amas, con una lanz4 en ademán de acom€ter aun dragóq siendo esto simbólico de cierto combate, que en el templo pagano sostuvocon los espíritus malignos. El diesho dibujante, €xplorado¡ diplomado, Mateo Seiquer,nos reproduce hoy en su bonito dibujo a nuosho Paaón, defendiendo de las acecharzasy peligros que tiende el enemigo a la juventud reprcsentada por el inocente corderillo,salvando y apartando al explomdor de la senda del mal,

Exploradores: que la sublime vida y muerte del glorioso confeso¡ brillericonstantement€ ante l'r.rest¡os ojos. ¡Que nuesho Pahón San Jorge os haga buenoscaballeros!

.te!¡pe Jópez JóPez .,?r¡guilds ( /lurcia)