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1 La alineación en las Asanas del yoga Asana 1: Tadasana la posición de la montaña Antes de comenzar la práctica de Asanas, uno debe entender la estructura del cuerpo y darse cuenta que por un mal manejo muscular, la columna está desalineada. Las asanas están ideadas para ayudar al cuerpo a ganar el máximo de movilidad en todas las articulaciones. Está es una de las particularidades del yoga. En la columna vertebral se debe crear espacio entre las articulaciones para otorgarle al cuerpo el control y equilibrio, no solamente en el sistema muscular sino en el sistema nervioso que se encuentra alojado a lo largo de toda la columna vertebral. Antes de comenzar a hacer las yoga-asanas uno también debe saber cómo está constituida la estructura ósea del cuerpo humano. La columna vertebral La columna vertebral está formada por siete vértebras cervicales, doce vértebras dorsales, cinco lumbares, cinco en la zona sacra y cuatro en la región coccígea. Vista desde atrás la columna tendría que formar una línea recta recorriendo el centro de la espalda. Pero en la mayoría de nosotros se producen ciertas desviaciones hacia la derecha o a la izquierda en varios puntos. Vista de perfil la columna tiene cuatro curvaturas naturales: una anterior en las siete cervicales, una posterior en las doce dorsales, una anterior en las cinco lumbares

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La alineación en las Asanas del yoga

Asana 1: Tadasana la posición de la montaña

Antes de comenzar la práctica de Asanas, uno debe entender la estructura del

cuerpo y darse cuenta que por un mal manejo muscular, la columna está

desalineada. Las asanas están ideadas para ayudar al cuerpo a ganar el máximo

de movilidad en todas las articulaciones. Está es una de las particularidades del

yoga. En la columna vertebral se debe crear espacio entre las articulaciones

para otorgarle al cuerpo el control y equilibrio, no solamente en el sistema

muscular sino en el sistema nervioso que se encuentra alojado a lo largo de toda

la columna vertebral. Antes de comenzar a hacer las yoga-asanas uno también

debe saber cómo está constituida la estructura ósea del cuerpo humano.

La columna vertebral

La columna vertebral está formada por siete

vértebras cervicales, doce vértebras

dorsales, cinco lumbares, cinco en la zona

sacra y cuatro en la región coccígea. Vista

desde atrás la columna tendría que formar

una línea recta recorriendo el centro de la

espalda. Pero en la mayoría de nosotros se

producen ciertas desviaciones hacia la

derecha o a la izquierda en varios puntos.

Vista de perfil la columna tiene cuatro

curvaturas naturales: una anterior en las

siete cervicales, una posterior en las doce

dorsales, una anterior en las cinco lumbares

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y una ligeramente posterior en la fusión de las vertebras del sacro con el coxis.

Con el transcurso del tiempo las curvaturas se hacen más pronunciadas

provocando disturbios en la columna vertebral y en los distintos órganos que la

misma soporta.

De todas estas vertebras las que menos movilidad tienen son las doce dorsales

por tener las costillas acopladas a las mismas. (Figura 1) Y las que más

movilidad tiene y por consiguiente son más débiles y con más probabilidad de

dañarse y recibir mayor estrés son las siete cervicales y las vertebras lumbares.

Por otro lado si tenemos una visión frontal del torso se puede ver que los huesos

más grandes del torso se encuentran en las cuatro esquinas: los dos hombros y

las dos caderas. Por tener los huesos, músculos y ligamentos más grandes y

pesados del cuerpo también estas articulaciones son las que menos movilidad

tienen.

Por lo tanto siempre que se está ejecutando las asanas el cuerpo va a tender a doblarse hacia adelante y hacia atrás por las partes más débiles con mayor

probabilidad de dañarlas y debilitarlas , reduciendo el rango de movilidad en articulaciones de los hombros y las caderas.

Para tal objetivo sería indispensable realizar ciertas acciones: en algunos casos

simultáneas y opuestas, haciendo que el cuerpo quede en un eje de alineación

correcto en donde la columna vista desde atrás divida la espalda simétricamente

sin desviaciones latearles, y vista de perfil las curvaturas anteriores y anteriores se

alinean casi en una línea recta. Las siete vertebras cervicales se extienden hacia

arriba, como si una persona se pusiera un libro en la cabeza. Las doce vértebras

dorsales cuya curvatura es posterior se rectifican yendo hacia el interior del cuerpo

en dirección al tórax, y la curvatura anterior de las cinco vertebras lumbares se

rectifican colocándose casi en una línea vertical con respecto al sacro por haber

realizado el movimiento correcto de la pelvis alrededor de la articulación femo-

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iliaca que veremos más adelante la cual hizo que la misma se pusiera en posición

vertical.

Pasos a seguir para lograr una alineación correcta de la columna

La parte frontal del cuerpo es la más consciente y la posterior la más inconsciente.

La espalda y la columna vertebral al no estar a la vista resulta nos difícil corregir

cualquier desviación o error que se cometa en la misma. Para facilitar la sensación

de lo que ocurre en la espalda y lograr la alineación correcta de la columna, uno

puede utilizar también como referencia la superficie del piso y realizar diversas

acciones en distintas partes del cuerpo:

Paso 1: alineación de la parte alta del tórax

Acostarse en el piso

La mayoría de las personas, en esta postura van a tener mucho espacio entre las

vertebras del cuello y el suelo y la zona lumbar y el suelo. Los hombros no

descansan sobre el suelo y los omóplatos no están planos sino que sobresalen

hacia afuera y presionando el piso.

Simultáneamente la parte baja del tórax al nivel de las costillas flotantes se

proyecta hacia el cielo, mientras que la parte alta del pecho, la que está

inmediatamente debajo de las clavículas, está hundida.

El tórax debiera estar abierto tanto en la parte superior como en la inferior. (fig. 3)

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Si un asistente empujara la parte baja del tórax (la que sobresale en la zona de las

cotillas flotantes), los hombros subirían aun más lejos del piso. Si de otra manera

este mismo asistente nos ayudara a llevar los hombros hacia el piso serían las

costillas flotantes las que sobresaldrían. Para que el movimiento se produzca en

los hombros se debe evitar que las costillas flotantes se levanten hacia arriba,

cuando se mueven los hombros hacia abajo. Eso se puede conseguir con la ayuda

de dos asistentes, uno empujándole las costillas flotantes hacia el piso en

dirección a los pies y hacia los costados lejos del ombligo. El otro asistente

simultáneamente tendría que empujarle los hombros hacia abajo, lejos del

esternón

Por lo tanto la acción correcta en los hombros y las costillas flotantes es moverse

simultáneamente hacia abajo (Fig. 3) y no de la forma anterior y en dirección

opuestas. (Fig 2)

Este principio de movimiento simultáneo de la zona alta y baja del tórax

alrededor del eje central, se aplica en todas las posturas.

Paso 2: Extensión de hombros (este paso no es precisamente para alinear el cuerpo en Tadasana, sino para tenerlo en cuenta y mantener la alineación cada vez que se extiendan los brazos hacia arriba. Ej: Surya Namaskar)

Acostado en el suelo:

Llevar los brazos hacia atrás. Al hacer esto se va a estar empujando la zona de

las costillas flotantes hacia arriba inconscientemente; (Fig. 4) esta acción es la

que evita darle el estiramiento correcto a los hombros. Las manos son llevadas

cerca del piso levantando la parte baja del pecho y arqueando la cintura. De esta

forma la articulación de los hombros no se mueve en su máximo rango de

movimiento.

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Para que los hombros tengan su máximo rango de movimiento se puede probar

estando acostado boca arriba y utilizando la ayuda de un asistente y un cinturón

(Optativo) lo siguiente: con el cinturón colocado o sin él, en la articulación de los

codos para mantener ambos brazos paralelos entre sí al ancho de los hombros,

manteniendo la zona lumbar cerca del piso y dirigiendo la zona inferior del tórax

hacia abajo y hacia la pelvis, extender ambos brazos en dirección al techo, con

las palmas dirigidas hacia los pies.

Para asegurarse que la parte baja del tórax no se mueva se puede recurrir a la

ayuda de un asistente, (Fig.5) el cual tendría que sujetarla con sus manos

moviéndola hacia el piso y en dirección a las caderas.

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Una vez realizado esto extender los brazos a 90 grados hacia el techo como si

se quisiera tocar el techo, sacándola articulación del hombro de su lugar (ver

foto) una vez extendidos los hombros hacia el techo, llevar los brazos hacia atrás

describiendo ¼ de circulo hasta que el dorso de las manso este en contacto con

el piso. Esta acción de llevar los brazos hacia atrás habiendo extendido los

hombros sin haber movido la parte inferior del tórax y por consiguiente habiendo

evitado el curvar exageradamente la zona lumbar hizo que los hombros lograran

su máxima extensión evitando recargar la zona lumbar.

Paso 3: alineación de la pelvis y zona lumbar

Acostado boca arriba (foto pelvis y zona lumbar) la mayoría de las personas va a

tener mucha separación en la zona lumbar y el piso. Esto se debe a que la

articulación femo- iliaca tiene poca movilidad y está en forma crónica rotada

hacia adelante. Por lo tanto cuando las rodillas están extendidas en esta posición

la pelvis no va a estar horizontal en relación el piso.

Si las rodillas se extienden con los pies en una altura (Fig.6) sería posible

colocar la pelvis en una posición horizontal y hacer que la pelvis este en contacto

con el piso.

Cuando la pelvis esta rotada hacia adelante, los dos huesos frontales de las

Caderas se empujan hacia abajo e dirección a las ingles mientras que el coxis se

dirige hacia atrás y hacia arriba, acentuando de esta forma la curvatura lumbar.

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Cuando la pelvis es rotada hacia atrás los dos huesos frontales de las caderas

empujan en dirección a las costillas y el coxis en dirección al pubs lo que produce

una retención y achatamiento de las vertebras lumbares. Para practicar esta

acción, hacer lo siguiente:

Con las rodillas dobladas, los pies sobre el piso levantar los glúteos y rotar la

pelvis hacia atrás y luego apoyar nuevamente los glúteos en el piso.

La zona lumbar queda en contacto con el piso y los dos huesos frontales se ven

desplazados hacia las costillas. Luego extender las piernas.

No se trata de eliminar la curvatura lumbar, sino no disminuirla para así darle la

máxima extensión a las ingles.

Una vez que se tomo conciencia de la espalda y la columna y de los

movimientos inconscientes y erróneos que realiza el cuerpo y como corregirlos

con referencia del suelo ya se está preparado para realizar la primera Asana de

pie llamada Tadasana.

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Tadasana (también llamada Samasthiti)

Tada significa montaña; Sama significa

posición vertical, derecha, recta e impasible.

Sthiti significa estar parado quieto, inmóvil.

Por lo tanto Tadasana implica una posición

donde uno se mantiene parado firme y

erguido. Esta es la posición básica y

fundamental parado sobre los pies. (Fig 7)

En esta postura la primer parte del cuerpo de

la que se toma conciencia son las plantas de

los pies y es a través de ellas, a través del

contacto con la tierra la que nos permite

absorber energía de la misma.

Paso 1: tomar conciencia de las plantas de los pies

Pararse con los pies juntos. Distribuir el peso

del cuerpo de la misma manera en ambas

plantas. La mayoría de las personas apenas

tiene contacto con al tierra. Los pies están

inestables sobre ella y no se apoyan de forma

pareja.

Para darle mayor movilidad y extensión a la

columna vertebral hay cuatro acciones de

acenso que debe realizar el cuerpo, la primera

tiene lugar en el arco de los pies y en los

tobillos, la segunda en las rodillas, la tercera

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en la pelvis y la cuarta en la espina vertical.

El pie tiene tres arcos: el interno (el arco largo), el externo (el arco corto) y el

frontal o transversal

Para levantar los tres arcos, la distancia del dedo grande y el dedo chiquito debe

aumentar. El dedo grande debe continuar la línea del arco interno y el dedo

chiquito la curvatura del arco externo. Levantar el arco interno y externo de forma

equitativa.

Los tobillos no deben estar pasivos, para ello hay que unir la parte interna de los

mismos haciendo cóncava la parte externa para conducir el peso del cuerpo hacia

arriba creando un efecto de ascensión que va a ser transmitido a la zona del

perineo el cual debe levantarse hacia arriba pero no como consecuencia de un

esfuerzo consiente sino como producto de esa corriente de ascenso que ha

comenzado en el arco de los pies y que en ultima instancia irradiándose a través

de la columna vertebral llegara hacia la coronilla; La punta de la cabeza.

2. Las rodillas

La rodilla es la articulación más grande del cuerpo humano y una de las más

complejas. Soporta la mayor parte del peso del cuerpo en posición de pie.

Extender la parte posterior de las rodillas. Para ello Las rotulas deben estar por

completo retraídas hacia el interior de las rodillas pero sin sobre-extender la parte

posterior de las mismas.

Las rodillas deben estar mirando hacia el frente y no giradas hacia adentro ni

hacia afuera. La parte interna de las rodillas debe estar en línea con la parte

interna de los tobillos, y la parte externa de las rodillas con la parte externa de los

tobillos.

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Paso 3: Las caderas

La articulación femo-iliaca, que forma parte de la pelvis, vista de perfil debe estar

vertical sobre los tobillos de forma tal que las tibias estén un ángulo recto en

relación a la planta de los pies.

De esta forma el peso del cuerpo es transmitido hacia los pies en una línea recta.

Manteniendo las caderas en línea con los tobillos, llevar los hombros en línea a las

caderas. (Fig.8)

Manteniendo las tres articulaciones: los tobillos, las caderas y los hombros en

línea el próximo paso es acertar el movimiento de la pelvis.

La pelvis

La pelvis (Fig.8) es como un recipiente hondo, hueco, ubicado en la parte final de

la columna vertebral. Esta acoplada a la columna en la articulación sacro iliaca

que conecta la parte Ilia de la pelvis con la parte sacra de la columna vertical.

A las piernas esta conectada por la articulación femo-iliaca que conecta la parte

ilia con la parte del fémur o parte superior de las piernas.

Estas son los dos pares de

articulaciones donde la pelvis debe moverse en relación a la columna. Sin

embargo estas articulaciones

están sumamente protegidas,

la sacro iliaco por la

irregularidad de sus

superficies; y la femo -iliaca

por sus grandes músculos y

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ligamentos. Como resultado de esto a la pelvis generalmente se mueve en

relación al resto del tronco en la zona lumbo-sacra donde hay poca protección.

Esta articulación conecta el sacro con la espina lumbar. Y es en la mayoría de las

personas un punto de estrés.

Eventualmente esta articulación y el resto de la zona lumbar se debilitan

conduciendo a un daño de los discos y vertebras de esta región.

Posición de la pelvis

La pelvis puede tener tres posiciones, la correcta (Fig.9 B), es cuando la

articulación femo-illiaca, y esta ultima junto con las rodillas y tobillos están

alineadas, lo cual lleva a la pelvis a una posición vertical. Esta posición siendo la

correcta es la más difícil de encontrar.

Algunas personas tienen la pelvis demasiado rotada hacia atrás, (Fig.9, C),

haciendo que la zona lumbar está muy acentuada, muy hacia adentro del cuerpo.

La posición opuesta (Fig.12 A), es cuando la pelvis está rotada demasiado hacia

adelante causando que la curvatura lumbar este demasiado pronunciada.

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El sacro y coxis están demasiado hacia atrás y hacia arriba y los músculos

abdominales están desplazados hacia adelante ya que el ángulo de pelvis y el

fémur es menor a 180 grados.

En estos dos casos la pelvis debe ser llevada a una posición vertical. La

posición incorrecta más común es cuando pelvis esta rotada demasiado hacia

adelante alrededor de las cabezas del fémur. (Fig.9 A),

Alineación de la columna utilizando la unión de dos paredes

Mantener los dos talones separados a

4 centímetros lejos de la esquina

apoyando el sacro y la parte posterior

del cráneo (el hueso occipital). Luego

colocar la mano en la zona lumbar. Si

hay una gran separación entre la zona

lumbar y la esquina, la pelvis esta

rotada demasiado hacia adelante

haciendo que la zona lumbar se

proyecte profundamente hacia el

interior. (Fig.10)

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Para corregir esto realizar los siguientes pasos:

1. Mover los pies más hacia adelante, pero mantener el sacro y el hueso

occipital apoyados en la esquina. Doblar las rodillas un poco y rotar la pelvis

hacia atrás alrededor de la cabeza del fémur hasta que la zona lumbar esté

en contacto con la esquina. Luego extender las rodillas Repetir este

movimiento por un par de semanas, llevando los tobillos cada vez más

cerca de la pared a medida que la movilidad de la articulación femo-illiaca

aumenta, hasta que los talones están otra vez a cuatro centímetros de la

esquina. (Fig.11)

IMPORTANTE: la intención no es

eliminar la curvatura lumbar, sino

reducirla.

Por lo tanto puede quedar una

distancia de dos centímetros

entre la zona lumbar y la

esquina.

Muchas personas no pueden

realizar este movimiento sin

doblar las rodillas. Para lograr

llevar la pelvis hacia el lugar

correcto sin doblar las rodillas

uno debiera rota la pelvis hacia

atrás haciendo que los dos

huesos frontales se muevan

hacia arriba y los isquiones apuntando en dirección al suelo (posición vertical

de la pelvis) y al mismo tiempo extendiendo las rodillas evitando que se doblen

hacia adelante.

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Esta relación de empujar las rodillas hacia atrás y por consiguiente todo el

hueso del fémur, rotando la pelvis hacia atrás, puede verse claramente al

momento de estar alineando el cuerpo con respecto al suelo colocando los pies

sobre una altura. (Paso tres)

Movimiento alrededor de la articulación sacro iliaca

Para abrir la articulación sacro-iliaca, realizar los siguientes pasos:

1. Mantener la pelvis vertical.

2. Resistiendo los dos huesos frontales hacia adelante y hacia arriba y

empujar las rodillas hacia atrás.

3. Al mismo tiempo llevar el compuesto de sacro y coxis hacia atrás en

relación a la pelvis. Esto significa que el coxis se mueve hacia adelante en

dirección al hueso púbico, lo que hace que el sacro se coloque en una

posición vertical. (Fig.9, B)

Como resultado de estos movimientos, sucede lo siguiente:

1. las articulaciones sacro-illiaca y la femo-illiaca se abren.

2. El sacro que está ahora en una posición vertical se mueve hacia adelante y

adentro del espacio entre las crestas illiacas apartándolas.

3. La pelvis se abre lateralmente y se extiende verticalmente desde la cabeza

del fémur.

Entonces el movimiento correcto para la pelvis (crestas illiacas, huesos

isquiones) y el sacro (y coxis) es moverse en forma separada rotando en

direcciones opuestas. La pelvis rota hacia adelante y el sacro se mueve hacia

atrás alrededor del eje sacro iliaco.

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El resultado de los movimientos que se realizan alrededor de la articulación

femo-illiaca y en la zona sacro- illiaca hacen que la pelvis se coloque en una

posición vertical, se ensanche lateralmente , empuje la cabeza del fémur y se

extienda hacia arriba desde la misma

Cuando la pelvis es llevada a su posición vertical se producen una serie de

cambios alrededor de la articulación de la pelvis y zona lumbar:

Como la parte superior del sacro está conectada a la zona lumbar en la

articulación lumbo-sacra,

cuando la pelvis y el sacro

se colocaron en una

posición vertical, la

articulación lumbo-sacra

se desplaza ligeramente

hacia atrás y hacia abajo,

como resultado el resto de

las vertebras lumbares

tienen también que irse

hacia atrás por lo cual

toda las vertebras

lumbares son estiradas.

Cuando esto sucede no dejar que los hombros se muevan ni hacia adelante ni

hacia atrás. La articulación de los hombros debe mantenerse en línea con la

articulación de las caderas y tobillos. No permitir que el pecho ni el abdomen

se colapsen.

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El peso del cuerpo se traslada

hacia la espalda, y la pelvis y

la espalda se ensanchan

lateralmente. Al mismo tiempo

la distancia de los dos huesos

frontales de las caderas se

amplía haciendo que la parte

baja del abdomen se proyecte

hacia adentro y se estire hacia

arriba en dirección hacia

arriba. (fig.13)

Esto tonifica los músculos

bajos del abdomen y fortalece

los órganos internos.

Ensanchando y levantando la pelvis y consecuentemente tonificando la parte baja

del abdomen es la acción de llevar el centro de gravedad del cuerpo Humano a la

zona que está tres dedos debajo del ombligo.

Esta es el área del cuerpo donde los músculos están realmente activos, el resto

del cuerpo debe estar relajado y llevar toda la energía a esta zona.

A medida que la pelvis y la espalda se ensanchan lateralmente la columna

vertebral asciende por sí misma desde la pelvis que es su lugar de origen. Si la

columna se trata de estirar desde las costillas, hombros u omoplatos se está

tratando de estirar la columna con movimientos desde la periferia con movimientos

laterales o secundarios y no centrales, desde su origen, que es la pelvis.

Es muy importante aprender este movimiento primero ya que todas las asanas

dependen de él.

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A Medida que las vertebras lumbares crecen hacia arriba desde la pelvis, las

vertebras torácicas deben continuar este movimiento. (Fig.14)

Mover solamente la columna vertebral elongándola hacia arriba, no proyectando

las costillas hacia adelante con la idea errónea de estar estirando la columna.

La columna se elonga hacia arriba

por su propia fuerza interna y la caja

torácica esta suspendida por la

fuerza ascendente de la columna. No

debe existir ninguna tensión en la

zona del plexo solar. A medida que

la columna vertebral se estira, la caja

torácica también se eleva pero

verticalmente y en forma pasiva. El

resultado final es el mismo que el de

la pelvis: la caja torácica constituida

por las costillas se ensancha

lateralmente. (Fig.14 y 15)

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Posición final:

Cuando el cuerpo ha sido alineado y se ha encontrado el centro de gravedad por

haber realizado los movimientos correspondientes la línea de la columna vertebral

es pareja desde las vertebras dorsales hasta la zona del sacro.

Mucha gente tiene una hendidura muy grande en la zona lumbar y ninguna en la

zona del sacro y menos aun entre los omoplatos esto muestra una columna

vertebral dispareja y poco saludable.(Fig.16 A)

La columna vertebral debe formar un surco con una profundidad pareja desde el

sacro hasta la primer vertebra torácica. Esto muestra una columna saludable y

armoniosa. (Fig 16 B)

El cuerpo formado por: músculos, nervios, tendones, órganos, fluidos y huesos

constituye una unidad sumamente compleja, lógica y perfecta regida por leyes

físicas de peso, palancas, rotaciones, giros y desplazamientos.

Tadasana nos ayuda a entender estas leyes físicas que rigen el cuerpo en

movimiento o en una forma estática, y una vez que entendemos estas leyes, el

resto de las posturas del Yoga se vuelven muy simples.

“Si  dices  que  eres  el  cuerpo,  estás  equivocado.  Si  dices  que  no  eres  el  cuerpo,  estás  equivocado.  La  verdad  es  que,  aunque  el  cuerpo  nace,  vive  y  muere,  no  podrías  tener  un  vislumbre  de  lo  divino,  sino  es  a  través  

de  él”.  -­‐-­‐BKS.Iyengar  -­‐