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 DISPARIDAD Y ASIMETRÍA EN EL DESARROLLO REGIONAL EN LA REPÚBLICA ARGENTINA. HACIA UNA POLÍTICA PÚBLICA INTEGRAL Y SUSTENTABLE Rubén Galleguillo* La problemática de la desigualdad y asimetría en el desarrollo regional de la República Argentina es un tema permanente de debate en la agenda mediática, pero pocas veces ha podido trascender los meros efectos de la declamación e incorporarse a la agenda política como un tema prioritario, sensible y relevante que merezca la formulación e implementación de políticas públicas eficientes, eficaces e integradas. En el marco del reconocimiento y asunción del carácter multidimensional y multifacético del desarrollo, y con las categorías analíticas, teóricas y metodológicas que propone la teoría de sistemas complejos, se aborda en el presente texto uno de los problemas más acuciantes de la realidad argentina. PALABRAS CLAVE: DESARROLLO, ASIMETRÍAS REGIONALES, COMPLEJIDAD, ESPACIOS ECO-SOCIO-PRODUCTIVOS DE INTEGRACIÓN Introducción El desigual  y asimétrico desarrollo regional en la República Argentina constituye uno de los tópicos centrales a la hora de definir la agenda pública, toda vez que tradicionalmente fue objeto de fuertes, intensas y controvertidas disputas políticas que signaron el derrotero nacional, pero también fue, y lo sigue siendo aún hoy, fuente y motivo de preocupación ciudadana, tanto mayor cuanto más asimétricas y desiguales son las oportunidades de desarrollo de cada una de las provincias argentinas.  Contador Público y Magíster en Relaciones Internacionales Los desequilibrios regionales se remontan a los inicios mismos de la organización nacional, y a pesar de las diversas, aunque contradictorias, políticas y acciones que siguieron los gobiernos de turno, las asimetrías no sólo no se atenuaron sino que se agravaron (Vid. LLach, 1997: cap. XI, 273-279) poniendo en tela de juicio el propio federalismo adoptado como sistema de organización política. El desarrollo regional, no obstante constituir un tema de especial relevancia política, económica y social presente en todos los discursos políticos, no ha tenido una correspondencia fáctica equivalente, limitándose los gobiernos a la enunciación de políticas generales, y en el mejor de los casos, a

Asimetría en El Desarrollo Regional de Argentina - Galleguillo

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Geografía Argentina

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  • DISPARIDAD Y ASIMETRA EN EL DESARROLLO REGIONAL EN LA REPBLICA ARGENTINA. HACIA UNA POLTICA PBLICA INTEGRAL Y

    SUSTENTABLE Rubn Galleguillo*

    La problemtica de la desigualdad y asimetra en el desarrollo regional de la Repblica Argentina es un tema permanente de debate en la agenda meditica, pero pocas veces ha podido trascender los meros efectos de la declamacin e incorporarse a la agenda poltica como un tema prioritario, sensible y relevante que merezca la formulacin e implementacin de polticas pblicas eficientes, eficaces e integradas. En el marco del reconocimiento y asuncin del carcter multidimensional y multifactico del desarrollo, y con las categoras analticas, tericas y metodolgicas que propone la teora de sistemas complejos, se aborda en el presente texto uno de los problemas ms acuciantes de la realidad argentina.

    PALABRAS CLAVE: DESARROLLO, ASIMETRAS REGIONALES, COMPLEJIDAD, ESPACIOS ECO-SOCIO-PRODUCTIVOS DE INTEGRACIN

    Introduccin

    El desigual y asimtrico desarrollo regional en la Repblica Argentina constituye uno de los tpicos centrales a la hora de definir la agenda pblica, toda vez que tradicionalmente fue objeto de fuertes, intensas y controvertidas disputas polticas que signaron el derrotero nacional, pero tambin fue, y lo sigue siendo an hoy, fuente y motivo de preocupacin ciudadana, tanto mayor cuanto ms asimtricas y desiguales son las oportunidades de desarrollo de cada una de las provincias argentinas.

    Contador Pblico y Magster en Relaciones

    Internacionales

    Los desequilibrios regionales se remontan a los inicios mismos de la organizacin nacional, y a pesar de las diversas, aunque contradictorias, polticas y acciones que siguieron los gobiernos de turno, las asimetras no slo no se atenuaron sino que se agravaron (Vid. LLach, 1997: cap. XI, 273-279) poniendo en tela de juicio el propio federalismo adoptado como sistema de organizacin poltica.

    El desarrollo regional, no obstante constituir un tema de especial relevancia poltica, econmica y social presente en todos los discursos polticos, no ha tenido una correspondencia fctica equivalente, limitndose los gobiernos a la enunciacin de polticas generales, y en el mejor de los casos, a

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    la implantacin unilateral de polticas segmentadas, desarticuladas y espasmdicas, que no atendan la complejidad e integralidad del problema en cuestin.

    Los diferentes niveles poltico-institucionales involucrados en la problemtica regional (nacional, provincial y municipal) que dificultan o impiden la formacin de consensos; el carcter multidimensional que deben asumir las polticas pblicas para un eficiente y eficaz abordaje de la realidad regional; la falta de una visin estratgica y de largo plazo en la formulacin de las polticas a seguir; la prevalencia en la lite gobernante de un criterio poltico que tiende a atender lo urgente en desmedro de lo importante; la falta de voluntad y decisin para transformar una estructura productiva de carcter agro-exportadora en una matriz que integre las diversas realidades econmicas del pas; las limitaciones de recursos de naturaleza tangible e intangible que demoran en el mejor de los casos la implementacin, o sirven de excusa en el peor para no avanzar en la direccin de las polticas que se proclaman; y, los poderosos, diversos y contrapuestos intereses existentes entre los numerosos actores pblicos y privados que intervienen en el proceso y en la toma de decisiones; tornan no slo altamente problemtica sino tambin especialmente compleja la formulacin, implementacin y evaluacin de polticas en materia de desarrollo regional.

    Estado de la cuestin

    Los desequilibrios regionales incluyen una densa, inextricable y dilatada problemtica que es necesario articular con los procesos econmicos globales, habida cuenta de la internacionalizacin de las economas regionales (1997: cap. XI, 294), a partir de una estrategia integral de desarrollo que garantice oportunidad, equidad y sostenibilidad.

    El economista argentino Juan Llach plantea como estrategia genuina de desarrollo la competitividad sistmica que a su juicio

    condensa las tres tendencias relevantes del desarrollo econmico contemporneo, a saber: el crecimiento endgeno; la formacin de los complejos o racimos productivos en torno de los recursos naturales; y el liderazgo de las regiones y sus redes de empresas (Ibid.).

    En esa directriz analiza los componentes y responsables institucionales que se deberan considerar, entre los que seala: una estrategia sistmica (provincias-nacin); proteccin al valor agregado eficiente y a las exportaciones (nacin); impuestos (nacin-provincias-municipios); reforma laboral (nacin-provincias); infraestructura (nacin-provincias); posicionamiento externo (provincias-nacin); desregulacin (provincias-nacin-municipios); PYMES (provincias-nacin-municipios); formacin del capital humano (provincias-nacin); justicia y seguridad (provincias-nacin); y medioambiente (provincias-nacin) (Vid. 1997: 294-298).

    Otros estudios en el pas, entre muchos que reflejaron en cada momento las orientaciones tericas y polticas en el subcontinente sudamericano, han enfocado la regionalizacin vinculada a los polos de crecimiento (Vid. Boisier, 1971; 1981; 1994); a factores estructurales (Coraggio, 1972; 1987; 1989); a la integracin econmica y el nivel de empleo (Lizano, 1976); a las polticas de liberalizacin y las disparidades del desempleo regional (Daz Cafferata y Figueras, 1995; 1996); al desarrollo local (Max Neef, 1998; Boisier, 2001; Coraggio, 1997) o a polticas de descentralizacin (Vid. Borda ,1987).

    No obstante los valiosos aportes tericos y metodolgicos, la experiencia acumulada y las polticas puestas en prctica en materia de regionalizacin en Argentina, los resultados no slo no parecen ser los esperados sino que las diferencias se agrandaron (Cfr. Daz Cafferata, Figueras, et. al., 1997; Vid. Cetrngolo y Jimnez, Dic. 2004).

    Cabra pensar que, sin minusvalorar las investigaciones y estudios hechos en la materia,

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    una autntica poltica pblica orientada a la reduccin de las desigualdades regionales en el pas debiera partir del reconocimiento del carcter complejo y multidimensional que asume esa realidad. Ello posibilitara abordar los problemas desde pticas diferentes, con renovados esquemas conceptuales y nuevas metodologas que reflejen una visin estratgica, con bases consensuales mnimas y polticas pblicas coherentes, continuas y eficaces.

    Establecimiento de la agenda y definicin del problema

    Pensar hoy las polticas pblicas es pensar en trminos de complejidad. Es admitir, como haba descubierto Bachelard, que lo simple no existe: slo existe lo simplificado (Morin, 1996: 35), y que en todo caso, lo simple no es ms que un momento, un aspecto entre muchas complejidades (Id.: 61,62).

    Si bien es menester reconocer y distinguir a los efectos analticos las diferentes aristas, componentes y connotaciones del tema en estudio, en virtud de los aspectos apuntados precedentemente cuyo abordaje escapa notoriamente a las posibilidades de este proyecto, el propsito del presente trabajo ser enfocar, terica y metodolgicamente, desde el paradigma de la complejidad la inquietante cuestin del desarrollo asimtrico vinculado a espacios geo-econmicos-sociales de orden macro y micro regional.

    No en vano, el celebrrimo economista del Massachusetts Institute of Technology (MIT) Paul Krugman planteaba a inicios de la dcada del noventa la importancia de la geografa econmica y el regionalismo en las nuevas tendencias del comercio mundial, reconociendo los desequilibrios en el plano de la localizacin que trae aparejada la implantacin del capitalismo industrial al expresar que la interaccin entre la demanda, los rendimientos crecientes y los costes de transporte son la fuerza motriz de un proceso acumulativo que

    acenta las divergencias regionales (Krugman, 1992: 17).

    El anlisis comparado de las polticas regionales a nivel de pases presenta aspectos controvertidos toda vez que los estados no son unidades homogneas al interior de su territorio; por el contrario, su caracterstica primordial es la heterogeneidad, ya que son el resultado histrico de complejos procesos de formacin y localizacin que estructuraron una determinada configuracin espacial, enfatizando por ende el planteo de la irrelevancia del equilibrio econmico (Kaldor, 1972).

    Por otra parte, el advenimiento de la globalizacin signific una complejizacin a todo nivel de los procesos culturales, polticos, econmicos y sociales, con impacto directo en las realidades vivenciales, al entrar en juego dos tendencias paradigmticas claramente contrapuestas; la homogeneidad que surge de la globalidad y la generalidad, y la heterogeneidad que emerge de la localidad y la particularidad. La interaccin de los procesos globales con los locales en una tensin dinmica y continua que Rosenau caracteriz como fragmegration (Rosenau, 2003), est en el centro de la discusin regional.

    Por si esto fuera poco, los cambios acaecidos en la poltica y en la economa mundial parecen difuminar la distincin entre regiones y estados o naciones (Krugman y Obstfeld, 1995: 212), llevando a una dilucin de las fronteras, lo que Kenichi Ohmae denomin The Borderless World (Ohmae, 1990), razn ms que suficiente para prestar especial atencin a los problemas derivados de los desequilibrios regionales.

    Desde otro ngulo, y a pesar de los estudios pioneros que sobre localizacin industrial haba desarrollado el clsico economista Alfred Marshall en 1920, recin en las ltimas dcadas comenz a concitar el inters de los acadmicos y economistas de primer nivel internacional. Falta que nuestros representantes pblicos tomen conciencia de la

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    perentoria necesidad de incorporar a la agenda decisoria un problema relevante de orden poltico, econmico y social que ya no admite ms dilacin.

    Numerosos estudios e investigaciones dan cuenta de algunos patrones o indicadores generales que son necesarios considerar a la hora de formular polticas de accin regional. De hecho, los pases ms desarrollados siguieron lineamientos estratgicos tendientes a reducir las enormes desigualdades y asimetras regionales que existan dentro de sus fronteras nacionales, apelando incluso a activas polticas compensatorias en favor de las zonas ms desprotegidas o menos dinmicas de sus economas (Vid. 1995: 213-216).

    Fueron estas polticas estratgicas las que les permitieron alcanzar un desarrollo ms o menos integrado, ms o menos equilibrado, entre sus diferentes espacios regionales, reforzando las potencialidades del pas en su conjunto y posibilitando a sus habitantes el acceso a similares estndares y calidad de vida.

    En tal sentido, Krugman y Obstfeld afirman en los pases avanzados [] las diferencias de renta no son por lo usual tan grandes (Id.: 225); precisamente la situacin opuesta se verifica en los pases de menor desarrollo relativo (Id.: 224).

    De manera que el desarrollo se presenta como un conjunto de procesos sinrgicos que conducen a una interaccin continua, simultnea y permanente en varios niveles poltico-institucionales (internacional, nacional y local), que se retroalimentan mutuamente, en los que cada regin contribuye al agregado nacional desde su aporte diferenciado, que a su vez se potencia y favorece por la dinmica de la economa en general.

    Es necesario comprender que los patrones que subyacen en la dinmica del desarrollo estn estrechamente ligados a la idea de

    complejidad.1 El filsofo parisino, Edgar Morin, explica con claridad meridiana que:

    A primera vista la complejidad es un tejido (complexus: lo que est tejido en conjunto) de constituyentes heterogneos inseparablemente asociados: presenta la paradoja de lo uno y lo mltiple. Al mirar con ms atencin, la complejidad es, efectivamente, el tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares, que constituyen nuestro mundo fenomnico (Morin, 1996: 32).

    Conceptos como holismo, sinergia, propiedades emergentes, procesos no lineales, retroalimentacin, entropas, recursin, entre muchos otros, forman parte del arsenal terico de los sistemas complejos. La poltica pblica a formular se asentar sobre estos principios tericos, apelando a metodologas especficas y propias de los sistemas complejos.

    Previsin y orientacin de la accin pblica

    En la medida que el desarrollo siga pensndose en trminos exclusivamente racionalistas, lineales y meramente economtricos, las posibilidades de alcanzar ese estadio, paradjicamente, se alejarn. Es necesario asumir que el desarrollo es ms que un producto final y un resultado dado; es un proceso acumulativo, una construccin social, un local fluid (Vid. Galleguillo, 2010: 241-242) en contacto permanente con los global fluid (Vid. Urry Jul. 2004: 8; 2003) que nutren y permean a las sociedades contemporneas con energas y recursos vitales, condensando factores estructurales, procesales, contingentes, y condicionantes.

    1 El tema del desarrollo como proceso acumulativo

    asimilable a los sistemas adaptativos complejos estn analizados en Fragmentos Esfumados de la Complejidad. El Trabajo, la Economa Social y el Desarrollo en la era digital (Galleguillo, 2010: 213-260).

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    Los decision-makers y los propios actores sociales y econmicos debern orientar su accin hacia la resolucin de las lgidas tensiones (Vid. Aguilar Villanueva, 1996: 68-81) que genera este problema pblico de primer orden, y por ende estn impelidos a priorizar la problemtica de la desigualdad y asimetra regional en la agenda pblica, formular e implementar polticas pblicas con visin estratgica, 2 y efectuar monitoreos y evaluaciones permanentes sobre los procesos y los resultados, so pena de agravar las inequidades interregionales existentes (Vid. 1995: 224-229) y mutilar definitivamente las oportunidades de trabajo y realizacin de millones de argentinos.

    Una poltica pblica orientada al desarrollo que tenga como propsito reducir las desigualdades y asimetras interregionales, pero tambin intrarregionales, deber concentrarse en dos grandes objetivos:

    - Reducir las desigualdades y asimetras entre las regiones del pas, 3 mediante la formulacin, implementacin y monitoreo de una poltica comn, integral y participativa, y a partir de una articulacin estratgica que opere bsicamente en dos niveles:

    a) A nivel poltico-institucional, involucrando el rol promotor del estado en sus tres planos de actuacin: la nacin, las provincias y los municipios.

    2 Obsrvese que se habla de estrategia y no de programa,

    pues el programa no obliga a estar vigilante, no obliga a innovar (Morin, 1996: 115), en tanto la estrategia supone complejidad, es decir, elementos aleatorios, azar, iniciativa, decisin, conciencia de las derivas y de las transformaciones (Cfr. 1996: 113,115). 3

    La cuantificacin de este objetivo depender del conjunto de recursos y factores disponibles, pero una primera etapa debera caracterizarse por tender a quebrar la tendencia de disparidad creciente. Est claro que en las etapas subsiguientes las acciones estarn orientadas a reducir la brecha con la mira puesta en el horizonte de la convergencia interregional.

    b) A nivel de los actores pblicos y privados, comprometiendo su participacin activa y efectiva en el diseo, ejecucin y control de las polticas que se formulen.

    - Redefinir las regiones como espacios eco-socio-productivos de integracin, en funcin de sus recursos tangibles e intangibles,4 configurando espacios abiertos y activos de cooperacin que se identificarn como Complejos Socio-Espaciales de Desarrollo (CSED).5

    Estos objetivos generales se implican y refuerzan mutuamente, interactuando simultneamente con los objetivos especficos que actan como articuladores sinrgicos y elementos catalticos de aquellos, pues una de las peculiaridades de los sistemas complejos es la dinmica no lineal de sus procesos, que al decir de John Urry no es consistente con el relacionamiento entre causas y efectos (Urry Jul. 2004: 4), o lo que el politlogo alemn Klaus von Beyme llama lgica causal recproca (von Beyme, 1994: 203).

    A los fines analticos, se podran sintetizar los objetivos especficos en los siguientes, sin perjuicio de su carcter meramente enunciativo:

    4 La nocin de intangibilidad del desarrollo fue

    incorporada oficialmente por las Naciones Unidas en el Informe de su Secretario General titulado An Agenda for Development (Boutros-Galli, 1995), la que sintetizaba en cinco dimensiones: a) la paz como base fundamental; b) la economa como motor del progreso; c) el medioambiente como base de la sostenibilidad; d) la justicia como pilar de la sociedad; y e) la democracia como buen gobierno. 5

    Los CSED son aquellos entramados sinrgicos y dinmicos de naturaleza social y espacial que subsumen y reflejan los complejos procesos multidimensionales que se activan en una comunidad, pues constituyen la fuente cultural que homogeneiza la unidad interna de localizacin espacial, son los mbitos naturales de resolucin de conflictos y legitimacin de consensos, son funcionales al proceso de globalizacin y a las polticas de descentralizacin, y estn, por su propia naturaleza, ntimamente vinculados con el factor de la produccin menos internacionalizado y ms refractario a la economa globalizada: el trabajo (Vid. 2010: 25-28).

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    I. Activar el Capital Social 6 de los CSED, reconociendo como ncleo central al capital humano, al sujeto que se construye a s mismo dando sentido y unidad a la propia vida (Vid. Touraine/Khosrokhavar, 2002: 208), a travs del fortalecimiento e interaccin recproca de los recursos culturales, sociales, econmicos, institucionales, cvicos, cognitivos y tecnolgicos que definen el carcter de una sociedad.7

    II. Poner en valor el territorio, 8 activando los factores eco-geo-econmicos con el objeto de reforzar las ventajas absolutas9 de los CSED, mediante un adecuado relevamiento, identificacin, cuantificacin y cualificacin de los recursos disponibles y en condiciones de explotacin racional, responsable y sustentable, con la correspondiente evaluacin del impacto medioambiental.

    III. Facilitar el acoplamiento estructural 10 entre el territorio y el capital

    6 Putnam (1993: 167) define el capital social como

    aquellos aspectos de la organizacin social, tales como la confianza, normas y redes, que pueden mejorar la eficiencia de una sociedad al facilitar la accin coordinada. 7 Sergio Boisier, economista chileno, habla de capital

    sinergtico como elemento cataltico de un complejo entramado compuesto por el capital econmico, cognitivo, simblico, cultural, institucional, psicosocial, social, cvico, y humano presentes en el seno de toda comunidad (Vid. Boisier 1999: 3). 8 Arocena plantea el desarrollo desde la dinmica global-

    local, pero ello no le impide reconocer el valor del territorio: la relacin del hombre con su territorio se desarrolla en un nivel profundo de la conciencia; es generadora de identidad; est alimentada de continuidades y de rupturas, de permanencias y de ausencias (Arocena, 1995: 24). 9 El estudio de las ventajas absolutas est ntimamente

    ligado a la cuestin de la movilidad de los factores, elemento clave y diferenciador entre la economa internacional y la economa regional (Vid. Krugman y Obstfeld, 1995: 13-15). Para la definicin e implicancias de la ventaja absoluta (Vid. Krugman y Obstfeld, 1999: 13-15). 10

    El concepto de acoplamiento estructural alude a la estrecha e ntima vinculacin entre un sistema y su entorno, lo que hace posible mantener dentro de determinados lmites su homeostasis (Vid. Montbrun, 2005: 6).

    social, creando aglomerados 11 sinrgicos que posibiliten el desarrollo de ventajas comparativas y competitivas12, generadores de procesos autorreforzantes, que Krugman y Obstfeld denominan causacin acumulativa (1995: 225).

    IV. Construir acuerdos consensuales mnimos,13 en el marco de una policy network entre los actores pblicos y privados de los CSED, sobre aspectos estratgicos y vitales para el desarrollo, que incluya compromisos de gestin y cumplimiento de metas concretas a corto y mediano plazo.

    11 La propia Comisin Econmica para Amrica Latina y

    el Caribe (CEPAL) planteaba como condicin para generar una competitividad autntica el surgimiento de aglomerados sinrgicos, refirindose con ello a complejas estructuras sistmicas conformadas por una variedad de actores sociales, en los que generalmente el estado cumple un papel cataltico (Boisier, 1994: 9). Krugman y Obstfeld hablan de economas de aglomeracin como aquellas economas externas asociadas con la concentracin de recursos o industria en una localizacin particular y que desempean un papel crucial en toda la economa regional y urbana (1995: 226). 12

    Las ventajas comparativas constituyen una temtica clsica de la economa internacional (Vid. Krugman y Obstfeld, 1999: parte 1, cap. 2, 11-47). Es interesante y esclarecedor el anlisis que sobre ventaja comparativa, competitividad y procesos autorreforzantes realiza Krugman (Vid. Krugman, 1997: 87-92). Las ventajas competitivas y las nuevas tendencias del comercio internacional son tratadas con profundidad y claridad por Tussie (Tussie, 1994: cap.III, 52-83). 13

    La consecucin de acuerdos bsicos cimentados sobre la confianza y reciprocidad (Putnam, 1993: 171), y en los que el estado cumple un rol de promotor, facilitador y orientador de la accin colectiva, es crucial para el xito de una poltica pblica que requiere de la articulacin estratgica de actores representativos de intereses y expectativas diversas (Vid. Bonafont, 2004: 53-56) en redes sociales de alta densidad (Vid. Putnam, 2000: 136).

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    V. Generar sinergias 14 socio-productivas, favoreciendo los procesos de interaccin, regulacin y recursin 15 entre elementos y componentes sistmicos que posibilitarn el desarrollo de propiedades emergentes, 16 tales como entornos 17 estimulantes, trabajo en redes, desarrollo del espritu emprendedor, voluntad y capacidad de transformacin, cadenas productivas eficientes, calidad en procesos y resultados, modernizacin de la estructura productiva, organizacin funcional, managment calificado,

    14 El trmino sinergia, que fuera acuado por Hermann

    Haken, est ligado a la Teora General de Sistemas. Johansen afirma que un objeto posee sinergia cuando el examen de una o alguna de sus partes (incluso a cada una de sus partes) en forma aislada, no puede explicar o predecir la conducta del todo (Johansen, 1989: 37). En tanto, Max Neef expresa que la sinergia connota una forma de potenciacin, es decir, un proceso en el que la potencia de los elementos asociados es mayor que la potencia sumada de los elementos tomados aisladamente (Max Neef, 1998: 64). 15

    Morin habla del principio de recursin como un bucle generador en el cual los productos y los efectos son ellos mismos productores y causadores de lo que los produce (Morin, 1997), por lo que va ms all del principio de la retroaccin y supera la nocin de regulacin por aquella de autoproduccin y de autoorganizacin (Ibid.). Urry prefiere hablar de iteracin antes que de recurrencia, afirmando al respecto que Iteration means that the tiniest of local changes can generate, over many repeated actions, unexpected, unpredictable and chaotic outcomes (Urry, Jul. 2004: 7). 16

    Boisier, siguiendo a Morin, asiente que una propiedad emergente es una caracterstica funcional nica de un objeto agregado que emerge de la naturaleza de sus partes componentes y de las relaciones forzadas que se han formado para atarlas en su conjunto (Boisier, 2003: 9). De forma tal que las propiedades emergentes resultan de las interacciones que transforman una coleccin de elementos incoordinados en un sistema coherente y funcional (2003: 11), por lo que atinadamente el profesor chileno advierte una regin no es la suma de provincias o de sectores (Id.: 9). 17

    El concepto de entorno es una categora y un constructo fundamental en los sistemas complejos, ya que en s mismo el entorno es una multiplicidad de sistemas. Niklas Luhman al estudiar los sistemas autopoiticos puso especial nfasis a la cuestin del entorno de un sistema y los sistemas en el entorno (Luhman, 1997: 52). Entre cada sistema y su entorno existen recursividades, conexiones mltiples, comunicaciones y perturbaciones que alteran permanentemente la dinmica de los sistemas complejos.

    recursos humanos, materiales y tcnicos activados.

    VI. Articulacin Estratgica con los centros de produccin y consumo, propiciando espacios abiertos de cooperacin recproca (Cfr. Bizzozero, 1994: 97-115) y estimulando procesos de integracin horizontal y vertical (Vid. Tussie, 1994: 59; Krugman y Obstfeld, 1999: 136-144), que se materializarn en servicios de apoyo a la produccin y comercializacin, know-how y marketing, difusin de conocimientos (1999: 119-120) y tercerizacin, smosis tecnolgica y mercados de trabajo conjuntos (Vid. Krugman, 1992: cap. 2), generacin de valor agregado y certificaciones de calidad, creacin de externalidades autorreforzantes (Vid. Krugman, 1997: 87-92) y localizacin de nichos productivos como consecuencia de la apertura hacia nuevos mercados micro y macro regionales (Cfr. Jaime de Melo y Panagariya, 1992: 1-30; Blejer, 1984: 1-34).

    VII. Promocin y orientacin estratgica 18 de los CSED hacia economas con alto nivel de especializacin y valor agregado, mediante el establecimiento de clusters (Vid. Porter, 1990; Vid. Krugman y Obstfeld, 1999: 118-124) tecno-productivos que permitan integrar los procesos econmicos, reforzar las ventajas competitivas, reducir los costos diferenciales, estimular las inversiones en sectores y actividades econmicas de alta tecnologa y rendimiento, incentivar y premiar la creatividad e innovacin (Vid. Vernon 1979: 289-306), acceder a oportunidades de cooperacin y financiamiento, generar economas externas y ganancias de escala, fijar reglas de juego claras y estables, y crear un marco legal y econmico propicio para la inversin.

    18 Robert Gilpin pone de manifiesto el papel crucial que

    asume el estado en la orientacin estratgica de las polticas econmicas y comerciales en la economa mundial contempornea (Vid. Gilpin 1990: 224-235, 413-427).

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    VIII. Generacin de Oportunidades de Trabajo y Reconversin Laboral, mediante el anlisis e investigacin de la estructura del mercado de trabajo (Vid. Rifkin, 1997: 37-66), la reingeniera de procesos (Id.: 27-35, 130-136; Cfr. Drucker, 1996: caps. 7, 8), y la implementacin de polticas activas en materia de empleo genuino, capacitacin (1996: 63,170), formacin profesional, reconversin y reentrenamiento de la fuerza laboral (Vid. Rifkin, 1997: 201-247; Drucker: 126-127), a fin de articular eficazmente el mercado de trabajo con el mercado de bienes y servicios, y consecuentemente complementar la oferta y demanda laboral.

    Conclusiones

    Los CSED son tejidos vitales donde se asienta una comunidad particular y donde opera una determinada realidad en la que interactan e inciden simultneamente una multiplicidad de variables, elementos y componentes que por las limitaciones del artculo no se pueden detallar.

    En ese complexus interviene el sujeto, que es aquel actor social que tiene el deseo y la capacidad de modificar su entorno, mediante el trabajo o la comunicacin (Vid. Touraine/ Khosrokhavar, 2002: 34), cuya accin intersubjetiva basada en un conjunto de creencias, de valores, de normas, de conductas, de significados compartidos, y de intereses no siempre convergentes, va conformando y modelando una determinada sociedad.

    Esta articulacin ascendente que va desde la realidad primigenia de la propia comunidad local asentada en valores a la realidad ulterior de la sociedad construida sobre el reconocimiento de intereses diversos, es la columna vertebral del desarrollo.

    Este complejo social adaptativo, interactivo y dinmico se nutre, se retroalimenta y transforma constantemente, en un proceso coevolutivo y de acoplamiento estructural entre los subsistemas y su entorno, pero tambin en un proceso simbitico que

    integra lo local y lo global, lo natural y lo social, lo individual y lo colectivo.

    En la medida que el proceso se desarrolle dentro de los parmetros esperados se generarn sinergias positivas y propiedades emergentes que tendern a estabilizar y potenciar el sistema en su conjunto. De lo contrario, surgirn sinergias negativas que pueden retardar, obstaculizar o, incluso, atrofiar el desarrollo. En esta ltima instancia se pondrn en juego los factores denominados neguentrpicos (vg. autocontroles, autocorrecciones, la propia intervencin del estado o el dictado de una ley pueden tambin actuar como factores correctivos) que tendern a regular, a corregir y a controlar el proceso manteniendo la homeostasis del sistema dentro de los parmetros establecidos.

    Resulta evidente, pues, la premura y necesidad de crear las condiciones mnimas para un autntico y genuino desarrollo, un desarrollo autosustentable, cimentado en nuevas categoras tericas y metodolgicas y nuevas configuraciones prcticas, que favorezcan la emergencia de economas regionales con crecimiento autosostenido, integradas horizontal y verticalmente, estructuradas sobre actividades productivas dinmicas y competitivas, insertadas en los mercados externos e internos, donde el sector privado asuma la iniciativa y el riesgo, la sociedad civil se integre como parte sustantiva del proceso de transformacin, y el estado garantice la promocin, direccionalidad y monitoreo del sistema. Uno de los mayores desafos de la Argentina del siglo XXI es reducir sus desigualdades y asimetras regionales. Es un mandato histrico, un deber social, un acto de justicia; pero en plena poca de transformacin mundial en todos los rdenes, es tambin una puerta a un futuro promisorio.

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