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1. Jesús funda la Iglesia Índice 1. Una discusión radiofónica (I) 2. Jesucristo quiso fundar la Iglesia (I) 3. Etapas de la fundación de la Iglesia (F) 4. Los doce Apóstoles (F) 5. Misiones confiadas por Jesús a los Apóstoles (F) 6. ¿Con qué finalidad fundó Jesús la Iglesia? (F)

Aurelio Fernández - La Iglesia, Fe, Dogma, Historia, Sacramentos, Moral

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Escrito sobre la Iglesia que aborda temas como la fe, el dogma, la historia, los sacramentos y la moral.

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1. Jess funda la Iglesia

ndice

1. Una discusin radiofnica (I)

2. Jesucristo quiso fundar la Iglesia (I)

3. Etapas de la fundacin de la Iglesia (F)

4. Los doce Apstoles (F)

5. Misiones confiadas por Jess a los Apstoles (F)

6. Con qu finalidad fund Jess la Iglesia? (F)

(F) Contenido fundamental

(I) Contenido individual

1. Una discusin radiofnica

Las discusiones radiofnicas estn de moda. En una de ellas el director del programa invit a un grupo de muchachos y muchachas universitarios para tratar el tema de la Iglesia. Tomaban parte estudiantes de diversas facultades: unos catlicos practicantes, otros no practicantes y algn no creyente.

Por aquellos das un grupo de obispos haba publicado un importante documento sobre la situacin moral de la sociedad. En la reunin se expusieron las ms diversas opiniones. Algunos estudiantes estaban de acuerdo con el juicio de los obispos mientras que otros se mostraban en contra. La discusin fue tan viva que acab en un verdadero debate, que pas del contenido del documento episcopal a una discusin abierta sobre la Iglesia.

Uno de los estudiantes afirm que la Iglesia tena demasiados fallos como para pretender ser maestra de moralidad. Una de las muchachas aadi que, con esa clase de documentos, los obispos se atribuyen el poder de ser unos mediadores privilegiados entre Dios y los hombres; eso le pareca excesivo, pues Jess s poda dar esas lecciones, pero los obispos no. Otra estudiante -que se confes catlica practicante- afirm que estaba completamente de acuerdo con que los obispos, en nombre de Jesucristo, orientasen la conciencia de los catlicos sobre la situacin moral de la sociedad, y afirm que eso no era una intromisin, sino sencillamente cumplir con su deber. Luego, un estudiante de filosofa, que haba ledo las obras de Loisy, explic que, segn este autor de principios del siglo XX, Jess de Nazaret no pretendi nunca fundar una Iglesia ni siquiera una religin nueva, sino que anunci solamente el "Reino de Dios" y que el fin del mundo estaba ya prximo; despus de su muerte, sus discpulos, al ver que este final no se produca, decidieron organizarse en una comunidad, que recibi el nombre de Iglesia, y se atribuyeron unos poderes que Jess no les haba concedido en absoluto. Al final, en un alarde de oratoria, concluy: "Mi postura es esta: Cristo, s; Iglesia, no".

Como es lgico, esta conclusin fue negada rotundamente por quienes se sentan cristianos. Uno de ellos cit algunos datos bblicos que muestran la intencin de Cristo de fundar la Iglesia. Y, siguiendo la dialctica del adversario, apostrof: "Cristo, s; Iglesia, tambin."

2. Jesucristo quiso fundar la Iglesia

La cuestin central de ese debate acab siendo si Cristo quiso o no fundar la Iglesia. Y ciertamente es una cuestin de capital importancia, porque si Jesucristo no hubiera tenido intencin de fundar la Iglesia la existencia de sta no tendra ningn sentido y, por tanto, tampoco tendramos que tomar demasiado en serio lo que Jess dijera o enseara.

Pero, si aceptamos que la salvacin viene de Dios por medio de Jesucristo, nada ms lgico que comenzar por preguntarnos si Jess fund verdaderamente la Iglesia y con qu fin la fund.

Como veremos a lo largo de esta unidad. La Iglesia no naci como una iniciativa de los Apstoles ni tampoco surgi como una necesidad de los primeros cristianos con el fin de agruparse y de organizarse cuando aument el nmero de los bautizados.

La Iglesia naci por una decisin de Dios, que envi a su Hijo al mundo para darnos la salvacin y hacernos tambin hijos suyos. La Iglesia fundada por Jesucristo fue preparada a lo largo de la historia del pueblo de Israel y se manifest ante el mundo, a impulsos del Espritu Santo, el da de Pentecosts (CEC, n. 759)

Esta conclusin no es algo que nosotros deducimos despus de veinte siglos de existencia de la Iglesia, sino que se puede constatar ya desde el origen mismo del cristianismo. En efecto, los Hechos de los Apstoles dan un testimonio inequvoco de que, desde el primer momento, los bautizados se sienten unidos por vnculos muy fuertes. Cabe an decir ms, despus de la primera predicacin de san Pedro, los Hechos describen al primer grupo de cristianos formando una comunidad estable.

Algunos objetan que Jess predic el "Reino de Dios"* y la necesidad de la conversin, pero que no habl de la "Iglesia", lo que probara que sta fue una institucin creada por los Apstoles, no por Jesucristo. Pues bien, esta objecin carece de fundamento por dos razones:

1. Porque, al menos tres veces, el trmino "Iglesia"* est en labios de Jess, una vez en Mateo 16, 18 y dos veces en Mateo 18, 17. Este trmino viene del hebreo quahal: asamblea de los convocados.

2. Porque las expresiones "Reino de Dios" y "Reino de los Cielos", que Jess usa con tanta frecuencia, tienen en su predicacin un significado muy amplio que a menudo es equivalente al de "Iglesia", como veremos en las pginas siguientes.

3. Etapas de la fundacin de la Iglesia

Cuando los hombres o las mujeres deciden constituir una sociedad deportiva, cultural, poltica, etc., generalmente lo hacen por medio de una asamblea o de un documento fundacional. Sin embargo, la fundacin de la Iglesia por Jesucristo no tuvo como punto de partida un acto fundacional solemne.

Jesucristo, a lo largo de su vida pblica, fue estableciendo las bases de la Iglesia, que se manifestara al mundo definitivamente, despus de su muerte y resurreccin, con el envo del Espritu Santo sobre sus Apstoles.

Las principales etapas de la fundacin de la Iglesia fueron:

1. Jess comienza a predicar el Evangelio* del Reino de Dios; al mismo tiempo, rene a su alrededor a quienes aceptan su Palabra y se hacen discpulos* suyos (ver Mateo 1, 15; Lc 11,20).

2. Jess elige a doce de esos discpulos "para que estuvieran con l y enviarlos a predicar" (Marcos 3, 14-16). stos sern los Apstoles*, "los Doce", a los que da poderes especiales (ver Mateo 18, 18), y les transmitir su propia misin (ver Mateo 28, 18-20).

3. Jess escoge a Pedro como Cabeza de los Apstoles y Pastor de toda la Iglesia (Mateo 16, 18-19): "T eres Pedro y sobre esta piedra edificar mi Iglesia" (Mateo 16,18-19). Despus de resucitar, Jess se aparece a Pedro y le dice: "Apacienta mis corderos Apacienta mis ovejas" (Juan 21, 15-17).

4. El Seor instituye la Eucarista* y da a los Apstoles poderes sacerdotales sobre ella: "Haced eso en memoria ma" (Lucas 22,19; 1 Corintios 11, 24-25); les da tambin el poder de perdonar los pecados: "A quienes perdonis los pecados, les quedan perdonados" (Juan 20, 23).

5. Con su muerte en la cruz y con su resurreccin, Jess realiza la redencin de los hombres y da as fuerza salvadora a los Sacramentos*, en los que Jess "se queda" en la Iglesia para siempre (ver Mateo 28, 20).

6. Con la venida del Espritu Santo en Pentecosts* (ver Hechos 2, 1ss.), la Iglesia de Jesucristo se manifiesta pblicamente e inicia su expansin con increble rapidez, a impulsos del mismo Espritu.

4. Los doce Apstoles

Segn el Evangelio de san Juan, Jess, desde el primer da de su vida pblica, llam a su lado a algunos discpulos (Juan 1, 35-51). Conforme avanza la vida pblica, el nmero de discpulos -hombres y mujeres- se fue multiplicando (ver Lucas 8,1-3; 10,1-12). Pero en una ocasin, despus de pasar la noche en oracin, "llam a s a los discpulos y escogi a doce de entre ellos, a quienes dio el nombre de apstoles" (Lucas 6, 12-13).

La lista de los doce Apstoles se recoge en cuatro textos del Nuevo Testamento: Mateo 10, 1-4; Marcos 3, 16-19; Lucas 6,14,16; y Hechos 1,13. Dos son los datos que deben destacarse en este hecho singular:

A. El nombre de "apstol". El Evangelio distingue entre "discpulo" y "apstol". "Discpulo" es el nombre genrico con que se designa a los que siguen a Jess como "Maestro". Por el contrario, "apstol". Es una palabra griega, poco usada en la Biblia, que significa "enviado". Peso no se trata de un "envo" cualquiera, sino que tiene un sentido muy preciso: el apstol es "un enviado con representacin oficial", o sea, un enviado con plenos poderes. En este sentido, los "apstoles" representarn a Jesucristo y darn continuidad a su misin.

B. El nmero "doce". Es preciso subrayar que, al mencionar a los "apstoles", los evangelistas subrayan que son "doce" y, seguidamente, los designan a cada uno por su propio nombre: A partir de entonces, el nmero "doce" adquiere un sentido tcnico, por eso los Evangelios usan indistintamente el plural "apstoles" o los "doce" (Mateo 26, 14; Marcos 14, 10; Juan 6, 71, etc.). El nmero doce es tan importante que, despus de la muerte de Judas, Pedro propone "completar el nmero de los doce", y para ello eligen a Matas como sucesor de Judas (ver Hechos 1, 15-26).

Este hecho tiene especial significacin: as como en el Antiguo Testamento, Dios organiz el Pueblo de Israel sobre las doce tribus de Israel, de modo semejante, el Nuevo Testamento se constituir y fundar sobre los doce Apstoles. Existe, pues, un riguroso paralelismo entre el "antiguo pueblo de Israel" y el "Nuevo Pueblo de Dios", que es la Iglesia. Este paralelismo es puesto de relieve por el mismo Jess, pues promete a los Apstoles que ellos juzgarn "a las doce tribus de Israel" (Mateo 19, 28; Lucas 22, 30).

Se impone una consecuencia: al modo como Dios llev a trmino la preparacin de la venida del Mesas Salvador por medio del pueblo de Israel, de modo semejante, pero mucho ms perfecto. Dios ha decidido llevar a trmino la salvacin* de los hombres por medio de su Hijo, Jesucristo, en el Nuevo Pueblo de Dios, que es la Iglesia.

5. Misiones confiadas por Jess a los Apstoles

Jess les dedica una atencin especialsima: les instruye con diversas enseanzas; les ensea a orar; les habla del Reino de Dios, etc. Junto a esta enseanza personalizada, Jess confa a los Apstoles diversas misiones: unas que desempearn en vida del Maestro y otras despus de su ascensin.

A. Durante la vida de Jess. A lo largo de su vida pblica, Jess enva a los Doce con el encargo de "predicar y arrojar demonios" (ver Marcos 3, 14-15), de "curar toda enfermedad y toda dolencia" (ver Mateo 10, 1), etc.

B. Despus de su ascensin al cielo. Pero los Apstoles han de cumplir tambin encargos importantes, definitivos y orientados a toda la humanidad cuando Jess haya ascendido al cielo. El envo es solemne, pues le dice: "Como me envi mi Padre, as me envo Yo" (Juan 20, 21).

Las misiones confiadas por Jess a los Apstoles se pueden resumir en cinco:

1. El mandato de evangelizar*. Este encargo incluye la misin de predicar y de bautizar (Mateo 28, 18-20; Marcos 16, 10-16; Lucas 24, 46-48).

2. El poder de perdonar los pecados. Ese poder que los judos consideraban exclusivo de Dios (ver Lucas 7, 47-48) es comunicado solemnemente a los Apstoles (ver Juan 20, 21-23).

3. El poder de "atar y desatar". Este poder significa declarar lo que est permitido y lo que est prohibido. Despus de concederlo Jess a Pedro de modo eminente (ver Mateo 16,19), lo comunic tambin al resto de los Apstoles (ver Mateo 18,18).

4. El poder de celebrar la Eucarista*. Es un mandato solemne de Jess despus de la celebracin de la ltima Cena: "Haced esto en memoria ma" (Lucas 22, 19; 1 Corintios 11, 24). Este poder es especialmente importante, por cuanto la Eucarista es la "Nueva Alianza sellada con su sangre" (Lucas 22, 20), que Jess derram en la cruz para la salvacin de los hombres.

5. La misin de ser sus testigos. "Testigo" es aquel que, por haber "visto y odo", garantiza la verdad de lo que ensea. Pues bien, los Doce, compaeros constantes de la vida y de las enseanzas de Jess, sern los testigos cualificados de su vida, muerte y resurreccin (Lucas 24, 48; Mateo 10, 18; Hechos 1, 8).

6. Con qu finalidad fund Jess la Iglesia?

El Concilio Vaticano II lo ensea con palabras muy claras:

"La Iglesia ha nacido con este fin: propagar el Reino de Cristo en toda la tierra para gloria de Dios Padre, y hacer as a todos los hombres partcipes de la redencin salvadora y, por medio de ellos, ordenar todo el universo hacia Cristo" (AA, 2).

Podemos distinguir en este texto una triple finalidad de la fundacin de la Iglesia:

A. Propagar el Reino, es decir, anunciar la "Buena Nueva" de que el Reino de Dios ha venido al mundo con Jesucristo y su Evangelio.

B. Llevar la salvacin de Jesucristo a todos los hombres y mujeres del mundo, hasta el fin de los tiempos.

C. Ordenar todo el universo hacia Cristo, lo que significa que todas las realidades de este mundo deben ser orientadas hacia el Reino de Cristo, segn el querer de Dios.

Adems de estos fines primordiales que Cristo tuvo presentes al fundar su Iglesia, desde el punto de vista humano podemos descubrir otras "razones de conveniencia". Por ejemplo:

1. La Iglesia responde al sentido social de la persona. En efecto, si el hombre es un ser social y necesita de la sociedad para vivir como persona, de modo semejante, la fe, que es una llamada personal de Dios, no puede vivirse de forma aislada, sino junto con otros que tambin han recibido la misma llamada de Dios. Precisamente la palabra "Iglesia", que deriva del trmino hebreo "quahal", significa "asamblea de los convocados".2. La Iglesia es la institucin que garantiza la fe de todos los cristianos. En efecto, si no hubiese una instancia externa que avalase la verdad de lo que creemos y las normas de conducta que practicamos, se caera con el tiempo en un subjetivismo que acabara con el cristianismo. Gracias a la Iglesia, estamos seguros de que la fe que profesamos hoy es la misma que ensearon y vivieron los Apstoles, segn lo que haban recibido de Jess.

2. Qu es la Iglesia?

ndice

1. Contina la discusin radiofnica (I)

2. La Iglesia es un (F)

3. Las imgenes que explican la Iglesia (F)

4. La Iglesia es el sacramento de Cristo (I)

5. Las de la Iglesia (F)

(F) Contenido fundamental

(I) Contenido individual

1. Contina la discusin radiofnica

En la discusin radiofnica de la que se hace mencin en la unidad 1, al hablar de la Iglesia, se observ que no todos los presentes tenan la misma idea de lo que realmente es la Iglesia. Discutan y discutan, pero no se aclaraban porque partan de supuestos distintos.

Unos entendan la Iglesia como una sociedad humana, en paralelo con la sociedad civil; otros identificaban a la Iglesia con los obispos y los sacerdotes; el estudiante de filosofa negaba incluso que Cristo hubiera tenido intencin de fundar la Iglesia; y no falt quien confundi a la "Iglesia" con el "templo". Era curioso comprobar que la mayora de esos estudiantes careca de un concepto preciso sobre el ser de la Iglesia.

Esta falta de ideas claras sobre la Iglesia la acus un oyente que -a micrfono abierto- hizo esta aclaracin: "los estoy escuchando y no puedo ocultar mi desconcierto. Antes de discutir, conviene tener una idea clara sobre qu es la Iglesia. Miren -aadi-, la Iglesia no es ni una sociedad humana, en oposicin al Estado, ni la forman slo los curas y los obispos. Tampoco es una democracia y, desde luego, no se la puede confundir con el 'templo', como dijo alguno de ustedes".

Los invitados callaban. El "oyente" precis algunos conceptos y concluy: "Tengan presente que adems de conocimientos se requiere cierto respeto porque la Iglesia es un misterio". Ante esto, el estudiante incrdulo intervino: "Ya estn los oscurantistas recurriendo al 'misterio' para ocultar su ignorancia". El resto de los presentes callaron y no supieron responder..

2. La Iglesia es un

El trmino "misterio" suele utilizarse para referirnos a realidades cuyo contenido nos supera. En todas las ciencias del saber se pronuncia con frecuencia la palabra "misterio". De este modo, se dice que "el hombre es un misterio". Pero tambin lo es la "materia", tal como afirma algn fsico moderno. Y los bilogos hablan del "misterio de la vida". Por consiguiente, el uso del trmino "misterio" no es exclusivo de la religin, sino que a l tambin recurren las diversas ciencias.

En el campo religioso se aplica el trmino "misterio" a aquellas realidades espirituales que superan el mbito de la experiencia y que no pueden entenderse slo con el recurso de la razn. As, por ejemplo, es un misterio que dios sea Uno y Tino a la vez, que Dios se haya hecho hombre o que Jess est realmente presente en la Eucarista Pues bien, en esta misma lnea se sita el ser de la Iglesia: es tan rico su concepto, comprende realidades tan profundas, tiene un origen tan elevado, que su realidad no puede ser captada plenamente por la inteligencia humana.

El Catecismo de la Iglesia Catlica lo pone de relieve con estas palabras:

"La Iglesia es a la vez visible y espiritual, sociedad jerrquica* y Cuerpo Mstico de Cristo*. Es una, formada por un doble elemento, humano y divino. Ah est su Misterio que slo la fe puede aceptar" (CEC, n. 779).

3. Las imgenes que explican la Iglesia

El ser humano, cuando trata de explicar cualquier realidad, no tiene ms que dos modos de hacerlo: o se forma un concepto de esa realidad y la define, o la describe con imgenes ms o menos ilustrativas. Esta doble actitud se constata a diario: todos nosotros, cuando tratamos de explicar algo, o lo definimos ( "esto es tal cosa" ), o lo explicamos con imgenes ( "es como si" ).

Jess, al predicar su Evangelio, utiliz abundantes imgenes por medio de parbolas, alegoras y smbolos. Y, cuando habla de la Iglesia, emplea tambin diversas imgenes. As la compara con:

Un redil y un rebao (Juan 10, 1-16);

Una casa, de la que Jess es la piedra angular (Mateo 21, 42);

Una red echada en el mar (Mateo 13, 47-52);

Una via (Mateo 23, 33-34);

Una luz que brilla en el mundo (Mateo 5, 14)

Por ello, cuando la teologa trata de explicar la Iglesia, usa tambin distintas imgenes. Las ms frecuentes son cuatro: Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo, Templo del Espritu Santo y Comunin.

A. La Iglesia es el nuevo Pueblo de Dios. El Antiguo Testamento describa a Israel como "pueblo de Dios" y el Nuevo ensea que los bautizados forman un "nuevo pueblo" (1 Pedro 2, 9). Por eso, el Concilio Vaticano II recurre a la imagen "Pueblo de Dios" para explicar el misterio de la Iglesia. Este Pueblo de Dios tiene unas caractersticas que le distinguen. Son las siguientes:

Es el Pueblo de Dios: "Una raza escogida, un sacerdocio real, una nacin santa" (1 Pedro 2,9-11).

Se llega a ser miembro de este Pueblo, no por el nacimiento fsico, sino por el "nacimiento de arriba", "del agua y del Espritu" (Juan 3, 3-5), es decir, por el Bautismo.

Tiene por Cabeza a Jess, el Cristo, el Mesas, que ha venido al mundo para salvarnos.

La identidad de este Pueblo es la dignidad y la libertad de los hijos de Dios, en cuyos corazones habita el Espritu Santo, como en un templo.

Su ley es el Mandamiento Nuevo que Jess nos entreg en su ltima Cena: "Amaos los unos a los otros, como Yo os he amado" (Juan 13, 34-35).

Su destino final es el Reino de Dios, que Jess comenz en este mundo y que ha de ser extendido por toda la tierra hasta que l mismo lo lleve a su perfeccin en la gloria del cielo.

B. La Iglesia es el Cuerpo Mstico de Jesucristo. San Pablo compara a la Iglesia con un cuerpo en el que la cabeza es Cristo y los miembros los cristianos (ver Romanos 12, 4-6). La imagen del Cuerpo Mstico pone de relieve la diversidad de miembros que constituyen la Iglesia y la armona que debe existir entre ellos, pues, como ensea el mismo san Pablo, ningn miembro puede prescindir del otro (1 Corintios 12, 13-20). Al mismo tiempo, esa imagen destaca el elemento invisible y espiritual, pues el alma de ese cuerpo es el Espritu Santo. Finalmente, explica la jerarqua como una participacin en la "cabeza" de ese cuerpo, que es Cristo (Colosenses 1, 17-18).

C. La Iglesia es Templo del Espritu Santo. Jesucristo encomend el porvenir y la vitalidad de la Iglesia al Espritu. El Espritu Santo cumple en la Iglesia parecidas misiones a las que el alma lleva a cabo en el cuerpo. As, el Espritu Santo es el principio que da fecundidad sobrenatural a la Iglesia; l es la fuente de las gracias y de los carismas*. Esa unin tan ntima entre la Iglesia y la Tercera Persona de la Trinidad es lo que hace que el cristiano, si vive unido a Cristo, sea tambin "templo del Espritu Santo" (1 Corintios 3,16-17;2 Corintios 6,16; Efesios 2,21).

D. La Iglesia es una "Comunin". El trmino "comunin" ("comn-unin") era frecuente en la primitiva Iglesia (ver Hechos 2, 42). Deriva de una palabra griega (Koinona) que en aquel tiempo tena esta rica significacin: unin ntima, integracin de todos los creyentes en una profunda unidad.

Hoy vuelve a insistirse en la imagen de la Iglesia como "comunin". Qu significa esto? Significa varias cosas a la vez:

Comunin en la fe: todos los cristianos profesamos una misma fe.

Comunin en los sacramentos: todos los cristianos celebramos los mismos sacramentos.

Comunin jerrquica: todos obedecemos a unos mismos pastores (el papa y los obispos), que representan a Cristo.

Comunin de los santos: la Iglesia est formada por los cristianos que estn en la tierra, que deben estar unidos por la caridad, los que estn en los que estn en el cielo y los que estn en el purgatorio.

Comunin con Dios Padre, Hijo y Espritu Santo, con la esperanza de la unin definitiva en el cielo.

4. La Iglesia es el sacramento de Cristo

Reconocer que la "Iglesia es un misterio" no es una invitacin a la pereza intelectual. Al contrario, as como para el mdico es un estmulo el estudio de una enfermedad misteriosa y desconocida o el cientfico siente el impulso de investigar los misterios de la materia o de la vida, de modo semejante, el creyente debe esforzarse por comprender aquello que cree. Lo contrario es caer en el fidesmo*, que, en lenguaje coloquial, equivale a la "fe del carbonero". Es decir, una fe que ignora lo que cree.

El modo ms propio de explicar la naturaleza* de la Iglesia es entenderla como sacramento de Jesucristo Qu queremos decir cuando afirmamos que la "Iglesia es el sacramento de Cristo"?

Al mencionar la palabra "sacramento", se piensa de inmediato en los siete sacramentos. Y qu es un sacramento? El sacramento "es un signo sensible que causa aquello que significa". En efecto, el bautismo es un signo externo (el agua) que significa que el bautizado es purificado del pecado original y renace a una vida nueva. Pues bien, cuando afirmamos que la Iglesia es un "sacramento" queremos decir que la Iglesia "es signo" de la Persona de Jesucristo y que tiene el poder de realizar las mismas acciones salvficas de Cristo.

5. Las "notas" de la Iglesia

Todos los cristianos cuando rezamos el Credo decimos "Creo en la Iglesia una, santa, catlica y apostlica". Estas cuatro caractersticas de la verdadera Iglesia es lo que se denominan las "notas" de la Iglesia: son como sus "propiedades esenciales".

A. La Iglesia es una. Hoy vemos que hay numerosas Iglesias que se dicen cristianas: la catlica, la protestante*, la ortodoxa*, etc. Cmo es posible que la Iglesia de Cristo sea "una" si la vemos tan dividida?

Sin embargo, lo cierto es que Jess fund una sola Iglesia. As, en el texto ms importante en el que habla de la Iglesia, Jess usa el trmino en singular: "T eres Pedro y sobre esta piedra edificar mi Iglesia" (Mateo 16, 18). Y en las diversas imgenes que simbolizan la Iglesia siempre emplea el singular: un pueblo, un rebao, un campo, una red, etc.

Esa unidad es la que recomiendan continuamente los Apstoles, San Pablo, desde la crcel, lo expresa de modo terminante:

"Os exhorto a que () os mostris solcitos en conservar la unidad (). Un solo Seor, una sola fe, un solo Bautismo, un Dios y Padre de todos, que est sobre todos, obra en todos, y habita en todos" (Efesios 4, 1-6).

La unidad de la Iglesia abarca principalmente tres mbitos:

La unidad de fe: unidad en las verdades que se creen.

La unidad de sacramentos: unidad en los sacramentos que se celebran.

La unidad jerrquica: unidad en la obediencia a los pastores legtimos de la Iglesia.

Ahora bien, la unidad no se identifica con la uniformidad en cuestiones secundarias. Por eso, en la Iglesia catlica se da un sano pluralismo, que tiene origen en los diversos carismas* que libremente suscita el Espritu Santo en la Iglesia.

B. La Iglesia es santa. Esta "nota" es ms difcil de percibir porque vemos que en la Iglesia hay santos, pero abundan tambin los pecadores. Sin embargo, la Iglesia es santa, porque su fundador, Jesucristo, es santo, su finalidad es santa y los medios que utiliza para alcanzarla -los sacramentos, la oracin y la prctica de las virtudes- tambin son santos.

Adems, es de admirar el florecimiento de personas santas que se sucede en la historia de la Iglesia catlica. Asombra el nmero de santos y santas que ha existido a lo largo de la historia. Por ejemplo, slo en el ao 1550 y en Espaa, en un momento de crisis en la iglesia por la ruptura causada por el protestantismo, se pueden contabilizar catorce santos. Son los siguientes: Ignacio de Loyola, Francisco Javier, Teresa de Jess, Juan de la Cruz, Juan de Dios, Francisco de Borja, Juan de vila, Pedro de Alcntara, Toms de Villanueva, Francisco Solano, Alfonso R. Toribio de Mogrovejo, Juan de Rivera y Luis Beltrn. Este dato es ms de notar por cuanto todos ellos, adems de ofrecer evidentes signos de santidad, ejercieron una marcada influencia social y cultural en la historia de Espaa.

C. La Iglesia es catlica. El trmino "catlico" significa "universal". Con esta "nota" se indica que la Iglesia debe extenderse en la amplia geografa del mundo (universalidad geogrfica). Pero indica tambin la capacidad que tiene la Iglesia verdadera de asumir la cultura de todos los tiempos y civilizaciones (universalidad intrnseca).

La universalidad geogrfica de la Iglesia catlica obedece a la misin que el mismo Jesucristo le confi: "Id y predicad el Evangelio a todas las gentes" (Mt 28,19-20). La Iglesia es misionera por su propia naturaleza.

Por su universalidad intrnseca, la Iglesia puede insertarse en los diversos pueblos y naciones en que se implanta. Con este fin, respeta los valores autnticos de cada cultura, corrige aquello que degrada a la verdadera dignidad humana y asume de esas culturas valores nuevos, desconocidos en otros mbitos.

D. La Iglesia es apostlica. Esta ltima "nota" es tan importante que es el fundamento de las tres anteriores. La apostolicidad de la Iglesia hace referencia a tres mbitos:

Apostolicidad de origen: el origen de la Iglesia catlica se remonta a la poca de los Apstoles.

Apostilicidad de la doctrina: la Iglesia catlica mantiene las mismas enseanzas que en la poca apostlica.

Apostolicidad de sucesin: slo en la Iglesia catlica se da una sucesin jams interrumpida desde los Apstoles hasta nuestros das, de modo que los obispos son sucesores de los Apstoles. Concretamente, el papa es el sucesor directo del apstol san Pedro sin que jams se haya roto esta sucesin.

La sucesin apostlica no se cumple en las dems confesiones cristianas, dado que se "separaron" de la Iglesia catlica, y algunas, como los anglicanos, lo hicieron por motivos muy poco consistentes, como fue el capricho de un rey.

Las cuatro "notas" de la verdadera Iglesia de Cristo slo se dan en la Iglesia catlica. Por eso, el Concilio Vaticano II ensea que la Iglesia catlica es la verdadera Iglesia fundada por Jesucristo.

No obstante, el Concilio reconoce el valor de las dems iglesias cristianas, en las cuales, sin darse la plenitud de la verdad, se descubren no pocos valores, pues sus miembros "estn bautizados y se honran con el nombre de cristianos" (LG, N. 15).

3. Quines formamos la Iglesia?

ndice

1. La Iglesia en noticias (I)

2. Cmo est constituida la Iglesia? (F)

3. La constitucin jerrquica de la Iglesia (F)

4. Los Apstoles designan sucesores (F)

5. El primado de Pedro en la Iglesia (F)

6. La llamada universal a la santidad (F)

7. Vocacin y misin de los laicos (F)

8. Los religiosos en la Iglesia (I)

(F) Contenido fundamental

(I) Contenido individual

1. La Iglesia en noticias

La prensa, la radio y la televisin suelen dar noticias sobre la Iglesia. Sin embargo, estas informaciones no siempre son serenas y correctas. Con cierta frecuencia algunos periodistas buscan la noticia sensacionalista, que es la que vende. Por eso, sucede a menudo que los medios de comunicacin, al informar sobre la Iglesia, destacan ms ciertas noticias con impacto periodstico que, por ejemplo, las enseanzas del papa y de los obispos. He aqu una serie de noticias que han aparecido en los medios de comunicacin:

El obispo de la dicesis X, en Hispanoamrica, se ha ofrecido para hacer de intermediario entre el gobierno central y la guerrilla. Este ofrecimiento ha sido aceptado por ambas partes. Sin embargo, algunos sectores acusan al obispo de hacer poltica.

Un grupo de catlicos nacionalistas de la dicesis X no quiere admitir al obispo que el papa ha nombrado para ser dicesis porque ha nacido en otra regin del pas. La opinin pblica est dividida sobre este asunto.

El alcalde de un pueblo ha prohibido al prroco que toque las campanas de la iglesia porque afirma que el estado espaol es aconfesional.

Algunas monjas y sacerdotes de diversas rdenes religiosas han preferido quedarse en un pas extranjero a pesar de que sus vidas corren peligro de muerte.

2. Cmo est constituida la Iglesia?

Es evidente que, al preguntarnos por los elementos que integran la Iglesia, es preciso distinguir entre "elementos esenciales" y "elementos secundarios". Esta distincin es importante, pues lo esencial tiene su origen en el proyecto de Jesucristo para su Iglesia y, por lo tanto, no puede prescindirse de l. Por el contrario, los elementos secundarios pertenecen a su realizacin histrica y pueden sufrir variaciones y reformas, como de hecho ha sucedido a lo largo de la historia de la Iglesia.

En la composicin de la Iglesia se dan dos elementos esenciales: los fieles cristianos y la jerarqua de la Iglesia. La condicin de fiel afecta a todos los bautizados (laicos, religiosos y pastores de la Iglesia), mientras que la funcin jerrquica es exclusiva de los ltimos.

1. La condicin de fiel *. Todo cristiano por el Bautismo se convierte en miembro de la Iglesia. Este primer elemento es el ms importante y hace que se d una "igualdad esencial entre todos los bautizados".

2. La jerarqua* de la Iglesia. La jerarqua es el segundo elemento esencial en la constitucin de la Iglesia. Fue Jess quien otorg la jerarqua a su Iglesia al elegir a los doce Apstoles para confiarles una misin especial al servicio de los dems fieles cristianos.

Por lo tanto, en la Iglesia, junto al "principio de igualdad esencial", existe otro "principio de diversidad funcional". Es decir, todos los bautizados son igualmente fieles cristianos, pero cada uno tiene su funcin propia en el seno de la Iglesia.

3. La constitucin jerrquica de la Iglesia

La palabra jerarqua procede de la voz griega "jers", que significa "sagrado". En la Iglesia forman la jerarqua aquellas personas que han sido investidas por Jesucristo de una especial autoridad sagrada con el fin de ensear, santificar y guiar a los dems fieles cristianos. La jerarqua en la Iglesia nace de la voluntad expresa de Jesucristo, segn se lee en los Evangelios:

a. Jess eligi a los doce Apstoles (Mateo 10, 1-4).

b. Les confi misiones muy importantes: bautizar, predicar el Evangelio, etc. (Mateo 28, 19-20).

c. Les design "testigos" de su vida y de su resurreccin (Lucas 24, 44-49; Juan 16, 26-27).

Los doce Apstoles cumplieron en todo momento los mandatos y encargos del Seor (Hechos 2, 32; 3,15; 5,32; etc): predicaron el Evangelio por muchos pases y murieron mrtires derramando su sangre por Jesucristo. As se explica que diga san Pablo que la Iglesia est "fundada sobre los Apstoles" (Efesios 2, 20).

Los doce Apstoles forman lo que se llama el Colegio apostlico*, pues, como ensea el Concilio Vaticano II. Cristo al instituir a los Doce "form una especie de Colegio o grupo estable, y eligiendo de entre ellos a Pedro lo puso al frente de l" (LG, n.19).

La jerarqua de la Iglesia cumple el oficio sacerdotal confiado por Jesucristo a los Apstoles de "representarle a l". Su misin es "servir" a las necesidades de los fieles. La jerarqua de la Iglesia tiene tres grados a los que se accede a travs del sacramento del orden sacerdotal: obispos*, presbteros* y diconos*. Pero esto lo estudiaremos en la unidad 8, al tratar de ese sacramento.

4. Los Apstoles designan sucesores

Los textos del Nuevo Testamento a los que se ha hecho referencia en el apartado anterior confirman lo que la Iglesia siempre ha enseado: que Cristo quiso expresamente que los Apstoles tuvieran sucesores que llevaran a cabo las misiones que confi a los Doce hasta el fin de los tiempos (ver Mateo 28, 19); y, al despedirse de ellos, aadi: "y sabed que yo estar con vosotros todos los das hasta el fin del mundo" (Mateo 28, 20).

Si los Apstoles no hubieran instituido sucesores suyos en la jerarqua y en el sacerdocio, la Iglesia se habra extinguido con la muerte del ltimo Apstol y el mandato de Cristo habra quedado desatendido. Es evidente, pues, que la misin encomendada por Cristo, que haba de realizarse "hasta el fin del mundo", llevaba consigo la designacin de otros varones apostlicos que continuasen dicha misin, de generacin en generacin.

Los Apstoles, al fundar nuevas comunidades cristianas, se preocuparon de poner al cuidado de ellas un "representante" suyo. Leemos en los Hechos y en algunas cartas de san Pablo que "imponan las manos" y ordenaban nuevos ministros que se llaman presbteros y obispos (Hechos 6, 5; 13, 23; 1Timoteo 5, 22).

Despus de muertos los Apstoles se puede comprobar cmo las distintas "iglesias" estn guiadas por "obispos y presbteros".

En las cartas de san Ignacio de Antioqua (110 d. de C.) vemos cmo las comunidades cristianas aparecen ya organizadas y presididas por sus correspondientes obispos.

Al igual que los Doce forman el "Colegio apostlico" con Pedro a la cabeza, el conjunto de todos los obispos del mundo presididos por el papa, como sucesor de san Pedro, forman lo que se llama el Colegio episcopal*. Este carcter colegial se muestra con especial claridad cuando se celebra un Concilio Ecumnico*, el ltimo de los cuales ha sido el Concilio Vaticano II, clausurado en Roma en el ao 1965.

Del conjunto de los textos evanglicos que nos hablan de las misiones encomendadas por Jesucristo a los Apstoles y a sus sucesores, se deduce que stas pueden reducirse a tres:

A. Ensear: los Apstoles y sus sucesores han de transmitir ntegramente la doctrina de Jesucristo.

B. Santificar: han de administrar los medios de santificacin especialmente los Sacramentos.

C. Regir: con medidas adecuadas y con espritu de servicio, han de velar para que se cumpla todo lo mandado por el Seor.

5. El primado de Pedro en la Iglesia

Fue tambin voluntad de Jesucristo poner al apstol Pedro al frente del Colegio apostlico para que fuera el jefe de la Iglesia como "representante o vicario" suyo. Vemoslo:

A. Promesa del primado a Pedro: el Seor prometi el primado* a Pedro cuando dijo: "Y yo te digo que t eres Pedro ("Cefas", que significa "roca") y sobre esta piedra edificar mi Iglesia. Y te dar las llaves del Reino de los Cielos, y todo lo que atares sobre la tierra quedar atado en los Cielos; y todo lo que desatares sobre la tierra, quedar desatado en los Cielos" (Mateo 16, 18-19).

B. Institucin del primado de Pedro: el mismo Jess otorg a Pedro el primado antes prometido. Sucedi despus de la resurreccin de Jesucristo, cuando se apareci a los Apstoles en el lago de Genesaret. Jess le dijo a Pedro: "Apacienta mis corderos; apacienta mis ovejas" (Juan 21, 15-17). En estas palabras, la Iglesia ha visto siempre a Jesucristo entregando el primado a Pedro.

C. El primado pas integro a los sucesores de Pedro: los poderes que Cristo otorg a san Pedro. cesaron con su muerte o han pasado a sus sucesores? La historia de la Iglesia muestra que Pedro fue a Roma, ejerci all el primado durante muchos aos y en esa ciudad derram su sangre durante la persecucin de Nern. Sabemos tambin por la historia, que le sucedieron en la sede romana los papas Lino, Cleto y Clemente; y conocemos la sucesin ininterrumpida de los 266 obispos de Roma (o Romanos Pontfices) desde san Pedro hasta el papa actual.

La Tradicin* unnime de la Iglesia catlica afirma que esta sucesin slo se encuentra en el obispo de Roma, de modo que cualquiera que sea la persona que sucede a Pedro en esta ctedra, se obtiene el primado de Pedro sobre la Iglesia universal, como "Vicario de Cristo" en la tierra.

Los oficios especficos del Papa coinciden, en general, con las misiones especiales que Jess confi a san Pedro. En concreto, son los siguientes:

A. Ser el fundamento (la "Piedra") sobre el que se asienta la Iglesia de Jesucristo.

B. El poder de las llaves, tambin llamado "poder de jurisdiccin" (Mateo 16, 13-18).

C. La misin de confirmar a todos los fieles de la Iglesia en la fe (Lucas 22, 31-32), o sea, la misin de ensear.

D. El poder de apacentar y dirigir a la Iglesia universal (Juan 21, 15-17).

6. La llamada universal a la santidad

Todos los que formamos la Iglesia de Jesucristo estamos llamados a ser santos. As lo dice Jess en el Evangelio: "Sed santos como vuestro Padre celestial es santo" (Mateo 5, 48). Y san Pablo insiste en esta enseanza fundamental: "Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificacin" (1 Tesalonicenses 4, 3).

El Concilio Vaticano II, al hablar de los laicos (los cristianos corrientes), dice:

"El divino Maestro y Modelo de toda perfeccin predic a todos y cada uno de sus discpulos, en cualquier circunstancia que vivieran, la santidad de vida (). Es, Pues, completamente claro que todos los fieles de cualquier estado o condicin, estn llamados a la plenitud de la vida cristiana, es decir, a la santidad" (LG, n. 40)

7. Vocacin y misin de los laicos

Est claro que la Iglesia no se puede reducir o limitar a la actividad de la jerarqua. Normalmente la actividad de la Iglesia discurre por el campo de los cristianos corrientes, a los que se conoce con el nombre de laicos*. El trmino "laico" deriva del griego "laos" y significa "hombre del pueblo" o "ciudadano". Los laicos (o seglares) son, por tanto, todos los fieles cristianos -no sacerdotes no religiosos- que, incorporados a Cristo por el Bautismo, forman parte de la Iglesia. Su vocacin y su misin tienen unas caractersticas bien determinadas:

Viven en el mundo, en las ms diversas situaciones.

Trabajan en los asuntos de este mundo, en cualquier profesin honesta, debiendo ordenar su actividad segn el querer de Dios.

Actan como "fermento" evangelizador de la sociedad, con un apostolado* lleno de naturalidad en la familia, en la profesin u oficio y en todas las actividades sociales en las que estn presentes.

Los laicos tienen la obligacin de que su fe ilumine el conjunto de la convivencia ciudadana -la familia, la enseanza, la economa, la vida poltica, etc.- contribuyendo a la santificacin del mundo, colaborando en la edificacin de una sociedad ms justa y fraterna, conforme al espritu del Evangelio.

8. Los religiosos en la Iglesia

Otro modo de edificar el Reino de Dios, distinto del modo propio de los laicos, es el de los religiosos* y las religiosas. Las principales caractersticas de la vida religiosa son:

Recibir una especial llamada de Dios para consagrarse enteramente a l.

Hacer vida de comunidad con otros miembros de la misma familia religiosa.

Practicar los tres "consejos evanglicos" mediante los votos de pobreza, castidad y obediencia.

El origen de la vida religiosa se remonta a los primeros siglos del cristianismo. En la Iglesia catlica hay miles de comunidades religiosas con fines y carismas diversos: la vida contemplativa, las misiones, la educacin cristiana, las obras de misericordia, etc. La Iglesia alaba la vocacin religiosa como un gran don de Dios para quien la recibe y para ella misma

4. La Iglesia en los primeros siglos

ndice

1. La Iglesia tiene su historia

2. Una historia con ms luces que sombras (I)

3. La Iglesia en la poca apostlica (F)

4. Causas de las persecuciones contra la Iglesia (F)

5. Principales persecuciones (F)

6. La Iglesia en libertad (I)

7. Herejas y Concilios de la Edad Antigua (F)(F) Contenido fundamental

(I) Contenido individual

1. La Iglesia tiene su historia

Conocemos bien las circunstancias histricas que rodearon la vida de Jesucristo. Nace en Beln en tiempo del Emperador Csar Augusto, mientras en Palestina reina Herodes el Grande.

Vive en Nazaret durante cerca de 30 aos y nos son conocidos los personajes de la poca de su vida pblica: en el mbito religioso judo, los sumos Sacerdotes Ans y Caifs; en el mundo civil. Poncio Pilato, procurador romano en Palestina, el rey Herodes Antipas, y el emperador Tiberio en Roma. Otras figuras de su poca son el poeta Ovidio, el filsofo Sneca y el historiador Tito Livio.

Como ya vimos en el curso anterior, el nombre de Jesucristo es recogido por los historiadores romanos Tcito y Suetonio y se le menciona con elogio en la obra del historiador judo Flavio Josefo.

Pues bien, no slo tiene historia la persona de Jess, sino que tambin la tiene su obra: la Iglesia. La historia de la Iglesia es la crnica que narra las dificultades de la religin fundada por Jesucristo desde Pentecosts hasta nuestros das.

A lo largo de tres unidades conocers los puntos ms destacados de la historia de la Iglesia. En la unidad 4 se estudia la expansin del cristianismo en Europa en los cinco primeros siglos. La unidad 5 considera a la Iglesia durante la Edad Media. La unidad 6 estudia el desarrollo de la Iglesia durante las edades moderna y contempornea.

2. Una historia con ms luces que sombras

La historia de la Iglesia est llena de luces y de sombras, pues Jess confi la realizacin de su mensaje a los hombres, y, si bien la Iglesia es santa, no lo son todas las personas que la constituyen.

Adems, la Iglesia tiene una historia muy peculiar, pues a ella pertenecen elementos esenciales, que se mantienen inmutables a lo largo de los siglos, y otros que han variado con el tiempo segn las circunstancias histricas. Un claro ejemplo de estos ltimos fue el "poder temporal" que los Papas tuvieron durante varios siglos y que, evidentemente, no formaba parte de los rasgos esenciales queridos por Jesucristo para su Iglesia. En todo caso, la crnica de la Iglesia cuenta con ms luces que sombras, pues la presencia de Jess nunca la abandonar (Mateo 28, 20).

Debido a ello, la suma de valores que ha aportado el cristianismo a la vida de los pueblos ha sido muy grande. Por ejemplo, en el viejo imperio greco-romano, donde se extendi el cristianismo en el primer milenio, la Iglesia contribuy notablemente al nacimiento de una nueva cultura y a la mejora tica y social de los pueblos de Europa. Hoy nadie duda de que el gran desarrollo humano, cultural, econmico y tcnico de Occidente se debe en gran medida a que la cultura greco-romana fue fecundada por los valores espirituales del cristianismo.

3. La Iglesia en la poca apostlica

El primer ncleo de la Iglesia lo formaban , al frente de las cuales estaban los Apstoles (Hechos 1, 15). Este primer grupo creci vertiginosamente en muy pocas semanas el mismo da de Pentecosts (Hechos 2, 4). Pocos das ms tarde, se bautizan otros cinco mil (Hechos 4,4).

Ya desde el inicio, y a partir del martirio de san Esteban, (Hechos 8, 1). Este hecho ayud a su expansin, pues, (Hechos 11, 19).

Los Hechos de los Apstoles narran cmo Saulo de Tarso se dirige a Damasco para apresar a los discpulos de Jess que haba en esa ciudad (Hechos 9). En contra de toda lgica, Saulo, por una intervencin milagrosa de Jesucristo, se convertir en el principal difusor del cristianismo en el mundo antiguo.

La extensin de la Iglesia hacia Europa se inicia con una visin que tiene Pablo en la que un misterioso personaje le invita a predicar el Evangelio en Macedonia (Hechos 16, 9-10). Desde Macedonia, Pablo y los suyos viajan a Atenas, Corinto, feso, Roma. Y, despus llegarn hasta el (finis terrae), o sea Espaa.

4. Causas de las persecuciones contra la Iglesia

Las leyes del Imperio Romano eran tolerantes con las diversas religiones. Sin embargo, los cristianos muy pronto comenzaron a ser perseguidos por las autoridades pblicas. Cmo se explica esta intolerancia hacia los cristianos?

Las causas de las persecuciones fueron principalmente dos:

A. El paganismo* del Estado Romano, que vea al cristianismo como una religin peligrosa que amenazaba el prestigio de sus falsos dioses y que iba en contra de muchas de sus costumbres decadentes. Frente a la corrupcin del Imperio, los cristianos encarnaban un nuevo tipo de conducta moral.

Las tensiones creadas por la conducta moral de los cristianos estn descritas en diversos documentos antiguos. As, por ejemplo, la Carta a Diogneto, del siglo II, se expresa de esta manera:

(Discurso V, 1-4).

B. La acusacin de atesmo contra los cristianos, debido a que rechazaban a los dolos y se oponan a rendir culto al Emperador como si fuera un dios. A estas acusaciones se aaden calumnias terribles que provocan el odio de la plebe. Adems se les hace causantes de todos los males sociales y polticos: una derrota militar o una catstrofe atmosfrica es suficiente para que surja el clamor:

5. Principales persecuciones

Las persecuciones ms universales, por proceder de las altas instancias del Imperio, fueron las promovidas por los siguientes emperadores:

Nern. Es emperador del ao 54 al 68. La persecucin tiene lugar del 64 al 68. El motivo fue la falsa acusacin a los cristianos del incendio de Roma. En esta persecucin murieron los Apstoles Pedro y Pablo hacia el ao 67.

Domiciano (81-96) y Trajano (98-117) la persecucin de Nern y ocasionan numerosos mrtires, entre otros muchos, el papa Clemente Romano. En el 165 tiene lugar la persecucin del emperador Marco Aurelio. Tras un perodo de relativa paz, el edicto de Septimio Severo (202) prohbe con graves penas la extensin del cristianismo. Esto da lugar de nuevo a frecuentes persecuciones.

Decio (249-251) exigi a todos los habitantes del imperio un certificado de que haban sacrificado a los dioses paganos. Algunos cristianos claudicaron y sacrificaron; son los llamados (cados). Muchos de ellos, una vez arrepentidos, fueron readmitidos en la Iglesia. Las persecuciones continuaron, intermitentemente, hasta el ao 313, fecha del edicto de Miln del emperador Constantino, que conceda la libertad de culto a la Iglesia.

Las persecuciones fueron muy violentas y ocasionaron millares de mrtires, que entregaron heroicamente su vida como testimonio de su fe y perdonando a sus verdugos.

6. La Iglesia en libertad

Con el triunfo de Constantino sobre Majencio, que trajo consigo la llamada , la Iglesia pudo dedicarse con sosiego a profundizar en su doctrina, a solemnizar el culto religioso y a la prctica de la caridad con los pobres.

A. Desarrollo doctrinal. Desde finales del siglo III hasta el siglo VIII se suscita una amplsima literatura teolgica, cuyos principales autores son conocidos como los Padres de la Iglesia*. Entre ellos destacan san Jernimo, san Basilio, san Juan Crisstomo, san Ambrosio, san Agustn, etc. Sus enseanzas son muy importantes para conocer la Tradicin* viva de la Iglesia.

B. Desarrollo litrgico. Con la paz alcanzada, la Iglesia desarroll el culto litrgico y la construccin de templos y objetos de culto: altares, clices, relicarios, imgenes, etc. Ello contribuy al nacimiento y desarrollo del arte cristiano.

C. Las obras caritativas y sociales. Desde el principio, la Iglesia puso en prctica las enseanzas de Jess acerca del amor al prjimo: fue ingente en estos siglos la dedicacin a los pobres, tanto por parte de la jerarqua como de instituciones seglares.

7. Herejas y Concilios de la Edad Antigua

El afn de explicar los misterios de la fe cristiana llev a algunos a proponer doctrinas insuficientes y errneas, que dieron lugar a las primeras herejas* y, como respuesta a ellas, tuvieron lugar los primeros Concilios*.Las primeras herejas fueron las siguientes:

1. El Arrianismo. Arrio, sacerdote de Alejandra, ense que Jess es un ser extraordinario, pero no es verdadero Dios como el Padre. Esta hereja fue condenada por el Concilio de Nicea en el ao 325, que ensea que Jess es Dios, igual al Padre.

2. El Nestorianismo. El patriarca de Constantinopla, Nestorio, enseaba que en Jesucristo hay dos personas, una divina y otra humana. La Virgen Mara, segn Nestorio, sera solamente madre de la de Jess y, por tanto, no era madre de Dios. El Concilio de Efeso, en el ao 431, defini que en Jesucristo existen dos naturalezas en una sola persona divina. Por ello, Jess es Dios y la Virgen es verdadera Madre de Dios.

3. El Monofisismo. Es la hereja de Eutiques, jerarca de Constantinopla, que lucha contra Nestorio y va al extremo contrario: ensea que en Jess slo hay una naturaleza divina. El Concilio de Calcedonia, en el ao 451, condena a Eutiques y ensea que en Jess se dan dos naturalezas, la divina y la humana, pero en una sola Persona divina.

En principio, estas herejas nacieron de una buena intencin: la de explicar el misterio de cmo Jesucristo es verdadero hombre y, al mismo tiempo, verdadero Dios. Pero, como estas herejas dieron una explicacin errnea del misterio de Jesucristo, el Magisterio de la Iglesia, reunida en Concilio universal, no slo conden los errores, sino que defini la doctrina que todos los catlicos hemos de creer sobre la Santsima Trinidad, la Persona que Jess y sobre la Virgen Mara como la Madre de Dios.

5. La Iglesia en la Edad Media

ndice

1. La cada del Imperio romano

2. La conversin de los (F)

3. Nace una nueva religin: el Islam (I)

4. Tiempos de decadencia para la Iglesia (I)

5. La reforma gregoriana (F)

6. El gran cisma de Oriente (F)

7. rdenes religiosas, santos, universidades y arte (F)

8. Las cruzadas (I)

9. El cisma de Occidente (F)

(F) Contenido fundamental

(I) Contenido individual

1. La cada del Imperio romano

A lo largo del siglo V se produce la invasin de amplias religiones del Imperio Romano por pueblos germnicos, a quienes los romanos llamaban despectivamente brbaros.

El ao 410 un caudillo visigodo procedente del Cucaso, llamado Alarico, llega a Roma, la asedia y la saquea. El ao 452 los hunos, dirigidos por Atila, llegan a las puertas de Roma, donde el papa Len Magno pacta su retirada. Por fin, el ao 476 es depuesto el ltimo emperador romano. Rmulo Augusto, con lo que se produce la cada del Imperio Romano de Occidente. Los pueblos brbaros (visigodos, ostrogodos, francos, germanos, anglos, sajones, vndalos, etc.) ocupan y someten las regiones del antiguo Imperio.

La convulsin socio-cultural fue enorme. A pesar de que se mantuvieron algunas instituciones, los nuevos pueblos tenan otros dioses, posean su propia cultura, practicaban una moral relajada, se regan por normas distintas del derecho romano y practicaban cultos ajenos al cristianismo.

Sin embargo, los pueblos brbaros sentan una profunda admiracin por la cultura romana y estaban predispuestos a asumirla. Por otro lado, la Iglesia catlica fue respetada y muchos de los invasores se fueron acercando al cristianismo.

2. La conversin de los

La predisposicin de los invasores a asumir la cultura romana y la vitalidad de los monasterios* aceler la conversin a la fe de los nuevos pueblos venidos del Este de Europa.

Las conversiones se sucedieron rpidamente. Apenas haban pasado 20 aos de la cada del Imperio (476), cuando se convierte el rey de los francos Clodoveo (496), y con l se bautizan todos sus sbditos. En Espaa, los visigodos, que eran arrianos, se convierten con el bautizo de su rey Recaredo (586). Sucesivamente se fueron incorporando a la fe catlica los dems pueblos germanos del centro de Europa. No obstante, fue necesaria una constante catequesis cristiana para ir acabando con las brbaras costumbres de aquellos pueblos. Fue tarea lenta erradicar las venganzas crueles, moderar la sensualidad desbocada, eliminar las supersticiones, etc.

3. Nace una nueva religin: en el Islam

A principios del siglo VII (610), Mahoma, creyndose inspirado por Dios, funda una nueva religin, llamada Islam, que ana elementos del judasmo y del cristianismo junto con otras prcticas religiosas y morales. Para conseguir el poder poltico, Mahoma predica la . El ao 631 es dueo de toda Arabia y, cuando l muere (632), sus sucesores inician una formidable expansin tanto hacia el este (los actuales pueblos de Irn, Afganistn, la India, etc.), como hacia el oeste, llegando a dominar todo el norte de frica. El ao 638 los rabes conquistan Jerusaln y sus victorias culminan con la invasin de Espaa el ao 711.

Las invasiones del Islam llegaron a borrar casi todo vestigio de cristianismo en el norte de frica y en las naciones del prximo oriente y seran una terible amenaza para las naciones cristianas de Europa.

Los musulmanes permanecieron ocho siglos en Espaa y llegaron a penetrar parcialmente en el sur de Francia, con la intencin de invadir Europa, propsito que vieron incumplido al ser frenados por las tropas de los francos, acaudilladas por Carlos Martel (a. 732).

En el siglo X corre la noticia del descubrimiento del sepulcro del apstol Santiago en Galicia. Miles de peregrinos acuden de toda Europa a visitar a la tumba del apstol. As nace el Camino de Santiago tan vinculado a las races cristianas de Europa. Los relatos sobre el apstol Santiago, con milagros y apariciones, se multiplican, dando nuevos bros a los soldados espaoles para llevar a cabo la reconquista de los territorios ocupados por los moros.

4. Tiempos de decadencia para la Iglesia

El ao 800, el papa Len II coron como emperador a Carlomagno, rey de los francos, comenzando as una estrecha relacin entre el poder poltico y el religioso. El padre de Carlomangno, Pipino, fue quien entreg al Papa grandes territorios del centro de Italia, que se convertirn en los Estados Pontificios*.

Tras la muerte de Carlomagno, Europa cae en el feudalismo, y sucede con frecuencia que los seores feudales se entrometen en los asuntos eclesisticos con el nimo de tener dominada a la Iglesia. Comenz as la prctica corrupta de nombramiento de obispos y otros cargos eclesisticos por parte de la autoridad poltica, lo que generara la .

Ante el peligro de la invasin de Europa por los turcos (de religin islmica), el papa Juan XII coron emperador a Otn I (962), con la idea de que sirviera de bastin ante el nuevo y feroz enemigo. Naca as el Sacro Imperio Romano Germnico, cuya finalidad era defender y extender la fe catlica.

A lo largo del siglo X -conocido como la del Pontificado- y parte del XI, se fueron sucediendo una serie de papas que no supieron afrontar la reforma de la que la Iglesia estaba tan necesitada. La nobleza italiana intervena en la eleccin de los papas, en medio de luchas e intrigas. Ms tarde, los emperadores germnicos intervinieron tambin en la eleccin del papa. Por fin, el papa Nicolas II (1059-1061) decret una nueva forma de eleccin papal, de modo que la eleccin fuera llevada a cabo por los cardenales*, sin intervencin del poder poltico.

Los papas de vida poco digna del siglo X fueron pocos y constituyen una prueba evidente de la ayuda de Dios a la Iglesia y de la perennidad del papado.

5. La reforma gregoriana

Procedente del monasterio de Cluny, el monje Hildebrando (1020-1085) llega al papado a los 53 aos con el nombre de Gregorio VII. En slo 12 aos de pontificado (1073-1085), llevarn a cabo una amplia y profunda reforma en puntos decisivos para la vida de la Iglesia. stos fueron los campos en los que se centr la reforma gregoriana:

1. Acabar con la raz de todos los males: las investiduras, que ponan en manos del poder civil el nombramiento de personas eclesisticas, a veces indignas.

2. Condenar la simona (compraventa de cargos y cosas sagradas), tan extendida en la poca. El nombre de viene de Simn el magno (ver Hechos 8, 18-25).

3. Nombrar obispos de indudable talla religiosa e iniciar una reforma profunda en el clero.

Estas reformas afectaban al conjunto de la clase social ms elevada, tanto de la jerarqua eclesistica como de la sociedad civil. Por ello, surgieron fuertes tensiones entre el papa reformador y los que tenan que ser reformados. Gregorio VII fue perseguido por el emperador Enrique IV, y muri en el destierro. Pero Gregorio VII haba llevado a cabo una reforma muy profunda en la Iglesia y con ella se inicia una nueva poca de esplendor.

6. El gran cisma de Oriente

Las tensiones entre las sedes de Roma y Constantinopla haban ido en aumento en los siglos IX y X. En concreto, las principales diferencias que condujeron al cisma* de Oriente fueron las siguientes:

A. El culto a las imgenes. El emperador de Bizancio, Len Isaurico, prohibi el culto a las imgenes y castig a quienes mantenan su culto.

B. El problema del >>filioque>>. Se trata de una cuestin teolgica relacionada con el misterio de la Santsima Trinidad en la que la teologa de Oriente mantena una tesis y la Iglesia de Roma otra.

C. Cuestiones disciplinares. Los Patriarcas* de Constantinopla no queran estar sometidos a la autoridad del Papa de Roma. En el fondo era el reflejo del viejo litigio entre los Imperios de Oriente y Occidente.

As, al subir al patriarcado de Constantinopla, Miguel Cerulario emprendi una campaa contra Roma y orden el cierre de todas las iglesias y monasterios de rito romano. Con ello prentenda constituirse en jefe absoluto de la Iglesia de Oriente. El papa Len IX le envi unos delegados, pero Miguel Cerulario se neg a recibirlos. El da 16 de julio de 1054, los delegados del Papa pusieron sobre el altar de la baslica de Santa Sofa el decreto de excomunin* del Patriarca. Miguel Cerulario, a su vez, excomulg al Papa.

En 1964, el papa Pablo VI y el patriarca de Constantinopla, Atengoras, se encontraron en Jerusaln, se abrazaron y se levantaron la excomunin. Pero la ruptura entre la Iglesia de Roma y la de Constantinopla dura hasta hoy.

7. rdenes religiosas, santos, universidades y arte

A pesar de la separacin del oriente cristiano, la Iglesia catlica, a partir del ao mil, disfrutar -al menos durante tres siglos- de evidente florecimiento en los siguientes campos:

A. La renovacin de las rdenes religiosas. La lleva a cabo, primero san Bruno, con la fundacin de los cartujos (1084). An mayor influjo social ejercieron los cistercienses, fundados por san Roberto (1098), aunque la influencia decisiva de esta orden sobre la vida religiosa corresponder a san Bernardo (1115). Ms tarde, ya en el siglo XIII, aparecen las rdenes mendicantes: los dominicos, cuya fundacin se debe al espaol santo Domingo de Guzmn (1215). Las rdenes medicantes ejercieron una gran influencia, tanto en la renovacin de la vida cristiana en Europa como en el desarrollo y estudio de las diversas ciencias, especialmente de la filosofa* y de la teologa*.

B. El desarrollo de las ciencias y las universidades. A los frailes mendicantes (dominicos y franciscanos) se debe en gran parte el auge de las ciencias durante el siglo XIII. Ellos fueron los Maestros de las clebres universidades que promueve la Iglesia en este siglo. Pars (1215), Oxford, Colonia, Bolonia, Palencia (1212), Salamanca (1220), etc., fueron luminarias del saber en esta poca. Grandes pensadores, como san Alberto Magno, santo Toms de Aquino y san Buenaventura, situaron el pensamiento cristiano a extraordinaria altura.

C. El arte en la Edad Media. Estos siglos tienen tambin una extraordinaria importancia en la historia del Arte. El arte romnico (s. X-XIII) y el arte gtico (s. XIII-XV) aportan verdaderas joyas artsticas en la pintura, escultura y arquitectura.

Pero, como otras veces, un siglo luminoso como fue el XIII es seguido por otro lleno de sombras para la Iglesia. Despus de la grandiosa celebracin del Jubileo del ao 1300, convocado por el papa Bonifacio VIII, suceden dos hechos lastimosos: el destierro de los papas de Roma a Avignon (1304-1377) y el cisma de Occidente (1378-1417), que dividi a los fieles en la obediencia a dos papas.

8. Las cruzadas

El espritu religioso y aventurero de la Edad Media tiene una de sus principales manifestaciones en las cruzadas. Estas fueron expediciones organizadas por toda la cristiandad europea con el fin de rescatar los Santos Lugares, o Tierra Santa, en la que vivi, muri y resucit Jesucristo, y que estaban en poder de los musulmanes.

Las cruzadas fueron organizadas por papas, reyes y emperadores cristianos. Los que se enrolaban en ellas eran llamados por llevar cosida en su ropa una cruz roja como distintivo de su fe en Cristo.

Las cruzadas fueron ocho en total, y tuvieron lugar entre los siglos XI y XIII. La primera cruzada la organiz el papa Urbano II en el ao 1095 al grito de . Las masas se alistaron enfervorizadas. Las ltimas cruzadas ya haban perdido buena parte de su ideal religioso entrando en juego intereses polticos y econmicos. Al final, las cruzadas no consiguieron su objetivo de reconquistar los Santos Lugares, pero fueron un claro exponente del espritu religioso e idealista de estos siglos en Europa.

9. El cisma de Occidente

Se entiende por cisma de Occidente la divisin ocurrida dentro de la Iglesia catlica a finales del siglo XIV. La Iglesia lleg a estar dirigida por tres Papas. Los hechos ocurrieron del siguiente modo:

En el ao 1305 fue elegido papa el obispo de Burdeos (Francia) Clemente V, el cual en 1309 fij su residencia en la ciudad francesa de Avignon. En esta ciudad permanecieron los papas 68 aos, hasta 1377, en el que el papa Gregorio XI decidi retornar a Roma.

A su muerte, en Roma, fue elegido papa el italiano Urbano VI, antes de que hubieran llegado a Roma los seis cardenales franceses. stos, aduciendo que la eleccin no haba sido legtima, no lo reconocieron, y eligieron papa a Clemente VII, el cual estableci su sede en Avignon. En esos momentos (1378) haba en la Iglesia dos papas: el italiano Urbano VI, en Roma, y el francs Clemente VII, en Avignon.

Con el intento de acabar con el cisma, treinta aos despus, se celebr en Pisa un Snodo que depuso a los dos papas (al papa de Roma, Gregorio XII, y al papa de Avignon, Benedicto XIII, llamado el ) nombrando Papa a Alejandro V. Pero ni Gregorio XII ni Benedicto XIII aceptamos al nuevo papa, con lo cual se dieron en la Iglesia tres papas.

La situacin era insostenible, por lo que en 1414 se rene el Concilio de Constanza, donde es elegido papa Martn V, que fue aceptado por dos de los tres papas. El , Benedicto XIII, se resisti a acatar esta solucin y se refugi en el castillo de Pescola (Castelln), donde muri.

Con el fin del cisma, se inicia una nueva poca en la Iglesia, en la que Espaa ocupar un especial protagonismo: el descubrimiento de Amrica (1492) har que la Iglesia, reciba nuevos pueblos con los que se extiende la geografa del cristianismo.6. Edad Moderna y Contempornea

ndice

1. El despertar de una nueva era

2. La reforma protestante (F)

3. Qu enseaba el protestantismo? (F)

4. El Concilio de Trento (F)

5. Florecimiento de la vida cristiana (I)

6. La cuestin de la Inquisicin (F)

7. El caso de Galileo (F)

8. La ilustracin y la Revolucin Francesa (F)

9. Las de los tiempos modernos (F)

10. La Iglesia en el siglo XX (F)

(F) Contenido fundamental

(I) Contenido individual

1. El despertar de una nueva era

El descubrimiento de las nuevas tierras de Amrica y la circunvalacin de la tierra realizada por el marino Sebastin Elcano son signos, entre otros, del comienzo de una nueva era, tanto para la historia profana como para la historia de la Iglesia, que ve ampliados sus horizontes para la difusin del Evangelio.

Al mismo tiempo, Europa vuelve su mirada a la antigedad clsica de Grecia y Roma buscando la inspiracin para una nueva cultura en la que el hombre se convertir en el centro y el punto de referencia de todo: es el ideal del llamado Renacimiento. Este movimiento cultural proporcion a la humanidad la imprenta de Gutenberg; la pintura genial de Fra Anglico, Rafael y el Greco; la cpula de san Pedro y la Capilla Sixtina, de Miguel ngel; la reforma protestante y el cisma de la Iglesia de Inglaterra; una increble floracin de santos: Toms Moro, Ignacio de Loyola, Teresa de Jess, Francisco Javier, Juan de la Cruz; las obras maestras de Cervantes y de Shakespeare; las represiones de la Inquisicin; el desarrollo de las armas de fuego y la evangelizacin de gran parte del continente americano.

As comienza una nueva era llena de xitos y de zozobras, de luces y de sombras, porque la historia, tambin la de la Iglesia, la escriben los seres humanos con sus gestas heroicas y sus errores y miserias.

2.La reforma protestante

Los siglos XVI-XVII representan una poca de esplendor para la vida de la Iglesia. Pero este perodo comienza con el hecho ms doloroso de su historia: los inicios del protestantismo*, y, con l, la divisin de la Iglesia en Europa.

El fundador de la doctrina protestante fue Martn Lutero (1483-1546). Naci en Alemania. Era de familia humilde, se hizo fraile, y se orden sacerdote en 1507. Dos aos ms tarde explicaba teologa en la Universidad Wittenberg.

Lutero siempre experiment angustia ante el pensamiento de la muerte, del juicio de Dios y de la salvacin. Sus ideas acerca de la libertad humana y del pecado, de la interpretacin de la Biblia y de otras cuestiones teolgicas entraron en pugna con la doctrina tradicional catlica.

La ocasin para su rebelda contra Roma se sita en el siguiente contexto: el papa Len X haba promulgado una bula* sobre las indulgencias*, con el fin de obtener limosnas para la construccin de la baslica de san Pedro en Roma. Lutero protesta contra este hecho y critica duramente lo que l considera .

Lutero, despus de uno de sus sermones, coloca en la puerta de la Iglesia de Wittenberg sus 95 tesis, en las que contradice la doctrina catlica sobre el valor de las indulgencias (1517). Con este hecho inicia una serie de acciones en contra del papa. En el ao 1518, el papa le enva al cardenal Cayetano para conseguir que rectifique sus errores. Lutero no slo no accede, sino que redobla sus ataques al papa. Entonces, Len X condena a Lutero con la bula Exurge domine, que Lutero quema pblicamente (1520). Len X le excomulga (1520) y as se consuma la ruptura entre Lutero y la Iglesia catlica: ha nacido el protestantismo.

La extensin del protestantismo fue alentada por motivos polticos. Algunos prncipes alemanes lo protegen y defienden, pues estn en contra del emperador Carlos V. Eso hizo que las tesis de Lutero alcanzasen amplia acogida en algunas regiones de Europa central. Lutero adems cont con discpulos que le ayudaron en la expansin del protestantismo. Por ejemplo, Zwinglio lo extiende en Suiza. Calvino lo propaga desde Ginebra a Francia y a los Pases Bajos. De aqu pasa a las naciones escandinavas.

Al desgarre de la fe cristiana en el continente, sigui muy pronto la separacin de Inglaterra (1531), debida a la actitud arbitraria e inmoral del rey Enrique VIII.3- Qu enseaba el protestantismo?

La doctrina protestante se puede resumir en cuatro puntos:

1. El pecado original ha corrompido totalmente al ser humano. Por ello, todo lo que el hombre hace es pecado. Adems, a consecuencia del pecado original, el ser humano ha perdido la libertad y es incapaz de obrar el bien.

El magisterio de la Iglesia, en cambio, ensea que el pecado original solamente debilit al hombre, pero ste puede hacer el bien con ayuda de la gracia, aunque le resulte difcil. El hombre qued , pero no est para obrar el bien.

2. La salvacin nos viene slo por la fe. Las obras buenas no son necesarias para la salvacin, porque el hombre cado es incapaz de realizar obras buenas. Jesucristo ha pagado por todos nuestros pecados. Para salvarse slo es necesario tener fe en Jesucristo.

La Iglesia afirma la necesidad y el valor de las obras buenas. Las acciones humanas admiten una calificacin moral, es decir, pueden ser buenas o malas, dignas de premio o de castigo.

3. La Sagrada Escritura es la nica fuente de revelacin divina. Cada cristiano debe interpretarla individualmente, pues el Espritu Santo le ayuda a hacerlo.

Los catlicos creemos que las fuentes de la Revelacin son la Sagrada Escritura y la Tradicin; y que el legtimo y nico intrprete autorizado y autntico de la Revelacin es, por encargo de Jesucristo, el Magisterio de la Iglesia.

4. La Iglesia es una realidad solamente espiritual y la Jerarqua de la Iglesia es una invencin humana. Adems, Lutero slo admite dos sacramentos: el Bautismo y la Eucarista, pero negando en sta su carcter sacrificial.

Los catlicos afirmamos que la Iglesia es de institucin divina, e igualmente los Sacramentos, que son siete. La Misa es verdadero sacrificio pues en ella se renueva el sacrificio ofrecido por Cristo en el Calvario.

5. Es ilcito el culto a la Virgen Mara, pues el nico Mediador entre Dios y los hombres es Jesucristo.

Para la Iglesia el culto especial a la Virgen es bueno y agradable a Dios, pues ella es la Madre de Dios e intercede por los hombres.

4. El Concilio de Trento

Estos hechos tan tristes provocaron en la Iglesia la Contrarreforma, o verdadera reforma, que permiti a la Iglesia Catlica alcanzar una de las pocas ms fecundas de su historia. El hecho ms importante fue el Concilio de Trento.

El Concilio de Trento dur 18 aos (1545-1563) y se celebr a lo largo de tres grandes perodos. La importancia del Concilio de Trento se concreta en dos puntos fundamentales:

A. La profundizacin en la doctrina catlica: el Concilio de Trento proclam principalmente las enseanzas que hemos visto en el apartado anterior. Su importancia doctrinal fue enorme, porque aclar y defini los dogmas* que el protestantismo haba negado, declarando cul es la doctrina catlica sobre ellos. Aos despus, fue publicado el llamado o de Trento, con el fin de que los prrocos pudieran instruir a todos los fieles en las verdades de la fe catlica.

B. La reforma de la vida de la Iglesia: Adems del servicio a la verdadera doctrina, el Concilio de Trento llev a cabo una profunda y autntica reforma que abarc diversos mbitos de la vida de la Iglesia, como la institucin de los seminarios para la formacin de los sacerdotes; el sistema para la eleccin de los obispos; las normas para la celebracin de los sacramentos, etc.

Trento supuso un nuevo impulso y una nueva luz para la vida de la Iglesia y su misin evangelizadora en el mundo.

5. Florecimiento de la vida cristiana

La etapa que sigue al Concilio de Trento a lo largo de los siglos XVI y XVII dio lugar a un extraordinario florecimiento de la vida cristiana, cuyas principales manifestaciones fueron las siguientes:

A. Nuevas rdenes religiosas. A esta poca corresponde la reforma de muchas antiguas rdenes religiosas, que inicia santa Teresa de Jess (1562) con la reforma de las carmelitas. Asimismo, tiene lugar el nacimiento de nuevas congregaciones religiosas que haban de ejercer un papel destacado en la vida de la Iglesia: la Compaa de Jess, fundada por san Ignacio de Loyola /1537); los capuchinos (1525), que surgen de la renovacin de los franciscanos; los hermanos de san Juan de Dios (1550); los escolapios, fundados por el sacerdote espaol san Jos de Calasanz (1597), etc.

B. El desarrollo de las ciencias. Los siglos XVI-XVII representan un empuje inmenso en el desarrollo de la filosofa y de la teologa. Es la poca del nacimiento del Derecho Internacional, en especial con la figura de Francisco de Vitoria. Este resurgimiento se lleva a cabo, fundamentalmente, en Espaa y lo marcan las Universidades de Salamanca y de Alcal. Adems, estos dos siglos coinciden con la Edad de Oro de la literatura espaola.

C. La evangelizacin de Amrica. El descubrimiento de Amrica supuso una gran expansin geogrfica del cristianismo: nuevos pueblos y nuevas culturas se abrieron a la evangelizacin. Espaa llev tambin la fe cristiana a Filipinas y se implantaron misiones catlicas en China y en Japn, bajo el impulso misionero de san Francisco Javier.

6. La cuestin de la Inquisicin

En amplios ambientes culturales se propone como uno de los puntos ms negros de esta poca la intolerancia religiosa de la Inquisicin espaola. Al tratar de este espinoso asunto es preciso hacer algunas puntualizaciones. stos fueron los hechos:

1. La Inquisicin no fue una institucin espaola, sino universal. En el ao 1231, el Papa Gregorio IX erigi unos tribunales que juzgaban sobre las herejas. En caso de hereja, el reo era condenado y entregado al poder civil que le impona la pena. Esta era dura: encarcelamiento, confiscacin de bienes y en algunos casos la quema en la hoguera. La autoridad civil juzgaba que el error en la fe cristiana era un riesgo para la convivencia en una sociedad unida por la confesin cristiana.

2. En el ao 1478, a peticin de los Reyes Catlicos, el papa Sixto IV concedi a Espaa la posibilidad de constituir unos tribunales para que velasen por la ortodoxia catlica. Con Carlos V tienen una gran actividad, dado que Espaa corra el riesgo de del protestantismo y de las fuertes convulsiones sociales que haba en los pases protestantes. La Inquisicin espaola constaba tambin de dos tribunales: el eclesistico, que juzgaba sobre la ortodoxia religiosa, y el civil, que impona la pena a los que eran declarados herehes.

3. Es innegable que se cometieron frecuentes irregularidades y abusos, pero es un hecho admitido que la Inquisicin espaola sufri las calumniosas interpretaciones de historiadores protestantes y antiespaoles.

4. En relacin con las condenas y las penas de muerte se ha exagerado. Consta que en la poca de mayor rigor -entre 1575 y 1610- en Toledo, se pronunciaron 2,000 sentencias, y slo 15 fueron de pena capital. Se calcula que apenas llegaban a tres por ao las condenas que se llevaban a cabo en toda la geografa de la Corona de Espaa, desde Sicilia al Per. Este nmero es muy inferior a los que eran ajusticiados por entonces en los Pases Bajos, en Francia, en Alemania y en Inglaterra..

5. No es posible juzgar la actuacin de la Inquisicin con la mentalidad de nuestro tiempo. Sus mtodos no fueron ni ms crueles ni ms duros que los de cualquier tribunal de su poca. Adems, ni los gobernadores, ni los jueces, ni el pueblo, tenan la forma de pensar de hoy. Entonces exista la conviccin en los gobernantes de que las desviaciones religiosas eran nocivas, pues repercutan muy negativamente en la paz civil, como de hecho sucedi en bastantes pases. Debido a ello, las autoridades velaban tambin por la ortodoxia de la fe. No obstante, an contando con que las injusticias no fueron ni tantas ni tan crueles como cuentan los detractores, es evidente que no pueden aceptarse los errores y los abusos cometidos.

7. El caso de Galileo

Desde 1530, Coprnico haba formulado la posibilidad de que la tierra se mova alrededor del sol, y no al revs, como se crea hasta entonces. A comienzos del siglo XVII. Galileo Galilei, un sabio fsico y astrnomo italiano, sostuvo como cierta la teora de Coprnico Galileo fue acusado de contradecir con su sistema algunos pasajes de la Sagrada Escritura, donde parece afirmarse que es el sol el que gira alrededor de la tierra.

En 1632, publica Galileo su obra Dilogo sobre los dos mximos sistemas del mundo, en que renovaba la teora copernicana. En esta obra Galileo ataca a la cultura cientfica tradicional y ridiculiza un argumento astronmico del papa Urbano VIII. Ante esta actitud, Galileo es reclamado por la Inquisicin romana, que le declara culpable por haber puesto el a su libro sin autorizacin y por afirmar una teora que es contraria a la Sagrada Escritura Galileo, que era un buen cristiano, acept humildemente la sentencia del Santo Oficio y renunci a sus teoras. Se le permiti vivir prisionero, cerca de Florencia, donde muri en 1642.

Para valorar correctamente estos hechos, hay que tener en cuenta, en primer lugar, que no se discuta un dogma de fe. Por tanto, es absurdo querer apoyarse en este hecho para negar la infalibilidad de la Iglesia. Es cierto que los hombres que juzgaron y condenaron a Galileo se equivocaron; pero las declaraciones de la Sagrada Congregacin del Santo Oficio no tienen el carcter de una declaracin infalible, pues no hablan .

En el caso de Galileo, los telogos se inmiscuyeron en el campo de la astronoma y los cientficos trataron de irrumpir en el terreno de la teologa. Este fue el lamentable error de perspectiva compartido por ambas partes. Es una exageracin presentar este hecho como una supuesta incompatibilidad entre la fe y la ciencia, porque cualquier investigacin, si es de verdad cientfica, tiende a la verdad, y toda verdad procede de Dios.

8.- La Ilustracin y la Revolucin Francesa

El paso de la Edad Moderna a la Edad Contempornea viene marcado por uno de los acontecimientos de ms amplia repercusin en los ltimos siglos: la Revolucin Francesa (1789). Pero para entender las causas del gran movimiento revolucionario de finales del siglo XVIII, conviene recordar el gran movimiento cultural que fue como su : la Ilustracin.

A. La Ilustracin es un movimiento filosfico y cultural que se extendi por Europa durante el siglo XVIII. Esta actitud cultural europea valoraba por encima de todo el papel de la razn: sta es para la Ilustracin la nica luz capaz de iluminar al hombre y a la sociedad; y slo en ella puede el ser humano encontrar el bien y la felicidad. Los presentaban a la Iglesia como el principal exponente del .

B. La Revolucin Francesa. El movimiento de la Ilustracin trajo consigo la reaccin contra el , representado principalmente por la monarqua francesa y por la Iglesia. La Revolucin Francesa es el fenmeno ms decisivo de la historia moderna por su influencia en las ideas sociales y en la organizacin de los Estados modernos. Su estudio pertenece a la historia universal. Pero tambin interesa a la historia de la Iglesia, pues la Revolucin Francesa -radicalizando las ideas ilustradas racionalistas- provoc una de las persecuciones ms duras y sangrientas de la historia. Entre los aos 1791-1795 se suprimieron en Francia todas las rdenes religiosas y se persigui al clero. Slo en Pars sufrieron martirio ms de 200 sacerdotes. En el ao 1793 fue abolida la religin catlica y la fue entronizada en la catedral de Notre Dame de Pars. La situacin para la Iglesia mejor con el triunfo del golpe de Estado de Napolen, pero bajo su mandato la Iglesia y el papa sufrieron muchas vejaciones. A pesar de las dificultades, es de destacar la vitalidad de la Iglesia en estos aos con grandes santos y santas y una estupenda floracin de congregaciones religiosas dedicadas a la educacin de la juventud y a atender a los ms necesitados.

9. La de los tiempos modernos

Las herejas no han sido algo exclusivo de los tiempos antiguos. Cada poca ha tenido sus peculiares . En los primeros siglos fueron el arrianismo o el nestorianismo. Al comienzo de la Edad Moderna, el protestantismo. Y en los siglos XIX y XX el racionalismo, el modernismo y el marxismo.

A. El racionalismo* del siglo XIX afirmaba cosas como stas: ; ; . El papa Po IX publica en el ao 1864 el Syllabus, un ndice con los principales errores del racionalismo, declarando su incompatibilidad con la fe catlica.

B. El modernismo* es un movimiento teolgico promovido por algunos telogos catlicos a fines del siglo XIX, aunque se extendi tambin a lo largo del siglo XX. Para el la religin es una simple experiencia subjetiva. La existencia de Dios no puede ser conocida por la razn. Jesucristo no es Dios, sino un hombre extraordinario. Cristo no instituy la Iglesia ni el primado de Pedro: la actual organizacin eclesistica es el resultado de simples contingencias humanas. El dogmatismo de la Iglesia no se concilia con el mundo moderno y el progreso de las ciencias, etc. El fue declarado hereja por el papa san Po X en la encclica Pascendi (1907).

C. El marxismo, como ya vimos en el curso anterior, fue fundado por Karl Marx a mediados del siglo XIX. El marxismo es una concepcin materialista del mundo y del hombre. Toda la realidad existente es materia en constante evolucin. Dios no existe y la religin es para impedir el triunfo del proletariado. La represin contra la religin fue extremadamente violenta en aquellos pases (Rusia y los estados del antiguo bloque comunista) en los que el marxismo-comunismo domin durante las ltimas dcadas, hasta la cada del muro de Berln en 1989, hecho histrico en el que jug un papel decisivo Juan Pablo II, el primer papa polaco de la historia.

10. La Iglesia en el siglo XX

No es posible resumir en tan corto espacio los hechos que acontecen en la historia de la Iglesia en este siglo. Slo se indican algunos de los hechos ms relevantes:

A. Los grandes papas del siglo XX. Destacan sobremanera los nueve papas que han ocupado la Sede de Pedro, desde Len XII a Juan Pablo II. Su autoridad religiosa y moral es reconocida por las principales instituciones sociales de nuestro tiempo. Los papas del siglo XX se han esforzado por ofrecer los valores ticos cristianos con el fin de frenar la secularizacin de la cultura, que, iniciada en el siglo XIX, se generaliza en este siglo.

B. La Doctrina Social de la Iglesia. Una buena parte de la enseanza de los papas en este siglo est orientada a iluminar desde el Evangelio las grandes cuestiones sociales del mundo actual. A este respecto. Sobresalen las enseanzas acerca de la dignidad de la persona humana, los derechos del hombre, la justicia en la vida social, la paz entre las naciones y la solidaridad entre los diversos pueblos y cultura. A los laicos corresponde de modo prioritario llevar a la prctica la Doctrina Social de la Iglesia.

El Concilio Vaticano II. Ha sido el acontecimiento de la Iglesia ms significativo de nuestro siglo. Las enseanzas de este ltimo Concilio marcan la orientacin que ha de seguir la Iglesia en su caminar histrico hacia el tercer milenio. El ltimo Concilio no fue convocado para dilucidar la doctrina catlica o condenar una hereja, sino, sobre todo, con el fin de estudiar cmo la Iglesia puede y debe cumplir su misin en las circunstancias actuales del mundo.7. Los sacramentos de la Iglesia

ndice

1. Las fiestas populares (I)2. Importancia de los signos (F)3. Presencia de Jess en los sacramentos (F)4. Los siete sacramentos de la Iglesia (F)5. Los sacramentos de la iniciacin cristiana (I)6. Los sacramentos de la curacin (F)7. Sentido ltimo y pleno de los sacramentos (I)(F) Contenido fundamental

(I) Contenido individual

1. Las fiestas populares

El profesor de religin explic en su clase diversas manifestaciones de la religiosidad popular que existen en su regin. Habl del origen de diversas fiestas en honor a la Virgen, as como de las festividades que celebraban a los santos y patronos de la ciudad y de los pueblos de la zona. Las procesiones, los carros alegricos, las romeras*, las ferias, etc. Tradiciones que se van transmitiendo de generacin en generacin y, aunque a veces se pierda su sentido profundo, la Iglesia y el Papa recomiendan que sigan fomentndose en todos los lugares, cuidando su origen catequtico y la verdadera piedad.

Los alumnos de 1 de preparatoria plantearon al profesor de religin diversas preguntas, como esta: era ms importante la fiesta del santo del pueblo o la Misa que se celebraba el da anterior como preparacin? El profesor devolvi la pregunta a los alumnos y entonces hubo respuestas para todos los gustos: unos afirmaban que la Misa era ms importante que la fiesta; otros opinaban que la fiesta tena una mayor significacin, pues tocaba las races del origen del pueblo. Los primeros aadieron que la Misa era un sacramento y por ello era superior a la procesin. Los otros replicaban que la fiesta tena un sentido social pleno, pues la afluencia sera masiva, mientras que a la Misa slo asistira una minora. Incluso se discuti si era superior el culto pblico o el privado.

2. Importancia de los signos

Los hombres nos expresamos normalmente por medio de la palabra, pero tambin podemos comunicarnos mediante signos*. As, en la vida diaria, nos hacemos entender tanto por signos como por palabras. Los gestos, por ejemplo, son signos muy expresivos. En efecto, por gestos podemos "decir"; ven aqu, aprtate, te odio, te quiero, etc. Mediante signos, prcticamente, podemos expresar todos los sentimientos.

Tambin los signos ayudan a entendernos en la vida social. Por ejemplo, las seales de trnsito son signos que indican lo que se debe hacer o lo que est prohibido en el trnsito de vehculos. Los uniformes son signos de determinados oficios: marino, magistrado, polica, rbitro, etc.

Dios tambin quiso comunicarse a los hombres por medio de signos y de smbolos de carcter religioso. En la Antigua Alianza los signos religiosos fueron muy numerosos: los sacrificios, la uncin de los reyes, el Arca de la Alianza y, por encima de todos, la celebracin de la Pascua.

Igualmente sucede en la Nueva Alianza: Jesucristo se sirve de "signos", de cosas materiales, de palabras de gestos, para expresar realidades espirituales y sobrenaturales: el agua del Bautismo, el pan y el vino de la Eucarista, etc. Y mand a los Apstoles que utilizasen esos mismos signos. En la celebracin litrgica*, por el poder de Dios, estos signos se hacen portadores de la accin santificadora de Jesucristo. As, por ejemplo, en la liturgia* del Bautismo, el agua y las palabras del que bautiza tienen una particular importancia: a travs de ellas, Dios santifica a quien recibe ese sacramento.

Los sacramentos* son signos muy cualificados, pues no slo "significan" algo, sino que efectivamente "lo causan". En concreto, el agua del bautismo no slo "significa" que limpia el pecado, sino que realmente "quita" el pecado original. En este sentido, el sacramento se define como un "signo eficaz", porque causa aquello que significa, como se ha dicho en el prrafo anterior.

3. Presencia de Jess en los sacramentos

Por medio de los signos sacramentales, Jesucristo se hace muy cercano a nosotros. En efecto, as como la Segunda Persona de la Trinidad estuvo presente en la tierra mediante la Encarnacin -tomando un cuerpo-, as ahora se hace presente por medio de los sacramentos. Y al modo como los judos del tiempo de Jess se comunicaban con l mediante el trato con su persona, hasta el punto de que muchos se acercaban a l para tocarle, de manera semejante los cristianos nos encontramos con Cristo en los sacramentos. En realidad, los sacramentos son encuentros personales con Jess. La fe catlica ensea que Jess, despus de su ascensin al cielo, se qued en los sacramentos, para que el cristiano se pueda unir a Cristo a travs de ellos. Por eso los sacramentos son tan importantes, hasta el punto de que, si el bautizado no recibe los sacramentos, su vida no puede ser plenamente cristiana.

4.Los siete sacramentos de la Iglesia

Es lgico preguntar: por qu los sacramentos son siete? La razn de que los sacramentos sean siete, parece consistir en que los sacramentos corresponden a los momentos ms importantes de la vida del creyente: dan nacimiento y crecimiento, curacin y misin a la vida de los cristianos. Hay una cierta semejanza entre las etapas de la vida natural y las etapas de la vida espiritual. Los sacramentos son siete porque siete son las circunstancias ms importantes en las que los hombres y las mujeres necesitan de esa "presencia" especial y cercana de Jesucristo.

Vemoslo: los cinco primeros sacramentos guardan un estrecho paralelismo con la vida humana que: nace (Bautismo), crece (Confirmacin), se desarrolla (Eucarista), si enferma, necesita curacin (Penitencia) y, al final, necesita ser reconfortada ante la muerte (Uncin de enfermos). Y, como el ser humano es social por natu