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Este Lunes 16 de Junio Fiesta de las Familias del Cole-

gio La Salle –El Pilar con Eucaristía a las 12:00 h en la

Piscina de los Hermanos. Y luego la tradicional comida de

Hermandad.

Miércoles 19 de junio a las 19:30 h en San Miguel, recorda-

remos, por mediación de San Ezequiel Moreno, a los falle-

cidos en el mes pasado: Rosa García Del Barrio. Ange-

les Del Barrio Jiménez. Juan Manuel Vaquero Nicolay.

María Pilar Martínez Sánchez. Luisa Sáinz Royo. Ju-

lián Marín Velázquez. Carmen Talles Jiménez. Juan

Sesma Morales. María Ascensión Laca Pascual. El Viernes día 21 de junio, como cada viernes expondremos

el Santísimo a las 10:30 h en la Iglesia de Sata María del Burgo

y se hará la Reserva a las 18:30 h. Para poder acudir al rosa-

rio a las 19:00 h en San Miguel.

El Sábado 22 de junio, Celebran la Fiesta de las Familias el

Colegio del Amor Misericordioso con actividades a lo largo

de todo el día que tendrán su punto central a las 19:00 h en

la Iglesia de Santa María del Burgo con la celebración de la

Eucaristía.

El domingo 23 Fiesta de Corpus Cristi, Todos los niños

que han recibido la comunión este año se les invita a acudir

a las 12:15 h a la Iglesia de San Miguel Arcángel, para parti-

cipar de la celebración de la Misa de 12:30 y en la Proce-

sión, que se tendrá a continuación.

Horarios de Acompañamiento y Confesión en la sala habili-

tado para ello en la Iglesia de Santa María del Burgo. Los

horarios serán:

Martes de 10:30 a 12:20

Jueves de 11:30 a 13:30

Sábados de 18:00 a 19:30

(Los horarios se alterarán en caso de funerales) CORO PARROQUIAL: Se quiere iniciar un coro parroquial

para animar la Liturgia de algunas celebraciones de los Sába-

dos o Domingos por las tardes. Voluntarios/as a participar

acudir el lunes día 17 a las 20:00 h. a San Miguel. Animaros!

LA SANTISIMA TRINIDAD.

PARROQUIAS DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL

Y SANTA MARÍA DEL BURGO. ALFARO

Domingo, 16 de JUNIO de 2019

Nº 700

El misterio de la Santísima Trinidad consiste en

que Dios es uno solo y en Él hay tres Personas:

Padre, Hijo y Espíritu Santo.

El misterio de la Santísima Trinidad nos ha sido

revelado por la Persona, palabras y acciones de

Jesucristo. Después de haber hablado por los Pro-

fetas, Dios envió a su Hijo, Jesucristo, quien nos

dio la Buena Nueva de la salvación. Este es el

mensaje del Nuevo Testamento. Con sus palabras

y acciones, y especialmente en su sagrada Perso-

na, Jesús nos dio a conocer las más profundas ver-

dades acerca de Dios. La Trinidad es el misterio más profundo.

Jesús nos ha revelado los secretos del Reino de los Cielos. La suprema de

sus enseñanzas es el secreto de Dios mismo. Nos ha hablado de la vida de

Dios. Nos enseñó que Dios, siendo uno solo, hay en El tres Personas iguales.

Nos dijo sus nombres: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Jesucristo se presentó a Sí mismo. Jesús nos reveló más plenamente al Pa-

dre. Nos enseñó a amar a nuestro Padre celestial porque nos ama. Jesús

reveló la tercera Persona divina, el Espíritu Santo.

A LA ESCUCHA DE LA PALABRA….

Lectura del libro de lo s PROVERBIOS 8, 22-31 Así dice la sabiduría de Dios: «El Señor me estableció al principio de sus tareas, al

comienzo de sus obras antiquísimas. En un tiempo remotísimo fui formada, antes de

comenzar la tierra. Antes de los abismos fui engendrada, antes de los manantiales

de las aguas. Todavía no estaban aplomados los montes, antes de las montañas fui

engendrada. No había hecho aún la tierra y la hierba, ni los primeros terrones del

orbe. Cuando colocaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba la bóveda sobre la

faz del abismo; cuando sujetaba el cielo en la altura, y fijaba las fuentes abismales.

Cuando ponía un limite al mar, cuyas aguas no traspasan su mandato; cuando asen-

taba los cimientos de la tierra, yo estaba junto a él, como aprendiz, yo era su encan-

to cotidiano, todo el tiempo jugaba en su presencia: jugaba con la bola de la tierra,

gozaba con los hijos de los hombres».

Lectura de la Carta de San Pablo a los ROMANOS 5, 1-5 Hermanos: Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con

Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos obtenido con la fe el

acceso a esta gracia en que estamos; y nos gloriamos, apoyados en la esperanza de

alcanzar la gloria de Dios. Más aún, hasta nos gloriamos en las tribulaciones, sa-

biendo que la tribulación produce constancia, la constancia, virtud probada, la

virtud, esperanza, y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido de-

rramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 16, 12-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Muchas cosas me quedan por deci-

ros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la

verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará

de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. El me glorificará, porque

recibirá de mi lo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por

eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará».

SALMO 8: “Señor, dueño

nuestro, ¡qué admirable es

tu nombre en toda la tierra!”

Asociar los términos Trinidad y misterio

es automático. Desde la historia de San Agustín,

que paseaba por la playa y se encontró a un niño

que intentaba vaciar el mar en un agujerito, sien-

do el pocillo la mente del santo, y el mar el mis-

terio, la Trinidad es el gran misterio de la fe.

El mismo Jesús lo advirtió: “Mucho me

queda por deciros, pero no podéis cargar con ello

por ahora” . Que no nos empeñemos, aún no es-

tamos listos. Ni San Agustín, ni ninguno de no-

sotros. Aunque no nos atrevemos, por ahora, ni a intentarlo, sí podemos aproximar-

nos al misterio, rodearlo, palparlo y ver qué podemos arañar.

En la parte del misterio que atañe al Padre, los apellidos que yo le pondría

son tres: trascendente, revelado y misericordioso. Trascendente porque nos sobrepa-

sa, nos es indescifrable, no hay forma humana (nunca mejor dicho) de abordarlo. La

existencia del Padre, ni aunque no formara parte de la Trinidad, nos resulta inconce-

bible en la inteligencia. Desde el corazón nos puede resultar más cercana, y se colo-

ca un poco más a nuestro alcance cuando apelamos a la voluntad y damos el salto

por encima de la valla que supone la fe. Es misterio revelado, en la creación y en el

orden de todas y cada una de las cosas que conforman nuestra vida. Dios se da a

conocer en la historia de la humanidad , y se muestra a cada uno de nosotros si sa-

bemos interpretar su presencia en nuestra historia individual. Y es misterio de mise-

ricordia, nos enseña los inabarcables límites del amor ilimitado. Es padre, es madre

y es Padre-Madre, pues no podemos evocar la ternura infinita de Dios hacia los co-

razones rotos y las almas angustiadas sin englobar ambos talantes.

El Hijo, Jesús, es el misterio encarnado. Se hace presente entre nosotros co-

mo uno más, en nuestra misma forma y encarnadura. Con nuestros sentimientos,

emociones, sufrimiento y alegrías. Vive el amor, la amistad, el frío, al hambre, la

sed y la traición. Nace, y crece, y aprende a dejar cosas atrás y a confiar, y a enfa-

darse. Es persona en todos los aspectos, sin que ser Hijo de Dios le ahorre ninguna

fatiga. En lo que un hijo supone de prolongación de nuestro ser mortal, Jesús es

Hijo en toda la extensión de la Palabra. Y, en lo que es Hijo cerca de su Padre, en su

misma esencia, no se aleja de nosotros, sino que nos trae al Padre a nuestra existen-

cia.

En este galimatías, viene el Espíritu. Tercero en concordia, porque es el aire invisi-

ble que sopla para hacer sitio y que se puedan encajar todos los elementos. Nos da

la chispa de luz imprescindible que nos abre corazón y mente al tremendo misterio.

Nos ayuda a ejercer la paciencia necesaria en espera del entendimiento. Acerca a

nosotros el perdón y la alegría, seca sudores y refresca ánimos. Hay que recibirlo

con la cabeza descubierta, los ojos cerrados y el almas esperanzada. Y llenarse de él

hasta el fondo. A continuación, dejar que nos limpie bien por dentro, y dejarlo salir,

desparramarlo a manos llenas, por todas partes…

Aurora Gonzalo