Ayala Alonso E_El Hogar Fruto de La Edificacion Del Ambito Publico

Embed Size (px)

Citation preview

  • ""',.1 .,_,t ~ l ... 'c ( ',i' ~ ", ': //,. 'J ~.. ( C .:.: ~....." ,-, IE: , \,I f ','i c , , I ",;

    0) ~,." . ~r ',i ., , t L ~) ( '\

    I~) CIUOAO D( MtxlCO -

    CASA JUAN PABLOS INSTITUTO DE CULTURA DE LA CIUDAD DE M'tXICO

    Mexico 2002

    cbibliotecaText Box

    cbibliotecaText Box

    cbibliotecaText Box

    cbibliotecaText Box

  • ~

    INDICE

    LOS ESPACIOS POBLICOS DE LA CIUDAD SIGLOS XVIII Y XIX Carlos Aguirre Anaya, Marcela Davalos, Maria Amparo Ros (editores)

    Primera edici6n, 2002

    (9 Casa Juan Pablos, S.A.de c.v. 2002 Malintzin 199, Col. del Carmen Coyoacan, 04100, Mexico, D.E

    (9 Instituto de Cultura de la Ciudad de Mexico Ribera de San Cosme 75, Col. Santa Maria la Ribera, 06400, Mexico, D.E

    Edici6n: Jose Vicente Anaya

    Diseiiode portada: Benito Ant6n Gracia

    ISBN: 968-5422-20-6

    Impreso en Mexico/Printed in Mexico

    Presentaci6n, Carlos AguirreAnaya 9

    EsPACIOS EN EL MUNDO TRADICIONAL DEL srcto XVIII

    Introducci6n, Annik Lemperiere Mexico en 1753: el momento ideal de la ciudad corporativa,

    Clara Garda Ayluardo La resignificaci6n de 10 publico a finales del siglo XVIII,

    Carlos AguirreAnaya El montaje de la jura de Carlos IV en Veracruz (1790): la fiesta

    en la construcci6n de 10 publico, Adriana Gil Mareno Los espacios recreativos y los protocolos festivos oficiales

    en la ciudad de Mexico, 1747-1877, Miguel Angel VasquezMelendez

    La disputa por el espacio publico: los comerciantes y vendedores de la plaza mayor, Jorge Olvera Ramos

    Los cigarreros y sus espacios, Maria Amparo Ros Torres Los espacios publicos en los barrios indigenas de la

    ciudad de Mexico. Siglo XVIII, Marcela Davalos

    13

    20

    37

    55

    71

    84 98

    110

    ios ESPACIOS DEL ESPECTAcUill Y ios INTERIORES

    Introducci6n, Marcela Davalos 131

    cbibliotecaText Box

  • ... ~., ..u,

    AMPAROSEVILLA

    Sevilla, Amparo, Danza, culturay clases sociales, CNCA/INBA, Mexico, 1990 (Serie Investigaci6n y Documentaci6n de las Artes).

    Sierra, Carlos, Historiade lanavegacion en la ciudaddeMexico,DDF, Mexico, 1973 (Colecci6n Popular Ciudad de Mexico, 4).

    EL HaGAR, FRUTO DE LA EDIFICACION DEL AMBITO PUBLICO

    Enrique Ayala Alonso"

    fLACSU . Biblioteca

    [ Jy sin duda se hallara muy diferen te, tanto en las construcciones de sus edificios, como en su enlosado y policia de las calles;

    igualmente en los modernos y vistosos paseos que continuamente se van fomentando; de donde se conocera clararnente cuan distintos son unos tiempos de otros.

    Angel Maria Merelo, vecina y delcomercio deMexico, 17771

    D u rante de la segunda mitad del siglo XIX, la ciudad de Mexico fue objeto de impdrtantes obras materiales que modificaron su fisonornla y su organizaci6n espacial. Simultanearnente a estas intervenciones fisicas se emitieron diversas disposiciones buscando modelar los comportamientos sociales y la economia de acuerdo con las ideas

    Universidad Aut6noma Metropolitana-Xochimilco. I Copiaoriginaldelmemorialy proyecto de iluminacionque tienepresentado don Angel

    Marla Merelo, vecino y del cornercio de Mexico, en 17 de mayode 1777, al Excmo. bailie, don JuanAntonio Ma. Bucareli, virrey, gobernador y capitangeneral de esta Nueva Espana en Ernesto Lemoine Villicana, "El alumbrado publico en la ciudad de Mexico durante la segunda mitad del siglo XVIII.Documentos compilados y precedidos de una introducci6n", BoletindelArchivoGeneral de la Nacion, Secretarfa de Gobernaci6n, t. IV,nurn.d, segunda serie, oct.-nov.-dic.1963, Mexico, p. 80S. 164 165

    cbibliotecaText Box

  • ENRIQUE AYALA ALONSO

    ilustradas caracteristicas de la centuria y, tambien, con un ambicioso proyecto para resarcir la diflcil situaci6n por la que atravesaba la Corona.

    Estas disposiciones de orden social, econ6mico y urbanistico conforrnaron la ciencia de policlaque represent6 una actitud novedosa ante el fen6meno urbano. La ciudad dej6 de ser un mero escenario donde se desenvuelven los actores sociales para entenderse como la interacci6n entre el espacio fisico y los pobladores. Sin embargo, en esta forma de concebir la ciudad, la (mica potestad para decidir sobre 10conveniente y 10que deberia hacerse en la urbe y sus habitantes era el gobernante. En el casu de la ciudad de Mexico fueron el visitador y los virreyes de linaje borb6nico quienes se erigieron en la autoridad incontestable, pasando por encima de los intereses locales, incluyendo los del gobierno de la propia ciudad.

    EI proyecto de ciudad y poblaci6n puesto en marcha en la capital de Nueva Espana estuvo lejano de concretarse como fue idealizado por los virreyes. Las resistencias y los obstaculos de diversa indole con que se toparon los representantes del monarca fueron muchas veces insalvables. No obstante, estas acciones son el inicio de un proceso de transformaci6n de la urbe y de la arquitectura de una envergadura mucho mayor de la comunmente supuesta.

    Con este proceso iniciaron formas de concebir, edificar y vivir la ciudad y la arquitectura que dieron lugar a la ciudad moderna. Los muchos elementos C .arrollados a 10largo del Siglo de la Luces conformaron una revoluci6n en las formas de habitar no s610en la urbe sino en los edificios, y llegaron a tener un mayor peso especifico en la modernizaci6n urbana que 10aportado por la industrializaci6n y el desarrollo del capitalismo en el siglo XIX.

    Las ideas urbanisticas ilustradas son un fen6meno de gran envergadura que tuvo efecto no s610 en las metr6polis europeas, sino en las ciudades coloniales de America que en mayor 0 menor medida se vieron transformadas. Este proceso, cuya etapa mas vigorosa en las colonias americanas se produjo hacia el final del siglo XVIII, germinaria en el Mexico independiente con la reforma liberal. La capital del pais se constituy6 asi en una urbe plenamente moderna, aunque su industrializaci6n estuviera aun en

    166 ciernes 0 fuera practicamente inexistente.

    ELHaGAR, FRUTODE LAEDIFICACIONDELAMBITO PUBLICO

    A traves de la reforma liberal, el Antiguo Regimen qued6 sepultado en Mexico. Precisamente en la segunda mitad del siglo XIXes cuando se construye 10 publico como un espacio dernocratico, de libertades y derechos ciudadanos, y se definen la propiedad y la vida privadas como los bienes mas preciados de la sociedad moderna. Aparece tambien un nuevo personaje en la metr6poli: el ciudadano, el cual no unicarnente es quien vive la ciudad, sino el que ha logrado la igualdad de derechos y obligaciones dentro de la sociedad.

    Un siglo completo consumi6 este proceso, donde la arquitectura se constituy6 en el principal interlocutor de las transformaciones urbanisticas, sociales y econ6micas. La casa, antes que otras edificaciones, fue donde se manifiestaronlas transformaciones mas profundas, las cuales poco tuvieron que ver con cuestiones de estilo 0 de forma arquitect6nica. Por el contrario, tocaban las maneras de usar, vivir y modelar el espacio.

    La construcci6n del espacio publico, de igual manera tuvo su corolario en la casa, la cual se constituyo en el sefiorio de 10privado. Su implantaci6n en el terreno, su organizaci6n interna, su manera de enfrentarse con la calle, los materiales que se emplearon en su construcci6n y su menaje se transformaron paulatinamente a 10largo de una centuria, para dar paso a nuevas formas de habitar expresadas en 10que comenz6 a entenderse como privacidad, intimidad y confort.

    Es importante ahondar en el proceso de cambio de la casa a hagar a 10 largo de esos anos de transformaci6n, pues es precisamente en el espacio privado donde cobra sentido la construcci6n del espacio publico mas alla de su significado como un conglomerado de calles. Es ellugar de la vida ciudadana, los derechos y las libertades civiles que tiene su complemento en el espacio privado, lugar de gestaci6n del individuo como nuevo ser social.

    Los ALBORES DEL HOGAR

    A 10 largo de los dos primeros siglos de la vida colonial en la ciudad de Mexico, la calle desempeno un importante papel en el desarrollo de la vida 167

    \

    cbibliotecaText Box

  • ENRIQUE AYALA ALONSO ~ cotidiana. Durante las primeras decadas, cuando aun no se consolidaba la conquista, la calle fue un espacio casi prohibido: resultaba inseguro y

    -. mejor era resguardarse dentro de casas fortificadas. Cuando esa incertidumbre se supero, las casas, los comercios y los talleres desbordaron sus actividades sobre plazas y calles. Los diferentes grupos raciales se amalgamaron sin distingos en la ciudad y los barrios, a pesar de las prohibiciones existentes en este sentido. Indigenas, hispanos y otras castas abigarraban las calles con la realizaci6n de sus multiples actividades.

    EI orden y la higiene no fueron cualidades importantes de esa ciudad. Buena porci6n del ambiente barroco en la ciudad de Mexico durante el siglo XVII y parte del XVIII, no era unicarnente el resultado de las form as arquitectonicas, sino de las maneras de vida que ahl ten ian lugar. Por las cr6nicas podemos imaginar esas calles, plazas y canales plet6ricos de ruidos, colo res y aromas. La belleza tampoco fue uno de los rasgos sobresalientes de la ciudad, pero si 10 fueron la vitalidad y el bullicio.

    La arquitectura habitacional era igualmente un sitio para multiples actividades. Adernas de tener lugar en elias las actividades propiamente domesticas, se realizaban funciones productivas y comerciales. Muchas casas, aun las mas ricas, estaban dotadas de diversos establecimientos donde se realizaban estas tareas. En los bajos de las casas se localizaban accesorias que frecuentemente servian como expendio de los productos provenientes de las haciendas de los mismos duenos, En otros casos las accesorias se rentaban a personas ajenas, para el establecimiento de talleres 0 comercios independientes de la casa.

    Entre el piso bajo y los altos, solia haber un entrepiso adicional: los entresuelos, originalmente destinados al alojamiento de empleados de cierto nivel de la casa, como los administradores de la producci6n y la venta de productos de la hacienda. Tarnbien existian habitaciones en el entresuelo o en e1 patio secundario destinadas a la abundante servidumbre masculina, principalmente encargada de las caballerias, los carruajes y la porteria.

    En los altos de las casas, donde se ubicaban las habitaciones principales, se localizaban los cuartos de rnozas, pr6ximos a las cocinas y alacenas. En

    168 ellos se alojaba la servidumbre femenina encargada de las labores interio-

    EL HOGAR. FRUTO DE LA EDIFICACION DEL AMBI'fO POBLICO

    res. La ubicacion de estos cuartos en e1llamado piso noble se debia a la necesaria cercan!a que deberfan tener con las habitaciones principales, y tam bien para mantener a buen resguardo e1 honor de las doncellas (figs. laylb).

    Esta abundancia de sirvientes y empleados, entre los que no llegaron a faltar los esclavos, ponfa agitacion en la casa. Tarnbien habia animales como perros, aves de corral, bestias de tiro y cabalgaduras. En esta abigarrada casa no faltaron tampoco los inquilinos, quienes ante la escasez de viviendas en la ciudad, ocupaban dependencias internas, como los entresuelos, rentados en ocasiones a familias completas. 5= (")

    en o

    .n ~_jln. ~i-. AjuoJi:A.. ClJ ,

    Iif

    ..2 cod.4J2.:A':.~::" 3. ./a.eu~

    !4. 1J.Le.t:&JWVJ&I'..- oUh_ ( ~up... ......

    ~ 'l!Jotksca..i ~ S. c.dtdIUiz.o..li \::) 7. fJtI:th'o 'pJJnc1.~~cd

    ~. .JI~o.... I~7 ~. fJ.xj:u.h~

    "

    ...

    Ci 1Q '/'fJWl~ pt:dro

    1~. ~jIL~/~

    3. .,.2

    U.6( Figura la. Casa den Tacuba, p. baja. Arq. Antonio Guerrero y Torres, 1774. Fuente: AGN. Catdlogo de ilustraciones, 3096. 169

    cbibliotecaText Box

  • ENRIQUE AYALA ALONSO

    jDllIIM,(, ..s.. d /1110 .. 6n.. caJ'A.- /'14 k. 0iIII.L 4 ~r:.uJJ_ ~ tD.-/.... I!I.h...... ,) ~d.l/'nlw.. t...glU-!J;./I....I'VL .....4.

    ~~ II:I41.fllfllb/"'" .,. ~M .tJ~.

    ~:lo ~ .- IOJ

    ~r.l CAlU-d,..~_-

    ELHOGAR. FRUTO DE LAEDIFICACION DEL AMBITO PUBLICO

    espacios eran mucho mas reducidos, pero la diversidad de actividades llevadas a cabo era todavia mayor. Son bastante conocidas las casas de los artesanos que, adernas de ser habitacion, funcionaban como taller y ahi mismo se expendian los productos elaborados en este. Estas casas se extendian sin ninguna timidez sobre la calle, donde se colocaban los bancos de trabajo, las mercancias acabadas y hasta los tendederos de ropa y las hornillas y fogones donde se preparaban los alimentos para los rnoradores de la casa, y a veces tam bien para vender.

    Amen de este abigarramiento, la ciudad no se caracterizaba por su limpieza e higiene. Las calles y las acequias eran dep6sitos de basuras e inmundicias. Mataderos y zahurdas contaminaban eI ambiente con malos olores. Tampoco habia empedrados ni desagues en la mayoria de las calles. Las plazas eran espacios donde se ordenaban vacas, se vendia todo tipo de mercancias, se sacrificaba ganado! y hasta humilladeros habra.' Los puestos ambulantes se colocaban indistintamente por toda la ciudad yeran motivo de incomodidades y peligros, principalmente los de comida por eI uso de fuego .

    La casa y la calle no ten ian fronteras. La vida cotidiana, la productiva, eI cornercio, 10 festive, eI duelo y 10 religioso se resolvian en estos dos arnbitos sin muchos distingos entre ellos. Esta particular forma de vivir resultaba poco conveniente para la visi6n urbanistica ilustrada.

    La ciencia de policia, parte fundamental del pensamiento de la epoca, idealizaba una ciudad bella, ordenada, higienica y convenientemente gobern ada, y la de Mexico parecia a veces muy lejana a ese proyecto. Para lograrlo tendria que desterrarse esa forma de vida.

    La aventura fue reconstruir la ciudad en funci6n de ese proyecto. En 10 fisico se emprendieron una diversidad de obras que en la terminologia actual se pueden agrupar como infraestructuras, equipamientos y servicios, las cuales muchas veces afectaban costumbres e intereses, pero tam

    , Francisco Hernandez Serrano, "Bosquejo de las plazas de Regina Coeli y de las Vizcainas", Artes de Mexico, ano xv, num. 109, 1968. Mexico, p. 44.

    ] Francisco de la Maza, "Bosquejo hist6rico de la plaza de Santo Domingo". Artes de Mexico. ana xv, nurn. l l O, 1968, Mexico, p. 10.

    ..

    4

    7

    2.

    j ~

    ~ t'f

    ..;:.G

    :l

    4.

    2.~ a "~/Yuh I,. /a.lA'$. ~C44".cu...

    '.~2~'c... 7. ,~ .. ,."....,I:U. i. C4J11we, ~oI.Ae>.d~ i . ~%.G.

    J~ 1 .

    ~ ~

    cJ/&. t4. -bo. w.J,~ GD?l... f A. 6tU.lM Figura lb. Casa en Tacuba, p. alta. Arq. Antonio Guerrero y Torres, 1774. Fuente: AGN, Catdlogo de ilustraciones, 3095.

    La familia propietaria era tambien numerosa. Parientes consanguineos, paisa nos y allegados forrnaban una amplia familia, mezclada sin muchos distingos con la servidumbre y la pletora de personas que vivian 0 acudian par diversos motivos a la casa. Laprivacidad y 10 intimo no eran aun demandas de esta sociedad. La casa se entendia como un conglomerado de funciones, de personas, de sonidos y actividades que tenian como principal escenario eI patio, s610 separado de la calle par la pausa que significaba eI zaguan,

    Las casas mas modestas no eran muy diferentes. S610 que en elias los 171 170

    cbibliotecaText Box

  • ENRIQUE AYALA ALONSO

    bien propiciaron condiciones favorables para el establecimiento de empresas beneficiosas para los particulares,lo cual tam poco era ajeno al pensamiento ilustrado.

    La transformaci6n social fue una labor aun mas ardua: mas alla de los intereses que se afectaban, se trataba de remontar arraigadas costumbres en las cuales el sentimiento de colectividad estaba practicarnente ausente. La organizaci6n estamental y corporativizada de la poblaci6n no permitia imaginar a la ciudad ni a la sociedad como una totalidad. La visi6n de sf mismos era fragmentaria, aunque muchos de los comportamientos cotidianos atendian en ocasiones mas a 10 individual que a 10 corporativo. Como respuesta a los problemas que se les presentaban, se buscaban soluciones inmediatas, no se aspiraba a 10 permanente 0 allargo 0 mediano plazos.

    Lo religioso permeaba la vida diaria y 10 ocasional. La ciudad estaba organizada espacialmente por parroquias y a partir de elias se produdan las. identidades territoriales. El nacimiento y la muerte eran asuntos de la Iglesia, como tarnbien 10 era el registro de los hechos ordinarios. En materia de transgresiones e impartici6n de justicia practicarnente no se distinguia entre el delito y el pecado. Lo civil se encontaba a la zaga de 10 religioso.

    En oposici6n a esta forma de vida, la Ilustraci6n proponia un proyecto secular y colectivo, donde importaba el bien cornun, la salud publica, la administraci6n de la justicia, el movimiento mercantil y la ciudad como una totalidad. Llevar a cabo este prop6sito no era sencillo, se requeria remontar dos siglos de costumbres y anquilosados sentimientos religiosos.

    En cuanto al mejoramiento 0 introducci6n de infraestructuras urbanas, se inici6 la colocaci6n de empedrados, tal vez la obra mas costosa en terrninos econ6micos y sociales, la cual nunca fue concluida ni tecnicamente resuelta. Su realizaci6n despert6 la oposici6n entre algunos de los sectores mas influyentes de la sociedad, como fueron las 6rdenes religiosas ferneninas, quienes demandaron hasta la intervenci6n real para evitar los pagos que les correspondia hacer en raz6n de sus propiedades.' Las

    4 Esteban Sanchez de Tagle, Losdueitos de la calle. Una historia de la via publicaen la epoca colonial, Instituto Nacional de Antropologia e Historia/Departamento del Distrito

    172 Federal, Mexico, 1997 (Arte y Cultura), pp. 157-172.

    EL HOGAR, FRUTO DE LA EDIFICACION DEL AMBITO POBLICO

    obras consumieron casi la mitad del siglo y cubrieron aproximadamente la mitad de las calles de la traza rectillnea y unas cuantas de los barrios de indios.' Parte de este proyecto fue la introducci6n de la red subterranea de atarjeas para llevar lejos de la ciudad las aguas negras. La complejidad de combinar en una sola acci6n dos obras de gran envergadura, pues ambas requerlan considerar con distintas 6pticas la topograffa general de la ciudad, result6 un obstaculo insalvable por la falta de experiencia para este tipo de trabajos y por el insuficiente nivel de conocimientos tecnicos, ~

    Con estos trabajos se pretendia la cristalizaci6n de un principio toral ~ para el pensamiento ilustrado: el movirniento." Este objetivo, estrechamente ~ vinculado al esplritu mercantilista de la epoca, facilitarfa ellibre desplaza-

    tJJ mien to de las mercandas sin tropezar con los obstaculos de una superficie ~ irregular y ocupada por hombres y actividades. De paso se evitarian pro- : blemas colectivos de salud al poner en funcionamiento la red sanitaria. a

    Esta red era un sistema a una escala nunca antes considerada, pues se trataba de conducir los desechos de la ciudad lejos de ella. Su cobertura superaba la dimensi6n urbana para inscribirse en 10 regional. Sirnultaneamente, este sistema comprendia la escala dornestica. Su inicio era en el interior de las casas, donde habrlan de instalarse los llamados lugares comunes0 secretas.

    Estes no eran otra cosa que letrinas, las cuales significaron la irrupci6n de la Ilustraci6n a traves de las preocupaciones higienicas en el interior de la casa. Los desechos del cuerpo eno deberian ser arrojados mas a la via publica para su eliminaci6n. Era menester destinar en las casas algun espacio y recurs os para la instalaci6n de los comunes y conectarse a traves de un conducto subterraneo a la acequia ubicada bajo la calle.

    Las ideas sanitarias tarnbien se hicieron patentes dentro de las casas a traves de los placeres, recintos dotados de una tina de bafio. Ellavado del cuerpo no era una costumbre difundida entre la poblaci6n, que preferla

    s Marcela Davalos, Basurae Ilustracion. La limpieza de la ciudad de Mexico a fines del siglo XV1Il, Instituto Nacional de Antropologla e Historia/Departamento del Distrito Federal, Mexico, 1997, pp. 83-85.

    6 lbid., pp. 42-46. 173

    cbibliotecaText Box

  • ENRIQUE AYALA ALONSO

    asearse con unguentos olorosos 0 sebo, segun fueran sus recursos.' Estos recintos aparecieron inicialmente en las casas mas ricas, y paulatinamente se extendieron a las de otros sectores y,aunque no llegaron a generalizarse, marcaron pautas muy significativas en la transformaci6n domestica.

    La falta de lugares para ellavado del cuerpo dentro de las casas se resolvia, cuando era menester, haciendo uso de las casas publicas de banos. Los primeros establecimientos de este tipo fueron los temascales, que funcionaban para el publico por 10 menos desde finales del siglo XVII. 8 Un siglo despues se regulo su funcionamiento de acuerdo con los valores morales e higienicos ilustrados, destinandose la mitad de los establecimientos para el uso masculino y la otra mitad para las ~ujeres.9

    EI cuidado del agua fue tarnbien otra preocupaci6n ilustrada. Se recomendaba un manejo higienico delliquido. Se tenia la certeza de que la falta de asepsia era causa de enfermedades y epidemias. Tarnbien su dispendio tenia que corregirse. Para ella habria que arreglar las fugas en los acueductos, las cafierias y colo car un bitoque con llave en las salidas de las fuentes publicas y de las casas que con laban con la merced, para evitar su constante derrama."

    Durante el gobierno del segundo conde de Revillagigedo (1789-1794) es muy po sible que la dotaci6n de mercedes de agua para las casas haya aumentado. En esa epoca se suprimieron varias fuentes en las plazas publicas donde se surtian los aguadores para llevarla a las casas. Igualmente,

    1 Arternio de Valle-Arizpe, Calle vieja, callenueva, Jus, Mexico, 1949, pp. 396-397. En diciembre de 1691 se determin6 por cedula real que s610 pudiera haber doce te

    mascales publicos en la ciudad: en 1741 se ampli6 el numero a 24, cantidad que permaneci6 sin alteraci6n durante toda la epoca colonial. "Bando sobre banos publicos y temascales del21 de agosto de 1793" en Jose M. del Castillo Velasco,Coleccion de leyes, supremas ordenes,bandos,disposiciones depoliciay reglamentosmunicipales de administtacion del Distrito Federal, Castillo Velasco e Hijos, Mexico, 1874, pp. 72-79.

    Ibid. 10 Baltazar Ladr6n de Guevara (atribuido), "Reflexiones y apuntes sobre varios objetos

    que interesan la salud publica y la policia particular de esta ciudad de Mexico, si se adaptasen las providencias 0 remedios correspondientes. 1788"en Sonia Lombardo de Ruiz,Antologiade textos sobrela ciudad deMexico en elperiodode la llustracion (1788-1792),lnstituto

    174 Nacional de Antropologia e Historia, Mexico, 1982 (Colecci6n Cientifica, 113), pp. 27 Y28.

    EL HOGAR.I'RUTO DE LA EDII'ICACION DEL AMBITO PUBLICO

    en varias calles de la ciudad se sustituyeron las viejas canerias de plomo por las de barro, consideradas mas permanentes y saludables, y en otras mas se colocaron conductos por primera vez.!' La posibilidad de que la dotaci6n de agua entubada haya aumentado, senalaria un mejoramiento de las condiciones de habitabilidad, como sucedi6 con otros servicios.

    Lo realizado en la ciudad en las ultimas decadas del siglo XVlII incluy6 una arnplia gama de servicios y disposiciones que apuntaban a una sensible transformaci6n y mejoramiento de las condiciones de habitabilidad dentro de la urbe, que tambien favoreci6 condiciones novedosas dentro de las casas.

    Se introdujeron adernas los coches de alquiler, el alumbrado publico y un sistema de vigilancia nocturna a cargo de los guardafaroleros 0 serenos, quienes ademas de encender y limpiar los faroles, voceaban la hora y el tiernpo, desernpenaban labores de vigilancia avisando de incendios, alborotos 0 robos y tertian facultades para aprehender a los alborotadores y malhechores. Acudian a la botica 0 en busca del medico, la partera 0 el confesor en favor de la poblaci6n necesitada."

    La transformaci6n lograda por estos servicios redundo en beneficio de la seguridad y la comodidad urbanas; aument6 la movilidad de hombres, jinetes, carruajes y rnercancias y favoreci6 un usa mas intenso y prolongado de la ciudad. La vida urbana nocturna comenzo a existir gracias a la iluminaci6n y la seguridad. Asirnismo, los nuevos establecimientos, como los cafes y las vinaterias, Il favorecian una vida de ciudad, aun timidamente mundana. En contraste con esto, la casa comenzaba a tornarse recoleta.

    II "Cornpendio de providencias de policia de Mexico dictadas en la mayor parte, y las que no, sostenidas igualmente y hechas observar por el Exmo. senor conde de RevillaGigedo" (1792), en Ignacio Gonzalez-Polo (version paleografica, introducci6n y notas), Campendio de providencias de policia de Mexico del segundo conde de Revilla-Gigedo,Universidad Nacional Aut6noma de Mexico, Mexico, 1983 (Suplernento al Boletin del lnstituto de Investigaciones Bibliograficas, 14-15), p. 16.

    Il Reglamento [ormado de otden del Excmo. Sr. virrey cOllde de Revillagigedo para el gobierno que ha de observarse en el alumbrado de las calles de Mexico en Ernesto Lemoine Villicana, op. cit., p. 813.

    13 No eran tiendas donde se vendieran licores ernbotellados, sino que ahl se consurnian. Son antecedente de las cantinas. 175

    cbibliotecaText Box

  • ENRIQUE AYALA ALONSO

    La forma de vida que se desplegaba casi indistintamente entre la calle y la casa comenz6 a tomar nuevos matices. La calle continu6 intensamente utilizada a pesar de haber perdido sus cualidades como lugar de permanencia. La metamorfosis deb ida al desarrollo de las infraestructuras, los equipamientos y los servicios, proporcionaba nuevas opciones de vida urbana. Los equipamientos como paseos, cafes y restaurantes eran opciones de permanencia y recreo que permitian mantener despejadas las calles para cumplir con su funci6n de movimiento, facilitada por las superficies empedradas, libres de obstaculos y dotadas de transportes publicos, El alumbrado perrnitla vivirla mas prolongadamente y gozando de seguridad. Los servicios como la recolecci6n de basuras, la vigilancia por los guardafaroleros y la organizaci6n de individuos para combatir los incendios,141e conferfan un incipiente rango como espacio publico. Comenzaban a existir los servicios publicos en su acepci6n moderna.

    Simultanearnente a esta funcionalizaci6n y autonomia del espacio urbano se lograba el resguardo de la vida dornestica. La casa dejaba de ser el escaparate de exitos y riquezas y se volvia intimista. En ella la vida social se restringia a los circulos familiares 0 amistosos mas cercanos. La ciudad ofrecia, a traves de los equipamientos destinados al publico, diversas opciones de vida social fuera de la casa. Como resultado del desarrollo de los equipamientos tarnbien comenzaba a reorganizarse esta,

    Letrinas y placeres contribuian no s610 a fomentar los habitos higienicos sino a dar un sitio esencial a la intimidad. Sirnultaneamente, la familia habia comenzado a tomar distancias de la servidumbre y los empleados de la casa. Aparecieron nuevos locales como las bibliotecas, los despachos y los gabinetes, los cuales ademas de ser manifestaciones del ambiente ilustrado de la epoca y ser un refugio dentro de la misma casa, permitian separar 10estrictamente domestico de las eventuales actividades de trabajo que se realizaran en ella.

    " En el afro de 1782 se elaboro un reglamento para elcontrol de incendios. Ocho afios despues se emitieron nuevas disposiciones al respecto y funcionaba un cuartel en la calle del puente de Peredo y en el palacio virreinal se hallaban algunas bornbas para combatir el fuego, Jorge Nacif Mina, Lapolicia en la historia de la ciudad de Mexico (1524-1928), Soci

    176 cultur, Mexico, 1986, pp. 25-28.

    EL HaGAR, FRUTO DE LA EDIFICACION DEL AMBITO PUBLICO

    Las mansiones de las elites marcaron estas pautas de vida domestica. En casas de menor rango se aspiraba a lograr esos modo de vida, y dependiendo de las posibilidades materiales disponibles, comenzaron su conversi6n. Las mas humildes estaban muy lejanas de esas forma de vida y acusaron sus deficiencias. Muchas de las actividades que anteriormente se desbordaban sobre las calles se agolparon muros adentro. El problema de la vivienda comenz6 a manifestarse precisamente debido al marcado contraste entre las casas de los diversos sectores de la poblaci6n. ~

    A nivel urbano las restricciones al uso de los espacios urbanos eviden- C"') ciaron una escasez habitacional que siempre habia existido, pero que se ~ resolvia 0 se atenuaba ocupando la calle. Como resultado de las prohibi- ~ ciones de ocupar las calles, las viviendas en vecindades, accesorias y entre- ~ suelos que se expandian sobre la calle, se redujeron a los interiores y a los i patios colectivos, cuando los habia.

    Esta situaci6n puso tam bien de manifiesto las deficientes condiciones habitacionales que privaban dentro de las casas rnodestas, en contraste con las de mayor nivel, donde el espacio arquitect6nico se reelaboraba y aparecian nuevos aposentos para dar cabida a una vida dornestica concebida para llevarse esencialmente a cabo entre paredes. Las disposiciones sanitarias de construir comunes dentro de las casas se hicieron tambien extensivas para las vecindades, donde se tuvieron que adecuar lugares para su instalaci6n. 15Las nuevas construcciones 0 las reedificaciones de las viejas casas de vecindad necesarTamente los tenian que incluir." En estos casos dichas instalaciones eran equipamientos colectivos y se ubicaban en algiin rinc6n del inmueble (fig. 2).

    El desarrollo de nuevas formas productivas, demandantes de mana de obra asalariada y abundante, irrumpi6 en la ciudad con amplias consecuencias en el espacio urbano. Las calles cercanas a esos centros de trabajo eran ocupadas por una multitud de trabajadores que acudlan a ellos. La Real Casa de Moneda, la Real Fabrica de Tabaco, la Casa del Apartado eran,

    " "Apendice numero tres al compendio, remitido al Ministerio de Gracia y Iusticia de Indias el 30 de agosto de 1793" en Gonzalez-Polo, op. cit., p. 48.

    "Ibid. 177

    /

    cbibliotecaText Box

  • ENRIQUE AYALA ALONSO

    ':~r""'':':L.i .: t 'l.:v:"'N ~ .;.. .~.".' ,.' ,'f;,,~ ~ J '. '~"> iJ ~ "l .,. ~ . .{I\ '..., ... ,.., ~ '\.~ 'J. ~ ~... ~'1 '. .~. ~:'VI 'J.~* ., .. i OW ....: l 'i a~', .. I .~ ,~ -:-... ~ ~ :'\. !,. . -i. ~ ,? ~ c I .... '- ,,; ~ ~ (~, t I'-l ..j 1-t~I.o,!'" ".,,- _. OJ

    "I l.: .... \ .....-. .. ~ ..... ~ ~ ,. ~ ':-.. 4. -,:L Ji I .. .: .j ~ f' . ,~' "'i .1 ' 1. :i"f~ of. ~ -: {/. L -~-l j ':~'1~"1:~:~, r g .~~ . ~ ~ ~" ~ ~ 't .

    ~:';";:'~~.: . ',..~ 'i l:.,oJ '! < 1.. ' ": ~ i . J... .. '. \... ,. r " II .. ~ ~ ': ..~ ~ :./ ~ ...: ~r.~~.~... \f

    ~ .... -'

    ~ .: ....... .;....

    u ~...

    ~

    e' .....

    .' ~

    ."'. IV

    .1 ....

    -"i 1.:..:: :~

    : .. '\ i: ~. ~ ........ "$.;-...\

    ,

    " I

    :-..: ,

    N '0 r-,

    N lU :l 'C"".",

    0c.:: 0N

    }~

    '~ . ~

    " ~ ~ ~

    ....:l 0-< cO 3 'lU

    e- ~ lU t:p...9 ~ ~ lU t;

    .", ..,

    t::~:-9..';:; lU'1::l

    ;:= " ~ ~ OJ~ .",~d

    ~ zu o '"

    . s::

    t:= "C C:. t:= r-n o

    00

    -

  • ENRIQUE AYALA ALONSO

    [...] aca permanecen lascasas: sicut erant in principia, 0 con muy corta diferencia, sin haber reflexionado en clirna, en terreno,en mas 0 menosinterrumpidas lluvias,en calidadde materialesy en muchas otras circunstanciasque han aconsejado el alterar y perfeccionar los edificioscon mas comodidad, no tantos dispendios Y,con otras utilidades."

    Sobre el uso de la tecnologia de terrados para la construcci6n de los entrepisos y techumbres, considerada por el autor del discurso como de origen moro 0 rnorisco, se decia:

    Ponlan sobre cada piso 0 divisi6n de los altos [... ] una tercia 0 media vara de tierra interrnedia, para que sobre eliasse dispusiera la argamasa 0 suelo Yde aquellacostumbre tan material e inconsiderada, resultaba un aumento de peso, fabrica inutil en 10 alto y un conti~uo derrame de tierras que empuerca e incomoda incesantemente luego que sesecan y desunen las maderas del techo."

    En su lugar se propuso utilizar "ladrillos que unicamente se ponen en dos capas colocadas de viga a viga sobre alfagias'." Es decir, el sistema de bovedillas.

    De igual manera se criticaba el desagiie de las azateas mediante el uso de cafios con vertientes hacia la calle por los dafios que causaban al terreno, los empedrados, las fachadas y las ventanas, amen de las rnolestias a los transeuntes, En su lugar se sugerlan las tuberias verticales colocadas en los angulos de las azoteas por donde se podria evacuar el agua sin molestar," como en efecto se hizo."

    En funci6n de la debilidad del terreno de la ciudad, el espesor de los muros fue tarnbien objeto de critica. Se proponia reducir en un tercio el grosor acostumbrado, generalmente de una vara castellana, y utilizar un sistema empleado en Madrid, donde la madera jugaba un papel importante." Planteaba tambien el perfeccionamiento de las tecnicas para ela

    .. Baltazar Ladr6n de Guevara, op. cit., p. 33. " Ibid., pp. 33-34. 20 Ibid., p. 35. 1I Ibid., pp. 34-35. II "Compendia de providencias", op. cit., pp. 25 Y26.

    182 lJ Ibid., p. 35.

    ELHOGAR, FRUTO OE LAEDlI'ICACION DELAMBITO POllLlCO

    borar el yeso y el ladrillo, reconociendo las ventajas de elaborar estes con tezontle dada su ligereza y facilidad de transporte." A nivel de la urbe, observaba las desventajas de la perdida del alineamiento de las construeciones y de la desigual altura de las mismas, donde ademas de afectar el orden de la ciudad, las mas elevadas dificultaban la ventilaci6n y permitian otear las inmediaciones." Se formulaban propuestas para corregir estos aspectos y algunos mas, como la desigual numeraci6n de las casas empleando azulejos de la misma dimension, como en efecto se llevo a cabo bajo la administraci6n del segundo Revillagigedo." Tambien se suprirnieron de las casas los tejadillos 0 sobrados porque, ademas de afear la ciudad, oscurecian los interiores." Igualmente se prohibi61a colocacion de nichos para santos y cruces en las fachadas de las nuevas casas.P lo cual se sum6 a una diversidad de disposiciones y acciones que paulatinamente establecian el predominio de 10civil sobre 10religioso.

    Los cambios y las propuestas de transformaci6n en la casa y en la ciu

    dad eran profundos, ernpero, aun distaban mueho de dejar arras los viejos modelos. Se habian dado pasos en firme para su transformaci6n, pero rom

    per las eostumbres y las permanencias seculares no era una batalla facil. Ni el despotismo ni la razon fueron suficientes para romper inercias, alterar intereses y arribar a la modernidad planteada por el pensamiento ilustra

    do. La guerra de Independencia aletarg6 el proceso, mas no 10 interrum

    pi6. Este era irreversible, y aunque lentarnente, continu6 su marcha.

    LA CRISTALIZACION DEL ESPACIO PUBLICO Y DEL HOGAR

    En el pensamiento de Antiguo Regimen 10 publico y 10 privado son sim

    plemente opuestos. Lo primero se entiende como 10 notado de todos; la potestad, jurisdicci6n y autoridad para haeer alguna cosa; 10que pertene

    " lbid., p. 36. " Ibid., p. 39. 26 Ibid., p. 21. Ibid., p. 33.27 183

    " "Apendice numero Ires", op. cit., p. 48.

    cbibliotecaText Box

  • '"-~,

    -'

    ENRIQUE AYALA ALONSO

    ce a todo el pueblo 0 vecinos y, tarnbien, el comun del pueblo 0 ciudad." Lo privado es 10que se ejecuta a vista de pocos, familiar y dornesticamente y sin formalidad 0 ceremonia alguna, 0 10 que es particular y personal de cada uno." Pese a estas formas de entender 10 publico y 10 privado, en la practica de 10 cotidiano los lfmites entre ambas esferas eran bastante imprecisos.

    A partir de las reformas borb6nicas comenz6 a tener un sentido esta oposici6n. Por una parte la ciudad, a traves de sus servicios, redes yequipamientos, se fue constituyendo en un ambito diferenciado y con los suficientes atributos para distinguirse de 10 domestico, La casa por su parte, puso freno a la invasi6n de 10 externo, a 10 de la calle, aumentando sus cualidades para constituirse en un mundo gratificante, seguro e intimistao A partir de estas reformas se avanzaba hacia la construcci6n del hogar, la cual, a pesar de los obstaculos y las graves carencias econ6micas, continu6 en marcha. La casa, al ser del dominio de los particulares, se sustrajo con mas facilidad ala incertidumbre ya las carencias que aquejaban ala ciudad.

    En terrninos de estilo, la arquitectura, y en particular la casa, no registraron episodios notables. Por el contrario, la indefinici6n formal puso en ellas el signa de los tiempos. La Academia de San Carlos vivi6 una existencia precaria. En unas ocasiones cerrada y en otras sobreviviendo penosamente, dej6 de dictaminar sobre las obras que habrian de hacerse en la ciudad." Ello ocasiono la perdida del rigor y de los ideales arquitect6nicos impuestos por los autores neoclasicos.

    No obstante, los interiores dornesticos experimentaban una reforma en pro de una casa recoleta, c6moda e higienica, Casas de nivel medio, como las ubi cad as al frente de las vecindades -segun un cronista de la epocamezclaban en sus interiores novedosos objetos importados de Europa con

    zs La Academia Espanola, Diccionario de la lengua castellana, La Imprenta Nacional, 6". ed., Madrid, 1822, p. 672.

    )0 Ibid., p. 664. )I Al revisar los archivos de la Academia de San Carlos hemos podido comprobar que la

    Junta de Policia turnaba a la Academia proyectos de todo tipo de edificios para ser sancio184 nados antes de otorgar el permiso de construcci6n.

    EL HOGAR, FRUTO DE LA EDIFICACION DEL AMBITO POBLICO

    los heredados de 10 colonial y 10 indigena. El mobiliario de la sala por 10 cormin se componia de sillas y canapes de tule, conocidos en raz6n de su decoracion como de peray manzana. Pinturas de paisajes de los alrededores de la ciudad alternaban con imageries religiosas en la decoraci6n de los cuartos de la casa. Entre las pervivencias de antafio estaban el gran barril para el agua, el tinajero y las destiladeras. Entre las novedades se encontraban la arandela para el alumbrado nocturno, el aguamanil para el aseo ~ n cotidiano, el excusado ubicado en la azotehuela. S610en las casas de cierta en o posici6n habia la tina de bafio dotada de su correspondiente calentadera:"

    l:J' Segun el mismo cronista, la transformaci6n de las casas opulentas se

    I E

    produjo mas 0 menos de la manera siguiente:

    La casa [rica de antafio] era un primor: con cadena para la hora de comer. En el salon, imagenes de Guatemala y cuadros con marcos de plata, tibores de China opulentlsimos, sillas de alto respaldo con asientos escarlata de Macedonia, espejos de Venecia y un gran candil con ondas de almendras, flecos de canelones y candeleros de crista!'

    Se alumbraba la sala con esperma; habia sus tapetes frente al estrado, y era el pavimento un maque reluciente de purpura con su cenefa de flores sobre fondo color de tierra.

    En muchas casas el respaldo de la sala era un altar magnifico, y cuando no habla altar, el baldoquln [sic} y las pantallas eran el principal adorno.

    Cambiaron mucho esas decoraciones con la Independencia; el sofa y los sillones tomaron posesion de las salas, cobraron grandes proporciones los espejos, los floreros en grandes capelos y los relojes de mesa anunciaron ellujo, y los hermosos cnadros constituyeron un adorno de buen gusto y riqueza."

    El acontecimiento mas importante que se produjo en materia habitacional a nivel urbano en la primera mitad del siglo fue la fundaci6n de la colonia Francesa en el barrio de San Juan, donde aparecieron las primeras quintas 0 chalets construidos por franceses. Se trataba de casas aisladas en medio del terreno, con 10cual se iniciaba la construcci6n, dentro de la

    .

    urbe, de una tipologia de procedencia rural, que al paso del tiempo se con

    J2 Guillermo Prieto, Memorias de mis tiempos, Porrua, Mexico, 1985, pp. 123-124. )) Ibid., p. 143. 185

    cbibliotecaText Box

  • ENRIQUE AYAlAALONSO

    vertiria en arquetipo de privacidad. En lugares mas alejados de la ciudad, como la villa de Tacubaya, las elites construian las nuevas mansiones concebidas para una vida moderna y opulerita, alejada del mundano ambiente de la ciudad:

    Lade Escand6n tiene la entrada hermosa, y desde ella se ve,alia en el fondo, una parte de la fachada, pues la otra se esconde en el parque como esquiva, para excitar la curiosidad del visitante. Una calzada de arboles nobles y elevados nos conduce hasta la entrada, que es circular; un peristilo corintio, con su enlosado de marrnol de Genova, sostiene el segundo cuerpo de la casa. Las entradas, por los lados izquierdo y derecho, las forman dos p6rticos tarnbien corintios. En 10 interior, el patio se halla cubierto de una cupula de cristal, y unas columnas de canteria, estuca~as primorosamente, sostienen cuatro alas de portaleria y corredores. EI salon, comedo res, billar, antesala y cocina estan al estilo ingles, en el piso bajo. Las recarnaras, banos y toeadores, todo con su debida separaci6n e independencia, estan en el piso alto. En la espalda estan las caballerizas, las cocheras y cuartos para criados. Todo se halla bajo un pie de lujo brillante y que no desecharia un lord Ingles. Tarnbien el arte hermoso de la pintura ha hallado una acogida en esta quinta elegante. [... J En el jardin hay kioscos, cenadores, grutas de hiedra y madreselva, y todos esos resortes de la jardineria para alegrar el animo. Hay un estanque de tres varas de profundidad para la nataci6n, tiro de pistola, juego de bolos, un tren de caballos y carritos para los nifios, una gran pajarera, faisanes dorados, cisnes negros de Australia con otras aves curiosas, y otros nuevos recursos de distracci6n y recreo."

    La ciudad, por su parte, experimentaba una diffeil transforrnacion, pues a pesar de la emancipaci6n de Espana, no demasiadas cosas habian cambiado. Se habia abandonado la construcci6n religiosa y en su lugar se levantaban equipamientos civiles. Algunos de ellos, como los mercados, atendian demandas funcionales de la urbe. Otros, como los teatros, los paseos y los monumentos, apuntalaban las nuevas formas de habitabilidad urbana y ofrecfan alternativas de vida fuera de la casa.

    No faltaron tampoco proyectos como el de la penitenciaria para el castigo de los delitos y no de los pecados. La vida de signa civil continuaba

    " Marcos Arroniz, Manual del viajero en Mexico 0 compendia de la histotia de la ciudad de Mexico (edici6n facsimilar de la de 1858), Institutode Investigaciones Dr. Jose Maria

    186 Luis Mora,Mexico, 1991 (Colecci6n Facsimiles), pp. 241 Y 242.

    ELHaGAR, FRUTODE LAEDlI'ICACION DELAMBITO PUBLICO

    ganando espacio, a pesar de que el viejo orden aun era vigente en la organizaci6n social corporativa heredada de la epoca colonial. La Iglesia tambien continuaba teniendo una presencia avasallante.

    En materia de urbanistica, tampoco hubo ninguna novedad en relaci6n con 10 planteado por la llustraci6n. En 1842 el Ayuntamiento public6, a manera de plano regulador para la ciudad de Mexico, un proyecto para modernizar la metr6poli colonial elaborado casi 50 an os antes por quien fuera maestro mayor de la ciudad, Ignacio Castera (fig. 5). La ciudad republicana carecfa de un proyecto urbano propio, no obstante que en la practica continuaba la transformaci6n de sus maneras de uso del espacio.

    Los equipamientos instalados por los particulares para otorgar servicios a la poblaci6n proliferaban por distintos rumbos de la ciudad. Cafes, neverias, cervecerias, restaurantes, teatros, casas de bano y nuevos paseos, ofrecfan una urbe muy distinta a la que los virreyes borb6nicos vivieron e intentaron con vehemencia modernizar. Los frutos de algunos proyectos ilustrados comenzaban a mirarse un poco mas claros, aunque 10 conseguido en terrninos de modernizaci6n urbana era absolutamente desigual.

    Las redes de infraestructura evolucionaron con algunos trabajos. EI alumbrado publico continu6 extendiendose lentarnente, utilizando como combustible los aceites vegetales, aunque en 1830 y 1846 hubo propuestas que no prosperaron para sustituir esos fluidos por gas. En 1849 se introdujeron las lamparas de trementina, y el gas hidr6geno se utiliz6 por primera vez en 1869. Anos mas tarde un periodista narraba las particularidades de la modernizaci6n del sistema de iluminaci6n:

    [00'] alumbra menos que el aceite de nabo del tiempo de los virreyes; y la empresa [que proporciona el servicio] [... ] paga dependientes que apagan la luz del gas soplandole [... ] Escierto que por este procedimiento se lIega al mismo fin, que quiere decir, a extinguir la luz; [... ] y asi todo el mundo no s610 ve que tenemos gas, sino que 10 huele."

    Las lamparas de arco voltaico aparecieron hasta 1881.

    35 Facundo (Jose T. Cuellar), "Articulos ligeros sobreasuntos trascendentales', l. I., La linterna magica, Imprentay litografia "El Atlantico", l. IX,segunda epoca, 1890, Santander, pp.35-37. 187

    cbibliotecaText Box

  • ->

    ENRIQUE AYALA ALONSO

    PLUI ,IClOSIl!PIm ..... a.o>.

    GIVI)AD DB .aZIC (1,., ....,.tr.,1 ".t".....,..1 1f ... t.II,.. __ ,...,. I, ,..,...... , ~.... ,... ,.. ~ ...1--01_ ...."" lor .. ",It.. , 10__,-no. ro..,., _ .. lor " lorl e_. Ir....lor ....

    u....... , ,.MI,....... " ~,.........t.)f .....

    +

    ...- - ... ,~ lit' . . ,

    .....ICI.QIO ................................1'1 &a , ._l'f"f'tH I~ ... .". _IrtI_ II ".-e ..' . I.e ,. .-.ea ..., ~~ 1M "'__ ,' "' ....-e-_ .1Ie..

    .... 'b.>l'-W M *' ..-.-, ,...\_~, -'-'I~ 1 "' '" _u "" .. r_....'- _,...... ",.,""at w... , .. oW C 1 ,.".v . C"'. C_'-l'\aII' or-" '"*' -e-' ~., " ,l''ll,...... Do \"' , .......,.,...._ ""-,,.. ......,.- .l __""""' 40:-' '-'..,.\ ", ....n.\onl. It. \)1, ".' ,I "',_ ""'" ~.......""I'M '" (.......- "....,._ok ~, .. 60'1' f~ .. \H to"'''"'''''' \

    \\t .. ok ~ "..-\000-0. 1"'''F. CV"'''1l_.~"'\o.... ,_.........\_ ...i\o.:.,...ft'-....,\oE''l'l'1O''''.r''I'W'14OM:lI _~rt... _ ... M.c-., ""rooo"~rr __...._'\.

    'I'~'

    ,

    Figura S. Proyecto de Ignacio Castero publicado por el Ayuntamiento de 1842. Fuente: INAH, Fototeca Culhuacan, DCCVIII-93.

    EL HaGAR. FRUTO DE LA EDIFICACION DEL AMBITO PUBLICO

    En cuanto al transporte publico, en las primeras decadas de vida republicana los coches de providencia continuaron aumentando. Se establecieron sitios de carros de alquiler en diversos parajes de la ciudad. Tarnbien aument6 el servicio de diligencias que comunicaba la capital con poblaciones pr6ximas. En la segunda mitad de la centuria se inaugur6 el ferrocarril a la Villa de Guadalupe, el cual comenz6 a funcionar en 1857. EI de Tacubaya oper6 un ano despues, Estos tranvias funcionaban con vapor, pero a causa de los dafios que las pesadas maquinas causaban a los pavimentos y los rieles a las ruedas de los demas vehlculos, fueron suspendidos en la octava decada. EI primer tranvia de mulas oper6 en la ciudad en 1856, cubriendo el trayecto de Mexico a Tacubaya." flAC~u . blDUOleca

    EI agua 'potable fue la red menos atendida, pese a la importancia que adquiri6 para la higiene personal y a la necesidad de surtir los equipamientos urbanos, entre ellos los banos publicos, cuyo numero habia crecido notablemente. EI abasto a las casas continu6 proporcionado basicamente por los aguadores, quienes se surtfan en las fuentes publicas, aun alimentadas por los acueductos coloniales (fig. 6). Sin embargo, alrededor de la mitad de la centuria se introdujeron los pozos artesianos, cuya iniciativa se ha atribuido a Sebastian Pane," propietario de la famosa alberca que llev6 su nombre y que fue uno de los mas concurridos lugares de recreo en la ciudad.

    En la segunda mitad del siglo prcliferaron sitios de diversi6n y esparcimiento para todos los sectores de la poblaci6n. Las albercas gozaron de gran preferencia al igual que los tlvolis, que eran restaurantes ubicados en amplios terrenos arbolados a las orillas de la ciudad donde el servicio se ofreda en kioscos 0 cenadores aislados y rodeados de vegetaci6n. Esta caracterfstica perrnitia mantener la privacidad de quienes asistfan a festines por motivos amistosos, politicos 0 por amores prometedores y tambien

    ,. Manuel Vidrio, "Sistemas de transporte y expansi6n ~rbana: los tranvlas" en Alejandra Moreno Toscano, Ciudadde Mexico. Ensayo de construccion de una historia, Instituto Nacional de Antropologla e Historia, Mexico, 1978 (Colecci6n Cientlfica, Historia, 61), pp.202-207.

    " Prieto, op.cit., p. 299. 189 188

    cbibliotecaText Box

  • ENRIQUE AYAlA ALONSO ELHOGAR. FRUTO DE LA EDIFJCACION DELAMBITO POBLICO

    furtivos. Entre los mas conocidos establecimientos estuvieron el de San Cosme en el poblado de ese mismo nombre, el del Eliseo en puente de Alvarado yel Petit Versalles en la calzada de la Piedad."

    Las albercas estuvieron por diversos rurnbos, sin embargo, fueron celebres las ubicadas en el poniente y al sur de la ciudad. Adernas de la alberca Pane, cercana a la entrada al paseo de Bucareli, en Belem se encontraban el bane del Sol, el de Rivera y el de las Delicias, entre otros, donde se practicaba la natacion." Adernas de los habitos higienicos la poblaci6n adquiria gusto por el deporte, aun considerado s610como una forma de diversi6n.

    Los paseos fueron igualmente una alternativa de recreo. EI paseo de Bucareli, el de la Viga y el de la Alameda, eran parte de la herencia colonial. En el siglo XIX aparecieron algunos mas. Entre ellos, los paseos publicos ~ ~ de las Cadenas, en la plaza mayor, y de la Reforma, abierto a la libre con~ oci Vl'" currencia en 1877. Otros paseos fueron los de la Pradera ubicado entre la ... '"

    "0 Ii.'" Palma y la Soledad de Santa Cruz, en el oriente de la ciudad, y el Gran ;:l-. bO..; "'0-: paseo de la Retarna, en la Rinconada de Monserrate, en el sur.'? Este ulti-

    "i'l S '" ..r:: mo era de propiedad privada y se componia de dos secciones: el DeparE

    .,sU ;; l:: r:: tamento de las musas y gente fina y el Departamento del pueblo." En la o " U E ... ;..,. primera de ellas existia una rotonda que se alquilaba para cenas privadas, &"o .~ palenque y sal6n de baile. En la segunda habia columpios, voladores, sube ~~ y baja, etc., adernas de puestos y vendedores ambulantes de golosinas y "0

  • r-. ,

    ENRIQUE AYALA ALONSO

    presentaban obras y figuras de renombre mundial, otorgando en este aspecto un caracter cosmopolita a la ciudad.

    Todas estas obras patentizaban importantes mejorias en la ciudad. Sin embargo, esta era tarnbien bastante distinta a 10 planteado en la segunda mitad del siglo XVIII por los discursos de polida. Los artesanos, expuestos ' a los avatares mercantilistas y sin contar con opciones de producci6n industrial, sobrevivian dificilmente organizados en torno a mutualidades que apenas servian para paliar algunos de sus mas graves problemas. No se habia logrado el bien comun imaginado por la Ilustraci6n.

    La falta de sustento juridico de los cambios realizados durante las primeras decadas republicanas evidenciaba un desequilibrio entre la modernizaci6n de la ciudad y la organizaci6n social. La falta de libertades de trabajo y derechos civiles contrastaba con la oferta de opciones de vida urbana configurada por los servicios, infraestructuras y equipamientos que no habian dejado de progresar, aunque fuera lenta y desigualmente. La paulatina conformaci6n de una nueva domesticidad dentro de la casa igualmente discrepaba con la pervivencia de la propiedad corporativa. La ciudad continuaba, por tanto, sin poder expandirse y con una creciente problernatica habitacional, donde tarnbien se mostraba el contraste entre una forma de vivir la casa y la falta de opciones para llevarla a cabo por la mayoria de los pobladores.

    En la sexta decada el conflicto entre los proyectos de naci6n defendidos por conservadores y liberales se resolvi6 a favor de estos ultimos y se promulgaron las Leyesde Reforma. Esta legislaci6n dio salida a muchos rezagos sociales y materiales acumulados. Se decretaron leyes sobre el matrimonio civil y el divorcio; la desamortizaci6n de los bienes de las corporaciones; la nacionalizaci6n de los bienes del clero; la instrucci6n publica; la imprenta; la secularizaci6n de panteones, hospitales y establecimientos de beneficencia y, sobre todo, se cre6 la Constituci6n politica que sali6 a la luz en 1857.

    En esta carta se aseguraban las garantias del hombre, los derechos del ciudadano, el orden de la sociedad y se puso fin a los vestigios del Antiguo

    192 Regimen que lastraban la evoluci6n social. Desapareci6 el corporativismo

    EL HOGAR, FRUTO DE LA EDIFICACION DEL AMBITO POBLICO

    en los 6rdenes social, econ6mico y politico, para colocar en el centro de la escena al individuo. Se garantizo la supresi6n de la esclavitud, la consagracion del domicilio, la inviolabilidad de la propiedad, las libertades de pensamiento, de transito y de trabajo. Asimisrno, se comprometi6 la uni6n federal, la soberania de los estados de la republica, el gobierno por el voto y la legislaci6n hecha por el pueblo.

    Mexico finalmente se torn6 en una naci6n moderna a traves de esta ~ constituci6n que, entre sus mayo res logros, tuvo la prescripci6n del fuero n en eclesiastico que tanto habia influido en la vida cotidiana, politica, econ6 o

    mica y en la sociedad de Nueva Espana y de la naci6n en sus primeras de co gcadas independientes. A partir de este momenta comenz6 la existencia laica y la vida ciudadana. I

    Entre las leyes liberales de mayor trascendencia en relaci6n con la ciudad y con la casa, estuvo la de desamortizaci6n de fincas rusticas y urbanas propiedad de corporaciones civiles y religiosas, promulgada en junio de 1856. Sus efectos permitieron la creaci6n de un mercado de suelo urbano y la expansi6n de la ciudad. Varios fraccionamientos se crearon en las tierras perifericas que habian pertenecido a las corporaciones, principalmente haciendas y ranchos. Sin embargo, su poblamiento fue al principio casi nulo, y s610 hasta las ultirnas decadas del siglo, bajo el regimen porfirista, se ocuparon.

    El problema habitacional encontr6 una aparente salida al existir una oferta de vivienda que en primercf instancia favorecia a los inquilinos de los inmuebles expropiados, pues tenian prioridad para adquirirlos sobre cualquier otro comprador. Sin embargo, debido a la falta de recursos entre la empobrecida poblacion, no fueron demasiados los beneficiarios. Esta situaci6n dio otra dimensi6n al problema, pues varias de esas casas fueron nuevamente monopolizadas, s610 que por particulares.

    A partir de la ley de nacionalizaci6n de los ,bienes del clero secular y regular, expedida en julio de 1859, muchos edificios irtcautados, entre ellos algunos monasterios, fueron sudivididos y entregados como casas, con un numero variable de cuartos, la mayoria 'sin servicios y aun con accesos para la servidumbre a traves de otras viviendas. Este hecho origin6 la perdi- 193

    cbibliotecaText Box

  • ENRJQUE AYALA ALONSO

    da de las cualidades arquitect6nicas en la habitaci6n que permitian reconocer sus diferentes tipologias. La diversidad de formas y organizaciones espaciales se torn6 demasiado amplia y las formas socialmente cornpartidas de hacer las casas quedaron arras.

    Esta repartici6n de ihmuebles centrales desalent61a colonizaci6n de los fraccionamientos perifericos que ofrecian a los compradores todas las vir

    . OJ tudes de una vida sana y la belleza que no existian en la ciudad. En un folleto promocional de la colonia Condesa, publicado en 1859, se anotaba que la finalidad de dicho fraccionamiento era ademas de unir

    [...]Ia capital con la villade Tacubaya [... ] protegereI trabajo,eIvalor y la subdivisi6nde la propiedad de la poblaei6nque alia se dirige espontaneamente yde preferencia atraida por lasfavorables condiciones de salubridad y situaci6n de abundancia y belleza.v

    Pese a todo, el hogar que se habia estado conformando desde la epoca borb6nica pudo finalmente cristalizar. No era unicarnente la casa de las elites la que podia ser un refugio ante el bullicio de la ciudad. Muchas casas de nivel medio construidas en las nuevas colonias se proveyeron para ello. Las tecnicas y materiales constructivos desernpenaron un papel fundamental. Los muros se recubrieron de yesos decorados y pintados, las viguerias de los techos se ocultaron por los cielos rasos y los pisos de baldosas se cambiaron por maderas. Esto ultimo oblig6 a levantar el nivel de las plantas bajas, pues era necesario airearlos, 10 cual elev6 los interiores respecto de patios y calles, dando mayor resguardo al interior.

    Otras casas se separaron del frente y de los bordes del terreno. Esto puso una brecha con las casas vecinas y con la calle. La tipologia de la casa aislada comenz6 a ser com un. La casa de patio continu6 construyendose reconfigurada, pues la mayor altura de los interiores respecto del patio y la calle Ie conferia nuevas cualidades de habitabilidad. Sediferenciaba el adentro del afuera tanto en el interior de la casa, donde los patios y jardines se

    4) Ventade terrenos en lasinmediacionesde lacapital,Imprenta de Murgla, Mexico, 1859, p. 1 (folleto promoviendo la venta de terrenos).

    ELHOGAR. FRUTODE LAEDIFICACIONDELAMBITO PUBLICO

    usaban separadamente de las habitaciones, como en la relaci6n de esta con la calle, donde quedan perfectamente establecidos el imperio de 10privado y el mundo de 10publico. Los servicios, antes ubicados en los bajos, en la nueva casa se dispusieron en el fondo; 10 meramente funcional deberia disimularse, tarnbien los aposentos se ocultaban para guardar la intimidad, y s610 los recintos destinados a 10social podian mostrarse.

    Las casas ricas se equiparon con todas las comodidades. Salones de recepci6n, salas para conversar, salas intimas, gabinetes, despachos, bibliotecas, billares, boliches, toiletes, cuartos de costura y recamaras para visitas eran algunos de los equipamientos dornesticos en los nuevos hogares. Kioscos, fuentes, bancas y hasta lagos artificiales engalanaban los amplios jardines de muchas mansiones porfiristas, donde posiblemente la idea de la domesticidad lleg6 a su momenta mas esplendido (figs. 7a y 7b).

    La paulatina transformaci6n de las maneras de vivir iniciada desde la epoca de la Ilustraci6n culmin6 en la construcci6n del hogar, no s610 en su calidad arquitect6nica para el resguardo de la privacidad, la intimidad y ofrecer mayor comodidad, sino como el refugio de la familia nuclear donde la autoridad paterna era incontestable.

    Elliberalismo senalo la cuspide de la renovaci6n dornestica, la cual es el corolario del proceso desplegado en la urbe y,principalmente, en las ideas politicas que dieron lugar a la creaci6n del Estado moderno. Se concibi6 al individuo como parte del pueblo abstracto, quien es la esencia de la opini6n publica y posee la facultad de participar activamente en los fenornenos politicos. Tambien se crearon espacios para garantizar las libertades individuales mas alia de 10 que corresponderia a cada uno de los individuos. Asl, encontramos los poderes publicos.Ia opini6n publica, los servicios publicos y la ciudad en su acepci6n de espacio publico.

    En este contexto, 10 privado se convirti6 en un ambito privilegiado. La propiedad privada y la vida privada se constituyeron en los principales baluartes del Estado moderno, y se defenderian ante cualquier amenaza. Es precisamente a traves de 10publico donde se garantizan las nuevas formas de vida y propiedad. EIhogar es el santuario de ese modo de vivir y la mas acabada representaci6n material de esa forma de posesi6n.

    194 195

    cbibliotecaText Box

  • ENRIQUE AYALA ALONSO

    ELHaGAR, FRUTODE LAEDlFICACIONDELAMBITO POBLICO

    I

    J"fMtC

    IfAN'A.&CI1_

    4C'~ '!tZ

    -

    f

    J'lANF""Q1._

    FLAcso . Biblioteca

    .I"t-;v,:

    I I

    ~

    f ....... J1~~.

    _.

    ~. I~

    ~wa,;.. --,.;.~...

    Figura 7a.Casaen la calzadael Ejido. p. baja. Arq. Emilio Dondt', 1894. Fuente: INAH, Archivo de Culhuacan, DXCII-56. i.o-....... ;~96

    . ~- , Figura 7b. Casa en la calzada el Ejido.p. alta. Arq. Emilio Dondt', 1894. Fuente: fNAH, Archivo de Culhuacan, Dxcrr-56.

    197

    cbibliotecaText Box

  • ENRIQUE AYALA ALONSO

    BIBLIOGRAFIA

    Almonte, Juan Nepornuceno, Guia deforasteros y repertorio deconocimientos utiles (edici6n facsimilar de la de 1852), Instituto de Investigaciones Dr. Jose Maria Luis Mora, Mexico, 1991 (Colecci6n Facsimiles).

    Arroniz, Marcos, Manual del viajero en Mexico 0 compendia de la historia de la ciudad de Mexico (edici6n facsimilar de la de 1858), Instituto de Investigaciones Dr. Jose Maria Luis Mora, Mexico, 1991 (Colecci6n Facsimiles).

    Castillo Velasco, Jose M. del, Coleccion de leyes, supremas ordenes, bandos, disposiciones de policiay reglamentos municipales de administracion del Distrito Federal, Castillo Velasco e Hijos, Mexico, 1874.

    Davalos, Marcela, Basurase Ilustracion. La limpieza de la ciudad de Mexico a fines del siglo XVIII, Instituto Nacional de Antropologia e Historia/Departamento del Distrito Federal, Mexico, 1997 (Arte y Cultura).

    De la Maza, Francisco, "Bosquejo hist6rico de la plaza de Santo Domingo': Artes de Mexico, afio xv, nurn. 110, 1968, Mexico.

    Del Campo, Salustiano. Diccionario UNESCO de ciencias sociales, t. IV, Planeta-Agostini, Madrid, 1987.

    Facundo (Jose T. Cuellar), "Articulos ligeros sobre asuntos trascendentales'; 1. I, La linterna magica, Imprenta y Litografia "El Atlantico" 1. IX, segunda epoca, 1890, Santander.

    Fraile, Pedro, La otra ciudad del rey,Celeste Ediciones, Madrid, 1997. Garcia Cubas, Antonio, El libro de mis recuerdos, Porrua, Mexico, 1986. Gonzalez-Polo, Ignacio (version paleografica, introducci6n y notas), Com

    pendio de providencias de policia de Mexico del segundo conde de Revilla-Gigedo, Universidad Nacional Autonorna de Mexico, Mexico, 1983 (Suplemento al Boletin del Instituto de Investigaciones Bibliograficas, 14-15).

    Guerra, Francois-Xavier y Annick Lernperiere, Los espacios publicos en lberoamerica. Ambiguedadesy problemas. Siglos XVIII y XIX, Fondo de Cultura Econornica, Mexico, 1998.

    EL HaGAR, FRUTO DE LA EDIFICACION DEL AMBITO PUBLICO

    Hernandez Serrano, Francisco, "Bosquejo de las plazas de Regina Coeli y de las Vizcainas", Artes de Mexico, afio XV, num. 109, 1968, Mexico.

    La Academia Espanola, Diccionario de la lengua castellana, La Irnprenta Nacional, 6a . ed., Madrid, 1822.

    Ladr6n de Guevara, Baltazar (atribuido), "Reflexiones y apuntes sobre varios objetos que interesan la salud publica y la policia particular de esta ciudad de Mexico, si se adaptasen las providencias 0 remedios correspondientes. 1788" en Sonia Lombardo de Ruiz, Antologia de textos sobrela ciudad de Mexico en el periodo de la Ilustracion (17881792), Instituto Nacional de Antropologia e Historia, Mexico, 1982 (Colecci6n Cientifica, 113).

    Lemoine Villicana, Ernesto, "El alumbrado publico en la ciudad de Mexi

    co durante la segunda mitad del siglo XVIII. Documentos cornpila

    dos y precedidos de una introducci6n", Boletin delArchive Generalde la Nacion, Secretaria de Gobernaci6n, 1. IV, nurn. 4, segunda serie, oct.-nov.-dic., 1963, Mexico, p. 805.

    Leyes de Reforma. Gobiernos de Ignacio Comonfort y Benito Juarez (1856

    1863), Empresas Editoriales, Mexico, 1955 (El Liberalismo Mexica

    no en Pensamiento y Accion, 5).

    Lombardo de Ruiz, Sonia, "Unas notas mas sobre las calles en las reformas borbonicas", ponencia presentada en el Simposio Internacional El impacto de las reforrnas borb6nicas en la estructura de las ciudades. Un enfoque comparativo, ciudad de Mexico, 22 a 24 de septiembre

    de 1999. Nacif Mina, Jorge, La policia en la historia de la ciudad de Mexico (1524

    1928), Socicultur, Mexico, 1986. Prieto, Guillermo, Memorias de mis tiempos, Porrua, Mexico, 1985. Sanchez de Tagle, Esteban, Los dueiios de la calle. Una historia de la via

    publicaen laepocacolonial, Instituto Nacional de Antropologia e His

    toria/Departamento del Distrito Federal, Mexico. 1997 (Arte y Cultura).

    Valle Arizpe, Artemio de. Calle nueva, calle vieja, Jus, Mexico, 1949. Vidrio, Manuel, "Sistemas de transporte y expansion urbana: los tranvias" 198

    199

    cbibliotecaText Box

  • bbW =m*W'et1t'it

    ENRIQUE AYALA ALONSO

    en Alejandra Moreno Toscano, Ciudad de Mexico. Ensayo de construccion de una historia,Instituto Nacional de Antropologla e Historia, Mexico, 1978 (Colecci6n Cientlfica, Historia, 61).

    Viqueira, Juan Pedro, dRe1ajados 0 reprimidos? Diversiones publicas y vida social en la ciudad de Mexico durante el Siglo de las Luces, Fondo de Cultura Economica, Mexico, 1987.

    Mesa -8ib'ioteca

    Lo FURTIVO DE LOS AMORES ADULTEROS Teresa LozanoArmendares*

    En las grandes ciudades, como la capital novohispana del siglo XVIII, poco, por no decir casi nada, podia vivirse en secreto; la privacidad, tal como la entendemos hoy dla, practicarnente no existia. La mayor parte de la poblaci6n vivia en casas de vecindad en las cuales

    la privacidad no s610 era casi inexistente por la comunicaci6n y disposici6n de las viviendas misrnas, sino que sus moradores pasaban la mayor parte del tiempo en el patio comun. En las afueras de la ciudad, donde predominaban los indios y las castas, se vivia en casas de adobe; pero alii tambien se carecfa de privacidad, nada podia vivirse en secreto 0 a escondidas. Las puertas de las viviendas estan siempre abiertas; el interior y el exterior apenas se separan; las discusiones conyugales, los amores clandestinos, los inquilinos ruidosos; todo se sabta y ofa sin esfuerzo. La promiscuidad modelaba los comportamientos y las costumbres.'

    Es en el marco de esa realidad en donde las relaciones sexuales ilfcitas de pareja, en la cual una 0 ambas partes estan casadas, se da con una frecuencia asombrosa. EI adulterio es algo cornun a pesar de la rfgida moral cristiana de la epoca y de las dificiles condiciones ambientales para llevarlo a cabo, por 10que la interrogante del rdondei, da pie al presente trabajo.

    * Instituto de Investigaciones Hist6rieas.-UNAM. 1 Arlette Farge, "Parnilias, EIhonor y el secrete" en Philippe Aries y Georges Duby (dirs.),

    Historia de la vidaprivada,t. VI,La comunidad, el Estado y lafamilia en 105 siglos XVl-XV111, trad, de Ma. Coneepci6n Martin Moreno, Taurus, Espana, 1992, pp. 183-219. 200 201

    cbibliotecaText Box