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BANDERA SOCIAL Semanario Anárquico-Colectivista. AÑO I Madrid 5 de Julio de 1885 NÚM. 21 ADVERTENCIA La direccióa para toda correspondencia es JOSÉ DIAZ, calle do Ministriles, 21 y 23, segundo. DOCTRINAL NUESTRO PROGRAMA Definición dc la Anarquía.—Critica del sistema gubernamenlal. —Ecuación entre la autoridad y la libertad.—Pruebas de la selección natural y filosofía de los malos instintos, adecua- dos para un fin común. I Hemos sentado que el Colectivismo es la síntesis más acabada y perfecta de las leyes naturales y fisio- lógicas del ser, lo propio que de las leyes sociales, unas y otras debiendo buscar la relación para que el orden pueda realizarse, y el orden no es la fuerza armada; el orden es la armonía, el orden es la inte- ligencia en ejercicio, el orden es la paz y el reinado de la Verdad y la Justicia. Ahora habremos de fijarnos, si bien queremos comprender el sistema de universo, el sistema de los mundos, que son cada uno de ellos universos pe- queños, y, por ende, los sistemas sociales, resumen de los mundos, habremos de fijarnos en que la ley no es la que manda y dirijo, como cree el vulgo—y aun los sabios, que entre ellos hay también mucha vulgaridad—la ley aparece por el mismo movimien- to, como aparecen los colores cromáticos del espec- tro solar, más ó menos vivos, más ó menos densos, según las fuerzas de las moléculas de que se com- Done la atmósfera y lo mismo la refrangibifidad de os rayos lumínicos, segiin los medios por que atra- viesan, y al paso que el movimiento se multiplica por las diversas multiplicidades de sus operaciones, efecto de las combinaciones, expansiones y demás propiedades de la materia, inherentes á ella de todo tiempo, imposibles de ser comunicadas por ningiin ser, las leyes se aumentan, se aseguran, se dilatan, )erfecciónanse, pero siempre como traducción fieldiQ os hechos, esclavas siempre de la dinámica de las úerzas naturales. Esas redes inmensas de leyeses lo que el vulgo llama casualidad, y la casualidad no existe; pero de que no exista la casualidad no se si- gue que las leyes sean las que dirijan; la ley es siempre esclava, y si se la apercibe, si se la conoce, si se la encuentra, si se determina por la fuerza del movimiento de todos los átomos, es sin faltar uno, que si faltase, si uno sólo pudiera evadirse, no ha- bría fuerza y la ley se derrumbaría. Debemos acostumbrarnos á no ver más que el hecho físico, y éste lo comprende todo: movimiento, leyes, materia, pensamiento, apariencias y series de apariencias en toda su intensidad y extensión de espacio y tiempo. Esto es, el todo, lo supremo, si se quiere: fuera del todo no es posible realidad ni su- premacía alguna, como no sea aparente. Ahora bien; la sociedad tiene también su movi- miento dinámico, y así como en la naturaleza todo es producto en el espacio y en el tiempo de la con- ñagración de fuerzas libérrimas, en la apariencia, por no haber ser alguno que las impulse, ni impulsar pueda—pero esclavas y encadenadas á sus propie- dades intrín.secas, y éstas determinadas y estimula- das por las determinaciones de la materia,—y esa es la Anarquía en la naturaleza, puesto que sus fuerzas no son dirigidas, eticauzadas ni ordenadas—sin cu- ya libertad no podríamos comprender Vi persistencia de las fuerzas, ese continuo tejer y destejer, ó sea el movimiento eterno,—así también, en la sociedad, to- do es confiagración de fuerzas, y fuerzas del mismo modo anáripuicas—las leyes naturales son siempre las mismas,—y son anárquicas por más que, aparen- temente, estén dirigidas por leyes y gobiernos, que, á ser real, seria lo arbitrario, y lo arbitrario, no exis- tiendo en la naturaleza, tampoco existe en la socie- dad, pues éstos, es decir, los gobiernos, son, preci- samente, efecto de ese mismo raoviraienio de las ne- cesidades sociales generales, encaminadas, deter- minadas al fiu por las individuales del medio que les da forma, que los constituye, que les da vida, que los informa y sugiere, á su pesar, y que solo entonces aciertan, que los hace mover y determi- nar, que trasmuda el arte de gobernar y varia y trastorna los sistemas, siempre sometidos al fatal imperio de esas necesidades y alternativas de los tiempos, apremiantes de suyo, mientras son su ló- gica consecuencia, y que los revoca y destruye del» mismo modo cuando ya dejan de serlo, es ineludi- ble, y si vemos lo contrario, es por el espejismo de las palabras y de las ideas sensibles, así como no ve- mos la tierra redonda, así como no la sentimos mo- verse y asi como se nos figura haber estado siempre igual en su superficie, del mismo modo que nos pa- rece el azul de la atmófera que nos rodea, por su misma trasparencia, más lejano que las estrellas y figúrasenos el radiante astro que nos da calor más distante en el invierno. La Anarquía es un concepto facilísimo de expli- car y comprender, y sólo porque hemos opuesto esta palabra como antitesis de la de autoridad encontra- mos tantos refractarios. Puede compararse á un cajón donde existen va- rios enseres, desordenados al parecer, los cuales ne- cesitan, en momentos dados, nuestra actividad, y que es preciso no estén siempre del mismo modo, para que ésta se relacione con el desarrollo y ejer- cicio á que, ya en unos momentos, ya en otros, se sienta impulsada. Unas veces nuestra actividad, el empleo de nues- tras facultades lo necesitará de un modo, y otras de otro, y mientras más enseres haya, mayor distinción de órdenes y arreglos precisaremos, y más nos ve- remos obligados á ponerlos ya encima, ya debajo, según los (jue en dichas ocasiones puedan hacernos falta. En viéndolo ya á nuestro gusto, el objetivo de nuestra actividad (leberá cambiar de motivo. Así en la ciencia: jamás será ésta una obra defi- nida y acabada, y además, nunca estará nuestra in- teligencia en la misma disposición para comprender todas sus gradaciones, debiéndose emplear nuestras facultades para ser dedicadas con provecho alter- nativamente. Lo propio sucede en la naturaleza: todos los ele- mentos están en ella disgregados, dispersos acá y allá, en ciertos momentos, y por efecto de sus afini- dades, atracciones y el número de sus átomos, se logra en el hecho físico la agrupación de la molé- cula, composición y estructura de los cuerpos, cons- titución dc los mundos y orden armónico de cuanto existe, que tanto nos admira por sus combinaciones sublimes, cuanto por sus extravagancias que de todo se halla. Y ¿creéis que asi ha de quedar el cajón?... No, por cierto; que si la naturaleza consiguiera, á ser posible, dejar las cosas completamente perfectas, se acabaría el movimiento, gastaríanse las fuerzas y no habría vida; el hecho Jisico desaparecería en la eternidad de la nada, hipótesis estupenda é inad- misible. Pues asi, es y ha de ser la sociedad; mientras ha- ya (juien arregle el cajón á su gusto ó al de los me- nos—sin tener que andar en él, ni poder saber lo que el que ha de andar necesita,—nuestras faculta- des, nuestra actividad faltas de objetivo y alicientes para desplegarse en todo su natural vigor, sofocada nuestra iniciativa, no podrá d(ísenvolverse de un modo natural nuestra vida propia, cual sucedía an- taño á los niños recien nacidos con el sistema bár- baro de entonces para fajarlos, sujetándoles los bra- zos y oprimiendo su pecno, como sucede á las jóve- nes que creen van á tener más lindas formas apre- tándose, el corsé y como se acostumbra en la'Cliina con la moda de oprimirse el pió las hembras desde niñas con zapatitos de metal que allí ha hecho carta de naturaleza. La Anarquía es, pues, la libertad sin más res- tricciones que las que surgen de la naturaleza y de las condiciones físicas, morales y económicas de la vida, pues hacer lo que se quiera nunca será lo po- sible, no estando tal voluntad en el orden natura y fortuito de las cosas, como no lo ha estado ni lo es- tará jamás. Hé aqui, en efecto, la .Anarquía, como hemos apuntado, concepto muy fácil de comprender; pero sucede que lo más sencillo, por su misma senci lez, es lo más difícil, no sólo de explicar, sino de que se posesione dc ello nuestra inteligencia. Por lo tanto, nos es forzoso disertar, discurrir y dilucidarlo sin descanso aunque hayamos de llenar uua biblioteca para no decir quizá nada. Las grandes i ntehgencias son las que abarcan ^ de una vez los conceptos sin tanto discurrir. , Lo más particular es que lo propio sucede coa, las inteligencias pequeñas, ó sean sencillas. i —Claro, anárquicamente. ¡ {Continuará.) . CONFERENCIAS ENTRE FAMILIA Á LOS OBREROS AUTORITARtOS Y DISIDENTES DE LA ANARQUÍA Y DE TODA CLASE DE DISIDENCIAS V No todos los anarquistas tienen tampoco el espí- ritu anárquico. Época la que atravesamos de transición entre un mundo caduco y corrompido que agoniza, el mun- do de la autoridad, del privilegio, el mundo de la soberbia capitalista, en que todo se vende al oro, único y supremo Dios que adoran los estúpidos, los sabios, los fuertes y aun los débiles, creyendo to- dos, y no sin alguna apariencia de razón, ser este precioso metal, al que despechada é hipócritamente se le llama vil, su alma vivificante; en una palabra, entre este mundo de opulentos hinchados y de mi- serables rastreros á la manera de reptiles, que ja- más han pensado en las represalias contra los que, pisoteándolos de continuo, ríen y gozan en la impu- nidad, y el mundo del porvenir, cuyo reflejo crepus- cular sólo lo ven los que, cual el águila, tienen ra- diante pupila telescópica, y es el mundo de la Ver- dad, del Derecho y de la Justicia, el mundo del Tra- bajo, dueño y señor de todo lo creado, no todos los" espíritus se hallan fortalecidos por la in(juebranta- ble fé, por la atrevida audacia que se necesita, no sólo para confiar en la ineludible ley del progreso, sino también para romper, franca y denodadamente, con todos los respetos, lazos y convenciones que re- tienen á los seres en la inmunda cloaca de la ruti- na, de la costumbre, del artificio, cuya mefítica at- mósfera los asfixia, los sofoca para todo lo que es bueno, grande y noble. Embebidos y absortos los unos por el hecho so- cial en que pululan, del que emana su vida aunque mermada y anémica, se distraen, como en pirotéc- nico espectáculo, en contemplar la plétora del po- deroso ante quien se doblan servilmente, por tal de no romperse, y con la esperanza de que algo se les pegue de lo que á él le sobra, aspirando á mejorar, venga como viniere, y hasta si posible fuera, subir al pináculo, aquéllos que puedeu jugar este albur, ó, si la fortuna no les es tan propicia, atenerse á una mediocridad (jue suelen calificar, en sus amba- jes moralistas, de nonrada y modesta, y que á veces rodean también con el oropel de un platónico revo- lucionarismo; pocos ó ninguno tienen el diablo en el cuerpo para odiar y perturbar lo existente. Esto, por lo que respecta á los tibios, que lo peor dol caso es que los más avanzados, y hasta con el nombre Aq anarquistas, que hacemos caso omiso de los partidos políticos enrayes, pasando, como sobre ascuas por su pestilente fondo de iniquidades, ma nifiestan, como suele decirse, una cosa con sus la- bios, de que no está, por desgracia, lleno su cora- zón y mucho menos su conciencia. ¡Liliputiense y repugnante medio social, que asi nos enloda y envilece, sofocando todos los instintos del bien, desenvolviéndose sólo en su amplitud bár- bara y salvaje cuanto vejamen y humil ación son propios á aniquilar, á embrutecer, á sellar nuestras frentes con ignominioso estigma, no parece sino que hemos de revolearnos indefinidamente en su podredumbre hasta que cl miserable y microscópi- co planeta que le ha dado ser y forma estalle en el infinito espacio!... ¡Pero no, la ley ineludible del progreso se ha de cumplir, pese á quien pese; el bien ha de triunfar del mal; la ciencia ha de realizarse para que, en la hipótesis de una condenación eterna, no renegue- mos los reprobos dc la única esperanza real y posi- tiva que nos alieuta y que no es factible tarde en realizarse para bien de la humanidad, que, en su in- mensa mayoría, soporta el ominoso peso de los más ímprobos trabajos y miserias, callando y muriendo, mirando al propio tiempo crispadas las manos, in- yectados en sangre sus ojos, a insultante bacanal

BANDERA SOCIAL · to, como aparecen los colores cromáticos del espec tro solar, más ó menos vivos, más ó menos densos, según las fuerzas de las moléculas de que se com-Done

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BANDERA SOCIAL Semanario Anárquico-Colectivista.

AÑO I Madrid 5 de Julio de 1885 NÚM. 21

ADVERTENCIA La direccióa para toda correspondencia es JOSÉ

DIAZ, calle do Ministriles, 21 y 2 3 , s e g u n d o .

D O C T R I N A L

N U E S T R O P R O G R A M A

Definición dc la Anarquía.—Critica del sistema gubernamenlal. —Ecuación entre la autoridad y la libertad.—Pruebas de la selección natural y filosofía de los malos instintos, adecua­dos para un fin común.

I

Hemos sentado que el Colectivismo es la s íntes is m á s acabada y perfecta de las leyes naturales y fisio­l ó g i c a s del ser, lo propio que de las l eyes sociales , unas y otras debiendo buscar la relación para que el orden pueda realizarse, y e l orden no es la fuerza armada; el orden es la armonía, el orden es la inte­

l i g e n c i a en ejercicio, el orden es la paz y el reinado d e la Verdad y la Justicia.

Ahora habremos de fijarnos, si bien queremos comprender el sistema de universo, el s is tema de los mundos , que son cada uno de el los universos pe­queños, y , por ende, los s is temas sociales , resumen de los mundos , habremos de fijarnos en que la l ey n o es la que manda y dirijo, como cree el v u l g o — y aun los sabios, que entre el los hay también mucha vulgaridad—la ley aparece por el mismo movimien­to , como aparecen los colores cromáticos del espec­tro solar, más ó menos v i v o s , más ó menos densos , s e g ú n las fuerzas de las moléculas de que se c o m -Done la atmósfera y lo mismo la refrangibifidad de os rayos lumínicos , s eg i in los medios por que atra­

v iesan, y al paso que el movimiento se multiplica por las diversas mult ipl icidades de sus operaciones, efecto de las combinaciones , expans iones y demás propiedades de la materia, inherentes á ella de todo t iempo, imposibles de ser comunicadas por n ing i in s e r , las l eyes se aumentan , se a s e g u r a n , se dilatan, )erfecciónanse, pero siempre como traducción fieldiQ os hechos , esc lavas siempre de la dinámica de las úerzas naturales . Esas redes inmensas de l e y e s e s

lo que el v u l g o llama casualidad, y la casualidad no ex i s te ; pero de que no exista la casualidad no se s i ­g u e que las l eyes sean las que dirijan; la ley es siempre esclava, y si se la apercibe, si se la conoce, si se la encuentra , si se determina por la fuerza del movimiento de todos los átomos, es sin faltar uno, que si faltase, si uno sólo pudiera evadirse, no h a ­bría fuerza y la ley se derrumbaría.

Debemos acostumbrarnos á no ver más que el hecho físico, y és te lo comprende todo: movimiento , l eyes , materia, pensamiento , apariencias y series de apariencias en toda su intensidad y extens ión de espacio y t iempo. Esto es, el todo, lo supremo, si se quiere: fuera del todo no es posible realidad ni s u ­premacía a lguna, como no sea aparente.

Ahora bien; la sociedad t iene también su m o v i ­miento dinámico, y así como en la naturaleza todo e s producto en el espacio y en el t iempo de la con-ñagrac ión de fuerzas libérrimas, en la apariencia, por no haber ser a l g u n o que las impulse, ni impulsar pueda—pero esc lavas y encadenadas á sus propie­dades intrín.secas, y éstas determinadas y e s t imula­das por las determinaciones de la materia ,—y esa es la Anarquía en la naturaleza, puesto que sus fuerzas no son dirigidas, eticauzadas ni ordenadas—sin c u ­y a libertad no podríamos comprender Vi persistencia de las fuerzas, ese cont inuo tejer y destejer, ó sea el movimiento eterno,—así también, en la sociedad, to­do es confiagración de fuerzas, y fuerzas del mismo modo anáripuicas—las leyes naturales son siempre las mismas ,—y son anárquicas por más que, aparen­temente, e s tén dirigidas por leyes y gobiernos , que, á ser real, seria lo arbitrario, y lo arbitrario, no ex i s ­t iendo en la naturaleza, tampoco ex i s te en la soc ie­dad, pues éstos , es decir, los gobiernos , son , preci ­samente , efecto de ese mismo raoviraienio de las ne­ces idades sociales genera les , encaminadas , deter­minadas al fiu por las individuales del medio que les da forma, que los cons t i tuye , que les da vida, que los informa y sug iere , á su pesar, y que solo entonces aciertan, que los hace mover y determi­nar, que trasmuda el arte de gobernar y varia y

trastorna los s is temas, siempre sometidos al fatal imperio de esas necesidades y alternativas de los t iempos, apremiantes de s u y o , mientras son su l ó ­g i ca consecuencia , y que los revoca y destruye del» mismo modo cuando ya dejan de serlo, es ine lud i ­ble, y si vemos lo contrario, es por el espejismo de las palabras y de las ideas sensibles, así como no v e ­mos la tierra redonda, así c o m o no la sent imos m o ­verse y asi como se nos figura haber estado siempre i gua l en su superficie, del mismo modo que nos pa­rece el azul de la atmófera que nos rodea, por s u misma trasparencia, más lejano que las estrel las y figúrasenos el radiante astro que nos da calor más distante e n el invierno.

La Anarquía es un concepto facilísimo de exp l i ­car y comprender, y sólo porque hemos opuesto esta palabra como antitesis de la de autoridad encontra­mos tantos refractarios.

Puede compararse á un cajón donde ex i s ten v a ­rios enseres , desordenados al parecer, los cuales n e ­ces i tan, en momentos dados, nuestra actividad, y que es preciso no estén siempre del mismo modo, para que ésta se relacione con el desarrollo y ejer­cicio á que, ya en unos momentos , ya en otros, se s ienta impulsada.

Unas veces nuestra actividad, el empleo de n u e s ­tras facultades lo necesitará de un modo, y otras de otro, y mientras más enseres haya, mayor distinción de órdenes y arreglos precisaremos, y más nos v e ­remos obl igados á ponerlos ya enc ima, ya debajo, s e g ú n los (jue en dichas ocasiones puedan hacernos falta. En viéndolo y a á nuestro gus to , el objetivo de nuestra act ividad (leberá cambiar de mot ivo .

Así en la ciencia: jamás será ésta una obra defi­nida y acabada, y además, nunca estará nuestra in­te l igenc ia en la misma disposición para comprender todas sus gradaciones , debiéndose emplear nuestras facultades para ser dedicadas con provecho a l ter­nat ivamente .

Lo propio sucede en la naturaleza: todos los e l e ­mentos es tán en ella d i sgregados , dispersos acá y allá, en ciertos momentos, y por efecto de s u s afini­dades, atracciones y el número de sus átomos, se logra en el hecho físico la agrupación de la molé­cula , composic ión y estructura de los cuerpos, c o n s ­t i tución dc los mundos y orden armónico de cuanto ex is te , que tanto nos admira por sus combinaciones subl imes, cuanto por sus extravagancias que de todo se halla. Y ¿creéis que asi ha de quedar el cajón?. . . No , por cierto; que si la naturaleza cons iguiera , á ser posible, dejar las cosas completamente perfectas, se acabaría el movimiento , gastaríanse las fuerzas y no habría vida; el hecho Jisico desaparecería en la eternidad de la nada, hipótesis estupenda é inad­misible.

Pues asi, es y ha de ser la sociedad; mientras ha­y a (juien arregle el cajón á su g u s t o ó al de los me­nos—sin tener que andar en é l , ni poder saber lo que el que ha de andar neces i ta ,—nuestras faculta­des, nuestra actividad faltas de objetivo y al ic ientes para desplegarse en todo su natural v igor , sofocada nuestra iniciativa, no podrá d(ísenvolverse de un modo natural nuestra vida propia, cual sucedía an­taño á los niños recien nacidos con el s istema bár­baro de entonces para fajarlos, sujetándoles los bra­zos y oprimiendo su pecno , como sucede á las j ó v e ­nes que creen van á tener más l indas formas apre­tándose, el corsé y como se acostumbra en la'Cliina con la moda de oprimirse el pió las hembras desde niñas con zapatitos de metal que allí ha hecho carta de naturaleza.

La Anarquía es , pues , la libertad sin más res­tr icciones que las que s u r g e n de la naturaleza y de las condic iones físicas, morales y económicas de la vida, pues hacer lo que se quiera nunca será lo po­sible, no estando tal voluntad en el orden natura y fortuito de las cosas , como no lo ha estado ni lo e s ­tará jamás .

Hé aqui, e n efecto, la .Anarquía, c o m o h e m o s apuntado, concepto m u y fácil de comprender; pero sucede que lo más senci l lo , por su misma senci lez, es lo más difícil, no sólo de explicar, s ino de que se posesione dc ello nuestra in te l igenc ia .

Por lo tanto , nos es forzoso disertar, discurrir y dilucidarlo sin descanso aunque hayamos de llenar uua biblioteca para no decir quizá nada.

Las grandes i n tehgenc ias son las que abarcan ^ de una vez los conceptos sin tanto discurrir. ,

Lo más particular es que lo propio sucede c o a , las inte l igencias pequeñas, ó sean senci l las . i

—Claro, anárquicamente. ¡ {Continuará.) .

CONFERENCIAS ENTRE FAMILIA Á LOS OBREROS AUTORITARtOS Y DISIDENTES DE LA ANARQUÍA

Y DE TODA CLASE DE DISIDENCIAS

V No todos los anarquistas t ienen tampoco el espí­

ritu anárquico. Época la que atravesamos de transición entre u n

mundo caduco y corrompido que agoniza , el m u n ­do de la autoridad, del privi legio , el mundo de la soberbia capitalista, en que todo se vende al oro, único y supremo Dios que adoran los estúpidos, los sabios, los fuertes y aun los débiles, creyendo to ­dos, y no sin a lguna apariencia de razón, ser este precioso metal, al que despechada é hipócritamente se le l lama vil, su alma vivificante; en una palabra, entre este mundo de opulentos hinchados y de m i ­serables rastreros á la manera de reptiles, que ja­más han pensado en las represalias contra los que , pisoteándolos de cont inuo, ríen y gozan en la impu­nidad, y el mundo del porvenir, cuyo reflejo crepus­cular sólo lo v e n los que, cual el águila, t ienen ra­diante pupila telescópica, y es el mundo de la Ver­dad, del Derecho y de la Justicia, el mundo del Tra­bajo, dueño y señor de todo lo creado, no todos los" espíritus se hallan fortalecidos por la in(juebranta-ble fé, por la atrevida audacia que se neces i ta , no sólo para confiar e n la ineludible ley del progreso , sino también para romper, franca y denodadamente , con todos los respetos, lazos y convenc iones que re­t ienen á los seres en la inmunda cloaca de la rut i ­na, de la costumbre, del artificio, cuya mefítica at­mósfera los asfixia, los sofoca para todo lo que e s b u e n o , grande y noble.

Embebidos y absortos los unos por el hecho s o ­cial en que pululan, del que emana su vida aunque mermada y anémica, se distraen, como en pirotéc­nico espectáculo , en contemplar la plétora del po­deroso ante quien se doblan servi lmente , por tal de no romperse, y con la esperanza de que a lgo se les pegue de lo que á él le sobra, aspirando á mejorar, venga como viniere, y hasta si posible fuera, subir al pináculo, aquéllos que puedeu jugar este albur, ó, si la fortuna no les es tan propicia, atenerse á una mediocridad (jue suelen calificar, en sus amba-jes moralistas, de nonrada y modesta, y que á v e c e s rodean también con el oropel de un platónico revo-lucionarismo; pocos ó n i n g u n o t ienen el diablo e n el cuerpo para odiar y perturbar lo ex i s tente .

Esto, por lo que respecta á los tibios, que lo peor dol caso es que los más avanzados, y hasta con e l nombre Aq anarquistas, que hacemos caso omiso de los partidos polít icos enrayes, pasando, como sobre ascuas por su pesti lente fondo de iniquidades, ma nifiestan, como suele decirse, una cosa con sus la­bios, de que no está, por desgrac ia , l leno su cora­zón y mucho menos su concienc ia .

¡Liliputiense y repugnante medio social, que asi nos enloda y env i lece , sofocando todos los inst intos del bien, desenvolviéndose sólo en su amplitud bár­bara y salvaje cuanto ve jamen y humil ación son propios á aniquilar, á embrutecer, á sellar nuestras frentes con ignominioso e s t igma , no parece s ino que hemos de revolearnos indefinidamente en su podredumbre hasta que cl miserable y microscópi­co planeta que le ha dado ser y forma estalle e n e l infinito espac io! . . .

¡Pero no , la ley ineludible del progreso se ha de cumplir, pese á quien pese; el bien ha de triunfar del mal; la c iencia ha de realizarse para que, en la hipótesis de una condenación eterna, no r e n e g u e ­mos los reprobos dc la única esperanza real y posi ­t iva que nos alieuta y que no es factible tarde e n realizarse para bien de la humanidad, que, en su i n ­mensa mayoría, soporta el ominoso peso de los más ímprobos trabajos y miserias, callando y muriendo, mirando al propio t iempo crispadas las manos , in­yectados en sangre sus ojos, a insultante bacanal

BANDERA SOCIAL

de los qne ríen y g o z a n en medio del estertor de su lenta agonía! . . .

¡La r e d e n c i ó n •viene!... ¡No la traerán, no, los partidos autoritarios, que

todos guardan en su seno las reliquias del pasado, el virus ponzoñoso de la autoridad y de los sistemas gubernamentales ! . . .

¡La traerá, irremisiblemente, lo único que la puede traer; lo único á que es dado, en la dinámica social, remover el mundo ant iguo y reducirlo á es­combros L..

¡ E L E S F U E R Z O COLECTIVO ANÁRQmco!. . .

¡Si, compañeros, á nuestra sola iniciativa, al po­deroso embate de nuestros espontáneos esfuerzos, al impulso soberano de todos los que sufrimos y he­mos sufrido, callando unos, otros protestando, por espacio de tantos s ig los , con la acción de todos los oprimidos, ayudados y fortalecidos con la concien­cia y el entusiasmo colectivos, es el único y pode­roso medio de derrocar el mundo inicuo de los opre­sores minando, en sus más profundos cimientos, to­das sus deleznables inst ituciones, y el único modo y manera de que nuestra ansiada redención sea un "hecho!...

¡Sólo asi, compañeros, sin abdicar ni un ápice de nuestro soberanía, sin ceder ni una línea de nuestra libre y autónoma iniciativa, sin cejar un solo instante en nuestra creadora y fecunda act ivi­dad, sin dejarnos influir ni supeditar por nada ni por nadie, atentos por fin y con el más fervoroso celo, á que sólo predomine y triunfe la razón del mayor número cuando s e a verdadera, que lo será, cuando á todos impulse la misma necesidad, cuando á todos g u i e la justicia, y por ella todos se sientan conmo­vidos con sus eléctricas vibraciones y poderosos impulsos, y cuando todos obren en una común i n ­te l igencia , en que, c a s i sin darse cuenta, de tanta como se dan, raarchau todos unidos al m i s m o fin, y sin que á nadie le sea dado, en tan supremos mo­mentos , distraernos de nuestro común propósito, ni mucho menos contenernos en nuestro común acuerdo y acción! . . . .

¡Hé ahí la redención! . . . . ¡Hé aquí su único propulsor que ha de vencer

todos los obstáculos, que ha de derribar los fuertes muros y baluartes que á ella se opongan! . . . .

¡¡La Anarquía!!

DOS RECETAS

En £a Correspondencia encontramos las s igu ien­tes , cuya mejor eficacia ha de consistir on que nin-

f uno de nuestros compañeros t e n g a necesidad de acer el experimento.

Dicen asi: «El doctor Rubini, de Ñapóles, que en 1854 tra­

tó á 541 coléricos, sin que uno sólo muriese , c o ­municó al público el remedio por él empleado, que es el alcanfor.

En las manos de otros médicos en Italia, dió re­sultados igualmente satisfactorios. En la terrible epidemia de 1863-G6 fué extensamente usado en Inglaterra. Una sola persona repartió 8.000 fras-quitos en pocas semanas en el distrito más casti-gailo de Londres, el East-Eud. Pronto la calma vol­vió á aquellos barrios, y tan eficaz fué el alcanfor que el ano pasado la misma persona escribía: «El tiempo sólo me ha confirmado en la convicción de que si está á mano y se atiende á los primeros s ín­tomas, no hay que temer al cólera.*

Su preparación es la s iguiente: Se disuelve en medio cuartillo de espíritu de

vino de 40" Cartier (ó sea alcohol puro), media libra de alcanfor (desmenuzado).

Modo de usarlo: La diarrea, e tc . , leve. Tómese de cinco diez g o ­

tas en un poco de azúcar de pilón ó molida (uo con agua) cada 20 minutos, hasta que haya alivio.

La diarrea, e tc . , fuerte. De 10 á 20 go tas cada cinco minutos; cuando haya alivio, se disminuye la cantidad, alargando los intervalos.

El paciente debe estar envuel to en mantas. En los casos graves se aplica al espinazo una tira de tela, saturada en la misma tintura; también se da­rán friegas con la misma sobre el es tómago y vientre.

El director de Instrucción pública ha recibido dei farmacéutico de Ñapóles D. Eduardo Promon-torís una fórmula con la cua! dice salvó el año pró­ximo pasado, en Ñapóles, á muchís imos atacados de cólera, que se hallaban eu un estado desespe­rado.

La fórmula es la s iguiente: «Cinco cent igramos do extracto acuoso de o p i o ,

dos gramos de citrato de hierro y ácido tartárico en partes iguales , 200 gramos de emulsión gomosa

y agua aromática, en partes iguales , 40 gramos de jarabe de cidra. Mézclese.»

La comunicación original se ha pasado á la di­rección general de Beneficencia y Sanidad.

M I S C E L Á N E A S En nuestro próximo número nos ocuparemos de

un extenso documento firmado por Varios compañe­ros de Barcelona, Sans, Martin de Provensals, Las Corts y Gracia.

No lo verificamos en el presente por carecer de espacio.

Por igual motivo dejamos sin publicar una c o ­rrespondencia de nuestro corresponsal de Nueva-York.

La falta material de tiempo nos impide ocupar­nos hoy de las numerosas inexactitudes cometidas por el Sr. Martes en su discurso del viernes.

En el número próximo las rectificaremos, si él no lo .hiciera antes, hacieudo ver á dicho señor cuan equivocado concepto tiene de los trabajadores sus doctrinas y aspiraciones.

Únicamente á este desconocimiento pueden atribuirse y á sus hiperbólicos ¡mimos á las clases obreras y á sus furibundas diatribas á esas mismas clases.

Unos y otras nos son completamente indife­rentes .

Dice La Coalición: «Témese, y no sabemos el fundamento que esto tenga, que se

están haciendo todos ios preparati> os convenientes para dar un golpe tremendo ai sistema cunstilucional.

Dícese que la política dc repesión, iniciada por Cánovas desde su advenimiento al poder, llene estrecha relación con los temores que dejamos apuntados.

Luis XV decia en cierta ocasión que (lespues de él el diluvio. Los conservadores dicen: «con nusolros la monarquía abso­

luta, y después que ésta haya Iriunfaóo , venga el diluvio ó ven­ga la llevolución, que lantu inunla.»

El pais, desde un rincón: «Yo lusarreglaré á ustedes, farsan-tuelos.»

El Sr. Camacho, director del periódico ¡Verán Ustedes! ha sido sentenciado por una de las denun­cias del semanario que dir ige , á cinco años y tres meses de prisión y quinientas pesetas de multa.

. Nos lamentamos de todas veras.

Copiamos de La Coalición: A dieciseis año? de presidio ascienden las condenas que jie-

san sobre l). Andrés So is, director de E¿ Progreso. Dieciseis horas escasas estuvieron hace muy pocos dias presos

dos ladrones ipie robaron á un amigo nuestro el reloj y rueron puestos en libertad \m fulla dc pruebas.»

Sin embargo, el Sr. SoHs puede consolarse, pues afortunadameute los conservadores son ya m u y vie­jos para que puedan vivir dieciséis años.

TRIBUNA DEL TRABAJO ACUKKDOS TOMADOS K.N Kl. CONGRKSO COMARCAL VALEXCIAXO

CKLEBRADÜ EN ALCOY LOS DIAS 18, 19 Y 20 DE JUNIO DE I88.J. TEMA I. Estuvieron representadas las colectividades

siguientes: Federación de Alcoy, Sección de Tejedores; Ídem de Obreros en lana; ídem de Papeleros: ídem Va­ria, Federación Valenciana; ídem de Villanueva del Grao, Ídem de Elche, ídem de Enguera, ídem de Co-c.mtaína; Delegación de la C. F. y de la C. C.

II. Se leyeron las felicitaciones siguientes: C. de U. de industrias alimenticias. Sección do Abaniqueros de Valencia, idein de Zapateros, idem de Fundidores, ídem de Albañiles; ü. manufacturera. Torneros en hierro de Valencia, Consejo local de Madrid, Consejo local de Bilbao, Consejo local de Enguera, Noógrafos de Madrid, Consejo local de Alcoy, ídem de Elche, Francisco Pérez del Villar y Manuel Sanz Termino, presos en el penal de San Agustín de Valencia, Unión de Transportes marí­timos y terrestres. Sección de trabajadores del campo de Palma del Rio, Fundidores en hierro y metales de Madrid, Sastres de id., C. de U. en hierro y metales <le idem. Sección Mecánicos de id., un compañero de Ba­ñeras, Comisión Federal, Comisión Comarcal valencia­na, C. de U. de Sombrereros, Redacción de la Bandera Social, Zapateros de Madrid, Redacción de la Federa­ción Igualadina, Federación Vallisoletana, C. C. cata­lana, Sección Fulistas de Valencia, El)anístas de id., Sombrereros de Madrid, Federación de Villanueva y Oeltrú, Federación de Cocentaina, Sección Fulistas de Zaragoza, II. de Constructores de edificios, C. C. ara­gonesa, C. C. de Castilla la Vieja, C. C. de Castilla la Nueva y Sección de Noógrafos de Valladolid. Total 39.

El Congreso acuerda haber oído con gusto las felici­taciones, devolviéndoles su fraternal saludo.

III. El Congreso acuerda haber oído con gusto la Memoria de la C. C. valenciana.

IV. Revisadas las cuentas de la C. C , el Congreso aprueba la conducta de la misma por unanimidad.

V. El Congreso acuerda que la nueva C. C. resida en Valencia, y que ésta la nombre la Federación Va­lenciana.

VI. El Congreso acuerda no enviar delegación co­marcal al Cosmopolita, por carecer de recursos, á pesar de creerlo coaveniente.

MI. El Congreso acuerda que el próximo Congreso Comarcal se celebre en Játiva.

VIH. El Congreso acuerda una proposición aconse­jando el establecimiento de escuelas laicas que tengan por fin mediato la enseñanza de los principios anárqui­co-colectivistas.

Ej.Congreso acuerda la creación de cajas colectivas en todas las comarcas para socorros á emigrados y per­seguidos por la burge.sía.

El Congreso acuerda que la C. C. celebre conferen­cias de controversia en los puntos que más falta haga la propaganda siempre que su situación económica se lo permita.

Que las Federaciones locales hagan lo posible para organizar, en su seno, grupos de jóvenes anarquistas, con objeto de instruirlos y educarlos en nuestros prin­cipios, tal como lo tiene la Federación Alcoyaaa.

El Congreso acuerda la supresión de la delegación federal á los Congresos comarcales, apoyándose en las razones expuestas por el Congreso comarcal de Castilla la Nueva.

líl Congreso acuerda que la C. C. saliente no deje de funcionar ínterin la Federación Valenciana nombre la entrante, á fin de evitar un pequeño interregno sin la existencia de esta entidad.

Los gastos de entrega y traslado serán sufragados de los fondos de la C. C.

El Congreso acuerda publicar un Manifiesto á los trabajadores de la comarca en particular, y á los de la Región en general.

ORDEN DEL DÍA DEL CONGRESO REGIONAL.

Tema 3." El Congreso acuerda haber oído con gusto la lectura de la Memoria de la C. F.

IV. El Congreso acuerda por unanimidad, no delibe­rar sobre este punto y dejarlo á la deliberación del C. R.

V. El Congreso acuerda aconsejar á la¿ uniones de oficios símiles la reforma siguiente:

Los gastos que ocasionen las delegaciones á sus res­pectivos Congresos que sean sufragados á prorrateo por ;los federados de la Unión.

VI. El Congreso acuerda que las federaciones loca­les no admitan las cuotas de sus secciones si é.stas no van acompañadas ile las cuotas Cainarcal y Federal co­lectivamente, y (jue sólo las federaciones locales sean las encargadas á cotizar á ambas Comisiones directa­mente. Las Comisiones ("ijuiarcal y Federal, trimestral­mente, publicarán estados de cuentas, en los cuales se ven si las federaciones cumplen cual marcan los Esta­tutos.

T i l . El Congreso acuerda que los delegados al Con­greso Cosmopolita defiendan los puntos siguientes:

1." El planteamiento de la .Vnaríjuía organizada como sistema político; el Colectivismo como sistema económico y la Federación ó Alianza de todas las colec­tividades de trabajadores libres por medio del Pacto.

2." El nombramiento de una comisión que redacte nna definición clara y comprensiva para todos los tra­bajadores de lo que es la organización Anárquica, así como de todos los correctivos que con justicia puedan ó deban aplicarse á los individuos que, por abuso, vicio ó criminalidad, ataíiueu dicha organización.

De este trabajo, discutido y enmendado por el Con-gresoj <iue se impriman folletos, que deberán destinarse especialmente para uso de las escuelas libres que ten­gan establecidas las colectividades.

3." Que la propaganda en todas las Regiones esté Via.sada en los principios anánpiico-colectivistas.

1." Que se redacte un Boletín trimestral para la es-lística y movimiento obrero de ambos mundos. ">." Que dicho Boletín se redacte en idioma francés

i la localidad que el Congreso crea conveniente. Los gastos que ocasione la puhlicación del mencio­

nado Boletín sean pagados á prorrata por todos los ananiuistas del mundo.

()." Que se publique uu ^Manifiesto á todos los traba-indores del universo llamándolos á la unión y asocia-

"i ,y 7." Que los delegados al Congreso Cosmopolita ha­

gan los trabajos para organizar uniones de oficios sími­les internacionales.

VIII. El Congreso ac\ierda dejar á la elección del 'oagreso Regional el nombramiento de los delegados al

iigrese Cosmopolita. I X . El Congreso, después de revisar detenidamente

las cuentas de la C. Federal, las aprueba. .X. El Congreso aprueba la conducta observada por

la C. Federal. XI. El Congreso acuerda que el próximo Congreso ^áonal de 18S7 se celebre eu Madrid los días 15, Ifi,

, ; y 18 de Mayo. XII. El Congreso acuerda que la nueva C. Federal

resida en la Comarca Catalana, y que el Congreso Re­gional indiquí! la Federación que la ha de nombrar.

XIII. El Congreso acuerda haber visto con disgusto la conducta observada por el periódico «La Federación Igualadina» y la «Revista Social» (2.'' época) resjjecto á la propo.sición (!.•', aprobada por el Congreso extraordi­nario de Barcelona eu 1884.

Al primero de dichos periódicos aconseja no vuelva á hacerse eco de nimiedades que puedan traer la per­turbación, y al segundo invita á desistir de su conducta para en lo sucesivo si no quiere merecer el calificativo de perturbador de nuestras filas y atraer sobre sí la protesta de todas las colectividades y la negación de to­do apoyo.

Con la conducta de los demás periódicos que se pu.

BANDERA SOCIAL

blicaa desde la fecha del citado Congreso, está confor­me este Congreso.

XIV. El Congreso acuerda la proposición siguiente: «Los gastos de los delegados á los Congresos regio­

nales serán pagados á prorrata por todos los federados de la Región, y los de los Congresos Comarcales por to­dos los federados de la Comarca.

El dividendo para los Regionales queda á cargo de la C. Federal, y para los Comarcales á cargo de las Co­misiones Comarcales.

Las Federaciones locales, cualquiera que sea su nú­mero, podrán enviar un delegado directo, sin perjuicio de que las Secciones puedan mandar delegados subven­cionados por ellas mismas.»

XV. El Congreso acuerda que el Congreso Regional publique un Manifiesto á todos los trabajadores de la Región.

El Congreso Comarcal Valenciano dio fin á sus ta­reas con una conferencia de propaganda, á la que asis­tió una numerosa concurrencia de trabajadores de am­bos sexos, federados y no federados, en la que se acordó enviar un abrazo fraternal á todos los trabajadores del mundo y un cariñoso recuerdo de Solidaridad á todos los que sufren en cárceles y presidios por la santa causa de la Emancipación del Proletariado. 'j|

KL CONGRESO COMARCAL VALENCIANO Á TODOS LOS TRABAJA­DORES DE LA COMARCA EN PARTICULAR Y Á .LOS DE LA REGIÓN EN GKNERAL.

Hermanos proletarios, salud: Reunidos los delega-, dos que al final estampan sus firmas para estudiar el malestar de las cla-e obrera, y el medio de transfor­mar el organismo social que 'tantas y tan marcadasi imperfecciones presenta á nuestra vista desde su prin-; cipio gubernamental hasta sus más insignificantes ar-i ticulos de los códigos que pretende llamar fundamen­tales, nuestro corazón parecía dolorido en todas sus fi­bras, como dolorido se halla cuando meditamos con cal­ma el estado de nuestra familia y del paría nuestro her­mano en las distintas divisiones que se encuentra el planeta que habitamos.

Notamos, queridos hermanos, que nos abandonáis en los supremos instantes en que la lucha se hace más in ­dispensable para salir del estado económico que sobre nosotros lanzó la clase inedia desde el momento que con nuestros esfuerzos salió á reemplazar á la aristocracia con los memorables hechos del 93 en Francia.

Notamos hacéis caso omiso de esas constantes evolu­ciones del Progreso, que inician el preludio de la eman­cipación económico-social del que produce y no con­sume.

Notamos, en fin, que las clases acaparadoras enri^ quecen más sus fortunas, las cuales vienen en perjuicio de uuestros intereses y en desdoro de la filosofía, que reclama el continuo despertar humano.

Y al notar estas escenas qiu; retardan cl colmo de la felicidad; al observar estas intrigas, tramadas allá en lo más profundo del tenebroso templo de la explotación, y ver que esta sociedad del vilipendio sólo consagra him­nos de gloria á la denigrante explotación del hombre por el hombre, nuestra humilde voz pretende hacerse sentir, quiere que la prestéis atención, y así como la secta religiosa impuso Constantino á sus pueblos, con pretensiones de buena nueva, así nosotros, no impo­niendo, propagamos la que en realidad lo es, y que en­cierra una bondad sublime y gloriosa que tras de sí arrastra la Libertad, Justicia y Moral, de que tan des­pojadas se hallan hoy las Comarcas y Regiones.

¿Qué hacéis, indiferentes? ¿Qué mejoras pretendéis alcanzar cuando á nuestro enemigo el capital le conce­déis término para liacerse poderoso y burlarse de nues­tra situación? ¡Ah, compañeros' Si el indirerentisino hu­biera reinado en los tiempos del feudalismo, época en que nuestros hermanos llevaban gruesa y pesada cade­na, nuestra suerte sería la misma; si el pueblo fanático de la mitología romántica no quisiera haber oído las pa­labras de Libertad que propagaron los habitantes de las catacumbas de la hoy capital de Italia, ó sea los purifi-cadores del cristianismo, los llamados ídolos falsos esta­rían aún en sus pedestales, tan provocativos como los Césares que los defendían y tan inmorales sacerdotes que hacían adorarlos; si más tarde el pueblo, y con él el Progreso, no ve también en la religión cristiana, lue­go con pretensiones de católica y con el nombre de ro­mana, un enemigo constante á la Ciencia Sociológica, estaríamos nosotros sin poder siquiera conocer el alcan­ce de la emancipación dol pensamiento y el perjuicio inmenso que reportan á la liuuianidad las religiones po­sitivas, que proclaman un Dios impalpable y el respeto y sumisión á un amo que, contra las ineludibles leyes de la naturaleza, hace infeliz al resto de sus liermanos y lleva la discordia y la miseria al seno del hogar do­méstico.

Si ante estos cuadros históricos de los misterios irri­sorios de la teología aparecéis indiferentes; sí aún no apreciáis bajo el pri.sma del razonamiento las ínvolu-craciones de los poderes gubernamentales, que sinteti­zan el autoritarismo; si, en fin, seguís creyendo las pa­labras (¡ne di!sde esos centros teatrales, conocidos vul­garmente con el nombre de iglesias, dirigen incesante­mente los enemigos de la emancipación universal del Proletariado, no dudamos un momento un manifesta­ros, aun con dolor de nuestro coraziúi, que seréis los verdugos de la humanidad y de los hijuelos nacidos de vuestro amor, que incesantemente demandan un ali­mento para saciar sus necesidades.

Mas tal conducta no esperamos de vosotros. Os cree­mos con conciencia propia y con la mirada fija en el ho-rízonte donde se divisa la antorcha de la Ciencia y de la

Regeneración. Creemos vendréis al seno de nuestra or­ganización, como úuico medio de mejorar las condicio-^ nes económicas y llegar á ver sobre el carcomido sostén! del edificio social una organización perfecta y libre que* garantice la Libertad, y quede establecido el principioj federativo que simboliza la Solidaridad.

Nuestra bandera es la Anarquía, la Federación y ef Colectivismo. La primera, la proclamamos como únicaj política; la segunda, como unión del género humana dentro del pacto libre y solidario, y la tercera, como' medio propietario, ó sea que la tierra é instrumentos del' trabajo pasen á ser propiedad colectiva de los que sólo| los hacen producir, percibiendo como premio de sus de-' beres el producto íntegro de su trabajo. ^

Y estos principios no los tenemos sólo como teoría,' siendo así que los practicamos y nos dan excelentes re-í sultados en nuestros organismos libres y anárquicos.

Con la proclamación de ellos hemos alcanzado hacerí temblar á las instituciones autoritarias; estar sin sosie-^ go los gobiernos; llamar la atención sobre el estudio de* las cuestiones sociales, y hacer que teman, no á mies-; tros procedimientos y organización, sino á la propagan-' da de los principios anárquico-colectivistas, pues com-' prendon que su bondad daría grandes resultados, y sus injusticias rodarían por tierra como rodaron los ído-^ los y rodarán las entidades que denigran el despertara constante de la humanidad. 1

Venid á nosotros, hermanos de explotación; nuestros" brazos encontraréis abiertos, y el martirizado corazón' que abriga nuestro pecho, lleno de bondad y cariño,^ sólo anhelando la emancipación económica-político-re-J ligiosa del Proletariado.

No os dejéis guiar de santones políticos ni politicas­tros. « La Emancipación de los 'Trabajadores ha de ser' obra de los Trabajadores mismos.» ^

Confiando no ser desatendidos en este Manifiesto, se ; despiden de vosotros los que os desean S. y P. R. S.,

La Comisión. Á Local del Congreso 20 de Junio del 85. i

L A COMISIliX COMARCAL CATALANA, Á TODAS LAS FEDERACIO­NES LOCALES Y SECCIONES DE SU RESPECTIVA COMARCA.

Circular número 10. Salud, compañeros: Creemos que todos estaréis al

corriente por medio de la prensa, del grave incidente ocurrido en Villanueva y Geltrú en la noche del 4 del que cursa; y como quiera que la celebración del Congre­so en tales circunstancias podía perjudicar á los com­pañeros, determinamos aplazarlo hasta mejor ocasión.

Hay disipadas las causas qne motivaron tal determi­nación; podemos estudiar más con calma, que es lo que más conviene á los intereses de la organización.

El delegado de la C. F. nos comunica que disidamos si sería conveniente celebrar el Congreso en los días 19, 20 y 21 de Julio próximo en Barcelona; y como esta Comisión lo considerase acertado, lo comunicó á los compañeros de Villanueva y Geltrú, los cuales, por las circunstancias ya conocidas, han aceptado que el Con­greso se celebre en Barcelona y en la fecha indicada por la C. F.

Excusado es, por demás, demostrar la economía de gastos que la citada proposición representa, pues que, aceptándola las federaciones locales y Secciones de la comarca, con un esfuerzo relativauííuite pequeño, po­drán estar representadas en el (Congreso Comarcal, y á coutinuaciíin en el Regional, en la Conferencia y en el Cosmopolita.

Por tales motivos proponemos, pues, la celebración del Congreso Comarcal Catalrn en Barcelona y en los días 19, 20 y 21 de Julio próximo.

Esperamos que por todo el día fi de Julio próximo las federaciones locales darán su aprobación ó no á la presente, advírtiendo que los que no contesten, se con­siderará que la aprueban; rogamos á la mayor bre­vedad vuestra resolución, sobre el particular, para que cuanto antes esta Comisión pueda hacer la circular de­finitiva.

Recibid, queridos compañeros, un fraternal abrazo de los que os desean salud, A. F. y C.~La Comisión Co­marcal Catalana.

Cataluña22 Junio de 1885.

R E V I S T A I N T E R N A C I O N A L

BÉLGICA Ni Dieu ni Maitre hace la siguiente pregunta, que

no deja de tener miga: «Respecto al déficit de fifi.000 francos de la .asocia­

ción liberal de Bruselas, ¿cuánto dinero \mx). recibido \05 candidatos obreros por retirar sus candidaturas, á fin de que pudiera triunfar la burgesa, en las últimas elec­ciones comunales?...»

Si este hecho resulta cierto, será un nuevo florón que añadir á la corona gloriosa de los obreros posibilis-tas belgas.

Y una recomendación más para que los trabajadores vayan á la lucha electoral á apoyar las candidaturas obreras, que luego se venden.

Hay que convenir en que el sufragio es una gran cosa, y pocos serán los que después de esto no griten con entusiasmo:

¡Viva el sufragio y las candidaturas obreras!

SUIZA Suma y sigue: El célebre Consejo federal suizo ha decretado una

nueva expubsión de anarquistas del territorio de la libre Helvecia.

El número de expulsados asciende á 21, de los cua­les 11 son austríacos, nueve alemanes y uno francés.

Entre estos compañeros hay cuatro zapateros; cinco sastres; seis aserradores, mecánicos, torneros y cajistas de coches; un pintor; un impresor; dos encuadernado­res y un carpintero.

El delito que se les imputa en los considerandos del decreto de expulsión, es el haber hecho propagaeda anarquista.

Es lástima que el gobierno federal se tome la moles­tia de querer justificar sus tropelías con insulsas pali­nodias que á unos causarán risa y á otros desprecio.

Por muy elásticas que sean las leyes y ampuloso el lenguaje político, no sirven para disfrazar trama tan burda.

Valiérale más decir: Considerando que de Suiza se han ausentado todas

las virtudes cívicas y patrióticas; Considerando que nuestros amos nos imponen la

obligaciiSn de servirles. Damos cumplimiento respetuosamente á sus ordenes

expulsando á todos aquellos que nos manden, con el fin de que no nos expulsen á nosotros.

S E C C I Ó N V A R I A

Como hemos prometido en el pasado número, empe­zamos á publicar desde el presente, para dar una i l e a de los principios revolucionarios que difundió este gran hombre, párrafos de sus obras más principales y de sus discursos más importantes.

Empezaremos por insertar parte del discurso que pronunció en el Congreso de la Liga de la Paz y de la Libertad, celebrado en Berna en 18(i9:

«Todos nosotros, los (jue estamos reunidos en este recinto, no .somos ni reyes, ni gobiernos, ni tampoco re-pre,sentantes de la burgesia. No tenemos ni debemos te­ner interés opuesto al interés de los trabajadores. Esta­mos reunidos en nombre de la Justicia y de la Libertad, no para negociar con los trabajadores, ni para engañar­les ni explotarles, sino para proclamar los principios <iue por si solos puedan asegurar la paz, la libertad y el bienestar de los hombres. No les debemos concesiones, sino justicia... Trabajando para nosotros mismos, que­remos, debemos trabajar para ellos y con ellos.

Pero para que esta coiiiunídad de pensamiento y de acción .sea posible, para que los obreros tengan fe en nuestro trabajo, para que no nos rechacen como aliados hipócritas ó como falsos hermanos, debemos probarles que queremos lo que ellos quieren, y que entre su obje­to y el nuestro no existe diferencia.

¿Cuál es su objeto, el pensamiento soberano que do­mina en el fondo de todas sus aspiraciones actuales? Es la igmldad, no solamente la igualdad política, sino la económica y social.

Desde que la Historia existe, el mundo humano ha sido dividido en dos clases: la inmensa mayoría encade­nada á un trabajo más ó menos mecánico," brutal ó for­zado; millones de trabajadores eternamente expío!ados, pasando sus tristes vidas e n una miseria vecina del hambre, en la ignorancia y la esclavitud, y condenados por la misma á eterna obediencia, y por ofro lado, una minoría más ó menos instruida, refinada, explotando, dominando, gobernando, consumiendo la mejor parte del trabajo colectivo de las masas populares y represen­tando toda la civilización.»

«La cuestión es, pues, de saber si este estado de co­sas, estado de iniquidad y de violencia, de opresión y falsedad, puede durar. Es evidente que no. Hubo una época en que las masas obreras, engañadas y adorme­cidas por las promesas religiosas, se resignaban; e n que, llenas de fe y de supersticioso respeto por la sabi­duría y virtud de las clases privilegiadas, sirvieron de instrumento poderoso, pero ciego, á la política de la aristocracia primero, y después á la de la burgesía. Pero una crut>l experiencia les ha demostrado que la política de todas las clases privilegiadas viene en detrimento de las clases populares; de lo que resulta que estos millo­nes de Obreros que por todas partes se asocian, consti­tuyendo hoy la más grande potencia de Europa, han perdido, primero la fe en la política de la iglesia, y des­pués también en la de la burgesía.»

«Ciudadanos: Para cualquiera que sepa ver, es evi­dente que desde el momento que los obreros de Europa se han unido á través de las fronteras artificiales de los Estados ¡lor medio de esta gran Asociación Internacio­nal de los Trabajadores, es evidente, digo, que se han decidido á tomar la política en sus propias manos, á ha­cer su política propia, es decir, la política de la eman­cipación del trabajo del pesado y odioso yugo del capí-tal. Toda otra política les es extraña, porque cualquier otra polítici es contraria á sus intereses, que no s o n otros que la l^mancipación económica, radical y com­pleta de los trabajadores.

¿Cómo entienden los obreros esta emancipación?... Quieren la igualdad, nada más que la igualdad; la igual­dad, no solamente política, sino económica y social. Están cansados de servir, y quieren también gozar, no del fruto del trabajo de los otros, como lo han hecho siempre y continúan haciéndolo las clases privilegia­das, sino del producto entero de su propio trabajo, sin deber sacrificar su mejor parte al privilegio y al Es ­tado.

Ellos no quieren que el mundo sea dividido, como hasta aquí, en dos clases: una explotadora y domina-

BANDERA SOCIAL

dora, y la otra siempre explotada y exclava Quieren que haya una sola sociedad, basada sobre la justicia y el trabajo, ofreciendo á todos la igualdad de educación y de instrucción, los mismos medios de trabajo, é im­poniendo, no por leyes, sino por la naturaleza misma de su organización, á cada uno la obligación igual de trabajar intelectual y corporalmente.

He aquí, ciudadanos, lo que quieren hoy los t r a ­bajadores en Europa. En presencia de esta voluntad t an poderosa y ostensible, nosotros debemos preguntarnos, nosotros, Congreso de la Liga de la Paz y de la Liber­tad, si queremos lo mismo.

¿Queremos como ellos, con ellos, francamente, la igualdad económica y .locial, ó bieu lo que, en el len­guaje del socialismo burgés, se l lama el mejoramiento de la condición de los obreros?... Y digámoslo bien, ciudadanos, si por desdicha nuestra nosotros, más que socialistas burgeses^ si, incapaces, sea á causa de nues­tros intereses, sea a causa de nuestras preocupaciones de abrazar de buena fe y en todas sus consecuencias y aplicaciones teóricas y ¡irácticas el principio de justicia representado hoy por esta guer ra del trai)ajo contra el capital, si vamos, como comerciantes de mala fe, á vender parcelas de esta justicia á los trabajadores, ellos ni querrán nuestra mercancía ni á nosotros; tendrán mil veces razón en rechazarnos, y nosotros no encon­traremos soldados para nuestro ejército de la paz, y toda la obra que hemos emprendido perecerá falta de poderes y de apoyo.

Porque pido la igualdad económica y social de las clases y de los individuos, porque, con el Congreso de trabajadores de Bruselas, me he declarado partidario de la propiedad colectiva, se me ha califlcado de comunis­ta. . . yo detesto el comunismo, porque es la negación de la libertad, y yo no puedo concebir nada humano sin libertad. Yo no soy comunis ta , porque el comunis­mo concentra y absorbe todas las potencias de la socie­dad en el Estado, porque conduce necesariamente á la centralización de la propiedad en el Estado, mientras que yo quiero la abolición del Estado, la extirpación radical de este princii)¡o dc; la autoridad y de la tutela del Estado, con (lue, bajo el pretexto de moralizar y ci­vilizar los hombres, les tiene hasta hoy avasallados, oprimidos, explotados y depravados. Yo quiero la orga-mzación de la sociedad y de la propiedad colectiva ó social de abajo arriba, per et voto de la libre asocia­ción, y no de arriba abajo, por el medio de cualquiera autoridad que sea. Queriendo la abolición del Estado, quiero la abolición de la propiedad individualmente he ­reditaria, que no es más que una institución del Es ta ­do, nada más que una consecuencia del principio mis ­mo del listado.

Hé aquí en «lue sentido, ciudadanos, soy colectivis-i t a y no comunista.»

«Ño á ía l igera , ni bajo la inspiración de u n senti­miento caprichoso y frivolo, venimos aquí á combatir la religión. Lo hacemos en nombre de la moral , de la justicia y de la humanidad, cuyo triunfo sobre la t ierra será imposible mientras ésta esté aterrorizada y gober­nada por los fantasmas religiosos.,.

Tengamos el valor de ser lógicos y sinceros, y no vacilemos en proclamar que la existencia de Dios es incompatible coa la dicha, con la dignidad, con la inte­ligencia, con la moral y con la libertad de los hombres. Si Dios existe, mi iiiti lígencia, t an grande como pueda ser, mi voluntad, tan enérgica como puede concebirse, son nulas ante la voluntad y la inteligencia divinas. Ante Dios, mi verdad es una mentira; mí voluntad es impotente, y mi libertad una rebeldía contra él.

El ó yo; si existe, yo debo anularme; si se digna en­viarme profetas para manifestarme su divina verdad, siempre incomprensible á mi inteligencia, sacerdotes para dirigir mí conciencia, incapaz de concebir el bien, reyes ungidos por su mano para gobernarme y verdu­gos para corregirme, yo les debo una obediencia de es­clavo. Pues quien quiere Dios, quiere la esclavitud de los hombres. Dios ó la dignidad del hombre, ó bien la liliertad del hombre y la anulaciónn del fantasma divi­no. Este es el dilema: no hay término medio, escoged.»

«También nosotros estamos profundamente conven­cidos de la necesidad de una amplia instrucción popu­lar. También creemos que la ciencia con todas sus a l ­tu ras y todas sus profundidades, debe estar abierta y ser accesible al pueblo. Pero para que el pueblo se ins­t ruya es forzoso que tenga tiempo y medios de estu­diar; es preciso que pueda alimentarse él y sus hijos durante todo el tiempo que duren sus estudios. Y esto sólo, ciudadanos, implica la necesidad de una transfor­mación radical en la organización económica actual de la sociedad.»

« Para destruir la religión, para disipar, para desvanecer todos los fantasmas divinos que uos hacen t an esclavos, t a n feroces y t a n miserables, la sola pro­paganda intelectual no basta. Es necesaria la Revolu­ción Social.»

(Continuará.)

SECCIÓN C I E N T Í F I C A

CONSTITUCIÓN FÍSICA DEL SOL

(Conclusión.)

Desde que se inventó el termómetro hanse reunido largas seríes de observaciones hechas eu una infinidad de puntos del globo. Resultado general : desde liace cien años no han variado los climas, y como la temperatura

superficial de nuestro globo depende casi exclusiva­mente de la radiación solar, desde hace cien años ésta ha permanecido constante.

Los vegetales son testimonios irrecusables de la temperatura y muy sensibles á ella, remontándose mu­cho más sus indicaciones que las del termómetro en la sucesión del tiempo. Cada especie vegetal tiene sus lími­tes, fuera de los que no se sale nunca. Así el cultivo del olivo, como árbol del producto, se mantiene en Fran­cia dentro de los mismos límites (^ue cuando Julio César guerreaba en los Gallas. En Egipto y Palestina la pal­mera cultivada produce dátiles comestibles; pero un grado menos en la temperatura del verano impediría que dicho fruto pudiera comerse. La vid da vino aún , pero un grado más haría que se abandonase este culti­vo. Ahora bien: en igual estado se hallaban las cosas en tiempo de los Faraones.

Conclusión : por lo que se ve , hasta donde alcanzan los testimonios históricos, no ha variado el calor del sol.

Todavia hay más: los geólogos nos dicen que la vida apareció en nuestro globo hace no millares sino millo­nes de años.

Mas en la escala inmensa de temperaturas que abarca todos los fenómenos de la naturaleza, escala que empie­za en—273" y llega hasta el infinito, la vida no se ex­tiende sino dentro de un corto número de grados. A ce­ro ó por bajo de cero, no se desarrollarían los gérmenes porque estarían helados. A más de 50" á 60, tampoco se desarrollarían por el motivo opuesto. Conclusión: la r a ­diación solar no ha debido variar notablemente desde hace millones de años.

¿No es esta constancia una de las cosas más sorpren­dentes de la naturaleza? Explicar el sol es darse cuenta á la vez del origen de su color, de la enormidad de su radiación y de su maravillosa constancia, á lo menos durante millares y aun millones de años.

M O V I M I E N T O OBRERO

Bilbao.—Los compañeros de esta capital nos comu­nican que desde luego abonarán los ejemplares secues­trados del número 19, que á ellos corresponden á fin de que las pérdidas no recaigan sólo sobre la adminis­tración del periódico.

Granada.—Los anarquistas de esta ciudad nos dicen que «apesar de no haber recibido el número 19 os lo abonaremos; y esto creo deben hacer todas las Federa­ciones.»

Son varias las colectividades que han escrito eu igual sentido, por lo que nos congratulamos de ello.

Precisa ahora , más que nunca , el poder sostener las publicaciones ananiuis tas .

Madrid.—El Consejo de la Unión del arte en hierro y meta les , ruega ú las secciones adheridas á la Unión, se sirvan contestar á la mayor brevedad á la Circular núm. 8 , á tin de que este Consejo pueda cumplir debi­damente su cometido.

Valencia. — La Sección de sombrereros fulistas de este punto nos ruega hagamos público el profundo sen­timiento que les ha causado á todos los federados de la Federación Valenciana el fallecimiento del compañero Vicente Delort. Dicen: «No hemos tenido el consuelo de poderle acompañar al cementerio, no por culpa nuestra , c ier tamente , sino por las disposiciones higiénicas que tiene establecidas aquí la autoridad gubernativa.

Victima Vicente Delort de la enfermedad que azota á las provincias de Valencia y Murcia, sintióse malo al anochecer, y al amanecer había dejado de existir.

Puede decirse que la Federación X'alenciana 4 per­dido un compañero de los que con más entusiasmo han propagado las ideas anárquico-colectivistas, y la Sec­ción de sombrereros uu activo y enérgico federado dis­puesto siempre á trabajar por la emancipación econó­mico y social del Proletariado.

Sólo así se comprende el profundo sentimiento con que fué acogida la noticia de su fallecimiento por todos los revolucionarios de esta capital.

Ha muerto como todos los proletarios, dejandp en la más espanto-a miseria á su compañera y sus 'dos hijos.

En vista de este triste cuadro y de lo mucho que tra^ bajó Delort por la gran causa de la Revolución social, varios federados han iniciado una suscripción volunta ria para aliviar eu lo que les sea posible la triste situa­ción de su familia.

Tan pronto como ésta termine os remitiremos la lista de suscripción para que la publi(iuéis eu vuestro sema­nario.»

El Consejo de Redacción envía su más sincero pésa­me á la familia de Delort, y por carta á la Federación Valenciana les indicaremos la cantidad con que con­tribuiremos á la suscripción iniciada.

EFEMÉRIDES DE LA SEMANA

5 Domingo, 1H33.—Muere José Niepce, inventor del: grabado heliográtíco y uno de los inventores de la foto^ grafía.

(i Lunes, 1674.—El pueblo de Mesinase subleva con-i t ra la dominación española y se apodera de la ciudad y sus fuertes.

7 Martes, 1647.—Sublevación de Massaniello y la plebe, en Ñapóles.

8 Miércoles, 1497.—Vasco de Gama sale de Lisboaí en busca de la ruta de las Indias. i

9 Jueves, 1873.—Los obreros de Alcoy declarados en ¡ huelga desde días autes , se declaran en abierta rebeliórf

dando muerte al alcalde de la población y paseando su cabeza en una pica.

10 Viernes, 1610.—Gafileo es nombrado primer m a ­temático del gran duque de Florencia.

11 Sábado, 1667.—Boyle y Papin empiezan sus expe­rimentos sobre la aplicación del vapor del agua h i r -viente.

SUSCRIPCIÓN voluntaria á favor del periódico anárquico-colectivista B A N D E R A S O C I A L , para ayudar á los gastos del mismo en el proceso del compañero preso á causa de la denuncia

y secuestro del número 5.

M A D R I D PttelM

Suma anterior 117'78 Sección Varia 4 Sección de Fundidores » Sección de .Mecánicos 2 Manuel Gutiérrez 1 , . , Emilio RÍOS O 25 V. M 0 20 P. Navas " f j l n tipógrafo Un icompailero t*,?^ F.Mingo OJO B. Mayo O K- J .fo l n ateo O ¿o Un federado « 4 -Un antiautorilario " za Z.R ' 2 5 M. Romera 0^5 Un anarquista O i» Un sastre 0.^0 ün anarquista P'z» F. D O ¿- Un compañero O' H Un sastre ^ }.i Un sombrerero y zj ün mecánico )' Un federado 0 2» Un anticatólico O E. Contreras *• ijO J. M. C <¡;,'0 Robredo O »•> Yagüe O .)ü Un compañero viejo 0'?0 J. F. B O'!>0

. , Suma y ligue U!9'3T

CÜRRESl'ONDENCI.V .VD.MIMSTR.iTlVA

Ecija.—J. R. R.—Recibido el importe. Sevilla.—J. .\.—Recibido el importe de la suscripción y do­

nativo. Mollina.—J. G. G.—Recibida la tuya, y enterados de la

queja, te manifestamos que se han remitido los números con puntualidad.

Aznalcollar.—E. V.—Recibida la vuestra con la libranza. Se os contestará por correo.

Enguera.—C. C—Recibido el importe de paquetes; nos es imposiljie por ahora que llegue á provincias el domingo.

Oran.—ü. R.—Recibida la luya; se te remitirá el folleto quo pides.

Toledo.—C. L.—Recibida la vuestra con el importe de las suscripciones.

Granada.—V. P.—Recibida la tuya; se te contestara por correo.

Buñnl.—R. C—Recibida la vuestra; se os remiten les nú­meros que os fallan.

Bilbao.—V. (i.—Recibida la vuestra con el importe como donativo; contestación por correo.

Igualada.—F. C—Recibido el importo de la suscripción y donativo.

Monteja(|ue.-S. de A.—Recibida la cantidad que remitís como donativo.

Malaga.—J. M. M.—Recida la vuestra. En nuestro poder la cantidad que nos remilis por conduelo del ¡Verán Ustedesl Se os remitirá recibo.

Cartagena.—J. A.—Recibida la suya; se hará lo que |)i(le. Calañas.—J. R. M.—Se sirven los números con )untualidad,

pero según se ve á alguien le gusta quedarse cou el us. l/.nate.—A. G.—Recibido el iiiipurte de la suscripción. Ilarrelona.-Corresponsal.—Recibida la vuestra; se servirán

los números que pides en lu última. Cabra.—J. G.—Recibida la luya;íconleslamos por el correo.

B a n d e r a ^ o c i a l

S E M A N A R I O A N Á R Q U I C O - C O L E C T I V I S T A

CONDICIONES DE LA PUBLICACIÓN

La BANDERA SOCIAL saldrá todos los domingos, al pre­cio de 5 céntimos número suelto; paiiuete de 30 núme­ros, una peseta; un t r imestre , una peseta en toda la región española, y para las demás regiones al mismo precio, más el exceso de franqueo.

El Consejo de Redacción dará cuenta de las obras y folletos que le remi tan .

Los documentos, comunicaciones y escritos de interés social que sean enviados por conducto de los obreros se publicarán grat is , como igualmente los que versen sobre hechos (|ue los mismos garant icen bajo su firma.

No se devuelven los originales. Las suscripciones se pagarán en sellos de franqueo ó

letras de fácil cobro.

MADRID IMPBKNTA ms FERNANDO CAO Y DOMINGO DE VAL

rialeriaüe Martínez, núm. 1

BANDERA SOCIAL Semanario Anárquico-Colectivista.

AÑO I Madrid 5 de Julio de 1885 NÚM. 2%

ADVERTENCIA

La direccióa para toda correspondencia es JOSÉ DIAZ, calle de Ministriles, 21 y 2 3 , s e g u n d o .

D O C T R I N A L

N U E S T R O P R O G R A M A

Definición de la Ananiuia.—Critica del sistema gubor;iamental. —Ecuación entre la autoridad y la libertad.—Pruebas de la selección natural y lilosofia dc los malos instintos, adecua­dos para uu fin conuin.

I

Hemos sentado qne el Colectivismo es la s íntes is más acabada y perfecta de las leyes naturales y fisio­l ó g i c a s del ser, lo propio que de las l eyes so'ciales, unas y otras debieurlo buscar la relación para que el orden pueda realizarse, y el ordeu no es la fuerza armada; el orden es la armenia, el orden es la inte­l i g e n c i a en ejercicio, el orden es lu paz y el reinado de la Verdad y la Justicia.

Ahora habremos de fijarnos, si bien queremos comprender el s istema de universo, el s istema de los mundos , que son cada uno de ellos universos pe­queños, y, por ende, los s is temas sociales , resumen de los mundos , habremos de fijarnos en que la l ey no es la que manda y dirije, c o m o cree el v u l g o — y aun los sabios, que entre ellos hay también mucha vulgaridad—la ley aparece por el mismo movimien­to , como aparecen los colores cromáticos del espec­tro solar, más ó menos v i v o s , más ó menos densos , seg i in las fuerzas de las moléculas de que se c o m -3one la atmósfera y lo mismo la refrangibilidad de os rayos lumínicos , seg i in los medios por que atra­

viesan, y al paso que el movimiento se multiplica por las diversas multiplicidades de sus operaciones, efecto de las combinaciones , expansiones y demás propiedades de la materia, inherentes á ella de todo t iempo, imposibles de ser comunicadas por n ing i in ser, as leyes se aumentan, se aseguran , se dilatan, )erfecciónanse, pero siempre como traducción fiel de os hechos , esclavas siempre de la dinámica de las

fuerzas naturales. Esas redes inmensas de l eyes es lo que el v u l g o llama casualidad, y la casualidad no ex is te ; pero de que no exista la casualidad no se si­g u e que las l eyes sean las que dirijan; la ley es siempre esclava, y si se la apercibe, si se la conoce, si se la encuentra, si se determina por la fuerza del movimiento de tocios los átomos, es sin faltar uno, que si faltase, si uno sólo pudiera evadirse, no h a ­bría fuerza y la ley se derrumbaría.

Debemos acostumbrarnos á no ver más que el Aec/io físico, y éste lo comprende todo: movimiento , l e y e s , materia, pensamiento, apariencias y series de apariencias en toda su intensidad y extens ión de espacio y t iempo. Esto es, el todo, lo supremo, si se quiere: fuera del todo no es posible realidad ni s u ­premacía a lguna, como no sea aparente.

Ahora bien; la sociedad t iene también su mov i ­miento dinámico, y así como en la naturaleza todo es producto en el espacio y en el t iempo de la con­l lagración de fuerzas libérrimas, en la apariencia, por no haber ser a lguno que las impulse, ni impulsar pueda—pero esc lavas y encadenadas á sus propie­dades intrínsecas, y éstas determinadas y es t imula­das por las determinaciones de la materia ,—y esa es la Anarquía en la naturaleza, puesto que sus fuerzas no son dirigidas, encatizadas ni ordenadas—sin c u ­y a libertad no podríamos comprender la persistencia dc las fuerzas, esc cont inuo tejer y destejer, ó sea el movimiento eterno,—así también, en la sociedad, to­do es conflagración de fuerzas,, y fuerzas del mismo modo anárquicas—las leyes naturales son siempre las mismas ,—y son anárquicas por más que, aparen­temente, e s tén dirigidas por leyes y gobiernos , que, á ser real, seria lo arbitrario, y lo arbitrario, no ex i s ­t iendo en la naturaleza, tampoco ex i s te en la socie­dad, pues éstos , e s decir, los gobiernos , son, preci­samente , efecto de ese mismo movimienio de las ne­cesidades sociales genera les , encaminadas , deter­minadas al fia por las individuales del medio que les da forma, que los cons t i tuye , que les da vida, que los informa y sug iere , á su pesar, y que solo entonces aciertan, quo los hace mover y determi­nar, que trasmuda el arte de gobernar y varía y

trastorna los s is temas, siempre sometidos al fatal imperio de esas necesidades y alternativas de los; t iempos, apremiantes de s u y o , mientras son su l ó - | g i c a consecuencia , y que los revoca y destruye de l , mismo modo cuando ya dejan de serlo, es i n e l u d i - i ble, y si vemos lo contrario, es por el espejismo d e ' las palabras y de las ideas sensibles, así como no ve- i mos la tierra redonda, así como no la sent imos m o - ; verse y así como se nos figura haber estado siempre \ i gua l en su superficie, del mismo modo que nos pa- \ rece el azul de la atmófera que nos rodea, por su i misma trasparencia, más lejano que las estrellas y figúrasenos el radiante astro que nos da calor más distante e n el invierno.

La Anarquía es uu concepto facilísimo de exp l i ­car y comprender, y sólo porque hemos opuesto esta palabra como antitesis de la de autoridad encontra­mos tantos refractarios.

Puede compararse á un cajón donde ex is ten v a ­rios enseres, desordenados al parecer, los cuales ne­ces i tan, en momentos dados, nuestra act ividad, y que es preciso no estén siempre del mismo modo, para que ésta se relacione con el desarrollo y ejer­cicio á que, y a en unos momentos , ya en otros, so s ienta impulsada.

Unas veces nuestra actividad, el empleo de nues ­tras facultades lo necesitará de u n modo, y otras de otro, y mientras más enseres liaya, mayor dist inción de órdenes y arreglos precisaremos, y más nos v e ­remos obl igados á ponerlos ya enc ima, y a debajo, segi in los (jue en dichas ocasiones puedan hacernos falta. En viéndolo y a á nuestro g u s t o , el objetivo do nuestra actividad deberá cambiar de mot ivo .

Así en la ciencia: jamás será ésta una obra defi­nida y acabada, y además, nunca estará nuestra in­te l igencia en la misma disposición para comprender todas sus gradaciones , debiéndose emplear nuestras facultades para ser dedicadas con provecho alter­nat ivamente .

Lo propio sucede en la naturaleza: todos los e l e ­mentos están en ella d i sgregados , dispersos acá y allá, en ciertos momentos, y por efecto de sus afini­dades, atracciones y el niimero dc sus átomos, se logra en el hecho físico la agrupación de la molé­cula, composición y estructura de los cuerpos, cons­t itución de los mundos y orden armónico de cuanto exis te , que tanto nos admira por sus combinaciones sublimes, cuanto por sus extravagancias que de todo se halla. Y ¿creéis que así ha de quedar el cajón?. . . No , por cierto; que si la naturaleza cons iguiera , á ser posible, dejar las cosas completamente perfectas, se acabaría el movimiento , gastaríanse las fuerzas y no habría vida; el hecho físico desaparecería en la eternidad de la nada, hipótesis estupenda é inad­misible.

Pues asi, es y ha de ser la sociedad; mientras ha­ya quien arregle el cajón á su g u s t o ó al de los me­nos—sin tenercjue andar en é l , ni poder saber lo que el que ha de andar neces i ta ,—nuestras faculta-dei,',, nuestra actividad faltas dc objetivo y al ic ientes para desplegarse en todo su natural v igor , sofocada nuestra iniciativa, no podrá desenvolverse de u n modo natural nuestra vida propia, cual sucedía an­taño á los niños recien nacidos con el s istema bár­baro de entonces para fajarlos, sujetándoles los bra­zos y oprimiendo s u pecho, como sucede á las j ó v e ­nes que creen van á tener más lindas formas apre­tándose, el corsé y como se acostumbra en la China con la moda de oprimirse el pié las hembras desde niñas con zapatitos de metal que allí ha hecho carta de naturaleza.

La Anarquía es , pues , la libertad sin más res­tricciones que las que surgen de la naturaleza y de las condiciones físicas, morales y económicas de la vida, pues hacer lo quo se quiera nunca será lo po­sible, no estando tal voluntad en el orden natura y fortuito de las cosas , como no lo ha estado ni lo e s ­tará jamás .

Hé aqui, en efecto, la .Anarquía, como h e m o s apuntado, concepto m u y fácil de comprender; pero sucede que lo más senci l lo , por su misma senci lez, es lo más difícil, no sólo de explicar, s ino de que se posesione de ello nuestra in te l igenc ia .

Por lo tanto, nos es forzoso disertar, discurrir y dilucidarlo sin descanso aunque hayamos de Henar una biblioteyi p¿ra ao^decir q^uizá nad^

Las grandes inte l igencias son las que abarcan de una vez los conceptos sin tanto discurrir.

Lo más particular es que lo propio sucede c o a las inte l igencias pequeñas , ó sean senci l las .

—Claro, anárquicamente. {Contimiará.)

CONFERENCIAS ENTRE FAMILIA Á LOS OBREROS AUTORITARIOS Y DISIDENTES DE LA ANARQUÍA

Y DE TODA CLASE DE DISIDENCIAS

No todos los anarquistas t ienen tampoco el espí­ritu anárquico.

Época la que atravesamos de transición entre u n mundo caduco y corrompido que agoniza , el mun­do de la autoridad, del privi legio, el mundo de la soberbia capitalista, en que todo se vende al oro, único y supremo Dios que adoran los estúpidos, los sabios, los fuertes y aun los débiles, creyendo to­dos, y no sin a lguna apariencia de razón, ser este precioso metal, al que despechada é hipócritamente se le llama vil, su alma vivificante; en una palabra, entre este mundo de opulentos hinchados y de m i ­serables rastreros á la manera de reptiles, que ja­más han pensado en las represalias contra los que , pisoteándolos de cont inuo, ríen y gozan en la impu­nidad, y el mundo del porvenir, cuyo reflejo crepus­cular sólo lo ven los que, cual el águila, t ienen ra­diante pupila telescópica, y es el mundo de la Ver­dad, del Derecho y de la Justicia, el mundo del Tra­bajo, dueño y señor de todo lo creado, no todos los espíritus se hallan fortalecidos por la inquebranta­ble fé, por la atrevida audacia que se neces i ta , no sólo para confiar en la ineludible ley del progreso, sino también para romper, franca y denodadamente, con todos los respetos, lazos y convenc iones que re­t ienen á los seres en la inmunda cloaca de la rut i ­na, de la costumbre, del artificio, cuya mefítica at­mósfera los asfixia, los sofoca para todo lo que e s bueno , grande y noble.

Embebidos y absortos los unos por el hecho so ­cial en que pululan, del que emana su vida aunque mermada y anémica, se distraen, como en pirotéc­nico espectáculo , en contemplar la plétora del po­deroso ante quien se doblan servi lmente , por tal de no romperse, y con la esperanza de que a lgo se les pegue de lo que á él le sobra, aspirando á mejorar, v e n g a como viniere, y hasta si posible fuera, subir al pináculo, aquéllos que pueden jugar este albur, ó, si la fortuna no les es tau propicia, atenerse á una mediocridad que suelen calificar, en sus amba-jes moralistas, de nonrada y modesta, y que á v e c e s rodean también con el oropel de un platónico revo-lucionarismo; pocos ó n i n g u n o t ienen el diablo en el cuerpo para odiar y perturbar lo ex i s tente .

Esto, por lo que respecta á los tibios, que lo peor del caso es que los más avanzados, y hasta con el nombre de anarquistas, que hacemos caso omiso de los partidos polít icos enrayes, pasando, como sobre ascuas por su pesti lente fondo de iniquielades, ma nifiestan, como suele decirse, una cosa con sus la­bios, de que no está, por desgrac ia , l leno su cora­zón y mucho menos su conciencia .

¡Liliputiense y repugnante medio social, que asi nos enloda y env i lece , .sofocando todos los inst intos del bien, desenvolviéndose sólo en su amplitud bár­bara y salvaje cuanto vejamen y humil ación son propios á aniquilar, á embrutecer, á sellar nuestras frentes con ignominioso e s t igma , no parece s ino que hornos de revo lcamos indefinidamente en su podredumbre hasta que cl miserable y microscópi­co planeta que le ha dado ser y forma estalle en e l infinito espacio! . . .

¡Pero no, la ley ineludible del prop:reso se ha de cumplir, pese á quien pese; el bien ha de triunfar del mal; la c iencia ha de realizarse para que, en la hipótesis de una condenación eterna, no r e n e g u e ­mos los reprobos de la única esperanza real y pos i ­t iva que nos alienta y que no es factible tarde e a realizarse para bien de la humanidad, que, en s.u i n ­mensa mayoría, soporta el ominoso peso de los más ímprobo."? trabajos y miserias, callando y m.urieudo, mirando al propio t iempo crispadas las m a n o s , in­yectados en sangre sus ojos, la insulta.nte bacanal

i» fm *

BANDERA SOCIAL de los que ríen y g o z a n en medio del estertor de su lenta agonía! . . .

¡La redención viene! . . . ¡No la traerán, no, los partidos autoritarios, que

todos guardan en su seno las reliquias del pasado, e l virus ponzoñoso de la autoridad y de los sistemas gubernamentales! . . .

¡La traerá, irremisiblemente, lo único que la puede traer; lo único á que es dado, en la dinámica social, remover el mundo ant iguo y reducirlo á es­combros!. . .

¡ E L E S F U E R Z O COLECTIVO A N Á R Q U I C O ! . . .

¡Si, compañeros, á nuestra sola iniciativa, al po­deroso embate de nuestros espontáneos esfuerzos, al impulso soberano de todos los que sufrimos y he­mos sufrido, callando unos, otros protestando, por espacio de tantos s ig los , con la acción de todos los oprimidos, ayudados y fortalecidos con la concien­cia y el entusiasmo colectivos, es ei único y pode­roso medio de derrocar el mundo inicuo de los opre­sores minando, en sus más profundos cimientos, to­das sus deleznables instituciones, y el único modo y manera de que nuestra ansiada redención sea un h e c h o ! . . .

¡Sólo así, compañeros, sin abdicar ni un ápice de nuestro soberanía, sin ceder ni una línea de nuestra libre y autónoma iniciativa, sin cejar u n solo instante en nuestra creadora y fecunda act iv i ­dad, sin dejarnos influir ni supeditar por nada ni por nadie, atentos por fin y con el más fervoroso celo, á que sólo predomine y triunfe la razón del mayor número cuando sea verdadera, que lo será, cuando á todos impulse la misma necesidad, cuando á todos g u i e la justicia, y por ella todos se sientan conmo­vidos con sus eléctricas vibraciones y poderosos impulsos, y cuando todos obren en una común i n ­tel igencia , en que, casi .sin darse cuenta, de tanta como se dan, marchan todos unidos al mismo fin, y sin que á nadie le sea dado, en tan supremos mo­mentos , distraernos de nuestro común propósito, ni mucho menos contenernos en nuestro común acuerdo y acción! . . . .

¡Hé ahí la redención! . . . . ¡Hé aquí su único propulsor que ha de vencer

todos los obstáculos, que ha de derribar los fuertes muros y baluartes que á ella se opongan! . . . .

¡¡La Anarquía!!

DOS RECETAS

En La Correspondencia encontramos las s igu ien­tes , cuya mejor eficacia ha de consistir en que n in­g u n o de nue.stros compañeros t e n g a necesidad de nacer el experimento.

Dicen asi: «El doctor Rubini, de Ñápeles, que en 1854 tra­

tó á 541 coléricos, sin que uno sólo muriese , c o ­municó al público el remedio por él empleado, que es el alcanfor.

En las manos de otros médicos en Italia, dió re­sultados igualmente satisfactorios. En la terrible epidemia de 1865-G6 fué extensamente usado en Inglaterra. Una sola persona repartió 8.000 fras-quítos en pocas semanas en el distrito más casti-

. gado de Londres, el East-Eud. Pronto la calma vol­vió á acjuellos barrios, y tan eficaz fué el alcanfor que el año pasado la misma persona escribía: «El tiempo sólo me ha confirmado en la convicción de que si está á mano y se atiende á los primeros s ín­tomas, no hay que temer al cólera. >

Su preparación es la s iguiente:

Se disuelve en medio cuartillo de espíritu de vino de 40" Cartier (ó sea alcohol puro), media libra de alcanfor (desmenuzado).

Modo de usarlo:

La diarrea, e tc . , leve. Tómese de cinco diez g o ­tas en un poco de azúcar de pilón ó molida (no con agua) cada 20 minutos, hasta que haya alivio.

La diarrea, etc . , fuerte. De 10 á 20 go tas cada cinco minutos; cuando haya alivio, se disminuya la cantidad, alargando los intervalos.

El paciente debe estar envuelto en mantas. En los casos graves se aplica al espinazo una tira de tela, saturada en la misma tintura; también se da­rán friegas con la misma sobre el es tómago y vientre. •

El director de In.strucción pública ha recibido «[«1 farmacéutico de Ñapóles D. Eduardo Promon-torís una fórmula con la cual dice salvó el año pró­x imo pasado, en Ñapóles, á muchísimos atacados de cólera, que se hallaban en un estado desespe­rado.

La fórmula es la s iguiente:

«Cinco centigramos de extracto acuoso de opio, dos gramos de citrato de hierro y ácido tartárico e n partes iguales , 200 gramos de emulsión gomosa

y agua aromática, en partes iguales , 40 gramos de jarabe de cidra. Mézclese.»

La comunicación original se ha pasado á la di­rección general de Beneficencia y Sanidad.

M I S C E L Á N E A S En nuestro próximo número nos ocuparemos de

un extenso documento firmado por Varios compañe­ros de Barcelona, iSans, Marlin de Provensals, Las Corts y Gracia.

No lo verificamos en el presente por carecer de espacio.

Por igual motivo dejamos sin publicar una c o ­rrespondencia de nuestro corresponsal de Nueva-York.

La falta material de tiempo nos impide ocupar­nos hoy de las uumero.sas inexactitudes cometidas por el Sr. Martos en su discurso del viernes.

En el número próximo las rectificaremos, si él no lo hiciera antes, haciendo ver á dicho señor cuan equivocado concepto tiene de los trabajadores sus doctrinas y aspiraciones.

Únicamente á este desconocimiento pueden atribuirse y á sus hiperbólicos ^mímos á las clases obreras y á sus furibundas diatribas á esas mismas clases.

Unos y otras nos son completamente indife­rentes .

Dice La Coalición: «Témese, y no sabemos el fundamento que esto tenga, que se

están liaeiendo lodos los preparatÍN os convenientes para dar un golpe tremendo ai sistema cuiislilucional.

Dicese que la política de rcpesiún, iniciada por Cánovas desde su advenimiento al poder, tiene estrecha relación con los temores que dejamos apuntados.

Luis XV decia en cierta ocasión que después de él el diluvio. Los conservadores dicen: «con nosotros la monarquía abso­

luta, y después que ésta haya triunfado , venga el diluvio ó ven­ga la Hevolucion, que tanto monta.»

El pais, desde un rincón: «Yo lus arreglaré á ustedes, farsan-tuelos.»

El Sr. Camacho, director del periódico ¡Verán Ustedes! ha sido sentenciado por una de las denun­cias del semanario que dir ige , á cinco años y tres meses de prisión y quinientas pesetas de multa.

Nos lamentamos de todas veras.

Copiamos de La Coalición: A dieciséis años de presidio ascienden las condenas que pe­

san sobre D. Andrés Solís, director de El Progreso. Dieciseis horas escasas estuvieron hace muy pocos días presos

dos ladrones que robaron á un amigo nuestro el reloj y fueron puestos en libertad por falla de pruebas.»

Sin embargo, el Sr. Solís puede consolarse, pues afortunadamente los conservadores son ya m u y vie­jos para que puedan vivir diec!séis años.

T R I B U N A D E L T R A B A J O A C U E R D O S T O M A D O S E.S El. C O N G R E S O C O M A R C A L V A L E N C I A N O

C E L E B R A D O E N Al-COV L O S D Í A S 18, 19 Y 20 D E J U N I O

D E 1885.

T E M A I. Estuvieron representadas las colectividades siguientes: Federación de .^Icoy, Sección de Tejedores; idem de Obreros en lana; idem de Papeleros; ídem Va­ria, Federación Valenciana; idem de Villanueva del Grao, idem de Elche, idem de Engu^a, ídem de Co­centaina; Delegación de la C. F. y de la C. C.

II. Se leyeron las felicitacíoues siguientes: C. ifq U. de industrias alimenticias. Sección de Abaniqueros de Valencia, idem de Zapateros, idem de Fundidores, idem de -Albañiles; U. manufacturera. Torneros en hierro de Valencia, Consejo local de Madrid, Consejo local de Bilbao, Consejo local de Enguera, Noógrafos de Madrid, Consejo local de Alcoy, ídem de Elche, Francisco Pérez del Villar y Manuel Sanz Termino, presos en el penal de San Agustín de Valencia, Unión de Transportes marí­timos y terrestres, Sección de trabajadores del campo de Palma del Rio, Fundidores en hierro y metales de Madrid, Sastres de id., G. de U. en hierro y metales de idem, Sección Mecánicos de id., un compañero de Ba­ñeras, Comisión Federal, Comisión Comarcal valencia­na, C. de U. de Sombrereros, Redacción de la Bandera ¡Social, Zapateros de Madrid, Redacción de la Federa­ción Igualadina, Federación Vallisoletana, C. C. cata­lana, Sección Fulistas de Valencia, Ebanistas de id.. Sombrereros de Madrid, Federación de Villanueva y Geltrú, Federación de Cocentaina, Sección Fulistas de i Zaragoza, U. de Constructores de edificios, C. C. ara­gonesa, C. C. de Castilla la Vieja, C. C. de Castilla la Nueva y Sección de Noógrafos de Valladolid. Total .39.

El Congreso acuerda haber oído con gusto las felici­taciones, devolviéndoles su fraternal saludo.

III. El Congreso acuerda haber oído con gusto la Memoria de la C. C. valenciana.

IV. Revisadas las cuentas de la C. C , el Congreso aprueba la conducta de la misma por unanimidad.

V. El Congreso acuerda que la nueva C. C. resida en Valencia, y que ésta la nombre la Federación Va­lenciana.

VI. El Congreso acuerda no enviar delegación co­marcal al Cosmopolita, por carecer de recursos, á pesar de creerlo conveniente.

Vil. El Congreso acuerda que el próximo Congreso Comarcal se celebre en Játiva.

VIII. El Congreso acuerda una proposición aconse­jando el establecimiento de escuelas laicas que tengan por fin mediato la enseñanza de los principios anárqui­co-colectivistas.

El Congreso acuerda la creación de cajas colectivas en todas las comarcas para socorros á emigrados y per­seguidos por la burgesia.

El Congreso acuerda que la C. C. celebre conferen­cias de controversia en los puntos que más falta haga la propaganda siempre que su situación económica se lo permita.

Que las Federaciones locales hagan lo posible para organizar, en su seno, grupos de jóvenes anarquistas, con objeto de instruirlos y educarlos en nuestros prin­cipios, tal como lo tiene la Federación Alcoyana.

El Congreso acuerda la supresión de la delegación federal á los Congresos comarcales, apoyándose en las razones expuestas por el Congreso comarcal de Castilla la Nueva.

El Congreso acuerda que la C. C. saliente no deje de funcionar ínterin la Federación Valenciana nombre la entrante, á fin de evitar un pequeño interregno sin la existencia de esta entidad.

Los gastos de entrega y traslado serán sufragados de los fondos de la C. C.

El Congreso acuerda publicar un Manifiesto á los trabajadores de la comarca en particular, y á los de la Región en general.

ORDEN DEL DÍA DEL CONGRESO REGIONAL.

Tema 3." El Congreso acuerda haber oído con gusto la lectura de la Memoria de la C. F.

IV. El Congreso acuerda por unanimidad, no delibe­rar sobre este punto y dejarlo á la deliberación del C. R.

V. El Congreso acuerda aconsejar á las uniones de oficios símiles la reforma siguiente:

Los gastos que ocasionen las delegaciones á sus res­pectivos Congresos que sean sufragados á prorrateo por los federados de la Unión.

VI. El Congreso acuerda que las federaciones loca­les no admitan las cuotas de sus secciones si éstas no van acompañadas de las cuotas Camarcal y Federal co­lectivamente, y que sólo las federaciones locales sean las encargadas á cotizar á ambas Comisiones directa­mente. Las Comisiones Comarcal y Federal, trimestral­mente, publicarán estados de cuentas, en los cuales se ven si las federaciones cumplen cual marcan los Esta­tutos.

VII. El Congreso acuerda que loa delegados al Con­greso Cosmopolita defiendan los puntos siguientes:

1." El planteamiento de la Anarquía organizada como sistema político; el Colectivismo como sistema económico y la Federación ó Alianza de todas las colec­tividades de trabajadores libres por medio del Pacto.

2." El nombramiento de una comisión que redacte una definición clara y comprensiva para todos los tra­bajadores de lo que es la organización Anárquica, así como de todos los correctivos que con justicia puedan 6 deban aplicarse á los individuos que, por abuso, vicio ó criminalidad, ataquen dicha organización.

De este trabajo, discutido y enmendado por el Con­greso, que se impriman folletos, que deberán destinarse especialmente i)ara uso de las escuelas libres que ten­gan establecidas las colectividades.

3." Que la propaganda en todas las Regiones esté basada en los principios anárquico-colectivistas.

4." Que se redacte un Boletín trimestral para la es­tadística y movimiento obrero de ambos mundos.

5." Que dicho Boletín se redacte en idioma francés en la localidad que el Congreso crea conveliente.

Los gastos que ocasione la publicación del mencio­nado Boletín sean pagados á prorrata por todos los anarquistas del mundo.

6." Que se pubÜíjue un Manifiesto á todos los traba­jadores del universo llamándolos á la uuión y asocia­ción, y

7." Que los delegados al Congreso Cosmopolita ha­gan los trabajos para organizar uniones de oficios sími­les internacionales.

VIH. El Congreso acuerda dejar á la elección del Congreso Regional el nombramiento de los delegados al Congrese Cosmopolita.

IX. El Congreso, después de revisar detenidamente las cuentas de la C. Federal, las aprueba.

X. El Congreso aprueba la conducta observada por la C. Federal.

XI. YA Congreso acuerda que el próximo Congreso Regional de 1887 se celebre en Madrid los dias 15, 16, 17 y 18 de Mayo.

XII. El Congreso acuerda que la nueva C. Federal resida en la Comarca Catalana, y que el Cxjngreso Re­gional indique la Federación que la ha de nombrar.

XIII. El Congreso acuerda haber visto con disgusto la conducta observada por el periódico «La Federación Igualadina" y la «Revista Social» (2.^ época) respecto á la proposición 6.", aprobada por el Congreso extraordi­nario de Barcelona en 1884.

Al primero de dichos periódicos aconseja no A uelva á hacerse eco de nimíedade.s que puedan traer la per­turbación, y al segundo invita á desistir de su conducta para en lo sucesivo si no quiere merecer el calificativo de perturbador de nuestras filas y atraer sobre si la protesta de todas las colectividades y la negación de to­do apoyo.

Con la conducta de los demás periódicos que se pu«

BANDERA SOCIAL

blicaii desde la fecha del citado Congreso, está confor­me este Congreso.

XIV. El Congreso acuerda la proposición siguiente: «Los gastos de los delegados á los Congresos regio­

nales serán pagados á prorrata por todos los federados de la Región, y los de los Congresos Comarcales por to­dos los federados de la Comarca.

El dividendo para los Regionales queda á cargo de la C. Federal, y para los Comarcales á cargo de las Co­misiones Comarcales.

Las Federaciones locales, cualquiera que sea su nú­mero, podrán enviar un delegado directo , sin perjuicio de que las Secciones puedan mandar delegados subven­cionados por ellas mismas.»

XV. El Congreso acuerda que el Congreso Regional )ubli(iue un Manifiesto á todos los trabajadores de la legión.

VA Congreso Comarcal Valenciano dio fin á sus ta ­reas con una conferencia de propaganda, á la que asis­tió una numerosa concurrencia de trabajadores de a m ­bos sexos, federados y no federados, eu la que se acordó enviar un abrazo fraternal á todos los trabajadores del mundo y un cariñoso recuerdo de Solidaridad á todos los que sufren en cárceles y presidios por la santa causa de la Emancipación del Proletariado.

EL CONGRESO COMARCAL VALENCIANO Á TODOS LOS T R A B A J A ­

DORES DE LA COMARCA EN PARTICULAR Y Á LOS DE LA

REGIÓ.N EN G E N E R A L .

Hermanos proletarios, salud: Reunidos los delega­dos que al final estampan sus firmas para estudiar el malestar de las clase obrera, y el medio de transfor­mar el orgaiúsmo social que tantas y tan marcadas imperfecciones presenta á nuestra vista desde su prin­cipio gubernamental hasta sus más insignificantes ar-ticulos de los códigos que pretende llamar fundamen­tales, nuestro corazón parecía dolorido en todas sus fi­bras, como dolorido se halla cuando meditamos con cal­ma el estado de nuestra familia y del paria nuestro her­mano en las distintas divisiones que se encuentra el planeta que habitamos.

Notamos, queridos hermanos, que nos abandonáis en los supremos instantes en que la lucha se hace más in­dispensable para salir del estado económico que sobre nosotros lanzó la clase media desde el momento que con nuestros esfuerzos salió á reemplazar á la aristocracia con los memorables hechos del 93 en Francia.

Notamos hacéis caso omiso de esas constantes evolu­ciones del Progreso, que inician el preludio de la eman­cipación económico-social del que produce y no con­sume.

Notamos, en fin, que las clases acaparadoras enri­quecen más sus fortunas, las cuales vieuen en perjuicio de uuestros intereses y en desdoro de la filosofía, que reclama el continuo despertar humano.

Y al notar estas escenas que retardan el colmo de la felicidad: al observar estas intrigas, tramadas allá en lo más profundo del tenebroso templo de la explotación, y ver que esta sociedad del vilipendio sólo consagra him­nos de gloria á la denigrante explotación del hombre por el hombre, nuestra humilde voz pretende hacerse sentir, quiere que la prestéis atención, y asi como la secta religiosa impuso Constantino á sus pueblos, con pretensiones de buena nueva, asi nosotros, no impo­niendo, propagamos la que en realidad lo es, y que en­cierra una bondad sublime y gloriosa que tras de si arrastra la Libertad, Justicia y Moral, de que tan des­pojadas se hallan hoy las Comarcas y Regiones.

¿Qué hacéis, indiferentes? ¿Qué inejoras pretendéis alcanzar cuando á nuestro enemigo el capital le conce­déis término para hacerse poderoso y burlarse de nues­tra situación? ¡Ah, compañeros' Si el indiferentismo hu­biera reinado en los tiempos del feudalismo, época en que nuestros hermanos llevaban gruesa y pesada cade­na, nuestra suerte seria la misma; si el pueblo fanático de la mitología romántica no riuisiera haber oído las pa­labras de Libertad que propagaron los habitantes de las catacumbas de la boy capital de Italia, ó sea los purifi-cadores del cristianismo, los llamados ídolos falsos esta­rían aún en sus pedestales, tan provocativos como los Césares que los defendían y tan inmorales sacerdotes que hacían adorarlos; si más tarde el pueblo, y con él el Progreso, no ve también en la religión cristiana, lue­go con pretensiones de católica y con el nombre de ro­mana, un enemigo constante á la Ciencia Sociológica, estaríamos nosotros sin poder siquiera conocer el alcan­ce de la emancipación del pensamiento y el perjuicio inmenso que reportan á la humanidad las religiones po­sitivas, que proclaman un Dios impalpable y el respeto y sumisión á un amo que, contra las ineludibles leyes de la naturaleza, hace infeliz al resto de .sus hermanos y lleva la discordia y la miseria al seno del hogar do­méstico.

Si ante estos cuadros históricos de los misterios irri-sorio.s de la teología aparecéis indiferentes; si aún no apreciáis bajo el prisma del razonamiento las involu-cracíones de los poderes gubernamentales, que sinteti­zan el autoritarismo; si, en fin, seguís creyendo las pa­labras qne desde esos centros teatrales, conocidos vul­garmente con el nombre de iglesias, dirigen incesante­mente los enemigos de la emancipación universal del Proletariado, no dudamos un momento en manifesta­ros, aun con dolor de nuestro corazón, que seréis los verdugos de la humanidad y de los hijuelos nacidos de vuestro amor, que incesantemente demandan nn ali­mento para saciar sus necesidades.

Mas tal conducta no esperamos de vosotros. Os cree­mos con conciencia propia y con la mirada fija en el ho­rizonte donde se divisa la antorcha de la Ciencia y de la

Regeneración. Creemos vendréis al seno de nuestra or­ganización, como único medio de mejorar las condicio­nes económicas y llegar á ver sobre el carcomido sostén del edificio social una organización perfecta y libre (lue garantice la Libertad, y quede establecido el principio federativo que simboliza la Solidaridad.

Nuestra bandera es la Anarquía, la Federación y el Colectivismo. La primera, la proclamamos como única política; la segunda, como unión del género humano dentro del pacto libre y solidario, y la tercera, como medio propietario, ó sea que la tierra é instrumentos del trabajo pasen á ser propiedad colectiva de los que sólo los hacen producir, percibiendo como premio de sus de­beres el producto íntegro de su trabajo.

Y esto3 principios no los tenemos sólo como teoría, siendo así que los practicamos y nos dan excelentes re­sultados en nuestros organismos libres y anárquicos.

Con la proclamación de ellos hemos alcanzado hacer temblar á las instituciones autoritarias; estar sin sosie­go los gobiernos; llamar la atención sobre el estudio de las cuestiones sociales, y hacer que teman, no á nues­tros procedimientos y organización, sino á la propagan­da de los principios anárquico-colectivistas, pues com­prenden que su bondad darla grandes resultados, y sus injusticias rodarían por tierra como rodaron los ído­los y rodarán las entidades que denigran el despertar constante de la humanidad.

Venid á nosotros, hermanos de explotación; nuestros brazos encontraréis abiertos, y el martirizado corazón que abriga nuestro pecho, lleno de bondad y cariño, sóf) anhelando la emancipación económica-politico-re-ligíosa del Proletariado.

No os dejéis guiar de santones políticos ni politicas­tros. « La Emancipación de los Trabajadores ha de ser obra de los Trabajadores inisaios.»

Confiando no ser desatendidos en este Manifiesto, se despi4en de vosotros los que os desean S. y P. R. S.,

La Comisión. Local del Congreso 20 de Junio del 85.

LA COMISIÓN COMARCAL C A T A L A N A , Á TOD.íiS LAS FEDERACIO­

NES LOCALES Y SECCIONES DE SU RESPECTIVA COMARCA.

Circular número 10. Salud, compañeros: Creemos que todos estaréis al

corriente por medio de la preusa, del grave incidente ocurrido en Villanueva y Geltrú en la noche del 4 del que cursa; y como quiera que la celebración del Congre­so en tales circunstancias podía perjudicar á los com­pañeros, determinamos aplazarlo hasta mejor ocasión.

Hay disipadas las causas que motivaron tal determi­nación; podemos estudiar más con calma, que es lo que más conviene á los intereses dr, la organización.

El delegado de la C. F. nos comunica que disidamos si sería conveniente celebrar el Congreso en los dias 19, 20 y 21 de Julio próximo en Barcelona; y como esta Comisión lo considera.se acertado, lo comunicó á los compañeros de Villanueva y (ieltrú, los cuales, por las circunstancias ya conocidas, han aceptado que el Con­greso se celebre en Barcelona y en la fecha indicada por l a C . F.

Excusado es, por demás, demostrar la economía de gastos que la citada jiroposición representa, pues que, aceptándola las federaciones locales y Secciones de lai comarca, con un esfuerzo relativamente pequeño, po-j drán estar representadas en el Congreso Comarcal, y á' continuación en el Regional, en la Conferencia y en el Cosmopolita.

Por tales motivos proponemos, pues, la celebración del Congreso Comarcal Catalán en Barcelona y en los días 19, 20 y 21 de Julio próximo.

Esperamos que por todo el día G de Julio próximo las federaciones locales darán su aprobación ó no á la presente, advirtiendo que los qne no contesten, .se con­siderará que la aprueban; rogamos á la mayor bre­vedad vuestra resolución, sobre el particular, para que cuanto antes esta Comisión pueda hacer la circular de­finitiva.

Rscibid, queridos compañeros, un fraternal abrazo de los que os desean salud, A. F. y V.~La Comisión Co­marcal Catalana.

Cataluña 22 Junio de 1885. ,

R E V I S T A I N T E R N A C I O N A L

BÉLGICA j Ni Dieu ni Maitre hace la siguiente pregunta, quej

no deja de tener miga: '! «Respecto al déficit de 06.000 francos de la Asocia-I

ción liberal de Bruselas, ¿cuánto dinero han recibido los candidatos obreros por retirar sus candidaturas, á fin de que pudiera triunfar la burgesa, en las últimas elec­ciones comunales?...»

Si este hecho resulta cierto, será un nuevo florón que añadir á la corona gloriosa de los obreros posibilis-tas belgas.

Y una recomendación más para que los trabajadores vayan á la lucha electoral á apoyar las candidaturas obreras, que luego se venden.

Hay que convenir en que el sufragio es una gran cosa, y pocos serán los que después de esto no griten con entusiasmo:

¡Viva el sufragio y las candidaturas obreras!

SUIZA Suma y sigue: El célebre Consejo federal suizo ha decretado una

nueva expulsión de anarquistas del territorio de la libre Helvecia. .

El número de expulsados asciende á 21, de los cua­les 11 son austríacos, nueve alemanes y uno francés.

Entre estos compañeros hay cuatro zapateros; cinco sastres; seis aserrado es, mecánicos, torneros y cajistas de coches; un pintor; un impresor; dos encuadernado­res y un carpintero.

El delito que se les imputa en los considerandos del decreto de expulsión, es el haber hecho ])ropagaeda anarquista.

Es lástima que el gobierno federal se tome la moles­tia de querer justificar sus trojjelias con insulsas pali­nodias que á unos cau.sarán risa y á otros desprecio.

Por muy elásticas que sean las leyes y ampuloso el lenguaje político, uo sirven para di.sfrazar trama tan burda.

Valiérale más decir: Considerando que de Suiza .se han ausentado todas

las virtudes cívicas y patrióticas; Considerando que nuestros amos nos imponen la

obligacíiúi de servirles. Damos cumplimiento respetuosamente á sus ordenes

expulsando á todos aquellos que nos manden, con el fin de (|ue uu nos expulsen á nosotros.

SECCIÓN V A R I A

Como hemos prometido en el pasado número, empe­zamos á publicar desde el presente, para dar una idea de los principios revolucionarios que difundió este grau hombre, párrafos de sus obras más principales y de sus discursos más importantes.

Empezaremos por insertar parte del discurso que pronunció en el Congreso de la Liga de la Paz y de la Libertad, celebrado en Berna en 1869:

«Todos nosotros, los (¡ue estamos reunidos en este recinto, no somos ni reyes, ni gobiernos, ni tampoco re­presentantes de la burgesía. No tenemos ni debemos te­ner interés opuesto al interés de los trabajadores. Esta­mos reunidos en nombre de la Justicia y de la Libertad, no para negociar con los trabajadores, ni para engañar­les ni explotarles, siuo para proclamar los principios que por sí .solos puedan asegurar la paz, la libertad y el bienestar de los lombres. No les debemos concesiones, sino justicia... Trabajando para nosotros mismos, que­remos, debemos trabajar para ellos y con ellos.

Pero para que esta comunidad de pensamiento y de acción sea posible, para que los obreros tengan fe en nuestro trabajo, para que no nos rechacen como aliados hipócritas ó como falsos hermanos, debemos probarles que queremos lo que ellos quieren, y que eutre su obje­to y el nuestro no existe diferencia.

¿Cuál es su objeto, el pensamiento soberano que do­mina en el fondo de todas sus aspiraciones actuales? Es la igualdad, no solamente la igualdad política, sino la económica y social.

Desde que la Historia existe, el mundo humano ha sido dividido en dos clases: la inmensa mayoría encade­nada á un trabajo más ó menos mecánico, brutal ó for­zado; millones de trabajadores eternamente explolados, msando sus tristes vidas en una miseria vecina del lambre, en la ignorancia y la esclavitud, y condenados

por la misma á eterna obediencia, y por ofro lado, una miñona más ó menos instruida, refinada, explotando, dominando, gobernando, consumiendo la mejor parte del trabajo colectivo de las masas populares y represen­tando toda la civilización.»

«La cuestión es, pues, de saber sí este estado de co­sas, estado de iniquidad y de violencia, de opresión y falsedad, puede durar. Es evidente que no. Hubo una época en que las masas obreras, engañadas y adorme­cidas por las promesas religiosas, se resignaban; en que, llenas de fe y de supersticioso respeto por la sabi­duría y virtud de las clases privilegiadas, sirvieron de instrumento poderoso, pero ciego, á la política de la aristocracia primero, y después á la de la burgesía. Pero una cruel experiencia les ha demostrado que la política de todas las clases privilegiadas viene en detrimento de las clases populares; de lo que resulta que estos millo­nes de obreros que por todas partes se asocian, consti­tuyendo hoy la más grande potencia de Europa, han perdido, primero la fe en la política de la iglesia, y des­pués también en la de la burgesía.»

«Ciudadanos: Para cualquiera que sepa ver, es evi­dente que desde el momento que los obreros de Europa se han unido á través de las fronteras artificiales de los Estados por medio de esta gran Asociación Internacio­nal de los Trabajadores, es evidente, digo, que se han decidido á tomar la política en sus propias manos, á ha­cer su política propia, es decir, la política de la eman­cipación del trabajo del pesado y odioso yugo del capí-tal. Toda otra política les es extraña, porque cualquier otra política es contraria á sus intereses, que no son otros que la Emancipación económica, radical y c o m ­pleta de los trabajadores.

¿Cómo entienden los obreros esta emancipación?... Quieren la igualdad, nada más que la igualdad; la igual­dad, no solamente política, sino económica y social. E.stán cansados de servir, y quieren también gozar, no del fruto del trabajo de los otros, como lo han hecho siempre y continúan haciv" ídolo las clases privilegia­das, sino del producto entero de su propio trabajo, sin deber sacrificar su mejor parte al privilegio y al Es ­tado.

Ellos no quieren que el mundo sea dividido, como hasta aquí, en dos clases: una explotadora y domina-^

BANDERA SOCIAL

dora, y la otra siempre explotada y exclava Quieren que haya una sola sociedad, basada sobre la justicia y el trabajo, ofreciendo á todos la igualdad de educación y de instrucción, los mismos medios de trabajo, é im­poniendo, no por leyes, sino por la naturaleza misma de su organización, á cada uno la obligación igual de trabajar intelectual y corporalmente.

He aqui, ciudadanos, lo que quieren hoy los t ra ­bajadores eu Europa. En presencia de esta voluntad tan poderosa y ostensible, nosotros debernos preguntarnos, nosotros. Congreso de la Liga de la Paz y de la Liber­tad, si queremos lo mismo.

¿Queremos como ellos, con ellos, francamente, la igualdad económica u social, ó bieu lo que, en el len­guaje del socialismo burgés, se llama el mejoramiento de la condición de lo.s obreros?... Y digámoslo bien, ciudadanos, si por desdicha nuestra nosotros, más que socialistas burgeses; si, incapaces, sea á causa de nues­tros intereses, sea á causa de nuestras preocupaciones de abrazar de buena fe y en todas sus consecuencias y aplicaciones teóricas y prácticas el principio de justicia representado hoy por esta guerra del traoajo contra el capital, si vamos, como comerciantes de mala fe, á vender parcelas de esta justicia á los trabajadores, ellos ni querrán nuestra mercancía ni á nosotros; tendrán mil veces razón en rechazarnos, y no.sotros no encon­traremos soldados para nuestro ejército de la paz, y toda la obra que hemos emprendido perecerá falta de poderes y de apoyo.

Porque pido la igualdad económica y social de las clases y de los individuos, ponjue, con el Congreso de trabajadores de Bruselas, me he declarado partidario de la propiedad colectiva, se me ha calificado de comunis­ta. . . yo detesto el comunismo, porque es la negación de la libertad, y yo no iniedo concebir nada humano sin libertad. Yo no soy comunista , porque el comunis­mo concentra y absorbe todas las potencias de la socie­dad en el Estado, porque conduce necesariamente á la centralización de la propiedad en el Estado, mientras que yo ([uiero la abolición del Estado, la extirpación radical de este principio de la autoridad y de la tutela del Estado, con qne, Ijajo el pretexto de moralizar y ci­vilizar los hombres, les tiene hasta hoy avasallados, oprimidos, explotados y depravados. Yo quiero la orga­nización de la sociedad y de la propiedad colectiva ó social de abajo arriba, per el voto de la libre a.socia-ción, y no de arriba abajo, por el medio de cualquiera autoridad que sea. Queriendo la abolición del Estado, quiero la abolición de la propiedad individualmente he­reditaria, que no es más que una institución del Esta­do, nada más que una consecuencia del principio mis­mo del Estado.

Hé aquí en (lue sentido, ciudadanos, soy colectivis­t a y no comunista.»

«No á la l igera, ni bajo la inspiración de un senti­miento caprichoso y frivolo, venimos aquí á combatir la religión. Lo hacemos en nombre de la moral, de la justicia y de la humanidad, cuyo triunfo sobre la t ierra será imi)0síble mientras ésta esté aterrorizada y gober­nada por los fantasmas religiosos.,.

Tengamos el valor de ser lógicos y sinceros, y no vacilemos en proclamar que la existencia de Dios es iiic(jmpatíble cou la dicha, con la dignidad, con la inte­ligencia, con la moral y con la libertad d(! los hombres. Si Dios existe, mi iut. lígencia, t an grande como pueda ser, mí voluntad, tan enérgica como puede concebirse, son nulas ante la voluntad y la inteligencia divinas. Ante Dios, mi verdad es una mentira; mi voluntad es ímpoteme, y mi libertad una rebeldía contra él.

VA ó yo; si existe, yo debo anularme; si se digna en­viarme profetas para manifestarme su divina verdad, siempre incomprensible á mi inteligencia, sacerdotes para dirigir mi conciencia, incapaz de concebir el bien, reyes ungidos por su mano para gobernarme y verdu­gos para corregirme, yo les debo una obediencia de es­clavo. Pues quien quiere Dios, quiere la esclavitud de los hombres. Dios ó la dignidad del hombre, ó bien la libertad del hombre y la anulaciónn del fantasma divi­no . Este es el dilema: no hay término medio, escoged.»

«También nosotros estamos profundamente conven­cidos de la necesidad de una amplia instrucción popu­lar. También creemos que la ciencia con todas sus al­tu ras y todas sus profundidades, debe estar abierta y ser accesible al pueblo. Pero para que el pueblo se ins­t ruya es forzoso que tenga tiempo y medios de estu­diar; es preciso que pueda alimentarse él y sus hijos durante todo el tiempo que duren sus estudios. Y esto sólo, ciudadanos, implica la necesidad de una transfor­mación radical en la organización económica actual d la sociedad.»

« Para destruir la religión, para disipar, para desvanecer todos los fantasmas divinos que nos hacen tan esclavos, t an feroces y t an miseraldes, la sola pro­paganda intelectual no basta. Es necesaria la Revolu­ción Social.»

{Conlinnará:)

superficial de ai; casi exclusiva­mente de la radiaciuu .iular, de^do hace cien años ésta ha permanecido constante.

Los vegetales son testimonios irrecusables de la temperatura y muy sensibles á ella, remontándose mu­cho más sus indicaciones que las del termómetro en la sucesión del tiempo. Cada especie vegetal tiene sus lími­tes, fuera de los que no se sale nunca. Así el cultivo del olivo, como árbol del producto, se mantiene en Fran­cia dentro de los mismos límites que cuando Julio César guerreaba en los Galias. En Egipto y Palestina la pal­mera cultivada produce dátiles comestibles; pero un grado menos en la temperatura del verano impediría que dicho fruto pudiera comerse. La vid da vino aún , pero un grado má. ; haría que se abandonase este culti­vo. . \hora bien: en igual estado se hallaban las cosas en tiempo de los Faraones.

Conclusión : por lo que se v e , hasta donde alcanzan los testimonios históricos, no ha variado el calor del sol.

Todavía hay más: los geólogos nos dicen que la vida apareció en nuestro globo hace no millares siuo millo­nes de años.

Mas en la escala inmensa de temperaturas que abarca todos los fenómenos de la naturaleza, escala que empie­za eu—273" y llega hasta el infinito, la vida no se ex­tiende sino dentro de un corto número de grados. A ce­ro ó por bajo de cero, no se desarrollarían los gérmenes porque estarían helados. A más de 50" á 60, tampoco se desarrollarían por el motivo opuesto. Conclusión: la r a ­diación solar no ha debido variar notablemente desde hace millones de años.

¿No es esta constancia una de las cosas más sorpren­dentes de la naturaleza? Explicar el sol es darse cuenta á la vez del origen de su color, de la enormidad de su radiación y de su maravillosa constancia, á lo menos durante millares y aun millones de años.

SECCIÓN C I E N T Í F I C A

CONSTITUCIÓN FÍSICA DEL SOL

(Conc lus ióD. )

Desde que se inventó el -^rmóinetro hanse reunido largas .series de observación^ hechas en una infinidad de puntos del globo. Resultado general : desde hace cien .años no hau variado los climas, y como la temperatura

M O V I M I E N T O OBRERO

Bilbao.—Los compañeros de esta capital nos comu­nican que desde luego abonarán los ejemplares secues­trados del número PJ, que á ellos corresponden á fin de (pie las pérdidas no recaigan sólo sobre la admiuis-tracióu del periódico.

Granada.—Los anarquistas de esta ciudad nos dicen que «apesar de no haber recibido el ¿lúmero 19 os lo abonaremos; y esto creo debeu hacer todas las Federa­ciones.»

Sou varias las colectividades que han escrito en igual sentido, por lo que nos congratulamos de ello.

Precisa aliora, más que nunca , el poder sostener las publicaciones ananpi is tas .

Madrid.—El Consejo de la Unión del ar te eu hierro y metales , ruega á las secciones adheridas á la Unión, se sirvan contestar á la mayor brevedad á la Circular núni, 8 , á fin de (iue este Consejo pueda cumplir debi­damente su cometido.

Valencia. — La Sección de sombrereros fulistas de este punto nos ruega hagamos público el profundo sen­timiento qne les ha causado á todos los federados de la Federación Valenciana el fallecinúento del compañero Vicente Delort. Dicen: «No hemos tenido el consuelo de poderle acompañar al cemeiiterio_, uo por culpa nuestra , c ier tamente, sino por las disposiciones higiénicas que tiene establecidas aqui la autoridad gubernativa.

Victima Vicente Delort de la enfermedad que azota á las ¡)rovíncias de Valencia y Murcia, sintióse malo al anochecer, y al amanecer había dejado de existir.

Puede decirse que la Federación Valenciana á per­dido un compañero de los (^ue con más entusiasmo han propagado las ideas anárquico-colectivistas, y la Sec­ción de sombrereros un activo y enérgico federado dis­puesto siempre á trabajar por la emaucipacióu econó­mico y social del Proletariado.

Sólo asi se comprende el profundo sentimiento con que fué acogida la noticia de su fallecimiento por todos los revolucionarios de esta capital.

Ha muerto como tpdos los proletarios, dejando en la más espanto-a miseria á su compañera y sus dos hijos.

En vista de este triste cuadro y de lo mucho que tra­bajó Delort por la gran causa de la Revolución social, varios federados han iniciado nna suscripción volunta ría para aliviar en lo que les sea posible la tr iste situa­ción de su familia.

Tan pronto como ésta termine os remitiremos la lista de suscripción para que la publiípiéís eu vuestro sema­nario.»

El Consejo de Redacción envía su más sincero pésa­me á la familia de Delort, y por carta á la Federación Valenciaua les indicaremos la cantitlad con que con­tribuiremos á la suscripción iniciada.

EFEMÉRIDES DE LA SEMANA

5 Domingo, 1833.—Muere José Niepce, inventor del grabado heliográfico y uuo de los inventores de la foto­grafía.

6 Lunes, 1674.—El pueblo de Mesilla se subleva con­t ra la dominación española y se apodera de la ciudad y sus fuertes.

7 Martes, 1647.—Sublevación de Massaniello y la plebe, en Ñapóles.

8 Miércoles, 1497.—Vasco de Gama sale de Lisboa en busca de la ruta de las Indias.

9 Jueves, 1873.—Los obreros de Alcoy declarados en huelga desde días antes, se declaran en abierta rebelión

dando muerte al alcalde de la población y paseando su cabeza en una pica.

10 Viernes, 1610.—Galileo es nombrado primer ma­temático del g ran duque de Florencia.

11 Sábado, 1667.—Boyle y Papin empiezan sus expe­rimentos sobre la apficación del vapor del agua hir-viente.

SUSCRIPCIÓN voluntaria á favor del periódico anárquico-colectivista BANDERA SOCIAL, para ayudar á los gastos del mismo en el proceso del compañero preso á causa de la denuncia

y secuestro del número 5.

M A D R I D Pesetas

Suma anterior 117 '78 Sección Varia 4 Sección de Fundidures 3 Sección de .Mecánicos 2 .Manuel (julierrez 1 Emilio Ilios O ' w V. .M O'2o P. Navas 0'1> Un tipógrafo 0;i t Un compañero « fi* F. Mingi <•'!« 11. Mayo (»'2:> K.López 0'.íO Un ateo O'oO Un federado ti 2J Un anliautoritario 0'2'> Z.R 0'2:> M. Romera 0|2,^ Un anarquista "'1.5 Un sastre Un anarquista O'2.) F. D . . . . . l n compañero O'^" Un sastre Un sombrerero O ' I J Un mecánico O'30 Un federado <>;23 i Un anticatólico O'lo • E. Contreras ' ';><* J. M. C O'oO í Robredo O ' u ' Yagüe ";••><> Un compañero viejo "'SO J. F. B.. O';>0

Suma y sigue Ul'J'37

COllRESI'ONOENCI.V .\I).M1.NISTR.\.T1VA i

Eo ja.—.1. U. U.—Recibido el importo. Sevilla.—J. A.—Recibido el importo de la suscripción y do-

nali\o. .Mollina.—J. (i. G.—Recibida la tuya, y enterados dc la

ipioja, te manifestamos que so han remitido los números con puntualidad.

Aznalcollar.—E. V.—Recibida la vuestra con la libranza. Se os contestará por correo.

Enguera.—C—Recibido el importe de paquetes; nos es imposibh! por ahora ((ue llegue á provincias el domingo.

Oran.—Ü. R.—Recibida la tuya; se te remitirá el folleto que pides.

Toledo.—C. L.—Recibida la vuestra con el importe do las suscripciones.

Granada.—V. P.—Recibida la tuya; se te contestará por correo.

Buñol.—R. C.—Recibida la vuestra; se os remiten les nú­meros que os falliin.

Bilbao.—V. G.—Recibida la vuestra con el importe como donativo; contesiiicion por correo.

Igualada.—F. C—Recibido el importe de la suscripción \ donativo.

.Montejaquc.-S. de A.—Recibida la cantidad ((uc remitís como donativo.

Málaga.—J. M. M.—Recida la vuestra. En nuestro poder la cantidad que nos remitís por conducto dd ¡Verán Ustedes/ Se os remitirá recibo.

Cartagena.-J. A.—Recibida la suya; se hará lo que pide. Calañas.—J. R. .M.—Se sirven los números con puntualidad,

pero según se ve a alguien le gusta quedarse con el os. l/.nate.—A. G.—Recibido el importe dc lu suscripción. Barcelona.—Corresponsal.-Recibida la vuestra; se servirán

los números ijuc pides en lu última. Cabra.—J. G.—Recibida la tuya;[conloslnmiw ¡iir el rorreo.

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S E M A N A R I O A N Á R Q U I C O - C O L E C T I V I S T A

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La BANDERA SOCIAL saldrá todos los domingos, al p re ­cio de 5 céntimos número suelto; paquete de 30 núme­ros, una peseta; un t r imestre , una peseta en toda la región española, y jiara las demás regiones al mismo precio, más el exceso de franqueo.

El Consejo de Redacción dará cuenta de las obras y folletos que le remi tan .

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MADRID IMPHBNTA DK FERNANDO CAO Y DOMINGO DE VAL

l'laleriade Martínez, núm. 1