La naturalesa no renuncia a la primavera

"Quan creix el neguit dintre meu, el vostre consol és la meva delícia" Salm 93

Barcelona, 7 de maig de 2020 ANY XIII núm.

533

2 | 60

Somiar un món nou

L'aturada obligatòria a causa dels estralls de la pandèmia ens ha obert espais de reflexió. Fins i tot, es nota als diaris. Hem guanyat consciència sobre punts crítics del nostre estil de vida, que descobrim com a insostenible. Ens entusiasma pensar en un món nou, però ens espanta. La lluita per l'hegemonia del dia després s'entreveu descarnada, atroç, bruta, però ja ha començat. Els Estats poden sucumbir a la temptació de prolongar de manera indefinida els mecanismes de control que estan utilitzant amb pocs escrúpols. Yuval Noah Harari en el seu article El món després del coronavirus reflexiona sobre dos temes d'importància crucial: ≪Cal triar entre vigilància

totalitària i empoderament ciutadà... i entre aïllament nacionalista i solidaritat mundial.≫ Els drets humans, la intimitat, la democràcia... estan en joc.

Quan el poble israelita caminava pel desert cap a la Terra Promesa, va arribar a triar les cebes d'Egipte, signe d'esclavitud, abans que els aliments d'un país que encara no havien trepitjat. La seguretat, l'herència... per un plat de llenties. Temptació permanent al llarg de la història, especialment en moments de canvis importants.

La publicitat té aires de tornada a un passat interromput per la pandèmia, sense revisió a fons del model obsolet sobre el qual se sustenten els nostres projectes personals i col·lectius. Les anàlisis de la crisi actual es fan des dels països més avançats, però s'orienten a la seva recuperació i no a la solució dels problemes de fons. Especialment, quan aquests afecten països empobrits.

El papa Francesc ha publicat Un pla per ressuscitar, on reprèn les seves inquietuds bàsiques. Insisteix en el fet que ≪si actuem com un sol poble, fins i tot davant les altres

epidèmies que ens aguaiten, podem aconseguir un impacte real≫ i ≪no ens podem permetre escriure la història present i futura d'esquena al sofriment de tantes persones≫. Solidaritat mundial, amb una major atenció als que pateixen. Vi nou en bots vells. N'hi ha que no volen perdre els bots vells, encara que facin malbé el vi.

Lluís Serra Llansana Benvolguts companys i companyes religiosos de Catalunya. Som na Margalida Oliver, Religiosa Franciscana Filla de la Misericòrdia, i actual presidente de CONFER Mallorca. Davant la celebració del vostre 40 aniversari, tota la junta de CONFER Mallorca, volem fer-nos present i felicitar-vos per tan agradable notícia. 40 anys són tota una història. Una bella història de construcción del Regne dins aquesta terra germana de Catalunya teixida amb multitud de mans, de persones de congregacions i de carismes. Una terra amb la qual nosaltres ens hi sentim tan a prop. Desitgem que sigui un any ple d'esdeveniments i celebracions a pesar de la situació pandèmica que ens toca viure. Així que en nom de tota la CONFER de Mallorca us felicitam i us encoratgem a seguir treballant en aquesta tasca. Moltes felicitats

Margalida Oliver Colom f.f.m Presidente de CONFER Mallorca

D’entrada

3 | 60

EN TEMPS DE PANDÈMIA

Dues homilies del papa Francesc

APRENDER A VIVIR LOS MOMENTOS DE CRISIS 2 de maig

Recemos hoy por los gobernantes que tienen la responsabilidad de cuidar de sus pueblos en estos momentos de crisis: Jefes de Estado, Presidentes de Gobierno, Legisladores, Alcaldes, Presidentes de las Comunidades… Para que el Señor les ayude y les dé fuerza, por que su labor no es fácil. Y para que, cuando haya diferencias entre ellos, comprendan que, en los momentos de crisis, deben estar muy unidos por el bien del pueblo, porque la unidad es superior al conflicto. Y hoy, sábado 2 de mayo, se

unen a nosotros 300 grupos de oración que se llaman los “madrugadores”, en español: se despiertan temprano para rezar, se levantan precisamente para la oración. Ellos se unen hoy, en este momento, a nosotros.

Homilía

La primera Lectura empieza: «En aquellos días, la Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en el temor del Señor, y se multiplicaba con el consuelo del Espíritu Santo» (Hch 9,31). Tiempo de paz. Y la Iglesia crece. La Iglesia está tranquila, tiene el consuelo del Espíritu Santo, está consolada. Tiempos buenos… Sigue la curación de Eneas, y luego Pedro resucita a Gacela, Tabita…, cosas que se hacen en paz.

Pero hay tiempos no de paz, en la Iglesia primitiva: tiempos de persecuciones, tiempos difíciles, tiempos que ponen en crisis a los creyentes. Tiempos de crisis. Y un tiempo de crisis es el que nos cuenta hoy El Evangelio de Juan (cfr. 6,60-69). Este pasaje del Evangelio es el fin de todo un seguimiento que comenzó con la multiplicación de los panes, cuando querían hacer rey a Jesús, Jesús se va a rezar, ellos al día siguiente no lo encuentran, van a buscarlo, y Jesús les reprocha que lo buscan porque da de comer y no por las palabras de vida eterna… Y toda esa historia acaba aquí. Le dicen: “Danos de ese pan”, y Jesús explica que el pan que dará es su propio cuerpo y su propia sangre.

«En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?» (v. 60). Jesús había dicho que quien no comiese su cuerpo y su sangre no tendría vida eterna. Jesús decía también: “Si coméis mi cuerpo y mi sangre, resucitaréis en el último día” (cfr. v. 54). Esas son las cosas que decía Jesús. «¡Duras son estas palabras!» (v. 60). “Es demasiado duro. Algo aquí no funciona. Este hombre se ha pasado varios pueblos”. Y este es un momento de crisis. Había momentos de paz y momentos de crisis. Jesús sabía que los discípulos murmuraban. Aquí hay una distinción entre los discípulos y los apóstoles: los discípulos eran unos 72 o más, los apóstoles eran los Doce. «Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar» (v. 64). Y ante esa crisis, les recuerda: «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede» (v. 65). Vuelve a hablar de aquel ser atraídos por el Padre: el Padre nos atrae a Jesús. Y así es como se resuelve la crisis.

4 | 60

Y «desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él» (v. 66). Tomaron distancias. “Este hombre es un poco peligroso… Y esa doctrina… Sí, es un hombre bueno, predica y cura, pero cuando llega a esas cosas raras… Por favor, vámonos” (cfr. v. 66). Y lo mismo hicieron los discípulos de Emaús, la mañana de la resurrección: “Pues sí, algo extraño: las mujeres dicen que el sepulcro… Pero esto huele raro –decían–, vámonos pronto porque vendrán los soldados y nos crucificarán” (cfr. Lc 24,22-24). Y lo mismo los soldados que protegían el sepulcro: vieron la verdad, pero prefirieron vender su secreto: “Vamos a lo seguro: no nos metamos en esas historias, que son peligrosas” (cfr. Mt 28,11-15).

Un momento de crisis es un momento de elección, es un momento que nos pone ante las decisiones que debemos tomar. Todos, en la vida, hemos tenido y tendremos momentos de crisis: crisis familiares, crisis matrimoniales, crisis sociales, crisis en el trabajo, muchas crisis… También esta pandemia es un momento de crisis social.

¿Cómo reaccionar en el momento de crisis? «Desde entonces, muchos discípulos se echaron atrás y no volvieron a ir con él» (v. 66). Jesús decide preguntar a los apóstoles: «Entonces Jesús les dijo a los Doce: ¿También vosotros queréis marcharos?» (v. 67). ¡Tomad una decisión! Y Pedro hace la segunda confesión: «Simón Pedro le contestó: Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios» (vv. 68-69). Pedro confiesa, en nombre de los Doce, que Jesús es el Santo de Dios, el Hijo de Dios. La primera confesión –“Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo”– y enseguida, cuando Jesús empezó a explicar la pasión que vendría, él lo para: “¡No, no, Señor, eso no!”, y Jesús le regaña (cfr. Mt 16,16-23). Pero Pedro ha madurado un poco, y aquí no protesta. No entiende lo que Jesús dice, eso de “comer la carne y beber la sangre” (cfr. 6,54-56), no lo comprende, pero se fía del Maestro. Se fía. Y hace esta segunda confesión: “¿Pero a quién iremos?, por favor. Tú tienes palabras de vida eterna” (cfr. v. 68).

Esto nos ayuda a todos a vivir los momentos de crisis. En mi tierra hay un proverbio que dice: “cuando vas a caballo y debes atravesar un río, por favor, no cambies de caballo en medio del río”. En los momentos de crisis, ser muy firmes en la convicción de la fe. Esos que se fueron, “cambiaron de caballo”, buscaron otro maestro que no fuese tan “duro”, como decían de Él. En el momento de crisis está la perseverancia, el silencio; permanecer donde estamos, firmes. No es el momento de hacer cambios. Es el momento de la fidelidad, fidelidad a Dios, fidelidad a las decisiones tomadas antes. Es también el momento de la conversión, porque esa fidelidad nos inspirará algún cambio para bien, no para alejarnos del bien.

Momentos de paz y momentos de crisis. Los cristianos debemos aprender a manejar ambas. Ambas. Algún padre espiritual dice que el momento de crisis es como pasar por el fuego para hacerte fuerte. Que el Señor nos envíe el Espíritu Santo para saber resistir las tentaciones en los momentos de crisis, para saber ser fieles a las primeras palabras, con la esperanza de vivir después momentos de paz. Pensemos en nuestras crisis: las crisis de familia, las crisis del barrio, las crisis en el trabajo, las crisis sociales del mundo, del país… Tantas crisis, tantas crisis. Que el Señor nos dé la fuerza –en los momentos de crisis– de no vender la fe.

5 | 60

ACTITUDES QUE IMPIDEN CONOCER A CRISTO 5 de maig

Recemos hoy por los difuntos que han fallecido por la pandemia. Han muerto solos, han muerto sin la caricia de sus seres queridos, muchos ni siquiera con funeral. Que el Señor les reciba en la gloria.

Homilía

Jesús estaba en el templo, cerca de la fiesta de la Pascua (cfr. Jn 10,22-30). En aquel tiempo, «los judíos,

rodeándolo, le preguntaban: ¿Hasta cuando nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente» (v. 24). Le hacían perder la paciencia y con cuánta mansedumbre «Jesús, les respondió: Os lo he dicho, y no creéis» (v. 25). Y seguían diciendo: “¿Pero eres tú? ¿Eres tú?” – “Sí, lo he dicho, pero no creéis”. «Porque no sois de mis ovejas» (v. 26). Y eso, quizá, nos suscita una duda: ¿yo creo y formo parte de las ovejas de Jesús? Si Jesús nos dijese: “No podéis creer porque no formáis parte”: ¿hay una fe previa al encuentro con Jesús? ¿Qué es ese formar parte de la fe de Jesús? ¿Qué es lo que me detiene ante la puerta que es Jesús?

Hay actitudes previas a la confesión de Jesús. También para nosotros, que estamos en el rebaño de Jesús. Son como “antipatías previas”, que no nos dejan avanzar en el conocimiento del Señor. La primera de todas es la riqueza. Y muchos de nosotros, que hemos entrado por la puerta del Señor, luego nos paramos y no avanzamos porque somos prisioneros de las riquezas. El Señor fue duro con las riquezas: fue muy duro, muy duro. Hasta el punto de decir que era más fácil que un camello pasase por el ojo

de una aguja que un rico entrase en el reino de los cielos (cfr. Mt 19,24). Es duro esto. Las riquezas son un impedimento para avanzar. Entonces, ¿debemos caer en el pauperismo? No. Pero tampoco ser esclavos de la riqueza, no vivir para la riqueza, porque las riquezas son un señor, son el señor de este mundo y no podemos servir a dos señores (cfr. Lc 16,13). Y las riquezas nos frenan.

Otra cosa que impide avanzar en el conocimiento de Jesús, en la pertenencia a Jesús, es la rigidez: la rigidez de corazón. También la rigidez al interpretar la Ley. Jesús reprocha a los fariseos y doctores de la Ley esa rigidez (cfr. Mt 23,1-36). Que no es fidelidad: la fidelidad es siempre un don de Dios; la rigidez es una seguridad para mí mismo. Recuerdo una vez que entré en una parroquia y una señora –una buena señora– se me acercó y me dijo: “Padre, un consejo…” – “Dígame…” – “La semana pasada, el sábado, no ayer, el otro sábado, fuimos en familia a una boda: era con Misa. Fue el sábado por la tarde, y pensábamos que con esa Misa habíamos cumplido el precepto dominical. Pero luego, al volver a casa, pensé que las Lecturas de aquella Misa no eran las del domingo. Y entonces me di cuenta de que estoy en pecado mortal, porque el domingo no fui ya que fui el sábado, pero a una Misa que no era de verdad, porque las Lecturas no eran las que tocaban”. Esa rigidez… Y esa señora pertenecía a un movimiento eclesial… Rigidez. Eso nos aleja de la sabiduría de Jesús; te quita la libertad. Y muchos pastores hacen crecer esa rigidez en las almas de los fieles, y esa rigidez no nos deja entrar por la puerta de Jesús (cfr. Jn 10,7).

6 | 60

¿Es más importante observar la ley como está escrita o como yo la interpreto, que es la libertad de avanzar siguiendo a Jesús?

Otra cosa que no nos deja avanzar en el conocimiento de Jesús es la pereza. Esa indolencia… pensemos en aquel hombre de la piscina: 38 años allí (cfr. Jn 5,1-9). La pereza. Nos quita la voluntad de ir adelante y todo es “sí, pero… no, ahora no, no, pero…”, que te lleva a la apatía y te vuelve tibio. La pereza es otra cosa que nos impide avanzar.

Otra que es bastante fea es la actitud clerical. El clericalismo se pone en el lugar de Jesús. Dice: “No, esto debe ser así, así y así” – “Pero el Maestro…” – “Deja tranquilo al Maestro: esto es así, así y así, y si no lo haces así, así y así no puedes entrar”. Un clericalismo que quita la libertad de la fe de los creyentes. Es una enfermedad esta; fea, en la Iglesia: la actitud clerical.

Luego, otra cosa que nos impide avanzar, entrar para conocer a Jesús y confesar a Jesús es el espíritu mundano: cuando la observancia de la fe, la práctica de la fe acaba en mundanidad. Y todo es mundano. Pensemos en la celebración de algunos sacramentos en algunas parroquias: ¡cuánta mundanidad hay allí! Y no se entiende bien la gracia de la presencia de Jesús.

Estas son las cosas que nos frenan formar parte de las ovejas de Jesús. Somos “ovejas” que siguen todas esas cosas: las riquezas, la pereza, la rigidez, la mundanidad, el clericalismo, de modos, de ideologías, de formas de vida. Falta la libertad. Y no se puede seguir a Jesús sin libertad. “Pero a veces la libertad se pasa de la raya, y uno resbala”: sí, es verdad. Es cierto. Podemos resbalar yendo en libertad. Pero peor es resbalar antes de andar, con esas cosas que impiden comenzar a andar.

Que el Señor nos ilumine para ver dentro de nosotros si hay libertad de pasar por la puerta que es Jesús e ir más allá, para ser rebaño, para ser ovejas de su redil.

7 | 60

Mesures

per al retorn progressiu al culte públic

a l'Arxidiòcesi de Barcelona Cardenal Joan Josep Omella

DECRET 09/20. Barcelona, 4 de maig de 2020.

Davant les noves mesures acordades pel Govern d’Espanya, i tot seguint les disposicions proposades per la Comissió Executiva de la Conferència Episcopal Espanyola amb data 29 d’abril de 2020, a l’Arxidiòcesi de Barcelona ES DISPOSEN les següents mesures que regiran a partir del dia que s’indiqui en el moment en el qual s’iniciï cada fase d’aplicació per al retorn progressiu al culte públic:

1. Fases d’aplicació

Les dates d’inici de les quals depenen de les disposicions de les autoritats civils competents.

Fase 0 (a partir d’avui 4 de maig de 2020): Es manté la situació actual de culte sense poble. Atenció religiosa personalitzada posant atenció especial als que han perdut els éssers estimats. Les esglésies que hagin d’iniciar el culte públic es prepararan convenientment per aplicar en les fases següents les disposicions contingudes en aquest decret.

Fase 1: Es permet l’assistència grupal, però no massiva, als temples sense superar el terç de l’aforament, amb eucaristies dominicals i diàries. S’aconsella prioritzar les celebracions d’acompanyament a les famílies en el seu dol.

Fase 2: Restabliment dels serveis ordinaris i grupals de l’acció pastoral amb els criteris organitzatius i sanitaris -meitat de l’aforament, higiene, distància- i mesures que es refereixen a continuació.

Fase 3: Vida pastoral ordinària que tingui en compte les mesures necessàries fins que hi hagi una solució mèdica a la malaltia.

2. Disposicions de caràcter general

2.1. Com a acte de caritat envers tots els germans, especialment els més vulnerables, caldrà tenir present que no ha desaparegut el perill de contagi ni la ciència mèdica ha trobat encara un remei segur, per la qual cosa aquestes mesures de prudència seran sempre complementades per aquelles que siguin necessàries segons la prudència, la responsabilitat i la prevenció dels rectors de parròquies i d’esglésies.

8 | 60

2.2. Mentre sigui necessari, queda prorrogada la dispensa del precepte dominical, convidant a la lectura de la Paraula de Déu i la pregària a les llars, podent beneficiar-se de la retransmissió a través dels mitjans de comunicació social i telemàtics per a qui no pugui anar al temple. És recomanable que els ancians, malalts o en situació de risc no surtin del seu domicili per anar al temple.

2.3. S’estableix l’aforament màxim dels temples (1/3 en la primera fase, i 1/2 en la segona), tot respectant la distància de seguretat que determinin les autoritats sanitàries competents.

2.4. En les eucaristies dominicals, allà on sigui necessari i possible, els rectors procuraran augmentar el nombre de celebracions si preveuen major afluència de fidels, per tal d’evitar una ocupació dels temples major que la permesa.

2.5. Els fidels faran ús de mascareta amb caràcter general per a entrar al temple i durant tot el temps de la seva permanència, llevat de cas de necessitat.

2.6. Les piles d’aigua beneïda continuaran buides.

2.7. Cal no tocar les imatges sagrades per a la veneració.

2.8. Les portes de les esglésies es mantindran obertes a l’entrada i sortida de les celebracions per evitar tocar manilles o poms.

3. A l’entrada de la celebració

3.1. Els rectors prendran les mesures adients per organitzar, amb persones responsables, l’obertura i el tancament de les portes d’entrada al temple, la distribució dels fidels dins l’església, l’accés i acostament dels fidels al moment de la comunió, i la sortida ordenada i esglaonada de l’església en

finalitzar la celebració, tot respectant sempre les distàncies de seguretat.

3.2. A l’entrada i sortida de l’església s’oferirà gel hidroalcohòlic o algun desinfectant similar, per tal que els fidels en facin ús.

4. Durant la celebració litúrgica

4.1. No podran actuar cors a l’església, però es mantindrà un sol cantor (o un grup reduït) i algun instrument. No hi haurà full de cants ni es distribuiran plecs amb les lectures o qualsevol altre objecte o paper.

4.2. El cistell de la col·lecta no es passarà durant l’ofertori, sinó que s’oferirà a la sortida de la missa, seguint els criteris de seguretat assenyalats.

4.3. El calze, la patena i els copons restaran coberts amb la pal·lia durant la pregària eucarística.

4.4. El sacerdot celebrant desinfectarà les seves mans abans de l’oració sobre les ofrenes, i els altres ministres de la comunió ho faran abans de distribuir-la, i també en acabar la distribució.

9 | 60

4.5. Se suprimirà la invitació a la salutació de la pau (ja que és facultativa).

4.6. El diàleg individual de la comunió (V. “El Cos de Crist”. R. “Amén”), es pronunciarà de forma col·lectiva després de la resposta “Senyor no sóc digne…”, i l’Eucaristia es distribuirà en silenci a cada fidel.

4.7. La comunió serà distribuïda exclusivament a la mà de cada fidel en totes les esglésies de l’Arxidiòcesi sense excepció, evitant tot contacte entre les mans del ministre i la mà del fidel que combregui, a una distància prudencial, i seguint la forma litúrgica vigent.

4.8. En el cas que el sacerdot que presideix fos persona d’edat avançada, s’abstindrà de distribuir la comunió i caldrà establir ministres extraordinaris de l’Eucaristia per a distribuir-la.

5. A la sortida de la celebració

5.1. Caldrà preveure la sortida ordenada de l’església, tot evitant agrupacions de persones a la porta, a l’atri o al carrer.

5.2. Caldrà preveure igualment l’oportuna desinfecció del temple, els bancs, els objectes litúrgics, etc.

6. Altres celebracions

6.1. Sagrament de la Penitència: per a la confessió individual, a més de les mesures generals, cal escollir un espai ampli i mantenir la distància necessària assegurant la confidencialitat. Tant el fidel com el confessor hauran de portar mascareta. En acabar, caldrà reiterar la higiene de mans i la neteja de les superfícies.

6.2. Baptisme: Ritu breu. Per a l’administració de l’aigua baptismal s’usarà un recipient al qual no retorni l’aigua utilitzada, evitant qualsevol tipus de contacte entre els qui es bategen. A les uncions es pot utilitzar un cotó o bastonet d’un sol ús, incinerant-lo en acabar la celebració. La presència de familiars i fidels haurà de complir les normes d’ocupació de l’espai.

10 | 60

6.3. Confirmació: S’ajornen les cerimònies d’administració de la Confirmació a partir del mes de setembre de 2020. A la crismació es pot utilitzar un cotó o bastonet d’un sol ús, incinerant-lo en acabar la celebració. Caldrà observar la higiene de mans entre cada contacte, quan hi hagi diversos confirmands. La presència de familiars i fidels haurà de complir les normes d’ocupació de l’espai.

6.4. Matrimoni: Els anells i altres objectes han de ser manipulats exclusivament pels contraents. Caldrà mantenir la deguda prudència en la signatura dels contraents i els testimonis, així com en el lliurament de la documentació corresponent. La presència de familiars i fidels haurà de complir les normes d’ocupació de l’espai.

6.5. Unció de malalts: Ritu breu. En l’administració dels olis pot utilitzar-se un cotó o bastonet d’un sol ús, incinerant-lo en acabar la celebració.

La presència de familiars i fidels haurà de complir les normes d’ocupació de l’espai. Els sacerdots molt grans o malalts no han d’administrar aquest sagrament a persones que poden estar infectades per coronavirus. En tot cas, cal que observin les indicacions de protecció indicades per les autoritats sanitàries corresponents.

6.6. Exèquies de difunts: Els funerals i les exèquies seguiran els mateixos criteris de la missa dominical, amb les mesures de seguretat vigents. La presència de familiars i fidels haurà de complir les normes d’ocupació de l’espai. Així mateix caldrà evitar el contacte físic en les mostres del condol. Els rectors de les parròquies procuraran, tant com sigui possible, facilitar la celebració de misses exequials per als qui han mort durant l’etapa de confinament i pels quals no s’han pogut dur a terme les celebracions religioses adients.

7. Visites als temples per a la pregària o adoració del Santíssim

7.1. Se seguiran les pautes generals ofertes, evitant la concentració i assenyalant els llocs per a la pregària i l’adoració.

7.2. No estan permeses les visites turístiques a les esglésies i llocs de culte en les fases 1 i 2 de la desescalada.

8. Ús de dependències parroquials per a reunions o sessions formatives

8.1. En la fase 2 les reunions en dependències parroquials seguiran les pautes previstes per a les reunions culturals previstes pel Ministeri de Sanitat, que consisteix en un màxim d’un terç de l’aforament en espais que el seu aforament habitual sigui de 50 persones, tot respectant la distància de seguretat i la utilització de mascaretes.

8.2. En la fase 3 l’aforament passarà a ser la meitat de l’aforament en espais d’un aforament habitual de 50 persones i d’un terç de l’aforament en espais d’un aforament habitual de 80 persones, en les mateixes condicions de distància i utilització de mascaretes.

11 | 60

9. Inici i final de la vigència d’aquestes mesures

9.1. L’inici de l’aplicació d’aquestes mesures en el territori de l’Arxidiòcesi de Barcelona tindrà lloc en la data que fixi el Govern per tal que la fase 1 de la desescalada comenci a la província de Barcelona.

9.2. La data d’inici d’aplicació de la fase 1 i successives pot variar segons les disposicions de l’autoritat civil competent, i si calgués endarrerir-la, es comunicarà oportunament als rectors.

9.3. Les mesures restaran vigents fins que, després de valorar la situació i les disposicions de l’autoritat civil competent, es procedeixi a la seva derogació.

Ho decreta i signa l’Emm. i Rvdm. Sr. Cardenal Arquebisbe de Barcelona.

† Card. Joan Josep Omella Omella Arquebisbe de Barcelona

Per manament del Sr. Cardenal Arquebisbe

Màrion Roca Sagués Secretària General i Cancellera

12 | 60

NOTA DE LA COMISSIÓ EXECUTIVA DE LA CEE DAVANT DE L’INICI DE LA SORTIDA DEL CONFINAMENT

La Comissió Executiva de la Conferència Episcopal Espanyola vol expressar al Poble de Déu i a tota la societat espanyola:

1. Ens alegra i donem gràcies a Déu, que la malaltia vagi sent controlada i que pugui iniciar-se, encara que amb reserves i

precaucions, la recuperació de les activitats habituals de la nostra vida comuna. Després d'aquest temps de dolor i sofriment a causa de la mort d'éssers estimats i dels greus problemes sanitaris, socials, econòmics i laborals, hem d'afrontar aquesta situació amb esperança, fomentant la comunió i sentint-nos cridats a exercir la caritat personal, política i social.

2. Compartim el dolor de milers de famílies davant les morts causades per aquesta pandèmia. Hem pregat pel seu etern descans i pel consol de familiars i amics; volem expressar el nostre desig de celebrar en les pròximes setmanes les exèquies amb els que ho sol·licitin en cada parròquia, i, més endavant, en una celebració diocesana per manifestar l'esperança que ens ofereix el Ressuscitat.

3. Agraïm de nou la feina realitzada amb generosa entrega per tantes persones dels serveis sanitaris i de nombroses activitats que fan possible la vida quotidiana en la nostra societat. De manera especial, reconeixem la disponibilitat i el servei dels sacerdots, consagrats i laics en aquestes setmanes.

4. Continuarem impulsant amb les persones que es veuen afectades per la crisi econòmica i social, el treball de Càritas i d'altres institucions eclesials per pal·liar aquestes conseqüències de la pandèmia. Oferim els principis de la Doctrina Social de l'Església i l'acció dels catòlics en la reconstrucció de la vida social i econòmica, seguint el "pla per a ressuscitar" del papa Francesc.

5. Després de setmanes sense expressar comunitàriament la nostra fe en temples i locals parroquials, volem recuperar progressivament la normalitat de la vida eclesial. En aquesta fase de transició, mantenim la proposta de dispensar del precepte de participar en la Missa dominical i suggerim a persones de risc, gent gran i malalts, que considerin la possibilitat de quedar-se a casa i segueixin les celebracions pels mitjans de comunicació. Demanem als sacerdots i col·laboradors que facin un esforç per facilitar la celebració i la pregària, tenint cura de les mesures organitzatives i higièniques. Les persones que acudeixin a l'església per a les celebracions o per a la pregària personal, han de fer-ho seguint les pautes i recomanacions que unim a aquesta nota, sempre a costa de les normes de les autoritats sanitàries.

6. Instem a les autoritats de les diverses administracions públiques, als partits polítics i organitzacions empresarials i sindicals, a altres associacions i institucions, així com a tots els ciutadans, a l'acord i col·laboració en favor del bé comú. Tots estem cridats a ser responsables en la convivència per evitar en la mesura possible l'expansió de la malaltia i ajudar els pobres i els que més pateixin les conseqüències d'aquesta pandèmia.

7. Ens unim en la pregària en comú que referma la fraternitat, supliquem la gràcia del Senyor i la llum de l'Esperit Sant per discernir el que Déu ens vol dir en aquesta circumstància; demanem especialment pels investigadors per tal que assoleixin un remei a la pandèmia. Ens posem sota la protecció materna de la Immaculada patrona d'Espanya.

Madrid 29 d'abril de 2020

13 | 60

"¿Un Dios 'anti-pandemia' , un

Dios 'post-pandemia' o un Dios

'en-pandemia'?" Michael Moore

"Lo que está en juego en estas situaciones es nuestra imagen de Dios" •

"Lo que se pone en juego en estas situaciones es −nada más y nada menos− que nuestra imagen de Dios: ¿quién es el dios en el que se basa mi fe y cómo se relaciona con la(s) historia(s)?"

"Torres Queiruga “define” a Dios, precisamente, como el “Anti-mal”. Pero que lo sea no implica que deba ser un Gran Mago que, desde “el cielo” y de vez en cuando −muy de vez en cuando, por cierto− intervenga con golpes de varita mágica para interrumpir el curso de las leyes y de las libertades, y así evitar el sufrimiento de los hombres"

"Vivir como salvados, aquí y ahora, supone haber encontrado un sentido pleno a la vida. Aunque eso implique perder la propia"

27.03.2020 | Michael P. Moore ofm

“De lo que no se puede hablar es mejor callar”, decía el filósofo austríaco L. Wittgenstein, y se refería a “temas” como los que quiero reflexionar breve y apuradamente ahora: Dios, el mundo, la libertad, etc. “De lo que no se puede hablar…” es mejor intentar decir algo,

creo yo: con respeto, pero con claridad y firmeza (al menos, con la claridad y firmeza que nos permiten las cosas de la fe). Porque lo que se pone en juego en estas situaciones es −nada más y nada menos− que nuestra imagen de Dios: ¿quién es el dios en el que se basa mi fe y cómo se relaciona con la(s) historia(s)?

Humanamente es entendible que, en situaciones de grandes calamidades, el hombre −de ayer y de hoy− acuda a dios o a las

divinidades −tengan el nombre que tengan− para que solucionen aquello que ya nosotros −las ciencias− no podemos solucionar porque que escapa de nuestras manos; y esto, sobre todo, cuando se ve amenazado el don más grande que tenemos: la vida.

Concretamente, en estos días en que nos vemos seriamente azotados por una pandemia, desde distintos sectores de la Iglesia −y me refiero específicamente a la Iglesia

14 | 60

católica, a la cual pertenezco− se acude a cadenas de oración, pedidos de intercesión a santos, rezos ante imágenes (supuestamente) milagrosas, etc. para que, por su mediación, Dios intervenga y frene el flagelo, o, al menos, consuele a los desconsolados. Esta actitud presupone −generalmente a nivel pre-consciente− que Dios puede hacerlo y que, quizá lo haga, si nosotros insistimos “con mucha fe” (¿?).

Inevitablemente, si pensamos un momento esa postura, desembocamos en aporías que no hacen más que infantilizar o debilitar la fe: ¿si Dios puede evitar esta desgracia, por qué no lo hizo antes? (damos por sentado que ya hemos superado, al menos, esa imagen de un dios que mandaba desgracias como castigos o como pruebas), ¿es que Dios necesita que nosotros lo convenzamos para que haga algo? En este caso, pareceríamos ser mucho más misericordiosos y atentos al sufrimiento del mundo que Dios mismo. Sobre estos tópicos se ha cansado de escribir el teólogo español A. Torres Queiruga quien “define” a Dios, precisamente, como el “Anti-mal”. Pero que lo sea no implica que deba ser un Gran Mago que, desde “el cielo” y de vez en cuando −muy de vez en cuando, por cierto− intervenga con golpes de varita mágica para interrumpir el curso de las leyes y de las libertades, y así evitar el sufrimiento de los hombres.

"Desde distintos sectores de la Iglesia −y me refiero específicamente a la Iglesia católica, a la cual pertenezco− se acude a cadenas de oración, pedidos de intercesión a santos, rezos ante imágenes (supuestamente) milagrosas, etc. para que, por su mediación, Dios intervenga"

El COVID 19 existe porque también los virus forman parte de un mundo finito y en evolución: de la única manera que podría haberlo hecho un Creador. El freno a este flagelo depende del descubrimiento de la vacuna necesaria, y esto es obra y responsabilidad del hombre, no de Dios. Porque la historia está en nuestras manos… y nuestras manos, sostenidas por las de Dios (si se me permite tan antropomórfica metáfora). Dios-hace-haciendo-que los hombres hagamos.

Argüir que no podemos quitarle al creyente su última esperanza en que “Dios puede hacer algo” −si somos muchos los que insistimos− es como ofrecerle un antídoto que sabemos falso, porque no lo curará. No me parece honesto. Otra postura −muy distinta− es la del creyente que se sabe habitado, sostenido y acompañado por el Espíritu y lo tematiza en su oración; que sabe que su vida está inmersa en otro Vida de la que ha nacido y a la que retornará (perdón por las metáforas, ahora, espacio-temporales) y que cree esperanzadamente que ninguna muerte tiene la última palabra. Aunque sí penúltimas… y muy dolorosas.

Sé que estas breves líneas necesitarían más explicaciones (por ejemplo para superar el literalismo bíblico), porque es mucho lo que se pone en juego y porque arrastramos años de una catequesis que ha condenado a muchos creyentes al infantilismo; y, a otros tantos, a alejarse de Dios. Necesitamos caminar hacia una fe adulta que permita decir una palabra, desde la fe y que esté a la altura de las circunstancias. Para nosotros y para los

15 | 60

demás: “estén siempre dispuestos a dar razón de su esperanza a todo aquel que se los pida, pero háganlo con humildad y respeto” (1 Pe 3,15). Y con claridad.

"Necesitamos caminar hacia una fe adulta que permita decir una palabra, desde la fe y que esté a la altura de las circunstancias"

Es necesario dejar de cargar a Dios con la responsabilidad de frenar este mal que azota hoy a muchos hombres y mujeres. Ni Dios envía sufrimientos al mundo ni, estrictamente hablando, los permite, puesto que esto último supone creer que, pudiendo evitarlos, no lo hace. Porque, ¿qué padre, qué madre, no haría cuanto esté a su alcance para minimizar el dolor de cualquiera de sus hijos? (A. Torres Queiruga). Y si, al menos como afirmamos los cristianos, Dios es amor, Dios es el amor, sería contradictorio con su esencia pensar que pudiendo evitarnos sufrimientos, por alguna “misteriosa” razón, no lo hace. De aquí surge, claramente, que debemos también repensar el tema de la llamada “omnipotencia divina”. Pero prefiero en este espacio responder no desde la discusión hipotética y teórica, sino desde un hecho concreto. Por eso, he titulado estas líneas desde la idea de un “Dios post-pandemia”. Me explico.

Mal, dolor y muerte

Los cristianos creemos que Dios se ha revelado de un modo pleno -aunque no único- en la historia de Jesús de Nazaret; por eso debemos volver una y otra vez la mirada del corazón a esa vida. Vida que termina en el fracaso de la cruz (J.I. González Faus) -y nos escapemos

rápido a la resurrección-. En medio de aquel escenario de dolor, los evangelistas ponen en boca de los que contemplan al crucificado, una suerte de súplica/puesta a prueba: “si es el Hijo de Dios que baje de la cruz y creeremos en Él…” (Mt 27,40; Mc 15,31; Lc 23,35). Esta actitud es sumamente comprensible, me atrevería a decir “muy humana”. Al menos, creo que es la de todo creyente -de cualquier creencia- cuando se encuentra frente al misterio del dolor: pedir ser bajado de la cruz. Y aquí, me parece, nace gran parte de la paradójica novedad del cristianismo: porque el Padre no baja de la cruz a su Hijo amado. Muere. Y muere sufriendo, fracasado,

solo, titubeante entre la desesperanza (Mc 15,34) y la entrega confiada (Lc 23,46).

"Es la actitud de todo creyente -de cualquier creencia- cuando se encuentra frente al misterio del dolor: pedir ser bajado de la cruz"

Luego, los cristianos, es decir, los que ponemos el centro de nuestra fe en la historia de Jesús, tenemos que hacer teología post-facutm, esto es, después del hecho concreto: Dios no lo des-clavó “milagrosamente” de la cruz. Hacer teología, pensar creyentemente (en forma adulta) supone asumir ese duro dato de realidad, y preguntarnos: ¿si no intervino en el destino de su Hijo -y esto porque habría implicado violar la libertad de los hombres que habían decidido que su propuesta era in-útil-, tenemos derecho a reclamarle que lo haga en nuestras historias?

También en la cruz hay revelación: se nos dice algo importante sobre Dios y sobre la vida; sobre las víctimas y los verdugos. Lo primero que se manifiesta, evidente, es que nuestro Dios respeta la autonomía de sus creaturas y de su creación; y, lo segundo, el

16 | 60

escandaloso poder de la injusticia sobre los buenos, de los verdugos sobre las víctimas. Aunque sólo se le concedan palabras pen-últimas porque, al menos los cristianos, creemos en la resurrección, entendida no como la revivificación de un cadáver, sino como el triunfo de la Vida sobre la muerte: Dios tiene la última palabra y, así, relativiza el señorío de la(s) muerte(s). Pero no lo hace “saltándola” sino atravesándola; si se me permite la obviedad: Jesús resucita después de morir.

El Padre no lo baja de la cruz; lo rescata de la tumba. Subrayo esto para no quitar nada de la densa oscuridad que tiene la máxima expresión de nuestra fragilidad: la muerte. De alguna manera, Dios “nos entiende” porque sufre la muerte de su Primogénito -como sigue sufriendo cada muerte de cada hijo-; pero, aun sufriendo, no hace el “milagro”. Y nótese que los judíos piadosos decían que si se producía ese portento -que sea bajado de la cruz- creerían en Él… y, entonces, uno puede preguntarse: ¿no vino Jesús para que creyéramos en Él, en su mensaje, en el Padre que mostraba? ¿por qué no hizo ese “pequeño esfuerzo” y todos habrían creído -ayer y hoy- en Él? Repito, pues, hay que hacer teología post-factum: Dios no negocia su modo de ser y obrar con nuestras condiciones. Nuestra fe no puede depender de esas intervenciones pseudo-milagrosas.

"Pero no lo hace “saltándola” sino atravesándola; si se me permite la obviedad: Jesús resucita después de morir"

Mientras escribo estas líneas, sólo hoy y sólo en Italia, más de 600 personas fallecieron, más de 600 hijos de Dios. No son números; son vidas y son historias. Y son familias que quedan destruidas. Personalmente, hago teología después de la cruz, post-pandemia. Y me pregunto -una vez más- quién y cómo es mi Dios. Y así como no pedí que bajara a mi mamá de su lecho de cruz y dolor mientras moría, no lo haré tampoco hoy. Descubro al Dios en quien creo sosteniendo a tantos hombres y mujeres que, en estos mismos

momentos, están arriesgando su vida para que otros vivan. Y renuevo -en el claroscuro de la historia- mi profesión de esperanzada fe que me susurra -como compartí ayer- que la muerte no tiene la última palabra. Pero sí penúltimas. Que escandalizan. Y duelen mucho.

Trato de reflexionar e invitar a una lectura de fe sobre este acontecimiento doloroso que está sufriendo gran parte de la humanidad. Para los creyentes y/o buscadores, de un modo particular en los momentos de cruz, la mirada del

corazón se dirige al cielo preguntando ¿por qué Dios no hace algo? ¿dónde está Él mientras tantos hijos suyos se deshacen en el dolor, y resbalan, lentamente, hacia la muerte? ¿existe, en verdad algún Dios… y si existe, cómo es? Son cuestiones que no pretendía ni pretendo responder de forma exhaustiva; pero como creyente -y como teólogo- la vida y, en este momento, su lado oscuro, me interpela a decir algo que me consuele, que me sostenga, que me siga animando y que no se resuelva en la postura que, a mi juicio, suena un tanto fideísta: frente al mal, hay que cerrar los ojos -y la inteligencia-porque es un misterio… como lo es Dios. Sin duda, Dios es esencialmente un misterio que, aún después de revelarse, sigue permaneciendo tal; y esto se agudiza cuando ponemos en diálogo el binomio Dios-mal. Pero esto no nos inhibe, más aún: creo que nos empuja a intentar decir algo. Con temor y temblor. Pero algo. Nos asomamos al misterio, nos sentimos seducidos y nos animamos a balbucear algunas palabras, aunque sean provisorias.

17 | 60

"Como creyente -y como teólogo- la vida y, en este momento, su lado oscuro, me interpela a decir algo que me consuele, que me sostenga"

Si así he hablado de un “Dios anti-pandemia” y de un “Dios post-pandemia”, ahora me gustaría intentar descubrir algo de Dios en medio de esta realidad: un “Dios en-pandemia”. La tesis es que, de alguna manera -y subrayo esta matización- Dios está sufriendo en y con los que sufren este flagelo, y también está salvando con y a través de tantos que están arriesgando su vida para que otros vivan. Soy consciente del riesgo de antropomorfización que supone hablar así; pero prefiero correr este riesgo a postular un Dios indiferente y ocioso, o un Dios milagrero que todavía no se ha decidido -porque

quizá todavía no lo hemos convencido a base de súplicas y ofrendas- a frenar esta pandemia (y mientras escribo esto, las víctimas oficialmente reconocidas ya superan largamente las 13000).

Entre los muchos textos bíblicos que podría elegir como disparador para esta reflexión, quiero detenerme sólo en uno, porque creo que es el más explícito. Me refiero al pasaje mateano conocido como “del juicio final”: Mt 25, 31-46. Envuelto en el lenguaje apocalíptico propio de la época, se encierra una de las verdades más importantes del cristianismo: la imposibilidad de separar el amor a Dios del amor al hombre, y la necesidad de encontrar a Dios en el hombre y al hombre en Dios. De un modo más concreto, el texto habla del hombre que sufre distintos males: hambre, pobreza, exclusión, prisión, enfermedad… y es urgente alargar la lista a tantos otros “nuevos” sufrimientos que padecen nuestros contemporáneos. Pero, para el tema que nos ocupa, resulta significativo que Jesús hable

concretamente del mal de la enfermedad. Y que se declare identificado con el que la padece: “cada vez que lo hicieron… a mí me lo hicieron”. La clave está en ese versículo 40: “a mí”; en efecto, “el vaso de agua dado al pobre no podría alcanzar a Cristo si no le ha alcanzado primero la sed de ese pobre” (J.I. González Faus).

Hay aquí una identificación -si se me permite la osada expresión- más que sacramental. Jesús no dice “es como si me lo hicieran a mí”, sino “a mí me lo hicieron”. De aquí surge una primera revelación: de alguna manera, Dios sufre por medio de su Hijo en el sufrimiento de cada hombre con el cual Él sigue identificado. Hay una suerte de prolongación vicaria del Crucificado en la carne herida de los hombres y mujeres que siguen crucificados... hoy, por esta pandemia. Por eso titulamos estas líneas “Dios en-pandemia”, como una invitación a intentar descubrir dónde está nuestro Dios en medio de esta noche oscura. Y la respuesta que brota del texto evangélico es: Dios está sufriendo con el que sufre. Como también lo proclama el profeta Isaías: “en todas las aflicciones de ellos, él estaba afligido” (Is 63,9). Claro que, para muchos, esto no basta. Porque preferirían no un Dios que sufre con ellos sino un Dios que evita el sufrimiento, que no sufre ni deja sufrir. Esto es humanamente entendible. Pero ¿es eso lo que se revela en el Crucificado? Por eso, como venimos sugiriendo, el tema de este mal concreto nos está invitando a re-pensar quién es el Dios en quien creemos.

"Jesús no dice “es como si me lo hicieran a mí”, sino “a mí me lo hicieron”"

18 | 60

Y en el texto que comentamos, se insinúa como respuesta otra escandalosa revelación: Dios está presente no como aquel que evita el dolor del mundo, sino como aquel que lo padece y soporta y, entonces, es el hombre quien está llamado a evitar el sufrimiento de Dios en la historia. Dicho gráficamente: la pregunta que el hombre dirige al cielo en medio de su dolor ¿por qué no haces algo?, Dios la devuelve al hombre desde su identificación con el sufriente. Y desde allí nos interpela para que aliviemos su dolor, que es el mismo dolor de su creatura. Dios es el que sufre y es el hombre quien está convocado a dar el vaso de agua para calmar su sed, que es la misma se del sediento. Es el hombre el que está hoy urgentemente interpelado para ayudar -de la manera que pueda- en esta pandemia.

Así, una vez más, se nos revela la “insoportable” discreción de Dios (Ch. Duquoc) que afirma la total autonomía de la historia y que sólo interviene con la llamada silenciosa de su amor. Dios como solidaridad que acompaña, y no como poder que interviene y reclama (J.I. González Faus). O que sólo lo hace a través de tantos y tantas que, en estos precisos instantes, están arriesgando su vida en favor de otro… generalmente desconocido. Gratuidad pura. Y no interesa en nombre de quién o de qué lo hagan: esto resulta claro en el pasaje mateano, donde unos y otros declaran no conocerlo, es decir, no ayudan “en nombre de Dios”. Sin embargo, allí se están jugando la salvación; y quiero extender la significación de esta palabra tan ambigua en el lenguaje de la fe, hacia más acá de la otra vida: vivir como salvados, aquí y ahora, supone haber encontrado un sentido pleno a la vida. Aunque eso implique perder la propia.

La insolente realidad del mal y del dolor del mundo -que hoy viene del virus COVID 19- empuja más al escándalo y la protesta que a la fe; a la duda, más que al asentimiento. Pero también puede ser una ocasión para purificar esa misma fe y descubrir qué es lo esencial en ella. Por mi parte, me gustaría de-finirla y para concluir, desde la exhortación que el mismo Jesús nos hace: “misericordia quiero y no sacrificio” (Mt 9,13; 12,7). Mientras Dios no llegue a ser “todo en todos” (1 Co 15,28) continuará el sufrimiento en el mundo. Se trata, en el mientras tanto, de descubrir a un “Dios en-pandemia” y practicar la misericordia, para aliviar nuestro dolor, que es el suyo.

19 | 60

¿Loyola-virus?

(San Ignacio y la Covid-19). J. I. González Faus.

En el número de abril de Le Monde Diplomatique en castellano, aparece un artículo que compara el coronavirus… con los Ejercicios espirituales de Ignacio de Loyola. El autor no es ningún jesuita, sino un exdirector de programas sanitarios de la OMS y actual consejero del Centro Sur de Ginebra para políticas de salud. Hablar de los Ejercicios en un periódico, a la vez tan serio y tan laico, puede que sea la última sorpresa de esta pandemia.

Precisando más, el autor compara la crisis de la Covid 19 con la “primera semana” de los Ejercicios ignacianos. La primera semana es la más dura. Lleva a tomar conciencia del pecado. Y no solo del propio pecado sino del mal que pulula por todo el mundo y la historia y que, de alguna manera, nos trasciende.

Pero el autor aclara que la primera semana de Ejercicios no es momento para tomar decisiones sino solo para cobrar conciencia de nuestra situación. Habrá de seguir un tiempo

largo de adquisición de valores, de ideales y de modelos de vida, y luego unos dos días de “discernimiento de impulsos” para que se pueda tomar una decisión, ya casi acabando los Ejercicios.

Al identificar nuestra situación de pandemia con la de la primera semana de los Ejercicios ignacianos, el autor llama a tomar conciencia del modelo de desarrollo que hemos construido en el que “mis

beneficios son tus pérdidas”, en el que “es más relevante un futbolista que una enfermera y más importante producir armas que construir hospitales” y en el que “la justicia es la propiedad privada a toda costa” y no “el equilibro entre los seres humanos y los recursos disponibles”…

Estos principios pecaminosos se concretan después aquí y allá: “en Italia, en menos de diez años, de 2010 a 2016 desaparecieron 70.000 camas de hospitales, se cerraron 175 unidades hospitalarias y las oficinas sanitarias locales autónomas pasaron de 642 (en 1980) a solo 101”.

Estos datos que cita el artículo no son únicos, son solo un ejemplo: en el Reino Unido, las prestaciones familiares han sido recortadas en un 40%, el gasto público local ha decrecido en un 32% en los territorios más pobres, entre 2012 y 2018 y solo un 16% en los más ricos. La pobreza infantil ha pasado del 28% al 31% entre 2012 y 2018. En Francia hay cifras que van en la misma dirección que las italianas. De España podemos recordar la cantidad de personal sanitario que tuvo que emigrar por nuestra ley de reforma laboral (muchos de ellos curiosamente al Reino Unido) y que ahora tanta falta nos han hecho. Y en toda Europa, la crisis económica del 2008 se resolvió con austeridad para los más pobres y beneficios (o socorros gratuitos) para los bancos.

Pero estos datos, que podrían multiplicarse, no son lo más grave. Volviendo al artículo que estoy comentando, resulta que ya en 2011, un documento de la OMS “señalaba el riesgo

20 | 60

constante de que se produzca una pandemia de gripe con repercusiones sanitarias, económicas y sociales altamente devastadoras”. Y un informe del 2019 elaborado por la junta de vigilancia del Banco Mundial hablaba de “una amenaza muy real de una pandemia de un patógeno respiratorio altamente letal y de rápida evolución, que podría acabar con el 5% de la humanidad”…

No entiende uno por qué nuestros medios de comunicación (tan sensibles a toda crítica) no dijeron “ni mu” sobre estos datos. Por desgracia sí que podemos entender por qué las instituciones sanitarias y farmacéuticas tampoco hicieron nada; y la razón la dio Noam Chomsky en una entrevista en Il Manifesto (del 12 de marzo): evitar una epidemia no produce ningún beneficio; en cambio, cuando ya la epidemia ha estallado, preparar vacunas y medicamentos es una gran fuente de ganancias.

Estos son, más o menos, los datos. Volviendo a esa “primera semana” de los Ejercicios ignacianos, la cuestión está ahora en reconocer nuestro pecado, sentir profundo arrepentimiento y buscar el perdón con un propósito de enmienda. Como escribe el artículo que comento: “lo importante no es tanto que superemos esta crisis sino que se produzca un cambio que haga que las cosas nunca más vuelvan a ser como antes. De lo contrario, si regresamos a aquello que nos condujo a una pandemia, continuaremos en riesgo de padecer una nueva”.

Muy bien, pero… Cuando estalló la crisis del 2008, el presidente Sarkozy habló de la necesidad de “refundar el capitalismo” y lo de refundar acabó significando reforzar. Ahora el presidente Macron ha hablado de la necesidad de “poner en cuestión nuestro modelo de desarrollo” y podemos temer que lo de poner en cuestión acabe significando poner a buen recaudo.

Sin conciencia y arrepentimiento del pecado no hay nada que hacer: lo mejor es dejar los Ejercicios y, como han dicho ya varios sociólogos, “seguir bailando tranquilamente sobre la cubierta del Titánic”. Y si luego chocamos contra un iceberg, no pensemos que ese “infierno” es el castigo de algún Poder Sobrenatural y Justiciero, sino que nos lo hemos, no solo ganado sino, construido nosotros poco a poco.

Y si se me permite añadir una coma al autor de Le Monde Diplomatique, San Ignacio quiere que entremos en la primera semana con la convicción de que “vivimos para algo” y esa meta de nuestras vidas debe dejarnos “indiferentes” ante todo lo demás. La palabra “indiferencia” no suena bien hoy porque suena demasiado a pasotismo, a que nada me importa. Por eso hay que destacar que la indiferencia ignaciana supone una preferencia: aquello para lo que vivo.

Pues bien: si la meta de nuestras vidas es la auténtica, entonces la indiferencia se convierte en libertad, esa palabra tan sagrada y esa meta tan anhelada hoy. En cualquier caso, si la meta de mi vida es el dinero, eso me volverá indiferente ante toda la enfermedad, o el hambre y miseria que pueda haber en mi entorno (en todo caso, ya daré como limosna un pellizquito de lo que me sobra, para no parecer indiferente). Pero si la meta de mi vida es la fraternidad, eso me hará indiferente (dicho ahora con lenguaje ignaciano) ante “riqueza o sobriedad, honor o deshonor…”. Y ahí está la verdadera y la máxima libertad.

Aquí está pues eso que, no sé bien por qué, llamamos “la madre del cordero”. O si preferimos una expresión que aún se entienda menos, puede valer la del poeta latino: “hic Rhohus, hic salta”.

21 | 60

Aparece « bajo otra forma » :

La Eucaristía del camino José Cristo Rey G. Paredes

No pocos se dirán estos días de pandemia y confinamiento:” ¡Qué pena no poder celebrar diariamente, dominicalmente, la Eucaristía! Y … mientras tanto, los templos vacíos. Menos mal que en las pantallas (TV, ordenador, tableta, teléfono móvil) encontramos la posibilidad de Eucaristías telemáticas”. Y todos quedamos tan convencidos de que eso no es una “Eucaristía real”.

Quizá por eso, sea providencial meditar sobre el relato evangélico de este tercer domingo de Pascua (26 de abril 2020), que nos presenta una de las primeras apariciones pascuales de Jesús, bajo forma de Eucaristía itinerante que concluye en la Eucaristía doméstica. No vaya a ser que el Señor se nos aparezca “bajo otra forma” y ni nos demos cuenta. Cuando el evangelista Marcos se refiere a los dos discípulos de Emaús, dice que Jesús se les apareció “bajo otra forma” (Mc 16,12) en aquel camino hacia Emaús. Y ¿en qué consistió ese “bajo otra forma”? El evangelista Lucas -cuyo evangelio hoy proclamamos- nos

da la respuesta: bajo la forma de una Eucaristía del Camino. En ella hubo liturgia penitencial, liturgia de la Palabra y Liturgia de la Mesa. ¡Entremos en el relato!

Durante el camino

Jerusalén – Emaús – Jerusalén, un viaje de ida y vuelta: es el marco simbólico de la transformación que se produce en el corazón de dos discípulos o tal vez un discípulo -Cleofás- y una discípula innominada-, o tal vez un Cleofás con su esposa. En el transcurso de este camino tiene lugar la aparición eucarística del Señor a ellos dos (Lc 24,13-35) en varios momentos.

Hasta la primera parada (Lc 24,13-17): ceguera y torpeza

El Resucitado se acerca a ellos en su camino: lo habían emprendido por propia iniciativa y con despecho.

Los dos habían decidido abandonar el grupo comunitario de Jerusalén y alejarse de la ciudad. Así se pusieron en estado de di-misión.

La relación entre los dos no era abierta, serena: conversaban, pero “discutían” e iban enfadados. Estaban encerrados en sí mismos.

Un tercero se hizo presente “mientras hablaban y discutían”. ¡Era Jesús! Pero ninguno de los dos fue capaz de reconocerlo.

Los discípulos detienen su marcha. Se paran con rostro triste. Hablan y Jesús escucha (Lc

22 | 60

24,18-24). La relación dual se convierte en triangular. Se abren al “extraño” que se ha puesto a su lado y los acompaña.

Le cuentan su decepción: “Esperábamos que liberase a Israel”. ¿No sabes lo que ocurrido en Jerusalén estos días? ¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no te has enterado?

Hacen referencia a un -para ellos- “débil signo”, al que no prestaron el mínimo valor: ¡unas mujeres nos sobresaltaron diciendo que estaba vivo! Otros que habían ido a la tumba vacía, pero a él no lo vieron. Pero nadie en el grupo de Jerusalén dio crédito: “nos las creyeron, no los creyeron” (Mc 16,11-13). Ellos son los primeros a quienes el fracaso les hace saltar y abandonar el grupo.

Jesús está con ellos y sus ojos “no lo reconocen”.

Desde la parada hasta entrar en casa (Lc 24, 18-29): la Palabra enciende el fuego en el corazón

Tras la parada prosigue el camino y entonces Jesús toma la iniciativa: habla y los discípulos escuchan (Lc 24,25-29). Les presenta el gran proyecto de Dios ya trazado desde antiguo: Moisés y los Profetas hablaron de todo esto: Jesús se lo hace ver. Todo el Antiguo Testamento comienza a iluminarse. Les da la clave para re-leerlo con una luz nueva. ¡Comienzan a contemplar al Resucitado en las Sagradas Escrituras! Se trata de la Resurrección en la primera lectura y el salmo de cada Eucaristía dominical.

Ellos comenzaron a comprender: dirían más tarde que les ardía el corazón mientras el Desconocido, hablaba. Descubrieron que el Profeta que tenía que venir, el Mesías davídico, el Hijo del Hombre, el Pastor de Israel, el Profeta-Mensajero de la Buena Noticia (Mebasser), el Señor apocalíptico, era Jesús. Pero que ese Jesús era también el Siervo sufriente, el que tenía que dar su vida, sufrir y morir para entrar en su gloria.

Una conversación de este tipo requiere tiempo. Emaús está lejos. Pero se sienten tan interesados por el que habla, que cuando llegan a Emaús le piden: “¡quédate con nosotros!”. Quieren que les siga ofreciendo el regalo de su presencia y su palabra. Jesús se convierte en una presencia deseable por sí misma. Pero el Extraño no es todavía reconocido en su radical “extrañeidad”. Es necesario seguir teniéndolo presente.

Dentro de la casa de Emaús (Lc 24,30-32)

La experiencia decisiva no acontece en el camino, sino en el interior, en situación de descanso, en torno a una mesa.

La palabra anunciada se convierte ahora en palabra celebrada.

Jesús parte el pan con sus dos discípulos tal como lo hizo en la última cena. Se lo da y, en ese preciso momento, desaparece. En sus manos queda el “pan eucarístico”.

Es entonces cuando acontece el reconocimiento total de la fe: ¡está vivo quien antes estaba muerto! Sus ojos se abren. Descubren al Maestro y se redescubren como discípulos.

Durante el ahora eucarístico hacen una anamnesis de cómo les ardía el corazón mientras les hablaba por el camino. Pero él desapareció de su vista. Jesús se ha hecho presente en cuanto “extraño”, presente en su ausencia y ausente en su presencia. Se hace ver en los símbolos eclesiales de su ausencia: el pan eucarístico.

23 | 60

Retorno a Jerusalén (Lc 24,33-35): de la di-misión a la Misión

Los dos discípulos volvieron inmediatamente a Jerusalén, porque en ellos se había producido una transformación.

No fue necesario un “ite missa est”, porque enseguida comprendieron que tras la dimisión venía el momento de la Misión. “Ite missa est” no está bien traducido con el “Podéis ir en paz”. “Missa est” nos habla de Misión. “Ha sido enviada”. La Eucaristía es fuente y culmine de la Misión de la Iglesia. La Eucaristía no es un hecho aislado y desconectado de la vida. Tras la Mesa hay que salir hacia el centro de la Misión y después… ¡los discípulos a hacer discípulos! ¡Desde la di-misión a la Misión!

La conclusión añadida al evangelio de Marcos relata que tras anunciar lo que les había ocurrido en el camino, los otros “no les creyeron”. En cambio, el evangelista Lucas -relator de esta historia- dice cómo ellos también los Once, comenzando por Simón Pedro, compartieron con ellos la misma experiencia del Resucitado.

La Eucaristía: conversión y aparición

Aparición bajo forma de Eucaristía itinerante

Estamos, pues, ante una experiencia pascual percibida o relatada con rasgos inequívocamente eucarísticos. El evangelista Lucas -con su relato- nos está indicando que:

Nosotros podemos ser los discípulos de Emaús. Que eso mismo que a ellos les sucedió, puede acontecernos en especiales ocasiones de nuestra vida: momentos de decepción, de abandono, de desesperación.

En medio de nuestras discusiones, el Señor Jesús se hace presente. No para dar razón a uno en contra del otro, sino para abrir los ojos a una nueva perspectiva. ¡Que cuando se lee con discernimiento y fe la Palabra de Dios, se encuentran claves de interpretación y de serenidad!

Que cuando un seguidor o una seguidora de Jesús parte el pan y lo reparte no puede dejar de sentirse muy cerca de Jesús, aunque no lo vea. Que cuando estamos reunidos en torno a la mesa el Señor está con nosotros.

No solo la Eucaristía de la última Cena… ¡también las comidas del Resucitado!

Decía Joaquín Jeremías que la Eucaristía tiene tres raíces: las comidas de Jesús con la gente durante su vida pública, la última Cena, y las apariciones del Resucitado en la comunión de la Mesa. Creo que tenía razón. Ese es el horizonte para comprender la Eucaristía, que no queda reducida a un mero acto ritual o celebrativo, sino que acontece en diversos registros, en diversos escenarios. Que la cuestión no está en “ir a misa todos los domingos”, sino en vivir en contexto eucarístico nuestra vida y comunión con la Palabra y con el Pan de Dios.

24 | 60

La Eucaristía -como celebración litúrgica-está configurada como auténtica aparición pascual, como la Eucaristía itinerante de Emaús.

- ¿De qué sirve una liturgia de la Palabra y su comentario homilético, si no nos hace arder el corazón?

- ¿De qué nos sirven comer el pan si no lo reconocemos? La celebración eucarística intenta llevarnos a ese momento de “pasmo” en que adoramos la Presencia de Jesús. Las comidas familiares y festivas son siempre un inicio eucarístico.

La Eucaristía es un Maranatha. Un grito por la venida y presencia del Señor. Hoy que nos vemos amenazados, con tantos hermanos y hermanas nuestros que están muriendo, con tantísimos otros que se encuentran hospitalizados en lucha entre la vida y la muerte… podríamos caer en la tentación de los discípulos de Emaús: dimitir de nuestra fe, renunciar a seguir integrados en la Gran Comunidad de Jesús.

Las eucaristías comunitarias de los primeros cristianos se celebraban en las casas, en reunión fraterna, sin crear excesivas rupturas rituales con la normalidad de la vida, evocando las palabras y gestos del Señor, embargados por la expectativa de la Parusía y el gozo definitivo de la resurrección, dispuestos a compartir los bienes con los necesitados y a procurar entre todos la unanimidad y la concordia. La celebración de la fracción del pan se desbordaba rebosante en la vida de los fieles. Y la vida penetraba con toda su fuerza en la celebración.

Plegaria

¡Qué pena, Señor Resucitado, Jesús de Emaús, que hayamos reducido tu Eucaristía a un tiempo ritual delimitado! ¡Qué pena que nuestros recursos para hacerla atractiva e incluso divertida nos impidan caer postrados como Tomás ante ti, después de su incredulidad, y adorarte diciendo: “¡Señor mío y Dios mío!”.

Con la Eucaristía de Emaús, nos enseñas Jesús a vivir el camino de nuestra vida, como una permanente Eucaristía, en comunión con la Palabra y esperando el momento de sentarnos a tu Mesa y reconocerte al partir el pan”.

25 | 60

NO QUIERO VOLVER A LA "NORMALIDAD"

Carlos Candel

Un mes de confinamiento en las casas.

Pues yo, lo siento, pero no quiero volver a la "normalidad". No anhelo volver a las caravanas diarias para ir al trabajo, a pasar menos tiempo con mi familia, ni a ver la "boina" negra amenazando el cielo de Madrid, a una educación segregadora y con ratios insostenibles, a la precariedad de la Sanidad, al elitismo de que gane más el que más dinero sea capaz de producir menospreciando labores tan fundamentales en este crisis como las de limpiar, reponer o entregar productos, cuidar a los mayores... Detestaría regresar a la orgía de consumismo compulsivo y sin sentido que nos hacía comprar productos innecesarios y de mala calidad, fabricados en países pobres por personas pobres en condiciones de semiesclavitud, para que otros puedan seguir acumulando sus riquezas, sólo por el hecho de que esas prendas son baratas y de temporada.

Tampoco quiero recuperar esa proximidad ficticia que nos hacía llamar de vez en cuando y casi rutinariamente a nuestros familiares más cercanos, sin importarnos realmente por sus vidas; ni a cruzarme de nuevo con los vecinos en el ascensor sin mirarnos a los ojos y sonreírnos, conscientes de que la vida nos pasa a todos. Ni a seguir viviendo ajeno al resto del mundo, encapsulado en mi "privilegiado" modo de vida. Ni a continuar viendo a los inmigrantes con miedo, como enemigos a los que hay que cerrar el paso con

concertinas o muros. No, no quiero volver a la normalidad de la que todo el mundo habla.

No deseo seguir mirando para otro lado y fingir que no pasa nada, que estamos bien, que todo va a salir bien. No quiero resignarme a aceptar que todo se arregla con una vacuna o con una aplicación de geolocalización en el móvil que controle todos nuestros pasos. No quiero seguir escuchando excusas para no hablar de lo importante. No puedo tolerar que haya quienes, por sus propios intereses, mantengan el discurso del negacionismo, pero pretendan mantener las políticas del darwinismo social que están provocando más pérdidas humanas. Volver a esa normalidad en la que se siguen talando árboles y seguimos destruyendo la biodiversidad, en la que seguimos destruyendo el planeta y a gran parte de la humanidad con guerras y explotación por fines económicos. No quiero seguir promoviendo la desigualdad y la injusticia, el abuso al que estamos sometiendo a otras especies animales. Ni pensar que el cambio climático nos queda muy lejos.

Estos días vemos en los medios de comunicación algunas noticias sobre la recuperación de los peces en los canales de Venecia, los delfines en los puertos de Cagliari o el regreso de especies en vías de extinción a algunas costas. Y parece que todo esto fuera una consecuencia anecdótica de lo que nos sucede. Como un "anda, mira, qué bonito" que nada tiene que ver con nuestra forma de vida, con nuestra propia supervivencia. No quiero volver

26 | 60

a la normalidad de playas colonizadas por sombrillas, canales turbios y puertos contaminados. Esto no es una anécdota, es sólo un reflejo de lo que nos pasa. Y lo que nos sucede es que no sólo podemos perder nuestra forma de vivir, sino que está en riesgo la vida de muchas personas, tal y como han estado alertando muchos científicos durante estos últimos años.

Siento que no se habla de lo importante. No se trata de vencer al coronavirus, ni siquiera de cómo voy a sobrevivir este mes. Se trata de cuestionar nuestro modo de vida para poder seguir viviendo más allá de un mes, de un año o una década, y de que nuestros hijos, hijas y aquellos que están por venir también puedan hacerlo. Y, para ello, lo que debería de estar encima de la mesa es que no podemos seguir consumiendo de esta forma.

No podemos seguir devastando los bosques para plantar cereales que dan de comer a los animales de los que nos alimentamos; ni explotándolos en granjas en condiciones de extrema insalubridad que aumentan los riesgos de causar enfermedades; ni sacrificarlos en espacios de tiempo cada vez más cortos que provocan que los virus necesiten aumentar su agresividad y la velocidad de transmisión para continuar con sus ciclos vitales; ni contribuyendo a mercados negros de especies exóticas sólo por el capricho de tener en casa un raro animalito que decora muy bien mi habitación, y cuya presencia no hace más que acercarnos (a nosotros y a nuestros animales) a enfermedades de las que ni habíamos oído hablar y que ahora amenazan con romper de un plumazo todo lo construido; ni utilizando cada día transportes que, a causa de quemar combustibles fósiles, lanzan al aire agentes contaminantes que son los perfectos vehículos de propagación de agentes patógenos por todo el mundo; a seguir plastificando el mar y nuestros acuíferos, plásticos que terminan degradándose y formando parte de la sal que condimenta nuestras comidas o del agua mineral embotellada que bebemos porque la del grifo no nos parece suficientemente fiable...

Porque el coronavirus pasará, más tarde o más temprano. Y no se trata de ser catastrofista, los hechos acontecidos no nos permiten seguir negando las evidencias, que a estas alturas ya parece que se quedaron cortas. Todo apunta a que vendrán nuevas pandemias, a que el calentamiento global ya está aquí y no estamos haciendo nada para amortiguar su efecto imparable. Y seguimos sin hablar de lo importante: ¿qué vamos a hacer para NO volver a la normalidad? ¿Qué vamos a cambiar para garantizar nuestra supervivencia y evitar el sufrimiento de tantas personas?

Sé que esta crisis va a traer unas consecuencias nefastas, sobre todo para los más vulnerables. Y sé que es difícil pensar en todo esto cuando estás afectado por un ERTE o corres el riesgo de tener que cerrar tu empresa familiar. Y mucho más aún si has perdido a

27 | 60

alguien y no has podido despedirte, o tienes a alguien a quien quieres enfermo y completamente aislado en el hospital o en un pabellón de un recinto ferial. Sé que es difícil imaginar una normalidad que no sea de la que venimos. Pero habrá que ser creativos. Porque lo que no hemos entendido es que no vamos a volver a "lo de antes", porque cuando podamos salir, tendremos heridas. Algunos habrán perdido a sus seres queridos, otros sus empleos y otros sufrirán aún más precariedad y recortes en sus libertades con la promesa de mantener nuestro "ideal" estilo de vida. Un estilo de vida que, por supuesto, es mejor que en otros lugares del planeta.

Desde luego, y lo es no porque aquí seamos mejores o tengamos más suerte, sino porque nuestro estilo de vida depende en gran medida de su precariedad y de su pobreza. ¿O

pensamos que nuestros móviles, nuestra ropa, nuestros coches, nuestras verdura. costarían lo mismo si quienes las producen vivieran en las mismas condiciones que nosotros? Podemos seguir mirando para otro lado, como lo hemos hecho hasta ahora, podemos seguir queriendo "volver a la normalidad", pensar que la Covid-19 es una pequeña anomalía en nuestro camino. Lo que no hemos comprendido es que eso ya no es posible. De esta forma, lo único que conseguiremos es alargar el desastre, posponiendo un sufrimiento que nos va a ir llegando a

cuenta gotas y que, al igual que en el experimento de la rana escaldada, cuando nos queramos dar cuenta, ya no habrá marcha atrás.

Por eso, me gustaría que no volviéramos a la normalidad, que no cayéramos en el fatalismo de que no se puede hacer nada, de que ya está todo decidido. Puede que así sea, pero me resisto a ello. Y una vida distinta, una vida que garantice nuestra supervivencia de verdad, que ponga por delante el bienestar de las personas y el cuidado mutuo a la acumulación de capital, que apueste por la Naturaleza y no la destrucción de ésta, no tiene por qué ser peor que la normalidad que vivíamos antes del confinamiento. Quiero salir de casa, no voy a negarlo, como todo el mundo, y ver al resto de mi familia y a mis amigos, pero no quiero que el coste de mi libertad, de todas nuestras libertades, se salden con una condena mucho mayor a corto o medio plazo. Tendrán que cambiar muchas cosas, eso sí: nuestra relación con el medio ambiente, con el consumo, con las comunicaciones... Y quizás tengamos miedo, pero espero y deseo no volver a la normalidad.

Carlos Candel

(Comunidades cristianas populares de base . Granada)

28 | 60

P. JOSEP MIQUEL BAUSSET, MONJO DE MONTSERRAT:

"LA COVID-19 NO ÉS CAP CÀSTIG DE DÉU"

Josep Miquel Bausset per Flama.info 30 abril 2020 I ho dic així de clar, perquè diversos sectors fonamentalistes (de diverses religions) han defensat que aquesta pandèmia és un càstig de Déu. Entre els partidaris d’aquesta absurda teoria hi ha l’ultraortodox ministre de salut d’Israel, Yaakob Litzman que va afirmar que Déu castigava els pecadors amb el coronavirus. Curiosament, uns dies després d’aquesta afirmació tan ridícula, ell i la seva esposa van donar positiu de Covid-19. Quin Déu seria aquell, capaç de castigar la humanitat amb una pandèmia? Evidentment aquest no seria el Déu de Jesús, que és Déu d’amor i de misericòrdia. A més, en la hipòtesi

absurda que Déu castigués la humanitat “pecadora” amb aquesta pandèmia, ¿com és que la Covid-19 afecta per igual els rics i els més pobres i indefensos, quan aquests últims són els més estimats de Déu? Com podria Déu castigar amb el coronavirus aquells que ell ha creat? Com podria voler Déu el mal per als homes? A diferència del ministre de justícia d’Israel, amb la seva hipòtesi absurda de la pandèmia com a càstig de Déu, el rabí Manis Friedman ha fet unes reflexions molt assenyades, que vull compartir amb els lectors d’aquest article. El rabí Friedman ha reconegut un fet constatat per tothom, i és que “hem volgut conquerir la natura” i ens hem trobat amb aquesta pandèmia que ha alterat la nostra manera de viure i els hàbits que fins ara teníem.

S’han acabat els viatges, el futbol, els teatres.... I el rabí Friedman es pregunta: “Per què Déu permet aquest virus, aquesta pandèmia?”. El rabí creu, molt encertadament, que tots els canvis que ens hem vist obligats a fer per la Covid-19, és “una oportunitat per tal de repensar on posem a partir d’ara la nostra energia”. Aquesta pandèmia ens convida a preguntar-nos “per a què vivim o perquè ens alcem cada dia”. En la seva reflexió, el rabí Friedman fa un paral·lelisme entre la situació que vivim, provocada pel coronavirus i la que va viure el poble d’Israel quan va sortir de l’esclavatge d’Egipte. I per això aquest rabí ens recomana també a nosaltres, sortir “de l’esclavatge dels hàbits que teníem”, per així fer possible “una vida i un planeta més saludables”. El rabí Friedman ens demana també que “madurem com a espècie humana, perquè això és molt bonic. Ara és el moment, no de pensar en nosaltres sinó de pensar en els altres”. D’aquesta manera farem possible “un món més net”, més solidari i més fratern, com ens ha demanat també el papa Francesc, que en la seva encíclica, “Laudato si”, de maig de 2015, assenyalà diversos factors que alteren la salut del planeta. Per això el papa expressava la seva preocupació pel medi ambient (nº 91) i denunciava les “formes de contaminació que afecten diàriament les persones”, així com “l’exposició als contaminants atmosfèrics”, que produeixen “un ampli espectre d’efectes sobre la salut” (nº 20). I és que l’hostilitat de l’home contra el planeta, amb la seva intervenció i agressió, produeix uns canvis que alteren el cicle natural de la terra. I per això un petit virus ha esfondrat el model d’èxit en el que estàvem instal·lats fins ara.

29 | 60

Per altra part, aquells que creuen que Déu ens castiga amb aquesta pandèmia o amb la fam o les guerres, haurien de recordar les paraules atribuïdes a Santa Teresa de Jesús quan deia: “Déu no té mans, les seves mans són les nostres”. Som nosaltres els responsables de les guerres, la fam o les pandèmies, ja que som nosaltres (i no Déu) els qui provoquem la misèria, els conflictes bèl·lics o els desastres naturals, alterant o agredint el curs natural del terra. I som nosaltres els qui hem de saber trobar una sortida a aquesta pandèmia, “amb el contagi de l’esperança”, com ens demana el papa, per així pal·liar la crisi econòmica que ja tenim entre nosaltres i per evitar la crisi social que es pot produir per la pèrdua de llocs de treball. La situació provocada pel coronavirus ens ha d’ajudar a obrir els nostres cors i els nostres braços a tots els qui pateixen i al planeta, que amb el nostre egocentrisme estem fent malbé. Com molt encertadament ha dit l’expresident de l’Uruguai, José Múgica, en relació a aquesta pandèmia, “això no és una guerra, això és un desafiament de la biologia per recordar-nos que no som els amos absoluts del món”. El mateix va dir fa uns dies el president alemany, quan afirmà que “aquesta pandèmia no és una guerra. És una prova de la nostra humanitat”, a diferència del que afirmà el president Sánchez, quan amb un llenguatge militar (semblant al comitè que cada dia informava de l’estat de la pandèmia),

deia: “Quan vencem aquesta guerra, necessitarem totes les forces del país per vèncer la postguerra”. Pel contrari, i molt encertadament, l’escriptor Martí Domínguez deia en relació a la gestió de la pandèmia per part de l’estat espanyol: “El pitjor són les metàfores militars”. El Sr. Múgica s’adreçava als qui ell anomenava “milmilionaris, als qui acumulen més i més diners”, insensibles al sofriment dels més dèbils de la

societat, per dir-los “que deixin de fotre!”, perquè “per més diners que tinguin, es moriran com qualsevol altra persona”. Un altre savi, l’antropòleg i arqueòleg, Eudald Carbonell, recentment deia també: “Això és un avís, l’últim avís. Ens falta consciència d’espècie”. I és que “el sistema que ha posat en marxa l’espècie humana no funciona”, ja que “no soluciona els problemes que genera”. No és Déu qui castiga els homes. Som nosaltres mateixos que, amb l’avarícia i la insensibilitat davant el sofriment dels nostres germans i del planeta, greument malalt, continuem explotant els nostres proïsmes i maltractant la terra. I això quedà més que comprovat aquests dies, ja que amb una menor activitat de l’home sobre el planeta, degut al confinament, enguany “l’estat espanyol registrarà la caiguda més gran en la història, de les emissions de Co2” (La Vanguardia, 18 d’abril de 2020). En aquests moments de confinament, tancats a casa (per poder superar el coronavirus) de la mateixa manera que estaven tancats els apòstols el diumenge de Pasqua, Jesús també entra a les nostres llars i als nostres cors i ens diu: “Pau a vosaltres”. És la pau i la joia que ens vénen del Senyor Ressuscitat, que ens conforten i que ens donen coratge per afrontar aquesta situació tan difícil que estem vivint.

30 | 60

«WHATSAPP USA RELACIONES DE CONFIANZA PARA DIFUNDIR INFORMACIÓN FALSA»

Mila Méndez entrevista a William Davies

El historiador israelí Horari es uno de los entusiastas del autor de «Estados nerviosos», donde el sociólogo británico aborda la compleja relación entre la razón y la emoción en las democracias modernas

El sociólogo y escritor William Davies CEDIDA MILA MÉNDEZ 01/05/2020

La urgencia, la indignación y la agresividad dominan nuestro ánimo. El profesor de Política Económica de la Universidad Goldsmiths, adscrita a la de Londres, el sociólogo William Davies, ayuda a comprender cómo la autoridad de los expertos se diluye en tiempos de retuits, contenidos virales y noticias falsas en su último libro, Estados nerviosos (Sexto Piso). Una publicación pre-coronavirus que no puede ser más oportuna en los días que vivimos. «Un libro esclarecedor y elegante. La comunidad científica se ha cimentado sobre la base de la separación entre razón y emoción. Sin embargo, ahora la misma ciencia señala esa separación como un mito insostenible», describe Yuval Noah Harari, el autor de Sapiens, esta lectura.

-¿El sentimiento manda sobre la razón? -Las tecnologías digitales son como un sistema nervioso: circula constantemente información sobre lo que está sucediendo ahora, a qué reaccionar, qué amenazas surgen. En esta pandemia, su capacidad de extracción de datos en tiempo real ha aumentado. Como sociedad, somos hipersensibles, estamos hiper-alerta, pero también tenemos menos terreno firme en el que pararnos. En un nivel psicológico, decir que el sentimiento se está apoderando de la razón es decir que nuestra idea de la verdad se mide cada vez más en términos de cuán fuerte me afecta. Una idea razonada es aquella que busca salir de estas experiencias. -¿Son un obstáculo los sentimientos? -Cualquier animal que no sintiera tomaría riesgos estúpidos, sufriría terribles heridas y dejaría morir a sus hijos. No habría amistad ni solidaridad. Eliminar los sentimientos no es una opción deseable. Nos dicen cosas importantes sobre nosotros y nuestro mundo, pero no son suficientes. -Habla de «emociones morales» y «mentalidad de guerra». -La ira o el resentimiento son una emoción moral. Un sentimiento de injusticia. Una mentalidad de guerra es aquella que ve el mundo como un lugar de profunda incertidumbre, en el cual el conocimiento objetivo o independiente es imposible, y confía en una mezcla de inteligencia e instinto contra el «enemigo». La velocidad es tan importante como la verdad. Esta mentalidad es, en una característica de nuestra esfera pública, facilitada por las redes sociales y un estado de confusión general con respecto a los hechos. Donde hay tanto «ruido» y se hace difícil saber en quién confiar, hay un atractivo obvio en aliarse a una identidad o a un «lado» de una discusión, y aferrarse a él.

31 | 60

-Vivimos en la era del tuit. -El argumento se ha convertido en un ejercicio de marca. Somos comercializadores de nosotros mismos que reducimos las ideas al menor fragmento posible: tuits, memes, vídeos para compartir. Esto tiene serios riesgos, donde un argumento, como un reportaje, se juzga en su titular o foto, nadie lee la pieza correctamente.

-¿A la gente le importa la verdad? -Sí, pero la verdad no es la forma instintiva de relacionarse con el mundo. Es inusual ser «objetivo». Si un amigo me cuenta una historia, la disfruto y confío en ella. No pido inmediatamente evidencias o verificación. Las redes sociales transfieren esa norma al debate público. WhatsApp es tan peligroso porque usa relaciones de confianza para difundir información falsa. En qué medida confíen en ella nos

dice cuánto confían en los expertos. Pero hay una cuestión importante en esta crisis y sus recortes de libertad. Médicos y enfermería son de las profesiones más «confiables». La gente está más unificada. -¿Puede quebrar Europa por el covid-19? -Esta es una prueba más grande que la del 2008. Habrá devastación económica y diferentes tipos de levantamientos nacionalistas, pero también quizás un nuevo sentido común en torno a los problemas ecológicos (si lo queremos). No quiero predecir en qué resultará ese cóctel. -«The Guardian» se preguntó «por qué España respondió tan mal» al coronavirus. Ahora lo hace con su país, el Reino Unido. -Parece que un pequeño grupo de científicos que asesoran al Gobierno se centró mucho en un conjunto de modelos y nadie estaba prestando atención a lo que había sucedido en China, Italia o Corea del Sur. Muchos funcionarios y políticos británicos asumieron que un bloqueo nunca funcionaría aquí porque somos una sociedad muy liberal. Como si fuéramos diferentes. Hay serias preguntas sobre qué tipo de conocimiento y de experiencia se escucha y cómo los asesores explican a los políticos que los científicos no pueden tomar todas sus decisiones por ellos. -¿Cómo explica las manifestaciones contra el confinamiento en EE.UU.? -El virus está matando a personas en grandes ciudades que apoyan a los demócratas, como Chicago y Nueva York. Las personas que mueren allí son desproporciona-damente negras. En segundo lugar, estas manifestaciones están siendo lideradas por personas que desprecian al Gobierno en general. Creen en los derechos de armas y la libertad. Es una ideología extrema, menos común en Europa. -¿Lo leerán los que viralizan en las redes sociales ideas que no contrastan? -No escribo para decirle a la gente qué pensar. Trato de presentarles las ambigüedades, las complejidades de por qué las cosas son como son. En cuanto a los que nos ven como parte del problema (¡hay muchos nacionalistas en Gran Bretaña que desprecian a los profesores universitarios de Londres!), tal vez nunca me acerque a ellos. Pero podrían descubrir que no los estoy descartando si prestaran atención.

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/fugas/2020/05/01/autor-recomienda-yuval-

harari/0003_202005SF1P3991.htm

32 | 60

«PEIO SÁNCHEZ: "LA CRISIS VA A ROMPER LA ESTABILIDAD SOCIAL Y, SI NO LO REMEDIAMOS, ASISTIREMOS A

ESTALLIDOS SOCIALES"

El rector de Santa Anna, la iglesia '24 horas' de Barcelona, un oasis de acogida en plena pandemia

"En un mundo en que prevalece la economía, los pobres verán crecer su exclusión" El templo, en pleno centro de Barcelona, es un auténtico hospital de campaña. Doce personas atienden cada día a más de 220 hombres y mujeres en situación de exclusión 01.05.2020 Jesús Bastante Peio Sánchez es uno de los mayores expertos en cine espiritual del mundo. Cinéfilo, sacerdote, miembro de la comunidad ADSIS, desde hace unos años ejerce como rector en la parroquia de Santa Ana, en pleno centro de Barcelona. Una iglesia abierta las 24 horas que se ha convertido en tabla de salvación para muchos descartados en estos tiempos de coronavirus. ¿El objetivo? No dejar a nadie atrás. Hablamos con él. ¿Cómo estáis viviendo la pandemia en Santa Ana? La emergencia sanitaria ha irrumpido para solaparse sobre una emergencia social marcada por una profunda desigualdad, que la crisis del 2007 había acentuado. Como cantaba Luis Eduardo Aute “presiento que tras la noche, vendrá la noche más larga”. La crisis va a aumentar la desigualdad y va a romper la estabilidad social. Ya en Santa Anna en nuestro pequeño Hospital de Campaña estamos viendo hambre en personas y en familias y pronto, si no lo remediamos, asistiremos a estallidos sociales. Siempre en un mundo en que prevalece la economía los pobres verán crecer su exclusión. Perderán el trabajo sumergido

33 | 60

con el que sobrevivían, serán las víctimas más numerosas de la enfermedad, tendrán más dificultades en acceder a los recursos económicos para hacer frente a las necesidades básicas, serán excluidos –incapaces de sostener alquileres y realquileres- de sus viviendas precarias y las calles verán a familias viviendo allí. La larga cola de las personas sin hogar que cada mañana acuden a nuestra parroquia ve ahora sumarse a madres y padres de familia de que con una economía de pura y dura supervivencia se tienen de desconfinar para comer.

Santa Anna: la parroquia-hospital para los más pobres en el centro de Barcelona José Manuel Vidal

¿Cómo es el día a día? El día comienza a las 7,30 preparando paquetes y comida, haciendo cafés para las más de 220 personas sin hogar que pasan y recibiendo a los voluntarios jóvenes que vienen a ayudar. Tiempo para repasar las medidas de protección mascarillas, pantallas y EPIs, en algunos casos. A las 9 llegan los picnic que recibimos desde Cáritas y el Ayuntamiento de Barcelona. Y se monta el dispositivo de reparto. En la larga cola dos personas del equipo van haciendo encuestas para detectar necesidades. -¿Por qué no vais a un confinamiento colectivo? - Tengo miedo al contagio en un grupo tan numeroso, no me dejan llevar a mi mascota, vamos en pareja y no queremos separarnos, no aguantaría encerrado más de dos días. -¿Qué necesitas? -Macarillas, ropa interior y de abrigo, duchas, equipos de aseo, resolver una consulta médica o jurídica, una oración. Así procuramos hacer el acompañamiento contrastando con los servicios sociales de Cáritas. A las 9,30 se abre el reparto: mascarilla, un lote de desayuno, comida y cena fríos, café o caldo caliente y cada semana un pack de aseo y de ropa. Así hasta las 11,30: - Buenos días, ¿cómo estás?, ánimo que ya queda menos. -Gracias, está noche fue fría y ha llovido, cómo estáis vosotros, resistiremos. A partir de las 11,30 celebramos la Eucaristía a puerta cerrada algunos de los voluntarios. Luego descanso y a las 13,30 comida compartida en una larga mesa en el claustro, donde distantes y a voces reímos o repasamos temas urgentes. A las 15h llegan de un restaurante para traernos doscientas raciones gratuitas, toda una red de apoyo inmenso que nos acompaña y sostiene. A las 16h se incorpora otro grupo de voluntarios para hacer lotes de alimentación básica para las familias vulnerables que han acudido a nosotros. A las 17h llega el grupo “Familias acompañando familias” que son familias voluntarias que llevan los

34 | 60

lotes a domicilio y hacen acompañamiento telefónico de las familias vulnerables. A las 19h cesa la actividad y nos vamos recogiendo dejando preparados los lotes para volver a empezar. Sin descanso, de lunes a domingo. El templo se ha convertido en una gran casa de acogida: ¿Quiénes sois y qué hacéis? Somos un grupo de 12 personas viviendo confinados en el templo en distintas dependencias, pisos o espacios con camas. La mitad son musulmanes-uno de ellos trabajador de Santa Anna- y el resto somos cristianos. Seis de ellos vivieron en la calle y entre nosotros hay senegaleses y marroquíes. Una cosa milagrosa es lo fácil que es la convivencia. La conciencia de la dificultad del momento y de las necesidades que atendemos, a pesar del cansancio, mantiene el espíritu de servicio y alegría. El educador social y un grupo de voluntarios jóvenes –con menos riesgos- vienen apoyar en el reparto de la mañana que exige una relación más cercana, este grupo hacia las 12,30 marcha aunque algunos juegan un ping-pong, que es un juego de distancias. A las 16h se incorpora un grupo de adultos -entre 30 y 40 años- que ponen orden y limpieza en una iglesia que se ha convertido en un gran almacén. Y por detrás una red enorme de “conseguidores” de alimentos, mascarillas, geles, pasta de dientes, bragas y calzoncillos, calcetines o algunas peticiones específicas para niños. Para nosotros esta red exterior es muy importante ya que mantiene los ánimos de los de dentro, lleva las redes sociales o toma iniciativas creativas insospechadas (cantos, representaciones, oraciones zoom o reuniones de grupos telemáticas). Otros amigos habituales son los periodistas que nos acompañan desde medios locales, estatales o internacionales, que viene un día o que se enganchan y ya se incorporan a la movida. Aquí la función de la comunicación nos ayuda a dar voz a los que no tienen voz y posibilita ayudas para sacar adelante tantas necesidades.

Peio Sánchez, en la parroquia-hospital de Santa Anna José Manuel Vidal

¿Cómo son las personas a las que atendéis? Algunos ya son viejos conocidos después de casi cuatro años siguiendo a las personas sin hogar, con estos hay conversación de fondo aunque distanciada por una verja que garantiza el espacio. Otros van siendo conocidos y hacemos el seguimiento. Aproximadamente el 20 % son mujeres aunque mayoritariamente pertenecen a familias a las que procuramos derivar a otros servicios de Cáritas o a nuestro programa de familias. En estos días entre

35 | 60

las personas sin techo de Barcelona había especial tensión. Han matado a cuatro personas que dormían en la calle en este tiempo de confinamiento. Les recomendábamos que durmieran en grupos y que avisaran si tenían problemas. Hoy ha llagado la noticia de la detención de su sospechoso. Los padres de los niños han resaltado la importancia de que pudieran salir. A nosotros nos toca resaltar la importancia de que nuestros amigos puedan entrar con la apertura de los centros de día y los comedores sociales. ¿Qué apoyo estáis teniendo por parte de las autoridades? ¿Y de la Iglesia? Respecto al Ayuntamiento la situación de la emergencia sanitaria y el estado de alarma ha facilitado el entendimiento. Nos sentimos apoyados y trabajando el red. Respecto de la Iglesia el cardenal Omella nos ha llamado y por vía de varios mensajes nos da ánimos para seguir adelante, cuidado a las personas más vulnerables. Otras parroquias nos han pasado alimentos, ropas o donativos de sus feligreses. Varios curas discretamente han hecho ingresos en nuestra cartilla. Movimientos eclesiales colaboran en la atención a familias. Y a muchos voluntarios creyentes les tenemos que decir que no pueden venir, dado los riesgos de contagio. Un grupo enorme de voluntarios jubilados de diferentes parroquias están deseando acercarse a ofrecer su ayuda, pero tendrán que tener paciencia. Y, como siempre, el apoyo sin fisuras del padre Ángel García, de Mensajeros de la Paz, y que tanto tiene que ver en que Santa Anna pudiera ver la luz. ¿Qué opinas de las campañas para que nos devuelvan la misa mientras ves a tantas personas sin hogar o sin recursos? Creo que hay un espiritualismo autoconsolador que tiene más que ver más con una espiritualidad individualista que con el cristianismo. Es cierto que falta “la presencia y la figura”, en palabras de Juan de la Cruz, que se realiza en el sacramento, y en el abrazo y

la cercanía de la comunidad. Pero hoy la protección de los más vulnerables -sobre todo los ancianos- nos exige evitar contagios para permitir contener y garantizar los cuidados médicos, en este sentido las normas del estado de alarma tiene su sentido. Las celebraciones retransmitidas, las celebraciones de grupos por vía telemáticas, las celebraciones a puerta cerrada han sido la forma creativa al viento del Espíritu. Aunque mantenemos la añoranza. El domingo pasado, seis voluntarios -manteniendo las normas de protección- celebramos la eucaristía con

alegría pascual, a puerta cerrada tras el reparto de alimentos y allí incorporamos a todos los que no podían venir, a los que están confinados en la calle o a los han muerto en la pandemia. La mesa ancha de la fraternidad, con el Primogénito en la cabecera. Pero si la iglesia celebró en las catacumbas y en la persecución, seguro que hemos aprendido y estamos aprendiendo a celebrar en el confinamiento.

36 | 60

¿Cómo ha cambiado tu forma de ver la vida, la sociedad, y tu fe, a lo largo de estas semanas? La vida, mi vida, es muy simple y muy frágil, tras nuestras certezas y sabidurías viene el “bicho” y nos coloca ante la realidad y la posibilidad de morir. Convivo en la sociedad del riesgo, que decía Ulrich Beck. No me siento satisfecho del mundo que hemos construido, esencialmente condicionado por las exigencias económicas, somos tan débiles y nos estamos matando con todo el planeta que creemos pilotar. Pero la experiencia creyente me recuerda que mi debilidad está sostenida por Dios, que nuestra fragilidad consentida humanamente, nos abre a una fortaleza que tiene en la gracia de Dios la fuente “que mana y corre”, otra vez Juan de la Cruz que me ha acompañado con sus “noches” y sus “llamas”. Toda la experiencia pascual es un éxodo de muerte y de vida, pero aquí el gotero es el amor desmedido del Hijo y el respirador el Espíritu Santo. Me ha acompañado, especialmente viendo tanto abandono y sufrimiento, esta cita de Pablo: "Que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos" (2 Cor 4, 8-10). Los creyentes nos tomamos muy en serio la muerte,

porque gozamos mucho de la vida, pero no tememos la muerte, “no hay temor en el amor” (1 Jn 4,18). Por eso en este tiempo tampoco he temido arriesgar, siendo personalmente población de riesgo, pero con la prudencia exigida y en manos del azar siempre sorprendente pero nunca definitivo.

¿Cómo crees que saldremos, como sociedad y como Iglesia, de este trance (Mirada hacia el futuro)? Hay una salida a la normalidad en falso. No queremos volver a la normalidad porque es destructiva con la creación. No queremos salir de casa otra vez para contemplar la injusticia y la desigualdad. Si abrimos la puerta no queremos conformamos con vivir con mascarillas, con hacer turismo seguro, con guardar en casa gel y doblar en los hospitales las UCIs. Como insiste el papa Francisco el cambio de paradigma invita a una reforma espiritual. La pandemia ha sido un aviso en la línea de flotación de la globalidad del planeta, algo no va bien, no vamos bien. La iglesia europea, de la que formamos parte, cuenta con unas posibilidades limitadas no solo para hacer frente al coronavirus. Una iglesia envejecida, no solo en clero, se ha encontrado de la noche a la mañana encerrada como población de riesgo. La separación entre la mística y el compromiso sigue siendo una dificultad que lleva a dos salidas en falso, el espiritualismo tradicionalista o el secularismo eclipsado de Dios. Sin embargo, están surgiendo brotes nuevos que son signos de la acción del Espíritu que apunta a recibir la vacuna de la conversión. Tantas iniciativas para poder orar juntos, tantas disponibilidades personales o profesionales más allá de la obligación y como una urgencia que nace de la fe, esa nueva conciencia de que lo caduco ya no sirve porque ha dejado de transparentar el Evangelio de Jesucristo. Esta pascua me gusta decir que estamos cerrados por resurrección. Pero tendremos que desconfinarnos de otro modo, más allá de lo que siempre ha hecho.

https://www.religiondigital.org/solidaridad/Peio-Sanchez-estabilidad-remediamos-asistiremos-santa-ana-barcelona-sintecho-coronavirus_0_2226977329.html

37 | 60

« ENRIC CANET: ‘LES ENTITATS SOCIALS HAURIEN DE SER MÉS CRÍTIQUES’ »

Parlem amb el responsable del Casal dels Infants sobre com afecta la Covid-19 les famílies amb situacions més precàries · Aquesta entrevista forma part de la sèrie 'Confinats a la intempèrie'

Per: Montserrat Serra | Vilaweb. 29.04.2020 21:50

Enric Canet és el director de relacions ciutadanes del Casal dels Infants. L’entitat dóna suport a unes 2.575 persones, entre joves i famílies, que viuen en situació precària. No parlem només de persones immigrants. La major part de les persones ateses pel Casal dels Infants ja han nascut aquí, tot i que els seus orígens són de fora. El Casal d’Infants va néixer al barri del Raval de Barcelona i aquests darrers anys ha estès la seva activitat a altres barris del Besòs, la Mina, Badalona, Santa Coloma i Salt. Aquesta entitat social coneix bé els problemes més greus que queden al descobert entre la població més vulnerable i desfavorida, davant la crisi sanitària i econòmica que ha originat el coronavirus. Enric Canet s’encarrega de trobar recursos i també és el representant del Casal d’Infants en les reunions del Consell d’Associacions de Barcelona, la Federació Catalana de Voluntariat Social i altres plataformes d’entitats que continuen en actiu. Canet demana més coordinació entre les entitats de caràcter social i treballar en xarxa, per fer front a aquesta situació d’emergència, posant l’accent també en l’educació. —Quina vida feu aquests dies de confinament? Perquè el Casal dels Infants és tancat. Manteniu contacte amb les famílies? Com esteu organitzats? —Intentem mantenir un contacte telefònic i per correu electrònic amb les famílies. Les educadores del Casal hi parlen, perquè és molt important mantenir la relació personal. Són famílies que es troben en situacions força caòtiques. Per exemple, ens trobem amb famílies de matrimoni i dos fills que viuen en un pis d’una sola habitació. I moltes tenen problemes per a pagar la factura del telèfon. De manera que o els truques tu o sovint ells no ho fan, perquè només utilitzen el mòbil quan tenen cobertura wifi. Amb aquests problemes, vam aconseguir que l’empresa de telefonia Parlem cobrís gairebé cinquanta famílies amb línia telefònica.

38 | 60

Cada dia a les 22.00 podeu rebre al correu el resum dels fets més importants del dia relacionats amb la Covid-19 i informació addicional d'interès.

—Què més els passa a les famílies i joves vinculats al Casal d’Infants en aquestes circumstàncies de confinament? —La majoria d’aquests joves i aquestes famílies no tenen ni pissarretes ni ordinadors. De manera que, per molta cobertura telefònica que tinguin, no poden treballar els materials que els envien de l’ESO. Hem mirat d’aconseguir algunes pissarretes i ordinadors, perquè famílies i adolescents puguin continuar els estudis. També ens hem adonat que moltes famílies ni tan sols disposen de llapis ni bolígrafs ni papers ni quaderns ni colors… També ens hem encarregat de coordinar tot això. Al Casal teníem material, hem fet paquets de material didàctic, en funció de les famílies, i els els hem fet arribar. És curiós, sempre pensem que per Nadal aquests infants necessiten joguines i no pensem en altres coses que són bàsiques. —Aquestes famílies reben les ‘targetes moneder’? —Són per a les famílies que tenen beca de menjador. Però en el nostre entorn hi ha moltes famílies que no arriben ni a això. A aquestes famílies els hem hagut de donar diners. —Quantes famílies ateneu? —Calculem que atenem unes 2.575 persones. —I les criatures quines edats tenen? —El primer projecte que tenim és l’infantil, amb nens de 0 a 3 anys, amb les mares. És per a mares i pares, però els pares brillen per la seva absència. Vénen a les tardes a fer reforç escolar i altres activitats que les mares proposen. I a partir d’aquí, tenim nens i joves de 3 a 16 anys. I això a tots els barris on tenim casal: a la Mina, el Besòs, Santa Coloma, Badalona, el Raval i Salt. Són barris de ciutats on la crisi ha fet detectar famílies amb problemes força greus. —Quina mena de problemes? —Per exemple, que no tenen menjar. I els hem posat en contacte amb el Banc d’Aliments, Cáritas i Creu Roja i la connexió ha funcionat força bé. També s’han detectat maltractaments. En una situació de confinament com l’actual, s’aguditzen aquestes situacions. Això s’ha treballat amb els serveis socials dels barris. Els serveis socials funcionen prou bé, perquè van reaccionant a les situacions que es plantegen. El treball amb xarxa de les entitats és molt important. —I amb les escoles? —Hem intentat treballar amb les escoles i n’hi ha que funcionen prou bé i n’hi ha que funcionen pitjor. —De què depèn, del factor humà, del projecte d’escola, del Departament d’Educació? —Del factor humà, sobretot. Us n’explicaré una: a l’Institut Escola de la Mina, als estudiants de l’ESO els envien material en pdf. L’han d’imprimir. Si ja és molt que tinguin ordinador o pissarreta, que tinguin impressora i tinta d’impressora… Ja parlem d’una situació més

39 | 60

complexa. A vegades, els professors no són conscients de les magnituds del lloc on es troben. —El Departament d’Educació diu que vol posar recursos perquè tots els nens i joves tinguin les mateixes oportunitats… Això és una quimera? —Exactament. És impossible, perquè són milers d’alumnes i no solament en l’extraradi de les ciutats. Potser alguns tenen algun ordinador o pissarreta a casa, però el comparteixen amb molta altra gent. La cosa més habitual és que solament tinguin mòbils. I en aquest cas, falta que la major part d’aquests alumnes tingui també connexió, gratuïta o de pagament.

—L’actuació de les entitats socials més potents està a l’altura de les emergències que requereix una situació com aquesta? —Crec que sí. Creu Roja i Cáritas, sobretot, tenen molt de potencial. Haurem d’intentar ser cada vegada més eficients. Hem de treballar amb tothom i estar-hi coordinats. Aquí entra un altre tema: les entitats socials estan tan al límit, moltes vegades econòmic, que al final no sabem si això que fem en situacions de crisi ho fem pel nostre nom, d’una manera comunicativa, o bé ho fem perquè atenem unes necessitats socials. I a mi sempre em preocupa si som capaços de ser prou crítics i denunciadors de les situacions. —No sou prou crítics? —Al món social hauríem de ser més contundents i dir més sovint: ‘Això no es pot admetre.’ —Fa deu anys, quan hi va haver la crisi financera, van rescatar els bancs i no els van exigir que retornessin els diners deixats per l’ens públic. La sensació és que d’aquella crisi se’n va aprendre ben poca cosa. I la bossa dels desfavorits no ha parat de créixer. Hi ha el risc que en aquesta nova crisi torni a passar igual i s’agreugin encara més les desigualtats? —Sí. La diferència és que aquesta vegada la crisi sanitària ens ha afectat a tots i tenim por. El virus és un sistema de la natura de control de les poblacions. I s’ha escapat. Afecta sobretot la gent gran, les residències i certs barris. Però el pot agafar tothom. I això fa que la gent trontolli. Per això ara seria el moment de fer veure que qualsevol de nosaltres i en qualsevol moment es troba en risc de caure en situacions de vulnerabilitat. M’agradaria que la gent s’adonés d’això. I sí, les entitats socials hauríem d’haver estat més crítiques. I no

40 | 60

només amb la situació de la sanitat pública. A nosaltres, el 2010, ens van aturar totes les subvencions de la Generalitat per a projectes d’inserció laboral. Això va comportar una desfeta per a molts joves, que no van aconseguir trobar feina. Per què ho vam tolerar? Deien que no hi havia diners, que era un temps d’austeritat. Sí, l’austeritat va ser per a la gent més desfavorida i per a la classe mitjana, però no ho va ser per als bancs. És trist pensar que els bancs, als quals van rescatar, fins i tot van obtenir beneficis per als accionistes. I han continuat cobrant beneficis i no han tornat res. Ens prenen el pèl. En canvi, hauria de ser obligatori que els qui tenen més donessin més. —Us heu dedicat tota la vida a treballar amb els més desfavorits. Amb aquesta crisi, què queda sobretot al descobert? —Treballem amb gent que viuen en situació precària i són vists com si fossin els culpables d’aquesta situació. Hi ha gent que encara pensa que el pobre és pobre perquè ho vol, i que si li donem una ajuda s’acomodarà i no farà res, perquè és la picaresca. Sembla que la picaresca només afecti aquesta gent i no, la picaresca afecta totes les classes socials. Aquesta gent només els donem les engrunes d’allò que ens sobra i no considerem que siguin persones que tenen drets. I això passa a molts nivells. Per exemple, hi ha gent que en culpabilitza les mares. Doncs no, hi ha mares que fan tant com poden, i si no fan més, és perquè no poden. I això de donar-los les engrunes, hauríem de fer el possible perquè canviés, però no canviarà. —Què cal perquè això canviï? —D’entrada, cal una renda mínima. Però una renda mínima no vol dir quatre-cents o cinc-cents euros, com es proposa. La renda mínima ha de permetre un mínim vital perquè la gent tiri endavant. Si no, malament. Donar capacitat a la gent perquè tingui uns recursos econòmics que li permetin altres possibilitats. Una altra cosa que es veu amb la crisi del coronavirus, a més de la renda bàsica, és la necessitat que l’ensenyament de 0 a 3 anys sigui obligatori. —Per què? —Fixeu-vos-hi. Quin és el moment fonamental que viuen les criatures en la seva maduresa com a éssers humans? Del 0 als 3 anys. És l’edat en què s’adquireixen les capacitats bàsiques. És una edat fonamental en l’aprenentatge. Allò que no fas en aquesta franja d’edat, en molts casos ja no ho desenvoluparàs. Doncs en aquesta franja d’edat, l’educació no és ni garantida ni gratuïta. Això passa a tot Europa. Però mentre això no sigui així, la igualtat d’oportunitats no té cap lògica. A tres anys, les criatures ja arriben a l’escola amb unes diferències enormes. Què vol dir, això? Que abans dels tres anys has d’haver ajudat les famílies perquè les criatures desenvolupin les capacitats psicomotrius, evolutives, de seguretat… Això s’ha de garantir. El model de les escoles bressol s’ha de canviar, perquè passen coses curioses: en el model actual d’escoles bressol, les famílies que treballen tenen més punts per entrar-hi. Però, i les famílies que són a l’atur o les que no tenen

41 | 60

possibilitat de treballar? Aquestes famílies estan en inferioritat respecte de les famílies que treballen per entrar a l’escola bressol. —Què més caldria fer? —Que les entitats socials tinguem molt clar quina és la nostra feina. No podem anar tapant els problemes socials i omplir-nos de medalles. El model que tenim ara va néixer als anys vuitanta, quan hi va haver el boom de les ONG. Margaret Thatcher i Ronald Reagan van pujar al poder i van establir el neoliberalisme. D’aleshores ençà, les grans ONG recullen les engrunes dels països rics i les donen als països pobres. Però és qüestió d’ajudar o és qüestió de drets? —Parleu de canviar el sistema. —Totalment. Aquesta és una crisi de sistema. I és una crisi de sistema amb el planeta, amb els ecosistemes, amb els gèneres i amb la desigualtat humana. Ara, com el canviarem? Si no ens hi posem, no canviarem res. No hem d’esperar a veure-les venir. Trobo a faltar grans veus que diguin: ‘Ep, hem d’anar per aquí’. I que les entitats socials comencin a actuar. Però la gent no s’hi acaba de posar. —Com veieu la situació del país a curt termini? —No ho sé, però penso que aquesta crisi farà més grans les desigualtats entre rics i pobres. Ara es dedicaran molts més diners a la sanitat i s’hauran de treure d’algun lloc. No es trauran de l’exèrcit ni de la corona. Seria interessant que d’aquesta crisi en traguéssim un esperit republicà clar. Vull dir, que ens asseguem i entre tots decidim on han d’anar els diners, quines són les prioritats i cap a on hem d’anar. M’agradaria que aquesta crisi ens fes pensar què volem d’aquesta societat. —Però per a la gent amb qui treballeu i actueu, la perspectiva no sembla gaire bona. —No gens. L’únic avantatge que poden tenir a curt termini és que trobaran unes feines que no voldrà fer ningú, com ara estar-se a les residències de la gent gran.

https://www.vilaweb.cat/noticies/enric-canet-les-entitats-socials-haurien-de-ser-mes-

critiques/

42 | 60

Unió de Religiosos de Catalunya

FÒRUM DE LA VIDA RELIGIOSA “Tinguem la mirada fixa en Jesús” (Heb. 12,2)

ETAPES CALENDARI ALGUNS CONTINGUTS

Preparació Assemblees generals: any 2018: 78 i 79. Any 2019: 80 i 81

Reunions de la junta directiva

Primera ESCOLTAR

2020 gener, febrer i març

“Escolta, filla, i estigues atenta” (salm 44,11) "Parla, Senyor, que el teu servent escolta." (1 Sam 3,9) ▪ Obertura del Fòrum a càrrec del president de l’URC ▪ Pregària mensual per comunitats ▪ Tres reunions comunitàries ▪ Reunions sectorials (SIRBIR, administradors, formadors,

comunicadors...) ▪ Jornada Mundial de la Vida Consagrada: 2 de febrer ▪ Jornades de Formació Permanent: 8 de febrer i 21 de març ▪ 82 assemblea general de l’URC ▪ Reunió del grup Anawim ▪ Nova secció sobre el Fòrum al web de l’URC: www.urc.cat

Segona DISCERNIR

2020 abril, maig

i juny

“Fes que conegui, Senyor, les teves rutes, ensenya'm els teus camins.” (salm 25,4) ▪ Pregària mensual per comunitats ▪ Dues reunions: intercomunitària i intercongregacional ▪ Reunió d’Abats i Provincials ▪ Tramesa d’aportacions al secretariat del Fòrum

Fase intermèdia

2020 juliol, agost i setembre

“Aquí trobareu repòs, feu reposar els cansats; és un recer tranquil”. Is. 28,12 ▪ Invitació a pregar per la vida religiosa i elaborar un plantejament

vocacional en profunditat, pregària per les vocacions inclosa ▪ Tramesa als mesos d’estiu de documents, conferències, xerrades,

entrevistes o textos referents a la vida religiosa

Tercera RESPONDRE

2020 octubre,

novembre i desembre

“Feu tot el que ell us digui” (Jn 2,5) ▪ Pregària mensual per comunitats ▪ 83 assemblea general de l’URC ▪ Dues jornades de formació permanent ▪ Una reunió comunitària, intercomunitària i/o intercongregacional per

formular recomanacions Celebració de l’aplec - festa major de la vida religiosa. octubre

Cloenda POSAR-SE EN CAMÍ

2021 gener, febrer i març

“Es posaren en camí tots aquells a qui Déu va tocar el cor” (Esdres 1,5) ▪ Difusió de les recomanacions ▪ Pregària mensual per comunitats ▪ 84 assemblea general de l’URC ▪ Jornada Mundial de la Vida Consagrada ▪ Jornades de formació permanent

EE1 Dates: 13 al 19 de juliol de 2020, dl.-dg.

A la recerca de la felicitat Efrem de Montellà, monjo Inici: matí del dia 13 (cal arribar abans de les 12.30 h) Final: dia 19 després de dinar Preu: 335 € (tot inclòs) Places limitades, atorgades por ordre d’inscripció Data límit d’inscripció: 30 de juny de 2020

EE2 Dates: 17 a 23 d’agost de 2020, dl.-dg.

Els fruits de l’Esperit: pau, goig, amor... Anton Gordillo, monjo Inici: matí del dia 17 (cal arribar abans de les 12.30 h) Final: dia 23 després de dinar Preu: 335 € (tot inclòs) Places limitades, atorgades por ordre d’inscripció Data límit d’inscripció: 30 de juny de 2020

Forma d’inscripció:

1. Primer pas: sol·licitar plaça a l’URC a. pel web: www.urc.cat a l’enllaç b. per correu electrònic (urc.info@gmail.com), c. per telèfon (93 302 43 67) o directament a la seu de la plaça Urquinaona, 11,

2n 2a (08010 Barcelona) en horari d’atenció al públic: dilluns a divendres, de 09,00h a 13,00h.

Incloure-hi les dades següents: nom i cognoms, institut/congregació, adreça postal, correu electrònic i telèfon de contacte. Se seguirà estrictament l’ordre d’inscripció fins exhaurir les places

2. Segon pas: confirmació de la plaça. Es rebrà resposta a la sol·licitud. Cas que sigui afirmativa perquè hi hagi places disponibles, podrà passar-se al tercer pas.

3. Tercer pas: efectuar el pagament. Una vegada rebuda la confirmació de la plaça, cal efectuar el pagament. La plaça es considera coberta en el moment d’haver efectuat el pagament, prèvia sol·licitud de plaça i la seva confirmació. Pagament: ingrés o transferència bancària al número de compte de “la Caixa”

ES 37 2100 3040 0622 0034 0826 Indiqueu el nom i el cognom de la persona que s’hi inscriu i al costat les lletres EE1 (Montserrat, 13-19 juliol) o EE2 Montserrat, 17-23 agost)

Organitza: Monestir de Santa Maria de Montserrat. Amb el suport de l’URC, que coordina les inscripcions.

Exercicis Espirituals a Montserrat

amb el suport de l’URC - Estiu 2020

44 | 60

CALEIDOSCOPI DE LA VIDA RELIGIOSA

L'ABADESSA A CÀRREC DE MÍRIAM DÍEZ

La mare abadessa Maria del Mar Albajar La mare abadessa Maria del Mar Albajar, osb, és una dona resilient i propositiva. Des de fa cinc anys, i no en té ni cinquanta, és l’ abadessa d’una comunitat femenina amb dones de talent, estudis i d'alta volada en espiritualitat com és Montserrat. Aquesta setmana la benedictina Albajar ha participat en un webinar, una de les neoparaules a què la Covid-19 ens ha acostumat. Ha parlat d’interioritat, focusing i com la vida interior és necessària per ser conscients “que es tracta de connectar amb el nostre interior i saviesa” i “escoltar qui som realment”. Es van connectar a la seva videconferència 9.000 persones.

A Maria del Mar Albajar, economista, teòloga, amb estudis musicals, mestre del cor de la seva comunitat de Sant Benet i formadora en focusing per l’Institut de Focusing de Nova York, li agrada seure a terra quan es vol concentrar i vol estar atenta i mirar amb curiositat què és i què passa al seu voltant. Emocions i racionalitat estan molt bé però les persones “som més que tot això”, considera. Quan l’he anat a veure a Montserrat recordo aquest seu gest de seure a terra, al teu costat, i escoltar-te. A Jesucrist sempre me l’he imaginat també així. Hi ha poca gent que quan et demostren interès s’asseguin. És un gest corporal que denota atenció i aturar-se. Però aquesta monja contemplativa també es mou, com les altres germanes de la comunitat. De fet es mouen i participen en trobades amb altres religioses mundialment i també ofereixen cursos i participen en activitats fora de les parets i jardins del monestir.

Aquesta dedicació a la causa de manera totalitzant és d’alt interès en un món de causes parcials i a hores, d’activismes intensos que no sempre perseveren, de relacions efímeres i de projectes a curt termini

Avui la vida de les comunitats contemplatives es basa naturalment en pregar i treballar, ora et labora, però també en estar connectades amb el món. La seva tria no és allunyar-se del món per connectar egoistament amb el seu ego i estar la mar de bé en un espai privilegiat —que ho és— amb tot de dones interessants que tenen unes aspiracions semblants. No. Responen a una crida, no són elles i el seu desig, sinó elles i la seva resposta. Jo crec que els moments actuals seran positius per a les vocacions, en general. Vocacions a metges i infermeres, vocacions a un periodisme que s’allunyi de les fake news, vocacions a mestre, i vocacions a la vida religiosa. La vocació és l’acció i l’efecte de cridar, vocare. Multi auti sum vocati vero electi. Molts són els cridats, pocs els escollits, llegim a l’Evangeli. La vocació és una crida universal però de respostes individuals i puntuals.

Què hi troben, aquestes dones formades, brillants, amb capacitats de lideratge, políglotes, cultes, empàtiques, en aquest tipus de vida teòricament aïllat i on fan una opció —i això sí que és provocador— per sempre? Hi troben el sentit de la vida, un altre tema que el

45 | 60

coronavirus ens ha posat sobre la taula. Hi troben la resposta al per què vivim, i per què morim, l’altra cara de la moneda. A les trobades de dones i lideratge, que proliferen i són molt útils per entendre que hi ha diverses maneres d’exercir el poder, hi trobo a faltar la veu de les priores, abadesses, líders de comunitats religioses. Elles no només lideren un projecte i després se’n van a casa i tenen una altra vida, sinó que la seva vida és aquest projecte comunitari que ho embolcalla tot, i per sempre. Aquesta dedicació a la causa de manera totalitzant és d’alt interès en un món de causes parcials i a hores, d’activismes intensos que no sempre perseveren, de relacions efímeres i de projectes a curt termini. La vida religiosa, que a algunes dones els ha cridat l’atenció i són allà, amb la torxa de la fe, l’estudi, l’espiritualitat, és una opció de vida que no hauria de fer grinyolar tant els anticlericals. Aquestes dones tenen una autogestió i autonomia envejables. I tot i semblar que no són del món, són capaces de deixar embadalides milers de persones a través d’un webinar parlant de conceptes que provenen de la filosofia com el focusing, que és aquesta eina terapèutica que ajuda a expressar usant també la corporalitat aquell jo més profund. No deixa de ser paradoxal que des del món estressat i ple de possibilitats cognitives, de formació i d’informació, hagi de sortir precisament d’un monestir, tancat i allunyat de les ciutats, un ensenyament vital d’aquest calibre.

Avui les persones no poden anar a fer recessos, ni a monestirs ni a balnearis. L’aigua d’unes termes no la pots simular ni dur a casa, però l’espiritualitat sí que pot travessar pantalles. Les religions postcovid n’han de prendre nota.

Entrevista a

Maria del Mar Albajar,

abadessa del Monestir de Sant Benet

Anna Zaera. Vilaweb

4 maig 2020

46 | 60

Aquests dies, el Monestir de Sant Benet de Montserrat ha tancat l’hostatgeria i les germanes han hagut de reorganitzar-se per fer front al confinament. De les vint-i-nou germanes que són, aquests dies n’hi ha vint-i-dues. Algunes són grans i, per tant, han de vetllar per mantenir la casa amb les millors condicions de seguretat, atès que són població de risc. Maria del Mar Albajar (Barcelona, 1970) n’és l’abadessa des del juny del 2015 i la màxima responsable d’aquest monestir de benedictines ubicat al camí que va de Monistrol al Santuari de Montserrat. Abans de ser abadessa, Albajar havia estat mestra de novícies i responsable del cant de la comunitat. Llicenciada en ciències econòmiques i en teologia, parlem amb ella, en aquests moments de pandèmia, sobre com viuen el confinament en comunitat i quines perspectives socials i espirituals es poden derivar de la crisi de la Covid-19.

—Sou expertes en viure en recolliment. Com passeu aquests dies que la resta del món també és confinat? —És cert que nosaltres no hem canviat tantes coses aquests dies perquè estem molt més acostumades a estar-nos a casa. Casa nostra està preparada per a aquest estil de vida. Però també és veritat que per a nosaltres aquesta situació és molt extraordinària. No veiem ningú de fora i la nostra vida tampoc té sentit només a dintre. La nostra vida és diàleg amb el món. Jo, per

exemple, ara hauria d’estar preparant un viatge per a la setmana que ve. Hi ha molts projectes de fora que no es fan i són projectes que tenen molt sentit. —També us afecta econòmicament? —Sí, perquè això significa que no es fa ni la ceràmica, ni l’hostatgeria, i s’han anul·lat la majoria de cursos que fem. —Heu tingut temps d’analitzar tot això que passa? —El primer dia de confinament pensava: això m’anirà bé, tindré molt de temps. Però n’he tingut menys que no em pensava. Malgrat que hi ha molta informació, també hi ha una part de gran desconeixement de què passa realment. Però sí que hi ha una gran preocupació per tots els professionals sanitaris que han hagut de fer front a la pandèmia des de la primera línia. Un personal sanitari que ha hagut de treballar en unes condicions que no mereixia. Això ho han salvat les persones a força de sacrifici personal. No teníem el sistema sanitari com l’hauríem d’haver tingut. Ens cal un exercici de responsabilitat molt gran, perquè ens acostem a una crisi molt dura. —Renda bàsica per a tothom. Com a economista us semblaria una bona idea? —Com a concepte em sembla bé. S’ha de tenir en compte el dret a la vida, que hi ha persones que el defensen només en néixer. I aquest dret s’ha de defensar tota la vida. Tenir persones que no tenen les condicions per a viure, això no es pot permetre. S’ha de treballar perquè tota persona tingui allò que necessita per a viure, des del principi fins al final. —Una crisi econòmica que ens pot portar a una crisi també de valors? —Les crisis poden dur a una situació de molta por i molt tancament i a polítiques que responguin a això. Podem perdre molts dels drets que hem aconseguit els darrers anys. Ja n’havíem perdut uns quants, però no ens podem permetre d’anar més enrere en drets

47 | 60

socials i drets humans. És una situació molt crítica. Però crec que tenim l’esperit i les habilitats per a sortir-nos-en. La qüestió important és no caure en la por. —Com s’evita de caure en la por? —Aquesta crisi ens ha obligat a topar-nos cada dia amb les mateixes persones en un espai molt reduït. El nostre dia a dia s’ha fet més petit i això ens pot ajudar a fer el nostre viatge interior al nostre jo més real, més original, més creatiu, més lliure. Però també ens pot passar la cosa contrària. Depèn de cadascú si ho aprofitem o no. Totes les crisis poden ser una oportunitat, però ho són si les aprofitem, per si mateixes no ho són pas. —El fet de no tenir estímuls externs afavoreix aquest viatge? —La majoria de vegades, només si les circumstàncies ens forcen, som capaços de fer aquest camí de redescobriment intern. Quan som constantment atrets i activats per estímuls externs, és molt difícil.

—Creieu que la vostra vida en comunitat es podria traslladar al món no religiós? —Sí. De fet, aquí a la muntanya de Montserrat hi ha un grup de gent que viuen junts. Sí que estan oberts a l’espiritualitat, però no necessàriament lligats a una religió. Jo no sé si el moviment hippy tenia alguna cosa d’això, també. Els principis que hi ha darrere la nostra vida és una vida en comunitat on els béns són comuns. Per tant, si hi ha ingressos, hi ha ingressos per a tots, i les persones que gestionen els recursos els reparteixen en funció de les necessitats. No a tothom igual, sinó en funció de les necessitats. Una anciana

pot tenir més necessitats que una jove, o una jove pot necessitar que li paguin uns estudis. Això implica que quan arribes al monestir, si tens llibres, si tens un ordinador, qualsevol cosa que tinguis contribueix a les altres germanes. —Ara ens trobem amb la necessitat de conviure a les escales de veïns, als barris. En el vostre cas, és fàcil la convivència? —No és gens fàcil. Perquè no són persones que hagis triat. Som persones que estem juntes perquè tenim la mateixa motivació. La mateixa crida, que en diem com a cristianes. Són persones que has d’aprendre a estimar. Però això mateix ens passa també a fora, compartim el planeta amb persones que no hem triat. Hem de trobar la manera de repartir uns recursos que són limitats en funció de les necessitats de cadascú. I relacionar-nos de manera que puguem ser nosaltres mateixos, amb el caràcter diferent que tenim. I això és una tasca de tota una vida. De fet, vas aprenent a estimar l’altre perquè també aprens a estimar-te tu. L’altre sempre ens descobreix alguna cosa que desconeixíem de nosaltres mateixos. —Només es pot estimar si es coneix, llavors? —Sí, els clàssics ja ho diuen: sense conèixer no es pot estimar. Però per mi, estimar també és l’expressió de qui som. Jo crec que estimar és compartir qui sóc. Té a veure amb conèixer, però també amb el fet que el meu ésser s’expressi. Que expressi els límits, els somnis…

48 | 60

—Podríem dir que, per molt que cadascuna de vosaltres tingueu uns estudis o un ofici, aquí sou expertes a aprendre a viure en comunitat i aprendre a estimar? —Som expertes a intentar-ho! —Com ho feu a la pràctica? —Nosaltres tenim un text base, la ‘Regla de Sant Benet’, que és un document del segle VI. Tota aquesta teoria d’aprendre a estimar-nos es concreta en coses. Que els interessos dels altres els posis davant els teus, o que no te’n vagis a dormir sense haver resolt els conflictes que et posen nerviós. També com escoltar la teva pròpia veu, però també de les altres monges. Com deia, aquesta Regla és del segle VI i, evidentment, hi ha moltes coses que no serveixen, però n’hi ha moltes que sí que ens donen orientació. Nosaltres som aquí perquè volem aprendre a estimar. Sant Benet parla del monestir com una escola per a aprendre a estimar. —Com s’aprèn a estimar? —Estimar és una opció, no és automàtic. Automàtic és la preservació de la vida, la preservació dels meus interessos. La cosa automàtica és aquella que asseguri la meva existència. Si jo no hi poso consciència, no m’ha de sortir necessàriament estimar. És una opció que es construeix i que t’ajuda a arribar a ser. —Com a dones religioses, us considereu invisibilitzades per l’Església com a institució? Us sentiu interpel·lades pel feminisme? —Per nosaltres, el feminisme és un tema important, com a mínim, fins que no sigui necessari parlar-ne. Fins que les dones no tinguem les mateixes oportunitats i el mateix respecte que tenen els homes. Dins l’Església, és una qüestió que vivim cada dia. Aquesta desigualtat existeix en tots els àmbits de la vida. —Feu res concret per lluitar contra el patriarcat? —Sempre que podem explicitar-ho ho fem. Per exemple, hi va haver una celebració a la Sagrada Família, amb més cinc mil persones, i algun periodista quan havia de nomenar les autoritats, només va esmentar bisbes i capellans. Als bancs hi havia dones amb grans responsabilitats, i no les va esmentar. És tan evident que no hi eren pel fet de ser dones! —Us agradaria tenir més presència als mitjans de comunicació, per explicar el vostre posicionament envers totes aquestes qüestions? —Aquí, hi ha persones que se senten més còmodes amb els mitjans que unes altres. Jo, si més no, quan vaig entrar al monestir em pensava que entrava per allunyar-me del món i resulta que no. Però és cert que no busquem gaire la relació amb els mitjans i potser hauríem de fer alguna tasca més en aquest sentit… No ho sé. —Per què vau triar l’orde de Sant Benet? —Té molt a veure amb un enamorament. Jo no vaig triar ni la casa ni el paisatge, sinó que vaig conèixer aquest lloc i vaig sentir: això és casa meva. Com et pot passar amb una persona, que dius: ostres, aquesta persona és casa meva! Per què? Perquè te n’agrada el físic, potser també, però és una altra cosa. El nivell d’elecció és intuïtiu i, passat un temps, vas veient que això et quadra i vas trobant-ne les explicacions.

49 | 60

—Quants anys fa que sou aquí? —Fa setze anys. Com a abadessa, en farà cinc. —Suposo que la vostra funció també és fixar unes línies ideològiques que marquin un posicionament del monestir en relació amb el país i el món. —Nosaltres som una comunitat plural. Hi vivim persones molt diferents. Partim d’aquest respecte i aquest diàleg a l’interior de la comunitat. L’enfocament és intentar ser coherents i compartir l’experiència que fem. És molt important el nostre país, i en la cultura que som. Per nosaltres són essencials els valors que recorden la persona humana. Tenim un compromís molt fort també amb el nostre poble, Marganell. Ens sentim part del poble. —També teniu el compromís de preservació del patrimoni cultural. —Sí. La preservació de la història com a constructora de present i de futur. La nostra història comença al segle XIII a Barcelona, de manera que també és la nostra funció preservar els documents dels moments històrics que ha viscut la nostra comunitat. Per a nosaltres és important preservar la cultura i les tradicions i crec que aquesta voluntat també es reflecteix en el fet que aquí vivim persones d’edats diferents. El fet de tenir les nostres grans amb nosaltres també és una manera d’expressar la importància de conservar la història. —Què diuen les germanes més grans de la situació actual? —L’altre dia, una germana que té 95 anys deia: ‘Quan sortim d’això, serà com després de la guerra, que ens anaven dient: d’aquesta casa ha mort aquest, d’aquesta ha mort aquest altre. Però jo me’n vaig sortir, de la guerra, per això també me’n vull sortir, d’això.’ Elles són el nostre tresoret, les hem de cuidar. —Sou una comunitat molt vinculada a la cultura del país. Us sentiu identificades amb els valors republicans? Heu tingut debat a la comunitat? —N’hem parlat, però en aquest punt hi ha diferents posicionaments. Com a comunitat no ens podem posicionar, ens podem posicionar com una comunitat plural. Intentem que totes les posicions se sentin respectades i que hi hagi aquest diàleg, que jo crec que és el repte que tenim com a país. És un país plural i hem de construir-ho entre totes les diferències. Però és veritat que hi ha força posicions molt republicanes i crec que de monàrquiques no n’hi ha gaires, que jo sàpiga. —Hi ha persones que diuen que vivim un canvi de paradigma. Com ho veieu? —Depèn de la manera com gestionem la pandèmia mèdicament, però també amb allò que us deia abans: si preval la por de l’altre i el tancament o si som capaços de viure segons els millors valors de la humanitat. Aquí tenim una tria a fer com a societat i si la deixem a les mans dels polítics, sé quina resposta n’obtindrem. Davant la por, la tendència biològica és el tancament. —No teniu gaire confiança amb la classe política? —Jo no veig una altra expressió que la política, com a expressió del nostre ser social. La política en el sentit més ampli. No hi ha una altra opció que els partits polítics. Hi ha persones respectables i responsables en la política, i és responsabilitat nostra donar-los suport. —Creieu que són més importants les persones que els partits? —Jo crec que sí. Hi ha persones molt vàlides, que han arriscat molt i que són un exemple.

https://www.vilaweb.cat/noticies/maria-del-mar-albajar-abadessa-del-monestir-de-sant-benet-tenim-una-tria-a-fer-com-a-societat-i-si-la-deixem-en-mans-dels-politics-jo-se-quina-sera-la-resposta/

50 | 60

BEATIFICACIÓ DE TRES MÀRTIRS CAPUTXINS A LA BASÍLICA DE

SANTA MARIA SEU DE MANRESA

Bisbat de Vic

04 maig 2020

Els tres màrtirs caputxins assassinats a Manresa el 1936 seran beatificats el 14 de

novembre a la Basílica de Santa Maria de la Seu de Manresa. La missa de beatificació

serà presidida pel Cardenal Prefecte de la Congregació per les Causes dels Sants,

Mons. Angelo Becciu

La Secretaria d’Estat del Vaticà ha anunciat data i lloc per a la beatificació dels tres

màrtirs caputxins assassinats a Manresa l’any 1936 per la seva condició religiosa.

Els frares Benet de Santa Coloma de Gramenet, Domènec de Sant Pere de

Riudebitlles i Josep Oriol de Barcelona seran beatificats el 14 de novembre d’aquest

any a la basílica Santa Maria de la Seu de Manresa. La missa de beatificació serà

presidida pel Cardenal Prefecte de la Congregació per les Causes dels Sants, Mons.

Angelo Becciu.

Beat vol dir en llatí “feliç”, “benaurat”. L’Església, en declarar una persona com a beata,

reconeix en ella –de manera oficial– un model de vida i algú a qui acudir perquè intercedeixi

davant Déu i en permet el culte públic. Quan la devoció a un beat s’estén més enllà de

l’àmbit local, en la majoria dels casos, es procedeix a l’inici del procés de canonització, per

a declarar-lo sant.

La beatificació dels tres màrtirs caputxins és la primera dels temps moderns al bisbat de

Vic, des que el papa Benet XVI va traslladar les cerimònies de beatificació a les diòcesis

dels beatificats (i no a Roma) per tal d’apropar el seu testimoni a l’església local.

51 | 60

El procés de beatificació d’aquests caputxins començà a la diòcesi de Vic el 18 d’abril de

1955: fou tramès a Roma l’any 1962 i fou prosseguit i completat entre els anys 1997 i 2005.

Finalment, el passat 24 de gener, el papa Francesc aprovava de manera oficial la seva

beatificació i ara se n’han coneguts els detalls de l’acte de celebració.

Fra Benet és el nom de religiós de Josep Domènech i Bonet, nascut a Santa Coloma

de Gramanet el 1892. Fundador dels “Amics del cant gregorià” i mestre de novicis a

Manresa. Fou un caputxí modèlic, de tarannà ascètic, i un exemple de vida consagrada,

que sabia exigir –amb fermesa i dolcesa– als seus novicis el seu progrés espiritual. Fra

Benet fou detingut el 6 d’agost del 1936 per uns milicians que l’escarniren i el torturaren i,

finalment, l’assassinaren el dia 7 d’agost de 1936.

Fra Domènec de Sant Pere de Riudebitlles és el nom de religiós de Joan Romeu i

Canadell, nascut a Sant Pere de Riudebitlles el 1882. Mogut per uns forts ideals missioners,

el 1917 fou enviat a l’Amèrica Central on, durant 17 anys, treballà pastoralment a Cartago

(Costa Rica) i a Managua (Nicaragua). Després d’un apostolat molt intens, el 1930 retornà

a Catalunya força malalt i visqué la darrera etapa de la seva vida al convent de Manresa,

agraciat amb una fama de religiós bo i exemplar, observant i molt sacrificat. En esclatar la

revolta, fou identificat i detingut com a eclesiàstic a casa d’uns parents, on havia estat acollit,

i –confessant la seva condició religiosa– fou assassinat el 27 de juliol de 1936.

Fra Josep Oriol de Barcelona és el nom de religiós de Jaume Barjau Martí, nascut a

Barcelona el 1891. El Pare Josep Oriol s’ordenà sacerdot el 1915 i es dedicà a la predicació,

atenció al confessionari, direcció espiritual i, també, a la recerca històrica. Preparà l’edició

del Chorale Psalterium, obra monumental que rebé els elogis del papa Pius XI. El P. Oriol i

el reverend Pere Vintró foren els primers en morir assassinats a Manresa per la seva

condició religiosa el dia 24 de juliol de 1936. El P. Oriol havia trobat refugi en una casa veïna

al convent, i celebrava clandestinament la Santa Missa i també visitava i administrava

clandestinament els sagraments. Fou en una d’aquestes perilloses sortides que fou

descobert i detingut. Després de manifestar-se religiós, fou insultat i assotat mentre ell

perdonava els seus botxins. Finalment fou assassinat a les afores de Manresa.

Frares caputxins

Els frares caputxins són una

branca de l’Orde Franciscà,

fundat per sant Francesc

d’Assís a Itàlia en el segle XIII.

Sant Francesc volia viure

seguint l’evangeli de Jesús, en

pobresa i fraternitat. Els

caputxins són presents a

Catalunya des de 1578. Han

tingut convent a Manresa entre

1582 i 2007, amb els parèntesis

forçosos de l’exclaustració al s.

XIX i la guerra civil.

52 | 60

COMUNITAT DE MONGES BENEDICTINES DEL MONESTIR DE SANT

PERE DE LES PUEL·LES

Comunitat de monges benedictines del monestir de Sant Pere de les Puel·les

2 de maig de 2020

La comunitat de monges benedictines del monestir de Sant Pere de les Puel·les us volem donar una bona notícia. Enguany celebrem 1.075 anys de la consagració de l’església del nostre primer monestir, situat a la plaça de Sant Pere de Barcelona, a l’antic barri de Sant Pere. La comunitat es va traslladar a Sarrià el 1879. Justament aquest 6 de maig de 2020 es compleixen 75 anys de la consagració de l’actual església, reconstruïda de nou després de la Guerra Civil. L’església del monestir és un lloc molt important per a nosaltres, on ens reunim diverses vegades al dia per celebrar la litúrgia i l’eucaristia; lloc on la Paraula de Déu se’ns revela, lloc de compartir la fe amb les germanes i els germans de la comunitat cristiana del monestir.

Des de la pregària i el compromís, hem estat i som part activa de la història del nostre poble. Aquests aniversaris són motiu de joia. Els celebrarem malgrat el confinament i la situació de la pandèmia. Us agrairem que ens tingueu presents des de casa vostra i que junts en donem gràcies a Déu.

La celebració s’escau de ple dins el temps pasqual. El Crist Ressuscitat ens diu a tots: no tingueu por, la pau sigui amb vosaltres! Esperança Atarés, abadessa, i comunitat monestir de Sant Pere de les Puel·les 2 de maig de 2020

53 | 60

In memoriam

Encara estem en fase de completar les dades

Religioses Religiosos Total

Difunts 26 18 44

Anys viscuts en conjunt 2272 1515 3787

Mitjana edat 87,4 84,2 85,8

Més jove 72 67

Més gran 96 96

Congregacions 11 5 16

Coronavirus comprovat 8 5 13

Coronavirus probable 8 4 12

Altres malalties 10 9 19

Mes de gener 2 0 2

Mes de febrer 0 1 1

Mes de març 16 8 24

Mes d'abril 8 9 17

Mes de mayo 0 1 1

54 | 60

Dies de cada més quan s’ha poduit una mort i també quhan han estat vàries al mateix dia

IN MEMORIAM

El llistat comprèn religioses i religiosos difunts a Catalunya a partir de 1 de gener de 2020. Romandrà obert permanentment. Moltes gràcies a les diverses congregacions per la vostra col·laboració, que representa sens dubte un homenatge als difunts i un agraïment intercongregacional a Déu pel seu testimoniatge fins a la mort.

Religioses i religiosos difunts: introducció de dades

Control + clic per connectar amb el vincle

MOR L’ESCOLAPI MATEU TRENCHS, MISSIONER I APASSIONAT DE LA

LLENGUA

Escolapis via Catalunya Religió. 04/05/2020

Diumenge 3 de maig al matí moria a l’hospital sant Andreu de Manresa l’escolapi Mateu Trenchs a causa d’una greu i breu malaltia. Va néixer a Terrassa l’any 1942, tenia doncs 78 anys. Va ser missioner al Senegal durant gairebé vint anys dedicat a l’educació. Allà es va convertir en un dels promotors de l’ús del diolà, una llengua regional a la qual va adaptar els textos litúrgics. També va marcar nombrosos alumnes en la seva etapa en diverses poblacions catalanes com Olot o Moià. La composició de sardanes és un altra vessant de la seva vida.

Alumne de l’Escola Pia de Terrassa, ben jove pren la decisió de fer-se escolapi. Mateu Trenchs i Verdaguer va fer la primera professió després del noviciat a Moià l’any i 1958 i

55 | 60

segueix la seva formació a Iratxe, Albelda i Salamanca on obté el títol de llicenciat en Teologia. A finals del 1965 fou ordenat sacerdot. Inicia el seu ministeri escolapi a Vilanova i posteriorment a Olot, on a més de ser professor és el responsable dels postulants escolapis, alguns dels quals, encara ara, en guarden un gran record que han manifestat en un petit homenatge que han escrit en saber la seva mort. L’any 1976 marxa al Senegal, en una nova etapa de la seva vida. A la regió de la Casamance, i concretament a la població d’Oussouye, hi exerceix com a educador i com a pastor. D’una banda és director del col·legi de Secundària “Joseph Faye”, i d’altra banda col·labora amb les parròquies de la zona. El contacte pastoral amb la llengua autòctona de la regió, el diolà, el fa aprofundir el seu coneixement, per comunicar-se millor amb els seus feligresos. Però va encara més enllà, i posa per escrit pregàries i altres textos litúrgics. Fins aquell moment no hi havia a penes res escrit en el diolà cassà, la variant d’Oussouye. Va més enllà dels textos religiosos per fer una gramàtica i més tard un diccionari. La feina d’en Mateu serveix perquè els diolàs s’estimin més la seva llengua. L’arribada de la informàtica li facilita l’expansió del seu treball lingüístic. L’any 1994 es trasllada a Sokone, al centre del Senegal. Un any després i a causa d’un accident de moto, torna a Catalunya. La darrera etapa de la seva vida es mou entre Barcelona, Sabadell, Balaguer, Tàrrega i finalment Moià. Abans d’arribar a Moià, durant uns quants anys és el responsable del santuari de la Mare de Déu de la Pietat a l’Escola Pia d’Igualada. Des del 2010 resideix a Moià on col·labora pastoralment amb la parròquia i amb residències de gent gran. Pel seu domini del francès, col·labora amb l’Orde en la traducció de textos oficials escolapis. Un altre vessant ben diferent és el de la composició de sardanes, entre elles “primavera a Moià”, que va estrenar entre 2013 i 2015. La seva mort ha impactat els diferents llocs per on en Mateu va deixar la seva petjada. Des dels seus antics postulants d’Olot, però també i molt al Senegal i naturalment a Moià on hi ha viscut els seus darrers deu anys. Descansa en pau. Els alumnes que el van tenir com a formador a Olot, 50 anys després encara reconeixen com els va ensenyar el sentit de la responsabilitat, la solidaritat, el respecte i l’amor vers els altres, l’honestedat, la tolerància, i el compromís actiu. Principis que va posar en practica en la seva vida el pare Mateu Trenchs.

INFORMACIONS

MIGRA STUDIUM PUBLICA L’INFORME CIE 2019. DESEMMASCARAR

L’INTERNAMENT

Migra Studium. 05 de maig de 2020

Un any més Migra Studium denuncia que al llarg de l’any 2019 s'han produït vulneracions molt greus de drets dins el CIE (Centre d’Internament d’Estrangers) de la Zona Franca. L’informe CIE 2019 de la Fundació Migra Studium, que es fa públic avui, posa de manifest:

• La presència de 38 possibles menors i l’internament de persones amb problemàtiques psiquiàtriques i amb discapacitat.

56 | 60

• Una gestió arbitrària del Centre que soscava el dret de defensa i la tutela judicial dels interns. Hi ha hagut abundants casos en que els interns manifestaven haver patit tracte racista, degradant o intimidatori o fins i tot haver patit agressions físiques per part d’agents del cos de Policia Nacional.

• El dret de defensa i la tutela judicial dels drets dels interns estan greument en

joc per actuacions jurídiques molt deficients d’advocats i magistrats.

A mitjans de març d’aquest any, Migra Studium, juntament amb altres entitats, demanàvem el tancament del CIE de la Zona Franca per la situació generada arran de la pandèmia, que impossibilitava les expulsions. El dia 19 de març de 2020, després de molta pressió, els últims estrangers interns al CIE van ser posats en llibertat. Des de fa més d’un mes, encara que per circumstàncies excepcionals, estem experimentant que podem viure sense CIE, és a dir, sense privar de llibertat a cap persona per una simple falta administrativa. Des de fa vuit anys, la Fundació Migra Studium manté un grup estable de voluntaris que visita setmanalment les persones estrangeres privades de llibertat al CIE de la Zona Franca. Fruit d’aquestes visites, la Fundació elabora un informe anual que pretén posar llum sobre un dels punts més foscos de la política migratòria de l’Estat Espanyol. L’any 2019, més de 1.000 persones van ser privades de llibertat al CIE de la Zona Franca. Al llarg de l’any Migra Studium va poder acompanyar-ne personalment 170 i va fer un total de 535 visites individualitzades (amb una mitjana d’unes tres visites per persona interna). Així mateix, l’entitat va fer més de 160 accions de defensa jurídica en favor de les persones internes. En l’informe CIE 2019 Migra Studium fa un repàs a la realitat de l’internament que pateixen les persones immigrades amb una triple mirada: atenent a les dades de les visites, elaborant una anàlisi de les vulneracions dels drets documentades per la Fundació i oferint un recull de testimonis.

57 | 60

Una mirada retrospectiva al que va succeir al llarg de l’any 2019 ens hauria de convèncer que mantenir el CIE operatiu no només és ineficient, sinó profundament injust, ja que és un espai d’arbitrarietat i de vulneració de drets. Per tot això, un any més Migra Studium demana el tancament definitiu del CIE de la Zona Franca i l’aposta per una política migratoria basada no pas en l’hostilitat sinó en l’hospitalitat. Hem demostrat que podem viure sense CIE, volem doncs viure sense CIE. Aquí trobareu un resum executiu de l’informe CIE 2019 (3 pàgines) Aquí trobareu l’informe CIE 2019 complert (33 pàgines) Per més informació contacteu a: Pau Vidal, Coordinador projecte CIE, pauvidal@migrastudium.org - 618280994 Josetxo Ordóñez, Advocat projecte CIE, josetxoordonez@migrastudium.org – 664230569

14 DE MAIG: DIA DE PREGÀRIA, DEJUNI I CARITAT PER ALS CREIENTS

DE TOTES LES RELIGIONS

Arquebisbat de Tarragona. 5 maig 2020 Aquest proppassat diumenge dia 3 de maig, després de la pregària del Reginja Coeli, el papa Francesc, acceptant la proposta de l’Alt Comitè per a la Fraternitat Humana, del qual en forma part, va demanar que el proper dia 14 de maig, «els creients de totes les religions s’uneixin espiritualment en un dia de pregària, dejuni i obres de caritat, per implorar a Déu que ajudi a la humanitat a superar la pandèmia del coronavirus».

mb aquesta jornada del proper dia 14, segons l'Alt Comitè per a la Fraternitat Humana, es vol que «Déu ens ajudi a sortir d’aquesta aflicció, inspiri als científics a descobrir un medicament que acabi aquesta pandèmia i alliberi el món de les conseqüències sanitàries, econòmiques i humanes a causa de la propagació d’aquesta perillosa pandèmia». En aquest sentit, el Comitè «fa una crida a tots els líders religiosos i persones d’arreu del món a respondre a aquesta súplica humanitària i acudir al Totpoderós amb una sola veu per preservar la humanitat, ajudar-la a superar la pandèmia i restablir la seguretat, l’estabilitat, la salut i el desenvolupament, i fer que el nostre món, després de la pandèmia, sigui més humà i fratern».

58 | 60

ISCREB

59 | 60

Fundació Escola Cristiana

FECC INFORMA núm. 770 | 4 de maig de 2020

Cap a una “nova normalitat” La classe política ha difós darrerament un nou concepte, la “nova normalitat”, que pretén de donar explicació de com serà de diferent la nostra vida a l’anterior a la pandèmia... En sabem poc encara però, llegint dades, podem intuir alguns escenaris. És evident que aquesta pandèmia ha fet brollar les incongruències i escletxes del sistema, de les quals l’educació no ha quedat al marge. Algunes de les referències que havien estat un lloc comú s’han posat sobtadament en entredit, tant en positiu com en negatiu. El teletreball i la teledocència, l’acompanyament de l’alumnat, el tractament personalitzat, el seguiment familiar de les tasques docents, el propi volum o intensitat de la tasca educativa, les relacions laborals dels nostres equips... Sense oblidar la gestió de la “distància social” en un àmbit educatiu que, per definició, és convivencial, relacional i generador d’entorns de proximitat en uns espais que són els que són...

També provoca molta inquietud la lectura de les dades econòmiques. Es parla d’una caiguda del PIB entorn al 8% i d’un índex d’atur proper al 20%. Són xifres colossals que anuncien una situació molt complicada que, a més, farà efecte en una classe social ja molt castigada per la crisi de l’any 2008.

En aquest context, podem pensar en una nova realitat que s’està configurant, que sens dubte tindrà reflex directe en el nostre entorn i que ens pot marcar un camí a seguir. Si sempre hem dit que els pares i mares que confien en l’escola concertada no han de trobar obstacles de caire econòmic per escolaritzar-hi els fills i filles, ara més que mai aquesta afirmació s’ha de transformar en exigència.

No sabem com de diferent serà la societat que coneixerem quan empreses, comerços, escoles, esglésies... tornin a obrir les portes. Però podem entreveure que serà diferent de la que hem conegut fins ara. Hi haurà contextos que caldrà modificar. Un d’ells ha de ser el de la gratuïtat de la plaça escolar a l’escola concertada.

A aquestes alçades, ningú no posa en dubte que l'ensenyament concertat està infrafinançat i que les aportacions públiques no cobreixen la totalitat del cost de la plaça escolar. Si els projectes es mantenen és gràcies al compromís adquirit per les famílies, que no només trien el centre on volen que s'eduquin els seus fills, sinó que de manera voluntària en contribueixen al sosteniment, després d’haver pagat els impostos per gaudir, “diuen”, d’un ensenyament gratuït per als seus fills dins el Servei d’Educació de Catalunya, el servei que aplega l’escola pública i l’escola concertada. Aquests dies, a causa de l'aturada econòmica i els ERTO, les possibilitats econòmiques de moltes famílies s’han vist afectades negativament. Això portarà a la impossibilitat per part de moltes famílies de realitzar aquesta col·laboració, de manera que en alguns centres es podria posar en perill la seva continuïtat, obligant a aquests pares a haver de buscar una opció educativa diferent de la ja escollida. Sempre hem considerat injusta la necessitat d’aquesta cooperació voluntària de les famílies, perquè injust és que es trobin obstacles econòmics per escolaritzar els alumnes en llocs en què, per definició, l’ensenyament bàsic i obligatori ha de ser gratuït i perquè més injust -i il·legal- és que l’Administració mai hagi acomplert aquest manament de garantia de gratuïtat.

Per això, un dels camins d’aquesta ‘nova normalitat’ ha de passar per la gratuïtat real i efectiva dels ensenyament bàsics i obligatoris objecte de concert. Amb les

60 | 60

temporalitzacions raonables que siguin necessàries, sabedors d’una realitat complexa. Però el sector no pot esperar més ni ha d’atendre raonaments ambigus. Potser ara més que mai ens juguem el futur del Servei d’Educació de Catalunya. El futur d’un sistema educatiu que ha contribuït a construir amb èxit la nostra realitat social.

Contacta amb nosaltres Lluís Serra Secretari general de l’URC sec.urc@confer.es

Director del CEVRE sec.general@urc.cat Olga Mª Sánchez Secretària auxiliar de l’URC i del CEVRE urc.info@gmail.com

Dilluns a divendres: 09.00 – 13.00

Web Unió de Religiosos de Catalunya www.urc.cat Facebook Unió de Religiosos de Catalunya www.facebook.com Twitter URC Unió Religiosos @Religiosos.cat Telèfon 933 024 367

UNIÓ DE RELIGIOSOS DE CATALUNYA sec.general@urc.cat / Secretaria: urc.info@gmail.com

http://www.urc.cat