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:32 lnvesLigar:si ¡él ílSijIlación social de "calidad" , y con ella. de rango est1 afeclado por diJ erendas estructurales dentro de la comunidad cientffica. Dicho bJ(l"emellte,. en la medida. en que modifiqLlemos la creencia epistemológica tróciooa! cont.ribu(jones:aJ conocimicnto pueden ser valoradas objetivamen- te sill am"bigOed.a..d, en es:! ffii sma medida seremos capaces de concebir W1 vaslO alJuic o de posibilidades no sólo COI1 respec/o Q fa construcción locial dt} conQcimiefIJO cient(fico sirw tamllj { JI en re/ación a fa estratifjcación social y a otros fellÓlI1f!JtOJ Jocia/e; fa cienci a. ProflUldizaremos en ell o en los últimos capítulos. Es: muy probable que la JlriJlcipaJ barrera que impide a los sociólogos explorar est ... posibilidades sea de cará.C1er <pisemológico (Whitley. 1972). Nadie dudaría en cOllsiderar esas po:i: ibiJid.1des: paro fOIT11:l.s "inferiores" de conocimiento_ La dificultad COn respecto a la ciencia es que prtrtimos de una epistemología. bien atrincherada. frente a la que nosotros asumimos que las descripciones de! mundo natural de los científicos no pueden considera.¡se simplemente renejas de una realidad objetiva, ni de terminadas por reglas de evidencia invariantes y trascendentes:; por ejemplo. tratamos la noción de "consonanci a con la observaci 6n". com()socioJógicamente problemática (eollins, 1975). No es sorprendente, por tanto, que los sociólogos no se aventuren a hacer preguntas del tipo que hemos sugerido ames hasta que les haya preparado el terreno mediante una serie de deh:lles entre filósofos y historiJdores en el curso de los cuaJes se cuestione seriarneme la visión habilual de la ciencia. El ethos científico: un punto de vista divergente" Barry BARNES y R.G.A. DOLBY El estudio de la ciencia y los científlcos ha atraido a los sociólogos en una medida significativa sólo durante el último cuarto de siglo. primeros artículos de cierta importancia en este campo son probablemente los escnt.os P?r Roben a fmales: de los años 30 e inicios de los 40; sus ideas han mflUldo exu-aordmanamente en los investigadores posteriores y seguramente no es ninguna exageración afIrmar que la literatura de este área se ha ocupado casi exclusivamente de ampliar y desarrollar las aponaciones lniciales de Merton. No cabe duda de que en América los de Barber, Storer, Marcson. Hagstrom, Komhauser y Shils justificarían esta aseveraCión. En Gran Br etaf¡a la sociología de la ciencia no se ha cultivado en la misma medida, pero el trabajo de Cotgrove, aunque sin "seguir" a Menan, reconoce francamente su iniluencia. El conjwlto de quienes han recibido la influencia de Menan puede ser caracteriza- do aproximadamente como Wla escuela de pensamiento sociológico. Su. orientación sociológica básica es bien conocida: implica análisis funcionales de las SOCIedades y de las instituciones sociales y el tratamiento de los valores sociales o institucionales como determinantes dados de la conducta. Este enfoque es controvenido y -como señalan sus escuelas rivaJes- conduce, como mínimo, a dificultades filosóficas. Como creemos que la critica externa puede ser mucho más estimulante que los comentarios auto-defensivos internos, intentaremos revelar las inadecuaciones de es te enfoque en el contexto de la sociología de la ciencia. . .. . El núcleo de este enfoque que trata a la ciencia como ruta lI1stttuc¡ón SOCIal con un ethos de normas y valores. _ El Ethos de la ciencia un conjunto eficazmente armonizado de nonnas y valores que se presume obliga al hombre de ciencia. Las normas se expresan en de prescripciones, prohibiciones, preferencias y autorizaciones y se legitiman en térm. lOos de valores institucionales. Estos imper:ttivos, transmitidos mediante preceptos y eJem- plos. y reforzados mediante sanciones, devienen intemalizados en varias medidas por los científicos conforrnando así la consciencia científica o, si se prefiere el ténnino de mooa. su super-ego. Aunque el ethos de la ciencia no está codificado, puede ser inferido del consenso moral de lo s científicos, tal como se expresa en la conducta habitual, en incontables escritos sobre el espíritu científico y en la indignación moral dirigida hacia las contravenciones del ethos.' • Pubticado originalmente como, '"The Scientific Ethos: A Deviant Viewpoint" European of Socjology, (1970), XI; pp.3-25. Con autorización de los autores.

Barnes, B_ El ethos científico un punto de vista divergente

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le~ lta po~jble lnvesLigar:si ¡él ílSijIlación social de "calidad" , y con ella. de rango ~C)Ci;al. est1 afeclado por diJ erendas estructurales dentro de la comunidad cientffica. Dicho bJ(l"emellte,. en la medida. en que modifiqLlemos la creencia epistemológica tróciooa! deque]~ cont.ribu(jones:aJ conocimicnto pueden ser valoradas objetivamen­te ~ sill am"bigOed.a..d, en es:! ffii sma medida seremos capaces de concebir W1 vaslO

alJuico de posibilidades interpret<ltj\la.s~ no sólo COI1 respec/o Q fa construcción locial dt} conQcimiefIJO cient(fico sirw tamllj{ JI en re/ación a fa estratifjcación social y a otros

fellÓlI1f!JtOJ Jocia/e; ~Il fa ciencia. ProflUldizaremos en ell o en los últimos capítulos. Es: muy probable que la JlriJlcipaJ barrera que impide a los sociólogos explorar

est ... posibilidades sea de cará.C1er <pisemológico (Whitley. 1972). Nadie dudaría en cOllsiderar esas po:i: ibiJid.1des: paro fOIT11:l.s "inferiores" de conocimiento_ La dificultad COn respecto a la ciencia es que prtrtimos de una epistemología. bien atrincherada. frente a la que nosotros asumimos que las descripciones de! mundo natural de los científicos no pueden considera.¡se simplemente renejas de una realidad objetiva, ni determinadas por reglas de evidencia invariantes y trascendentes:; por ejemplo. tratamos la noción de "consonanci a con la observaci 6n". com()socioJógicamente problemática (eollins, 1975). No es sorprendente, por tanto, que los sociólogos no se aventuren a hacer preguntas del tipo que hemos sugerido ames hasta que les haya preparado el terreno mediante una serie de deh:lles entre filósofos y historiJdores en el curso de los cuaJes se cuestione seriarneme la visión habilual de la ciencia.

El ethos científico: un punto de vista divergente"

Barry BARNES y R.G.A. DOLBY

El estudio de la ciencia y los científlcos ha atraido a los sociólogos en una medida significativa sólo durante el último cuarto de siglo. Lo~ primeros artículos de cierta importancia en este campo son probablemente los escnt.os P?r Roben ~. ~erton a fmales: de los años 30 e inicios de los 40; sus ideas han mflUldo exu-aordmanamente en los investigadores posteriores y seguramente no es ninguna exageración afIrmar que la literatura de este área se ha ocupado casi exclusivamente de ampliar y desarrollar las aponaciones lniciales de Merton. No cabe duda de que en América los trabajo~ de Barber, Storer, Marcson. Hagstrom, Komhauser y Shils justificarían esta aseveraCión. En Gran Bretaf¡a la sociología de la ciencia no se ha cultivado en la misma medida, pero el trabajo de Cotgrove, aunque sin "seguir" a Menan, reconoce francamente su iniluencia.

El conjwlto de quienes han recibido la influencia de Menan puede ser caracteriza­do aproximadamente como Wla escuela de pensamiento sociológico. Su. orientación sociológica básica es bien conocida: implica análisis funcionales de las SOCIedades y de las instituciones sociales y el tratamiento de los valores sociales o institucionales como determinantes dados de la conducta. Este enfoque es controvenido y -como señalan sus escuelas rivaJes- conduce, como mínimo, a dificultades filosóficas. Como creemos que la critica externa puede ser mucho más estimulante que los comentarios auto-defensivos internos, intentaremos revelar las inadecuaciones de este enfoque en el contexto de la sociología de la ciencia. . .. .

El núcleo de este enfoque que trata a la ciencia como ruta lI1stttuc¡ón SOCIal con un ethos de normas y valores. _

El Ethos de la ciencia un conjunto eficazmente armonizado de nonnas y valores que se presume obliga al hombre de ciencia. Las normas se expresan en form~ de prescripciones, prohibiciones, preferencias y autorizaciones y se legitiman en térm.lOos de valores institucionales. Estos imper:ttivos, transmitidos mediante preceptos y eJem­plos. y reforzados mediante sanciones, devienen intemalizados en varias medidas por los científicos conforrnando así la consciencia científica o, si se prefiere el ténnino de mooa. su super-ego. Aunque el ethos de la ciencia no está codificado, puede ser inferido del consenso moral de los científicos, tal como se expresa en la conducta habitual , en incontables escritos sobre el espíritu científico y en la indignación moral dirigida hacia las contravenciones del ethos.'

• Pubticado originalmente como, '"The Scientific Ethos: A Deviant Viewpoint" Archiv~.J European of Socjology, (1970), XI; pp.3-25. Con autorización de los autores.

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J..{enoo defi!le cuatro imper:ttlvo.s institucionales o vaJores que conforman el ethos de ]a cierx:ia moderna Uniu ruJiil1lo

El unjYe~ismC) S<: 4!.lJXesa inmediatamente en e[ Cílnon de que las afinnacione!5 que s:e ¡;¡reterJclG verdaderas, cuaJesquiernn sean sus fuentes, serán sometidas a criterios impers:ooales p-e-establecidos de consonancia con la observación y con el conocimienco p-cviamente confi1lI1éld 0.1

Comunismo

LO!Ii descubrimientos substantivos de la ciencia son un producto de la colaboración • ocial y pertenecen. 1. comunidad. COilStituyen un patrimonio común al cual los prod~C1C)res iJldi .... idurues tienen derechos severamente limitados. Una ley o teoría e~ntma, Gue lleva el .nombre de su descubridor, no es una propiedad exclusiva suya ru de sus hereder~, m el honor que Con ello se le hace le Otorga derechos especiales de us o y abuse? Desinterés

(. .. ) una pauta distinli va de control institucionaJ de un amplio rango de motivaciones qu~ ~aracteri~ la coodu~ta de los cientUicos (. .. ) tma vez que la institución impone la acuvldad desinteresada. Interesa a Jos científicos conformarse, so pena de sanciones y. en tamo que .Ia norma haya sido intemalizada. so pena de conflicto psicológico."

Desgraciadamente, Mertan no se extiende mucho más sobre el desinterés. Presumi. b!emente quiere decir ~ue se espera del científico q ue realice su trabajo sin pensar en rungtma recompens~ Dlen sea económica. emocional o social. Esas recompensas pueden llegar. pero el esfuerzo 110 debería dirigirse espedficameme hacia su obtención. Storer, al desarrollar la tipología de Menon, y siguiendo a Barber6, entiende el desinterés principalmente en relación con las recompensas económicas, e introcluce el imperativo de "newralidad emocional" que alienta al cientffico a pennanecer emocionalmente dist~ci ado de su trabajo para así ser capaz de eYaluarto desapasionadamente. Escepticismo Organizado

~a suspensión del juicio hasta que "los hechos se demuestren" y el escrutinio desapa. slOnado de las creencias en términos de criterios lógicos y empíricos ha involucrado periódicamente a la ciencia en conflictos con otras instituciones.

El investiga~or científico no preserva la división entre lo sagrado y lo profano, entre lo que reqUlere un respeto acrítico y lo que puede ser analizado objeti varneme.7

Otra característica del elhos de la ciencia es, para Menan, la autonomía. Los científicos se resistirán a una pérdida de autonomía porque amenaza los valores institu. c~onaJes de la cienci~. S~guramenle Menan no la trata como un imperativo indepen. diente porque la pecclbe.sunplemente como un medio de defensa para los orras valores, que son los que caractenzan a la ciencia corno una institución social . Otros imperativos que ~ert~n distingue jgual~ente de los valores institucionales son 105 de empirismo y raclO~all~ad; es~os sen:an unperativos metodológicos y, para Menon, la metooología de la CienCia se d iferencJ3 de su estructura institucional . Siguiendo a Menon, Barber' trata la norma de la racional idad de forma equivalente a los otro cuatro imperativos.

La caracterización que Menan hace de los imperativos de la ciencia deriva de su particular concepción del mecanismo social de la ciencia. Como actividad social autónoma, la ciencia se basa en que sus practicantes intercambien libremente infonna. ción sin ulteriores motivos. En tanto que mé[ooo de prooucción de conocimiento es esencial que tocios los que lo emplean se esfuercen por campan ir los mismos es tánd~es

EL ETlI os OENTlJ1CO 15

de juicio y que los sujetos se absten&.an ~e co~prometerse con nins:ma creen~ia ~asta ~'" demuestre que satisface los entenos uruversalmente compartidos. La CienCia es

que ~ ". " d" bl una actividad autÓnoma que genera de manera eficiente un .conOClmdJento

l ~ IS~uta e

pan ido por toda la comunidad científica. Esta es la Imagen e a CienCia que com ." d" d mé od Merton codifica mediante sus cuatro imperativos y estudia por me la e sus t os fWlcionaJistas. .

Como ejemplo de la valoraciÓn que el anál isis de Menon sobre las normas reCibe en la Jiteratura basada en su trabajo podemos citar a Storer..

Es un mér ito perdurable de Robert K. Menon el haber Sido capaz d~ co~~ep . tualizar las normas de la ciencia, seguramente trabajando en parte In[U1uya· mente, y contrast ando sus ideas con lo que los cient~ficos ~~ ~iChO :obre su trabajo y sobre cómo debenan conducirse desde el slgl~ dIeCISiete. Sm duda, una gran parte del trabajo en la sociología de la cienclil actual se basa en la descripción de Merton de estas nonnas. Que su afinnación de ell~ ha.ya continuado empleándose sugiere que no puede haber estado muy eqUivocado al identificarlas tal como lo hizó.\I . Esta descripción de la actividad científica es persuasiva y. a la vez, Tlca en correla·

tos empíricos. Aquí enunciamos, muy brevemente, algunas de las áreas en las que se ha aplicado este enfoque" "

1. La revolución cienúfica se considera relacionada con nuevos va.lor~s·acu~u~es. a saber. los que estfu'l implícitos en el Protestamismo ascétic~ ... (. .. ~ la éuca r~hg losa

ue emanó de Calvino promovió un estado mental y una onentac¡ón valorauva que q "" 1 "" al"" indujo a la dedicaCiÓn a a CienCia natur . . .

La explicación es un desmollo de la tesis de Weber. Clenas creencias surgen en un momento concreto o, al menos llegan a ser abrumadoramente mis impon~tes durante un período particular. Estas creencias, q.ue encam~ ciertos valores tuvieron consecuencias, directa o indirectamente, en témunos de acción humana; en este caso un incremento en la actividad empírica y racional . ..

2. La situación actual , insti tuc ional izada, de la ciencia se conSidera fWlclonaJ para el avance del conocimiento, y esto es especialmente cieno en el caso de la comunIdad académica autónoma. Es la comwlidad académica la que de fonna mis p~o~da intemaliza las nonnas de la ciencia y la que juega el rol clave para su mantenImiento a través de la institución de la ciencia como Wl todo. ..

3. Las pautas de reconocimiento y rec~mpensa en el.mWldo académiCO se Interpre­tan en ténn inos de las nonnas de comunahdad y de deslOterés.

4. Se considera que el científico industrial ocupa una posición de conflicto 'p0t~n­cia! debido a la incompatibilidad de las nonnas de la ciencia. con las .de las orgamzaclo­nes indusrriales. La confinnación empfnca de esta tes Is ha SIdo planteada por Marcson ll Kornhauser l1 y otros.

5. Se' sugiere que la ciencia prosperará más en aquellas sociedades cuyos valores culturales dominantes se asemejen a sus imperativos institucionales. esto es, en las

al· . 11 sociedades democrático-liberales más que en las tot ltaTlas. . TocIas estas propuestas han sido puestas en duda; aparte de l ~ sempaem:l. C?ntrc:r

versia sobre los orígenes de la revolución cienúfica y de la afirmación de que la CienCia de los países totalitarios debe ser necesariamente inferior (a. tcx;tos los efe~os ab~dona­da después de 1957), las críticas han seguido dos líneas ~rmclp~les. QUienes se mter~­san por el cambio cient(fico han puesto en duda que la dlD.gnosls de Me.non. ~n ~é~­nos de una estructura normativa sustilIlcialmente constante desde el Siglo diecISIete,

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merece stquiera. el status de un modelo operauvo aproximado; la cuestión es si (o~

cmlbio¡ manifie$ !o~ que se han producido en la ciencia pueden seJ anal izados dentr() de UlI marco fwx:ic)IIalista.1

" Otros consideran que la ciencia no tiene nada que ver con ]a institución homogénea qlle Mel10n supuso.

E:dste ya en la literatura abllndante evidencia en favor de esta última crítica, Krohn1

' ba seftalado que en la sociedad moderna el trabajo cienúfico tiene lugar en una amptia variedad de marcos instirucionales 'i ha presentado evidencia que apoya la idea de que las estructuras normativas relevantes varían profundamente entre estos marcos. Esrudios recientes realizados en Gran BretaJla por Box y Cotgrove1

' avalan esta tesis ofreciendo fuerte evidencia de que la mayoría de los cienúficos procedentes de la universidoo que ingresan en It industria contemplan su trabajo desde una óptica lnstruJnental y se adaptJll fácilmente a los valores de los negocios. Por contras te, la "escuela Menonjana"' ha tendendidIJ de manera creciente a concentrar sus análisis en lacienda "pura", 'i 3 acentuar, en diversos grados. la gran importancia de este área para la ciencia en su conjwllo. Por ejemplo. Storer escribe: .

Las normas tradicionales continuarán enconu-ando apoyo en toda la metrópolj científica. no s610 en los "suburbios" de investigación básica. porque el prestigio de estos grupos hJCá que las normas sean importantes para toda la comunidad. Las condiciones bajo las que deben trabajar la mayoría. de los científicos. que se dedican a 1:1 investigación aplicada, harán, sin embargo. que la aplicac ión de estas normas les resulte más difícil; no serán los científi­cos básicos. sino ellos. quienes sufran mayores conflictos normativos. Un efecto esperable de ello sería que se desarrollará algún medio por el cual estos ciemíficos desarrollaran y legitimaran un conjwllo distinto de normas, más adecuado a las situaciones en que trabajan. Esta nueva estructura nonna­tiva ..quizá dependiente de la tradicional, pero alternativa a ella- será proba­blemente similar a la ética profesional que caracteriza a las profesiones liberales y médicas hoy día; se centrará más sobre las actitudes idóneas para la aplicación del conocimiento especializado y menos sobre el valor intrínse­co del conocimiento mismo. 11

Creemos que el hábito de ver a la ciencia como una institución homogénea tipificada por la investigación pura de la universidad declinará rápidamente. Más interesante es la cuestión, sobre lo que nos centraremos desde ahora, de la adecuación de la aproximación menoniana con respecto a la "ciencia" pura misma. Nuestra meta será mostrar que Menan no ha sido capaz de identificar una estructura normativa especffica, constante 'i dominante en cuyo marco se produce la actividad científica.

Primero es preciso seí\alar los tres pilares sobre los que se justifica la existencia de la estructura normativa. En primer lugar, se supone que es posible discernir las nonnas en "los escritos sobre el espíritu científico" y en otras declaraciones de los científicos; en segundo lugar, están encarnadas en la conducla de los científicos y pueden ser observadas como una pauta de actividades sancionadas positivamente; y tercero, son teóricamente necesarias por vinud de sus relaciones funcionales con las melas institucionales de la ciencia. No discutiremos esta última pues se basa en la teoría funcionalist3, sobre la que no existe consenso dentro de la sociología. Estableceremos una distinción entre nonnas "profesadas", prescritas o encarecidas de palabra 'i por escrito, y normas "estadísticas", observables como una pauta de actividad sancionada positivamente. Las normas estadísticas son esenciales para comprender la actividad científica real, pero el material que alXJna Menan s610 sirve, en el mejor de los casos.

31 El.. e.-rHOS CI t. ... -rtAc:o

llrunru" l. atención sobre las nOnTIas profesadas. Estas bien pueden ser. de hecho, p:tra erosas guías para la acción, 'i compadecerse estre~h.~eJU~ e.omo tajes ca? las pod ."~rstJ·cas" ""ro también puede resultar que se dmJ:lIl pnncq,o]mente haCl.¡os nolUl as es"", , r- ". "" "¡"d d

ternos en ocasiones de JustificaCIón o de confbcto y ser de escasa utl 1 a grupos ex " " al . d

:le• para el científico en cuanto a discriminar eorre dJTeCClOnes temaUvas e

~Ka ."" acción. De acuerdo con es to, enmarcaremos nuestr~ cn~cas en tries s~cJOn~~:

1.- Sostendremos que el escepticismo, la raCIO nalidad y .e ~m versa Ismo no den presentarse como nonnas estadísticas especLficas de la CIenCia.

pue 2.- A la luz de un breve estudio histórico, argumenw:mos que las normas profe­sadas 'i las normas estadísticas de la ciencia varian en e.l uemp.o.. •

3.- Criticaremos la descripción de Menon de la ambIvalenCia Científica, y ac~n~a­remos la imponancia de la manera como este sociólogo describe las nonnas; descnP':lO­nes abstractas diferentes de una misma conducta regida-por·reglas pueden condUCir a

conclusiones muy diversas. . . En nuestra opini6n, la orientación general que parte de Identificar nonnas rect~as

"dadas" en la ciencia ha llevado a descuidar los procesos por l~s cuales han camblad.o

1 structuras nonnativas comorme lo hacían el apoyo económiCO, el marco tecnológl­

as e " di" t los ca yel contenido esotérico de la actividad cienlÍ~ca. Los slste~as e rec utamlen o, modelos de comunicación y los derechos de propiedad han vanado tantO temporalmente como entre los distintos sub-grupos científicos -y paralelamente lo ~an hecho los correspondientes modelos nonnativos-. Despreocu~arse de estos. cambiOS es ~ error notable; la heterogeneidad de la estructura normauva Y de los sistemas ~soténcos .de creencias es Wl factor de crucial importancia para dar cuenta de los d.pldos cambiOS

... que forman el núcleo del progreso científico.

1. Universalismo, Racionalidad, Escepticismo: normas basadas en una visión

particular de la actividad científica . . ..' . . Estas normas representan intentos de descnbu las constriCCIones mstJtuClOnales

que pesan sobre la fonna en que Wl científico piensa 'i actúa con respe~to a ~,os res~lta­dos publicados de sus pares; se basan en. la idea de qu~ hay una especifica , ap~oxlma­ción científica" común a los procedimientos evaluativos de todos los cle?ufi,cos 'i exclusiva de éstos; preswnen la existencia de elementos distintivos ~n cualqUler ~po de indagación científica que pueden ser identificados con indep:cndencl3 del conterudo de la investigación concreta. La demostración de estas afmnacJOnes descansa e~ la com­probación de si estas normas proporcionan a los científicos claras reglas generales que les penniten discriminar entre cursoS alternativos de acción. Nosotros creemos que no

es asf. Consideremos la norma de la racionalidad: en nuestra cultura tendemos a empl~ar

el término "racional", igual que el término "correcto". para encarecer un curso de ~cclón panicuJar. "¡Sé racional!" no incorpora en sí mismo una regla.' sino que pr~scnbe la referencia a Wl conjunto de reglas. El sociólogo debe indagar SI las ~xh0r:acl~nes a la racionalidad se refieren a un conjWlto conocido de reglas y. luego, SI el c~entl~co usa estas eman aciones en el sentido común de su cultura (en cuyo caso, la raCionalidad no será una norma exclusiva de la ciencia), o si posee una concepción esotérica, específi­camente científica de la racionalidad expresable en un conjunto esOtérico de reglas. Bemard BarberIl ~ita las reglas de la lógica cuando intenta especificar las r~glas de la racionalidad del científico, pero la confonnidad con aquéllas es con segundad un estándar generalmente aceptado en nuestra sociedad. De hecho, pensamos que debe

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JI

BA.RlooU y DoLl.~

ltw, iJOrn1.. de . '. e~ tlpo en cllél..lquier cultura j . lIT1p()~lble sLIl pallones comunes para la .:s.;::s e uso ,de,! lenguaje resultaría CjÓII,J9 CreemO$ que la noci6n de ." . n~g.~~". a contrad lccI6n y la discrimina_ c:iell tlñea debe abarldonarse. Si "' .. L. .. _ melon I como W13 nonna especrticamente

.. . ....... ~can una ensenanza o proce SOClalI2élCJÓ,JI concebidos para enseilar al . tífi sos menos formales de biem, se SllTV'W'le ¡la más que us""á. . caImlen ICO a "ser racional" será en ... ano: más . r--' <JO; mCJon enle" ]0 q 1

slern¡:re qlle actúe de buenafe se amb . án . ,ue se e ensei1a y SUS errores del asunto, I1llI1Ca a la "irra.cio·naJ.id,:¡d,,~r a tqUlVocaclones o a faJta de comprens: ió~

El Uni .. rsal~mo ti.o. una d"fi 1 d . sociedad no posee criterios de ver"~d'cu la parecal,da a la de la racionalidad. ¿Qué

r . \l.. unperson es y previos a rod ap I C~'1 Cualquler elemenro distjmiv::uneme "científico. d be á 'd" o caso a que se específica de los "criterios: impersonnl .. e . r ~Sl Ir en la naturaleza distinguir criterios de verdLld especCficam

es qu~ u~an los clentlficos. Menon intenta cientificos de que La vercJ::¡.d ~o ... "co ente clcntliicos: contrapone el requisito de los

........ nsonante con la observoc·Ó" ., en otras pmes de la sociedad o inel ' I n íl cmenos encontrados los atributos de quien realiza. 'la afi uso.en sociedades eilleras, tales como el dogma o Este análisis es err6neo y su error 0-:;C16n que aspir~ ~ ser reconocida como verdad. e indicadores de verdad. ece a que no distlOgue entre criterios de verdad

Consideramos que por ejempl d ' mala, 20 estaba haciendo' una asevem~i~~a;m o tn

nazi decía que la ciencia no-aria era decir, eSlaba empleando la raza Como ind' : rI~a y ~o e~pre~ando una tautologla. es mente en términos de los mismos criteri J~a or de m a CienCia, que defmía POsterior­pero no estaba empleando estánd ....... s d:~s e ver Lad que cualquier Otro. Se equivocaba,

. ....,., uerentes. a forma de est d a la del cIentífico que selecciona y lee sólo n ' a Con u~ta es análoga Ílnnados por "grandes nombres" o ue d aque . os amculos de revIstas que van tentes reconocidos, Los científico·, cqon aprealn e. a evitar el trabajo de ciertos incompe_

• lO cu qUler otro grupo soc' al' . . de ve.rdad: usan la reputación de otros científicos el ' l • .' llenen mdlcadores aserción concreto Estos indicado y numero de qUienes defienden una

. . . res. arnlque en ocasiones ti b . prefenbles a otras opciones cama la raza 1 . . no sean la les, son qUizá científicos usan la "consonancia con la b

O a n~óCI~nalJdad. En cambio, cuando los

ati ' o servacl n como cr'te· d rd InnaClones a las que pueda aplicarse si ·fi ' , J no e ve ud de las

conjunto de su cultura Esta es la r"ó gm. Icauvamente, aplican un criterio Común al . • .u.. n precisa por la que las afi · "

organizada han producido reacciones tan ' .Ji' mnaClOnes de la CienCia Por último, al considerar el esce ti:iJ:~IC~IVas. en otras institucion~s. sociales.

mandato rnliversal de "suspender el ·ui~o h O ganlzado debemos admulI que un con el hecho de que todas las teorí;s cie ,~sta que se prueben los hechos" encaja mal el cual se basan. Además, el estudio de ~u ICas van m~ al~á d:1 conocimiento sobre cienlificos casi siempre toman partido po as ~ntroversJas clentlficas muestra que los adhesiones emocionaJes hacia ellas y de: ted~ ~ Particular.es, a menudo desarrollando habilidad polémica. Los debates en ~eolo ~: e~~e ~,~us mé:ltos ,~o~. gran v~hemencia y entre "catastroJismo" y "uniformismo" gl d' epnullsmo y PI.Ulomsmo",luego ilustrativos, En época moderna, puede~ ~it=sel~;~t~ sobre ~a ev?l~clón son ejemplos de valencia frente aJ orbi tal molecular el d b 0f'u:oversla qUlmlca sobre el enlace y la leoria cuántica, y el debate en COS~Olo~í:t:ne; ISlc~dso?re la natur~eza de la luz y del big-bang. En todos esos casos. la evidencia ~i~;:I.~I~ de un Ufllverso estable controversia era insuficiente y aJ unos c I ru e urante gran parte de la incorporaban elementos de a:mb~ gposic.o onc u~eron Con la creación de teorías que desviada, La defensa tenaz de lUla teor(~ ~es e rentadas, No son casos de conducta

. o rece generalmente a los científicos indivi-

duales recompensas internas a Wl sub-grupo científico que compensan las sanciones que puedan lLe,g:u-les desde fuera de él. Por lo común. un científico tiene una perspectiva especffica que le vuelve escéptico respecto de a]gunos resultados mientras acepta ¡¡aíticamente OlTOS: esa. es la norma, (El escepticismo wUversal estará siempre fuera de lugil!". meramente por razones logísticas, incluso aunque fuese deseable). Por desgraci a, tsta descripción es aplicable en muchos casos: el cristi ano fundarnental ista puede creer al pie de la letra las afirmaciones de su bibl ia, pero es probable que sea extremadamen­le escéptico respecto a las que la contradigan , Como máximo, podríamos afirmar que los científiCOS poseen un patrón de escepticismo dist intivo. Pero. ¿cuál es ese patrón? Una. vez más. la red de la descripción ha sido incapaz de atrapar lo que pueda distinguir a 13 ciencia.

Parece claro que los conceptos precedentes fallan debido a su falta de comenido. Se considera al científico como el poseedor de unos datos, unas técnicas y unas teorías con las que opera de modo específicamente científico. un modo que puede ser abstraido y descrito con independencia de toda actividad específica. La postwa de Menan se parece a la de los filósofos de la ciencia que intenlan describir el "método cienúfico". Sin duda, esas abstracciones harían de la ciencia un asunto más fác il de estudiar desde fuera -si funcionasen; en la práctica, invariablemente yerran sobre las características distintivas de la actividad científica.

Podemos exponer aún con mayor claridad la. debilidad de la posición de Menan si la contraStamos con otra que abarque plenamente el comenido de las teorías y los procedimientos científicos. Esta puede hallarse en los célebres escritos de Thomas S, Kuhn. donde se describe a los científicos trabajando casi siempre en grupos de consen­so, y basando su trabajo en un paradigma compartido.

Un paradigma es un logro científico fundamental que incluye una teoría y algunas aplicaciones ejemplares de los resultados de los experimentos y de la observación. Más importante, es un logro abierto que ilwnina todo tipo de investigaciones aún por realizar, Por último, es un logro acepta.do, en el sentido de que pertenece a un grupo cuyos miembros ya no lo ponen en duda ni intentan crear alternativas.ll

Kuhn. que basa su diagnóstico en una serie de estudios de caso, es capaz de mostrar cómo el poseedor de un paradigma se basa en él para decidir entre diferentes cursos de acción O de evaluación;l2 ese es el criterio específico e impersonal de ver­dad. En los procesos de socialización científica es fácil discernir abundantes procesos de transmisión de paradigmas allí donde no se ve la transmisión de la "racionalidad". Del mismo modo, gracias a la noción de paradigma es posible delinear un modelo de escepticismo -donde el escepticismo aumenta confonne los logros se acomodan cada vez menos a las expectativas alentadas por el paradigma. Cualquiera que sea la evalua­ción fmal de las ideas de Kuhn, está claro que su diagnóstico tiene éx:ito donde Menan falla, y lo logra porque integra las actividades. teorías y conceptos espedficos de los científicos.

De forma notoria. mas apenas sorprendente, muy pocos trabajos originales poste­riores se han basado en las tres nonnas aquí discutidas. Warren Hagstrom parece haber apreciado la necesidad de demostrar la existencia de estas normas en la ciencia. pero su elección de la evidencia es digna de atención. Escribe:

El contenido de los tex:tos, lecturas y trabajos de laboratorio que se ofrecen en el curso de la educación universitaria en ciencias integra las nonn:1S y los valores generales de la ciencia con un conjunto específico de creencias y de

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SAINES ~ DoLBY

lécnlC .. ThollllS S Kllh ha d ' [E

" . n esenIo acenadamente este ti d d . LIltrOOIJCe eS1a cita de Kuhn'] "r . . po e e ucacl6n:

dos en quím' ff . . ~ Iptcamente~ los estudiantes y los licencia-de esos carn~:~' enS~~~o~~~t:la, geO!:gía o biología adquieren lo esencial

listo, () casi. ~ara iniciar ei tra~:·:~:l s;:-~~ para ellos. H~la que no está

=:~~,d~~:~~~~~i::c~~t~~f~:, p~r;:,~::i~~7a~eo ~~~~o;~~~~~:~~ nes profe sionales que los científicos escriben ~os es. con las com~cac~o­naturales 110 existen compilaciones: de "lecturas" p:u-a Otr,os. En las CIenCJas

para. que lea íl los clru;icos h.ist6ricos de su can:p~ se alIenta al estudiante

descllbrlr (ltus fonnas de considerar los problemas di~~u~~~as obras pexiria aWlgue también encontrarí H en Su manual, solucióll que ~ futura prOf~s~~ne Y~Sh~r~~~~:dOc~n~::~;I~a~~dares de Por el COntrarIO, los varios textos que usa el d' . d~fereflt~s -3 diferencia de las ciencias sociales, ~~~d~~;~:I~~~e mat~rias ~~~~rd~~e~~t~:~~ :ismo área de problema.-, Incluso los libros q~~r~=~:

.1'- [) tUl mIsmo curso varian principal profundidad y en el planteamiento pedJgó ' mente en cuanto a estructura conceptual Po últi glCO, no, en la substancia o en la I . r mo, pero no menos Importante la é ' d a pr~sentaci6n de los libros de textos es carac terística E c' t ClOlca e tual Introducción W1 J'b d . x epto en a even-

• I ro e texto científico no describe los tipos d bl mas que se le puede pedir que res uelva "~ pro e­técnicas disponibles para ello Los ala un profeSIOnal, nI la van edad de

. manu es suelen más bien e ' plos concretos de soluciones-a-problemas que la profesión ~;ol~er e~em­aceptar Como paradigmas, y entonces lantean . ega o a sí mismo c 1" • ,p que el estudIante resuelva por

:i:~e: ~é2° 7~~~~:r.~ ~o:~u:1 e~al~~~~t~~~~~~O~I~:~c::~~~~c~~ . " nse a o a resolver. No puede dise~arse n d '

prodUCir conjuntos mentales" o "Einstellungen" Otras d' . ara mejor ~ar:a cas ofrecen sólo p . al . ¡SCIP mas acaderru­similar".21 arcl mente y en sus Cursos más elementales una imagen

La búsqueda de la más leve presencia de I ' . mo o racionalidad en este amplio a' as norm~ de uOlversahsmo, escepticis-rastros de su "integración" con cree~c%;:sse :~~:Iará infructuosa -~ar~ no hablar de presenta la ensenanza científica como dog~ti as. De ~ec~o, en SI mismo, el pasaje

S' I 'd . ca y autontana, ¡ a eVI encm de la existencia de estas normas . , '

parece, ¿cómo es que postuló su existencia'~ La re es tan dIficil de haBar como los científicos las han cumplido. El sociól~ o de:u~s~ par:

ece ser que ocasionalmente

los rncxielos de conducta sancionada POS'"' g distmgulI las nonnas profesadas de . , I vamente' estas normas p f d

~Jsmas mcapaces de proveer una guía real • . ro esa as son en sf ejemplos de estas normas en lo que dice 1 paz:a l~ aCCión. Merton puede se~alar algw13 sobre conductas mcxiificadas por es n os cIen L ICOS, pero no apona evidencia

tal ' < as normas. os científicos 'é'

es como la raCionalidad yel . . , . acentuan t nnmos . . escepuclsmo tlplcamente en situa ' d Justificación o conflicto; están dirigid I 1 clones e celebración, último ténnino. Como hemos mostrad~s s~no~ ego~ tanto como a otros científicos y. en tao Son conceptos de una ¡deolo ía u· e~aslado ,v~~as para influir en la conduc­cOrlductuales. una ideología que gcoq e se convIerten d¡flctlmente en recomendaciones

d• • mo veremos más adelante no . h

za o de menera imponante al d . 'fi ,sIempre a caracteri-mun o c¡eOIl ICO . No obstante, alUlque los ideales

EL ETHOS aErmnco

profesados no puedan considerarse a pdori como ldénticos a las normas esta.dísticas. t3fl1poco puede suponerse, como hemos hecho hasta aquí. que no influyan sobre la acción. Ciertas normas profesadas que los Mertonianos vinculan con 1a noción de universalismo. tienen implicaciones para la acción dentro de la ciencia moderna,

Ya hemos expuesto nuestra insatisracción con la descripción que Merlon hace del modo como el universalismo se eKpresa en la ciencia a través de la relevancia de los criterios impersonales de verdad . El término "universal ismo" tiene. además, definic iones diversas dentro de la propia escue la. Mertoniana: Menon

2- lo contempla como la

implicación de que en ciencia la "carrera abiena al talento" debería ser la norma; srorer' lo defme refiriéndose "al supuesto de que las leyes físic ns son universalmente las mismas y al principio de que la verdad y el valor de una afirmac ión científica es independiente de las características de su autor", Aparentemente , Menan utiliza el ténnino universalismo en el mismo sentido que lo hace TalcOtt Parsonsu;~ en nuestra opinión. esto induce a la confusión dentro del contexto de la sociología de la ciencia, pues introduce elementos nonnativos que han variado con independencia unos de otros. En gran medida, la ciencia se ha caracterizado por una creencia muy articulada en la impersonalidad del orden natmal y por el consecuente énfasis sobre la distinci ón entre el observador y lo observado: el refuerzo ritual de esta creencia puede observarse hoy día (muchO más. por ejemplo, que a comienzos de siglo) en la insistencia de muchas publicaciones científicas en una presentación dominada por la foona pasiva y otros rasgos fonnale s.2J Por lo general. esta creencia recibe mayor énfasis en la ciencia que en el conjunto de la sociedad. Es probable que las normas estadísticas, corno las que

.... describimos anterionnente, o las normas técnicas21 que se refieren al tratamiento e interpretación de los resultados deriven de esto, Sin embargo, sería absurdo afirmar que el pensamiento científico se distingue en virtud de su astrnción de la impersonalidad de

la naturaleza.29

Quizá sea posible contemplar el rol de médico como compuesto de normas morales y de normas esotéricas técnicas e identificarlas independientemente: saber qué recetar y cuándo es ético hacerlo son dos cosas distintas. En este caso, el conocimiento de las normas morales anade reglas discriminantes a una situación específica de ese rol. Las normas que hemos discutido antes, en cambio, en dos casos no añaden otras reglas discriminantes a las prácticas esotéricas de la ciencia; y ni siquiera son específicas de ella. El lercero, el escepticismo, resulta empíricamente incorrecto precisamente porque se lo formuló al margen de la práctica científica esotérica .. Una vez que se aprecia cómo le afecta ésta. también él aparece como inespecífico de la ciencia. No es por casualidad que no se pueda encontrar en la literatura un sólo estudio que demuestre la existencia de normas estadísticas definidas por estos ténninos.

2. Cambios temporales en las normas científicas La ciencia.ha cambiado rápidamente en su cona historia, y no muestra signos de

haber logrado cierta estabilidad; su organización interna y sus relaciones con la socie­dad exterior han cambiado enormemente desde el siglo diecisiete. Una breve revisión de los cambios en el carácter de la actividad científica muestra que 'Merton, al no ser capaz de distinguir entre lo que los científicos dicen y lo que realmente hacen, confun· de aspectos característicos de la ciencia de distintos períodos, agregándolos en W1 s6lo esquema que no es adecuado para ninguno de ellos.

Para evidenciar esto, compararemos tres periodos principales: 1) La ciencia predominantemente amaleur de los siglos diecisi ete y dieciocho, que

persistió en Inglaterra durante gran parte del siglo diecinueve.

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~) La (ieneia ac:;ad(!mica p-"()(tsio IlaJ autónom~ jX'imero en pequeña escala en FrlJlC.a. y de<pué. ~,~ escala fA Alemani., donde alcanzó su punto máximo entre mecliad0:5 del Jlglo <ti ec tnu.ve 'f l • .Primera Guerra MllI1dial.

3)~ ~ Clcocia del si~ ID _Y"einle , maslvounente dependiente de la sociedad paJa su í,?ancl~cléll , que .se aUlo-Jtls:l1fica por sus aplicaciones y que se produce en una amplia \'anedad de marc os instiruciclnaJes.

• 1.- Has~:I el si~o ~i<tdnue:e la cienc ia era en gran medida una actividad de qUIenes: pose larl medios lDdlll!peodi nltes u obtenían mecenazgo; los científicos carecían t()~ente de fu~ n[e s sistematic<lS de fin:tnc iación.:JCI Las nOrmas presemes en esta ó1~U\'l~ad pre~omlllaJltem e[1te amateur eran en muchos aspectos dislinlas de las de la ClenC!a postenor.

La ·ciencia"~ en el senti~o. rnoderno de la palabra. reune actividades que estaban separadas en .est~ período, actJv[d~d~s realizadas por indi'Viduos que no habían pasado a trilvés de nrn~ proceso de sOClah:zación fonnaJ y cuyos contactos con sus colegas er~~ a menudo, IJ1frecuent~ s; la nOCión de una comunidad cienti1ica global debe ser aphcada con mucha precaución en este penado_ Podemos preguntamos hasta qué punto operaba la n~rrna ~e comunism.o en un contexto donde hombres como Black y Caven­d~s ll ~o sen llan m.n~una ne~es J dad real de publ icar sus conocimientos. Sin duda. la cienCia era una ocu\' ldad socuJ '1 yaemonces el crédito por el descubrimiento funci ona­ba. c~mo lUla rec?mpens~ de cará~ter comunalista, pero la norma no parece haber eXlsudo ~omo un Ull~ralivo moral. tnt~malizado en la medida en que lo sena después. Era comun en este penodo que Wl cIentífico estableciera su prioridad mientras mantenía en secreto partes vitales de ese conocimiento; esto podía hacerse mediante su depósito e~ sobres cerrados y sellados, publicándolo en clave, o en fonna de anagrama. Un ejemplo es el depósito de Lavoisier de una nota sellada en la secretaria de la Academia F~cesa en 1772. Sus pensamientos iniciales sobre la naturaleza de la combustión pudiero~ ase ganar la pri.oridad s in hacer ninguna concesión a su rival inglés.'l (Cfr. la prá7'uca act~al de envIar cartas o breves informes a revistas de rápida publicación, anunciando. éXJtos en temas todavía bajo investigación y ocultando detalles esenciales d.e las t~cmcas empleadas). Aún no se habfa desarrollado completamente una base sl~temáuca para el comunismo, basada en la determinación de la prioridad y en la asignación del reconocimiento.

El d~sinterés no. fue .una nOnTIa de este período. En general, apenas hubo aplicacio­nes prácuc~ de la clenCJa aunque sí surgieron profetas de su futura utilidad (notoria­mente Francls B~con). Cuando surgía la posibilidad de obtener beneficios, eran valores externos los que Influían sobre lo que debía hacerse: sólo los más aristocn1ticos de los amateurs pudier~n pe~itirse. ignorar tales cosas. Los científicos bajo mecenazgo, en concre~o, comumca~an uunedlatamente cualquier resultado práctico: tablas astronómicas com:gldas que mejoraban la astrología, lUl telescopio mejorado, un cronómetro que funclOnaba e~ ~I mar .. Asímismo, el escepticismo aparecía raramente como nonna profesada (~xl s~eron diferentes actitudes hacia la especulación dentro de distintos grupos ~e clentíficos, per~ ese es otro asunto). En cambio, la profesión de universalis­~o. baJO la fonna de tajantes ~ll1T1acione s de que el conocimiento era objetivo e unpersonal , era completamente eVidente '1 ha seguido s iéndolo.

Adem1s, la ciencia. arn~te~T cont~nía elementos nonnativos especfficos '1 opuestos a. lo~ estándares de la clencl~ profesional" que la sucedió. El amateur solía perseguir sus mtereses por todo el ámbito del conocimiento, sin preocuparse por las demarcacio-

EL ETHOS at:.I·¡-rú1 co 43

es académicas ni inquieLarSe por su grado de competenci a en ellas. Frente a1 énfas is ~profesiona1" en la instrucción formal , la especializ~i ón y lad.emarcaci~n de con:peten­',as en la ciencia arnalew era frecuente la afirmaCIón de la ImportanCia de la h benad

e • , I absoluta de investigación. y aparece de manera particu]:mnente conspIcua en os escritos de los amateurs ingleses del siglo diecinueve.

D

Si la ciencia se caracteñz.a como insti tución por la existenc ia en su interior de un sistema de reconocimiento y recompensas que promueve el intercambio de información. entonces, podemos considerar a la ciencia amateur como \IDa forma embrionaria de esa institución. Los procesos centrales para la promoción de intercambios abiertos de infonnación se estaban estableciendo y alcanzaron su mi\x ima efIciencia en el pO~ilerior estadio de profesionalización: había ouos modelos normativos localiz:1dos en otroS sub­grupos de científicos; pero su imponancia. arnén de fluctuante. siempre.fue m~nor,para la cohesión de esos sub·grupos que la del consenso en tomo a un paradigma clentífico.

2 .• Menon se ocupa especialmente por las normas de la ciencia académica profe­sional. La comunidad autónoma de cien tíficos profesionales dedicados a la lno,¡estigación desinteresada llegó a ser caracteristica de la ciencia con el ampliamente imitado sistema universitario alemán. El comunismo y el desinterés se convirtie ron en nonnas estadísti­cas y profesadas; el estudio de Ben-David y Zloczower sobre este períooo muestra ~. en pane, explica su impon3Jlcia.lJ La estructura institucional interactuó con las moti­vaciones individuales para producir lU1a conformidad muy alta con es tas nonnas , pero la medida en que fueron lntemal izadas aún no ha sido detenninada. Sin duda, se intemalizaron fuertemente en muchos casos; y, sin embargo, los científicos alemanes de extracción universitaria trabajaban con la máxima eficiencia en la industr ia hacia

.. finales del siglo. El gran éxito de la "industria basada en la ciencia" alemana puede atribuirse principalmente a la disponibi lidad y eficiencia de los científicos educados académicamente. No faltan perspectivas ' desviadas ' entre los científicos de la época; W.H. Perkin, que abandonó un laboralOrio académico para fundar la industria de times sintéticos, declaraba retrospectivamente que los quírnjcos industriales que habían estaban buscando nuevos tintes y más provechosos habían hecho progresar la química, no habían desertado de ella; el celo añadido por la motivación extra. afirmaba Perkin, había beneficiado a la ciencia. looI Esta afirmación es la negación de la nonna de desin­

terés. Durante este periodo las manifestaciones de desinterés. escepticismo y neutral idad

emocional se generalizaron en los escritos, panicularmente en el contexto polémico de los debates entre ciencia '1 rel igión, y se trazó lUla definición precisa de la comunidad científica a través de la enseñanza y la cualificación fonnales. El anális is de Merton ofrece un buen pW1l0 de partida para el estudio de la ciencia de este período y ha prooucido valiosos estudios sobre la asignación de reconocimiento y recompensas en la ciencia académica. Sin embargo, hay que sei'ialar una inconsistencia. Merton basa su anális is sobre la concepción de que los científicos incorporan "pretensiones de verdad" a un cuerpo de "conocimiento certificado". Sin embargo, en este períooo encontram~s un menor acento de los científicos en las afirmaciones sobre la verdad de su trabajO inmediato: las "hipótesis de trabajo", las "teonas provisionales" y los "principios orientativos" constituían de manera creciente la base de la práctica científica. ~unque los científicos nunca han dejado de acentuar su interés por la verdad. se han vislo cada vez más obligados a trabajar sobre materiales provisionales, e incluso especulativos, y a reconocerlos como tales. La evaluación de ese material tiende a depender en gran medida de las diferencias en los paradigmas de los sub-grupos científicos. Por ejemplo,

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.. J J-L YaJI-t Hoff y s. A..ntIfni tIS apcxtaron un fuerte componente le~co I ]a qufrnj<a rr.ica de ,olllCio,es en la d~ada de IS80. Si bien sólo era precisa para soluciones extremoo ilI11ente dil l1ÍdlS. el ll11eyO enfoque Jl roJX>rcion6 un método efectivo de investi­goción. Ea una d<coda las físico-químico, educados dentro de este parndigma lo coo yirtieron en: una Clrtodoxi a inexpugnable , a pesar de que los ciemífi cos de Otr2S tr:ildiciolles ~e mOS1ubrm esGoépticos con respecto a sus SUpU~10S fun damemales. La re$oluciÓll fi nal de Jos debates resultíJ.Qtes fue evaluada de fonna d istinta por cada grupo.

J.- El aumento de las aplicaciones ecoo6micas de la investigación cientifica ha pennitido W1 continuado crecim iento exponencial de la ciencia. No obstante , la variante :lcadémic:lltn perdido imponanciíl relativn con respecto a otras fonnas institucionales que h:m swgido. Más aún. dllfante este crecimiento la ciencia acadérn jc3 ha perdjdo p:mc de su autonomía y. cad;) vez con mayor frecuencia, )a circulación general del conocimiento, incluso del producido por científicos puros:. se pennite só lo si lo aUlDn­zan los intereses nacionales o militares. Puede esperarse que las ex:presiones de desime­r~s sean menos universales , incluso en el mundo académico. También los cambios en la base tecnológica de la ciencia están teniendo su efecto. La "gran ciencia" académica no se ad:\pta bien a un sistema de derechos de prior idad científica individual , ni sus necesidades económicas la penniten la misma posibilidad de autonomía que exisúa en los d{as de la cuerda y el lacre.

En nuestra opinión, el contex:to ahistórico del flUlci onalismo menoni311o no es capaz de ocuparse de los cambios que hemos bosquejado. Este enfoque tiende a ver las situnciones de cambio como homeostáticameme equilibradas o, cuando menos, como Wla combinación analítica de varias estructuras ideales de equil ibrio. Este rasgo puede apreciarse también en el anál isis que Merton hace de la ambivalencia cienúfica.

3. La ambivalencia y el ethos científico R.K. Menon y Elinor Barber definen la ambivalencia sociológica como la incom­

patibilidad de expectativas nonnativas respecto de actitudes, creencias y conductas asignadas en una sociedad a un status o conjunto de status. )j En un sentido más res­trictivo se refiere a expectativas normativas incompatibles asociadas con lUl mismo rol. Dado que una misma conducta no puede expresar simultáneamente estas normas, resultan en una oscilación entre conductas. Esa ambivalencia puede provenir del contexto estructural de un status particular o de los múltiples tipos de flUlciones asigna­das a tUl status. ¿Cómo se aplica esto a la ciencia? En su artículo sobre la ambivalencia de los científicos, Merlon dice que "( ... ) W1a característica de las instituciones sociales es que tienden a organizarse ténninos de pares de normas potencialmente conflictivos. Eso obliga a quienes se sujetan a las reglas de la institución a combinar esas inconsis­tencias en una acción razonablemente consistente".36 Merton repasa numerosos pares de nonnas definidos institucionalmente en que puede hallarse cierta inconsistencia potencial antes de discutir su ejemplo principal: la ambivalencia hacia la prioridad en el descubrimiento científico. Comentaremos s610 dos de estos pares; pero nuestras criticas puede extenderse fácilmente a las otras normas que menciona Menon . La objeción básica que debe hacerse es que el conflicto depende del modo como Menon establece las normas. Puede que reflejen las dificultades y ambivalencias de aJgunos científicos part iculares. pero, al no existir una versión completamente consolidada de muchas de estas nonnas , es preciso considerar con el máx..imo cuidado toda expresión pJJ1jcular de ellas. Es posible. incluso, que algunas de ellas no puedan ser ex:presadas

. en la forma de una afmnación simple. no cualificada y wUversaL

.5

Consideremos el primer par de normas citado por Menan: "·Un cienúfico debe dispuesto :J. poner a d isposición de sus iguales su conocimiento novedoso tan

e>tar . . d· bal pronto como se:J. posible, pero. debe evitar una lO1propla len encla a a anzarse a

blicar".31 La segunda norma es demasiado vaJorativ a para ser adecuadamente des­:pti va. ¿Qué s ignifica el té rmino " impropi~": L a única interpretación que podemos

erir es que cuando e:uste una alta probabIlidad de que algo em que se cree fmne-sug . . b 1 1 mente sea incorrecto, esto es, de que no sea ~onocUl:l1ento en ~ so uta. anzarsc a publicarlo es impropiamente apresurado. Pero baJO esta tnterpretac16n las nonnas antes formuladas no se contradicen. En otro artículo,)I Menan parece ~cep~ar que los pares de naanas que producen la ambivaJencia no s~n realm~nte con.trad lctono: pero cree q~e los científicos que intemaliz.an ambas podrian senurse fácllme~te orientados ,haCIa acciones opuestas. Sin embargo, cabe dudar seri amente de que eXIsta un gran Olunero de científicos que hayan in tematizada unos aforismos ~an ge~éricos , como, los que Merton empareja al comienw de su estudio de la ambivalenCia. La m~)'or~a de l~s científicos disponen de complejas nannas técnicas con res~ct.o a la pubh~aclón y Sin

duda son éstas, en muchos casos, las que describen un cammo Ideal de acción entre .Ios casos extremos que implican tos aforismos de Menan. Pero, en estos casos, el carnlOO ideal es la norma y son las formulaciones de Menan las que hacen que par:ezca que hay una tensión que no está presente en la situaci ~n. E~ algún caso: W1 COnfliCto entre normas técnicas podria generar ambivalencia pSlcológlca (depend lend~. claro. d~ la personalidad individual del científico), ~r~ ~a ambiv~encia s~iol6glca sólo eXis te cuando las demandas sociales sobre un mdlvlduo son Incompatibles, y este no es el

caso. ... Convendrá que consideremos el segundo par de normas expuesto por Merton para

ilustrar otra cuestión. "El científico no debe consentir ser victima de mooas intelectua­les esas ideas efímeras que surgen en un momento dado y que están condenadas a de~aparecer, pero debe ser flex: ible, permanece: r:ceptivo a nuevas ideas prome~e?oras y evitar osificarse bajo el disfraz del mantelmlento respon.sable .de las tradiCIones intelectuales"." A veces ocurre en ciencia un sub-grupo de IOvesugadores desarrolla una nueva idea, teoría o técnica; la evaluación negativa como "moda intelectual" (evaluación desfavorable) suele ocurrir fuera de ese grupo. que está más in~lin~do a considerarla "una nueva idea prometedora" (evaluación favorable). La presenc13 slffiul­tánea de estas dos evaluaciones dentro de la ciencia no conduce necesariamente a la ambivalencia, pues raramente OCUrTe que un sujeto las perciba y les conceda significado al mismo tiempo; los científicos raramente tratan a todos los demás científicos como

un grupo significativo de referencia. . . . Las demás normas que enW1cia Merlon pueden cntlcarse del mIsmo modo. R~cu­

rren a un lenguaje persuasivo cuando una descripción apropiada resolvería el COnfliCto; afuman posturas extremas cuando se precisa un punto medio: fonnula las normas de manera demasiado general; en ocasiones opone las nonnas de sub-grupos separ~dos e incompatibles y esto es claramente incorrecto si se mantiene que las nonnas obligan a

todos los científicos-. Tras exponer esos pares como ejemplos de conflicto ~or:nativo ~n c~encia, Menan

aborda la ambivalencia hacia la prioridad en los descubnmlentos Científicos. Esta se atribuye a que el rol de científico incorpora dos valores potencial~e~te incompati~le~: el valor de la originalidad, que lleva al deseo de obtener reconOCimiento por la pnoo­dad, y el valor de la hwnildad, que conduce a insistir sobre lo poco que uno ha logrado

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reali.w. A djieleIlci:a de la ma)'(I r pute de su li sta,. este conflicto puede ser una auténli. ca flle~ d<t leJ1~oo en la. ~iellcia.aunque no debido &1 las dos normas expuestas .se duda SI la bWluJdad deberia .er a:eptada como nonna cientifica-. La tensión real ¡r~i<tne de que I.a ( i~nci & se ba.s ~ ,en un sistema an:1.logo al de la propiedad pri-vada; 1Ir1 slsr.erru¡ 'llle híllenldo muchas d:ficultades y tendrá que encararl:l.s aún mayores en el futur~. ,H sistem::l cienlifico ~e h..:l organizado alIededor del reconocimiento del desC1Jbrimlento como propioood oel desC\Jbridor. El homenaje se rinde a los descubri­n;jemos y es sobre (stos que los cien tíficos reclaman derechos de propiedad. ESle slstem~ tardÓ en ~stablecerse. Precis6 de la institucionalización de un proceso de cODcesl"n de crédito a todo trlba.jo prev io sobre el que se basase una contribución' también de la aceptación de que la dm.:lción de de.scubñmientos debía basarse en ~ fecha de pubticl.::ióll y no en. la de r~iz¿)Ción del trabajo. Esto era necesario para evitar querellas sobre Improbables pretenSJones de que algún tmbajo había sido realizado mucho ~tes ~r a,Iguien qLJe .no I(J comunkÓ. El sistema no logró aceptación universal hasta eJ Siglo dlecmLJeve. Su Importancia creció con la pr'ofesionalización de la ciencia una vez que l(Js derechos de descubrimiento se convirtieron en el método principal para evaluar el trabajo de un in ..... estigador.

~l derecho .de ~opiedad sobre los hallazgos parece haberse con ..... ertido en pane esencIal de la CleDCla. No obstante, siempre ha habido complicaciones. Una fuente c~c~et.a de dificultades ha sido el problema de los descubrimientos simultáneos. Al prmclplO. se supuso que se trataba de un hecho infrecuente y que, cuando ocurrfa, los pro,tagorustas .se ~n~ab~ a .menudo en acusaciones de ptagio.40 Con la progresiva mejora en la InSlltuclOnahzaclón de los medios de atribución de los descubrimientos este caso fue cada vez menos probable, y el descubrimiento simultáneo se reconoc ió com~ uno de las inconvenientes de hacer ciencia, especialmente en campos donde trabajaban muchas personas. Aquéllos a quienes les preocupaba esta cuestión buscaron temas que nadie más estu ..... iera in ..... estigando. Esto es lo que hizo Faraday en sus últimos ~os, p:eocu~ado por su ~rdida de memoria y por la posibilidad conexa de plagio mc~nSClenle. En general, s~n ~mba.rg~, los científicos reprimieron las dificultades que podlan acarrear los descubnmlentos SImultáneos y continuaron como hasta entonces Pero la ciencia ha crecido y con ello se ha producido un incremento del número d~ descubrimientos, del número de personas trabajando en cada tema concreto y de la dificultad de saber qué hacen todos los demás en el campo. Todo esto ha aumentado la posibilidad de descubrimientos simultáneos. Cada vez es menos frecuente que al,[uien pueda ~rmar que la. naturaleza de su aportación ha dado forma a todo un campo. Si ese algwen no lo hubiese hecho, otra. persona lo ha.bría conseguido. Además, se ha visto cada ..... ez más claro que un descubrimiento no es una cosa fikil de atribuir a una sola per:o?~. Donde la tradición ha visto a científicos cuyos descubrimientos excedían las poslbIhdades de sus contemporán~os, e incluso los tildaba de "adelantados a su tiempo" (una .frase r:nuy dudosa), los reClemes estudios históricos tienden a mostrar que el trabajo prevIo al de los grandes hombres en cuestión conducía de fama bastante narural al descubrimiento, y que frecuentemente hizo falta un trabajo posterior para expresarlo en la forma en qu.e se le recuerda. El descubrimiento como derecho de propiedad no resulta lan. cl:u-0 ru tan n~tuIal como se habra crefdo. Por ejemplo, Kuhn4~ analiza que ~I ~e~cubnnllento del oXigeno no fue un acto simple atribuible inequívocamente a un tndl:lduo ~ en ~ momento concreto en el tiempo. Varios químicos debieron preparar el arre enriqueCIdo por el gas en los inicios de la década de 1770 sin saberlo. C. W. Scheele preparó una muestra relati ..... amente pura, pero no publicó sus resultados de

EL (;1HI)S ClENrtn 00

¡¡unediato, J. Priestley preparó el gas en 1714 y lo identificó primer~ ,con:n 6>údo 'trQ50, 'i en 1775 como aire con menos flogisto de lo nonnal. LavOls ler Imcló su

ru baJ'o después de Priestley, caracterizando el gas a principios de 1775 como aire más ~a , 'al

urO y respirable. y en 1777 como una esp::cie distinta., uno de los dos pnnclp es P onstituyentes de la aunósfera. El descubrimiento del oxrgeno fue, por tanto, u~ proceso ~adual y sucesivo. y la contrib~ción qoe un in~ividuo hizo en alg~~ fase bIen pu.do haber sido realizada por cualqUler (Jtro. Este ejemplo parecer ser UpICO. La prác.11ca tradicional está lejos de haber desaparecido, aunque hoy cuenta mucho m~nos que hace un siglo )' están surgiendo nuevas pautas que hacen el concepto de posesión del d~scu­brimiento aún menos coherente. La tendencia de la investigación ~a~ia el tra~Jo ~n equipo, ninguno de cuyos miembros puede atr ibuirse el descubnmlenlo de. n~gun roducto del grupo, no ha causado la tensión que podría haberse esperado. Un : ,enlífico

~uede hoy día obtener su repu~ción al ser ~co~ocido por aquéllos que ~baJan en. ~u propia especialidad como algwen que trabaja bien, no com o un descubndo,r,. Tamblen se está extendiendo la práctica de circular ideas lentativas para que sean cnucadas. de fonna que cuando aparecen impresas deben agradec~iento y cré~i~o a mU,cha genle, lo que también se aleja de la pauta lradicional. Los reSiduos de la VIeja prácuca pue~en observarse en la dificultad de decidir si el crédito por un artículo finnado por vanas autores debe ser mayor para al primer autor o igual para todos. Algunas ciencias aún mantienen la vieja priklica, en otras hay quienes emplean elaborados procesos para igualar el crédito (corno cambiar los nombres en Wl ciclo de sucesivos articu las. de fonna que cada persona ocupa el primer lugar en ~ artículo o, ~ás comÚCUTIente, seguir el orden alfabético, o incluso, rechazar la mencIón de cualqUIer no~b~e) ..

Así pues. la apropiabilidad de los descubrimientos es una forma msuruclonal cambl:mte, que necesitó algún tiempo para desarrollarse, nunca fW1clonóldealmente (tal como Merton ha ilustrado comprehensivamente)4) y cuya unportaDCIi1 se halla hoy en declive. La ambivalencia. ya fuese institucional O psicológica, existió, y en menor medida aún existe. dentro de este sistema; las nonnas estadísticas son completamente evidentes en este caso. Pero estas nonnas están cambiando: Menan menciona eviden­cias que indican que la tasa de querellas en casos de descubrimiento simultáneo eSlán disminuyendo44 y, por el contrario, que el ámbito de la autoría ~últiple está. en au­mento en muchos áreas .4S Menon afinna que: "PilJ'a nuestos propóslloS, lo que tmporta de esos cambios es que el interés por la prioridad seguramente ha variado con el tiempo; segundo, que 10 ha hecho en relación con la organización del.tra~aj~ científic~, y tercero, que estos cambios pueden, eventual e indirectamente, dlsmlOulr la ambi­valencia de los científicos hacia el logro de reconocimiento por la originalidad de sus aponaciones".46 Puede darse un paso más y sugerir que los camb~os no sólo ocurre.n dentro del sistema de reconocimiento, sino que afectan al mismo sistema de reconOCI­miento. Los supuestos fWlcionalistas han encontrado dificultades para tratar esos cambios, y donde el funcionalismo se basa en una estructura normativa tot~mente separada del contenido esotérico de la ciencia. la dificultad se exacerba; por ejemplo, el surgimiento de los "colegios invisibles .. 41 sólo puede explicilJ'se t~óricame~te a la luz de los problemas logísticos relativos a la diseminación de una cantl~ad cre~lent~ de información y de la progresiva división del trabajo científico. Los estudiOS soclOlóglC~S de la ciencia ya no pueden permitirse ignorar su contenido esotérico ni sus caracterísu­Cas dinámicas,

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... Conclusiones fi nales En l.as hiper-diferenciad~ !SCX:i e(3des actuales el orden scx:: i:a1 puede ser sostenido

por agel\cias especializadas: en ausenci a de un consen so Ilormativo total; puede hílber comunicaci6n real e inre racdÓa signiticltiva entre grupos con prácticas y va10res muy diferente!5 . Tales grupos parecell hate- existido siempre en la ci encia; en suma. el consenso normativo y la cohesi6rt dat,o de ellos e.ll.plica el efic iente in tercambio de i.nf'ormación 'i la cooperac ión que Sal tan vaJiosos para el desarrollo de la ciencia, mientra!5 que las diferencias entre elhs ayudan a explicar la innovación conceptual y el desarrollo de nuevas teorías o d isciplinas.

Las gruJX>S de científicos qtle muestran un mayor grado de consenso son las comunidades-que eomparten-un-p:u-adigma de Kuhn_ La cohesión, sol idaridad y eom­prornjso que poseen emanan de las IOIlTIa5 técnicas de los paradigmas.48 no de un "ethos" cientiiico global. Es bien posible suscribir las nonnas técnicas sin adoptar una "identidad científica"; éstas son comp:1tibles con una amplia gama de orientaciones religiosas, polfticas o filos óficas; puede sancionarlas un sistemas de reconocimiento o de recompensas económicas; y sus actividades asaciad~ pueden legit imarse de varias maneras. Las comunidades que computen un paradigma resuelven eficazmente los problemas que sus métodos les habilita, para soluc ionar, pero esas mismas cualidades de solidaridad y cohesión limitan la medida en que es posible modificar los métodos y las técnicas para abordar lo inesper3do. Con frecuencia son los miembros de otra comunidad quienes resuelven el problema inesperado que ha surgido en una comunidad distinta.

Dentro de la ciencia, con sus di versos temas y métodos de investigación, existen muchas comunidades que companen paradigmas; a veces hay más de una trabajando en un mismo campo. Cuando esto ocurre. o cuando otras comunidades migran hacia un problema que anterionnente sólo era rele .... ante para un grupo, in .... ariablemente surgen diferencias sobre la evaluación de su éxito relativo. Esto produce un cambio importante. que no pueden ser explicado por c:unbios de opinión individuales, en el significado de los grupos competidores. El grupo "triunfador", invariablemente obtiene la parte del león de los nuevos ingresos del campo y, con el crecimiento exponencial de la ciencia, llega a constituir el "punto de vista mayoritario". Por supuesto. esto no niega la impor­tancia de los cambios de opinión individuales, ni del diálogo que se establece entre los diferentes grupos de consenso, que en ocasiones redunda en un nucvo paradigma que proporciona un consenso totaJ.

Cuando dos grupos de consenso companen problemas, sus relaciones varían entre la competición amistosa y la lucha encamizada. Ambas orientaciones han sido, en ocasiones, "funcionales". El debate es posible entre tales grupos, aunque inicialmente pueda estar lleno de malentcndidos, gracias al lenguaje y a los conceptos compartidos fuera de los paradigmas particulares. Estos procesos mediante los que se logra el mutuo entendimiento son un rasgo crucial de los cambios científicos. En este contexto es especialmente frecuente apelar a las nonnas científicas, en particular en la crítica del adversarios en el debate. Estas apelaciones pueden ir desde las diferencias más específi. cas de método entre ambos grupos, hasla llamadas más generales a la sensatez. Apelar a la racionalidad, el escepticismo científico o el desinterés tiende a ser de poco efecto y tiene más relación con las mal interpretac iones recíproc~ entre las comunidades que con la conducla real de los científicps; no deberían abstraerse tales afirmaciones de su contexto polémico.

El disenso normati .... o juega claramen te un rol vital en la ciencia; pera son el

¡:¡. gT1iOS el ", __ CO

. , armas esl"'oPríficament.e 'd nnr los ClentifiC()5 , Y no unas n t"'-- ..

je y la cultura e~mpartl os ,- . h fértiles las normas técnicas Iffiplrcl-

~:~fi(as" pr~ominantes;.::e :e:l¡:¡ena;~~ estructura de reglas de,la s.o:: i~d :c:~:~~:;'~~gua la i~tenSi~~ sd~c~~i~,::, n:nnn.:~~;~ni~~==~ está totalmente en m.anos de tos otrOS

de la carrera científica. Y pocos cie.nlíficos son

~...riculannente en clertoS moment~s . J. ente Nosotras sugenrfamos que, p¡IJ.... 1 espectahstas exC USlvam • h responsables ante sUS ca ~gas . el ento de la posición teórica de Merlon .a 'untO a las premisas. funclOn~l stas , otro ero as cient(ficas predominantes: la tendenCia J on,"";buido al e)(ceSlvo énfas\!; sobre las norm 'ero sociedad con problemas de ( ... ' d . Lit ción como una mi . de su anális is a tratar ca a ms u . d d 1 ba! Esperamos que la naturaleza de . i6n idénticos a los de la socle a g o . lfllegrJC d esta perspectiva haya quedado clara. nuestro desacuer o con

NOTAS S

. I Th JVV and Social Sr~rure (Glencoe. . S ' al Structure CICla ~~J 73~N

1 R.l<. Merton, Scienee and Democ~tlc OCI_ot

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1 . Ibid. p.553.

3. lb íd. p.556.

4. Ibíd. p.558. . n..l Y rk Hall Rinehart aod Winston, 1(66), p.79 . S . I S stem 01 SClrllU \new o , •

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::25. Sluer, C9-<it.,.p. 11.

26. T. f2nOllS, The Soc~f :5)Srt'nt (New YoIt, Free Press, 1951) [Existe versión upañaJa, EJ Sisr~1Pt(J Stl,ial (Mullid. AIi lAU (4., 197i)(N_ ecl T.»).

21. Ver. poi ejemplt), D. &1¡e Ced.), Expt-ñmt'rlt (Londoo. B.b.C.. 1964).

2:8. Mertcn.Sciltllce ¡nd D:nux:ratic Social Sli1Ic1Ure, op. cit .. p.552.

29. Mary Dou,lu !roa pbnte.ldo en N6J/~ral Sy",-bols (London, Crosnet Prcu, 1970) IEA.isle vers ión -española . .sínttJo(o~ N4rmtllt'1 (M:adn<l. ,\J¡an?1 ed. 1982)(N. del T.») \In estudio comparativo <le la incidencia de las cosmologías lntropanó.rlCu e impersonales.

30. sotn los recientes deNtes en este punto, véue O.S.L C3rdwell. Tltt: O,gani.so rion of Scit:nu ;11 e"gf4nd (Loodoo, Heinem:l/1n, 19.57); E. Melldelsohn, The Emergence of Science as Professioo in N ineteenth-C-entul)' wrope, en K.B. Hill (ed.), n~ Monag~ntt:flt 01 Sciefllurs (Baston. Bearon Press,

1964).

31. Vúse, por ejemplo, (} comenlario de LavOisier sobre su acciÓtl, citado en W. WhtwelJ. Hú/o'Y ol{h~ ln.duct¡vt Scit:llce¡ (London . 1 in7), vol. 111, p. 131.

32. Por ejemplo, algunol de 101 que reaccionaron contra la obra de C. Babbage, OburvolioFU Ofl 11t~

Dulillt' of Scit:rlCf' in e"gfotul (1830), C.ltpresaroo que la ciencia inglesa era mucho más libre que la francesa. La cretncia política en la no intervención del Estado se extendía 3 menudo a la. ciencia y a la

educación científica. Car<lwell comenta que muchos victorianos parecían creer que el Estado nunca podía

tener razón. Ver OS.L CardwelJ, especialmente, p. 56. H.T. Buckle sostuvo en su His/ory o{Civiliroliofl in Engkl1ld (l857.186n que el declive de la. ciencia francesa a finales del siglo diecisiete fue debido, en

gran parte. a las funestas influencias del mecenazgo de Luis XIV.

33. J. Sen·Oavid yA. ZJoclower, " Universities and Academic Systenu in Mooem Societies", EuropMn Journal of Sodology, 111 (I962). 45·84.

34. W. H. Pertin, "Hofmann Memorial Lecture~ ,1t}f.lrnal of /ht: Ch~mical Soci~ly. LXIX (1896), 596·637.

35. R .K. MertOl1 y E. Barber. Sociological Ambivalence. in E.A. Til)'akian (ed.), Sociological Th~ory. ValULS and Socio·Cultural Cltal1gt: (landon. Collier·MacmiUan, 1963).

36. R.K. Merton, The Ambivalence oC Scienlists. in N. Kaplan (ed.), Scit:l1Ct' and Soci~ly (Q¡icago, Rand

McNaDy, 1965), p.l12.

37. Ibíd . p.113.

38. R.K. Merton, "Priorities in Scientific Discovery·, Amuican Sociological R~vit:w. XXII (1957), p. 635.

39. Merton . The Ambivalence o( Scientists. op. cit., p.113.

40. Ver, por ejemplo. Merton, Priorities in Scientific Oiscovel)', op. cit. y Singletons and Multiples in Scientific Oiscovery. P,ocudings o{tltt' Amuican Philosophical Sociuy, CV (1961), 470-486; también,

Kuhn. Th~ Structurt: 01 Sci~ntific Rt:volutioflJ, op. cil. y Energy Conservalion as an Example o( Simulta·

neous D1scovery, in M. Oageu (ed.), Critico' Probl,."u in fh~ Hislory of SciUIU (Madisoo. University

o( Wisconsin Press. (959), pp. 321-356.

41. L Puree Williams, Miclrd FaratúJy: A Biogrophy (London. Q¡apman and Hall, 1965). p,491.

42. Kuhn. Tht: Structuu 01 Sci~nlific R~"·oluri(JfI.S, op. cit. pp. 53 y ss. Id " Historical Struaure of Scientific

Discovery", Scit:net:, CXXXVI (1962). p .760.

43. Merton. Priorities in Scienlific Discovel)l, op. cil.: "Resistance to me SySlcm:ui c Study oC Mulliples

Discoveries i.n Sciencc". Eu,o¡M0n JourrIQ/ 01 Sociology. IV (1963). p.237.

51 J).. ¡;YHOi el!lfTÍflco

•• • _ 11>e Arobivalence of Scie.nt im. op. cit. p.l25. A..f ¡ ... e, . ..... '. r s · ' fi

. "'111e Nobel Laureales in !he United StBle5. A Soc iological 5111dy o Clentl IC 4.S H.A 1.&1 die nnan. . . lO")

. • . • IArtículo no publiCldo Columbia Um'o'enlty, :ro-.; . Coll.lbo~tlOl"l . , .

M The AmbivaJence of Scientis ts. op. ci1. p.llo. 46. ertOO , . 1"_ S . 8 ·' Scit:flu n..I ew Yod: Columbia Uni .... ersity Press. 1%3). 41. OJ. de Solh Prioc, ¡"m.... cr.~IIU. le ' ' '' . .

. .. ._ ,Cenllla cómo los t'dr.ld igma.l constituyen en SI mism os las normas de la r. ?ova otra. aproltuTJaCIOO q.... r - 22 52

:ri'o'Klad c¡entír~a, .. 'éase M. Mulkay . Socidl R~ua,("h, XXXVI (1969), • .