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BASES TÉCNICAS PARA CONCURSO DE PROYECTOS
Programa de Prevención Comunitaria
DEPARTAMENTO DE PROTECCION DE DERECHOS
Área de Diseño de la Oferta Programática
Línea de Prevención
Abril 2013
2
Índice
I. Presentación ........................................................................................................... 3
I.I. Hallazgos del Monitoreo de la Modalidad ............................................................... 4
I.I.1 Resultados cuantitativos ................................................................................ 4
I.I.2. Resultados cualitativos ................................................................................. 5
II. Objetivos y Resultados ............................................................................................ 7
2.1 Objetivo General ............................................................................................... 7
2.2 Objetivos Específicos .......................................................................................... 7
2.3 Resultados Esperados ........................................................................................ 8
2.4 Meta de logro transversal a la modalidad .............................................................. 9
2.5 Condiciones básicas para todos los niños, niñas y adolescentes participantes ............ 9
III. Orientaciones Técnicas Específicas .......................................................................... 9
3.1. Sujeto Participante ........................................................................................... 9
3.2. Vía de Ingreso .................................................................................................. 9
3.3. Cobertura y Focalización Territorial ................................................................... 10
3.4. Consideraciones Metodológicas ......................................................................... 10
3.4.1. Horizonte ético del modelo: ....................................................................... 10
3.4.2. Estructura del modelo de intervención ......................................................... 10
3.4.3 Aspectos Claves de un sistema comunitario de Promoción y Protección de
Derechos .......................................................................................................... 11
3.4.4 Modelo de Intervención .............................................................................. 15
3.4.4.1 Estrategias de Trabajo ............................................................................. 15
3.4.4.2 Enfoques Transversales........................................................................... 18
3.4.5 Operacionalización del Modelo de Intervención ............................................... 21
3.4.6. Momentos de Intervención del Programa e implementación del Proyecto en el
territorio ........................................................................................................... 21
IV. Sobre el Equipo de Trabajo ................................................................................... 23
4.1 Perfil Profesional .............................................................................................. 23
4.2 Conformación y Composición de Equipos ............................................................ 23
V. Sobre los Recursos Materiales ................................................................................ 24
5.1 Respecto del inmueble de funcionamiento: ......................................................... 24
5.2 Respecto del equipamiento ........................................................................... 24
VI. Sobre el Presupuesto ........................................................................................... 25
3
I. Presentación
La modalidad Programas de Prevención Comunitaria, se encuentra enmarcado en la Línea de
Programas de Prevención que establece el artículo 35 del reglamento de la Ley nº 20.032, y
que en adelante, se denominará principalmente con la sigla PPC.
Los PPC, como modalidad surgen en el año 2008 y consideraron en su diseño los
aprendizajes de su programa precedente, estos son los Centros Comunitarios Infanto-
Juveniles (CIJ) y los hallazgos de un estudio que realizara Sename en el año 2007. Esta
Investigación-Acción denominada “Generando un Modelo para la Alerta Temprana de
Vulneración de Derechos en el Espacio Local”1, confirma en sus conclusiones la importancia
de la prevención, y en ella, el rol de las comunidades en la protección de los derechos de la
niñez y adolescencia. Uno de los aspectos que se considera clave para avanzar en este
sentido, es la implementación de mecanismos de detección precoz de las vulneraciones de
derecho, para lo cual resultaría altamente eficaz, su instalación en los espacios de vida
cotidianos de los niños y niñas, es decir, en sus propios barrios, en vistas de que ellos y los
demás actores comunitarios, como las juntas de vecinos, clubes deportivos, iglesias, u otros,
aporten en la construcción de dicho sistema de detección precoz. También, el estudio
destaca la importancia de la participación de la niñez, y de los mecanismos que la
favorezcan, como un factor protector tanto para prevenir las vulneraciones de derecho,
como para abordarlas, en caso de que se encuentren presentes. Al mismo tiempo, se señala
que la participación de los adultos, resulta fundamental, para garantizar el ejercicio y goce
de los derechos de los niños y niñas.
El propósito del presente documento es entregar las bases técnicas actualizadas para
concurso de proyectos, las cuales contienen los lineamientos técnicos de los Programas de
Prevención Comunitaria. Éstos se basan en los aprendizajes obtenidos a través del
monitoreo de la modalidad implementado durante el año 2010-2011, y en los resultados
obtenidos tras el proceso de evaluación al trienio de los PPC del año 2011.
Por su parte los hallazgos y aprendizajes obtenidos en el desarrollo del monitoreo consideró
información cuantitativa y cualitativa. A saber: análisis estadísticos a partir de la información
de la base de datos del Servicio, análisis de las evaluaciones anuales que realizan los
supervisores/as técnicos y de las autoevaluaciones que efectúan los equipos ejecutores de
los PPC. Además, se incorpora información aportada a través de la realización de grupos
focales con niños, niñas y adolescentes que conforman la Comisión de Representantes de los
PPC de la región metropolitana, así como de niños, niñas participantes de proyectos (urbano
y rural) de la región metropolitana. También, se consideró información recogida a través de
la realización de un grupo focal con los profesionales y técnicos de los PPC que tienen niños
y niñas en la Comisión de Representantes.
Es importante indicar que en Chile, a partir de la suscripción de la Convención de Derechos
del Niños en el año 1989, se establece que la promoción del buen trato hacia la niñez y la
prevención de las vulneraciones de derecho que les afectan, es una tarea prioritaria del
Estado de Derechos. Con el fin de hacer frente ésta obligación adscrita por el Estado de Chile
es que los Programas de Prevención Comunitaria (PPC), cumplen con el objetivo de prevenir
y detectar precozmente las vulneraciones de derecho en los territorios, a través de la
formación de promotores/as de los derechos en los barrios y poblaciones, la conformación
de redes comunitarias y vecinales para abordar estos temas, la generación de mecanismos
de participación para los niños y niñas y la sensibilización de las familias, a través del
desarrollo de iniciativas de buen trato, por parte de éstas.
Complementario con lo anteriormente señalado, los PPC son, también, una respuesta
concreta a los compromisos asumidos por el Estado de Chile, en materias de participación,
al suscribir la CDN y lo señalado en la observación 12 del Comité de Derechos de Niño. Así
como, a las recomendaciones del Instituto de Interamericano de Derechos del Niño, Niña y
Adolescente (IIN), dependiente de la OEA2, respecto a desarrollar políticas públicas en esta
temática.
1 Efectuada por el Servicio en conjunto con la Fundación León Bloy, en 3 comunas de la región metropolitana, a saber: Puente Alto, Talagante, Peñalolén. 2 Organización de los Estados Americanos.
4
I.I. Hallazgos del Monitoreo de la Modalidad
A continuación, se presenta una síntesis de los principales hallazgos y resultados de la
modalidad a partir del monitoreo realizado entre los años 2010 y 2011. Se consideró un
estudio de efectividad del modelo, un análisis de las estadísticas del Senainfo, de las
autoevaluaciones que realizan los equipos y del Grupo de discusión con los niños, niñas y
adolescentes integrantes de la comisión de representantes de los PPC de la región
Metropolitana. También se presentan algunos hallazgos preliminares de una investigación en
Participación Comunitaria de la Niñez y Adolescencia3.
I.I.1 Resultados cuantitativos
a) Estudio de efectividad del programa
“La Modalidad PPC logra prevenir la ocurrencia de vulneraciones de
derechos y al mismo tiempo, el ingreso de los niños y niñas a la Red Sename de
Mediana y Alta Complejidad”.
El estudio4 demuestra, sobre la base de resultados estadísticamente significativos
(sig=0.000)5, que tras la intervención del PPC, el N° de niños y niñas habitantes de los
sectores perteneciente al radio de acción del programa, disminuye su ingreso a la red
Sename de mediana y alta complejidad (incluido responsabilidad penal) desde un 44.4% en
el año 2008 a un 23.3% en el año 2010, en relación a los sectores donde no existe PPC.
El estudio se realizó en cuatro comunas altamente vulnerables de la región metropolitana, a
saber La Pintana, Puente Alto, Cerro Navia y Lo Prado, debido a que juntas concentran un
22% de la oferta total de PPC a nivel nacional. Además son comunas que cuentan con oferta
de mediana y alta complejidad, lo cual permitió comparar resultados. El universo de niños y
niñas considerado en el estudio ascendió a 2.837 (total de niños y niñas ingresados a la red
Sename de mediana y alta complejidad, incluido programas de justicia juvenil, en las
comunas señaladas, entre los años 2008 y 2010).
Resultados Estudio de Efectividad:
Tabla de contingencia: Año/Pertenencia al Sector
3 Investigación en desarrollo para optar al grado de magíster en Psicología, mención Psicología Comunitaria,
de la Universidad de Chile, desarrollada por la Trabajadora Social Andrea Quilodrán Lucero 4 Para mayor detalle en torno a los resultados, ver “Resumen Ejecutivo Estudio de Caso: Efectividad de la
Labor Preventiva de los Programas de Prevención Comunitaria”, 2011. Disponible en la página web del Servicio. 5 Significancia estadística calculada sobre la base del modelo ANOVA y Prueba estadística Chi – cuadrado de Pearson.
Pertenencia al Sector Total
Año No Pertenece a
sector PPC
Sí Pertenece a
Sector PPC
2008 NNA ingresados a Programas de Mediana y Alta Complejidad (Incluido Programas de Justicia Juvenil)
585
55.6%
468
44.4%
1053
100%
2009 NNA ingresados a Programas de Mediana y Alta Complejidad (Incluido Programas de Justicia Juvenil)
516
69.0%
232
31.0%
748
100%
2010 NNA ingresados a Programas de Mediana y Alta Complejidad (Incluido Programas de Justicia Juvenil)
795
76.7%
241
23.3%
1036
100%
Total
NNA ingresados a Programas de Mediana y Alta Complejidad (Incluido Programas de Justicia Juvenil)
1896
66.8%
941
33.2%
2837
100%
5
Dado que la reducción de ingreso de los niños y niñas pertenecientes al radio de acción del
PPC a la red Sename de mediana y alta complejidad6 fue de 20.1% entre el año 2008 y
2010, es posible efectuar una proyección en el período de tres años, de este modo, la acción
preventiva del PPC logró evitar que 598 niños, niñas y adolescentes ingresaran a programas
de prevención focalizada, especializados y de justicia juvenil, y por ende evitó que se
engrosaran las listas de espera de dichas modalidades en las comunas estudiadas.
A raíz de esto se pudo concluir que la modalidad PPC logra descomprimir,
considerablemente, la oferta Sename de mayor complejidad. El ingreso de niños y niñas
pertenecientes al radio de acción del PPC y que ingresó a PIB, disminuyó de 45,4% a 22,9%
entre los años 2008 y 2010, a programas de alta complejidad, disminuyó desde 23,3% a
17,4% y el ingreso a programas de justicia juvenil, disminuyó desde 55,9% a 24,7% en el
mismo período.
b) Lista de Espera en la Red Sename de mayor complejidad
Un dato que complementa los resultados presentados en el punto N°3.1.1, son las listas de
espera de la modalidad PIB en los años 2009 y 2010, ya que éstas se concentran en las
regiones donde no existe PPC. Por ejemplo, las regiones de Valparaíso y Bío-Bío, son
aquellas que concentran la mayor cantidad de niños y niñas en listas de espera,
aumentando, en el caso de PIB, de 545 niños y niñas en el año 2009 en ambas regiones, a
663 y 560 respectivamente en el año 2010.
A diferencia de la región metropolitana (que concentra 75% de la oferta PPC a nivel
nacional), que siendo una región relativamente similar a las ya nombradas, su lista de
espera fue menor en los dos años, disminuyendo incluso desde 323 en el año 2009 a 319 en
el año 2010.
c) Indicador de reingreso
El indicador de reingreso de los niños y niñas participantes de PPC, a otros programas de
la red Sename, es bajo. Según datos del Senainfo, del total de niños y niñas egresados de
los PPC el año 2009, sólo un 8% vuelve a reingresar a la red Sename de igual o mayor
complejidad. Este indicador, se mide en toda la red Sename, y permite verificar las
trayectorias de vulneración que sufren los niños y niñas. Se puede decir entonces, que
logran prevenir las vulneraciones de derechos antes de que éstas requieran ser atendidas en
sistemas de mayor complejidad.
I.I.2. Resultados cualitativos
A los datos cuantitativos, se suman los datos cualitativos, elaborados sobre la base de
grupos focales realizados con los niños y niñas de la Comisión de Representantes de PPC de
la Región Metropolitana7. Además se consideró información a partir de los hallazgos
preliminares de la tesis de magíster realizada por Andrea Quilodrán8.
A partir del análisis, se puede decir que:
a) El PPC logra prevenir vulneraciones de derechos y la ocurrencia de situaciones
de vulnerabilidad como conductas de calle, consumo de droga y conductas
transgresoras en contextos altamente violentos y excluidos socialmente
6 Los Programas de Mediana Complejidad son aquellos que presentan una oferta preventiva-reparatoria existe presencia de situaciones y/o conductas que se constituyen en evidentes señales de alerta de cronificación de vulneraciones de derechos ya presentes, que provocan daño y/o amenazan los derechos de niños/as y adolescentes y que se manifiestan en diversos ámbitos de la vida de éstos ya sea a nivel personal, familiar y/o sociocomunitario. Los Programas de Alta Complejidad ofrecen una oferta reparatoria, cuan existe presencia de situaciones y/o conductas que provocan un grave daño a la integridad física y/o psicológica de niños/as y adolescentes Para efectos de estudio en Mediana complejidad se contempló el Programa de Intervención Breve para la Prevención Focalizada (PIB) y en Alta complejidad, se consideró Programas de Reparación en Maltrato (PRM), de Explotación Sexual (PEE), Programas Integrales Especializados (PIE), Programa Especializado en niños de la Calle, Residencias, Familias de Acogida (FAS-FAE)y sistemas asociados a justicia juvenil como Libertad Asistida (PLA) y Libertad Asistida Especial (PLE), Salidas Alternativas (PSA), Medidas Cautelares (MCA). 7 En el marco del Foro Nacional de Participación de los niños y niñas de PPC, realizado el mes de mayo del año 2010, los y las participantes eligieron a 15 representantes de las regiones donde existe PPC. La realización del grupo focal, contempló la participación de los niños y niñas representantes de la región Metropolitana y consideró el compromiso de Sename de incorporar sus opiniones y propuestas en los nuevos énfasis de la modalidad PPC. 8 Andrea Quilodrán, “La Participación de Niños y Niñas en Espacios Comunitarios: ¿Un Aporte al Ejercicio de su ciudadanía?, tesis para optar al grado de magíster en Psicología Comunitaria (documento borrador), 2011.
6
Los niños/as y adolescentes identifican ciertos riesgos en sus territorios, asociados al
consumo de drogas, alcohol, conducta de calle y comisión de delitos. Siendo para ellos/as su
inclusión en los PPC un espacio alternativo a la calle y que los protege de las problemáticas
que afectan a sus comunidades. Así como, una instancia que les ofrece nuevas
oportunidades de desarrollo, basadas en el enfoque de derechos.
“donde vivo igual habían hartos niños que eran delincuentes que pasaban robando o que
estaban metidos en la droga, que estaban tiraos en la calle y con el PPC igual como que los
fueron ayudando y ya no es tanto lo que se ve porque (…) los talleres sacan, tratan de sacar
a los niños que están en la calle, para que no estén tanto en eso, para que estén ocupados
entreteniéndose en algo que los aleje de los pensamientos de la droga”.
b) El PPC se ha constituido en un dispositivo de alerta temprana de vulneraciones
de derechos, ya que el equipo desarrolla un acompañamiento a los niños, niñas y
sus familias.
Los PPC como modelo de intervención preventiva, desarrollan un acompañamiento y apoyo
intenso a los niños/as y adolescentes, de manera de evitar que sean vulnerados en sus
derechos o detectar oportunamente si se produce la vulneración.
“Ósea, ya haber si (los niños y niñas) tienen problemas con la escuela los tíos hacen lo
posible, le hacen charlas de porque es malo dejar la escuela o cuando tienen problema con
la familia también le dicen, o sea si ellos son los problemas hablan con el niño si ya la
familia,… van a las casas a hacer visitas, o sea por ejemplo… la asistente social y ella va a
las casas hace visitas igual para ver en lo que están los niños”.
c) Los procesos de formación de promotores de derechos, contribuyen no sólo al
desarrollo del niño o niña que participe, sino que además, facilita la difusión de los
derechos a otros niños, que tal vez no son alcanzados por el PPC.
Del relato de los niños, niñas y adolescentes, se extrae que ellos/as se sienten portadores y
responsables de difundir los derechos entre sus pares y orientarlos cuando se les presenta
alguna vulneración de derechos.
“A mí el otro día, me tocó un caso así, que mi amiga, su mamá le pegaba too (sic) los días y
ella me contó y yo le dije que tratara de acudir a alguien más grande que fuera , porque
donde vive ella no hay ningún PPC, que acudiera a la psicóloga del liceo, a la orientadora o
alguien que la pudiera aconsejar que hacer, porque ellos no están muy orientados pa’ (sic)
salir, para escaparse de lo que les está pasando en sus casas”.
d) El PPC actúa como mediador y facilitador del trabajo de inserción territorial para
equipos de la Red Sename de mediana y alta complejidad, puesto que los sectores
donde habitan los niños y niñas sujetos de atención, muchas veces resultan inaccesibles por
parte de otros equipos que no cuentan con la misma validación comunitaria que el PPC.
Junto con ello, facilita y promueve la adherencia de las familias. Lo anterior ha sido señalado
por equipos PPC y PIB.
e) El PPC logra favorecer espacios de participación sustantiva para niños y niñas.
Según un análisis de las autoevaluaciones de los equipos PPC, un 98% de los proyectos
logra que los niños y niñas diseñen, implementen y evalúen al menos una iniciativa al año.
Estos espacios son ampliamente valorados por los niños y niñas.
“Por ejemplo, propusimos la recreación en los pasajes. Esta es una población conflictiva,
entonces, los niños no se recreaban…se hizo la iniciativa de pintar calles, así que pintamos el
luche en el suelo, un twister, cancha de fútbol y mejoró harto eso”... “El proyecto partió…en
verano. Un día estábamos en el grupo mío… y nosotros decidimos hacer eso y a todos nos
gustó”
f) El PPC logra que las familias implementen en sus comunidades, iniciativas de
buen trato.
Así lo indican los informes de autoevaluación, donde en un 84.9% de los PPC se
desarrollaron iniciativas por parte de las familias de los niños, niñas y adolescentes
participantes del PPC, quienes diseñaron e implementan, iniciativas de cuidado y buen trato
7
en su comunidad. Esto resulta fundamental, especialmente si se considera el alto porcentaje
de vulneraciones asociadas a diversos tipos de maltrato que se reproducen diariamente en
las dinámicas familiares. Así lo verifica el estudio comparativo sobre maltrato infantil
realizado en Chile por Unicef, el cual arroja que “un 75,3 % de los niños y niñas
entrevistados han recibido algún tipo de violencia por parte de sus padres”, (2006, pag.44).
Parte de esta población son potenciales usuarios de la red de protección especializada de
Sename y de otros sectores que brindan atención psicosocial a la niñez. En cambio, si se
refuerzan los dispositivos preventivos de la violencia hacia los niños y niñas, podría
paulatinamente disminuirse la ocurrencia del maltrato y, con ello, los requerimientos de
oferta de atención en este ámbito.
g) Los PPC favorecen el desarrollo de factores protectores en y con los niños y
niñas y con sus familias, todo lo cual previene la ocurrencia de vulneraciones de
derechos.
“Cuando ingrese al (PPC) … estaba pasando una situación complicada en el ámbito personal,
… poco a poco las tías fueron ayudándome a mi y a mí familia empezamos a crecer en vez
de bajar, empecé a hablar porque antes no hablaba a todos los miraba, … poco a poco se
me fue yendo la vergüenza … y termine siendo una mujer, ya de bien, … mis papás tenían
problemas, que no se toleraban, entonces la asistente social con el psicólogo iban a mi casa
conversaban con mis papás, con mis abuelos, …entonces el (PPC) ha hecho que mis papás
ya tengan mejor relación, ….. e igual ha servido harto porque ahora mis papás no pelean, no
se agarran…”.
En síntesis, a la luz de los resultados expuestos, se puede señalar que la modalidad
PPC, se constituye en un aporte a la prevención de las vulneraciones de derechos,
en el espacio microterritorial, lo cual resulta fundamental, para evitar que las
vulneraciones de derechos ocurran o que se cronifiquen cuando se detectan a
tiempo los factores de vulnerabilidad que las generan. Siendo clave en los logros
del modelo la participación activa de los niños, niñas, los adolescentes, sus
familias y las comunidades.
I.II Respecto de la conceptualización de Prevención Comunitaria Por Prevención Comunitaria, se entenderá Un proceso de acciones tempranas9 y
colaborativas que efectúan las distintos actores de la comunidad, con la finalidad de
asegurar el ejercicio de los derechos y prevenir sus vulneraciones, en un barrio o territorio
determinado”. Así entonces, los convocados son las distintas personas que pueden aportar
en este proceso: niños, niñas, adolescentes, jóvenes, padres, madres, familiares extensos,
vecinos, vecinas, organizaciones adultas, de niños, niñas y adolescentes, grupos no
organizados y las instituciones de la comunidad como salud, educación, iglesias u otros.
Debido a lo anterior, la focalización territorial de estos programas es- preferentemente- en
un barrio, población o sector de una comuna determinada y su metodología es
fundamentalmente participativa.
II. Objetivos y Resultados
2.1 Objetivo General
Prevenir vulneraciones de derechos de la niñez y adolescencia, en conjunto con los niños,
niñas, adolescentes, sus familias y otros actores comunitarios de un territorio determinado.
2.2 Objetivos Específicos
1. Desarrollar competencias de auto-protección y de promoción de derechos con los
niños y niñas participantes.
2. Generar espacios de participación y de formación ciudadana para los niños, niñas y
adolescentes, que apunten a su incidencia en asuntos de sus comunidades y que
9 Recogiendo las conclusiones del Estudio “Modelo para la Alerta Temprana de Vulneración de Derechos en el
Espacio Local” (Sename-Fundación León Bloy), nos referimos a acciones realizadas para evitar que ocurra una vulneración de derechos, antes de que se cronifique la vulneración o efectuadas en las primeras etapas de la infancia.
8
sean de su interés, de acuerdo al principio de autonomía progresiva10.
3. Promover competencias de buen trato en y con las familias de los niños y niñas
participantes.
4. Desarrollar, con los actores comunitarios o vecinales, un sistema de prevención y
alerta temprana de vulneraciones de derechos en el espacio microterritorial.
2.3 Resultados Esperados
Para el objetivo 1:
1. 100% de los niños y niñas desarrollan competencias de autoprotección, en torno a
al menos, dos factores de vulnerabilidad11 pertinente a su realidad familiar y
sociocomunitaria.
2. Al menos un grupo de los niños, niñas y adolescentes participantes, se constituyen
en promotores de los derechos de la niñez y adolescencia12, siendo capaces de
efectuar acciones en su comunidad para promover su respeto.
Para el objetivo 2:
3. El 100 % de los niños, niñas y adolescentes participan de espacios de formación
vinculados a la ciudadanía.
4. Al menos un 80% de los niños, niñas y adolescentes participantes proponen,
consensúan diseñan e implementan, sus propias iniciativas conjuntas en el marco
del enfoque de derechos, y en base al principio de autonomía progresiva y el equipo
solo cumple un rol de facilitador.
5. Realización de al menos una instancia donde los niños, niñas y adolescentes
planteen sus preocupaciones y propuestas a referentes comunitarios o autoridades
comunales, o bien, se realice al menos una intervención en el espacio público, de
acuerdo a las problemáticas que planteen los niños y niñas respecto de su
territorio.
Para el objetivo 3:
6. El 50% de las familias participan de espacios de formación acerca del enfoque de
derechos de la niñez y adolescencia y buen trato de sus niños y niñas.
7. Al menos un 25% de las familias, desarrollan una iniciativa en la comunidad
referida explícitamente a la promoción de los derechos y buen trato de la niñez y
adolescencia.
Para el objetivo 4:
8. Al menos un 50% de los actores comunitarios, considerados claves, son formados
como promotores de derechos13 y realizan al menos, una iniciativa al año, en torno
a los derechos de la niñez.
9. Elaboración de un protocolo formal y participativo, en torno a la detección precoz
de las vulneraciones de derecho en el espacio comunitario, y a la definición de
acciones para su abordaje.
10
Es decir de la etapa en el ciclo vital en la que se encuentre influirá en el nivel de autonomía que los
niños/as y adolescentes puedan ejercer. El desafío para los equipos PPC es considerar la edad de los niños/as para facilitar su participación sin reemplazarlos en las posibilidades de participar. 11 Esto implica identificar los factores de vulnerabilidad más presentes en la realidad social y familiar de los niños y niñas participantes y realizar espacios de formación con ellos. Por ejemplo, si un tema es el abuso sexual, se puede realizar un taller de conductas de autoprotección, como el elaborado por Maggie Escartín. Si el tema es el consumo de droga, se puede diseñar un espacio de formación que prevenga el consumo, entre otras. 12 Se espera que los promotores de derechos niños/as y adolescentes, al menos conozcan acerca de la Convención de Derechos del Niño, desarrollen habilidades para difundirlo entre sus pares, distingan los recursos con los que cuenta su entorno y comuna relacionados con ellos/as y lideren iniciativas para promover el respeto de sus derechos en su comunidad. 13 Por promotores de derechos entendemos aquellas personas de la comunidad, que se encuentran sensibilizadas en torno al enfoque de derecho de la niñez y adolescencia, informadas respecto de temas de prevención y detección precoz y que además cuentan con herramientas para desarrollar acciones estos ámbitos y/o activar las redes necesarias para su intervención en caso que sea necesario.
9
2.4 Meta de logro transversal a la modalidad PPC
Al menos el 80% de los niños, niñas y adolescentes, egresados, no reingresan a proyectos
de la red Sename de igual o mayor complejidad, en un periodo de mínimo de doce meses.
2.5 Condiciones básicas para todos los niños, niñas y adolescentes participantes
Además de los resultados esperados de la modalidad, cada PPC deberá promover, en los
niños, niñas y adolescentes, el desarrollo de condiciones mínimas, tales como:
- Cada niño, niña y adolescentes deberá contar con una ficha de identificación
individual, que contenga información acerca de su motivación a participar, domicilio,
integrantes de su familia, quién es su adulto a cargo, escuela a la que asiste, centro
de salud en el cual está inscrito, antecedentes relevantes de salud, información
relevante de su familia y otros aspectos que puedan resultar relevantes de consignar.
- Al inscribirse el niño, niña o adolescente en el PPC, el equipo efectuará una entrevista
inicial con él o ella y con el adulto a su cargo, con la finalidad de explicar los objetivos
del programa, conocer la motivación del niño, niña y su familia y datos acerca de su
situación personal. Además, tendrá que realizar una visita domiciliaria para conocer
el contexto en el que vive él o ella y su familia. También, habrá de contactarse con la
escuela a la que asista para conocer si hay información relevante que pueda aportar
y para que el colegio esté al tanto de su participación en el PPC.
- Todos los niños, niñas y adolescentes participantes, deberán estar escolarizados, o en
caso de no estarlo, promover su integración al sistema escolar. Asimismo, deberán
tener acceso a las redes de salud existentes (por ejemplo, estar inscritos en el
consultorio).
- Todos los niños, niñas, adolescentes participantes y sus familias que lo requieran,
deberán ser contactados con los programas sociales existentes en el municipio (por
ejemplo, Chile Crece Contigo, Chile Solidario, u otros).
- Cuando se detecte una vulneración de derechos, ésta debe ser abordada y derivada
en forma asistida14 a las instancias pertinentes cuando sea posible, lo cual no implica
que el niño, niña o adolescente deje de participar del proyecto de prevención, es
más, dicha participación se puede constituir en un aporte a su proceso de
resignificación de la experiencia vivida. En este caso ambos equipos deberán
coordinarse para que el niño, niña y su familia reciba una intervención integral,
evitando la sobre-intervención
III. Orientaciones Técnicas Específicas
3.1. Sujeto Participante
Niños, niñas y adolescentes que se encuentren en el rango de edad de 5 a 18 años, que
habiten en un territorio específico, como barrio, sector, localidad, donde se inserta el
proyecto. Sin discriminación de sexo, etnia o necesidades especiales, enmarcados dentro del
alcance de este modelo.
La opción de focalizar en dicho tramo etáreo, se realiza considerando que los niños y niñas
en edad pre-escolares se encuentran cubiertos por el Sistema de Protección Integral a la
Infancia Chile Crece Contigo, que contempla algunos servicios de carácter universal y
apoyos específicos a los que se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad.
Por otra parte, son participantes de los PPC, actores comunitarios, entendidos como madres,
padres, familias, grupos organizaciones formales o informales, tales como juntas de vecinos
y vecinas, centros de padres/madres, clubes juveniles, entre otros. También, están
convocados los grupos no organizados.
3.2. Vía de Ingreso
Las vías de ingreso son principalmente por demanda espontánea y/o por una invitación
directa del equipo a los niños, niñas y adolescentes, a las familias y/o actores comunitarios.
14
Por Derivación Asistida se entenderá que los profesionales contactarán al niño/a o adolescente y sus familias con
la instancia en la cual deberán ser atendidos, trabajaran con ellos la motivación, el propósito de recibir esta intervención y además el proyecto de Prevención Comunitaria se asegurará que reciba la atención.
10
Dicha invitación puede ser realizada de manera individual y/o dirigida a grupos de pares.
Otra vía de participación, es una convocatoria abierta del equipo en la comunidad, población
y/o sector específico, radio de acción del proyecto.
3.3. Cobertura y Focalización Territorial
Los proyectos a licitar que se enmarquen en este modelo de Prevención Comunitaria deben
atender al perfil del sujeto de atención mencionado en estas bases e instalarse en el
territorio correspondiente según lo establece el anexo N° 1.
3.4. Consideraciones Metodológicas
En este aparatado se desarrollará el horizonte ético del modelo, opciones conceptuales, las
estrategias de intervención y momentos de intervención.
3.4.1. Horizonte ético del modelo:
Este horizonte es el que se propone oriente la intervención de los PPC.
3.4.2. Estructura del modelo de intervención
“Los niños, niñas y jóvenes tenemos protagonismo, participación y derechos. Queremos que escuchen nuestras opiniones y que sean respetados por todos;
Que todos tengan igualdad y no sean discriminados por su personalidad, condición física y apariencia personal. Y que no haya racismo en las calles de Chile, para mejorar la convivencia de las personas...”
Extracto Declaración Foro de Participación de Niños y Niñas Programas de Prevención Comunitaria
Mayo 2010
“La participación infantil y adolescente influye en los sistemas de protección de derechos. Se ha constatado que ante mayor participación, baja el nivel de vulnerabilidad y riesgo”.
“No puede pensarse en un sujeto de derecho que no sea sujeto de enunciación, reconocido en su capacidad de tener palabra propia, de formarse ideas, de opinar de expresar y sostener esas opiniones ante otros”.
Instituto Interamericano del Niño, Niña y Adolescentes (IIN), Organismo Especializado de la OEA Mayo 2010
Se espera que los Programas de Prevención Comunitaria amplíen las posibilidades de desarrollo y ejercicio de los derechos de la niñez y adolescencia que viven en sectores de vulnerabilidad social. Realizando un aporte efectivo para que los niños, niñas y adolescentes puedan desarrollar sus vidas en comunidades activas en la protección de sus derechos y generando oportunidades para que ejerzan su ciudadanía.
11
El siguiente esquema presenta al Programa de Prevención Comunitaria en el marco del
sistema de protección especial y de protección social de la niñez y adolescencia, relacionado
directamente con lo propuesto por el Instituto Interamericano del Niño, Niña y Adolescente
(IIN). El aporte de este modelo es la instalación de sistemas comunitarios de promoción y
protección de derechos en los entornos donde viven los niños, niñas y adolescentes en
sectores, poblaciones o localidades en situación de alta vulnerabilidad social.
Considerando los aprendizajes y hallazgos empíricos del primer período de implementación
de los PPC (2008-2011), se plantea para el siguiente período, que la modalidad contemple
dos aspectos claves y que lo distinguen de las demás modalidades de protección, éstos son:
alerta temprana de protección de derechos que evite la cronificación de vulneraciones de
derechos y la participación como un factor preventivo en sí mismo y como un aporte al
ejercicio de la ciudadanía de la niñez y adolescencia.
3.4.3 Aspectos Claves de un sistema comunitario de Promoción y Protección de Derechos
a). Alerta temprana de promoción y protección de derechos en los contextos
comunitarios
Uno de los aspectos claves de un sistema comunitario de promoción y protección de
derechos, es la construcción participativa de un dispositivo de alerta temprana, entendido
como un mecanismo que permita activar acciones de promoción y de protección de los
derechos, cuando se detecte una vulneración en el espacio comunitario donde habitan los
niños y niñas. Esto apunta a la corresponsabilidad de los garantes, en el cuidado y
protección de la niñez, en sus contextos naturales como familia, comunidad y escuela.
Para ello, se deben identificar algunos actores claves que habiten dentro del radio de acción
del PPC, pueden ser personas naturales, como líderes vecinales, deportivos, culturales u
otros, así como grupos organizados o no, como iglesias, scout, grupos juveniles, artísticos,
entre otros. La mayoría de los PPC ya ha logrado identificar a estos actores, conociendo sus
motivaciones y estableciendo alianzas para la realización de actividades conjuntas a favor de
la niñez.
En la medida en que se logra conocer y trabajar con dichos actores, se deben ir generando
acciones conjuntas de sensibilización y de formación en torno al enfoque de derecho, a su
promoción y apuntar al desarrollo de habilidades de detección precoz de vulneraciones de
derechos en el espacio comunitario. Es decir, lograr organizar un sistema, a partir del cual
se activen alertas y acciones de protección en caso de ser necesario, lo que implica que los
Sistema de Protección Social de la Niñez y Adolescencia
Sistema de Protección Especial de Derechos
Sistema Comunitario de Promoción y
Protección de Derechos
Alerta temprana que evite la aparición o cronificación de vulneraciones de derechos
Participación y ciudadanía como un factor preventivo y que aporte al mejoramiento de sus comunidades
Programas de Prevención Comunitaria
12
vecinos y vecinas del sector, estén sensibilizados, sepan a quién recurrir en este tipo de
casos y qué hacer frente a las situaciones que detecten, formulando ideas y soluciones
conjuntas que se pueden implementar en el espacio comunitario o bien, desarrollar un
trabajo colaborativo con otros actores institucionales como escuelas o consultorios.
Uno de los actores claves de este sistema, son los propios niños, niñas y adolescentes,
puesto que conocen a sus pares, comparten sus vidas y por ende, cuentan con información
valiosa, no sólo para la detección de una vulneración de derechos, sino que además para la
promoción de aquellos que se encuentran más invisibilizados, como los de participación y
buen trato.
Junto con lo anterior, es relevante que el PPC, desarrolle, tal como lo ha venido haciendo en
estos tres años de implementación, relaciones cooperativas con las escuelas del sector, en
vistas de que se constituyan en garantes de los derechos de los niños y niñas, y formen
parte de las redes institucionales que dialoguen con las redes comunitarias. Lo mismo en el
caso de salud. Ambos actores resultan fundamentales especialmente si se considera que la
mayoría de los niños y niñas que participan de PPC se encuentran escolarizados.
Todo lo anterior contribuye a la incorporación del enfoque de derecho, en el espacio
comunitario y por ende, a la consolidación de la Convención de los Derechos del Niño,
favoreciendo uno de los aspectos más difíciles de este enfoque, vinculados al cambio
cultural, en entornos privilegiados como las familias, las comunidades y las escuelas, ya que
los niños y niñas, pasan la mayor parte de su tiempo en dichos espacios.
b) Participación y Ciudadanía
En coherencia con el énfasis anteriormente planteado, referido a los PPC como
favorecedores de dispositivos de alerta temprana comunitaria, se plantea como énfasis
fortalecer las estrategias para promover la participación y ciudadanía. Ello, porque la tarea
de promover dicho dispositivo, parece como inalcanzable si no se suma a otros actores del
territorio, por tanto, el rol de los programas es sensibilizar, motivar, involucrar a otros/as,
de modo que éstos se sientan co- responsables de este desafío. El supuesto es que si esto
se efectúa participativamente, se va generando una conciencia en los adultos por asumir el
rol de garantes de los derechos de la niñez y adolescencia en sus barrios. También, es clave
que el PPC promueva la participación de los niños, niñas y adolescentes puesto que pueden
efectuar un gran aporte en la efectividad de las acciones preventivas, porque la participación
en sí misma, es un factor protector de vulneraciones de derechos.
No es propósito de este documento entregar definiciones acabadas sobre participación y
ciudadanía, puesto que se espera motivar a que los organismos colaboradores, generen la
reflexión acerca de cómo las concebirán y cómo se operacionalizará en su trabajo con
adultos, niños, niñas y adolescentes. No obstante, se entregarán algunas
conceptualizaciones con la finalidad de que se comprenda hacia qué tipo de participación se
quiere encaminar la modalidad.
Se partirá entregando la definición a la cual llegaron los niños y niñas de los PPC
participantes del Foro Nacional (2010)15.Los principales elementos con los cuales relacionan
participación es que, en primer lugar es un derecho, un acto voluntario que se produce en la
interacción con otros y otras, una posibilidad de expresar la opinión, así como de escuchar a
los demás, y que tiene ciertos principios como la no discriminación, integración y relaciones
democráticas. Es interesante como los niños, niñas tienen claridad respecto de que es un
derecho, la relacionan como un proceso colectivo, así como con opinar y también de
escuchar. Es decir, esto desmitifica el temor de parte del mundo adulto, respecto de que la
participación generaría en los niños, niñas una excesiva individualidad, sino por el contario,
piden ser oídos, pero también manifiestan su disposición a la escucha.
Por su parte, el Instituto Interamericano del Niño (IIN, 2010, pág. 14-20), plantea
ciertas consideraciones respecto de la participación y a continuación se señalan las
que parecen como orientadoras para el trabajo de los PPC, estas son:
15
Si se quiere profundizar en el trabajo realizado en el Foro Nacional, se sugiere revisar la publicación
“Participación de niños, niñas y adolescentes: Una experiencia conjunta de Chile, Ecuador y Paraguay a 20 años de la Convención. Sename, 2010.
13
La Participación como un eje del paradigma niño, niña como sujeto de derecho.
Los diversos artículos contenidos en la Convención que aluden al derecho a la participación
“desmiente la concepción tradicional de la niñez como estado de incompletitud o deficiencia
para instalar una nueva perspectiva en que el niño es un ser pensante, capaz de formarse
juicios, de tener ideas propias en función del grado de desarrollo alcanzado (principio de
autonomía progresiva). En suma: se abre a la consideración de un niño persona”.
Se reconoce que el ejercicio del derecho a la participación, genera un cambio de paradigma
en el tratamiento de la niñez, puesto que las acciones desarrolladas para su promoción,
requieren ser realizadas en conjunto con los niños y niñas, reconociéndoles a ellos y ellas,
capacidades propias, con posibilidad de opinar y de formarse un juicio, de acuerdo a su edad
y, en este contexto, el rol del adulto es generar las condiciones para que esto sea factible.
Lo anterior, impone un gran desafío para los adultos, ya que “el principio/derecho a la
participación implica la deconstrucción de las concepciones tradicionales de la infancia, del
niño sin voz y del adulto como único intérprete de sus necesidades para hacer lugar a las
voces de los niños y las niñas como expresión válida de sus intereses y opiniones".
La Participación como necesidad para el pleno desarrollo psicosocial. El supuesto a la base es que las personas son seres sociales y que, por tanto, la
participación es una necesidad humana y una condición para su desarrollo pleno. Y por ende,
para los niños y niñas también es un requerimiento para su desarrollo psicosocial.
“Aspectos centrales del desarrollo personal, como la autoestima, la posibilidad de mantener
conductas autónomas, el respeto y la consideración hacia los otros se ven fortalecidos y
alimentados con las experiencias participativas que el niño o niña tenga oportunidad de vivir
durante su desarrollo”.
Diversos estudios, así como los niños y niñas de la Comisión de Representantes de los PPC,
reportan cómo las experiencia de participación en el programa han impacto positivamente
en sus vidas y dentro de ello, el “desarrollo de la personalidad” es altamente valorado por
ellos, ellas y sus familias. Su participación les ha permitido ejercitar habilidades sociales,
aprender a hablar en público, transmitir sus opiniones de una manera respetuosa, sentirse
capaces de implementar sus iniciativas, entre otros. Lo cual, en su opinión, les ha favorecido
el hacer respetar sus derechos, ser menos vulnerables a las influencias negativas del medio
(consumo de alcohol y droga), incluso ser menos probable a sufrir matonaje escolar, porque
sus pares los perciben seguros de sí mismos.
La participación aporta a que los niños y niñas se sientan actores sociales y “una persona
que se reconoce como actor puede valorar sus formas de ver, de sentir, de entender el
mundo y su propia vida. Significa estar orgulloso de lo que uno es con sus propias
cualidades y sus propias debilidades. Significa ver las cualidades como algo que es necesario
fortalecer y a las debilidades como una oportunidad para mejorar”.
La participación como un factor protector frente a vulneraciones de derechos.
“La participación infantil y adolescente influye en los sistemas de protección de derechos. Se
ha constatado que ante mayor participación, baja el nivel de vulnerabilidad y riesgo”.
Retomando las dos consideraciones señaladas anteriormente, si la participación es central
para que el niño o niña sea reconocido como sujeto y le abre las posibilidades a expresarse
sin ser mediado por el adulto, entonces disminuye los factores de riesgo de sufrir
vulneraciones de sus derechos y, si ocurrieran, podrá identificarlas como tales y pedir
ayuda. No obstante, como los niños, niñas están en una condición de asimetría de poder, el
cual se concentra en el adulto, se requiere también incorporar en las acciones de prevención
a los adultos.
Se requiere que niños, niñas y adultos tengan la posibilidad de incluirse en espacios de
formación acerca del enfoque de derechos, pero también de participar de espacios
14
intergeneracionales que les permitan intercambiar sus visiones acerca de la niñez y
adolescencia, así como ejercitar la escucha mutua, especialmente por parte de los adultos.
La participación para fortalecer la democracia y el ejercicio de la ciudadanía
El fortalecimiento de la democracia requiere una formación ciudadana desde tempranas
edades con la finalidad de que niños, niñas y adolescentes desarrollen ciertos valores que
son coherentes con este propósito, como la solidaridad, el respeto a las diferencias, el
interés por los asuntos públicos, el sentido de pertenencia a la sociedad, entre otros. “No es
realista esperar que los niños se transformen de repente en adultos responsables y
participativos al cumplir, 16, 18 o 21 años, sin una previa exposición a las habilidades y
responsabilidades que esto conlleva. El entendimiento de la práctica democrática, la
confianza y la competencia para participar solo pueden ser adquiridos mediante la práctica;
no pueden ser enseñados en abstracto” (Hurt, en IIN 2010).
En definitiva, se puede considerar la participación como un proceso (principalmente
colectivo), en el cual los niños, niñas y adolescentes tienen la posibilidad de
informarse, de formarse su propia opinión, de expresarla en un contexto en que se
asegure su escucha y de incidir en la toma de decisiones en asuntos que le afectan.
Las diversas iniciativas de participación que se reportan en la literatura y en particular los
niños y niñas de los PPC reportan que han aprendido a participar y que el aprendizaje se
produce a través de la experiencia vital de participación. Si se considera que el
reconocimiento de la niñez por parte de los Estados cobra relevancia hace solo 20 años con
la firma de la CDN y los cambios culturales son lentos y requieren mucho tiempo, dicho
aprendizaje tiene que fomentarse tanto en los niños y niñas, como en los adultos. Para ello,
se requiere generar un ambiente de confianza, de escucha, propiciar un lenguaje compartido
y metodologías activas, motivadoras, que favorezcan el liderazgo y encuentro entre los
niños, niñas y adolescentes, así como entre éstos y los adultos. Esto significa un importante
desafío para los adultos, incluso para los equipos de los PPC. Lo que suele suceder es que los
niños, niñas suelen adecuarse a los formatos adultos, que no respetan sus características
vitales o, por el contrario, se realizan iniciativas que resultan entretenidas, pero carecen de
contenido de enfoque de derechos y no los consideran como sujetos sociales, con capacidad
de opinión y propuestas, lo que, en definitiva fortalece las prácticas tradicionales
asistenciales que no promueven el desarrollo de las capacidades de la niñez y adolescencia.
El punto de partida puede ser que niños, niñas, adolescentes y adultos reconozcan
el derecho a la participación en términos conceptuales, pero -además- se requiere
que el PPC promueva múltiples espacios de participación, que impliquen
experiencias vitales para los involucrados. En síntesis, solo la participación genera
más participación.
En este sentido para los PPC promover la participación es un fin en sí mismo (Klisberg,
1999). Puesto que amplía las posibilidades de desarrollo a los niños y niñas en tanto
ciudadanos en el presente. Ciudadanía entendida como “la capacidad de constituirse en un
actor social, construyendo relaciones mutuales de poder con otros actores, contribuyendo de
este modo a un cambio cultural y a una distribución más equitativa de poder en la sociedad”
(Duhart, 2006:15) En este marco, se abren las posibilidades para que la niñez y
adolescencia transformen sus realidades aportando al mejoramiento de la situación de sus
derechos en sus comunidades.
El desafío para los PPC, es que el programa genere las posibilidades para que los
niños y niñas puedan ejercer su ciudadanía en sus comunidades, entendida como
incidir/influir/transformar/contribuir en sus barrios, de acuerdo a su madurez e
intereses. Para ello habrá que potenciar los espacios de intercambio entre los
niños, niñas con otros actores adultos con influencia en la toma de decisiones para
que éstos últimos compartan su poder con la niñez permitiendo que efectúen su
aporte. Estos actores pueden ser autoridades municipales, dirigentes vecinales u
otros que se identifique como claves en el territorio.
Finalmente, se requiere avanzar decididamente de una participación consultiva a una
sustantiva. Para Palma (199?), la Participación Sustantiva, es la que permite la
realización de las personas y profundizar su ciudadanía, de lo contrario se produce una
instrumentalización de los sujetos por parte de los programas que se supone tienen un
15
componente participativo. Entonces, la participación sustantiva surge en el encuentro de dos
dinámicas:
la capacidad de participar: actitudes y habilidades que han desarrollado las personas
a través de la práctica, así como de la reflexión acumulada y que la aportan cuando
son invitados a incorporarse a los programas.
Las oportunidades de participar: que el programa considere la especificidad del
grupo que participa.
Se puede hablar de participación sustantiva, cuando hay un ajuste entre las
capacidades para participar y las oportunidades que se brindan. Traducido al PPC,
el equipo ejecutor tendrá que generar las condiciones y diseñar mecanismos
acordes a las características específicas de los grupos con los cuales se pretende
intervenir, como género, edad, etnia, características culturales, entre otras.
3.4.4. Modelo de Intervención
3.4.4.1 Estrategias de Trabajo
El modelo de los Programas de Prevención Comunitaria, involucra en su ejecución a distintos
actores: niños, niñas y adolescentes, sus familias y actores comunitarios. Implementando
con cada uno de ellos metodologías particulares a sus características y al aporte que se
espera realicen en la instalación participativa de dispositivos de promoción y protección de
derechos. Sin embargo, se proponen ciertas estrategias de trabajo que son transversales a
los distintos actores, entre las que se pueden señalar las siguientes:
Fortalecimiento16 de los distintos actores de la comunidad para que asuman
un rol activo en la promoción y prevención de vulneraciones de derechos.
16 Otros autores se refieren al fortalecimiento de la comunidad como empoderamiento.
Fortalecimiento
Formación en enfoque de derecho
Asociatividad y Autogestión
Intercambio Intergeneracional
Enfoques Transversales Enfoque de derecho, de Género, Evolutivo, de Pertinencia Cultural
16
Se espera que los PPC generen procesos de fortalecimiento de las comunidades para que
sean éstas las que asuman activamente la tarea de promover los derechos de la niñez y
adolescencia, así como proteger a sus niños y niñas.
En términos generales, se entenderá como un proceso en el cual “personas, familias,
organizaciones y comunidades alcanzan el control y dominio de sus vidas, dentro del
contexto social, económico y político, con el fin de mejorar la igualdad y calidad de vida”
(Rappaport, Zimmerman en Checkoway y otro, 2009, pag 44). Para el caso de los PPC, se
entiende que el empoderamiento tiene el propósito de que la comunidad asuma su rol de
garantes y cumpla una función activa en el mejoramiento de la situación de la niñez y
adolescencia de sus barrios.
Operacionalmente esto implica, reconocer los saberes de los actores comunitarios,
visibilizarlos, identificar las fortalezas y recursos, para desde allí abordar los temas de
promoción, prevención y protección de los derechos de la niñez. Esto requiere un
conocimiento de dichos actores por parte del equipo PPC, de las características territoriales,
de las motivaciones y la historia, para lo cual contribuye enormemente el diagnóstico
comunitario. También implica la generación de procesos de involucramiento paulatino en las
distintas acciones que se realizan y la co-construcción de las mismas.
Por otra parte, como ya se ha señalado, el ejercicio de los derechos y en especial el de la
participación requiere que los adultos sean capaces de cumplir un rol de facilitadores y
traspasen cierto poder a los niños, niñas y adolescentes. El poder entendido “como
capacidad, como un reconocimiento personal subjetivo de poder hacer algo: pensar, actuar,
participar en la toma de decisiones, definir qué y cómo, asumir retos, trabajar juntos en
relaciones horizontales, reconocer sus habilidades y capacidades. Este poder no se conquista
arrebatándoselo a otros; es un poder que se construye con el incremento de la capacidad
para ejercerlo, en el marco de relaciones horizontales”,(Anillas, G y Paucar, N en IIN, 2010,
pag. 29).
Formación para la prevención y detección precoz de vulneraciones.
Una estrategia general a implementar por los PPC, se refiere a la formación en enfoque de
derechos de la niñez y adolescencia al conjunto de actores con los cuáles se vincula, niños,
niñas, adolescentes, familias y actores vecinales. Las metodologías a utilizar tendrán que ser
apropiadas para cada grupo, de manera de generar aprendizajes significativos que aporten a
un cambio cultural que implica reconocer a la niñez como sujetos de derechos.
Además de la formación en enfoque de derechos, se requiere que los espacios de formación
tengan contenidos específicos para los participantes a los cuales están dirigidos, para lo cual
se requiere un levantamiento de necesidades.
En relación a los temas a trabajar con las familias, los niños, niñas y adolescentes de la
Comisión de Representantes propusieron la realización de talleres, donde a sus padres se les
informe respecto de los cambios que implica cada etapa de desarrollo, especialmente los que
tendrán en la adolescencia, para que por ejemplo “sepan cómo reaccionar frente a sus
conductas de aislamiento”. Otro tema a trabajar con las familias – considerando las
alarmantes cifras de violencia hacia la niñez- es el buen trato a los niños, niñas, incluyendo
talleres sobre normas y límites en cada etapa de desarrollo.
Complementario con lo señalado anteriormente es preciso que, el PPC implemente
estrategias para la formación de Promotores de Derechos adultos y niños, niñas con la
finalidad de contar con referentes sensibilizados y que puedan transmitir este enfoque a los
otros miembros de la comunidad. Recogiendo los hallazgos del Estudio de Alerta Temprana
(Sename, 2008), se requiere para una detección precoz de vulneraciones de derechos, que
las personas de la comunidad, tengan conocimiento acerca de la pesquisa, pero también
sepan qué hacer y con quién coordinarse frente a situaciones problemas que afectan a los
niños y niñas en sus barrios17. Entonces se requiere que dichos Promotores, además de
conocimientos en enfoque de derechos, conozcan los recursos con los cuales cuenta su
17 Se sugiere revisar el Cuadernillo de Trabajo “¿Cómo podemos detectar tempranamente vulneraciones de derechos a niños, niñas y adolescentes en nuestro barrio?”. Sename, Fundación León Bloy, 2008. Este documento fue elaborado con los aportes de los distintos actores comunitarios de las comunas de Talagante, Peñalolén y Puente Alto y plantea sugerencias concretas de cómo trabajar la detección precoz de vulneraciones de derechos.
17
comunidad y los circuitos de derivación. Además, se requiere que potencien su rol activo en
la ejecución de iniciativas en su comunidad con el explícito propósito de promover o prevenir
las vulneraciones de derechos de la niñez y adolescencia.
Asociatividad y autogestión de recursos
La asociatividad entendida como el establecimiento de lazos de cooperación tendientes al
desarrollo de fines comunes, en este caso, vinculados al enfoque de derechos de la niñez y
adolescencia, entre las personas habitantes de un territorio determinado. Esto se considera
un factor de protección y desarrollo para niños, niñas y adolescentes.
El supuesto a la base, es que la asociatividad de personas y grupos de la comunidad en
torno a los temas de infancia y adolescencia desde un enfoque de derecho, fortalece el tejido
social de las comunidades, favoreciendo la generación de un soporte comunitario para la
prevención y detección precoz de las vulneraciones que afectan a niños, niñas y
adolescentes y a sus referentes adultos ejerciendo roles de apoyo y orientación al desarrollo
de cada uno de los miembros que componen el sistema familiar.
Respecto a la asociatividad de la niñez y adolescencia, el artículo 15, de la CDN consagra el
derecho de asociación y reunión, por lo que los niños, niñas debieran encontrar en su PPC un
espacio para organizarse e implementar las iniciativas que sean de su interés. Asumiendo el
equipo un rol de generador de las condiciones para que esto sea posible y potenciador de
oportunidades para que las organizaciones de niños, niñas y adolescentes desarrolle
procesos incrementales de incidencia en sus comunidades.
Con la finalidad de ampliar los recursos del territorio para la promoción de derechos y
prevención de las vulneraciones, es deseable que el PPC gestione diversos recursos que
apoyen su labor, como la utilización de sedes vecinales, postulación a fondos municipales o
de otros servicios públicos, incorporación de voluntariado según las necesidades de los
niños, niñas y familias participantes. También el programa, puede apoyar a organizaciones
vecinales vinculadas con la niñez y adolescencia en la gestión de recursos o postulación a
fondos concursables.
Por último, especial atención requieren los grupos u organizaciones de niños, niñas y
adolescentes, en que el rol del PPC es ampliar sus posibilidades de participación e injerencia
en la comunidad. Un medio para conseguir lo anterior, puede ser apoyarlos en la gestión de
recursos para que puedan concretar sus proyectos.
Intercambio intergeneracional
El ejercicio de los derechos requiere que los niños, niñas se autodefinan como sujetos, así
como adultos que les reconozcan esta condición y les ofrezcan las posibilidades para hacerlo
posible. Esto requiere un aprendizaje tanto de adultos, como de los niños, niñas. Los
adultos, requieren aprender a confiar en las capacidades de los niños, niñas y a distinguir
que reconocerles sus derechos no implica caos, sino que “un orden diferente que contribuye
a mejorar la calidad de vida de todos y todas”, (IIN, 2010, pag. 48). Por su parte, los niños
y niñas, requieren aprender a “expresar las diferencias con respeto, a escuchar a los otros, a
ser responsables de sus afirmaciones y propuestas...” (idem).
Para que se produzca un encuentro entre los distintos aprendizajes, se requiere que el PPC
aporte en la generación de espacios de encuentro intergeneracional, en un clima de respeto
y que motive el intercambio entre niños, niñas, adolescentes y los adultos. Por tanto, el
medio que se emplee para generar estos encuentros puede adquirir distintas formas y
dependerán de las necesidades de los participantes. Lo que no se debe perder de vista es
que la actividad a implementar es un medio, incluso si es de tipo recreativa, pero lo que
se requiere fomentar es el diálogo y el intercambio entre las distintas generaciones, que
permita el fortalecimiento de vínculos de confianza, como un factor protector y preventivo
de vulneraciones de derechos. En este sentido, si se realiza una actividad X y
participan niños, niñas y adultos, pero cada grupo se relaciona consigo mismo, no
se consigue el fin del diálogo y el entendimiento mutuo entre ellos.
El PPC, asume un rol de ser un puente entre las distintas generaciones que habitan en una
comunidad determinada, que fortalezca lazos de confianza y de pertenencia, y que por lo
18
tanto, genere condiciones para la corresponsabilidad en el abordaje de los temas y
problemas que afectan a la niñez y adolescencia.
Esta estrategia se sustenta en el reconocimiento del otro/a como legítimo otro/a, lo cual
resulta fundamental para el fomento de una cultura de derecho.
3.4.4.2 Enfoques transversales
Marco de la Intervención: Enfoque de derechos de la niñez y adolescencia
El enfoque de derechos de la niñez se enmarca dentro del enfoque de derechos humanos
que son aplicables a todas las personas y que se expresa en la Declaración Universal de
Derechos Humanos, firmada en 1948, por los Estados miembros de Naciones Unidas, en la
cual se reconocen los derechos fundamentales de todas las personas y se “basa en el
principio de que los derechos humanos se fundamentan en la "dignidad intrínseca” de todas
las personas. Esa dignidad y los derechos a la libertad y la igualdad que se derivan de ella
son indisputables”18. “Esta Declaración, junto con el "Pacto Internacional sobre Derechos
Civiles y Políticos”, el "Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales” y
sus respectivos protocolos opcionales, conforman la "Carta Internacional de los Derechos
Humanos"19. Los cuales funcionan como un marco ético-político para los países firmantes.
Estos documentos reconocen derechos fundamentales como la dignidad humana, la libertad
en todas sus expresiones (de conciencia, religión, expresión, entre otras), la participación en
la vida pública, el derecho al trabajo, a la seguridad social, a un nivel de vida adecuado, a
los niveles más altos posibles de bienestar físico y mental, el derecho a la seguridad social, a
la educación y el disfrute de los beneficios de la libertad cultural y el progreso científico,
entre otros (Sename, 2005)20.
En este contexto es que la Cepal, conceptualiza el enfoque de derecho como “un marco
conceptual para el proceso de desarrollo humano que está basado normativamente en
estándares internacionales de derechos humanos y operacionalmente dirigido a promover,
proteger y hacer efectivos los derechos humanos....Un enfoque de este tipo integra la
normativa, principios y estándares del sistema internacional de derechos humanos en la
legislación, programas, planes y procesos del desarrollo” 21
Con la Declaración Universal se abre las discusión a nivel internacional, acerca de cómo
generar las condiciones para grupos específicos que se encuentra en una situación de mayor
inequidad y que, por tanto, se requiere acciones específicas para asegurarles su pleno
desarrollo. En este contexto se enmarca, la Convención de los Derechos del Niño (CDN), que
“abarca los derechos específicos de las personas menores de 18 años”22 y ”transforma
necesidades en derechos colocando en primer plano el problema de la exigibilidad, no sólo
jurídica sino también político –social de los derechos”23“Los Estados que han ratificado la
CDN se obligan a tomar las medidas necesarias en el aspecto legal, administrativo o de otro
tipo, a fin de lograr su implementación. Esto podría significar cambios en la legislación,
capacitación de funcionarios, establecimiento de mecanismos de monitoreo o elaboración de
nuevas prácticas y políticas”24 en torno a la niñez
El Estado de Chile ratifica la CDN en el año 1990 y a partir de su firma generó un intenso
proceso de reforma para adecuar su legislación y prácticas al espíritu de la Convención,
relevando el tratamiento de la niñez a la consideración del niño o niña como sujeto, es decir
con capacidades y posibilidad de actuación en la sociedad.
El enfoque de derechos de la niñez, considera 5 principios guías para asegurar el goce de los
derechos al conjunto de niños y niñas, éstos son25:
Principio de la no discriminación (todos y todas)
18 http://www.cinu.org.mx/onu/documentos/_ciddh.htm 19 http://www.cinu.org.mx/onu/documentos/_ciddh.htm# 20 Documento interno “Sistemas Locales de Protección de Derechos de la Infancia-Adolescencia: Una Aproximación Conceptual y de Aplicación Práctica”. Sename, 2005. 21 “La incorporación del concepto de derechos económicos, sociales y culturales al trabajo de la Cepal”, Carmen Artigas para CEPAL, septiembre de 2003. 22 http://www.scslat.org/search/publi.php?cod=6&lang=s 23
http://www.iin.oea.org/2004/SMD.pdf 24 http://www.scslat.org/search/publi.php?cod=6&lang=s 25 Esta descripción está basada en la publicación “¿Enfoque de Derechos o Enfoque de Necesidades”. 2008, Cidpa, Sename.
19
Principio de género (ellos y ellas)
Principio del Interés Superior (todos sus derechos)
Principio de promoción de supervivencia y desarrollo (todo su potencial)
Principio de Participación (toda su capacidad de decisión).
Enfoque Evolutivo
Se espera que esta perspectiva sea incorporada de manera transversal en la intervención.
Lo cual implica considerar a los niños, niñas y adolescentes en proceso, cuyas necesidades
van cambiando de acuerdo a las distintas etapas de su desarrollo. Por lo tanto, se requiere
equipos atentos y capaces de distinguir dichas etapas e implementar metodologías de
intervención que permitan acompañar las particulares necesidades y desafíos que enfrentan en cada etapa.
Lo anterior tendrá que traducirse por ejemplo en metodologías diferenciadas en cada etapa
del desarrollo y la consideración de su derecho a la participación, de acuerdo a su autonomía
progresiva.
Intervenciones con Pertinencia Cultural26
La pertinencia cultural a diferencia de conceptos como multiculturalidad e interculturalidad,
alude a la consideración de las cosmovisiones de los distintos grupos culturales, en los
procesos de intervención y desarrollo comunitario, en vistas de que éstos resulten
pertinentes y adquieran sentido para dichos grupos. Por lo tanto, es un factor relevante en
la medida en que puede hacer la diferencia entre el éxito o el fracaso de un proceso.
Dado que las condiciones para asegurar la interculturalidad27, vinculada a la inexistencia de
asimetría y desigualdades entre las distintas culturas, no están dadas estructuralmente, es
que se apela, a que la acción del PPC puede desarrollarse sobre la base de la pertinencia
cultural, entendiendo que las cosmovisiones tienen que ser consideradas y visibilizadas en
los procesos de intervención, en vistas de asegurar su efectividad y contribuir al respeto
mutuo, base del enfoque de derechos.
Es importante que al insertarse en los territorios, el equipo efectúe un reconocimiento de la
o las culturas características de la comunidad, esto le permitirá reconocer si está compuesta
por migrantes, por etnias específicas, grupos originarios, entre otros. Esto permitirá revisar
como los ciudadanos y ciudadanas del barrio conceptualizan los derechos de la infancia y
adolescencia desde su cultura, y por lo tanto, ayudará a determinar en conjunto con ellos las
estrategias preventivas y de promoción de los derechos de la niñez y adolescencia que
cobran sentido desde su cosmovisión.
Enfoque de Género
El género28 debe ser considerado transversalmente, como una categoría de análisis al
servicio de la prevención. Para ello, se sugiere:
Respecto al trabajo preventivo con los niños, niñas adolescentes y la comunidad
Poner especial atención en la estrategia que se utiliza para convocar a los niños y
niñas a participar del proyecto, en este sentido. Por ejemplo, la difusión debe
contemplar diversas técnicas, desde la convocatoria en las canchas o en las esquinas,
26
Este concepto se recoge de la presentación realizada por Alejandra Aburto, Trabajadora Social y Directora
Ejecutiva de la Fundación la Frontera en Jornada de Programas de Prevención Focalizada (PIB) Vida Nueva de la región metropolitana, 20 de mayo 2011 27 Dicho concepto corresponde a Sylvia Schmelkes En Ponencia “La Interculturalidad en la Educación Básica”, presentada en el contexto de la 2ª Reunión del Comité Intergubernamental del Proyecto Regional de Educación para América Latina y el Caribe (PRELAC-UNESCO). Santiago, Chile 11 al 13 de mayo 2006. 28 Por género se entiende el “conjunto de características culturalmente específicas que identifican el comportamiento social de mujeres y hombres y la relación entre ellos. El género, por lo tanto, no se refiere simplemente a mujeres u hombres, sino a la relación entre ellos, y a la forma en que ésta se establece socialmente” (SERNAM, “Análisis de Género: Guía para la elaboración de políticas públicas”. Santiago de Chile 1998). Se puede decir entonces que es una construcción social que da lugar a un conjunto de características y expectativas que un grupo social atribuye a mujeres y hombres en función de su sexo.
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hasta la convocatoria en las propias casas. Esto es importante, porque niños y niñas
utilizan espacios diferentes.
Revisar con los niños, niñas y adolescentes, la visión que tienen respecto de la
configuración de roles femeninos y masculinos, especialmente en torno a las
creencias y prácticas referidas a la sexualidad, a las expectativas respecto de sus
estudios, del acceso o no al mundo laboral y a las relaciones familiares.
El análisis anterior permite contar con elementos para desarrollar estrategias que
consideren la categoría de género. Dependiendo del imaginario que reine en los
niños, niñas, se podrán desarrollar talleres o conversaciones con ellos y ellas que
amplíen su patrón cultural de relaciones y romper prejuicios de género si es que
éstos existieran.
Dentro de las estrategias es importante generar mecanismos que potencien la
participación de actores comunitarios hombres, especialmente como Promotores de
Derechos, así se contará tanto con figuras femeninas, como masculinas activas en los
territorios en la promoción del ejercicio de los derechos de la niñez y adolescencia y
que serán visualizadas por los propios niños, niñas y adolescentes como protectores.
Para conseguir este propósito, se sugiere, por ejemplo, flexibilizar los horarios de las
actividades de manera que tanto hombres como mujeres puedan asistir e invitar
directamente al hombre y no sólo a través de la mujer. Es importante tener una
conducta proactiva en la invitación y evitar recargar a las mujeres (madres, abuelas,
hermanas y/o adultas significativas) en la tarea de crianza, ya que esto tiende a
fomentar la invisibilización de la responsabilidad de los hombres adultos como figura
protectora y al mismo tiempo, recargar nuevamente a las mujeres en tareas
asociadas culturalmente a ellas.
Respecto del equipo profesional
Fomentar la autoformación y reflexión permanente del equipo técnico en el enfoque
de género, de manera de integrarlo paulatinamente en las intervenciones a la luz de
la experiencia del proyecto.
El proyecto debe contar con al menos un/a profesional y/o técnico/a con formación en el
enfoque de género y/o con experiencia acreditada al respecto
21
3.4.5 Operacionalización del modelo de intervención de los PPC
Se podría representar el modelo, de la siguiente manera:
Niños, Niñas y Adolescentes
Familias
Actores comunitarios del
territorio
Centrado en el desarrollo de competencias de autoprotección y de promoción de derechos. Así como en el ejercicio de su ciudadanía
Centrado en el reforzamiento de competencias de buen trato.
Centrado en la co-construcción de un sistema de alerta temprana y en la co-responsabilización de garantes comunitarios.
Operacionalización
Actividades mínimas: - Entrevista de ingreso al niño, niña o adolescente y a su adulto a cargo. Visita domiciliaria para conocer el ambiente donde vive el niño, niña o adolescente, su familia y motivar a participar en el PPC a sus adultos a cargo al menos dos veces al año. Contacto con el colegio para que estén en conocimiento de la participación del niño, niña o adolescente en el PPC. También, realizar derivaciones a salud o la red social en casos en que el niño, niña o adolescente o su familia lo requieran. - Participar del diagnóstico, plan comunitario y evaluación. - Formación en Enfoque de Derechos,
Participación y Ciudadanía - Formación de Promotores/as de Derechos - Que los niños, niñas y adolescentes planifiquen las actividades que realizará el PPC de acuerdo a sus intereses y realidad territorial - Implementación de iniciativas auto-gestionadas por los niños, niñas y adolescentes - Intercambio con autoridades de su comuna (alcalde u otros) o con líderes o autoridades de su comunidad (junta de vecinos, colegio, consultorio) con la finalidad de plantearles sus problemáticas y propuestas. - Intervenciones en el espacio público para mejorar su entorno comunitario y/o la situación de sus derechos. - Vinculación con las OPD que estén generando espacios de participación para la niñez y adolescencia en las comunas (por ejemplo incorporación de niños/as de los PPC en los Consejos Comunales de la Niñez o en la elaboración del Pladeco, entre otros.)
Actividades mínimas: -Participar del diagnóstico, plan comunitario y evaluación. - Formación en Enfoque de Derechos - Formación de Promotores en tanto garantes de los Derechos -Instancias educativas acerca de las etapas del ciclo vital de sus niños, niñas y adolescentes y otras temáticas - Desarrollo de iniciativas para promover el buen trato y otros derechos de la niñez y adolescencia en su comunidad. -Apoyar cuando les soliciten los niños y niñas el desarrollo de sus iniciativas.
- Participar de espacios de Intercambio Intergeneracional.
Actividades mínimas: - Participar del diagnóstico, plan comunitario y evaluación. - Formación en Enfoque de Derechos y detección precoz de vulneraciones de derechos -Instancias de articulación para determinar acciones a seguir en caso de detectar vulneraciones de derecho -Elaboración de protocolos para la detección y acciones en casos de detección de vulneraciones de derechos -Implementación de iniciativas en el territorio para involucrar a la comunidad en la promoción y protección de los
derechos - Participar en espacios de intercambio intergeneracional
Momentos de la Intervención del Programa
Diagnóstico co-construido Diseño y Ejecución Participativa del Plan de Trabajo
Evaluación Participativa
Objetivo General: Prevenir vulneraciones de derechos de la niñez y adolescencia, en conjunto con los/as niños, niñas, adolescentes, sus familias y otros actores de un territorio determinado.
Nota Se sugiere revisar el Libro: “Participación de niños, niñas y adolescentes: Una Experiencia conjunta de Chile, Ecuador y Paraguay a 20 años de la Convención” de SENAME, Que recoge las Buenas Prácticas ganadoras de los PPC en temas de participación, año 2010.
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3.4.6. Momentos de Intervención del Programa e implementación del proyecto en
el territorio
Se entiende que la intervención que se realiza en los territorios es un proceso continuo y que
se van superponiendo etapas, por ejemplo mientras se está implementando el plan, se
realiza la actualización diagnóstico. Considerando estos resguardos, se sugieren a
continuación ciertos momentos a considerar por los PPC en su trabajo en los territorios:
1) Diagnóstico o actualización co- construido participativamente.
Se parte del supuesto que la inserción del proyecto en un sector determinado, requiere el
conocimiento del lugar, tanto desde el punto de vista geográfico, como de las relaciones,
grupos, personas que allí viven, identificar sus principales inquietudes, sus formas de
organización, la utilización de espacios, su cosmovisión, entre otros aspectos.
Se espera que el PPC identifique los factores de vulnerabilidad y protectores del sector
donde está instalado. Esta información requiere ser actualizada, así como la identificación de
los actores claves con quiénes se puede ir instalando o profundizando un sistema
comunitario de promoción y detección precoz de vulneraciones de derechos de la niñez y
adolescencia. Lo anterior implica, reforzar las estrategias para sumar a actores vecinales,
puesto que son ellos lo que tienen presencia permanente y a toda hora en los contextos
donde viven los niños y niñas.
Especialmente importante es que la construcción del diagnóstico sea participativa y que
incorpore las visiones de los niños, niñas, familias y actores comunitarios. Para lo cual, se
pueden generar espacios particulares para cada uno de dichos actores y luego realizar
instancias conjuntas donde se consensúen las principales problemáticas y recursos del
territorio. O bien, realizar sesiones con todos los actores para en conjunto construir el
diagnóstico.
Es necesario, que el equipo PPC tenga el resguardo de que las voces de los niños y niñas
sean escuchadas y plasmadas en el diagnóstico, así como ellos y ellas tengan claridad
acerca del proceso en el cual están participando y de la información que arrojó el
mencionado diagnóstico.
El proceso de co-construcción tendrá que plasmarse en un documento diagnóstico, que
luego pueda ser compartido con otras instituciones u organizaciones que tienen intervención
en el sector del PPC. Además, el diagnóstico se espera sea devuelto no solo a quienes
participaron directamente en el, sino que también al conjunto de la comunidad. Para ello, los
PPC han implementado diversas estrategias29, como elaboración de afiches, trípticos, han
pintado murales con los niños y niñas en la vía pública, han realizado cabildos ampliados con
el conjunto de los vecinos, reuniones focalizadas con distintas organizaciones, entre otras.
Todo ello, con la finalidad de informar y sensibilizar acerca de los principales derechos
vulnerados en el sector, así como comprometerlos para involucrarse en el Plan de trabajo.
2) Co-Construcción del Plan de Trabajo Comunitario
El diagnóstico co-construido tendrá que guiar la elaboración del Plan de Trabajo Comunitario
para promover y proteger los derechos de los niños, niñas y adolescentes que viven en el
territorio donde está inserto el PPC.
Para la construcción del plan se tendrá que considerar la identificación de los derechos
vulnerados que se realizó en el diagnóstico, determinar cómo se irán abordando, distinguir
los recursos con los cuales cuenta la comunidad, determinar las estrategias, así como los
responsables de llevar a cabo las actividades.
Se espera que la elaboración del plan se realice participativamente e incorpore a los niños,
niñas, adolescentes, sus familias y los actores comunitarios del sector. Resguardando que
los niños y niñas puedan ejercer su actoría, al aportar con sus propuestas y
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En el libro “Participación de niños, niñas y adolescentes: Una experiencia conjunta de Chile, Ecuador y Paraguay,
a 20 años de la Convención”, Sename, 2010, se publican una serie de buenas prácticas que han realizado los PPC
para difundir el diagnóstico o sensibilizar a la comunidad en torno a los derechos de la niñez y adolescencia.
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responsabilizándose en la ejecución de ellas, así como incorporar la contribución de los
adultos del territorio, en tanto garantes de los derechos.
El plan tendrá que considerar los énfasis y estrategias desarrolladas en las bases técnicas,
puesto que responden a los hallazgos del monitoreo de los PPC, así como a las sugerencias
de organismos internacionales y experiencias desarrolladas en otros países.
3) Evaluación participativa de resultados
La evaluación de resultados, consiste en analizar en conjunto con los niños, niñas,
adolescentes, familias y actores comunitarios, el desempeño del plan de trabajo, sus
principales resultados, obstáculos y desafíos. El equipo PPC tendrá que proponer técnicas de
evaluación pertinentes a cada uno de los actores mencionados. Así como, generar instancias
intergeneracionales donde estén presentes los distintos participantes (niños, niñas,
adolescentes y adultos) y en conjunto reflexionar respecto de los avances, las dificultades,
los desafíos pendientes, ajustar el plan, entre otros. Las metodologías a utilizar tendrán que
favorecer un clima de respeto y escucha, así como el intercambio entre las distintas
generaciones, no basta con la presencia de personas adultas y niños, niñas, lo que se quiere
producir es el diálogo entre ellos.
Junto con lo anterior, es importante que el equipo desarrolle indicadores y mecanismos que
permitan definir los avances en materia de prevención de los derechos de infancia y
adolescencia.
IV. Sobre el Equipo de Trabajo
4.1 Perfil Profesional
Se requiere equipo técnico con competencias en:
Desarrollo comunitario.
Enfoque de derecho.
Metodología participativa y/o educación popular.
Enfoque de género.
Trabajo en Equipo
Promoción y fortalecimiento de redes sociales
Experiencia de trabajo en prevención territorial.
Experiencia en capacitación a agentes de la comunidad y organizaciones sociales.
Experiencia y habilidades para trabajar con niños, niñas, adolescentes y
adolescentes.
4.2 Conformación y Composición de Equipos
Se propone un equipo territorial de trabajo, capaz de reconocer las habilidades de la
comunidad y potenciarlas para la prevención y detección precoz de vulneraciones de
derecho, debe adaptarse a los tiempos de la comunidad, y a los horarios de niños, niñas y
adolescentes, sobre todo considerando la jornada escolar completa.
El equipo estaría conformado por:
- Un/a profesional coordinador/a de las Áreas de Humanidades, de las Pedagogías o de
las Ciencias Sociales jornada completa, con experiencia en trabajo comunitario y
enfoque de derecho de infancia y adolescencia. Además se espera tenga experiencia
en dirección de equipos sociales.
- Tres30 jornadas completas de profesionales y/o técnicos de las áreas y con las
competencias antes descritas. También se puede incorporar educadores que no
tengan educación formal, pero que tengan experiencia y alguna formación en niñez,
adolescencia, educación, trabajo comunitario, entre otros.
30 Si la cobertura establecida en el código al que se postula es menor a 80 cupos se puede proponer menos profesionales y/o técnicos.
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- Un apoyo administrativo jornada parcial o completa.
En este marco, cada proyecto deberá proponer la distribución de tareas que estime
pertinente, según perfil y habilidades profesionales y técnicas del equipo.
Es indispensable que tanto el equipo solicitado, como los colaboradores que se pretendan
incluir en la ejecución de su proyecto, como personas que trabajen no remuneradamente
(voluntarios/as), pasen por un proceso de selección que descarte problemas de salud
mental, permita asegurar su idoneidad para vincularse con población infanto-adolescente,
así como que cuente con las habilidades para el trabajo comunitario y el cumplimiento de los
requerimientos administrativos (disponibilidad horaria, sin antecedentes penales, etc.).
Considerando lo anteriormente señalado, es que en la formulación del proyecto se deberá
explicitar los mecanismos de selección del personal (contratado y voluntario), su formación y
funciones. Adjuntar currículo vitae tipo para cada profesional, técnico y voluntario/a y
certificados de título. Si se incorporan en el transcurso de la ejecución del proyecto, los
antecedentes mencionados tendrán que ser presentados al supervisor/a técnico.
Es relevante que tanto el o la director/a, como el equipo profesional y técnico del proyecto
conozcan el contenido de la propuesta presentada y estén al tanto de las bases técnicas
establecidas de la modalidad de Prevención Comunitaria.
Finalmente, la Comisión de Niños y Niñas Representantes de los PPC (2010-2011),
plantearon que los “tíos y tías” con los cuáles ellos y ellas más se vinculan son los
educadores y educadoras y éstos cambian frecuentemente en los programas, lo
cual provoca que tengan que nuevamente iniciar un proceso para confiar en los
nuevos integrantes del equipo. Es por ello, que se sugiere que el organismo
colaborador tome los resguardos para evitar o disminuir la probabilidad de
rotación del equipo técnico y profesional. Otra propuesta realizada por los niños y
niñas, es que los PPC realicen más actividades los fines de semana, considerando
los escasos espacios protegidos con los cuales cuentan en sus barrios y que son
estos días cuando tienen más tiempo para participar
V. Sobre los Recursos Materiales
5.1 Respecto del inmueble de funcionamiento:
Se considera necesario que el proyecto cuente con:
Oficina para que los profesionales y/o técnicos/as que trabajen en el proyecto puedan
planificar las actividades y realizar reuniones de equipo. Se requiere que esté
equipada con escritorios o mesas de trabajo, computadores, estante para guardar
materiales.
Sala para trabajo con grupos u organizaciones. Habilitada con mobiliario adecuado
para niños, niñas, adolescentes y adultos y ubicada en el radio de acción del
proyecto. Es relevante priorizar la utilización de espacios comunitarios para la
realización de diversas actividades, sin embargo, igualmente se considera importante
contar con esta sala, en caso de que no exista este tipo de espacios.
Además el inmueble deberá contar con las certificaciones de seguridad e higiene al
día, otorgadas por el organismo legal pertinente.
Stock de materiales de oficina.
Materiales didácticos y juegos educativos diferenciados para adultos, niños, niñas y
adolescentes. Si no está disponible, el equipo deberá tener la disposición de crearlo.
Televisor de 22 o 24 pulgadas.
DVD.
5.2 Respecto del equipamiento
Se requiere la presencia de computadores con al menos las siguientes características:
Procesador Intel Pentium Dual Core E5400 a 2.7 GHZ, o equivalente, capacidad de
disco duro no inferior a 320 GB, memoria RAM mínimo de 2 GB, Unidad DVD-RW,
tarjeta de red Fast Ethernet 10/100/1000 Mbps, deseable conectividad inalámbrica.
Impresora.
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Sistema Operativo Microsoft Windows 7 Profesional en español, Microsoft Office
Profesional 2007(Access incluido). Navegador Internet Explorer 7.0 o superior,
Solución Antivirus, Visualizador de archivos PDF.
Conexión a Internet: ADSL mínima de 1024 Kbps.
VI. Sobre el Presupuesto
Los recursos financieros para ejecutar esta modalidad, deben calcularse sobre la base del
Programa de Prevención Comunitaria según establece la Ley 20.032, que asciende a 3.08
USS31 mensual más zona por niño o niña atendida.
Línea de Prevención
Área de Gestión Programática Departamento de Protección de Derechos Servicio Nacional de Menores
31 La USS para el presente año 2013 asciende a $13.410.