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Before I Die (Jenny Downham)

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Un día como cualquier otro te enteras de que te quedan unos pocos meses de vida. Un golpe difícil de asimilar, sin duda, pues ¿cómo afrontas semejante realidad? ¿Qué mecanismos psicológicos se desatan ante la certeza de lo inevitable?

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  • para Louis y Archie, con amor

  • 1Ojala tuviera novio, un novio queviviera colgado de la percha de miarmario. Podra sacarlo siempre quequisiera, para que me mirara comohacen los chicos de las pelculas, comosi yo fuera guapsima. No hablaramucho, pero suspirara al quitarse lachaqueta de cuero y desabrocharse losvaqueros. Llevara calzoncillos blancosy estara tan bueno que casi medesmayara. Luego se ocupara dedesnudarme, susurrndome: Tessa, tequiero. Te quiero de verdad. Eres muyhermosa, exactamente esas palabras.

  • Me incorporo y enciendo la luz de lamesilla. Hay un bolgrafo, pero no tengopapel, as que escribo en la pared,encima de la cama: Quiero sentir elpeso de un chico sombre m. Luego metumbo y miro el cielo por la ventana. Seha vuelto de un color extrao, rojo ynegro a la vez, como si el da seestuviera desangrando.

    Huelo a salchichas. Los sbados porla noche siempre hay salchichas.Tambin habr pur de patatas, col ysalsa de carne con cebolla. Pap tendrsu billete de lotera (mi hermano Calhabr elegido el numero), y ambosestarn sentados delante del televisor,

  • cenando con una bandeja en el regazo.Vern Factor X y luego Quin quiereser millonario? Despus Cal se dar unbao y se ir a la cama, y pap bebercerveza y fumara hasta que sea su horade acostarse.

    Hace un rato subi a verme. Fuehasta la ventana y abri las cortinas.

    Mira qu bonito! exclamcuando la habitacin se inundo de luz.Se vea la tarde, las copas de losrboles, el cielo. Su silueta se recortabacontra la ventana, con los brazos enjarras. Pareca un Power Ranger. Sino quieres hablar de ello. Cmo voy aayudarte? dijo, y se acerco para

  • sentarse en el borde de la cama.Yo contuve la respiracin. Si lo

    haces el tiempo suficiente, unosdestellos blancos te bailan delante delos ojos. Papa alargo la mano paraacariciarme la cabeza y sus dedosmasajearon suavemente el cuerocabelludo.

    Respira, Tessa me susurr.Pero yo cog el sombrero de la

    mesilla y me tap los ojos. Entonces lse fue.

    Ahora est abajo friendo salchichas.Oigo el chisporroteo de la grasa, comoborbotea la salsa en la sartn. No estoysegura de que sea normal or todo eso

  • desde aqu arriba, pero ya nada mesorprende. Ahora oigo a Cal bajndosela cremallera de la chaqueta, vuelve decomprar mostaza. Hace diez minutospap le dio una libra y le dijo: Nohables con gente rara. Al marcharseCal, pap se fum un pitillo fuera, en lapuerta de atrs. Se oa el susurro de lashojas caer sobre la hierba. La invasindel otoo.

    Cuelga la chaqueta y ve a ver siTess quiere algo dice pap. Haymoras de sobras. Anmala a comer.

    Cal lleva zapatillas de deporte; lassuelas resoplan cuando sube lasescaleras a saltos y entra en mi

  • habitacin. Finjo estar dormida, peroeso no lo detiene; se inclina sobre m.

    Me da igual que no vuelvas ahablarme nunca ms susurra. Abro unojo y me encuentro con sus ojos azueles.

    Saba que estabas hacindote ladormida. Y sonre de oreja a oreja deun modo encantador. Pap pregunta siquieres moras.

    No quiero.Y qu le digo entonces?Dile que quiero una cra de

    elefante.Suelta una carcajada.Voy a echarte de menos declara,

    y me deja con la puerta abierta y la

  • corriente de aire que llega desde laescalera.

  • 2Zoey ni siquiera llama a la puerta,simplemente entra y se sienta a los piesde mi cama. Me mira de un modoextrao, como si no esperaraencontrarme aqu.

    Qu haces? pregunta.Por qu?Ya nunca bajas?Te ha llamado mi padre?Te duele?No.Me mira con suspicacia, luego se

    levanta y se quita la chaqueta. Lleva unvestido rojo muy corto, a juego con el

  • bolso que ha dejado caer al suelo.Vas a salir? pregunto.

    Tienes una cita?Se encoge de hombros. Se acerca a

    la ventana y contempla el jardn. Trazaun crculo en el cristal con el dedo ydice:

    A lo mejor deberas probar creeren Dios.

    Ah, s? Te parece?S, quiz todos deberamos

    hacerlo. Toda la humanidad.Yo no estoy muy de acuerdo con

    eso. Pienso que tal vez Dios hayamuerto.

    Zoey se gira hacia m. Tiene la cara

  • plida, como el invierno. Por detrs desu hombro, un avin surca fugazmente elcielo.

    Qu has escrito en la pared?No s por qu dejo que lo lea.

    Supongo que quiero que ocurra algo.Est escrito con tinta negra. CuandoZoey lo lee, las palabras se retuercencomo araas. Lo lee una y otra vez. Nosoporto que me tengan lstima.

    Esto no es como estar devacaciones, eh? musita.

    He dicho que lo fuera?No, pero crea que lo pensabas.Pues no.Creo que tu padre espera que

  • pidas un poni, no un novio.Es asombroso el sonido de nuestra

    risa. Me encanta, aunque duela. Rer conZoey es una de mis actividadesfavoritas, porque s que las dos tenemoslas mismas imgenes estpidas en lacabeza. Slo tiene que decir quiz lasolucin sea un rebao de sementalespara que las dos acabemos riendo comohistricas.

    Estas llorando? me preguntade pronto.

    No estoy segura. Creo que s.Parezco una de esas mujeres de la teleque han perdido a toda su familia. Unanimal que se lame las heridas. Todo se

  • me viene encima de golpe: mis dedos yano son ms que huesos y mi piel esprcticamente transparente. Noto cmose multiplican las clulas en mi pulmnizquierdo, acumulndose como cenizaque cayera lentamente en un jarrn.Pronto no podr respirar.

    Es normal que tengas miedo.No lo es.Por supuesto que s. Cualquier

    cosa que sientas es normal.Imagnatelo, Zoey. Imagina lo que

    es estar aterrada todo el tiempo.Lo imagino.No es posible. Cmo podra,

    cuando le queda toda la vida por

  • delante? Vuelvo a ocultarme bajo elsombrero, slo un ratito, porque voy aechar de menos respirar. Y hablar. Y lasventanas. Voy a echar de menos lospasteles. Y los peces. Me gustan lospeces. Me gusta eso que hacen con laboca: abierta, cerrada, abierta, cerrada.

    Y a donde yo voy, no puedes llevarnada contigo.

    Zoey me mira mientras me seco losojos con la punta del edredn.

    Hazlo conmigo digo.Se sorprende.Hacer qu?Lo tengo anotado en trocitos de

    papel por todas partes. Lo escribir bien

  • y t me obligars a hacerlo.Obligarte a hacer qu? Lo que

    has escrito en la pared?Y tambin otras cosas, pero lo del

    chico primero. T te has acostado conmontones de tos, y a m an nadie me habesado siquiera.

    Observo como asimila mis palabras.Se posan en algn lugar muy profundo.

    No han sido montones replicaal fin.

    Por favor, Zoey. Aunque tesuplique que no lo hagas, aunque meporte fatal contigo, t oblgame. Tengouna larga lista de cosas que quierohacer.

  • Vale contesta, y suena comoalgo fcil, como si slo estuvierapidindole que me visitara ms amenudo.

    Hablas en serio?Ya lo has odo, no?Me pregunto si sabe en lo que se

    est metiendo.Me siento en la cama y la observo

    hurgar en mi armario. Creo que tiene unplan. Eso es lo bueno de Zoey. Pero sermejor que me d prisa, porque empiezoa pensar en cosas como zanahorias. Y elaire. Y patos. Y perales. Terciopelo yseda. Lagos. Voy a echar de menos elhielo. Y el sof. Y la sala de estar. Y la

  • pasin de Cal por los trucos de magia. Ylas cosas blancas: leche, nieve, cisnes.

    Del fondo del armario, Zoey saca elvestido que pap me compr el mespasado. An lleva el precio.

    Yo me pondr esto. T puedesponerte el mo. Empieza adesabrocharse el vestido.

    Vamos a salir?Es sbado por la noche, Tess.

    Sabes lo que significa?Por supuesto que lo s.Haca horas que no estaba en

    posicin vertical. Me siento un pocoextraa, como vaca y etrea. En ropainterior, Zoey me ayuda a ponerme el

  • vestido rojo. Huele a ella. La tela essuave y se me pega al cuerpo.

    Quieres que lleve esto?A veces es agradable sentirse

    como otra persona.Cmo t?Se lo que piensa.Quiz. Tal vez alguien como yo.Cuando me miro en el espejo, es

    alucinante lo distinta que me veo: congrandes ojos y peligrosa. Resultaexcitante, como si cualquier cosa fueraposible. Incluso el pelo tiene buenapinta, espectacularmente corto, en lugar,simplemente, de estar creciendo denuevo. Nos miramos, la una al lado de la

  • otra, y luego Zoey me aparta del espejoy me lleva a sentarme en la cama. Cogela cesta de maquillaje que tengo en eltocador y se sienta junto a m. Meconcentro en su cara mientras se unta eldedo con la base y me da unosgolpecitos en la mejilla. Ella tiene unpelo muy rubio y una piel muy blanca, yel acn hace que parezca un pocosalvaje. Yo jams he tenido un solograno. Es pura suerte.

    Zoey me perfila los labios y lospinta. Coge el rmel y me dice que lamire. Intento imaginar cmo sera serella. Es algo que hago a menudo, perojams lo consigo de verdad. Cuando me

  • invita a ponerme de pie y mirarme en elespejo, resplandezco un poco. Un pococomo ella.

    Adnde quieres ir? pregunta.Hay un montn de sitios. El pub. Una

    fiesta. Quiero una sala grande y oscuraen la que apenas pueda moverme, concuerpos estrujados unos con otros.Quiero or mil canciones a todovolumen. Quiero bailar tan deprisa quemi pelo se estire hasta pisrmelo.Quiero que mi voz resuene ms fuerteque el bajo. Quiero pasar tanto calor quetenga que masticar hielo.

    Vamos a bailar. Vamos a buscarchicos para acostarnos con ellos.

  • De acuerdo. Zoey coge su bolsoy abandonamos la habitacin.

    Pap sale del saln y sube lasescaleras hasta la mitad. Finge que va alcuarto de bao y acta como si lesorprendiera vernos.

    Te has levantado! exclama.Es un milagro! E inclina la cabezaante Zoey con reticente respeto.Cmo lo has logrado?

    Ella sonre al suelo.Slo necesitaba un pequeo

    estmulo.Cul?Me apoyo en una cadera y lo miro a

    los ojos.

  • Zoey va a llevarme a bailar poledance a un local de sos.

    Muy graciosa.No, en serio.Pap sacude la cabeza y se acaricia

    el estmago. Siento lstima por l,porque no sabe qu hacer.

    Vale digo. Vamos a unadiscoteca.

    l mira el reloj como si fuera adecirle algo.

    Yo cuidar de ella aseguraZoey. Suena tan cariosa y sincera quecasi le creo.

    No. Tess necesita descansar. Enuna discoteca habr demasiado humo y

  • ruido.Si necesita descansar, por qu

    me ha telefoneado?Quera que hablaras con ella, no

    que te la llevaras.No se preocupe. Re. La

    traer de vuelta.Noto que mi felicidad empieza

    esfumarse porque s que pap tienerazn. Si voy a una discoteca, luegotendr que pasarme una semanadurmiendo. Cuando gasto demasiadasenergas, despus siempre pago lasconsecuencias.

    Vale digo. No importa.Zoey me coge del brazo y tira de m

  • escaleras abajo.Tengo el coche de mi madre. La

    traer antes de las tres.Mi padre dice que no, que es

    demasiado tarde; le pide que medevuelva antes de medianoche. Lo repitevarias veces mientras Zoey saca miabrigo del armario del recibidor.Cuando salimos a la calle, le digo adisa mi pap, pero l no me responde. Zoeycierra la puerta.

    A las doce est bien le digo.Ella se gira hacia m en el escaln.Escchame, si quieres hacer las

    cosas como es debido, tendrs queaprender a saltarte las normas.

  • Pero es que no me importa volvera las doce, de verdad. Adems, si nopap se preocupar.

    Pues que se preocupe, qu ms da.Para alguien como t no hayconsecuencias!

    Nunca se me haba ocurrido verlo deese modo.

  • 3Por supuesto, fuimos a la discoteca.Nunca hay chicas suficientes un sbadopor la noche y Zoey tiene un cuerpoestupendo. Los gorilas de la puertababean al verla y nos indican que nosacerquemos al principio de la cola. Ellales dedica unos pasos de baile cuandoentramos, y sus ojos nos siguen a travsdel vestbulo hasta el guardarropa.

    Que pasen una noche estupenda,seoras! nos gritan.

    No tenemos que pagar. Somos lasjefas.

    Despus de dejar los abrigos en el

  • guardarropa, vamos a la barra ypedimos dos Coca-Colas. Zoey aaderon a la suya de la petaca que lleva en elbolso. Dice que todos sus compaerosde facultad lo hacen, porque as lascopas les salen ms baratas. Yo meatendr a la prohibicin de beber,porque me recuerda a la radioterapia.En una ocasin, entre una sesin y otra,me emborrach con una mezcla debebidas que saqu del armario de loslicores de pap, y ahora las dos cosasestn asociadas en mi cabeza: el alcoholy el sabor de una irradiacin corporaltotal.

    Nos apoyamos en la barra para

  • echar un vistazo al local. Est repleto, yen la pista de baile sobran los cuerpos.Las luces persiguen torsos, culos, eltecho.

    Por cierto, llevo condones diceZoey. Estn en mi bolso, si losnecesitas. Me toca la mano. Teencuentras bien?

    S.No te ests asustando?No.Una vertiginosa sala repleta de gente

    un sbado por la noche es exactamentelo que quera. He empezado mi lista decosas y Zoey me est ayudando. Estanoche voy a tachar la nmero uno: sexo.

  • Y no voy a morir hasta tachar las diez.Mira dice Zoey qu te

    parece se? seala a un chico. Bailabien, movindose con los ojos cerrados,como si fuera la nica persona en lapista, como si no necesitara nada msque la msica. Viene todos los finesde semana. No s cmo se lo monta parafumar porros aqu sin que lo echen. Estbueno, eh?

    No quiero un drogata.Ella me mira ceuda.De qu coo ests hablando?Si est colgado, no me recordar.

    Y tampoco quiero ningn borracho.Zoey deja su bebida sobre la barra

  • con un golpe.Espero que no ests pensando en

    enamorarte. No me digas que est en tulista.

    No, en realidad no.Bien, porque detesto recordarte

    que no tienes tiempo para eso. Ahora,venga, empecemos de una vez!

    Me arrastra hacia la pista. Nosacercamos al fumeta para que se fije ennosotras y nos ponemos a bailar.

    Y es guay. Es como pertenecer a unatribu, con todos movindonos yrespirando al mismo ritmo. La gente semira, examinndose unos a otros. Nadiepuede evitarlo.

  • Estar aqu, un sbado por la noche,bailando y atrayendo las miradas de unchico con el vestido de Zoey Algunaschicas nunca viven algo as. Ni siquieraesto.

    S lo que ocurrir despus porquehe tenido mucho tiempo para leer yconozco los pasos. El fumeta seacercar ms para vernos bien. Zoey nolo mirar, pero yo s. Mantendr lamirada un segundo ms y l se inclinarhacia m y me preguntar mi nombre.Tessa, le dir, y l lo repetir: la duraT, la doble s silbante, la esperanzada a.Yo ladear la cabeza para expresar quelo ha entendido bien, que me gusta lo

  • dulce y nuevo que suena mi nombre ensu boca. Entonces l extender lasmanos con las palmas hacia arriba,como diciendo: Me rindo, qu puedohacer con tanta belleza?. Yo sonreirtmidamente y mirar al suelo. Eso leindicar que puede abordarme, que novoy a morderlo, que conozco el juego.Me rodear con sus brazos y luegobailaremos juntos, con mi cabeza sobresu pecho, escuchando su corazn, elcorazn de un desconocido.

    Pero no es eso lo que ocurre. Heolvidado tres cosas. He olvidado quelos libros no son reales. Tambin que notengo tiempo para coquetear. Zoey s lo

  • recuerda. Ella es la tercera cosa que heolvidado. Y acta.

    sta es mi amiga le grita alfumeta para hacerse or. Se llamaTessa. Y le gustara darle una calada aese canuto.

    l sonre, le tiende el canuto, nosobserva, demora la mirada en la melenade Zoey.

    Es hierba pura me susurra ella.Sea lo que sea, es denso y me pica

    en la garganta. Me hace toser, me marea.Se lo paso a Zoey, que aspira el humocon fruicin y luego se lo devuelve.

    Ahora los tres estamos juntos,movindonos juntos, notando el ritmo

  • del bajo a travs de los pies y hasta lasangre. Imgenes calidoscpicasparpadean en las pantallas de vdeo delas paredes. El canuto va de mano enmano.

    No s cunto tiempo pasa. Horasquiz. Minutos. S que no debo parar,eso es todo lo que s. Si sigo bailando,los oscuros rincones de la sala no se meecharn encima, y el silencio entre unacancin y otra no ser tan estentreo. Sisigo bailando, ver de nuevo barcos enel mar, saborear berberechos ybuccinos y oir el crujido que emite lanieve cuando es pisada por primera vez.

    En un momento dado, Zoey me

  • alarga un nuevo canuto.Te alegras de haber venido?

    me dice, articulando exageradamentepara que le lea los labios.

    Hago una pausa para dar una calada,y me detengo estpidamente un segundode ms, olvidando moverme. Y ahora elhechizo se ha roto. Intento recobrar algode entusiasmo como sea, pero noto comosi tuviera un buitre posado sobre elpecho. Zoey, el fumeta y todos los demsque bailan estn muy lejos, son irreales,como un programa de televisin. Ya noespero sentirme incluida.

    Vuelvo enseguida le digo aZoey.

  • En la quietud de los servicios, mesiento en la taza y me miro las rodillas.Si me subo un poco ms el minsculovestido rojo, me veo el vientre. Antengo manchas rojizas en el estmago. Yen los muslos. Tengo la piel tan secacomo un lagarto, por ms crema que meponga. En los brazos se adivinan lasmarcas de las agujas.

    Termino de orinar, me limpio y mebajo el vestido. Cuando abandono elcubculo, Zoey est esperndome juntoal secador de manos. No la he odoentrar. Sus ojos son ms oscuros queantes. Me lavo las manos muy despacio.S que me est observando.

  • Tiene un amigo dice. Suamigo es ms guapo, pero puedesquedrtelo, ya que es tu noche especial.Se llaman Scott y Jake, y vamos a ir conellos a su casa.

    Me agarro al borde del lavabo y memiro la cara en el espejo. Mis ojos meresultan extraos.

    Uno de los Tweenies se llamaJake.

    A ver me espeta Zoey, cabreada, quieres sexo o no?

    La chica que est en el lavabocontiguo me mira de reojo. Quierodecirle que no soy lo que piensa. Enrealidad soy muy simptica, seguramente

  • le caera bien. Pero no hay tiempo paraeso.

    Zoey me saca de los servicios y mearrastra de nuevo hacia la barra.

    Ah estn. se es el tuyo.El chico que me seala tiene los

    pulgares metidos en el cinturn y lasmanos abiertas sobre la entrepierna.Parece un vaquero con la miradaperdida. No nos ha visto, as que meplanto.

    No puedo hacerlo.S puedes! Vive deprisa, muere

    joven y deja un bonito cadver!No, Zoey!La cara me arde. Me pregunto si hay

  • forma de respirar aire all dentro.Dnde est la salida?

    Ella me mira con ceo.T me has pedido esto. Qu se

    supone que debo hacer ahora?Nada. No tienes que hacer nada.Eres pattica! Me mira

    sacudiendo la cabeza y se alejaindignada por la pista de baile endireccin al vestbulo.

    Salgo corriendo detrs de ella y veoel resguardo de mi abrigo en su mano.

    Qu haces?Recoger tu abrigo. Te buscar un

    taxi para que te pires a casa.No puedes irte con ellos dos t

  • sola, Zoey!Ya lo creo que s.Abre la puerta y escudria la calle.

    Fuera reina el silencio ahora que ya nohay cola, y no se ve ningn taxi. En laacera, unas palomas picotean los restosde pollo de un envase.

    Por favor, Zoey, estoy cansada.No puedes llevarme t?

    Siempre ests cansada replicaencogindose de hombros.

    Deja de ser tan desagradable!Y t deja de ser tan aburrida!No quiero irme con unos

    desconocidos a su casa. Podra pasarcualquier cosa.

  • Bien. Espero que pase, porque delo contrario no pasar absolutamentenada.

    Me quedo cohibida, temerosa depronto.

    Quiero que sea perfecto, Zoey. Sime acuesto con un chico al que nisiquiera conozco, en qu meconvertir? En una fulana?

    Se gira hacia m echando chispaspor los ojos.

    Te har sentir viva. Si te metes enun taxi y vuelves a casa con tu pap, enqu te convertirs?

    Me imagino metindome en la cama,respirando el aire estancado de mi

  • habitacin toda la noche y despertandopor la maana sin que nada hayacambiado.

    Zoey ha vuelto a sonrer.Vamos. Podrs tachar el primer

    punto de esa condenada lista tuya. Sque quieres hacerlo. Su sonrisa escontagiosa. Di que s, Tessa. Venga,di que s!

    S.Hurra! Me agarra de la mano y

    me lleva de nuevo al interior del local. Ahora mndale un mensaje a tupadre para decirle que te quedas adormir en mi casa, y vamos ya.

  • 4No te gusta la cerveza? me

    pregunta Jake.Est apoyado en el fregadero de la

    cocina y yo estoy de pie, demasiadocerca de l. Lo hago a propsito.

    Me apeteca ms el t.l se encoge de hombros, entrechoca

    su botella de cerveza con mi taza, y echala cabeza atrs para beber. Observo sugarganta mientras traga, me fijo en unapequea cicatriz blanca que tiene bajo labarbilla, una fina lnea de algnaccidente pasado. Se limpia la boca conla manga y se da cuenta de que estoy

  • mirndolo.Ests bien?S. Y t?S.Bien.Me sonre. Tiene una sonrisa bonita.

    Me alegro. Sera mucho ms difcil sifuera feo.

    Hace media hora, Jake y su amigo elfumeta se sonrean el uno al otro cuandonos invitaron a Zoey y a m a entrar ensu casa. Esas sonrisas significaban quehaban ligado. Zoey les ha dicho que nose hicieran ilusiones, pero de todosmodos hemos pasado al saln y ella hadejado que el fumeta le colgara el

  • abrigo. Se ha redo de sus chistes, haaceptado los canutos que l le liaba y hapillado un buen colocn.

    La veo a travs de la puerta. Hanpuesto msica, una suave meloda dejazz. Han apagado las luces para bailar,trazando lentos crculos en la alfombrasin moverse del sitio. Zoey sujeta uncanuto con una mano y tiene la otrametida en el cinturn del fumeta. l larodea con los dos brazos, as queparecen sostenerse el uno al otro.

    De repente me siento muy sensata,bebiendo t en la cocina, y caigo en quetengo que seguir con mi plan. Al fin y alcabo, todo esto es por m.

  • Apuro el t de un trago, dejo la tazaen el escurreplatos y me acerco an msa Jake. Nuestros zapatos se tocan.

    Bsame digo, y me suenaridculo, pero a l no parece importarle.

    Deja la cerveza a un lado y seinclina hacia m.

    Nos besamos suavemente, rozandolos labios; apenas un amago de sualiento. Siempre he intuido que sabrabesar muy bien. He ledo todas lasrevistas que hablan de narices quechocan, exceso de saliva y dnde ponerlas manos. Pero no saba que iba a sentiresto, su mentn frotndose contra el mo,sus manos explorando despacio mi

  • espalda, su lengua recorrindome loslabios y penetrando en mi boca.

    Nos besamos durante minutosenteros, apretando nuestros cuerpos,estrechndonos. Es un gran alivio estarcon alguien que no sabe nada de m. Mismanos son osadas, se hunden en la curvadonde termina su columna paraacariciarlo ah. Qu sano se nota altacto, qu slido.

    Abro los ojos para saber si disfrutacon esto, pero mi mirada es atrada porla ventana que hay detrs de su cabeza,los rboles rodeados por la noche. Unasramitas negras dan golpecitos en elcristal como dedos. Cierro los ojos y me

  • aprieto contra Jake. A travs de miminsculo vestido rojo percibo lomucho que me desea. Suelta un levegemido gutural.

    Vamos arriba musita.Intenta llevarme hacia la puerta,

    pero le pongo la mano en el pecho paramantenerlo a raya mientras pienso.

    Vamos insiste. Quieres, no?Noto su corazn palpitando bajo mis

    dedos. Me sonre, y es verdad quequiero. No he venido para eso?

    Vale.Su mano arde cuando enlaza sus

    dedos con los mos y me conduce por elsaln hacia las escaleras. Zoey est

  • besando al fumeta. Lo tiene con laespalda contra la pared y le ha encajadouna pierna entre las suyas. Cuandopasamos por su lado, los dos se dan lavuelta. Estn despeinados y acalorados.Ella me saca la lengua, que brilla comoun pez en una cueva. Suelto a Jake paracoger el bolso de Zoey del sof.Rebusco, consciente de que todos tienenlos ojos puestos en m, de la morosasonrisa en la cara del fumeta. Jake seapoya en el marco de la puerta,esperando. Le est mostrando un pulgaralzado a su amigo? No soy capaz demirar, ni de encontrar los condones; ni siquiera s si van en un paquete o una

  • caja, o qu aspecto tienen.Abochornada, decido llevarme el bolso.Si Zoey necesita uno, tendr que subir abuscarlo.

    Vamos digo.Sigo a Jake escaleras arriba,

    concentrndome en el contoneo de suscaderas para que no decaiga mi nimo.Me siento una poco extraa, mareada ycon ligeras nusea. No crea que subirescaleras detrs de un to fuera arecordarme los pasillos del hospital. Alo mejor slo es cansancio. Intentorecordar las normas sobre los mareos:siempre que sea posible, respira airefresco, abre una ventana o sal al

  • exterior. Utiliza la terapia de ladistraccin, haz algo, cualquier cosa,para no pensar en ello.

    Aqu anuncia.El cuarto de Jake no es nada

    especial: una habitacin pequea con unescritorio, un ordenador, librosdesperdigados por el suelo, una silla yuna cama individual. En las paredes hayunos cuantos psters en blanco y negro,de msicos de jazz sobre todo.

    Me observa mientras miro lahabitacin.

    Deja el bolso por ah.Recoge la ropa sucia que hay sobre

    la cama y la tira al suelo, estira el

  • edredn, se sienta y da unas palmaditasjunto a l.

    Yo no me muevo. Si me siento en esacama, necesito que la luz est apagada.

    Podras encender esa vela? pido.

    l abre un cajn, saca cerillas y selevanta para encender la vela que haysobre el escritorio. Apaga la luz deltecho y vuelve a sentarse.

    Delante tengo un chico real, de carney hueso, mirndome, esperndome. Esmi momento, el corazn me palpita confuerza. Tal vez la nica forma de acabarcon esto sin que l termine pensando quesoy una completa idiota sea fingirme

  • otra persona. Decido ser Zoey yempiezo a desabrocharme su vestido.

    l me mira, un botn, dos botones.Se relame los labios. Tres botones.

    Djame a m.Sus dedos son veloces. Ya lo ha

    hecho antes. Otra chica, otra noche. Mepregunto dnde estar ella ahora. Cuatrobotones, cinco, y el minsculo vestidorojo se desliza desde los hombros hastalas caderas, cae al suelo y aterriza a mispies como un beso. Saco los pies y meplanto delante de Jake en bragas ysujetador.

    Qu es eso? Frunce elentrecejo al verme la piel arrugada del

  • pecho.Estuve enferma.De qu?Le cierro la boca con besos.Huelo diferente ahora que estoy

    prcticamente desnuda, a clidoalmizcle. l sabe diferente, a humo yalgo dulce. A vida quiz.

    No te quitas la ropa? lepregunto con mi mejor imitacin de lavoz de Zoey.

    Jake se saca la camiseta por lacabeza levantando los brazos. Duranteunos segundos no puede verme, pero melo ensea todo: el torso estrecho, joveny pecoso, el oscuro vello de las axilas.

  • Tira la camiseta al suelo y vuelve abesarme. Intenta abrirse el cinturn sinmirar y con una sola mano, pero nopuede. Se aparta, sin dejar de mirarmemientras desabrocha agitadamente elbotn y baja la cremallera. Se quita lospantalones y se queda en ropa interior.Hay un momento en que vacila; parececohibido. Me fijo en sus pies, inocentescomo margaritas con sus calcetinesblancos, y siento la necesidad de darlealgo.

    Es la primera vez que hago estoconfieso. Nunca he llegado hasta elfinal con ningn to.

    La vela gotea.

  • l no dice nada durante unosinstantes, luego sacude la cabeza comosi no acabara de crerselo.

    Vaya, es increble.Yo asiento.Ven.Me hundo en su hombro. Es

    reconfortante, como si todo pudiera irbien. Jake me rodea con un brazo y mesube la otra mano por la espalda paraacariciarme la nuca. Su mano es clida.Hace dos horas ni siquiera saba sunombre.

    Tal vez no tengamos que acostarnos.Tal vez podramos tumbarnossimplemente y acurrucamos, dormir uno

  • en brazos del otro bajo el edredn. Talvez nos enamoremos. l buscar unacura y yo vivir para siempre.

    Pero no.Tienes condones? susurra.

    Me he quedado sin.Agarro el bolso de Zoey y lo vuelco

    en el suelo a nuestros pies; l recoge uncondn, lo deja preparado sobre lamesita de noche y se quita loscalcetines.

    Yo me desprendo despacio delsujetador. Nunca he estado desnudadelante de un to. l me mira como siquisiera comerme, preguntndose pordnde empezar. Oigo los latidos de mi

  • corazn. A Jake le cuesta librarse de loscalzoncillos con la ereccin. Yo mequito las bragas y de pronto estoytemblando. Los dos estamos desnudos.Pienso en Adn y Eva.

    Todo ir bien asegura l; mecoge la mano y me lleva hasta la cama.Aparta el edredn y nos metemos dentro.Es un barco. Es una madriguera. Es unlugar donde ocultarse. Te va aencantar.

    Empezamos besndonos, lentamenteal principio. Sus dedos recorrendespacio el contorno de mis huesos. Megusta; lo dulces que somos el uno con elotro, la lentitud a la luz de la vela.

  • Pero no dura mucho. Sus besos sehacen ms intensos, su lengua seintroduce hasta el fondo, vida. Tambinsus manos se apresuran, apretndome,frotndome. Busca algo en particular?No deja de decir: Oh, s, oh, s, perono creo que me lo diga a m. Tiene losojos cerrados y mis pechos le llenan laboca.

    Mrame le pido. Necesitoque me mires.

    l se incorpora sobre un codo.Qu?No s qu hacer.Lo haces bien. Sus ojos estn

    tan oscuros que no los reconozco. Es

  • como si se hubiera convertido en otrapersona, ni siquiera es elsemidesconocido que era unos minutosantes. Todo va bien.

    Y vuelve a besarme el cuello, lospechos, el vientre, hasta que su rostrodesaparece de nuevo. Sus manostambin descienden, y no s cmodecirle que no lo haga. Aparto lascaderas, pero l no se detiene. Mete losdedos entre mis piernas y ahogo unaexclamacin de sorpresa, porque nadieme lo haba hecho antes.

    Qu me pasa que no se cmo haceresto? Pensaba que lo sabra, que sabralo que iba a ocurrir. Pero todo va muy

  • deprisa sin m, como si Jake me obligaraa hacerlo, cuando se supone que yodebera llevar las riendas.

    Me aferro a l, le rodeo la espaldacon los brazos y le doy unas palmadascomo si fuera un perro que nocomprende.

    l se incorpora.Ests bien?Asiento.Alarga la mano hacia el condn que

    ha dejado en la mesita. Lo miro mientrasse lo pone. Lo hace deprisa. Es unexperto en condones.

    Lista?Vuelvo a asentir. Me parece grosero

  • no hacerlo.l se tumba, me separa las piernas

    con las suyas, se aprieta contra m, contodo su peso encima. Pronto lo notardentro de m y averiguar de qu va todoesto. sa era mi idea inicial. Me fijo enmuchas cosas mientras los nmeros denen rojo de su radio despertador pasande las 3.15 a las 3.19. Me fijo en quesus zapatos descansan de lado junto a lapuerta, que no est bien cerrada. Hayuna extraa sombra en el techo, en elrincn ms alejado, que parece una cara.Pienso en el gordo sudoroso al que viuna vez corriendo por mi calle. Piensoen una manzana. Pienso en lo segura que

  • me sentira debajo de la cama, o con lacabeza en el regazo de mi madre.

    Jake se apoya en los brazos,movindose lentamente sobre m, con lacara vuelta hacia un lado y los ojoscerrados. Est ocurriendo de verdad. Loestoy viviendo en este momento. Sexo.Cuando termina, me quedo quieta debajode l, callada y sintindome sobre todomuy pequea. Permanecemos as un rato,luego Jake se separa y examina mi rostroen la oscuridad.

    Qu pasa? Qu tienes?No puedo mirarlo, as que me apego

    a l, ocultndome entre sus brazos. Sque estoy haciendo el ridculo.

  • Lloriqueo como un beb y no puedoparar; es horrible. Jake me acaricia laespalda en crculos, me susurra Sshhhal odo y al final me aparta paraobservarme.

    Qu te ocurre? Ahora no irs adecir que no queras, verdad?

    Me seco las lgrimas con eledredn. Me incorporo para poner lospies en la alfombra. Me siento deespaldas a l, parpadeando en busca demi ropa. Son sombras extraasesparcidas por el suelo.

    Cuando era nia, montaba acaballito sobre los hombros de mipadre. Era tan pequea que tena que

  • sujetarme con las dos manos para nocaer y, sin embargo, llegaba tan alto quepoda meter las manos entre las hojas delos rboles. Jams podra contarle eso aJake. No le interesara. No creo que laspalabras lleguen a la gente. Tal vez nollegue nada.

    Recojo como puedo mi ropa. Elvestido rojo se me antoja ms pequeoque nunca. Me lo estiro, tratando detaparme las rodillas; de verdad he ido auna discoteca con esta pinta? Deslizolos pies en los zapatos y vuelvo a meterlas cosas de Zoey en su bolso.

    No tienes por qu irte diceJake, apoyado en su codo. Su pecho

  • parece blanco a la luz parpadeante de lavela.

    Quiero irme.l se recuesta de nuevo sobre la

    almohada. Le cuelga un brazo por elborde de la cama; sus dedos tocan elsuelo. Sacude la cabeza muy despacio.

    Zoey est abajo, en el sof, dormida.Tambin el fumeta. Estn tumbadosjuntos, con los brazos entrelazados, defrente. Detesto que a ella se le vea tanufana. Incluso lleva la camisa de l. Susbonitos botones en hilera me evocan lacasa de azcar de los nios del cuento.Me arrodillo a su lado y le acaricio elbrazo levemente. Su piel est caliente.

  • La acaricio hasta que abre los ojos.Parpadea.

    Eh! susurra. Ya habisterminado?

    Asiento, y no puedo evitar sonrer,lo que es extrao. Zoey se zafa de losbrazos del fumeta, se sienta y pasea lamirada por el suelo.

    Ves el costo por ah?Encuentro la lata con la droga y se la

    entrego, luego me voy a la cocina y mesirvo un vaso de agua. Crea que ella meseguira, pero no lo hace. Cmo vamosa hablar con el fumeta delante? Me beboel agua, dejo el vaso en el escurreplatosy regreso al saln. Me siento en el suelo,

  • a los pies de Zoey, mientras ella lame unpapel de liar y lo enrolla, luego lame unsegundo papel y tambin lo enrolla.Luego arranca los extremos.

    Y? Cmo ha ido?Bien.Un destello de luz que atraviesa la

    cortina me ciega. Slo veo el brillo desus dientes.

    Es bueno?Pienso en Jake, que est arriba, con

    la mano por el suelo.No lo s.Zoey da una calada, me mira con

    curiosidad, exhala el humo.Has de acostumbrarte. Mi madre

  • me dijo una vez que el sexo eran slotres minutos de placer. Yo pens: Esoes todo? Pues tendr que ser algo mspara m!. Y lo es. Si dejas que loschicos piensen que lo hacen de fbula,no s por qu, todo va sobre ruedas.

    Me levanto, me acerco a la ventana ydescorro las cortinas del todo. Lasfarolas de la calle an estn encendidas.Todava falta mucho para el amanecer.

    Y lo has dejado solo ah arriba?dice Zoey.

    Eso creo.Pues es un poco desconsiderado.

    Deberas volver e intentarlo otra vez.No quiero.

  • Bueno, pues no podemos irnos acasa todava. Estoy hecha polvo.

    Apaga el porro en el cenicero, seinstala de nuevo junto al fumeta y cierralos ojos. La observo durante horas,viendo el lento movimiento de su pechoal respirar. Una hilera de luces a lolargo de la pared arroja un suaveresplandor sobre la alfombra. Tambinhay una estera, un valo pequeo consalpicaduras de azul y gris, como el mar.

    Vuelvo a la cocina y pongo la teteraal fuego. Hay un papel sobre laencimera. Alguien ha escrito en l:Queso, mantequilla, judas, pan. Mesiento en un taburete y aado:

  • Chocolate Butterscotch, un paquete deseis de Creme Eggs. Sobre todo quierolos Creme Eggs, porque me encantacomer esos huevos de chocolate rellenosen Pascua. Faltan doscientos diecisietedas para Pascua.

    Tal vez debera ser un poco msrealista. Tacho los Creme Eggs yescribo: Pap Noel de chocolate,envoltorio dorado y rojo con unacampanita al cuello. Puede que a esollegue. Faltan ciento trece das paraNavidad.

    Le doy la vuelta al papel y escribo:Tessa Scott. Un buen nombre de tresslabas, como dice siempre mi padre. Si

  • consigo que quepa mi nombre cincuentaveces en este trozo de papel, todo saldrbien. Escribo con letra muy pequea,como si fuera la respuesta de un hada ala carta de un nio. Me duele la mueca.La tetera silba. La cocina se llena devapor.

  • 5Algunos domingos pap nos lleva a Caly a m a visitar a mam. Subimos en elascensor hasta el octavo piso, y por logeneral hay un momento en que ella abrela puerta y dice: Eh, hola!, y nosengloba a los tres con la mirada. Papsuele quedarse un rato en la puertacharlando con ella.

    Pero hoy est tan impaciente porperderme de vista que, cuando se abre lapuerta, ya se encuentra al otro lado delpasillo para coger el ascensor.

    Viglala dice, apuntndome conel dedo. No se puede confiar en ella.

  • Mam se echa a rer.Por qu? Qu ha hecho?Cal apenas puede contener la

    emocin.Anoche pap le dijo a Tess que no

    saliera.Ah. Tpico de tu padre.Pero ella sali de todas maneras,

    y acaba de llegar a casa. Ha pasado todala noche fuera. Mam me sonreafectuosamente.

    Has conocido a un chico?No.Apuesto a que s. Cmo se

    llama?Te digo que no!

  • Pap est furioso.Tpico resopla. Tpico,

    joder. Debera haber imaginado que noibas a apoyarme.

    Oh, calla exclama mam. Nole ha hecho ningn dao, verdad?

    Mrala bien. Est completamenteextenuada.

    Los tres hacen una pausa paramirarme. Odio eso. Me siento fra ydeprimida y me duele el estomago. Meduele desde que me acost con Jake.Nadie me haba dicho que pasaba eso.

    Volver a las cuatro dice papcuando se abre el ascensor. Hace casidos semanas que la nia se niega a que

  • le hagan el recuento de leucocitos, asque llmame si notas algn cambio. Lohars?

    S, s, no te preocupes. Mamse inclina y me besa en la frente. Yocuidar de ella.

    Cal y yo nos sentamos en la mesa dela cocina y mam pone la tetera al fuego,busca tres tazas entre la vajilla sucia delfregadero y las enjuaga bajo el grifo.Alarga el brazo para coger las bolsitasde t de un armario, saca la leche de lanevera, la olisquea y sirve galletas en unplato. De inmediato me meto una galletaBourbon en la boca. Est deliciosa. Elchocolate barato y el subidn de azcar

  • al cerebro.Os he hablado alguna vez de mi

    primer novio? dice mam dejando latetera sobre la mesa. Se llamabaKevin y trabajaba en una relojera. Meencantaba su expresin cuando seconcentraba con ese ocular que seencajaba en el ojo.

    Cal coge otra galleta.Cuntos novios has tenido en

    total, mam?Ella re y se echa la larga melena

    hacia atrs por encima del hombro.Te parece adecuada esa

    pregunta?Pap fue el mejor?

  • Ah, tu padre! exclama, y selleva la mano al corazn con un gestomelodramtico. Cal se desternilla derisa.

    En una ocasin le pregunt a mamqu tena pap de malo, y me contest:Es el hombre ms sensato que heconocido en mi vida.

    Yo tena doce aos cuando ella lodej. Durante un tiempo envi postalesdesde sitios de los que yo nunca habaodo hablar: Skegness, Grimsby, Hull.Una de ellas mostraba la fachada de unhotel. Aqu es donde trabajo ahora haba escrito. Estoy aprendiendorepostera y he engordado un montn!.

  • Bien! dijo pap. Espero quereviente!.

    Yo pona las postales en la pared demi cuarto: Carlisle, Melrose, Dornoch.

    Vivimos en una pequea granjacomo los pastores contaba en otrapostal. Sabais que utilizan latrquea, los pulmones, el corazn y elhgado de las ovejas para hacer elhaggis?.

    Yo no lo saba, y tampoco a quin serefera al decir vivimos, pero megustaba mirar la foto de John oGroatscon su inmenso cielo sobre el Firth.

    Luego lleg el invierno y con l midiagnostico. No estoy segura de que ella

  • se lo creyera al principio, porque tardun tiempo en dar media vuelta y regresara casa. Yo tena trece aos cuando porfin llam a la puerta.

    Tienes un aspecto estupendo! me dijo cuando fui a abrir. Por qu tupadre siempre hace que todo suenemucho peor de lo que es?

    Vas a volver a vivir connosotros? pregunt.

    No del todo.Y entonces se mud al piso.Siempre es lo mismo. Tal vez sea

    por falta de dinero, o quiz no quieraque me canse demasiado, pero siempreacabamos viendo vdeos o jugando a

  • juegos de mesa. Hoy Cal elige el juegode la vida. Es una porquera, y a m seme da de pena. Termino con un marido,dos hijos y un empleo en una agencia deviajes. Olvido contratar un seguro parael hogar, y cuando se produce unatormenta, pierdo todo mi dinero. Cal, encambio, consigue ser una estrella delpop con una casa junto al mar; y mam,una artista con rentas elevadas y unacasa solariega. Cuando me retiro, lo queocurre pronto debido a mi mala suerte,ni siquiera me molesto en contar eldinero que me queda.

    Cal quiere ensearle a mam sunuevo truco de magia. Va a buscar una

  • moneda en su bolso, y mientrasesperamos, estiro de la manta delrespaldo y mam me ayuda a taparme lasrodillas.

    Tengo que ir al hospital laprxima semana le digo. Vendrs?

    No ir pap?Podrais venir los dos.Por un momento parece azorada.Para qu es?Vuelvo a tener dolores de cabeza.

    Quieren hacerme una puncin lumbar.Se inclina y me besa.Todo ir bien, no te preocupes. S

    que todo ir bien.Cal regresa con una moneda de una

  • libra.Observen con atencin, seoras

    pide.Pero yo no quiero. Estoy cansada de

    ver cmo desaparecen las cosas.En el dormitorio de mam, me subo

    la camiseta delante del espejo delarmario. Antes pareca una horribleenana. Tena la piel gris, y si me clavabaun dedo en la tripa, semejaba una masade pan esponjosa y blanda en la que eldedo desapareca. Fueron losesteroides. Altas dosis de prednisolonay dexametasona. Son dos venenos, y tevuelven gorda, fea y malhumorada.Desde que dej de tomarlos he

  • empezado a encoger. Hoy tengo lascaderas afiladas y se me marcan lascostillas bajo la piel. Me alejo de mmisma, como un fantasma.

    Me siento en la cama de mam ytelefoneo a Zoey.

    Sexo le suelto. Qusignifica?

    Pobrecilla. Fue una mierda depolvo, verdad?

    Simplemente no entiendo por qume siento tan extraa.

    Cmo extraa?Sola, y me duele el estmago.Ah, s! Lo recuerdo. Cmo si te

    abrieran por dentro?

  • Un poco.Se pasar.Por qu tengo ganas de echarme

    a llorar a cada momento?Te los ests tomando demasiado

    en serio, Tess. El sexo slo es un modode estar con alguien. Slo es un modo detener calor humano y sentirse atractiva.

    Su voz suena rara, como si estuvierasonriendo.

    Te has colocado otra vez, Zoey?No!Dnde ests?Escucha, tengo que irme. Dime

    qu viene ahora en tu lista y loplanificaremos juntas.

  • He cancelado lo de la lista. Erauna estupidez.

    Era divertido! No te rindas. Porfin estabas haciendo algo con tu vida.

    Despus de colgar, cuento hastacincuenta y siete mentalmente. Luegomarco el 999.

    Servicio de emergencias contesta una mujer. Cul es suproblema?

    No digo nada.Tiene alguna emergencia?

    pregunta la mujer.No.Puede confirmarme que no hay

    ninguna emergencia? Puede darme su

  • direccin?Le doy la de mam y le digo que no

    hay ninguna emergencia. Me pregunto simam recibir algn tipo de factura.Espero que s.

    Llamo a informacin para pedir elnmero de los Samaritanos. Lo marcolentamente.

    Hola responde una mujer devoz dulce, quiz sea irlandesa. Holarepite.

    Todo es una mierda digo,porque me siento culpable por hacerleperder el tiempo.

    Ella emite un leve sonido gutural queme recuerda a pap. l hizo exactamente

  • el mismo sonido hace seis semanas,cuando el especialista del hospital nospregunt si comprendamos lasimplicaciones de lo que nos estabadiciendo. Recuerdo que pens que eraimposible que pap lo hubieraentendido, porque lloraba demasiadopara poder escuchar.

    Sigo aqu dice la mujer.Quiero hablarle. Aprieto el auricular

    contra la oreja porque, para hablar dealgo tan importante como esto, tienesque acercarte mucho.

    Pero no encuentro las palabrasadecuadas.

    Sigue ah? inquiere.

  • No respondo, y cuelgo.

  • 6Pap me coge la mano.

    Psame a m tu dolor susurra.Estoy tumbada al borde de una cama

    de hospital, con la cabeza en unaalmohada y las rodillas dobladas.

    Hay dos mdicos y una enfermera enla habitacin, pero no puedo verlosporque estn detrs de m. Uno de losmdicos es una estudiante. No dice grancosa, pero imagino que observa mientrasel otro encuentra el lugar correcto en micolumna y lo seala con un bolgrafo.Luego prepara la piel con un antisptico.Est muy fro. Empieza en el sitio donde

  • se va a clavar la aguja y sigue haciafuera en crculos concntricos, luego mehecha unas toallas sobre el costado y sepone unos guantes estriles.

    Voy a emplear una aguja decalibre veinticinco le indica a laestudiante. Y una jeringa de cincomililitros.

    En la pared, detrs de pap, hay uncuadro. En el hospital cambian loscuadros muy a menudo, y ste an no lohaba visto. Lo miro fijamente. Heaprendido todo tipo de tcnicas dedistraccin en los ltimos cuatro aos.

    En la pintura, atardece en un campoingls y el sol est bajo. Un hombre se

  • afana en empujar un arado. Unos pjarosdescienden en picado.

    Pap se gira en su silla de plsticopara ver que estoy mirando, me suelta lamano y se levanta para examinar laescena.

    Abajo, en el campo, una mujer corre.Se sujeta la falda con una mano para irms de prisa.

    La peste llega Eyam anunciapap. Un cuadro de lo ms alegrepara un hospital!

    El mdico re.Saba usted que todava se dan

    ms de tres mil casos de peste bubnicaal ao?

  • No. No lo saba.Gracias a Dios existen los

    antibiticos, eh?Pap se sienta y me coge la mano.Gracias a Dios.La mujer espanta unas gallinas al

    correr, y slo ahora reparo en que dirigesu mirada de pnico al hombre delarado.

    La peste, el Gran Incendio y laguerra con los holandeses, todo ocurrien 1666. Lo recuerdo del colegio. Setransportaron millones de cadveres encarros para arrojarlos a fosas de cal ytumbas annimas. Ms de trescientoscuarenta aos despus, todos los que

  • vivieron aquel tiempo han muerto. Delas cosas del cuadro, solo queda el sol.Y la tierra. Esta idea hace que me sientamuy pequea.

    Ahora notars una pequeasensacin de escozor avisa el mdico.

    Pap me acaricia la mano con elpulgar, y unas ondas de calor estticopenetran en mis huesos. Me induce apensar en las palabras para siempre,en que hay ms muertos que vivos, enque estamos rodeados de fantasmas. Esodebera consolarme, pero no meconsuela.

    Apritame la mano dice pap.No quiero hacerte dao.

  • Cuando tu madre te dio a luz. Meapret la mano durante catorce horas yno me disloc ningn dedo! T nopuedes hacerme dao, Tess.

    Es como la electricidad, como si lacolumna se me hubiera quedadoatascada en una tostadora y el mdico laestuviese sacando con un cuchilloafilado.

    Qu crees que estar haciendomam hoy? pregunto. Mi voz suenadistinta. Tensa. Contenida.

    Ni idea.Le ped que viniera.Ah, s? Parece sorprendido.Pensaba que despus podrais

  • pasar un rato juntos en la cafetera.l frunce el entrecejo.Qu cosas ms extraas piensas.Cierro los ojos e imagino que soy un

    rbol baado por el sol, que no deseonada ms que la lluvia. Pienso en elagua plateada salpicndome las hojas,empapando mis races, subiendo por misvenas.

    El mdico recita estadsticas a laestudiante.

    Aproximadamente una de cada milpersonas a las que se le practica estaprueba sufre un dao neuronal leve.Tambin hay un leve riesgo de infeccin,sangrado o lesin de cartlago

  • explica, y luego saca la aguja. Buenachica me dice. Ya est.

    Casi espero que me d una palmadaen el trasero, como si fuera un caballoobediente. No lo hace. Agita los trestubos estriles delante de m.

    Ahora mandaremos esto allaboratorio.

    Ni siquiera me dice adis,simplemente abandona en silencio lahabitacin, seguido por la estudiante. Escomo si de repente se avergonzara deque hayamos tenido un momento deintimidad.

    Pero la enfermera es encantadora.Conversa con nosotros mientras me

  • venda la espalda con gasa; luego rodeala cama y me sonre.

    Ahora tienes que estar un ratotumbada, cario.

    Lo s.No es la primera vez, eh? Se

    gira hacia pap. Qu va a hacer ustedmientras tanto?

    Tengo un libro. Me sentar aqu yleer.

    Ella asiente.Estoy aqu fuera. Ya sabe lo que

    debe controlar cuando vuelvan a casa?Pap lo recita todo de un tirn, como

    un profesional:Escalofros, fiebre, cuello rgido

  • o dolor de cabeza. Drenaje o sangrado,parlisis o prdida de fuerza por debajodel punto de puncin.

    Muy bien! exclamaimpresionada.

    Cuando ella sale de la habitacin,pap me sonre.

    Muy bien, Tess. Ya se ha acabado,eh?

    A menos que los resultados dellaboratorio sean malos.

    No lo sern.Volvern a hacerme punciones

    lumbares cada semana.Shhh! Ahora trata de dormir un

    rato, cielo. As el tiempo se te pasar

  • ms de prisa.Coge su libro y se acomoda de

    nuevo en la silla.Noto pinchazos de luz como

    lucirnagas que aletean contra misprpados. Oigo correr la sangre por misvenas, como cascos de caballos en unacalle adoquinada. Al otro lado de laventana, la luz gris se torna ms densa.

    Pap pasa la pgina.Detrs de l, en el cuadro, una

    inocente columna de humo se eleva de lachimenea de una granja, y una mujercorre con el rostro aterrado y vueltohacia arriba.

  • 7Levntate! Levntate! grita

    Cal. Me tapo la cabeza con el edredn,pero l lo aparta de un tirn. Papdice que si no te levantas ahora mismosubir con una toalla mojada!

    Me giro para poner distancia, perol rodea la cama y se planta delante dem sonriendo.

    Pap dice que deberas levantartetodas las maanas y hacer algo contigomisma.

    Le doy una buena patada y vuelvo ataparme la cabeza con el edredn.

    Me importa una mierda, Cal!

  • Ahora sal de mi habitacin.Me sorprende lo poco que me

    importa cuando se va.Me invade el ruido: el estruendo de

    sus pies en la escalera, el estrpito delos platos en la cocina cuando l entra ydeja la puerta abierta. Me llegan inclusolos sonidos ms dbiles: la leche alsalpicar los cereales, una cuchararozando cristal, pap chasqueando lalengua mientras limpia con un trapo lacamisa del colegio de Cal, la gatalamiendo el suelo.

    Se abre el armario del recibidor ypap saca el abrigo de Cal. Oigo lacremallera y el corchete del cuello, que

  • mi padre le abrocha para que no se leenfre la garganta. Oigo el beso, luego elsuspiro, la gran oleada de desesperacinque inunda la casa.

    Ve a decirle adis susurra pap.Cal sube las escaleras a saltos, se

    detiene un momento frente a mi puerta,luego entra y se acerca a la cama.

    Espero que te mueras mientrasestoy en el colegio! sisea. Yespero que te duela un montn! Yespero que te entierren en algn sitiohorrible, como la pescadera o laconsulta del dentista!

    Adis, hermanito pienso.Adis, adis.

  • Pap se quedar en bata y zapatillasen medio de la sucia cocina, pidiendo agritos un afeitado y frotndose los ojoscomo si le sorprendiera encontrarsesolo. Durante las ltimas semanas haestablecido una pequea rutina matinal.Cuando Cal se va, se prepara un caf,luego limpia la mesa de la cocina, friegalos platos y pone la lavadora. En esotarda aproximadamente veinte minutos.Despus viene y me pregunta si hedormido bien, si tengo hambre y a quhora voy a levantarme. Por ese orden.

    Cuando le contesto: No, no ynunca, se viste y luego baja parasentarse delante de su ordenador, donde

  • se pasa horas tecleando, navegando porla red en busca de informacin paramantenerme con vida. Me han dicho quehay cinco etapas de la enfermedad, y sieso es cierto, entonces l se ha quedadoen la primera: la negacin.

    Extraamente, hoy llama a mi puertams temprano. No se ha tomado el cafni se ha arreglado. Qu pasa? Mequedo muy quieta mientras l entra,cierra la puerta sigilosamente y se quitalas zapatillas.

    Hazme sitio dice, y levanta unaesquina del edredn.

    Pap! Qu haces?Me meto en la cama contigo.

  • No quiero!Me rodea con el brazo y me sujeta.

    Es fuerte. Noto sus calcetines en los piesdesnudos.

    Pap! Sal de mi cama!No.Le aparto el brazo y me incorporo

    para mirarlo. Huele a humo rancio ycerveza, y parece ms viejo de lo querecuerdo. Tambin oigo su corazn, cosaque no se supone que debo or.

    Qu demonios haces?Nunca hablas conmigo, Tess.Y crees que as vas a

    conseguirlo?Se encoge de hombros.

  • Quiz.A ti te gustara que me metiera en

    tu cama mientras duermes?Lo hacas cuando eras pequea.

    Decas que era injusto que tuvieses quedormir sola, y todas las noches mam yyo te dejbamos meterte en nuestracama.

    Seguro que eso no es cierto; yo no lorecuerdo. Puede que se haya vuelto loco.

    Bueno, pues si no sales de micama, saldr yo.

    Bien. Eso es precisamente lo quequiero.

    Y t vas a quedarte aqu?Sonre y se acurruca bajo el

  • edredn.Se est estupendamente y

    calentito.Las piernas no me responden. Ayer

    no com mucho y siento como si mehubiera vuelto transparente. Me aferro alposte de la cama y me acercorenqueando a la ventana para mirarfuera. An es temprano: la luna sedesvanece en un plido cielo gris.

    Hace tiempo que no ves a Zoey dice pap.

    Ya.Qu ocurri la noche que

    salisteis? Os peleasteis?Abajo, en el jardn, la pelota naranja

  • de ftbol de Cal parece un planetadesinflado en la hierba, y en el jardn deal lado est el vecino otra vez. Aprietolas palmas contra el cristal. Todas lasmaanas est ese chico ah haciendoalgo: pasando el restrillo, cavando otrajinando en una cosa u otra. Ahoramismo est cortando zarzas junto a lavalla y amontonndolas para quemarlas.

    Me has odo, Tess?S, pero paso de ti.Tal vez debera pensar en volver a

    clase. As veras a tus amigos.Me giro para mirarlo.No tengo amigos. Y antes de que

    los sugieras, no quiero tener ninguno. No

  • me interesan los entrometidos quequieren conocerme para luego atraersimpatas en mi funeral.

    Pap suspira, se mete el embozobajo la barbilla y sacude la cabeza.

    No deberas hablar as. Elcinismo es malo para ti.

    Lo has ledo en alguna parte?La actitud positiva fortalece el

    sistema inmunolgico.As que es culpa ma estar

    enferma, no?Ya sabes que no pienso eso.Pues te comportas como si todo lo

    que hago estuviera mal.Se incorpora con esfuerzo.

  • No es verdad!S, s lo es. Es como si no

    estuviera murindome correctamente.Siempre vienes aqu para decirme queme levante o que me anime. Y ahora mesugieres que vuelva a clase. Quridiculez!

    Cruzo la habitacin pisando fuerte,cojo sus zapatillas y me las pongo. Sondemasiado grandes, pero me da igual.Pap se apoya en los codos paramirarme. Parece dolido.

    Espera. Adnde vas?Lejos de ti.Disfruto dando un portazo. Que se

    quede con mi cama. Que se quede ah

  • tumbado y se pudra.

  • 8El chico parece sorprendido cuandoasomo la cabeza por encima de la vallay lo llamo. Es mayor de lo que crea, talvez tenga dieciocho aos, con el cabellooscuro y una barba incipiente.

    S?Puedo quemar unas cosas en tu

    fuego?Se acerca arrastrando los pies por el

    sendero y enjugndose la frente como siestuviera sudando. Tiene las uas suciasy restos de hojas en el pelo. No sonre.

    Levantando las dos cajas de zapatospara que pueda verlas. Llevo el vestido

  • de Zoey sobre el hombro como unabandera.

    Qu hay dentro?Papel sobre todo. Puedo entrar?Se encoje de hombros, como si le

    diera igual que entrara o no, as quepaso por encima del murete que separanuestras viviendas, cruzo su jardndelantero y me dirijo hacia un lado. lest all, sujetando la cancela para quepase. Vacilo.

    Soy Tessa.Adam.Caminamos en silencio por el

    sendero de su jardn. Apuesto a que creeque me ha dejado el novio y quiero

  • quemar sus cartas. Apuesto a quepiensa: No es extrao que la hayadejado, con esa cara de calavera y lacabeza calva.

    El fuego resulta decepcionante, tanslo una pila de ramitas y hojas quearden lentamente con unas pocas llamasesperanzadas que lamen los bordes.

    Las hojas estn hmedas dice. El fuego se avivar con el papel.

    Abro una caja y la vuelco sobre lahoguera.

    Llevaba un diario desde el da enque not el primer morado en la columnahasta el da, hace slo dos meses, en queel hospital me dio por desahuciada

  • oficialmente. Cuatro aos de optimismopattico son un buen combustible. Miracmo arden! Todas las tarjetas de nimoque he recibido se enroscan en losbordes, crepitan y se desmenuzan. Encuatro largos aos se olvidan losnombres de la gente.

    Haba una enfermera que dibujabacaricaturas de los mdicos y me laspona junto a la cama para hacerme rer.Tampoco recuerdo su nombre. Louise?Era muy prolfica. El fuego escupechispas, ascuas que se pierden entre losrboles.

    Estoy soltando lastre le digo aAdam, pero no creo que me est

  • escuchando. Arrastra un montn dezarzas por la hierba para echarlas alfuego.

    La siguiente caja es la que msdetesto. Pap y yo la repasbamosjuntos, esparciendo las fotos sobre lacama del hospital.

    Te pondrs bien me deca,deslizando el dedo por mi foto a losonce aos, tmida con el uniforme delcolegio en mi primer da de secundaria. sta es de cuando estuvimos enEspaa. Te acuerdas?.

    Yo estaba delgada y morena ypareca llena de esperanza. Laenfermedad haba remitido por primera

  • vez. Un chico me haba silbado en laplaya, y mi padre me hizo una fotodiciendo que no querra olvidar elprimer silbido.

    Pero s quiero.Siento el repentino deseo de ir

    corriendo a casa en busca de ms cosas.Mi ropa, mis libros.

    Puedo volver la prxima vez quehagas una fogata?

    Adam tiene una zarza junto a la botay la empuja con la punta para echarla alfuego.

    Por qu quieres deshacerte detodo?

    Formo una pelota con el vestido de

  • Zoey; resulta pequeo en mi puo. Loarrojo al fuego y parece reflejar la luzantes incluso de llegar a las llamas.Vuela y se queda quieto, derritindose,convirtindose en plstico.

    Un vestido peligroso diceAdam, y me mira a los ojos como sisupiera algo.

    Toda materia est formada porpartculas. Cuanto ms slida es unacosa, ms cerca estn las partculas unasde otras. Las personas son slidas, peropor dentro tienen lquido. Pienso ququiz, si uno se acerca demasiado, elfuego pueda alterarle las partculas delcuerpo, porque me siento extraamente

  • ligera y mareada. No estoy muy segurade lo que me pasa, quiz sea que nocomo lo necesario, pero tengo laimpresin de no estar anclada a micuerpo. De repente el jardn se ilumina.

    Igual que las chispas del fuego, quevuelan hasta mi pelo y mi ropa, la ley dela gravedad dice que todos los cuerposque descienden deben caer al suelo.

    Me sorprende encontrarme tumbadaen la hierba, mirando la cara plida deAdam rodeada por un halo de nubes.Tardo un momento en entenderlo.

    No te muevas susurra l.Creo que te has desmayado.

    Intento hablar, pero noto la lengua

  • como pegada y me resulta ms fcilquedarme tumbada.

    Eres diabtica? Necesitasazcar? Tengo aqu una lata de Coca-Cola si quieres.

    Adam se sienta a mi lado, espera aque me incorpore y luego me ofrece labebida. Me zumba la cabeza cuando elazcar llega al cerebro. Me siento muyligera, ms espectral que antes, peromucho mejor. Los dos contemplamos elfuego. Todo lo que haba en las cajas haardido; incluso de las cajas no quedanms que unos restos chamuscados. Elvestido se ha convertido en aire. Perolas cenizas an estn calientes y brillan

  • lo suficiente para atraer una polilla, unaestpida polilla que se acerca a ellasdanzando. Chisporrotea, y sus alassilban y se convierten en polvo. Amboscontemplamos el espacio vaco queantes ocupaba.

    Trabajas mucho en el jardn,verdad? pregunto.

    Me gusta.Te observo por la ventana, cuando

    cavas y haces cosas.l se muestra sorprendido.Ah, s? Por qu?Me gusta observarte.Frunce el entrecejo, como si tratara

    de asimilarlo. Parece a punto de hablar,

  • pero aparta la mirada y pasea los ojospor el jardn.

    He pensado en plantar un huertoen esa esquina. Guisantes, coles,lechugas, judas verdes. De todo unpoco. Es por mi madre, sobre todo.

    Por qu?Se encoge de hombros y mira hacia

    la casa, como si mencionar a su madrepudiera atraerla a la ventana.

    Le gustan los huertos.Y a tu padre?No. Slo estamos mi madre y yo.Reparo en un hilillo de sangre que

    tiene en el dorso de la mano. l loadvierte y se lo limpia en los tejanos.

  • Debera seguir con lo mo. Estsbien? Puedes acabarte la Coca-Cola siquieres.

    Camina a mi lado mientras recorrolentamente el sendero. Me alegro de quemis fotos y mi diario hayan ardido, deque el vestido de Zoey hayadesaparecido. Siento como si fueran aocurrir cosas nuevas.

    Me giro hacia Adam al llegar a lacancela.

    Gracias por ayudarme.Estoy a tu disposicin contesta.Tiene las manos en los bolsillos.

    Sonre, luego baja la vista hacia susbotas, pero s que me ve.

  • 9No s por qu los han enviado

    dice la recepcionista.Nos citaron aqu hoy responde

    pap. Llam la secretaria del doctorRyan y nos dijo que viniramos.

    Aqu, hoy?S, hoy y aqu.Ella resopla, desva la vista hacia el

    ordenador y revisa la pantalla de arribaabajo.

    Es para una puncin lumbar?No. Pap parece cada vez ms

    cabreado. Es que hoy no visita eldoctor Ryan?

  • Me siento en la sala de espera y losdejo a lo suyo. Veo a los sospechososhabituales: la banda del sombrero en unrincn, enchufados a su aparato dequicio porttil y hablando de diarrea yvmitos; un nio aferrado a la mano desu madre, con su endeble cabello en lamisma etapa de crecimiento que el mo,y una chica sin cejas que finge leer unlibro. Se ha pintado unas cejas falsaspor encima del borde de las gafas. Meve mirndola y sonre, pero yo paso deesas cosas. Tengo por norma norelacionarme con gente que estagonizando. No me trae nada bueno. Enuna ocasin me hice amiga de una chica

  • en esta consulta. Se llamaba ngela ynos envibamos e-mails a diario, hastaque un da ella dej de hacerlo. Al finalsu madre telefone a mi padre y le dijoque ngela haba muerto. Muerta. As,sin decirme nada. Decid nopreocuparme por nadie ms.

    Cojo una revista, pero ni siquiera hetenido tiempo de abrirla cuando pap meda unos toquecitos en el hombro.

    Confirmado!Qu?Nosotros tenamos razn y ella

    estaba equivocada. Sealaalegremente a la recepcionista mientrasme ayuda a levantarme. Esa idiota no

  • sabe ni dnde tiene el culo. El granhombre nos va a recibir en su despacho.

    El doctor Ryan tiene una mancharoja en la barbilla. No puedo evitarmirarla fijamente cuando nos sentamosfrente a su mesa. Me pregunto si sersalsa de pasta o sopa. Acaba determinar una operacin? Quiz seasangre.

    Gracias por venir dice l, y sefrota las manos en el regazo.

    Pap acerca la silla y aprieta surodilla contra la ma. Yo trago salivacon esfuerzo, intentando contener elimpulso de levantarme e irme. Si no loescucho, no sabr lo que va a decir, y

  • quiz entonces no sea cierto.Pero el doctor Ryan no vacila y su

    voz es muy firme.Tessa, me temo que no tengo

    buenas noticias. La ltima puncinlumbar muestra que el cncer se haextendido al fluido espinal.

    Eso es malo? pregunto,bromeando un poco.

    l no re.Es muy malo, Tessa. Significa que

    tu sistema nervioso central ha recado.S que es muy duro or esto, pero lascosas estn avanzando ms deprisa de loque creamos en un principio.

    Lo miro.

  • Las cosas?l se mueve en su asiento.Est ms avanzado, Tessa.Hay un gran ventanal detrs de su

    mesa y veo las copas de los rboles.Veo sus ramas, las hojas secas y un trozode cielo.

    Cunto ms?Slo puedo preguntarte cmo te

    sientes, Tessa. Ests ms cansada?Tienes ms nuseas? Sientes dolor enlas piernas?

    Un poco.No me corresponde a m decidir,

    pero te recomiendo que hagas las cosasque quieras hacer.

  • Tiene diapositivas para apoyar suargumentacin. Nos las pasa como sifueran fotos de las vacaciones,sealando pequeas manchas negras,lesiones, borrones pegajosos que flotanlibres. Es como si dentro de m hubierandejado suelto a un nio con un pincel, unbote de pintura negra y demasiadoentusiasmo.

    Pap intenta infructuosamente noecharse a llorar.

    Qu pasar ahora? pregunta, yle resbalan unos lagrimones silenciosos.El mdico le ofrece un pauelo depapel.

    Al otro lado del ventanal, la primera

  • lluvia del da salpica el cristal. Unarfaga de viento arranca una hoja, quebrilla con destellos dorados y rojos alcaer.

    Quiz Tessa responda a unamedicacin intratecal intensiva responde el doctor. Yo propondrametotrexato e hidrocortisona durantecuatro semanas. Si tiene xito,mejoraran sus sntomas y podramoscontinuar con un programa demantenimiento.

    Sigue hablando y pap sigueescuchndolo, pero yo dejo de orlo.

    Va a ocurrir de verdad. Dijeron queocurrira, pero ha sido ms rpido de lo

  • que todo el mundo pensaba. Realmenteno voy a volver nunca a clase. Jams.Nunca ser famosa ni dejar nada quevalga la pena tras de m. Nunca ir a launiversidad ni tendr un trabajo. Nover crecer a mi hermano. No viajar,no ganar dinero, no conducir, no meenamorar nunca ni me ir de casa.

    Es cierto, de verdad.Me acomete un pensamiento que

    surge en los dedos de los pies y merecorre por dentro, hasta que ahoga todolo dems y se convierte en la nica cosaen que estoy pensando. Me llenacompletamente, como un gritosilencioso. Llevo enferma tanto

  • tiempo hinchada, mareada, con la pielplagada de manchas, las uasquebradizas, el pelo que se cae y unasensacin de nuseas que penetra hastalos huesos. No es justo. No quiero moriras, no antes de vivir realmente. Todome parece claro. Me siento casiesperanzada, lo que es una locura.Quiero vivir antes de morir. Es lo nicoque tiene sentido.

    Y de repente vuelvo a ver eldespacho con claridad.

    El mdico contina hablando, ahorasobre pruebas con drogas queseguramente no me ayudarn a m, peroque podran ayudar a otros. Pap llora

  • en silencio, y yo miro por la ventana yme pregunto por qu la luz pareceextinguirse tan deprisa. Qu hora es?Cunto tiempo hace que estoy aqusentada? Mi reloj marca las tres y mediay el da ya casi ha acabado. Es octubre.Todos los chicos que empezaron lasclases recientemente con sus mochilas yestuches nuevos estarn esperando conimpaciencia llegar a la mitad deltrimestre. Cmo pasa el tiempo. Prontoser Halloween, despus la noche de lahoguera. Navidad. Pascua. Y luego micumpleaos, en mayo. Cumplirdiecisiete.

    Hasta cundo podr aplazarlo? No

  • lo s. Slo s que tengo dos opciones:quedarme metida en la cama y seguirmurindome, o volver a mi lista y seguirviviendo.

  • 10Te has levantado! exclama

    pap. Luego se fija en el minivestido yaprieta los labios. Djame adivinar.Has quedado con Zoey?

    Algo que objetar?Me pasa las vitaminas sobre la mesa

    de la cocina.No olvides esto.Suele subrmelas en una bandeja,

    pero hoy no tendr que molestarse.Debera estar contento, pero se quedaah sentado mirndome mientras metrago una pastilla tras otra.

    La vitamina E ayuda al cuerpo a

  • recuperarse de la anemia posradiacin.La vitamina A contrarresta los efectosde la radiacin en el intestino. El olmorojo repone la mucosa que recubre todoslos conductos de mi cuerpo. La slicerefuerza los huesos. El potasio, el hierroy el cobre fortalecen el sistemainmunolgico. El loe vera es para curaren general. Y el ajo bueno, pap leyen alguna parte que las propiedades delajo an no se aprecian como es debido.l lo llama vitamina X. Me lo trago todocon zumo de naranja natural y unacuchara de miel sin refinar. am, am.

    Deslizo la bandeja de vuelta haciasu lado de la mesa con una sonrisa. l se

  • levanta, la lleva al fregadero y la dejacaer con estrpito. Abre el grifo paralimpiar el cuenco.

    Creo recordar que ayer tenasnuseas y dolor.

    Estoy bien. Hoy no me duele nada.No opinas que sera ms sensato

    descansar?se es terreno peligroso, as que

    cambio de tema rpidamente y desvo miatencin hacia Cal, que aplasta loscopos de maz en la leche. Lo veo tantristn como a pap.

    Y a ti qu te pasa? pregunto.Nada.Es sbado! No se supone que

  • eso debera alegrarte?No te acuerdas, verdad? me

    espeta, mirndome con dureza.De qu?Me dijiste que me llevaras de

    compras a mediados de trimestre.Dijiste que usara tu tarjeta de crdito.Cierra los ojos con fuerza. Yasaba yo que no lo haras, mierda!

    Tranquilzate! ordena pap conese tono de advertencia que usa cuandoCal empieza a descontrolarse.

    S que lo dije, Cal, pero hoy nopuedo.

    l me mira furioso.Pues yo quiero!

  • As que tengo que hacerlo. Son lasreglas. El punto nmero dos de mi listaes simple. Debo decir que s a tododurante un da entero. Sea lo que sea yme lo pida quien me lo pida.

    Miro el rostro esperanzado de Calcuando salimos por la cancela, y derepente siento una punzada de miedo.

    Voy a mandarle un mensaje a Zoeypara decirle que hemos salido.

    l me suelta que odia a Zoey, y esoes duro, porque yo la necesito. Necesitosu energa. Y el hecho de que siempreocurran cosas cuando estoy con ella.

    Quiero ir al parque aade.No eres un poco mayor para eso?

  • Qu va. Ser divertido.A menudo se me olvida que no es

    ms que un cro, que an hay un apartede l a la que le gustan los columpios,los tiovivos y esas cosas. En fin,tampoco va a hacernos dao ir alparque, y Zoey me responde el mensajediciendo que vale, que de todas manerasiba a llegar tarde y que vendr areunirse con nosotros.

    Me siento en un banco y miro a Calmientras trepa por una telaraa decuerdas; parece muy pequeo ah arriba.

    Voy a subir ms! grita.Subo hasta el final?

    S respondo, porque me lo he

  • prometido. Son las arreglas.Desde aqu se ve el interior de

    los aviones! Ven a verlo!Es difcil trepar con un minivestido.

    Toda la red de cuerdas se bambolea ytengo que deshacerme de los zapatos,que caen al suelo. Cal se re de m.

    Hasta arriba de todo! meordena.

    Est altsimo, y un nio ms feo quePicio sacude las cuerdas desde abajo.Me encaramo hasta la cima, aunque meduele los brazos. Yo tambin quiero verel interior de los aviones. Quierocontemplar el viento y atrapar pjaroscon las manos.

  • Lo consigo. Veo el tejado de unaiglesia, los rboles que flanquean elparque y las cpsulas de las castaas deIndias a punto de abrirse. El aire eslimpio y las nubes estn cerca, como sihubiera escalado una pequea montaa.Miro hacia abajo y veo todos los rostrosvueltos hacia arriba.

    Qu alto, eh? dice Cal.S.S a todo lo que digas, Cal, pero

    primero quiero sentir el aire en mirostro. Quiero ver la curva de la tierramovindose lentamente alrededor delsol.

    Ya te deca yo que sera divertido.

  • Tiene la cara radiante de alegra.Vamos a subirnos a todo!

    Hay cola en los columpios, as quenos dirigimos al balancn. An peso msque Cal. An soy su hermana mayor yan puedo golpear el suelo con elasiento del balancn, as que l saledisparado hacia arriba, y chilla y recuando cae y se da un buen golpe en eltrasero. Se llenar de morados, pero nole importa. Di que s, slo di que s.

    Nos subimos a todo. A la casitasituada al final de las escaleras en elrecinto de arena, tan pequea que apenascabemos los dos. A la moto sobre unmuelle gigante, que se inclina hacia un

  • lado cuando me monto, como siestuviera borracha, y me rasguo lasrodillas con la tierra. Hay una barra demadera donde fingimos ser gimnastas, unalfabeto en forma de serpiente parapasar caminando, el tejo, y unaestructura de barras. Luego volvemos alos columpios, donde una cola demadres con sus pauelos de papel y susbebes de cara regordeta ponen mala caraal ver que me adelanto a Cal paraocupar el nico columpio vaco. Elvestido deja al descubierto mis muslos.Eso me hace rer. Hace que me impulsepara subir an ms con el columpio.Quiz si subo lo bastante alto, el mundo

  • ser distinto.No veo llegar a Zoey. Cuando Cal la

    seala, est en la entrada del parqueobservndonos. Podra llevar horas ahplantada. Se ha puesto un top que deja elombligo al aire y una falda que slo letapa el trasero.

    Buenos das dice cuando vamosa su encuentro. Ya veo que habisempezado sin m.

    Me ruborizo un poco.Cal quera que lo trajera a los

    columpios.Y t tenas que decir que s, por

    supuesto.S.

  • Zoey observa a mi hermanopensativamente.

    Nosotras vamos a ir al mercadole explica. Vamos a comprar cosasy hablar de la regla, as que te vas aaburrir como una ostra.

    l la mira ceudo, con la cara sucia.Yo quiero ir a la tienda de magia.Bien, pues ve. Nos vemos luego.Tiene que venir con nosotras

    intervengo. Se lo he prometido.Ella suspira y echa andar. Cal y yo

    la seguimos.Zoey era la nica chica del colegio a

    la que no le asustaba mi enfermedad.Sigue siendo la nica persona que

  • conozco que camina por la calle como sino hubiera atracos, como si a la gente nola apualaran jams, los coches nuncaatropellaran a nadie, las enfermedadesno atacaran. Estar con ella es como sime dijeran que se han equivocado y nome estoy muriendo, que se trata de otrapersona y que lo mo es un error.

    Menate me dice por encimadel hombro. Mueve esas caderas,Tessa!

    El vestido es muy corto. Muestrahasta el ltimo centmetro de muslo. Uncoche me pita. Un grupo de chicos mecome con la mirada las tetas y el culo.

    Por qu tienes que hacer lo que

  • ella diga? pregunta Cal.Porque s.Zoey est encantada. Espera que

    lleguemos a su altura y se coge de mibrazo.

    Te perdono.Por qu?Se inclina hacia m con aire de

    complicidad.Por comportarte como una patosa

    con la mierda de polvo que echaste.No lo hice mal!S, s que lo hiciste. Pero no pasa

    nada.Cuchichear es de mala

    educacin! dice Cal.

  • Zoey le da un empujn para que seadelante y tira de m para acercarmems a ella mientras caminamos.

    Bueno. Hasta dnde estsdispuesta a llegar? Te haras un tatuajesi yo te lo pidiera?

    S.Tomaras drogas?Quiero tomar drogas!Le diras a ese hombre que lo

    quieres?El hombre que sealaba es calvo y

    ms viejo que mi padre. Est saliendode un quiosco, arranca el celofn a unpaquete de cigarrillos y deja que caigoal suelo.

  • S.Pues venga.El hombre saca el cigarrillo del

    paquete con unos golpecitos, lo enciendey exhala una bocanada de humo. Meacerco, y l se da la vuelta, mediosonriendo, esperando tal vez a alguien.

    Te quiero le digo.l frunce el entrecejo y luego repara

    en Zoey, que suelta una risita.Vete al cuerno, nia replica.Es divertidsimo. Zoey y yo nos

    sujetamos la una a la otra y nosdesternillamos. Cal nos hace mueca dedesesperacin.

    Podemos irnos ya?

  • El mercado es un hormiguero. Haygente empujando por todas partes, comosi el da estuviera lleno de urgencias.Por mi lado pasan viejas gordas con susbolsas de la compra; los padres concochecito acaparan todo el espacio.Estar aqu rodeada por la luz gris deeste da es como estar en un sueo,completamente inmvil, como si el sueloestuviera pegajoso y mis pies fueran deplomo. Los chicos pasan por mi ladoacechantes, con las capuchas bajadas,los rostros inexpresivos. Chicas con lasque iba al colegio deambulan por aqu.Ahora ya no me reconocen; hace muchotiempo que no voy a clases. El aire

  • huele a perritos calientes, hamburguesasy cebolla. Todo est a la venta: gallinascolgadas por las patas, bandejas decallos y despojos, costillares de cerdoque exhiben las costillas partidas. Telas,lanas, encajes y cortinas. En el puesto dejuguetes hay perros de peluche queladran y dan volteretas, y soldados decuerda que chocan sus platillos. Elhombre del puesto me sonre, seala unamueca de plstico gigante que estsentada, muda, envuelta en celofn.

    Slo diez libras, guapa.Me doy la vuelta, fingiendo no orlo.Zoey me mira con severidad.Se supone que vas a decir que s a

  • todo. La prxima vez, compra. Sea loque sea, de acuerdo?

    S.Bien. Ahora vuelvo. Y

    desaparece entre la multitud.No quiero que se vaya. La necesito.

    Si no regresa, mi da se reducir a unavisita al parque infantil y un par desilbidos de camino al mercado.

    Ests bien? pregunta Cal.S.No lo parece.Estoy bien.Pues yo me aburro.Y eso es peligroso, porque tendr

    que decirle que s si pide regresar a

  • casa.Zoey volver enseguida.

    Podramos coger el autobs que cruza laciudad. O ir a la tienda de magia.

    Cal se encoge de hombros y hundelas manos en los bolsillos.

    Ella no querr.Mira los juguetes mientras

    esperas.Los juguetes son un asco.Ah, s? Y o antes vena aqu con

    pap y los miraba. Todos eranresplandecientes.

    Zoey regresa con expresin agitada.Scott es un cabrn mentiroso.Quin?

  • Scott. Me dijo que trabajaba en unpuesto, pero he ido y no es verdad.

    El fumeta? Cundo te lo dijo?Zoey me mira como si me hubiera

    vuelto loca y se aleja de nuevo. Va hastaun tenderete de fruta y se inclina sobrelas cajas de pltanos para hablar con elvendedor. l le mira los pechos. Unamujer se me aproxima cargada con unasbolsas de plstico. Me mira a los ojos yyo no aparto la vista.

    Diez chuletas de cerdo, trespaquetes de tocino ahumado y un pollome susurra. Lo quieres?

    S.Me pasa una bolsa, y luego se rasca

  • la costrosa nariz mientras busco eldinero. Le entrego cinco libras y ellahurga en su bolsillo y me da dos decambio.

    Es un chollo asegura.Cal parece un poco asustado cuando

    la mujer se va.Por qu has hecho eso?Calla.En ninguna parte de las reglas dice

    que haya de gustarme lo que hago. Dadoque slo me quedaba doce libras, mepregunto si debo cambiar las reglas paradecir s slo a las cosas que sean gratis.La bolsa gotea sangre a mis pies. Mepregunto si tengo que quedarme con todo

  • lo que compro.Zoey regresa, repara en la bolsa y

    me la arranca de la mano.Qu demonios es esto? Echa

    un vistazo al contenido. Parecentrozos de perro muerto! La tira en unapapelera y luego se gira hacia msonriendo. He encontrado a Scott. Alfinal s que trabaja aqu. Jake est conl. Vamos.

    Mientras nos abrimos paso entre lamultitud, Zoey me dice que ha visto aScott varias veces desde que estuvimoslas dos en su casa. No me mira alcontrmelo.

    Por qu no me lo habas dicho?

  • Resulta chocante ver a los chicos ala luz del da, detrs de un puesto queofrecen linternas y tostadoras, relojes yteteras. Parecen mayores de lo querecordaba.

    Zoey se mete detrs del tenderetepara hablar con Scott. Jake me saludacon la cabeza.

    Todo bien?S.De compras?Est distinto sudoroso y

    vagamente incmodo. Una mujer seacerca y Cal y yo nos apartamos paradejarle paso. Compra cuatro pilas.Cuestan una libra. Jake se las pone en

  • una bolsa de plstico y coge el dinero.La mujer se va.

    Necesitas pilas? me preguntaJake sin acabar de mirarme a los ojos.No tienes que pagarlas.

    Hay algo en su manera de decirlo,como si me estuviera haciendo un favor,como si compadeciera y quisierademostrar que es un to decente; esto meindica que lo sabe. Zoey se lo ha dicho.Veo la culpa y la compasin en sus ojos.Se ha tirado a una chica moribunda yahora tiene miedo. Podra sercontagioso; mi enfermedad le ha rozadoen el hombro y quiz ahora lo aceche.

    Las quieres o no? Coge un

  • paquete y lo agita delante de m.S digo, y me trago la

    decepcin cuando recojo sus estpidaspilas y las meto en el bolso.

    Cal me da un codazo en las costillas.Podemos irnos ya?S.Zoey rodea la cintura de Scott.De eso nada dice. Vamos a ir

    a su casa. Dentro de media hora tienenel descanso para comer.

    Tengo que acompaar a Cal.Zoey sonre al acercarse. Est

    preciosa, como si Scott la hubierarevitalizado.

    No se supone que has de decir s

  • a todo?Cal me lo ha pedido primero.Zoey frunce el entrecejo.Tiene ketamina en su casa. Todo

    est arreglado. Trete a Cal si quieres.Ya le dejarn alguna cosa, unaPlayStation o algo as.

    Se lo has contado a Jake.El qu?Lo mo.Qu dices. Claro que no. Se

    ruboriza, y ha de tirar el cigarrillo alsuelo y pisarlo para no tener quemirarme.

    Ya me imagino cmo fue. Sepresent en su casa, les hizo liar un

  • canuto e insisti en dar ella la primeracalada, profunda, mientras los dos lacontemplaban. Luego se dejo caer allado de Scott y dijo: Oye, os acordisde Tessa?. Y entonces se lo cont.Puede que incluso sollozara un poco.Apuesto a que Scott la rode con elbrazo. Apuesto a que Jake se acab elcanuto para no tener que pensar en ello.

    Agarro a Cal de la mano y me lollevo. Lejos de Zoey, lejos del mercado.Tiro de l para bajar por la escalera quehay detrs de los puestos y da al caminode sirga que bordea el canal.

    Adnde vamos? se queja l.Cllate.

  • Me ests asustando.Lo miro a la cara y no me importa.A veces sueo que deambulo por la

    casa, saliendo y entrando de lashabitaciones, y que nadie me reconoce.Me cruzo con pap en la escalera y mesaluda con la cabeza cortsmente, comosi hubiera ido a limpiarle la casa, ocomo si realmente fuese un hotel. Cal memira con suspicacia cuando entro en mihabitacin. Dentro, han desaparecidotodas mis cosas y hay otra chica en milugar, una chica que lleva un vestidofloreado y tiene los labios brillantes ylas mejillas firmes como manzanas.Creo que es mi vida paralela. Una vida

  • en la que estoy sana, en la que Jake sealegrara de conocerme.

    En la vida real, arrastro a mihermano por el camino hacia la cafeteracon vistas al canal.

    Ser estupendo. Vamos a tomarhelado, chocolate caliente y Coca-Cola.

    T no puedes tomar azcar. Se lodir a pap.

    Le aprieto la mano con ms fuerza.Poco antes de la cafetera hay un hombreen el camino. Va en pijama y estmirando el canal. En la boca se leconsume un cigarrillo.

    Quiero ir a casa dice Cal.Pero yo quiero ensearle las ratas

  • del camino de sirga, la mana de la gentepor evitar lo que es difcil, el hecho deque ese hombre en pijama sea ms realque Zoey, que viene al trote detrs denosotros con su enorme bocaza y suestpido pelo rubio.

    Vete le espeto sin darme lavuelta.

    Ella me agarra por el brazo.Por qu ha de ser todo tan

    complicado contigo?La aparto de un empujn.No lo s, Zoey. T qu crees?No es ningn secreto. Mucha

    gente sabe que ests enferma. A Jake nole import, pero ahora cree que eres un

  • bicho raro.Soy un bicho raro.Ella me mira entornando los ojos.Creo que te gusta estar enferma.Eso crees?No soportas ser normal.S, claro, tienes razn, es

    estupendo. Quieres cambiarte conmigo?Todo el mundo muere dice,

    como si acabara de ocurrrsele y no leimporta que le pasara a ella.

    Cal me tira de la manga.Mira.El hombre del pijama se ha metido

    en el canal. Chapotea con los pies y lasmanos en el agua. Nos observa

  • inexpresivamente, luego sonremostrando varios dientes de oro. Notoun cosquilleo en la columna.

    Les apetece nadar, seoritas? nos grita. Tiene acento escocs. Nuncahe estado en Escocia.

    Ve con l dice Zoey. Porqu no te metes?

    Me ests pidiendo que lo haga?Ella me sonre maliciosamente.S.Echo un vistazo a las mesas de la

    terraza de la cafetera. La gente nosobserva. Creern que soy una yonqui,una psicpata, una pirada. Me enrollo elvestido y me lo meto por las bragas.

  • Qu ests haciendo? preguntaCal, asombrado. Todo el mundo nosmira!

    Pues haz como si no meconocieras.

    Ya lo creo!Se sienta resueltamente en la hierba

    mientras me quito los zapatos.Hundo el dedo gordo en el agua.

    Est tan fra que se me queda toda lapierna dormida.

    Zoey me toca el brazo.No lo hagas, Tess. No lo deca en

    serio. No seas idiota.Es que no lo entiende?Me meto hasta los muslos y los patos

  • se alejan alarmados. No hay muchaprofundidad; el agua est un poco turbia,seguramente por la porquera del fondo.En este canal nadan ratas. La gentearroja aqu latas y carritos de la compra,jeringuillas y perros muertos. Los dedosde los pies se me hunden en el lodo.

    Dientes de Oro me saluda con lamano, re avanzando hacia m,golpeando el agua a los lados.

    Buena chica masculla.Tiene los labios azulados y la

    dentadura le brilla. Tiene una brecha enla cabeza y la sangre le mana desde elnacimiento del pelo hacia los ojos.Vindolo, siento an ms fro.

  • Un hombre sale de la cafeteraagitando una servilleta.

    Eh! grita. Eh, sal de ah! Lleva delantal y le tiembla el vientrecuando se inclina hacia m paraayudarme a salir. Ests loca?Podras pillar algo en esa agua. Segira hacia Zoey. Es amiga tuya?

    Lo siento contesta ella. Nohe podido impedrselo. Se echa elpelo hacia atrs para que entienda queno es culpa suya. Detesto que haga eso.

    No es amiga ma le digo alhombre. No la conozco.

    Zoey aprieta la boca y el hombre sevuelve de nuevo hacia m,

  • desconcertado. Me tiende la servilletapara que me seque las piernas. Luego medice que estoy loca. Y que todos losjvenes son unos drogadictos. Veo aZoey alejndose mientras l mereprende. Se hace cada vez ms pequeahasta desaparecer. El hombre mepregunta dnde estn mis padres;pregunta si conozco a Dientes de Oro, elcual trepa ahora por la orilla opuesta delcanal y re a carcajada. El hombrechaquea la lengua varias veces, peroluego me lleva a la cafetera, me obligaa sentarme y me trae una taza de t. Leecho tres azucarillos y lo tomo asorbitos. La gente me mira. Cal parece

  • muy pequeo y asustado.Qu haces? susurra.Voy a echarlo de menos que me

    entran ganas de darle un buen coscorrn.Tambin me entran ganas de llevarlo acasa y dejarlo con pap antes de que pormi culpa nos perdamos los dos. Pero encasa todo es aburrido. All puedo decira todo que s porque pap no me pideque haga nada real.

    El t me calienta el estmago. Elcielo pasa de un gris apagado a un tonoluminoso y de nuevo al gris en uninstante. Ni siquiera el tiempo sabe muybien qu hacer y se mueve a trompiconesde un ridculo acontecimiento a otro.

  • Cojamos al bus digo.Me levanto, me sujeto a la mesa y

    vuelvo a calzarme los zapatos. La gentefinge no mirarme, pero noto sus ojosclavados en m. Eso hace que me sientaviva.

  • 11Es cierto? pregunta Cal de

    camino a la parada de autobs. Tegusta estar enferma?

    A veces.Por eso te has metido en el agua?Me detengo y lo miro directamente a

    los ojos. Son claros y azules, comomotas grises, como los mos. Tenemosfotos suyas y mas a la misma edad y nosse nos distingue.

    Me he metido en el agua porquetengo una lista de cosas para hacer. Hoydebo decir s a todo.

    Cal reflexiona al respecto, tarda

  • unos segundos en comprender lasimplicaciones, y luego sonre de oreja aoreja.

    Entonces, tienes que decir s atodo lo que te pida?

    Eres un nio muy inteligente.Subimos al primer autobs que pasa

    y nos sentamos en la parte de arriba, alfondo.

    Vale susurra Cal. Scale lalengua a ese hombre.

    Le encanta cuando obedezco.Ahora hazle el signo de la victoria

    a esa mujer de la acera ahora lnzalesbesos a esos chicos.

    Sera ms divertido si t lo

  • hicieras conmigo.Hacemos muecas, saludamos a todo

    el mundo, gritamos mocos, culo ypilila a pleno pulmn. Cuandoapretamos el botn para solicitar laparada, estamos solos en la plataformade arriba. Todo el mundo nos detesta,pero nos da igual.

    Adnde vamos? pregunta Cal.De compras.Has trado la tarjeta de crdito?

    Vas a comprarme algo?S.Primero compramos un HoverCopter

    teledirigido, capaz de elevarse y volarhasta diez metros de altura. Cal tira el

  • envoltorio en la papelera que hay a laentrada de la tienda y lo prueba en lacalle. Caminamos detrs del aparato,deslumbrados por sus lucesmulticolores, hasta llegar a la lencera.

    Pido a Cal que se siente dentro de latienda, como todos los hombres queesperan a sus mujeres. Es maravillosoquitarse la ropa no para un examenmdico, sino para una mujer de vozamable que me toma las medidas para uncarsimo sujetador de encaje.

    Lila respondo cuando mepregunta el color. Y tambin quiero lasbragas a juego.

    Despus de pagar, me entrega el

  • conjunto en una elegante bolsa de asasplateadas.

    A continuacin le compro a Cal unrobot hucha parlante. Luego escojo unostejanos para m, el mismo modelo pitilloprelavado que tiene Zoey.

    Cal elige un juego de PlayStation.Yo, un vestido. Es de seda esmeralda ynegra, y es lo ms caro que me hecomprado en mi vida. Me miro en elespejo parpadeando, dejo el vestidohmedo en el probador y vuelvo conCal.

    Guay aprueba al verme.Queda dinero para un reloj digital?

    Le compro tambin un despertador

  • que proyecta la hora en tres dimensionessobre el techo de la habitacin.

    Despus son unas botas. De piel, concremallera y un poco de tacn. Y unabolsa de viaje en la misma tienda parameter todas las compras.

    Tras una visita en la tienda de magia,tenemos que adquirir una maleta conruedas para meter la bolsa. Cal disfrutaguindola, pero me pasa por la cabeza laidea de que si compramos ms cosas,tendr que comprar un coche para llevarla maleta. Y un camin para el coche. Yun barco para el camin. Compraremosun puerto, un ocano, un continente.

    El dolor de cabeza empieza en el

  • McDonalds. Es como si de repentealguien me arrancara el cuero cabelludoy hurgara en mi cerebr