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Belgrano: Una mente brillante

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La historia de un hombre que pensó y ejecutó las bases de la Nación Argentina. La Educación, su máxima preocupación.

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DEDICATORIA

A Susana, mi mujer, que desde 1980 me sostiene en casi todos mis

proyectos.

A mis hijos, Georgina, Nicolás y Alejandro que aprendieron a ser consecuentes entre su pensamiento y su acción. A todos los docentes, profesores, historiadores y bibliotecarios que me guiaron y aportaron datos. Al Papa Francisco por trabajar para devolver la fe a los hombres. A todos los políticos actuales y venideros para que entiendan que la función pública consiste en ayudar a los ciudadanos y no servirse de ellos para aumentar su patrimonio personal. A todos aquellos que sólo expresan deseos, para decirles que los mismos se concretan con acciones. A todos los jóvenespara decirles que sin educación, constancia y trabajo, no es posible concretar ninguna utopía.Mañana es mentira.

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Belgrano: Una Mente Brillante

1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2014.

E-Book.

ISBN 978-987-33-5608-7

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BELGRANO: UNA MENTE BRILLANTE

INDICE 3

- Introducción 7

- Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano 11

- Su Juventud 13

- Jovellanos y Genovesi 14

- En la Secretaría del Consulado 15

- Cronista 22

- La formación intelectual de Belgrano 24

- Periodista 25

- La vida en la colonia 39

- Belgrano continúa trabajando 42

- Los Niños Expósitos 44

- Las calles 46

- Contextualización histórica 48

- 1ra Invasión inglesa 50

- 2da Invasión Inglesa 51

- Belgrano y las invasiones inglesas 52

- Beresford y platería que se llevó 56

- Actividad literaria 57

- Comercio en manos británicas 62

- El proyecto “Carlotista” 63

- Cisneros el último Virrey 66

- El Plan de Operaciones 69

- Amigos y enemigos de la Revolución 71

- La educación 72

- Ideas económicas 75

- Camino a la Semana de Mayo 76

- La Plaza Mayor 79

- La expedición al Paraguay 81

- Una verdadera proeza 83

- Detalles de la campaña al Paraguay 90

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- La batalla de Paraguay 90

- Andresito 98

- El tambor de Tacuarí 100

- Belgrano traductor de Washington 102

- La clase trabajadora 107

- La Banda Oriental 108

- Proceso y absolución 109

- Comandante del Regimiento de Patricios 113

- Creación de la Bandera114

- Las Baterías “Libertad” e “Independencia” 115

- La Escarapela nacional 116

- Creación de la Bandera Nacional 117

- Los colores de la Bandera 120

- Confección de la Primera Bandera 121

- Los colores de las Primeras Banderas de la Patria 123

- La más antigua 127

- El enigma 128

- El Éxodo Jujeño 130

- Tres fundaciones 131

- El Ejército Auxiliar del Perú 133

- Las Piedras 135

- La Batalla de Tucumán 136

- La Batalla de Salta 138

- La Escuela que espero 191 años 142

- El Cacique Cumbai 143

- Vilcapugio 145

- Tres Sargentos 147

- Ayohuma 149

- María de los Remedios del Valle 153

- Belgrano y San Martín 154

- Misión Diplomática a Europa 159

- El Ejército de Observación 164

- Congreso de Tucumán 166

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- Belgrano no perdono la insurrección 169

- Los últimos años de vida de Belgrano 170

- La lucha interna 172

- Regreso a Buenos Aires 174

- 20 de junio de 1820 177

- Repercusión 179

- Belgrano y sus enfermedades183

- Belgrano: una mente brillante 187

- Una vida sin lujos 189

- Frases de Manuel Belgrano que no pierden vigencia 190

- Ingratitud 195

- El reloj 197

- Las armas obsequiadas 198

- Conclusión 199

- Cronología Belgraniana(1770-1820) 200

- Lugares Belgranianos 204

- Al Padre de la Patria 207

- Sobre el autor 210

.

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6

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INTRODUCCIÓN

A pesar de su descarada tendencia a la soberbia, el hombre no es otra

cosa que un vivo testimonio de su pesimismo. Tal vez lo segundo sea la

inevitable consecuencia de lo primero; y acaso esté en ello la raíz de la

posibilidad del optimismo. Sea como fuere, el hombre ha encontrado en

su propia naturaleza la disculpa y los atenuantes de sus faltas y errores.

Con decir “es humano” ya está casi todo justificado, explicado y excusado,

desde el asesinato y la traición hasta el adulterio, el robo o la negligencia…

y por su puesto son humanos. Pero también son humanos el heroísmo, la

fidelidad, la ética y la verdad, es que nunca vemos elogiar su ejercicio con

la frasecita “Es humano”.

En cambio si hemos oído llamar “inhumano” a quién maltrata a los

animales con el pretexto de que la crueldad es una manifestación de falta

de humanidad. El ser humano manifiesta muy mala opinión acerca de su

humanidad: en lo que acierta, a fuerza de equivocarse. El ser humano

desprecia a su humanidad pero desde el punto de vista de la conducta y

precisamente explica su mala conducta “porque es humano”, y considera

extraordinario –genial o maravillosa- la buena conducta, con muy poca

lógica, por cierto, por la sencilla razón de que la conducta es hija de la

voluntad. Y al ser humano no le conviene manifestar buena opinión

general de la voluntad porque esto lo llevaría al plano del reconocimiento

de la responsabilidad.

Si bien es cierto que el debido ejercicio de la voluntad puede llevar a una

vida ejemplar, no es menos verdad que un desaprensivo cultivo puede

llevar al éxito. Es humano, claro. Sin embargo, los humanos suelen atribuir

sus éxitos –buenos o malos- a su inteligencia y no se fijan tanto en la

elección del camino seguido en la elaboración de sus planes. Hay algo de

superstición, sin duda, en esto de la inteligencia.

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La inteligencia puede llevarnos a la cultura de las letras, las artes y las

ciencias, desde el gobierno de los pueblos, a la investigación de los

microorganismos, pero no puede, por si sola, llevarnos a la santidad o al

heroísmo. Tiene que “llevar a” la voluntad.

El ser humano no sólo admira ilimitadamente a la inteligencia, sino que se

admira a sí mismo por ella; lo que no es más que una forma de narcisismo.

Los intelectuales hablan de la inteligencia como cosa de ellos y la verdad

es que, es un don tan absolutamente graciosos como la belleza. Los

intelectuales son, quizá, los “fundadores” del desprecio de la voluntad. Al

intelectual le alcanza –o se lo cree- con la inteligencia, aunque sea ajena,

del mismo modo que al místico le alcanza con la voluntad, sobre todo si es

de su Dios. Pero tanto una como la otra son potencias del alma,

respectivamente ordenadas a servir al conocimiento y a la virtud.

El intelectual suele caer en la estúpida tentación de despreciar al santo,

sobre todo si éste es gloriosamente analfabeto. El héroe puede caer en la

alevosa tentación de despreciar al intelectual, sobre todo si éste es

vergonzosamente cobarde. Pero hay una tercera potencia del alma: la

memoria, cuyo casi general olvido constituye la más deliciosa paradoja del

hombre.

Muchos intelectuales desprecian a la memoria, en su afán de exaltar a la

inteligencia, sin reparar en que, sin memoria no hay imaginación, y sin

imaginación no hay literatura, así como sin esperanza no hay futuro. Y el

héroe puede despreciar a la voluntad, sin reparar en que sin memoria no

hay leyenda y que sin leyenda no hay mitología, así como sin esperanza no

hay inmortalidad.

Existe un profundo misterio, sin duda, en esto de la memoria, madre

abnegada de toda realidad y de todas las posibilidades, tan

imperdonablemente subestimada como la modestia misma, madre de

todo buen ejemplo.

Todo es memoria, porque el pasado es el padre presente y del futuro.

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“… y la América del Sur será el templo de la Independencia y la Libertad”.

Se cumplieron los bicentenarios de la creación de la Bandera, el Éxodo

Jujeño y la victoria de Tucumán, fruto de la firmeza con que Belgrano

rechazó la orden del Triunvirato de retirarse en vez de enfrentar al

enemigo. Estas, junto a distintos aspectos poco conocidos, divulgados o

invisibilizados por distintos intereses, hacen que esta obra contribuya a

que se acreciente el conocimiento y la admiración de los argentinos por

Manuel Belgrano, auténtico fundador de la Argentina.

El fin que persigo en estas humildes líneas es dar a conocer a este hombre

extraordinario, Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, que

admiro a pesar del profundo desprecio que me inspira lo sucedido antes y

después de su muerte.

La crítica no me interesa, cuento con la inteligencia del lector. Toda

sociedad sabe que si tiene miedo es dominada y conducida por los

miembros menos capacitados, soberbios y más insensatos. En la Argentina

existe una especie de absorción de unas ideas por otras que se destruyen

como las olas del mar que se rompen contra aquellas que las preceden,

sin advertir que todas mueren suavemente en la playa o en forma violenta

contra las rocas.

El arte de mentir se ha generalizado desde hace algunas décadas.

Actualmente la mentira no se expresa en términos concretos como en los

tiempos de nuestros padres, sino que se manifiesta empleando formas

ambiguas y vagas que tornan difícil reprochar al mentiroso y sobre todo

refutarlo en pocas palabras.

Todos estamos de acuerdo en que aquel que narra algo debe "decir la

verdad". El tono de la verdad se siente en el hombre.

¿Cuántas cosas falsas se han dicho de Belgrano?

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La hipocresía es un defecto de las costumbres tan fuertes en nuestros

tiempos, que es necesario tomar toda clase de precauciones para no verse

envuelto y arrastrado por ella.

No cabe duda que el arte de mentir florece con la ayuda del buen estilo

académico y de frases impuestas por la elegancia. O para hacer de la

literatura un trampolín para buscar alguna cosa mejor.

La fuerte admiración por Belgrano es la única pasión que me ha llevado a

escribir, la cual no impide darme cuenta de los defectos y debilidades que

se le pueden reprochar. Estimado lector, soy un rústico investigador sin

ambición alguna. Muy buenos observadores me han asegurado que

dentro de veinte o treinta años se podrá publicar la historia razonable de

Manuel Belgrano. En la actualidad es un galardón para muchas personas

respetables, el llamar a Belgrano el Padre de la Patria.

Vamos a recorrer juntos, pasajes de la vida de un hombre extraordinario,

del cual no hemos tenido la humildad para apreciar, en su justo valor, las

dificultades por las que han debido pasar sus empresas.

El lector, bien puede figurarse, que en 1810 el único sentimiento interior y

profundo de los hombres y mujeres estaba resumido en una idea: ser útil

a la naciente Patria. Todo lo demás, el vestido, el alimento, no eran a los

ojos, más que un miserable detalle efímero. Los éxitos sociales, cosa tan

importante en el carácter de nuestra nación, no existían, pero si corazones

ardientes que para sentir la vida, tenían necesidad de amar u odiar con

pasión.

En nuestros días, cuando tantos personajes se contradicen porque se hace

de todo un juego de comedia, nadie obra con franqueza, y todos se rigen

a la consecución de goces vanidosos, muy pocas existencias fueron tan

limpias de hipocresías, y a mi modo de ver, tan nobles como la de Manuel

Belgrano.

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He evitado las profusas notas a pie de página y las citas de autoridades,

una práctica que tal vez hizo famosa por primera vez William Prynne, el

abogado, político, escritor y crítico teatral del siglo XVII a quien John

Milton le tomaba el pelo diciendo que siempre ponía su ingenio en el

margen, para estar al margen de su ingenio en el texto…

MANUEL JOSÉ JOAQUÍN DEL CORAZÓN DE JESÚS BELGANO

- INSPIRADOR DE LA REVOLUCIÓN DE MAYO

- ESTADISTA Y PARADIGMA DEL FUNCIONARIO PÚBLICO

- FUNDADOR DE LAS ACADEMIAS DE NÁUTICA, DIBUJO Y

MATEMATICA

- PIONERO DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA

- PROMOTOR DEL ROL SOCIAL DE LA INDUSTRIA Y EL COMERCIO

- ECONOMISTA, ABOGADO, PERIODISTA, POLÍTICO, Y ECOLOGÍSTA

- PROTECTOR DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS

- IMPROVISADO JEFE DE LAS FUERZAS DE LA REVOLUCIÓN

- PRIMER CONSTITUCIONALISTA

- PROCER DE LA INDEPENDENCIA HISPANOAMERICANA

- PRECURSOR DE LA UNIDAD SUDAMERICANA

- CREADOR DE LA BANDERA NACIONAL

- PADRE DE LA PATRIA

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Cuando falleció Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, el 20

de junio de 1820, su gran amigo José de San Martín, después de haber

liberado a Chile, se aprestaba a zarpar en unas pocas semanas hacia el

Perú. La Argentina se debatía en luchas civiles en lugar de estar

empeñados en apoyar al Genio de los Andes, en la gran empresa

latinoamericana. Caudillos y gobernadores luchaban por apetitos

personales y feudales, mientras los mejores hombres luchaban del otro

lado de la cordillera y aquí el poder personal y la anarquía desgastaban las

fuerzas que no tenía San Martín y sí tuvo Bolívar. Cuando una gran nación

lucha por su independencia cualquier gloria es secundaria. De allí la

justificada frase de Belgrano en el momento de morir: “¡Ay Patria mía!”

Belgrano dejó el sello de su impronta, en obras inmortales de profunda

inspiración humana. Creo escuelas, fundó periódicos, comando ejércitos,

echó las bases económicas, políticas y sociales para estructurar la Nación y

después de afrontar los graves riesgos y peligros que entrañaban el

desafío patriótico, frente al poderío colonialista español, ofrendó los

últimos diez años de su vida, para consolidar los principios que había

sustentado como ideólogo.

La figura de Belgrano se acrecienta a medida que transcurre el tiempo.

Siempre indicó el camino a seguir sin demagogia. Sabía lo que era

conveniente para la República y los medios para lograrlo. En momentos

tan difíciles como los que nos toca vivir, cuando los ideales más puros

parecieran naufragar en el mar del escepticismo, la corrupción y la

violencia de todo tipo, está bien evocar a hombres como Belgrano para

recuperar los ideales perdidos, para recordarnos que la Patria tuvo

hombres que pensaron en el bien colectivo y lo dieron todo por mantener

los ideales de Mayo, a pesar de los infieles.

Si bien el tema ha sido tratado por tanto meritorio historiador,

reconocemos que la instancia en su estudio no sólo es grata, sino

justificada, dado que el pensamiento y el trabajo de Belgrano, representan

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el esfuerzo más vasto y hondo realizado en el país, para extender a través

de órganos apropiados la educación como fundamento de la formación

argentina. Aunque pocos de sus numerosos proyectos llegaron a

realizarse, por causas ajenas a él, sus nobles afanes están patentes en su

labor precursora y sistemática a favor del país. La simple enunciación de

su acción, tomada de las fuentes documentales, es elocuente para

conocer su singular personalidad.

SU JUVENTUD

El 4 de noviembre de 1757, Domingo Belgrano y Peri, nacido en Liguria,

Italia y radicado en Buenos Aires, se casa con una joven porteña llamada

María Josefa González Casero. La familia había alcanzado una destacada

posición económica y habitaban en la calle de Santo Domingo (actual Av.

Belgrano 430, un edificio donde sólo queda un cuadro del prócer y una

placa recordatoria). El 3 de junio de 1770 nace con el nombre de Manuel

José Joaquín del Corazón de Jesús el cuarto de los trece hijos del

matrimonio. Es bautizado por el Dr. Juan Baltazar Maciel y cursa las

primeras letras en el Real Colegio de San Carlos bajo la guía del Dr. Luis

Chorroarin. Estudia latín, filosofía y recibe lecciones de lógica, física,

metafísica y literatura. A los 16 años, sus padres deciden que acompañado

por su hermano Francisco, complete sus estudios en España.

Belgrano estudia en la Universidad de Salamanca y a principios de 1789, se

gradúa de Bachiller en leyes en Valladolid para luego ser abogado en

1793. Al respecto, en su Autobiografía expresa:

“Confieso que mi aplicación no la contraje tanto a la carrera que había ido

a emprender, como al estudio de los idiomas vivos, de la economía política

y al derecho público, y que en los primeros momentos en que tuve la suerte

de encontrar hombres amantes al bien público que me manifestaron sus

útiles ideas, se apoderó de mí el deseo de propender cuanto pudiese al

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provecho general, y adquirir renombre con mis trabajos hacia tan

importante objeto, dirigiéndolos particularmente a favor de la patria”.

España vivía el auge de los estudios sobre economía política y Belgrano se

vincula con sociedades económicas y destacadas personalidades. Llega a

ser Presidente de la Asociación de prácticas forenses y economía política

en Salamanca y durante su permanencia en Madrid, llega a ser miembro

de la Academia de Santa Bárbara en la misma especialidad. Esto le sirve

para adquirir vastos conocimientos en economía, derecho y religión a

través de autores como Montesquieu, Quesnay, Rousseau, Filanghieri,

Genovesi, Galiani, Campomanes, Jovellanos y Adam Smith, alguno de los

cuales traduce. Asimismo, debemos destacar su dominio en idiomas como

el italiano, el francés y el inglés.

Estando en España, lo sorprendió la Revolución Francesa, que causa una

profunda impresión en su espíritu y así lo recuerda:

“… se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad, propiedad y solo

veía tiranos en los que se oponían a que el hombre, fuese donde fuese, no

disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido,

y aún las mismas sociedades habían acordado en su establecimiento

directa o indirectamente”.

JOVELLANOS - GENOVESI

El español que más influyó en el prócer fue Jovellanos y de él tomó el

concepto de gratuidad y obligatoriedad de la enseñanza primaria, y el de

la necesidad del estudio de las carreras técnicas: matemática, dibujo,

comercio y náutica especialmente. También recibió la influencia de

Genovesi de quien asimiló el concepto de dar educación a los labradores.

El estado de la escuela y de la enseñanza en la época colonial era

lamentable. Relata Belgrano que “no es fácil entender en que ha podido

consistir, ni en que consista que el fundamento más sólido, la base

digámoslo así, y el origen verdadero de la felicidad pública, cual es la

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educación, se halla en un estado tan miserable, que aún las mismas

capitales se resienten de su falta. Mas es, los ha habido, los hay, es a

saber, escuelas de primeras letras, pero sin unas constituciones formales,

sin una inspección del gobierno y entregadas acaso a la ignorancia

misma”.

Continúa su prédica en el periódico “El Correo de Comercio” el 17 de

marzo de 1810: “Así pues, debemos tratar de atender una necesidad tan

urgente, como en la que estamos de establecimientos de enseñanza, para

cooperar con las ideas de nuestro sabio gobierno a la propagación de los

conocimientos y formar al hombre moral al menos con aquellas nociones

más grandes y precisas con que en adelante pueda ser útil al Estado”.

Después de la Revolución, persiste en su política educadora, aun cuando

otras tareas más inmediatas -especialmente militares- ocupaban su

tiempo. Para combatir el ocio propone trabajar las materias primas de que

se dispone: la lana, el algodón y “otras infinitas materias que tenemos y

podemos tener con nuestra industria, pueden proporcionar mil medios de

subsistencia a estas infelices gentes que, acostumbradas a vivir en la

ociosidad desde niños, les es muy penoso el trabajo en la edad adulta, y

son y resultan unos salteadores o unos mendigos”. Para terminar con esa

situación expresa: “Hay que crear escuelas gratuitas donde puedan los

infelices mandar a sus hijos, sin tener que pagar cosa alguna por su

instrucción”.

EN LA SECRETARÍA DEL CONSULADO

Belgrano recibe una comunicación oficial el 6 de diciembre de 1793,

donde le informan que ha sido nombrado Secretario Perpetuo del

Consulado en Buenos Aires. También se lo consulta acerca de los posibles

candidatos para ocupar esas funciones en otros puntos de América.

Con el espíritu lleno de ilusiones y con los mayores anhelos de trabajo,

Belgrano que recién contaba con 24 años, regresa a Buenos Aires para

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iniciar sus tareas en el Consulado. Sus ansias de progreso debieron sufrir

un verdadero desencanto cuando conoció a los hombres designados por

el Rey para integrar la Junta: “todos eran comerciantes españoles,

exceptuando uno que otro, nada sabían más que su comercio

monopolista… comprar por cuatro para vender por ocho con toda

seguridad… Mi ánimo se abatió y conocí que nada se hacía a favor de las

Provincias por unos hombres que por sus intereses particulares, posponían

el del común; sin embargo ya que por las obligaciones de mi empleo

podían hablar y escribir sobre tan útiles materias me propuse al menos

echar las semillas que algún día fuesen capaces de dar frutos, ya porque

algunos estimulados del mismo espíritu se dedicasen a su cultivo, ya

porque el orden mismo de la cosas las hiciese germinar”.

El 7 de mayo de 1794 llega a Buenos Aires para consagrarse a sus

obligaciones y con la idea de aplicar los principios liberales más

adelantados de la época, comprender y transformar la realidad de la

colonia, tomando las “… providencias acertadas para su felicidad”.

El 2 de junio de 1794 el Consulado celebra su primera sesión y se le

concede jurisdicción mercantil para el fomento de la agricultura, la

industria y el comercio. Entre las atribuciones del Secretario figura la de

“escribir cada año una memoria sobre los objetos propios de su instituto”,

donde Belgrano despliega una incansable actividad para mejorar la

situación general del Virreinato tales como:

- Reformar los abusos del comercio exterior y fomentar el interno,

reduciendo los gravámenes.

- Facilitar la navegación fluvial.

- Construcción de nuevos caminos como los de Catamarca y Córdoba,

Tucumán y Santiago del Estero, San Luis y Mendoza, Buenos Aires y

Chile.

Para ello organiza, junto con personal capacitado, viajes de

reconocimiento a las diferentes zonas, interesándose por la suerte de

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los nativos allí instalados y tomando nota de sus formas de vida, sus

cultivos y hasta las ventajas de su integración al comercio interno. Bajo

su inspiración, el Consulado comienza la construcción del muelle de

Buenos Aires conjuntamente con el sondeo del río y el reconocimiento

de la costa.

Con relación al fomento de la agricultura dice: “En todos los pueblos

(…) la agricultura ha sido la delicia de los grandes hombres y aún la

misma naturaleza parece que se ha complacido y complace en que los

hombres se destinen a ella (…) Dios ha prescripto a la naturaleza, no

tiene otro objeto que la renovación sucesiva de las producciones

necesarias a nuestra existencia”.

En la primera Memoria (junio 1796) realiza estudios económicos que van

más allá de su época. Sintetiza un vasto programa económico de fomento

de la agricultura, el libre comercio, como así también el desarrollo y

protección de la industria nacional. En “Medios generales de fomentar la

agricultura, animar la industria y proteger el comercio en un país

agricultor”, detalla las ventajas de un estudio experimental del suelo, la

rotación de cultivos, la selección de granos y además propone la creación

de una Escuela Práctica de Agricultores, como así también otra de

Comercio.

Tampoco se olvida de los habitantes más humildes:

“… Esos miserables ranchos donde se ven multitud de criaturas, que llegan

a la edad de la pubertad, sin haberse ejercitado en otra cosa que en la

ociosidad, deben ser atendidos hasta el último punto. Uno de los

principales medios que se deben adoptar a este fin son las escuelas

gratuitas, a donde puedan los infelices mandar sus hijos, sin tener que

pagar cosa alguna por su instrucción: allí se les podrán dictar buenas

máximas, e inspirarles amor al trabajo, pues un pueblo donde reine la

ociosidad, decae el comercio y toma su lugar la miseria”.

También se refiere a la educación de las mujeres:

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“Igualmente se deben poner escuelas gratuitas para las niñas, donde se les

enseñara la doctrina cristiana, a leer, escribir, coser, bordar etc. Y

principalmente inspirarles amor al trabajo, para separarlas de la

ociosidad, tan perjudicial, o más en las mujeres que en los hombres”.

La creación de escuelas de primeras letras para ambos sexos, tanto en la

ciudad como en la campaña se plantea en momentos en que en la colonia

del Río de la Plata existía una sola escuela solventada por la Corona de

España. No obstante, Belgrano, renueva sus esfuerzos para lograr distintos

establecimientos educativos.

Cuando en lugares tan progresistas como la Asamblea de París se discutía

sobre sí era o no conveniente destinar dineros y esfuerzos a la educación

de la mujer, Belgrano fue pionero en la defensa y dignificación de la

condición femenina, comenzando por su derecho inalienable a la

educación. En un mundo machista en el que la mujer quedaba relegada a

las tareas domésticas y a las de trabajadora peor remunerada, donde era

menospreciada por sus compañeros varones, él entendía que: “Por

desgracia el bello sexo que debe estar dedicado a sembrar las primeras

semillas lo tenemos condenado al imperio de las bagatelas y de la

ignorancia… a pesar del talento privilegiado que distingue a la mujer y que

tanto más es acreedora a la admiración cuanto más privado se halla de

medios de ilustrarse… La mujer es la que forma en sus hijos el espíritu del

futuro ciudadano”.

Belgrano pensaba que la primera tarea a emprender para construir un

país más justo consistía en modificar radicalmente el sistema educativo:

“Los niños miran con fastidio las escuelas, es verdad, pero es porque en

ellas no se varía jamás su ocupación; no se trata de otra cosa que de

enseñarles a leer y escribir, pero con un tesón de seis o siete horas al día,

que hacen a los niños detestable la memoria de la escuela, que a de ser

alimentada por la esperanza del domingo, se les haría mucho más

aborrecible este funesto teatro de la opresión de su espíritu inquieto y

siempre amigo de la verdad. ¡Triste y lamentable estado el de nuestra

pasada y presente educación. Al niño se lo abate y castiga en las aulas, se

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le desprecia en las calles y se le engaña en el seno mismo de su casa

paternal. Si deseoso de satisfacer su curiosidad natural pregunta alguna

cosa, se le desprecia o se le engaña haciéndole concebir dos mil absurdos

que convivirán con él hasta su última vejez”.

Belgrano sabía que si no se cambiaba el sistema, si no se producía un

mejor reparto de las riquezas, nada podía hacerse. “Tenemos muchos

libros que contienen descubrimientos y experiencias que se han hecho en

agricultura, pero estos libros no han llegado jamás al trabajador y a otras

gentes del campo”. Y agregaba: “¿Cómo se quiere que los hombres tengan

amor al trabajo, que las costumbres sean arregladas, que haya copia de

ciudadanos honrados, que las virtudes ahuyenten los vicios, y que el

Gobierno reciba el fruto de sus ciudadanos, si no hay enseñanza, y si la

ignorancia va pasando de generación en generación con mayores y más

grandes aumentos?. Pónganse escuelas de primeras letras costeadas por

los propios y arbitrios de las ciudades y Villas, en todas las Parroquias de

sus respectivas jurisdicciones, y muy particularmente en la Campaña,

donde, a la verdad, residen los principales contribuyentes aquellos ramos y

quienes de justicia se les debe una retribución tan necesaria. Obliguen los

Jueces a los Padres, a que manden sus hijos a la escuela, por todos los

medios que la prudencia es capaz de dictar”. Promovió, además, el

estudio de la historia porque: “Se ha dicho muy bien que el estudio del

pasado enseña cómo debe manejarse el hombre en lo presente y

porvenir… Nada importa saber o no la vida de cierta clase de hombres, que

todos sus trabajos y afanes los han contraído a sí mismo y ni un solo

instante han concedido a los demás”.

El 30 de marzo de 1799 se crea la Escuela de Náutica. Belgrano en su

carácter de Secretario Real del Consulado redacta el reglamento y nombra

a Pedro Cerviño como Director y a Juan Alsina como segundo. El 15 de

setiembre de 1806 es clausurada por Real Orden. La apertura de la

Academia de Dibujo, -cuyo verdadero nombre era Escuela de Geometría,

Arquitectura, Perspectiva y Dibujo- fue el 29 de mayo de 1799. Belgrano

también redacta su Reglamento inicial y designa a Juan Antonio

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Hernández como primer Director. La misma deja de funcionar en octubre

de 1804 por Orden Real del 26 de junio del mismo año. Mientras tanto, la

primer Escuela de Matemática se establece bajo protección del Consulado

a propuesta de Carlos O´Donell.

También propone premios a los trabajos agrícolas, a la industria y al

estudio, por ejemplo de quien pueda presentar un plan para forestar

jurisdicciones de la capital, introducir un nuevo cultivo provechoso,

aguadas permanentes en la campaña, preservar los cueros de la polilla o

realizar un estudio minucioso (lo que hoy llamamos censo) del estado de

la población de cada provincia del Virreinato, distinguiendo

características, habilidades, conformación del grupo familiar, ocupaciones,

cultivos, industrias, etc.

La historia del Consulado está íntimamente ligada a las necesidades de la

colonia y los anhelos de bien común, sirven para completar la imagen de

este Padre de la Patria cuya vida y acción constituyen un alto ejemplo de

la abnegación y sacrificio personal.

Durante doce años (1794-1806), sin dejar de cumplir sus obligaciones

administrativas y sus funciones de consejero económico, se entregó sin

medida a la tarea educativa, labor que ampliaría con la publicación de

traducciones, artículos periodísticos, gestiones públicas y privadas. Las

memorias fueron catorce, de ellas conocemos cuatro. Los libros de

Acuerdos del Consulado indican la materia tratada en casi todas.

Tradujo del francés y a través de la Imprenta de los Niños Expósito publicó

en 1796, los Principios de la ciencia económico-política. Dedicada al Virrey

Melo. La obra consta de una breve introducción redactada por Belgrano y

sigue con la exposición de principios de la nueva ciencia, escrita por “el

conde de C” y continúa con un instructivo sobre los fundamentos de la

fisiocracia. Para algunos historiadores Belgrano utilizó el seudónimo “El

conde de C”, para ocultar un escrito propio inspirado en la obra de Dupont

de Nemours “Origine et progres d´unescienbcenoubele“. Si bien los

fisiócratas consideraban que la prosperidad de los pueblos depende “de la

Page 23: Belgrano: Una mente brillante

21

instrucción regular y uniforme de todos los estados” y consideraba “la

educación aunque colocada en segundo orden entre las necesidades

naturales del hombre”, en realidad consistía en mantener, defender y

hacer prosperar a la sociedad, factor de primer orden.

Reconocida la importancia educativa y social de la enseñanza agrícola,

Belgrano cree indispensable para el ejercicio de las profesiones y para el

adelantamiento industrial, el aprendizaje del dibujo. La instalación de una

escuela de este género beneficiaría a “todo menestral para perfeccionarse

en su oficio: carpintero, cantero, bordador, sastre, herrero, y hasta los

zapateros no podrían cortar sus zapatos sin el ajuste y la perfección debida

si no saben dibujar”. Este estudio conviene a los “filósofos principiantes

que no entienden los planisferios de las esferas celestes y terrestres, ni los

armilares que se ponen para (estudiar) el movimiento de la tierra, y (de)

más planetas… y por consiguiente, a los dueños de las máquinas eléctricas

y neumáticas… al teólogo a quién le es indispensable algún estudio de

geografía… a los agrimensores… al médico quien entenderá con más

facilidad las partes del cuerpo humano que se ve y se estudia en las

láminas y libros de anatomía: en una palabra debe ser este conocimiento

tan general, que aun las mujeres lo debían tener para el mejor desempeño

de sus labores” .

Para proteger el comercio Belgrano propone abrir una escuela comercial

donde se desarrolle un plan de acuerdo a tres ciclos:

1.- Uno propiamente contable, donde se enseñe el modo de llevar las

cuentas, tener los libros, saber las reglas de cambio, atender la

correspondencia mercantil, etc.

2.- Otro jurídico, destinado a adquirir el conocimiento de las leyes de

navegación y de comercio, lo mismo que las normas sobre seguros.

3.- Otro económico, donde se instruya sobre la geografía económica y la

economía política.

Page 24: Belgrano: Una mente brillante

22

Complementaria a esta iniciativa sería la creación de una Escuela de

Náutica, cuyos cursos serían obligatorios para todo aquel que quisiese ser

patrón de lanchas o piloto de río.

CRONISTA

Manuel Belgrano se convirtió en el primer cronista de viajeros, aunque sus

experiencias escritas no fueran dadas a publicidad sino modestamente

relegadas a los documentos del Real Consulado. En lo que podríamos

llamar una de estas crónicas, el Secretario del Consulado registra la visita

del cacique Juan Rosales Yanpilangien, hijo del cacique Juan Caniulangien,

quien venía procedente de la banda occidental de la Cordillera de los

Andes. El cacique fue invitado al Consulado, lo cual se verificó el 6 de

octubre de 1804, siendo los anfitriones el mismo Belgrano, el prior

Francisco de Ugarte y el segundo cónsul Juan de Alsillal.

Belgrano lo sometió a un interrogatorio, donde saca información sobre sus

acompañantes, determinadas rutas recorridas por el viajero y el grado de

lealtad a la Corona. También pudo enterarse de hechos curiosos y valiosos

para el conocimiento toponímico de la Colonia, y advertirse del estado de

las relaciones entre españoles e indígenas.

Preguntado sobre los pasos que tenía la Cordillera de los Andes, el cacique

respondió que eran las de Valle Hermoso, Alico, Antuco, Villucura, Santa

Bárbara, Lonquimay, Llaima y Chague, "por donde pasó para venir de su

tierra".

El viajero contó que había salido con su primo hermano Juan de Dios

Dominguala y su sobrino Juan Lumullanca desde Truptu, arribando a poco

al Valle de Lama; "de Lama salimos a un llano llamado Leblonga de este

lado de la Cordillera, en la cual no encontramos más repecho que un alto

de tierra del tamaño de la Plaza Mayor, y lo pasamos con nuestras cargas

y se puede componer para carretas pues no hay ni una piedra". El dato era

Page 25: Belgrano: Una mente brillante

23

interesante: el valle de marras bien podía convertirse, con poco costo, en

una pequeña ruta para carretas, dada la carencia de accidentes

geográficos.

El cacique señala más tarde que Valle Grande era una zona "donde

siempre hay gentes y todo lo necesario para la vida, de carnes, aguas,

leñas, frutales y árboles muy grandes".

De la crónica se desprende la existencia de los ríos Ranchil y Naukien, y

que hacia el sur aparecía el río Limanleu, que se junta con el primero,

siendo prácticamente un dominio de los wichis. Sus costas eran

hospitalarias, repletas de árboles, frutos y carentes de piedras. Más hacia

el norte, sin embargo, se toparon con el río Wielen, de aguas turbias, que

hubo que vadear con las cargas.

El caminante le informó a los cónsules la existencia de una región llamada

Guada, muy abundante en calabazas silvestres, y de una laguna salina

cuyo nombre desconocía. Más hacia acá, un lugar denominado Fresco

parecía constituir un verdadero oasis, por disponer de leña y agua todo el

año en esteritos, lo que permitía la presencia de numerosos aborigenes.

Después de Nahuelcó, de salobres aguas, el cacique Yanpilangien reveló

que "siempre al Norte llegamos a una cuesta que se llama Curamalá, que

en lengua (indígena) quiere decir Corral de Piedra, que dicen los indios

vienen desde la mar, y vimos indios Pampas en un toldo o dos que tenían

más de 2.000 animales; de allí llegamos a otros toldos que se llaman

Guayquelen, que quiere decir Río Salobre, donde hay otra toldería; de allí

cortamos al Sur y llegamos a una laguna, cuyo nombre no me acuerdo, de

buena agua".

El fin del viaje era ya cercano, pues en compañía de un guía indio, los

viajeros enfilaron directamente hacia el sur, galoparon durante media

Page 26: Belgrano: Una mente brillante

24

jornada, arribaron a Inbaranga y por último, tras tres días de camino, a la

Guardia del Monte.

En los finales de la entrevista, el cacique dejó bien en claro que él había

aconsejado a los indios una relación estrecha y cordial con los españoles,

"y al fin se fue contentísimo dando señas nada equívocas de su afecto a la

nación".

LA FORMACIÓN INTELECTUAL DE BELGRANO

El dominio de lenguas como el francés, italiano e inglés, le posibilitan a

Belgrano el acceso directo a diversas fuentes de conocimiento, como el

contacto personal con autoridades y personajes relevantes de su época.

Tiene especial vocación por el estudio de la economía política, el derecho

público y dedica mucho de su tiempo de Secretario Consular a la atención

y fomento de nuevos sistemas y métodos de producción, dirigidos al logro

de un mayor rendimiento del suelo y mejores condiciones laborales del

campesinado. De ahí su inquietud por la difusión de los mismos, o el

establecimiento de centros que instruyan adecuadamente en sus

diferentes especialidades. Incluso, llega a recabar de la Corona el envío de

maestros especializados o el traslado de colonos a la Metrópoli a fin de

que adquieran allí la debida instrucción, solicitud inaudita para los

españoles peninsulares.

Su pluma de pensador profundo encuentra en el periodismo el medio más

apropiado de expresión, pero no debemos olvidar su enorme labor de

cronista, a través de las actas consulares, reflejo de sus esfuerzos por

lograr el mejoramiento general del virreinato. Siendo Secretario del Real

Consulado, Belgrano hace que ese cuerpo se suscriba a diferentes

periódicos europeos como el “Almanak Mercantil” y los madrileños

“Semanario de Agricultura” y “Correo Mercantil”.

Page 27: Belgrano: Una mente brillante

25

PERIODISTA

La idea de libertad aparece por primera vez en Buenos Aires en 1794, en la

obra de Belgrano, advertido de las nuevas doctrinas sociales y

económicas, que habrían de difundirse entre las clases cultas e inspirar su

acción. Cabe destacar que como antecedente a su actividad periodística ya

en 1796, Manuel Belgrano obtuvo una licencia para imprimir en la casa de

los Niños Expósitos un compendio cuyo texto traduce del francés, al cual

titula: “Principio de la Ciencia Económica-Política”.

Luego con el “Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e

Historiográfico del Río de la Plata” que sale a la calle el 1 de abril de 1801,

fundado y dirigido por el militar, abogado y escritor Francisco Antonio

Cabello y Mesa. Primero aparece dos veces a la semana (miércoles y

sábados) para luego transformarse en un semanario dominical. El mismo

surge con licencia oficial exclusiva y es sostenido por la suscripción de casi

doscientos lectores, una cantidad muy importante para la época. Es

importante recordar que el antecedente más antiguo del periodismo

colonial en el Río de la Plata, se halla en lo que paradójicamente también

se había llamado “Gaceta de Buenos Ayres”, la cual era manuscrita y

circulaba entre los pobladores de la ciudad en el año 1764.

Volviendo al “Telégrafo Mercantil…”, editado en Buenos Aires, estaba

destinado a la divulgación de ideas de interés general, artículos acerca de

la agricultura, el comercio, el progreso, los precios en plaza y los recursos

naturales y no deja de realizar audaces críticas dirigidas al poderoso

monopolio español.

Algunos historiadores sostienen que Belgrano es el inspirador de Cabello y

Mesa en la fundación de ese periódico y colabora en sus páginas junto a

Juan José Castelli, Julián de Leiva y Domingo de Azcuénaga entre otros.

En el N° 4 del 11 de abril de 1801, se escribe sobre la necesidad de

implantación de una fábrica de “Lonas y toda especie de telas, no sólo

para promover navegación mercantil que ya empieza a tener incremento

en estos puertos, sino para la armada y la navegación de la península en

Page 28: Belgrano: Una mente brillante

26

ciertos casos”. La memoria de estos hechos señala “solo sirven para

aplicarnos a remediarlos fomentando la agricultura, la industria y el

comercio”.

Propulsaba el crecimiento y mejora de los puertos del país para hacer un

comercio exclusivo por su abundancia y perfección, pues “nadie podrá

entrar en comunicación con nosotros”.

“En el fruto más abundante los cueros y pieles, tenemos pues cuanto

necesitamos para la curtiembre”, luego se refiere a la industria y todo lo

relativo a la misma, inclusive lo que era motivo de grave preocupación, la

polilla de los cueros, e indicaba cuánto se beneficiaban los comerciantes

que no eran del medio, con nuestras pieles y cuanto se fomentaría el

comercio nacional con la curtiembre de cueros.

En un párrafo reproducía este pensamiento: “Yo no me atrevo a decidir

pero si clamare ante esta ilustre Universidad, para que en la parte que le

toque medite y piense en lo mejor que puede traer utilidad a esta

Provincia, que se halla en la obligación de atender, pues de ser bien este

debe resultar el de la Madre Patria”.

Desde 1803 hasta 1807, Belgrano se ocupó, entre otros temas, del muelle,

la Escuela de Náutica, las invasiones inglesas y sus escritos económicos. En

las memorias del Consulado de los años 1804 y 1805, se refieren a los

viajes científicos por los ríos del virreinato, levantando sus planos

topográficos, y la necesidad de aumentar nuestra población. En la

memoria del año 1807 se refirió al comercio interior, aunque no se conoce

su texto, lo mismo que las de los años 1808 y 1809, que se suponen

dedicadas, la primera al plan estadístico del virreinato y la segunda a la

apertura del comercio con los países neutrales.

En la memoria que Belgrano realizó de los certámenes públicos de la

Academia de Náutica, en enero de 1806, y publicada en el “Semanario de

Agricultura” expresó: “el hombre inflamado por el deseo de

engrandecerse, comienza por ser pastor, sigue labrador y acaba siendo

Page 29: Belgrano: Una mente brillante

27

comerciante”.También impulsa el estudio de la matemática como ciencia

auxiliar del comercio.

Más adelante expresa: “conocida la necesidad de embarcaciones propias

para exportar nuestros voluminosos frutos, se auxilian de las matemáticas

que en todos los objetos exceden su poderío, y se levantan astilleros a las

márgenes de los ríos Paraguay, Paraná y Uruguay, y ya hemos visto que

surcaban sus aguas hermosas fragatas y otros buques que llegaron a la

Europa para ser la admiración del extranjero por sus exquisitas maderas,

tal vez alguna por su elegante construcción”.

A punto de cumplirse un año de su aparición comienzan ciertas rispideces

entre Belgrano y Cabello y Mesa, por lo que el Consulado le retira su

apoyo y el 17 de octubre de 1802 deja de publicarse. Se habían publicado

110 números y por orden del Virrey del Pino, es clausurado, a raíz de un

artículo considerado agraviante para las autoridades de la colonia, que

bajo el título de “Circunstancias en que se halla la provincia de Buenos

Aires e Islas Malvinas, y modo de repararse”.

Entre sus consideraciones el artículo decía: “El Rio de la Plata, además de proporcionar tantos y tan seguros Puertos para las operaciones del Comercio, es también abundante de pescados que no hay Viernes ó Vigilia que dexen de llegar á sus Plazas de 36 a 40 carretas cargadas, las cuales á las 10 horas de la mañana se retornan a sus casas… Esos Pescadores, y lo mismo los carniceros tienen la criminal costumbre de tirar pescado y carne sobrante, de forma que en la plaza mayor, en las calles, y paseos se encuentran diariamente multitud de estas especies corrompidas que exhalan muchos measmas venenosos, infinicionan el ayre puro, y causan muchas enfermedades. La sabia Policia no hay duda que aplicará toda su atención para corregir estos desórdenes”. Luego agregaba: “La parte del bello sexo, tiene a todo Europeo una

singular afición, y es tan abundante que estoy por asegurar que á cada

hombre le tocará una docena, y las mas, llena de mil encantos y gracias á

que es difícil resistirse. Víendose las mugeres, como he dicho, en tan

crecido número, y que a buen librar una de treinta es la que logra casarse,

o se queda en un forzado celibato, ó se corrompen. Los mas de los

Page 30: Belgrano: Una mente brillante

28

Europeos que llegan de España son muchachos á quienes el deseo de

hacer fortuna saca de sus casas y Patria, y por consiguiente, lo menos en

que ellos piensan es en casarse: viven en una libertad sin límites, y con la

esperanza de imitar á Fulano que vino de España de Marinero, o Grumete,

y volvió á ella rico, compro casas, y tierras, y al fin se caso con una moza

de su Pueblo, no acostumbrada á emplear las mas horas del día delante

del tocador, ó sentada en conversación en el estrado, sino connaturalizada

con el huso, la rueca, y cuya principal gala es regularmente un guardapiés

de carro, duroy, ó tafetán”.

Y describía a la ciudad de esta forma: “Encierra Buenos Ayre y sus

suburbios una multitud de Negros y Mulatos libres que solo sirven para

ocultar y proteger los Esclavos prófugos. Esta gente es proporcionada para

el establecimiento Malbinas, ahorrándose por este modo el desembolso

que hace el Rey para mantener aquella posesión la qual, ese susceptible

de cultura, y propagarse muy bien los Negros, a pesar de la mala fama que

tienen… Es verdad que en Malbinas no hay madera, pero todo su terreno

está cubierto de turba, la qual hace un fuego y brasas que no dexan

desear el mejor carbón. Abunda de aves, pescado marino, huevos de

pájaro Niño: se cria bien toda suerte de hortaliza á excepción de la que

necesita mucho calor. Hay una especie de Lobos marinos (en los años de

791, 92, 93, se extrageron once millones, y medio de pieles de estos

Lobos) que sin exágeracion, larga cada uno media pipa de aceyte, y son

tan abundantes sque se encuentran tendales de mas de 300 tan torpes

para huir y ofender que sin recelo se puede llegar a ellos y matarlos á

palos”.

Con relación a los pueblos originarios, entre otras cosas decía: “ En vestir

casi no hay diferencia de unos á otros. Se peynan con unos majitos de

yerbas, órayses muy duras, se untan la cabeza con grasa de caballo, y les

sale de ella una insufrible hediondez: comen los piojos, de cuyo género

abundan mucho. Los hombres y mujeres se pintan la cara con sangre, y

con almagres de diferentes colores, y además de la cara se pintan el

cuerpo, el que no descubren fácilmente las mugeres, que en esto son

Page 31: Belgrano: Una mente brillante

29

bastante recatadas, y sin embargo de no ser el vestido muy propio para

recatarse. La comida mas estimada por los Indios es el caballo, y

verdaderamente es carne de buen gusto, blanca, y tierna. Los Pampas la

comen casi siempre, y quando les van faltando los caballos, van á hurtar, y

siempre que tengan abundancia de ellos no comen otros animales. Los

Abucas comen también caballo, pero usan de otros alimentos además de

la caza, como son cabras, ovejas, ganado vacuno, semillas, y legumbres

que siembran. LosTeguelchus, comen pocos caballos, porque entre ellos

están escasos y los mas se mantienen de Gianacos, Gamas, Liebres,

Avestruces, Matacos, Javalies, Zorrillos, y no perdonan el Lobo marino.

Sacan de la tierra batatas silvestres poco mayores que avellanas, y las mas

grandes como nueces, las que comen crudas, y cocidas en agua… Aunque

todos son sumamente sucios, estos exceden a los otros, y solo tienen aseo

particular con la boca lavándola muchas veces en el discurso del dia. Se

levantan temprano, y su primera diligencia es irse junto al agua, y lavarse

repetidas veces la boca: y así aunque sean muy viejos conservan todos los

dientes muy iguales, blancos, y hermosos. Son por lo regular de mas talla,

y mas blancos que los Aucas, y Pampas, y no he visto ninguno calvo”.

Este trabajo publicado el 8 de octubre de 1802, atribuido a Cabello y

Mesa, en realidad había sido tomado de un manuscrito de Juan de la

Piedra, escrito en marzo de 1778, pero fue la excusa para que el Virrey lo

clausurara.

El “Semanario de Agricultura, Industria y Comercio”, bajo la dirección de

Juan Hipólito Vieytes, comerciante criollo, comienza a salir un mes antes

de la clausura del “Telégrafo Mercantil…”. Publica 218 números entre el 2

de setiembre de 1802 y el 11 de febrero de 1807. Esta publicación

también cuenta con el auspicio del Real Consulado y se transforma en su

vocero, difundiendo los beneficios de las teorías económicas vigentes en

Europa, compartidas por Belgrano.

En su primer número puede leerse: “La agricultura, bien ejercitada, es

capaz por sí sola de aumentar la opulencia de los pueblos hasta un grado

casi imposible de calcularse… Es excusado exponer la preeminencia moral,

Page 32: Belgrano: Una mente brillante

30

política y física de la agricultura sobre las demás profesiones, hijas del lujo,

y de la depravación de las sociedades…”.

El “Semanario de Agricultura…” deja de circular por la grave situación que

enfrenta Buenos Aires ante la amenaza de una nueva invasión de las

fuerzas inglesas acantonadas en Montevideo. Entre tanto, el 23 de mayo

de 1807, los ingleses inician en esa ciudad la publicación de un periódico

bilingüe (inglés-español) llamado TheSouthernStar (La Estrella del Sur) con

el fin de alentar a los criollos a independizarse de España, adoptando el

sistema de libre comercio que posibilite la introducción de los productos

británicos. Se publicaron solo siete números.

A todo esto, entre octubre de 1809 y enero de 1810, Cisneros dispone la

edición de la “Gaceta de Gobierno de Buenos Aires”, destinada a difundir

textualmente los documentos oficiales. Una medida del nuevo Virrey con

la intención de ganarse el apoyo de los criollos.

Transcurrido un tiempo de la desaparición del “Semanario de

Agricultura…” y destacando las buenas iniciativas de su fundador,

Belgrano escribe en el “Prospecto de Comercio” editado a principios de

1810:

“El ruido de las armas –en referencia a las invasiones inglesas- cuyos

gloriosos resultados admira el mundo, alejó de nosotros un periódico

utilísimo con que los conocimientos lograban extenderse en la materia

más importante a la felicidad de estas Provincias; tal fue el Semanario de

Agricultura, cuyo editor se conservará siempre en nuestra memoria,

particularmente en la de los que hemos visto a algunos de nuestros

labradores haber puesto en práctica sus saludables lecciones y consejos de

que no pocas ventajas han resultado”.

Desde las páginas del “Correo de Comercio” sostuvo la necesidad de

afirmar la libertad de prensa, dándola como base segura de toda

ilustración ciudadana:

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31

“Es tan justa dicha facultad –escribía Belgrano- como lo es de pensar y de

hablar, y es tan injusto oprimirla, como lo sería tener atados los

entendimientos, las lenguas, las manos o los pies de todos los ciudadanos.

Y continuaba: “Es necesaria para la instrucción pública, para el mejor

gobierno de la nación y para su libertad civil, es decir, para evitar la tiranía

de cualquier gobierno que se establezca.

“Sólo pueden oponerse a la libertad de prensa los que gusten mandar

despóticamente y que aunque se conozca, no se les puede decir; o los que

sean tontos, que no conociendo los males del gobierno, no sufren los

tormentos de los que los conocen, y no los pueden remediar por falta de

autoridad, a los muy tímidos, que se asustan con el coro de la libertad,

porque es una cosa nueva, que hasta ahora no han visto en su fuerza y no

están fijos y seguros en los Principios que la deben hacer tan amable y tan

útil.

“Pero quitarnos las utilidades de la pluma y de la prensa porque de ellas se

puede abusar, es una contradicción notoria y un abuso imperdonable de la

autoridad, y es querer mantener a la nación en la ignorancia, origen de

todos los males que sufrimos y el arma en que el tirano se confía”, para

agregar que: ”Sin esta libertad, no pensemos haber conseguido ningún

bien después de tanta sangre vertida y de tantos trabajos”.

En el “Correo de Comercio” que se editó del 3 de mayo de 1810 al 6 de

abril de 1811 bajo la dirección de Belgrano, éste reunió muchas de sus

ideas económicas e instruyó a la generación de Mayo en las ramas de la

agricultura, la industria y el comercio.

El “Correo” era un semanario del que se editaron 52 números, en él

Belgrano volvió a volcar muchas de sus ideas, ya expuestas en sus

“Memorias” del Consulado. Surgen en sus páginas el continuo estímulo a

la colonización y la promoción de la agricultura, la ganadería, el comercio,

Page 34: Belgrano: Una mente brillante

32

y la industria. También expone descripciones geográficas, labores rurales,

y temas literarios.

En el número uno figura una dedicatoria a los labradores y luego

reflexiones sobre el comercio indicando la mayor importancia del exterior

sobre el interior, y considerando la plata y el oro como “frutos del país” y

se cita a Adam Smith expresando: “un país que no tiene minas, debe por

necesidad arrancar la plata y el oro de países extranjeros, del mismo modo

que el que no tiene viñas conduce el vino que necesita consumir” y agrega:

“¡Labradores, que con vuestros afanes y sudores proporcionáis a la

sociedad precisa subsistencia, los frutos de regalo y las materias primas

para promover lo necesario a los trabajos provechosos al Estado!

¡Artistas, vosotros que dando una nueva forma a las producciones de la

Naturaleza, sabéis acomodarlas para los usos diferentes a que

corresponden, y les añadis un nuevo valor con que enriquecéis al Estado, y

aumentaís su prosperidad!

¡Comerciantes, que con vuestra actividad agitais el cambio, así interior

como exteriormente, y por vuestro medio se fomenta la agricultura e

industria, y el Estado recibe las utilidades con que poder atender a sus

necesidades y urgencias!”.

Continúa haciendo referencia a este tema en el número dos de ese

semanario con argumentos de la “Representación de los Hacendados”.

Bajo el título de “Navegación” se llama la atención sobre el puerto de

Ensenada de Barragán, en la provincia de Buenos Aires, y sus

posibilidades.

Escritos con cautela, al mismo tiempo que con adulación al virrey,

inculcaban en el pueblo sentimientos de dignidad y rebeldía. “Esos

papeles –decía– no eran otra cosa más que una acusación al gobierno

español, pero todo estaba y así creíamos ir abriendo los ojos a nuestros

paisanos, tanto fue que salió uno de mis papeles titulado “Origen de la

grandeza y de la decadencia de los imperios”, en vísperas de la Revolución,

que así contentó a los de nuestro partido como a Cisneros, y cada uno

Page 35: Belgrano: Una mente brillante

33

aplicaba el ascua a su sardina, pues todo se atribula a la unión y desunión

de los pueblos”.

Desde el primer número del “Correo de Comercio”, Belgrano había

sentado el valor del comercio y la importancia del oro y la plata como

signos de conversión. Pero muy prudentemente advertía que el dinero “es

en realidad un fruto idéntico a los demás, del mismo modo que ellos se

conducen a los mercados para tener en cambio las especies que desean

conseguirse por su medio”.

A través del “Correo de Comercio” Belgrano también manifestaba que

estaba sirviendo de “ilustración en unos países donde la escasez de libros

no proporcionaba el adelantamiento de las ideas a beneficio del particular

y en general de los habitantes”.

Y escribió en el Nº 15: “la Nación China está dando a todos los del mundo

conocido un ejemplo constante de lo que es el comercio interior auxiliado...

es inmenso y el externo insignificante, respecto a la extensión del

Imperio... su población es de 333 millones... y todo su giro se ejecuta entre

sus habitantes, ascendiendo las ventas del Imperio a 250 millones de

pesos, según estados publicados por Sir Jorge Stauton en Inglaterra...”.

Para Belgrano era necesario modificar la estructura social: “tres millones

de habitantes que la América de Sud abriga en sus entrañas han sido

manejados y subyugados sin más fuerza que la de rigor y capricho de unos

pocos hombres”.

“Verdad es que la industria se establece por sí misma, y que sería

perjudicial para un país agricultor violentar los brazos de sus habitantes

hacia este preciso ramo, pero también lo es igualmente que habiendo

muchas manos que por débiles son del todo ineptos a las otras

profesiones, se las debe incluir precisamente hacia el trabajo, así porque

no devoren en la ociosidad el fruto del sudor del que trabaja, como porque

acrecentándose el valor a las producciones rudas de la tierra, se

Page 36: Belgrano: Una mente brillante

34

aumentaría con la misma proporción el capital comerciable de la

provincia, y con él su riqueza permanente”

Todos debían trabajar para evitar la injusticia social, reiteraba a través de

sus artículos y memorias, para facilitar una correcta distribución entre los

habitantes donde se podían plasmar correctamente derechos y

obligaciones.

Manuel Belgrano estaba cargado de ideas y proyectos. Enamorado de un

país inventado en reuniones clandestinas antes de que estallara el 25 de

mayo de 1810. Allí se juega el destino de sus sueños.

Resulta interesante advertir que en el número del 14 de abril de 1810, se

inaugura en el “Correo de Comercio” una sección parecida a la actual

“carta de lectores”, que se repetirá en distintos números. Ese día se

publica la “Carta de un labrador a los Editores”, dónde se da vigencia a la

doctrina fisiocrática de Belgrano. La riqueza de una Nación se cimenta en

el trabajo, “… en la copia de brazos que aplicar al trabajo útil”, dice la

carta. Esa es la razón por la cual debe fomentarse permanentemente la

labor agrícola “… como único manantial de subsistencia: en su virtud se

han establecido escuelas en la Campaña para mejorar la educación, y con

ella introducir amor al trabajo; se ha respetado la propiedad del labrador

como un bien sagrado, a que no se han atrevido las manos poderosas…”

La reparación de caminos, la construcción de puentes, apertura de

canales, establecimiento de riegos, introducción de máquinas, se

estimulan para facilitar la labranza y el transporte de productos y agrega:

“Así se ha conseguido el ver poblado los campos, cubiertas las heredades

de inmensas producciones; a sus habitantes alegres en medio de la

ocupación y la abundancia; desterrada la lóbrega mendiguez y la siempre

detestable ociosidad; arraigarse la virtud y desconocerse los vicios y los

crímenes que degradan la dignidad del hombre”.

Page 37: Belgrano: Una mente brillante

35

Según los estudios científicos realizados a fin de conocer su origen, todo

indica que la doctrina socio-económica que la sustenta, como su estilo

literario, son elementos que pueden señalar a Belgrano como su autor.

El mismo día se publica un artículo titulado “Estadística”, donde se

destaca la importancia de cierta ciencia en el conocimiento del suelo a fin

de fomentar adecuadamente la cultura, la industria y el comercio de una

Nación. Puede advertirse que en algunas actas del Consulado, se refleja la

iniciativa del Secretario, advirtiendo la necesidad de elaborar un

reglamento topográfico de las provincias del virreinato y su interés por las

condiciones naturales que ofrecen sus territorios, de las poblaciones

establecidas y sus recursos.

En la primera plana del sábado 19 de mayo de 1810 escribe: “… basta la

desunión para originar las guerras civiles, para dar entrada al enemigo por

débil que sea, para arruinar el Imperio más floreciente”. Palabras

premonitorias de las futuras situaciones que viviría nuestro país.

En el número 28, del sábado 8 de setiembre de 1810, en plena marcha del

proceso revolucionario, se continúa un artículo sobre el comercio donde

expresa: “La riqueza real de un Estado es el más grande grado de

independencia en que está de los otros para sus necesidades y el de mayor

sobrante que tiene para exportar” y expone los siguientes principios

comerciales de los ingleses:

* “La exportación de los superfluos es la ganancia más clara que puede

hacer una nación”.

* ”El modo más ventajoso de exportar las producciones superfluas de la

tierra, es ponerlas ante con otra o manufacturadas”.

* ”La importación de mercancías que impidan el comercio de las del país, o

perjudican el progreso de sus manufacturas y de su cultivo, lleva tras si

necesariamente la ruina de una nación”.

Page 38: Belgrano: Una mente brillante

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* ”La importación de las mercaderías extranjeras de puro luxo a cambio

de dinero quando este no es un fruto del país como es el nuestro, es una

verdadera pérdida para el Estado”

* ”Es un comercio ventajoso dar sus baxeles a flete a las otras naciones”.

En el número siguiente, se refiere al comercio interior, haciendo

interesantes reflexiones sobre la necesidad del legislador de frenar la

producción de artículos de lujo y “aliviar con franquezas y privilegios la

parte que sufre”.

En el número 31, del 29 de setiembre de 1810, divide a los comerciantes

en tres categorías: “Regatones”, aquellos que compran las producciones

para revenderlas en pequeñas partes a los ciudadanos. Resultan más

cómodos que necesarios y frenan parte del comercio interno.

Los “Manufactureros”, que dan forma a las materias, dando trabajo y

conduciendo a un grupo de hombres; califica a esta categoría de muy

necesaria.

Finalmente, están los “Negociantes”, que hacen “pasar al extrangero las

producciones de su patria, para cambiarlas por otras producciones

necesarias o por el dinero” y agrega: “Esta profesión es muy necesaria

porque ella es el alma de la navegación y aumenta las riquezas relativas

del estado”.

En el número siguiente (32) se refiere a la agricultura, destacando que los

pueblos sólo la utilizan como subsistencia, para cubrir sus necesidades,

han vivido en “el temor de sus miserias y las han experimentado a veces”,

pero aquellos que la han tomado como objeto de comercio han gozado de

una abundancia muy sostenida. Cita el ejemplo de Inglaterra y su

enriquecimiento por la exportación de granos y el fomento de la

navegación.

En los números 34 y 35 se refiere a la construcción de “almacenamiento

de trigo” para “entretener la abundancia en el reyno” y los problemas que

plantea son aplicables a la falta de silos en nuestro país.

Page 39: Belgrano: Una mente brillante

37

En el número 37 se refiere a la entrada de materias prima extranjeras y

dice: “Quando se puede esperar recogerlas con su propio fondo en

cantidad suficiente y que ellas no necesitan un poco de favor en el precio

para animar la agricultura, la proporción del derecho debe entonces

reglarse sobre las necesidades de las manufacturas y sobre el valor que

falta al cultivo”. Y agrega: “Quando una materia prima entre en alguna

forma que también podría haberse dado por la nación que la compra, no

es justo que entre transformada como si no tuviese nada de obra… las

manufacturas deben dar a las tierras de un estado el mayor valor posible y

a sus hombres la mayor abundancia de trabajo”.

En el número 39 de fecha 24 de noviembre de 1810 se refiere a la

navegación y expresa: “Toda nación, que dexa hacer por otras una

navegación que podría emprender ella misma, disminuye sus fuerzas

reales y relativas a favor de sus rivales”.

En el número 40 del 1° de diciembre de 1810 refiriéndose al comercio

marítimo dice: “Si una nación navega por otra, o abarca el monopolio de

sus mercaderías, que viene a ser lo mismo, la agricultura y las

manufacturas de ésta serán restringidas a animadas según el interés que

encontrará en ella la primera” , es decir que el trabajo del pueblo y los

recursos del estado vendedor, estarán en mano del estado navegante y

finaliza: “De donde se puede concluir que la salud y la conservación de un

estado exige que no dexen jamás entrar a los extranjeros en concurrencia

con sus navegadores en la exportación de sus producciones, ni en la

importación de las mercaderías de quai no hay necesidad”. Refiriéndose a

los puertos expresa: “la abundancia de los buenos puertos es una de las

mayores incitaciones para la navegación”.

Mayor originalidad reviste una “Proclama a los Cochabambinos”, de

Francisco Javier Iturri Patiño, en la edición del 23 de febrero de 1811,

impresa a dos columnas, en quechua y español.

Siendo Brigadier General de Ejército, un año después, publica en Tucumán

un semanario que llama “Diario Militar del Ejército Auxiliador del Perú”,

Page 40: Belgrano: Una mente brillante

38

donde divulga las noticias de carácter militar, referentes a las alternativas

de la campaña: aunque como diario de operaciones no desestima los

principios morales que, en la opinión de Belgrano, debía impartirse a la

tropa. La redacción se confía al general chileno Manuel Antonio Pinto y a

Patricio Sánchez de Bustamante, secretario del comandante en jefe. Entre

el 10 de julio de 1817 y el 31 de diciembre de 1818 se publican 78

números. La vocación periodística de Belgrano se extiende con igual

sentido didáctico ya sea ante el soldado o ante el hombre común, siempre

con profunda abnegación y con un profundo y constante esfuerzo con el

fin de alcanzar los objetivos más caros al espíritu humano.

Manuel Belgrano jamás renunció a la lucha que inició en 1810. Su

proyecto no sólo es indispensable para modificar el presente, sino

también su pasión para transformar las individualidades a partir de la ética

y la coherencia de los dirigentes. En la hora actual, donde se intenta

mostrar a líderes y revolucionarios falsos, que imponen sus ideas y

convicciones, cuando el rumbo de la Nación está a la deriva, se les debe

mostrar a los ciudadanos que Belgrano tenía un proyecto de país,

principios éticos a los que nunca renunció y una pluma con la que expresó

todos sus pensamientos.

El Dr. Manuel Belgrano advirtió desde siempre la formidable ventaja que

podía esgrimirse con la prensa y, en ese sentido, es un auténtico precursor

del periodismo argentino. Su pluma resultó temible porque –sin manejar

la ironía, un elemento profesional que aparecería más tarde– desnudó

una estructura y preparó los ánimos para las grandes reformas que se

avecinaban en la ya bullente Buenos Aires colonial. Su penetrante

percepción le hizo advertir que la libertad no es un fin en sí mismo, sino

un alto y digno medio para el bien común. Por lo tanto, respetar la

libertad, protegerla y alentarla, es un deber de todos.

Lo fundamental de la obra de Belgrano se cumplió durante los 16 años en

que formó parte del Consulado. Como Secretario permanente adquirió

prestigio y posición. Siguió desarrollando sus ideas comerciales hasta poco

Page 41: Belgrano: Una mente brillante

39

después del movimiento de Mayo, pero luego la patria le exigió

improvisarse como general de sus ejércitos.

Dentro de la extensa obra de Belgrano podemos indicar los siguientes

puntos:

1.- Libertad progresiva del comercio marítimo: que dirigió con sus ideas y

realizaciones acompañado por Juan José Castelli, Hipólito Vieytes,

Mariano Moreno, Antonio de las Cajigas, Francisco Antonio de Escalada y

Pedro Cerviño, entre otros patriotas.

2.- Fomento de la Marina Mercante: Comprende la creación de la Escuela

de Náutica y el proyecto de la creación de una Compañía de Seguros

Marítimos, además de numerosos artículos periodísticos e ideas

progresistas.

3.- Conocimiento, evaluación y difusión de los intereses marítimos.

Belgrano fue el primero en reconocer la magnitud de nuestras riquezas

marítimas. Las comentó y las hizo conocer entre sus compatriotas. La

pesca, los cetáceos y otros animales del mar, ocuparon su fecunda pluma.

4.- Fomento de Puertos y tareas de hidrografía y seguridad marítima.

Dentro de lo que comprende: la Construcción del Muelle de Buenos Aires;

la jerarquización de los puertos de Barragán, Maldonado y Carmen de

Patagones, el balizamiento, el establecimiento de embarcaciones

salvavidas, limpieza de los puertos de Buenos Aires y Montevideo,

construcción de faros y aprovechamiento del Río Negro entre otros.

5.- Dirección de guerra de las embarcaciones corsarias del Consulado de

1801 a 1805.

6.- Influencia de sus ideas marítima en Rivadavia, Sarmiento y Roca.

LA VIDA EN LA COLONIA

Buenos Aires era una colonia. Tenía calles anchas y algunas estaban

empedradas, la gran mayoría eran de tierra, lo que representaba un gran

Page 42: Belgrano: Una mente brillante

40

problema y complicaciones los días de lluvia. Las casas contaban con

pesadas puertas y ventanas con rejas. La habitaban gauchos, negros,

mulatos, españoles, criollos, gente de a pie y a caballo. Una de las

diversiones predilectas de los chicos de la colonia era jugar a la bolita,

remontar barriletes, las nenas jugaban con muñecas de trapo o de cuero.

Jugaban a la rayuela, el gallito ciego, la escondida y a buscar sapos.

Sólo los varones estudiaban y las clases se daban entre las 7 y las 10 de la

mañana, almorzaban en sus casas y seguían entre las 15 y 17 hs. La

educación era sólo para las clases acomodadas y los maestros eran

hombres. Para las chicas no había colegios. En sus casas aprendían las

tareas del hogar. Algunas recibían clases particulares o les enseñaban a

tocar algún instrumento musical. Las chicas se casaban a los 14 o 15 años

con maridos elegidos por sus padres. Las familias eran muy numerosas y

estaban integradas por los padres, hijos, tíos, abuelos y esclavos. La

comida era el puchero, realizado con carne vacuna, gallina, chorizos,

morcillas, papas, porotos, garbanzos y cebollas. En la mesa los chicos no

podían hablar, ni siquiera para pedir más comida.

El gaucho consumía asado, debido a la abundancia de ganado salvaje y en

general se cocían directamente sobre las brazas los trozos de carne sin

cuerear.

Existían las pulperías, lugares similares a los almacenes ubicados al

costado de los caminos, donde se vendía vino, tabaco, yerba, azúcar, miel,

jabón y legumbres. En las pulperías los parroquianos jugaban a los dados,

las cartas, la perinola y en algunos casos a la riña de gallos, donde los

asistentes hacían sus apuestas. También se armaban guitarreadas, bailes y

payadas. Los que asistían a esos encuentros sociales no pertenecían a las

clases acomodadas del virreinato, sino que eran los “gauchos” y “chinas”

nacidos del mestizaje entre los blancos europeos y los indios americanos.

Se bailaba en los pisos de tierra debajo de la sombra de los árboles o a la

luz de las fogatas. El blanco era llamado “el patrón”.

Page 43: Belgrano: Una mente brillante

41

Por su parte, la población de raza blanca, que obtenía certificado de

“pureza de sangre”, organizaba en distintas casas tertulias y bailes todas

las noches. Concurrían las “niñas” de la ciudad vestidas con sus galas. Las

que no estaban comprometidas se sentaban todas juntas para poder

charlar o bailaban el vals, la danza europea de moda, con los jóvenes más

distinguidos. La música provenía del clavicordio y en algunos casos de la

guitarra. La concurrencia era atendida por esclavas negras que

participaban de la reunión como “sirvientes”. Otras de las distracciones

era ir al café, el teatro y la plaza de toros.

Uno de los grandes acontecimientos eran las fiestas religiosas, donde se

llevaban a cabo grandes procesiones por las calles de la ciudad. Se iba a

misa todos los días y no se festejaba el cumpleaños el día del nacimiento,

sino el día de su santo. No había muchos médicos y abundaban los

curanderos. Los primeros médicos diplomados en el país egresaron en

1808 del Real Colegio de Medicina y Cirugía dirigido por Cosme Argerich,

recibido bajo la supervisión del Protomedicato de Madrid.

La mayoría de las casas eran de un solo piso, construidas con adobe. Sus

ventanas no contaban con vidrios ni telas para frenar el viento. El vidrio

era un artículo de lujo que se podía conseguir importándolo de Europa,

trámite que duraba de cuatro a seis meses.

Desembarcar en el puerto de Buenos Aires era una verdadera odisea. No

había muelles, por lo que pasajeros y mercancías eran bajados de los

barcos hasta unos lanchones que los llevaban hacia donde el río hacía

playa. Allí eran trasbordados a carros y carretas que los dejaban en tierra

firme.

La población de origen afro que existía en Buenos Aires, superaba el 20%

de las casi 30.000 personas que vivían en la ciudad portuaria. Los negros

argentinos fueron una parte sustancial e indispensable de la lucha por la

Page 44: Belgrano: Una mente brillante

42

independencia, al punto que llegaron a cubrir másdel 65% de los puestos

de batalla en las tropas comandadas por Belgrano y San Martín.

BELGRANO CONTINÚA TRABAJANDO

Belgrano sigue trabajando para lograr plasmar sus ideales. Mientras

refuerza sus influencias sobre las milicias porteñas, persuade a su entorno

de la conveniencia de llevar a cabo sus principios contra la autoridad

española: “… y la conferencia vino a proporcionarme el inducirlo a que

levase a ejecución la idea que ya tenía de franquear el comercio a los

ingleses en la costa del Río de la Plata, así para debilitar a Montevideo,

como para proporcionar fondos para el sostén de las tropas, y atraer a las

provincias del Perú por las ventajas que debía proporcionarles el Tráfico”.

Lamentablemente las circunstancias se tornan adversas cuando intenta

enviar a Liniers un informe completo con la intención de llevar a la

práctica aquellas medidas. Momento en que llega a Buenos Aires un

ayudante de Cisneros quién se encontraba en Montevideo camino a

Buenos Aires.

Cisneros debía tomar el mando a principio de Julio y ya estaba enterado

de los movimientos secretos de los porteños que deseaban la

emancipación y oponerle resistencia. Belgrano se encuentra entre ellos y

no duda en enfrentar resueltamente a Liniers, quién era el encargado de

entregarle el mando.

“Los ánimos de los militares estaban adheridos a esta opinión; mi objeto –

escribe Belgrano- era que se diese un paso de inobediencia al ilegítimo

gobierno de España, que en medio de su decadencia quería dominarnos;…

conocí que Liniers no tenía espíritu ni reconocimiento a los americanos que

lo habían elevado y sostenido…”

Page 45: Belgrano: Una mente brillante

43

El fracaso del intento no lo hace cesar en su objetivo; el proyecto

carlotista no se abandona todavía, vuelven a iniciarse las negociaciones y

se renuevan las esperanzas con el arribo a Buenos Aires de Felipe

Contucci, emisario y favorito de la infanta Carlota y Belgrano dice: “…

tomé el partido de entregarle dos cartas que tenía para él de la infanta

Carlota. Las puse en sus manos y le hablé con toda ingenuidad: le hice ver

que no podía presentársenos época más favorable para adoptar el partido

de nuestra redención, y sacudir el injusto yugo que gravitaba sobre

nosotros”.

Belgrano aguarda la llegada de Saavedra –que no desestima sus ideas

pero manifiesta que debe meditar el proyecto- mientras arriba Juan

Martín de Pueyrredón, quién le manifiesta sobre la reunión que la Junta

de Comandantes celebraría en su casa a las once de la noche.

Durante las dos reuniones que se llevan a cabo tanto Saavedra como

Martín Rodríguez no desean que Cisneros asuma como Virrey. Pero los

jefes españoles presentes, exigen conocer el parecer de Belgrano y la

temerosa indecisión de varios de los integrantes llevan el plan al fracaso.

El desaliento lleva a pensar a Belgrano que es imposible que aquellos

hombres trabajen unidos por la libertad del país y que jamás lograrán

elaborar un proyecto que los conduzca a alcanzar el verdadero interés

general. Decide entonces, abandonar la reunión, seguro de que luego,

será perseguido por haber manifestado con su “… deseo de que

formásemos una de las naciones del mundo”. Después de ese episodio,

Pueyrredón –que había participado activamente en el proyecto carlotista-

fue tomado prisionero en el cuartel de Patricios y Belgrano se ocupa de

facilitar su liberación.

La incertidumbre invade las mentes de los patriotas, sin embargo el

sentimiento de oposición al régimen continúa y se fortalece entre los

criollos, civiles y militares

Page 46: Belgrano: Una mente brillante

44

Belgrano continua manteniendo correspondencia con la princesa Carlota y

el 9 de agosto de 1809 en un extenso informe le manifiesta la difícil

situación por la que atraviesa el puerto ante la llegada del nuevo virrey, de

lo beneficiosa que sería su presencia como Regente de estos dominios y le

anuncia, además, el viaje que realizará Pueyrredón a Río de Janeiro.

La princesa Carlota ignora totalmente al enviado de Buenos Aires,

haciendo que las ideas de los criollos tomen diversos causes con el anhelo

de relevar al régimen tanto opresor como decadente y ya sin autoridad.

LA CASA DE LOS NIÑOS EXPÓSITOS

Para defender las Colonias Españolas del Atlántico Sur de las expediciones

militares que Portugal, Francia y Gran Bretaña venían realizando, Carlos III

crea en 1776 el Virreinato del Río de La Plata, abre el puerto de Buenos

Aires a la navegación directa con España y envía a 9.000 soldados a la

ciudad, apenas habitada por 28.000 personas.

La presencia de tantos hombres en tránsito, produjo un significativo

aumento de embarazos no deseados, con el consecuente abandono de

numerosos recién nacidos, según el Virrey Vértiz, expuestos por sus

deslizadas madres a la caridad pública.

El 14 de julio de 1779, exactamente 10 años antes de la Revolución

Francesa, el Virrey Vértiz dispone la apertura de la Casa de Expósitos para

que estos hijos ilegítimos puedan educarse en el Santo Temor de Dios y ser

hombres útiles a la Sociedad, según fundamenta en carta al Rey. La Casa

tenía como modelos la Inclusa de Madrid, fundada por Felipe IV en 1623

para cuidar a los menores abandonados en dicha ciudad y la de Lima, en

1590. Se asemejaba a las Casas de Expósitos de Méjico y Santiago de Chile,

casi contemporáneas a la de Buenos Aires. Vértiz tenía experiencia directa

en esta problemática por haber sido juez de menores.

Page 47: Belgrano: Una mente brillante

45

La Junta de Temporalidades, creada para administrar localmente los

bienes de los Jesuitas recientemente expulsados de América, la

desaparecida Compañía, ofrece una parte de la luego conocida

como Manzana de las Luces, que los Jesuitas habían comenzado a

construir en 1622, la esquina parcialmente demolida en 1936 para abrir la

Diagonal Sur, de San Carlos y San José (hoy Alsina y Perú) en ese momento

Arsenal de Guerra, como edificio para la Casa Cuna, y el alquiler de nueve

pequeñas propiedades frente a la Plaza Mayor, (casas redituantes) como

presupuesto para su funcionamiento. De este primer edificio de la Casa

quedan en pie dos salas que hoy se usan para el Mercado de las Luces, una

galería de artesanías y antigüedades.

El 7 de agosto de 1779 Martín de Sarratea, su primer Director, en la hoja

inicial del libro de ingresos, anota junto a la frase de subido paternalismo

autoritario todo debe hacerse para el pueblo y nada por él, a la primera

expósita admitida, una afrodescendiente bautizada Feliciana Manuela.

No era fácil entonces conseguir recursos suficientes en la comunidad

porteña, golpeada por las dificultades económicas producidas por la

expulsión de los industriosos jesuitas y la declinación del Imperio Español.

Vértiz echó mano por eso a toda su fértil imaginación. En 1781, con el aval

del Rey, dispuso trasladar a la Casa de Expósitos a costa de no pequeños

gastos, la imprenta que los Jesuitas habían hecho en la Misión de Loreto y

que estaba abandonada en los sótanos del Colegio Montserrat de

Córdoba, desde la expulsión de la Compañía en 1767, dándosela en

concesión a Silva Aguiar, para que la recaudación de su trabajo reforzase

el magro presupuesto; pero con su tecnología primitiva y lo reducido de

sus tiradas no pudo competir, ni en precio ni en calidad, con los impresos

llegados de España.

Recién a comienzos del siglo XIX, con la impresión de los sucesivos

periódicos y piezas literarias producidas en Buenos Aires, la imprenta fue

rentable. En ella se imprimieron hasta las esquelas que invitaban al

Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810, los bandos y proclamas

Page 48: Belgrano: Una mente brillante

46

elaboradas a raíz de la Reconquista y Defensa de Buenos Aires frente a los

ingleses, y las de los primeros Gobiernos Patrios.

Algunos trabajos religiosos se imprimieron en latín, pero los documentos

propios de la administración virreinal y las publicaciones de información

general y de política, que superaban las censuras virreinal y eclesiástica, se

hacían en castellano, guaraní, aymará o quechua. Fue tanta la importancia

política de esta imprenta que ingleses y portugueses, cuando dominan

Montevideo, se apresuran a traer sus propias imprentas para

contrarrestarla.

Para compensar el escaso rédito de la imprenta, se le agregaron

recaudaciones de funciones teatrales a beneficio, en el Teatro de la

Ranchería luego Coliseo de Comedias, con obras de autores locales, como

Labardén, que pudo estrenar su drama Siripo.

El esfuerzo de sostener la Casa de Expósitos, facilitó entonces la

producción periodística, literaria y teatral de la Ciudad, con evidentes

consecuencias en la formación cultural e ideológica y en la toma de

conciencia, de la comunidad en la que crecía la idea de la Independencia.

LAS CALLES

Promediando 1790 –gestión del Virrey Arredondo- se construye el primer

empedrado con piedras provenientes de la isla Martín García. La primera

pavimentación se efectuó en la calle del Cabildo (hoy Alsina) y Victoria

(actual Bolivar) concretando planes y propósitos del Virrey Vertiz, quién

tuvo iniciativas de valores en función del adelanto edilicio de la ciudad.

La administración de obras, sobre cuya importancia huelgan comentarios

fue ejercida por el insigne Miguel de Azcuénaga y durante su gestión (que

duró seis años) llegaron a empedrarse unas cuarenta cuadras, lo que

representa un magnífico resultado, teniendo en cuenta lo precario de

Page 49: Belgrano: Una mente brillante

47

recursos, movilidad y personal (presos) utilizados en la medida de lo

posible.

Recién en 1868 se utilizaron adoquines en lugar de piedras, y en 1893 se

hizo el adoquinado sobre bases de hormigón.

Por muchos años las referencias a casas, esquinas o calles sólo se debieron

a la inventiva popular que las tomaba o acreditaba por tales o cuales

causas que recordaban algún acontecimiento.

En realidad, corresponde al gobernador Miguel de Salcedo la primera

iniciativa para denominar las calles en 1734 y autorizar el primer

nomenclador de la ciudad. Esos primeros nombres instituidos

correspondían a santos o motivos vinculados con la iglesia católica. El

sistema duró hasta que Santiago de Liniers dispuso el cambio de nombre a

numerosas calles, para instituirles otros correspondientes a patriotas,

criollos y españoles que habían luchado contra el invasor inglés. Luego de

la Revolución de Mayo, el Cabildo tomó igual determinación y así

surgieron en la nomenclatura los nombres de los héroes de la gesta

emancipadora.

A Liniers corresponde haber dispuesto la numeración de las casas. Y

uniendo nomenclador y numeración, digamos que ambas referencias se

fijaron sobre tablitas escritas a tiza y otras con cal sobre las paredes, ya

que el erario no permitía otros lujos ni existían mejores posibilidades.

Luego de numerosos ensayos y en razón de que la edificación aumentaba,

se fueron desechando tipos de numeración hasta que en 1894, por una

orden municipal, se adoptó el sistema de disponer cien números para

cada cuadra, sistema que rige hasta la actualidad.

Page 50: Belgrano: Una mente brillante

48

CONTEXTUALIZACION HISTORICA

Después del regreso al país de Belgrano, en 1791, hasta su muerte en

1820, España vivió casi continuamente en guerra. Breves períodos de paz,

no alcanzaban a recuperarla del debilitamiento general de su poderío.

En 1793, a raíz de la ejecución de Luis XVI, España se alió contra Francia,

su aliada casi permanente desde el Pacto de Familia y se puso al lado de

Austria, Prusia e Inglaterra.

El 22 de julio de 1795, España se separó de Inglaterra y sus otros aliados y

firmó la paz con Francia. Pronto se restauró la alianza galo-hispana. Por el

tratado de San Ildefonso de agosto de 1796, ambas naciones se unían

definitivamente. España entró así nuevamente en guerra con Inglaterra y

obtuvo algunos triunfos pero fue derrotada por el genio de Nelson, en la

batalla naval de San Vicente el 14 de febrero de 1797.

En cuanto a Francia, la victoria de Abukir demostró al joven e impetuoso

Napoléon, la importancia del poder naval. Si bien a principios de 1801 se

firmó la paz de Lunerville y España abandonó la lucha que reiniciaría luego

con Portugal.

Francia e Inglaterra reanudan hostilidades en 1803. España ayudando a

Francia mantuvo una neutralidad sospechosa hasta 1804 al ser atacada

por Inglaterra una división que fue despojada de sus caudales. Esta guerra

duró hasta 1808. Durante la misma Inglaterra conquistó el centro de los

mares en Trafalgar y Buenos Aires fue atacada dos veces por los ingleses

en 1806 y 1807.

Al invadir Napoleón a España y levantarse el pueblo español, Inglaterra se

alió con aquella y cooperó con la primera derrota del genio de Córcega,

expulsado y vencido a fines de 1813. Al terminar la guerra Peninsular, la

armada española solo tenía unas pocas naves en actividad.

Todos estos acontecimientos repercutieron sobre Buenos Aires y su

comercio. Las naves españolas eran insuficientes para hacer frente al

poderío naval inglés. Los comerciantes más liberales pedían entonces

Page 51: Belgrano: Una mente brillante

49

libertad de comerciar con los neutrales o aliados para salvar la angustiosa

situación. Los monopolistas pedían que aquellas ventajas fueran anuladas.

En 1779 durante la guerra de Emancipación de los Estados Unidos, España

intervino contra Inglaterra y el Río de la Plata quedó aislado de la

metrópoli y sin recursos. La situación fue planteada por el virrey Vértiz

quien sugirió comerciar con los barcos portugueses. El Rey autorizó el

comercio con naves neutrales, y con mercaderías que no se producían en

España.

Los portugueses se hicieron cargo del tráfico y al estar ligados a los

ingleses desde principios de siglo, significó que siguieron enviado, hasta

1873, sus mercaderías al Río de la Plata, de forma legal y violando la

disposición de producción en España. El comercio rioplatense creció en

tráfico y volumen con excelentes recaudaciones aduaneras. Es lógico

reconocer que las mercaderías españolas no podían competir con las

inglesas. La revolución industrial traía aparejado una mayor producción, a

costos más baratos y de mejor calidad. Se preferían las mercaderías

inglesas que entraban por vía legal o de contrabando.

En esos años la recaudación de la Aduana de Buenos Aires era similar a los

ingresos de la Aduana de Lima y en 1783 logró superarla, convirtiéndose

en el puerto más importante por su comercio en América del Sur.

El principal renglón de exportación de Buenos Aries era el cuero de

ganado vacuno y caballar. Se exportaban también sebo, tasajo, astas,

crines, pieles de nutria, plumas de avestruz y se importaban textiles, vinos,

aguardientes, artículos manufacturados, zapatos, sombreros, artículos de

perfumería y por su puesto esclavos. La carne salada no adquirió mayor

volumen hasta fines de siglo.

Otro punto de interés en este período, antes de la creación del Consulado,

es la creación de la “Real Compañía de Pesca”. La presencia de loberos y

balleneros, ingleses y norteamericanos habían devastado nuestro mar

austral, costas patagónicas y Malvinas con total impunidad.

Page 52: Belgrano: Una mente brillante

50

España consolidó con presencia permanente sus derechos patagónicos y

en 1779 fundó el Puerto de San José, en el golfo de ese nombre en Chubut

y más tarde Carmen de Patagones en Río Negro. En 1780 Antonio de

Viedma fundó las poblaciones de Deseado y Floridablanca. De estas

fundaciones sólo subsistió Carmen de Patagones. Floridablanca fue

abandonada en 1784. Deseado fue refundado en 1807 y San José fue

destruida por un malón el 7 de agosto de 1810.

PRIMERA INVASIÓN INGLESA

A mediados de 1806 Buenos Aires se vio conmovida por la primera

invasión inglesa. Ocupada la ciudad por la audacia de Pophan y las fuerzas

comandadas por Beresford. Recordamos las ideas de Sir Home Popham

sobre el comercio de Buenos Aires, expuestas en partes remitidos a la

oficialidad y que expresaban:

I°) Que el comercio marítimo se hace con naves mercantes

norteamericanas y portuguesas, estas últimas cubriendo a casas españolas

y francesas con su pabellón.

II°) Que el contrabando es de gran volumen y permitido por los mismos

funcionarios españoles que debían combatirlo.

III°) Que el Río de la Plata puede surtir de carne salada a las Antillas, el

Cabo, la India y al Mediterráneo.

IV° Que también en las Antillas se las puede surtir de maíz y harina, que

juntamente con la carne salada podrían competir y hacer bajar los precios

de esas mercaderías provenientes de los Estados Unidos de América.

V°) Que se introducen 2.000 esclavos por año en el país y que dos tercios

siguen viaje con destino al Perú. Este comercio ha sido realizado por los

portugueses y podría serlo por los ingleses.

La toma de Buenos Aires, produjo un gran entusiasmo en Londres y casi

un centenar de naves mercantes se aprestaron y zarparon rumbo al Río de

la Plata. Cuando amarraron a nuestras costas ya la ciudad había sido

Page 53: Belgrano: Una mente brillante

51

reconquistada, pero los comerciantes ingleses trataron entonces de

vender sus mercaderías a menor precio.

Entre las medidas adoptadas por Beresford, se encuentra declarar el

“libre” comercio. El consulado porteño, mientras tanto había tenido una

activa participación en la guerra contra los corsarios ingleses, no la tuvo

igual cuando el invasor ocupó la capital servilmente le prestó juramento y

obediencia.

Belgrano se excusó de esa medida que le repugnaba y la evitó viajando a

la capilla de Mercedes en la Banda Oriental.

Cuando Buenos Aires fue reconquistada, el Consulado votó la prohibición

de comerciar con neutrales y la permanencia de buques extranjeros en

aguas del Río de la Plata. A esta medida se opuso Juan José de Lezica.

Los ingleses habían sido expulsados, pero su poder naval les permitía

permanecer en nuestras aguas, reunir más de 10.000 hombres en varias

expediciones y volver a atacar, apoderarse de Montevideo, el mejor

puerto del Plata y tratar de ocupar por segunda vez Buenos Aires. Las

autoridades inglesas, una vez asentadas en Montevideo, abrieron el

puerto a los navíos mercante cuyos capitanes esperaban ansiosos el

momento de desembarcar y vender sus cargamentos de géneros y

productos manufacturados. Los derechos de aduana fijados fueron muy

bajos y alrededor de 2.000 comerciantes y empleados ingleses

irrumpieron en la plaza. Montevideo no podía absorber tanto giro

comercial y entonces se recurrió al expediente comercial de siempre, la

introducción de mercaderías de contrabando en Buenos Aires, a través del

Delta y el puerto de las Conchas.

SEGUNDA INVASIÓN INGLESA

El segundo ataque inglés a Buenos Aires fracasó ante la heroica y férrea

defensa de las pocas tropas veteranas, los improvisados milicianos, el

pueblo, los esclavos y hasta los niños. Las rentas de aduana cayeron

estrepitosamente debido a la guerra.

Page 54: Belgrano: Una mente brillante

52

Después de la hora tan gloriosa de Buenos Aires, los ingleses permanecían

en Montevideo y las mercaderías seguían entrando de contrabando. Es

importante destacar lo expuesto por el Secretario de Estado inglés de la

Cartera de Guerra, Vizconde de Castlereagh, quién después de las

invasiones dijo: “Hasta podría dudarse de si las silenciosas e

imperceptibles operaciones del intercambio comercial ilícito que

mantenemos con aquella porción del mundo durante la guerra, serían más

operantes y beneficiosas cuando los abordamos sólo como comerciantes

que cuando la abordamos como enemigos, lo cual presta al gobierno local

nuevas energías que, con seguridad, le permitan hacer cumplir mejor las

disposiciones prohibitivas contra nuestro comercio”.

La introducción de efectos ingleses de contrabando, sin embargo, produjo

una situación de crisis en el virreinato. Los productos de comercio interior

hacia Buenos Aires, habían sido reemplazados por los ingleses. También

desde las invasiones se acrecentó la rivalidad comercial y política entre

Buenos Aires y Montevideo, iniciándose un largo proceso que terminaría

con la separación de la Banda Oriental.

BELGRANO Y LAS INVASIONES INGLESAS

Inglaterra y Francia se enfrentaban hacia fines del siglo XVIII y el conflicto

arrastraba a España que en silencio era aliada de la segunda. Esta

situación desencadenará más tarde en el Río de la Plata una serie de

acontecimientos que además de afectar el sistema colonial hispano darán

a nuestro pueblo la primera oportunidad de manifestar su soberanía. Es

aquí donde Manuel Belgrano hace sus primeros ensayos militares.

Dado las informaciones que llegaban de Europa, las colonias del Río de la

Plata se encontraban amenazadas por Portugal o el Imperio Británico,

naciones fuertemente aliadas en ese momento. Estos acontecimientos y

obedeciendo órdenes directas de la corona se designa a Belgrano como

capitán de las milicias urbanas. Esto acontece el 7 de marzo de 1797 y se

trata, por el momento de un título honorífico, ya que no tendrá la

posibilidad de una actuación directa. Apenas iniciado el siglo XIX, y ante la

Page 55: Belgrano: Una mente brillante

53

necesidad de mercados exteriores, Gran Bretaña lanza expediciones

corsarias hacia toda la América española para abrir nuevas plazas al

comercio inglés. La Corte española advierte el peligro en que se hallan sus

posesiones y ordena la organización de la defensa, sabiendo que el Río de

la Plata carece de tropas adiestradas.

A principios de junio de 1806 un vigía de Maldonado avista la presencia de

naves enemigas, entonces el Virrey Marqués de Sobremonte, concentra

las tropas regulares en la Banda Oriental y en Buenos Aires, designando a

Belgrano capitán graduado agregado al Batallón de Milicias Urbanas,

asignándole la formación de una compañía de caballería integrada con

jóvenes del comercio porteño, que serán instruidas por oficiales

veteranos.

“… los busqué, dice Belgrano, no los encontré, porque era mucho el odio

que había a la milicia de Buenos Aires; con lo cual no se había dejado de

dar algunos golpes a los que ejercían la autoridad, o tal vez a esta misma

que manifestaba demasiado su debilidad”.

Unos 8.000 ingleses desembarcaron en Quilmes el 26 de junio

encontrando la resistencia de un centenar de milicianos con escasa

instrucción en el terreno militar. Las defensas de la ciudad, que cuenta con

poco más de 40.000 habitantes, son casi nulas y Belgrano en su

Autobiografía recuerda los momentos vividos:

“Se tocó la alarma general, y conducido del honor volé a la fortaleza,

punto de reunión; allí no había orden ni concierto en cosa alguna, como

debía suceder en grupos de hombres ignorantes de toda disciplina y sin

subordinación alguna: allí se formaron las compañías, y yo fui agregado a

una de ellas, avergonzado de ignorar hasta los rudimentos más triviales de

la milicia, … no habiendo tropas veteranas ni milicias disciplinadas que

oponer al enemigo, venció éste todos los pasos con la mayor felicidad…

todavía fue mayor mi incomodidad cuando vi entrar a las tropas enemigas

y su despreciable número… esta idea no se apartó de mi imaginación y

Page 56: Belgrano: Una mente brillante

54

poco faltó para que me hubiese hecho perder la cabeza: me era muy

doloroso ver a mi patria bajo otra dominación…“

William CarrBeresford comandaba las tropas inglesas que se dirigían hacia

la capital, mientras el Virrey Sobremonte, considerando inútil toda

defensa, dispone el envío de todos los caudales hacia Córdoba. El día 27

los ingleses ocupan el fuerte de Buenos Aires. El 2 de julio se firma la

capitulación y el jefe inglés toma juramento de fidelidad a su Majestad

Británica, a todas las autoridades civiles y militares entre las que se debía

encontrar Belgrano:

“Me liberté de cometer, según mi modo de pensar, este atentado, y

procuré salir de Buenos Aires casi como fugado; porque el general se había

propuesto que yo prestase juramento, habiendo repetido que luego que

sanase lo fuera a ejecutar; y pasé a la banda septentrional del Río de la

Plata, a vivir en la capilla de Mercedes”.

La ciudad pronto se transformó en centro de conspiraciones para acabar

con el dominio inglés. Desde Montevideo, al mando de Santiago de

Liniers se comienzan a organizar distintas acciones. Belgrano se entera en

su retiro del proyecto y cuando se dispone a pasar a la capital para

participar de la lucha, recibe la noticia de la heroica Reconquista de

Buenos Aires, producida el 12 de agosto de 1806. Beresford capitula y

Belgrano regresa a Buenos Aires.

Un cabildo abierto reunido el 14 de agosto le retira al Virrey el mando

militar que recae sobre Liniers, quien dispone la organización de cuerpos

armados para asegurar la defensa de la plaza. Los habitantes de Buenos

Aires comienzan a agruparse según su origen, bajo el mando de Liniers.

Belgrano, por su parte, participa activamente en la formación de los

cuadros, mientras decide tomar lecciones sobre milicias y manejo de

armas:

“Todo fue obra de pocos días –dice- me contraje como debía, con el

desengaño que había tenido en la primera operación militar, de que no era

lo mismo vestir el uniforme de tal, que serlo”.

Page 57: Belgrano: Una mente brillante

55

Sobremonte lo designa como Sargento Mayor de la Legión de Patricios

voluntarios urbanos de Buenos Aires el 8 de octubre. Mientras tanto, la

repercusión en Londres, mueve a los británicos a extender las acciones a

otros puntos del continente, pero el grueso de sus fuerzas es destinado al

Río de la Plata.

A fines de 1806 una nueva expedición inglesa llega a las costas

rioplatenses. El 3 de febrero de 1807, conducidos por el Brigadier General

Samuel Auchmuty, ingresan a Montevideo. Buenos Aires envía refuerzos

pero la plaza es tomada a pesar de la heroica defensa.

Ante la necesidad de reasumir como Secretario del Consulado Belgrano

solicita su baja de Patricios “… quedando por oferta mía, dispuesto a servir

en cualquier acción de guerra que se presentase, dónde y cómo el

gobierno quisiera…”

Representantes del Cabildo, la Audiencia y los jefes de las milicias de

Buenos Aires destituyen al Virrey por su desastrosa actuación y mientras

Liniers es confirmado comandante Militar de Buenos Aires, la Audiencia

asume el poder político.

Mientras tanto, los ingleses con más de 10.000 hombres y una poderosa

flota de apoyo, se aseguraron la posesión de Maldonado y Colonia en la

Banda Oriental. El 28 de junio de 1807, el Teniente General John

Whitelocke desembarca sus tropas en las inmediaciones de la Ensenada

de Barragán e inicia la marcha con 8.000 hombres hacia la capital de

Buenos Aires, que alertada del gran despliegue, comienza a organizar su

defensa. Manuel Belgrano revistaba como Ayudante de Campo del Cuartel

Maestre General Balbiani.

Los porteños sufren una derrota el 2 de julio en los Corrales de Miserere,

pero luego bajo la dirección de Martín de Alzaga primero y más tarde de

Liniers, ofrecen una heroica defensa. Belgrano también participó y su jefe

manifestó en su informe:

Page 58: Belgrano: Una mente brillante

56

“… estuvo pronto al toque de generala, salió a campaña, donde ejecutó

mis órdenes con el mayor acierto en las diferentes posiciones de mi

columna, dando con su ejemplo mayores estímulos a su distinguido

cuerpo, me asistió en la retirada hasta la colocación de los cañones en la

plaza, tuvo a su cargo la apertura de la zanja en las calles de San Francisco

para la mejor defensa de la plaza, y lo destine a vigilar y hacer observar el

mejor arreglo inmediatas a Santo Domingo, donde ha acreditado su

presencia de espíritu y nociones nada vulgares con el mejor celo y

eficiencia para la seguridad de la plaza, hallándose en ellos hasta la

rendición del General de Brigada Crawford, con su plana mayor y restos de

la columna a su mando abrigada en el convento de dicho Santo

Domingo…”

El 6 de julio Whitelocke capitula. Los nativos armados son orgullosos

vencedores, llenos de gloria, habían dado pruebas suficientes de su

conciencia formada. El sistema colonial español estaba en crisis y la

independencia de estos dominios se consideraba remota. Belgrano, al

mantener una conversación con el Brigadier General Crawford, ya

prisionero, en prolijo francés ambos coinciden en que aunque mediara la

protección de Inglaterra “… nos faltaba mucho para aspirar a la empresa…

y he ahí que sin que nosotros hubiésemos trabajado para ser

independientes, Dios mismo nos presenta la ocasión…”

BERESFORD Y LA PLATERÍA QUE SE LLEVÓ

Durante las invasiones inglesas no faltaron complacientes que derivaron

en cierto colaboracionismo con el enemigo. Algunas familias acomodadas

recibieron muy cordialmente a los apuestos oficiales ingleses de Albión.

Beresford, por ejemplo, recibía como muestras de admiración, ricos

dulces, fundamentalmente el de leche, zapallo y sidra en magníficas

dulceras y fuentes de plata. Luego de consumir los dulces encajonaba las

dulceras y fuentes y las enviaba a Inglaterra.

Page 59: Belgrano: Una mente brillante

57

En el año 1817 formo parte de una misión diplomática a Río de Janeiro y

conversando con un amigo, recordaba su estadía en Buenos Aires y los

gratos recuerdos que conservaba de los ricos dulces y dulceras, como

también las bandejas de plata en las que se las presentaban y él remitía a

Inglaterra. El amigo le manifestó que no era de buena costumbre

quedarse con la platería de las familias rioplatenses. Al regresar a

Inglaterra Beresford tomó la lista de las mujeres y familias que les habían

dado la platería y como agradecimiento, les envió pendientes, abanicos,

encajes y diversos presentes pidiéndoles disculpas por ignorar las

costumbres, pero no les devolvió ninguna de las piezas que había recibido.

ACTIVIDAD LITERARIA

La población criolla sobre todo, se inquieta y apasiona después de sus

triunfos provocando el nacimiento de la poesía en el Río de la Plata.

Décimas y letrillas anónimas, sátiras irreverentes, salen a flor de pluma y

de labios. Prego de Oliver, Gabriel Ocampo, Miguel Belgrano, Pantaleón

Rivarola, componen odas y sonetos junto a Vicente López que escribe El

Triunfo Argentino, a Nicasio Gallegos, Oda a la Defensa de Buenos Aires, y

otros poetas de renombre en España y América. De toda aquella

producción efímera merecen un recuerdo: Romance de la heroica

Reconquista y Romance de la gloriosa Defensa que publica Pantaleón

Rivarola, porque anuncian un sentimiento patriótico que no tardará en

hacerse evidente.

La obra de los enciclopedistas franceses, el ejemplo de la Revolución

Norteamericana y de la Francesa, han hecho su labor de simiente.

Hombres como Moreno, Paso, Belgrano, Castelli, Monteagudo, Rivadavia,

salen a luz: el pueblo escucha y forma ejércitos. Y la lira -según la frase de

Juan María Gutiérrez- se coloca a la altura de la espada.

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58

En dos libros se halla recopilada la obra que el momento produjo: La lira

argentina, de Ramón Díaz y la Colección de poesías patrióticas, realizada

bajo la sugerencia de Rivadavia. En ellas encontramos los nombres de

Vicente López, Juan Ramón Rojas, Esteban de Luca, Juan Crisóstomo

Lafinur, Fray Cayetano J. Rodríguez, Juan Cruz Varela, José Agustín Molina,

Fray Camilo Herríquez (chileno), Bernardo Vera y Pintado y Bartolomé

Hidalgo (uruguayo). Coplas, vidalas, cielitos anónimos, se dejan oír,

acompañados de guitarras en los fogones, en las pulperías y en los

campamentos.

Con el ejército de Belgrano salen estas canciones populares rumbo al

norte, atraviesan los Andes, y llegan al Ecuador, y son aprendidas por los

soldados de Bolivar y Sucre.

Muchas se han perdido, otras se han recogido en cancioneros -como el de

Estanislao S. Zeballos o el de Justiniano A. Carranza- y pueden leerse

Cielitos de la Patria, Cielitos de la Independencia, Cielitos de Maipú,

Canciones del Ejército del Alto Perú, Canciones del Ejército Libertador de

Chile, y el más intenso de todos, el Cielito a la venida de la expedición

española al Río de la Plata, seguramente debido a la pluma popular de

Bartolomé Hidalgo.

José Antonio Miralla, llamado "el forastero en su patria", salió de Buenos

Aires en 1809, recorrió América y Europa, peleo por la libertad de Cuba,

hizo labor de periodista y dejó una meritoria obra de poeta original y

traductor del inglés. Merece citarse su elegía "A la temprana muerte de

William Wiston”.

Vicente López, es antes que nada, el autor del Himno Nacional, vibrante y

encendido del fuego libertario. Escribió otras poesías patrióticas y

bucólicas. Entre aquellas: el “Triunfo Argentino”, “A la vitoria de

Suipacha”, “A la victoria de Maipú”; y entre otras: “Oda a la Armonía de

Page 61: Belgrano: Una mente brillante

59

los cielos” y “Delicias del labrador”. Todo muy inferior al “Himno Nacional”

que lo ha hecho inmortal.

Más personalidad presenta, sin escapar a la actitud de seudo clásico, Juan

Cruz Varela, que tratará la obra de Rivadavia. De la época es también José

Agustín Molina, sacerdote que escribió poesías místicas en un instante de

lucha y Domingo de Azcuénaga, fabulista que satirizó a los nuevos ideales.

El montevideano Bartolomé Hidalgo, hombre de pueblo, en la parte

popular de su obra -ya que la otra es de imitación, como la de todos-

presenta caracteres más imperecederos. Continuador de Maciel y

Rivarola, comparte con el mendocino Juan Gualberto Godoy, la poesía

gauchesca del momento. Con sus Cielitos y sus “Diálogos patrióticos”,

presenta una poesía original, netamente rioplatense por momentos plena

de brío y fuerza. Hidalgo –que se desempeñaba como peluquero- posee

frescura y espontaneidad, su lenguaje es rico en color y resulta el más

humilde de los poetas.

Entre los prosista, apuntaremos el nombre del Deán Gregorio Funes,

actúo en la Revolución. Publicó: “Historia Civil de las Provincias Unidas del

Río de la Plata”, escrita en prosa de estilo claro y conciso.

Juan Ignacio Gorriti, verbo de la Junta y en los Congresos Constituyentes

de los derechos de las provincias, autor de Reflexiones sobre las causas

morales de las convulsiones interiores de los nuevos estados americanos y

examen de los medios eficaces para reprimirlos, un compendio de la vida

pública del autor. En este libro editado en Chile, Gorriti aboga con estilo

oratorio, por la educación popular y la democracia.

Mariano Moreno, el alma de la Revolución de Mayo, fundador de la

“Gaceta de Buenos Aires” y de la Biblioteca Nacional, es autor de una serie

de artículos de pujante prosa, recopilados por su hermano y biógrafo

Manuel Moreno, aparecidos en Londres el año 1836 junto a artículos

Page 62: Belgrano: Una mente brillante

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periodísticos, La Representación del Hacendados y el Plan de Operaciones

-de autenticidad discutida- fruto de su fervor combativo y fuerza

revolucionaria.

Otro hombre de acción es Bernardo Monteagudo, que colaboró en la

Gaceta de Buenos, fue su director después de Moreno, Funes y Agrelo.

Fundó “Martir o Libre” y levantó la antorcha del fogoso secretario de la

Primera Junta. Sus “Memorias Políticas”, sus “Cartas a Bolivar” y demás

escritos -memorias, cartas, ensayos, traducciones- dejados caer la pasar

de su vida aventurera revelan a un prosista de primera magnitud, fuerte y

sincero.

El teatro de esta época, traduce admirablemente el espíritu que la anima.

El pequeño Coliseo -después teatro Argentino-, un galpón con techo de

cinc, se agranda, inflamado por el espíritu de la Revolución. En él, por

primera vez en Buenos Aires, se oyen gritos de libertad, en él se canta en

coro el Himno Nacional, en él sale la multitud enardecida, dispuesta

a ejecutar grandes acciones. El teatro es una escuela de heroísmo. Los

autores españoles son sustituidos por Alfieri, Moliére, Metastasio,

Corneille, Voltaire, Shakespeare, y por autores locales, como el actor

indígena Ambrosio Morante, gran animador del momento, que escribe:

“La batalla de Tucumán”, “Siripo y Yara”,

“TupacAmaru”,“CorneliaBororquia”. Otros autores, Santiago Spencer

Wilde, autor de comedias, Manuel Belgrano, sobrino del General escribe

“Molina”, tragedia hispano-incaica. El chileno Camilo Henríquez, es autor

de “La Patriota de Sur América”; José Manuel Sánchez escribe: “Arauco

Libre” y “El nuevo Coupolican”.

Además obras de autores anónimos: El Hipócrita Político, comedia de

intención combativa; La Libertad Civil, La Acción de Maipú, el sainete

popular: las Bodas de Chivico y Pancha.

Page 63: Belgrano: Una mente brillante

61

Traducciones de Bernardo Vélez Gutiérres, Ambrosio Mitre, Bernardo

Monteagudo, Juan Ramón Rojas,piezas como El Triunfo de la Naturaleza,

Roma Libre o La Jornada de Marathon, destinadas a levantar el espíritu

heroico del pueblo.

Los actores, ya criollos, sienten el espíritu que anima a este teatro y se lo

trasmiten a sus espectadores. Allí está Ambrosio Morante, animador y

director, actor, autor y traductor; Ventura Ortega, Francisco Cáceres,

Francisco Velarde y los dos mejores artistas: Trinidad Guevara y Juan

Aurelio Casacuberta.

Los directores mentales de la Revolución de Mayo se habían dado cuenta

que no sólo en los campos de batalla se debatían los problemas de la

emancipación, y era preciso llevar a los pueblos la nueva conciencia que a

esos directores empujaba por nuevos caminos.

Fray Camilo Henríquez, desde El Censor, predica un teatro político que

sirva a los ideales de la Revolución. "El teatro -escribe- debe respirar odio

a la tiranía y amor a la libertad".

Se funda la Sociedad del Buen Gusto en el Teatro, para que sirva de

censora estética no política. Forman parte de ella, los hombres más cultos

como López, Henríquez, Luca, Rojas, Núñez, Wilde, Vélez Gutiérrez. Lo

godo, lo colonial, lo que exalte a la monarquía es rechazado para aceptar

lo americano, lo que cante a la libertad y al pueblo. Están vinculados los

recuerdos de las manifestaciones del entusiasmo por la libertad de los

primeros años de la Revolución. Allí, la juventud entusiasta que se

preparaba a la lucha cubriéndose la cabeza con el gorro frigio, símbolo de

las ideas democráticas. Allí también, se reunían vestidas con los colores

del cielo, las madres y esposas de los héroes y las víctimas de la nueva

causa.

Page 64: Belgrano: Una mente brillante

62

Los clubes y sociedades constituyen otro foco de irradiación cultural y

libertaria. Mencionaremos la Sociedad Patriótica fundada desde las

primeras horas de la Revolución por Mariano Moreno. Luego la Sociedad

de Monteagudo, con sede en el famoso Café de Marco. La Sociedad del

Buen Gusto en 1817. La Sociedad Literaria que dirige Julián Segundo de

Agüero funda los semanarios El Argosde Buenos Aires y La Abeja

Argentina.

Nunca como en esta época el arte literario se halló tan compenetrado con

la vida pública argentina. Ser escritor en aquel momento era llenar una

función, y los más sobresaliente del momento, no fueron sólo escritores,

sino que su pluma y su vida estuvieron confundidas en el mismo fuego y a

él se entregaron.

La cultura del pueblo había desterrado del teatro la "tonada" sevillana

para dar lugar a las interpretaciones de Mozart y Rossini, aunque este

ambiente superior sólo era una ilusión creada por un puñado de hombres

cultos. Esto era Buenos Aires, con un suburbio casi salvaje a las pocas

cuadras de la Plaza de Mayo. El resto del país, colonial aún, y muy distinto,

a los intereses que fermentaban en Buenos Aires.

COMERCIO EN MANOS BRITÁNICAS

Producida la Revolución de Mayo, la Junta Provisional de Gobierno rebajó

los derechos de exportación de frutos del país. Esta tendencia a disminuir

derechos de exportación siguió en 1811 y se acrecentó con el Reglamento

sancionado el 21 de enero de 1812.

El comercio exterior, en su gran mayoría, pasó a manos británicas debido

a que su marina mercante y su comercio eran mayores que los del resto

de las naciones del mundo, y porque aquí no había marinos, teníamos

pocos buques y era necesario crear una marina mercante nacional. Como

consecuencia del libre comercio, Buenos Aires y Río de Janeiro quedaron

rebasados de productos ingleses. Cabe destacar que en enero de 1810

Page 65: Belgrano: Una mente brillante

63

había frente al puerto de Buenos Aires 50 naves inglesas repletas de

mercaderías.

Terminado el comercio con los países neutrales en forma dispositiva, pero

continuando en la práctica y por necesidad con “permisos” y restricciones,

el último vibrante alegato sobre una mayor libertad de comercio lo

expresó Pedro Cerviño con motivo de la inauguración oficial de la

Academia de Náutica, el 25 de noviembre de 1795. Belgrano leyó el acta

constitutiva y Cerviño pronuncio una fogosa argumentación al señalar

que: “Con frutos y marina haremos un comercio activo; nuestras

relaciones mercantiles tomarán la extensión de que son capaces; ya no

seremos comisionistas serviles de los extranjeros; nuestras embarcaciones

irán a los puertos del norte, los fletes que hasta ahora han utilizado y dado

fomento a la marina de los enemigos del Estado, se difundirán en la nación

y la harán rica y opulenta”.

Este discurso provocó una reacción entre los monopolistas y Alzaga

califico sus teorías de “insolentes, heréticas y subversivas”. Trato por todos

los medios que el discurso no fuera impreso, pero el virrey no opinó lo

mismo y se lograron publicar algunos ejemplares.

Belgrano, en 1802, hace un cálido elogio de Cerviño al inaugurar los

certámenes públicos de la Academia de Náutica.

EL PROYECTO “CARLOTISTA”

Luego de los tres años de las invasiones inglesas los criollos continúan

manteniendo un clima de conspiraciones, incertidumbres, a las que se

suman muchas y diversas indecisiones. Las informaciones llegadas desde

Europa sobre la ocupación Francesa a España, proporcionan el ambiente

favorable para que en las colonias se acelere el proceso de independencia

y Belgrano manifiesta: “… los americanos empiezan por primera vez a

hablar con franqueza de sus derechos….”

Precisamente, el 6 de junio de 1808, Napoleón había proclamado Rey de

España a su hermano José y llevado a Francia conducido, en calidad de

Page 66: Belgrano: Una mente brillante

64

detenido, a Fernando VII y a su familia. Por su parte, José Bonaparte llega

para imponer una nueva constitución que los españoles no aceptan. Ante

esta situación estalla una sangrienta insurrección y comienzan a

organizarse distintas juntas de gobierno.

Mientras tanto, en Portugal, atentos al consejo del ministro inglés Lord

Strangford, se comienza a pensar en trasladar la corona a Brasil, -en ese

momento colonia portuguesa- para evitar caer bajo el poder napoleónico

y contar con la protección de Inglaterra. La princesa Carlota Joaquina de

Borbón, hermana de Fernando VII y esposa del príncipe Juan, heredero de

la monarquía portuguesa, llega a Río de Janeiro.

A todo esto, en el Río de la Plata, Liniers es confirmado, por las

autoridades españolas, como Virrey interino en diciembre de 1807,

actitud que los criollos advierten con gran inquietud. Liniers, tiene

actitudes de gobierno vacilantes y Napoleón, queriendo aducir derechos

sobre estas tierras, envía al Marqués de Sassenay, que en 1808 viene a

buscar el reconocimiento de José I, hermano de Napoleón, como rey de

España. Dicha propuesta es rechazada y el Virrey duda en proclamar la

jura de Fernando VII. Esta situación provoca la separación de Montevideo,

estableciendo una junta a cargo de Francisco Javier de Elio.

Mientras tanto, Belgrano comienza a trabajar en el establecimiento de un

gobierno nacional, independiente de España. En 1808 y 1809 es el

referente de un grupo de porteños que proyecta coronar a la princesa

Carlota Joaquina de Borbón como Reina de la Plata….

Ahora bien, dedicaremos las próximas líneas a destacar el sentido de estos

principios sustentados por Belgrano y que durante toda la breve historia

argentina ha sido tan cuestionado. No olvidemos fundamentalmente que,

el gobierno al establecerse debía ajustarse a la forma monárquica

constitucional que sustituiría a la obsolutista, dando al gobierno las

posibilidad de participar en el gobierno.

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65

Tanto Belgrano como Saturnino Rodríguez Peña trabajan en la elaboración

de un proyecto con la adhesión de patriotas como Hipólito Vieytes, Juan

José Castelli, Juan José Paso y Juan Martín de Pueyrredón, entre otros. La

“jabonería de Vieytes” es el lugar de las reuniones secretas, donde

autorizan a Belgrano a intercambiar correspondencia directa con la

Infanta Carlota. Actúan como intermediarios José Presas, Felipe Contucci y

Saturnino Rodríguez Peña, quien a su vez, es agente del proyecto en Río

de Janeiro.

Es necesario entender que con este proyecto, los “carlotistas” intentaban

independizarse de la dominación española y establecer un gobierno libre.

Esta situación contaba con el apoyo de Inglaterra.

En octubre de 1808 Rodríguez Peña, revela los principios políticos que

sustentan al movimiento y la decidida participación de Belgrano que junto

con otros patriotas dan nacimiento al partido de la independencia:

“Debemos decidirnos a la mayor brevedad y admitir algún gobierno o

establecimiento bajo un sistema libre, honroso y respetable, al mismo

tiempo que heroico, útil y ventajosísimo a sus habitantes…La aclamación –

refiriéndose a la Infanta- por su Regenta en los términos que sean

compatibles con su dignidad y la libertad de los americanos, … acordando

todas las condiciones y circunstancias que tengan o puedan tener relación

con la feliz independencia de la patria y con la dinastía que se establece”. Y

agrega: “… aprovechando la oportunidad de sacudir, sin los honores de la

subversión…, una dominación corrompida por el abuso de ministros

codiciosos,… aunque debemos afianzarnos, y sostener como un indudable

principio que toda autoridad es el Pueblo, y con éste solo puede

delegarla…”

En este sentido se nota como Belgrano contribuye para que las bases

políticas de la conspiración se propaguen hacia los pueblos del interior.

Page 68: Belgrano: Una mente brillante

66

Las intenciones “carlotistas” son más que precisas: la libertad e

independencia de los americanos, y no su simple autonomía. Esos

propósitos harán fracasar el proyecto porque la princesa no acepta

aquellas ideas que se oponen a su ambición de reinar como monarca

absolutista y denuncia a los criollos –sus presuntos súbditos- ante las

autoridades de Buenos Aires.

Entretanto, se insinúa con mayor nitidez, el sentido de nacionalidad que

se va cristalizando activamente en conspiraciones secretas por la

independencia. El Cabildo y las tropas porteñas encabezadas por Martín

de Alzaga intentan deponer a Liniers – de nacionalidad francesa- el 1ro de

enero de 1809 y reponerlo por una junta similar a las surgidas en España.

Las milicias porteñas apoyan al Virrey, pero la Junta Central de Sevilla

nombra, el 11 de febrero de 1809, virrey del Río de la Plata a Baltasar

Hidalgo de Cisneros.

CISNEROS, EL ÚLTIMO VIRREY

Producida la invasión de España por los franceses y el levantamiento de

los españoles el 2 de mayo de 1808, se produjo un acercamiento de

ingleses y españoles, y la tercera invasión inglesas a Buenos Aires, que

dirigía el futuro Duque de Wellington, desembarcó en España para

combatir junto a su flamante aliada. Por esa razón Liniers permitía

parcialmente el comercio con los ingleses, sobre todo desde el momento

en que Carlos IV y Fernando VII fueron prisioneros de Napoleón. Liniers

apoyado por los criollos queda triunfante, pero unos meses después llegó

a Montevideo el nuevo virrey, Brigadier de Marina Baltasar Hidalgo de

Cisneros.

Un grupo de patriotas, liderados por Belgrano, entre los que se

encontraban Cornelio Saavedra y Martín Rodríguez, -que apoyaban el

“carlotismo”- trató de evitar la toma de posesión del nuevo virrey y lograr

que Liniers se pusiera al frente de la oposición. No obstante el

Page 69: Belgrano: Una mente brillante

67

últimovirrey de Buenos Aires se hizo cargo de sus funciones en medio de

una crisis política y comercial.

El rendimiento económico de la Aduana era prácticamente nulo por la

inexistencia del tráfico comercial español y la anulación del neutral. Por

otra parte, los gastos de mantenimiento de la tropa creada con motivo de

las invasiones y de la administración, que crecía con la importancia de

Buenos Aires eran sumamente elevados. De manera que Cisneros se veía

ante la inmediata e imperiosa necesidad de arbitrar fondos. Dice Belgrano

del virrey en su autobiografía: “Las cosas de España empeoraban y mis

amigos buscan de entrar en relación con Cisneros. Este se había explicado

de algún modo y, a no tener la horrenda canalla de oidores que lo

rodeaba, seguramente hubiera entrado por si en nuestros intereses”.

Cisneros llegó al virreinato con órdenes de no permitir el comercio con

neutrales, pero las circunstancias que encontró lo predispusieron a favor

de esa medida. Por otra parte la alianza de España e Inglaterra protegía al

comercio inglés y el espíritu era otorgarle concesiones. Prestaciones de

comerciantes ingleses, la opinión del Consulado que apreciaba que se

debía permitir el comercio siempre que no perjudicara a la metrópoli, y el

Cabildo que también se pronunció por el comercio con neutrales,

favorecían las condiciones para adoptar la medida.

Una respuesta contraria a las anteriores fue la adoptada por el Consulado

de Cádiz, que respondía a los intereses monopolistas de aquella ciudad.

Por otra parte, José de la Rosa, apoderado de los labradores hacendados,

que trataba de obtener la representación de toda la Banda Oriental, se

dirigió al virrey informando que había 6.000.000 de cueros “estancados”.

De la Rosa era apoyado por Belgrano y el 30 de setiembre presentó la

famosa “Representación de los hacendados y labradores” escrita por el

Dr. Mariano Moreno.

La “Representación” tiene argumentos legales y económicos. Las

primeras, sin dudas, corresponden a Mariano Moreno, pero la segunda

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68

responde a la prédica constante de Belgrano para una mayor liberación

del comercio, idea que pregonaba desde hacía más de 15 años.

En otro párrafo de la “Representación” se pedía que las negociaciones

inglesas no se hicieran solamente con comerciantes matriculados, tal

como lo indicaba el Consulado, sino por españoles, matriculados o no.

También se solicitaba que la extracción de frutos nacionales no fuera

gravada por ser excesivos. Se pronuncia por la libre extracción de la plata,

pues hará bajar su valor y se prefería entonces adquirir dinero en metal

por resultar más conveniente, según las formulas del liberalismo

económico del siglo XVIII.

Animado por la necesidad y respaldado por las argumentaciones en pro

del comercio libre, Cisneros convocó una Junta Consultiva, integrada por

miembros del Consulado, del Cabildo y de la Audiencia. También

estuvieron representados los hacendados a través de Juan José Castelli, y

también el comercio representados por Tomás Antonio Romero.

Finalmente Cisneros expidió el “Reglamento de libre Comercio” el 6 de

noviembre de 1809.

Las principales cláusulas establecían que los consignatarios fueran

comerciantes españoles que debían presentar manifiestos y facturas ante

de las 24 horas del arribo del buque, credencial de propiedad y patente de

las autoridades del puerto, entre otras. Los productos cuya introducción

fuese perjudicial a la industria del país pagarían, además de los derechos

aduaneros, 12% adicional. Se prohibía la importación de aceites, vinos,

vinagres y aguardientes extranjeros, excepto el de caña. Los cueros que se

exportaban abonarían derechos municipales. Lo sebos, lanas, pieles,

cueros de animales raros, estaban recargados un 20%. El trigo, la harina y

otros cereales y frutas pagaban el 2% de su valor y los vinos abonaban

para su exportación 10 pesos por barril. Se prohibía la extracción de oro y

plata y los extranjeros podían traer buques en lastre para cargar el

sobrante de precio sobre los que habían introducido, es decir que así

debían llevarse “frutos de la tierra” y no dinero.

Page 71: Belgrano: Una mente brillante

69

EL PLAN DE OPERACIONES

En 1810 las perspectivas de lograr una progresiva autonomía de gobierno

aún dentro del mantenimiento del vasallaje a Fernando VII, “el deseado”,

son amplias. Pero la Junta Gubernativa por unanimidad de sus integrantes

decide elaborar un “Plan de Operaciones” secreto, sobre las medidas a

corto y largo plazo a tomar y recae en Belgrano la tarea de organizar su

temario básico. El 15 de julio de ese mismo año la Junta certifica el

contenido y firma ese temario y sus considerandos de manos de su autor.

Entre los puntos “conducentes al desempeño de nuestros deberes y

consolidación del sistema de nuestra causa” Belgrano expresa distintas

consideraciones que remiten a una prospectiva estratégica y operativa

que indudablemente refiere a una intencionalidad de desarrollo del país,

fuese éste en términos de independencia, de relativa autonomía, o de

distintos aspectos. El temario de Belgrano corresponde a los capítulos

expuestos en la versión del “Plan de Operaciones” que tan larga polémica

ha motivado alrededor de su autenticidad. Esa coincidencia ha servido de

argumento a los sostenedores de su efectiva originalidad y de la autoría

de Mariano Moreno, colocando a Belgrano en una misma posición táctica

frente al apoyo inglés sostenido por el Secretario de la Junta en su “Plan”.

Las cartas entre uno y otro prócer manifiestan que son indudables las

ideas comunes de ambos, según se desprende del presente documento:

Art. 1° - En primer lugar la conducta gubernativa más conveniente a las

opiniones públicas y conducentes a las operaciones de este gobierno.

Art. 2° - El medio más adecuado y propio a la sublevación de la Banda

Oriental del Río de la Plata, rendición de la Plaza de Montevideo, y demás

operaciones a este fin.

Art 3° - El método de las relaciones que las Provincias Unidas deben estar

secretamente entablas en la España para el régimen de nuestra

inteligencia y gobierno.

Page 72: Belgrano: Una mente brillante

70

Art 4° - La conducta que sea más propia y debamos mantener con Portugal

y el gabinete de Inglaterra.

Art 5° - Las comisiones que deban entablarse secretamente por nuestros

agentes, en lo interior, y demás provincias dependientes de este gobierno,

para consolidad nuestro sistema.

Art 6° - Los arbitrios que deben adoptarse para fomentar los fondos

públicos, luego que el Perú, y demás interior del Virreinato sucumban,

para los gastos de nuestras guerras y demás emprendimientos, como

igualmente para la creación de fábricas, ingenios y otras cualesquiera

industrias, navegación, agricultura, etc.

Art 7° - Las relaciones secretas que nuestros agentes y emisarios deben

desempeñar en países extranjeros, como Portugal e Inglaterra.

Art 8° - Las comisiones y clases de negocios que nuestros agentes y

emisarios deben entablar secretamente en las provincias del Brasil para

sublevarlas, haciéndolas gustar de las dulzuras de la libertad y derechos

naturales.

Art. 9° Los medios que deben adoptarse, cuando estando consolidado y

reconocido por la Inglaterra, Portugal y demás principales naciones de la

Europa el sistema de nuestra libertad; y cuál debe ser el fin de sus

negociaciones entonces en las provincias del Brasil, con relación a la

conquista de todo el Río Grande y demás ´provincias de dicho reino.

Es cuanto se me ofrece representar en cumplimiento de la comisión para

el efecto se me instruyó.

Dios guarde a V.E. por muchos años.

Buenos Aires, 15 de julio de 1810

Doctor Manuel Belgrano

Es copia de su original. Cornelio de Saavedra, presidente. Doctor Juan José

Passo. Secretario.

El antecedente, proyecto presentado por el miembro de este Superior

Gobierno, el señor doctor Manuel Belgrano, en cumplimiento de la

comisión dada por dicho para el efecto, fue leído una y dos veces, en acto

secreto por todos los señores de esta Junta Gubernativa, quienes después

Page 73: Belgrano: Una mente brillante

71

de una madura y reflexiva consulta, aprobándolo todos, y apoyándolo en

todas sus partes determinaron que, leyéndose por tercera vez, para el día

siguiente, se nombrase la comisión que habría de desempeñar este

encargo, que dicha comisión fuese a pluralidad de votos secretos, que

deberían recogerse por uno de los señores secretarios, y puestos en

manos del señor presidente, mandase se oficiase luego inmediatamente al

citado a pluralidad de votos, para que pasando a presentarse en la

primera Junta que se le citare prestase juramento en la más debida forma,

y según costumbre…

(Tomado de “Escritos de Mariano Moreno”, Bs. As. 1896)

AMIGOS Y ENEMIGOS DE LA REVOLUCIÓN

Belgrano sabía que existían patriotas nacidos en la Península –como

Larrea, Matheu o el después célebre Gral.Alvarez de Arenales- y que

existían criollos que se oponían a la revolución como los generales Pío de

Tristán, Goyeneche y Olañeta. Por lo tanto, le parecía que debía juzgarse

con espíritu de gran equidad a los españoles que –como decía- “son

buenos y malos; atender a aquellos y castigar a éstos debe ser nuestro

objeto: ejecutándolo de un modo visible para que no se nos acuse de

parcialidad” y advertía a su amigo Chiclana: “Hay también muchos

patriotas que tienen las cabezas volcanizadas y no nos conviene tanto

fuego”.

Belgrano tenía experiencia en lo intrincado que resultan ser las relaciones

humana: “Yo sé bien que el que más hace menos merece, y también sé que

en revoluciones los que las intentan y ejecutan, trabajan las más de las

veces, para que se aprovechen los intrigantes”

Belgrano reconoció que “nuestros patriotas están revestidos de pasiones,

y en particular, la de la venganza; es preciso contenerla, y pedir a Dios que

la destierre, porque de no, esto es de nunca acabar y jamás veremos la

tranquilidad” y le advertía a su amigo Chiclana: “Si Ud. no presta oídos

Page 74: Belgrano: Una mente brillante

72

más que a los patriotas, le llenarán la cabeza de especies, y le acalorarán,

como me sucede muchas veces a mí mismo, pero luego doy lugar a la

reflexión, observo las consecuencias y me detengo de hacer disparates;

alguno de hecho antes de ahora por mi ligereza, del que estoy

arrepentido”.

En su deseo de actuar con la mayor justicia entre los enemigos de la

revolución, Belgrano se preguntaba si “¿No habrá un medio de atraerlos, o

cuanto menos hacer que no perturben la tranquilidad pública?”, y

agregaba: “Yo creo de buena fe que no hay tanto malo como se piensa, y

observo que aun los que nos sirven, son tildados” de antipatriotas. Luego,

con ironía examinaba las diversas actitudes que tenían sus compatriotas

frente a los que identificaban como enemigos: si éstos hacían algo a favor

de la revolución, se los criticaba diciendo “ahora quieren ser patriotas; si

se callan, tal vez de vergüenza al instante salimos con que están

obstinados; si ríen, ¡oh! Están alegrándose de nuestras desgracias”.

LA EDUCACIÓN

En toda su obra literaria, como desde los comienzos de su actuación

pública, Manuel Belgrado destaca con énfasis las virtudes de la educación

“… persuadido de que la enseñanza es una de las primeras obligaciones

para prevenir la miseria y la ociosidad…”

Belgrano difunde su doctrina con espíritu de maestro y realiza

innumerables esfuerzos en procura de establecimientos de escuelas

públicas y gratuitas de primeras letras, técnicas o especializadas, tanto en

la capital como en la campaña, los señalan como el verdadero precursor

de la educación en nuestro país. Se anticipa a su época y señala el camino

para remediar los graves males que en materia de educación nos tenía

sumidos el régimen colonial.

Page 75: Belgrano: Una mente brillante

73

En 1802 sus primeros trabajos periodísticos sobre educación se publican

en el “Semanario de Agricultura, Industria y Comercio” bajo el título

“Educación Moral”, luego “Educación político-moral” y se dirige a los

jóvenes destacándoles el esplendor de un Estado, con una crecida

población de “hombres industriosos y ocupados”, a los que es necesario

agregarles la formación moral “único molde en que se pueden vaciar los

hombres grandes”.

Bajo el título de “Educación” en setiembre de 1805, se ocupa de los niños

y manifiesta que debe instruírseles correctamente en el conocimiento de

la geografía, la geometría, la práctica y teoría de la agricultura, además de

la lectura y escritura. Por otra parte, dice a los padres: “El amor a nuestros

semejantes es obra de la naturaleza; pero el dirigirnos hacia los deberes de

verdaderos ciudadanos es una sagrada obligación que nos impone la

sociedad”.

Las páginas del “Correo de Comercio” reflejan también la inquietud de

Belgrano por modificar el sistema de enseñanza de las primeras letras en

el virreinato; despertando el interés de los funcionarios, manifestando la

necesidad de coordinar las medidas tendientes a solucionar tantos males.

Sometió a las escuelas a una inspección periódica para sacarlas del

abandono y fundar otras gratuitas en la campaña, costeadas por las

ciudades. Destaca también que el Estado tiene la obligación de atender

por igual a la educación de la mujer, a fin de poder generalizar las buenas

costumbres señalando que: “por desgracia el sexo que principalmente

debe estar dedicado a sembrar las primeras semillas lo tenemos

condenado al imperio de las bagatelas y de la ignorancia”. Cabe recordar

que en ese entonces, sólo en Buenos Aires, existía una escuela pública

para niñas: el Colegio de Huérfanas de San Miguel.

Manuel Belgrano asigna a la prensa el sentido insustituible de divulgar

cultura y permanecer unida al principio de libertad: “… es necesaria para

la instrucción pública, para el mejor gobierno de la Nación y para su

libertad civil, es decir, para evitar la tiranía de cualquier gobierno que se

Page 76: Belgrano: Una mente brillante

74

establezca… Solo pueden oponerse… los que gusten mandar

despóticamente… los que sean tontos, que no conociendo los males del

gobierno, no sufren los tormentos de los que los conocen y no los pueden

remediar…, o los muy tímidos que se asustan con el eco de la libertad…”

Las intensas tareas que Belgrano desarrollaba en lugares tan distantes, no

le hicieron olvidar una institución cultural a cuyos primeros proyectos de

instalación había asistido en Buenos Aires: la Biblioteca Pública. Las

primeras disposiciones concretas las conoció siendo vocal de la Junta,

cuando ordenó que las ricas bibliotecas de los conspiradores de Córdoba

pasasen a integrar el fondo de la proyectada fundación, y días después se

enviaba una comunicación al Obispo Lue para que entregase los libros que

había donado al Colegio de San Carlos. De Belgrano podría ser el artículo

titulado “Educación” publicado en La Gaceta del 17 de setiembre de 1810,

donde da cuenta de la futura biblioteca. Mientras se reunían las

donaciones y se preparaba el local, llego la primera contribución cuyo

testimonio consigna La Gaceta del 17 de enero de 1811 y dice: “El Señor

Vocal don Manuel Belgrano ofreció toda su librería para que se trajesen

todos los libros que se considerasen útiles, y se sacó de ella una porción

considerable”. Según el libro de donaciones de la Biblioteca Nacional estas

donaciones alcanzaron ochenta y seis obras distribuidas en 149

volúmenes.

Un año y medio después de haber sido lanzada la iniciativa de creación de

la Biblioteca Pública, el 1 de marzo de 1812, el Triunvirato invitaba para la

solemne inauguración. Con su reconocida generosidad otra vez Belgrano

se había anticipado y en La Gaceta del 24 de enero de 1812 se lee: “El

señor coronel don Manuel Belgrano después de los cuantiosos anteriores

donativos anunciados se ha despojado aún de los libros que había

reservado para su uso poniendo a disposición del Director de la Biblioteca,

su maestro Chorroarín, el último resto de su librería sin reserva para que

trajese todos los libros de que careciese aquélla; y así se ha ejecutado

reiterando al mismo tiempo la oferta de contribuir a los aumentos de ese

público establecimiento por todos los medios que le surgieran el decidido

Page 77: Belgrano: Una mente brillante

75

interés e ilustrado celo de su patrimonio de que tiene dadas tantas

relevantes pruebas”. Los libros eran muy variados, desde los autores

clásicos antiguos como Marco Aurelio y Ovidio, pasando por Petrarca y el

Romancero del Cid, hasta los textos de matemática, física y economía

política que proclaman las preocupaciones intelectuales del poseedor.

Extraído de sus memorias, cartas y artículos, se puede advertir la noble

preocupación con que Belgrano se anticipó a muchas realidades actuales,

en cuanto a la educación, a la acción por el bienestar social y a ideas

económicas de progreso. Con relación a la docencia dijo: “El maestro

procurará con su conducta y en todas sus expresiones y modos inspirar a

sus alumnos amor al orden, respeto a la religión, moderación y dulzura en

el trato, sentimientos de honor, amor a la virtud y a las ciencias, horror al

vicio, inclinación al trabajo, despego del interés, desprecio de todo lo que

diga profusión y lujo en el comer, vestir y demás necesidades de la vida y

un espíritu nacional… Tendrá gran cuidado de que todos se presenten con

aseo en su persona y vestido, pero no permitirá que nadie use lujo, aunque

sus padres quieran y puedan costearlo”.

IDEAS ECONÓMICAS

El Dr. Manuel Belgrano entendía que las ideas económicas son fruto de la

actividad intelectual, pero su eficacia social -tanto para provocar la

producción de otras ideas como paras su empleo (ya sea para el

mejoramiento o el empeoramiento) de la sociedad, dependen de su

transferencia a otros.

En 1810 no existían ni la máquina de escribir , ni la fotocopiadora, ni

internet, por lo cual, para hacer conocer sus ideas y los problemas

económicos del virreinato, Belgrano debía redactar una y otra vez los

textos completos de sus pensamientos para que luego los "copistas" -

esclavos africanos adiestrados para tal fin- pudieran hacer conocer sus

ideas.

Page 78: Belgrano: Una mente brillante

76

Otro de los recursos, al que muy pocos podían acceder, era la imprenta de

los Niños Expósitos. Precisamente a fines de 1797, se imprimió el primer

tratado de teoría económica producido en Buenos Aires, los Principios de

la Ciencia Económico-Política, una traducción de Belgrano sobre dos

textos fisiocráticos, aquellos del "dejar hacer, dejar pasar".

Belgrano era un apasionado por el estudio de la botánica y la agricultura.

Aconsejaba que no se dejara la tierra en barbecho, pues “el verdadero

descanso de ella es la mutación de la producción”. En aquellos tiempos en

Alemania, los curas eran los guías de los agricultores, gracias a sus

conocimientos y experimentos con la tierra. Belgrano, el más católico de

nuestros próceres, entendía que estas eran las funciones de los curas que

encuadraban dentro de su ministerio, “pues el mejor medio de socorrer la

mendicidad y miseria es prevenirla y atenderla en su origen”.

En el “Reglamento para los pueblos de las Misiones”, el 30 de diciembre

de 1810 escribió: “Hallándome convencido de que los excesos horrorosos

que se comenten por los beneficiadores de la yerba, no sólo talando los

árboles que la traen, sino también con los naturales, de cuyo trabajo se

aprovechan sin pagárselo, y además hacen padecer con castigos

escandalosos, constituyéndose jueces en causa propia, prohibido que se

pueda cortar árbol alguno, sopena de diez pesos por cada uno que se

cortase, a beneficio, la mitad del denunciador, y la otra mitad para el

fondo de las escuelas”.

CAMINO A LA SEMANA DE MAYO

A partir de las invasiones inglesas, Buenos Aires perdió su aire soñoliento

de aldea colonial. Ya no era sólo la guardia militar puesta siglos antes por

España para cuidado de los ríos y la residencia de un núcleo de

comerciantes hispanos que, en su modestia, añoraban la pujanza y el

boato de los otros virreinatos de América, sino el centro de nuevas

corrientes de ideas, el emporio de inquietudes políticas, la realidad

Page 79: Belgrano: Una mente brillante

77

viviente donde hombres de mentalidad moderna estudiaban la

experiencia económica y la renovación cultural.

En corto lapso, el panorama cambió fundamentalmente. La marcha del

mundo había influido, al final del siglo XVII y las discusiones del Consulado

desde cuyo seno Manuel Belgrano intentó introducir cambios en el

ambiente, entre ellos el del comercio libre, que fue rechazado, quedando

firme, en consecuencia, el monopolio, fueron signos de que algo se

agitaba debajo de la superficie tranquila.

¿Qué eran, sino rasgos sediciosos, esos afanes de Belgrano de popularizar

la educación, llevando sus beneficios a las clases menos pudientes de la

sociedad; de elevar la condición de la mujer pobre, brindándole

oportunidades de trabajo adecuado a sus fuerzas y substrayéndola a

verdaderas formas de esclavitud, entre ellas la más abyecta; de formar

técnicos y artesanos a quienes entregarles la responsabilidad de

diversificar y perfeccionar la producción y, por último de crear la escuela

de náutica y de dibujo?.

América –era evidente- no estaba conforme con su destino; y esa

disconformidad, que en el Río de la Plata se manifestaba tímidamente en

los más esclarecidos nativos de estas tierras, fue percibida no sólo por

quienes ejercían el poder en nombre de la monarquía, sino también por

los españoles residentes aquí, para los que el nacimiento de una clase

autóctona significaba seguro e inminente peligro para las posiciones que

ellos mantenían.

Aunque unidos para rechazar al invasor de 1806, hispanos y criollos se

separaron definitivamente bajo el fuego de los cañones británicos. No sólo

la resistencia, que dio la medida de la capacidad de heroísmo de nuestra

comunidad, sino y también la aptitud reconquistadora, añadidas a la

defección del virrey, produjeron la mutación fundamental, acentuada

como consecuencia del dominio napoleónico en la península y del

consiguiente cautiverio del rey.

Page 80: Belgrano: Una mente brillante

78

Confuso es el período que va de 1807 a 1809, no por insuficiencia en la

investigación histórica, sino por la naturaleza misma de las tendencias en

pugna. Mientras por una parte los residentes españoles, con don Martín

de Alzaga a la cabeza, abrigaban el propósito de heredar para ellos las

colonias americanas, estableciendo así una oligarquía que confirmaría en

el derecho lo que de hecho existía casi sin excepciones. También se

contaban entre ellos los que nada deseaban que significase la mínima

infidelidad a la corona, y por otra parte estaban los criollos que buscaban

afanosamente las soluciones para una situación que consideraban

insostenible, sin que entre ellos pudiese existir uniformidad de miras. De

ahí que la democracia naciente no tuviese al principio un único ideal en

cuanto a la forma de gobierno.

Lo que sí se había despertado, sin duda, era una conciencia americana y,

por natural inclinación de amor del hombre hacia la tierra de su

nacimiento, una sensibilidad nacional. “La libertad –escribió el biógrafo de

Belgrano- era un anhelo vago hacia lo desconocido, la independencia era

una esperanza remota, cuando ya los vínculos morales y materiales que

habían ligado las colonias a su metrópoli estaban completamente

relajados”. Esos vínculos prácticamente no existían.

La suerte de América debía resolverse desde América misma, cuya

españolidad profunda, que en el corazón de los criollos se negaba a

aceptar el yugo de los franceses, fue fuerza de choque contra el

españolismo. Esa fuerza maduró y se modeló bajo la acción de los

acontecimientos. Abandonado el terreno por Liniers, caudillos que así lo

había exigido, cuando el 30 de junio de 1809 ingresó en Buenos Aires don

Baltasar Hidalgo de Cisneros, con los títulos de nuevo virrey, ya la

revolución estaba triunfante en los espíritus.

Los eventos de la Revolución de Mayo se sucedieron durante el transcurso

de la Semana entre el 18 de mayo, fecha de la confirmación oficial de la

caída de la Junta Suprema Central y el 25 de mayo, fecha de asunción de

la Primera Junta.

Page 81: Belgrano: Una mente brillante

79

LA PLAZA MAYOR

Todos los acontecimientos porteños que anunciaron la Revolución de

Mayo, tuvieron por escenario la plaza que hoy recuerda a la revolución

emancipadora. Antes y después de 1810, esta plaza –cuna y corazón de la

patria de los argentinos- fue escenario de nuestra historia. Veamos cómo

nació y cuáles fueron algunos de los sucesos de su vida.

Cuando don Juan de Garay dispuso el trazado de la ciudad de Buenos

Aires, la plaza tuvo allí, en el papel y en la realidad, sus dimensiones

actuales. Pero fue el mismo adelantado quien cedió la mitad de esa tierra

a Torres de Vera y Aragón: la mitad comprendida por las actuales calles

Rivadavia, Hipólito Irigoyen, Balcarce y la línea de la Pirámide. Como

ningún signo visible separaba ese solar de lo que era la Plaza Mayor, ésta

sólo se diferenciaba por su ápice de cuidado junto al abandono del

terreno vecino. En 1608, los jesuitas, que hacía poco habían llegado al país

levantaron una capilla y un rancho en el sitio abandonado. Destinaron el

rancho a escuela, pero tuvieron que convertirlo en sacristía por falta de

alumnos. Los descendientes de Torres de Vera y Aragón, residentes en

España, encomendaron al notario don Rodrigo del Granado para que

defendiese sus derechos construyendo algo. El defensor se quedó con la

propiedad en cobro de honorarios y la vendió a don Pedro de Rojas y

Acevedo, a cuya muerte la viuda transfirió títulos y casa a la Compañía de

Jesús.

La capilla y las otras construcciones incomodaron a los gobernantes, no

por motivos estéticos, sino por razones militares: obstruía la posibilidad

de tiro de los cañones del Fuerte, construido por Garay donde hoy está la

casa Rosada. Esta Real Fortaleza de San Juan Baltasar de Austria no pudo

así como así hacer prevalecer su fuerza. La aldea que era entonces nuestra

metrópoli se dividió en dos partidos. Por último, los jesuitas recibieron

una indemnización en metálico y la manzana que hoy ocupan la iglesia de

Page 82: Belgrano: Una mente brillante

80

San Ignacio y el Colegio Nacional Buenos Aires, que con la presencia de sus

cultos moradores se llamó Manzana de la Luces.

Entretanto, ¿qué era de la hectárea dejada por la congregación del santo

de Loyola? La urgencia del desalojo se desvaneció en los aires. Quedaron,

convirtiéndose en ruinas, la capilla y lo que debió haber sido colegio. Las

mulas del representante de Su Majestad, tenían allí su refugio. Por las

mañanas, el solar se convertía en mercado y cuando la justicia lo exigía era

el sitio elegido para que, pendientes de la horca, los cadáveres de los

criminales sirviesen de ejemplo. Allí mismo se pasaba del drama a la

fiesta. Para hacer posible esta última los vecinos cortaron las malezas y

apisonaron la tierra. Iban a gozar del espectáculo de las corridas de toros.

La primera lidia fue facilitada por un carnicero, que entregó tres bueyes

con la condición de que no se los estropeasen al matarlos.

En honor a San Martín de Tours, patrono de la ciudad, se efectuaron año

tras año las corridas, a las que les salió un empresario que cobraba la

entrada. El Cabildo convidaba con refrescos a los invitados especiales y, si

la bebida sobraba, también en las populares podían probarlos, eso sí, a

cambio de unas monedas.

Los toreros no eran los famosos que por entonces lidiaban en España, en

Perú o en México. Se trataba de aficionados pertenecientes a las familias

más encumbradas de Buenos Aires y de profesionales decididos a trabajar

en ese oficio por repulsa a cualquier otro menester.

Víctima de los ajusticiados en la horca y de los toreros profesionales eran

algunas de las presencias que inquietaban en la noche de “El Hueco de las

Anímas”, un baldío que perduró hasta mediados del siglo XIX, famoso por

las “apariciones”, que a menudo no eran otra cosa que las de hábiles

asaltantes disfrazados de fantasmas.

Page 83: Belgrano: Una mente brillante

81

Con la Catedral, a la que se le derrumbó una torre y le suprimieron la otra;

con el Cabildo, cuya construcción se inició en 1711, y la Recova, que

empezó a levantarse en 1803, la Plaza Mayor, esperaba el momento de

ser de la Victoria y luego se convirtió en la actual Plaza de Mayo.

LA EXPEDICIÓN AL PARAGUAY

Período rico el del medio siglo que duró la vida de Belgrano, motivo por el

cual siempre tuvo su inteligencia abierta. Aprendió rápido y fue el gestor

inicial de la grandeza y el progreso del país. Mucho de lo que vio y asimiló

se refería al comercio marítimo, a las riquezas del mar, a las marinas

mercantes y de guerra, a las necesidades portuarias, fomento de

conciencia marítima, el estímulo de las producciones que el país podía

producir con exceso para exportar y el cuidado de los puertos y vías de

comunicación marítima y fluvial. También asimiló en Europa las

tendencias comerciales en boga y pensó en ellas para imponerlas en

nuestro país con las adaptaciones que fueran necesarias.

Por otra parte, consideró que la expedición al Paraguay que le había

encomendado el primer gobierno patrio “solo pudo caber en unas cabezas

acaloradas que sólo veían su objeto y a quienes nada era difícil porque no

reflexionaban ni tenían conocimiento”. Luego opinaría: “Siempre nuestro

gobierno, en materia de milicia, no ha dado en el clavo”.

En su marcha militar a esa región se convenció muy pronto de que, con su

pequeño ejército nada logaría y que necesitaría esfuerzos para la

conquista “de los salvajes paraguayos, que sólo se pueden convencer a

fuerza de balas”. Consideró asimismo que esa jurisdicción del antiguo

Virreinato, como era el Paraguayo, “en muchos años no proporcionará

ventajas de consecuencia a ninguno que lo posea, y por su situación,

siendo nosotros fuertes, perecerán faltos de nuestras relaciones”.

Es importante destacar que siendo la Argentina un país marítimo y semi

insular, el que sin embargo no ha desarrollado sus capacidades marítimas,

cobra más trascendencia esta visión de futuro de Belgrano que ya desde la

Page 84: Belgrano: Una mente brillante

82

colonia trata de atraer la atención hacia el mar y sus enormes riquezas. Él

es el primero que vislumbra la magnitud espectacular de nuestro

patrimonio marítimo.

Belgrano fue un prócer, y grandes hombres, además de los hechos que

han plasmado en la historia de sus países, son aquellos que han visto con

mayor alcance y acierto las incógnitas del futuro. Mucha lectura, el

conocimiento de la historia del país y de las otras naciones, puede ayudar

a tener esas presunciones, pero sólo un hombre genial las asociará y

comprenderá en toda su grandeza e importancia.

En ese sentido también San Martín captó la importancia del poder naval

en las grandes operaciones estratégicas. Si bien tuvo lecciones históricas

en su vida como Aboukir y Trafalgar, grandes batallas de la época, de las

cuales saco experiencias y visiones personales, lo cierto es que captó esas

enseñanzas integralmente, para ponerlas en vigencia en la campaña

libertadora al Perú.

Belgrano tiene el mérito de haber sido el primero en hacer resaltar la

importancia del factor marítimo, y si bien no pudo llevar a cabo todas sus

ideas, dejó el estudio profundo, la memoria esclarecedora, que orientaron

a sus seguidores. Estas ideas rectoras de los próceres, en especial del

creador de nuestra bandera, son hoy de gran interés para la Argentina en

el afianzamiento de su dominio y soberanía sobre su plataforma marítima,

su mar territorial, sus islas del Atlántico Sur y sector Antártico.

La Argentina constituye un rico complejo de 7.500.000 km2 de extensión,

de los cuales 3.500.000 km2 son marítimos, pero buena parte de ellos,

pese a innegables razones jurídicas, como históricas y geográficas, están

ocupados o son pretendidos por otras naciones, especialmente Inglaterra.

Las Islas Malvinas son una herida abierta en nuestro desarrollo histórico,

que sólo cerrara con la devolución, por vía diplomática, de las mismas.

Nuestras riquezas pesqueras, el petróleo de nuestro subsuelo submarino,

las riquezas en nódulos, sales y algas de nuestra plataforma bajo el mar,

que por su extensión se ubica en cuarto lugar entre las principales del

Page 85: Belgrano: Una mente brillante

83

mundo, y una de las menos explotadas, nos hacen mirar al mar como el

tesoro que nos abrirá sus arcas en un futuro próximo, pero también

debemos pensarlo como un objetivo de la codicia extranjera.

Durante sus campañas militares, después de Mayo de 1810, Belgrano tuvo

a menudo que vadear ríos, arroyos y aún librar algunas acciones, y las

principales fueron realizadas durante su primera empresa militar, la

hazaña épica de la expedición al Paraguay, de la que muchos –aún hoy- no

han tomado conciencia.

Disciplinando a sus hombres, instruyendo a los jefes, Belgrano se detuvo

cinco días en Paraná. A fines de octubre sus efectivos, formados en cuatro

divisiones mixtas de infantería y caballería, comenzaron a salir de Paraná

en dirección a Curuzú-Cuatiá, con un puñado de hombres, durante la cual

debió cruzar tres veces un río tan ancho y caudaloso como el Paraná, sin

tener fuerzas navales propias.

UNA VERDADERA PROEZA

A principios de setiembre de 1810, se inicia la expedición al Paraguay,

gigantesca empresa para un ejército bien pertrechado, pero imposible de

cumplir con un puñado de hombres, milicianos en su gran mayoría. El

ejército de Belgrano, mientras estaba estacionado en la provincia de Santa

Fe, se componía de 200 hombres de infantería y 200 de caballería, que

más tarde se completaría con las milicias de Entre Ríos y Corrientes. El

número llegó a alcanzar los 1000 hombres, pero cuando tuvo que actuar

no lo hizo con un número superior a los 700. Con esa fuerza minúscula se

pretendía alcanzar la Gobernación Intendencia del Paraguay, cuya capital

distaba 1400 km de Buenos Aires.

El Paraguay hacía tiempo que gozaba de cierta autonomía debido a la

distancia y a su naturaleza selvática regada por los ríos y arroyos. Tenía

recelos hacia Buenos Aires a raíz del comercio, pues la yerba, mieles,

maderas y otros productos paraguayos debían abonar derechos

aduaneros que encarecían la producción y lo hacían dependiente de

nuestra metrópoli. También desde la época del Virrey Vértiz, un pleito de

Page 86: Belgrano: Una mente brillante

84

límites con Corrientes había favorecido a esa provincia, lo que había

causado cierta animosidad. De allí que la revolución porteña no era

mirada con simpatía, ni buena disposición por parte de los paraguayos.

Mientras tanto, Belgrano marchaba convencido del apoyo que lograría

para su causa y su pequeño ejército, y pensaba, además, que terminaría

por vencer toda reacción con la ayuda de los pueblos.

En una operación que duro casi 15 días, cruzaron el Río Paraná desde

Santa Fe, en balsas, botes y pequeñas embarcaciones, unos 400 hombres

con 4 cañones. En Paraná, Belgrano reagrupa a sus fuerzas, que

alcanzaban a 673 hombres. Las primeras desilusiones de una adhesión

masiva a la Junta, por parte de los paraguayos, hizo que le enviarán a

Belgrano un refuerzo de 200 Patricios y que además éste creara un

escuadrón de caballería, con todo lo cual su ejército alcanzó a estar

compuesto por 950 hombres repartidos entre infantería y caballería.

Por el río Uruguay, mientras tanto, una escuadrilla de los realistas de

Montevideo compuesta por dos faluchos –según Belgrano- al mando del

Capitán de Navío D. Angel Michelena, que izaba su insignia en el bergantín

“Cisne”, remontó el río Uruguay y ocupó a viva fuerza la población de

Arroyo de la China (hoy Concepción del Uruguay), el 6 de noviembre de

1810.

Belgrano tenía que avanzar por un territorio cuyas aguas limítrofes eran

dominadas por las escuadrillas del Paraguay y Montevideo, lo que

significaba una grave situación estratégica y una amenaza para sus

comunicaciones. El primer obstáculo que debió enfrentar en su marcha

hacia Curuzú-Cuatiá fue el arroyo de Las Conchas, a unos 15 km de la

Bajada del Paraná. En esta oportunidad parte de los pertrechos se pasaron

a una balsa con un cable de guía (a maroma) para pasar de una orilla a

otra. Durante este trabajo un carro de municiones de fusil se volcó y 17

cajones con balas y pólvora se perdieron causando un gran disgusto a

Belgrano.

Page 87: Belgrano: Una mente brillante

85

El 4 de noviembre Belgrano llegó al Arroyo Alcaraz y escribió a la Junta de

Gobierno informando que el gobernador de Misiones, Tomás Rocamora,

creía que los portugueses de la frontera estaban de acuerdo con los

paraguayos y orientales de Montevideo. No obstante continuó su marcha

cruzando los ríos Feliciano y Guayquiraró.

Al poco tiempo Belgrano se enteró del ataque y ocupación del Arroyo de

la China por parte de Michelena y escribió solicitando autorización para

atacarlo, apartándose de su misión. La Junta le negó el pedido pero

Belgrano se enteró al llegar a Curuzú-Cuatiá el 8 de noviembre.

Juan Angel Michelena puso en campaña una tropa de desembarco, que

avanzó hacia el oeste, alcanzando terreno hasta la mitad de la provincia.

Fueron hostilizados por la guerrilla gaucha que logró detenerlos en las

proximidades de Nogoyá, evitando el corte de las comunicaciones entre el

sur y el norte de la provincia.

Mientras tanto, en CuruzúCuatiá, Belgrano hizo un alto y ordenó al

gobernador de Corrientes, Elías Galván, que dirigiera algunas fuerzas al

Paso del Rey, como un amague del cruce del río Paraná en ese lugar.

Paraguay no sólo no se adhería, como lo había adelantado José de

Espíndola y Peña, sino que juraba al Consejo de Regencia de España,

adoptaba una actitud neutral y negaba obediencia a la Junta de Buenos

Aires, que envió un alerta a los puertos de La Conchas, Santa Fe y

Corrientes, cerrando las comunicaciones con el Paraguay.

El Gobernador Intendente del Paraguay, Brigadier Bernardo Velazco,

adoptó varias medias militares, y con el fin de evitar cualquier ataque

contra su territorio preparó un ejército de 6.000 hombres. Dispuso la

vigilancia en los pasos del río Paraná y alistó 5 embarcaciones para

patrullar hasta la desembocadura del río Paraguay. También preparó una

acción ofensiva fluvial contra Corrientes consistente en atacarla con una

escuadrilla integrada por 4 embarcaciones y 210 hombres al mando del

Teniente Coronel Juan Antonio de Zavala y Delgadillo.

Page 88: Belgrano: Una mente brillante

86

La misión de esa fuerza naval era tratar de recuperar barcos y

cargamentos detenidos en Corrientes. Zarpó el 21 de setiembre de 1810 y

a los pocos días encontró en el puerto de Corrientes a las naves

paraguayas detenidas que se dirigían a Santa Fe. Los paraguayos enviaron

a una cañonera en rescate de las naves y luego las trasladó de Corrientes a

Asunción.

Desde CuruzúCuatiá Belgrano le envía una carta a Mariano Moreno,

fechada el 13 de noviembre de 1810, donde hace referencia a algunos

temas marítimos. Luego de cruzar el río Guayquiraró, Belgrano instaló su

cuartel general en CuruzúCuatiá donde fundó el pueblo de ese nombre y

el de Mandisoví, para continuar su expedición hacia el norte, cruzar el río

Corrientes por el paso de Caaguazú.

Continuando su marcha hacia el Paraguay, Belgrano nos informa que

cruzaron el río Corrientes en “dos muy malas canoas” que sirvieron de

balsas, a nado o con pelotas de cuero. Allí se le ahogaron dos hombres y

se les mojó alguna munición. Las pelotas de cuero consistían en un cuero

seco de potro que se ahuecaba con argollas o manijas en sus extremos

que se reunían en un aro central, de madera o hierro, del que colgaban un

canasto.

Finalmente, luego de bordear por el oeste la laguna del Iberá, Belgrano se

vio ante el río Paraná, que debía forzar, dado que el enemigo lo esperaba

en la otra orilla. Este pasaje representó una importante acción fluvial,

antecesora de la que en el año 1866 realizaron los ejércitos aliados por el

Paso de la Patria, durante la guerra de la Triple Alianza.

El 4 de diciembre Belgrano se halló a la altura de la Isla Apipé y luego

siguió su marcha hasta Candelaria, por donde pensaba efectuar el cruce.

Mientras tanto, los paraguayos habían requisado las embarcaciones

existentes por la cercanía con el fin de dificultar el pasaje del río por las

fuerzas de Belgrano.

En Candelaria el río Paraná tiene un acho de 800 metros y corre

encajonado entre altas orillas de hasta 90 metros de alto. Frente a

Page 89: Belgrano: Una mente brillante

87

Candelaria se hallaba el bosquecito de Campichuelo, donde se podía hacer

pie. La corriente allí es rápida, pues el río se estrecha y tiene unos 25

metros de profundidad.

Para evitar el paso de los paraguayos, Belgrano ordenó establecer en la

margen correntina de Paso del Rey, cerca de Corrientes, Itatí, isla Ibaté y

San Antonio de Itatí, algunos destacamentos con indígenas y milicianos,

simulando que por allí se invadiría al Paraguay. Con esto se intentaba

desorientar al enemigo sobre el sitio real por donde se efectuaría el cruce.

Los paraguayos al mando del gobernador Intendente, Bernardo Velazco,

militar experimentado, contaban con una fuerza de por lo menos 6000

hombres, pero muchos carecían de armas. Los mismos estaban apostados

a lo largo de la ruta que tendría que seguir Belgrano hacia Asunción.

Frente a él, en Campichuelo, se encontraba una avanzada paraguaya de

más de 500 hombres al mando del Comandante Thompson.

Belgrano desplegó sus fuerzas por la zona con base en Candelaria y el 6 de

diciembre remitió una comunicación al Gobernador del Paraguay,

exhortándolo al acatamiento de la Junta de Buenos Aires, pero

conteniendo conceptos de verdadero ultimátum en caso de no ser

aceptado. También dirigió oficios al Cabildo, al Obispo del Paraguay y al

Comandante Thompson, con idénticos propósitos. Para entregar estas

comunicaciones, Belgrano designo a su secretario, el Sargento Mayor

Ignacio Warnes, quien recibió un trato bastante duro por parte de los

paraguayos y fue tomado prisionero.

Mientras tanto, Belgrano intentaba proveerse de los medios para pasar el

río, dado que los paraguayos habían requisado todas las embarcaciones.

Construyeron 4 botes de cuero y al saberse que en Cáraguatá se había

estado construyendo una nave quemada por los paraguayos, Belgrano se

dirigió al lugar y logro reunir varias canoas y balsas para transportar hasta

60 hombres. En una de las balsas colocó un cañón. El 15 de diciembre

liberaron a Warnes que navegó río arriba observando sitios para poder

efectuar el cruce.

Page 90: Belgrano: Una mente brillante

88

El 17 de diciembre, Belgrano decidió, al no recibir noticias de sus oficios,

responder las hostilidades paraguayas, utilizando el paso por Candelaria.

Antes de atacar al enemigo, les hizo avisar a gritos que iba a probar un

cañón a través del río y que se apartarán. Los paraguayos se retiraron y se

efectuaron varios disparos.

El día 18, al no establecer comunicación con la otra orilla, Belgrano decidió

forzar el paso y arengó a su tropa, los hizo embarcar y realizó un ensayo

con el fin de probar la capacidad de las embarcaciones y distribuir a sus

hombres para el día siguiente. A las diez de la noche se presentó el

baqueano Antonio Martínez que propuso cruzar el río con 10 hombres y

sorprender al enemigo. Aceptada la operación se presentaron 10

voluntarios, además de los sargentos Rosario Ábalos y Evaristo Bas.

Siendo las once de la noche la patrulla cruzó el río en tres canoas

pequeñas y sorprendió a la guardia enemiga, tomándole una canoa y dos

prisioneros. Martínez envió las cuatro canoas y los prisioneros al cuartel

de Belgrano y le informó que podía desembarcar donde él lo había hecho.

Tras el éxito logrado por la patrulla, Belgrano alistó sus 700 hombres y

comenzó el embarque a las dos y media de la mañana del día 19. Para

cruzar el río había primero que remontar cerca de una “legua y media”

para anular el efecto de la corriente rápida. El cruce se efectuó sin

contratiempos y al amanecer Belgrano le envió a Warnes la orden para

reunir a la gente. En un bote de cuero se encontraban varios entusiastas

patriotas como Manuel Artigas, Gerónimo Helguera, Juan Espeleta, Juan

Mármol y otros. Haciendo pie en la orilla atacaron a la avanzada

paraguaya, con sólo 30 hombres y soportando el fuego de la artillería

paraguaya, realizaron una excelente defensa. Los paraguayos se

desconcentraron y suponiendo que el ataque era mayor, se retiraron

dejando abandonadas tres piezas de artillería. El cruce del río estaba

asegurado y Belgrano continuaba la operación embarcando artillería y

pertrechos.

Page 91: Belgrano: Una mente brillante

89

El Comandante Thompson situó su cuartel general en Itapirú (hoy

Encarnación), pero al acercarse los patriotas con los efectivos

desembarcados se retiró. Debido al mal estado de los caminos, Belgrano

embarcó la tropa que estaba en Campichuelo, en balsas y canoas y los

desembarcó en el río Tacuarí. Belgrano se embarcó en Ytapuá y navegó

aguas arriba por el río Tacuarí, estableciendo su cuartel el día 25 de

diciembre de 1810. Lo acompañaban embarcados en balsas y canoas

tomadas en Ytapuá, 100 patricios, la compañía de Arribeños, más de 40

hombres de caballería y 2 cañones. Era la Navidad de 1810.

Gran parte del ejército de Belgrano hizo el recorrido de Candelaria,

Campichuelo e Itapuá a Tacuarí por vía fluvial. Las carretas, con los

pertrechos y municiones lo hicieron por tierra. El gran bote de cuero era

transportado sobre ruedas tiradas por ocho yuntas de bueyes y prestó

grandes servicios desde Tacuarí.

Cabe consignar que se considera a esta como “una de las más notables

operaciones que registra la historia militar argentina”, dado que se

realizó con medios improvisados, desconcentrando al enemigo y sobre un

río caudaloso.

El repaso del río Paraná por las tropas de Belgrano, luego de sus

legendarios combates de Paraguiarí y Tacuarí sembró la semilla

revolucionaria entre los paraguayos, a mediados de mayo de 1811

La adhesión del interior a la causa revolucionaria no se produce

inmediatamente dado que varios factores, tanto políticos como

económicos, derivados de la situación geográfica de Buenos Aires, hacen

que ésta se vea favorecida con las ventajas del comercio libre. Entre

tanto, las provincias del interior siguen siendo gobernadas por las

autoridades virreinales, que habían sido previamente informadas por los

revolucionarios. El ideal de la independencia, ha quedado oculto por el

sometimiento a Fernando VII, que imponían las circunstancias políticas.

Recordemos que recién a fines de junio son depuestos en Buenos Aires,

los funcionarios españoles que querían reconocer la legalidad del Consejo

Page 92: Belgrano: Una mente brillante

90

de Regencia en Cadiz, y hasta el mismo Virrey Cisneros insta a las

autoridades del interior a desconocer al nuevo gobierno.

Por otra parte, existe un fuerte espíritu localista, favorecido por las

grandes extensiones y los ineficientes medios de comunicación. Los

principales centros de resistencia a la Junta están en el Alto Perú, Córdoba

y la Banda Oriental, quienes reconocían al Consejo de Cadiz y en el

supuesto caso de poder llegar a coordinar sus acciones hacían peligrar la

Revolución. Recién en setiembre de 1810 es reconocido por más de veinte

ciudades y pueblos.

DETALLES DE LA CAMPAÑA AL PARAGUAY

La Junta de Buenos Aires envía al Coronel José Espíndola a Asunción

otorgándole el cargo de Comandante General de Armas del Paraguay. Esta

designación causa indignación general entre los paraguayos. El 24 de julio

un Cabildo Abierto reunido en Asunción dispone el juramento como

legítimo soberano a Fernando VII y desconocer a la Junta Provisional de

Buenos Aires. Para atender la defensa del territorio, constituye una Junta

de Guerra a cargo del gobernador Bernardo de Velazco, quien

inmediatamente pasa a requisar armas para formar un ejército, tanto en

los pueblos de Misiones como de la otra banda del Paraná. De esta forma

quedan acantonadas tropas de observación sobre los ríos Paraguay,

Paraná y Uruguay.

Ante esta situación, la Junta Provisional adopta una serie de disposiciones,

con la idea de neutralizar las acciones de los realistas y en agosto hace la

última advertencia a las autoridades de Asunción:

“… requiere a V.S. por última vez que se una a la capital, que deje obrar al

pueblo libremente, que reconozca la dependencia establecida por las leyes,

y que promueva la reunión del Diputado, para la celebración del Congreso

que debe tranquilizar a las Provincias. Si V.S. persiste en su pertenencia,

será responsable ante Dios y el Rey de los males que se preparan…”.

Page 93: Belgrano: Una mente brillante

91

Los distintos pueblos de Misiones, que se encuentran dentro de la

jurisdicción de la independencia del Paraguay, reconocen a la Junta y su

Comandante de Armas, Coronel Tomás de Rocamora, y solicita pasar a

depender de Buenos Aires. Esto se concreta el 16 de setiembre, con lo

cual se cierra toda comunicación con el territorio Paraguayo.

Entretanto, el 4 de setiembre, la Junta le encomienda a Manuel Belgrano

la misión de proteger a los pueblos, perseguir a sus invasores y poner el

territorio en la obediencia y tranquilidad. Le otorga, como representante

de la Junta, la jerarquía de General en Jefe de la Fuerzas destinadas a la

Banda Oriental. Pero dieciocho días más tarde se le ordena que proceda a

someter tanto a los paraguayos, como a Santa Fe y Corrientes. Años

después en sus Memorias Belgrano escribiría:

“La Junta puso las miras en mí, para mandarme con la expedición

auxiliadora, como representante y general en jefe de ella; admití, porque

no se creyese que repugnaba los riesgos, que solo quería disfrutar de la

capital, y también porque entrevía una semilla de división entre los

mismos vocales, que yo no podía atajar, y deseaba hallarme en un servicio

activo, sin embargo de que mis conocimientos militares eran muy cortos…

expedición que solo pudo caber en unas cabezas acaloradas que solo veían

su objeto y a quienes nada era difícil, porque no reflexionaban ni tenían

conocimientos… Se creía que allí –en el Paraguay- había un gran partido

por la revolución, que estaba oprimida por el gobernador Velazco y unos

cuantos mandones, y como es fácil persuadirse de lo que halaga se prestó

crédito”.

Belgrano parte de Buenos Aires hacia Santa Fe al día siguiente de su

designación. En la Bajada (Paraná) organiza su pequeño ejército de 200

hombres, tomados de los cuerpos de Granaderos de Fernando VII,

Arribeños, Pardos y Morenos a los que se agregan el regimiento de

Caballeros de la Patria (nueva denominación de los Blandengues de la

frontera), una compañía de los Blandengues de Santa Fe y las milicias de

Paraná. Forma las milicias patrióticas de Entre Ríos para proteger a

Gualeguay, Gualeguaychú y Arroyo de la China ante cualquier amenaza

Page 94: Belgrano: Una mente brillante

92

española. Unos 900 hombres que no tiene preparación militar “los más

huyen la cara para hacer fuego”, dice Belgrano a la Junta y agrega con

relación a las armas que llevan “… a los tres tiros quedan inútiles”.

Belgrano continúa rumbo a Santa Fe, previamente destaca 400 hombres al

mando de Juan Ramón Balcarce, a la Bajada del Paraná, mientras que Juan

Angel Michelena toman Arroyo de la China para defender la costa

uruguaya amenazada por Montevideo.

A pesar del mal tiempo, Belgrano ingresa en Santa Fe el 1ro de Octubre y

escribe: “A pesar de ser la noche oscura y del mucho barro que había en la

calles oí vivas y aclamaciones del pueblo que descubren claramente los

sentimientos de que están animados y el respeto y obediencia que

prestan”

El gobierno patrio es reconocido por los santafecinos que le entregan

pertrechos, auxilios, 600 caballos y 12 carretas. Belgrano se interesa por

algunos problemas de la ciudad que luego informa a la Junta. Uno de los

graves problemas era el gran ausentismo en la escuela: “Los medios que le

dicte la prudencia para que no se distraigan los estudiantes de las aulas, a

que por su tierna edad deben dedicarse con intervención de sus padres, a

quienes llamará a la mayor brevedad, para amonestarlos, con el objeto de

que no se separen a sus hijos de una instrucción que es tan propia y de

tanto provecho para la juventud”, para lo cual solicita al Cabildo que

arbitre los medios para solucionar el problema.

Como vemos responsabiliza a los padres de la vagancia infantil

instándolos, a través del Ayuntamiento, a que logren una cultura

adecuada, no solo en su beneficio, sino también de la Patria.

Entre los donativos que recibe Belgrano, se encuentra el de Doña Gregoria

Pérez quien le extiende una nota poniendo a su disposición: “… haciendas,

casas y criados, desde el río Feliciano hasta el puesto de las Estacas, en

cuyo trecho es V.E. dueño de mis bienes, para que con ellos pueda auxiliar

al ejército de su mando, sin interés alguno…”. Belgrano organiza su

Page 95: Belgrano: Una mente brillante

93

ejército y designa a José Díaz Vélez comandante de Entre Ríos, mientras

abriga la idea de que tanto Uruguay como Paraguay se sumen a su gesta.

El 7 de noviembre llega a CuruzúCuatiá y procede a la fundación de los

pueblos de “Nuestra Señora del Pilar” y “Mandisoví” y escribe: “En los

ratos que con bastante apuro me dejaban mis atenciones militares para el

apresto de todo, disciplina del ejército, sus subsistencias y demás, que todo

cargaba sobre mí, hice delinear el nuevo pueblo de Nuestra Señora del

Pilar de CuruzúCuatiá, expedí un reglamento por la jurisdicción y aspiré a

la reunión de población, porque no podía ver sin dolor, que las gentes de la

campaña viviesen tan distantes unas de otras lo más de su vida, o tal vez,

en toda ella, estuviesen sin oír la voz de su pastor eclesiástico, fuera del ojo

del juez, y sin un recurso para lograr educación”.

Es así que manda a Domingo Brugus a delinear las calles, señala la cuadra

para el cementerio, hace construir una escuela e iglesia y ordena que de la

venta de los solares, se tome un fondo para el sostenimiento de escuelas.

Provee, además, todo lo necesario para el orden y la seguridad de sus

habitantes, obligando a los hacendados de la jurisdicción a que levantaran

su casa en el pueblo. Belgrano a su paso, imparte los beneficios de la

civilización, mientras aumenta el número de sus fuerzas y pertrechos

militares, y dota a su tropa de una férrea disciplina, siendo implacable con

quienes trasgreden las reglas: “… iba yo en marcha recorriendo las

divisiones del ejército para observar si se guardaban mis órdenes y si todo

seguía del modo que me había propuesto… de modo que los jefes

ignoraban cuando estaría con ellos, y su cuidado era extremo, y así es que

en camino, logré establecer la subordinación de un modo encantador, y sin

que fueran precisos mayores castigos ”. Pero los tuvo que imponer: “Había

principiado la deserción, principalmente en los de Caballería de la Patria, y

habiendo yo mismo encontrado dos, los hice prender con mi escolta y

conducirlos hasta el punto de CuruzúCuatiá, donde luego se reunió el

ejército los mandé pasar por las armas con todas las formalidades de

estilo, y fue bastante para que ninguno se desertase”.

Page 96: Belgrano: Una mente brillante

94

Mientras Belgrano avanza con su ejército, expide una proclama dirigida a

los naturales de Misiones, y hace distribuir algunas copias en el Paraguay,

donde anuncia que acude a restituirles sus derechos de libertad,

prosperidad y seguridad, de los que han sido privados durante tanto

tiempo y les advierte a fin de desvirtuar la versión que le atribuye el

propósito de oprimirlos: “… así como trabajaré por nuestra utilidad y

provecho… del mismo modo descargaré la espada de la justicia sobre

vosotros, si olvidados de lo que debéis a la Patria, al rey y vosotros

mismos, siguiereis las huellas de esos mandatarios…”

Hacia fines de noviembre el pequeño ejército va con dirección noroeste,

sin poder eludir el paso del río Corrientes, que vadean a nado con gran

dificultad. En tres días avanzan a lo largo de su curso hasta Yaguareté-

Corá, a través de un camino difícil, de senderos inundados, con fuertes

calores y bajo una lluvia torrencial. Flanqueando la laguna de Iberá y

atravesando los numerosos esteros que desaguan en ella, continúa la

marcha hasta enfrentar la isla de Apipe o sea hasta la costa en San

Gerónimo. Cruzan el Paraná y llegan a Santa María de la Candelaria.

Frente a esta población, sobre la costa paraguaya, está el Comandante

Pablo Thompson con 500 hombres, con quien Belgrano intenta un

armisticio. Entretanto, juzga conveniente enviar oficios al Gobernador, al

Cabildo y al Obispo de Asunción, invitándolos a someterse a la Junta

Provisional Gubernativa y designar diputado para el Congreso General.

Belgrano escribe al Gobernador: “Traigo conmigo la persuasión y la fuerza

y no puedo dudar que V.S. admita la primera, excusando la efusión de

sangre entre hermanos, hijos de un mismo suelo, vasallos de un mismo

rey. No se persuada V.S. en entusiasmo, porque defienden la causa de la

Patria y del Rey, bajo los principios de la sana razón”.

Ignacio Warnes es el portador de los oficios, pero es detenido por el

comandante de las fuerzas paraguayas Fulgencio Yegros quien

desconociendo tanto el carácter parlamentario como las leyes de guerra,

lo envía con barra de grillos a Asunción. Belgrano intenta acercamiento

Page 97: Belgrano: Una mente brillante

95

con los paraguayos quienes rechazan las premisas revolucionarias

impuestas por la fuerza.

Belgrano da por finalizado el armisticio el 17 de diciembre y le informa al

comandante Thompson, acampado en Itapuá, el inicio de las hostilidades.

Las primeras partidas muestran a los paraguayos abandonando sus

lugares y pertrechos con el objeto de atraer a Belgrano hacia el centro de

la provincia. Belgrano escribe a la Junta: “… no encuentro a los enemigos,

todo lo van dejando franco, sin duda se han refugiado hacia la ciudad

donde se fortifican”

Estos resultados favorables infunden ánimo a los soldados patriotas que

inician la marcha hacia Asunción hasta ubicarse a orillas del río Tacuarí,

alejándose de su base de operaciones que se hallaba en Candelaria, para

internarse en un medio terriblemente inhóspito, lleno de pantanos, selvas

y esteros. En Tacuarí, precisamente el 30 de diciembre de 1810, Belgrano

redacta el “Reglamento para los naturales de Misiones”, mostrando una

vez más su preocupación por mejorar las condiciones sociales de los

naturales:

“… he venido en determinar los siguientes artículos, con que acredito que

mis palabras no son las del engaño… con que hasta ahora se ha tenido a

los desgraciados naturales bajo el yugo de hierro…

1ro Todos los naturales de Misiones son libres, gozarán de sus propiedades

y podrán disponer de ellas como mejor les acomode…

2do Desde hoy les liberto de tributo…

3ro Concedo un comercio franco y libre de todas sus producciones, incluso

la del tabaco…

4to Respecto a haberse declarado en todo iguales a los españoles que

hemos tenido la gloria de nacer en el suelo de América les habilito para

todos los empleos civiles, políticos, militares y eclesiásticos…

Page 98: Belgrano: Una mente brillante

96

8° En atención en que nada se haría con repartir tierras a los naturales, si

no se les hacían anticipaciones así de instrumentos para la agricultura,

como de ganados para el fomento de las crías, ocurriré a la exelentísima

Junta, para que abra una subscripción para el primer objeto… “

Este documento traduce el pensamiento revolucionario de Belgrano, que

le entrega a Misiones una Constitución para el gobierno de su pueblo.

LA BATALLA DE PARAGUAY

El 15 de enero Belgrano y su Estado Mayor, llegan a orillas del arroyo

Ibañez donde puede observar a las fuerzas paraguayas que divididas en

tres divisiones alcanzaban a un total de 7.000 hombres, cuando las fuerzas

patriotas contaban con sólo 600. La lucha se inicia en la madrugada del 19

con el avance de la primera línea patriota al mando de Machain y la

segunda del capitán Gregorio Perdriel.

Pese a la desigualdad de los efectivos la fuerza de la primera ofensiva

logra dispersar el centro enemigo. Algunos oficiales paraguayos, entre

ellos Velazco, se dan a la fuga. Ante esta situación se descuidan los

flancos por la persecución a los dispersos y se malogra la victoria. Las

fuerzas de reserva de los enemigos atacan a la avanzada patriótica, pero

Belgrano logra organizar la retirada, y escribe a la Junta: “Estoy convencido

de que este país no quiere perder los grillos, aunque me persuado que con

el tiempo llegará a convencerse de los erros en que está contra nuestra

justa causa”.

En su retirada a Santa Rosa, Belgrano recibe el nombramiento de Brigadier

General pero continúa apelando a los recursos diplomáticos a fin de

alcanzar una conciliación pacífica con los paraguayos, a quienes les hace

llegar varios números de “La Gaceta” y su manifiesto del 18 de diciembre,

donde entre otras cosas dice:

“Nobles paraguayos, paisanos míos: el ejército de Buenos Aires no ha

tenido otro objeto en su venida, que el de libertaros de la opresión en que

estáis, que elijáis vuestro diputado para el congreso y, mientras, quitaros

Page 99: Belgrano: Una mente brillante

97

el servicio inicuo de las milicias, y poner un comercio franco de vuestras

producciones, incluso la del tabaco… pero con dolor he sabido por vuestros

compatriotas que están padeciendo a causa de aspirar por su libertad,

que el gobernador Velazco con los europeos, como le llamáis, matuchos,

os tienen engañados y os conducen a los estragos de la guerra civil por su

interés particular… abrid los ojos, creed que el ejército es de amigos y

paisanos vuestros, que tienen la misma religión, el mismo rey Fernando,

unas mismas leyes y un mismo idioma…”.

Pone en libertad a los prisioneros y escribe a la Junta: “Muchas cosas me

influyeron a seguir la máxima de tratar bien a los prisioneros paraguayos,

darles libertad, incluyendo en ellos un europeo y un hijo de esa capital:

entre ellas la consideración de los nuestros en poder de los insurgentes; el

que impuesto de nuestra causa podrían hablar a los suyos y, sobre todo,

que es ajeno de mis sentimientos el terror, por más que se me arguya para

adoptarlo…”

La oposición del pueblo paraguayo a las fuerzas de Belgrano es unánime

en virtud de una instintiva actitud localista. Belgrano recibe a fines de

febrero, en calidad de parlamentario a un oficial de Cavañas, llamado

Antonio Thomas Yegros, a quien Belgrano le advierte que el origen de

aquella guerra debe hallarlo en el aspirar de los pueblos de América a

gozar de los derechos que tienen los de España, “y esto no lo consentirá

jamás nuestro gobierno, ni los que dependemos de él, aunque perdamos

nuestra existencia en la demanda”.

Los paraguayos toman posición de batalla a principios de marzo con una

división de 2000 hombres y 6 piezas de artillería. La Junta Provisional de

Buenos Aires, respondiendo al pedido de auxilio de Belgrano, crea la

primera escuadrilla naval al mando de Juan Bautista Azopardo. Este

remonta el Paraná pero una flota realista le da alcance en San Nicolás, los

derrota el 2 de marzo.

Los paraguayos atacan a los 600 hombres que estaban al mando de

Belgrano y a pesar de la heroica resistencia son vencidos y nuestro

Page 100: Belgrano: Una mente brillante

98

patriota opta por capitular: “… habían ido a auxiliar y no a conquistar el

Paraguay; pero, puesto que rechazaban con la fuerza a sus libertadores,

había resuelto evacuar la provincia, repasando el Paraná con su ejército,

para lo cual proponía una cesación de hostilidades que contuviese para

siempre la efusión de sangre entre hermanos”.

ANDRESITO

Andrés Guacurarí, también conocido como Andresito o Andresito Artigas

nació en Santo Tomé el 30 de noviembre de 1778.

Algunos historiadores afirman que podría haber nacido en San Francisco

de Borja, actual São Borja. Se lo considera uno de los primeros caudillos

federales de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Gobernó entre 1811

y 1822 la Provincia Grande de las Misiones, que incluía territorios de

países hoy limítrofes de Argentina como Brasil y Paraguay.

Fue uno de los más fieles colaboradores del General José Gervasio

Artigas, militar federalista del noreste argentino, quien lo apadrinó; por lo

que llegó a ser llamado "Andresito Artigas". Era de familia guaraní, lo cual

(de no haber mediado su amistad con Artigas) le hubiera excluido de la

oficialidad de la época por la poca consideración social que los integrantes

de la población originaria merecían entonces. Sin embargo, recibió una

formación nada común reflejada en la redacción de sus proclamas en tres

idiomas: español, portugués y guaraní.

Formó parte de la generación posterior a la actividad desplegada por los

Jesuitas, clérigos de La Compañía de Jesús durante su prédica del

Evangelio esparcidos en los actuales territorios de Misiones (Argentina),

Itapúa (Paraguay) y Grande do Sul (Brasil), pueblos que se encontraban en

un momento de esplendor económico, social y cultural, lograda una

convivencia pacífica y autosuficiente basada en el trabajo de la tierra y la

solidaridad, cuando el Rey de España, Carlos III, ordenó su expulsión de

todos sus dominios.

Page 101: Belgrano: Una mente brillante

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Fueron estos pueblos rezagados de aquella singular organización social

quienes quedaron en una desprotección absoluta ante el abandono de

“los hijos de San Ignacio de Loyola” como se los llamaba a los integrantes

de La Compañía de Jesús.

Por ello el gran mérito de Andrés Guacurarí reside (desde una mirada en

retrospectiva) en que sólo él pudo a través de sus valores personales guiar

a su gente, incluso empuñando las armas en defensa de su tierra y su

cultura, avasallados como se encontraban sobre todo por fuerzas luso

brasileñas que en esa época atacaban la región en busca de mano de obra

esclava para ser usada en las bandeiras, en territorios tan lejanos y con un

destino impregnado sólo de la fatalidad.

Si bien los guaraníes habían aprehendido naturalmente la religión católica

llevando como estandarte la no violencia, llegado ese momento crucial de

la necesidad de responder con firmeza y con igual saña al atacante, este

pueblo de aborigenes mansos y trabajadores finalmente supo presentar

batalla.

En esta situación la persona de Guacurarí se erigió en un líder nato y

efectivo que luchó con gran fervor, ahínco y sabiduría pues sus acciones

no solo repelieron al invasor sino que también cuando se presentó la

disyuntiva entre unitarios y federales, aquella espina ideológica que

obstaculizaba la futura unión argentina en una sola patria con varios

estados federales, Andrés Guacurarí supo también elegir la opción que

finalmente favorecería su región como una porción más del tremendo país

que Argentina llegó a ser.

Se puede decir que Guacurarí participó de todas las luchas por la

Independencia Argentina adquiriendo verdadero protagonismo histórico

cuando en 1811 se sumó a las tropas del General Manuel Belgrano en el

intento de libertar al Paraguay de los realistas, luego lo acompañó hasta la

Banda Oriental con el mismo objetivo y cuando el Creador de la Bandera

Argentina fue suplantado por el unitario José Rondeau, Guacurarí decidió

adherir a los federales liderados por José Gervasio Artigas.

Page 102: Belgrano: Una mente brillante

100

EL TAMBOR DE TACUARÍ

El heroísmo de Pedro Ríos, un niño de 12 años acompañó a Belgrano en

la Expedición al Paraguay, dando muestras de valentía y patriotismo.

Pedro Ríos era un niño nacido en Yaguareté-Corá, que significa “corral de

tigres” en guaraní , actual ciudad de Concepción. Este es uno de los

pueblos más antiguos de la provincia de Corrientes, fundado en 1796.

Contaba con 58 pobladores. 32 españoles y 26 nativos.

En 1810, el entonces coronel Manuel Belgrano se encontraba al mando de

la Expedición Libertadora del Paraguay, enviada por el gobierno de la

Junta Gubernativa.

En la mañana del 26 de noviembre de 1810 se produjo la entrada del

Ejército de Belgrano en Concepción. Belgrano ingreso por las calles del

pueblo acompañando por parte de su plana mayor, se dirigió a orar a la

capilla del Curato de San Roque, se arrodilló ante el patrono de Yaguareté-

Corá que era entonces San Francisco de Asís. Al abandonar el oratorio

para ir a visitar la escuela de primeras letras del pueblo, se encontró en el

atrio con varios paisanos, que le solicitaron ingresar a las filas del ejército

patriota, encontrándose entre ellos un niño de 12 años, Pedro Ríos, quien

pedía insistentemente entrar al Ejército. Belgrano dudo al principio de

llevar a ese niño a una expedición militar, pero el propio padre, llamado

Antonio Ríos dijo: “No solo doy mi consentimiento, sino también ruego

que lo acepte, porque yo, con mis 65 años de existencia, soy un hombre

anciano y la entrega de mi hijo es la única ofrenda que puedo hacer a la

Patria”.

El comandante Celestino Vidal, que llegó a ser luego general, hombre

medio ciego, le solicito a Belgrano que aceptara al niño para servirle de

guía y compañero en la campaña Libertadora del Paraguay. Por lo tanto

Pedro Ríos fue incorporado.

Page 103: Belgrano: Una mente brillante

101

La marcha del Ejército de Belgrano demandó grandes sacrificios por las

características del terreno, dado que existían numerosos ríos, arroyos,

lagunas, esteros y bosques, que eran difíciles de cruzar por la carencia de

caminos, planos y poblaciones de abastecimiento.

El 19 de diciembre se efectuó el cruce del Alto Paraná para ingresar a

territorio paraguayo. Pedro Ríos no tuvo mucho tiempo para ejercitarse

en el uso del tambor, debido a que batir el parche en la zona enemiga

hubiera significado delatar la posición del ejército a los espías realistas.

La primera intervención de Pedro Ríos se produjo en el ataque al

campamento enemigo de Yuquerí, el 19 de enero de 1811, Batalla de

Paraguari, derrota para las fuerzas patriotas. Pedro Ríos tuvo la misión

junto a 70 soldados y 14 peones de fortificar las carretas del parque de

armas, como también el hospital de campaña. En las escaramuzas de

Itapúa, estuvo lejos de las acciones con el grueso del ejército. En la batalla

de Paraguari, los patriotas lucharon denodadamente, pero el agotamiento

de las municiones contribuyó a que sufrieran la primera derrota en

territorio paraguayo. Pudieron retirarse en orden y fortificarse en las

proximidades del río Tacuarí.

Cuando Belgrano advirtió que 120 de sus hombres quedaron encerrados

en la capilla de Paraguari, ordenó tocar reunión para auxiliarlos,

produciéndose el bautismo de Pedro Ríos como tambor. En la batalla de

Tacuarí, que tuvo lugar el 9 de marzo de 1811, se destacó la figura de

Pedro Ríos. Fue guía del comandante Celestino Vidal mientras batía los

parches de su tambor.

En pleno desarrollo de las operaciones bélicas, fue alcanzado por dos

proyectiles de fusil en el pecho, cayendo herido de gravedad y falleciendo

minutos después en el campo de batalla. El general Vidal decía hacia el

final de su vida: “Lo recuerdo y me estremezco. Me parece estar viéndolo

impasible avanzar a mi lado. Yo lo he visto caer y abandoné la lucha para

socorrerlo. Murió de dos disparos en el pecho. Estoy seguro de que su

Page 104: Belgrano: Una mente brillante

102

muerte fue mi salvación, porque al detenerme, no caí como cayeron casi

todos los del ala donde estábamos nosotros”...

La expedición auxiliar a Paraguay ha fracasado en su aspecto militar, pero

las cualidades políticas de Belgrano hicieron germinar en muchos

paraguayos la doctrina revolucionaria: “Habrá desde hoy, paz, unión,

entera confianza, franco y liberal comercio de todos los frutos de la

provincia; incluso el tabaco con el río de la Plata y particularmente con la

capital de Buenos Aires”.

El intercambio de emisarios es permanente y la correspondencia de

Belgrano se extiende a otros jefes paraguayos: “Es preciso conocer a los

países –decía-, si yo hubiera conocido al Paraguay no se hubiera

derramado una gota de sangre”.

La prédica de Belgrano comienza a dar sus frutos, un movimiento

encabezado por los criollos se extiende por toda la provincia y el 14 de

mayo de 1811, un grupo de revolucionarios ocupan los cuarteles de

Asunción. El gobierno de Velazco es reemplazado por una Junta

Gubernativa de cinco miembros.

BELGRANO TRADUCTOR DE WASHINGTON

Uno de los documentos fundamentales de la historia de los Estados

Unidos de Norte América es el FarewelAddress, el mensaje o discurso de

despedida, el adiós, dirigido por Jorge Washington al hacer entrega del

poder a su sucesor John Adams. Washington acaba de cumplir su segundo

período presidencial después de haber encabezado los ejércitos

libertadores de su Patria y haber sido uno de sus organizadores

constitucionales.

Fatigado de la vida pública y sintiendo que sus fuerzas comenzaban a

flaquear, había resuelto retirarse a la vida privada, pero antes de hacerlo

tuvo la necesidad de hablar a su pueblo, dejar un documento de

Page 105: Belgrano: Una mente brillante

103

despedida, una especie de testamento político, las conclusiones de su

experiencia y el mensaje de sus convicciones democráticas.

El FarewellAddress fue publicado en los Estados Unidos el 17 de setiembre

de 1796. Recién en el año 1805 el Dr. Manuel Belgrano lo conoció. El

norteamericano David Curtis de Forest, pintoresco amigo suyo que luego

de la Revolución de Mayo habría de hacerse argentino, se lo hizo conocer.

La lectura del adiós entusiasmo a Belgrano y desde el primer momento

pensó que ese documento debía ser conocido por todos los americanos.

¿Pero cómo difundirlo, cómo hacerlo llegar a los pueblos? No bastaba con

traducirlo era necesario imprimirlo en gran cantidad de ejemplares para

poder distribuirlos, pero la falta de fondos y la carencia de imprenta como

también la severísima vigilancia ejercida por las autoridades españolas en

torno a cualquier clase de publicaciones y muy especialmente a la

literatura política era considerada subversiva. La sola lectura de la

constitución de los Estados Unidos estaba prohibida en todas las colonias

españolas.

Estas dificultades desanimaron a Belgrano y se limitó a hablar del

documento con sus amigos para hacerlo conocer a los pocos que sabían

inglés. Los acontecimientos vividos en el país lo distrajeron

momentáneamente del asunto.

Producida la Revolución de Mayo, el Dr. Manuel Belgrano, por imperiosas

necesidades del momento, es convertido de la noche a la mañana en

militar para conducir las menguadas y desorganizadas unidades para

marchar hacia el Paraguay.

Durante el desarrollo de la campaña vuelve a su pensamiento el viejo

proyecto de hacer conocer a los pueblos el adiós de Washington. Él lo

juzga un excelente instrumento para la preparación política de las gentes y

sin pérdida de tiempo inicia la tarea de su traducción. Está a punto de

Page 106: Belgrano: Una mente brillante

104

darle fin en su tienda de campaña la noche antes de la batalla de Tacuarí.

Pero al día siguiente, cercado por el enemigo, temeroso de una derrota

que hiciera caer en mano de los realistas algunas cartas comprometedoras

de sus agentes patriotas en Asunción, ordena a su edecán que queme

todos sus papeles antes de entrar en batalla.

La traducción del Address, la primera, se perdió así en aquel prudente

acto de fe. Pero Belgrano no era hombre de abandonar un proyecto.

Ahora que el poder estaba en manos de los patriotas, y no había tiranía

que impidiera la difusión en América de la literatura política necesaria a

los intereses de la Revolución, no iba a dejar de realizar su viejo sueño.

Cuando de vuelta en Buenos Aires, se le ordena partir de nuevo para

hacerse cargo de la jefatura del Ejército del Norte, el proyecto vuelve a

bullir en su cabeza.

El 2 de febrero de 1813 a orillas del Río Pasaje, da término a la segunda

traducción del adiós. El gobierno de la Revolución autorizó su publicación

y bajo sus auspicios se hicieron miles de ejemplares para ser distribuidos

en toda América.

Uno de esos ejemplares –el único del que hay noticias- se halla en la

biblioteca del Parlamento en Washington. Es la única traducción al

español del documento dado como testamento político del primer

presidente de los Estados Unidos.

Hay una fascinación especial en especular en los pasajes que Belgrano

sintió tan hondamente que escribió “paisanos míos… a cuantos piensen en

la felicidad de la América…”, exhortándolos a que leyeran y reflexionaran

en el consejo de “ese gran hombre… que se había dedicado de todo

corazón a la libertad y felicidad de su patria…” para que transmitiera esas

ideas a sus hijos… si les tocaba la suerte de trabajar por la libertad de

América”.

Page 107: Belgrano: Una mente brillante

105

Él compartía el anhelo, apasionado de Washington por la unidad.

Comprendían ambos que las rencillas entre los estados, o provincias,

debían evitarse a fin de que sus países pudieran ser suficientemente

fuertes para mantenerse por sí libres e independientes. “También os es

apreciable en el día de la unidad de gobierno, que os constituye una

nación”, escribió Washington (para seguir haciendo uso de la versión de

Belgrano). “y á la verdad justamente la apreciáis; pues es la columna

principal del edificio de vuestra verdadera independencia, el apoyo de

vuestra tranquilidad interior, de vuestra seguridad, de vuestra prosperidad

y de esa misma Libertad que tanto amáis”. Añadió luego: “Pero como es

fácil prever, que por diferentes motivos… se trabaje con mucho empeño…

para debilitar, en vuestro concepto, el convencimiento de esta verdad:

siendo este el punto de vuestro baluarte político contra el cual se han de

dirigir con más constancia y actividad las baterías de los enemigos

interiores y exteriores (aunque muchas veces oculta e insidiosamente…)”

Tanto Belgrano como Washington percibieron el ominoso augurio de

discordancias internas y su peligro inminente. Su propio país, no liberado

todavía, estaba dividido en facciones en las distintas provincias.

Felizmente para él, no vivió lo suficiente para experimentar en carne

propia los años de las luchas intestinas. Washington también, se libró del

horror de la guerra civil.

En su “Introducción” Belgrano dice de Washington: “Hablo con cuantos

tenemos, y con cuantos puedan tener la gloria de llamarse americanos,

ahora, y mientras el globo no tuviese otra variación”. En las palabras de

Washington: “El nombre de los americanos que nos pertenece… siempre

debe excitar un justo orgullo patriótico, más que cualquier otro nombre,

que derive de los lugares en que habéis nacido”. No meramente

virginianos, ni neoyorquinos, ni nombres de Pensilvania. Juntos habéis

peleado y triunfado por una causa común: la independencia y la libertad

que penséis”, recuerda Washington, “es la hora de vuestros consejos, de

Page 108: Belgrano: Una mente brillante

106

los peligros, de los sufrimientos y de las ventajas comunes, que en Unión

habéis conseguido”.

El documento es extenso. Abarca el prodigioso campo de la defensa, el

comercio, las finanzas y los problemas internos, sin dejar de analizar su

política exterior. Es importante destacar el complicado escenario

internacional de fines del siglo XVIII y la indigencia económica de las

débiles Trece Colonias. Europa se debatía en el tumulto mientras Francia e

Inglaterra estaban en guerra y en el continente norteamericano restaban

la posesiones de las potencias europeas, como Francia, Inglaterra y

España. “No puede haber error mayor –decía Washington- que esperar o

contar con favores verdaderos de nación a nación. Es una ilusión, que la

experiencia de curar, que justo orgullo debe arrojar”.

Consciente de la generosidad de Belgrano hacia la instrucción pública y su

honda fe religiosa este pasaje debe haber tocado toda una fibra íntima en

el corazón de este patriota: “Promoved, pues, como un objeto de gran

importancia, las instituciones para que se difundan los conocimientos. Es

esencial –escribió Washington- que la opinión pública se ilustre en

proporción de la fuerza que adquiere por la forma de gobierno” y “la

religión y la moral son apoyos indispensables de todas las disposiciones y

hábitos que conducen á la prosperidad pública. En vano reclamaría el

título de patriota el que intentase derribar estas grandes columnas de la

felicidad humana…”

“Cuando os ofrezco paisanos míos –expresó en su mensaje- estos consejos

de un viejo y apasionado amigo, no me atrevo á esperar que hagan una

impresión tan duradera como quisiera, ni que tengan el curso común de

las pasiones, ó impidan que nuestra nación experimente el destino que han

tenido hasta aquí las demás naciones, pero sí puedo solamente

lisonjearme… que alguna vez contribuyan á moderar la furia del espíritu

del partido, á cautelaros contra los males de la intriga extranjera, y

preservaros de las imposturas del patriotismo fingido…”

Page 109: Belgrano: Una mente brillante

107

Decía Belgrano en la Introducción del documento: “Un conjunto de

sucesos que no estaban al alcance nuestro, pues vivíamos sabiendo

únicamente lo que nuestros tiranos querían que supiésemos, nos trajo la

época deseada, y por una confianza que no merecía, mis conciudadanos

me llamaron a ser uno de los individuos del gobierno de Buenos Aires, que

sucedió a la tiranía”.

Hubiera sido interesante compararlo con el proyecto corregido, del que

Belgrano escribe: “Para executarla con más prontitud me he valido del

americano Dr. Redhead, -su médico personal- que se ha tomado la

molestia de traducirla literalmente y explicarme algunos conceptos…”

No debemos olvidar jamás “La gloria de llamarse americanos”, hoy

resuena con renovada promesa por encima del clamor de un mundo

angustiado.

LA CLASE TRABAJADORA

En el país han existido muchos hombres de empresa, merced a cuya

iniciativa se fueron levantando los primeros establecimientos

agropecuarios e industriales que, al amparo de las ventajas naturales del

territorio, alcanzaron rápido y fecundo desarrollo. Pero, también es exacto

que estos hombres, activos y emprendedores tuvieron como punto de

mira siempre el interés personal, la prosperidad de sus negocios y que casi

nunca tomaron en cuenta el grave problema social de los trabajadores

argentinos.

Recordemos sin ir más lejos lo que decía Manuel Belgrano al describir el

cuadro que ofrecía el territorio de Misiones, cuando Europa vivía la etapa

de la revolución industrial y los reglamentos y leyes obreras comenzaron a

esbozarse. En plena selva misionera, Belgrano comprendía ya el dolor

proletariado, la explotación de los trabajadores y buscaba llevarles con

Page 110: Belgrano: Una mente brillante

108

una reglamentación sencilla y clara, pensaba y redactaba sobre el terreno

las normas que debían protegerlos y ampararlos de la explotación del

feudalismo criollo. Por eso en los fundamentos de aquel reglamento dice a

los pobladores misioneros “que venía a restituirles sus derechos de

libertad, prosperidad y seguridad, de que tantas generaciones estuvieron

privados, sirviendo únicamente para las rapiñas de los que han gobernado,

como está de manifiesto hasta la evidencia, no hallándose una sola familia

que pueda decir: éstos son los bienes que he heredado de mis mayores.

Hasta ahora -agregaba Belgrano en su reglamento- se ha tenido a los

desgraciados naturales bajo un yugo de hierro, tratándolos peor que a las

bestias de carga, hasta llevarlos al sepulcro entre los horrores de la miseria

y la infelicidad que yo mismo estoy palpando con ver su desnudez, sus

lívidos aspectos y los ningunos recursos que les han dejado para subsistir.

Dos siglos después, este mismo cuadro está presente, cuando se habla de

trabajo esclavo, falta de instrucción y muchos trabajadores rurales

padecen enfermedades incurables.

LA BANDA ORIENTAL

La causa revolucionaria comienza a extenderse por toda América del Sur

mientras en Montevideo se concentra uno de los mayores puntos de

resistencia realista. Se reprime a todo sospechoso de adhesión al gobierno

de Buenos Aires, que para evitar una ruptura definitiva, comisiona ante las

autoridades uruguayas al Secretario Juan José Paso, quien fundamenta la

necesidad e importancia de unir esfuerzos para hacer frente al peligro de

una eventual agresión portuguesa. Las gestiones fracasan, pero un grupo

de gauchos producen el llamado “Grito de Asencio” para luchar contra el

dominio hispánico y José Gervasio Artigas será la guía para conducirlos

hacia la libertad.

Los ideales comunes, la confianza y adhesión a Artigas, el prestigio y la

autoridad de Belgrano que los orientales reconocen, se ligan para

posibilitar el éxito de la insurrección. Cuando Belgrano estable su cuartel

Page 111: Belgrano: Una mente brillante

109

general en Mercedes cuenta con un ejército de tres mil hombres.

Comisiona a su ayudante Manuel Artigas a sublevar el norte oriental y a

José Artigas en el centro para cercar a Montevideo. Despacha a Venancio

Benavidez para dirigirse sobre Colonia y unirse en Montevideo a las

fuerzas de José Artigas, que logran importantes victorias.

Belgrano escribe a la Junta de Buenos Aries: “… los heroicos patriotas, así

veteranos como milicianos, se empeñan en manifestar su valor y deseo de

sostener la sagrada causa, para conseguir la tranquilidad y conservar

estos dominios libres de toda otra dominación que no sea la de nuestro

Augusto Rey y Señor Don Fernando VII; cada día se estrechan más mis

relaciones, y pronto espero que se concluya el germen de nuestra desunión

y por consiguiente de los males en que nos quieren envolver los hombres

desnaturalizados, enemigos irreconciliables del bien general”.

También se dirige al gobernador de Montevideo Gaspar de Vigodet: “…me

glorifico de no haber engañado jamás a ningún hombre… me hallo pronto

a recibirlo en el seno de la patria, si abandona el partido inicuo de la

guerra civil en que tan infelizmente lo ha envuelto un hombre sin

autoridad, sin representación legítima… Convénzase Ud. de que le hablo

de vedad y que deseo se venga a mí; sus honores, sus distinciones, sus

sueldos, le serán satisfechos y el nombre de un buen español, amante de

su rey Fernando VII y sus legítimos sucesores, no los perderá”.

PROCESO Y ABSOLUCIÓN

El núcleo de oposición a la Junta Grande, estaba constituido por jóvenes

porteños, defensores de los principios democráticos de la Revolución y los

ideales independentistas, sostenidos por Mariano Moreno, cuya obra y

directivas se encaminaban hacia el logro de la emancipación política. A

partir de la incorporación de los representantes del interior al gobierno, la

separación de Moreno y la formación de la Junta Grande, inicia una etapa

de postergación de aquel ideal que Belgrano sostenía, integrando el sector

más decidido del primer gobierno patrio.

Page 112: Belgrano: Una mente brillante

110

En las noches del 5 y 6 de abril de 1811, se produce en Buenos Aires un

motín de trascendencia política. Es el primer intento de rebeldía contra las

autoridades patrióticas constituidas y el inicio de las luchas intestinas.

Precisamente, una de las peticiones, -la número 13- del movimiento

triunfante establece: “Quiere el pueblo que el vocal don Manuel Belgrano,

general de la expedición destinada al auxilio de nuestros hermanos los

paraguayos, sea llamado y comparezca inmediatamente en esta Capital a

responder a los cargos que se le formen”.

Belgrano contaba con el afecto de los jefes orientales que habían

encabezado la revolución, y había ganado prestigio entre sus pobladores y

contaba, además, con la adhesión del ejército del Alto Perú, que al mando

de Balcarce y Castelli había sido vencedor en la batalla de Suipacha. Con

ese apoyo pudo modificar los acontecimientos en la Banda Oriental y por

su habilidad diplomática los de Paraguay.

Presidida por Cornelio Saavedra, el 22 de abril una Junta de Guerra

acuerda sustituir a Belgrano por José Rondeau en la Banda Oriental.

Nombra segundo jefe a Martín Galaín y al teniente coronel José Artigas,

jefe de las milicias patrióticas. El 2 de mayo Belgrano, desde Zanja Honda

le responde a la Junta: “Tuve mis impulsos de desobedecer y no cumplir la

orden de V.E., fecha 19 del pasado, que recibí a las ocho de la noche; ya

por sus relaciones con el Paraguay, ya con los portugueses, ya con esta

campaña y varias otras que había emprendido con los mismos enemigos;

pero el que se graduase de ambición la falta de cumplimiento por los que

hallan movido al pueblo para que se me llame inmediatamente a

responder los cargos que se me formen, y tal vez se provocase un nuevo

movimiento que a costa de todo sacrificio se debe evitar, me estimuló a

expedir mis órdenes en aquella misma noche, que mandé abiertas a don

José Rondeau, para que se le reconociese por general del ejército al tiempo

de emprender mi marcha al amanecer de este mismo día, y evitar las

reclamaciones que con solo las noticias había entreoído, quitando así de la

vista mi persona, que habría podido acalorarla: pues mis intenciones

jamás fueron exponer a la patria al más mínimo vaivén, sino trabajar para

Page 113: Belgrano: Una mente brillante

111

que con la unión logre concluir con sus enemigos y establecer su gobierno,

si es posible en el seno de la tranquilidad”.

Ante esta situación tanto el ejército como las poblaciones orientales

manifiestan en una nota enviada a la junta el 8 de mayo: “¿Qué podríamos

temer teniendo al frente a su digno jefe Don Manuel Belgrano? Nada; su

nombre era pronunciado con respeto hasta por nuestros mismos

contrarios, Montevideo, que en sus papeles públicos tantas veces le había

publicado derrotado y preso por los paraguayos, confesaba tácitamente

que no podía soportar sin susto su cercanía, los portugueses le

respetaban; el Paraguay le temía: nuestras tropas tenían puestas su

confianza y este numeroso vecindario descansaba en sus sabias

disposiciones, con tanto mayor gusto cuanto que habíamos empezado a

sentir sus favorables resultados… Su presencia es uno de los objetos más

interesantes para llenar nuestros vastos designios”.

Entretanto, los jefes y oficiales manifestaban a la Junta: “Los oficiales del

ejército patriótico… hacemos presente que es muy precisa la persona del

señor vocal Manuel Belgrano, a quien consideramos los necesarios

conocimientos para terminar la cuestión de los enemigos de la patria y del

bien común. Nuestros contrarios le temen y le quieren por su rectitud”.

Hacia finales de mayo de 1811, Belgrano llega a Buenos Aires, recién se

cumple el primer aniversario de la Revolución y una vez más

sometiéndose a la voluntad superior, vuelve a acreditar sus valores

morales, honradez y patriotismo. Solicitan su procesamiento sin haberse

formulado cargos y se acuerda llamar por edictos a quienes puedan

formularlos.

El caudillo Tomás Grigena manifiesta a la Junta el 28 de junio: “… con

respecto a los cargos, el Gobierno se los debe formar… así como ejecutaría

en cualquier caso en que no hubiese procedido de oficio en fuerza de

autoridad”.

Page 114: Belgrano: Una mente brillante

112

Por su parte, los oficiales que habían participado en la campaña del

Paraguay expresaron: “… que no había un oficial ni un soldado que tuviera

la menor queja que producir contra él”.

A todo esto, estalla la Revolución en el Paraguay, esto se convierte en su

mejor victoria y defensa, por lo que el gobierno porteño lo ve como el

hombre indicado para concertar negociaciones diplomáticas ante los

paraguayos.

No habiéndose resuelto la acusación que todavía pesa sobre él, rechaza

tal designación con estas palabras: “Renunció a todos los trámites; fío mi

defensa a la correspondencia que he tenido con V.E.; la dejo a las

declaraciones de cuantos han presenciado mi conducta, sea los que fueren,

castigados o no por mí: tal es la confianza que tengo de haber procedido

según mi obligación”.

El 9 de agosto de 1811, con la firma de todos los miembros de la Junta, y a

pesar de haber mantenido cierta predisposición acusatoria, declara: “…

que el general Manuel Belgrano se ha conducido en el mando de aquel

ejército, con un valor, celo y constancia dignos del reconocimiento de la

patria; en consecuencia, queda repuesto en los grados y honores que

obtenía…” La Resolución debe ser publicada en “La Gaceta”, “… para

satisfacción del público de este benemérito patriota”.

Finalizado el proceso, Belgrano acepta llevar a cabo la misión diplomática

junto al Dr. Vicente Anastasio de Echevarría, pero Paraguay declara su

autonomía y desvinculación con Buenos Aires. El 12 de octubre se firma

una convención en la que se reconoce al Paraguay la facultad de

gobernarse libremente hasta la reunión del Congreso General de las

Provincias del Río de la Plata, a la que tenía la obligación de enviar

diputados. Lamentablemente, bajo un gobierno dictatorial hasta 1840 se

aísla y abstiene de participar de las guerras de la independencia.

Page 115: Belgrano: Una mente brillante

113

COMANDANTE DEL REGIMIENTO DE PATRICIOS

Hacia fines de 1811, Montevideo se consolida como baluarte realista, a

esto se suma el fracaso militar en el Paraguay, a la que se agrega la

derrota de Castelli, en la batalla de Huaqui, con lo cual las fuerzas

patriotas ubicadas en el norte deben retroceder. El triunvirato decide

iniciar una reorganización militar creando un Estado Mayor del Ejército y

el 16 de noviembre de 1811 los regimientos 1ro y 2do se unen pasando a

ser el Nro 1 de Patricios y asume su jefatura el coronel Manuel Belgrano…

“por no ser conforme con las atenciones del señor Brigadier Don Cornelio

Saavedra el desempeño de las obligaciones de este importante cargo”.

Saavedra, es enviado a reorganizar el Ejército del Norte.

Belgrano manifiesta al gobierno: “Procuraré hacerme digno de llamarme

hijo de la patria. En obsequio de esta ofrezco a V.E. la mitad del sueldo que

me corresponde, siéndome sensible no poder hacer demostración mayor,

pues mis facultades son ningunas y mi subsistencia pende de aquél, pero

en todo evento sabré también reducirme a la ración del soldado, si es

necesario para salvar la justa causa que con todo honor sostiene V.E.”, dijo

e hizo el abogado economista transformado en militar. “No quiero pícaros

a mi lado... lo mismo es morir a los cuarenta que a los sesenta, no me

importa y voy adelante, quiero volar, pero mis alas son chicas para tanto

peso”.

El gobierno acepta el ofrecimiento y le contesta: “El contribuir todo

ciudadano con su fuerza moral y física a los sobrados objetos de la justa

causa, es su deber primero; pero desprenderse de lo que la patria le

franquea para su indispensable subsistencia, es retribuir a la patria cuanto

ha recibido de ella…”

El nuevo Poder Ejecutivo –representante del centralismo porteño- procura

gobernar excluyendo a quienes habían prestado adhesión tanto a la Junta

como a Saavedra por una sostenida tendencia hacia las provincias. Tales

divergencias políticas dan origen, en el regimiento de Patricios, al “motín

Page 116: Belgrano: Una mente brillante

114

de las trenzas” que se produce el 6 de setiembre de 1811, en el que se ve

envuelto Belgrano.

La mayoría de los integrantes de ese cuerpo –entre los que se encuentran

numerosos provincianos- no aceptan el reemplazo de Saavedra. Entre las

medidas disciplinarias adoptadas por Belgrano está la de cortarse la coleta

o trenza que lucían con orgullo como distintivo de la unidad. Este es el

pretexto para iniciar el levantamiento que se conoce como “el motín de

las trenzas” y pedir el relevo de los jefes y oficiales, como así también

elegir a quienes deben reemplazarlos. La sublevación que estalla dentro

del mismo cuartel, es reprimida por Rondeau y se despoja a la unidad de

su nombre y uniforme.

Fue un suceso triste y trágico de nuestra historia donde valientes

suboficiales y soldados fogueados en la defensa del suelo patrio, la

fatalidad los empujó a combatir, -matando y muriendo- contra

compatriotas no menos valientes. “El motín de las trenzas” puede

considerarse el origen de nuestras guerras civiles y las disidencias entre

porteños y provincianos y el origen de “unitarios” y “federales”.

LA CREACIÓN DE LA BANDERA

Los realistas preparan en el Norte un vasto plan de ataque a la vez que

concentran sus fuerzas en Montevideo, apoyadas por las tropas del Brasil.

A partir de allí y en busca de víveres, la marina española efectúa

frecuentes incursiones en los ríos Paraná y Uruguay, hostilizando las

poblaciones indefensas situadas en las inmediaciones. Para contrarrestar

tales actos de piratería y asegurarse el dominio del litoral, el Triunvirato

dispone levantar en las costas pequeñas fortificaciones defensivas que

impidan la penetración española.

En enero de 1812, Belgrano asume el mando de las baterías costeras y la

vigilancia del Paraná entre la Bajada y San Nicolás. Durante diez días

realiza los aprestos para que su unidad inicie la marcha. Debe reorganizar

Page 117: Belgrano: Una mente brillante

115

los cuadros, procurar los pertrechos y superar las numerosas dificultades

que la insurrección de diciembre y la consiguiente represión, habían

ocasionado. Fortalecidos los espíritus de aquellos hombres, comienza la

partida hacia San José de Flores, el 24 de enero por la mañana parten

carretas y ganado mientras a las cinco y media de la tarde lo hace la tropa.

La marcha se ve agravada por diversos inconvenientes, el clima agobiante,

las dificultades del suelo y la falta de agua para consumir demoran catorce

días el arribo del regimiento a la Villa del Rosario.

Belgrano escribe en su “Diario de Marcha”: “… Hallándonos a distancia del

Rosario de cerca de una legua se formó la tropa, sacaron las banderas, y

con todo orden seguimos hasta este pueblo, cuyo Comandante, capitán

Moreno, y el Alcalde con otros vecinos salieron a recibirnos y

ofrecérsenos… Llegados a la Plaza Mayor se formó una batería… y

habiéndose depositado las banderas de la Casa que me estaba preparada,

marchó la tropa al campamento que ya estaba señalado por el capitán

Alvarez en una buena situación cerca del río y bajo unos árboles que

favorecen mucho la estación que nos hallamos… El pueblo no tiene casas

ni galpones para colocar la gente; se ha encontrado una a propósito para

parque de las municiones que traemos, y almacén de los vestuarios y

demás útiles del Regimiento”.

LAS BATERÍAS “LIBERTAD” E “INDEPENDENCIA”

A su arribo a la Villa del Rosario, donde encuentra fuerzas del regimiento

de Dragones de la Patria, un piquete de artillería y algunas otras tropas,

Belgrano se aboca a la finalización de la construcción de las baterías y

registra en “Diario de Marcha”: “El coronel y oficiales de Caballería de la

Patria y el capitán de Artillería Herrera, como igualmente el capitán

Rueda, encargado de la construcción de la Batería, se me han presentado;

he tenido mis conferencias con los dos últimos para la pronta conclusión

de la obra en que me dicen que trabaja con bastante anhelo, sin embargo

de la falta de gente, y lo que es peor del dinero; pienso esta tarde ir a verlo

todo por mí mismo, a fin de tomar los conocimientos prácticos que se

requieren”.

Page 118: Belgrano: Una mente brillante

116

El Triunvirato notifica a Belgrano el 11 de febrero, la misión encargada al

teniente coronel de ingenieros Angel Monasterio, un español identificado

con la causa americana, que tomará a su cargo la dirección de las obras y

Belgrano elogia enviando una nota al gobierno.

Una de las fortificaciones es instalada sobre la barranca para dominar el

estrecho canal del río, hacía el oeste. La otra, en la isla fronteriza frente al

poblado, artillada con tres piezas de grueso calibre.

Belgrano debe desarrollar toda su creatividad en Rosario para superar

numerosas dificultades que se oponían al éxito de la empresa, dada la

precaria situación económica, los inconvenientes de orden militar que

diezman los cuadros, afectando la organización de sus fuerzas: “Si la idea

que V.E. tiene por Patria… existieran en cuantos habitamos este suelo, ya

no habría más que desear y ni se vería la horrorosa deserción, ni otra clase

alguna de delitos: pero por desgracia no es así y yo estoy convencido por la

que veo; por lo que experimentó aquí mismo y lo que he experimentado,

que entre nuestros paisanos no hay más que la indiferencia por todo y que

solo se mueven por el temor; de modo que conceptúo que nuestra Santa

Causa se ha de sostener únicamente, tanto exterior, como interiormente,

por la fuerza”. En el mismo oficio, consustanciado de la ociosidad y vicios

que padece la juventud, somete a la consideración del Gobierno, la

posibilidad de un reclutamiento obligatorio, desde los 18 a los 24 años:

“Por este medio los Regimientos lograrían completarse y nuestro Ejército

se formará bajo principios más sólidos… y andando el tiempo no habría un

vecino que ignorase el servicio y que para un caso de guerra no estuviese

apto”.

LA ESCARAPELA NACIONAL

Una flotilla española con fuerzas de desembarco esta próxima a zarpar de

Montevideo para remontar el río Paraná y apoderarse de la Bajada,

cuando todavía no habían finalizado las obras de fortificación. Ante esta

situación, Belgrano concibe la idea de otorgar a sus fuerzas un símbolo

que sea a la vez, el distintivo de la Revolución, estimulando de esta forma

Page 119: Belgrano: Una mente brillante

117

los sentimientos patrióticos de sus hombres y el 13 de febrero de 1812

envía un oficio al Triunvirato proponiendo se sirva indicar la “escarapela

nacional” utilizada en lugar de la realista. De esta forma se dejará de

luchar bajo bandera española y los ejércitos de la Patria abandonarán las

distintas escarapelas que se usaban que eran según lo expuesto por

Belgrano “una señal de división cuya sombra, si era posible, debía

alejarse”.

El 18 de febrero el Gobierno le responde que se ha decretado que se “use

por las tropas… la Escarapela Nacional de las Provincias Unidas del Río de

la Plata… que deberá componerse de dos colores, blanco y azul celeste”.

El 23 de febrero Belgrano distribuye la nueva insignia entre sus soldados,

comunicando al gobierno: “… se ha puesto en ejecución la orden de V.E.,

fecha 18 del corriente, para el uso de la escarapela nacional que se ha

servido señalar, cuya determinación haya sido del mayor regocijo, y

excitado los deseos de los verdaderos hijos de la patria de otras

declaraciones de V.E. que acaben de confirmar a nuestros enemigos de la

firme resolución en que estamos de sostener la Independencia de

América”.

Estos términos y los nombres de las baterías “Libertad” e

“Independencia”, son prueba para ilustrarnos de la esencia de su doctrina

y colocarlo en nuestra historia como el precursor de la Independencia

suramericana y padre de la patria junto al libertador José de San Martín.

CREACIÓN DE LA BANDERA NACIONAL

Manuel Belgrano es designado General en Jefe del Ejército del Alto Perú,

en reemplazo de Juan Martín de Pueyrredón el 27 de febrero de 1812 y

ese mismo día, crea y enarbola la enseña nacional, al inaugurar las

baterías. Forma sus tropas sobre la barranca del río Paraná y a las seis y

media de la tarde, con los mismos colores que el gobierno designó para la

escarapela nacional arenga a sus fuerzas diciéndoles:

Page 120: Belgrano: Una mente brillante

118

“Soldados de la Patria: En este punto hemos tenido la gloria de vestir la

escarapela nacional que ha designado nuestro Excmo. Gobierno; en

aquél, la Batería de la Independencia, nuestras armas aumentarán las

suyas. Juremos vencer a los enemigos interiores y exteriores, y la

América del Sur será el tempo de la Independencia y de la Libertad.

“En fe de que sí lo juraís, decid conmigo: ¡Viva la Patria!

“Señor Capitán y tropa destinada por la primera vez a la Batería

Independencia; id, posesionaos de ella, y cumplid el juramento que

acabís de hacer”.

Por este juramento se infiere que la Batería “Libertad”, estaba sobre la

barranca y la “Independencia” en la isla.

Mientras tanto, el Triunvirato mantiene una actitud vacilante respecto de

cualquier proyecto de emancipación. Consintió el uso de una escarapela

para los soldados pero por razones de política externa, reprueba

severamente la actitud de Belgrano, considerándola prematura y ordena,

en oficio enviado el 3 de marzo, arriar la bandera. Belgrano desconoce la

directiva del Poder Ejecutivo e inicia la marcha hacia el norte para hacerse

cargo del ejército.

Ya está en San Salvador de Jujuy cuando se cumple un nuevo aniversario

de la Revolución de Mayo y para festejarlo, hace bendecir y jurar el

pabellón azul-celeste y blanco, en una ceremonia a cargo del canónico

Ignacio Gorriti, con la insignia flameando en todos los balcones del

Cabildo, mientras dice a la tropa: “Soldados, el 25 de mayo será para

siempre un día memorable en los anales de nuestra historia, y vosotros

tendréis un motivo más para recordarlo, cuando, en él por primera vez…

veis en mi mano la Bandera Nacional, que ya os distingue de las demás

naciones del globo… No olvidéis jamás que vuestra obra es de Dios; que él

os ha concedido esta bandera, y que nos manda que la sostengamos”.

Belgrano es desautorizado nuevamente por el Triunvirato y el 18 de julio

le responde que ha recogido la bandera reservándola para el día de una

Page 121: Belgrano: Una mente brillante

119

gran victoria. El 13 de febrero de 1813, con el triunfo de Tucumán el

prócer enarbola nuevamente la bandera de la Patria, aunque recién el 25

de julio de 1816, se aprueba oficialmente, con carácter de pabellón

nacional.

El 8 de junio de 1938, el gobierno nacional decidió que el aniversario de la

muerte de Belgrano se transformara en el Día Nacional de la Bandera”. La

instauración de esa nueva efemérides fue un paso más en la consolidación

de una identidad argentina, impulsada desde fines del siglo XIX por el

Estado, a través de la escuela pública. Los hijos de los inmigrantes

provenientes de países muy diversos se reconocieron como miembros de

una misma comunidad, representada por los colores de la bandera.

La Bandera fue creada por Manuel Belgrano, comandante del Ejército de

Norte, para distinguir a las tropas del gobierno de Buenos Aires de las

tropas delegadas por el virrey del Perú en el combate que enfrentaba a

unas y otras y que se extendía en el centro-sur del Altiplano, en las zonas

que ahora ocupan Bolivia y el Noroeste argentino.

Belgrano eligió los colores heráldicos de los Borbones, el azul cielo y el

blanco que vemos en las bandas sobre el pecho de los monarcas

españoles en sus retratos oficiales desde Carlos III hasta Fernando VII.

Recordemos que el movimiento porteño pretendía, aún en 1812, actuar

en nombre y defensa de los intereses del rey Borbón, cautivo de los

franceses.

La guerra siempre fue el motor en los procesos de adopción de banderas y

escudos. Basta recordar que en tiempos del feudalismo, las enseñas y las

armas distinguían a los linajes nobiliarios que participaban en combates

junto a los primeros monarcas de Europa. Es así que a partir de la guerra

de los Treinta Años, en el siglo XVII, esas insignias se redujeron para

simbolizar a los ejércitos de las naciones. La lucha social internacional que

desencadenó la Revolución Francesa fue la última etapa de creación de

Page 122: Belgrano: Una mente brillante

120

pabellones que identificarían a las naciones tanto en la guerra como en la

paz.

LOS COLORES DE LA BANDERA

El acopio documental que se ha realizado sobre los orígenes de los colores

y la distribución de los mismos en la bandera enarbolada por Manuel

Belgrano el 27 de febrero de 1812 ha sido tema de numerosos trabajos

realizados con verdadero criterio científico; sin embargo dichos

testimonios no han permitido dilucidar el secreto que cubre a la elección

de nuestros colores patrios.

Bartolomé Mitre sostiene que los colores azul celeste y blanco debieron

ser adoptados: “… en señal de fidelidad al rey de España, Carlos III… La

cruz de esta orden es esmaltada de blanco y celeste, colores de la

Inmaculada Concepción de la Virgen, según el simbolismo de la Iglesia”. Es

decir dichos colores fueron los distintivos de los Borbones, la casa

reinante española”.

El pabellón real, signo de la monarquía, sigue utilizándose después del 25

de mayo de 1810. Incluso, los primeros ejércitos de la Patria que

marchaban hacia el Alto Perú y al Paraguay, lo hacían bajo la insignia

española, roja y gualda.

Por otra parte, muchos historiadores aseguran que los colores celeste y

blanco, fueron los distintivos de los jóvenes morenistas, decididos a la

emancipación, que actuaron durante los acontecimientos de 1810.

En un oficio del 13 de febrero de 1812, antes de fijarse la escarapela

nacional, Belgrano con el fin de unificar los distintivos, algunas de nuestra

tropas usaban ya los colores azul celeste y blanco: “… de que había en el

Ejército de la Patria cuerpos que llevaban la escarapela celeste y blanca”, y

él no la había adoptado para sus soldados “… hasta que viendo las

consecuencias de una diversidad tan grande, exigí a E.E. la declaración

respectiva”.

Page 123: Belgrano: Una mente brillante

121

Cabe consignar que el primer contingente de 1500 hombres enviado por

acuerdo del 25 de mayo de 1810, llevaba en sus sombreros, la cocarda

española roja y amarilla y Rivadavia envía a Belgrano para sustituir a la

blanca y celeste enarbolada en Rosario, era a tres franjas horizontales,

rojas las externas y gualda la del centro. No era la usada por las tropas

españolas, sino la que correspondía a una jurisdicción marítima e

impuesta por Carlos III en 1785, como insignia naval a los buques de la

armada.

En junio de 1812, tras la representación en Buenos Aires de la obra de

Voltaire “Alcira”, aparece en escena el genio de la independencia

americana, llevando los colores celeste y blanco como emblema. También,

según menciona Juan Manuel Beruti en sus “Memorias curiosas”,

mientras se festejaba el descubrimiento de la conjura de Alzaga, el 23 de

agosto de 1812, se adornó la torre de la iglesia de San Nicolás con siete

banderas celestes y blancas.

Mientras tanto, después del triunfo de la batalla de Tucumán y el

juramento dispuesto por Belgrano, recién el 5 de octubre por la tarde, al

conocerse la noticia, se arría la bandera roja y gualda del Fuerte y se iza un

gallardete celeste y blanco, quedando debajo la enseña española.

Finalmente el coronel Luis Beruti, hace izar por primera vez el 17 de abril

de 1815 en el Fuerte de Buenos Aires la bandera de la Patria, azul celeste y

blanca.

CONFECCIÓN DE LA PRIMERA BANDERA

Según la tradición rosarina, la bandera fue confeccionada por Doña María

Catalina Echevarría de Vidal, hermana de Vicente Anastasio Echevarría,

compañero de Belgrano en la misión diplomática al Paraguay y notable

personalidad de la villa. María Catalina Echevarría nació en Rosario el 1°

de abril de 1782. Fue hija de Fermín de Echevarría (vizcaino) y de Tomasa

Acevedo (rosarina); fallecidos cuando era niña. La adoptó el matrimonio

Page 124: Belgrano: Una mente brillante

122

formado por Pedro Tuella y Monpesar (comerciante español afincado en

Rosario) y Ana Nicolasa Costey (montevideana).

El 26 de setiembre de 1810 se casó con Juan Manuel Vidal y Lucena y

tuvieron cuatro hijos: Natalia, Josefa, Pedro y Manuela. Su hermano, el Dr.

Vicente Anastasio Echevarría, gran amigo de Belgrano participó del

Cabildo Abierto de 1810, fue armador del corsario Bouchard, diplomático

y desempeño otros cargos de importancia.

En febrero de 1812 María Catalina Echevarría tenía 29 años y se presume

que Belgrano se alojó en su casa.

Cuidó de sus padres adoptivos hasta su muerte y luego se afincó en la

localidad de San Lorenzo. Falleció el 18 de julio de 1866 y se la inhumó en

la iglesia del Convento de San Carlos.

La Bandera fue bendecida por el párroco Julián Navarro e izada por Cosme

Maciel. Este acontecimiento, ocurrido en la barrancas del Paraná, es

generalmente tomado en el ámbito educativo como un caso cerrado, pues

el efectivo sostenimiento de la mitología, dentro de la construcción de un

imaginario nacional, así lo requiere. De ahí la existencia de varios cuadros

que presentan esta escena inaugural, y muchos otros en los que participa

Belgrano, en donde se ve flamear la celeste y blanca que homenajeamos.

Estas obras, manifestaciones del poder central, ocultan que hay una

fuerte discusión al respecto. Son elementos de adoctrinamiento, que

hacen referencia a una historia lineal perfecta desde el comienzo hasta la

instalación definitiva del poder centralizado en Buenos Aires.

Rosario en aquel tiempo contaba con una población de 758 habitantes.

Blancos 83%, negros, 16% mestizos y 1% de originarios. En cuanto al sexo:

57% eran mujeres y el 43% hombres, cuyo estado civil era: 69% solteros,

25% casados y 6% viudos. En cuanto a las edades: menores de 20 años,

47%. De 20 a 50 años: 42% y mayores de 50 años el 11%. En promedio la

esperanza de vida era de 40 años.

Page 125: Belgrano: Una mente brillante

123

Las ocupaciones se distribuían entre albañiles, barberos, carniceros,

carpinteros, comerciantes, domadores, empleados, escribanos,

hacendados, sastres, herreros, isleños, jaboneros, maestros, molineros,

plateros, pulperos, peones, sacerdotes y sirvientes.

Las actividades sociales se dividían entre los festejos familiares y

religiosos, las cuadreras, el juego de la sortija, el pato, los naipes, la riña de

gallos, la taba, los dados y los baños en el río.

LOS COLORES EN LAS PRIMERAS BANDERAS DE LA PATRIA

La disposición de los colores en nuestra bandera han sido motivo de

estudios de notables historiadores, sin embargo, solo se puede aludir a

conjeturas, muchas coincidentes en determinados puntos esenciales.

Existe una clara distinción entre las banderas que flamearon en Buenos

Aires y el Litoral y las del interior, inspiradas en la original de Belgrano.

El creador de la bandera había empeñado por entero su espíritu y acción a

la causa americana; lo demuestran los nombres de “Libertad” e

“Independencia”, que elige para las baterías y la enseña nacional, símbolo

de soberanía y libertad, que hace flamear en nuestro suelo gracias a su

férrea voluntad, antes de que el gobierno patrio adopte una resolución en

tal sentido.

Se conjugan varios elementos de juicio para sostener que la primera

bandera argentina constaba de dos paños, o sea dos franjas blanca y

celeste, dispuestas verticalmente y unidas al asta por la de color blanco.

Esta distribución primitiva habría sido mantenida por el general Belgrano

hasta retirarse del Ejército Auxiliar del Perú.

Por otra parte, también fue de sólo dos paños la diseñada en dos cuadros

de Manuel Belgrano realizados en Londres, presumiblemente por el pintor

francés C. Charbonnier. Sin embargo, tanto Julio Arturo Benencia como

Mario Quartaruolo, estiman que, en este caso las franjas ya no eran

verticales como las de la bandera de Rosario, sino dispuestas

Page 126: Belgrano: Una mente brillante

124

horizontalmente. A todo esto, Mario Belgrano señala, respecto del óleo de

1815: “… En esa escena se ve un jinete llevando una bandera de dos

franjas horizontales, la superior blanca y la inferior azul celeste. No deja de

llamar la atención esta disposición de los colores, que todo permite

suponer fue hecha por indicación del propio general, pues no hay que

olvidar que se trata de un retrato del natural”.

Por su parte, Benencia observa: “En la penumbra el óleo, sobre el lado

izquierdo dos tropas combaten y una de las fracciones, la patriota,

mantiene el campo con la bandera de dos franjas tendidas: blanca la de

arriba y azul celeste la otra: conducida por un abanderado”.

Debemos recordar que a dos franjas verticales es realizada la bandera del

Ejército de los Andes; muy probablemente, debido a que San Martín no

olvida la forma de la bandera que le ha legado Belgrano, por la que debe

decidirse ante la carencia de suficiente paño celeste como para hacerla

confeccionar de tres franjas, según lo había dispuesto el Congreso de

Tucumán el 25 de julio de 1816: “Elevadas las Provincias Unidas en Sud-

América al rango de una Nación, después de la declaratoria solemne de su

independencia, será su peculiar distintivo la bandera celeste y blanca que

se ha usado hasta el presente, y se usará en lo sucesivo en los ejércitos,

buques y fortalezas, en clase de bandera menor, interín decretado al

término de las presentes discusiones la forma de gobierno más

conveniente al territorio que fijen conforme a ellos los jeroglíficos de la

bandera nacional mayor”.

San Martín, sin embargo, modifica esencialmente el modelo propuesto

por el gobierno, ya que la bandera de su ejército es provista de atributos,

aludiendo a un sistema político y dejando de ser un pabellón liso, una

“bandera menor”.

Volviendo a la primitiva bandera enarbolada el 27 de febrero de 1812, en

oposición a lo que se ha afirmado tradicionalmente, no habría

acompañado al prócer cuando el día 2 de marzo debió partir hacia el

Norte.

Page 127: Belgrano: Una mente brillante

125

Quartaryuolo, hace esa advertencia al estudiar las circunstancias del

momento. Reitera el concepto que se desprende de la comunicación que

hace Belgrano al gobierno, el 18 de julio, dando las razones que lo

determinan a enarbolar la bandera celeste y blanca y de haber ignorado lo

ordenado por el Triunvirato, “que se remitiría al comandante del Rosario,

y la obedecería, como yo lo hubiera hecho, si la hubiere recibido”.

Entonces, si la bandera no hubiese continuado siendo usada en Rosario,

dice el autor, la orden de su retiro habría carecido de efecto. Tampoco la

premura de su partida le habría posibilitado hacer confeccionar una nueva

bandera.

Aquella original, y la segunda que hizo bendecir en Jujuy el 25 de mayo de

1812, están entre las numerosas banderas de la Patria perdidas. No habría

tampoco razones suficientes como para apoyar la idea sostenida por

Augusto Fernández Díaz, al afirmar que las banderas descubiertas en

1883, en el curato de Macha, en Bolivia, fueron las de guerra,

abandonadas después de la batalla de Ayohuma. Ni se identificaría a

ninguna de ellas con la primitiva de Rosario. Se sostiene entonces, que la

bandera que Belgrano hace confeccionar al hacerse cargo del Ejército

Auxiliar del Perú, es como la primera, a dos franjas verticales, blanca y

celeste, con el paño blanco unido al asta. Al igual que la utilizada en Salta

para festejar el tercer aniversario de la Revolución de Mayo, según se

deduce de la descripción que hace de aquella el gobernador intendente

Dn. Feliciano Antonio Chiclana: “Es el nuevo estandarte de color celeste y

blanco con cordones, borlas y aparejos del mismo color: por un costado –

la faja inferior- se ven las armas del Estado… y por la parte superior –la

faja superior- un sol naciente con esta inscripción en toda la

circunferencia: “Soberana Asamblea General de las Provincias Unidas del

Río de la Plata”. Por el otro se advierten las aras de la ciudad… Alrededor

de éstas armas y de todo el estandarte le hermosea por ambas faces un

lúcido tejido de oro y plata”.

En la precisa descripción, no pudo haber omitido hacer referencia a la

tercer franja celeste si la hubiese tenido. Y de esta forma, a dos paños

Page 128: Belgrano: Una mente brillante

126

blanco y celeste, son las banderas que se enarbolan en el interior del país,

centro, norte y Chaco, entre los años 1812 y 1814.

En Buenos Aires y el Litoral, mientras tanto, a partir de mediados de 1813,

las banderas varían de forma. Recién a comienzos de 1814, se crea por el

artículo tercero de la “Reforma de Estatuto Provisorio del Supremo

Gobierno”, la banda directorial con tres franjas. Otro testimonio que lo

corrobora, es el oficio del 16 de octubre de 1813, del gobernador militar

de la plaza sitiada en Montevideo, Gaspar de Vigodet, al Ministro de

Estado español y al encargado de negocios de España en Río de Janeiro:

“Los rebeldes de Buenos Aires han enarbolado un pabellón con dos listas

azul celeste a las orillas y una blanca en el medio, y han acuñado moneda

con el lema “Provincias del Río de la Plata en unión y libertad”. Así se han

quitado de una vez la máscara con que cubrieron su bastardía desde el

principio de la insurrección…”

Pero también se observan alteraciones, como lo indica la acuarela del

pintor británico Emeric Essex Vidal que en 1817, reproduciendo desde el

río una vista del fuerte de Buenos Aires, de setiembre de 1816, la franja

blanca central del pabellón de la fortaleza es más ancha que las celestes

laterales.

Por otra parte, los historiadores navales insisten con la afirmación de que

en 1814, en las naves de la escuadra al mando de Guillermo Brown,

flamea el emblema nacional celeste y blanco, a tres franjas laterales.

Por último, citaremos la resolución oficial de 1818, respecto a la bandera

de guerra y a la de los barcos mercantes: “Por disposición del Soberano

Congreso se ha dispuesto que la bandera de guerra nacional se componga

de tres tiras horizontales, la de en medio blanca, ocupando una mitad, y la

alta y la baja azules, esto es del cuarto de la anchura, con un sol en la línea

del medio; la de los buques mercantes lo mismo, sin sol”.

Page 129: Belgrano: Una mente brillante

127

LA MÁS ANTIGUA

A diferencia de las otras capitales provinciales, en Jujuy el fervor patrio se

puede prolongar durante todo el año, porque en su Casa de Gobierno se

custodia y exhibe con orgullo la bandera más antigua del país, o para ser

más preciso, la bandera argentina más antigua que se haya conservado.

Aunque la ciudad tiene muchos otros atractivos, el Salón de la Bandera es

“la visita” que hay que realizar en Jujuy, también por el mobiliario y la

colección de banderas provinciales que acompañan la reliquia principal.

Está en la Casa de Gobierno uno de los mayores edificios urbanos, cuya

elegante fachada francesa domina la plaza Belgrano. El edificio parece

trasplantado desde el siglo del clasicismo francés a las puertas de la

Puna... Además, lo custodian alegorías de Lola Mora, estatuas que

simbolizan los valores de la República, del Progreso y de la Justicia.

En el primer piso, con una vista sobre la plaza que se prolonga hacia el

valle y las montañas que rodean la ciudad, el Salón de la Bandera se

muestra más clásico todavía: aquí todo está ricamente recargado para

darle un marco lo más imponente posible a la bandera que Manuel

Belgrano donó al Cabildo de Jujuy el 25 de mayo 1813. La bandera está en

una punta de la sala, enfrente de un escudo que Belgrano mandó pintar

para una escuela.

Llama la atención, sin embargo, su color blanco: y aquí la pequeña historia

se entrelaza con la grande para ofrecer una explicación a esta falta de

celeste en la venerable enseña. Es que no se encontró tela celeste en toda

la ciudad en aquel ya lejano 1812, cuando Jujuy se preparaba para vivir

una de las páginas más negras de su historia, la del Éxodo, y por lo tanto

para completar los colores y suplir la escasez se tiñó seda blanca. Antes de

ser exhibida y protegida en el Salón de la Casa de Gobierno, la bandera

estuvo guardada durante décadas en la Catedral de la ciudad, de donde se

la sacaba en fiestas patrias: así fue perdiendo el color celeste, y quedó con

el blanquecino que se ve hoy.

Page 130: Belgrano: Una mente brillante

128

EL ENIGMA

Se ha escrito mucho sobre cuál fue la verdadera distribución de los colores

de la primera enseña. Existen distintas teorías, todas dignas de respeto,

pero ninguna que aclare definitivamente la incógnita. Hay quienes afirman

que la bandera enarbolada en Rosario fue blanca, celeste y blanca, con

franjas distribuidas en forma horizontal, como la hallada en Macha, y que

el pabellón enviado por el gobierno para que la sustituyese fue celeste,

blanco y celeste, conforme a la enseña actual y a los colores de la Casa de

Borbón. Otros señalan que fue celeste y blanca, en dos paños colocados

verticalmente. Por otra parte, otros sostienen que fue confeccionada en

dos franjas horizontales, una celeste y la otra blanca. Hay quienes

aseguran que la bandera que flameó en Rosario tuvo los mismos colores y

distribución que la actual.

Lo más atinado es atenerse tanto a la circular enviada por el Triunvirato a

los gobiernos de las provincias y jefes militares con respecto a la

escarapela nacional, “de dos colores blanco y azul celeste (20 de febrero

de 1812), o al texto de la comunicación de Belgrano, siempre estricto al

expresarse con precisión y claridad: “la mandé hacer blanca y celeste”. Es

decir, de dos franjas.

Sea como sea, lo importante fue el gesto de Belgrano de levantar un

nuevo emblema que distinguiese a las huestes patriotas de las realistas y

expresase el propósito de alcanzar la independencia.

Los conflictos internos hicieron proliferar las banderas provinciales, que se

levantaban contra el poder de Buenos Aires. Desde 1862, la bandera

nacional azul, blanca y azul tiende a generalizarse y a uniformarse,

mientras que las banderas provinciales van desapareciendo, o suavizando

su tenor frente al centralismo albiceleste.

En 1884, por decreto del Presidente Roca, la bandera mayor o de guerra

pasa a ser usada también para los edificios del gobierno, convirtiéndose,

Page 131: Belgrano: Una mente brillante

129

de hecho, en la bandera y pabellón de estado y bandera de guerra en

tierra y mar.

Para glorificar la bandera como corresponde, el 8 de junio de 1938 el

Congreso sancionó una ley que fijaba como Día de la Bandera el 20 de

junio, aniversario de la muerte de su creador, Manuel Belgrano.

Hoy, después de tanto dolor por las luchas intestinas, la bandera Nacional

es el símbolo que une a los habitantes de la nación, lo que significa que

todos somos iguales bajo sus colores. Sin embargo, desde los tiempos de

Belgrano, la historia del país ha mostrado lo contrario, pues las diferencias

entre las provincias ricas, las pobres, las afines al poder centralizado y las

disidentes, ponen en evidencia la dificultad de construir un país

auténticamente federal. Sólo cuando el signo de la bandera se cumpla, el

legado de Belgrano será posible, y éste será un país verdaderamente

inclusivo.

Bandera argentina idolatrada, guardada, escondida, imitada por varias

naciones, también manipulada, manchada de sangre, utilizada por la

dictadura y los gobiernos populistas, manta de cada muchacho argentino

que peleo por Malvinas, convertida en camisetas y pasiones deportivas,

presente en los altares, los juzgados, las escuelas, los desfiles, pintada por

los niños en los cuadernos, en la cara de los hinchas, dibujada por los

estudiantes, llorada por los viejos, en el corazón de los exiliados, en todas

las selecciones nacionales, en las calles, en los balcones, en las ventanas,

los barcos, los aviones, fileteada en camiones, colectivos, taxis, carruajes,

flameando en las casitas humildes, de plástico o tela, la bandera

argentina, está en todas partes.

Es una de las pocas mujeres con monumento propio, convertida en

música, pañuelo, banderín, industria argentina, memoria, tango, rock o

nostalgia del viajero, ya cumplió más de 200 años. Como es de tela y es

necesario cuidarla, porque se deshilacha, y con el tiempo pierde color,

Page 132: Belgrano: Una mente brillante

130

cuerpo y belleza. Es tan peligroso desconfiar de los símbolos, como

adorarlos o vaciarlos de sentido, es necesario un compromiso personal,

sin falsos patriotismo. Nosotros, patria, pueblo, identidad, diversidad,

Argentina. Todos bajo los colores de una misma Bandera, para

protagonizar el país que pensaron nuestros próceres y aprender de los

gestos de liberación que la tomaron como ejemplo varios países

suramericanos.

EL EXODO JUJEÑO

El enemigo avanza a las órdenes de Goyeneche que se ha puesto a la

vanguardia con más de 3.000 hombres y 10 cañones al mando del general

Pío Tristán. 800 realistas de la primera columna de esa avanzada, parte de

Suipacha el 1ro de agosto.

El grueso de las fuerzas patriotas se hallan concentradas en San Salvador

de Jujuy y la vanguardia en Humahuaca. Ante esta situación, el 14 de julio

de 1812 emite un bando convocando a las armas a los jóvenes ciudadanos

de Jujuy, que responden con entusiasmo al llamado del prócer, quién los

exhorta a la lucha en términos que revelan un profundo amor a la Patria:

“Cuando el interés general exige las atenciones de la sociedad, deben

callar los intereses particulares, sean cuales fuesen los perjuicios que

experimentasen; este es un principio que solo desconocen los egoístas, los

esclavos y que no quieren admitir los enemigos de la Patria; causa a que

están obligados cuantos disfrutan de los derechos de propiedad, libertad y

seguridad en nuestro suelo, debiendo saber que no hay derecho sin

obligación y que quien solo aspira a aquel, sin cumplir con ésta, es un

monstruo abominable, digno de la execración pública y de los más severos

castigos. Exige por hoy el interés general que todos tomen las armas para

sostener esa misma causa, cuya justicia está apoyada en fundamentos

incontrastables de derecho natural y divino…”

Todos los ciudadanos de entre 16 y 35 años “amantes de la libertad” son

convocados a alistarse en las banderas de la patria. Así organiza, bajo las

órdenes de Eustaquio Díaz Velez, una nueva unidad de caballería llamada

Page 133: Belgrano: Una mente brillante

131

los “Decididos”. Acelera la fundición de cañones, reúne la caballería y el

ganado. El 29 de julio da una proclama haciendo extensivo su llamado a la

población. Ordena abandonar los hogares dejando las tierras arrasadas al

enemigo. Insta a las familias a unirse al ejército, llevando sus armas, el

hierro, el plomo y sus ganados a Tucumán. Las cosechas son quemadas y

los que se resistan ejecutados. Desconfiaba profundamente de los

terratenientes locales, a los que llamaba “los desnaturalizados que viven

entre nosotros y que no pierden arbitrios para que nuestros sagrados

derechos de libertad, prosperidad y seguridad sean ultrajados y volváis a la

esclavitud”. Tenía datos precisos de que ya estaban en contacto con la

avanzada española para hacer negocios con las probables nuevas

autoridades, de las que habían recibido la garantía de respetar sus

propiedades. Belgrano no les dejó alternativas: o quemaban todo y se

plegaban al éxodo o los fusilaba.

El 23 de agosto, sin la aprobación del Triunvirato, Belgrano inicia la

retirada que él mismo dirige y en la caravana van las familias de abolengo,

las de noble estirpe, los doctores y letrados, labradores y artesanos,

mujeres, niños y viejos, todos formando un monumento viviente de

heroísmo. Las fuerzas de Tristán entran en la ciudad el día 24 e

intercambia los primeros fuegos con la retaguardia patriota.

TRES FUNDACIONES

La gesta de Belgrano y de la bandera más antigua debidamente

documentada no se puede disociar del episodio del Éxodo Jujeño. Entre

agosto de 1812 y febrero de 1813, los vecinos de la ciudad acompañaron

al Ejército del Norte en su retirada hacia Tucumán frente al avance de las

tropas realistas. No volvieron antes de haber vivido seis meses de

destierro y tras haber recorrido 700 kilómetros... Es una de las grandes

gestas de la Independencia nacional, que Belgrano agradeció con la

entrega de esta bandera histórica. Sin embargo, las peripecias de la ciudad

no se limitan a estos episodios: desde sus tres fundaciones hasta hoy,

tiene con qué llenar las salas de la decena de museos que posee.

Page 134: Belgrano: Una mente brillante

132

San Salvador de Jujuy tuvo que ser fundada tres veces. La tercera fue la

vencida, como dice el refrán. Fue en 1593, en la confluencia de los ríos

Grande y Xibi-Xibi. Pero bien pudo haber una cuarta fundación, porque en

los primeros años del siglo XVI la ciudad llegó a tener menos de diez

vecinos. Durante años la pequeña colonia estuvo a la merced de los

ataques de los indígenas y de las epidemias, hasta que durante el siglo

XVII pudo empezar a desarrollarse. Pero como en muchos otros rincones

del país, fue el ferrocarril el verdadero motor de crecimiento: el tren llegó

a Jujuy en 1903, unos años después de la electricidad. A lo largo del siglo

XX, el centro creció y la ciudad fue desbordándose sobre las riberas de

ambos ríos.

La Catedral es el mayor emblema del centro. Como era de esperar, fue

construida sobre un costado de la plaza central, la plaza Belgrano, y tiene

una historia tan sufrida como la propia capital provincial: fue construida

una primera vez y destruida por un terremoto en 1692. El edificio actual

fue reconstruido por etapas entre 1765 y 1906 (cuando se agregó la

torre). Más que por su edificio, se la visita por las obras de arte religioso

que atesora. Hay pinturas cuzqueñas del siglo XVIII, un óleo que

representa a Manuel Belgrano haciendo bendecir la bandera en 1812 y

sobre todo un púlpito de madera tallada considerado entre los más bellos

de todo el continente.

La plaza Belgrano está custodiada por el poder espiritual y el poder

temporal, separados por pocos metros de distancia: la Catedral en una

cuadra y la Casa de Gobierno en otra. Una tercera cuadra le corresponde

al Cabildo, aunque el edificio no es tan histórico como su nombre hace

pensar: es que después de vicisitudes varias, sólo se terminó de construir

en torno de 1870. Hoy lo ocupa la policía de la provincia, que instaló un

Museo Policial con una colección de uniformes y armamento.

En una esquina de la calle Belgrano –una de las más comerciales del

centro– se encuentra la otra iglesia histórica de la ciudad, dedicada a San

Francisco. El edificio original fue construido por los franciscanos en 1611 y

Page 135: Belgrano: Una mente brillante

133

remodelado durante los siglos siguientes para ser derruido y reconstruido

en estilo neoclásico a principios del siglo XX. Nuevamente el interior es

más interesante que la fachada, con otro púlpito histórico de estilo

cuzqueño. En un costado de esta iglesia se levanta el Museo de Arte Sacro.

EL EJÉRCITO AUXILIAR DEL PERÚ

El Triunvirato designa interinamente a Manuel Belgrano Comandante en

Jefe del Ejército del Perú, el 27 de febrero de 1812, reemplazando a

Martín de Pueyrredón, quien renunció por motivos de salud.

También estaba enfermo Belgrano pero igualmente, acompañado por una

pequeña comitiva, inicia la marcha hacia el norte el 1ro de marzo. Lleva

entre sus alforjas el decreto de su nombramiento, copia de las

“Instrucciones Reservadas” a Pueyrredón y las dirigidas al él donde le

informan los propósitos realistas de lanzar un gran ejército sobre Salta,

que obligaría a los patriotas a una retirada general en ese frente.

Llegan a Tucumán el 19 y desde allí se trasladan a la posta de Yatasto,

actual provincia de Salta, donde el General Pueyrredón, le delega el

mando el 27 de marzo. Belgrano continúa hacia el Norte y desde la posta

de La Ciénaga, el 3 de abril, dirige al Cabildo de Jujuy su primera proclama,

donde anuncia que acude con auxilios en defensa y protección de los

habitantes de esas regiones: “… Espero desempeñar por cuantos medios

estén a mis alcances este cargo: reine paz, tranquilidad, y unión entre

vosotros, y no dudéis de que la virtud triunfará: Desechad las odiosidades,

apartad de vosotros todo lo que no sea espíritu de Patria, y no dudéis, que

ella logará aumentar en santa y sagrada causa bajo los principios más

sólidos para vuestra felicidad… que reine la fraternidad, y lejos de nosotros

la desunión. Auséntense los enemigos de la causa para no alterar el orden

exponernos a tomar medidas que nos sean dolorosas. Demasiado

conocidos están, y si ahora queremos acallar nuestros justos sentimientos,

tal vez repetidas sus malignas operaciones con que atizan el fuego de la

guerra civil, no será posible sofocarlos… empeñaos en apagar ese incendio,

que tantas lágrimas causa a la Patria y lisongeaos de atraer sobre

Page 136: Belgrano: Una mente brillante

134

nosotros las bendiciones del cielo; el amor de vuestros conciudadanos y la

gratitud de la posteridad”.

Su campamento se encuentra en Campo Santo (Salta), donde se aboca a la

reorganización del ejército, que cuenta con escaso armamento,

instrucción y disciplina. Mientras espera el ataque realista, le exige a sus

hombres un gran esfuerzo para salvar la Revolución, que para esos

hombres parece no existir. Belgrano escribe el 2 de mayo de ese año: “…

ello es cierto, que en mi camino al Rosario con el Regimiento de mi cargo,

ni en aquel triste pueblo, ni en la provincia de Córdoba y su Capital, ni en

las ciudades de Santiago, Tucumán y Jujuy que he visto de la provincia de

Salta, he observado aquel entusiasmo que se manifestaba en los pueblos

que recorrí cuando mi primer expedición al Paraguay; por el contrario,

quejas, lamentos, frialdad, total indiferencia, y diré más, odio mortal”.

Mientras tanto, crea un cuerpo de guías y otro de cazadores de infantería.

Organiza la sección de ingenieros y arma con lanza a los dragones. Crea un

tribunal militar para atender a la disciplina y no descuida las tareas de

administración, previsión y maestranza. El 6 de mayo le escribe a

Rivadavia: “Me veo detenido con prejuicio de la causa y me es muy

doloroso, pero cuando nuestros hermanos del Perú están sacrificándose,

esperanzados en nosotros, y con sólo la súplica de que entretengamos al

enemigo con nuestra presencia, dejándoles a ellos su destrucción, no

pueda acceder a ello por una falta… Me hierve la sangre al observar tanto

obstáculo, tantas dificultades, que se vencería rápidamente si hubiese un

poco de interés por la patria”.

Belgrano decide trasladar su campo militar a Jujuy, mientras la avanzada

realista permanece en Suipacha y comenzar la ofensiva. El 19 de mayo

comienza su marcha en auxilio de Cochabamba. Despacha al coronel Juan

Ramón Balcarce a la quebrada de Humahuaca, con una fuerte vanguardia

que integran el Batallón de Pardos y Morenos, como también los

Regimientos de Húsares y Dragones. La falta de armamento y efectivos lo

obligan a mantenerse en actitud defensiva.

Page 137: Belgrano: Una mente brillante

135

El 26 de mayo fue designado general en Jefe del Ejército Auxiliar de Perú y

un día después cae Cochabamba en poder de los realistas, mientras el

resto de sus defensores se encaminan al encuentro de las fuerzas de

Belgrano. Al tomar conocimiento de la situación recién en junio, cuando

todavía estaba en la tarea de organizar sus tropas escribe: “… a más de

haberse desertado tantos y de los buenos soldados, casi los más que han

quedado se hallan aún como los reclutas sin saber cargar y descargar con

prontitud”.

Un mes más tarde, los realistas habían reforzado la vanguardia asentada

en Suipacha y preparan el avance sobre Jujuy y Salta. Esta situación

advierte a Belgrano la necesidad de retroceder. Reclama

infructuosamente auxilios al gobierno central y toma la medida extrema

de abandonar Jujuy al enemigo con el objeto de evitar un desastre fatal

para las fuerzas de la Patria. Manda a Dorrego a Buenos Aires con la

misión de informar al gobierno central sobre la necesidad urgente de

enviar refuerzos, armas y dinero.

LAS PIEDRAS

La disciplina impuesta por Belgrano sobre aquellos soldados, cuya mitad

eran reclutas, permite que en la madrugada del 29 puedan acampar junto

al río Pasaje, demostrando un excepcional rendimiento en la forzada

marcha realizada. Ese mismo día Belgrano informa al gobierno sobre la

firme decisión de fortificarse en Tucumán. Para ello, atraviesan el Pasaje el

3 de septiembre. La vanguardia enemiga cae sobre ella dispersándola. El

enemigo se encuentra entonces frente a la posición que ocupa el grueso

del ejército patriota, al sur del río Las Piedras. Belgrano despliega sus

fuerzas con el río delante y ordena el ataque, que inicia la artillería al

mando del barón Holmberg. Luego con Forest, Araoz, Díaz Vélez y

Balcarce, -conduciendo una operación conjunta- alcanza la victoria y pone

en fuga al enemigo. Rescatan prisioneros y toman numerosas armas de los

realistas que en el combate dejaron númerosos muertos, heridos y

Page 138: Belgrano: Una mente brillante

136

prisioneros. Este triunfo, como hecho de armas, es insignificante, pero

permitió conocer mejor el fraccionamiento de las fuerzas realistas, la

posición del grueso de sus tropas y la intención de Pío Tristán, de seguir su

ofensiva más allá de Tucumán.

LA BATALLA DE TUCUMÁN

Manuel Belgrano continúa su marcha, mientras destaca al coronel

Balcarce en la ciudad, logrando el apoyo de las autoridades y el pueblo

tucumano que se ha mostrado decidido a rechazar al invasor. Esta actitud

estimula al prócer a asumir la gran responsabilidad de presentar batalla al

enemigo y la determinación de no obedecer las órdenes del gobierno de

continuar su retirada y el 13 de septiembre informa: “Son muy apuradas

las circunstancias y no hallo otro medio que exponerme a una nueva

acción: los enemigos vienen siguiéndonos. El trabajo es muy grande; si me

retiro y me cargan, todo se pierde… La gente de esta jurisdicción se ha

decidido a sacrificarse con nosotros, si se trata de defenderla, y de no, o

nos seguirán y lo abandonarán todo…”

Cuando Belgrano entra en la ciudad, halla a los heroicos tucumanos en

armas, dispuestos a luchar hasta el fin antes de abandonar sus tierras.

Balcarce, mientras tanto, reunía una nueva fuerza compuesta de casi 400

hombres, la “caballería gaucha”. Mientras esperaban la llegada de nuevos

contingentes, comienza una infatigable tarea con el fin de preparar a las

fuerzas para enfrentar al enemigo.

Las fuerzas patriotas están decididas a esperar al enemigo en las

inmediaciones de la ciudad. Se fortifica la plaza y se deja en ella una

pequeña guarnición y 6 piezas de artillería. El resto del ejército se sitúa a

espaldas de la ciudad. Presentará batalla campal sorprendiendo al

enemigo que está seguro de que nuestro ejército estará a la defensiva,

encerrado en la ciudad.

A todo esto, las fuerzas de Tristán avanzan confiadas, con el fin de

reconcentrar sus divisiones. Así es tomado prisionero, por una partida de

paisanos de observación, el jefe de su vanguardia, el coronel Huisi, cuando

Page 139: Belgrano: Una mente brillante

137

imprudentemente, ingresa en el pueblo de Trancas, acompañado por dos

oficiales.

Tristán, al frente de sus 3.000 hombres, acelera su marcha, mientras las

fuerzas patriotas que no superan los 1.800 efectivos, la mayoría de

caballería, información ignorada por el enemigo. Durante la mañana del

24 de septiembre de 1812, Tristán inicia la marcha con la intención de

cortar la retirada de Belgrano hacia el Sur, tomando el antiguo camino del

Perú. Belgrano observa los movimientos del enemigo y rápidamente logra

formar su ejército sobre el flanco de los realistas, sorprendiéndolos

cuando aún no habían cargado sus armas y montado su artillería. Deja ver

sólo la infantería, ocultando la caballería.

Con los primeros fuegos de la artillería patriota, los realistas avanzan con

la infantería cargando la bayoneta. Belgrano lanza su caballería y la

infantería por el centro. El combate se generaliza en forma desordenada,

mientras la lucha es heroica y sostenida durante varias horas, con un

resultado indefinido.

Al día siguiente Belgrano intima a Tristán, proponiéndole la paz en

nombre de la fraternidad americana y no ataca. Hacia el anochecer,

rearma su caballería, junto al arroyo Manantiales, desde donde podrá

cortar la retirada enemiga. Tristán que ha perseguido a Belgrano hasta

Tucumán, cuando sus órdenes eran las de permanecer en Salta, ve

peligrar su situación y en la noche del 25 al 26 de septiembre, opta por

iniciar la retirada hacia Salta. Una columna de 600 patriotas al mando de

Díaz Vélez fue destacada para hostigar la retaguardia enemiga y, al llegar

al río Las Piedras, logra rendir a una partida enemiga. El triunfo final se

había logrado.

Quedan en el campo de batalla 453 muertos, 687 prisioneros, 3 banderas,

13 cañones, 358 fusiles, 183 bayonetas, 39 lanzas, 38 carretas con 70

cajones de munición, 87 tiendas de campaña. Mientras en las filas

patriotas mueren 65 soldados, entre ellos un oficial y se registran 187

heridos.

Page 140: Belgrano: Una mente brillante

138

En reconocimiento al triunfo, el gobierno otorga diversos premios a la

tropa y a sus jefes. Belgrano recibe un escudo de lámina de oro con la

leyenda “La Patria a su defensor en Tucumán”. La victoria es el resultado

del esfuerzo y la constancia que Belgrano pone, hasta lograr que la

decisión, el valor y el patriotismo, sean la mejor divisa de sus hombres. La

batalla tiene importantes consecuencias: corona las armas de la

Revolución, que atravesaba por una angustiosa situación militar y además

precipita la caída del desacreditado Triunvirato.

El 20 de octubre, luego de la victoria de Tucumán, Manuel Belgrano es

designado Capitán General, pero no acepta dicho honor con estas

palabras: “Sirvo a la Patria sin otro objeto que el verla constituida, y este

es el premio a que aspiro… Hablando con verdad, en ella (la batalla) no he

tenido más de general que mis disposiciones anteriores, y haber

aprovechado el momento de mandar avanzar, habiendo sido todo lo

demás obra de mi mayor general, de los Jefes de división, de los oficiales y

de la tropa y paisanaje, en términos que a cada uno se le puede llamar el

héroe de campo de las Carreras de Tucumán”.

Este renunciamiento engrandece aún más la heroica victoria de Manuel

Belgrano y su resultado justifica el haber desoído las órdenes superiores.

Si el ejército patriota se hubiese retirado hasta Córdoba, las provincias

norteñas se perdían para siempre y los realistas, dueños de un vasto

territorio habrían contado con el auxilio de sus tropas ubicadas en la

Banda Oriental y las portuguesas del Brasil.

LA BATALLA DE SALTA

Lo que aún queda del ejército realista, después de una fatigosa marcha, se

atrinchera en Salta a la espera de refuerzos que debe enviarle Manuel de

Goyeneche. Es una estación de copiosas lluvias.

Mientras tanto, Belgrano ha enviado emisarios al Perú para extender la

Revolución por un lado y mantenerse en contacto con el jefe realista. A

Page 141: Belgrano: Una mente brillante

139

todo esto, el gobierno le envía como refuerzos a los regimientos de

infantería 1 y 2, y la orden de iniciar una ofensiva hasta las proximidades

del río Desaguadero, en el Alto Perú, desalojando al general Pío Tristán de

Salta.

Belgrano logra reunir una fuerza de 3.000 hombres, pertrechados con

armas, uniformes y dinero, con lo cual se dispone a reiniciar la campaña.

El 12 de enero de 1813, comienza su avance hacia el norte y a principios

de febrero se une a la vanguardia a orillas del río Pasaje, que ha sido

señalado punto de concentración del ejército. Tres días le llevará el paso

del río por las frecuentes lluvias de la estación y las crecidas que dificultan

el traslado de todo el material y los animales. Una vez en la ribera, el 13

de febrero, forma a su ejército, enarbola por tercera vez la bandera

bicolor que ha creado y hace jurar a los cuadros militares obediencia a la

Asamblea General Constituyente, reunida en Buenos Aires. Después de

tan emotiva ceremonia, manda a grabar sobre un tronco de árbol que ese

se llamará en lo sucesivo “Río Juramento”.

Al día siguiente, rumbo a Salta, en Cobos, una patrulla sorprende a una

partida realista. Algunos de los que pueden escapar informan lo sucedido

a Tristán, pero éste considera que la estación lluviosa no es propicia para

abrir la campaña, y desestima el hecho, considerándolo una escaramuza

aislada.

Los servicios del baqueano Apolinario Saravia, sirvieron de guía a Belgrano

por la quebrada de Chachapóyas. Difícil, angosta y por la noche, bajo una

lluvia torrencial logra una magnífica posición el 18 de febrero. Está a

menos de tres leguas de Salta, frente al campo de Castañares, en

condiciones de atacar al enemigo por la retaguardia. Con esa operación

cierra las comunicaciones a Jujuy y le corta la retirada al ejército español.

Además, para distraer al enemigo, hace que su vanguardia siga hacia el

Portezuelo. Cuando Tristán advierte que tiene el grueso del ejército

patriota a sus espaldas, traslada sus fuerzas hasta cubrir la ciudad, dando

frente al norte, donde Belgrano ha destacado su ejército.

Page 142: Belgrano: Una mente brillante

140

El 20 de febrero, a las once de la mañana, Belgrano comienza a mover sus

tropas hacia la ciudad de Salta, donde el enemigo tiene mayores

posibilidades de triunfo. Mayor cantidad de hombres, jefes veteranos y

mejor armados, los realistas esperan. Sin embargo los efectivos patriotas

logran quebrar la tenaz resistencia enemiga. Como último recurso, Tristán

intenta reunir sus fuerzas en el centro de la ciudad, donde preparo

numerosas trincheras y empalizadas, pero todo es inútil. Por la tarde, se

ajustan los términos de la capitulación.

La lucha fue encarnizada, perdieron la vida casi 600 hombres y otros

tantos fueron heridos. Todos los muertos quedan sepultados en una fosa

común en el campo de Castañares, bajo una cruz de madera con una

sencilla leyenda: “Aquí yacen los vencedores y vencidos del 20 de febrero

de 1813”.

Los vencidos dejan en el campo de batalla 481 muertos, 114 heridos,

2.776 rendidos, entre ellos 95 oficiales. Numerosas armas: 10 piezas de

artillería, 2.188 fusiles, 200 espadas, pistolas, carabinas y pertrechos. Las

filas de Belgrano suman 113 muertos y casi 500 heridos.

El enemigo entregará sus armas y pertrechos, obligándose por juramento,

desde el general en jefe hasta el último tambor, a no tomar las armas

contra las Provincias Unidas del Río de la Plata, comprendiéndose también

a las localidades de Charcas, Potosí, Cochabamba y La Paz.

Goyeneche dejará en libertad a los patriotas prisioneros que tiene en su

poder y Belgrano hará lo mismo con los realistas y permitirá a la

guarnición de Jujuy retirarse sin armas. Belgrano alienta la esperanza de

inspirar en los vencidos el espíritu de la Revolución, aunque muchos de

ellos no respetaran su juramento.

Militarmente, el ejército realista sufre un rudo golpe. Goyeneche, desde

Potosí, repliega su poderoso ejército hacia Oruro.

Page 143: Belgrano: Una mente brillante

141

El 3 de marzo de 1813, durante una tranquila tarde que se ve alterada por

una salva de artillería y el repique de campanas, se anuncia a los vecinos

de Buenos Aires, la victoria de Salta.

El gobierno no acepta con agrado la capitulación hecha por Tristán y

estima que Belgrano debía haber avanzado sin dilación hasta Potosí, por lo

que Belgrano le escribe a Chiclana: “Siempre se divierten los que están

lejos de las balas, y no ven la sangre de sus hermanos, ni oyen los clamores

de los infelices heridos; también son esos los que más a propósito para

criticar las determinaciones de los jefes: por fortuna dan conmigo que me

río de ellos, y hago lo que me dicta la razón, la justicia y la prudencia y no

busco glorias, sino la unión de los americanos y la prosperidad de la

patria”.

La Asamblea General Constituyente, decide premiar a los vencedores

declarándolos “Beneméritos en Alto Grado” y entregándoles un escudo de

oro, plata y paño respectivamente. El mismo está orlado de palma y

laurel, encerrando la inscripción: “La Patria a los vencedores de Salta”.

Para el general Belgrano, un sable con guarnición de oro y en la hoja

grabado: “La Asamblea Constituyente al Benemérito General Belgrano”,

además “la donación en toda propiedad de la cantidad de cuarenta mil

pesos señalados en valor de fincas pertenecientes al Estado”.

Al tomar conocimiento de esta actitud Belgrano escribe al gobierno el 31

de marzo, con el fin de que la suma otorgada, se destine a la creación de

cuatro escuelas públicas de primeras letras en Tarija, Jujuy, Tucumán y

Santiago del Estero. Si bien se siente honrado con aquella consideración,

hace una serie de reflexiones, guiado, como siempre, por su interés por el

bien público: “… nada hay más despreciable para el hombre de bien, para

el verdadero patriota que merece la confianza de sus conciudadanos en el

manejo de los negocios públicos que el dinero o las riquezas, que éstas son

un escollo de la virtud, y que adjudicadas en premio, no sólo son capaces

de excitar la avaricia de los demás, haciendo que por principal objeto de

sus acciones subroguenbienestar particular al interés público, sino que

Page 144: Belgrano: Una mente brillante

142

también parecen dirigirse a lisonjear una pasión seguramente abominable

en el agraciado…”

El gobierno acepta el generoso ofrecimiento y Belgrano remite como lo ha

prometido, el reglamento que debe regir a las cuatro escuelas y en uno de

sus artículos enaltece la misión del maestro diciendo: “… procurará con su

conducta… inspirar a sus alumnos amor al orden, respeto a la religión,

moderación y dulzura en el trato, sentimientos de honor, amor a la virtud y

a las ciencias, despego del interés, desprecio a todo lo que diga a profusión

y lujo en el comer, vestir y demás necesidades de la vida, y un espíritu

nacional, que les haga preferir el bien público al privado, y estimular en

más la calidad de americano que la de extranjero”.

LA ESCUELA QUE ESPERO 191 AÑOS

Con 191 años de demora, se inauguró el 6 de julio de 2004, una de las

escuelas que el héroe de la independencia pretendía que se construyeran

con el dinero que donó a comienzos del siglo XIX.

Las obras en el colegio "Legado Belgraniano" fueron financiadas por la

provincia de Jujuy, ya que los sucesivos gobiernos centrales nunca

enviaron los 40.000 pesos "fuertes", equivalentes a 80 kilos de oro, que el

prócer destinó para ese fin en 1813.

El colegio está ubicado en el barrio Campo Verde, de San Salvador de Jujuy

y tiene capacidad para 380 chicos del ciclo primario. Cuenta con una

superficie de 1553 metros cuadrados y demando una inversión de 591.934

pesos.

Jujuy fue la primera provincia que cumple con su legado, ya que en 1813 y

sin esperar que vinieran los fondos nacionales construye la primera

escuela, que por las constantes guerras de la época se cierra en 1815"

En la ciudad de Tarija (sur de Bolivia), la "Unidad Educativa General

Manuel Belgrano" se construyó con dinero argentino y abrió sus puertas

Page 145: Belgrano: Una mente brillante

143

recién en 1974, para convertirse en una de las más importantes de la

zona, con casi 3.500 alumnos"

Después de varias idas y venidas 1998 ese inauguró en Tucumán la

"Escuela de la Patria", tal como Belgrano ordenó que se llamasen

las instituciones, donde actualmente estudian unos 2.500 niños

Manuel Belgrano fundó escuelas para mujeres y para varones, cuidando

en especial de la educación moral y religiosa de las niñas y su preparación

para las tareas del hogar. “Se les enseñará la doctrina cristiana –escribía

Belgrano- a leer, escribir, coser, bordar, etc., y principalmente inspirarles

amor al trabajo, para separarles de la ociosidad, tan perjudicial o más en

las mujeres que en los hombres.”

Su amor ardiente a la patria fue el alma de todas sus acciones y el germen

prodigioso de sus virtudes públicas. Patriotismo, desprendimiento,

humildad, virtudes que marcan los rasgos predominantes de su fisonomía

moral, sostenida por el honor y nunca desmentido por los hechos.

Belgrano redactó un moderno reglamento para las escuelas que en su

artículo primero dice: "el maestro debe ser bien remunerado, por ser su

tarea de las más importantes de las que se puedan ejercer" y dibujó el

escudo que debían llevar las escuelas legadas por él a las provincias de

Tucumán, Jujuy, Santiago del Estero y Tarija, donde puede leerse:

“Venidque de gracia se os da el néctar agradable y el licor divino de la

sabiduría”.

EL CACIQUE CUMBAI

El diplomático sueco Jean Adam Graaner (1782-1819) publicó su libro “Las

provincias del Río de la Plata en 1816”, donde informa sobre la presencia

del cacique chiriguanoCumai, quien en Salta ofrece su apoyo al general

Belgrano. “He visto en Salta –dice Graaner- a un cacique venerable de la

nación de los chiriguanos, llamado Cumbai, que había venido acompañado

de veinte caciques de otras tantas naciones vecinas, desde las orillas del

río Pilcomayo, para ofrecer su concurso a los patriotas”.

Page 146: Belgrano: Una mente brillante

144

Era el mismo cacique a quien el general Belgrano, algún tiempo antes,

había invitado a revistar sus tropas con toda la pompa posible para

impresionarle, pero el cacique no pareció sorprenderse en modo alguno.

Con mirada tranquila y muy sereno contemplaba en silencio el número de

armas de fuego, y después, volviéndose hacia donde estaba un oficial le

dijo en lengua del Cuzco: “De cuantas cosas he visto y me han mostrado

estos hombres dorados, lo que me gusta más de ésta, y mostraba un gran

tambor”. El coronel Díaz Vélez, segundo comandante del ejército, tenía

pocos deseos de adelantarse a saludar al cacique y evitó hacerlo mientras

le fue posible. Pero, al fin, el general Belgrano se lo presentó a Cumbai y

éste se excusó de no haberlo saludado antes, porque, le dijo:

-Creí, por su aire embarazado, que era usted un subalterno intimidado

por la presencia de su príncipe…

“Si la superstición de los criollos no lo hubiera puesto en pugna con sus

propios intereses podrían esperar una gran ayuda de los infieles”

Cuando las tropas americanas fueron expulsadas del Perú, esos mismos

indios se arrojaron entre ellos y el enemigo, ocupándose de recoger los

fusiles y municiones que entregaron después, con toda lealtad, al general

de los patriotas.

Otros de estos indios, por retardar la persecución que llevaban a cabo los

españoles, se dejaron matar, dando así tiempo a los americanos de retirar

su ejército, fusiles, artillería y bagajes. Tal es el verdadero carácter de los

indios que los criollos menosprecian o temen incorporar a su causa.

“Los indios de las pampas, los de las cordilleras, y los de la confluencia del

Salado con los del Paraná, son más salvajes que los de la frontera del Perú;

poco se comunican con las provincias occidentales y muy raramente han

tomado alguna parte en sus guerras”, agrega Graaner, cuya obra

publicada en francés, fue traducida por José Luis Busaniche.

Page 147: Belgrano: Una mente brillante

145

VILCAPUGIO

Después de la batalla de Salta, Belgrano se dedica a la reorganización de

sus fuerzas, mientras discrepa con el gobierno central que lo insta a

continuar su marcha y perseguir al enemigo que se ha retirado en fuga. En

abril de 1813, se encamina hacia Jujuy, mientras a principios de mayo, al

mando de Díaz Vélez, las fuerzas llegan a Potosí. Una avanzada de 500

hombres parte a Oruro, donde permanece el ejército realista. Un grupo de

100 hombres son destacados en la zona de Cochabamba, donde existe un

grupo sublevado.

Mientras tanto, Belgrano marcha con la reserva y a su paso hace jurar en

todos los pueblos, fidelidad a la Asamblea General Constituyente. Llega a

Potosí sobre finales de junio y establece su cuartel general. Ha creado un

ejército disciplinado que responde a la celosa vigilancia de su jefe que los

ha prevenido diciéndoles: “… que se respetarán los usos, las costumbres y

aún las preocupaciones de los pueblos; amenazando con la muerte al que

se burlase de ellas con acciones o con palabras, y aún con gestos”.

El brigadier Joaquín de la Pezuela, comandante en jefe del ejército

realista, logra reorganizar un ejército con más de 4.600 hombres.

Belgrano avanza desde Potosí y destaca a los coroneles Baltazar Cárdenas

y Cornelio Zelaya a desplazar sus fuerzas hacia donde se encuentra el

enemigo, e instando a los indígenas a que se subleven. Belgrano marchará

por el frente hasta incorporársele el resto de las fuerzas por su derecha.

Cárdenas se mueve desde Chayanta con más de 2.000 hombre de los

pueblos originarios, con los cuales Belgrano mantenía una excelente

relación. Zelaya lo hace desde Cochabamba y Belgrano desde Potosí,

conduciendo todo el ejército. El triunfo parece seguro. Belgrano adelanta

emisarios a Arica, Arequipa y Cuzco con el objetivo de insurreccionar a

esos pueblos y cortar las comunicaciones enemigas con Lima.

Pero, el combate en la pampa de Vilcapugio, resulta adverso. El 25 de

septiembre de 1813, desde el paraje Lagunillas, Belgrano le escribe a San

Martín: “Ay mi amigo y ¿Qué concepto se formado usted de mí? Por

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146

casualidad o, mejor diré porque Dios ha querido, me hallo de general, sin

saber en qué esfera estoy. No ha sido ésta mi carrera y ahora tengo que

estudiar para medio desempeñarme, y cada día veo más las dificultades de

cumplir con esta terrible obligación… Crea usted que jamás me quitará el

tiempo y que me complaceré con su correspondencia, si gusta honrarme

con ella, y darme alguno de sus conocimientos para que pueda ser útil a la

patria, que es todo mi conato, retribuyéndole la paz y tranquilidad que

tanto necesitamos”.

El 27 de septiembre Belgrano instala su campamento en Vilcapugio,

mientras aguarda la incorporación de las divisiones de Zelaya y Cárdenas,

con 5.000 hombres y sorprender al enemigo. El 1ro de octubre, la

vanguardia patriota ubicada en Condo-Condo visualiza que las fuerzas de

Pezuela que descienden hacia Vilcapugio.

El fuego de la artillería comienza la lucha. Belgrano, a punta de bayoneta,

logra romper una de las alas del ejército enemigo. La victoria se inclina por

el centro y la derecha de las fuerzas de Belgrano. Pezuela abandona el

campo de batalla, aprovechado por el enemigo que logra romper la línea

patriota.

Zelaya, por su parte, no llega a tiempo a colocarse a la retaguardia

enemiga y la batalla, que en un principio parecía ganada, se transforma en

derrota. Heroicamente mueren el coronel Benito Alvarez y el mayor

Patricio Beldón y los capitanes Villegas y Saravia. Entre muertos y heridos,

Belgrano no logra reunir 400 hombres.

La derrota no atemoriza al jefe patriota que manifiesta a sus hombres:

“Soldados: hemos perdido la batalla después de tanto pelear, la victoria

nos ha traicionado pasándose a las filas del enemigo en medio de nuestro

triunfo. ¡No importa!. ¡Aún flamea en nuestras manos la bandera de la

Patria!

Mientras se inicia la retirada, cede su caballo a un herido y marchará con

su fusil al hombro en última fila. Luego se reúne con parte del Escuadrón

de Dragones y junto con sus oficiales y la tropa, avanza a piepara asistir a

Page 149: Belgrano: Una mente brillante

147

los heridos y enterrar a los muertos. Desordenadamente llegan al

pequeño pueblo de Caine, donde luego de reunir lo que queda del

ejército, arenga a sus fuerzas para continuar la lucha hasta morir por el

honor y en defensa de su Patria.

TRES SARGENTOS

Después de la derrota del general Manuel Belgrano en Vilcapugio, el 1 de

octubre de 1813, el grueso del Ejército del Norte se retiró hacia el este,

acampando tras varios días de marchas forzadas en Macha. Las pérdidas

en hombres y material habían sido considerables, sobre todo en lo que

hace a la artillería. No obstante, Belgrano comenzó a reforzar sus

desmoralizadas y exhaustas tropas con el apoyo de patriotas locales que

se sumaron a sus filas y le proveyeron víveres y alimentos.

Pese a su reciente victoria, la situación de los realistas distaba de ser la

mejor. El general Joaquín de la Pezuela había perdido más de 200

hombres en Vilcapugio, junto con un buen número de mulas y caballos,

único medio de transporte en el terreno escarpado del Altiplano. Una

parte del ejército de Belgrano se retiró a la villa de Potosí bajo el mando

del general Eustaquio Díaz Vélez. A mediados de octubre, Potosí se hallaba

asediada desde el norte por un escuadrón realista, comandado por el

coronel Saturnino Castro, quien se había apoderado del pueblo de Yocalla.

El camino entre las fuerzas de Díaz Vélez y las de Belgrano estaba

controlado por el enemigo

La memorable hazaña de Tambo Nuevo, en la que tres soldados del

ejército de Belgrano –los cordobeses Santiago Albarracín y Juan Bautista

Salazar, y el tucumano José Mariano Gómez- se convirtieron en héroes por

propia inspiración, no envueltos en acontecimientos, sino provocándolos

con su audacia, constituyen una de las páginas brillantes y conmovedoras

de la luchas por la independencia argentina. Refuerzan el carácter y el

brillo de la proeza el hecho de que los tres combatientes, que hasta ese

momento no habían recibido de sus jefes distinción alguna, pertenecían a

una tropa mal alimentada, para la que las provisiones que escaseaban a

Page 150: Belgrano: Una mente brillante

148

menudo, llegaban en malas condiciones. A esto se agregaban los

recientes triunfos del enemigo. Más contratiempos y privaciones no

amilanaban a los hombres de las fuerzas patriotas, y así como del núcleo

de los oficiales surgió en ese tiempo el teniente de dragones Gregorio

Aráoz de Lamadrid, del conjunto de los soldados nacieron a la

inmortalidad Gómez, Salazar y Albarracín.

Llamado por Belgrano, el bravo teniente recibió orden de conseguir

noticias de la vanguardia adversaria. En el cumplimiento de su misión

llegó, a la cabeza de doce subordinados, al portezuelo de la quebrada de

Tinguipaya, muy cerca de la Posta de Tambo Nuevo. Sabía el teniente que

a poca distancia de donde se hallaba, había sido destacada una compañía

de cazadores montados del ejército realista.

Era necesario conocer el número de sus integrantes y las condiciones en

que se encontraban. La empresa no resultaba fácil. La posta quedaba en lo

alto de una empinada cuesta. Comisionados Gómez, Salazar y Albarracín

para que explorasen el terreno, desmontaron al llegar al pie de la altura y,

llevando de las riendas a sus caballos, iniciaron la difícil marcha.

La noche favorecía y dificultaba al mismo tiempo el intento. Protegidos

por las sombras, el silencio acechaba como para descubrirlos. Cuando

llegaron arriba, el relincho de un caballo anunció su presencia. A ese

relincho siguieron otros. Cincuenta equinos encerrados en un corral

contestaron a su compañero. Los tres soldados hicieron un alto. Habían

divisado una luz. Un candil ardía en una de las casas de la posta. Lenta y

cuidadosamente reanudaron la marcha. Pudieron distinguir a un

centinela.

Ya sabían bastante. Con lo que habían comprobado tenían suficiente pero

no se dieron por conformes. Siguieron avanzando. El centinela dormitaba.

Dentro del rancho también descansaban once realistas. Las armas habían

quedado apoyadas contra la pared, a cuidado del centinela. El guardia

había estado jugando a la baraja, a la luz de un candil, ajena a los

movimientos de nuestros patriotas. Salazar, Gómez y Albarracín se

Page 151: Belgrano: Una mente brillante

149

leyeron el pensamiento. Ellos no podían volver con las manos vacías. ¿Qué

importaba que a retaguardia descansasen en esos momentos los otros

cuarenta hombres de la compañía adversaria?

Los tres soldados desarrollaron sin pérdida de tiempo su plan. Uno de

ellos sorprendió al centinela, lo desarmó y calló su voz de alarma. Otro

tomó a su cargo las armas y el último penetró en el rancho y apuntando

con su carabina a los realistas que no salían de su asombro, por lo

inverosímil de la situación, los obligó a rendirse.

Los realistas nunca imaginaron que esos tres hombres estaban solos, los

maniataron y condujeron en medio de la noche en las sierras.

La aurora les reveló a los realistas que los atacantes, eran sólo tres

soldados, mientras contemplaban como se alejaban con todos sus

pertrechos aquellos bravos integrantes del ejército de la independencia a

los que Belgrano llamaría, al ascenderlos, los Tres Sargentos de Tambo

Nuevo.

AYOHUMA

Ya comienzan a ser evidente los deterioros en la salud de Belgrano. No

obstante, continúa su marcha y sepultando los restos mortales de sus

heroicos soldados. El 5 de octubre fija su cuartel general en Macha, con el

objetivo de reorganizar su ejército, a pesar de las numerosas dificultades.

Luego de la derrota de Vilcapugio, se desmorona la estrategia a pesar de

la sublevación de las provincias altoperuanas y el apoyo de los indígenas

que le habrían posibilitado penetrar victorioso.

Belgrano mantiene su espíritu calmo y reflexivo. La población contribuye

generosamente, mientras el general Francisco Antonio Ortiz de Ocampo,

desde Charcas le envía refuerzos, soldados, cañones, fusiles, municiones y

caballos. También lo hacen el gobernador de Cochabamba, general Juan

Antonio Alvarez de Arenales y el gobernador de Santa Cruz de la Sierra,

coronel Ignacio Warnes.

Page 152: Belgrano: Una mente brillante

150

Belgrano, entre tanto, expide un bando en el que decide gratificar a los

pobladores de Chayanta, que habían salido en auxilio de su ejército,

distribuyendo entre los perjudicados por la guerra, tierras del Estado.

Pezuela, por su parte, carece de los elementos adecuados de movilidad y

está rodeado de poblaciones hostiles, por lo que no se atreve a tomar

iniciativas.

Belgrano sigue sosteniendo que será un buen recurso la sublevación de las

regiones inmediatas a las que ocupa, por lo que destaca partidas en todas

direcciones, aunque finalmente, solo obtiene la adhesión de Tacna.

Algunos caciques con sus malones deberán cortar las comunicaciones

realistas con La Paz y el Desaguadero, mientras otras avanzadas, al mando

de oficiales experimentados, hostilizarán los destacamentos enemigos

ubicados en el campamento de Condo-Condo.

Gregorio Araoz de Lamadrid, teniente de Dragones, se destaca por su

audacia y heroísmo, atacando sin descanso a las distintas partidas

enemigas. Belgrano mantiene su espíritu revolucionario, sustentando los

principios de libertad de la causa americana, lo infunde sin descanso a los

pueblos hermanos y el 21 de octubre desde Macha le escribe al gobierno

central: “En balde se fatigan nuestros enemigos así interiores como

exteriores; en vano sufriremos contrastes, en vano, tal vez, nos veamos

casi a las puertas de nuestra total ruina, como ya lo hemos estado en

algunas épocas de nuestra gloriosa empresa: las Provincias Unidas del Río

de la Plata serán libres, y las restantes del continente se le unirán,

afirmando con sus sacrificios y esfuerzos la libertad e independencia que el

cielo mismo ha puesto en nuestras manos”.

Si bien no descuida la política, acelera la marcha de los diputados de los

pueblos que deben incorporarse a la Asamblea General y advierte que los

habitantes del interior imponencondiciones antes de acatar la autoridad

de Buenos Aires: “Las ideas de federalismo han cundido mucho y creo que

Dios nos manda trabajos para que nos amoldemos y sujetemos al orden:

confieso que más temo a los pueblos después de la victoria, que a los

enemigos de hoy. Es mucha la ignorancia, y conviene que todavía en

Page 153: Belgrano: Una mente brillante

151

mucho tiempo estén las atenciones fijas en los peligros exteriores, sin

perder de vista los objetos interiores”, escribe al gobierno el 23 de

octubre.

Precisamente sobre finales de octubre, Pezuela todavía no encuentra

posibilidades para entrar en acción y es apremiado por el Virrey del Perú

que lo intima a reanudar las operaciones, comenzando la ofensiva con

numerosas ventajas. En principio derrota a los caciques Cárdenas y Lanza,

aliados de Belgrano que encabezaban una gran rebelión indígena. El 8 de

noviembre, ingresan a Cayampayani, y se sitúan en las proximidades de

Macha. El 12 los realistas llegan a los Altos de Taquirí, desde donde

advierten todos los movimientos del ejército patriota.

Belgrano, contra la opinión de los oficiales en una Junta de Guerra, que

prefieren la retirada a Potosí, impone su voluntad de ir al combate,

convencido de vencer a Pezuela. El enemigo cuenta con 3.500 hombres,

mientras que el ejército patriota con 3.000 hombres. Belgrano logra

doblar al enemigo en tropas de caballería pero es demasiada la diferencia

con la infantería y la artillería.

La estrategia de Belgrano es que los españoles lo atacarán de frente y

ocupa sus posiciones con demasiada anticipación, lo cual pone en

descubierto su plan, que lo obliga a permanecer en una actitud de espera,

para lanzarse sobre ellos con movimientos rápidos y envolventes.

El 14 de noviembre, Pezuela inicia el descenso por un estrecho sendero de

la cuesta de Taquirí, por donde solo tres hombres caben de frente y traen

la artillería a lomo de mula por lo cual están desarmados.

Lamentablemente Belgrano deja pasar esta oportunidad que hubiese sido

determinante del combate. Ese grave error define la batalla en su contra.

Con los restos de su ejército, 400 infantes y 80 jinetes que logra reunir con

el auxilio de Díaz Vélez, emprende la retirada, mientras un grupo de

valientes al mando del comandante Zelaya lo cubre. En el campo de

batalla queda toda su artillería y armamento, más 300 muertos y el doble

de prisioneros.

Page 154: Belgrano: Una mente brillante

152

El 8 de diciembre de 1813, Belgrano está en Humahuaca y el 9 lanza una

ardorosa proclama a los pueblos del Perú. Está convencido de la necesidad

de afianzar mucho más, en aquellos hombres, el sentimiento

revolucionario. Así lo expresa al Triunvirato el día 13, después de dar

cuenta de la situación en que ha quedado su ejército. Una derrota con

graves consecuencias militares y políticas: “Creo que después de nuestra

Revolución más estudio hemos hecho los hombres en ser intrigantes y

malvados que en adquirir virtudes, sin las que no puede haber libertad, y

creo también que no se adquirirán sino a la fuerza de trabajos, y

separando cizaña de trigo; mientras no haya firmeza para ellos no

adelantaremos un paso.

“No hablo ni digo con más franqueza a V.E. una multitud de cosas, porque

temo que se aumente la desunión que tanto reina en las Provincias que se

dicen Unidas, y las personalidades que es lo único que existe entre

nosotros, no concluyen con este edificio que en sus principios se empezó a

minar, y cuya subsistencia la espero sólo de la Providencia Divina.

“Cuanto he visto, cuanto he corrido, cuanto he observado de ellas en lo

moral y en lo físico, me convenció de que aún no estábamos de aspirar a la

libertad e independencia; pero, estamos en la empresa, no hay otro

camino que arrastrar todos los peligros y vencerlos o perecer en la

demanda: a lo que estoy resuelto”.

El pensamiento y la labor de Manuel Belgrano representan el esfuerzo

más vasto y hondo realizado en el país desde el período hispánico, sus

nobles afanes están patentes en esa labor precursora y sistemática a favor

del desarrollo integral del país. “...el vestido de los héroes de la Patria,

siempre tirado y siempre en trabajos y poco menos que desnudos”,

escribió en una de sus 370 cartas reunidas en el libro Epistolario

Belgraniano, al hacer mención a sus compañeros de armas. Son los

héroes de la Patria. Son anónimos pero protagonistas de la historia. Son

las masas anónimas integradas por niños y jóvenes, mujeres, negros y

mulatos, indios y criollos, los que combaten en el interior en pos de una

nación integrada a Latinoamérica.

Page 155: Belgrano: Una mente brillante

153

MARIA REMEDIOS DEL VALLE

María Remedios del Valle formó parte del Cuerpo de Andaluces que

defendió la ciudad en las Invasiones Inglesas. El 6 de julio de 1810 se

incorporó al Ejército Auxiliar con su marido y dos hijos. Sólo ella regresó

viva de las campañas militares en la gesta por la independencia. La escasez

de fuerzas no le impidió protagonizar hechos gloriosos de nuestra historia,

como el decisivo Éxodo Jujeño y las victorias de Tucumán y Salta.

Del Valle se presentó ante Belgrano en vísperas de la Batalla de Tucumán

para solicitar que se le permitiera atender a los heridos de las primeras

líneas de combate. Belgrano reacio a la participación de la mujer en sus

tropas le negó el permiso. Pero durante la contienda la mujer se filtró

entre las líneas de la retaguardia y llegó hasta el centro del combate,

donde asistió y alentó a los soldados a batir al enemigo. Los soldados

conscientes del rol histórico que cumplía en las feroces batallas contra el

enemigo colonialista, comenzaron a llamarla “Madre de la Patria”. Ante la

evidencia de su valor, Belgrano la nombró Capitana de su Ejército.

Los colonialistas que venían del triunfo en Vilcapugio y en Ayohuma

utilizaron la misma estrategia: atacar por sorpresa. Después de una

jornada de encarnizados combates yacían sobre el campo de batalla unos

doscientos cadáveres de las tropas patriotas, doscientos heridos y unos

quinientos soldados fueron tomados prisioneros por los realistas. Entre los

prisioneros estaba María de los Remedios del Valle, que luchando a la par

de sus compañeros de regimiento, había sido herida de bala.

Del Valle fue tomada prisionera y sometida durante nueve días a azotes

públicos para que su actitud no fuera imitada. Pero Del Valle pudo escapar

y regresar a las filas del Ejército de Belgrano empuñando las armas y

asistiendo a los heridos en los hospitales de campaña. Las tropas de

Belgrano habían combatido más con prepotencia de victoria que con

recursos, protagonizando numerosos actos de valor para expulsar a los

españoles que los superaban en hombres y armamento.

Page 156: Belgrano: Una mente brillante

154

Cuando el pabellón patrio fue jurado en Jujuy, la negra Del Valle estuvo

arrodillada junto a Martín de Güemes y a Juan Antonio Álvarez de

Arenales. Del Valle al igual que Belgrano viviría en la pobreza relegada por

las autoridades porteñas que intentaron resarcirla delo injusto. Pero el

Estado y la burocracia cobraron una nueva víctima y María Remedios del

Valle murió sin cobrar un solo peso y olvidada por la historia.

BELGRANO Y SAN MARTÍN

Bajo las altas temperaturas de enero de 1814, Belgrano abandona Jujuy.

Manuel Dorrego con una división de 500 hombres protege la marcha de

los patriotas. El enemigo es hostigado en varios frentes, mientras las

autoridades de Buenos Aires, adoptan medidas a fin de procurar los

refuerzos necesarios para el ejército derrotado en el altiplano.

El 16 de diciembre de 1814, el Ejecutivo nombra Mayor General del

Ejército Auxiliar del Perú al coronel José de San Martín.

Dicho nombramiento alegra a Belgrano, quién al tomar conocimiento del

mismo le escribe: “No se decir a Ud. lo bastante cuanto me alegro de la

disposición del gobierno para que venga de jefe del auxilio con que se trata

de rehacer este desgraciado ejército; ojalá que haga otra cosa que le pido,

para que mi gusto sea mayor”. En estas líneas puede advertirse el deseo

de Belgrano para que San Martín asuma la dirección del Ejército.

Continúa el escrito: “… La patria necesita que se hagan esfuerzos

singulares, y no dudo que Ud. los ejecute según mis deseos para que yo

pueda respirar con toda confianza y salir de los graves cuidados que me

agitan incesantemente. Crea Ud. que no tendré satisfacción mayor que el

día que logre tener el placer de estrecharlo entre mis brazos, y hacerle ver

lo que aprecio el mérito y honradez de los buenos patriotas como Ud.”.

Transcurriros dos días, y con la humildad que lo caracteriza, Belgrano

eleva su renuncia como General en Jefe del Ejército del Perú, y solicita

continuar a cargo del Regimiento Nro. 1.

Page 157: Belgrano: Una mente brillante

155

La grandeza de Belgrano le permite ubicarse sin problemas bajo las

órdenes de San Martín, que sabe explicar los méritos militares del

triunfador de Tucumán y Salta. En su correspondencia Belgrano le

recomendaría: “La guerra no la ha de hacer Ud. con las armas, sino con la

opinión, afianzándose siempre en las virtudes naturales, cristianas y

religiosas; pues los enemigos la han hecho llamándonos herejes, y sólo por

este medio han atraído las gentes bárbaras a las armas, manifestándoles

que atacábamos la religión… Añadiré únicamente que conserve la bandera

que dejé: que la enarbole cuando todo el Ejército se forme; que no deje de

implorar a Ntra. Sra. de las Mercedes nombrándola siempre nuestra

Generala, y no olvide los escapularios a la tropa; deje Ud. que se rían; los

efectos lo resarcirán a Ud. de la risa de los mentecatos que ven las cosas

por encima”.

San Martín sale de Buenos Aires el 18 de diciembre y llega a Tucumán en

la madrugada del 11 de enero. Observando las directivas de Belgrano,

continúa la marcha hacia el norte, avanzando con la caballería a fin de

proteger la retirada de Jujuy del grueso del ejército.

Dentro de sus cálculos estratégicos Belgrano estima que el plan de

Pezuela es perseguir los restos de su ejército hasta Salta, donde se

detendrá para reorganizar sus fuerzas y lograr auxilios del frente realista

destacado en Montevideo. Esto se lo comunica a San Martín, con quien

intercambia mucha correspondencia, donde además, deja entrever el

deseo mutuo de los dos próceres de reunirse, para aunar esfuerzos en

beneficio de la Patria.

Belgrano está muy delicado de salud y le escribe a San Martín el 17 de

enero: “Voy a pasar el río Juramento y respecto de hallarse Ud. con la

tropa tan inmediato sírvase esperarme con ella”. San Martín se halla a

pocos kilómetros de allí, en las proximidades del poblado de Algarrobos,

donde se apresta a esperar a Belgrano. Ese mismo día se conocen

personalmente estos dos hombres, confundiéndose en un fraternal

Page 158: Belgrano: Una mente brillante

156

abrazo, en el que nace una sincera amistad, cimentada por la pureza de

sus principios.

Belgrano le informa a San Martín de sus planes y optan por apurar la

retirada, desistiendo de la idea de atacar la vanguardia realista sobre la

margen sur del río de las Piedras. Los efectivos fraccionados avanzan hacia

Tucumán.

El 21 de enero, desde la “Estancia Las Juntas”, Belgrano extiende un oficio

a San Martín, ordenándole ponerse en marcha hacia la ciudad de

Tucumán, con el objetivo de que reconocido como segundo jefe del

ejército, proceda a la instrucción y disciplina de la tropa.

Mientras tanto, el Supremo Poder Ejecutivo, a cargo del Director Gervasio

Posadas, extiende los despachos donde nombra al coronel José de San

Martín, Jefe del Ejército Auxiliar del Perú. El 29 de enero Belgrano recibe

la comunicación oficial e inmediatamente la da a conocer a todo el

ejército y en nota al gobierno expresa: “… en consecuencia, fui a rendirle

los respetos debidos a su carácter. Doy a V.E. mis más expresivas a la

patria, lo ejecutaré con el mayor empeño y anhelo gracias por el favor y

honor que me ha dispensado accediendo a mi solicitud; y créame que si

cabe el redoblar mis esfuerzos por el servicio de la patria, lo ejecutaré con

el mayor empeño y anhelo… era menester seguir el camino que me

propuse desde que me decidí a trabajar por la libertad e independencia de

América”.

Cabe consignar que hacia fines de 1813 el Supremo Poder Ejecutivo había

acordado iniciar las investigaciones tendientes a establecer las

responsabilidades en las derrotas de Vilcapujio y Ayohuma. El organismo

constituido en Tucumán por el Dr. Antonio AlvarezJonte y Francisco

Ugarteche, tiene como finalidad estructurar la administración pública de

las provincias. Dicha comisión comienza a tomar declaraciones a los

oficiales que han participado en aquellas acciones y pide informes a Díaz

Vélez y Gregorio Ignacio Perdriel. La comisión no llega a su cometido

porque San Martín presiona a sus integrantes de no continuar con la

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157

investigación iniciada. Los integrantes de la comisión se dirigen al Director

Supremo, haciéndole saber que suspenden las tareas “… por la

desmoralización que resulta de procesar a un general con mando,

haciendo deponer contra él a sus subalternos”.

Posadas exige por oficio a San Martín que ordene el inmediato traslado de

Belgrano a Córdoba y debe dejar el mando del regimiento Nro 1 al oficial

más antiguo que correspondiera.

San Martín responde con profundo respeto hacia Belgrano y destaca los

numerosos factores que lo llevan a no cumplir sin pérdida de tiempo esa

orden: El delicado estado de salud del brigadier, sus valiosos

conocimientos de la zona, donde no hallará “un oficial de bastante

suficiencia y actividad que le subrogue…”, además de la buena opinión

que rodea a Belgrano entre los vecinos y la consideración con que lo

juzgan los miembros del ejército. Finalmente, “en obsequio a la salvación

del Estado”, solicita que se mantenga a Manuel Belgrano en el ejército de

su mando.

A pesar de las razones expuestas, el gobierno de Buenos Aires, insiste en

el cumplimiento de lo ordenado y el 18de marzo, el jefe del ejército

comunica al Director Supremo que Belgrano, enfermo, ha partido hacia

Santiago del Estero, rumbo a Córdoba.

Allí permanece unos días hasta que las autoridades cordobesas, reciben

instrucciones de ordenarle que continúe su viaje. A mediados de junio le

ordenan detenerse en Luján. Enfermo de gravedad, logra por tal motivo

llegar en calidad de detenido hasta una quinta de Buenos Aires. Se instala

en San Isidro, donde comienza a escribir sus Memorias, en estos términos:

“… Nada importa saber o no la vida de cierta clase de hombres que todos

sus trabajos y afanes lo han contraído a sí mismo, y ni un solo instante han

concedido a los demás; pero la de los hombres públicos, sea cual fuere,

debe presentarse, o para que sirva de ejemplo que se imite, o de una

lección que retraiga de incidir en sus defectos”.

Page 160: Belgrano: Una mente brillante

158

Belgrano pensaba que “nadie debe exceptuarse de poner el pecho al frente

por la patria”, y que “nada hemos de lograr de nuestros enemigos sino por

medio del cañón y la espada”. También opinaba que “sin ejército no habrá

jamás patria; la fuerza en orden, disciplina y subordinación, es la única que

puede asegurarnos interior y exteriormente, todo lo demás es un error que

traerá nuestra total destrucción, por más ventajas que repentinamente

aparezcan”.

Para dar el ejemplo y demostrar con los hechos sus convicciones, a pesar

de no ser militar de profesión, sabido es que tomó sobre sí el mando del

Ejército Auxiliar del Perú durante varios años, obteniendo victorias y

derrotas.

Más aún, no tuvo empacho en confiarle a San Martín su desconocimiento

de las regiones en las que actuaba como jefe militar, que había hecho la

guerra “como un descubridor”, que estaba solo, “no tengo, ni he tenido

quien me ayude”, y había entrado a esa empresa por puro patriotismo,

“con los ojos cerrados y pereceré en ella antes de volver la espalda, sin

embargo de que hay que huir a los extraños y a los propios, porque la

América aún no estaba en disposición de recibir dos grandes bienes, la

libertad e independencia; en fin, mi amigo, espero de V. un compañero que

me ilustre, que me ayude y quien conozca en mí la sencillez de mi trato y la

pureza de mis intenciones, que Dios sabe no se dirigen ni se han dirigido

más que al bien general de la Patria, y sacar a nuestros paisanos de la

esclavitud en que vivirán”.

En la historia de nuestra emancipación la amistad de San Martín y

Belgrano cobra un relieve especial, dada la virtuosa significación de ambas

figuras. Mucho antes de conocerse personalmente habían ambos héroes

mantenido frecuente correspondencia, que fue cimentando en ellos una

recíproca simpatía. San Martín estimó mucho las dotes morales e

intelectuales del creador de la bandera, y éste, a su vez, supo ver en el

Page 161: Belgrano: Una mente brillante

159

vencedor de San Lorenzo, no sólo al colega sino también al jefe y futuro

libertador rioplatense.

En la Posta de Yatasto, situada en el camino de Tucumán a Salta se

encontraron por primera vez los dos próceres más altos de la

nacionalidad. Un estrecho abrazo selló una amistad que nunca fue

desmentida. San Martín había analizado en el terreno de los hechos, los

orígenes y el desarrollo de la revolución y luego de ponerse en contacto

con alguno de sus protagonistas, distingue entre todos ellos a Belgrano,

no por la ciencia militar de quien ha tenido que improvisarse conductor de

tropas, sino por la naturaleza moral que presiente en quien fue precursor

de Mayo desde sus funciones de secretario del Consulado.

Belgrano murió con el convencimiento de que San Martín era el genio

tutelar de su patria, y por su parte San Martín honró hasta en sus últimos

días la memoria de su amigo, señalándolo como una de las glorias más

puras del nuevo mundo.

MISION DIPLOMÁTICA EN EUROPA

Estamos en los meses finales del año 1814, numerosas dificultades

amenazan concretar la Revolución. Las luchas por la emancipación han

tenido resultados adversos. El norte continúa en poder de los realistas

mientras se mantiene al antiguo ejército de Belgrano dentro de los límites

de Tucumán para mantener la defensa de la frontera en aquel punto.

En Europa, mientras tanto, habiendo abdicado Napoleón, Fernando VII

toma nuevamente el poder y se dispone a enviar una expedición al Río de

la Plata. En el orden interno, entretanto, la Asamblea General se divide en

facciones y la desmoralización en el ejército crece. José Artigas en la

Banda Oriental y la amenaza de los portugueses se tornan peligrosas. Se

comienza a pensar en recurrir a la vía diplomática para encontrar aliados

que apoyen el movimiento revolucionario, pero el escenario no es el

Page 162: Belgrano: Una mente brillante

160

mejor, dado que se cuenta con escasos recursos y una situación política

inestable. En líneas generales lo que se intentaba es obtener el

reconocimiento de nuestra independencia por parte de Gran Bretaña,

interesada económicamente y mediadora obligada.

Se Inician negociaciones ante la Corte española, con el objetivo de

neutralizar la expedición a Buenos Aires. Llegar a un acuerdo pacífico con

las autoridades portuguesas establecidas en el Brasil para asegurar su

neutralidad o su apoyo ante cualquier agresión. Esta es la misión que el

Director Supremo Gervasio Antonio de Posadas le encarga a Bernardino

Rivadavia y a Manuel Belgrano en misión diplomática ante las cortes de

Inglaterra y España. De las instrucciones reservadas se conoce un solo

ejemplar y estaban dirigidas a Rivadavia. Belgrano pasaba a estar bajo las

órdenes de éste y el propósito era asegurar la “independencia política de

este Continente, o al menos, la libertad civil de estas Provincias”. Los

comisionados debían lograr “… la venida de un Príncipe de la Casa Real de

España que mande el Soberano, a este Continente bajo las formas

constitucionales que establezcan la provincias o el vínculo y dependencia

de ellas a la Corona de España, quedando la administración en todos los

ramos en manos de los americanos…”, mientras que todo lo que en tal

sentido se conviniera debía ser sancionado en la asamblea de los

diputados de estas Provincias.

Los comisionados parten el 28 de diciembre en la corbeta “Zephir”. En Río

de Janeiro deben ponerse en contacto con el embajador inglés Lord

Strangford. La misión encargada a Rivadavia y Belgrano completará la que

se le había encargado a Manuel de Sarratea en Londres que miran hacia

“la libertad e independencia de estas Provincias y la cesación de las

hostilidades”, mientras buscaba el apoyo inglés ante un ataque de España.

Rivadavia y Belgrano arriban a Brasil a mediados de enero de 1815 y se

enteran de la renuncia de Posadas al cargo de Director Supremo y que el

sustituto era su sobrino Carlos de Alvear. No obstante se abocan

Page 163: Belgrano: Una mente brillante

161

activamente a las gestiones encomendadas y se entrevistan no solo con

Lord Strangford, sino con el encargado de negocios de España, el ministro

de Estado portugués y el ministro de los Estados Unidos.

Al mes llega a Río de Janeiro el doctor Manuel José García, enviado

confidencial del nuevo Director que portaba dos notas: una para el

gabinete de Londres y otra para Lord Strangford, donde pone a

disposición del gobierno británico las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Al tanto de los términos de aquellos documentos, Rivadavia y Belgrano

aconsejan a García sobre las gravísimas consecuencias para la Patria que

surgirían de darse curso legal a aquellos pliegos. El embajador inglés, por

su parte, adopta una posición neutral y les asegura que su país no

permitirá la injerencia portuguesa en los negocios políticos, ni atentar

contra el territorio del Plata.

Rivadavia y Belgrano dejan entrever en su correspondencia, la

impopularidad de su misión, pero prefieren no desistir y continúan con las

negociaciones a pesar de pensar que estuvieran destinadas al fracaso.

Mientras Manuel José García permanece en Brasil, nuestros comisionados

se embarcan el 10 de marzo de 1816 en una nave del correo inglés hacia

Londres. El 7 de mayo desembarcan en el puerto de Falmouth y de allí se

encaminan hacia la capital, donde toman conocimiento que Napoleón

Bonaparte retomó el gobierno de Francia, tras su huida de la isla de Elba.

Inmediatamente se ponen en comunicación con Manuel de Sarratea, -

agente del gobierno de las Provincias Unidas en Europa- quien se

encontraba en Londres desde hacía un año. Ante su presencia abren los

pliegos cerrados de que son portadores y las instrucciones a que deben

ajustarse.

Page 164: Belgrano: Una mente brillante

162

Las gestiones ante el gabinete británico permanecen estancadas mientras

toman conocimiento del proyecto trazado por Sarratea: Un plan

monárquico constitucional que Rivadavia y Belgrano aceptan ante la

imposibilidad de llevar a cabo otro, dado el giro de los acontecimientos

europeos.

Belgrano, ante el ineludible fracaso de cualquier otro intento, escribe al

gobierno: “… el acelerar el reconocimiento de nuestra existencia política, o

mejor diré, el realizar ésta, pende del modo en que se negocie con la

España, para que ella sea la primera en reconocerla; por que, el que

Inglaterra o cualquier potencia lo haga, mientras las cosas permanezcan

como están en Europa, es del todo imposible y no hay que esperarlo jamás,

siendo contra todos los principios que rigen a los soberanos y han

proclamado del modo más enérgico, y sostendrán con los mejores

esfuerzos, habiéndoles llegado su época”.

Sarratea, mientras tanto, sostiene que la ejecución de su plan los

conducirá al reconocimiento de la independencia por parte de España. Ha

enviado un agente ante el destronado rey de España, Carlos IV, que se

hallaba exiliado en Roma. Estas negociaciones tienen por objeto instalar

en el Río de la Plata una monarquía constitucional coronando al hijo

menor de Carlos IV, Francisco de Paula.

El 3 de febrero de 1816, Belgrano resume así las circunstancias:

“Reflexionamos sobre la materia con aquel pulso y madurez que exigía:

observamos por una parte el estado en que habíamos dejado las

provincias y el de los gobiernos que las regían; las disposiciones de la Corte

de España para traer la guerra a nuestros países; la frialdad del gobierno

inglés, o no sé si me atrevo a decir enemigos de nosotros y de todos los

demás gobiernos de América: el interés que manifiesta el resto de las

potencias (incluyendo aún a Estados Unidos de América), en que nos

conservemos unidos a la España, con el designio de poder balancear el

poder marítimo de la Inglaterra…”.

Page 165: Belgrano: Una mente brillante

163

Sobre la actitud de la Corona de España estima: “Observamos la reacción

que se obraría en la familia de España con este hecho; cómo se le cruzarán

sus ideas en contra de la América con él, pudiendo nosotros apoyar el

proyecto e b el derecho que nos asistía de escoger al Infante, lo mismo que

le habían hecho los españoles escogiendo a Fernando y despojando a su

padre del reino”.

Se forzará a Gran Bretaña ya: “que nombrando el padre a su hijo, el

predicho Infante, por su sucesor en las Provincias Unidas del Río de la

Plata, se declararía precisamente el gobierno inglés por el pensamiento así

porque era nuestro y consiguiente a los principios, porque obra en sus

transacciones políticas en el continente de Europa, como, no teniendo

disculpa para con su nación, que está empeñada en nuestra

independencia, y se empeñaría más viendo que la imitábamos en su clase

de gobierno…. Así desterrábamos la guerra de nuestro suelo; y que al fin

por este medio conseguiríamos la independencia y que ella fuese

reconocida con los mayores elogios, puesto que en Europa no hay quien no

deteste el furor republicano”.

El nuevo gobierno se instalaría sobre claros principios democráticos: “…e

igualmente establecer un gobierno sobre bases sólidas y permanentes,

según la voluntad de los pueblos, en quien estuviesen deslindadas las

facultades de los poderes, conforme a sus circunstancias, carácter,

principios, educación y demás ideas que predominan y que la experiencia

de cinco años que llevamos de revolución nos ha enseñado”.

Tal vez convencido, en parte, de la efectividad del plan, Belgrano estima

que aquella sería una solución para atenuar el temor de la pérdida de

todo lo que costosamente se había logrado en procura de la libertad

americana, justifica el apoyo que presta al proyecto: “Considerando, pues,

todo esto, y teniendo presente que resistirnos, no solo obrábamos contra

lo que la razón nos dictaba en tales circunstancias, como único remedio a

Page 166: Belgrano: Una mente brillante

164

nuestra patria, sino que se atribuiría después a nuestra resistencia su

pérdida, y la preponderancia de la causa de los reyes sobre los pueblos,

nos resolvimos a entrar en el proyecto, a favorecerle y prestarle todos los

auxilios que de nuestra parte estuvieren”.

Mientras continúan las negociaciones, Sarratea envía a Roma, como

agente al conde de Canbarrús. En mayo de 1815 regresa a Londres,

sosteniendo haber tenido éxito en su gestión, pero Rivadavia y Belgrano

entienden que los principios sostenidos por Cabarrús fueron desvirtuados,

es más intenta entablar negociaciones en términos absurdos, como la

posibilidad de intentar un secuestro del infante Francisco de Paula.

Belgrano se manifiesta en total desagrado sobre lo actuado y por otra

parte se le niega el conocimiento directo de la documentación que

manejaba el agente de Sarratea.

Mientras tanto, la derrota de Napoléon en Waterloo, cambia el escenario

político de Europa y da por tierra con todos los proyectos. Resurge la

tendencia a restaurar las monarquías, dándole apoyo a Fernando VII,

mientras sus padres se niegan a respaldar el plan que sostiene los

derechos de su otro hijo, el infante Francisco de Paula.

Se le pide a Belgrano que regrese al país para informar al gobierno,

mientras la misión queda en manos de Rivadavia y Sarratea, que

permanecen en Europa. Belgrano emprende el regreso el 15 de

noviembre arribando a Buenos Aires a principios de 1816.

EL EJÉRCITO DE OBSERVACIÓN

Alvear se ha ganado una creciente oposición debido a las medidas

dictatoriales empleadas. Por su parte, San Martín, al frente del Ejército de

Cuyo, y considerado un militar prestigioso, se declara abiertamente contra

Alvear, mientras los artiguistas propagan la guerra civil en el interior.

Page 167: Belgrano: Una mente brillante

165

Precisamente el 3 de abril de 1815, el brigadier Ignacio Alvarez Thomas,

está al mando de las tropas destinadas a enfrentar al ejército de Artigas

que, con acuerdo de la oposición, ha avanzado sobre Santa Fe.

Alvarez Thomas se subleva contra el Director Supremo, al llegar con sus

tropas a Fontezuelas, en las proximidades de Arrecifes, mientras se

producen una serie de revueltas populares que culminan con la renuncia

de Alvear y consecuentemente con la disolución de la Asamblea.

Las funciones gubernativas son dispuestas por el Cabildo, que convoca a

electores con facultades, para designar Director Supremo al general del

Ejército del Norte a José Rondeau. Mientras dura la ausencia de éste, en

carácter interino nombran al coronel Alvarez Thomas, quien presta

juramento el 21 de abril de 1815. Éste asume sólo el mando militar ya que

el Cabildo se reserva el poder político hasta la sanción del Estatuto de

1815.

Si bien Alvarez Thomas debe enfrentar una serie de dificultades, mientras

intenta llevar a cabo una política pacifista, y busca un acercamiento con

Artigas, cuyos ideales políticos tienen cada vez más adeptos en el litoral. A

tal fin envía representantes al campamento de Artigas ubicado en

Purificación, en las márgenes del río Uruguay. Artigas, por su parte,

convoca a una reunión de los representantes de los pueblos de Entre Ríos,

Corrientes, Misiones, Córdoba, Santa Fe y la Banda Oriental. Sus

exigencias iniciales se oponen a cualquier entendimiento con el gobierno

porteño.

La guerra civil estalla nuevamente y el Ejecutivo pone a las órdenes de

Juan José Viamonte el Ejército de Observación, que en agosto de 1815,

logra ocupar la capital de Santa Fe y designar un gobernador adicto a

Buenos Aires. Sin embargo, pocos meses después Mariano Vera, con el

apoyo de Artigas, Estanislao López y Francisco Ramirez, logra deponer a

las autoridades impuestas por los porteños. Mariano Vera es elegido

Page 168: Belgrano: Una mente brillante

166

gobernador de Santa Fe, quedando fuera del dominio de Buenos Aires y

bajo la influencia de Artigas.

Mientras tanto, el gobierno de Buenos Aires designa en reemplazo de

Viamonte a Manuel Belgrano como “General en Jefe de las fuerzas de

línea y milicias de campaña”, con asiento en Rosario. Desde allí, y con el

propósito de negociar con Artigas, Belgrano destaca al general Eustasquio

Díaz Vélez , quien abusando de su autoridad, se anticipa a firmar un

armisticio con Cosme Maciel, representante de Artigas.

Este acuerdo, fechado el 9 de abril de 1816, se conoce en la historia como

el Pacto de Santo Tomé y establece el retiro de las fuerzas porteñas de

esa provincia y la separación del mando del ejército del Brigadier General

Manuel Belgrano, para tomar su lugar Díaz Vélez. Esta sublevación militar

origina la renuncia del Director interino Alvarez Thomas que obliga al

Cabildo porteño a designar inmediatamente al general Antonio González

Balcarce, quién permanece en su cargo de mayo a julio de 1816.

CONGRESO DE TUCUMÁN

En marzo de 1816, convocado por Alvarez Thomas, comienza sus sesiones

el Congreso de Tucumán. Apenas se inician las discusiones, el tema

prioritario era establecer el régimen de gobierno, antes de proceder a la

declaración de la Independencia. Para ello, era necesario contar con el

apoyo de los oficiales y los jefes de los ejércitos de la Patria, que eran los

principales sostenedores del Congreso.

Belgrano, quien ya había preconizado abiertamente su monarquismo

constitucional, es llamado para asistir a una sesión secreta que se lleva a

cabo el 6 de julio de 1816. Es importante destacar que, en forma

generalizada, se pensaba en la necesidad de instaurar un régimen

monárquico que dentro de las reglas constitucionales, asegurase el

ejercicio de la democracia. La conveniencia del sistema consistía en

Page 169: Belgrano: Una mente brillante

167

afirmar la unión de las provincias, para luego integrar un orden

americano.

En el acta de la mencionada sesión del 6 de julio, Belgrano sintetiza su

pensamiento: “Aunque la revolución de América, en su origen mereció un

alto concepto de los poderes de Europa, por la marcha majestuosa con que

se inició, su declinación en el desorden y anarquía, continuada por tan

dilatado tiempo, ha servido de obstáculo a la protección, que sin ella se

habría logrado; así es que, en el día, debemos contarnos reducidos a

nuestras propias fuerzas… el espíritu general de las naciones, en los años

anteriores, era republicanizado todo, en el día se trata de monarquizarlo

todo. La nación inglesa, con el grandor y majestad a que se ha elevado,

más que por sus armas y riquezas, por la excelencia de su Constitución

monárquico-constitucional, ha estimulado a los demás a seguir su

ejemplo. La Francia lo ha adoptado. El rey de Prusia, por sí mismo, y

estando en el pleno goce del poder despótico, ha hecho una revolución en

su reino, sujetándose a bases constitucionales idénticas a las de la nación

inglesa”.

Resulta evidente que su pensamiento esta contextualizado en el tiempo

que le toca vivir. Su evolución es sensata al juzgar la evolución de aquellas

naciones, los estragos a los que nos sometía la anarquía y dada la grave

situación interna aconseja para las Provincias Unidas del Río de la Plata:

“Conforme a esos principios, en mi concepto,la forma de gobierno más

conveniente para estas provincias, sería la de una monarquía temperada,

llamando la dinastía de los Incas, por la justicia que en sí envuelve la

restitución de esta casa, tan inicuamente despojada del trono, por una

sangrienta revolución que se evitaría en lo sucesivo con esta declaración, y

el entusiasmo general de que se poseerían los habitantes del interior,

como la sola noticia de un paso para ellos tan lisonjero…”

Belgrano no fundamenta su propuesta en un convencimiento absoluto por

el monarquismo, como régimen ideal de gobierno, sino en la conveniencia

Page 170: Belgrano: Una mente brillante

168

de su adopción, dadas las críticas circunstancias por las que atravesaba la

Patria. Mientras tanto, en Europa impera nuevamente el “antiguo

régimen”, cuando los ideales de la Revolución Francesa han sido

desvirtuados políticamente por Napoleón Bonaparte. Recordemos que

desde 1809, Belgrano se inclina por la monarquía como recurso político,

como el único medio para alcanzar la independencia y poder sostenerla

después. Para Belgrano esta forma de gobierno es condicional. Representa

el camino obligado para alcanzar la democracia cuando, a través de la

educación, como siempre ha preconizado, se haya preparado

suficientemente al pueblo para sostenerla.

Con fecha 8 de octubre de 1816 le escribe a Bernardino Rivadavia: “… me

exalté, lloré e hice llorar a todos al considerar la situación infelíz del país.

Les hablé de la monarquía constitucional con la representación soberana

de los Incas: todos adoptaron la idea”.

Belgrano justifica ante Tomás de Anchorena, la coronación de un Inca: “…

el lo había hecho con ánimo de que corriendo la voz y penetrando en el

Perú, se entusiasmasen los indios y se esforzasen en hostilizar al enemigo,

con lo que, distraído éste, tendría (Belgrano) tiempo de engrosar su

ejército para atacarlo, llegada la oportunidad”.

Martín Miguel de Güemes apoya el plan de Belgrano: un alzamiento

indígena debilitaría al enemigo. José de San Martín también celebra el

plan y en carta fechada el 22 de julio de 1816 a Tomás Godoy Cruz dice:

“Yo digo a Laprida lo admirable que me parece el plan de un Inca a la

cabeza: sus ventajas son geométricas; pero por la patria les suplico, no

nos metan una regencia de (varias) personas; en el momento que pase de

una, todo se paraliza y nos lleva al diablo: Al efecto, no hay más que variar

de nombre a nuestro Director; y queda un Regente. Esto es lo seguro para

que salgamos a puerto de salvación”.

Page 171: Belgrano: Una mente brillante

169

Finalmente no se da la sublevación indígena esperada en el Alto y Bajo

Perú y las causas del fracaso del plan se dan en las luchas intestinas que

anarquizan las provincias.

El trono incaico debía ser instalado en Cuzco, con lo cual disminuía el

poder de Buenos Aires. También puede deducirse que el voto favorable de

algunos congresales haya sido simplemente en oposición a Buenos Aires.

El debate continúa y ahora después de 200 años comienzan a discutirse

los verdaderos derechos de los pueblos originarios sobre todo el

continente.

BELGRANO NO PERDONO LA INSURRECCIÓN

La noche del 31 de diciembre de 1816, Santiago del Estero vivió

momentos de incertidumbre. En medio de la algarabía general, propia de

los festejos de fin de año, partidarios de Juan Francisco Borges, intentarían

demorar su ejecución persuadidos de que el general Belgrano perdonaría

al rebelde comprometido, con los movimientos de Córdoba, Salta y con

realistas del Alto Perú. Belgrano había recibido información y no ocultaba

su enojo por la falta gravísima de Borges, en momentos que la situación

general de país era bastante delicada.

El fallo de Belgrano, producido con auténtica serenidad, se ajustaba a la

ley promulgada por el Congreso de Tucumán el 3 de agosto de 1816, que

establecía: “los que promovieran la insurrección o atentaren contra esta

autoridad y las demás constituidas en los pueblos, serán reputados

enemigos del estado y perturbadores del orden y la tranquilidad pública y

castigados con todo el rigor de las penas hasta la muerte”.

Belgrano había comisionado a La Madrid para reprimir el levantamiento,

pero en conocimiento de los sucesos reforzó el contingente con fuerzas al

mando del coronel Juan Batista Bustos y 60 dragones al mando de José

María Paz.

Page 172: Belgrano: Una mente brillante

170

Borges había intentado aplicar en Santiago el principio político de Mariano

Moreno que expresaba “que disueltos los vínculos que ligaban a los

pueblos con el monarca español. Cada provincia sería dueña de sí misma,

por cuanto el pacto social no establecía relaciones entre ellas

directamente, sino entre el rey y los pueblos”. Era el recetario para la

guerra civil en momentos en que el Congreso de Tucumán trataba de

lograr la unidad monolítica de los pueblos. La adhesión aBuenos Aires era

el punto inicial para la liberación continental y lo contrario significaba una

traición a los sacrificios de los ejércitos patrios, una carencia absoluta de

sentido revolucionario para la consagración de la Patria Grande. Más

adelante llegaría el tiempo de las autonomías provinciales. Pocos vieron

los entornos de la unidad nacional. Belgrano y San Martín intentaban fijar

los hitos de la Patria Grande.

Llegado La Madrid a Santiago, tienen noticias de que Juan Francisco

Borges no se entrega y acosado escapa como puede buscando refugio en

el sur de la provincia. La Madrid hace prisionero a Borges y pone en aviso

a Belgrano que le ordena que pase por las armas al rebelde.

LOS ÚLTIMOS AÑOS DE VIDA DE BELGRANO

Cabe consignar que tras la derrota de Sipe-Sipe ocurrida el 29 de

setiembre de 1815 se pierden definitivamente las provincias altoperuanas.

La frontera norte está otra vez amenazada por el enemigo que está

sostenida por las acciones militares de Martín Miguel de Güemes y sus

valientes gauchos.

Belgrano es designado el 3 de agosto de 1816, Brigadier General del

Ejército Auxiliar del Alto Perú, en reemplazo de Rondeau, que con los

restos de su ejército se establece en el norte de Jujuy. El repliegue

continúa y Belgrano se establece en las Trancas (Tucumán), donde se pone

a trabajar para la recomposición de sus fuerzas, un cuerpo de 2.400

Page 173: Belgrano: Una mente brillante

171

hombres, donde reina la indisciplina y la rebeldía. El descontento y la

pobreza se instalan en las provincias mientras los recursos del Estado se

destinan a Mendoza para organizar el Ejército de los Andes.

Mientras tanto, Joaquín de la Pezuela, había sido designado virrey del

Perú y el Comando del ejército realista está a cargo del Brigadier José de la

Serna. Durante todo el año 1816, el enemigo no realiza una ofensiva y

Belgrano permanece en Tucumán asistiendo, en segundo plano, las

partidas de los gauchos de Güemes. Hacia finales de 1816, el ejército de

Belgrano cuenta con 2.700 hombres, con cuatro batallones de infantería,

dos regimientos de caballería y un cuerpo de artillería, pero la falta de

recursos y la miseria que padecen han relajado sensiblemente su moral:

“Yo mismo estoy pidiendo prestado para comer. La tropa que tiene el

gobernador Güemes está desnuda, hambrienta y sin paga, como nos

hallamos todos, y no es una de las menores razones que lo inducen a hacer

la guerra de recursos al enemigo. Yo mismo habría hecho otro tanto: pero

estoy muy lejos, y temo se me quedaría en la marcha la mitad de las

fuerzas de lo que se llama ejército”, escribe Belgrano a fines de octubre de

1816.

Ante el avance de los realistas para ocupar las provincias de Salta y Jujuy,

Belgrano y Güemes estiman necesario mantener una retaguardia firme en

Tucumán. Y a pesar de que el gobierno porteño insiste en no aventurar

fuerzas en el norte de Tucumán, Belgrano ubica una división de su ejército

sobre la retaguardia realista, como también sublevar las poblaciones del

altiplano e intentar cortar la retirada del enemigo. Destaca a 300 hombres

a las órdenes del coronel Gregorio Aráoz de Lamadrid, con dos piezas de

artillería, para avanzar hacia Tarija. Entre tanto, en los valles Calchaquíes

están los gauchos de Güemes. Continúan hacia la Quebrada del Toro y se

colocan a la retaguardia del enemigo, cortándole la retirada hacia la

región de Yavi. Para auxiliar a las milicias gauchas, Belgrano ordena que el

Regimiento Nro 2, al mando de Juan Bautista Bustos, evitara la dispersión

del enemigo, pero el gobierno porteño, desautoriza la medida.

Page 174: Belgrano: Una mente brillante

172

LA LUCHA INTERNA

En 1817, el Congreso de Tucumán es trasladado a Buenos Aires, dicta una

Constitución que es jurada por el pueblo el 25 de mayo de 1819, con la

ausencia de los representantes de las provincias de Entre Ríos, Santa Fe,

Corrientes y la Banda Oriental. Como sistema político, basado en el

centralismo porteño, considerado necesario para continuar la guerra por

la independencia, es elegido un Directorio, que debe enfrentar numerosos

obstáculos. En 1818, las fuerzas nacionales enfrentan a los artiguistas en

Santa Fe. En la Banda Oriental, nuevamente invadida por los portugueses,

crece la oposición al gobierno central que se desentiende de su defensa.

El 7 de enero de 1819, Belgrano, a cargo del Ejército Auxiliar del Perú,

recibe la orden de marchar sobre Santa Fe y asumir simultáneamente la

Jefatura de las fuerzas de operaciones. Deja en Tucumán 500 hombres y

con un ejército de 5.000 inicia la marcha el 1ro de Febrero.

El plan preparado por el Director Juan Martín de Pueyrredón, preveía el

avance de las tropas de Buenos Aires a las órdenes de Juan José Viamonte.

Mientras tanto, Belgrano llega a la Villa de los Ranchos (Villa del Rosario,

sobre el Río Segundo) el 28 de febrero y continúa hacia el sur hasta la

posta de la Candelaria.

Entre tanto, Viamonte que habiendo intentado invadir Santa Fe fue

derrotado por las fuerzas de Estanislao López en marzo de 1819, debió

replegarse en Rosario y a comienzos de abril firman un armisticio, donde

se acuerda el cese de la lucha.

Belgrano toma conocimiento de la situación mientras está en Candelaria y

apoya el acuerdo aunque el mismo no representará la paz que el

procuraba cimentar. El armisticio disponía que las fuerzas de Buenos

Aires, debían abandonar el territorio de Santa Fe, mientras que las tropas

Page 175: Belgrano: Una mente brillante

173

provinciales retrocederían hasta el norte del río Salado. Mientas las tropas

de Viamonte acampan en San Nicolás, Belgrano deja Rosario y parte hacia

Cruz Alta (Córdoba) donde comienzan a concentrarse los efectivos de su

ejército.

La angustiosa situación de sus hombres, el desaliento y la creciente

miseria, lo insta a pedir nuevamente auxilio del gobierno y escribe: “En

nuestro presente conflicto ¿cuál es el recurso que se presenta para

continuar la indispensable lucha a que estamos comprometidos?.

¿Despedir las tropas porque el Erario carece de fondos para sostenerlas?

Esto es decir que, disponiendo de armas, pidamos el tiránico yugo

español”. Ante la falta de recursos la deserción aumenta: “Consumo

cincuenta reses diarias, no sé de dónde sacarlas, porque se han agotado

los depósitos. Se ha disminuido la ración de carne: vivimos con el arroz

traído de Tucumán; vamos a echar mano de los bueyes. A consecuencia de

esto la deserción se pronuncia. Estoy en un desierto”.

La salud de Belgrano se halla seriamente quebrantada y obtiene una

autorización para trasladarse a Capilla de Pilar, ubicada a pocos kilómetros

de la ciudad de Córdoba.

En Junio de 1819 Juan Martín de Pueyrredón deja su cargo en manos del

general José Rondeau, mientras las negociaciones en torno al armisticio

de San Lorenzo, se prolongan sin posibilidades concretas de un buen

resultado.

Manuel Belgrano sigue viviendo en la miseria, mal alimentado, sin

medicina ni abrigo, mientras su salud continúa deteriorándose día a día:

“Sé que estoy en peligro de muerte, pero la conservación del ejército

pende de mi presencia. Aquí hay una capilla donde son enterrados los

soldados: también puede enterrarse en ella al general. Me resulta

agradable pensar que aquí vendrán los paisanos a rezar por el descanso de

mi alma”.

Page 176: Belgrano: Una mente brillante

174

El 29 de agosto de 1819, ante el deterioro cada vez mayor de su salud, le

solicita a Rondeau, dejar su cargo hasta reponerse y el 11 de setiembre

entrega el mando del ejército a su jefe de Estado Mayor, el general

Francisco Fernández de la Cruz. El día 10 se había despedido de sus

soldados diciéndoles entre otras cosas: “Nada me queda por deciros, sino

que sigáis conservando el justo renombre que merecéis por vuestras

virtudes, cierto de que con ellas daréis gloria a la nación, y corresponderéis

al amor que os profesa tiernamente vuestro General”.

Ya han transcurrido casi diez años de las gloriosas jornadas de Mayo y el

escenario político del país se ha modificado. Se logró la independencia y la

causa Suramericana no tarda en verse asegurada por las victorias de San

Martín en Chile. La guerra contra los realistas había concentrado los

esfuerzos de la Patria y ahora, una vez alejado el peligro, se generalizaba

el desorden interno, que hacia 1820, concluirán con la disgregación

nacional y el comienzo de la era de las autonomías provinciales.

REGRESO A BUENOS AIRES

Belgrano, cuyo estado de salud es muy delicado, se retira hacia Tucumán,

luego de dejar a su ejército en las proximidades de la ciudad de Córdoba.

El 11 de noviembre de 1819, en la guarnición que tiempo atrás había

dejado asentada en Tucumán, antes de marchar a Santa Fe, estalla un

motín encabezado por el capitán Abraham González, del Regimiento Nro

9. Este motín instigado por Bernabé Aráoz, se despliega contra el

gobernador Feliciano de la Motta y Botelho.

Los sucesos se desarrollán tan rápidamente que cuando Belgrado advierte

la maniobra, se encuentra en su lecho de enfermo, rodeado por las tropas

rebeldes, que invadieron su domicilio increpándoles: “¿Qué quieren de

mí? Si es necesaria mi vida para asegurar el orden público, aquí está mi

pecho: quitenmelá….”

Page 177: Belgrano: Una mente brillante

175

Sin consideración por su estado de salud y sus piernas hinchadas que no

soportan siquiera el contacto de las ropas, González ordena engrillarlo. Su

médico el doctor José Redhear, se opone logrando evitar aquel acto de

barbarie.

Bernabé Araoz, luego gobernador declara la liberación del prócer, cuyo

estado de salud continúa en franco deterioro. Celedonio Balbín le ofrece

un préstamo para regresar a Buenos Aires en febrero de 1820.

Acompañado de su médico, el capellán Villegas y sus ayudantes de campo

emprende el viaje a su ciudad natal. En Córdoba, Carlos del Signo, un

modesto comerciante, le facilita los medios para continuar la marcha. En

territorio santafecino se entera de la derrota de Cepeda, con lo que se

desplomaba el sistema de gobierno.

Acompañado de su limpia pobreza llega a Buenos Aires a fines de marzo

intentando en ese viejo refugio histórico que fuera San Isidro, mitigar sus

males como huésped de una hermana. Agotado el otoño, en medio de

crecientes fríos, pasa a la vieja casona paterna. Las viejas enfermedades y

continuos esfuerzos y tensiones provocados por su agitada vida pública

culminan en una hidropesía aguda combinada con cirrosis hepática frente

a las que nada es posible.

Un reducido número de allegados a su familia saben que Manuel Belgrano

llegó a Buenos Aires y los pocos amigos que lo rodean son los que se

hacen cargo de los gastos de su curación.

En vísperas de su muerte, recibió la visita de su amigo Balbin, que le había

proporcionado en Tucumán los medios para trasladarse a Buenos Aires,

sin recabar de él ningún documento que comprobase la deuda. En esos

momentos se anunciaba la nueva invasión de los federales sobre la

provincia de Buenos Aires.

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176

Después de algunos momentos de conversación, le dijo: ‘Mi situación es

cruel, mi estado de salud me impide montar a caballo para tomar parte en

la defensa de Buenos Aires’. Siguió un intervalo de silencio y luego agregó:

‘Me hallo muy mal, duraré pocos días. Espero la muerte sin temor, pero

llevo al sepulcro un sentimiento’.

Interrogado por Balbín, le contestó con tristeza: ‘Muero tan pobre, que no

tengo con qué pagarle el dinero que usted me prestó, pero no lo perderá.

El Gobierno me debe algunos miles de pesos de mis sueldos, y luego que el

país se tranquilice se los pagarán a mi albacea, quien queda encargado de

satisfacer la deuda’.

El día de su muerte encomendó el cuidado de su hija Manuela Mónica,

que se hallaba en Tucumán, a su hermano, el sacerdote Domingo

Estanislao y a su hermana Juana que lo asistía con el amor de una madre,

que le alcanzase su reloj de oro que tenía colgado a la cabecera de la

cama, “Es todo cuanto tengo que dar a este hombre bueno y generoso”,

dijo dirigiéndose al doctor Redhead, quien lo recibió enternecido.

Pidió ser envuelto con el hábito dominico y enterrado en el atrio de la

vieja parroquia de Santo Domingo, que viera sus correrías infantiles y su

heroísmo en el combate.

Luego empezó su agonía, que se anunció por el silencio, después de

prepararse cristianamente, sin debilidad y sin orgullo como había vivido,

entrego su alma al Creador.

En 1820 los gobernantes de la provincia de Buenos Aires se sucedieron

vertiginosamente: El teniente coronel Miguel de Irigoyen gobernó 5 días

(12-21820/ 17-2-1820). Juan Pedro Aguirre un día (17-2-1820), Manuel de

Sarratea 4 días (18 al 22 de febrero), Hilarión de la Quintana 7 días (22-2-

1820 al 1-3-1820), como sustituto de Sarratea, quien a su vez era

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177

provisorio; reasume éste y gobierna 6 días (1 al 6 de marzo) y le sucede

Juan Ramón González Balcarce quien también gobierna 6 días (6 al 11 de

marzo. Le sucede Miguel de Irigoyen, pero no llega a asumir el mando, ya

que entro a gobernar Manuel de Sarratea (12 de marzo al 2 de mayo) y a

éste Idelfonso Ramos Mejía que gobernó durante un mes y 18 días (2 de

mayo al 20 de junio) y fue en este día que hubo tres autoridades porteñas:

el mencionado Ramos Mejía, Juan JoseDolz por el Cabildo, como alcalde

de primer voto, y el general Miguel Estanislao Soler, nombrado por el

ejército que él comandaba y por el cabildo de Luján. En ese caótico día

falleció Manuel Belgrano.

20 DE JUNIO DE 1820

El paisaje bajo el cielo encapotado de la tarde anterior era austero y

silencioso. Ladraban los perros de la aldea y como eco simbólico se oía el

tumbar ciclópeo y opaco de un río costero lejano.

Al amanecer el sol no calentaba los fríos campos. Los días se sucedían

monótonos, amortajados en el sudario de la llovizna: El viento soplaba

áspero y frío. No llevaba aromas, ni caricias, era un aliento embrujado y

parecían oírse voces de otros mundos.

¡Qué invierno aquel! Los aldeanos pasaban silenciosos, como un rebaño y

sólo hacían un alto cuando las viejas campanas de la iglesia de Santo

Domingo, dejaba oír sus tañidos.

Él estaba en su lecho. Sobre su pecho temblaban las cruces, y los rosarios

mientras sus palabras ululaban en el viento y las greñas lacias y tristes le

azotaban las mejillas. Sus ojos celestes se alzaban en amoroso ruego y sus

labios trémulos permanecían entreabiertos con anhelo infinito…

Las procesiones se sucedían unas a otras, envueltas en la bruma luminosa

de la otra vida. Temblores esporádicos recorrían su cuerpo. Unos

precedidos del tamboril de las batallas, otros por el estruendo de los

cañones, las mujeres, paisajes de tierras lejanas, libros, el silbido de las

balas, las quejas desgarradoras de los heridos, los mutilados, el olor a

Page 180: Belgrano: Una mente brillante

178

muerte, desfilaba por fragantes senderos alfombrados con los pétalos de

las rosas litúrgicas que, ante el trono del Altísimo deshojan día y noche los

serafines. Era una agonía de rezos ardientes.

Se despertó con el alba y creyó que una celeste albura circundaba la

puerta de su habitación, sobre un fondo de prados húmedos que parecían

cristales bajo la helada. En el cielo lívido del amanecer aún temblaban

algunas estrellas mortecinas. El sol naciente se levantaba sobre su cabeza

como para un largo día mientras temblaba el rosado vapor de alba con

gloria seráfica. La campiña se despertaba bajo el púrpura que la vestía

con una capa pluvial. Los aromas se esparcían en el aire. Con las blancas

manos enlazadas contemplaba el infinito detenido. Rosas y lises de la

heráldica celestial se perfilaban en el descenso angélico de aquel

amanecer…

Una misteriosa llama temblaba en la azulada flor de sus pupilas, su boca

se estremecía sonriente y sobre su rostro se derramaba como óleo santo,

la mística alegría. No acertaba con las palabras, el corazón le batía en el

pecho como inquietas palomas. Las nubes se habían desgarrado y el cielo

aparecía ante sus ojos. Por sus mejillas corría el llanto.

Por el fondo del huerto, aparece un abuelo, con las guedejas casi blancas,

con arrugas hondas y bruñidas. Se conduce lentamente, como en

procesión. El viejo se detiene y levanta los brazos, sereno y profético

exclama: ¡…ahí patria mía…¡ mientras va al encuentro con su madre.

Se extendía en el aire una palpitación de sombra azul, religiosa y mística.

Cerró los ojos. El sopor del sueño lo vencía con la congoja y la angustia de

un desmayo. Era como si lentamente lo cubriesen todo con velos de

sombras pasadas. Sentía el rumor de una fuente rodeada por árboles

llenos de cuervos. Hubo un murmullo de voces mientras una sombra

llamaba sigilosa en la ventana. El cuerpo tendido sobre la cama parecía

tener cien años. El viejo dejaba que los murmullos se acallasen. Tocaron

solas las campanas ese amanecer. El rocío brilla sobre el oro de sus

cabellos.

Page 181: Belgrano: Una mente brillante

179

La soledad hacía más triste aquel camino de humildad, resignación y

pobreza hecho al comenzar la vida. Ardía una hoguera de sarmientos, las

chispas y el humo subían por la vieja campana de la chimenea que

cobijaba el hogar. Hay algo de patriarca en aquella lumbre que arde en el

hogar. El humo indeciso y blanco, sube y se disipa en la luz como

salutación de paz, mientras la briza remueve las hojas muertas.

La luz del cirio se apagó ante los ojos de los presentes. Aquellas viejas

campanas de San Ignacio dejaban oír sus voces en la paz de la mañana,

mientras el canto de un ruiseñor parecía responder desde muy lejos como

airón de plata en la cimera de un arcángel guerrero llamado Manuel José

Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano. El reloj anunciaba las 7 de la

mañana de aquel 20 de junio de 1820.-

REPERCUSIÓN

La novedad pasó desapercibida para los periodistas de aquel año, con la

sola excepción de Francisco de Paula Castañeda. Ni la Gaceta de Buenos

Aires, no obstante su carácter oficial dio la noticia, ni el Boletín del

Ejército recordó el hecho, como tampoco El Termómetro del Díaque Juan

de Escalante publicaba en Mendoza, que recordó el acontecimiento

tardíamente. En El Amante del Bien Público que apareció ese año, sus

periodistas se dedicaron a brindar subordinación y respeto a las

autoridades constituidas, ya que, como proclamaba dicho periódico esa

era “la base fundamental de todo sistema” y no el principio que “por obra

del Contrato Social de Rousseau, se había propagado y que el pueblo de

Buenos Aires había captado a la perfección: “todo hombre es soberano y

por ende tiene derecho a mandar y no tiene obligación de obedecer”. Y

aunque el filósofo de Ginebra estaba lejos de llegar a estas conclusiones, a

ellas arribaron las multitudes que aplicaron una lógica simplista.

Castañeda en el polo opuesto a Rousseau no participó de esa posición y

cuando falleció Belgrano, él dirigía el Despertador Teofilantrópico

Místico-Político, el Suplemento al Despertador, el Paralipómenon al

Page 182: Belgrano: Una mente brillante

180

Suplemento y el Desengañador Gauchi-Político. Más tarde sacó el Don Eu

nao me meto con ningún, como también La Matrona Comentadora y

Doña María Retazos. Todos estos siete periódicos del fraile glorificaron al

gran patriota.

Ni El Argos, con sus cien ojos, supieron de la muerte de Belgrano, sólo el

Despertador Teofilantrópico de Castañeda a cinco días del acontecimiento

publicó una epístola en verso en la que al comentar el entierro del prócer

dijo:

Porque es un deshonor a nuestro suelo.

Es una ingratitud que clama al cielo.

El triste funeral, pobre y sombrío

Que se hizo en una iglesia junto al río

En ésta capital, al ciudadano

Ilustre general Manuel Belgrano.

El río al que alude Castañeda es el Río de la Plata, que en aquella época

llegaba a proximidades de lo hoy es la calle Paseo Colón y la iglesia es la de

Santo Domingo (Belgrano y Defensa).

También aparee, firmada por Un gaucho que llora la pérdida irreparable

del general Belgrano pero atribuida al mismo Castañeda:

¡No es la patria insensible a los quebrantos!

¡Yo advierto su semblante doloroso!

¡Yo la veo deshecha toda en llantos!

Lloran unos a ese hombre generoso,

Intrépido campeón americano

Que en la tumba ha logrado reposo.

Lloran porque triunfando del hispano

Murió para vivir en nuestra historia

Como un gran adalid; como un Belgrano.

Page 183: Belgrano: Una mente brillante

181

¡Ya lo dije! Y su nombre la memoria

De sus hechos recuerda, y las acciones

Que del Sud llenarán toda la historia!

Lloran otros las doctas producciones

Que impresas nos dejó en el Consulado,

Y aún en el campamento mil lecciones.

Lloran porque su espada y pluma han caducado

A rigor de la Parcha ¡Sí!!! ¡Belgrano

En sus triunfos ha muerto sepultado!!!

Ya lo dije! ¡y el impulso soberano

A no llorar me veo constreñido!

No lloro, pues, a general Belgrano.

Lloro y lamento con tenaz gemido

La muerte de un patriota religioso

Católico, cristiano y bien nacido.

Más poética, pero nacida del mismo sentimiento, fue la composición que

poco después dio a conocer Juan Cruz Varela, en la que el escritor encaró

con la muerte como una enemiga visible:

Muerte implacable

Algún triunfo bastara,

Que llenase tu cólera insaciable,

Y todos tus trofeos coronará,

¿Cuál otro esperarías

Y cuando mayor llanto causarías?

Luego el artista evocó las glorias de Belgrano y puso su trayectoria moral

como ejemplo para las futuras generaciones. Instando a sus colegas a que

alzasen a las estrellas el renombre del héroe virtuoso, ordenó a todo un

pueblo: Oíd la vos que de su templo os llama

Page 184: Belgrano: Una mente brillante

182

Trece meses después de la muerte de Belgrano, el 29 de julio de 1821, se

rindieron homenajes a su memoria. Exhumados sus restos, fueron

trasladados a la Catedral en medio de tropas formadas y del gentío que no

había olvidado al patricio. El doctor Valentín Gómez hizo, desde el púlpito,

el elogio de la personalidad de Belgrano, cuyo humilde ataúd volvió a ser

colocado en el atrio de la iglesia de Santo Domingo.

Como en la antigua Grecia, se sirvió un banquete funeral, donde

Rivadavia, que volcó sobre las flores el vino de una copa, lanzó la idea de

fundar una ciudad que, como la de Washington, en Norteamérica,

llevando el nombre de Belgrano, simbolizara la unión de los argentinos.

El público cantó el mismo himno que los compañeros del prócer en la

Revolución de Mayo habían entonado junto a la mesa de los brindis.

Más de medio siglo habría de transcurrir, para que Belgrano tuviese una

estatua en la ciudad de su nacimiento. El 24 de setiembre de 1873 fue

inaugurada en la Plaza de Mayo. Avanzando hacia ella, el presidente

Domingo Faustino Sarmiento llevó en sus manos la bandera del Ejército de

los Andes. Fue entonces cuando el sanjuanino pronunció el discurso cuya

frase más famosa fue: La bandera celeste y blanca - ¡Dios sea loado!- no

ha sido atada jamás al carro triunfal de ningún vencedor de la tierra…

Bartolomé Mitre que ya en 1857 había publicado su “Historia de Belgrano

y de la Independencia Argentina”, dijo estas palabras: “…vivirás en la

memoria y en el corazón de los hombres mientras la bandera argentina no

sea una nube que se lleve el viento y mientras el nombre de nuestra patria,

pronunciado por millones de ciudadanos libres, haga estremecer las fibras

de tu bronce…”

Page 185: Belgrano: Una mente brillante

183

BELGRANO Y SUS ENFERMEDADES

A lo largo de su vida, Belgrano padeció distintas enfermedades. Estas permiten valorizar al ser humano que supo sobreponerse a las mismas y cumplir con sus obligaciones civiles y militares. Es conmovedor saber que en vísperas de la Batalla de Salta, y al amanecer de ese mismo día, 20 de febrero de 1813, Belgrano tuvo vómitos de sangre. Se pensó que tendría que dirigir la batalla desde un carruaje, que se conserva en el Museo Histórico de Luján, posteriormente los vómitos cesaron y Belgrano pudo montar a caballo, y recorrer todo el frente de batalla. El general Paz ratifica el episodio en sus Memorias Póstumas. No existen antecedentes patológicos en la infancia y la adolescencia de Belgrano. Su patología comenzó con el retorno al país en 1794, cuando se hizo cargo de su función de secretario del Consulado. Siendo secretario del Consulado tuvo que enfrentar grandes desilusiones, como él mismo lo consigna en su Autobiografía: ”no puedo decir bastante mi sorpresa

cuando conocí a los hombres nombrados por el Rey para la Junta, quienes

lejos de cumplir con la misión encomendada, de propender a la felicidad de

las provincias del virreinato de Buenos Aires, eran todos comerciantes

españoles, exceptuando uno que otro, nada sabían más que su comercio

monopolista a saber comprar por cuatro para vender a ocho”. Se consagró a dar realidad a sus ideas pero chocó con una muralla de intereses, con la ambición y el deseo de lucro de los comerciantes. Belgrano impedido de luchar contra el ambiente hostil se desmoralizaba y confiesa que su ánimo se abatió. En esta etapa sus padecimientos fueron de índole espiritual y orgánica. Mitre afirma que la salud delicada de Belgrano, no le permitía contraerse intensamente a los deberes de su empleo. En diferentes oportunidades debió solicitar licencia por verse aquejado de diferentes dolencias. Una de las enfermedades que padeció fue la sífilis, enfermedad muy difundida en Europa. Se supone que Belgrano la contrajo en su época de estudiante en la Metrópoli. Fue atendido de esta dolencia por los facultativos más prestigiosos que había en Buenos Aires en aquellos tiempos. Estos eran el Doctor Miguel Gorman del Protomedicato, y los licenciados Miguel García de Rojas y José Ignacio de Arocha. Esta

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184

enfermedad lo obligó a solicitar repetidas licencias siendo secretario del Consulado y a concurrir a Maldonado, donde residió algún tiempo, al igual que en la Costa de San Isidro, en procura de descanso, logrando una moderada mejoría. Para su tratamiento le fueron suministrados sales y el iodo. También es posible, como lo señala Molinari, en su trabajo, que padeciera alguna afección reumática, tan frecuente en nuestros climas. La reunión de ambas afecciones, sífilis y reumatismo, podría ser la causa que lo obligara a mudar de país a otro más adecuado, según se lo recomendaban los facultativos. En 1800 Belgrano padeció una afección ocular, un principio de fístula en ambos conductos lagrimales. Por épocas la supuración se intensificaba y le impedía trabajar. Enterado de esta dolencia el Rey lo invitó a que pasase a España a curarse. Le concedía licencia por un año con goce de sueldo. Belgrano rechazó el ofrecimiento, firme en su convicción de anteponer su patria a su persona y enfermedades. La supuración se transformó en fístula, que mejoró pues llegó a ser casi imperceptible según el testimonio de Balbín y el retrato de Goulu. Estando en el Ejército del Norte sufrió distintos padecimientos. Ya mencionamos los vómitos de sangre que padeció previo a la batalla de Salta. Se supone que provienen del aparato digestivo, porque tienen una iniciación y una terminación bruscas, en oposición a la hemoptisis, sangre proveniente del aparato respiratorio, en que la duración es más prolongada. Posteriormente durante sus campañas militares, según Molinari, volvieron a repetirse los vómitos de sangre. Ello se debe a las tensiones emocionales que se viven frente a una batalla, acrecentadas por la responsabilidad de dirigir la acción. Algunos autores afirman que los vómitos de sangre que tuvo Belgrano se debieron a una úlcera de stress, que curó bien, no pasó a la cronicidad y por lo tanto no se halló en la autopsia. Otra de las enfermedades que padeció fue el paludismo. Con fecha 3 de mayo de 1815, el héroe envió una comunicación al gobierno en la que manifestaba: “Estoy atacado de paludismo-fiebre terciana, que me arruinó a términos de serme penoso aún el hablar; felizmente lo he desterrado y hoy es el primer día, después de los doce que han corrido que me hallo

Page 187: Belgrano: Una mente brillante

185

capaz de algún trabajo.” En estas condiciones físicas efectuó Belgrano la campaña del Altiplano, a la que debe agregarse el factor anímico descripto por el mayor Loza quien señaló: “que la salud de Belgrano es un elemento que debe tenerse en cuenta, su espíritu estaba amargado por la continuas exigencias del gobierno y decaído por las rivalidades y ambiciones de los jefes de los cuerpos”. Como tratamiento del paludismo se empleaba la quina, planta oriunda de América, y Belgrano la utilizó según consta en su correspondencia. En todo el periplo por el Altiplano y el viaje a Buenos Aires le acompañó su gran amigo y abnegado médico, el Doctor Joseph Redhead. Llegó muy grave a Tucumán, y en esa ciudad no sólo no encontró alivio sino que debió soportar vejámenes. El 11 de noviembre estalló un movimiento que derrocó al Gobernador don Feliciano de la Motta. El jefe del levantamiento fue el Capitán Abraham González, quien intentó colocarle una barra de grillos a Belgrano, quien se encontraba enfermo y con graves edemas. No pudo realizar su propósito por la enérgica y decidida acción del Doctor Redhead, médico y amigo del prócer. Pero Belgrano quedó detenido, con un centinela que montaba una guardia en la puerta. Cuando Bernabé Araoz se hizo cargo del gobierno lo puso en libertad. El prócer permaneció tres meses en Tucumán, teniendo como únicos amigos a su médico Josef Redhead y a Balbín. Finalmente, Belgrano tomó la decisión de irse a Buenos Aires. En todo el trayecto no recibió hospitalidad por parte del estado. Le negaron auxilio los gobernadores Ibarra de Santiago del Estero y Díaz de Córdoba. El desprecio y la indiferencia se ensañaron de nuestro héroe en las etapas finales de su vida. La gente olvidó a una de las glorias más puras, junto con el General José de San Martín, de la independencia americana.

Page 188: Belgrano: Una mente brillante

186

En 1820 se produjo la caída del Directorio, el nacimiento de Buenos

Aires como provincia federal, y un período de crisis en el cual se

alternaron distintos gobernadores. Belgrano falleció el 20 de junio de

1820 a las 7 horas. Le practicaron la autopsia y lo embalsamaron los

doctores Joseph Redhead y Juan Sullivan.

El patólogo Sullivan señalaba que sacó gran cantidad de agua; que

encontró un tumor duro en el epigastrio derecho; el hígado

aumentado en volumen, al igual que el bazo; los riñones

desorganizados, los pulmones colapsados, el corazón hipertrofiado. La

descripción parece coincidir con el diagnóstico de un carcinoma

hepatocelular; un tumor de gran tamaño, con nódulos en la superficie,

tejido duro por la cirrosis portal que suele asociarse; ictericia y ascitis;

la gran cantidad de líquido que extrajo Sullivan indicaría la invasión

neoplásica de la vena portal. Otros autores nos hablan de una

cardiopatía orgánica total como causa de la muerte del prócer.

Más allá del sufrimiento que experimentó Belgrano en esta cruel

agonía, podemos rescatar la fidelidad del Doctor Redhead, quien

cumplió con el sentido misional de la medicina, expresado en una

sentencia: “Curar cuando se puede, aliviar a veces, pero consolar

siempre”. Redhead recibió como testimonio de gratitud del prócer el

reloj y el carruaje que en vida acompañaron a Belgrano, quien al darle

el obsequio expresó: “Estoy tan pobre que no tengo nada más para

regalarle”.

Page 189: Belgrano: Una mente brillante

187

BELGRANO: UNA MENTE BRILLANTE

Belgrano no estaba errado en sus apreciaciones y propiciaba un

tratamiento de las materias primas que se exportaban con el objeto de

lograr una mayor ganancia en el intercambio y por eso insistía en la

industria de la curtiembre, que además de producir trabajo producía

mayores dividendos que la exportación de cueros sin tratar.

El Secretario del Consulado propiciaba y realizó hechos positivos en pos

del engrandecimiento económico del virreinato. En ese sentido bregó por

la creación de una marina mercante, construida en el país, con el fin de

que los países marítimos, no nos quitaran parte de nuestras riquezas con

los fletes, ni dominaran nuestro comercio. También trataba de mejorar

puertos, muelles, la navegación fluvial, el balizamiento y la realización de

tareas hidrográficas, para ampliar y facilitar el comercio. De esta manera

dejó trazado el camino para el futuro.

Con la liberación del comercio trataba de abolir el contrabando que

traficaba con productos que faltaban en el país y suplía en parte el

comercio libre, pero no dejaba beneficios para el estado y solo servía para

el enriquecimiento de comerciantes y funcionarios venales. Buscaba,

además, el progreso de su país, su crecimiento económico y por ello el

librecambismo que sólo favorecía a Buenos Aires y perjudicaba al

comercio la industria del interior, estaba protegiendo la industria propia.

En Manuel Belgrano encontramos la génesis de los desarrollos posteriores

y la solución a problemas que no pudo resolver en su tiempo. Muchos de

sus escritos tienen hoy vigencia. La labor de Belgrano fue extraordinaria,

ella sólo sería suficiente para labrar la gloria de un hombre, sin embargo,

sabemos que fue una de las tantas tareas realizadas por el prócer que

también tuvo facetas en lo militar, diplomático, comercial, educativo,

político, periodístico y cultural. Cuando la revolución se apoderó y ocupó

su vida, ya casi no le quedó tiempo para otra cosa que no fuera luchar por

su país. La labor más importante en lo relacionado a lo marítimo lo realizó

Page 190: Belgrano: Una mente brillante

188

antes de mayo de 1810, junto con varias reformas en lo económico y

cultural. Belgrano fue grande antes de crear la bandera, en su expedición

por el Paraná al Paraguay, vencer en Tucumán y Salta, por la labor que

realizó en la época hispánica en pro del desarrollo del país.

'Otro mal imponderable al labrador y a los pueblos es el de los usureros,

enemigos de todo viviente, a estos que tragan la sustancia del pobre y

aniquilan al ciudadano, se les debe considerar por una de las causas

principales de la infelicidad del labrador, y como mal tan grande, no hay

voces con qué exagerarlos', escribió Belgrano en el 'Telégrafo Mercantil,

Historiográfico, Rural y Político del Río de la Plata'.

'...la repartición de las riquezas hace la riqueza real y verdadera de un

país, de un estado entero, elevándolo al mayor grado de felicidad, mal

podría haberla en nuestras provincias, cuando existiendo el contrabando

y con él el infernal monopolio, se reducirán las riquezas a unas cuantas

manos que arrancan el jugo de la patria y la reducen a la miseria',

sostuvo con fenomenal precisión.

'He visto con dolor sin salir de esta capital una infinidad de hombres

ociosos en quienes no se ve otra cosa que la miseria desnuda; una

infinidad de familias que solo deben su subsistencia a la feracidad del

país que está por todas partes denotando la riqueza que encierra, esto

es, la abundancia; y apenas se encuentra alguna familia que esté

destinada a un oficio útil, que ejerza un arte o que se emplee de modo

que tenga alguna más comodidad en su vida. Esos miserables panchos

donde ve uno la multitud de criaturas que llegan a la edad de pubertad

sin haber ejercido otra cosa que la ociosidad, deben ser atendidos hasta

el último punto', se desesperaba Belgrano en torno a los pibes

empobrecidos como consecuencia de la riqueza acumulada en unos

pocos.

Page 191: Belgrano: Una mente brillante

189

UNA VIDA SIN LUJOS

“Durante los años 1817 y 1919 en que permaneció acantonado el Ejército

en Tucumán, vivió constantemente en el campamento de La Ciudadela,

sin ausentarse de él una sola noche, obligando a todos a dormir en sus

cuarteles.

Su alojamiento lo componían cinco habitaciones de techo de paja,

construidas por los soldados; rodeadas de un pequeño jardín y de una

huerta, como lo estaban las cuadras de la tropa, a la que obligaba a

cultivar la tierra para sustentarse y no gravar al erario.

Los muebles eran sencillísimos y todos ellos fabricados en la maestranza

del Ejército. Su cama era un catre pequeño de campaña, con un colchón

muy delgado, que siempre permanecía doblado, salvo en las tres o cuatro

horas que dedicaba al descanso durante el día.

Su almuerzo era un solo plato y su comida, tres platos, del que

participaban sus edecanes. Por la mañana temprano recibía a su jefe de

estado mayor, el general Cruz, a quien impartía las órdenes del día.

Después de almorzar despachaba su correspondencia, leía y enseguida se

acostaba a descansar, y cuando se levantaba, el colchón volvía a doblarse

hasta el día siguiente a la misma hora. Las horas que seguían a su frugal

comida, las pasaba generalmente en su jardín, donde había hecho

construir dos bancos rústicos.

Allí solía recibir algunas visitas y entregarse a largas conversaciones. Estas

eran sus únicas horas de esparcimiento. Por la noche montaba a caballo y

la pasaba en vigilancia, acompañado solamente de sus edecanes; recorría

los cuarteles, patrullaba la ciudad y suburbios y era inexorable, cuando

después del toque de silencio encontraba a un individuo del Ejército fuera

de su puesto.

Page 192: Belgrano: Una mente brillante

190

Era sencillo en su vestido y en sus arreos militares, sumamente aseado; su

uniforme era una levita de paño con alamares de seda negra, gorra militar

redonda como se usaba entonces; pantalón azul sin franja y en los últimos

tiempos, botas de montar a la inglesa.

El único lujo que llevó en aquella época al Ejército fue una volanta inglesa

de dos ruedas que él manejaba en persona con un solo caballo y que fue

el primer carruaje en su género que se vio en Tucumán. Muchas veces se

le vio las botas remendadas.

Belgrano no tenía, como él mismo lo ha dicho, grandes conocimientos

militares, pero poseía un juicio recto, una honradez a toda prueba, un

patriotismo puro y desinteresado, el más exquisito amor al orden, un

entusiasmo decidido por la disciplina y un valor moral que jamás se ha

desmentido.

FRASES DE MANUEL BELGRANO QUE NO PIERDEN VIGENCIA

* "A quien procede con honradez, nada debe alterarle. He hecho cuanto

he podido y jamás he faltado a mi palabra."

* "Desde la más remota antigüedad hasta nuestros días, la historia de

los siglos y de los tiempos nos enseña cuánto aprecio han merecido todos

aquéllos que han puesto el cimiento a alguna obra benéfica a la

humanidad."

* "Deseo ardorosamente el mejoramiento de los pueblos. El bien público

está en todos los instantes ante mi vida."

* "Deseo que todos sepan el bien para alegrarse, y el mal para

remediarlo, si aman a su patria; así que nada oculto ni ocultaré jamás."

Page 193: Belgrano: Una mente brillante

191

* "El honor y el premio son los resortes para que no se adormezca el

espíritu del hombre."

* "El miedo sólo sirve para perderlo todo."

* "El modo de contener los delitos y fomentar las virtudes es castigar al

delincuente y proteger al inocente."

* "En mis principios no entra causar males sino cortarlos."

* "En vano los hombres se empeñan en arrastrar a su opinión a los

demás, cuando ella no está cimentada en la razón."

* "Era preciso corresponder a la confianza del pueblo, y me contraje al

desempeño de esta obligación, asegurando, como aseguro, a la faz del

universo, que todas mis ideas cambiaron, y ni una sola concedía a un

objeto particular, por más que me interesase: el bien público estaba a

todos instantes ante mi vista."

* "Esta paz tan estimable se compra al duro precio de la sangre y de la

muerte."

* "Este país, que al parecer no reflexiona ni tiene conocimientos

económicos, será sin comercio un país desgraciado, esterilizada su

feracidad y holgando su industria."

* "Estoy muy acostumbrado a contrastes y más espíritu tengo en ellos

que en las prosperidades; me ocurre siempre en éstas que después del

buen tiempo viene el malo y en éste que ha de venir aquél."

* "La agricultura es la madre fecunda que proporciona todas las

materias primeras que dan movimiento a las artes y al comercio."

Page 194: Belgrano: Una mente brillante

192

* "La vida es nada si la libertad se pierde."

* "Lo que creyere justo lo he de hacer, sin consideraciones ni respetos a

nadie."

* "Los gobiernos ilustrados, conociendo las ventajas que prometen el

premio y el honor, han echado mano de estos principios motores del

corazón humano para todas las empresas."

* "Los hombres no entran en razón mientras no padecen."

* "Me glorío de no haber engañado jamás a ningún hombre y de haber

procedido constantemente por el sendero de la razón y de la justicia, a

pesar de haber conocido la ingratitud."

* "Me hierve la sangre, al observar tanto obstáculo, tantas dificultades

que se vencerían rápidamente si hubiera un poco de interés por la

patria."

* "Mis ideas no se apartan de la razón y justicia que concibo, ni jamás se

han dirigido a formar partidos, ni seguirlos."

* "Mis intenciones no son otras que el evitar la efusión de sangre entre

hermanos."

* "Mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria, me

contentaría con ser un buen hijo de ella."

* "Nada importa saber o no la vida de cierta clase de hombres que todos

sus trabajos y afanes los han contraído así mismo, y ni uno solo instante

han concedido a los demás; pero la de los hombres públicos, sea cual

fuere, debe siempre presentarse, o para que sirva de ejemplo que se

emite, o de una lección que retraiga de incidir en sus defectos."

Page 195: Belgrano: Una mente brillante

193

* "Nadie me separara de los principios que adopté cuando me decidí a

buscar la libertad de la patria amada, y como éste solo es mi objeto, no

las glorias, no los honores, no los empleos, no los intereses, estoy cierto

de que seré constante en seguirlos."

* "Ni la virtud ni los talentos tienen precio, ni pueden compensarse con

dinero sin degradarlos."

* "Ninguna cosa tiene su valor real, ni efectivo en sí mismo, sólo tiene el

que nosotros le queremos dar; y éste se liga precisamente a la necesidad

que tengamos en ella; a los medios de satisfacer esta inclinación; a los

deseos de lograrla y a su escasez y abundancia."

* "No busco el concepto de nadie, sino el de mi propia conciencia, que al

fin es con la que vivo en todos los instantes y no quiero que me

remuerda."

* "No busco glorias si no la unión de los americanos y la prosperidad de

la patria."

* "No es lo mismo vestir el uniforme militar, que serlo."

* "No hallo medio entre salvar a la patria o morir con honor."

* "Nuestros patriotas están revestidos de pasiones, y en particular, la de

la venganza; es preciso contenerla y pedir a Dios que la destierre, porque

de no, esto es de nunca acabar y jamás veremos la tranquilidad."

* "Parece que la injusticia tiene en nosotros más abrigo que la justicia.

Pero yo me río, y sigo mi camino."

* "Que no se oiga ya que los ricos devoran a los pobres, y que la justicia

Page 196: Belgrano: Una mente brillante

194

es sólo para aquéllos."

* "Que nos entristezcamos o nos alegremos, la mano que todo lo dirige,

no por eso va a variar: esta es una verdad evangélica."

* "¿Qué otra cosa son los individuos de un gobierno, que los agentes de

negocios de la sociedad, para arreglarlos y dirigirlos del modo que

conforme al interés público?"

* "Quiero volar, pero mis alas son chicas para tanto peso."

* "Renuncio a mi sueldo de vocal de la Primera Junta de Gobierno

porque mis principios así me lo exigen."

* "Se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad, seguridad,

propiedad, y sólo veía tiranos en los que se oponían a que el hombre

fuese donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la

naturaleza le habían concedido."

* "Se deben poner escuelas gratuitas para la niñas, de se les enseñará la

doctrina cristiana, a leer, a escribir, coser, bordar, y principalmente

inspirarles amor al trabajo, para separarlas de la ociosidad, tan

perjudicial o más en las mujeres que en los hombres."

* "Sin educación, en balde es cansarse, nunca seremos más que lo que

desgraciadamente somos."

* "Sirvo a la patria sin otro objeto que el de verla constituida, ése es el

premio al que aspiro."

* "Trabajé siempre para mi patria poniendo voluntad, no incertidumbre;

método no desorden; disciplina, no caos; constancia no improvisación;

firmeza, no blandura; magnanimidad, no condescendencia."

Page 197: Belgrano: Una mente brillante

195

* "Yo no sé más que hablar la verdad y expresarme con franqueza: esto

me lo he propuesto desde el principio de la revolución y he seguido y

seguiré así."

INGRATITUD

Cuesta encontrar justificativos para algunos lamentables episodios que se

vivieron después de la muerte del Dr Manuel Belgrano, por ejemplo, al

exhumarse sus restos, que debían ser trasladados desde su sepultura

original -en el atrio del convento de Santo Domingo-, al interior de una

urna que se colocaría más tarde dentro del mausoleo.

El 20 de junio de 1903, se inauguró, durante la segunda presidencia de

Julio A. Roca, transcurrida entre 1898 y 1904, el Mausoleo de Manuel

Belgrano. La iniciativa llevada a cabo a partir de 1895, se había originado

en una inquietud nacida en la juventud estudiantil porteña que organizó

una suscripción pública con el fin de generar los fondos necesarios para la

obra. De la misma no participó ningún organismo oficial.

Una vez reunido el dinero, que alcanzó la suma de $ 107.725,25, una

comisión ad hoc llamó a concurso de proyecto a escultores argentinos,

italianos y franceses, resultando ganador el italiano EttoreXimenes.

La exhumación se produjo el 4 de septiembre de 1902. Al poco tiempo de

comenzar la operación, aparecieron varios trozos de madera, algunos

clavos de bronce y huesos del esqueleto de Belgrano. Los restos eran

colocados en una bandeja de plata, sostenida por el prior de Santo

Domingo. Las anormalidades cometidas fueron tan singulares, que es

mejor remitirnos a la crónica publicada al día siguiente por el matutino LA

PRENSA:

“Llama la atención que el escribano del Gobierno de la Nación no haya

Page 198: Belgrano: Una mente brillante

196

precisado en este documento los huesos que fueron encontrados en el

sepulcro; pero no es ésta la mayor irregularidad que es permitido

observar en este acto, que ha debido ser hecho con la mayor solemnidad,

para honrar al héroe más puro e indiscutible de la época de nuestra

emancipación, y también es necesario decirlo, para honrar nuestro

estado actual de cultura. Entre los restos del glorioso Belgrano que no

habían sido transformados en polvo por la acción del tiempo, se

encontraron varios dientes en buen estado de conservación, y admírese

el público 'esos despojos sagrados se los repartieron buena,

criollamente, el Ministro del Interior y el Ministro de la Guerra!... Que

devuelvan esos dientes al patriota que menos comió en su gloriosa vida

con los dineros de la Nación, y que el escribano labre un acta con el

detalle que todos deseamos y que debe tener todo documento

histórico...”

Ese mismo día, a raíz del escándalo, tanto Pablo Ricchieri como Joaquín V.

González, devolvieron al superior de la Iglesia Santo Domingo los dientes

de Belgrano que se habían robado. De no haber existido la nota del diario

La Prensa, jamás hubieran devuelto los dientes.

Las excusas esgrimidas por los ministros eran estúpidas y demostraban la

impunidad con que actuaban los funcionarios. Ricchieri alegó que se

“había llevado un diente para mostrárselo a Mitre y preguntarle acerca

de la conveniencia de engarzarlo en oro para después meterlo en un

anillo”. La verdad era que ambos se habían robado los dientes para

entregárselos a Bartolomé Mitre, director del diario La Nación, que en su

crónica sobre tal acontecimiento había tergiversado los hechos. De no

haber existido la nota de LA PRENSA, jamás hubieran devuelto los dientes

que pasarían a engrosar la “colección personal” de Bartolomé Mitre.

La revista “CARAS Y CARETAS”, por su parte, publicó, las fotografías de

todos los presentes, que permanecieron con los sombreros puestos. Una

caricatura aparecida en la famosa revista porteña mostraba a Belgrano

Page 199: Belgrano: Una mente brillante

197

saliendo de su tumba y señalando acusadoramente, con su índice, a los

ministros González y Riccheri, mientras profería: '¡Hasta los dientes me

llevan! ¿No tendrán bastante con sus propios para comer del

presupuesto?'

La severa actitud de LA PRENSA, apoyada por CARAS Y CARETAS ayudaba

a formar el concepto de patrimonio histórico del que se carecía aún en las

esferas oficiales.

EL RELOJ

Otro ejemplo se da cuando un grupo de desconocidos robó el reloj del

general Manuel Belgrano que se exhibía en el Museo Histórico Nacional

(MHN) ubicado en Parque Lezama, en el barrio porteño de San

Telmo. La pieza, fabricada en oro, fue la que el prócer entregó en su lecho

de muerte a su médico, el Dr. José Redhead, como pago de honorarios

ante la carencia de otros recursos económicos. Lo había recibido como

obsequio del rey Jorge III, de Inglaterra. La pieza histórica tiene un valor

estimado de 400 mil euros.

El sábado 30 de junio, de 2007, personal de vigilancia del Museo Histórico

Nacional detectó la falta de un reloj de bolsillo que perteneció a Manuel

Belgrano. El objeto se encontraba en una vitrina que fue violentada, indicó

la Secretaría de Cultura mediante un comunicado.

“Si algún argentino lo tiene en su poder, espero que lo devuelva, porque no Si algún argentino lo tiene en su poder, espero que lo devuelva, porque no Si algún argentino lo tiene en su poder, espero que lo devuelva, porque no Si algún argentino lo tiene en su poder, espero que lo devuelva, porque no

les puede quitar un pedazo de historia al resto de los argentinosles puede quitar un pedazo de historia al resto de los argentinosles puede quitar un pedazo de historia al resto de los argentinosles puede quitar un pedazo de historia al resto de los argentinos”, dijo el

director del museo, José Antonio Pérez Gollán. El objeto robado tiene

“bordes ondulados, tapa posterior, esfera de esmalte blanco y marca las

horas con números latinos”, expresa la información que acompañó el

pedido de búsqueda internacional. En el centro tiene grabado el busto del

general Lafayette y también lleva el monograma del general Belgrano, con

el número 1075 de inventario.

Page 200: Belgrano: Una mente brillante

198

LAS ARMAS OBSEQUIADAS

El tercer ejemplo es el ocurrido en Estados Unidos. La casa de subastas

Christie’s vendió el 22 de noviembre de 2006, dos pistolas que

pertenecieron al general Manuel Belgrano a un misterioso coleccionista

que pagó 374.400 dólares por ellas y realizó la compra por teléfono.

Manufacturadas por la firma británica Henry Tatham&Amp; Joseph Egg en

1814 y regaladas a Belgrano en 1816 con motivo de la declaración de la

independencia argentina, las armas habían sido valuadas por Christie’s

entre 200.000 y 400.000 dólares, y se esperaba una intensa puja. Sin

embargo, sólo se presentaron un par de ofertas en sobre cerrado al

rematador, que fueron superadas por la persona al teléfono que sería un

viñatero californiano conocedor de la historia argentina. El gobierno

argentino parece no haberle prestado atención a la subasta.

Las pistolas, decoradas con incrustaciones de oro y plata y el escudo

nacional cincelado, fueron obsequiadas por la ciudad de Buenos Aires al

creador de la bandera en agradecimiento por haber liderado el Ejército del

Norte. Llevan inscripta la leyenda: "La ciudad de Buenos Aires al general

Belgrano, vencedor en Tucumán y Salta. La libertad de la patria

establecida". Tras la muerte de Belgrano, en 1820, tuvieron sucesivos

dueños, entre ellos Juan Manuel de Rosas, hasta que llegaron a manos de

William Simon, secretario del Tesoro estadounidense durante el gobierno

de Gerald Ford (1974-1977).

Page 201: Belgrano: Una mente brillante

199

CONCLUSIÓN

Seguramente muchas son las omisiones en este breve repaso sobre el

legado belgraniano. Pero vale para recalcar que los pueblos pueden y

deben plantearse la construcción de su porvenir. En los proyectos y en el

accionar de los hombres se mide la verdadera capacidad, comprensión y

decisión de tornarse protagonistas de los hechos. No se trata de descubrir

seres ideales, sino reales y perfectibles, que bajo los efectos de un impulso

interior –no siempre expresado in consciente- se lanzan, cada cual a su

manera, por la empinada cuesta empujando el carro del progreso que

hace a la historia.

El pesado fardo de las fallas humanas desempeña un papel negativo en el

desarrollo de los acontecimientos. Un requisito que se impone es el de ir

formando una nueva mentalidad para estar en mejores condiciones de

afrontar exitosamente las sucesivas crisis históricas que se producen en el

curso del desarrollo de la sociedad.

Cada crisis histórica exige que la misma sea abordada con una nueva

mentalidad, acorde al tiempo que esta por inaugurarse. La nueva

mentalidad no se forja exclusivamente en el gabinete ni por mera

especulación filosófica, se templa en la fragua de la vida, de las luchas

cotidianas, es allí donde aparecen más nítidos los aciertos y los errores.

Solo es necesario tener un sentido autocrítico.

El objeto de estas líneas es para evocar la grandeza del pensamiento del

Dr. Manuel Belgrano, su genio creador, impregnado de hidalguía,

generosidad y patriotismo. Su renunciamiento luego de las victorias

militares, decisivas para la suerte de las armas americanas, enaltecen aún

más su figura de pensador profundo, economista y educador.

Su muerte siempre estuvo rodeada de olvido a pesar de haber sido el

precursor de nuestra independencia. Maestro de Mayo, abnegado y leal,

patriota honorable creador de la enseña nacional que identificará a la

Nueva Patria, parece querer encaminarse hoy después de 200 años, a su

Page 202: Belgrano: Una mente brillante

200

destino de grandeza, junto a la Suramérica soñada en la búsqueda

incesante de grandeza y bienestar dentro de un marco de paz y justicia.

Cronología Belgraniana(1770-1820)

1770: 3 de Junio, nace en Buenos Aires Manuel Belgrano.

1776: Carlos III crea el Virreinato del Río de la Plata y designa a Pedro de

Ceballos como primer virrey. Independencia de los EEUU. Comienza la

Revolución Industrial en Inglaterra.

1777: Juan José Vértiz reemplaza a Ceballos como virrey.

1783: Manuel Belgrano inicia sus estudios en el Real Colegio de San

Carlos.

1786: Se traslada a españa junto a su hermano Francisco. Ingresa a la

Universidad de Salamanca en la carrera de Derecho.

1789: Belgrano recibe el diploma de Bachiller en Leyes de la Universidad

de Valladolid. El 14 de Julio comienza la Revolución Francesa. Los

comerciantes porteños piden por carta a la Corona que impida el ingreso

de productos importados.

1790: Es designado presidente de la Academia de derecho romano,

política forense y economía política de la Universidad de Salamanca.

1793: En Francia el rey Luis XVI es ejecutado en la guillotina.

1794: Traduce al español las "Máximas generales del gobierno económico

de un reino agricultor" de FrancoisQuesnay.Regresa a Buenos Aires y

asume la secretaría del Consulado, creado por Real Cedula de Carlos IV el

30 de enero.

1795: Presenta su primera "Memoria anual" en el Consulado. Se inicia en

la ciudad de Córdoba la enseñanza del Derecho.

1796: Solicita y obtiene el nombramiento de su primo, Juan José Castelli

como su suplente durante sus licencias y ausencias.

1797: Es designado por el Virrey Melo como Capitán de las milicias. Según

los datos recogidos por Félix de Azara, los 180 mil habitantes de la

Page 203: Belgrano: Una mente brillante

201

gobernación de Buenos Aires, están distribuidos así: 72 mil en la Capital y

los alrededores; 31 mil en la Banda Oriental y 75.000 en el Litoral.

1799: Crea la Escuela de Náutica y la de Dibujo. En Francia Napoleón llega

al poder tras un golpe de estado conocido como el 18 Brumario.

1801: Asume el virrey Joaquín del Pino. Aparece el primer número del

"Telégrafo Mercantil, Rural, Político Económico e Historiográfico del Río de

la Plata", dirigido por Francisco Cabello. El periódico cuenta entre sus

principales impulsores y columnistas a Manuel Belgrano.

1802: Gracias al impulso de Hipólito Vieytes y Manuel Belgrano aparece

otro periódico político en Buenos Aires: el "Semanario de Agricultura,

Industria y Comercio"

1804: Asume el virrey Sobremonte. Napoleón es coronado emperador.

Triunfa en Haití la revolución encabezada por esclavos y se proclama la

independencia.

1806: Primera invasión inglesa al Río de la Plata comandada por William

CarrBeresford. Belgrano participa activamente en la defensa. Tras la

ocupación de Buenos Aires por las tropas británicas, se retira a la Banda

Oriental para no jurar obediencia a los invasores.

1807: Segunda invasión inglesa por tropas al mando de John Whitelocke.

Tras la reconquista es destituido el Virrey Sobremonte y reemplazado por

Santiago Liniers aclamado por la voluntad popular y confirmado en el

cargo por ordenanza real. as tropas francesas invaden Portugal. La casa

reinante portuguesa, los Braganza, se trasladan a Brasil.

1808: Napoleón invade España, hace abdicar a Carlos IV y Fernando VII y

nombra rey a su hermano, José Bonaparte. En el Río de la Plata crecen los

enfrentamientos entre Liniers, acusado por los españoles de ser un espía

de Napoleón, y el gobernador de Montevideo, Javier de Elío.

1809: En Buenos Aires se produce un motín para derrocar a Liniers

encabezado por el comerciante español Martín de Alzaga. Belgrano, junto

a otros criollos apoya a Liniers y logra la derrota de los españoles. La Junta

de Sevilla decide reemplazar a Liniers por un nuevo virrey, Baltasar

Page 204: Belgrano: Una mente brillante

202

Hidalgo de Cisneros. Mariano Moreno, con la ayuda de Belgrano, publica

la "Representación de los hacendados", solicitando la libertad de

comercio. Sublevaciones de Chuquisaca y La Paz. Cisneros decreta la

libertad de comercio.

1810: Belgrano deja su cargo de Secretario del Consulado. 25 de mayo:

Primera Junta de Gobierno. Belgrano es nombrado vocal, pero pronto

deberá dejar el cargo para asumir, el 22 de septiembre, con el grado de

General en Jefe, el mando de la expedición al Paraguay.

1811: El 19 de enero es derrotado en Paraguarí y Tacuarí. Entrega el

mando de las tropas a José Rondeau y viaja a Buenos Aires para ser

juzgado por sus derrotas. Finalmente será sobreseído de todos los cargos

por falta de pruebas en su contra. Se le restablecen todos los grados

militares y los honores correspondientes. El ejército patriótico es

derrotado en Huaqui. Se pierde el Alto Perú. Cae la Junta Grande y asume

el Primer Triunvirato.

1812: Parte hacia Rosario y crea dos baterías sobre el Paraná: Libertad e

Independencia. Belgrano le propone al Triunvirato la adopción de una

escarapela blanca y celeste. La propuesta es aprobada el 18 de febrero de

1812. Pocos días después, el 27 de febrero, Belgrano hizo formar a sus

tropas frente a una bandera con los colores de la escarapela. El

triunvirato, a través de su secretario Bernardino Rivadavia, se opuso y le

ordenó guardar esa bandera y seguir usando la española.

Es designado como jefe del Ejército del Norte. En Julio encabeza el éxodo

del pueblo jujeño. El 3 de septiembre logra la victoria de Las Piedras y el

24 derrota a las fuerzas de Pío Tristán, frenando el avance español en el

Norte.

1813: Se reúne la "Asamblea General Constituyente". El 20 de febrero

vuelve a derrotar a las tropas de Pío Tristán, esta vez en Salta. Pero el 1 de

Octubre de 1813 en Vilcapugio y el 14 de Noviembre en Ayohuma, sufre

dos graves derrotas.

1814: Se reúne con San Martín en la Posta de Yatasto. En España,

Fernando VII recupera su trono tras la abdicación de Napoleón. Belgrano

Page 205: Belgrano: Una mente brillante

203

parte hacia Europa, junto a Bernardino Rivadavia, en una misión

diplomática. La Asamblea crea el cargo de Director Supremo de las

Provincias Unidas del Río de la Plata, y designa a Gervasio Posadas.

1815: El Director Posadas es reemplazado por su sobrino Carlos María de

Alvear, muy impopular en las provincias, que se sublevan al igual que el

ejército del Norte desconociendo su autoridad. Alvear renuncia y lo

reemplaza Alvarez Thomas. Belgrano sigue en Europa. Napoleón es

definitivamente derrotado en Waterloo.

1816: Comienza a sesionar el Congreso Constituyente de Tucumán.

Belgrano regresa al país y participa activamente en el Congreso

proponiendo la coronación de un príncipe inca. 9 de Julio declaración de

nuestra independencia. 25 de julio: el Congreso decreta el uso de la

bandera creada por Belgrano como insignia nacional. El 3 de agosto es

designado General en jefe del Ejército del Perú en reemplazo de Rondeau,

derrotado en SipeSipe.

1817: el Congreso se traslada a Buenos Aires. San Martín inicia el cruce de

los Andes.

1819: en febrero el gobierno le ordena marchar hacia el Litoral para

enfrentar a las montoneras federales de Artigas, López y Ramírez. Pide

licencia por motivos de salud

1820: visita a su hija en Tucumán y parte hacia Buenos Aires. 20 de junio

muere en su casa paterna.

Page 206: Belgrano: Una mente brillante

204

LUGARES BELGRANIANOS

. La casa de Belgrano: Belgrano nació, vivió y murió en la casa de su padre,

Don Domingo, ubicada en la calle de Santo Domingo, hoy Av. Belgrano

432. Sólo hay una placa que lo recuerda y un cuadro a la entrada.

. Convento Santo Domingo: Manuel Belgrano aprendió a leer y escribir en

el Convento Santo Domingo (Defensa 433).

. Colegio Real San Carlos: donde completó sus Estudios Secundarios. (hoy

Colegio Nacional Buenos Aires, Bolívar 263), del cual queda un corredor

entre el actual edificio y la Iglesia San Ignacio.

. Consulado del Virreinato (del cual queda una placa recordatoria en San

Martín 135): Luego de estudiar abogacía ejerció como Secretario del

Consulado.

. Iglesia Santo Domingo: En esta Iglesia podrán encontrar huellas de

distintos hechos en los que participó Manuel Belgrano, así como su

Mausoleo. Invasiones Inglesas: En la Iglesia de Santo Domingo se

encuentran huellas de los cañonazos (reproducidas), banderas inglesas

capturadas luego de la derrota.

. Guerras de la Independencia: podrán encontrar en el interior de la

Iglesia banderas españolas capturadas por Belgrano en las Batallas de

Salta y Tucumán

• Cabildo de Buenos Aires: Belgrano protagonista de la Revolución de

Mayo

• Casa Rosada: Como Vocal de la 1ra Junta, la Fortaleza fue su lugar de

trabajo. Monumento a Manuel Belgrano (Frente a Casa de Gobierno)

inaugurado el 24 de setiembre de 1873. El Museo de la Casa Rosada

ofrece una visita en la cual se puede observar los restos del Fuerte de la

época de la colonia

Page 207: Belgrano: Una mente brillante

205

. Patio de Maniobras de la Aduana. La puerta de Hipólito Irigoyen 219

conduce, por debajo de la Casa de Gobierno, hacia los restos de la Aduana

Taylor y del antiguo Fuerte de Buenos Aires.

. Recorrido por la calle Defensa: Llamada así en homenaje a la Defensa de

la ciudad en el año 1807, en el antiguo barrio llamado de Santo Domingo.

La ciudad crecía hacia el sur, ya que la calle Defensa, conocida como calle

Real, era el camino obligado al puerto del Riachuelo, por eso era la calle

más transitada. El barrio no tenía límites precisos, tomó el nombre de la

Iglesia de Santo Domingo, aunque incluía otros como la Iglesia de San

Francisco y la de San Ignacio.

. Barraca colonial. Casa de la defensa, actual museo nacional del gravado:

calle Defensa 372. Está ubicado al lado de la casa de Rivadavia. Cuando

Belgrano era niño esta barraca servía para almacenar productos que se

exportaban, cuero, sebo, astas, etc.

. Regimiento 1º de Infantería Patricios en Palermo. Av. Juan B. Justo y

Bullrich. Se encuentra el Instituto Belgraniano.

. Basílica Nuestra Señora de la Merced: Calle Reconquista Nº 207.

Durante las Invasiones Inglesas fue ocupada por las tropas defensoras de

Buenos Aires y, desde el atrio, Santiago de Liniers dirigió el ataque a la

Plaza Mayor. Un grupo escultórico representa a Belgrano ofreciendo el

bastón de mando del Ejército del Norte a la Virgen de la Merced.

. Monumento a la Bandera Nacional:Av. Belgrano entre Córdoba y Santa

Fe, Rosario, provincia de Santa Fe.

. “Ruta de la Libertad de los Pueblos”, Itinerario en la campaña al

Paraguay, las ciudades de San Nicolás de los Arroyos (Provincia de Buenos

Aires), Santo Tomé y Santa Fe (Provincia de Santa Fe), Paraná (ex La

Bajada, Provincia de Entre Ríos), el punto geográfico de la ex

Mandisoví (antecedente de la actual ciudad de Federación (Provincia de

Entre Ríos). CuruzúCuatiá , zonas rurales de Mercedes, Concepción del

Yaguareté Corá(Provincia de Corrientes),dónde se incorpora Pedro Ríos, el

Page 208: Belgrano: Una mente brillante

206

tamborcito de Tacuarí, puntos geográfico de las localidades de San Miguel

y de Loreto (Provincia de Corrientes), el punto geográfico de la ex San

Jerónimo (en el departamento de Ituzaingó, Provincia de Corrientes)

y Candelaria (Provincia de Misiones).

. Réplica de la vivienda en la que residió el General Manuel Belgrano

durante su permanencia en San Miguel de Tucumán, entre los años 1816 y

1820; erigida en la esquina de Bolívar y Bernabé Aráoz. La Casa es de

adobe blanqueada, tiene ventanas pequeñas, pisos de ladrillones, dos

habitaciones y una cocina, una amplia galería y a un costado, el infaltable

aljibe.

. Casa de Tucumán, lugar histórico donde se firmó la Independencia el 9

de julio de 1816.

. Casa de Gobierno de Jujuy: San Martín 450, provincia de Jujuy. En el 1er

piso se encuentra la bandera que Belgrano donó al Cabildo de Jujuy el 25

de mayo de 1813.

. El 23 de agosto en “Los Hornitos”, se recuerda el “Éxodo Jujeño”

. Algarrobo de Purmamarca: -Pcia de Jujuy - Al costado de la iglesia fue

importante testigo en la historia de Jujuy . Bajo su sombra descansaron las

tropas del Ejército del Norte al mando del Gral. Belgrano desde donde se

puede apreciar la montaña de 7 colores.

. La Batalla de Salta: llevada a cabo el 20 de febrero, conmemora a los

vencedores y vencidos con una cruz en el campo de batalla que

actualmente se encuentra en la Iglesia de La Merced, sobre Calle Caseros.

. Gran Monumento de la Batalla de Salta: también conocido como

Monumento 20 de febrero, por ser la fecha en que se conmemora la

victoriosa acción de armas del Gral. Manuel Belgrano en 1813.

. Iglesia y Convento de San Francisco: El Gral. Manuel Belgrano asistió allí

a una misa por los caídos en la Batalla de Salta en 1813, y del bronce de

Page 209: Belgrano: Una mente brillante

207

los cañones usados en el combate se fundió la Campana de la Patria

ubicada en la entrada de la misma.

. Cabildo de Salta: En la sala dedicada al Periodo Independiente guarda

objetos del Gral. Manuel Belgrano, entre los que podemos encontrar

uniformes, armas, elementos personales y cuadros que marcan momentos

de su historia. También puede visitarse una sala güemesiana, con objetos

originales y réplicas pertenecientes al General Martín Miguel de Güemes y

a su familia.

. Posta de Yatasto: 12 km de la ciudad de Metán y a 3 km de la Ruta

Nacional 34, provincia de Salta. Lugar en el que Belgrano recibió el mando

del Ejército del Norte en 1812 y en el que se reunió con San Martín en

1814.

AL PADRE DE LA PATRIA

¡AY PATRIA MÍA!!!

FUERON TUS ÚLTIMAS PALABRAS

DESPUÉS DE HABER LUCHADO

Y ORGANIZADO UN PAÍS

MANUEL BELGRANO,

TU NACISTES EN LA MEJOR CUNA,

TE EDUCASTE CON LOS MEJORES PROMEDIOS

PARA BRINDARLOS A UN PAIS NACIENTE

LA EDUCACIÓN, LOS NIÑOS, MUJERES Y TRABAJADORES

FUERON TU DESVELO

Y DESDE EL CONSULADO

TU TRABAJO NO TUVO FIN

MANUEL BELGRANO,

DIO REGLAMENTO A LAS PRIMERAS ESCUELAS

DIGNIFICÓ LA TAREA DE LOS DOCENTES

PENSÓ EN LA AGRICULTURA, LA INDUSTRIA, LA NÁUTICA

Page 210: Belgrano: Una mente brillante

208

EL COMERCIO Y LA ECOLOGÍA, CON SU GRAN VISIÓN

MANUEL BELGRANO UNA MENTE BRILLANTE

QUE LOS COMERCIANTES PORTEÑOS DESPRECIARON

Y SIN SER MILITAR A LA GUERRA ENVIARON

A DETENER AL EJERCITO REALISTA

MANUEL BELGRANO CREO CAMINOS, ESCUELAS Y CIUDADES.

LOS RÍOS, LOS MONTES Y LAS MONTAÑAS

FUERON DESAFIADOS POR PRIMERA VEZ

JUNTO A HOMBRES QUE SE SUMABAN A SUS FILAS

PORQUE COMPARTÍAN SUS IDEALES

DE LIBERTRAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD

LA INDEPENDENCIA SURAMERICANA FUE TU DESVELO

NO TENÍAN CABIDA LA FAMILIA NI LOS HIJOS

PEDRO Y MANUELA NO TE CONOCIERON

SOLO EL IDEAL DE UNA NACIÓN ESTABA EN TU MENTE

MANUEL BELGRANO, UNA MENTE BRILLANTE

LAS MUJERES ADORABAN TU TRATO

LOS CACIQUES TUS CONOCIMIENTOS

LOS HUMILDES TU SENCILLES

LOS ENEMIGOS TUS CÓDIGOS

MANUEL BELGRANO FUNDO PUEBLOS

CREO LA BANDERA NACIONAL

EL ÉXODO JUJEÑO TE MOSTRO COMO ESTRATEGA

SIN SER MILITAR

SALTA Y TUCUMAN FUERON TUS VICTORIAS CONTRA EL INVASOR

CUATRO ESCUELAS MANDASTE A CONSTRUIR

CON EL DINERO DE LOS TRIUNFOS MILITARES

Page 211: Belgrano: Una mente brillante

209

Y LA BUROCRACIA DETERMINÓ

QUE LA ÚLTIMA FUERA INAUGURADA 191 AÑOS DESPUÉS.

VILCAPUGIO Y AYOHUMA TE VIERON LLORAR

JUNTO A TUS VALIENTES, NEGROS, ABORIGENES, POBRES, SOLDADOS

MUERTOS O MUTILADOS EN EL FRAGOR DE LA BATALLA

TRAICIONERA DEL INVASOR

TODA TU FORTUNA FUE INVERTIDA

EN LA LUCHA POR LA INDEPENDENCIA

Y VER CONSOLIDADA LA PATRIA GRANDE

CON EL RECONOCIMIENTO PARA LOS PUEBLOS ORIGINARIOS

REGRESASTE A BUENOS AIRES, POBRE Y ENFERMO

EN TU LECHO DE MUERTE SEGUIAS IMAGINANDO

MIENTRAS POR TUS MEJILLAS CORRIA EL LLANTO

AL IMAGINAR LO QUE PUDO SER Y EL EGOISMO TRUNCABA

TODOS TE RECUERDAN PERO NADIE TE IMITA

BELGRANO, PADRE DE LA PATRIA

EL RELOJ DE ORO SALDO LA DEUDA CON TU DOCTOR

TU CORAZÓN SE BATIA EN EL PECHO COMO INQUIETAS PALOMAS

LAS CAMPANAS DE SANTO DOMINGO

TOCARON SOLAS ESE AMANECER

EL CIELO APARECÍA ANTE SUS OJOS

EL MÁRMOL DE LA MESITA DE LUZ FUE TU LAPIDA …

MANUEL BELGRANO, HOMBRES COMO TU, LA PATRIA NECESITA

¡AY PATRIA MÍA!...

Page 212: Belgrano: Una mente brillante

210

SOBRE EL AUTOR Ernesto Martinchuk nació en Caseros, Pcia.de Bs As. el 8/6/1951 y desde 1974 es Periodista, MP 10166. Se desempeño en el área de Noticias de los canales 9, Teledos, 7 y TELEFE. Socio Fundador de la Asociación Iberoamericanade Periodistas Especializados y Técnicos (AIPET) Capítulo Argentino. Fue Docente en la Cátedra de TV en la Universidad del Salvador. Fue Coordinador en el Servicio Iberoamericano de Noticias con sede en Madrid,(RTVE) España. Editor del Capítulo Argentino para la Cadena Eco de México. Docente y Rector en la Escuela de Periodismo Círculo de la Prensa. Miembro de la Asociación de la Prensa Parlamentarios de la República Argentina (APPRA) Edito los libros "Federalización de la información" (1995) "Televisión para Periodistas: un enfoque práctico".1ra Edición 2002 – 2da Edición 2007. Documentales: "Los Quilmes: la última Resistencia" (1995) Mención Especial otorgada por FUNTV "Malvinas a Sangre y Fuego" (Para TV en 1988) 2do Premio a la Creatividad de la Academia Nacional de Periodismo por su trabajo: “Manuel Belgrano también fue Periodista” (2004) Colaborador en medios nacionales y del exterior sobre temas de comunicación y educación. Editor en Noticongreso.wordpress.com, Periodismo Parlamentario en temas de Ciencia, Tecnología, Salud, Educación, Ambiente y Energía. Como parte de la difusión del conocimiento, publicó para ser leído en cualquier sistema digital o imprimir gratis el libro: “Como Estudiar: Manual Práctico” cuyo link es: http://issuu.com/gaceta21/docs/comoestudiar Para comunicarse con el autor: [email protected]