3
BENDICIÓN Cuando, por un decreto de poderes supremos, El poeta aparece en este mundo hastiado, Su madre, horrorizada y llena de blasfemias, Crispa sus puños hacia Dios, que la toma con piedad: -“¡Ah! ¡Qué he parido todo un nido de víboras, En lugar de nutrir esta burla! ¡Maldita sea la noche de placeres efímeros Donde mi vientre ha concebido mi expiación! Puesto que me has escogido entre todas las mujeres Para ser la repugnancia de mi triste marido, Y que yo no pueda rechazar en las llamas, Como un billete de amor, este mustio monstruo, Yo haré salpicar tu odio que me agobia Sobre el instrumento maldito de tus maldades, Y yo retorceré muy bien este árbol miserable, Que no podrá hacer crecer sus botones apestados!”. Ella rebaja así la espuma de su odio, Y, no comprende los designios eternos, Ella misma prepara en el fondo de la Gehena La hoguera consagrada a los crímenes maternos. Sin embargo, bajo la tutela invisible de un Ángel, El Niño desheredado se embriaga de sol, Y en todo esto que bebe y en todo esto que come Reencuentra la ambrosia y el néctar bermejo. El juega con el viento, charla con la nube, Y se embriaga cantando el camino de la cruz; Y el Espíritu que lo sigue en su peregrinación Llora de verlo alegre como un pájaro del bosque. Todos estos que quiere amar lo observan con temor, O bien, se animan con su tranquilidad, Buscando a quien sabrá sacarle una queja, Y hacen sobre él la prueba de su ferocidad.

BENDICIÓN

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Baudelaire

Citation preview

BENDICIN

Cuando, por un decreto de poderes supremos, El poeta aparece en este mundo hastiado,Su madre, horrorizada y llena de blasfemias,Crispa sus puos hacia Dios, que la toma con piedad:

-Ah! Qu he parido todo un nido de vboras,En lugar de nutrir esta burla! Maldita sea la noche de placeres efmerosDonde mi vientre ha concebido mi expiacin!

Puesto que me has escogido entre todas las mujeresPara ser la repugnancia de mi triste marido,Y que yo no pueda rechazar en las llamas,Como un billete de amor, este mustio monstruo,

Yo har salpicar tu odio que me agobiaSobre el instrumento maldito de tus maldades,Y yo retorcer muy bien este rbol miserable, Que no podr hacer crecer sus botones apestados!.

Ella rebaja as la espuma de su odio,Y, no comprende los designios eternos,Ella misma prepara en el fondo de la GehenaLa hoguera consagrada a los crmenes maternos.

Sin embargo, bajo la tutela invisible de un ngel,El Nio desheredado se embriaga de sol,Y en todo esto que bebe y en todo esto que comeReencuentra la ambrosia y el nctar bermejo.

El juega con el viento, charla con la nube,Y se embriaga cantando el camino de la cruz;Y el Espritu que lo sigue en su peregrinacinLlora de verlo alegre como un pjaro del bosque.

Todos estos que quiere amar lo observan con temor,O bien, se animan con su tranquilidad,Buscando a quien sabr sacarle una queja,Y hacen sobre l la prueba de su ferocidad.

En el pan y el vino destinados a su bocaEllos mezclan la ceniza con impuros escupitajos;Con hipocresa lanzan esto que toca,Y se acusan de haber puesto sus pies en sus pasos.

Su mujer va gritando sobre las plazas pblicas:Porque l me encuentra asaz bella para adorarme,Yo har el oficio de los dolos antiguos,Y como ellos quiero hacerme cubrir de oro;

Y me embriagar de nardo, de incienso, de mirra,De genuflexiones, de carnes y de vinos,Para saber si puedo en un corazn que me admira Usurpar riendo los homenajes divinos!

Y, cuando me hastiare de estas farsas impas,Yo pondr sobre l mi frgil y fuerte mano;Y mis uas, parecidas a las uas de las arpas,Sabrn hasta su corazn abrirse un camino.

Como un todo joven pjaro que tiembla y que palpita,Arrancar este corazn rojo de su seno,Y, para saciar mi bestia favorita, Lo lanzar por tierra con desprecio!

Hacia el Cielo, donde su ojo ve un trono esplndido, El poeta sereno levanta sus brazos piadosos,Y los vastos relmpagos de su espritu lcidoLe ocultan el aspecto de los pueblos furiosos:

-S bendito, mi Dios, que dais el sufrimiento,Como un divino remedio a nuestras impurezas,Y como la mejor y ms pura esenciaQue prepara a los fuertes para las santas voluptuosidades!

S que vos reservis una plaza al PoetaEn las filas bienaventuradas de las santas Legiones,Y que le invitis a la fiesta eternaDe Tronos, Virtudes y Dominaciones.

S que el dolor es la nica noblezaDonde no mordern jams la tierra y los infiernos,Y, que se necesita para trenzar mi corona msticaImponer todos los tiempos y todos los universos.

Pero las joyas perdidas de la antigua Palmira,Los metales desconocidos, las perlas del mar,Por vuestra mano levantada, no podran bastarA esta bella diadema deslumbrante y clara;

Pues l no ser hecho sino de pura luz,Sacado al hogar santo de rayos primitivos,Y cuyos ojos mortales, en todo su esplendor,Son slo espejos oscuros y quejumbrosos!.