11
El Éxodo Jujeño Por Marcos Paz * Entre los episodios de la historia que han marcado determinantes superiores por las grandes y alentadoras consecuencias que surgieron en su torno, el Éxodo Jujeño de 1812, debe estar en los frisos más altos de la veneración nacional. No hay en los aconteceres emancipadores sucesos más dramáticos y que ilustre con más prístina trascendencia el ejemplo de abnegación y solidaridad para con la grande causa de los pueblos. Decía Mitre en su “Historia de Belgrano”. “… en Tucumán salvóse no sólo la revolución argentina, sino que puede decirse contribuyó de una manera muy directa al eficaz triunfo de la independencia americana. Si Belgrano obedeciendo las órdenes del Gobierno se retira, las provincias del norte se pierden para siempre, como se perdió el Alto Perú para la República Argentina…”. ¿Hubiera sido posible esa victoria y luego la de Salta, de no mediar el tremendo tributo de sacrificio que Jujuy brindó en la instancia comprometedora? ¿Se hubiera retemplado el ideal emancipador en la templada Buenos Aires, de no cumplirse en dimensión popular heroica, la táctica Belgraniana? ¿Se hubiera salvado la frontera norte de no ser cierto que Jujuy afirmó su presencia formidable para sostener los embates de la incursión realista, en aire de carga venía sometiendo los reductos libertarios de aquellas regiones?

Bendición de La Bandera y Éxodo Jujeño - Marcos Paz

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Bendición de La Bandera y Éxodo Jujeño - Marcos Paz

Citation preview

El xodo JujeoPor Marcos Paz *

Entre los episodios de la historia que han marcado determinantes superiores por las grandes y alentadoras consecuencias que surgieron en su torno, el xodo Jujeo de 1812, debe estar en los frisos ms altos de la veneracin nacional.

No hay en los aconteceres emancipadores sucesos ms dramticos y que ilustre con ms prstina trascendencia el ejemplo de abnegacin y solidaridad para con la grande causa de los pueblos. Deca Mitre en su Historia de Belgrano. en Tucumn salvse no slo la revolucin argentina, sino que puede decirse contribuy de una manera muy directa al eficaz triunfo de la independencia americana. Si Belgrano obedeciendo las rdenes del Gobierno se retira, las provincias del norte se pierden para siempre, como se perdi el Alto Per para la Repblica Argentina.

Hubiera sido posible esa victoria y luego la de Salta, de no mediar el tremendo tributo de sacrificio que Jujuy brind en la instancia comprometedora? Se hubiera retemplado el ideal emancipador en la templada Buenos Aires, de no cumplirse en dimensin popular heroica, la tctica Belgraniana? Se hubiera salvado la frontera norte de no ser cierto que Jujuy afirm su presencia formidable para sostener los embates de la incursin realista, en aire de carga vena sometiendo los reductos libertarios de aquellas regiones?

Cuando a casi centuria y media, consideramos el mapa de los acontecimientos y ms an, las circunstancias en que se desarrollaron esos sucesos, entramos necesariamente a valorar la hazaa, la inquebrantable vocacin de aquellos valientes que tomaron a su cargo la ms grave responsabilidad de la hora, para hacer posible la pgina ilustre de epopeya que seala uno de los hitos portentosos de la repblica soberana.

1812

Dura encrucijada se presentaba al ideario de Mayo a dos aos del pronunciamiento revolucionario. Los reductos realistas de Montevideo y el Alto Per constituan amenazas inminentes contra el Gobierno Central de Buenos Aires y la eliminacin de esos focos era, desde luego, la ms urgente tarea que deban resolver los bisoos ejrcitos de la libertad.

Montevideo atraa la mxima preocupacin; prxima a Buenos Aires, era necesario neutralizarla y abatirla con el peso de las armas y de consiguiente absorba armas y bagajes en cantidad abrumadora para los recursos tan comprometidos de la metrpolis portea. De all que, el largo estirn geogrfico del norte estuviera confiado a la lucha de guerrillas que, apuntalaban a filo de coraje, las acciones del Ejrcito Libertador del Alto Per.

El triunfo de Balcarce en Suipacha 7 de noviembre de 1810 haba alentado en demasa las esperanzas de la pronta terminacin de la guerra. Ms, he aqu, la sorpresa del Desaguadero en Huaqui, destruy al ejrcito emancipador y sus restos aniquilados por la trgica contingencia, se replegaban desordenadamente a la estoica Jujuy de entonces.

Jujuy haba sido depositaria de una slida y floreciente economa durante la poca colonial, puerto seco en el intercambio de la Tucumania y el Alto Per. Y bien, todo ese esplendor primero se fue aniquilando ante las llamaradas de la guerra emancipadora que, tan cerca el tocaba por su ubicacin estratgica, as fue como se devastaron sus graneros, sus haciendas y cosechas, y se diezmaron sus juventudes con la incesante aportacin que brindaba a los ejrcitos de la patria. Era, en ese orden, una suerte trampoln indispensable para retomar aliento antes de adentrarse a la distancia inhspita, antes de ir a enfrentarse a los torreones virreinales del Per.

Luego de Huaqui, las reliquias del Ejrcito del Norte se concentraron en Jujuy, la ciudad era ahora el hospital de aquel ejrcito. Todo el esfuerzo de Mayo en el norte estaba desecho all, conjugado all, circunscripto all, en ese puado de hombres, despojos de la guerra, derrotados y enfermos, a espera de un milagro de Dios que les devolviera la fe tan duramente castigada.

Belgrano asume entonces la jefatura del Ejrcito del Norte, que apenas si sobrepasaba de los 800 efectivos que iban recuperndose de sus angustias en los solcitos cuidados de las samaritanas jujeas. El prcer de las grandes determinaciones ha hecho llegar al Cabildo de Jujuy su primera proclama que firma en la Posta de la Cinaga el 3 de abril, anticipando que compartir el destino de ese pueblo, en la hora de sus dramticas vicisitudes.

Bendicin y jura de la Bandera

Jujuy se ha convertido en centro de gravedad de la resistencia heroica y Belgrano, dispuesto a galvanizar el abatido espritu de ese pueblo tan afectado por una guerra de aniquilamiento, instituye en esta ciudad las festividades Mayas, es la primera vez que van a celebrarse en la repblica, con la solemnidad y grandilocuencia con que el prcer las rodea. Es que all, en Jujuy, va a tener lugar uno de los episodios ms hermosos y trascendentes de nuestra historia; la Bendicin y Jura de la Bandera Nacional, cumplida por primera vez en aquel 25 de mayo de 1812.

El Cannigo Gorriti, un santo varn de la Iglesia Catlica, Vicario del Ejercito del Norte, tiene la gloria de ungir ante la fe de Dios, el primer smbolo de libertad civil de nuestro pueblo, la misma bandera creada por Belgrano y que mandara enarbolar como estandarte militar en las bateras de Libertad e Independencia del Rosario.

Belgrano, principal protagonista de aquel suceso, comparte con el pueblo y ejrcito el jbilo de aquella jornada victoriosa, al declinar el da, hace formar en cuadro a la tropa, frente al Cabildo con la presencia de pueblo y autoridades, para pronunciar su clebre arenga que es la mejor crnica de los acontecimientos Soldados, el 25 de Mayo ser para siempre un da memorable en los anales de nuestra historia y vosotros tendris un motivo ms de recordarlo cuando en l, por primera vez, veis en mis manos la Bandera Nacional que ya os distingue de las dems naciones del globo.

Ha sido aquel el da de las grandes afirmaciones nacionales, sublime altivez de un pueblo ante la asechanza dramtica; en la vspera precisamente, ha cado Cochabamba, la mrtir combatiente del altiplano, las huestes de Goyeneche la han ahogado en sangre y ahora sus avanzadas se desbordan desde Suipacha, Nazareno y Yavi, hasta los propios umbrales de la Quebrada de Humahuaca.

El Bando

El 29 de Julio el General en Jefe del Ejrcito Auxiliador del Per, en su cuartel general de Jujuy, adopta la gran decisin, su bando militar caracteriza la entereza y energa del patricio y pone de evidencia las graves circunstancias que lo obligan a resolucin tan tremenda.

Nuestros sagrados derechos de libertad, propiedad y seguridad sern ultrajados y volveris a la esclavitud les dice en aquella clebre proclama, Lleg pues la poca en que manifestis vuestro herosmo y de que vengis a reuniros al Ejrcito de mi mando, si como aseguris queris ser libres, trayendo las armas de chispas, blancas y municiones que tengis o podis adquirir

Hacendados; apresuraos a sacar vuestros ganados vacunos, caballares, mulares y lanares que haya en vuestras estancias, y al mismo tiempo vuestros charquis hacia el Tucumn Labradores: asegurad vuestras cosechas extrayndolos para dicho punto Comerciantes; no perdis momento en enfardelar vuestros efectos y remitirlos, e igualmente cuantos hubiera en vuestro poder de ajena pertenencia

La extrema sentencia se aplicara a quienes no obedecieran aquella orden; sabido era que en todas las provincias haba realistas, retoos peninsulares que apetecan la resurreccin del antiguo rgimen, pero estos eran felizmente los menos en la estructura social del Jujuy de entonces, de todos modos haba que advertirlos militarmente, en igual medida que aquel Bando exhortaba a los verdaderos hijos de la tierra que han prometido ayudar. como amantes de tan digna madre

El Bando de Belgrano tiene el carcter de las grandes e histricas decisiones, pgina rediviva del coraje espartano, cuando Temstocles impuso iguales sacrificios a su pueblo ante el avance de los persas incursores. Pero el estratega griego y el general americano debieron de tener en cuenta para afrontar tamaa empresa, que slo era dable a un pueblo de valientes rehacerse de las brumas de la tragedia para erguirse con las alas de la gloria.

23 de Agosto

Hervores de patriotismo presidieron las dramticas jornadas del 23 de Agosto. No era aquello una retirada militar, sino la ejecucin de una tctica tremenda, tierra arrasada, prolongacin de desierto en holocausto de hogares; si el ejrcito inerme casi, en los prolegmenos de su reorganizacin, improvisado en los aportes de una mocedad que recin despuntaba a la juventud, hubiera hecho frente a las legiones de Tristn, el desastre y la ruina hubieran sido la inevitable consecuencia; esto lo saban propios y extraos. No haba acaso impartido rdenes terminantes el gobierno de Buenos Aires de no librar batalla? Retroceder hasta Crdoba sin comprometer la suerte de las precarias huestes de la libertad?

El da de gloria haba llegado, mientras las raudas legiones incursoras avanzan desde el norte, el odio realista vena presto a convertir al altivo Villorrio del Xibi-Xibi en una nueva Cochabamba. Jujuy se ofreca como una ventajosa vctima propiciatoria, inerme y desguarnecida, demasiado lejos estaba de Buenos Aires para que sta pudiera auxiliarla en trance tan difcil, por otra parte sus rdenes eran perentorias y drsticas; haba que salvar los pocos efectivos, las pocas armas, abandonando la plaza que, en aquella instancia, era tanto como ceder al enemigo, un valioso territorio que ira a utilizarlo como base de operaciones en la embestida final contra los pueblos del interior de la repblica.

Gesta

Mujeres y hombres en apretura de formidable rebelda, compiten en la jornada para afirmar su voluntad de renunciamiento. La tierra en armas se alza brava sin un rictus de desfallecimiento; desgarrn y drama por doquier revelan la tala de la cosecha, el arreo de las haciendas, el encenagamiento de las vertientes, el multitudinario trajn de gentes y carretas; nada til debe quedar en ese pedazo de suelo querido que pueda servir al invasor.

Todo ese pueblo sabe que ese xodo, ese transitorio abandonar del solar nativo no es mas que el preludio para el choque de las armas, pero cuando la batalla se d, si bien las condiciones no estarn igualadas en la cuanta blica, al menos el enemigo no mostrar los vigores de que viene blasonando, tendr mas encendida la llamarada de sus odios, s, pero sus mpetus habrn flaqueado en la dura travesa por tierra arrasada que se vuelca sobre ellos, en cada entrevero de guerrillas que, incesante, le va clavando en los ijares de su soberbia los espolones briosos de la caballera gaucha.

No es slo el abandonar la ciudad y andar a tientas por la senda del martirio que los lleva a Tucumn la guerrilla, la emboscada, la escaramuza, no admite tregua ni sosiego. El mismo 23 ya se han dado los primeros entreveros, luego en San Pedrito, das ms en los aledaos de Cobos y el 3 de septiembre el primer combate de significacin en las Piedras, donde los Decididos, el cuerpo de caballera jujea, se cubri de gloria al mando de Zelaya.

Por fin el gran enfrentamiento en Tucumn, la victoria conquistada all a filo de coraje y vuelo de guardamontes, primera en el territorio de nuestra actual geografa soberana, corona el visionario empeo de Belgrano y homeriada tremenda del pueblo; no en vano podra decir luego la Ciudad de la Independencia que, all se cavaron los sepulcros de la tirana; no en vano el triunfo de Campo de las Carreras resucit en viriles dimensiones, las vigencias libertarias de la naciente patria; no en vano se haba cumplido, en suma, la hazaa inmortal del xodo Jujeo.

Vino luego Salta, el triunfo en campo de Castaares, el 20 de febrero de 1813, preludio de la marcha para reconquistar a Jujuy, la ciudad mrtir que era en esos momentos plaza fuerte en manos del coronel realista, la impaciencia de las tropas jujeas incorporadas al escuadrn Decididos, Dragones y Cazadores, por liberar su ciudad, no otra cosa poda esperarse en sus nimos estimulados por los recientes triunfos Quin podra refrenar tan legtimos impulsos?, lo cierto es que las avanzadas jujeas ya estaban a las puertas de la ciudad dos das luego de la batalla de Salta, disputndole la ciudad a los bien pertrechados godos. En esto cifra, con muy buenos razonamientos, el historiador jujeo Joaqun Carrillo, cuando dice que Jujuy fue reconquistada el 22 de febrero de aquel ao, es decir dos das luego del triunfo de Salta.

Por su parte Ricardo Rojas, ms ceido a la hermenutica histrica, seala con que fue el 21 de marzo, vale decir al mes siguiente y extrae esta conclusin del archivo jujeo, en cuyo libro capitular se lee esta leyenda del propio puo de Belgrano. Aqu concluy el Cabildo de los tiranos que fueron repulsados, arrojados y aniquilados por las armas de la Patria, el 20 de febrero de 1813 siendo el primer soldado de ella (aqu la firma de) Belgrano fechado en la sala Capitular del Cabildo el 21 de marzo de 1813.

Cul es la fecha cierta de la reconquista para que la instituyamos en la celebracin evocativa que merece? Lo cierto es que la reconquista de Jujuy no estuvo exenta de combate. Socasa estaba auxiliado por refuerzos enviados por Goyeneche para mantener la plaza luego de los conocidos contrastes de Tristn, eran tropa de refresco que iban a enfrentarse con la famosa caballera gaucha, creada, al decir de Mitre, en la Quebrada de Humahuaca por Balcarce. Los espaoles se atrincheraron en la calle de las seoras Carenzo, actualmente calle San Martn y en sta y en otras calles se combati duro antes de que los realistas abandonaran en derrota la situacin.

Es de suponer que la reconquista de Jujuy se produjo antes del 21 de Marzo, ya que se da por sabido que la toma de cualquier plaza fuerte Jujuy lo era a manos de Socasa - impone ciertos recaudos militares, operaciones de limpieza, aseguramiento estratgico, para permitir la entrada del General en Jefe, y Belgrano, como dejamos dicho, rubrica aquella pgina de nuestro archivo el 21 de Marzo.

Reconquistada la ciudad urga restructurar su vida administrativa tan violentamente quebrada por los aconteceres del xodo. Belgrano, que tiene toda la responsabilidad de esa hora, designa a uno de sus jefes ms distinguidos para que asuma la jefatura del Gobierno de Jujuy, la ciudad casi destruida por los horrores de la guerra. Pocos meses ms y reanimada por el mismo espritu libertario, que constituyen sus mejores blasones, se apresta a celebrar el primer aniversario de la Bendicin y Jura de la Bandera Nacional. En ese 25 de Mayo del ao XIII, Jujuy recibe la ms cara presea de sus hazaas, el Smbolo de la Soberana de la Patria de manos de su creador. Esta es la misma Bandera que Jujuy venera en el saln histrico de la Casa de Gobierno de su ciudad Capital.

Cumplido el xodo y retomada su ciudad, los tributos de sacrificio de Jujuy a la causa nacional no iban a concluir all, porque de entonces fue trinchera y estandarte, muralla infranqueable en las hazaas de la guerra gaucha sosteniendo las embestidas de once invasiones. Hereda de las glorias de Belgrano en el testimonio del sagrado smbolo que guarda eternamente y que afirma a los libres su condicin de Provincia Abanderada, erguido en las probanzas de su historia y en su irrenunciable ideal de libertad.

*Marcos Paz naci en 1919 en Banderas, Santiago del Estero, pero vivi en Jujuy desde muy pequeo. Inici estudios de Derecho en la Universidad Nacional de Crdoba entre 1940 y 1943, carrera que abandon para dedicarse al periodismo y a la poltica. Escribi ensayos, poemas y obras de teatro sobre temas histricos, adems de numerosos artculos publicados en diarios y revistas. Sus obras ms conocidas son Auroras de Libertad, Frente a la Cordillera, Canto al xodo, Zapla y la batalla del acero,Jujuy, tierra del paisaje,El coronel lvarez Prado y Viltipoco. Fue miembro correspondiente de la Academia Belgraniana Argentina. Falleci en Jujuy, en 2001.

Texto aparecido en una publicacin del Gobierno de la Provincia de Jujuy, agosto de 1961.