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8/10/2019 BENTHAM-John Stuart Mill
1/16
o l e c c i n
l s i c o s del Pensamiento
Director
ntonio Truyo l y Serra
John Stuart
M i l i
Bentham
Estudio preliminar t r a d u c c i n ynotas
C R L O S M E L L I Z O
8/10/2019 BENTHAM-John Stuart Mill
2/16
T t u l o s originales:
Bentham 1838)
[ A p n d i c e ]
Obituary
ofBentham 1832)
Reservados todos
los
derechos.
De
conformidad con
lo
dispuesto
en
los a r t c u l o s
534 bis a) y
siguientes
de l
C d i g o Penal vigente,
p o d r n sercastigados conpenas demulta y p r i v a c i n de libertad
quienes
sin la
preceptiva
a u t o r i z a c i n
reprodujeren
o
plagiaren,
en
todo
o en
parte, una obra literaria, art s t i ca
o
c i e n t f i c a fijada
en
cualquiertipo
de
soporte.
D i s e o
y
r e a l i z a c i n
de
cubierta:
Rafael
Celda
y Joaqun
Gallego
I m p r e s i n
cubierta:
Grf icas
Molina
Estudio preliminar
y
notas, C A R L O S
M E L L I Z O 1993
E D I T O R I A L T E C N O S S.A.,
1993
JuanIgnacio L u c a
de
Tena,
15 -
28027Madrid
I S B N : 84-309-2375-6
D e p s i t o Legal: M-27657-1993
Primed in Spain Impreso
en
E s p a a porGraf i r i s Impresores.
el Codorniz, s/n. Fuenlabrada Madrid)
NDI E
ESTUDIO PRELIMINAR Pg
IX
B I B L I O G R A F A
xix
BENTHAM
[1.] [Bentham y Coleridge] 3
[2.]
[El
lugar de Bentham] 7
[3.] [Sumtodo] 19
[4.] [Sus limitaciones] 31
[5.] [Su
teora
de la vida humana] 45
[6.] [Influencia
prctica
de esta
teora]
53
[7.] [Sus aciertos en el campo del derecho] 59
[8.] [Resumencrtico de sus doctrinas princ ipales ]... 67
[9.] [Bentham y el Principio de la Utili dad] 81
[10.] [Conclusin] 91
[ A P N D I C E ]
E n la muerte de Bentham 93
[ V I I ]
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66
JOHN STU RT MILL
hbi tos
sintetizadores en especial su
mtodo
par-
ticular.Los
metafsicos
armados de
vagas
gene-
ralidades muchasveces
haban
probado suerte en
el
asunto y no lo
haban
dejado en unestado
ms
avanzado de como lo
haban
encontrado. La ley
es una
cuestin prctica;
los medios y los fines
son lascosasque han de considerarse enella no
las abstracciones; la vaguedad no
poda
ser com-
batida
con la vaguedad sino con afirmaciones
categricas
y precisas; no se
poda
hacer frente a
los
detalles con generalidades sino con detalles.
Y
ningn
progreso
poda
tener lugar en un asun-
to
as si uno se limitabaa
sealar
que lascosas
existentes
estaban
mal:
era
tambin
preciso mos-
trar
cmo podan
mejorarse.
N ingn
gran hombre
de los que tenemos
noticia
estabacapacitado para
hacer esto excepto Bentham. l lo ha hecho de
una vez para siempre.
[8 . ]
[ R E S U M E N C R T I C O
D E
SUSDOCTRINAS PRINCIPALES]
N o
podemos entrar en los particulares de lo
que Bentham ha hecho; se
requeri r an
muchos
cientos de
pginas
para dar un compendio acep-
table de
ello.
Resumamos nuestro
juicio
en unos
pocos apartados.Primero:[Bentham]ha expulsa-
do el
misticismo
de la
filosofa
del derecho y ha
dejado
sentado
el
ejemplo
para ver las leyes a una
luz prctica
como medios para lograr fines
defi-
nidos y precisos. Segundo: ha aclarado la
confu-
sin
y vaguedad queibanunidas a
la
idea de dere-
cho en general a la idea de cuerpo legal y a las
varias ideas generales en ellosimplicadas.Terce-
ro :
ha demostrado la necesidad ypracticabilidad
de lacodific cin o
conversin
de toda ley en un
cdigo
escrito y organizado
s i s temt icamente
no
como el
C d i g o N ap o l e n
4 1 el cual no tiene
una sola
definicin
y requiere una constante refe-
renciaaprecedentesanteriores para encontrar el
significado
de sus
trminos tcnicos
sino [un
4 1 [PrimerC d i g o C i v i lmoderno deFranc ia promulgado
p or N a p o l e n
I en 1804 ]
[67]
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68 JOHN STU RT M1LL
cdigo]
que contenga en s mismo todo lo nece
sario para su
interpretacin,junto
con una per
manente
provi s in
para su propia enmienda y
mejora. [Bentham]ha mostrado de
cuntas
partes
habra
de constar
un cdigo as ;
la
relacin
mutua
de
esas
partes.
Y,
mediante sus distinciones y cla
sificaciones,ha conseguido mucho en
lo
referen
te a mostrar
cules deberan
ser su nomenclatura
yorganizacin.
Lo que ha dejado sin hacer, lo ha
dejado de
tal
modo que resulte relativamente
fcil
que otros lo hagan. Cuarto: ha adoptado una
visin sistemt ica
42de las exigencias de la socie
dad
para las cuales el
cdigo
civil
est
pensado, y
de los
principios
de la naturaleza humana por los
que sus medidas han de guiarse; yesta
visin,
deficiente como ya hemos indicado) cuando se
tienenen cuenta los intereses espirituales, es, sin
embargo, excelente para esa gran
p o rc i n
de
leyes de todo
pas ,
que fueron
designadas
para
proteger intereses materiales. Quinto para no
decirnada de la
cuest in
del castigo, por la que
ya
se
h a b a
hecho
antes
algo considerable):
[Bentham]
encontr
la
filosofa
del procedimien
to judicial ,
incluyendola de las pruebasjudiciales
y
la
evidencia,en
un
estado
ms
lamentable que el
de cualquier otra parte de la
filosofa
del derecho;
y
sin
prdida
de tiempo lo
l lev
a un
estado
casi
perfecto.Lo dej
con todos sus
principios
yaesta
blecidos y con muy poco por hacer, incluso en
cuanto a sugerencias de arreglos
prcticos.
Estasafirmaciones enfavor
de
Benthampueden
dejarse, sin temor al resultado, en manos de quie-
4 2
V a n s e losPrincipios de Derecho Civil contenidos en
la
Parte
I I
de sus obras recogidas.
BENTH M 69
nes son competentes para juzgarlas. Hay ahora,
inclusoen los ms altos tribunales de justicia,
hombres a quienes las declaraciones
hechas
por l
no les
parecern
extravagantes. Los
principios
por
l
propuestos, uno tras
otro,
van
infiltrndos e
cada
vez ms en los entendimientos queestabanms
cerrados a su influencia, y
estn
por todos lados
acorralando
enelloselprejuicioy l a
insensatez. De
acuerdo con sus
principios,la
reforma de las leyes
de un
pas
puede ser
slo
gradual,y es posible que
tarde
mucho
tiempoen realizarse; pero
la
obra
est
en marcha, y tanto el parlamento como los jueces
hacen algo cada
ao ,
y a menudo de no poca con
sideracin,
hacia la
consecucin
dedichareforma.
Parece
aqu
apropiado que reparemos en una
acusacin
que algunasvecesse ha
dirigido
con
traBentham
y contra
elprincipio
de
codificacin.
[Se dice que] es como si quisieran imponer un
uniforme
prefabricado de leyes para todas las
pocas
y para todos losestadosde la sociedad. La
doctrina
de la
c o d i f i c a c i n ,
como la palabra
implica,
se refiere solamente a la
forma
de las
leyes, no a su sustancia; no se preocupa de lo que
las leyes debieran ser, sino que declara que,sean
stas
las que fueren, deben ser organizadas siste
mt icamente
y fijadas en una determinada
fr-
mulade palabras. Por
lo
que se refiere a la
acusa
cin
misma en cuanto que afecta aBentham,uno
de losensayosque aparecen en sus obras recogi
das ahora publicadas por primera vez en
i n g l s 4 3
constituye una
respuesta
completa: es
4 3 [Recurde s e
que una parte fundamental de la obra de
Bentham
vio
t amb in
la luz en
f rancs
en
ed i c i n
ya
c ls i -
ca
de
Pierre
t i enne
Louis
Dumond 1759-1829).]
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7
JOHN STU RT MILL
[e l
ensayo]
Sobre
lainfluenciadel tiempo y el
lugaren asuntos de legis lacin. Al l puede ver
se que las diferentes exigencias de las diferentes
naciones con respecto al derecho ocuparon su
a t enc in
tan
s i s t emt i cament e
como cualquier
otra porc in denecesidades que hacen de las
leyes algo indispensable con las
limitaciones
es
cierto
que debido a las imperfecciones de su
teora
de la naturaleza humana hay en todas sus
especulaciones.
Pues
al no tomarapenasen
cuenta como hemosvisto al
carcternacional
y
las
causas
que lo
forman
y lo conservan noesta
ba a su alcance considerar excepto en unamedi
da muylimitada las leyes de un
pas
comoins
trumentode
cultura
nacional:uno de susaspectos
m s
importantes y en el
cual
por supuesto las
leyes tienen que variar
segn
el grado ytipode
culturaque se haya alcanzado igualque un
tutor
da a supupilolecciones diferentes segnelpro
greso que haya hecho en su
e ducac in .
Las
mis
mas leyes no
habran
servido a nuestros antepa
sados salvajes acostumbrados a una ruda
independencia y a un pueblo de
asit icos
some
tidos
por
e l
despotismo
mili tar:
el esclavo necesi
ta
que le
e n s e e n
a gobernarse a
s
mismo;el sal
vaje a someterse al gobierno de otros. Las
mismas leyes no
servirn
a los ingleses quienes
desconfan de todo lo que emane de principios
generales y a los franceses quienes
desconfan
de toda lo que no emane de talesprincipios.Se
necesitan instituciones muy diferentes para pre
parar hasta laperfeccin de su naturaleza o para
constituir
en una
nac in
unida y en gobierno
social a un pueblo tan esencialmente su jetivo
comoel pueblo
a l e m n
y a otro tan esencial-
BENTH M
71
mente
o jetivo
como el del norte y el centro de
Italia:el uno es afectuoso ysoador;elotro apa
sionado y muy metido en las
cosas
del
mundo;
el
uno
confiado y
leal;
elotro calculador y
sospe
choso; el uno no es suficientemente
prct ico;
el
otro demasiado;
a l
uno lefalta individualismo;al
otro c o m p a e r i sm o ;el unofallapor noexigirlo
suficientepara
s ;
elotro por no conceder a otros
lo
suficiente. Benthamestabapoco acostumbra
do
amirarlasinstitucionesen
re lacin
conestos
asuntos.L os efectos deestedescuido se
perciben
desdeluego a lo largo de todas sus especulacio
nes pero no creemos que los errores a los que
esto
le l l e v
seande granimportanciaen
la
mayor
parte de lo que es el derecho c ivi ly penal; es en
e l
apartado de la
legis lacin
constitucionaldonde
s
resultan fundamentales.
La teora
de Bentham acerca del gobierno ha
armado tantoruidoen el mundo duranteestos
l t imos aos
ha ocupado un lugar tanvisible
entre las filosofas radicales y los modos radica
les de pensar han
participado
de su
esp ri tu
en una
medida que tanto excede la de cualesquiera otros
que muchaspersonasde
val a
imaginan que no
hay ninguna otra filosofa radical de considera
cin.
Dejando ahora que
esaspersonas
descubran
su
errorcomo puedan dedicaremos
unas
palabras
a intentarsepararlo que hay de verdad y lo que
de error en
esta
t eora
tan
c lebre .
Hay
tres grandes cuestiones en lo que serefie
re algobierno. Primera:
A qu
autoridades bue
no
para el pueblo que
ste
se someta? Segunda:
C m opuede an imrse l e al pueblo a obedecer a
esa autoridad? Lasrespuestasaestasdos cuestio
nes
varan
indefinidamente
segn
el grado y
ca-
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7
JOHN STU RT M ILL
BENTH M
73
se de
civil izacin
y cultura yaalcanzadaspor un
pueblo,
y
segn
sus aptitudes particulares para
recibir m s .
Viene
despus
una tercera
cuestin
que no
est
sometida
a
tantasvariaciones, asaber:
con
qu medios pueden controlarse los
abusos
deestaautoridad? De las tres,
sta
es la
nica
cuestin
de la que Bentham se ocupa seriamente,
dndole
la
n ica respuesta
que dicha
cuest in
permite: responsabilidad; responsabilidad para
las
personas
cuyo
inters,
cuyo
obvio
y
reconoci
ble inters,
concuerda con el
f in
que se persigue,
es
decir,el
buengobierno.
Una
vezadmitidoesto,
lo
que debemos preguntar
despus
es: en qu
corporacin
depersonasse encuentraesta
identi-
dad del inters
con
el
buen
gobierno,
es
decir,
con
el inters
de toda la comunidad? En nada, dice
Bentham,que sea menos que la
mayora n um ri -
ca. Y decimos nosotros: ni siquiera en la
mayora
numrica
en s. El
inters
de todos,seancuales
fueren
los tiempos y las circunstancias, no puede
coincidir
con el de una
porcin
de la comunidad
que sea menor que la
totalidad
de lamisma.Pero,
como
el poder que se da a todos mediante un
gobierno representativo se da de hecho a una
mayor a ,
nos vemos obligados a recaer en lapri-
mera de las cuatro cuestiones,estoes,
bajo
qu
autoridades bueno para
el
pueblo
que
ste
sepon
ga? Y, si la
respuesta
aestapregunta es que [el
pueblo ha de ponerse] bajo la[autoridad]de una
mayor a
de sus componentes, el sistema de Ben
tham
resultar
entonces
incuestionable.
Asumido
esto, su
digo
onstitucionales
admirable.
Ese
poder extraordinario que Bentham
posea
y que
consist a
en ser
capaz
de abarcar a un mismo
tiempo
grandes principios comprehensivos y
minuciosos detalles, se pone en funcionamiento
con vigor
incontenibleal
sealar
los medios para
impedir
que los gobernantes seescapendel con
trolde la
mayora,
para capacitar einducira la
mayor a
a que ejerza ese
control
constantemente,
y
para proporcionarle [a la
mayora]
servidores
que posean todos losdonesmorales e intelectua
lesdeseables,y que al mismo tiempo
estn total-
mente subordinados a su
voluntad.
Peroesestadoctrina fundamental de la
filo-
sofa pol t ica
de Bentham una verdad universal?
Es
bueno para la humanidad el que
sta,
en todo
tiempo
y lugar, se
si te
bajo la absoluta
autoridad
de la
m ayor a?
Decimos la
autoridad,
y no mera
mente la autoridad
pol t ica;
porque es
quimrico
suponer que quien tenga poder absoluto sobre los
cuerpos de
los
hombres, no quiera apropiarsetam
bin
de sus almas, no busque controlar
quiz
no
mediante castigos legales, pero s mediante pre
siones sociales) las opiniones y sentimientos que
se aparten de su norma y no intente configurar la
educacin
de
los jvene s segn
su
modelo,
el imi-
nando todos los
libros,
todas las
escuelas
y todas
las asociaciones deindividuosque decidan actuar
sobre la sociedad con la
intencin
de mantener
vivo
un
espritu
de discrepancia. Es
adecuada
la
condicin
del hombre, decimos nosotros, el
estar
en todas lasedadesy en todas las naciones bajo el
despotismo de la
Opinin Pbl ica?
Es perfectamente concebible que tal doctrina
sea aceptadapor algunos de los
esp ri tus
ms
nobles, en un tiempo de
r e a c c i n
contra los
gobiernos
aristocrticos
de la Europa moderna,
gobiernos que hasta donde lo permite la pruden
cia y,
a veces, elsentimiento
humanitario)
se fun-
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7
JOHN STU RT MILL
dan en el total sacrificio de la generalidad de la
poblacin
enarasde losintereses
egostas
y del
bienestar de
unos
pocos. Los reformadores euro
peoshanestadoacostumbrados a ver portodas
partesc m olamayor aera injustamente oprimi-
da, dondequiera pisoteada o, en el mejor de los
casos,ignorada por los gobiernos, sinposeeren
ninguna parte poder suficiente paraexigirrepara
cin cuando se la ofenda positivamente, [para
exigir]
que se le diera lonecesariopara su
culti-
vo
mental, o incluso para
protegerse
de ser sobre
cargada
de impuestos para beneficio pecuniario
de las
clases
dominantes.Ver
estas
cosasybuscar
el modo de ponerles fin mediante entre otras
cosas)la
concesin
de un mayor poder a la mayo
ra es lo que constituye el radicalismo; y es por
que tantos son los que en nuestro tiempo han
experimentado este
deseo
y han sentido que la
realizacin
del mismo era un
fin
al que
mereca
la
penaque los hombres dedicaran sus vidas, por lo
que una
teora
del gobierno como la de Bentham
fue favorecida por ellos. Mas,aunque
pasar
de
una mala forma de gobierno a otra sea el destino
fatal del
gnero
humano, los
filsofos
nodebe
r an
contribuir a ello sacrificando una parte
importante de la verdad con elpropsi todeser
vir
a otra.
La mayor a numr i ca de cualquier sociedad
debeconstar depersonasque se encuentrantodas
ellas en la misma
posicin
social y que tienen
bsicamenteel mismo
tipo
deocupacin:obreros
manualessin especial preparacin. Conestono
queremos mostrar hacia ellos menosprecio algu
no ;
cualquiercosaque digamos en contra suya,
podremos decirla
t ambin
de una
mayora
com-
BENTH M 75
puesta
de comerciantes o de
hacendados.
All
donde hay una identidad de
posicin
y de ocupa
cin habr tambin
una identidad deinclinacio
nes,pasionesyprejuicios;y conceder a cualquier
agrupacin de inclinaciones,
pasiones
y prejui
cios el poder absoluto, sin equilibrar la balanza
co n
inclinaciones,pasionesy prejuicios de una
clasediferente, es el modo dehacerque resulte
imposible
la c o r r e c c i n de ninguna de esas
imperfecciones, y que un
limitado
yestrechotipo
de naturaleza humana se convierta en universal y
perpetuo; y es aniquilar toda influencia que
tien
da a una mayor mejora de la naturaleza intelec
tual
y moral del hombre. S,sabemosque ha de
haber algn
poder dominante en la sociedad. Y
que la
mayora debera
ser tal poder es, engene
ral unaconclusin v l ida no porque sea justa en
s misma, sino por ser menos injusta que cual
quier otrabaseen la que dar asiento aestacues
t in.Pero
es
necesario
que las instituciones de la
sociedad seasegurende que van a conservar de
unmodo u otro, como correctivo contra visiones
aquejadasde parcialidad, y como refugio para la
libertad de pensamiento e individualidad de
carcter
unaconstantey firme
Opos i c in
que
haga
frente a lavoluntadde lamayora.Todos los
pasesque han continuado progresando a lo largo
del
tiempo o que han gozado de una grandeza
duradera lo han logrado porque han tenido una
o p o s i c i n organizada que ha hecho frente al
poder gobernante: los plebeyos frente a lospatri
cios, el clero frente a los reyes, los librepensado
res frente al clero, losreyesfrente a los potenta
dos, el pueblo llano frente al rey y la aristocracia.
Casi todos los
grandes
hombres que han existido
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7 8 JOHN STU RT MILL
otros requisitos se ha de intentar
tambin
lograr
los
sin perder de vista
aqulla. Y
en cuanto tiene
lugar
el menor aplazamiento en cualquiera de los
dos extremos ese
sacrificio
a menudo necesario
nunca deja de ir
a co m p a ad o
de malas conse
cuencias. Bentham ha
sealado
cuan absoluto es
estesacrificio
en las
sociedades europeas
moder
nas; cuan exclusivamente son
all
los
intereses
partidistas y siniestros el poder dominante
slo
controlado
por las limitaciones impuestas por la
opinin pblica
la
cual
alpresentarsesiempre en
el
existente orden de
cosas
como una fuente de
bien
Bentham fue llevado por
inclinacin
natu
ral
a exagerar su valor
int r nseco.
Estesiniestro
inters
de los gobernantes fue algo que Bentham
se
em p e
en
desenmascarar;
y en especial quiso
sacarlo a la
luz
cuandoestabaescondido bajo dis
fraces que incluso lo ocultaban a los hombres que
estaban
influidos
por l. El mayor servicio que
[Bentham]
ha prestado a la
filosofa
de la natura
leza humana universal es
quiz
su
explicacin
de lo que l llama
prejuicio
engendrado por el
inters
es decir la
co m n
tendencia que tiene el
hombre de
hacer
un deber y una
virtud
de lo que
en realidad es un buscar sus propios intereses. La
idea es cierto en modo alguno fue exclusiva de
Bentham;
los
artificios
por loscualesnospersua
dimos de que no estamos siguiendonuestras
inclinaciones
ego s t as
cuando de hecho s lo
estamos
ya
haban atrado
la
atencin
de todos
los
moralistas y
haba
sido demostrada por los
autoresreligiosos con mucha mayor hondura que
Bentham;pues
el conocimiento que
stos tenan
de las profundidades y complejidades del cora
zn
humano era superior al suyo. Pero es el inte-
BENTH M 79
res
egosta
en la forma de
inters
de clase y la
moralidadclasista que en dicho
inters
se funda
lo
que Bentham ha
explicitado:
el modo en que
un
grupo de
personas
que tienen mucha
relacin
entre s y queposeenun
inters comn
son pro
pensas
a
hacer
de ese
inters comn
su norma de
virtud;
y los sentimientos sociales de los
miem
bros que pertenecen a suclasehacen el juego a
sus propios
intereses
egostas;
de
ah
la
unin
tan
a menudo ejemplificada en la
historia
que se da
entre el
m s
heroico
desinters
personal y el ms
odioso
egosmo
de clase.
sta
fue una de las
ideas
directrices de Bentham y casi la
nica
mediante
la
cual
cont ribuy
a la
e lucidacin
de la historia
mucho de la cual excepto aquello que
esta
idea
poda
explicar
debi
de resultarle enteramente
inexplicable.
La idea le fuedadapor Helvetius
47
cuyo
l i b ro
e l Esprit constituye un traba
do y agudo comentario
acerca
de dicha idea la
cual
junto con la otra gran idea de Helvetius
la
influencia de las circunstancias en el
carc-
ter
har
que su nombre permanezca
vivo
al
lado de
Rousseau
cuando la
mayor a
de los otros
metafsicosfranceses
del siglo xvm
slo
perma
necern
en el contexto de la historia de lalitera
tura.
[Vase
nota
15 ]
8/10/2019 BENTHAM-John Stuart Mill
10/16
[9 . ]
[ B E N T H A M Y EL P R I N C I P I O
D E
LA U T I L I D A D ]
Quizpueda
sorprender al lector el que en la
breve
panormica
que
hemos
podido dar de la
filosofa de Bentham hayamos dicho tan poco
acerca
del primer principio de la misma con el
cual el nombre de Bentham se asocia
m s
que con
cualquier otracosa:el
p rincipio
de la
ut i l idad
o como dio
despus
en
llamarlo
el
principio
de
la mayor fel icidad. En ste unasunto sobreel
que
habra
mucho que decir si hubiera
espacio
y
si ello
fuera verdaderamente
necesario
para una
justa
va lorac in
de Bentham. En
ocas in
ms
apropiada para hablar de lametafsicade la mora
lidado en que pudierandarse convenientemente
las aclaraciones necesariasparahacer
inteligible
una
opinin
acercade un tema tan abstracto esta
ramos dispuestosa decir lo quepensamossobre
el asunto. Por el momento s lo diremos que
aunque
con las precisiones pertinentesesta
mos
enteramente
de acuerdo con Bentham eneste
principio
suyo no nossumamosa
l
cuando man
tiene que toda justa manera de
pensar
en los deta-
[8 ]
8/10/2019 BENTHAM-John Stuart Mill
11/16
82
JOHN STU RT M ILL
lies
de la moraldepende de su expresaafirma-
c i n
4 8
.
Creemos que lautilidad ofelicidad es un
f in demasiado complejo e impreciso como para ir
trasl como no sea a tr vsde una variedad de
fines secundarios conrespectoa los
cuales
puede
haber
y a menudo hay acuerdo entrepersonas
que difieren en lo referente a la norma funda-
mental por la que seguan yacercade loscuales
prevalece de hecho entre los pensadores una
mayor unanimidad de la que pudiera
esperarse
de
sus radicales divergencias en lo tocante a las
grandes
cuestiones
de met fsic moral. Como
los hombres estnms cerca de constituir una
sola naturaleza que de tener una y la misma opi-
ninacercade su propia naturaleza es msfcil
hacer que estn de acuerdo en sus principios
intermedios
vera ill et media axiomata como
dice Bacon que en sus primerosprincipios;y
el intento de
hacer
de la referencia de las accio-
nes a un ltimo fin algo ms claro de lo que
podr hacerse refirindol s a sus fines interme-
dios y de estimar su valor mediante una directa
referencia a la felicidad humana [ese intento
digo ] termina generalmente dando ms impor-
tancia no aesosefectos que son realmente ms
importantes sino a los que pueden se l rse e
identificarse
individualmente con mayor
faci l i -
dad. Quienes adoptan la
utilidad
como norma
pocas vecespueden aplicarla verdaderamente
excepto atr vsdeprincipiossecundarios; quie-
nes la rechazan generalmente no hacen otracosa
4 8 Todo lo que trato de decir ahora es queestamosmucho
m s cerca de coincidir con Bentham enestesu principio que
en el grado de importancia que l le
a tr ibuy
BENTH M
83
queerigiren primeros principios
esos
principios
secundarios. Es cuando dos om s deesosprinci-
pios secundarios entran enconflicto cuando se
hacenecesarioapelar a lgnprimerprincipio;y
es
entonces
cuando comienzal a
importancia
prc-
ticade la controversiautilitaria la cual es en otros
respectos
una cuestin de org niz cin y de
subordin cinlgica m s que deprctica;impor-
tante principalmente
desde
un punto de vista
cientf ico
como algo que contribuye a la unidad y
coherencia sistemtic s de lafilosof tica. Es
probable sin embargo quedebamosalprincipio
de lautilidadtodo lo que Benthamhizo;que
fuese
necesario
para
l
encontrar
un
primer
principio
que
le resultara
aceptable
y al que pudiera atribuir
comolgic sconsecuencias suyas todassus otras
doctrinas; [es probable] que para l la unidad de
sistema
fuese
una
condicin
indispensable de su
propio intelecto. Y hay algo ms quedebe qu
s ea la r s e .
Sea o no sea la
felicidad
el finltimoal
quedebereferirse la moralidad el que refiramos
st
a una
suerte
de
in
yno ladejemos enlos domi-
nios de un sentimiento vago o de unaconviccin
internainexplicable;el quehagamosde ellacues-
tinder zny dec lculo y no meramente desen-
timiento
es algo esencial a la idea misma de f i lo-
sof moral;es de hecho lo que
hace
posible que
haya disputa o discusin acercade
cuestiones
morales. Que la moralidad de lasaccionesdepen-
de de las
consecuencias
quest stienden a produ-
cir es la doctrina depersonasracionales de
todas
lasescuelas;que el bien o el mal de
esasconse-
cuencias es medido solamente por el placer o el
dolor es todoloque hay enla
doctrina
dela escue-
lautilitariaque es peculiar de
sta.
8/10/2019 BENTHAM-John Stuart Mill
12/16
84 JOHN STUART MILL
En
la medida en que la
adopcin
del
principio
de la
utilidad
leindujoa Bentham a
fijar
su aten-
cin
en lasconsecuenciasde las acciones como
consideracin
determinante de la moralidad de
las mismas [Bentham]
estaba
sin duda en el
buen camino; mas para avanzar por l sin per-
derse se necesitaba un mayorconocimientode la
formacin
del
carcter
y de las
consecuencias
de
las acciones sobre el
estado
de
n imo
del
agente
del
que Bentham
pose a .
Su incapacidad para
estimarestaclasede consecuencias
junto
con su
faltade esedeseablegrado de modestia que quie-
nes carecen de una competente experiencia pro-
pia
deben mostrar para con la experiencia que
otros tienen sobre esa parte del asunto
l imita
en
granmedida el valor de sus especulaciones en
cuestiones de
t ica prctica.
Cabe
t ambin
imputarle otro error que
sera
impropio
pasarpor
alto
porque ninguna otra
cosa
ha
contribuido
ms a situarlo en
oposicin
a los
sentimientos comunes del
gnero
humano y a
dar a su
filosofa
ese aire
f r o mec nico
y
antip-
tico
que caracteriza la idea popular que se tiene
de un benthamita.Esteerror o mejor
dicho
esta
l imitacin
le corresponde no en cuantopensador
utilitario
sino en cuanto
moralista
declarado; y es
compartida
por l con casi todos los moralistas
que se han declarado tales seanreligiosos o
filo-
sficos. [Dicha l imitacin]
es la de tratar la con-
sideracinmoral
de las acciones y de los caracte-
res como si fuera la
nica
cuando en
realidad
es
slo
una de las trespor las que nuestros senti-
mientos hacia el ser humano pueden ser debe-
ran
ser y nopuededejar de ser a menos que
nuestra naturaleza
quede
aniquilada
influidos
BENTHAM 85
materialmente. Toda
accin
humana tiene
tres
aspectos:
su
aspectomoral
que se refiere a su
bondad o
maldad;
su
aspecto
esttico que se
refierea su belleza; suaspectosimptico
que
se refiere a sus calidades
amables.
El primero
apela de suyo a nuestra
razn
y conciencia; el
segundo a nuestra
i m a g i n a c i n ;
el tercero a
nuestro sentimiento humanitario hacia el
prji-
m o.
Con arreglo al primero aprobamos o
desa-
probamos; con arreglo al segundo admiramos o
despreciamos; con arreglo al tercero amamos
nos compadecemos o rechazamos. La moralidad
de una
accin
dependede susconsecuenciaspre-
visibles;
su belleza y su amabilidad o lo contra-
rio dependen de las cualidades de las que [dicha
accin]
es evidencia. As una mentira
estmal
porque su efecto es
engaar
y porque tiende a
destruir la confianza
del
hombre en el hombre; es
tambin
algo
mezquino
porque es un acto cobar-
de
pues
procede de no atreverse a afrontar las
consecuenciasde decir la verdad o cuando
menos es evidencia de una
falta
de
poder
para
alcanzar nuestros fines haciendo uso de medios
nobles y directos loscuales se conciben como
pertenecientes a toda persona que tenga suficien-
te
energa
oentendimiento.La
accin
deBrutoal
condenar a sus hijos estuvo bien
puesello
era
ejecutar una ley esencial para la libertad de su
p a s
contra
personas
de cuya culpa no
cab a
duda; [la
accin
de
Bruto]
fue
t ambinadmira-
ble pues
hizo evidente un grado extraordinario
de patriotismo coraje y autodominio; pero no
9 [ ympathetic
en el original adjetivo quedebetomarse
aqu
en su sentido
e t i m o l g i c o ]
8/10/2019 BENTHAM-John Stuart Mill
13/16
86
JOHN STU RT MILL
hubo en ellanada
amable;
[dicha
accin]
no nos
permitepresumir que hubiesen en ella cualidades
amables, ni nos permite presumir que faltasen. Si
uno de los hijos se hubiese metido en la conspi-
racin
por afecto hacia otro, su
accin
hubiera
sido amable, aunque no moral ni admirable. No
hay
sofistera
que pueda lograr confundirestos
tres
modos de considerar una
accin;
pero es muy
posible adherirse exclusivamente a uno de ellos,
perdiendo de vista los otros. El sentimentalismo
consiste en poner los dos
l t imos
por encima del
primero;
el error de los moralistas en general, y
de Bentham, es el de suprimir por completo los
dos
l t imos.
Tal
cosa
ocurre, en grado preemi-
nente, en elcasode Bentham:
escriba
y
senta
como si la norma moral no es que solamente
debiera ser la
m s
importante que
debera ,
sino
la nica;
como si ellafuese la sola maestra de
todas
nuestras
acciones y
hasta
de todos nuestros
sentimientos; como si admirar o apreciar,despre-
ciar
o rechazar a una persona por una
accin
que
no produjese un bien o un
dao ,
o que no produ-
jese
un bien o un
dao
proporcionados al senti-
mientoalbergado, fueseunainjusticiay un pre-
ju i c io .
[Bentham]
l lev
esto
a tal extremo, que
haba
ciertas
frases
que, como expresaban lo que
l
consideraba que eran un aprecio o una
aversin
carentesde fundamento, no
poda
soportar que se
pronunciasen en su presencia. Entre
estasfrases
estaban
las de
buen
y
malgusto Pensaba
que era
una insolente pieza de dogmatismo en una perso-
na, el que
stacondenase
a otra en una
cuest in
de gusto; como si las complacencias y las aver-
siones
de los hombres hacia
cosas
en s mismas
indiferentes no estuviesen repletas de las ms
BENTH M 87
importantes inferencias en lo tocante a todos y
cadauno de los
aspectos
de su
carcter;
como si
los
gustos de una persona no mostrasen que dicha
persona es
juiciosa
o
estpida,
cultivada oigno-
rante,
fina
o burda, sensible o insensible, genero-
sa o
srdida,
benevolente o
egosta,
escrupulosa
o depravada.
Relacionadas con
este
mismo asunto
estn
t a m b i n
las peculiares opiniones de Bentham
acerca
de la
poesa.
Mucho
m s
de lo que
podra
decirse con
algn
fundamento se ha dichoacerca
del
desprecio que [Bentham]
tena
por los place-
res de la
imaginacin
y por las bellas
artes.
La
msica
fue su entretenimientofavoritoa lo largo
de suvida;[Bentham]estabatan lejos de menos-
preciar la pintura, la escultura y las otras
artes
visuales, que a menudo reconoce que son medios
que pueden emplearse con fines sociales impor-
tantes, si bien su ignorancia de los ms
ntimos
resortes del
c a r c t e r
humano no le
p e rm i t i
como
tampoco se lo permite a la
mayor a
de los
ingleses)
sospechar
cuan profundamente
pene-
tranestas
cosas
en la naturaleza moral del hom-
bre y en la
educacin
del
individuo
y de laespe-
cie.
Pero hacia la
poes a ,
entendida
sta
en su
sentido
m spropio,
la que emplea el lenguaje de
las palabras, [Bentham] no tuvo la menor predi-
leccin.
Las palabras,
pensaba
l,
pervert an
su
funcin ms
propia cuando se las empleaba para
decir
otra
cosa
que no fuera la estricta verdad
lgica.
En
algn
lugar de susobrasdice que, al
serigualla cantidad de placer, un juego
infantil
es tan bueno como la
poes a ;
peroestoes
slo
un
modo
paradjico
de decir lo que
podra
haber
dicho
t a m b i n
de las
cosas
que l valoraba y
8/10/2019 BENTHAM-John Stuart Mill
14/16
88 JOHN STU RT MILL
admiraba en grado sumo. Se le atribuye otro afo
rismo
que es mucho ms
ca rac t e r s t i co
de su
visin
acercade
este
asunto:
Toda poesa
es una
desfiguracin.
Pensabaque la
poesa consist a
esencialmente en
exageracin
efectista; en pro
clamar muy
enf t i camente
un
aspecto
de una
cosa,
y suprimir
todas
las limitaciones y restric
ciones. Este rasgode
c a r c t e r
nos
parece
un
ejemplocurioso de lo que el Sr.Carlyle50llama,
con
frase ocurrente, la
perfeccin
de los hom
bres l i m i t a d o s .
He
a q u
un
f i l sofo
que se
encuentra
ms feliz
dentro de susestrechos
l mi
tes, de lo que
j a m s
lo fue otro de alcance
indefi
nido:
[he
aqu
un
filsofo]
que se jacta tanto de
haberse
emancipado totalmente de la ley esencial
del
pobre entendimiento humano por la cual
ste slo
puedever bien unacosadecadavez,
que
hasta
es
capaz
de revolverse contra la imper
fecc in
y
p rohib i r l a
solemnemente.
S u p u s o
realmente Bentham que es
slo
en
poesa
donde
las proposiciones no pueden ser verdaderascon
exactitud y no pueden contener en s mismas
todas
las condiciones y requisitos con que es pre
ciso tomarlas cuando son aplicadas en la
prct i
ca?
Y a
hemos
vistohastaqu
extremo sus mismas
proposiciones en prosa
estn
muy lejos de
reali
zar
esta
Utopa;
e incluso el intento de
acercarse
a ella
sera
incompatible no
slo
con la
poesa
sino
t ambin
con la oratoria y con la escritura
popular de cualquier
tipo.
La
acusacin
de Ben
tham
es completamente
cierta:
toda escritura que
se propone
hacer
que los hombres sientan las ver
dades
adems
de que las vean trata
slo
un asun-
[Thomas
Carlyle
1795-1881).]
BENTH M 89
to
de
cada
vez, procura que
ste
quede
impreso y
establecido y que penetre y coloree
la
mente ente
ra del lector o del oyente. Queda
justificado
pro
ceder
as
si la
porcin
de verdad que se impone
de
este
modo es la que la
ocasin peda.
Toda
escritura
di r igida
a los sentimientos tiene una
natural
tendencia a la
exageracin;
pero Bentham
deber a
haber recordado que en esto, como en
otras muchas cosas,hemos de apuntar muy alto
para
asegurarnos
de lograr lo suficiente.
Deeste
mismo
principio
de Bentham provino
su estilo intrincado yenrevesadoque
hace
que
sus
l t imos
escritosseanlibros para el estudioso
solamente, no para el lector general. Esto
provie
ne de ese pretender constantemente alcanzar una
precisin
impracticable.Casi todos sus primeros
escritos y muchas
partes
de
los lt im os
son mode
los
como ya hemos observado, de un estilo
gil
entretenido y popular.
Podrahacerse
una colec
cin
enthamianaconpasajesdignos de
A d d i -
son
51
y
Goldsmith52.
Pero en sus
l t imos aos
y
en sus estudios ms
tardos ca y
en estructuras
sintcticas
latinas o alemanas,
ext raas
al genio
de la lengua inglesa. [Bentham] no
poda
sopor
tar, a
f in
de lograr mayor claridad y de
facilitar
la
cosa
al lector, decir como la gente ordinaria se
contenta con
hacer
algo ms que la verdad en
una frase, para corregirlo luego en la siguiente.
Todas las precisiones que
quera
hacer
insisti
en
ponerlas entre
parntesis
en medio de la frase; y
de
este
modo, suspendiendo con tan largas inte
rrupciones el sentido de la frase en
cuest in
y al
51 [Joseph
Addison
1672-1719).]
52
[Oliver
Goldsmith
17307-1774).]
8/10/2019 BENTHAM-John Stuart Mill
15/16
90
JOHN STU RT MILL
requerirse que la
atencin
del lector se detuviera
en lasideas accesoriasantesde que la idea
prin-
cipalhubiese sido captada porcompleto se
haca
difcil
sin previa
prct ica
seguir el
hi lo
de su
pensamiento. Es una
suerte
que
tantas
de las par
tes
m s
importantes de sus escritos se vean libres
de este defecto. Consideramos
s t e
como una
reductio d bsurdum
de las objeciones [de Ben
tham]
en contra de la
poes a . A l
intentar escribir
de un modo que estuviera a salvo de
esas
mismas
objeciones no pudo evitar
caer
en un estilo extre
madamente
ilegible. Y despus
de todo no con
sigui
lograr
m s
exactitud de la que es compati
ble
con opiniones tan imperfectas y unilaterales
como las de cualquier poeta o autor sentimental
pronunciadas a media
voz. Juzg ese
en
q u
esta
do se
encontraran
la literatura y la
filosofa
y
quposibilidad tendran
deinfluiren las
multi tu-
des si le
perm i t isemos
[a
Bentham]
su
objecin
y
prohib isemos
todos los estilos de escribir que
no pudiesen superar su prueba.
[10. ]
[ C O N C L U S I N ]
Debemos cerrar
aqu
estabreve e imperfecta
panormica
de Bentham y sus doctrinas. En ella
han quedado enteramente sin tocar muchas par
tes y a ninguna hemos hecho lajusticiadebida;
pero proviene por lo menos de un
estar nt ima-
mente
familiarizado
con sus escritos y constitu
ye casi el primer intento de valorar
imparcial-
mente su
carcter
como
filsofo
y el resultado
que cara al mundo han tenido sus trabajos.
Despus
de
todas
las
reservas
y ya se
habr
visto
si nos hemos o no nos hemos quedado cor
tos al expresar lasnuestras a Bentham sigue
correspondindole
un lugar deimportanciaindis
cutible
entre los
grandes
benefactores intelectua
les de la humanidad. Sus escritos
seguirn
siendo
po r
mucho tiempo una parte indispensable en la
educac in
de los ms distinguidos
pensadores
prc t i cos ;
y la
ed i c in
completa de sus
obras
deberaestar
en manos de todo aquel que quiera
entender su
poca
o quiera tomar parte beneficio
sa en losgrandes asuntosde la misma
53
.
Desde la primera p u b l i c a c i n de
este
trabajo se ha
publicado la brillante serie de personajes de
L o r d B r o u -
[91]
8/10/2019 BENTHAM-John Stuart Mill
16/16
Bentham
John
Stuart
i l i
Estudio preliminar
t raduccin
y
notas
de
Carlos
el l i zo
s