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Tema 3: Tipologías del siglo XIV-XVIII _________________Ainara Berdonces Goikoetxea
DEFINICIONES
ÍNDICE:
0. INTRODUCCIÓN: Diferencias tipológicas_________________________________________________ -1-
1. CASA-TORRE________________________________________________________________________ -2-
2. CASA FUERTE_______________________________________________________________________ -3-
3. CASONA____________________________________________________________________________ -4-
4. PALACIO____________________________________________________________________________-6-
5. CASERÍO____________________________________________________________________________-8-
6.BIBLIOGRAFÍA_______________________________________________________________________-11-
NOTA:
Los conceptos que se deben describir, son tipologías de la arquitectura civil regional que
tienen desde hace más de un siglo un gran trabajo de investigación, tanto por parte de
escritores literarios, como de historiadores, arquitectos y finalmente por parte de las
administraciones; desde que a mitad del siglo XIX empezó a dársele valor a la arquitectura
popular regionalista como un bien histórico-cultural y empezó una labor de sensibilización y
revalorización de este tipo de edificios, presentes en nuestra tierra, pero hasta ese momento
peligrosamente ignorados.
Al empezar a buscar información sobre ello, me he encontrado con una amplísima
colección de textos literarios, técnicos, tesis doctorales, etc. Dada la extensión de lo que ya se
ha escrito sobre estas tipologías, no me ha parecido adecuado escribir, sin tener una
experiencia o base sólida, un texto nuevo. Por lo que este trabajo, es una recopilación de
datos y textos (sujetos a modificaciones), más que un texto original.
Por otra parte, se ha tratado de hacer unas descripciones relativamente breves, que
ocuparan aproximadamente una página, para poder así formar una idea general de la relación
y evolución que hay entre las diferentes tipologías, sin entrar en datos más específicos.
Remito a los interesados en el tema a consultar los textos citados en la bibliografía o a otros
escritos por Yrízar, Caro Baroja, Lizasoro, Arízaga, E.Ortiz de la Torre, etc. Autores que han
tratado el tema con anterioridad y en detalle.
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Tema 3: Tipologías del siglo XIV-XVIII _________________Ainara Berdonces Goikoetxea
INTRODUCCIÓN: Diferencias tipológicas.
Los cinco conceptos que se describen a continuación, tienen como característica común
ser tipologías de la arquitectura civil del norte cantábrico (aunque algunos también lo son de
otras partes de la península) de los siglos XIV-XVIII.
Concretamente, arquitectura civil de uso privado, es decir, de uso de vivienda.
Las diferencias entre unas y otras de estas tipologías se debe principalmente, a
condiciones funcionales, debido a las necesidades de cada época, ya sea defensiva, de
trabajo o de descanso. Otra de las diferencias, es también la condición social, que divide la
arquitectura civil en dos variantes: la “arquitectura rústica o popular” y la “arquitectura
señorial o urbana”.
La primera, la tipología rústica o popular, está fuertemente condicionada y adaptada a
factores climáticos. Es una tipología estable, vernácula, que no sufre grandes modificaciones
estilísticas a lo largo de los siglos, puesto que no está ligada a las tendencias artísticas sino a
la las necesidades físicas de su tierra. Es por eso que la arquitectura vernácula es
representativa de su territorio y ofrece una visión regionalista o nacionalista de la
arquitectura. En cambio, la arquitectura señorial o urbana, propia de un estatus social, está
ligada a continuos cambios estilísticos, ya sean provenientes del exterior (como las
tendencias renacentistas o barrocas..) o provenientes del arte regionalista de la zona. Es este
último factor, el arte regionalista, el que más nos interesa a la hora de definir una
arquitectura propia del lugar.
“ La arquitectura popular, más que otra manifestación artística cualquiera, por ser
utilitaria, local y adaptada al modo de vivir familiar, constituye, con el lenguaje, uno de los
signos más distintivos de nacionalidad” Pedro Guimón, 1929. (2)
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TORRE y CASA-TORRE
Torre de Proaño. Casa-Torre de Ugarte. Casa-Torre de Calderón de la Barça
TORRE: La Torre es una tipología fortificada, que cumple la función de defensa, y a su
vez de vivienda. Son construcciones pertenecientes a la arquitectura civil, entendidas
parcialmente como reductos militares y que cuentan con elementos de fortificación –almenas,
cercas- más o menos desarrollados. (7)
Estas torres medievales abundan en la Cornisa Cantábrica. Fueron construidas en su
mayoría entre los siglos XIII y XV por familias hidalgas e influyeron notablemente en
la arquitectura montañesa, pasando algunas a ser casas-fuertes, preludio de la futura casona
montañesa. Un dato curioso es que no existen en la región torres circulares (a no ser en
algunas iglesias), como sí ocurre en la vecina comunidad de Asturias. Actualmente la
mayoría de este tipo de torres que siguen en pie o están en un estado deplorable de
conservación o han sido tremendamente transformadas. (9)
Las Torres solían estar aisladas y situadas en lugares estratégicos para poder defenderse
mejor. Son de planta cuadrada, tienen muros de mampostería, con esquinas de sillería,
entrada única, huecos altos irregularmente repartidos y estructura interior de madera. Tienen
de tres a cuatro plantas. La planta baja se destinaba a servicios, la principal a vivienda noble
y la última, descubierta, estaba almenada. La mayoría de las que aún se conservan pertenecen
a los siglos XIV y XV y dependiendo de su localización, se distinguen dos tipos básicos: las
torres rurales y las urbanas. (7)
CASA-TORRE: A partir del siglo XVI, con la unión de los Reyes Católicos, que trae un
periodo de mayor paz en la región, ya no interesa la función militar, pero las torres siguen
construyéndose y conservándose como signo de poderío señorial. Es entonces cuando, o
bien comienzan a transformarse las ya existentes, con volúmenes añadidos y abriéndoles
vanos más amplios o bien se inician las construcciones de nueva planta de las denominadas
Casa-Torre. Su evolución dará lugar en el siglo XVIII a la casona montañesa. (9)
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CASA FUERTE
Casa-Fuerte de los Escobar, Trujillo, Cáceres
La casa fuerte es una tipología de vivienda de la alta sociedad, surgida entre los siglos
XVI -XVII y desarrollada durante los dos siglos siguientes. Se caracteriza porque además de
servir como residencia de una familia principal y a su personal de servicio, cumple también
una función defensiva.
Su bolumen compacto y casi-militar resalta en un entorno rural de economía agrícola y
ganadera. Presenta una planta cuadrada, rectangular o en L, generalmente dividida en tres
pisos: Bajo, piso de viviendas y falsa o desván. Los dos primeros se organizan en torno al
amplio zaguán y a la sala, que suele ocupar casi toda la fachada principal, por lo que la
vivienda queda relegada a un segundo plano, protegida del exterior. Por el contrario, la falsa
o desván presenta comúnmente ventanas dinteladas, que facilitan la ventilación de la paja o
los productos almacenados. (5)
El elemento común en todas las casas fuertes, y sin duda el más representativo de ellas, es
la existencia de una torre en esquina –cuadrada o cilíndrica- que protege uno de los costados
de la casa y la fachada principal. Su función es totalmente defensiva y también su diseño: sus
vanos son mínimos, simples o en forma de gola para las armas de fuego; e interiormente sus
pisos son independientes unos de los otros, y únicamente se comunican con su
correspondiente planta de vivienda. (5)
Los muros de la casa fuerte están construidos con elementos gruesos como la
mampostería y el sillarejo, cuya resistencia, en estos casos no es tan valiosa como elemento
portante de la estructura sino como elemento protector respecto a posibles ataques exteriores.
Las esquinas y los enmarques de los vanos están acabados con piedra sillar, con una clara
intencionalidad artística. Además, las puertas principales, abiertas en arco de medio punto en
el centro de la fachada principal, presentan grandes dovelas y en la clave, o sobre ella, el
escudo de la familia.
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CASONA (4), (8).
Casona de Tagle, en Santillana del Mar.
El término Casona fue introducido por José María Pereca para referirse a la arquitectura
civil de Cantabria. La Casona o Casa montañesa es un tipo de vivienda regional propia de la
montaña de la Cornisa Cantábrica y el norte de Castilla y León. Tuvo origen en los siglos
XVI, XVII y XVIII. (1)
A lo largo del siglo XIX y primer tercio del XX se realizaron numerosos estudios para la
difusión y popularización de este tipo de arquitectura regionalista entre los que destaca el
trabajo de investigación de Caro Baroja, como precursor. Aspectos tales como la distribución
interior de las casaso el urbanismo aparecen estudiados en detalle. Según esos estudios, los
estilos más “selectos” fueron introducidos en Cantabria por los canteros que trabajaron
itinerantes por España; así como por la nobleza local emparentada, o emigrada, con el resto
de la nobleza española; y no existe una unidad estilística “regional” sino una variedad de
estilos. (3)
La Casona es, en principio, “casa de hidalgo”, con tierras, de mayor tamaño que las
demás, construida sobre “solares” ya antiguos de hidalguía. E.Ortiz de la Torre describe la
Casona con fachada de sillería, soportal de arcos o portalón profundo, balconaje de hierro
forjado, frecuentemente solana muy rica y gran escudo. Y sigue este autor la descripción:
“ La planta de estas casonas continúa siendo rectangular en la mayoría de los casos,
aunque con cierta tendencia a acortar la desproporción entre frente y el fondo. En la
primera crujía de la planta baja se encuentra el soportal, más o menos amplio, con una o
dos habitaciones contiguas, de acceso directo y luces a la calle por medio de ventanas
provistas de rejas; en la segunda crujía está el vestíbulo o estragal, de donde arranca la
escalera; el resto de la planta la ocupan los establos, bodega y depósitos de apreso de
labranza. El primer piso tiene una gran sala que comprende casi toda la primera crujía y
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una o dos habitaciones que comunican con otras interiores; al fondo se encuentra la cocina,
que suele hacer también veces de comedor y centro de reunión familiar, y es, por lo común,
muy amplia, con poyo bajo y ancha campana.
La construcción de estas casa suele ser muy esmerada y justifica la bien ganada fama de los
canteros montañeses. La sillería, bien labrada, ennoblece toda la fachada principal, así
como los cortavientos y parte de la lateral, donde luce el escudo de armas y algún balcón o
ventana. Las pilastras tienen basas y capiteles con molduras greco-romanas; los huecos,
siempre guarnecidos de sillería, están recuadrados con finas moldura; la cornisa se extiende
en la línea horizontal sobre parte de las fachadas laterales”. (4)
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PALACIO
Palacio de los señores de Lazkao, Lazkao.
El palacio rural es un tipo de edificio residencial de la arquitectura civil pero
perteneciente a la nobleza, hidalguía o a la alta sociedad en general. Aunque la terminología
utilizada es confusa y a veces se denomina palacio también a una casona ricamente
construida con arcos y piedra de sillería o perteneciente a una posición social más elevada
que las demás (1).
C.Díez menciona el palacio como posiblemente anterior a la torre. Por otra parte, es
frecuente que durante el siglo XVI los palacios se construyan como extensión de la torre
medieval y por tanto adosados a la misma. El palacio, al igual que otras tipologías
pertenecientes a la alta jerarquía social, están construidas en piedra, tanto en mampostería
como en sillería. Además, están ligadas a las tendencias estilísticas exteriores; J.J.Junquera y
Mato señala al respecto:
“[…] llegan a España en el siglo XV, probablemente, como tantas otras novedades,
desde el norte de Italia. Los modelos véneto-toscanos se reelaboran entre nosotros en
función de la tradición medieval y de la teoría albertiana, y de esta reelaboración –más
atenta al contenido que a las formas- nacen las “villas” hispánicas…”(3).
Palacios contruidos según los principios básicos de simetría y centralidad a partir del
Renacimiento, en la versión atlántica de casa sin patio –Villa Palladiana-. Palacios que en el
campo o en la ciudad sobresalen del resto del tejido edificado, por sus características
arquitectónicas y por su tamaño exterior. En el interior, la distribución es más compleja y
variada que la torre, la casa medieval o la casona. Edificios que tanto en el interior como en
el exterior responden de forma casi literal a tipos que sin apenas variaciones se repiten por
toda la zona. (3).
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La mayor parte de palacios del siglo XVII se construyen siguiendo los modelos
clasicistas de composición y construcción solida y sobria, sin solanas ni muros cortavientos,
pero con portaladas y patios cerrados por altos muros. Son edificios aislados de planta
cuadrada o próxima al cuadrado y cubiertas a cuatro aguas. Los palacios del siglo XVIII se
construyen por comerciantes, burócratas o indianos enriquecidos, con más lujo y tamaño,
coincidiendo con un período de prosperidad. Se siguen ya criterios estilísticos barrocos, pero
utilizados con prudencia y moderación, salvo ejemplos aislados, donde el desarrllo de
molduras y aleros adquiere notable desarrollo, al igual que la escalera principal,
generalmente de tres tramos y grandes proporciones. Estos palacios suelen distinguirse por
tener una capilla adosada o articulada al edificio principal y por estar emplazados
generalmente en una gran finca con jardín al estilo villa renacentista italiana.
El tipo de palacio con cuerpo central franqueado por dos torres laterales, es frecuente en
Asturias, en el País Vasco, en Galicia y sobre todo en Castilla, pero no en Cantabria. (3).
Es imposible describir todas los tipos y variantes de palacios. Sobre todo, porque como
ya se ha dicho, el termino palacio es muy ambiguo. A través de ellos, se produjo un mestizaje
entre lo vernáculo y lo clásico. Se pueden encontrar palacios clasicistas, construidos con
fachadas de sillería, a los cuales les ha sido añadida posteriormente una solana en la fachada
sur. Pero más comúnmente existe la situación opuesta: casas rurales a las cuales se les adosa
una fachada clasicista o simplemente arcadas de piedra y portaladas, etc., con el objeto de
ennoblecer la casa y que parezca una casa palaciega o una casona. En el primer caso resultan
palacios con ornamentos estilísticos locales, añadidos, y en el segundo, muy frecuente, el
resultado son casas rurales con fachadas palaciegas. (3).
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CASERÍO
El caserío es una tipológia de vivienda de la arquitectura rural vasca, que aun hoy en día
es muy común en Guipúzcoa, Vizcaya, Álaba, en norte de Baja-Navarra e Iparralde.
Es un tipo de vivienda familiar que acoge a diferentes generaciones, pero, sobre todo, es
la unidad básica de trabajo de la montaña. Está pensada y desarrollada para dar servicio a
diferentes actividades de trabajo agrícola y ganadero. Por eso, está fuertemente relacionada
con la actividad económica de sus habitantes, y muchas veces se le ha considerado una
máquina de trabajo, más que un edificio residencial. Su organización interior es totalmente
funcional:
Tiene planta rectangular y normalmente 3 pisos. La primera planta es básicamente de
servicio, donde se encuentra la gran cocina con fogón y, al fondo, -en el lado norte- los
establos para vacas, caballos y cerdos. El segundo piso contiene las habitaciones,
normalmente compartidas. Y por último, el tercer piso –directamente bajo el tejado- es el
ático o “ganbara”, donde se acumulaban los productos agrícolas como la paja o el trigo. Esta
“ganbara” está siempre muy bien ventilada a través de aperturas y ventanas, mientras que, al
contrario, el resto de la casa evita las aperturas; tiene vanos estrechos mínimos, para evitar
que escape el calor. El cerramiento, de un metro de espesor está hecho con materiales de
gran inercia térmica –piedra, adobe y/o madera- lo que ayuda a mantener una temperatura-
ambiente interior estable. Además, la fatxada principal y los espacios habitables están
siempre orientados al sur, para captar la mayor cantidad de radiación solar posible.
Un elemento importante en la fatxada principal es el portalón, que ocupa toda la crujía
central. Es un vano adintelado por una gruesa viga de madera, que forma un cobijo exterior
protegido de la lluvia y del sol y que hace de entrada y zona de bienvenida.
La parte de fachada sobre el portalón se construye con material ligero, hasta que el dintel
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queda sustituído por el arco que empezó a introducirse en el siglo XVIII. Hay caseríos
construídos en gran parte de madera y otros donde predomina la piedra según las regiones y
la abundancia de un determinado material de construcción. En combinación con la madera se
emplea el ladrillo creándose un tipo de casa que tiene un parecido sorprendente con las
casas de labranza de algunas regiones de Suiza y Alemania del Sur. Aún existen caseríos en
el país vasco, totalmente constituídos por un armazón de madera. Sin embargo por regla
general la planta baja solía levantarse con fábrica de mampostería, así como la fachada
expuesta a la lluvia. (2)
Muy característico en el caserío vasco es el alero muy volado, sostenido por altos
tornapuntas. Éste hace que el tejado cobre gran importancia, a pesar de no tener mucha
inclinación. La poca inclinación, quizá sorprendente en un clima de grandes precipitaciones,
se debe al material empleado: la teja abarquillada, que por su manera de colocar no admite
fuertes pendientes. Cuando las casas se cubrían con tablilla de haya (aún existen regiones en
los Pirineos vascos casas cubiertas de este modo y de empinadas techumbres) una casa
cubierta con teja debía llamar la atención. Puede suponerse que el nombre Teilaetxe -casa de
tejas- que frecuentemente se encuentra en los pueblos vascos debe su procedencia a esta
particularidad. (2)
Los caseríos vascos originales aparecían en la geografía de la montaña en lugares
estratégicos, rodeados de grandes superficies de tierra de labranza y para el ganado. Eran
unidades individuales, situádas a grandes distancias unas de otras y comunicadas por
caminos de tierra. Estas unidades estaban fuertemente ligadas a su tierra y a la familia. De
hecho, cada caserío vasco tiene el nombre y el escudo de la familia en la fachada principal.
Según señala Alfredo Baeschlin en su libro La arquitectura de Caserío Vasco, los
caseríos son posteriores a las torres:
“[…] Los nobles abandonan sus dominios campestres dejándolos en manos de caseros y
los caseríos de nueva planta que se edifican son ya del tipo que puede llamarse de paz.
Sin duda el más antiguo de esos aún es de construcción más reciente que las casas
torres. En muchos de ellos se emplearon materiales procedentes de torres demolidas, como
ventanas geminadas del último ojival, escudos visiblemente anteriores a la fecha de
construcción de la casa nueva, formándose a veces los dinteles con un pié-derecho de
enorme escuadría que antes formaría parte de la estructura interior de una torre.
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En otros casos es la misma torre que se va modificando, adquiriendo poco a poco
aspecto de pacífico caserío, embelleciendo el verde valle donde se halla enclavada,
recordando las enconadas y fratricidas luchas que se libraban en estos parajes donde hoy el
aldeano vive en paz y donde solo de cuando en cuando llega un eco lejano de lo que pasa en
el resto del mundo.” (2)
El Caserío Vasco es el mayor representante de la arquitectura vernácula del País Vasco,
puesto que está fuertemente arraigado y condicionado a las características de su tierra.
Como tipología popular, apenas ha sufrido modificaciones en su organización interna, ya
que responde a unas necesidades funcionales que no varían en el tiempo.
Sin embargo, el caserío no es una tipología propia de un único estamento social, sino que
en caseríos han vivido familias de muy diferentes rangos sociales; en un intento de
ennoblecimiento, su fachada y su aspecto ha sido expuesto a tendencias artísticas
provenientes de europa –renacimiento, barroco, etc.- y ha dado lugar a un gran número de
variaciones estilísticas.
***
El caserío, al igual que la casona, la torre, la casa-torre y
la casa-fuerte, son ejemplos de la arquitectura regional del
norte cantábrico. Pero, además, son testigos de que ésta no
era una zona aislada del mundo, sino al contrario, era una
zona abierta a las novedades y tendencias provenientes de los
movimiéntos artístico-arquitectónicos de cada época.
Puede apreciarse cierto mestizaje entre la arquitectura
vernácula y su reinterpretación de la arquitectura clásica,
pero aún así, supieron mantener la esencia de su propia
arquitectura a lo largo de los siglos, y hoy en día, esa
arquitectura rural es reconocida como bien histórico-cultural.
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BIBLIOGRAFÍA:
(1) Aramburu Zabala, Miguel Angel. Casonas, Casas, Torres y Palacios en Cantabria.
Tomo I. Fundación Marcelino Botín, Santander, 2001.
(2) Baeschlin, Alfredo (1992) La arquitectura del caserío vasco. Cuadernos de
Sección. Artes Plásticas y Monumentales (9). Eusko Ikaskuntza, Donostia-San
Sebastián. ISBN 84-87471-34-X
(3) Ruiz de la Riva, Eduardo. Casa y Aldea en Cantabria, Un estudio sobre la
arquitectura del territorio en los Valles del Saja-Nansa. Ediciones de Librería
Estvdio, Santander, 1991. p.276, 284,285.
(4) Ortiz de la Torre, E. La Montaña. p.45, 47 y 48.
WEBGRAFÍA:
(5) http://www.heraldaria.com/casa_solar.php
(6) http://es.wikipedia.org/wiki/Torres_defensivas_de_Cantabria
(7) http://www.portalcantabria.es/TorresF.php
(8) http://es.wikipedia.org/wiki/Casa_monta%C3%B1esa
(9) http://es.wikipedia.org/wiki/Torres_defensivas_de_Cantabria#La_casa-torre
(10) http://canales.eldiariomontanes.es/patrimonio/bienes.htm
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