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BERTÍN EL ENCANTADOR DE SERPIENTES -Personajes- Sr. Bracho Sra. Bracho Bertín Sabihondo pestaña Traficante Chico Policía 1 Policía 2 Tía Alicia Mencos el Mago Maestra Remolina Niños y niñas Entran papá, mamá y Bertín. Sr. Bracho.- (Rodeando a Bertín con su brazo) ¡Bertín Bracho! Tu madre y yo hemos decidido tu futuro. Sra. Bracho.- Así es hijo, por tu propio bien, serás neurocirujano. ¡Oh! Se van a morir de envidia mis hermanas. Bertín.- Pero… Yo ya tengo otros planes (Festivo) ¡¿Por qué no mejor Encantador de Serpientes?! Sr. Bracho.- Eso no te va a dar dinero muchacho. Tú tienes que ser doctor. Sra. Bracho.- Así es hijo. Es por tu propio bien. Bertín.- (Soñador, como ignorando lo que dicen sus padres) ¿Se imaginan? Entrenando víboras para que se enreden en mis brazos y en mi cuello. Sr. Bracho.- Eso nunca Bertín Bracho

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BERTÍN EL ENCANTADOR DE SERPIENTES

-Personajes-

Sr. BrachoSra. Bracho

BertínSabihondo pestaña

TraficanteChico

Policía 1Policía 2Tía Alicia

Mencos el MagoMaestra Remolina

Niños y niñas

Entran papá, mamá y Bertín.

Sr. Bracho.- (Rodeando a Bertín con su brazo) ¡Bertín Bracho! Tu madre y yo hemos decidido tu futuro.

Sra. Bracho.- Así es hijo, por tu propio bien, serás neurocirujano. ¡Oh! Se van a morir de envidia mis hermanas.

Bertín.- Pero… Yo ya tengo otros planes (Festivo) ¡¿Por qué no mejor Encantador de Serpientes?!

Sr. Bracho.- Eso no te va a dar dinero muchacho. Tú tienes que ser doctor.

Sra. Bracho.- Así es hijo. Es por tu propio bien.

Bertín.- (Soñador, como ignorando lo que dicen sus padres) ¿Se imaginan? Entrenando víboras para que se enreden en mis brazos y en mi cuello.

Sr. Bracho.- Eso nunca Bertín Bracho

Bertín. – (Igual) O enseñándoles a bailar salsa, mambo hasta samba. (Sale bailando samba con una víbora imaginaria y hace como que lo quiere asfixiar)

Sr. Bracho.- Tenía razón mi padre, ¡Esta juventud de ahora!

Sra. Bracho.- Es por su propio bien.

Salen.

Escena II

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La escuela.

Entra Bertín, trae un libro. Busca a alguien con la mirada pasan compañeros y compañeras con mochilas llenas de cuadernos y libros de trabajo. Algunas niñas pasan, él las saluda, y ellas lo ignoran riéndose. Entra Sabihondo Pestaña, el genio de la escuela.

Bertín.- ¡Sabihondo Pestaña! Precisamente a ti te andaba buscando.

Pestaña.- ¿QQu-u-é p-ppasa BBertín?

Bertín.- Te traigo una súper oferta bien chida (Saca de sus espaldas un gran libro) ¡Taráan! (Lee con exageración) “Tu cerebro, esa maravilla”

Pestaña.- (Emocionado) Que hermoso libro, ¿Me dejas verlo? (Se lo arrebata) ¡Qué belleza!

Bertín.- Y es todo tuyo por la mitad de su precio original, 50% de Descuento.

Pestaña.- (Voltea a Bertín viéndolo directo a los ojos) ¿Es otro regalo de tu papá verdad? Acuérdate lo que pasó la vez que me vendiste el libro de álgebra antigua.

Bertín.- Te prometo que ésta vez ni cuenta se va a dar.

Pestaña.- (Pensativo) Mmmm… Está bien ¿En cuánto me lo vas a vender?

Bertín.- (Haciendo cuentas) Pues… quinientos…trscientos…mm cincuenta pesos.

Pestaña.- Pero es que nomás traigo treinta.

Bertín.- (Resignado) ¡Vienen esos treinta! Sólo por que eres mi amigo heee. Oye este… ¿Nos sentamos juntos para matemáticas? (Salen)

Toca el timbre de salida. Correr de niños. Salen todos, queda sola la escena.Entra un traficante de animales con dos cajas con hoyos. Llega Bertín corriendo.

Bertín.- ¿Todavía la tiene?

Traficante.- (Volteando para todos lados). ¿Seguro qué no te siguió nadie?

Bertín.- (Extrañado) ¿Por qué?

Traficante.- No, por nada niño. ¿Traes los cincuenta?

Bertín.- (Sacando el dinero de su bolsillo) Sí, aquí están. (Se los da)

Traficante.- Hijo, ésta víbora fué clonada con el ADN fosilizado de una cobra oriental encantada por un mago persa durante el reinado de Darío I. Lo leí en la Internet.

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Bertín.- (Encantado por el amor a primera vista) Eres una víbora encantada. (Al traficante) Adiós señor vendedor de animales raros. (A la víbora) Voy a llamarte Pingo. (Sale)

El traficante queda solo en la escena. Entra un chico.

Chico.- (Cauteloso) Oiga, ¿Es usted el que vende una iguana siberiana?

Traficante.- Estás de suerte chico, precisamente es la última que me queda (Saca una iguana completamente blanca)

Chico.- Oiga pero está muerta, no se mueve.

Traficante.- Sólo se mueven cuando hace mucho frío. Por eso las llaman siberianas. Llega a tu casa y ponla en el congelador y en cinco minutos verás a tu iguana bailando “la Gasolina”

Entran dos policías con el pelo engomado hacia atrás, de traje y con lentes oscuros. Le enseñan sus respectivas charolas.

Policía1.- ¡Queda usted arrestado!

Policía 2.- Por tráfico ilegal y prohibido de especies inexistentes.

Traficante.- ¡Soy inocente! Yo sólo las vendo. Yo no sabía.

Policía 1.- Pues vas a tener mucho tiempo en la sombra para estudiar.

Policía 2.- Sí, maldito traficante. ¡Vamos! (Se lo llevan)

Escena III

Entra Bertín a su cuarto (que está hecho un desastre) con una caja agujereada y un libro enorme que dice “Manual del Encantador de Serpientes”

Bertín.- Por hoy ha sido suficiente entrenamiento, te vas a quedar aquí tranquilita mientras yo me voy a jugar. (Sale)

Escena IV

Entra el Sr. Bracho con una aspiradora.

Sr. Bracho.- (Molesto) ¡Liberación femenina! Opresión al débil, eso es lo que es. Si no fuera por que es su cumpleaños. Bueno, manos a la obra. (Empieza a limpiar por todos lados)

Se acerca a la caja peligrosamente con la aspiradora, y sin darse cuenta golpea la caja volteándola. Aspira hacia el lado contrario sin darse cuenta de que la víbora se

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desliza lentamente hacia él. Cuando está a punto de morderle el tobillo… llaman a la puerta. Sale corriendo y se oye la voz desde afuera.

Sr. Bracho.- ¡Tía abuela Alicia! (Hipócrita) ¡Qué gusto de verla!

Tía Alicia.- (Entrando delante del Sr. Bracho con un bolso de piel de víbora) ¡Cállate! La sinceridad no es tu fuerte. Hay una fuga de agua en mi baño. Y el agua baja en cascada por las escaleras y se cuela por el techo, así que decidí venir a quedarme con ustedes.

Sr. Bracho.- Pero si usted… (Se hace bolas apunto de meter la pata)

Se congela la escena y el Sr. Bracho va hacia el público.

Sr. Bracho.- (Respirando profundo) Tranquilo, tranquilo Roberto. Recuerda que la tía es inmensamente rica. Que tal si uno de éstos días me deja todo su dinero, podría poner mi propio consultorio en la Sevilla del Río, con quirófano y salas de recuperación (Vuelve a la escena) ¡Pase usted! Tiíta del alma puede quedarse aquí en la habitación de Bertín; acabo de cambiar las sábanas.

Tía Alicia.- ¿Y qué te dieron a cambio por las sábanas? (el Sr. Bracho confundido) ¡Bah! Voy a descansar un poco. He tenido un día muy pesado.

Sr. Bracho.- Sí tía querida descanse.

Tía Alicia.- ¡Ah! Y cuando me levante, me traes una tasa de té. (Sale el Sr. Bracho)

La tía Alicia se pone su gorro de dormir y se acuesta y empieza a roncar de inmediato. En eso aparece un visitante es el mago Mencos que viene a tomar cartas en el asunto. Lo primero que ve al entrar en la recámara es el hermoso bolso de piel de víbora de la tía Alicia. Se acerca.

Mencos.- ¿Pero qué te han hecho? No te han dado de beber agua. (Abriendo la bolsa) ¡Y mira cuántas porquerías te han dado de comer! (Vaciando los documentos y chucherías de la tía Alicia) Tendré que llevarte a casa para volverte a tu estado natural. (Salen)

La tía Alicia se despierta.

Tía Alicia.- ¡Haaa! Qué buena siesta y ahora mi tasa de té. (Va hacia la puerta y ve sus cosas sobre el piso) ¡Auxilio! ¡Me han robado! (Mientras recoge tarjetas de crédito entran los Bracho)

Sra. Bracho.- ¡Que no panda el cúnico! (Al ver las cosas tiradas) Seguramente el bolso se cayó, desparramó su contenido y se fue rodando debajo de la cama.

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Sr. Bracho.- Casi siempre hay una explicación sencilla para éstos acontecimientos dramáticos (Se agacha para asomarse bajo la cama y empieza a tener un ataque de histeria. Mudo)

Tía Alicia.- No entiendo por qué se altera tanto ¡Si es a mí a quien han robado!

Sr. Bracho.- Han sido demasiadas emociones para un solo día, con eso del cumpleaños, será mejor que me recueste un rato (Se desmaya)

La Sra. Bracho corre en su auxilio mientras la tía Alicia levanta las sábanas. Pingo queda al descubierto, y entonces sí, cunde el pánico. Todos gritan. El Sr. Bracho se levanta asustado y también grita. Bertín entra corriendo con un regalo y se cae encima de él aplastándolo. Se levanta y grita.

Bertín.- ¡Calma! Todo está bajo control (Corre por su mascota. Todos quedan en silencio asombrados) Es Pingo. Es tan mansa como una servilleta. (Poniéndola sobre la cama) Miren ya le enseñé a hacer la B de Bertín (Pingo no se mueve)

Tía Alicia.- ¿Y entonces dónde está mi bolso?

Entra el mago todo mordido y en sus manos trae el bolso de piel de la tía Alicia.

Mencos.- Ésta no es mi querida Godofreda. Es una boa constrictor, y por poco me mata.

Tía Alicia.- ¡Mi bolso J-Lo!

Sra. Bracho.- ¿Y usted quién es?

Mencos.- Soy el gran mago Mencos y vengo por mi víbora encantada (Ve a pingo sobre la cama de Bertín) ¡Oh! Ahí estás mi querida estrella del crepúsculo.

Bertín.- ¡Usted no se va a llevar nada! Yo pagué dinero por esta víbora y es mía. Además ya nos encariñamos (Forcejean por la víbora. Corren por todo el espacio. La tía Alicia abraza y besa a su bolso, en eso entra la Sra. Remolina, maestra de Bertín) ¿Maestra Remolina?

Maestra Remolina.- ¡A ver, a ver! Sigan con el relajito y les dejo a todos doble tarea. ¡Pongan atención! (A los padres de Bertín) Es hora de que ustedes, los padres, se enteren: (Con implacable regocijo) Su Bertín podría haber tenido madera para convertirse en un neurocirujano de primera… Si tan sólo hubiese habido (Señalando con el dedeo) ¡Una! Una sola neurona en la familia. (Sale)

Bertín va y recoge el regalo aplastado y se la da a su mamá.

Bertín.- Feliz cumpleaños mamá.

Sra. Bracho.- ¡Ay hijo! Gracias (Lo abraza)

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Sr. Bracho.- (Saliendo de su letargo) ¿Qué fue exactamente lo que quiso decir la maestra de Bertín? (Va hacia donde se fue la maestra Remolina. Confundido)

Bertín.- (Al Mago) Pensándolo bien, es mejor que pingo se quede con usted (Le da la víbora) He decidido abandonar mi carrera de encantador de serpientes y convertirme en neurocirujano.

Sr. Bracho.- Y para eso hay que estudiar mucho Jovencito.

Mencos.- (A Bertín) Si me permiten quedarme una temporada, podría enseñarte la ciencia de ver las cosas como realmente son. Tengo cientos de libros llenos de sabiduría…

Sr Bracho.- ¡Nada de cosas raras! Él tiene que estudiar!Bertín.- Ni hablar señor mago. Quédese con pingo y que le vaya bien.

Mencos.- Adiós familia (Se va haciendo cariñitos a su víbora) Ay mi Godofreda como te extrañé…

Sr. Bracho.- ¿Y como va mi campeón con el libro que le regalé?

Bertín.- este… papá ¿Me podrías adelantar mi domingo?

Sr Bracho.- ¿Para qué?

Bertín.- Es algo que tiene que ver con mi futuro como neurocirujano.

El señor Bracho le da un billete y Bertín sale corriendo.

Sr. Bracho.- Qué razón tenía mi padre: ¡Estos jóvenes de ahora!

Sra. Bracho.- Ya déjalo, y vamos para que te prepare de cenar.

Sr. Bracho.- Siempre tienes una buena idea. ¡Vamos!(Salen contentos)

TELÓN.