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BIBLIOGRAFIA FRANCO LOMBARDI. Concetno de Libertad, Editorial Tridente, S. A., Madrid, España, 1955, 195 págs: Traducción del original italiano al castellano por Constantino Láscaris y Guillermo Malavassi. El libro "Concepto de Libertad" de Franco Lombardi, es una obra polémica, en la que e! autor analiza diversas posiciones filosóficas acerca de! problema de la libertad, para llegar a establecer su solución personal: la libertad gravitan te. Antes de entrar en el tema central de su obra, la libertad, Lombardi define su posicón filosófica como una posición más acertada en- tre empirismo e idealismo. Critica a Platón y a Aristóte!es por haber colocado las ideas uni- versales como base de lo real, y a Kant por su "a priori" que establece principios fijados de antemano para conformar la experiencia. La posición de Lombardi es la de! realismo crítico: e! individuo es e! que construye e! mundo de la verdad, al colocarse como centro y sujeto del mundo real. Ese individuo tiene libertad aun para errar, posición filosófica contraria a la de Aristóteles y a la de Benedetto Croce. No es e! sujeto trascendental de Kant, sino el individuo concreto de Kierkegaard, con sus problemas personales. Lombardi postula "una nueva y acentuada criticidad" (pág. 14) en la sensación y en cuanto al sujeto trascendental de! idealismo, que debe ser sustituido por "la individualidad concreta del hombre singular" (pág. 19). Lombardi propone la auténtica vía socrática: un pensamiento que brota de la experiencia; el sujeto como fuente y como cen- tro de su experiencia, va construyendo su ver- dad. También ese individuo concreto va vi- viendo una ética, que no es la ética del deber por e! deber del imperativo categórico de Kant, sino una moral humanista, una moral de la dignidad: una vida es virtuosa cuando la juz- gamos digna de ser vivida por nosotros, por ser también una vida digna de los hombres. Pero el vivir de! hombre es algo concreto. La autoconciencia, como presencia de! sujeto consigo mismo, se da en cada hombre indivi- dual, en su realidad concreta del proceso de la vida. Además, el espíritu en esa vida está su- jeto a una dialecticidad, a una lucha continua para realizar lo que él escoge como valor, abandonando el no-valor. De ahí que la liber- tad del hombre, para Franco Lombardi, sea una "libertad gravitante", una libertad que es al mismo tiempo responsabilidad de los actos propios, y crisis, decisión crítica y continua en la vida. "Sólo nos es aceptable como con- cepto propio, y no espúreo, de libertad, el que puede dar razón de una responsabilidad de nuestros actos; sólo es aceptable aquel concepto de responsabilidad que permita comprender ... que nosotros hubiéramos podido proceder de manera diferente de aquélla, como de hecho hemos obrado". (Pág. 4S). "Se trata de! con- cepto de libertad (o de actividad de! sujeto) tomada constitutivamente como crisis, es decir, simultáneamente como sentencia y como deci- sión, en e! sentido filológico del término, y esto en cada paso y palabra que el individuo viviente debe realizar y que realiza de hecho por las vías cada vez más complejas de su vivir orgánico, de su obrar, de su saber psico- lógico y del pensar discursivo o lógico". (Pág. 4S) . Franco Lornbardi enfoca la libertad en tres planos: en el plano psicológico-moral, en el físico-cosmológico y en e! político-sociológico. En cuanto al plano psicológico-moral, el autor analiza las doctrinas sobre responsabili- dad y libertad: la doctrina clásica (libertad absoluta, a la que se agregan después condicio- nes para disminuirla ) ; positivismo y determi- nismo que niegan la libertad; el panteísmo que considera un espíritu universal con actua- ciones necesarias; el idealismo que es un de- terminismo racional. Frente a estas teorías,

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BIBLIOGRAFIA

FRANCO LOMBARDI. Concetno de Libertad, Editorial Tridente, S. A., Madrid,España, 1955, 195 págs: Traducción del original italiano al castellano porConstantino Láscaris y Guillermo Malavassi.

El libro "Concepto de Libertad" de FrancoLombardi, es una obra polémica, en la que e!autor analiza diversas posiciones filosóficasacerca de! problema de la libertad, para llegara establecer su solución personal: la libertadgravitan te.

Antes de entrar en el tema central de suobra, la libertad, Lombardi define su posicónfilosófica como una posición más acertada en-tre empirismo e idealismo. Critica a Platón ya Aristóte!es por haber colocado las ideas uni-versales como base de lo real, y a Kant por su"a priori" que establece principios fijados deantemano para conformar la experiencia. Laposición de Lombardi es la de! realismo crítico:e! individuo es e! que construye e! mundo dela verdad, al colocarse como centro y sujetodel mundo real. Ese individuo tiene libertadaun para errar, posición filosófica contraria ala de Aristóteles y a la de Benedetto Croce.No es e! sujeto trascendental de Kant, sino elindividuo concreto de Kierkegaard, con susproblemas personales. Lombardi postula "unanueva y acentuada criticidad" (pág. 14) en lasensación y en cuanto al sujeto trascendentalde! idealismo, que debe ser sustituido por "laindividualidad concreta del hombre singular"(pág. 19). Lombardi propone la auténtica víasocrática: un pensamiento que brota de laexperiencia; el sujeto como fuente y como cen-tro de su experiencia, va construyendo su ver-dad. También ese individuo concreto va vi-viendo una ética, que no es la ética del deberpor e! deber del imperativo categórico de Kant,sino una moral humanista, una moral de ladignidad: una vida es virtuosa cuando la juz-gamos digna de ser vivida por nosotros, porser también una vida digna de los hombres.

Pero el vivir de! hombre es algo concreto.La autoconciencia, como presencia de! sujeto

consigo mismo, se da en cada hombre indivi-dual, en su realidad concreta del proceso de lavida. Además, el espíritu en esa vida está su-jeto a una dialecticidad, a una lucha continuapara realizar lo que él escoge como valor,abandonando el no-valor. De ahí que la liber-tad del hombre, para Franco Lombardi, seauna "libertad gravitante", una libertad que esal mismo tiempo responsabilidad de los actospropios, y crisis, decisión crítica y continuaen la vida. "Sólo nos es aceptable como con-cepto propio, y no espúreo, de libertad, el quepuede dar razón de una responsabilidad denuestros actos; sólo es aceptable aquel conceptode responsabilidad que permita comprender ...que nosotros hubiéramos podido proceder demanera diferente de aquélla, como de hechohemos obrado". (Pág. 4S). "Se trata de! con-cepto de libertad (o de actividad de! sujeto)tomada constitutivamente como crisis, es decir,simultáneamente como sentencia y como deci-sión, en e! sentido filológico del término, yesto en cada paso y palabra que el individuoviviente debe realizar y que realiza de hechopor las vías cada vez más complejas de suvivir orgánico, de su obrar, de su saber psico-lógico y del pensar discursivo o lógico". (Pág.4S) .

Franco Lornbardi enfoca la libertad en tresplanos: en el plano psicológico-moral, en elfísico-cosmológico y en e! político-sociológico.

En cuanto al plano psicológico-moral, elautor analiza las doctrinas sobre responsabili-dad y libertad: la doctrina clásica (libertadabsoluta, a la que se agregan después condicio-nes para disminuirla ) ; positivismo y determi-nismo que niegan la libertad; el panteísmoque considera un espíritu universal con actua-ciones necesarias; el idealismo que es un de-terminismo racional. Frente a estas teorías,

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Lombardi afirma la suya: responsabilidad delindividuo en cada hecho histórico. La historiano es obra de un Espíritu universal que sóloquiere el bien, según piensa Crece, sino deindividuos humanos, pecadores, en los que lu-chan el bien y el mal. El valor moral lo rea-liza el individuo sobre sí mismo, pero sin ani-quilar su individualidad humana.

Lombardi critica después las teorías encuanto al plano físico-cosmológico de la liber-tad: Teoría Platónica (la libertad como inde-pendencia del espíritu respecto al cuerpo y ala materialidad del mundo). Es ésta una li-bertad abstracta e irreal, que deja sin resolvermuchos problemas. Materialismo: considera elpensamiento como producto del cuerpo. Nohay libertad, sino mecanicismo y determinismo.Lombardi rechaza la negación actual del prin-cipio de causalidad, oponiéndole el principiode la libertad y la vida, Max Planck y Einsteincreen en la determinación científica rigurosa;además, la ciencia no ha dicho aún la últimapalabra sobre ese problema. Vitalismo: prin-cipio de la vida, que dirige y regula la materia;cae en el determinismo, al observar las leyesfísicas siempre realizadas y confirmadas.

La solución de Lombardi es la libertadgravitante: cada individuo histórico, con ciertascircunstancias de lugar y tiempo, con influen-cias de los antepasados y de la humanidad,que, como dice Lombardi, "arrastra como ensí el peso de la materia, del cuerpo, de lossufrimientos, de la enfermedad, de la miseria",(pág. 146), pero que con todo ese peso serealiza mediante una decisión y un esfuerzo decada instante, es decir, con una libertad comocrisis.

En cuanto al plano político-sociológico dela libertad, Lombardi examina las teorías po-líticas, buscando su punto de partida. Lasteorías políticas que parten del individuo nologran fundamentar bien el Estado, como seobserva desde los gr:egos hasta el jusnaturalis-mo. Los derechos del individuo son los prin-cipales y se le resta valor al Estado. Este surgede un contrato entre los individuos, que nologra explicar muchos aspectos del Estado, porejemplo su poder sobre la vida de los ciuda-danos en caso de guerra. Para los jusnatura-listas, como Rousseau, el individuo es ante-rior al Estado. Las leyes del Estado estánincluidas en las leyes de la naturaleza, o enlas de una Razón eterna. El derecho y la jus-ticia se salvarían en un mundo ideal y eterno,

diferente de éste donde a menudo triunfa lainjusticia. Las teorías políticas que parten delEstado no pueden explicar la realidad de losindividuos. Se encuentran especialmente desdeel romanticismo alemán y desde el idealismo.Son doctrinas historicistas, sociológicas, positi-vistas, como el idealismo hegeliano, el marxis-mo, etc., que exaltan la obra del Estado y dela Historia, sin reconocer el valor del indi-viduo. Explican la sociedad y el Estado enforma abstracta. La Escuela Histórica del De-recho considera un derecho que correspondea una cierta sociedad en una cierta época; supeligro es el relativismo. Hegel inmerge laRazón divina en el proceso histórico; esa Ra-zón se va revelando al través del proceso his-tórico divinizado, La doctrina de Hegel, asícomo el marxismo, establecen un determinismohistórico, el primero de la idea y el segundode la economía; ambos incurren en otro error,el de terminar la Historia con un hecho seña-lado de antemano: la muerte del pensamientoy de la Filosofía para Hegel y la preponderan-cia de una clase social para Marx.

Franco Lombardi piensa que el contrato so-cial debe ser considerado como un asentimien-to tácito de los ciudadanos para pertenecer alEstado, pero sin que ellos pierdan el derechode crítica. El Estado debe respetar la libertady la responsabilidad de los individuos. Estosson capaces de corregir los errores de su orga-nización políticosocial y de encauzar de un mo-do diferente el curso de la Historia. El Estadose justifica como una necesidad de los indi-viduos y no como obra perfecta de un Espí-ritu universal; los responsables de esa obra son10$ individuos y los pueblos.

El libro de Lombardi es muy valioso, puespresenta la tesis de la "libertad gravitante"que renueva las energías del hombre para lalucha y lo hace triunfar de las limitaciones or-gánicas, de la herencia, de las malas condicio-nes del ambiente, de la miseria, de los sufri-mientos y de las dificultades de toda clase.La libertad gravitante nos permite hacernos loque somos, nos transforma espiritualmente me-diante la decisión, nos ayuda a alcanzar unasabiduría cada vez más profunda y una com-prensión más amplia de la humanidad. Perola libertad más elevada no fue un patrimoniode la humanidad desde su origen, sino quees la meta ideal que ha de alcanzar la socie-dad.

MARTA ]IMENEZ

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KARL ROSENKRANZ, Vita di Hegel, Traducción al italiano y notas de Remo Bodei,Vallecchi Editore Firenze, pp. 460. 1966.

Karl Rosenkranz nació en Magdeburg en1805. Desde 1824 estudió teología y filosofíaen Berlín, donde frecuentó los cursos de Mar-heineke, Schleermacher y Henning. Pero nofue sino hasta 1829 que conoció personalmen-te a Hegel. En 1833 pasó como sucesor deHerbart a la cátedra de Kónigsberg. Rasen-kranz, constitucionalista moderado y hombrede amplia cultura, fue uno de los más fielesseguidores de la filosofía hegeliana, represen-tando en la escuela el [uste-milieu entre losconservadores de la Derecha y el radicalismode la Izquierda. Ha dejado una vastísima pro-ducción, que comprende, además de las obras"sistemáticas" (System der Wissel/Schaft; Mei-ne Rejorm der Hegel' scben Philosopbie; Wis-senschaft der logischen Idee), varios ensayosde historia de la Filosofía, de Estética, de Po-lítica (Handbuch der allgemeine Gescbicbteder Poesie; Geschichte der Kartiscben Pbi-losopbie; Politiscbe Briefe und Aufrálze 1848-1856; Aesthetik des Hdsslicben; DiderotsLeben ),

Hoy que la filosofía de Hegel es para lacultura internacional fecundo terreno de com-paración, reflexión y de manipulación ideoló-gica, una más exacta valoración de la figura yde la obra del filósofo de Stuttgart ha llegadoa ser exigencia largamente sentida. Compren-der a Hegel significa, además, darle una di-mensión y una perspectiva histórica que pongade relieve los puntos de adherencia y de sepa-ración entre su problemática y la de nuestros

AGUILAR MACHADO, ALEJANDRO.pp. 35.

Ha llegado a mis manos, por gentileza dedon Alejandro Aguilar Machado, su concep-tuoso estudio sobre el historicismo de Dilthey,que ha venido siendo para él motivos de hon-das meditaciones y que conoce exhaustivamen-te: filósofo el más enterado de la obra dil-theyana en Centroamérica, a juicio de Láscaris,ese otro filósofo de relevantes méritos y bienconocido en Hispanoamérica.

Dada la importancia que han alcanzado enla actualidad las nuevas corrientes filosóficas,en particular la razón histórica del gran pen-sador alemán, he creído conveniente hacer al-

días. En este sentido, el libro de Roseneranzpermanece un instrumento de gran validez, yasea, porque no es una simple biografía sinoel desquebrajamiento de toda una época, o sea,porque proponiendo soluciones de mucha crí-tica reciente, o desenmascarando tantas preten-didas novedades, muestra claramente que espe-sor han alcanzado las frecuentes interpretacio-nes de Hegel.

Aparecida en 1844 cuando la Escuela sehabía prácticamente disuelto, la Vida de Hegelpuede ser considerada también como docu-mento autónomo de historia de la cultura, uno-de los últimos episodios de la polémica en elinterior del hegelianismo para establecer lanaturaleza verdadera de la enseñanza delMaestro: desde este punto de vista es una no-table contribución al conocimiento de la filo-sofía post-hegeliana del Vormarz, A pesar delas lagunas que después de más de 120 años deestudio y de investigación, que no pueden de-jarse pasar desapercibidas, la obra conserva to-davía intacta su robusta vitalidad. Esto no sig-nifica que los muchos méritos de este librodeban inducimos a aceptar todas las tesis deRosenkranz, ni tampoco callar sus posibles lí-mites ideológicos. La Vida de Hegel se in-serta como elemento insustituible en el ámbi-to de aquel corpus textual, cuyo conocimientodirecto y profundizado es necesario para laseriedad del debate alrededor del pensamientohegeliano.

]OSE ALBERTO SOTO B.

Historicismo O Metafísica, México, 1967,

gunas consideraciones sobre el particular, co-mo simple aficionado de la filosofía, y, comotal, sin pretensiones que no caben en quienescribe estas líneas. Desde fines del siglo pa-sado, la filosofía parece haber venido descen-diendo desde el vasto mundo de sus abstrac-ciones metafísicas, a un plano en que el Ser-ya al margen de especulaciones escolásti-cas--, se proyecta en perspectiva de dos di-mensiones: la del mundo objetivo, fenómeno-lógico, y la del interior o subjetivo. Valedecir, que se ha llegado a la plena aceptaciónde verdades que no pueden ser rechazadas,

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como producto de la experiencia personal, ensus relaciones con el mundo exterior y con elpresente histórico en que cada ser que sedesenvuelve, y, por otra parte, verdades quenacen de la razón pura y se hallan sometidas,consecuentemente, a normas o categorías onto-lógicas. Se perfila así, un nuevo carácter; elde sujeto, el de persona, el de ser biológico.Desaparece lo que era ente de razón para con-vertirse en sujeto que piensa, siente y actúa.Incorporado éste a la humanidad, en los diver-so, procesos históricos, conserva en la ampliay compleja trama de sus experiencias, y den-tro del ámbito social en que se desenvuelve,

. su poder creador que aliente en la mismidadde su ego. Tal es como interpreto una de lasdirectrices filosóficas que emanan del histori-cismo de Dilthey. "El ser humano, primerovive y después conoce" -dice don Alejandro.Yo agregaría -conforme lo que ve Dilthey-:y luego comprende, pues que en la compren-sión despierta el sentido trascendental de nues-tra existencia, como una flor translúcida. Sevive con todo lo que somos y pensamos, contodo nuestro ser orgánico, dice Carrel, en "Laincógnita del hombre". En las experiencias delser con el mundo, y a través de las adquiridasen el discurrir de las generaciones, el hom-bre se renueva, mas conservando su templeindividual por sobre los avatares de la histo-ria. De ahí ha surgido un nuevo conceptode la cultura en que lo vital demanda sus im-prescriptibles derechos. A este respecto, escri-be Ortega y Gasset -admirador de Diltheyy al que califica de primer filósofo del SigloXIX-: "El tema de nuestro tiempo consisteen someter la razón a la vitalidad".

y agrega: "Dentro de pocos años parece-rá absurdo que se haya exigido a la vida po-nerse al servicio de la cultura. La visión deltiempo nuevo es convertir la relación y mos-trar que es la cultura, la razón, el arte, la éticaquienes han de servir a la vida. La razón puratiene que ceder su imper:o a la razón vital"."En las experiencias de la vida, dice Dilthey,aquéllas que se basan en la realidad del mun-do exterior y en mis relaciones con él, son lasimportantes". Y escribe luego: "El complejode mis induce iones, la suma de mi .saber,reposan en estos supuestos, basados en la con-ciencia empírca''. iY todavía quedan filóso-fos que siguen captando al hombre, en di-mensión ontológica, como un inflexible es-quema mental! Viérales pasar por la calle yme darían la impresión de silogismo s que ca-minan. Transcribe don Alejandro, de Dilthey:

"La última palabra del espíritu no es la rela-tividad de toda concepción del mundo, sino lasoberanía del espíritu frente a cada una deellas". No sé por qué encuentro en Hegeluna identificación con dicha frase, cuando,empeñado en justificar la inestabilidad de to-das las diversas concepciones filosóficas queen el mundo han sido, expresa: "Cada princi-pio tiene que ser reconocido como necesario.Porque es necesario resaltar en una época comolo más elevado. Después se prosigue adelan-te, de modo que lo anterior es sólo un ingre-diente en la nueva determinación, en la pos-terior; pero el principio anterior es asumido yno rechazado". (Introd. a la historia de la filo-sofía, Ed. B.A., p. 82). Es decir, que talescambios, en el orden del espíritu y de la his-toria, son formas de una sola actitud perma-nentemente creadora, en la que, reteniendo elpresente una parte del pasado, va superándoseen. etapas sucesivas y hacia un fin imprevisible.Del hontanar de nuestras más íntimas expe-riencias (Dilthey las llama "vivencias") emer-gen impulsos vitales que se manifiestan nosólo en el ámbito de la creación artística sinoen todos los quehaceres humanos. Don Ale-jandro explica: "La vivencia es el hecho in-mediato; es la primera realidad del que sevive a sí mismo y vive en las cosas sin razo-nar las causas de tales actitudes. Es un pro-ceso anterior al del conocimiento". De losgrandes pensadores de los últimos tiempos sedescubren, en la ingente obra de Dilthey, as-pectos fundamentales que se entrelazan lógica-mente en la vasta malla del historicismo. Yes así como encontramos en ella la voluntadde vivir (Schopenhauer): la razón vital (Or-tega); el intuicionismo (Bergson); el ente, ensu problemática del Ser (Heidegger); lo feno-menológico (HusserI). Todo ello propendien-do a una captación del ser como persona, co-mo ser biológico. Hegel escribió un pensa-miento de gran significación. La historia-dijo- es la justificación de Dios. Diltheylo complementa tácitamente, como verdad des-prendida de su doctrina, y puede agregar:y ES TAMBIEN LA ]USTIFICACION DELHOMBRE; toda vez que al enlazar éste susexperiencias a las de generaciones precedentes,configura, mejor dicho, va configurando elpanorama real de su existencia dentro de sumismidad, y como voluntad de acción que loimpulsa espontáneamente hacia adelante, haciaun nuevo y más significativo estado de con-ciencia. Lo cual revela que hay permanentesconexiones y sentido lógico, difícilmente reco-

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nocibles, en la profusa urdimbre de lo histó-rico-social. "Las concepciones del mundo noson producto del pensamiento -explica elgran filósofo-, no nacen de la voluntad deconocer. La captación de la realidad consti-tuye un factor importante en su formación,pero no es más que uno. Surgen de las activi-dades vitales, de la experiencia de la vida, de

ANTONIO BALLI. No hay salvaciónde Biología, Cátedra de Zoología.Ciencias y Letras.

C. B. Goodhart, profesor de Biología enla Universidad de Cambridge, acaba de publi-car un artículo (A biological view of topless-ness. New Scientist, 1964) sobre la moda del"topless' en las mujeres. Estando el tema re-lacionado con el comportamiento social delhombre, me pareció interesante hacer un co-mentario con el fin de poner una vez más enclara evidencia hasta qué estado alarmante ydigno de piedad está encaminándose la huma-nidad.

¿Por qué ha tenido tanta repercusión en elmundo civil el hecho de que muestren o nomuestren el seno las mujeres? Parece que lainvención del "topless" fue nada más un expe-diente publicitario de algún interesado que loexcogitó por el simple gusto de verse mencio-nado en los periódicos, si la nueva moda hu-biera sido seguida, aunque fuera fugazmente,el resultado fue contrario a la expectativa.Todo el mundo está ocupándose del asunto,que se considera bastante raro.

Nuestra sociedad -dice Goodhart- essumamente sexual izada. Probablemente estosea la consecuencia de la vida tan innaturalque estamos viviendo. Trabajamos de noche,a la luz eléctrica, mientras deberíamos dor-mir. Dormimos en las mañanas de verano,cuando la luz del sol ya desde varias horasha hecho su aparición. Comemos alimentostan elaborados que es difícil conocer su ver-dadera naturaleza. No nos alimentamos cuan-do tenemos hambre, como hacen los animales,sino en las horas de acuerdo con el trabajoritual. Y así podríamos continuar una largaenumeración de hechos. Solamente una cosaexiste en común entre los hombres y los ani-males: la atracción física entre individuos desexo distinto. Es lógico -continúa el au-tor- que sea así: el hombre defraudado entodas las aspiraciones de su naturaleza, se

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la estructura de nuestra totalidad psíquica".Pensamiento que cobra resonancia en aquelde Goethe: "El hombre no se conoce a símismo sino a través del mundo que descubreúnicamente en sí, tal como él se descubreúnicamente en aquél".

JORGE SAENZ CORDERO

para los hombres. XII. DepartamentoUniversidad de Costa Rica, Facultad de

siente cada día más atraído hacia las cosasdel sexo, las únicas que no han sido sofistica-das por la civilización moderna, o lo han sidomuy poco. Una vez establecido que existe estetipo de interés, la sociedad pensó, sin tar-danza, en explotarlo. Pero, cuando se hablade sexualidad de la sociedad moderna -con-tinúa el autor- no se quiere decir que elhombre y la mujer de hoy día lleven una car-ga sexual superior a la de los hombres y delas mujeres del tiempo de Carlomagno, sinoque los hechos inherentes al sexo no quedanencerrados entre persona y persona, sino quepertenecen natural y diariamente a todos.

Que los hombres están viviendo una vidacada día más innatural lo dije yo también enotros capítulos de esta misma serie de traba-jos, llegando a la conclusión de que, si conti-nuamos a este paso, la especie humana tendráque desaparecer muy pronto. Ya poco de na-tural nos queda, y para luchar contra las ad-versidades del ambiente, que no son pocas y sídifíciles de enfrentar, tendríamos que recurrira las armas que la Madre Naturaleza nos donó.Pero desgraciadamente, no tenemos, de muchasde ellas, más que un recuerdo muy lejano.

Donde no estoy totalmente de acuerdo conel autor es cuando admite que la única cosaque nos queda en común con los animales esla atracción física hacia el sexo opuesto. Mien-tras los animales se buscan entre ellos princi-palmente con el fin de reproducirse, los hom-bres actúan, muy a menudo, como si fueransalvajes o locos, ávidos nada más que de pla-cer. Qué ejemplo más lamentable estamosofreciendo a los animales, a los cuales noqueremos reconocer ningún privilegio sino enforma inferior con respecto a nosotros. Lasituación que nos domina es algo desastroso; esla peor condena que pueda merecer quien co-mete delitos tan graves. El hombre de hoy ya

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no tiene conciencia de nada, ni respeta por símismo; prefiere gloriarse de sus malas accio-nes que de sus virtudes. Las graves preocupa-ciones que nos angustian en la vida las mere-cemos. La naturaleza es demasiado buena conhijos tan malvados.

A la frase de! autor que dice que la socie-dad humana moderna no presenta una cargasexual superior a la del tiempo de Carlornag-no, se le podría contestar que lo que varía es,tal vez, el ambiente de hoy día, que yo consi-dero mal sano y mucho más inclinado hacia elmal. Además, la gente moderna se gloria desus malas proezas. Los hombres admiten sen-tirse más hombres, y las mujeres más mujeres,si se demuestran a sí mismos y a los demás queviven lejos de la natura leza.

Todo el mundo -dice Goodhart- se in-teresó inmediatamente por la cuestión de si sepuede o no tener e! seno descubierto. Si el"topless" no ha tenido gran éxito desde elpunto de vista comercial, se debe al hecho deque en casi todos los países las leyes de poli-cía han intervenido prohibiendo su uso. Siea fuera por eso, continúa el autor, muchasmujeres lo habrían adoptado con la misma fa-cilidad con la cual se pintan los ojos y se de-pilan las axilas.

Lo que Goodhart dice no me convence.Muchísimas mujeres hoy se pintan los ojos,pero no pienso que las 'mi'smas se arriesgaríantodas a salir de' su casa en "topless", Seríaun paso demasiado largo que, tal vez, sola-mente mujeres de fáciles costumbres, podríandarlo: las mismas que lo hacen hoy día encualquier otro lugar, escondidas más o me-nos entre cuatro paredes, en compañía deotras mujeres y hombres, todos depravados.No sería entonces cuestión de número, segúnel parecer de Goodhart, sino, por lo menosen prevalencia, de ambiente.

El "topless" ha tenido un gran éxito por-que -dice Goodhart- el seno determina unacierta reacción por parte del hombre; proba-blemente por el hecho de que e! hombre nolo tiene y encuentra en eso el signo evidentede aquella diferencia entre él y la mujer, queestá en la base del interés sexual.

Tampoco esta última conclusión me pareceque tenga el valor que el autor le atribuye.Otros fenómenos deben intervenir, más es-trechamente relacionados con e! factor sexo.No es porque el hombre no tiene e! mismoseno que la mujer, que eso ejerce tanta in-fluencia en los hombres.

El hombre -dice Goodhart- es estimu-lado fácilmente a través del órgano de lavista. Es por eso, por ejemplo, que las foto-grafías de mujeres bonitas interesan a los hom-bres, contrariamente a lo que pasa en las mu-jeres con respecto a los mismos. Las mujeres,en cambio, son más sensibles a las excita-ciones táctiles.

Si el hombre se siente particularmente ex-citado por lo que ve, lo es todavía más por elcontraste de los colores. En efecto, una de lasrazones de la eficacia de! seno de la mujer esdebido, parece, al contraste cromático entree! color claro de la piel y e! color más oscurodel pezón y de la aureola. Si e! seno de lasmujeres negras y de piel amarilla es menos.atractivo que el de las mujeres blancas, de-pende de la falta de aquel contraste. Good-hart añade que la costumbre, por parte de lasmujeres negras, de mostrarse con e! seno des-nudo representa, por eso, un acto menos in-moral que si fueran mujeres blancas.

Una mujer con traje de baño, con trajede noche o vestida de tal manera que deja verla forma de! seno, pasa casi inobservada por laausencia de! contraste mencionado. Pero hayque pensar también al interés que despiertalo oculto, del cual Goodhart no habla.

El autor piensa que en contra del "topless'están dos hechos: la costumbre milenaria demantener el seno cubierto, y la hostilidadpor parte de aquellas mujeres que no presen-tan un seno suficientemente bien hecho paramostrarlo. El autor atribuye una de las cau-sas de este último inconveniente, a la costum-bre de las mujeres de ponerse, desde muyjóvenes, el sujetador, que obstaculiza el pasode la sangre que alimenta y da forma naturalal seno.

La conclusión del autor es que la moralno está ni protegida por una gran camisa quellega hasta los pies, ni afectada por el "to-pless". Como no es verdad lo contrario: quela moderna exhibición de piel quita la fuerzaal sexo. Si así fuera --continúa Goodhart-eso significaría que la atracción sexual es sólola consecuencia de que las cosas de! sexo están,aun hoy día, envueltas en un cierto secreto,y no que el sexo es una fuerza invenciblecuya finalidad es la conservación de la especie.

E-l autor podría en eso tener razón, perocon uria condición: que quien lleva el "to-pless" lo haga sin ninguna mala intención,lo qúe 'me parece muy raro, porque si así fue-ra no necesitaría seguir una moda de fama tan

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BIBLIOGRAFIA

incierta, cuando sería mucho más fácil y me-nos arriesgado continuar cubriéndose el seno.Hablar, pues, de una fuerza propuesta a laconservación de la especie, para mi no tienesentido en lo que se está tratando. Parece queel autor está buscando una excusa que lo libe-re de la responsabilidad de esta su rara rna-riera de pensar. Creo que él tendrá muy pocospartidarios: probablemente sólo o por lo me-nos en prevalencia, hombres y mujeres de lamisma incierta clase a la cual pertenecen lasmujeres que sigan la loca moda del "to-pless".

Goodhart termina su exposición afirman-do que poco a poco esta moda tendrá éxito.E~ dificil predecir el futuro, pero pienso quela profecía de! autor no se realizará. La so-ciedad humana ya está muy enferma pero, porlo menos hasta ahora -así lo esperamos-no tanto hasta e! punto de que se presentenlas mujeres en público, por así decir, desnu-das. Si hubiere mujeres que lo hagan, nopiensen ganar otra lucha en la vida. Habráhombres que las admiren y las cortejen, perono será más que por instantes, pues prontose darán cuenta de que las mujeres que estánadmirando son de todos. Y una mujer en

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común entre muchos hombres parece perte-necer a una exhibición de animales duranteuna feria, donde quien pague más se hará due-ño del campeón en venta. Se corre el graveriesgo, pues, de verse privado del animal porotro señor más rico. Es sabido que los hom-bres, al menos la mayoría, se vuelven locosfrente a ciertas mujeres. Pero que las muje-res no olviden, por su parte, que de estalocura los hombres pueden curarse. Las muje-res pueden usar, pero no abusar, de ciertoprestigio personal para capturar a los horn-bres, si no quieren caer en el olvido o serdetestadas.

De todas maneras, si la moda del "to-pless" llega a tener éxito, será otro ejemplodel abominable ambiente en el cual se estáahogando la sociedad humana, y de esta locu-ra todo el mundo tendrá que sufrir las graovísimas consecuencias. Luchemos y luchemossin descanso por un porvenir mejor de nuestraespecie. ¿Qué diría De Chardin de los "to-pless" si viviera aún? ¿Qué pensaría ahorade la socialización? No creo que eso puedarepresentar un punto en favor a su teoría.

A. B.