Billig Pensando y Argumentando

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  • I Bllllg, M. (2003) Pensando y Argumentando. Entornos. Revlsta de Dlvulgacl6n de las Clenclas Soclales. Vol. 1. NGm. 2, pp. 10-28. Unlversldad Aut6noma de Tlaxcala (Traduccl6n de L.A. Garcia Barr6n). PENSAmO PARGWENTMBO Michael Biltig

    I 'Ih&wiSn: Luis Albert0 Gxck Bank Semiaario de Memoria Colectiva y Olvido Socia!., Facultad d6 Psicoiogfa, WAN E& Las ciwcia &ims las relaciories entre idws antiguas y modem w n francamente claras.

    Se mbt: mueho d s b y sobre" d mmdo f ish de b que dgum vez se s u p en 10s timpos antiguos y, en c o m e ~ ~ ; i a , eI soporte de Ins tmrias antiguas t h e rmri poca cmpra~i6n corr d de sw contrapartes m o b m . Los rjue5os de los a l m s t a s de trpmmutat. metal simple en or0 oe ven ingemos ~uando se les pone jrmto a. la qtbica d e m . La s t i p r k i d a d de la eiea5-a modem se: bact: a h 116s dra.mhticamente obvk c u d o la tecnologh de hay es c o m p d a con la tecnologk de antaiio. No se requhe mmho estu&c~ para ccrmparar la mcho aaya vefmidad de un mche deportko con 1st de una carroza, el gran poder camputacional de m ofttenador con el. de un Abco, o Ias ~tqYaCi&da m&s impnentementf: desimc~ivas de un F-111 a unst catapuIta vieja R o m de madera y cuero- En cada c m , como en muchos otros, el rendimiento de la, tea~ofogia modema ob-te excede al de h maq-In mtigua

    Sin embargo, cuando es considerado el c a s ~ de la psicologfa o de las ciencias de la wmalem huwana, Ias carqmacim m son tan &d&es. La p&mIogk d e m no es tan cl-te superior a fa psicologia &igua como el coche depurtivo a la carroza Ni tampoco las splicwiones de h psiwbgfa m d m 6 su tbnica, Uevm marcas de superioridad incontestable. Esto no esth mris a% de todq duda que aikmr que, en un era post-Freudima o post-Spock, 10s padres descendimies & fikes y m a w e mhs cfignos que arAXi0mte. Ego pueck ser, pero La cuestidn no deb ser considerada con la m3sma rapidez con que sr: puede confirmar la snperioriciad del ordemdm sabre el &baco.

    En dgmos cams las t&micas psicol6gicas arrtiguas pueden ser blw supdures a &is modmas. El tenm de kt memoria propmciom un ejernf'lo. kos psi&Iogos lnodemos ban &dieado mucha hvestigaci6n d estudio de la memo&- Asi lo hicbroa tambiBn 10s ret6ricos antiguos, preClFsures de bs psIG6log0~ mdemos. P a r t i c d m e , 10s r&&cos anEigom procumron invmtar esquemas para exp& el niveI mhxal de fa memo& h m a , o'otertiendo tdgmos bgros prodigiosos, Se dice que un d g u o re26fic~ griego, Hippias, pdi& escuck &cu&lta nombres y repetirfos verbahente sin error (2). Sdneca, el sabio, presumia que podia rnejorar eso: decia tener la capidad de repet2 dos mif nombres ver-mte, ][nc&sc~ %new se quda atrib de Los iogros conseguidos por L e o . Se decia que M o mstumbraba llegar a la casa de s y W s desde la nxiibw, quedarse dmante todo el. dia ksta la pmsta dei ml, gr entonces rctcordar con total precisicin todos 10s detdes de cada oferta y cada venta (3).

    Los psiwbgos modmos no h d-strado ser igudes err caanto a estas lxwaihs de memoria. Tat-qpoco eBos him &do capaces de inverttar edmtegias que permitan a atros ampliar su rnemda a este grad@. SierYdo M o mi, Imy buenas mmes para no ser despe~tivo con relacibn a k s visiones mt~guas sobre la natwalw humans, De hecb, se pu& a k m r que la psicologia antigua es intemmk par prapia derecho, ya qw co~tiene idea que no d e h ser ?esecha& a kt &era. Adem&, b lasioms antigum tienea algo espm%co p& ofkcer a 1 s mod- t m r h psicologicas, especidinmk en el izrea def pensamiqlito. Lo: que la rethrica anti* enfatiza -y que ha sido perdido en much0 &I trabajo wderno- es h Lnportatlcia de la argumentaci6n, asi corn $a wconexi6n intima

    JUAN SOTOText Box Billig, M. (2003) Pensando y Argumentando. Entornos. Revista de Divulgacin de las CienciasSociales. Vol. 1. Nm. 2, pp. 10-28. Universidad Autnoma de Tlaxcala (Traduccin de L.A.Garca Barrn).

  • la efervescencia inteledud ocurre a la par de cmbios politicos y econhicos, corn si el curso de 10s aeo&ecimimtos en fa estnwtplra social se reBejmm en vida intdlectud de fa sockdad. La Atenas del quint0 siglo no era ninguna excepcibn de este es1aMa entre el ccamto social y el intefectua1: el desarrok del debate f&s&fim coincidib con el desarrollo de una formi dc demcracia Emhda

    La co&hi6n pditica e m e r g e pamiti6 a cuatquicx ciudadano bbfar en la @an AsanBle~. Desde hego, no todos 40s fiaBitantes de Atenas c a l i f i c h cow chdadanos: las mjeres

    competente en la oratoria publica y la argumentaOi6n. Para adaplarse a la cambiante estructura de la

    figwas intelectuales: 10s sofistas. Hombres coma Hipias, ~*rgiits-~ ~rotii~o>as fueron atraidos desde las- provincias griegas por Ias oportunidades of?eci& gracias a l entusiasmo de la sociedad ateniense.

  • 43 Los so&as eran una mezc3.a extraim; aaa. err parte exlucadores ofreciado cursos de retbrica, pa5 tambidn e m BtCIsofos que participab ferozmente en 10s debates de la tapca, de forma casi W6nica , atrayenda a grades mwhedamInes con sus CieshunIsrantes dmmstraciones de ingenio y amntac i6n . Los mks exitosos de ellos eran capaces de adquirk gfandes fortmas, gpm Writn y,

    , iinabmte, la a&ad etana de 10s tradiciondistas (7). Aden& de todo esto, 10s Sofistas erm expertus en ei discurso 0, p a usar el tCrmb Griego,

    en el "fogos". En c d 5 a e d u d n , pugairan por ensefiar a la jwentud el ate de retbrica, es deck, de como kb1ar prupiamente- Habia dus dimemiones en este arte del buen deck, las c d e s seguirian siendo de enorme importancia en la htstoria mbsaamte de k r&6ria. Por un Mo, el ''bztbfar propiamenteDf puede refe* a h pronunciacitin que sigue Ids chones Be1 buen gusto. En &:.cig\" intapretaci&, IwbIar biqn implica el hen gustu &&ticoy h atrega elegmte y uaa compfacimte Voz melodiosa. Por otra parte, puede ser interpretado tlo en t6&0s be norms esttiticas, sin0 en t&&os de 10s &e&s provoc;ados sobre 10s oyentes. Segk es& se&& irrterpretadb% ha& bien significa tener 6&o en el objetivo de convencer a la a~dienci~ indepndiezltemnte de si el memaje ha sida tramniijdo con buen g r ~ t o o no, Es este &ltima asp30 de la ret- -el ~ V O , rids que el estktico- el que post& mayor a-findad con la psicoiogia modema

    Si afguien es considerado como mr, experto en persmi611, entmm a ese mien: se te concede cierta pericia psico16gica Es aclamado por saber d m o b v e r 10s corclzones y fas mexrtes de la gente, asi coma etstder la ysicologia de @bli~o. La Ret:6r;i~a de &kt6tefes, mo de b s mi% finos manuales antiguos de retbrica, pretende ser un anitlis'is "de los &os de persuasi6n & 10s que se &pone" (8). Esto abarca m u c h de b s asmtos eslddiados por 10s psi~blogos soci&s mz~dmos: ctimo presentarse con ' e ~ en piiblico, si las attitudes pwden ser cambiadas, si es miis eficaz haca un M o emotional o radiod a ma audiencia, si es mejar c o l ~ a r los argumentos &&es de un discu-rso d e i p i o , en el medio o d M, etc6tera. En todos &os t6picos, m' curno en muchos otros, 10s psicirlogos sociala mod-s harr phteado %as missmas pregmtas qtre A.r&6teles. Lo que no se puede aflrmar & que la penpicacia de Aristdteles haya sido inferior a h de 10s psicrjlogos modemos, d m o s en e1 t. sentido err que se &.ma que el a h = de la teenologia usada en una catapults es inferior a3 de la tecnologh de un bomkdero F- 1 I 1.

    Existen m i s eskbones m e la psicologfa m o h y Ia re- de la Gr& an t ip . Se

    que no pudiem ser disipado por sus lecturs ~pecides para "asmnit d dolorn (9). Los psicoterapeutas modernos prefieren usar el 5enguaje de la enfemedad, en 1uga.r del de la persuasi6n: prefieren bablar sobre "pacientes", "edemedad mentalff y "curas ter&utiasn, Sin embargo, a1 persuadir a quien anda con ef &&no por el suelo a que se anime, q& m actiim de forma muy diferente a b de Ant'rf6n

    La ret6rica de fa Grecia: Arrtigua ke sdb d principio de rmsr badici.611 edmiva, qne tuvo una enorme importancia en la tradicitin InteIeW occidenta1. Casi sin izrterrupcibn hasta el siglo diechuwe, la rethrica deb& GQnservar su Iuga cw&d en ef. p h de esthrdioa Esto era tan importante desde m punto de vista pedag6gico en la tirania de fa Roma imperial, como lo habia sido en la demcracia Waha de Atenas. En la Ectad Media, el plan: de studios Ww, o trkhm, se bividfif. en tres partes: Idgica, rnaternhticas y ret6rica Desde luego, el contenido de 10s planes de estudios xet6riws no permanwiir cumtmte dmante esta largaa,his20ria, sino que fbe adaptado para wmidaar los intereses de cada tiempo y cada lugar, Por Qemplo, dwante el Renacimiento, el knfasis principal estitk sohe las dlrne&m est&ticas, mb tzia qrre persuasivas. En Grarr B ~ t a durante el sig1o dieciocho, bubo un creciente interds en la pronunciaciC,n, subre todo &re actores de la corte tales

    12

  • como Thomas Sheridan, @mes fueron capaces cte procutarse henos susientos iu$&Yend~ a bs j6venes.escoceses en cbmo perder su dialects nativo y hablw con correccih (10). La inqortmcia cducativg de la rei6rica qems pa& ser mtradick ni lo puede eminencia

    -.a 3,

    ' Intelectual de te6ricos ret&riws, incluidos personajes tan importantes wmo Ar&6teIes,. Cicerbn, 10 ~ r & , S . Agustio y Adam S& A pemx de todo esto, la ret6rica siempre ba sido an tema

    " sospecbow: 10s &gos de Plat& establecen m modelo, que posteriormeate seria reptido muchas vew. Ursa y &a vez en krs d&Iogos, 36mtes ~uestion6 la probidad de bs retirriws y atac6 la base moral & su dlscipfina S6crates acusaba a la ret6fica de no ser un tema intekduahente serio, sin0 que estah, sosteda, d Gvel de la .ax&mx dc kfieza y de fa cocirr;r ('I),

    Detr& de mucfia;3..& 1% sospechas exprmdas contra la retbrica habia mido. Este era el "

    miedo be que b s r&b+s en r d 8 d podrian h a . k &scubiato, o estaban &qwestos a &sr:urbrir, 10s secretes ocuftos de la persuasi6n -do hicieran este descilbrimiento, errtonces poseerian el poder de entregar memajm, i n c t q d n t m m e del merecer de su contenido, en ma =era irresistibkmente persuasiva. Equipados con 10s secretes ocultos de la comunicacibn, 10s ret6ricos eran capaces de d a ~ k el orden m a d a ya que eaos satdm coma haca apareca d peur argumnto

    ' corm el mejor (12). En d siglo veinze m temor s i m k ha sido expresad~ a1 respmo de la psicologla, y en

    particular sohe la psicologia social de la cornunicaci6a Ha existido el temor de que bs psiwfogos descu-m lo ~o~uita, 10s scxxeitos incms~ieates de la mentea y luego dimlgariarx estos secretos a poKticos 6 anunciantes. Poseyendo este valioso conocimiento y el poder de 10s medios de ccnneacicin modms, 10s po&icms y tm tmk tes estarfan en- pos3ci-6n de zrm5pda-t aukcias insos~hadas, desvdidm para oponerse a jas halSl.idades del comunicador. Asi, 10s secretes de la psicobgfa codai&n poda ilimitado a bs i6cidos. En bs diios 1930, afguncrs a b a d m e s dd ascenso deI nazismo consideraron que la llegada de Hitla al poder habia sido f* por alganos desmbr'~errtos psi!cof6gi~os. Hasta d g u o s psl~ijiogos i&mn qtre Hit& 10s empujara hacia d descubr'ierrto de las profwldidades de la mente incorwknfe, y que el fider mzi hubkse tenit50 dxito a enajem Jas ~~ de la vida mental p a sus propks fines ma1tvolos (13).

    Despds de la guerra, todavia permaqwh los ternores de que bs psict5logos hubieran destapado el p i e r de haca kit.mf% 10s mias argmrrentos sobre bs mejores. En 10s ailus Cirrmenk, habia, particulannente en 10s Estados Unidos, grim preocupacibn sobre el poder "de la percepcifrn subconsckntei1. Las ps%logos habiaa descubierto que bs mmsajes podn'an ser ditigihs sohe WG 1pantalJ.a tan rkpidamente que no p o d h ser rlatxbs pox la mnte cokente, pero b bastante despacio para ser registractas pm d cereko. Parecia la t b c ~ ~ a ideal psuea la maipukcibn de Zas masas, ya que el p6blico seria incollscieate de que 10s memjes habiiul sido c o ~ a d o s a su cerebro. Estorias de strsto c&m&da en h prc- popular. Por ejarql~, se ha reportado que mewjes corn "Compra Coca-cola", subcomcientemeute baa sido dirigidos sobe pantallas de cine, y e;l p6blico entero, a ciegas, ajenos a to& acfversijdad, se mvian dinere en mano hacia d qDiosw de: refrescos (!4).

    A pesar de es%m historias, cosa qrre la psicofogia moderna ha revehdo, wmiste en que m hay nbgh tmca secret0 que pu& ser puesto a fa disposicibn de ores poderasos. De Irechcr, 10s oradores aatiguos eran wmcien'tes be ego tambih En d &&ago de Cicm6q De oratorey Craw, el smmmente acertado orador Romano, es cuestionado por sus j6venes admkadores impacentes para que divulgue sus secret~s. 61 contesta que no hay lllistaios ocultos, d s a& del senfido GO& y tmbajo dux0 (15). La psicologia m'oderna, asjmismo, ha demostrado la complejidad htbita de fa com~caci6q y at2 conrpgejidad exchye la psibilidad de g-izar el &xito persuasive usando tm truco oculto. EBjer debi6 su 6xito a 1a volumkia co&raci6n de su pitblico, tanto como a su propio conocimiento de orator@ 'la percepcibn subcodente no trabaja mmo m

  • m

    43 &positivo persuasive. Por eI temor a h nxmipth~~ hrco-nte, es it&&-e ilegd mosttar me~l~ajes por tebvisi6n en una velocidad demasiado Apida para la percepci611 consciente. Sin embargo, cuando de v a m G@O tales m&jes son. mostradas, no parece haber ninguna consecuencia dram&& Pur ejemplo, recientemmte un mnsaje sukunscierite fbe kcluido en un espmtdmb satkim de la televkibn m r ~ i a l en Oran B r e w . El mensije em, "tos gnianktas de Imagen son increiblimellte buenos en fa canxi, Salga y acu&ese con uno &rat' (16). No habia nin&tma evidencia de quc: la dimcia de televisihn d ~ c ~ sus sskk en masa para vagar hcivamente par las c&s en busca de los escritores apropiados.

    A I I;' %& 1 . i : 5 f * ,

    I BPmSstEarn vlf U /h?tuhfrlu(r & M i + u m r s r d4b fh6 wtr.Ik p m d a ~ a t ~ . zua;, ilr'ri FSO i \ . t r rrw .U &*a ?k;t~n S rkilY, U ~wkf0- S!un~ uynnunhur C ? . e z ~ q e * ; & e & + ~ h ~ ~ ~ r i -

    w? omrt+lu. mnwarh tu(16- dia~wituktt.. tilr :uIzilcr, r a m mr ad uftiruni$it..z+ biizrfrr rh%~r?d"p~#ngcr rwirfrtt dixir~htwx.r jir6t- n t h s . $ r ~ r k r4.+,kt. m. Ntrm&ri~nrrn*li urn1 tr&&c di pmrG.t~~ I* n: &tAr wcnyrd umt. 2% p.7. UYU~~,%I%% I I U K ~ ~ U ~ L U if{iftf s w i t u F,* 4 r p ~ fee rn~kd.3 r pin mt&wa, a Jinv ~ u y t ~ i ~ u ' i1- rlrr fu &aru aafiarw A-ncpli:. rk,K~Yz P C&- io~ni r m . ~ ~ z N d m 521. n ynaht /tr r ' k d ~ ~ r ~ ~ tnr ff Wtrmrr rirthlsHff~ff rrq>*- h W ~imraRraRr r Swhnla ~ ~ r z c l e f m k - dtrs

  • puede ser muperado a partir del dmidado y "wad0 de mda" atndio de fa retbrica, d ma1 entrenaba a la gerrte para peasar argumentativmente. En ese sentido, la ret6rica revela que uw

    . d M 6 n del p d n t o es la conversacibn o argumataci6n silendosa dd a h a comigo misma La impomcia de esta hensi6n argumentativa olvidada, puqde ser vista a travBs de utla

    b e y par& comiderdn de fas dos t a h c i a s ea la trnrizacib cognoscitiva; (a) la tendencia , .( para revelar ias reglas que deben ser seguidas por el p e d e n t o exibso; y Co) la tetetldencia que

    bus@ mostm ks r e e s o p m c e d ~ n t o s qm en realidad sols seguidos en el pmc&entu cerebral de la informaci6n sobre el mmdo ex%m.

    / - . 3 ' ..

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    (a) L& regks del p"n&featto d o s o Mucha investigaci6n ha sido conducida por b s psic6logos copscitivos para descubrk lo

    que psicd1i)gi-e distingue el pendento acertado dei fi-=asado. Tipicameate, 10s psic61ogos se interesaron en este t6pico conocido corn "sohci6n de problemn. Pasticul~Ilte, tienden a investigar c 6 m ia g m t ~ soluciona, o no l o p suiucicnzar, pr~Heims Ibgicos o lziat&cos. Los problemas que 10s psic6logos pomn para sus voluatarios experimentales, tienden a ser 10s que pa& ser encontradm ~II c t o m t o s de matemiticas de G.C.E,, nivel 'Of: por ejenyrlo, problem sobs: r e h o y va&m(~nto de jarros de agua Be varios tam&os para depositar m volumen rqueridq cn rm bncp&: Los psicbl~gos fmri hrvdgado- los paws nlental-es qque; la g&e she; af inteatar solucionar tales problemas. Acfmhente, est4 de m d a &%I- modebs c o m p ~ a c i o ~ e s de e&s etapas de p d m t o , con el triste r d i a d ~ de que las cornputadoras pueda ser programadas para mluciom tales problemas de m e r a ~II&S &iente que 10s candidates de rive1 '0.

    El problma con'esta &ea de investigation es que el pewmiento tiende a ser cumparado eon kt mctra reso1uci6n de pbkmas, ~s~w~dm-mte con ei d m u W e n t a de sohcb4es en h gama restringida de problemas usados por psie6logos experhentales. En consecuencia, ven el pasmiento principahqrrte c o w urr saber que slgue re* qrre coducn a la solucih cmwta de tales problemas. Sin embargo, esto es una imagen muy estrecha del pensmiento, y sbb cubre una ii.accicin de lm oasas qug k gmte hace cumdo piema en su vida diaria, mhs que m queI10s momentos extraordinarios cumdo b s nive1es '0' son dcanzados (1 8).

    Pate- del proHma se derEva def hecho de q u ~ bs psic6logos rrsan gana estrecha de problemas cumdo sstudian la resolu~ibn de problemas. Estos tiendea a ser problem para 10s que h j r mia rap* conecia dmstrab3e. Cumdo esta soiuci&~ es descutierta, el problem teaaim, y no hay ninguna. aecesidad de mayor pamiento. Asi, la resolaci6n acatada de b s problem termina el poblmxx. Estm tipas de problem n?at&icos o k6gicos, que son 10s estuct ' is psi- 10s psicologus cognost;itivos, pueden describirse como estruduras &&asj puesto que son procedkieatos para ser seguidos hasta rescrlver, y asi disoiver, el problem.

    Sitl embargo, la enorme mayoria de psobfemas diarios que dejan perpleja a la gente en la vida ordharia no poseen taf a ; t m m M a . Por e&mpb, hs pfobkenrras be aim, cte po&la, de waIm el w&er de otros, de decidir qu6 hacer con nuestras vidas, no poseen ningh punto f x d de'b1e al que pa& Hegame por urta deCiuCGjdn conecta. Estos problemas se &erencian de los de la ibgim forad, en cuanto a que eltos poseen una estrwhm dkblt. y potenckhente Mia. Es precisamente de este t i p de p r o b b s , y no dcte bs de refirno y vachniento de jarros de agua, sobre 10s que bs : oradores discuten en tas asambleas publicas. Estas cuestionm de final abierto son las que constituyen el sujeto de la ret6rica Se dice que el &&sofo estoitu, h 6 ~ 1 de Citium, distmguia &re la &gim y

    ,la ret6rica mediante un gesto: represWa la f6gica sos t e~ado su puik apretado, e ilustraba la

  • . (

    El gRsto de Zm6n pwde ser intetpr@zido coma la sugdim de que kt tahgica exige ef: pemmknto avaro, rigmom, mientras el pensdento del disc- retiirico es mcado por el des&. Esta kte'pretacitin s e h ma skpBfiwi5n excesiva y d&ortwada. La difaencia eatre Za ldgica y la retbirica no radica principahente &re procesos mentales ccd'iscipl.inados" e "incf-finados". Lsbs &aencias reside4 en 38s diferentes m t u r a b de 10s problenias fhgicos y 10s retbricos, Los problemas de 16gica, induyendo 10s prob~emas tipicamente estudiados por 10s psicSlogos de resaluCi6n de bs problemas, ta~iiamente adden una sola saiuciirn. Cuaiquier respaesta except0 la salwi6n es incopx%a y esto &lo debid de ser producido por &gum infraccih:ff de kis3egtas correetas. Los ppoblernas de rqtcirim scm de un orden muy diferente, para 10s Wtes rx, hay wa sola respuesta cerrecta, cuya correccibn pmde ser contrastadtl con el razoaamie%fdurtr inwnecto que esth debtis de iztras respuesias. Los probfemas de reibrica no d& ser mhzcionadas - o disueltos- devmente por el uso de pmcedientos Ihgiws. For ejemplo, un desacuerdo polltico mtre un izqrdadista y m derechista xm surge porque m l& haya apxcxdo corre-t las leyes de la lcigica y el otro no. Ambs lados pueden discair su caso con i g d consistenciit 16.6gica, ya que fa diferencia entre eHgs ncr ha prove* de bs errores d+s razo&&u. 3u desacuado sex-& miis birsico que esto, surgira de gmuinos dilems o problems socides, para bs cuales se han'propwsto soiu~iones &tintas.

    Didgenes ,Laertes reMa quc: un jovm, perplejo pox el dilema de casrse o no, se werqd a %crates para pedk consejo. El gran B&sof~ se encagib de kmbros y contest6: ttcuafqraia msa que hagas, te mepentirks (20). Ninguna regla de ggica puede madim este tipo de difema. Adem&, en prubhmas de eate tipo && fa raiz dt m ~ h o dd pemamiwto cotictiaa-o, amqrre precisamme este tip; de diIemas son excluidos de la iwestigaci6n psicolbgica por una ecuaci6n dewiado simple de

    . 'pamiento en el enfoqke de la resoluci6n Ibgica de probfemas.

    (b) Las mghs 4el procesamiento de inrformacib~ La se&unda tendencia en psicofogia cognoscitiva se concentra en las maneras en que fa g&e

    i n t k e t a y experiments d rnundo. Err p;txitic&, ha sido acumflkda mucha eviden~ia para sugair que la f o m en que fratamas la informac3n sobre el mmdo externo es afect& s e a nuestros presupuestos. Los experimenters han demostrgdo d sorprend-texlte grado en.que b gate Et vews .VC justo lo que espera ver. Mucho trabajo en esta 6rea &a sido conducido por Henri Tajfd en sus ~%timoos~, Zrabjos, pro fe~r de psicologia s o d en k Universidad de BristoI (21). Yo &a aforttmdo de tener a Hemi Tajfel como mi supervisor de doctorado, y mis -0s trabajos en la psicologia social provhieron de esta tradicih de inv&igaci&n exp&me;ntaI (22).

    Tajfel y otros psic6fogos 5ocides kin argilmentado que nuestros sentidos son bomkdeados p o x demasida i n f d c i n en un momento dado. Ray dcmasiadas idgenes y Y d o s paxa que podamos prestar atm~i6a a todos e-lios por @I, por lo tanto, nueskros sentidos deben tratar la infomci~n a su dkpsic%n y deben selecciom ciertos aspectos po+ m d % de 'la atencih, mimtras dwtiende otros. Este proceso de seleccl6n no es akatorio, ya que nuestros cerebros siguen ciertas regfas procesates, Nuestros caprichos, motivaci~nes y e n c k de todo nuRstra srrposi~iarxes sobre la Elatu~aleza del mmdo, todas afedan la nmaaa en que la itlfonnaci6n sensorkt1 entrmte es procesada y xeducida a bime?rrsiones ~uaaejables (23).

    No d o nuostros caebros poseen reglas procesales para cop2ina.r vsbzos y sonios en imrigenes de bs objetos fkiws, sino que fmbik pseerrros regh sobre la mturztleza del mundo sgcial. En la investigacicja de la naturalem de estas reglas, 10s intereses de ps%bgos cogmscitivos sacides se supeqmen con 15s intereses cte ciertos soci6fogos y aniropcllogos (24). Los cient%cos sociales han acentuado que nuestras experiendias diarias son org&das por r egh sociales, que no 6 b nos hdblan de la naturalem del mwldo social, sino que tambi6n nos proporcionan informaci6n

    16 6 -c:.

  • '' sobre c6mo acim'de maflem apr6P;"da. Sirr tales re* o narmas, nasdros estariamos pqkjas ' paa saber corn actuar en la variedad de situadones en 3as que nos enmIltrantos,

    For ejenq,Io, p o d a s p r a m nu&a infonnadn sensorial m a decirnos que h situacibn en que nos e n c o n i b s es la de una coaferencia. Coaectadas a esta cIdcaci6n hay re& cmvencb&, Instnry&tctonas sobre &$no comportarnos. h aadiencia she pamane~a se;nbda,

    . a . caWa y parecer razonablemente &enta:'por ejemplo, el &dig0 estipula que si uno .queda d d d o , " hay que ktentar &tar ronquidds ruidosps. 'Pbr otra pa~tk, 'mnd'rcioaes difkentes es th estableciclas pitra el conferemista. W& exigencias relacionadas cbn el. a h apropiaao (para asegwmse que todo lo que,debe& team el Giafe arriba, de B-ek6cii Ib te&) y, de todo, el ~ d a & a sabe que, contrhrio d ktezicio de la-audimcia, debe"&&ener el flujo de la conversaci6n. Estas xeglas socses son autpconfunktn~es: si i k son &&&is: y h situa~~n trrmina sht rdnguna vergiinna sociat, entonces cada unoy ef c~*enci&'~, lq'audikncia, time mayor evidencia de que asi es la manma en q u e e I m u n d o s o c & ~ ~ . ' ', . >

    Todo esto '& ' m y ciertb, hay mby pocas dudas de que nuestras experiencias %itmente pueden &&rma~ m&m supoSi&nes s&hk d rnundo (25). M i m o es cbm que la vida social orgmkada no podn'a'dewnvo1vase sin la existencia de regh. Sin embargo, el error e d en mnsiderar &a forma de procesar h irihxtz* y seguh. regIas c m la base misnaa del peasamiento. Aunq& &o es judo b que esta linea de la psicobgia cogtlosciliva parece sugerir, con su Masis en krs arregIos ~ O ~ O S G ~ V O S y fa catdagaci6rr de informa~ih segh ciertas 'reglas prucesaks. Esta iimgen curiosafnente' rebaja h n&.iraleza del, p e d e n t o en si mismo, descn'biedo pracesos qrre son prin-ente irr&exivos. Esto d e m b adecuadme qrreUas ocasiones cuando irreflexkramente ~ g u b m s reglas mentales o socides de mod0 que hxts&eatmente cor&mm rmestras spsiciunes prehs. Sin emlmgo, esto es s6b la mitad de la fiistoria de la cognicitja Las regb no e&en $610 para ser seguidas--. tambsn tienen que ser ereadas, interpretadas y desa&das. C u d 0 Isr gente ham mtas corn, entmes ellus tienen 'be pensar, en lugar de seguk reglas irreflexivamente, Es este.aspecto del pensamlento, a menudo ignorado por los psic6logos wgnoscitivos modemas, ef que u m 6 r i q . q ~ ~ d pensador humno es que un ~iego seguidor de reglas. " La apr&d5n cogn&iva a Ia faicuIugfa social hpfiica &go pwr que la formula del pe&entu wmo un irreflexivo seguir i-eglas: impEca que el pensamiento es prindpahientd ma c o ~ c i B r l de prejuicios (26). SeguramerYte, kss psicx5Iogu.s socia1a proporcionado pnaebas - muy c o ~ e n t e s de la m e r a en que ia gente con prejuicios constantemente itrterpreta el mundo en una forrna citcuk qrre confiP.ma sus pmjuicios. fax- ejemp7.0, rm individua con un estereotiprr fuerte y desfa~or&le sobre un p p o &nko pa.i$icular, es pmpenso a prestar atenci6n especial a quellos naiembrros def grupo cuyo cxmp*&o cmdkm el estereotipo; adem&, el Midduo prejuciaso es propenso a pasar por &o a tudos aquellos otros miemhs del grupo cuyo camportimiento estA en discrepancia corl: ei estereotipo. La persona p~ejniciiosa no fagmrQ dar s 10s mie;mtnos dei gnrpo &co el kneficio de la duda, y cualesquier acci6n ambigm serit interpretada severamente. Por lo tanto, hbxB t d e n ~ i a s siste&cas en la fonna. en que la persam prejuici~sa p m ~ e ~ a Ia infami6n subre e3 gnrpo y sus mieedros. El. resultado neto ser6. que la gente con prejuicios mnst&emente vera evidencia wn sus pmpios ojos, y sblo h evidencia que cmfkma sus pores pejukios (27).

    Aunque hay much d e n c i a psicosocia3. que ilustra el grad0 en el que la genie prejuicosa w-tem&e re- scts M c i c r s , es una visibn eqwivwada cornidem este p r o w coma dgo subyacente a1 p e d e n t s en generaL Es excesivifmente pesimista suponer que todos necewiamente estamos cautivos en nuesiros prejuicios, o re& ds p r o d e n t o ' de fa Morrmci6n, asi como suponer que nunca podemos examlnar 'y hab1a.r' crfticmnZ.e de tales asmciones. Ademis, Ja desxipcgn psim16gici de la mmera en 'que se pueden wnfhar 10s

  • prejuicios, ni sipiera da plena cuenta de la m d d d de la persom prejuiciosa. Arin m~~talkl-ad- del fmatico no se descni totahente en t4lrminos de la confirmacirjn cognoscitiva de prejuicios.

    Hace unos &as, mprd un examen psicol6gico del Frerrte Naciunaf (28). Es di8cil encontra ma coI.eeci6n m;is prejuiciosa de individuos que no sean miernbros de1 partido fascists Ciertamente, 10s miernbros mostmron mdos de pmar & s e k & e rfgidos sobrc bs hombres de: color. Cuaiquier corn que la gente de color &a, sus acqiones son interpretadas bajo la hz d i s desfkvorable, y asi 10s f&tiws comp1etaron su prupio eh.cufo vicioso p s i ~ ~ & g i c ~ asegmhdose contiauamente mayores nevidenciias" para sus ohsesiones originaIes.

    4311 embargo, bay &is en ias m d a s del Rent6 ~ac ioml que solo ser una aatriz de informicicin organizada so%e hdividuos de color- El grupo tambih~ posee ma extmih ideobgia sobre conspitacanes c ~ ~ ~ W l e s y Illitos raciales. Taf. ideologia teje extrafios pa'trmes alrededm del mmdo social, y es ea si inisma una constfuccidn cogaoscitiva. Para crear y mantener tales creencias, es n e d o mostrat ciata haghacidn e hrgenio iute1e~~1.I (de aria varigd8d mE&ofir y IIena de odio 29). Ademiis, las creeaias de esta extra& ideologi'a eran argumentos. La ideologia fascists de ccmspiracii,n y &tos raciales era una critica deEEFaada de $as visiones no fbcistas. Esto no es solo una manera de organizar fa infonnacibn sobre la rraza, sino tambsn un desafio defiirado a la tolerancia.

    En este caso, 10s pemimieatos de 10s miembros d d Erente Naciuml no ocurriatl simp1emente a el interior del a&eo de b s creyentes individuabs. Los pensamientos tambiku pertemx~ a ua context0 argumentative Ms am* de critica y desafio. Esta doble bcalizxibn no esth codkada af pensamiento &scista, sin0 que hay urr. pmxto & generat Nuatras ~reencias y nuestras actihTdes mr ocwen meramente en nuestras czdxzas, sino que tamE61t pertemen a un contexto social de c0nt.roversia mas m p h :

    SignEcaBo argnmentstivo M a doble localizacibn puede verse en el caso de las actitudes, ya que una actitud es a la vez

    dgo personal, pertemxiate a un imkkluo, ad c m o cma postura dentro de ma controx.er&a mis q k El elemento personal es el asis obvio, y es tarnbik la dimensi5n que con rwb fiemencia estudlart 10s psic6lagos mciafes (30). P a m a s attitudes: si af&m es d e t d o en h cage par un empleado de MOW o Galhrp y cuestioaado sobre sus actitudes, d i e coIlteWa seriamente, "lo sierito, no tengo ninguTla aditud ". Td respumta err realidad indim'a una adtitud, y m y fuerte, hacia fas d c i o n e s de opini6n pizblica. Cuando contestan a las preguntas del encuestador, bs entreedados indim sus meencia:s psondes, y por tanto, algo sobre egos como iadividms. En ocasiones, esta infomacibn sobre aditudes puede revelar bastante, ya que 10s psicblogos han s~gaido que algrmas attitudes sociala y pcrlitiw de b gente puedm ser re1acionadas con q e c t o s profimdamente arraigados de b persordidad (32).

    AI indiw nuestras attitudes, b m s mirs que shnZJt-tc expresar nuestras pefsonales. Trtmbidn nos posicionamos dentro de una controversia pfiblica. Las actitudes que son imrdgadas por urr mndeo de ap&q est& todas r e t ac i c rh con asmtos de debate, en el que se puede esperar que las actitudes del pfiblico estkn divididas. Los sondeas de opirai6n pfiblica investigan cuestiones de pofitica, m a d o preferenccias de conmmo, y sohe atas cuestiones probablemente habn.6 ciertas attitudes y contra-actihrdes. Seria inadecuado b y dia parar a 10s peatortes en la d e para preguntarles sobre sus actitudes hacia cumiones que de ningwla m r a mn polBmicas. Pod& haber sido apropiado haber -'&dido a un miiguo peatrin Griego hdicar su acuerdo o desacuerdo corr la paId& deckacibn de; que: " fa precipitacibn es caumda por Zeus orinando a traves de un fa.&z7', Hoy dia, con la total mperaci6n de esa controversia, la pregunta es

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  • I I personal sobre el individuo que sostiene una actitud. Adiciomhente a su importancia individual, + ma acthd time m s i ~ c i i d o social, ya qrre uEm a1 W&w en una contrmmia &is q l i a De

    t : este modo, mdsfxas sctitudes se refieren no solaente a las creencias que podamos tener, sin0 que tambih kcen refmewkt a Eas pc~siclomes a que nos opmmos en un debate pfibjco. i

    La pnopia palabra *argumento'" expresa la misrna duafidad individuo/ sociedad, ya que la p&& puede s a krtqetada individwhnmte o smdmmtc:. "Argmnentd' sign&a &icmente debate o eerencia de opini6n entre dos o m b personasy hs cuales discuten frmte a &ate. Sin cshxgo, tambib existe nn s i w Individual, sem d c-ual un ar&tmrento es un fragment0 particular de ran mnamiento. Por ejemplo: cuando un. conferencista expone una postura, se pede haMm de la lectara como "km argumenton. Desde el momento en que &lo una persum e&& habkmd~, 1 la pakbra hace referencia a una pieza individual de discursa, & que a un confkto de opiniones i opuatas.

    Cuando enwntrms pa1.iih-a~ con d s de un significado, es $id enojarse por la confusi6tl del lenguaje or-o e irztroducir neoiogismos qrre mblan bs dktinrciones f h s en el habb c o t i d b Sin embargo, a veces los midtiples sigdkados del fenguaje ordinatio pueden expresar proi5mIas intuiciuries, tala como las observaciones del pasado sabre ~trm la conexion entre las cosas ha sldo incofpomda en la estructma semhtica de 3as p a l a b . Los dos si@cados de la palah "argumento'"oveen rm .jenq31o de &o. E2 argamento de m a pieza pirt.iwk de r amwento discursive &a rekicionado fimdmentahente con el significado biisico de "argmxxto" mtddo corn debate mke personas- E3 c u d e r e ~ : i s qne desimolla una postura, o zgwneato, da1-6 las jMIticaciones de la misma con el .fin de prever y desviar a 10s crfticos potenckdes. fnchxso, c d o m cl mnferenc5st.a intente; exelair las visiones ~~ def. agumxto principal de la lectura, atas serh criticadas impgcita o expficitamente. Fomulando justificaciones y desvimdo criticas, el confermista ~&IXK~ m u si se encamara en rm debate, y, de ma manera, Za comcci6n de un a&umento individd o pieza de razo&ento discursive, se re& cow, si fuaa parte de un argument0 eatre personas. A& una codmencia es d s que un evento f& en el que el conferencista y la a u d h i a intentan seguir, respeciivamente, las reglas sociales sobre el habla y d & c i ~ Una coI$erepx:ia es tan&&, o detperia serb, rm argwaato en mnbos sentidos del t6rmino. Conforme hs palabras del confiencista salen de su boca, elfas batallan con hs que el conferencista qukre re&=, y que may bien poddan estar cirdmdo en h mente de k aa&-,

    Desde este pmto de vista, se puede sugerir que no podemos comprender el si&cado de una geza de razonamieto dkursivo a menos qutr sepanos q k psiciones & d s esth siendo rechazadas knplicita o expficiitamente. De la misma forma, no podems comprenderr hs attitudes de un hdividuo si ignoramos H controverskx msis ampfia en h cad est& locxikadas~ En otras paHbT* el S-G~~Q de una piem de razonamiento discmsivo o de una actitud exprqsada, no reside mermente en d agregado de d ~ c i o ~ de diccion;pio de fas @bras wa&s para expresar una postura, sin0 que tambien reside en el coniexio argmentativo.

    Se pmde ofrecer m ejemp1o para ilustrar este pt&o. El ejempla tiers que vex con m ret6riw del sigIo diecinueve, autor de1 Ebro de texto EZementos de retbrica: Bishop Wtely. Este trabajo buscab elevar d nivel de la omtolia de "'pfi!pita'',en fnglaterrq aunque d&e admitirse que, a pesar de lo digno que el libro de Bishop d e b haber sido, es m tmbdo extremadamente aburrido. Sin embargo, Whtely escri.bi6 tambik un best-seBer, el cud se con.virti.6 en an asurrto ccrmpletmente cfiispeante. Titulado: Drdas historicas refativas a Napoldn Bonqatrte, tuvo numerosas ediciones y a h fie reeditado mudo despub de la muerte de Bishop (32). Whately wa cpe Napole6n fie un

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  • I nadie que 61 coaociera b habia conocido j&. fncluso; las historbs act:m de la 'carrera de Napoletin restrftaban kberentemente krprobzbbs. Era absurd0 mg& c p e nn h d h i h o prtdiera haber reafizatlo b hazabs que habian sido crtribuidas a Napole.ebn, much0 menos un corso advenecfizo, quim mecia de radimentos de edumi6n y buena Mianza. Na, kt taoria eompfeta era I

    .En el pi&f&a a. la seguoda edicibrt, Whateiy e&6 we dgwos latures dc la &gw edicgn' sentian que no captaban d significado def him (33). I\jo es 4ue el Gbro no estuviera escrito carrxtamente: c%& sentencia, eada pkrafo y cada capitdo esta errpresado %e fama CornpletamenPk litcida Lo que d66 a dgunos lectores en 1a incertidmnbre h e Ia sospecha de que el blanco del hire no era el que pare- paecian papfcjos sabre 8i ~1 vkjo y tediosa Wkxtely habn'a perdido h r a z h y sobre si reahente estah ac&o a la prensa brit&ica de una gigantesca coaspitaCi6a

    De he~fio, el Irfanca de W e 1 y 3143 eran bs d-s de la prensa brithka, shro los f&sofos I stteos, corm David Hume, quienes duhban de fa veracidad de la Biblia. Dud& %stbrkas.-. era una 1 I inteligente reductio ad absmdzrm, en b que Whate1.y afhmI>a qne si se empizba ductando de la pnxebas escribs sobe 10s milagros, seguriunerrte se tenthr ia n e g d o hechos obvios corn la existencia de- NapoMn. Este ejernplo itustra la importancia del cantexto argument&ivo o controversia3, para comprender el s i ~ ~ o (o argmmio "individqaIf7) de un to de ra.zoma&nto dkarsivo.

    Al hbfar del significado argumnlativo del discmso, la imagea del pensador se ha aqliado. Ef pensador ya no a miis un mero seguidor de r egh o un argdzidm- de ir$omi6n. Su hagen ha sido transfonnada en algo d s M k o y social (inchso &isociaI). Es la tagen de ull I argtmp;ntador palemista, bagen que ocupa lur lugar perif& cm la mayor pate de la psicologh t coljnosciiiya, aun c m d o resultaba central en la psicologia de 10s aatiguos rt6ricos.

    Argum&11do y pe~~sando Ef tema de h ~gmmntaciCln cone a trav6s de 10s mtiguos libros de texto sobre ret6rica A1

    dirscutir c h o p e r s d a uw audimia, ios lffos no &ju sugeriarn c m impresi-m a h audierr~ia, sine tmbidn mostraban c6mo contrarrestar bs agumentos de b s opomtes. Por ejemplo, fa oratoria forme rfe kzs triIxrxdes invo1ucrab m5s que estrggias para g;urar ef favor def &ado: inch.& comjos tanto para el &cal c o w el defensor acerca de c6m combatir el. caw del otro.

    Ef aspeeto argumerxtativo de la rethrka fire bien eatendido por d mis m e de todos los sofistas: Proihgoras, quien fue uaa de las nxis destacahles e innovadorm Ggwas en la historia ixltelectuaL Es convenimte rendir b n m j e a Prot6gom en esrta Iectma, quien %era tihslada por

  • cuyo 'terdadao" signiflcadcr pirede ser materia de ulte15or controva& En c u a ~ ~ e r concticj,rtin, corn s e W a ProGguras, fray siempre otro lado de b c&esti6n y se puede elaborar otro contra- argtmmto, exackne&e como un joven podria mntinw con 10s argumentos a: h7or y en contra del ma&@onio, contrask4ndolos inde&bente.

    categorizaci6~ acorde con las similit~des per e n c h de una bmada en enfatizar la u n i c w Be heeho, estas &rate& podrim fom,ar 1a h e de posiciones opuestas cuyos m&itos podrim argumentarse indefhidameentte,

    Si Mas estrategb para fa argumentac;16n prreden wmiderarse ~ o m o 10s "ladrB0s" dpi + pawmiento, mtonces podria ser mnabfe sugerir q e nuestros pemamientos privados tienen ict " e&mc&ra de b s argumentos pxibli~os. Camdo pon$aamos p5 kcer,. nmttos p & e n t p ~ ~ pueden parecexse a fa omtoria deh'btsrativa de 10s ret6riws arrtiguos; en e& ma pante proveia 10s .argrmrentos a f8vm de una po]itica err p r t i ~ u k , mien- la otra pate preparaba el cam c o w esa politics. La diferencia principd enire la oraturia d e h i i v a y la dehkaci6n del p d e r r t o es que;, en este -irItimo, la persona provee 10s dos conjunos ck argmartos y se divide en dos part-, hs

    . cuales &baten y se refutan e ~ t r e si (39). Puede swceder que s610 descufxamus fa fuerza de .nuestras opiniones & e n M o dos partes

    de nuestro yo en un debate arpmentaiivo, Podriamos encontramus, en el curso de la deliberaci6n intern, dando m&in-te tabs 10s bwnos agmamtos a. un W, m i x d m dejaruos a2 otro d6bhente expuesto. Aqud joven dejitdo por ticrates en su propia defiiracibn, por ejemplo, pudo &contrasse prodmiendo argument0 tras argument0 a favor de Ia solteritt, contraiicie~~do siipidarnente cada movimiento a favor de contraer nup~ias. ProbabIemnte no estnvkra consciente de stts propios ~ ~ e n t o s antes da engmckse en el d&e interno y de notar qu6 Mmrino M i a dejado que siguiera su argurnentaci6n

    Deb30 a que ar-aciirn es potmc&f;nte infmtq a que siempre hay algo I&& que puede dairse, puede resdtar Wcil t r a d e 10s argumeakus internos en una wci6n decisiva (40). Ademis, la aparente liltimst palabra, en 10s hechos, puede no ser fa aim palabra en un tern en

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  • @cdar; .oom advertia Sircrbtes, la- vm del arrepentimiento pede regresar siempre a- se& inawdiimdo can c o n t r a - ~ n t o s . Ile iguaf forma, b voz de la consciench, o, para citq a fuved. "'&e t&tigo hostil en mestro pro@ peckto" (411, puede iqrpedir la soluc6n de h divisi6n. argamentativa d interior del yo, Aunque no se verbake, C?a voz de la cowiencia" es d s que' u& mtafora; rn hgar de ello, conforme el yo argumerrta oomig~ mismo y contra si mism, &ck vaz puede actuar cumo una severa y continua &ica. ~

    La idbmacitm del forastero hel~%co que aparece en. El Sofista, de B&6n, segiul b cud el pensaknto es .la convemwi6n siienciosa &el alma coasigo mispa, codleva una coflsecuencia psico16@: sugiere que el p m o a modelado camc, un go. ~ d e se la d d o ' que el pensdento es esenci$mer&e un procem m obsenrabe, encerrado dentro de loo$ rincones del cerebo y despkgado rn un silencio nristeriosa. S h embargo, si las cftli~aciones internas se basan en argumentos pf~blicos, errtonces, an-o debates, observamos la s t r u m del propio p e d e n t u ; si no %era obsemble de &a fonrra, e&mca s a h bposi15k a p r d e r a penssrr: no hat,& nada concreto que imitar y, en co~lsecuencia, el pensdento s& dgo que ocme incontrofabhte, dde forma sMar a lan reaejo ratuliano (42). Asi mismo, seria irqmsible enseiiaf. dm pensar. De d q u i e r forma, hay buenus W m e n t o s para seiiah qcte 10s retciricos ardiguos e s t b ktnddos en &es del pznsamknto, en la medicta en que efios emsitah a ws pupiros la habgdad para construir ma postusa, justif%xmdo posiciones y criticando las posiciones c o n t d s .

    Esta ens,- M, pdia canskth- en la est+ci6n de reg& clafas sobre cC,m proceber, ks cuaks debian s e ~ seguidas p m prucurar el resu't$ado correcto en la oratoria. Corn Quintiliano insist&: el arte de la s e t W no puede s a atado par. reglas estrictas, ya cpe ca& sitnacih r & i c a es Wca, y no puede h&er garantfa de que lo que funcion6 en el pasado puede aplicarse exitosamente aI p r W e (43). ,hi, la argumentaciirn abierta, y d pemmimto en si mismo, no pueden reducirse a un mero seguir regtas; de he&, cadquiera de esas reglas pueden convertirse en objeto de controversia, asi carno Ias parrtas para a w s t r a ~ j,st& puede convertirse en materia de armtaci6rr . cuanda eritra en conflict0 con las pautas para mmtrar piedad.

    UsW-e, psic6bgos y soci6fogus tienden a asumir que el aspecto em& de Ias reg& descansa en el hecho de que sean seguidas (441, aunque hay un aspect0 de ellas de igual inqyrtanck si.'trien &mas veces r&egadu: a saber, bs regh sargm de y ctarr origerx a ar&ume&os. Ege punto general puede ilustmse a trav.4~ de u m cnrda f6rmua acercn de 1% leyes fomIes: donde,hay leyes, hay abogados, y don& hay alragados, hay argummt~rs (ya qrre es fim& de 10s ab0g;ados arwm acerca de h ley. De esta manera, Wientras mhs leyes hqa, hbrir & ahgadus, y por lo tanto, mo dekpia esperac e n c u m &IS a r ~ o s .

    Esta conexi611 entre leyes y argumeratos fk aptada por Plalbn c d o bmcaba irnpukar su repfib% id&. Esb. w&k en un Estad~ dirigido pur rqes.-a6safos, cuyo juieio spzior d& ser respetado obedientemente por el resto de la poblacittn; c o w ha sido seildado por 10s cr&icos modems, la repirbtica ideal de Pht6n es rn precursor de bs estactos W1&arios mo&mos, en los cuales se espera de 10s sujetos que obedezcan y no discutan las verdades de sus amos politicos, P k t h estipuhba que el Estado &bia contener tan pows byes f r r d m wmo -firera posxMe, 0 de otra manera los ciudadanos se desvlarian de sus nobles tareas para reilk por 10s insig&icantes ~ u n t o s de fa vi&a (45). Un ejemplo posterior de la cornxi6rn enire nornms y asgumezszoq estit dado por el hmho de que una de 1as mhs grandes colecciones de argumentos en la literatura, es tam?$& w o de 10s reglamentos detdkdos del m d o . El Tahad, d cud abarca =ta v o I b m s , es ostemibkmente un c6digo bgal el c d establece 1os:prdimientos correctos para cada detalle de

    vlda del. judfa piadoso. Su objetivo es no dejar nada a.l azar, deftair una regla para & manento de h vida, Como sea, el mbs detalklo de 10s reglamentus es tambiCn ma recopitaci6n de argumerrtos, en Ia medida en que cada regla se convierte en t6pico de controversia entre las

  • autoridades cada vez qw bs auioridades legistan sohe el signifkado e interpretaci(5n de; uaa norma, su regber&sibn se cunvierte en sujeto de posteriores cuestiooamientos y controversias. Ademis de reglas y a r m o s , el Talmud tambZn contime relatos. Hay uno de ellos que ifustra esta itrtima canex%n en& normas y argumentoss tas autorida$es rabhicas, aparenteinente, no habian &do capaces de ponerse de acuado scam de un a m t o tt& relaCi:ana:do con la p ~ c a c i b x ritual de bs horns. En una ocasi611, el juicio del gran ra'110 Eliezer no habia side seguido pur sus cokgas; el rabho Elieza, eonvmido de b corr&o de su p t o de vista, der;$i6 k ' v ~ el armto m& all& suplieaado la ayuda del Todopoderoso. 81 setM6 hcist &era de h ventana de fa sala dg ahrdja8 y dec1arCr: '1)ejac-l que ese &dm1 d~ dgarroh pnzebe que las cum son mmo yo Ire establei.idom, despuks de I6 ~d, bs algarrobs fueron milagros'kpente mojados a una gran d-cia del kbl. Los otros r a b s pmmmiaon iqGvidos, replicando: '?as algmbos no p e w nad . . El rabino EEezer era incof3movibk. "Dejad que las paredes de la sala de estudio prue'ben que tengo &n"; btas empemorx a sacudkse y m$r. Los otros m h o s gritarm con mojo a I;rs paredes: 3: los estudiosos esth dkutiendo la Ley, tqu6 derecho tienen para interferir?". Las paredes dejxon Be samdhe. Dempmda, el rabino E f i a a hizo srr f&imo y & dire& apeIaci6n a la autoridad: 'Bejad que sea anunciado en 10s cielos que mi afkmacibn es corrects", y elltonces todos escucharon una voz divina qne dmia: fur qu6 qaieren r& con eZ rabino Eliezer, @en sienipre &ii en 10 correct0 en sus decisiones?". En ese momento, 10s otros replicaron de =&a citando la Biblia: '%a ley no estir en b s ck10s". ED oms p a l a b si la voz divirra deseaba participat en la discuslira acerca de b Le37, tenla que hstcer algo mjor que lamar algarrobos por el aire o sacudir pa~edes, d e b inc1uscr k e r dga mdur qrre- emitirjui-G~GS autorhios: d e k presentar bnaw ~ ~ o s .

    El Talmud contiem un epllogo de &a historia, Aparentemente uno de b s rabinos estah ansiasa a1 respe~to de fa r e ~ & n def Todopodmso a &a esem de itrsuborW%a D a M de 1st m&e del mbino y de que su idma ascendiera d cielo, bmc6 itfanosamente af profda 3Ek para preguntak c6mo haMa respundido el. ~odopoder~so. De acnzrdo con el profkta, el Todopodaoso se habia reido y habia%dkho: "Mis 1130s me desaprobado, mis nir?os me b desaprobado" (46).

    Corn en to& las buenas historias, hay varias masalejas que pu& extram. Urn qw es relevante era d context0 acfml, es que el p d e n t o no puede ser reducido a rn merr, seguinGento de reg'tas. Los devutos escolares en la casa de estnclhs buscabarr hs nomnas d s precisas que; se pudieran imaghm; no obstanie, para producirias, e h mtsmos tuviemn que hacer alga mis que se& xeghs: tuvierun que desaprabw a h miis &a autosidad imagimabfe. Bur sobre todo, w Msqueda dio origen a argrmentos y, en realidad, su pemamiento fue conducido a trav6s & 10s argumentos a~aca dc fa mhrralleza de Ias reglas.

    Hay o t r ~ morafeja que podemos extram, y Csta es especialmente pertinent? para nqueHos de nosotos que e & m s en hs univtrsZdades. Si hay co&h ~ercarra &re arguments y pensar, eutonces, al a nuestros alumnos a pemarJ debems etl~e17arles a argummtar. Debems estimUar el wpkitu d i c o , que no t ens miedo a cambia y a ctfestionar a las autoridades, D h o s pues, desarrollar el. espiritu mgumentatiisra de Prot&goras, d primer cientifico social e inventor de las

    Debemos tambiCn preguntarnos c d e s son los sonidos esenciales que debea escucharse en un hgar de e w i k z a . Eshr segmus de qrre hqa d o s qire es heno escuctmr en una tpnivdidad modema: por ejemplo, eI sonido de las monedas cayendo en 10s cofies del registro, o el ssnido de equipos costoms mbando y pitxiado con e1ectr6nk-a p i s k A p s a de 30 placmieros que estw puedm escuchrse, no son b s bnidos eswiales par'& un lugar de exlsefmza El sonido emcial es dgo much0 mi& mtiguu: es el que dc56 ixdxxs escucfiado cua&o' Ias sofbtm se re& err 10s mrcados para conversa serca de la naturakza def miverso, o @ d o 10s sabios se encontraban en la casa de estudio del rabino Eliezer para discutir 3% Ley. Este sonido, el choque de las ideas en .lm

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  • .

    &bate inteleehl, a el eseacial para un lugs de pensanrIentu, y es esenciaI por fasimple rz6n de que el sanida de 10s a s w o s es el sonido del pawmiento.

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    (1) Conferencfa inqugmal pronunciada en fa LoughIwrough University of Teohnology, el 14 de mayo de 1986 (nota der tr;tductor). (2) Rfostrato, L&es ofthe Sophfsfs, I,& Classical Library, Lon&@, 1956, p. 35. (3) S&eca d Viejo, Controversia, Loeb Qassical Library, Londres, 1974, prefacio. Tarnbib v b Yates, F. Ther A d ?f Memozy, Ark, London, 1974, prefacio. (4 Rat&, Sophist, Cfassid Libmy, London, 1948,, 263e. (5) Una e-sa discusi6n de este y &OS temas de la presente l e c ~ a , pueden ser encontradus en Billig, W, Arguing ad XTzinki~g: a Rhetorical Approach to Social PsychoEogy, Universidad de Cambridge (en pqblicaci6n). (6) Para una discusi5n m.6s amplia dei papel de los n&ricos en Ia educacih a n t i p , vdase Clark, D.L. Xhetoric in Greco-Roman Education, Universidad de CoIumbi~ N w a York, 1957; Kennedy? G. A., iPhe art of Persuasiotl in GwecceP Universidad de RPrinceton, 1963. (7) Para una discwitin sobre 10s sofistas, vCm Kerferd, 6. B., i%e Siphistic Movement Universidad de Cambridge, 1981; Guthrie, W. K. C., T3ze Sophists, Uai~~ersidad de Cambridge, 1971; Hvssey, E., The Pre$ocrutics, Duckworth, Londres, 1972; Rankin, It D,, Sophists, Socratics and Cynics, Croom Helm, bndres, 1983; Barnes, J., fie Be-Socrdc Philosophe~s, Routledge an Kegan Paul, Londres, 1982, el cud corltiene un an2ilisis de varias ideas 51os6ficas de los sofistas. (8) Arist&eles, Rhefon'ca, hiversidad de Cambridge, 1309; 135%. Para una c m w i 6 n enbe fas aproxjmaciones antiguas y modmas af estudio de la persuasisn, vbse BiIIig, M., Arguing cmd Thivlk+g, capftuh 4. (9) Filostralo, Lives ofthe &phfsts, pp. 39fC Y&se tambikn Gill, C., 'Ancient psychotherapy', Joulnal ofthe ~ o ~ o f Ideas, 46, 1985, pp. 307-325. (10) Para m trahmienfo hGf6rico general de La ret6rim, d a m Bixon, P. Rkt09.ic, Metbuen, b & m , $971; flowes, R F. (d), Historical Studies of Rhetoric wdRhetoricians, Univmidad de Cornell, 1961; Kennedy, G. A., CIassical Rhetoric and its Christian and Secdar T ~ d i t i m @om Ancienf to Modem Times, Universidad de Carolina del. %&e, 11380. La retsfica rrmedievaf se Ira& epecifimente en CapIan, Ii. Of Ages, Universidsld de Los Ange1es, 1978, Para ma discmi5n histbrica de fa ret6riw durante el renacimimto, v&se Ong, W. J. , Ramus.- Method and the Decay of Dialogue, Universidad de Harvasd, 1958; Sonnino, L. A., -4 Handbook to Sixteenth Centtpy Rhe#orie, Routledge and Kegan Paul, Londres, 1968, (1 I) P1&6n, Gorgias, Pmpb, f 971, p. 463. (12) Pox ejemplo: este temor era chramente expresado en el ensayo de Filq 'El pew ataca a1 rnejor', en Filo, Works, Vd. V, Loeb Classid Librmy, Ltzndon, 1465. Fifostrab, re1ata que una vez Im sofistas fuerm expulsrtdos de ios juzgados basindose precisamate en que elIos eran capaces de hacer que los peores argumenkos se wnyirtieran en los mejores. Es

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  • irhico que %mates, el critico de k~ sofistas, Bubiera sido condendo gr ejemtado por hacer que "el argument0 d&l derrotara ai mils tberte'j y por ms&ai "a UQOS a seguir su ejmplo" (Hat&, 'Apdugy', 19: en Lmt Ddys of Sm~~a'es, Pen&, Harmondsworth, 1969, p. 47). (13) Ef miedo qw Hitfer hubiera accddo a conocimientos psicoI6@s cruciales, es expresado, por ejmplo, en Adomo, T. W., 'Freudian theory and the pafbn of k i s t prupagmrlaj, en Roheim, G. (ed), P s y c b d y s h and tfie Sociai Sciences, Vol. ID, International Universitie Press, Nueva York, 1950. Parece que Mussolini habfa Ieido a dgunos psid$ogos, en particular 1s ideas pre-geudianas del psic5Iogo de masas GustFlv Le Bon W e , R A,, The Origins of Crmd Psychology, Sage PubIications, Lwdrw, 1975). Para m a d i s c d n m6s extensa sobre Ia reiaci6n enwe el 1 conocimiento psi~l6gico y ios diadores deI siglo veinte, v&se Moscovici, S., The Age of the Crow4 Univasidad de Cambridge, 1985. . ; "Y 1 i (14) McComeU, 3. V+, Cutler, R L. Y W e i l , E. B., 'Sablimhd stimulation; an overview', en American Psychoiogist, I 13, 1958, pp. 229-242; Dix&?$. F., Sublim'nal Perception, McGraw-Hill, Londres, 1971.

    I- (I S) C i c e r b De Orafore, limb Classical Library, h & n d r e s , 1842, I, xxxi, p. 137. ** I (1 6) El g r u p d e r d i s t depr~iSn: NaGonaj Association for I"r-e&m, se queja de to honi5Ie & comercia1 m su boletin Free Nafion @nerdFetrerv, 1985), el cual cantime betalIw del episodio. Este mensaje subiiiinal en particular fue 1 transmitido originalmente gf. 10 de j d o de 1984, ($7) La w m p 6 6 n enire ia hagen de1 pensador en la psicoiogirt cognmcitiva y la imagen dd burbaab timido es desafioIla& ni& phamente en Biliig, M., +Prejudice, cacateg~rhtion and particdarizatim. fiom a paceptual to a

    j j rhetoric?! account', en Ewqpean Joicwlal of Social Psychology, 15, 1985, pp. 79-103. (18) Un t$empfo de manual de psiwlogfa quf: i p a h d peri.sa.miento am I& resoiu~idn de problemas, wise Mayet, R. E,, I Thinking, Problem Sohing, Cogaition, W. R. Freeman, Nwva Ymk, 1983. Wason, P. C. y Johrison-Laird, PP. L., I PsyckoIogy of Reasoning, Batsford, Londres, 1982, el cud & W e el rammamiento exfusivamente en t b i n o s de deducci6n I&%. Lca autores sostienen pue $ deduccidn Itigiw represenb sf estsndar de precisith a1 cuaI deberia asp& et pensamiento, Una apraximacidn ssimiIar se encuentra tan&& en Johnson-Laird, P. N., 'Mental models in cognitive science7, en Norman, D.A. (&), Pe~specfi~es on XcZevce, EEbaum, Nueva Jersey, 1981; Johnson-Laird, P. N. I y %a, 33. G., 'Syllogistic hfkentx', en Cognition, f6,19&4, pp. 1-61. Para una &asiSn crieica de fa aproximFusi6n de I la solucidn de probleaas a la psicologia del pmxmiento, v h e Billig, M., Arguing and 712inkirg, capitulo 5. Para una I aitica del grad0 en que 10s modelos cogmsciti~os de1 ordenador se concentmn en eI pensamiento 16gico o matemAtico, v k LRbwitz, M., 'Cmecting erroneous generaGzatiwsf, en Cugnitioa andBrain Theory, 5,140, ptp. 367-581. (19) Se pueden encofitrar pruebas s o h ios gestos de Zeno en Cia&, Ckcztor, p. 113; Quintiliano, Intitztfes oforatory,

    i 11, w, p. 7; Empirim Sexto, Agaimt the Rh~m-cians, H, p. 7. (20) Di6gmes LaMes, tli.esaf Emineni Phr'osoplitm, Lo& Classical Library, Lodres, 1972, p. 163. (21) Vease, por ejmpio, Tajfel, H. 'Social aqd cultural fkctors in perception', en Liidzey, G. y Aronson, E. (eds.), @e Hnn&mk ofSocial PsyckoIogy, Addison Wesley, Reading, hlass., 1969; Tajfel, H., 'The structure of oar vi5w-s ilbout society', en Taj@i, H, y Eraser, C. (eds.), Imoukcing Strciaf Pg~cbltg-y, Penguin, Harmwldswd, 1978; Iktjfkf, Q., H u m G~oups mtdSaciai Categories, Universidad de Cambridge, 1981. (22) BiIEg, M., 'Social categorization and intergroup relations', tesis doctoral, tm;~ersidad de Bsistul, 1872; Billig, h4, ye TajfeI, H., 'Social categwizatiori and similarity in intergroup Maviwr* en Ewopeun Jo*i +cia1 PsycProlbgy~3, I 1973, pp. 27-52; Billig, M., Social Psychology andlntergrovp Relations, Academic ices., Londres, 1976. ! (23) Adicimdmente a ki referencis a1 trabajo de Tajfel dadas en la nota 20, v b e ambikn la exposicik clhsica d01 I @lma en Bnmer, 5- S. 'SocisI psychoIgy and perceptionf, en Mawby, E. E., et af. (eds.), Readings in Social Psyc/wlogy, Methuen, Londres, 1966, Para investigaciones miis recientes de ia evidencia acerca de h selectividad de fa percepcidn social, v h e Eiser, 3 . 8 , Cognitive Social Ps~cbIogy, McGraw-Hill, Londres, 198; Fiske, S. 2'. y Taylor, S. I E., fhciai Cognition, Randhorn House, Nuew Ywk, 191g4. I (24) Para ma exteas dj.scusiirn de las rezacianes del concepto psicosocial de 'esquema' con el de h anttopoiogia social, I v 6 w CasSos, R.W., 'Schemaia in cognitive anthropology', en A m z d k i e w ofAnfhrqoIogy, 12, 1983, pp 429-462. Bra wra & 4 6 n sobre Ias h a s en fas cuales 10s esquemas sociales, o guiunes, contienen I= regias de h hteracci6n social, ~6.sass Schank, R. C. y Abelson, R P., Scripts, PPlans, Goals and tAdestanding, Eribam, Nueva Jersey, lW7. (25) EjempIos experimentales de la forma en que la eqm-iencia pede ser utilizada para c o n h a r 10s prejuicios, puedejn encontrarsr: en Snyder, M., 'Seek and ye shall fbd: testing hypofieses a k t other people', en Eggins, E. T., et uf (61,

    i I I

    Social Cognition, Erlbaam, Nueva Jersey, 198381. (26) El aFticulo de Henri Tajfek 'The cognitive aspects pf prejudice' (reimpreso en H u m Grozyls aid Social I I Cotegopies1 represents %a popostura cliisica de B explicacith c~gnoscitiva del prejuido. En esfx articulo, TajH fastrea f i x 1 origenes del pensamiento prejuicioso basta ios prclcescs mentales 'nonna1es' en contrapsicicki a los 'anmaies'. Hay I m y pa disbncia mtre &a posicik y aquefla que a m e cpe el prejuicio es un produd.o inevitable & tal& procesos co1p1mitivos 'nomales'. Ejemplos de antdisk que toman esa dirwi6n y postuIan la inwitabilidad deI prejuicio, se encuentran en J%m.ilton, D. L., 'A cognitive-nttnwonaf analysis ofskreotyping', en kkowitz, L. (4.) Advances in I

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    Experimental Social Psycblogv, Academic Press, Nuevrt York, 1979; Oreenwald, A. G., 'The totaIitruirtn ego: fhbriation and revision of pwwmf history', en American ~cRolog1'~1,35, pp. 60341 8- Egos dm autores ammen que la simpBcaciivn y la distorsi6q son comemencias ineVitab1es dd proceso cognoscitho de seleccibn, Para criticas a esta posici6n,.v+; Biflig, M, 'Prejudice, categorization and particularization' (op. cit: v h e nota lfj), y Billig, M,, Arguing' and Z'hinRntg, capitdo 6, (27) Snyder, M., 'On the s e l E m t i n g nature sf social stereotypes', en Hamilton, D. (d), Cognitive Processes in

    4 ~ereotyping mdf#eqpxp Behmior, Erfbaum, h e v a Jersey, 1981; -can, B. L,, 'Diffetenkd %ial perception and attribution of intergroup violence: testing the lower llinits of stereotyping of bXacksY, en J m d of P-Ety and Sociaf '' Psychdogy, 33,1976, pp. 590-598; BZig, M., 'Racisme, prt?ju& et di&in&n', en Moswvici, S. (ed,), Psychlogie SociaIe, Presses Universitaires de France, Paris, 19a. (2g)Biliig, M., Fascists: a Social P~clwbgicni Viav of t k MationaI Front, Actxkmic Press, Londm, $978. (29) Teon'as acadhicas y ma$-acadBmicas pueden jugar un papef en ia'creaci6n de tal idblogla Para un an&Esis de 10s * vlados enire ideas psicolEigicas acerca de la ram y hs ideologias racistas, v k Billig, M., L ' f n t e ~ h n a i g Raciste: de la PsycI?c,fogrk d la '&face' de Bates, ~ r o , Parfs, f 9SI. (30) Lris distintas detiniciones de 'acthd', planteadm por fos psic6logos &ales, son dimidas por Jaspars, J.M. F. Y F~ase, C., 'Attitades and social representations', en Farr, R. M. y Moscovici, S. (eds.) Social Representations, thiwrsi& de Cambridge, 1984. 3- y Fmsa detaUan 10 extendida que,esi4 i corlqxi6n individuaiista de fas attitudes, a lo largo de fos aiios, dominando Ia teurizacidn psico90cid. (31) Vhse, por ejemplo, Adorno, T. W., Franke1-Bnrnswik, R, L e a D. J . y Sanhd, R N., The Arrthoritwian Pernonulily, E k q m and Row, Nueva Yo&, 1950; Gbs, A, C., Bmomlity in Politics, Brace, Sovanovicb, Nueva York, 1 R6; Altemeyer, R A,+ Right- Wing A?rthoritariunism, Universidad de Manitoba, 198 1. Para m a discusibn de la conmpci6n psico1sgica del autorhrismo, v k e BiUig, M., Ideology and Social Psycholog, 31&weIl, Oxford, 1982, apitulo 5. (32) Whately, R, Elmnfs ofRI?eforic, Wersidad dei Su de Illinois, 1963 {rehpresih de $a dc i6n de 1846). El libro de Whately, R, HI'stmOf?c Dowbts Iteldive to Napleu# Buomparfe, fb publicado ofiginrifmente en 1819. (33) Este pr&iu the rehprw en fas mbsecumtes ediciones, hcf~yendo Ia de 1188 1, publiwda por Lagmans, G r w y Co., Lonhes. (34) Pop*, IS., The @n Society andfts Emies, Routledge and Kegan, Londres, 1966, Vol. I, p. 57. Para testimonies antiguos sDbre Prot;t90ras, v6s.e Fifdstrato, Lives i$tk aphists; DiQgenes hxtes, Lives of &!rninent PPu'losophws; EmpIrico Sexto, Against tke Professors. Sobre todo, m r m vivido, aunque novelado, dd grsln sofista, surge de1 dihbgo de PI&: Profogorm. El fib de Sprague, R (&) The Older Sophi@, tmivesidad del Sw de Cardina, 1972, contiene m a coiwi6n traducida de re6rencias a Prot&goras, enconbadas en fas f5entes antips. (35) Tomado ds Didgenes Latxtes, Lives of Emimnt Philosophers, 'Protagoras', 1972 (traduccidn de la edici6n Loeb). (36) Para ma discusi6n de la Topica de Arist6teIes y cClmo la estrwtwa del peusamiento era delineada por 61 comopqes de upuestos, vhse PefeIman, t3h. y OErechts-Tyteca, L., 27ze New Itletu~ic, Universidad de Notre Dame, 1971. (37) El trabajo de Eleanor Ibs& ha sido eqwiahente influyente en la reciente investigaci6n cognoscitiva a1 respecto de1 proceso de categorimci6n. En su anklisis, Ia categorkci6a xr escooelid asao un aspect0 clrtve de la cognicibn. V&=, por ejempIo, Rosch, E., 'PrincipIes of cakgorizatiw*, en h c h , E. y Lloyd, B. (eds.) Cognitim and Categorizatr'on, ErIbaum, Nueva b y , 1978; M&, C. B. y Roscb, E., 'Categorization of nabrid objects', en A m a i Review o f ~ c h o b g y , 32, 19ft1, pp. 83-115. La afirmaci6n de k importancia de la categorizacih puede ser vista d i r m e n t e , por ejempi~, m 113s cornenchfiw de &tor, N. , IbPischel, W . y Schwartz, 5., quienes 'd~gmentm que la categorizaci6n es una "cualidad fundamental de Za cognicidn7' ('Sociaf knowledg~ sfmcttrre, content, use and abuse', en Hastor, A. H, e Isen, A. M., Elsevie (eds.}, Cognitive Social Pychoiogpf, Ek3evie~, Nueva York, 1982. P. 34). (38) En BiItig, M., 'Prejudice, categorization and particularization' (op, cit., v&se noOt I) y Biffig, M., Arping and Thinking, se describe h 'parti~arizaciC41', como p r o m opuesto a1 de categorizaci6~ En estos trabjos se arguments que 10s dos grocesos 6 mMidos integralmente y que la categorizaci6n humana seria imposible si no Q6ramos capaces d~ partic-~r tambih, (39) De acuerdo con Isijcrates, "lo5 mismos argumentos que usamos para persuadir a otros cuando hablamos en piiblico, .i tambib 10s empleamos cuando &112xmmos en riuestros pensamientos7' [A~ihdosis, 256, Loeb Classical Library, Lmdres, , 1968). EJ mismo pensmiento fue exprado p r Francis %con, cuando Ilama nu& atenci6n hacia ia simifitud entre Io quo decimos "en ma argumentaci6n, en la cual discutimos con otro", y entre "ta tneditacih, cilitndo considamnos y resoIvemas cualquier cosa am nosotros mismos" (Dignity undABvazlcewnt of Leming, Lmgman, Lo~dres, basado en fa -edici5n de 1858, p. 243). (40) Para 1s evidencias sobre la reticencia de fa gate para tomar decisiones, v h Janis, I. L. y Mann, t., Decision Mating, Free Press, Nueva YMk, 1977. (41) Juvenai, The SWeen Satires, Penguin, ~rmondswrorfhY 1967, XIII, p. 199.

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  • @2) En sus prheros trabajos, Haget mgeh que los aifios nees i tah avanzar a trads de estadios argumentqti~os, con d fin de dmrnoGz sus ~pscidtdes de raciocinr'o. Piaget, I-, & Lcmguage anrl Thougrh ofrhe Child, Routledge and Kegan Paul, 1959. (43) QubQ1ian0, Insfffutes of OPafoiyI II, xii, 1, y W, prefacirt 4). EL capitulo 4 de Bilfig, M., Argtcing and Rinkhg,

    .. - , , . && to& de la edicih de Son& Press, 1935. I