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MAESTRÍA EN ANTROPOLOGÍA VISUAL
METODOLOGÍAS PARA LA INVESTIGACIÓN VISUAL, MATERIAL Y SONORA
Iván Villanueva Jordán (20113594 – Estudios Culturales)
Ejercicio 2. Biografía de un objeto: los zapatos de plataforma
En las páginas que siguen busco aproximarme a la manera en la que los zapatos de plataforma han
devenido un receptáculo de valor particular entre la comunidad gay de Lima. La particularidad
resulta de cómo se asume la imagen del zapato de plataforma y cuáles son sus relaciones específicas
entre un grupo específico de la comunidad. En la mayoría de entrevistas que he realizado, los
zapatos de plataforma o los acrílicos, como los denominan las drag queens, conllevan un estatus
tanto a nivel del capital económico, como cultural y simbólico. Ello se debe, en breve, a cuánto
debe invertir una drag queen para poder adquirir un par de acrílicos que cumplan con las
características de ser los suficientemente llamativos para lucirse en un drag show, así como al
conocimiento y la capacidad para poder desplazarse, bailar y posar sobre plataformas que suelen
superar los 15 centímetros (a nivel del taco). Finalmente, la suma del poder de adquisición y el
conocimiento (o saber hacer) con el que cuentan las drag queens las diferenciaría a nivel simbólico
del resto. La drag queen puede capitalizar sobre estos elementos para poder posicionarse
estratégicamente en una jerarquía.1
Los zapatos de plataforma se diferencian formalmente de los zapatos de taco debido a que
estos últimos sólo producen la elevación del talón por encima de los dedos de los pies. Por otro
lado, los zapatos de plataforma también elevan la parte delantera del pie aunque usualmente el nivel
de elevación es menor que el del talón. El uso de los zapatos de taco puede rastrearse inclusive
hasta el medioevo cuando los jinetes en Europa utilizaban el taco de los zapatos para no soltar los
estribos. Asimismo, otro uso dado a los zapatos de taco fue hacer el movimiento de retroceso más
fácil para el combatiente cuando éste iba a ser atacado (por ello, los botas de los vaqueros cuentan
con un pequeño taco). En el caso de los zapatos de plataforma, estos se relacionaron antiguamente
con el teatro y la prostitución; el primero se debió al uso de las plataformas para aumentar la
estatura de los actores que representaban personajes importantes en el teatro griego de la época
clásica. Su relación con la prostitución trasciende hasta hoy desde la manera de vestir de las
prostitutas venecianas a mediados del siglo XVI.
1 HODDER en su propuesta de teoría general de la cultura materia establece que un proceso de capitalización
de este tipo sería una dinámica plausible de estudiar desde una perspectiva marxista, en la medida que «the ideological component of symbols is identified within relations of power and domination and increasingly power and systems of value and prestige are seen as multiple and dialectical» (p. 396).
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Sin embargo, la historia que podemos establecer sobre los zapatos de plataforma es mucho más
contemporánea y ambigua, en la medida que son objetos que ha sido liminales entre lo
culturalmente heterosexual y gay desde la segunda mitad del siglo XX. Una ambigüedad que, desde
la deconstrucción, podría ser ampliamente productiva y, en este caso, útil para establecer cómo los
zapatos de plataforma no expresan lo mismo si son usados y consumidos por un público
heterosexual o gay.2 El significante es en principio ambivalente o plurivalente en la medida que éste
puede cambiar de significado dependiendo de la cadena en la que se encuentre inserto; los zapatos
de plataforma, por ello, no tienen un desarrollo coherente (o cronológicamente coherente) desde la
perspectiva que hemos abordado este objeto. Por ejemplo, me refiero a cómo los registros
fotográficos de los disturbios de Stonewall muestran a las drag queens con zapatos de tacón
mientras el surgimiento de la música disco un par de años después promovía el uso de los zapatos
de plataforma entre varones. Es decir, Divine (Harris Milstead) continuaba utilizando tacones
mientras John Travolta, en Fiebre de sábado por la noche (1977), utilizó zapatos de plataforma en
la escena más recordada de la película con «You should be dancing».
A pesar de ello, puede establecerse una primera apropiación de los zapatos de plataforma
(aunque intermitente) por parte de una travesti en la película de 1975, The Rocky Horror Picture
Show. El doctor Frank N. Furter utiliza en diversas escenas de la película los zapatos de plataforma;
inclusive los afiches de la película lo muestran utilizando acrílicos.
Tim Curry como el doctor Frank N. Furter en la adaptación
fílmica de The Rocky Horror Picture Show (1975).
Encuentra esta primera apropiación de los zapatos de plataforma bastante significativa en la medida
que los alejan de los zapatos de taco de manera decisiva; ello puede entenderse mejor si se
comprende que la función de los zapatos de taco ha sido en la segunda mitad del siglo XX la de
2 «The objects are radically undecidable in terms of their meanings». DERRIDA 1978: 99
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estilizar la figura femenina al modificar la forma de las piernas para hacerlas más largas, así como
para lograr una mayor altura en las mujeres. Sin embargo, en la imagen de Tim Curry, así como en
todo el musical, la estética del mal gusto o lo que se podría comprender como kitsch es tangente.
Comprendo entonces que el zapato de plataforma inicia un proceso de resemantización desde la
simple utilidad o funcionalidad de hacer al usuario más alto, para comenzar a ser utilizado como un
medio de transgresión contra el buen gusto y a ser significativamente relevante para la cultura gay,
en especial para las drag queens. Durante la década de 1980, la nueva estética de la drag queen ya
incluye los zapatos de plataforma en la imagen básica (RuPaul desde sus inicios en «Love Shack»
(1989) utiliza acrílicos; lo mismo puede verse en el documental Paris is Burning en el vestuario de
varias de las protagonistas).
La consolidación final de los zapatos de plataforma podría establecerse en la década de 1990,
debido a la trascendencia de la película australiana The Adventures of Priscilla Queen of the Desert
(1994) y las siguientes reediciones de la trama, como en To Wong Foo, Thanks for Everything Julie
Newmar (1995).
La trascendencia de la película puede establecerse a partir de los múltiples motivos que se explotan a nivel popular; en esta imagen se trata del acrílico que va encima del bus Priscilla. Otra importante es la adaptación musical en la que el uso de zapatos de plataforma es casi masiva por parte de los protagonistas.
La apropiación por parte de un grupo cultural específico, la comunidad gay, conlleva un
trabajo de representación importante. No sólo se trata de la expresión de lo kitsch mediante este
objeto, se trata además de un trabajo afectivo y de reinterpretación (o resemantización). Pero ¿de
qué se llena el significante una vez que se vuelve culturalmente gay? Esther Newton, en su
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temprano estudio sobre drag queens en los Estados Unidos (1972), postuló una denominación de
aquel estilo que recubre estos nuevos objetos.
The camp is the central role figure in the subcultural ideology of camp. The camp ethos or style plays a
role analogous to “soul” in the Negro subculture. Like soul, camp is a “strategy for a situation”. The
special perspective of the female impersonators is a case of broader homosexual ethos. […]
Camp is not a thing. Most broadly is signifies a relationship between things, people, and activities or
qualities, and homosexuality. […]
While camp is in the eye of the homosexual beholder, it is assumed that there is an underlying unity of
perspective among homosexual that gives any particular campy thing its special flavor. It is possible to
discern strong themes in any particular campy thing or event. The three that seemed most recurrent and
characteristic to me were incongruity, theatricality and humor. (NEWTON 1972: 105)
El impacto del dragqueenismo en la cultura popular mediatizada ha logrado que la imagen de la
drag queen pueda ser identificada en diversos espacios; por ello, son los elementos propios de su
apariencia los que pueden significar, por metonimia, su presencia o lo que ellas son o buscan
representar. Podría afirmarse que en estos momentos el acrílico representa el dragqueenismo
En Lima, el uso de las plataformas puede
rastrearse entre las primeras drag queens del
medio. Como las informantes con las que
conversé refieren, personajes como Jossie
Tassi ya utilizaban un tipo específico de
maquillaje y la manera de vestir había dejado
atrás los trajes que utilzaban drag queens como
Juan Carlos Ferrando. Las drag queens del
noventa armaban su propio vestuario y
aprendían a caminar y bailar en plataformas.
Sin embargo, no se puede dejar de lado la
gran influencia que hasta ahora representan las
drag queens de los Estados Unidos y España
para las drag queens de Lima. Era usual tener
referencias a los estilos de vestir que podían
verse en RuPaul’s Drag Race y las Galas Drag
Queen de Las Palmas de Gran Canaria, y cómo
intentaban replicar o mejorar dichos estilos.
Monique Jenkinson como Fauxnique, su alter ego drag queen, en la performance «A History in Heels» para la exhibición Guise: Recent Reprints (2007) de Deborah Oropallo.
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El uso de la palabra acrílicos por parte de las drag queens de Lima se debe al material de zapatos de
plataforma que prefieren usar; como plantean, se ven mejor que las plataformas de madera, son más
costosos, son menos pesados y más cómodos para bailar. Es hasta este punto que podemos rastrear
la historia de este tipos de zapatos; un punto en el que los zapatos de taco ya no pueden compararse
más con las plataformas. Su uso y su significado es distinto en estos momentos; su público
consumidor también es otro. Éste desarrollo, desde sus primeros usos, hasta la imagen que
incluimos abajo muestra una tipo de apropiación que podría ser objeto de una documentación más
profunda; sin embargo, creemos que para ello no se puede elidir las referencias al estilo camp y la
manera en que los objetos tienen un desarrollo poco coherente cuando éste es utilizado en dos
ámbitos (culturales).
Conjunto de Drag queens de la discoteca Down Town Valetodo (Miraflores, Lima).
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Estas imágenes corresponden a otras referencias sobre el progreso de los zapatos de plataforma.
Stark Sands y Bill Porter en la versión musical de Kinky Boots (Broadway, 2012).
Portada del libro Making Camp (Shugart &
Egley Waggoner, 2008). Póster internacional y carátula del DVD de
Breakfast on Pluto (2005)