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¿Quién dijo que la lucha acaba en agosto? Radicalidad: Forma, contenido, proyecto. Cultura Revolucionaria: Victor Jara Algunas demandas ausentes en el emplazamiento ¿Por qué? Y la chile? La pelea por la educación se da en todos los frentes.
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¿
Tras un 2011 movilizado, el inicio de este año se caracteri-zaba como el año de las pro-puestas, dejando en un segun-do plano la movilización por
medio de las marchas y paros. En paralelo, los compañeros secundarios definieron un pri-mer semestre de recom-posición de los espacios
locales, para reimpul-sar un segundo semestre de lu-cha. Junto con el regreso a clases, nos encontra-mos con ánimos de movilización por parte de nuestros compa-ñeros, en un escenario en don-de las únicas demandas que han sido levantadas son el em-plazamiento al gobierno, docu-mento que sintetiza los petito-rios de la Aces, Cones y del
Confech, el cual sin embargo no permite instalar una lucha con-frontacional al actual modelo educativo, ni cuestiona por qué ni hacia dónde se dirige un
cambio en la educación. Tam-poco apunta a una construcción de un sujeto estudiantil popular y revolucionario, sino que se instala bajo la regulación del
mercado sin desalojar la noción
del estudiante consumidor. Para fortalecer la educación pú-blica y eliminar el mercado de la educación, tenemos que ser
capaces de instalar reivindica-ciones que apunten a un pro-yecto de sociedad completa-mente distinto al que hoy ve-mos, construyendo demandas
en miras a fortalecer efecti-vamente la educación públi-
ca y eliminar al mercado de la educación, el cual hoy ve-mos en nuestros espacios con ejemplos concretos, tales co-mo, la venta de investigacio-
nes rentables, la externalización de los servicios relacionados con la educación que empobre-ce las condiciones laborales, y el financiamiento a través de convenios de desempeños. Hoy más que nunca debemos
aprender de nuestros errores y avanzar en nuestras propias claridades. Sólo así seremos capaces de acumular fuerza pa-ra luchas futuras pues nuestra
pelea es larga, y requiere de un sujeto estudiantil organizado, que se forme no para reprodu-cir sino para quebrar de raíz el modelo económico imperante.
Desde esta perspectiva cabe
dar una disputa por el sentido de nuestra educación, la cual hoy por hoy es el reflejo de una so-ciedad capitalista.
Aún más importante que radica-lizar nuestra lucha en términos de forma, es hacerlo en cuanto al contenido de nuestras deman-das, sólo así podremos ser capa-
ces de construir un proyecto de transformación radical de la so-ciedad. Tal contenido, debe ba-sarse en necesidades estructura-les que hoy tiene El Pueblo, el cual no debe marearse en de-mandas ni de consumo ni orientadas a humanizar el mo-delo actual. Asumiendo esta tarea, no pode-mos movilizarnos sólo por su-marnos a los compañeros se-cundarios cayendo en el tradi-cional paternalismo con que
pretendemos articularnos con ellos. Nuestra movilización debe ser tarea de todos los días, en donde vayamos definiendo en conjunto ideas propias. El com-
pañerismo con los secundarios debe darse a través de una for-ma horizontal, donde se despo-je tajantemente el “iluminismo” de los universitarios a la hora
de organizarnos con este sector
estudiantil. La educación que queremos no cabe en este modelo, es por esto que la lucha por la educación
debe ir de la mano con una construcción de un proyecto pa-ra una nueva sociedad. Que no nos maten las elecciones ni el oportunismo de las fuerzas polí-
ticas, en base a nuestra organi-zación y movilización permanen-te debemos avanzar sin tranzar hacia una educación digna e igualitaria.
¿
El segundo semestre empezó
con diversos llamados a radi-calizar las movilizaciones.
¿Existe hoy una moviliza-
ción que radicalizar? La
educación hoy sigue igual de mercantil que antes, sigue re-
produciendo la desigualdad
que viene desde la cuna, no se le ha tocado un pelo al simce
o a la PSU, los colegios siguen
siendo administrados por sos-tenedores cuya prioridad no es
educar y particularmente la
educación superior si-
gue dejando fuera a casi la
mitad de quienes están en edad de ingresar (entre 18 y
24), la mayoría de los cuales
no proviene precisamente de
los sectores más acomodados de esta sociedad.
Sin embargo aquí estamos. Tuvimos un primer semestre
del que no nos podemos enor-
gullecer: no estuvimos luchan-do y aunque hubiésemos teni-
do más de una marcha al mes,
seguimos sin hacer de la lucha
una tarea de todos los días. Se logra entrever en las de-
claraciones de Titelman y Bo-
ric (ver cuadro) que, además de haber profundo desacuer-
do en la forma, hay poca clari-
dad con respecto al horizonte y las demandas por las cuales
estamos peleando. No pode-
mos seguir esperando esa cla-
ridad, pasivos, a ver si apa-rece en la prensa o en fa-
cebook, sino que debemos
se hoy y nosotros los que aclaremos el contenido de
nuestra lucha.
El primer semestre de-
mostró que no sirve agi-
tarnos entre nosotros
mismos, naturalizando el salir a marchar men-
sualmente. Necesitamos
ser masivos incluso antes de
salir a las calles y para eso es
necesario hacer sentido, dar cuenta de que la lucha por la
educación va de la mano ne-
cesariamente con la lucha por
una sociedad nueva, donde el mercado no haga ganancia de
nuestras aspiraciones indivi-
duales y competitivas.
Así, luchar en contra del en-
deudamiento y por la regula-ción del lucro nos parece erra-
do, insuficiente, si pensamos
que lo que queremos derribar
es el modelo neoliberal de educación y no sólo atenuar
sus excesos. Entendiendo que
buscamos acabar con el nego-
cio en la educación y las pro-
fundas desigualdades que este genera, nuestras demandas
deben ir en pos de acabar con
él y con la existencia del mer-
cado en la educación, en la salud, transporte, etc.
La construcción de un proyec-to educativo que no cuadre
con el modelo actual y que ha-
ga sentido a todo el pueblo implica que reivindiquemos
conceptos como la dignidad e
igualdad en la educación,
cuestión que no puede conse-guirse en condiciones materia-
les desiguales y precarias. ...
… Las reivindicaciones le-
vantadas desde el movi-miento estudiantil no pue-
den apuntar ni a mejorar
el modelo ni a hacerlo más
sostenible, porque sabe-mos que un modelo educa-
tivo sostenible supone una
formación empobrecida, la lógica del negocio así lo
impone. Recuperemos la
lucha por la eliminación del mercado y el fortale-
cimiento de la educa-
ción estatal (ojo, no de
mero sentido público) que logre asegurar las
condiciones materiales
mínimas para que el pueblo desarrolle su
propio proyecto educati-
vo.
¿Pero qué es ese proyecto
educativo del pueblo? No
es ni será una discusión zanjada, pe-
ro partamos
porque pre-sume tam-
bién una
concepción de mundo y
de ser hu-
mano que
se vuelca hacia lo
educativo. Si bien, sabe-
mos que éste se vincula con el currículum educati-
vo, el énfasis debe apuntar
a constituir actores socia-les capaces de elaborar
apuestas en torno al
contenido de la educación,
volviéndolo coherente en su práctica diaria y en la
movilización. No podemos
delegar en el estado neoli-beral ni el sentido ni el
contenido de nuestra
educación, que debe apun-tar a las necesidades de
nuestra sociedad por una
parte y que se construya a
punta de movilización por parte de los actores
sociales organizados.
¿Hay que radicalizar?
Siempre, las injusticias
cotidianas que vivimos en Chile lo imponen. Pero la
radicalidad no sólo se da
en las formas de moviliza-
ción, sino también en el contenido
y el pro-
yecto que da sentido
a nuestra
lucha, si no existe una
fuerte
coherencia
entre am-bas, el
contenido es mera teoría y
las formas se vuelven estériles.
Les dejamos dos caras de este trovador Chileno, militante comu-
nista y del arte popular. La primera es su último poema, escrito mientras estaba cautivo en el Estadio Chile antes de morir… la
segunda es el tema Movil Oil Special, donde el centro somos los
estudiantes movilizados. Somos cinco mil
en esta pequeña parte de la ciudad.
Somos cinco mil
¿Cuántos seremos en total
en las ciudades y en todo el país?
Solo aquí
diez mil manos siembran
y hacen andar las fábricas. ¡Cuánta humanidad
con hambre, frío, pánico, dolor,
presión moral, terror y locura!
MI SI7
Los estudiantes chilenos MI
y latinoamericanos
SI7
se tomaron de las manos MI
matatiretirundín.
En este hermoso jardín
a momios y dinosaurios
los jóvenes revolucionaurios han dicho basta por fin.
¡Basta!
SI7 Que viene el guanaco
MI
y detrás los pacos SI7
la bomba adelante
MI la paralizante
SI7
también la purgante,
MI y la hilarante.
SI7
¡Ay qué son cargantes MI
estos vigilantes!
SI7
El joven secundario
MI
y el universitario,
SI7
con el joven proletario, MI
quieren revolución.
LA En la Universidad
MI
se lucha por la reforma SI7
para poner en la horma
MI al beato y al nacional.
Somos los reformistas,
los revolucionarios, los antiimperialistas,
de la Universidad.
MI SI7
Los estudiantes chilenos MI
y latinoamericanos
SI7
se tomaron de las manos MI
matatiretirundín.
En este hermoso jardín
a momios y dinosaurios
los jóvenes revolucionaurios han dicho basta por fin.
¡Basta!
SI7 Que viene el guanaco
MI
y detrás los pacos SI7
la bomba adelante
MI la paralizante
SI7
también la purgante,
MI y la hilarante.
SI7
¡Ay qué son cargantes MI
estos vigilantes!
SI7
El joven secundario
MI
y el universitario,
SI7
con el joven proletario, MI
quieren revolución.
LA En la Universidad
MI
se lucha por la reforma SI7
para poner en la horma
MI al beato y al nacional.
Somos los reformistas,
los revolucionarios, los antiimperialistas,
de la Universidad.
Aumento masivo de la
matrícula estatal en
educación superior y
planteamientos en
torno al acceso
Fin a la externalización de servicios asociados a la educación superior
(licitaciones y subcontra-taciones).
Eliminación de las pruebas estandarizadas, tan-to las evaluadoras, como las que habilitan profesionalmente y las que implican financiamiento y selección (Simce, PSU, prueba Inicia, EUNACOM).
No más pruebas
de selección en
los colegios
Planificación estatal de la oferta en educación superior en base a las necesidades sociales
A partir de las movilizaciones del 2011 hemos podido instalar la gratuidad de la educación como
demanda principal del movi-miento estudiantil, es lo por lo que hemos salido a las calles y por lo que aún seguimos pelean-do. Pero ¿Queremos que esta
educación sea gratuita? ¿Se so-lucionan los problemas de de-sigualdad en edu-cación exigiendo sólo gratuidad? Hoy en día la tota-
lidad de la educa-ción está regida por el mercado, esto no es más que por los dueños
de las grandes em-presas que operan en nuestro país; gracias al negocio educativo se ga-
rantizan los privile-gios de unos pocos y se oprime y pre-cariza la vida la mayoría de los chilenos. Esta condición desigual no es ajena a nuestra universidad, atrás quedó el mito de que so-mos la universidad pública que piensa el país; donde sus estu-diantes y egresados tenían el compromiso social y la capacidad creadora para desarrollar un país según las necesidades de toda la
sociedad. Nuestra realidad es otra, hace rato que el mercado decide qué estudiamos, cómo lo
aprendemos, quienes nos ense-ñan, para qué y hasta cuánto tiempo tenemos que pasar en la universidad. Con la privatización del conocimiento la cosa funcio-
na así: el Banco Mundial entrega fondos al MINEDUC para que los
asigne a las dis-tintas institucio-nes educaciona-les, a través de
proyectos que estas institucio-nes presentan, estableciendo su proyecto educati-
vo, sus priorida-des y los tiempos para cumplirlas. Lo que resulta de
esta operación son inversiones s u p e r v i s a d a s
desde fuera de la Universidad, y negociadas con miras a intereses de mercado. Ahora quien decide el proyecto de universidad no son sus estudiantes, ni menos sus funcionarios; sino un comité de “expertos” que diseña nues-tras carreras, defendiendo los intereses de los empresarios y no de los estudiantes y el pueblo en su conjunto. Para este año el gobierno busca
¡¡¡¡¡¡
implementar “innovaciones curri-culares” principalmente zanjar recortes de mallas y definir perfi-les de egreso (proceso en el cual sociales está a la vanguardia); se eliminan aquellas materias que permitirían la construcción de la universidad como un espacio de crítica, de reflexión y de trans-formación de la sociedad, y a la vez se establecen métodos de enseñanza por competencias. ¿Dónde queda nuestra capacidad creadora como estudiantes?
¿Aportamos con conocimiento nuevo y relevante para nuestro pueblo? Estas medidas no bus-can más que mantenernos silen-ciados en nuestros asientos,
aceptando y validando todo lo que dicen quienes se paran al frente; nos niegan la posibilidad de conocer nuestra historia, los problemas de nuestra gente,
manteniendo la universidad cada vez más alejada del pueblo y sus luchas. Basta de pasividad. Tenemos que estar a la altura de lo que significa dar una lucha por una
educación para el pueblo, no po-demos seguir sentados sumando y sumando hojas con conoci-miento inútil. Ya sabemos que la universidad quiere que seamos trabajadores para mantener las desigualdades de este país, es nuestro deber invertir esta situa-ción; estudiar y formarnos para ser trabajadores al servicio del pueblo y su gente. Hemos acumulado distintas ex-periencias: cátedras de autofor-
mación, grupos de estudio, elec-tivos autogestionados, semina-rios paralelos y tenemos una lar-ga historia de movilizaciones. Rescatemos lo que hemos apren-
dido- sabemos para qué y cómo queremos educarnos- no se trata de cambiar un papel que diga qué es la universidad. Buscamos disputar en la práctica cotidiana
una universidad para el pueblo chileno. Seamos consecuentes con la lucha que ya hemos inicia-do, sólo la organización perma-nente nos permitirá golpear con más fuerza y alcanzar la educa-ción que queremos.
¡Construyamos universidad
para el pueblo:
educación igualitaria,
gratuita, digna
y transformadora!.