SoledadCuaresma 2011

BOLETÍN OFICIALDE LA

ILUSTRE HERMANDAD DELSANTÍSIMO SACRAMENTO Y

NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES

75º Aniversario de la destrucción de las Sagradas Imágenes Titulares, de nuestro Patrimonio, de nuestra Sede Canónica y del martirio de nuestro Consiliario por fanáticos de ideologías ateas

Almería, Cuaresma 2011N.º XXIII

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EditorialParadójicamente, las primeras líneas de este boletín siempre son las

últimas en escribirse; necesitan un reposo y una visión global de toda la publicación. Pero ello permite, las más de las veces, incluir algunos datos que no han encontrado su sitio en las páginas siguientes.

Una de estas preciosas gotas que caen desde el cielo sin que nadie se lo espere ha sido la alegría de que Nuestra Señora de los Dolores aparezca imponentemente guapa en el cartel que la obra social de la entidad Cajasol publica cada Cuaresma en nuestra ciudad de Almería. Estoy escribiendo estas líneas y todavía faltan unos días para que se presente al público, pero, gracias a Dios, he tenido la suerte de poder contemplarlo y la imagen de la Virgen de la Soledad refleja toda su belleza, todo su candor y, por qué no decirlo, toda su tristeza. Agradecemos a esta entidad la elección de la imagen de la Virgen para que todos los almerienses puedan admirarla.

La publicación que ahora tienes en tus manos sigue la línea de las que desde el año 1989 la Hermandad de la Soledad viene sacando a la calle todas las Cuaresmas. En este curso cofrade se ha completado con los dos pequeños boletines que vieron la luz en septiembre y en diciembre y que te han mantenido muy informado durante todo el año. Pero en Cuaresma, la línea ha de cambiar, puesto

La Hermandad de la Soledad agradece la colaboración prestada por todas las empresas anunciantes para que este boletín haya podido ver la luz y, de esta manera, los hermanos y hermanas soleanos puedan estar

informados de todos los cultos y actividades de esta Cuaresma y Semana Santa.

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que la información, los actos y cultos de la Cofradía son mayores en número. Sin embargo se ha mejorado mucho con respecto a la Cuaresma pasada: cien páginas, de las que treinta y seis de ellas son a color, numerosas fotografías y unos artículos muy interesantes hacen de esta una de las publicaciones indispensables en la Cuaresma almeriense.

Repasamos la vida de la Hermandad desde el mes de diciembre hasta que ha empezado la Cuaresma, que no ha sido poca, y, por supuesto, hacemos un adelanto de lo que está por venir: Septenario, Exaltación, Viernes de Dolores, ensayos, túnicas, carteles, retiro, cultos, actividades... Todo eso que ansiamos y que esperamos durante todo el año y que, desgraciadamente, pasa muy rápido ante nosotros.

La Junta de Gobierno de la Hermandad de la Soledad quiere pediros vuestra implicación, vuestra participación. El ser hermano soleano no puede ser de boquilla, de cara a la galería, sino que exige un trabajo durante todo el año, no solo el Viernes Santo, no solo durante la Semana Mayor. La procesión es un acto muy importante para nosotros, pero no el único; el Septenario a Nuestra Señora de los Dolores, que culmina el Viernes de Dolores, o los Santos Oficios, como hermandad sacramental que somos, son tanto o más importantes que la procesión. Así pues, si todos nos esforzamos por acompañar a nuestros titulares por las calles de Almería, debemos esforzarnos tanto o más por estar a su lado en estas importantes citas.

Aunque la línea editorial de este Boletín está marcada por los criterios establecidos en nuestras Reglas para todas las actividades de la Hermandad y tutelada por la Junta de Gobierno, la Redacción del mismo

no tiene necesariamente que asumir todos los contenidos de las colaboraciones.

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Introducidos por la palabra de Dios en el esplendor de la Semana Santa

Queridos cofrades:La inauguración de la Cuaresma nos abre un año más el camino de

purificación hacia las celebraciones de la Semana Santa, cuya cima es el triduo pascual. Se trata de un camino penitencial que ha de ayudarnos a una más honda conversión de vida a Cristo, evangelio vivo de Dios Padre, con el cual hemos de configurar nuestra vida de cristianos. Sobre todo, si tenemos en cuenta que esta conversión a la que Cristo nos llama ha de transformarnos en signo visible de su presencia en una sociedad ampliamente secularizada.

Es verdad que las manifestaciones públicas de fe que estos días traen consigo suponen la ilusión de tantos miles de cofrades, que a lo largo de todo el año han seguido la disciplina del esfuerzo por mejorar la organización de sus hermandades y cofradías, creando con ello un clima de verdadera fraternidad en las hermandades; compartiendo metas y objetivos anuales que llevan consigo la mejora también de tejidos, enseres y pasos procesionales. Estos cofrades están dispuestos a sacrificar tiempo, dedicación y renuncias, pequeñas y grandes, para que tanto los actos devocionales como los desfiles redunden en la mayor gloria de Cristo y de su Santísima Madre.

También es verdad que durante los últimos años se ha realizado un mayor esfuerzo por una mejor formación de los miembros de estas asociaciones de fieles que son las hermandades y cofradías; y lo es también que la sensibilidad social de las mismas ha crecido en compromisos de caridad y promoción de empresas muy laudables. Las cofradías se han hecho particularmente sensibles a las necesidades de la misión de la Iglesia ad gentes, a la acción caritativa y social de Caritas diocesana y de sus delegaciones parroquiales, a las necesidades de enfermos y discapacitados, a los programas de ayuda a los necesitados de las organizaciones no gubernamentales de inspiración cristiana, como Manos Unidas y algunas obras de alcance educativo y hospitalario.

Sin embargo, la tarea que está aún por delante es muy grande, porque la palabra de Cristo es exigente urgiéndonos la conversión, y se trata de “hacer esto sin de cuidar lo otro” (Mt 23,23). Es decir, es preciso proponerse como objetivo el culto en su esplendor y sostener su consistente verdad como “culto en el espíritu” (Jn 4,24) purificado las manifestaciones del culto en el crisol del amor divino que es la caridad para con el prójimo. Es preciso, asimismo, cuidar la fidelidad a la tradición devocional y a la piedad popular sin abandonar las celebraciones litúrgicas sin las cuales quedaría preterido el culto del Nuevo Testamento. Es preciso caer una y otra vez en la cuenta de que la formación cristiana es la forma permanente de catequesis continuada, sin la cual resulta inviable la inteligencia de la fe capaz de penetrar los misterios de la salvación.

Si la caridad de Cristo nos urge, conforme a la máxima del Apóstol san

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Pablo, sucede así porque, en verdad, “el amor de Cristo nos apremia al pensar que, si uno murió por todos, todos por tanto murieron. Y murió por todos, para que ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos” (2 Cor 5,14-15). Es esta urgencia del amor crucificado de Cristo la que nos impulsa hacia adelante abrazados a la cruz nuestra de cada día, que tiene su expresión plástica y devota en el bello recorrido de la carrera oficial de los pasos procesionales que representan la pasión de amor de Jesucristo, entregado a la muerte por nosotros. No podemos desvincular las representaciones procesionales de la magna procesión de la vida como discípulos de Cristo, no porque no tengan que capitalizar con toda justicia nuestro esfuerzo y cuidados los desfiles procesionales de penitencia, que se celebran a lo largo y ancho de nuestra geografía diocesana, más aún, de nuestra geografía patria, sino porque al entregarnos con cuerpo y alma a la representación de la pasión de Cristo y del misterio de su muerte y resurrección, estamos haciendo visible el impulso secreto de nuestro corazón, movido por el amor de Cristo crucificado y que, por eso, llega hasta pobres y necesitados, a las familias sin otro apoyo económico

que la dádiva bienintencionada como forma de compartir educación y cultura, salud y bienestar con quienes carecen de estos bienes, sobre todo cuando, en tiempos de crisis y falta el trabajo.

Quiero, pues, animar a todas las hermandades y cofradías a que pongan el mayor tesón en lograr la coherencia de actuación que hace creíble la sinceridad de nuestra devoción a la cruz del Señor y a los dolores de su santísima Madre. Esta coherencia se ha de traducir en cumplimiento esmerado de los objetivos de cada hermandad y cofradía, lo que sólo será posible aunando esfuerzos y empujando todos en la misma dirección. Para ello es necesario suprimir los personalismos del capillismo y someterse todos a la disciplina de la humildad, pues se trata de contemplar la humillación de

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Dios en Cristo sentenciado a muerte, apresado, juzgado, flagelado y coronado de espinas, cargado con la cruz a cuestas, abatido por el peso de la cruz y clavado al fin en ella, exhausto y exánime.

Los objetivos de cada hermandad y cofradía están plasmados en sus estatutos, cuya observancia es garantía de fidelidad a la mente de la Iglesia, de ahí la importancia que tiene la acomodación de los estatutos cofrades a la ley de la Iglesia y la normativa diocesana, en la cual tanto empeño vienen poniendo muchas cofradías, ejemplares en su deseo y compromiso de plasmar en los propios estatutos las orientaciones que la autoridad eclesiástica les ofrece. Año tras año se van produciendo acomodaciones estatutarias y aquella renovación espiritual deseada por la Iglesia, cosa que honra altamente a los miles de cofrades que se distinguen por su fidelidad a la Iglesia. A lo que hay que sumar el hecho laudable de que cada vez sean más los que asisten a las sesiones ordinarias de sus hermandades y cofradías, pero sobre todo a la asamblea de elecciones. Hemos de conseguir que se acreciente todavía más este espíritu de participación, que hace de las hermandades y cofradías como asociaciones de fieles una manifestación bien visible y dinámica de la participación del laicado en la vida de la Iglesia.

Deseo vivamente que los días de Cuaresma, tiempo de gracia para la transformación interior, redunden en el crecimiento espiritual de los cofrades y de todo el pueblo de Dios, que se dispone a celebrar los misterios de la redención, fiel oyente de la palabra de Dios que los evangelios cuaresmales proclaman. Es esta divina palabra la que puede, en efecto, introducirnos en el esplendor de la Semana Santa, cuyo contenido es el misterio pascual por el cual hemos recibido nueva vida.Os bendice y os desea una fervorosa Semana Santa

Almería, a 13 de marzo de 2011Domingo I de Cuaresma

+ Adolfo González MontesObispo de Almería

D.ª Isabel García Ruiz

Hermanos que han pasado a formar parte del séquito de angelitos soleanos al lado de la

Virgen de la Soledad

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La jornada Mundial de la Juventud(Madrid, 16 al 25 de mayo de 2011)

Mi colaboración quiere ocuparse de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud (= JMJ) que se celebrará en Madrid durante los días 16 al 21 de agosto de 2011 y de la preparación en nuestra diócesis para la mencionada Jornada con la acogida de la Cruz y el Icono de la Virgen Santísima prevista para los días 16 al 25 de mayo y cuyo itinerario y calendario se pueden encontrar en la página web de la diócesis1.

Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la feEl Papa Benedicto XVI publicó el pasado agosto de 2010, en la fiesta de la

Transfiguración del Señor, un mensaje de invitación a todos los jóvenes con el lema “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe” (cf. Col 2,7). En este documento, que os animo a bajarlo de internet y leerlo en su integridad, el Santo Padre invita a los jóvenes a participar en esta gran fiesta de la fe con estas hermosas palabras: “Os invito a este evento tan importante para la Iglesia en Europa y para la Iglesia universal. Además, quisiera que todos los jóvenes, tanto los que comparten nuestra fe, como los que vacilan, dudan o no creen, puedan vivir esta experiencia, que puede ser decisiva para la vida: la experiencia del Señor Jesús resucitado y vivo, y de su amor por cada uno de nosotros”2.

Las hermandades y cofradías, los jóvenes cofrades, deben sentirse interpelados por estas palabras del Santo Padre al tiempo que convocados a preparar y participar en esta gran fiesta de la fe. Las vocalías de juventud de cada una de las hermandades, como primera providencia, deben ponerse en contacto con el Secretariado Diocesano para la Infancia y Juventud para recabar información procurando una acción diocesana conjunta bajo la coordinación del mencionado Secretariado3.

Jesucristo en el corazón del joven cofrade¿Cuál es la finalidad de las JMJ? En palabras autorizadas del venerable

Juan Pablo II, promotor de estos encuentros universales, la principal finalidad es “colocar a Jesucristo en el centro de la fe y de la vida de cada joven, para que sea el punto de referencia constante y la luz verdadera de cada iniciativa y de toda tarea educativa de las nuevas generaciones”4. Ciertamente que quien encuentra a Jesucristo encuentra el sentido profundo de la vida y convierte su existencia en un cántico de alegría. Benedicto XVI al hacer balance ante el colegio cardenalicio de la Jornada celebrada en Sydney definió el encuentro como “una fiesta de alegría”5.

Preparación y participación de las hermandades y cofradíasLas hermandades y cofradías de toda España estarán masivamente

presentes en Madrid y, de manera especial, colaborarán en la organización del Vía Crucis del viernes día 19 de agosto. En efecto, una representación de las imágenes más bellas y veneradas de nuestra iconografía española estarán expuestas en cada estación del Vía Crucis a lo largo de la calle de la Castellana para realizar ante ellas la

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meditación correspondiente. Está decisión de los organizadores ha llenado de alegría a los cristianos agrupados en torno a las hermandades y cofradías y esperamos resulte de gran fervor puesto que se cuenta de antemano con la sublime belleza de las imágenes que nos acercan al Misterio de Cristo.

Es verdad que entre los católicos siempre hay personas que cuestionan estos actos multitudinarios, como ocurre por otra parte con todos los acontecimientos de la vida, y puede que su crítica en algunos aspectos no esté exenta de razón. Ciertamente que la JMJ sin preparación espiritual, buena disposición para aprovechar las catequesis y celebraciones y, más tarde al regreso, sin un seguimiento espiritual, se pueden convertir en sólo una excursión a un lugar atrayente y, a lo sumo, a una experiencia de encuentro personal con gentes llegadas de todos los lugares de la tierra. Pero los hermanos y hermanas de las hermandades y cofradías valoramos la importancia de estos hechos masivos en cuanto expresiones públicas de la fe y sabemos por experiencia el esfuerzo que supone la preparación y continuidad de todo cuanto se hace. De nuevo, en este marco de expresión pública de la fe, hay que valorar la grandeza de las palabras del Santo Padre cuando abre la convocatoria e invita a todos los jóvenes, sean creyentes, duden o no crean. Otra similitud más con nuestras procesiones y expresiones de fe cuando salimos a la calle a manifestar y ofrecer con sencillez nuestra fe.

Por consiguiente, estamos convencidos de que la situación actual aconseja estos actos masivos de encuentro y expresión de la fe de los jóvenes pues como bien escribe el Papa “la cultura actual, en algunas partes del mundo, sobre todo en Occidente, tiende a excluir a Dios, o a considerar la fe como un hecho privado, sin ninguna relevancia en la vida social”6. De nuevo las hermandades y cofradías son un instrumento muy válido al servicio de la evangelización y del anuncio de Jesucristo en cuanto que ante el “eclipse de Dios” en nuestras sociedades no nos avergonzamos de dar testimonio público de nuestra fe.

Por tanto, hemos de prepararnos bien en estos meses que restan y hacer campaña para la participación en la JMJ. Los jóvenes son los protagonistas. A ellos se convoca a prepararse espiritualmente y a ser apóstoles entre los jóvenes suscitando en otros amigos el deseo de participar. El Papa nos propone en su mensaje todo un itinerario de preparación invitando a los participantes a “acoger cada día la Palabra de Cristo” y a “cultivar el diálogo personal con Jesucristo (…) mediante la lectura de los Evangelios y del Catecismo de la Iglesia Católica”7.

Invitación del Papa a los jóvenesEl Santo Padre invita a los jóvenes a la JMJ empleando un estilo claro y

directo. “Queridos amigos, os reitero la invitación a asistir a la JMJ en Madrid. Con profunda alegría, os espero a cada uno personalmente. Cristo quiere afianzaros en la fe por medio de la Iglesia. La elección de creer en Cristo y de seguirle no es fácil. Se ve obstaculizada por nuestras infidelidades personales y por muchas voces que nos sugieren vías más fáciles. No os desaniméis, buscad más bien el apoyo de la comunidad cristiana, el apoyo de la Iglesia. A lo largo de este año, preparaos intensamente para la cita de Madrid con vuestros obispos, sacerdotes y responsables

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de la pastoral juvenil en las diócesis, en las comunidades parroquiales, en las asociaciones y los movimientos. La calidad de nuestro encuentro dependerá, sobre todo, de la preparación espiritual, de la oración, de la escucha en común de la Palabra de Dios y del apoyo recíproco.

Queridos jóvenes, la Iglesia cuenta con vosotros. Necesita vuestra fe viva, vuestra caridad creativa y el dinamismo de vuestra esperanza. Vuestra presencia renueva la Iglesia, la rejuvenece y le da un nuevo impulso8.

Preparación diocesana para la JMJ en MadridLos hermanos mayores ayudados de sus vocalías de juventud deben

ponerse a trabajar bajo la coordinación del Secretariado diocesano para la infancia y juventud para preparar y asistir a la JMJ al tiempo que deben colaborar activamente en los actos de acogida de la Cruz y del Icono de la Virgen que nos visitarán durante los días 16 al 25 de mayo. También se ha de tener en cuenta que hemos de colaborar en la acogida de peregrinos que visitarán nuestra diócesis en la semana anterior a la JMJ en número que podría alcanzar varios miles de distintas nacionalidades.

La JMJ es un momento de gracia del Señor y debe suponer, con la oportuna preparación y participación, un revulsivo para la vida espiritual de nuestras hermandades, y en especial de costaleros y nazarenos, en cuanto que en las manos de los jóvenes está el futuro de la Iglesia y la humanidad.

Manuel Pozo OllerVicario Episcopal

----------1. www.diocesisdealmeria.es

2. «Mensaje del Papa Benedicto XVI para la JMJ 2011»: Ciudad del Vaticano, 6 de agosto de

2010.

3. La dirección de correo del Secretariado Diocesano para la Infancia y Juventud:

juventud@diocesisalmeria.es

4. “Carta de Juan Pablo II al cardenal E. F. Pironio con motivo del seminario de estudio sobre

las Jornadas Mundiales en Czestochowa”: Ciudad del Vaticano, 8 de mayo de 1996.

5. «Alocución de Benedicto XVI al colegio cardenalicio, a la curia y a la prelatura romana con

motivo de las felicitaciones navideñas»: Sala Clementina, 22 de diciembre de 2008.

6. «Mensaje del Papa Benedicto XVI para la JMJ 2011»: Ciudad del Vaticano, 6 de agosto de

2010.

7. Ibid.8. Ibid.

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Miércoles de cenizaLa lluvia golpea el cristal de la ventana, no puedo observar los primeros

rayos de sol tiñiendo de rojo las cumbres de la sierra de Gata. En Almería el día amanece gris, estos días me siento melancólico, reflexivo y los recuerdos vienen a mi memoria.

Hoy es Miércoles de Ceniza, día que marca el inicio de la Cuaresma. Tiempo de reflexión, de ayuno y de preparación para la Semana Santa. Tiempo en que los cristianos y los cofrades en particular tenemos que prepararnos para la Resurrección.

No, no me he equivocado, pues qué sentido tendría que cada primavera vistiéramos nuestro hábito de nazareno y convirtiéramos nuestras calles en el mayor retablo imaginable en el que mostrar la Pasión y Muerte del Redentor o el desgarrador Dolor de una Madre por la muerte de su Hijo, si no somos conscientes que ello nos mostró el camino a la Resurrección. Jesús y su Bendita Madre sabían que esa era la encomienda del Padre, la Resurrección, nuestra Resurrección.

Hoy es Miércoles de Ceniza y el sacerdote hará en nuestra frente la señal de la Cruz, dejándonosla marcada con un rastro de ceniza que nos dice qué somos y de dónde venimos. La ceniza nos muestra que todo aquello que ha supuesto una carga para nuestro espíritu, para nuestra alma, debe morir. Debemos dejarlo atrás y prepararnos a recibir la Luz, la Luz de de la Resurrección. Esa Luz que iluminará de nuevo nuestra vida tras la Pasión.

Preparémonos para que cuando recorramos nuestras calles cubiertos por nuestro hábito de nazareno, lo hagamos imbuidos en la fe, en el amor a Cristo y su Bendita Madre, siguiendo la Cruz de Guía que nos es solo el símbolo que marca el camino de nuestras procesiones sino que desde la humildad del madero, Jesús nos indicó el Camino de la Salvación.

Nuestras procesiones no son un desfile más, no son una manifestación más, sino que es una manifestación de fe, nuestra Fe. Por ello me congratulo de la decisión adoptada de que el próximo año todas las procesiones converjan ante la Catedral, primer Templo y enseña de nuestra Diócesis, así daremos sentido a nuestras procesiones de penitencia.

Es por ello que todos tenemos que prepararnos para ese acontecimiento y mostrar a los demás que no alteramos nuestro recorrido por la belleza del casco histórico, la estrechez de sus calles o todas aquellas ideas que puedan imaginar. Los cofrades tenemos que ser fieles a nuestros principios y en especial a nuestra Fe.

José Antonio Sánchez SantanderPresidente de la Agrupación

de Cofradías de Almería

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Habla nuestro consiliarioDeus honoratur silentio

Uno de los elementos que genera la situación deshumanizada de Occidente es el ruido. El ajetreo del hombre contemporáneo le priva de espacios de silencio en los que sea posible la reflexión, la creación artística e intelectual, la espiritualidad. Este activismo se introduce en la Iglesia y, por desgracia, también en sus Cofradías. Algunos reducen la actividad cofrade a hacer cosas, recaudar fondos, a tentativas de incrementar el patrimonio… Estos hermanos desenfocados pueden pasar horas de tertulia con amigotes, pero no con los Titulares, en el templo. Hay quienes faltan por sistema a los cultos, inútil esperarlos en las principales festividades del año litúrgico, incluso se permiten la inasistencia a los Santos Oficios el Viernes Santo. No extraña que se atrevan a participar en la procesión sin haber confesado sus pecados.

Sin embargo, lo primero como cofrades -según los Estatutos, en consonancia con las antiguas Reglas de la Cofradía que piden con énfasis hacer oración, celebrar los sacramentos y conducirse fervorosamente- lo primero como cofrades, digo, no es hacer, sino ser. O sea, vivir la fe, cuidar la vitalidad de nuestra alma, ocuparse de nuestro destino eterno. En efecto, la vida de oración, cauce de nuestra relación con Dios, es la clave de nuestra fecundidad religiosa y eclesial.

El silencio de nuestros templos y celebraciones permite realizar la experiencia más profunda que le es dada al ser humano: el encuentro con Dios. Urge recuperar la preparación espiritual previa y la actitud de recogimiento durante toda la celebración, o toda la procesión. Y os felicito porque se van dando pasos eficaces. Cada celebración, cada procesión, requiere taxativamente ser vivida con fervor. En efecto, como escribió Santo Tomás de Aquino (1224-1274): Mediante el silencio se honra a Dios (Deus honoratur silentio). No vamos a realizar una mera operación mecánica cuando participamos en Misa o en una procesión. Estos cultos exigen la apertura de nuestra interioridad, para vivirlos con provecho espiritual. Porque en el culto cristiano no basta la mera corrección ritual. “Nos damos cuenta, cada vez con mayor claridad, de que también el silencio forma parte de la liturgia. Al Dios que habla, le respondemos cantando y orando, pero el misterio más grande, que va más allá de cualquier palabra, nos invita también al silencio [...] -el silencio que no es una simple pausa, en la que vienen a nosotros mil pensamientos y deseos, sino ese recogimiento que nos da la paz interior, que nos permite tomar aliento, que descubre lo que es verdaderamente importante- [...] No es casual el hecho de que hoy se busquen por doquier ejercicios de introspección [...] con ello se pone de relieve una necesidad interior del hombre” (BENEDICTO XVI-J. RATZINGER, El espíritu de la Liturgia, Una introducción, Madrid, Cristiandad, 42007, p. 252.)

El silencio de la oración, pues, es un silencio lleno, como los amigos que están en confianza, como el de los enamorados que se miran en silencio, como los padres que velan el sueño de su bebé. Esta es la gran lección de la Virgen: “Calmó el

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ansia de los sedientos y a los hambrientos los colmó de bienes” (Sal 106,9). Debemos mostrar la seriedad de esta cuestión, y preservarla con similar contundencia a la usada en los auditorios y cines para proteger las interpretaciones artísticas.

No es el silencio de la destrucción y la muerte, como el que sufriera nuestra Cofradía, con toda la Iglesia, en la hecatombe padecida durante la persecución religiosa de la II República española y la Guerra Civil de 1936-1939. Se cumplen ahora los 75 años de la fase más cruenta, cuando fueron escarnecidos y destruidos nuestros Sagrados Titulares. El 21 de julio (D.M.), oraremos de forma particular en el aniversario de la destrucción de las Imágenes de S. Juan y de Nª Sª de la Soledad, con la mayor parte del patrimonio de la cofradía, y nuestro templo de Santiago Apóstol, que había sido declarado monumento nacional en 1931. El consiliario, D. Carmelo Coronel Jiménez -como tantos sacerdotes-, sería atrozmente martirizado en el pozo de La Lagarta (Tabernas) el 31 de agosto de 1936.

Ha sido muy oportuno dedicar un ‘Viernes de la Soledad’ a refrescar el conocimiento de aquellos hechos. La actual falsificación inducida de la historia hace urgente una presentación fidedigna de nuestro pasado.

En nuestros días la estrategia de los enemigos de la religión es diferente. Pero, sus motivaciones anticristianas de fondo, permanecen inalteradas. La izquierda, en la II República, fue abiertamente hostil a la piedad popular católica. En cambio, desde los años ochenta del pasado siglo ha empleado la táctica de presentar la piedad popular como un comportamiento cultural, buscando desreligiosizar las cofradías y procesiones, reducirlas a mero folclore y desconectarlas de la Jerarquía. Antes mataron los cuerpos, ahora matan las almas. Ya destapada, sólo resta no secundar esa añagaza.

Felicito -reiterando lo dicho en el Cabildo del pasado octubre- al Hno. Mayor, a la Junta Directiva y a todos los cofrades y devotos, por elevar constantemente el nivel de la Cofradía, en fervor, dinamismo y caridad.

Hace unas semanas ha sido limpiado el manto de Nª Sª. Vivamos esta Semana Santa de modo que quedemos más en gracia de Dios y más unidos, o sea, más presentables a los ojos de Dios. Eso agradará todavía más a Nuestra Madre Bendita de la Soledad.

Francisco J. Escámez MañasArchivero Diocesano y Capitular

Párroco de Santiago ApóstolConsiliario de la Hermandad

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Palabras del Hermano MayorA todas y a todos los Cofrades-Hermanas y Hermanos, para todos nuestros

colaboradores, anunciantes, devotos y simpatizantes va mi más cordial salutación en esta Cuaresma y Semana Santa 2011, días en los que la Iglesia sigue las huellas del Maestro y que todos nosotros, los creyentes, estamos obligados como cristianos y cofrades a seguir. De nuevo, un años más, cobrarán actualidad las narraciones de la Pasión, Muerte y Resurrección del Hijo de Dios hecho hombre, como si los hechos se repitieran efetivamente ante nuestros ojos.

Es la Cuaresma y la Semana Santa tiempo para profundizar en el amor de Dios, y poder así mostrarlo a los demás. Y también ese tiempo debe ser fundamental para todos los Cofrades y seguir dando nuestro testimonio del compromiso cristiano que esta Hermandad, como Sacramental que es, está llevando a cabo en sus facetas de Sacramental y de Caridad. Prueba de ello han sido acompañar a nuestro Consiliario y Párroco de Santiago Apostol en visitas a enfermos para llevarles la Sagrada Comunión, la distribución de alimentos para las familias necesitadas del entorno de la Parroquia, procedentes de la Comunidad Europea y en colaboración con Cruz Roja, así como la generosa aportación de alimentos que han efectuado nuestros devotos y simpatizantes en la pasada Navidad y Reyes en el Belén y venta de productos conventuales típicos de los días señalados y que en importante cantidad se entregaron a Cáritas de la Parroquia para su entrega a los transeuntes y necesitados que lo piden, porque nuestro deber como cristianos nos lo exige.

Siempre en todos nuestros actos de la mano de la Santisima Virgen de los Dolores, nuestra madre de La Soledad que junto al discipulo amado, San Juan son nuestros guías.

Pero estos días son de reflexión y hacer examen de nuestro comportamiento como Cofrade, ¿lo haces?, sé sincera y sincero, ponte la mano en el corazón y medita porque todos debemos de hacerlo. Y aprovecha estos momentos para peguntarte ¿qué puedo sacar de la Cuaresma y de la Semana Santa? Pues te pongo en camino... asistencia a los Oficios de Jueves y Viernes Santo, asistencia al Septenario de la Hermandad, acompañar con tu hábito de penitencia en el recorrido procesional, el Viacrucis al cerro de San Cristobal y el Rosario con la imagen de la Virgen al citado cerro para vivir unos momentos de reflexión y de convivencia, el Sabado a la Vigilia Pascual para llegar el gran día que para todo cristiano deben tener estos días... el Domingo de Resurrección.

Te invito a todo ello y que mejoremos nuestras actitudes con todos los que tenemos a nuestro alrededor y los tratemos con más o menos frecuencia, mejorar nuestras relaciones y tratos familiares, mejorar en nuestro quehacer diario..., en resumen ser mejores cada día a los ojos de Dios.

Deseo que sigáis manteniendo vuestra fe y amor y fidelidad a la Hermandad a la que un día llegasteis porque veíais en ella lo que un cristiano siente. Y fue ELLA, la Virgen de Los Dolores que os sigue y nos sigue manteniendo con ese

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hermoso regalo del amor y de la fe. ¿No sería ese el mejor regalo que puedes ofrecer a los tuyos y el mejor regalo que te puedes ofrecer a ti mismo?

Como final de esta salutación daros sinceramente las gracias a todos por vuestra fidelidad, vuestra ayuda y vuestra colaboración e invitaros al mismo tiempo a seguir en esa línea.

Con todo mi afecto recibe un cordial saludo de tu Hermano Mayor y Cofrade.

Luis Criado del ÁguilaHermano Mayor

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XVII Exaltación a Nuestra Señora de los Dolores

MARIA, FIDEI MULIER - MARIA, MUJER DE FE

Soledad – voz de oracionesSoledad – del firmamento

Virgen que aprieta en sus manosel dolor de aquel tormento.Con los gemidos callados,

con el callado lamento,la orfandad rozo tu rostrocincelando el día cruento.Siento, Madre, tu dolor,

siento, en el pecho Su Muerte,siento al mirarte, el amor

que en plegaria se convierte.(J. Corsina)

Con el Santísimo Sacramento del Altar como guía y con la Virgen de los Dolores, La Soledad del Viernes Santo almeriense, como amorosa Madre que nos lleve de la mano en esta Exaltación Mariana, decimos confiados en tu poder mediador: ¡Ruega por nosotros!

Cuando me comunicó el Hermano Mayor, don Luis Criado del Águila, mi designación como exaltadora, mi primer pensamiento se esforzó en buscar la razón y el motivo del nombramiento, que por lo inesperado, fue para quien os habla, de un impacto inolvidable.

Solo encontré una razón, que soy cofrade, que amo a las Cofradías con toda la intensidad de mi corazón, y estoy convencida del papel fundamental que hacen las Hermandades en la Iglesia diocesana de Almería, y muy especialmente, vuestra Hermandad Sacramental y Penitencial, decana de las cofradías almerienses.María, mujer de fe

Otro año más estáis juntos como hermandad, comunidad parroquial, niños, jóvenes y adultos, para celebrar vuestra fe cristiana, en torno a la Virgen María, en la advocación de la Soledad, Titular de esta Cofradía.

Ave, María, Madre de Jesús, bendita entre las mujeres, bendito tu Hijo, Jesús. Santa María, ruega por todos los jóvenes que quieren y luchan por mantener un corazón y un espíritu limpio.

Ave, María, Madre de la Soledad, mujer a disposición de Dios, llena de gracia, bendita entre las mujeres. Santa María, virgen Madre de los hombres, ruega por nosotros para que nuestra vida esté siempre a disposición del amor.

Ave, María, Madre Dolorosa, llena de gracia, Dios está contigo, testigo de delicadeza, ternura y bondad. Santa María, ruega por todos los que han ofrecido su vida y su amor a tu Hijo, para que sean testigos de ese amor.

Muy Ilustre Rvdo. Padre D. Francisco Escámez, Sr. Hermano Mayor y Junta de Gobierno de la Ilustre Hermandad del Santísimo Sacramento y Nuestra Señora de los Dolores. SOLEDAD, Sr. Presidente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de la Ciudad de Almería. Señoras y Señores. Cofrades y amigos todos.

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Esta noche estamos aquí reunidos por la fe, ¿Qué es para nosotros la fe? Para dar respuesta qué mejor que fijarnos en esa gran mujer y prototipo de fe para nosotros, María, la Virgen María.

Sería muy presuntuoso por mi parte dar una respuesta a algo que es tan personal, solo quisiera unirme al pasaje del evangelio donde los discípulos hacen una petición: “¡Auméntanos la fe!”.

Esta petición la hacemos nosotros también hoy en un momento y en una sociedad que va careciendo de fe. ¿Y cual es esa fe que se nos pide? “Si tuvierais fe como un granito de mostaza...”, dice Jesús. A veces hemos entendido la fe solo como un asentimiento intelectual, aceptar verdades que nos transcienden, creer lo que no vimos. La fe es mucho más que eso. Es un grito de confianza en Dios. Es la actitud que pedía Jesús ante de los milagros: “Todo es posible para quien cree”. Es la fe que hace maravillas, porque pone en nuestras manos el poder de Dios. Por esta fe María concibió por el

Espíritu Santo y es la Madre de Dios. Por la fe los primeros creyentes asombraron al mundo con su caridad, esta fe nos comunica la vitalidad de Dios: “El que esta unido conmigo da mucho fruto… Sin mí nada podéis hacer”, nos dice Jesús. Por la fe estamos aquí esta noche ante los pies de una mujer, María. En la advocación de la Soledad.

Que os voy a decir yo esta noche de la Soledad que ustedes no hayan escuchado a lo largo de estos años en tantas hermosas exaltaciones. Los evangelios nos presentan la figura de María como el mejor ejemplo, discreto y humilde de quien ha sabido encarnar y vivir el proyecto de Jesús. Ella es la “llena de gracia” que ha experimentado en plenitud las maravillas de Dios y ha correspondido a ese don. “¡Dichosa tú, que has creído. Porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá!”. María mujer de fe.

María, madre y hermana, modelo de fe y humildad, una joven que gracias a ella, un Dios lejano, que parece inaccesible o ausente entra en nuestra historia personal, como uno de nosotros, semejante en todo a nosotros, menos en el pecado. Cree en su hijo Jesús y su proyecto.

En la primera etapa de la vida pública de Jesús. Etapa de triunfos y entusiasmos por parte del pueblo, María sabe estar en segundo plano; en la segunda, etapa dura y difícil, cuando los enemigos de Jesús estrechan el cerco, le asedian y persiguen, le encarcelan y matan, María esta ahí, de pie, en primera fila, acompañando al hijo en su agonía y muerte.

María, es vínculo de paz y unidad, es la Madre que pone orden en la casa de nuestra vida, busca la concordia, serena los espíritus, por eso entre el pueblo y María hay un misterioso intercambio de simpatía mutua. Y su memoria y su luz reunirán en la noche del Viernes Santo a miles de personas, que le acompañaremos por las calles de la capital con ese silencio y fervor de sus hijos.

Esta noche, Madre de la Soledad, te confiamos a los jóvenes que deben afrontar la

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desocupación, la falta de casa y el temor ante el futuro. Ayúdales a salvar al mundo y a nosotros mismos de la violencia y de las diferentes formas de totalismo contemporáneo en el que no tenemos influencia inmediata.

Te confiamos a ti, Madre, a las familias jóvenes. Enséñanos a servir a la vida desde su concepción hasta su muerte natural. Enséñanos a acoger esta vida. Madre enseña a los jóvenes a crear una cultura y una civilización que, basándose en las leyes de Dios, sepan servir al hombre. Te pido Madre de Dios de la Soledad acógenos complacida como tuviste a tu Hijo en los brazos, bendícenos como Virgen, ámanos como Madre y sálvanos como Reina.Los Dogmas Marianos

Con toda humildad, me acojo a vuestra benevolencia y con vuestra venia comienzo esta andadura por el camino de los dogmas marianos reflejados en la devoción y el fervor que sentís por vuestra dulcísima y bella imagen sagrada de la Virgen de los Dolores, La Soledad del Viernes Santo.

Por ello, quiero recordar, mirando con suma veneración a la Virgen de los Dolores, la actualización eclesial de los dogmas marianos, los cuales son necesarios para una correcta y adecuada vida piadosa de los católicos, y muy especialmente, para nuestras Hermandades que proclamamos públicamente en nuestras Funciones principales los dogmas de la Iglesia Católica Apostólica y Romana.

Nuestra primera reflexión, tras la salida de la Cruz de Guía el Viernes Santo, la candelería del Paso de la Virgen de los Dolores, cuyo palio es el cielo mariano y marino almeriense, la Maternidad Divina. El dogma de la Maternidad Divina, la Virgen María, nuestra Virgen de los Dolores, es verdadera Madre de Dios.

El Concilio de Efeso, del año 431, definió: "Si alguno no confesare que el Emmanuel (Cristo) es verdaderamente Dios, y que por tanto, la Santísima Virgen es Madre de Dios, porque parió según la carne al Verbo de Dios hecho carne, sea anatema."

El Concilio Vaticano II hace referencia del dogma así: "Desde los tiempos más antiguos, la Bienaventurada Virgen es honrada con el título de Madre de Dios, a cuyo amparo los fieles acuden con sus súplicas en todos sus peligros y necesidades" (Constitución Dogmática Lumen Gentium, 66).

Nuestro corazón vuelve a sentir el dolor cuando admiramos en la Estación de Penitencia a esa flor abandonada, la Virgen de la Soledad, llegando, entre Conventos de Clausura, a la Catedral, con la luz tremolante de los guardabrisas, tras enterrar al Hijo de Dios, que dolor más inmenso, no cabe mayor dolor en el corazón humano.

Todas las Hermandades penitenciales hacen suyo el dogma de la Inmaculada Concepción, con la insignia que abre uno de los tramos de nazarenos de la Virgen, “sine labe concepta”, “sin pecado concebida”.

Es la representación de la Virgen por excelencia. Hasta tal punto, que cuando a mediados de los años 80 quisieron quitar el día festivo de la Inmaculada Concepción, el día ocho de diciembre, las Hermandades de España, y más concretamente de Andalucía, decidieron unánimemente no realizar ese año la Estación de Penitencia hasta que reconsideraran tan desafortunada decisión política de quitar una de las tradiciones religiosas de España. Se veía venir la desacralización y el laicismo demoledor de España.

El Dogma de la Inmaculada Concepción establece que María fue concebida sin mancha de pecado original. Fue proclamado por el Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, en la Bula Ineffabilis Deus.

"Declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, fue por singular gracia y