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EL PROBLEMA
DE LA TIERRA JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI LA CHIRA
RESUMEN La herencia del virreinato nos dejó una variada
cultura, artes y ciencias pero a su vez trajo consigo
perjuicios que hasta el día de hoy yacen en la
sociedad peruana e impiden su desarrollo.
Profesor: Segundo Zamora Rodriguez Historia Económica del Perú
Contenido
INTRODUCCIÓN ....................................................................................................................3
SÍNTESIS DE CADA TEMA ..................................................................................................4
I. EL PROBLEMA AGRARIO Y EL PROBLEMA DEL INDIO .................................5
II. COLONIALISMO - FEUDALISMO .........................................................................6
III. LA POLÍTICA DEL COLONIAJE: DESPOBLACIÓN Y ESCLAVITUD .........7
IV. EL COLONIZADOR ESPAÑOL ...............................................................................8
V. LA "COMUNIDAD" BAJO EL COLONIAJE ........................................................9
VI. LA REVOLUCIÓN DE LA INDEPENDENCIA Y LA PROPIEDAD
AGRARIA .................................................................................................................................9
VII. POLÍTICA AGRARIA DE LA REPÚBLICA ........................................................10
VIII. LA GRAN PROPIEDA Y EL PODER POLÍTICO ...........................................11
IX. LA “COMUNIDAD” EN LA REPÚBLICA ..........................................................12
XII. “COLONIALISMO” DE NUESTRA AGRICULTURA COSTEÑA .................15
PROPOSICIONES FINALES ...............................................................................................16
INTRODUCCIÓN
SÍNTESIS DE CADA TEMA
EL PROBLEMA AGRARIO Y EL PROBLEMA DEL INDIO
COLONIALISMO-FEUDALISMO
LA POLÍTICA DEL COLONIAJE: DESPOBLACIÓN Y ESCLAVITUD
EL COLONIZADOR ESPAÑOL
LA COMUNNIDAD BAJO EL COLONIAJE
LA REVOLUCIÓN DE LA INDEPENDENCIA Y LA PROPIEDAD AGRARIA
POLÍTICA AGRARIA DE LA REPÚBLICA
LA GRAN PROPIEDAD Y EL PODER POLÍTICO
LA COMUNIDAD BAJO LA REPÚBLICA
LA COMUNIDAD Y EL LATIFUNDIO
EL RÉGIMEN DE TRABAJO: SERVIDUMBRE Y SALARIADO
COLONIALISMO DE NUESTRA AGRICULTURA COSTEÑA
I. EL PROBLEMA AGRARIO Y EL PROBLEMA DEL
INDIO
Mariátegui estudia la cuestión agraria unida a la del indio, reivindicando el derecho de éste a la tierra,
sus estudio es plenamente materialista, de modo que se hago objetivo y sin ninguna vinculación de tipo
religiosa o espiritual, la cual podría resultar poco imparcial.
El problema agrario se presenta como feudalismo en el Perú, las expresiones de la feudalidad
sobreviviente son dos:
latifundio
servidumbre
Esto de deriva en que no se puede liquidar la servidumbre, que pesa sobre la raza indígena,
sin antes liquidar el latifundio. El feudalismo se muestra en la agricultura de la costa, a través
del yanaconaje y del enganche, y en la de la sierra a través del gamonalismo del propietario
de la tierra y de la condición de siervo del indio.
El problema agrario aparecía pues, en toda su magnitud, como un problema:
Económico
Social
Político
De acuerdo con el autor, este problema no le corresponde en ninguna medida al área de la
agronomía, ya que simplemente no se puede convertir en un problema técnico-agrícola.
La solución liberal de este problema sería, conforme a la ideología individualista, el
fraccionamiento de los latifundios para crear la pequeña propiedad, la cual no es utopista,
ni herética, ni revolucionaria, ni bolchevique, ni vanguardista, sino ortodoxa, constitucional,
democrática, capitalista y burguesa. Tiene su origen en el ideario liberal en que se inspiran
los Estatutos constitucionales de todos los Estados demo-burgueses. Por ejemplo en los
países de la Europa Central y Oriental, Checoslovaquia, Rumania, Polonia, Bulgaria, etc.,
se ha sancionado leyes agrarias que limitan la propiedad de la tierra, al máximum de 500
hectáreas, consolidándose con el capitalismo de Occidente y oposición a Rusia.
El autor propone que la forma individualista no sea parte de la práctica del liberalismo en el
Perú, y que se mantenga la supervivencia de la comunidad y de elementos de socialismo
práctico en la agricultura y la vida indígenas.
II. COLONIALISMO - FEUDALISMO
La actitud vanguardista o socialista del ensayo muestra decidida convicción de liquidar las
supervivencias del virreinato, el régimen que se quiere erradicar es el económico feudal,
cuyas expresiones son el gamonalismo, el latifundio y la servidumbre. La literatura
colonialista es considerada por el autor como un mediocre producto de un espíritu
engendrado y alimentado por ese régimen, ya que se hace una evocación nostálgica al
Virreinato y sus lujos, el cual en su lugar debería ser condenado. El Virreinato sin embargo
aún sobrevive en el feudalismo, el capitalismo por su parte se presenta aún rudimentario.
Con el tiempo el Perú se libró de las tendencias que nos trajo España, como la inquisición,
feudalidad del Medioevo, la Contrarreforma, etc. Sin embargo nos libramos de estas porque
la misma España nos trajo las nuevas tendencias, la asimilación de una cultura occidental.
El problema es que los intereses de los antiguos feudales, se mantuvieron intactos, el
poderío de esta clase reducida pero dominante se mantuvo hasta ahora lo cual ha
ocasionado el retardamiento del desarrollo capitalista y el beneficio de los intereses
latifundistas.
La propiedad de la tierra determina la política y administración de toda nación, y sobre una
economía semifeudal, en la cual la tierra no está correctamente distribuida, no pueden
prosperar instituciones democráticas y liberales, convirtiéndose en el principal problema
de la nación heradada del virreinato español. La República ha significado para los indios
la ascensión de una nueva clase dominante, quienes con constumbres y almas agrias, el
despojo de sus tierras por esta clase ha constituido la causa de disolución moral y material,
debido a su profundo vinculación con la tierra (mama pacha) desde tiempos prehispánicos
La tierra ha sido siempre toda la alegría del indio. El indio ha desposado la tierra. Siente que "la vida
viene de la tierra" y vuelve a la tierra. La feudalidad criolla se ha vuelo más extrema y poderosa
que la feudalidad española.
El pueblo inkaico era un pueblo de campesinos, dedicados ordinariamente a la agricultura
y el pastoreo, con un alto grado de organización económica, sus construcciones, andenes,
terrazas, etc. Solían ser de carácter religioso, militar y agrícola, siendo la agricultura la
principal actividad de esta cultura. Dieron culto a la tierra (mama pacha) y al sol
(heliocentrismo) surgiendo el agrarismo, que es propiedad comunitaria de los campos y
religión universal del astro del día". El problema indígena, se basó en el cambio radical que
afectó sus aprovechamientos de tierra, el Perú estaba rodeado de campesinos haciendo
trabajos de irrigación, cultivos, etc. Tenían una civilización agraria muy productiva, “la
tierra tenía todos sus bienes”; estos se dividían en ayllus, conjunto de familia que cooperaba
entre sí un trabajo de frutos y cosechas. La destrucción de esta economía no es recordada
por cambiar el tipo de economía autóctona sino por haberla destruido y volverla menos
productiva. No solo la economía bajo sus rendimientos, sino también en justicia y libertad;
los peruanos llegamos a ser una sociedad llena de servidumbre.
Los nativos se redujeron a una dispersa y anárquica masa de un millón de hombres, caídos
en la servidumbre, de haber sifo más de 10 milllones antes de la llegada de los
conquistadores. El dato demográfico es, a este respecto, el más indiscutible y decisivo. Este
hecho condena al coloniaje y no desde los puntos de vista abstractos o teóricos o morales
de la justicia, sino desde los puntos de vista prácticos, concretos y materiales de la utilidad.
El coloniaje, al no poder organizar en el Perú al menos una economía feudal, injertó en ésta
elementos de economía esclavista.
III. LA POLÍTICA DEL COLONIAJE:
DESPOBLACIÓN Y ESCLAVITUD
En un principio el método usado por los españoles para dominar el continente americano
era un feudalismo semejante al practicado en Europa. Aunque si bien esa era la idea debido
al desconocimiento del entorno y de la naturaleza de América lo cual generó una destrucción
del orden e instituciones naturales que se habían formado entre el indio y la naturaleza en el
intento por implantar un orden e instituciones artificiales necesarias para que se dé el
feudalismo deseado por los colonizadores a esto se le suma su capacidad de dominar el
entorno a su favor Le interesaba solo el valor económico, al indígena solo lo veía como una
herramienta que hacia crecer más sus beneficios mas no lo consideraba como un ser
humano.
Debido a la codicia por los metales preciosos se procedió a retirar al indio del campo (su
anterior lugar de trabajo) hacia la mina mediante la mita implantando así una dura ley de
esclavitud, lo cual conllevó a una drástica disminución de la población indígena y la
consecuente falta de mano de obra en el país. Como dice una frase dicha en el siglo XIX
“conquistar es poblar”.
Con la falta de mano de obra para la minería España empezó a importar esclavos negros
para el trabajo minero pero esto solo fue un daño al país debido a que se descuidó demasiado
la agricultura, como se dice “los negros regaron la tierra con el sudor de su frente pero sin
fecundarla”.
Lo que se reclama con el inicio de la importación de esclavos no es que sean una raza inferior,
sino que con ellos llegó la esclavitud que se arraigó profundamente viciando y enfermando el
sistema, cuando empezaron a faltar negros en la costa se empezó con la importación de
chinos coolíes lo cual aumento más la esclavitud aunque estuviese destinada al fracaso.
Lo que el Perú necesitaba en realidad en ese entonces no eran “brazos” o mano de obra como
pensaban los españoles sino “hombres”.
IV. EL COLONIZADOR ESPAÑOL
El autor nos quiere dar a conocer la verdadera razón por la cual nuestra economía no pudo desarrollarse
beneficiosamente. Esto, debido al tipo de colonizador que nos tocó.
A diferencia de lo que sucedió en Norteamérica con los ingleses; en nuestro país, colonizado
por españoles, la economía se vio mayormente basada en la minería (metales preciosos),
dejando de lado todo aquello que la tierra podía ofrecernos.
En la República del Norte si se supo aprovechar útilmente este factor: Existía una repartición
correcta de las tierras colonizadas y descubiertas, se creó grandes reservas sustraídas al
comercio privado, mas no las empleó en crear ducados ni en premiar servicios patrióticos,
sino que las destinó al fomento de la instrucción popular. Esto básicamente por la
identificación de quienes llegaron a sus tierras, con una actitud heroica, no se sentían dueños
e todo sino pioneers (pioneros).
Sin embargo, en la América española, se abusó del trabajo en las minas, lo que terminó
reduciendo considerablemente el capital humano.
Este comportamiento es nombrado por Mariátegui como “la psicología del buscador del
oro”. Por lo tanto, dada esta definición, se puede concluir que nuestros colonizadores no
eran, en lo absoluto, creadores de riquezas, como lo fue la heroica estirpe de colonizadores
que obtuvieron el poderío norteamericano (estos sí se establecieron en los campos).
El coloniaje nos dejó una feudalidad que, junto a la tara del esclavismo, han impedido que
los países ya librados del yugo colonizador puedan obtener el mismo desarrollo que las
naciones del norte.
Tal vez, los únicos esbozos de colonizadores, que trajo consigo España, fueron aquellas
congregaciones que crearon en nuestro país varios núcleos de producción, como los jesuitas
y dominicos. Pero no pasó mucho antes de que estas instituciones empezaran a declinar
debido a las prestaciones de servicios ofrecidos a Europa.
V. LA "COMUNIDAD" BAJO EL COLONIAJE
Literalmente la propiedad indígena y la organización comunista, estaba definido por las
leyes de indias, sin perjudicar sus instituciones ni sus costumbres ya sea religioso o político.
El régimen medioeval, teórica y prácticamente, conciliaba la propiedad feudal con la
propiedad comunitaria. Las leyes de Indias trataban de amparar al indio, sin embargo no
actuaban sobre el aspecto económico sino simplemente sobre el aspecto religioso y
costumbrista, la propiedad indígena no pudo ser, a pesar de esto lo suficientemente amparada
debido a la práctica colonial. Ugarte afirma: “Ni las medidas provisorias de Toledo, ni las
que en diferentes oportunidades trataron de ponerse en práctica, impidieron que una gran
parte de la propiedad indígena pasara legal o ilegalmente a manos de los españoles o
criollos”.
El régimen agrario colonial determinó la sustitución de una gran parte de las comunidades
agrarias indígenas por latifundios de propiedad individual, cultivados por los indios bajo una
organización feudal. El feudalismo y el absolutismo transformaron poco a poco la
organización comunal de los campesinos en instrumentos de explotación. La emancipación
de los siervos no aportó ningún cambio.
Cuando en 1861 se abolió la servidumbre, los propietarios encontraron el modo de
camuflarla reduciendo los lotes concedidos a sus campesinos a una extensión que no les
consintiese subsistir de sus propios productos. La agricultura rusa conservó, de este modo,
su carácter feudal. El latifundista empleó en su provecho la reforma. El campesino se veía
forzado a prestar sus servicios del propietario, quien contaba para obligarlo al trabajo en su
latifundio.
La comunidad sobrevivía, pero dentro de un régimen de servidumbre; el coloniaje la
petrificaba dentro de la gran propiedad. El liberalismo de las leyes de la República,
imponente para destruir la feudalidad y para crear el capitalismo, más tarde tuvo que negarle
el amparo formal que le había concedido el absolutismo de las leyes de la colonia.
VI. LA REVOLUCIÓN DE LA INDEPENDENCIA Y
LA PROPIEDAD AGRARIA
La revolución de la independencia en el Perú no fue similar a la de otros países, señala que
no contaba con una burguesía totalmente desarrollada, resalta que también fue la más
retrasada del continente con relación en la formación de la burguesía, y para que se lleve a
cabo tuvo la necesidad de ayuda de países vecinos. Nos cuenta que la revolución Francesa
dio beneficio a la clase rural, como también hizo la revolución burguesa y la social, por la
consecuencia que trajo, por ejemplo: El abatimiento de la feudalidad en Europa Central,
todo esto a cargo de la burguesía urbana y su proletariado.
En Rusia, fue la clase que cosechó los primeros frutos de la revolución bolchevique, esto se
debe a que no se había dado la revolución burguesa, de lo contrario, se hubiera eliminado la
feudalidad y absolutismo, en su lugar, aparecería en régimen Demo-liberal, pero para darse
ello, se deberían cumplir dos premisas, existencia de:
Burguesía consistente.
Un estado de ánimo revolucionario en la clase campesina.
En el Perú pues están ausentes el cumplimiento de esas dos premisas. Por otro lado en la
revolución argentina y americana, Echeverría clasifica clases existentes en la sociedad
americana:
1. Togados: Clero- mandones. Gozaban sin producir, eran poderosos.
2. Enriquecidos, con una fortuna grande. Ejercen en la industria y el comercio.
3. Villanos: Llamados “cholos” en Perú, “rotos” en Chile, “léperos” en México.
La revolución americana, en vez del conflicto entre la nobleza y la burguesía, produjo
muchos casos su colaboración, ya porque ésta en muchos casos no veía en esa revolución
sino un movimiento de emancipación de la corona de España. La población campesina, que
en el Perú era indígena, no tenía en la revolución una presencia directa.
En conclusión, la revolución de la independencia, al no haber sido dirigida por los indígenas, no tuvo
reivindicaciones agraristas. La burguesía comerciante lo dirigió y financiaron más interesados en
defender sus intereses comerciales. Si bien el gobierno republicano revocó la mita, las encomiendas y
más. La aristocracia terrateniente continuó siendo la clase dominante.
VII. POLÍTICA AGRARIA DE LA REPÚBLICA
En el periodo del caudillaje militar, uno de los problemas a resolver después de la
independencia era la política de la propiedad agraria, en la cual el caudillaje militar quien
con su poderío gozaba del prestigio militar y se mantenía en el gobierno por las fuerzas de
las armas.
Hubo un conflicto de interés por parte de los liberales y conservadores de la casta
terratenientes, estos primeros con el apoyo del campesino quienes luchaban para ser
reivindicados y así poder incluir un programa en la repartición de la propiedad agraria.
Debido a la mala función del caudillo militar era incapaz de hacer una reforma de esa
dimensión, ya que se requería un avezado jurídico y económico capaz de resolver el
problema de la propiedad agraria. Lo cierto es que el poder militar trae consigo el delito de
apropiación exclusiva de la tierra. Por otra parte los conservadores terratenientes deben su
haber de sus títulos de propiedad a la corona española, después al otorgamiento ilegítimo de
concesiones de parte de los generales quienes no tuvieron en cuenta a las poblaciones
indígenas que carecieron de fuerza para hacer valer sus derechos. Solo la democracia a pesar
de todos sus defectos ha podido acercarnos a un bienestar social a que exista una justicia,
pero el Perú carecía de una clase burguesa capaz de organizar un estado fuerte y apto, por
ello el militarismo paso a ser una fase provisional para que luego tenía que ser sustituido por
un orden más avanzado y orgánico. Con Ramón Castilla el caudillo militar llego a su
máximo esplendor debido a los méritos de su política sus actos de mayor representación
histórica fueron la abolición de la esclavitud de los negros y la contribución de indígenas
(recordemos que fue netamente liberal).
Después de la promulgación del código civil se dio una serie de cambios en los primeros
decretos de la Republica sobre la tierra, Ugarte confirmo la abolición legal de las
comunidades indígenas, la ocupación de los inmuebles sin dueños, favoreció la pequeña
propiedad.
Francisco García Calderón, por otro lado (en contraposición a Ugarte), añadió la
constitución habría destruido los privilegios y la ley civil dividía las propiedades y arruinaba
la igualdad de derechos en las familias. En ninguna parte la redistribución de las propiedades
agrarias han sido transferidos el dominio del suelo a los que lo trabajan. Ha sido una negativa
enorme en el Perú porque la pequeña propiedad no ha prosperado a pesar del Código Civil,
por el contrario el latifundio se ha extendido y las comunidades indígenas han sido los que
han sufrido las consecuencias.
VIII. LA GRAN PROPIEDA Y EL PODER POLÍTICO
Existen dos factores que se opusieron a que la revolución de la independencia planteara y
abordara en el Perú el problema agrario extrema inmadurez de la burguesía urbana y
situación extra-social, como la define Echeverría, de los indígenas, impidieron más tarde que
los gobiernos de la República desarrollasen una política dirigida en alguna forma a
una distribución menos desigual e injusta de la tierra.
Durante el período del caudillaje militar, en vez de fortalecerse el demos urbano, se
robusteció la aristocracia latifundista. En poder de extranjeros el comercio y la finanza, no
era posible económicamente el surgimiento de una vigorosa burguesía urbana. La educación
española, extraña radicalmente a los fines y necesidades del industrialismo y del capitalismo,
no preparaba comerciantes ni técnicos sino abogados, literatos, teólogos, etc. Estos, a menos
de sentir una especial vocación por el jacobinismo o la demagogia, tenían que constituir la
clientela de la casta propietaria. El capital comercial, casi exclusivamente extranjero, no
podía a su vez hacer otra cosa que entenderse y asociarse con esta aristocracia que, por otra
parte, tácita o explícitamente, conservaba su predominio político. Fue así como la
aristocracia terrateniente y sus halléis resultaron usufructuarios de la política fiscal y de la
explotación del guano y del salitre. Fue así también como esta casta, forzada por su rol
económico, asumió en el Perú la función de clase burguesa, aunque sin perder sus resabios
y prejuicios coloniales y aristocráticos. Fue así, en fin, como las categorías burguesas urbanas
-profesionales, comerciantes- concluyeron por ser absorbidas por el civilismo. El poder de
esta clase -civilistas o "neo godos"- procedía en buena cuenta de la propiedad de la tierra. En
los primeros años de la Independencia, no era precisamente una clase de capitalistas sino
una clase de propietarios. Su condición de clase propietaria -y no de clase ilustrada- le había
consentido solidarizar sus intereses con los de los comerciantes y prestamistas extranjeros y
traficar a este título con el Estado y la riqueza pública. La propiedad de la tierra, debida al
Virreinato, le había dado bajo la República la posesión del capital comercial. Los privilegios
de la Colonia habían engendrado los privilegios de la República.
IX. LA “COMUNIDAD” EN LA REPÚBLICA
El concepto de propiedad individual casi ha tenido una función antisocial en la República a
causa de su conflicto con la subsistencia de la “comunidad” indígena, si este se hubiera
presentado teniendo al capitalismo de forma vigorosa y autónoma hubiera podido aparecer
como una manera de progreso económico y el indio hubiera formado parte de un régimen
de salario libre, dándole así la oportunidad de emancipación y organización como clase.
La comunidad bajo la república no tuvo un cambio colosal debido a que el indio no se hizo
individualista (a pesar de las leyes de cien años de régimen republicano) decidió mantenerse
en comunidad ya que está era su mayor defensa, el individualismo, dentro de un régimen
feudal, no encontraba la manera de desarrollarse y progresar. Además de que el indio dentro
de una comunidad se sentía más libre que estando solo.
Esto aún está presente en algunas aldeas indígenas donde a pesar de la ruptura de los vínculos
del patrimonio y el trabajo comunitario aún subsisten hábitos de cooperación y solidaridad
que expresan el espíritu comunista.
X. LA COMUNIDAD Y EL LATIFUNDIO
En la antigüedad las comunidades han sido despojadas de sus tierras en provecho del
latifundio, se dice que el latifundio ha ido evolucionando al punto de la técnica capitalista.
En caso de las comunidades se han ido transformando en una cooperativa, gracias al sistema
comercial, el ferrocarril y las vías de transporte social.
La comparación de la comunidad y el latifundio como empresa de producción agrícola, es
desfavorable para el latifundio. Dentro del régimen capitalista, la gran propiedad sustituye y
desaloja a la pequeña propiedad agrícola por su aptitud para intensificar la producción
mediante el empleo de una técnica avanzada de cultivo. La falta de estadística agrícola no
permite establecer con exactitud las diferencias parciales, pero en sí los cultivos de las
comunidades están superior a los cultivos de los latifundios.
En Rusia feudal del siglo pasado, el latifundio tenía rendimientos mayores que los de la
pequeña propiedad. La comunidad se presenta como un sistema de producción que mantiene
vivos en el indio los estímulos morales necesarios para su máximo rendimiento como
trabajador. Castro Pozo dice que la comunidad indígena conserva dos grandes principios
económicos sociales: el contrato múltiple y la realización de este con menos desgaste
fisiológico y en un ambiente de agradabilidad, emulación y compañerismo. El latifundio no
solo ha afectado a una institución económica sino también a una institución social que
defiende la tradición indígena, que conserva la función de la familia campesina.
XI. EL RÉGIMEN DEL TRABAJO: SERVIDUMBRE Y
SALARIADO
En la agricultura el trabajo está determinado por la propiedad, por lo que si la distribución de la
propiedad entre los que la trabajan no ha sido efectiva, el latifundio feudal sobrevive con otros nombres,
y la propiedad y el trabajo del pueblo siguen siendo del latifundista.
En la costa a pesar de haber evolucionado las técnicas de cultivo y producción, la conducta
respecto al trabajo se mantiene inalterada. La causas de ello son el mantenimiento de la
propiedad de los tiempos del coloniaje y sobretodo la mentalidad aún colonial de los
propietarios, quienes consideran el trabajo como actividad de los esclavos (mentalidad
“esclavista” y de “negreros”). Los esclavos negros y los coolies chinos son tratados con
desprecio, ya que aún se mantienen los prejuicios de raza. A pesar de las leyes dadas por el
estado, la autoridad no es respetada por parte de estos señores, quienes no acatan ni se
supeditan a las necesidades de la mayoría, sometiendo a la autoridad a sus propios intereses.
Los latifundistas de la costa no respetan los derechos civiles ni la libertad de quienes trabajan
sus tierras; transporte, negocios, costumbre está supeditadas al control del propietario de la
hacienda. Existen dos métodos de trabajo con un estilo esclavista con el cual adquieren un
poder incontrolable
Enganche
Yanaconazgo
Estos dificultan el paso a una economía liberal y capitalista. El enganche no permite a los
trabajadores disponer de su persona ni de su trabajo, y el yanaconazgo (identificado con el
sistema ruso del polovnischestvo) divide los frutos de la tierra en partes iguales entre el
propietario y el campesino o menos del 50% para el campesino.
Los problemas ocasionados por el latifundismo en la costa se veían representados por la
escasez de mano de obra (carencia de “brazos”), el yanaconazgo y el enganche servía para
mantener a los campesinos de la costa y atraer a los de la sierra respectivamente. Muchas
personas de la sierra venían a la costa pues la condición feudalista de la costa era mejor que
en la sierra, tenían mayor libertad y mejores salarios. Sin embargo la despoblación, y la
escasez de “brazos” era una consecuencia inevitable ante un sistema que atraía gente ajena
a la zona que privaba de muchas cosas a sus propios pobladores, en lugar de promover un
crecimiento demográfico que contribuyera no solo individualmente sino a toda la sociedad
a través del liberal capitalismo (de acuerdo con el pensamiento de la época gobernar es
poblar).
Conforme progresa la técnica capitalista en la costa, el salariado reemplaza al yanaconazgo,
el factor demográfico aun así constituye un impedimento para el desarrollo capitalista, es así
que el yanaconazgo se convierte en una medida de negociación para mantener a la mano de
obra en funciones permanentes, ya que el inmigrante no ofrece las mismas cualidades que el
local. Así se da lugar después a la pequeña propiedad con una parte de tierras arraigadas, la
existencia de la pequeña propiedad al lado de la gran propiedad era indispensable para la
formación de la población rural, la cual aprovecharía la tierra y evitaría el enganche o
inmigración. El programa de la Compañía de Subdivisión Agraria apoyaba el crecimiento
de la pequeña propiedad, sin embargo esta no permite un efectivo traslado de la propiedad
de la minoría hacia la mayoría debido a que no permitía la expropiación en vasta escala por
el estado.
Como se dijo en capítulos anteriores Rusia es un referente para comparar la situación del
latifundio peruano, uno de los sistemas que se asemeja a la situación vivida es el Otrabotki.
El otrabotki, reúne los rasgos del barchtchina y del asalariado, en el cual es salario es pagado por el
trabajo de las tierras del dueño, el salario pagado es siempre inferior al salario de libre alquiler
capitalista. Encuentran en los campesinos una mano de obra barata y gozan de unas verdades
monopolio local, en el cual el campesino ha de pagarles el derecho de trabajar la tierra con lo que tengan
y a su vez hacer todo lo que exigirá el propietario.
En la sierra el interés del hacendado es solo la rentabilidad no la productividad de sus tierras.
Sus factores de producción son únicamente la tierra el indio, de modo que la propiedad de
la tierra le permite explotar ilimitadamente al indio. El hacendado reserva sus mejores tierras
y reparte lo peor entre los indios. El indio coloca parte del capital como las semillas, abonos,
instrumentos, etc. y el trabajo, de modo que la distribución de los frutos es injusta y en
ocasiones en lugar de ser un 50% a cada uno, es aún menos para el indio. Los ejemplos
citados pertenecen a Ponce de León y Schkaff, con respecto a la situación del yanaconazgo
en ciudades del Cuzco: Paucartambo, Chumbivilcas y Anta.
XII. “COLONIALISMO” DE NUESTRA
AGRICULTURA COSTEÑA
El desarrollo del cultivo agroindustrial de la costa peruana (caña de azúcar y algodón) se
debía al interés del capital británico y norteamericano en esos productos. Los mejores valles
de la costa estaban sembrados de caña y algodón y conformaban inmensos haciendas,
mientras que los cultivos alimenticios ocupaban una extensión mucho menor y estaba a
cargo de pequeños propietarios y arrendatarios.
Todo ello, pese a que el suelo del Perú no producía todo lo que la población necesitaba para
su subsistencia y se hacía necesario importar trigo. Problema éste que no fue resuelto por el
Estado, más ocupado en hacer una política de subsistencias (mantenimientos).
La finanza extranjera se interesa un día por el caucho, otro día por el algodón, otro día por
el azúcar. El día en que Londres o los grandes mercados puedan recibir un producto a mejor
precio y en cantidad suficiente de la India o el Egipto, abandona instantáneamente a sus
propia suerte a los proveedores del Perú por eso se dice que la economía del Perú es una
economía colonial, pues su movimiento y su desarrollo estaban subordinados a los intereses
y necesidades de las grandes potencias.
Nuestros latifundistas (rancheros), nuestros terratenientes, cualesquiera que sean las
ilusiones que se hagan de su independencia, no actúan en realidad sino como intermediarios
o agentes del capitalismo extranjero.
PROPOSICIONES FINALES
1. El carácter de la propiedad agraria en el Perú se presenta como una de las mayores
trabas del propio desarrollo del capitalismo nacional. Es muy elevado el porcentaje de
las tierras, explotadas por arrendatarios grandes o medios, que pertenecen a
terratenientes que jamás han manejado sus fundos. Estos terratenientes, por completo
extraños y ausentes de la agricultura y de sus problemas, viven de su renta territorial
sin dar ningún aporte de trabajo ni de inteligencia a la actividad económica del país.
Corresponden a la categoría del aristócrata o del rentista, consumidor improductivo.
2. El latifundismo subsistente en el Perú se acusa, de otro lado, como la más grave barrera
para la inmigración blanca. La inmigración que podemos esperar es, por obvias
razones, de campesinos provenientes de Italia, de Europa Central y de los Balcanes.
La población urbana occidental emigra en mucha menor escala y los obreros
industriales saben, además, que tienen muy poco que hacer en la América Latina. Y
bien. El campesino europeo no viene a América para trabajar como bracero, sino en
los casos en que el alto salario le consiente ahorrar largamente.
3. El endeudamiento de la agricultura de la costa a los intereses de los capitales y los
mercados británicos y americanos, se opone no sólo a que se organice y desarrolle de
acuerdo con las necesidades específicas de la economía nacional esto es asegurando
primeramente el abastecimiento de la población sino también a que ensaye y adopte
nuevos cultivos.
4. La propiedad agraria de la costa, no obstante los tiempos prósperos de que ha gozado,
se muestra hasta ahora incapaz de atender los problemas de la salubridad rural, en la
medida que el Estado exige y que es, desde luego, asaz modesta. Los requerimientos
de la Dirección de Salubridad Pública a los hacendados no consiguen aún el
cumplimiento de las disposiciones vigentes contra el paludismo. No se ha obtenido
siquiera un mejoramiento general de las rancherías. Está probado que la población
rural de la costa arroja los más altos índices de mortalidad y morbilidad del país.
5. En la sierra , el feudalismo agrario sobreviviente se muestra del todo inepto como
creador de riqueza y de progreso. Excepción hecha de las negociaciones ganaderas que
exportan lana y alguna otra, en los valles y planicies serranos el latifundio tiene una
producción miserable. Los rendimientos del suelo son ínfimos; los métodos de trabajo,
primitivos.
Se decía “UNA VEZ QUE EN LA SIERRA PERUANA EL GAMONAL APARECE
RELATIVAMENTE TAN POBRE COMO EL INDIO”
Ya hemos visto cómo este latifundista no se preocupa de la productividad sino de la
rentabilidad de la tierra. Ya hemos visto también cómo, a pesar de ser sus tierras las mejores,
sus cifras de producción no son mayores que las obtenidas por el indio, con su primitivo
equipo de labranza, en sus magras tierras comunales. El gamonal, como factor económico,
está, pues, completamente descalificado.
6. Como explicación de este fenómeno se dice que la situación económica de la
agricultura de la sierra depende absolutamente de las vías de comunicación y
transporte. Quienes así razonan no entienden sin duda la diferencia orgánica,
fundamental, que existe entre una economía feudal o semifeudal y una economía
capitalista. No comprenden que el tipo patriarcal primitivo de terrateniente feudal es
sustancialmente distinto del tipo del moderno jefe de empresa. De otro lado el
gamonalismo y el latifundismo aparecen también como un obstáculo hasta para la
ejecución del propio programa vial que el Estado sigue actualmente. Los abusos e
intereses de los gamonales se oponen totalmente a una recta aplicación de la ley de
conscripción vial. El indio la mira instintivamente como una arma del gamonalismo.
Dentro del régimen inkaico, el servicio vial debidamente establecido sería un servicio
público obligatorio, del todo compatible con los principios del socialismo moderno;
dentro del régimen colonial de latifundio y servidumbre, el mismo servicio adquiere el
carácter odioso de una "mita"(Sistema de trabajo forzado que aplicó la Corona
española en la época colonial a los indígenas del área andina, que consistía en la
realización obligatoria por parte de estos de determinadas tareas vinculadas a la
actividad productiva como pago de tributos)